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ISBN 970-712-436-9
Impreso en México
Printed in Mexico
Centro de C o n s u l t a de
Informeción Jurídica
. .' * - "
f ,. - .. $:*2
Primera Sala
Ministra Olga Mana Sánchez Cordero de García Villegas
Presidenta
Segunda Sala
Ministm luan Díaz Romero
Residente
Comité editorial
Dr. Armando de Luna Ávila
Srmrrario de Ad,~iilirtruOdi~
Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9
Apéndice
Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 131
E n el siglo XVII, las colonias inglesas asentadas en Norteamérica
practicaron una forma de gobierno ordenada y de beneficio común.
Sus cartas, v.g., Virginia Company oflondon, regulaban el gobierno local
de conformidad con el derecho inglés y el principio de subordi-
nación. Las violaciones que sufrieron sus libertades individuales,
consignadas en leyes fundamentales del Reino Inglés, los obligó
a luchar por su independencia. La emancipación se logró y condujo a
la celebración de un Congreso Continental que creó los Am'culos
de la Confederación y Unión Perpetua, en el que se propuso la unión de
las antiguas colonias, lo que no fue suficiente. Por tanto, en 1787 se
reunió en Filadelfia una Convención que revisaría este instrumento.
' Brown. Robert E., Charles Beard and the Constitution. A Cntical a n a k i s o/ 'Xn Economic
Inteqntation ofthe Conrtimtion", Rincetown, New Jersey Princetan University Press, 1956.
El capitula primero de esta obra plantea los principales problemas históricos alrededor de
la Constitución estadounidense.
Si se acepta esta tesis, el documento constitucional de 1787 no
debe estimarse ni revolucionario ni contrarrevolucionario, sino sim-
plemente la expresión de los principios predominantes de la misma
sociedad colonial recién independizada, sociedad en que la mayoría
integraba una clase media fundamentalmente agrícola, con ideas
políticas moderadas y partidaria de la debida protección al derecho
de propiedad.
2
Hofstadter,Richard, "CharlesBeard and the Constitution",de la obra de Howard K Beale,
Charles Beard. An apprairal, University of KentucQ Press, 1954.
3
Emilio Rahasa, Las constituciones de Canadá, los Esta& Unidos dr Arnériu y M&w,
Ed. Porrúa y UNAM, Mexico. 2003, p. 41.
El Dr. Rabasa indica que después de promulgada la Consti-
tución de Filadelfia "los antecedentes de la revisión judicial están en el
célebre caso de Marbuty vs. M a d i ~ o nen
, ~ el que el juez John Marshal15
declaró inconstitucional la ley judicial de 1789." Este caso aparece
transcrito en el apéndice de este ensayo.
Tribe. Lawrence H.. American Constitutional Law. Za. ed.. Ed. Foundation Press. 1988.
p. 23.
5
John Marshall, Enciclopedia of the Amencan Constih<tion, New York. McMillan Publishing
Campany, Leonard W Levy. Editor-in chief, p. 1205.
6
Puede verse James Madison, Writings. n i e H i s t o y of America. Mlurne Compilation. Notes
and Chronology, New York, 1999.
7
Jonathan Elliot, Debates .... O j t h e Congress ofthe Confedcreraiox, 4 vol., 1827.
JUDICIAL RE VIEW
3
Dowling. Op. cit. p. 7 .
Dowling, Op. cit. p. 12.
expresaba "...aparece en nuestros libros que en muchos casos el
common law puede controlar las leyes del Parlamento y algunas veces
decidir que son completamente nulas".'
5
Véase el libro de Manuel Gonrález Oropeza Los origenes del control juñsdiccional de la
Constitudny de los derechos humanos y el comentario que hizo el Dr. Rolando Tarnaya a
Sir Edward Coke, quien fue nombrado Chioflustice of the Court of Common Pleas en 1606.
Este comentario aparece en la obra Dinámica del derecho contemporáneo a principios del siglo
XXI. Memoria de la Segunda Feria Internacional del Libro lurídim, Poder Judicial de la
Federación-SupremaCorte de lusticia de la Nación, México, 2004.
6
Dowling, Op. cit., p. 14.
pues el siglo XNII fue la época en que fluyó más la migración a Norte-
américa con las ideas puritanas de los que hicieron la Revolución. Pero
en el caso de Calvin de 1608 se estableció que las colonias debían
ser consideradas como "países conquistados" y "Dominios de la
Corona". Así, los ingleses que habían escapado del absolutismo de los
Estuardo continuaban teniendo los mismos problemas en Norteamé-
rica en el siglo XVII.
7
Amencan Histoncal Review, 229, 1897. Citado por Dowling, Op. cit., p. 41
18 SUPREMA
CORTE UE ]USTIClA DE LA NACIÓN
8
Dowling. Op. cit.. p. 57.
L a Constitución estadounidense fue adoptada trece anos después
de la Declaración de Independencia, firmada el 4 de julio de 1776.
Durante la guerra de Independencia se elaboró el documento de-
nominado Artículos de la Confederación, en julio de 1778, en el
que se basó la forma de gobierno de las trece colonias durante
la lucha. Cuando terminó la guerra, en 1783, se advirtió la debili-
dad del gobierno surgido de los Artículos de la Confederación.
La Confederación, en realidad, solo era una liga de Estados soberanos
e independientes, más que un gobierno verdaderamente soberano y
con poder sobre los Estados miembros. Tenía un congreso, pero ca-
recía de Poder Ejecutivo y de Poder Judicial. En septiembre de 1786
se efectuó una reunión en Annapolis, Maryland, bajo la iniciativa de
la delegación de Virginia. Esta Convención decidió convocar para
otra, que tendría lugar en mayo de 1787, en Filadelfia.
I La publicación oficial del diario de debates del Constituyente es reducida y se limita casi
a las proposiciones y a la votación. Pero varios constituyentes tomaran notas, principal-
mente Madison. El material de estas notas fue resumido por Jonathan Elliot. Debates
ofthe Congress of the Confederalion ( 4 vols., 1827). También existe la obra dc Max Farrand,
Tke Reords of tke Federal Convcntion ( 4 vols., 191 1 ) . La obra que hemos tomado en cuen-
ta en este trabajo se apoya en Elliot y es de Padover S. K., Tke great debates of the
Constihilional Convention of 1787, arangcd according to topics, New York, 1962.
En la Convención se hizo patente que había tres tipos de Esta-
dos: los grandes y ncos (Massachusetts,Pennsylvania, Virginia, las dos
Carolinas y Georgia), los Estados pequeños (Connecticut, Delaware,
Maryland y Nueva Jersey) y otros tres Estados divididos o ausentes
(Nueva York, Nueva Hampshire y Rhode Island).
1
En español he encontrado traducidas estas obras: Historia de la civilización de los Estados
Unidos dcsdr sus origenes hasta el presente, Buenos Aires, 1946; Fundamentos económicos de
la plífiu, FCE, México, 1947; Charles A. Beard. Una inte>pretacióil económica de la
Constimidn de los Estados Unidos. Buenos Aires, 1953.
EL CON~TITLVENTE
DE FILADELFIA
I>E 1787 Y LAIUBIí IAL R~VIEW 25
2
Citado por Hofstadter, Richard, en "Charles Beard and ths Constitution". artículo de la
.
obra Charles A . Beard: An Aooraisal.
Press, 1954, p. 88.
, Howard I<. Beale. editor. Universihr of Kentuckv
3
Lerner. Max. "Charles Beard's Political Theorv". artículo de la obra Charles A. Beard:
An Appraisal. Op. cit., p. 35.
Bancmft. George, Histov of the F o m t i o n ofthr Conrtitution oftke United States ojAmoica,
New York, D. Appleton Co., 1882.
la teutónica, que exalta las virtudes de los pueblos anglosajones y el
genio político de los germanos; y la científica o realista, que evita
la interpretación subjetiva, apoyándose en la presentación imparcial
de los hechos.
Charles A. Beard, Written Histoy ns an acr of Faith, Amencan Histoncal Reviou, XXXIX,
Enero de 1934, pp. 219 a 229.
28 SUPQEMA CORTE
DE JUSTICIA DE LA NACIÓN
6
Charles A. Beard, "That Noble Drearn", Amencan Hirtmical Review, XLI, October de
1935, pp. 74 a 87.
y de la crítica de los documentos. En estos aspectos tanto la escuela
"objetiva" como la nueva escuela -la que sostenía Beard- eran
semejantes. La única diferencia entre ellas estaba en la realización y
en la exposición: en la posibilidad que cada una cree que existe para
exponer la verdad en forma objetiva y en la necesaria influencia del
medio social y económico en el historiador, idea que una escuela
acepta y la otra no. Para Beard la objetividad histórica es imposible.
La interpretación económica también es una selección parcial de
hechos, tal como cualquier otra interpretación, pero el historiador
económico puede ser tan celoso de sus investigaciones, tan frío e
imparcial como cualquier otro.
8
' Hofstadter, Richard, Charles Beard und the Constitution, Op. n t . , p. 92.
Laski, Harold T., "Charles Beard; An English View", articulo de la obra de Howard K.
Beale Charles A. Beard: Av Appniisal, Op. cit., pp. 20 y 2 1
EL u DE ~ ~ ~
LA CONSTITUCIÓN
ESTADOUNIDENSE
' Charles A, Beard, 71re Supreme Cou* and 7'he Constimtiox, Prentice - Hall. Inc., Englovood
Cliffs. N.J., 1962, cap. 4,p. 85.
fuerza y eficiencia del gobierno, y otro radical, que subrayaba sus
aspectos populares.
2
Ibi&m. pp. 86 - 87.
el sector popular. Bajo los Artículos de la Confederación el pueblo
había tenido amplia libertad y las mayorías, en las legislaturas de los
Estados, eran omnipotentes. Los intereses conservadores del país
temían el excesivo fortalecimiento de los derechos del pueblo y desea-
ban establecer firmes garantías para los derechos de propiedad.'
fiidem, p. 92.
5
El Fedtralista. No. 10.
~ e a r d7, h e Supreme Cou>t, Op. cit., p. 96,
Poder Judicial independiente, designado por el Presidente de la Unión
con la concurrencia del Senado. Todos estos son indicios, según
Beard, que prueban que el propósito de la Constitución no fue el
establecimiento de un gobierno popular de mayorías parlamentarias.
Burgesr, Political Science and ConstitutionalLaw, vol. 1, cit. por Beard, 7 h e Supreme Cou>t,
O p . cit.. p. 99.
fue fijado para establecer de manera formal el naciente sistema.
El Congreso tuvo quomm el 6 de abril y el día 30 fue inaugurado.
]LOS CONSTITUYENTES
ESTADOUNIDENSES Y
SUS IDEAS POLÍTICAS
5
Farrand, Max, l l r Rccords ojthe Federal Convention of1787, 1911, Lawmaking Horne, Four
volurnes.. vol. 1, p. 299.
ejemplo de ello, pero por su edad casi no tuvo influencia. Opinó en
favor de que existiera una sola asamblea legislativa, se opuso al veto
absoluto del Ejecutivo, y fue contrario a la idea de imponer restric-
ciones de propiedad al sufragio. George Washington apenas partici-
pó en los debates del Constituyente, y cuando lo hizo solamente
dijo generalidades. Incluso Jefferson --dice Beard- vio con recelo el
crecimiento de un populacho urbano, y en una carta a La Fayette,
en la época de la Revolución Francesa, dijo: "El tumultuoso populacho
de las grandes ciudades debe siempre ser temido. Su indiscriminada
violencia fmstra con el tiempo toda autoridad pública."6
6
Escritos, edición de 1848, vol. XII, p. 222
D u r a n t e el proceso de ratificación de la Constitución hubo gran
agitación y se discutió mucho. Los partidarios de la Constitución
fueron conocidos con el nombre de "federalistas"; y sus oponentes
como "antifederalistas". De acuerdo con S. I<. Padover, la oposición
a la Constitución agrupó dos tendencias: la popular y la liberal.
La popular se basaba en el temor a1 poder del gobierno central, que
mermaría la independencia de los Estados y en el temor también a
los impuestos, que gravarían a todo el mundo sin proporcionalidad.
La oposición liberal contra la Constitución se apoyó en que ésta no
tenía una declaración de derechos del hombre, o sea, que carecía de
Bill a f Rights.
2
Ibidrm, p. 35.
3
Citado por Beard. 'An Economic. . " Op. "t., p. 293
convenciones estatales durante el proceso de ratificación. A la larga,
dice Marshall,
Marshall, Jahn, Vida de Georp Washington,vol. ll., edición de 1850. pp. 99.100. Su obra
se escribió de 1804 a 1807.
por un tiempo considerable, la suerte de la Constitución
no podía apenas predecirse: y tan pequeña fue en muchos casos
esta mayoría a su favor que si no hubiera sido por la labor
desplegada, los méritos intrínsecos del instrumento no hubieran
bastado para su adopción. En verdad, apenas puede dudarse
que en algunos de los Estados adoptantes una mayona del
pueblo estuvo en la oposición. En todos ellos, las numerosas
enmiendas que fueron propuestas demuestran la resistencia
con que el nuevo gobierno fue aceptado; y que el miedo al
desmembramiento y no la aprobación del sistema particular
bajo consideración, fue lo que indujo a su aquiescencia...
Carolina del Norte y Rhode Island no aceptaron al principio
la Constitución y Nueva York aparentemente la adoptó por la
repugnancia de ser excluida de la Confederación.'
Marshall, Op cit.
ECON~MICOS
EN TORNO A LA
CONSTITUCI~N
' Como bien lo aclara Robert E. Brown, esta no es una visión marxista de la sociedad:
Charles A. Bcard and tke Constitution. A critica1 analysis of An Econornic Interpretafion of
tke Constitution, Princeton University Press. 1956, p. 31.
Si se hace una revisión de los intereses y de los grupos econó-
micos fundamentales en la época de la Convención de 1787, se
advierten los siguientes:
4
Beard, Op. cit., P 24.
Farrand. RemrdF, 11, p. 203; Beard, Op. cit., p. 25.
Los obreros carecían de importancia en la época en que se
elaboró la Constitución y su influencia era escasa. Hamilton, en un
reporte sobre las manufacturas, hace esta descripción que revela
la opinión de la época sobre ellos:
3
Ibidem, p. 30.
Hugo Williamson, de Camlina del Norte, h e un constituyente y típico representante de
este gmpo. Beard, Op. cit., p. 146.
SUPRFMA
CORTEDE JUSTICIA DE LA NACIÓN