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Album Cubano de Lo Bueno y Lo Bello Revista Quincenal de Moral Literatura Bellas Artes y Modas 924758
Album Cubano de Lo Bueno y Lo Bello Revista Quincenal de Moral Literatura Bellas Artes y Modas 924758
DE
ES EWERS T ES ESEES
REVISTA QUINCENAL,
Y DIRIGIDA
HABANA.
IMPRENTA DEL GOBIERNO Y CAPITANIA GENERAL POR S. Sfo
CALLS DEL TENIENTE-REY NDM. 13.
leso.
882 ALBUM CUBANO
■a.
384 ALBUM CUBANO
Feli
por P. do Madrazo................................... 240 i.Revista de Modas: Perlas falsas, por
A la primavera, soneto, por Délio.............. 241 cia. 312
Revista de la quincena. 316
La Cueva de la bruja, leyenda, por E. Aa
her.............................................. ................ 241 f-Chales de Cachemira 319
En el álbum de una hermosa niña, versos, • ......... 320
por 1). Verdugo............................................. 244 El tiempo, por ,1. M, R. P................. ....... 321
Dos lágrimas, poesía, por E. deJ. Borrero. 244 Bosquejos levantinos, por M. F....... .. ..... 324
A Venecia, poesia, por Angela G rassi...... 245 Aurelio Aguirre Galarraga, por F. G San-
.Revista de Modas, los Dengues, por Feli ......... 325
o ’ t
cia......................................................... 247 Sueño v dolor, por Dolores Gomez de Cá-
Correo de Madrid: Modas,por Eloísa G. de ......... 327
Santa Coloma............................................ 250 Pensamientos filosóficos y morales.. ......... 330
Revista de la quincena: por ***......... 253 Alfonso el Sabio, romance, por G. G. de
Las uñas y los guantes, por Espinóla....... ......... 331
La razón y la voluntad, por J. de C. y O... Galería de Mujeres célebres, Catalina I. * 335
La mujer, por G. G. de Avellaneda.......... 259 En un álbum, versos, por F R. Rubí....... 335
Carta 3.33 del Sr. La Sagra, á la Sra. Ave Desaliento, soneto, por Martina Fierra... 336
llaneda........................................................ 262
Melancolía por R, Matamoros........,.......... 336
Los Artistas, por M. D. de Gironella........ 264
La mariposa, poesía por J. A. Clavé....... 337
Pensamientos morales y filosóficos............ 266
La primavera, poesía por el mismo........... 338
En el álbum de una niña, versos por J. Ni
casio Gallego............................................. 266 -Revista de modas, Ideas generales, por Fe
Galería de mujeres célebres: Isabel la Ca licia.......................... ................................. 338
tólica, por G. G. de Avellaneda.............. 286 Revista de la quincena................................. 343
Improvisación, romance, por G. G. de Ave A Cuba, en la muerte de Palma, por C.
llaneda...................... 268 I Navarrete y Roinay.................................. 347
La monja negra, anécdota histórica, por .. L os zapatos y el sombrero.......................... 348
Eloísa G. de Santa Coloma...................... 270 Anécdotas ............................ ,•••".................... ;’ol
A la mañana, poesía, por Merced Valdes Las pasiones, por J. G. V ............................ 353
274 El matrimonio, por M. M. Flamant.......... 355
Mendoza..............................................
La Cueva de la Bruja, leyenda, por E. Au Los primeros cristianos.............................. 356
275 Palabras ingratas.—Palabras arrobadoras,
ber...............................................................
A una niña, poesía, por D. Del-Monte y P. 279 por F. de P. Gelabert.............................. 357
— Revista de Modas: el Tocado, porFelicia... 279 La mujer zelosa: soneto de Quevedo.......... 359
Revista de la quincena.................................. 283 Galería de mujeres célebres: Catalina II... 359
Problemas de amor...................................... 287 Camino del cielo: balada, por P. A. de A-
-El miriñaque ó sea el Malacofl'........ ......... 288 larcon ......................................................... 360
- Agujas y alfileres.......................................... 288 El amor, por A. Grassi.............. ................. 361
_ Del carácter y trascendencia de la eduea- A la linda Julia: poesía, por G. G. de Avc-
cioif popular, por M. Carderera.............. 289 llcneda ...................................... '•...... '.......... 365
Los niños, por J. C. Zenea.......................... 294 El falso artista, por J. P..» .......................... 366
Bosquejos levantinos.................................... 296 Serenata, por Sehweyer .............................. 368
Grandeza de Dios, poesía por G. G. de La muerte de Moisés y el nenúfar: sonetos,
Avellaneda................................................. 298 por E. Blanchet........................................ 369
Galería de Mujeres célebres, Aspasia, por El por qué Teresa no ama, por F. Cam pro
G. G. de Avellaneda................................. 300 don.............................................................. 369
Historia de un suicidio, por R. M. Barált... 301 -Revis-a de modas, por Felicia..................... 370
Elejía por F. Sellen...................................... 304 Revista de la quincena................................. 373
La Cueva de la Bruja, leyenda por E. Au A Amira: poesía, por J. Fornáris................ 376
ber.............................................................. 305 Revista literaria, por G. G. <le Avellaneda 379
La azucena y la amapola por María Ver Balada de Mickiewecz ..... ............................ 381
dejo y Duran........................... .Sí............ Anécdotas....; .................... 381
jHL LBIIM CUBANO DK
tí) Cousin;
(2) El Conde Frani de Champagni (1) Lacordaire.
&
DE LO BUENO Y LO BELLO. 5
savarx:
6 ALBUM CUBANO
iliense á la del fundador de la religion verda amenazas para atraer partidarios á su magná
dera! ¡Como demuestra hasta el análisis de la nima empresa. Descubrióse los pies, ciñóse
duda que el primero solo fue un hombre sabio una cuerda á la cintura, y tomando una cruz
y que el segundo fue todo un Dios! en la mano la mostró significativamente en las
Cuando la espada decidia de los destinos del poblaciones que atravesaba, con lo cual infla
mundo, que el clarín guerrero resonaba de con mándose la multitud en religioso, entusiasmo
tinuo, y en lugar de aprender á leer se apren se apresuró á seguirle. La cruz dió pues su
día á batallar, el pacífico viagero proseguía su nombre á los campeones déla guerra santa,
ruta por veredas extraviadas, temiendo trope qué colocándola sobre sn pecho la bañaban
zar á cada momento con una tropa aventurera gustosos con su sangre.
que lo despojara arbitrariamente. Internándo La misma gloriosa divisa ostenta la orden re
se en el bosque para evitar fatales encuentros ligiosa y militante de que tantos caballerescos
palidecia al menor ruido. En vano movían ale rasgos nos refieren las leyendas de la edad me
gremente los árboles sus verdes copas, canta dia. Los Templarios llevaban en su blanco man
ban los pájaros á porfía, y esmaltaba de flores to una cruz roja. El alfanje de los infieles pare
la naturaleza su rústico sendero. El miedo á cía embotarse sobre aquel augusto y respeta
los merodeadores desterraba de «u mente las ble símbolo. Durante mucho tiempo la honra
ideas poéticas yde su alíñala de licia que de otro ron los Templarios con sus proezas y su bra
modo hubiera experimentado en medio del au vura. Pero la serpiente del orgullo se deslizó
gusto silencio de la selva. al fin en su pecho bajo el emblema de humil
De repente, á la tristeza de su semblante dad que lo ornaba. Según opinion general, de
sucedía la expresión del gozo. Acababa de ver su rebeldía y de su soberbia provino la des
asomar una cruz por entre las ramas, como trucción de su orden. Bossuet dice, sin embar
ofreciéndole abrigo y tranquilidad á su sombra. go, que aunque confesaron sus crímenes en las
El sagrado madero coronaba efectivamente torturas los negaron en el suplicio. ¡Quizá solo
la ermita donde el solitario vivia para la ora existieron realmente en la imaginación de sus
ción, ó el monasterio donde vivían piadosos va enemigos!
rones para la sabiduría y enseñanza pública. Sin necesidad de retroceder á épocas tan re
En cualquiera de ambos asilos hallaba el fa motas vemos ála cruz convertir en héroes has
tigado caminante el reposo que buscaba. Eos ta á simples campeemos. Cuando á favor del
barones feudales que se atacaban sin cesar falaz tratado de Fontainebleau introdujo Napo
unos á otros, se detenían con respeto en el leon I sus ejércitos en España, los que (ape
umbral que presidia aquel imponente signo nas descubrió el secreto de su traición) levan,
Por eso han llegado hasta nosotros tantos pre taron en masa á lauioble Iberia contra el sobe
ciosos manuscritos que hubieran desaparecido rano extrgugero que le imponían, no fueron ni
de otra manera, y tantas tradiciones verídicas los discursos de sus hombres de estado ni las
que nos han iniciado en la historia de ios pa proclamas de sus bizarros capitanes. Fueron los
sados tiempos. clamores de los ministros de sus templos, que
Hace mas de siete siglos que un noble pere elevando en el aire la sagrada cruz electriza
grino conocido después con el nombre de “Pe ban al pueblo hispano, lo guiaban hácia el ene
dro el Ermitaño.” volvió de Palestina tan migo, lo inducían á perecer antes que dejar
compadecido de las persecuciones que sufrían profanar sus altares y renunciar á sus de
los cristianos en Oriente, tan indignado con rechos, y lo hacían invencible exhortándolo á
las profanaciones de que era objeto allí el san combatir en nombre de Dios, de la Religion y
to sepulcro, que el Papa Urbano II lo autori de la Patria.
zó para emprender la primera cruzada. En Pero no es conduciendo á los hombres al
tonces Pedro no se valió de súplicas ni de campo de batalla donde mejor resalta la gran-
DE LO BUENO Y LO BELLO. 7
deza de la cruz. Es consolándolos en la ago solo con sus lágrimas, con su dolor, con'su
nía cuando la divina aureola rodea su cúspide. tardío arrepentimiento!
El pobre reo convicto yace en capilla aguardan ¡Ay! Me engañé. ¡No está solo! La cruz, con
do su postrer instante. ¡Qué horrible desespera- el mártir divino que la ha santificado, lo acom
lo asalta al pensar lleno de vida y de salud en paña piadosamente. Cuando el hombre casti
rpie dentro de pocas horas ha de ser un cadá ga al criminal Dios lo perdona, cuando el peca
ver! ¡Cuánto le pesa entonces el mal en que dor condena al pecador el santo de los santos
incurrid y que rescatar quisiera con sus agudos lo absuelve. Si, allí está la cruz con su sublime
gemidos, con sus convulsivos sollozos! ¡Como carga diciéndole en su elocuente silencio: “Ven
se desgarra su corazón recordando el amor de á mí que consuelo al desconsolado, que me com
su esposa, de sus hermanos y de su madre que padezco del delincuente, y que sostengo al mo
trato de educarlo para el bien, que quiso pre ribundo.”
servarlo de la tentación y que con tanta dul Entonces el reo acude en efecto á ella, la
zura lo llamaba “Hijo mió! ¡Oh! mil muertes lo abraza llorando, la besa gimiendo, y en la
hieren antes que el ejecutor oprima su cuello, exaltación de sus potencias creer oir brotar
antes que el sol, las flores y la tierra entera de los labios del mártir que la ocupa una voz
desaparezca de su vista para siempre! todavía mas tierna, mas afectuosa que la de su
Sufre tanto que se esfuerza á dormir para madre, diciéndole paternalmente: “¡Hijo mió!”
olvidar. ¡En vano! Los fantasmas del insonnio ¡Oh! ¡Sagrada cruz! Nunca, repito, mani
lo circuyen, lo persiguen, lo torturan, y si al fiestas como en tales casos tu sublimidad. ¿Va
fin permiten que sus ojos se cierren, toman dis le por ventura el estoicismo con que Sócrates
tintas formas para continuar la obra cruel de apuró la cicuta y Séneca se abrid las venas, la
su anticipado suplicio. ¡Sí! El infeliz se hador- fé que inspiras y los consuelos que proporcio
mido al cabo y visiones dulces, serenas, hon nas? No seguramente, y todos te bendecimos
radas, vienen á halagarlo pérfidamente. Allí porque al preservarnos del orgullo en la pros
está su madre reclinada en su antiguo sitial, pera hora, nos devuelves la esperanza en la de
allí está su esposa preparando la cena común, la amargura.
allí están sus hermanos que festivos hablan En fin: el pobre criminal no prorumpe en
del baile campestre á que asistieron en la vís impíos anatemas contra su destino, gracias á
pera. La felicidad de que gozo antes que la la salvadora cruz que logra reconciliarlo con
sed fiel oro lo arrastrara al crimen renace en él, comunicarle verdadera contrición, y poner
su memoria. En lugar del áscua ardiente de los término [mostrándole el cielo que le sonríe so
remordimientos, siente al hálito de la paz der bre el patíbulo] á las espantosas angustias des
ramar en su pecho inefable quietud. Dócil y critas con terrible verdad por Víctor Hugo en
cariñoso, como en su infancia, siéntase á los su obra titulada; Ultimas horas de un reo con
pies de su madre, reclina en su regazo la cabe denado á muerte.”
za, y le oye repetir deleitado las tiernas pala El hombre, que en su necia soberbia suele
bras “¡Hijo mió!” jactarse de que se basta á si mismo, elije no
En medio de su plácido ensueño despiértalo obstante á la religion por baluarte de su hon
el tañido de las campanas del alba. Abre so radez. Miradle detenerse sobrecogido al atra
bresaltado los ojos, recuerda su verdadera si vesar solitario campo. ¿Qué ha visto que así le
tuación, recuerda su delito, recuerda que el impone? Una cruz alzándose sobre un montón
cadalso lo espera, y escuchando el sonido de su de piedras como para decir al transeúnte” Aquí
última bota se arroja de su mísero lecho gri se cometió un asesinato. Guárdate de los ma
tando “¡Madre mia, sálvame, protégeme”! Pe los y no los imites.” ¥ aquel tosco madero re
ro nadie responde á su voz acongojada. Está gado por las lluvias, combatido por los venda-
8 ALBUM CUBANO
bales, carcomido por la intemperie, encierra en luna en los campos de Marruecos. ¿Quién que
sí propio tal magestad, que el mortal virtuoso ame la patria, la religion de sus padres, y lo
lo saluda con respeto, mientras que el malhe bueno y lo bello dejará en el territorio español
chor toma otro rumbo por no tropezar con él. de formar votos por el triunfo de la prime
¡Cuan hermosa y augusta aparece la cruz ra? ¡Nadie!
coronando los cementerios, bañada por. la pá Felicia.
lida claridad de la luna y elevando hácia, el cie
lo sus misericordiosos brazos! La poes:ía del
estrellado espacio, el silencio de la muerte, el
triste susurro de los cipreses, y el misterio de LA HERMANA
la noche aumentan su solemnidad. Es dulce
entonces sentarse á su pié para llorar por los
que ya no existen, elejirla por piadosa confiden BE EA CA&ÏBAB. (1.)
te de nuestros pesares, y figurarnos al sentir
caerlas gotas de rocío de dos brazos generosos
i
sobre nuestra frente, que el ángel de los sepul
cros mezcla con las nuestyis sus lágrimas.
No solo ejerce la cruz una misión de paz y Dios tiene sobre ia tierra mensajeros de su
de consuelo; también la ejerce de civilización. providencia.
Los misioneros la toman en una mano, asen Esos mesajeros son criaturas sublimes que
con la otra el bastón del peregrino y van por el mundo admira, respeta y bendice: cria
su medio á derramar la luz en las tinieblas de turas que forman la transición del reino de la
la barbarie. La ferocidad de las tribus salvajes materia a la patria feliz de los espiritas.
no los aterra porque la cruz, al traerle á la ¿Queréis saber el origen y prosapia de esas
memoria que Dios murió' por sus hijos, les in afortunadas criaturas?
duce igualmente á morir por sus hermanos. Ha Son hijas del cielo,
ciendo pues de antemano el sacrificio de sus Y madre de los desvalidos,
vidas, los piadosos varones arrostran el mar Y Hermanas de la Caridad.
tirio para dar la vista á los pobres ciegos que Viven en todos lo paises donde hay lágrimas
jamas contemplaron la verdad. De este modo que enjugar y males que compartir. Y las lá
esparce la cruz la claridad por el universo é grimas son rocio que fecunda toda la tjerra;
inicia en el bien á los que antes ni siquiera lo y los males son herencia de que participa
conocían de nombre. toda la humanidad.
Agradecidos los humanos à los infinitos be Por eso la blanca vestidura de esos ángeles
neficios que le debemos, la cubrimos de flores del amor flota lo mismo en las regiones del
y de galas particularmente en el risueño mayo, polo que en las abrasadas llanuras ; . ¡ Ecua
plácido mes consagrado á María. El pueblo, dor: en el campo de batalla es la enseña glo
dotado en todas partes de instintos poéticos, riosa de la misericordia; en las poblaciones es
afirma en Cuba que al mismo tiempo que la el emblema de la ternura y la beneficencia.
cruz de mayo florece en la tierra, aparece otra Se han sucedido en el globo horribles cata
en el firmamento formada de estrellas esplen clismos, entre cuyas ruinas perecieron institu-
dorosas. Yo no he visto nunca en el zafiro del
espacio esa cruz refulgente, pero la veo en el (1) Creemos complacer á nuestros suscritores reprodu
corazón de los verdaderos cristianos á quienes ciendo las siguientes bellísimas páginas, tomadas de un libro
anafé sincera muestra estay otras santas ma precioso no muy conocido en esta Isla, y cuyo joven autor y
escelente amigo nuestro, don Severo Catalina, es uno de los
ravillas. mas distinguidos colaboradores con que cuenta el Album Cu
Ahora la cruz se halla en lucha con la media baño.
DE LO BUENO Y LO BELLO. 9
pío de la revolución tiene como envenenada la Jdre mas tierna lo recoje y lo acaricia, y cuida
atmosfera en que se agita la sociedad. ¡de Sil existencia, y le enseña mas tarde á per
Pero sobre las ruinas que amontonaron los donar, á orar y á ser feliz.
cataclismos; sobre el torrente desbordado de las
II.
revoluciones, ha premanecido incólume esa
raza de heroínas, magnífico monumento del La caridad no tien patria.
catolicismo, prodigio perenne de la caridad. Tampoco la tienen sus hermanas.
Solamente á la caridad cristiana es po La caridad salva las distancias y atraviesa
sible obrar tales prodigios. los mares, si en remotas tierras ò al otro lado
La filantropía que encarecen los tilo'sofos de los mares hay lágrimas que enjugar y penas
ama en el hombre al hombre; la caridad, y pol que compartir.
lo tanto sus hermanas, aman en el hombre á Y sus hermanas salvan asimismo las distan
Jesucrito, y en la figura del mendigo, del huér cias y cruzan el Océano en busca de los po
fano y del enfermo, ven con los ojos de la vir bres y de los afligidos. Donde quiera que el
tud la sacrosanta figura del Salvador. sol deja sentir su influencia; donde quiera que
La filantropía suele dar lo que le sobra; la alientan seres racionales, allí se llora; allí está
caridad suele dar lo que no tiene; la caridad la caridad; ailí viven sus hermanas. Prodigios
parece que renueva diariamente el milagro de ternura y de amor santo, su paso por la
de los panes. tierra semeja el de un astro que ilumina sin
La filantropía se compadece de las desdi quemar, el de una ráfaga que purifica sin des
chas que vé ú oye; los ojos y los oidos son sus truir, el de un arroyo que fecunda sin inundar.
mensajeros: la caridad se compadece de las No hay en el mundo premio para sus bene
dedichas sin verlas ni oirlas; las siente en el ficios ni corona para su heroísmo.
fondo del corazón. Su premio y su corona estan mas altos.
La filantropía remedia los males y consue Solamente en el corazón de una muger pue
la las aflicciones que le salen al encuentro: de esconderse ese tesoro de caridad y de senti
la caridad busca los males para remediarlos miento.
y las aflicciones para consolarlas. Ella, que está organizada para compadecer
La filantropía suele residir en los grandes y~para sentir, es la única que puede menos
palacios; la caridad vive en los hospitales y preciar las grandezas y los aplausos, los triun
en los asilos. Allí viven también sus hermanas. fos de la hermosura y los halagos de ¡a opulen
Allí, junto al lecho del moribundo, o' junto cia, para ocultarse en el fondo sombrío de un
á la cama del recien nacido, bosquejas^ la fi hospital, como perla de valor inapreciable en
gura de una muger, cuya existencia está con el fondo de una concha.
sagrada al bien de sus semejantes. Ella, que ha nacido para amar, y para
Su rostro apasible y sereno como su corazón, amar puramente, por mas que el hombre llene
muestra las huellas del insomnio y de la aus de asechanzas su camino; ella, que cuando es
teridad. posa y cuando madre dulcifica las horas de la
Cuando en las horas lentas del padecer ape vida en el hogar tranquilo de la familia, cuan
nas hay para el mísero mortal un rayo de es do madre y hermana de todos los que padecen
peranza, aparece á sus ojos el angel de la dulcifica y atenúa los infortunios en el resin-
blanca vestidura, de cuyos labios brotan pa to de la gran familia, en el seno de la sociedad.
labras de resignación y de consuelo. Si la idea de madre de familia hace incon
Cuando la mano de una madre monstruo cebible y absurdo el ateismo, la idea de her
deja caer sobre la cuna de la pública caridad mana de la caridad hace absurdo é inconcebi
el fruto desús entrañas, la mano de otra ma- ble el escepticismo.
3
10 ALBUM CUBANO
Toda la arrogancia de los espíritus fuer¿esbeyas, magnates ú obreros de cien países, ven-
se confunde ante la túnica blanca de unajnu- didos en los mercados, oprimidos de hierros,
ger que se sacrifica heroicamente en bien de surcados por el látigo, todos elevaron al cielo
la humanidad. durante siglos un clamor inmenso, un eco ater
Los guerreros y lo3 conquistadores producen rador de cuantas aflicciones pueden atormen
el llanto y llenan los hospitales: una mugar tar á la humanidad, tan abundosa en padeci
piadosa enjuga el llanto y cura los heridos. mientos. El lujo de la reina del Tiber fue in
Esos guerreros tienen mas fuerza; esa mu- comparable: la imaginación se exalta con sus
ger tiene mas corazón. prodigios. Resplandecía el oro en los tejados
Los que denigran por sistema al sexo que de su Capitolio, chispeaba en el pavimento de
llaman débi;l los que se burlan ridiculamente sus porticos, por donde se paseaba Hiliogábalo,
de todas las mugeres, devolviendo quizas á luciendo diariamente un nuevo traje de púrpu
todas la ofensa que una les hizo, que se acuer ra salpicado de perlas y diamantes. E;; sete
den de su propia madre, y si no han tenido la cientos templos prodigo el mármol, el pórfido,
dicha de conocerla, que se acuerden de esas los mosaicos, los metáles de valía. Poseyó ter
criaturas sublimes que son madres de todos mas que al mundo moderno le es imposible
los desgraciados y hermanas de la caridad. igualar. Sus patricios contaron los esclavos por
Cuando en época muy reciente la guerra millares. Tuvo un Lucio Vero que obsequiaba
ensagrentaba los mares y las campiñas, ya lo á doce amigos con un banquete que costó seis
hemos dicho, el blanco ropaje de esas muge- millones de sestercios. Pero ¿no encontró lími
res ondeaba en todas partes como la enseña tes la rapacidad de los procónsules y de los
del bien, como la bandera santa de la ternura pretores, y la desesperación de las provincias?
y de la caridad cristiana. Sí! en vano le sobraron á Roma, deleites que
En los dias del contagio y del conflicto, esas á nuestros dejenerados sentidos, á nuestra eclip
santas mugeres se multiplican, y aparecen sada fantasía, parecen fabulosos. En vano se re
como ángeles de consuelo en medio de la hu creó en festines á que Europa, Africa y Asia
manidad afligida y desolada. contribuían con sus peces mas gustosos, con su
Por eso las bendice la humanidad. caza y volatería, coi? sus aromas y sus vinos. En
La humanidad escribirá en su historia, con vano presenció naumaquias de diez y nueve
carácteres de luz, el nombre venerando de San mil combatientes; concurrió á circos entolda
Vicente de Paul. dos de seda y capaces para cien mil espec
Severo Catalina tadores; vio las fieras de las mas apartadas
expiaciones. regiones luchar y despedazarse para diver
tirla; y Atuvo gladiadores esforzados; y com
ALARIO0J1 ROMAo bates sangrientos por intermedios de sus ban
quetes; y esclavos que sirvieran de alimento
Roma, desdeñando la paciente industria, el á las lampreas; y fiestas prolongadas meses
civilizador comercio, pidió' á la guerra, á las enteros, durante las cuales se recreaba con el
extorsiones, á perfidias é iniquidades mil, el espectáculo de tigres y leones destrozando
engrandecimiento, las riquezas, los placeres. cristianos.
El mundo fue suyo; pero Cartago la opulenta, En vano en fin, hizo la apoteosis de la carne!
Corinto la voluptuosa, Numancia la heroica, Llegó el 24 de agosto del año 410.
reducidas á escombros humeantes; Atenas, pa Sombras de Aníbal, de Viriato y de Esparta
lacio de las bellas artes y de las letras, inun no! ¡Sombras de victimas innumerables, que
dada en la sangre de sus hijos; las Galías, en tanto tiempo habéis fatigado á la Providencia
tregadas al fuego y á la cuchilla; damas y ple- con vuestras dolorosas quejas, levantaos! Sonó
DE LO BUENO Y LO BELLO
11
■ á morir por ella, batió completamente á -sus enemi De luz y de encantos llena,
gos, cojió prisionero á su rival, y para mas asegu De suspiros y de amor:
rar el poder supremo segunda vez conquistado, hi- Bajo tu sombra ¡cuan suaves
zo espontánea donación de sus estados á la com- Renacen memorias bellas,
pañía inglesa de las Indias para después de sus Y embelesado con ellas
dias. Siente y goza el corazón .... !
Desde entonces solo se ocupó con infatigable ce
lo del bienestar de sus súbditos, mejorando el go- Aromas tiene la tierra
bienio, y reprimiendo vigorosamente los abusos. Su Y estrellas el firmamento,
conversion á la fé católica, que se verificó cuando Vago suena el manso viento,
celebró su segundo enlace, la puso en relaciones Duerme el ave y calla el mar.
con las cortes de Roma y Francia, encontrando en Todo es paz, y todo es vida
ella los súbditos de esta última una decidida pro- De la luna á los reflejos,
teccion. El rey Luis Felipe recibió ricos regalos Y las fuentes son espejos
de la ilustre soberana de Serdanar, con una caria Donde á Dios se vé brillar.
afectuosa, en estilo verdaderamente oriental, y un
retrato al óleo de su autora, que fué expuesto en la Tal parece que del seno
sala de audiencia deParís, donde acudió á contem- Perfumado de las rosas
piarlo la curiosa multitud, Simrou, aunque contaba Se levantan voluptuosas,
ya cerca de un siglo cuando se hizo dicho retrato, Bajo formas de muger,
conservaba una fisonomía espresiva y agradable, y Del amor de los poetas
se echaba de ver que no habia sido inmerecido su Y el amor de las doncellas,
nombre (1) Las imágenes mas bellas
Los tesoros acumulados por aquella princesa han Que la mente alcanzó á ver.
sido graduados en diez millones de duros, y es de
notar que Iéjos de haber sido avara, su liberalidad Tal parece que en las alas
no la ha hecho ménos célebre que su talento, siendo De la brisa, vaga errante
del número de aquellos mas favorecidos por su ge- De algun infeliz amante
nerosidad los descendientes de su primer marido, El melancólico adiós;
no obstante el mal comportamiento que tuvo con La plegaria postimera,
ella Pablo Renato Sombre, su rival en el trono. Que de lágrimas bañada
Cuando se escribió la biografia que nos hasumi- Alguna alma enamorada
nistrado las noticias que de tan notable mujer aca- Fervorosa eleva á Dios.
bamos de dar á nuestros suscritores, aun vivia feliz
y venerada en medio de sus súbditos, cuya suerte ¿Quien no escucha en estas noches
habia considerablemente mejorado; pero no hemos De eterna paz y embeleso,
podido averiguar con certeza, si aun conserva el El eco errante de un beso
mundo á aquella decrépita princesa, cuyo ingenio Entre las flores sonar;
parecía gozar el envidiable privilegio de no eiiveje- Y del beso y de las flores
cer jamás. *** Al percibir el perfume,
------------ De algun ángel no presume
El espíritu aspirar....?
4
ALBUM CUBANO
generosidad de Walter ensemejantes casos. En fin, bien os ha dado la madre mas buena que existe en
tan g'ande y hasta estravagante en su desprendi el mundo.
miento ostentoso, que ha llegado á hacer objeto de Walter se desentendió, mas nunca desde enton
envidia, para los pobres de su vecindad, la suerte ces volvió á convidar á Nicolas á sus veladas y
de una hermosa ternera blanca que tiene en su ga festines.
nado, y para la que ha hecho construir un establo Marta, sin embargo, no se quejaba á nadie de la
tan estenso y tan rico que merece de los pastores dureza de su hijo, y hasta se empeñaba en alucinar
el nombre de palacio. En él se aposenta, como úni á todos para persuadirlos de que era una apariencia
co dueño, el gallardo animal por quien manifiesta engañosa.
el ganadero predilección decidida; de él le sacan á Cuando algunas comadres solian preguntarle ma
pacer con respetuosos cuidados tres hombres dedica liciosamente, por qué tenia el capricho de no que
dos esclusivamente à su servicio; y en él le visita rer vivir con un hijo tan escelente como pintaba el
Walter todos los dias, haciéndole cubrir con visto suyo,
sas mantas de lana cuando el tiempo es frió y des —¿Qué queréis? respondía ella: por mucho que
templado se amen dos personas, no siempre congenian lo bas
Jamás se le ha ocurrido pensar en su madre, sin tante para asociarse eternamente. No me agrada
hogar en el mundo, en alguna de las muchas veces habitar entre tanta gente como cerca á mi hijo, y
que ve á su ternera blanca tan magníficamente alo él por su parte se ha acostumbrado áno tener mu
jada. Jamás al preparar el abrigo de la bestia favo jeres en su casa: ya veis que con treinta y cinco
rita, se le ha venido á la mente la desnudez y mise años no se ha casado todavía.
ria en que se encuentra la que lo abrigó en su rega Si llevando mas Iéjos la curiosidad, ó la barba
zo cuando era niño. rie, le preguntaban en seguida á cuanto ascendía
Increíble se hace semejante indiferencia en el co la pension que le tenia señalada su opulento hijo
razón de un hijo, y por lo mismo nos empeñamos para que pasase con comodidad su achacosa vejez,
en buscarle, aunque infructuosamente, algun linaje contestaba con prontitud que le era tan antiguo el
de disculpa. ¿Será que la pobre anciana, agriada hábito de una vida laboriosa, que no se hallaba bien
por el infortunio', se haya vuelto regañona y arisca sin trabajar en cuanto sus fuerzas lo permitían.
hasta el punto de fatigar á su impaciente hijo? No: Tengo lo necesario, añadía, y no he menester que
cuantos la conocen ponderan la blandura de su Walter se prive de nada por mí. Bien sé que pue
condición, y los buenos modales que la distinguen do disponer de cuantas riquezas le ha dispensado
entre la gente de su clase. Pero acaso los vicios de la providencia; pero soy mas dichosa viviendo co
Walter le hacen temer un freno en la virtud de su mo estoy acostumbrada, que si pasase colmada de
madre? ¡Ay! tampoco: el gran pecado de aquella sus dones una vejez ociosa, sintiéndome ágil to
infeliz es su escesiva indulgencia con el hijo que davía.
adora: ¿Supondremos pues que se avergüenza es De este modo se espresaba por lo común la desgra
te de deber la vida á una flaqueza de Marta, ciada madre, mas se quejaba amargamente al cielo
y que castiga la falta cuyo fruto ha sido el mismo? cuando ^odia hacerlo sin testigos.-¿Qué le he hecho,
Por terrible que nos parezca esta hipótesis es la Dios mió, esclainaba, para que así me aborrezca?
única en que podemos fijarnos con alguna apariencia ¿No lo crié á mis pechos, pagando esta dicha :i pre
de verosimilitud, toda vez que no cabe duda en que cio de mi honra, y del cariño de mis parientes? ¿No
Walter mira casi con ojeriza á la infortunada vieja, he trabajado quince años para que nada le faltase?—
cuidándose mas de su ternera blanca que de la des. En el instante mismo en que exhalaba su dolor estas
valida madre que no tiene techo bajo el cual guare-justísimas quejas, se le ocurría á Marta que estaba
cerse. escitando con ellas la indignación de Dios contra su
—Habito, decia jactanciosamente el propietario hijo, y solia interrumpirse bruscamente, poniéndose
de la Blumlisalp, en la mas fértil montaña de todo ('c rodillas y achacándose á sí misma toda la cul-
el canton de Thun, y tengo en mi ganado la mas¡Pabihdad de Walter.—Yo lo he echado á perder,
hermosa res que ha pacido jamás en sus opulentas bendito Dios, prorrumpía sollozando: yo he sido
faldas. luna madre débil, y obráis con toda equidad al im-
—El cielo os ha favorecido singularmente, le res- ponerme por pena de mi pecado el desamor de mi
pondió un dia su vecino Nicolás Heber, porque tam- hijo. No le toméis cuenta de él, Dios mió, porque
DE LO BUENO Y LO BELLO. 17
no hace mas que ser instrumento de vuestra divina Señor, para que ingresara en el gremio de los fieles.
justicia. Llegado el momento solemne se hizo peinar Marta
Toda aquella conformidad y abnegación no la por una de las mas hábiles muchachas de aquellos
preservaban, empero, de vivas inquietudes y pesa-icontornos: colocó sobre sus cabellos grises, alisados
res, al ver la crudeza del tiempo y que su casita,y entretegidos con cintas de estambre, una gran cofia
estaba muy léjos de encontrarse habitable. ¿Porblanca 1 con abultados foliages; vistió su trage verde
qué no recurrir á mi hijo? se dijo últimamente de i corpiño negro; se calzó sus fuertes zapatos; tomó
á sí misma. Acaso ignora que me hallo sin asilo, su bastón de viage con regatón de hierro, y em
que paso estas frias noches guarecida por caridad prendió su marcha á la mitad del dia, después de
de los pastores en algún establo. ¿He de con encomendarse á los santos de su particular devo
tentarme siempre con andar acechando su casa, ción, y muy especialmente á la bienaventure da
como si fuera un ladrón, para verle de léjos cuando Virgen.
sale á cazar con su rico traje verde, con el que está Se proponía llegar à la casa de Walter en la mis
tan hermoso? No por cierto: iré á abrazarlo con la ma hora que lo habia echado al mundo treinta y
confianza que debe tener una madre en la casa de cinco años antes; mas hubo de apresurar sus pasos
su hijo. Tal vez provino la frialdad con que me reci al observar que el dia, que amaneció sereno, se iba
bió cuando fui á decirle mi proyecto de levantar anublando á toda prisa, comenzando á soplar un
una casita con mis ahorros, del disgusto que le cau viento recio y frió que hacia en estremo desagrada
saría el que me presentase tan uraña y tan encogi ble y fatigante la ascension de la montaña.
da que hasta los criados se reían de mi necia turba Walter, mientras tanto, reposaba de las gratas fa
ción. Pues no, lo que es ahora iré con fran tigas de la noche anterior, en que habia solemniza
queza, con serenidad; diré en alta voz: ¡soy su do con baile y opípara cena la víspera de su cum
madre! y entraré sin pedir permiso, y me arrojaré pleaños, Eran mas de las dos de la tarde cuando
á sus brazos, y le cubriré de besos, y le anunciaré dejó por fin sus mullidos colchones, y viendo lo de
que voy à vivir à su lado hasta que se concluya mi sapacible del tiempo, y que caia menuda pero ince
casita.—Venid en buen hora, me dirá: ¿qué otra sante lluvia, mandó encender sus chimeneas y que
contestación puede darme? Nunca me he atrevido ¡i le sirviesen la comida; pues desistía de su primera
confesarle que estoy muy pobre, que ya no puedo intención, que era celebrarla con sus pastores en
trabajar á causa del deterioro de mi salud y de la los bosquecillos que bordan todavía las amenas ori
cortedad de mi vista, pero esta vez le hablaré muy llas del lago Oeschi. Por merced estraordinaria, en
claro, se lo diré todo, y no será tan desnaturalizado gracia de la festividad del dia, admitió á su mesa
como muchos creen. ¡Qué dicha la mia si logro ver el altivo propietario á sus criados favoritos, y duró
confundidos á todos los que censuran á mi hijo! Si dos horas el banquete con que le plugo refocilarlos.
puedo decir en alta voz: ¡Walter Muller es un hom ¡Viva Walter! ¡Viva el generoso ganadero de la
bre de bien á carta cabal, y su madre tiene á hermosa Blundisalp gritaban los pastores al levan
orgullo el haberle dado la existencia!, tarse medio borrachos de la mesa; y el amo, que
Alentada con tales proyectos y esperanzas, se de apenas habia probado los añejos vinos ni los varia
cidió Marta á visitar al ganadero, y escogió paro dos manjares, fastidiado de su propia opulencia,
verificarlo el dia 20 de Octubre, en que cumplían fué á tenderse bostezando en un ancho sillon cerca
35 años del nacimiento de aquel. También el amor del fuego; mientras sus servidores lo encomiaban á
maternal tiene sus coqueterías, así es que la buena porfia, tambaleándose unos, tiesos otros como pos
mujer pasó toda una semana preparando sus atavíos tes, para dar pruebas de que no les hacían efecto la
para aquella solemne y suspirada entrevista. Arre cantidad y calidad de las recientes libaciones.
gló lo mejor que pudo la saya de bayeta verde y La lluvia continuaba y el viento iba arreciando
el corpino negro de pana, que habia estrenado por momentos.—¡Qué agradable es, dijo el gana
en el bautizo de su hijo, y que guardaba desde dero, oir caer el agua y silbar el viento, estando al
entonces ccmo una preciosa reliquia. abrigo de un robusto techo, y al calor confortante
—No hay para qué avergonzarlo, decia, presen de una buena chimenea!
tándome á él como andrajosa mendiga. Debo ir ata — Pero qué horroroso, respondió el pastor Franz
viada cual lo estuve el dia mas feliz de mi vida: que se habia acurrucado á sus pies, páralos que no
el dia que lo llevé en mis brazos al templo del tienen ni techo ni fuego.
5
18 ALBUM CUBANO
% 1
DE LO BUENO ¥ LO BELLO. li»
25
Aunque destellan lejanas, fundó mi padre. Iré á danzar contigo, Dúlcia. Has
En mugeres, en amores, ta mañana.
En brisas, cantos y flores —Hasta mañana, pues, Adalberto.
Son dos provincias liermanás. Dúlcia ciérrala ventana en que apareciera un
momento para responder por última vez á las que
Juan de Ariza. jas de su antiguo amante, y la ventana rechina* so
bre sus goznes con»un sonido lugubre, mientras que
Habana 19 de Noviembre de 1858. Adalberto se va lentamente alejando.
II
recien casada. Ella la sigue con los ojos, se extre- Ya brota al fin. — oh! si! con embeleso
mece, palidece y deja caer la cabeza sobre el hom Surgiría miro, del vergel adorno,
bro del esposo. Adalberto de Jaimarit está de pié Medio escondida entre el follaje espeso,
ante ella. Por esquivar el beso
Adalberto tiéndela inano á Dúlcia y la arras Del Fabonio gentil que vuela en torno.
tra á la danza. Dulcía se ha estremecido de nuevo
al contacto de aquella mano, frfa como la de una ¡Sé bien venida, dulce mensagera
estatua de mármol. De los meses de luz! ¡Flor pudorosa,
“Adalberto, ¿por que has venido?” murmuró Que eres de mi jardin gala primera,
Dúlcia.—“Pues que, Dúlcia, ¿no me convidastes á Y de la primavera
tu boda? Te juré que vendria y aqui estoy.—La mú Hija modesta y por modesta hermosa!
sica suena, y se disponen á danzarías parejas.
—“Adalberto, frias están tus manos como el Tú naces á su soplo, y los amores
hielo.”—“Dúlcia mas frió tienes tú el corazón.”— Despiertan por do quier: cantan las aves,
Adalberto, por que has venido?—“¿Por que me Visten los campos vividos colores,
convidaste Dúlcia?” Y sigue la música tocando, y Y derramando olores
siguen las parejas danzando. Baten las alas céfiros suaves.
.“Adalberto! no se porqué, pero me das miedo.”
—“Y tu Dúlcia me inspiras compasión.”—“En Tú naces á su soplo, y cristalinas
nombre de Dios vete.”—“En nombre de Dios he ve Fuentes te aclaman con murmúrio blando.
nido”—“Rotos están nuestros lazos.”—“Solo Dios Tú naces, y en tropel las golondrinas
puede romper un juramento.” Y sigue tocando la Pueblan nuestras colinas
música y siguen danzando las parejas. Los desiertos del Africa dejando.
—“Adalberto, déjame.”—“Me dijistes que vinie
ra, Dúlcia.—Pero que quieres?—Convidarte á mi Tú naces, y me anuncias que del cielo
vez.—Aque?—Avenir á mi mansión.—Y cual es Huyen las sombras y las nieblas frias,
tu mansion.—La tumba. Que ya mis ojos no verán el hielo,
—“Poder de Dios! tu no eres Adalberto,”—“Si, Sino pompa en el suelo
soy Adalberto á quien tu esposo ha muerto esta ma Y luz brillante en prolongados dias.
ñana en desafio”—“Dúlcia lanza un ¡ay! de terror y
de angustia que se pierde entre el ruido de la música Tú naces, y me anuncias que las horas;
que suena y de las parejas que danzan. No contaré de interminables noches,
El baile se suspende por que la novia ha caído Pues rápidas vendrán tibias auroras,
al suelo. Todos se precipitan, la levantan... .y la Cuyas brisas sonoras
hallan cadáver! El caballero que bailaba con ella ha De flores mil quebrantarán los broches.
desaparecido. La música no suena ya y han acaba
do las danzas. Mas no, ninguna como tú esperada
Será ¡oh Violeta! y como tú querida__ .
V. B. Ninguna por el sol acariciada
Con luz tan regalada, s
Ni con tan grato aroma enriquecida.
6
22 ALBUM CUBANO
una gota mas. Se alzó el telón, se dirigieron ávidas Quizas en este ambiente de poesía
á la escena todas las miradas. Apareció Adelaida Para cantaros cobre nueva armonía,
Cortessi cuyo nombre apenas habia resonado entre Y al so! de Cuba
nosotros. Su gallarda figura dominó á los especta Vuestro amor bendición 'o su canto suba.
dores, que quedaron suspensos al resonar su voz, co
mo los hijos de Chipre cuando Venus brotó de los Si; porque en esta zona de resplandores
mares entre ondas de luz y coronada de flores. Pe Génios en sus corolas guardan las flores,
ro cayó el telón y ni una palmada habia resonado Dando alegria
en el teatro. Su hálito, que perfuma la fantasía.
J. Fornaris.
(Continuará) Si; porque en esta Antilla llena de hechizos
Hay silfos, que se mecen en vuestros rizos,
Y á cuyo aliento
Se despliegan las alas del pensamiento.
firieron tejerse túnicas, porque con ellas sentían tas de la casa de Austria, y las modas españolas
menos el calor. Las judias no llevaron por mucho vinieron á derrocar á las italianas.
tiempo mas que trajes de lino debajo: las babilonias, Antes de que se inventasen los alfileres en
al reves, el de lino encima del de lana. En aquella 1349, las mugeres usaban palitos de madera muy
época se fabricaban ya tejidos tan lijeros como la delgados y flexibles para prenderse sus tocados.
gata, y en Oriente fue donde mas cundió su uso: Las primeras blondas que vinieron de Venecia y
eu Roma solo las cortesanas se atrevieron al prin Génova, alcanzaron tal boga, que en 1629 Luis
cipio á gastar ropas trasparentes; pero muy pronto XIII publicó una ley que prohibia usar las que
entraron también en la moda las mugeres honra costasen á mas de tres libras la vara.
das. Atoile dice en un periódico, que en 1593 en
En Francia se usaba entonces con corta di el bautizo del hijo de Mme. de Sourdis, Gabrie
ferencia el traje de las romanas, solo que las mu la de Estrees se presentó vestida de un traje de raso
geres llevaban en la mano un báculo ó bastón, á negro, y tan cargada de perlas y joyas que no se
cuyo estremo se veia una cabeza de animal. Cons podia tener en pie. Poco después, añade mas ade
tanza, segunda muger de Roberto rey de Francia, lante, me enseñaron un pañuelo de mano destinado
en un acceso de cólera reventó los ojos á Estéban para la misma Gabriela, que se habia ajustado en
su confesor, de un bastonazo. 1900 escudos.
En tiempo de San Luis, y durante los reina En tiempo de Luis XV se comenzaron á reem
do» siguientes, las damas nobles hacían bordar en plazarlas mascarillas llamadas lobos, con una gran
los trajes las armas de su casa: las viudas ponían cantidad de lunares negros, que se pegaban al ros
en la parte inferior de la falda un escapulario blanco tro: cada uno de ellos tenia su nombre: el de junto
con lágrjpnas negras. al párpado se llamaba apasionado: el de enmedio
En aquella época el lujo llegó á ser tan gran de la frente magestuoso: el que se ponia en el plie
de, que Felipe el Hermoso creyó necesario dar le gue que forma la boca al reir, juguetón: el de la
yes para reprimirlo. Los duques, los condes y los mejilla, galante: el de la nariz, descarado: el de los
barones mas ricos, no podían regalar á sus mugeres lábios, coqueto; etc. etç.
sino cuatro trajes por año: las señoras menos Las damas de IfKÓrte de Luis XV y Luis XV I,
ilustres, ó poderosas no debían tener mas que uno: llevaron también bastones para sostenerse; ¡tan di
pero pronto cayeron en desuso estas leyes. fícil les era andar con el peso de su traje y con la
En el reinado de Cárlos V un sastre madrile elevación de sus tacones!
ño hizo para una dama valenciana un vestido en En tiempo de la república francesa »e siguie
que entraron cinco varas de paño de Bruselas: la ron las modas griegas nuevamente, pero procuran
cola arratraba mas de dos y las mangas se unían do acomodarlas al clima: entonces fue también
á la cola. Sin embargo, un concilio de Monpetller cuando se quiso violentar á la naturaleza, colocan
habia prohibido bajo pena de escomunion, los ves do el talle debajo de los brazos.
tidos que terminaban en una cola de serpiente. Antiguamente el calendario era el regulador
En tiempo de Cárlos VI de Francia, ca de los trajes. Tal mes, tal dia, á tal hora, se ponia
misas de tela eran poco comune», y las que mas nuo de invierno, de primavera, de verano ó de otoño.
se usanban de sarga. Mucho se criticó el lujo de El calendario, pues, era todo, y poco importaba que
Isabel de Babiera, que tenia dos de hilo. Era tal la se muriese uno de frió ó que se ahogase de calor.
importancia que les daban, que aquellas que las El orden de modas para el verano en España en el
poseían fundaban todo su conato en que se viesen siglo XVIII, era el en que salían vestidos los gigan
por debajo de las mangas y por el cuello. tes, tarascas y gigantillos que se sacaban en las
En el siglo XV las mugeres empezaron á lle procesiones del Córpus en nuestras grandes capi
var descubierto el cuello y parte de la garganta: en tales, y ninguna alteración se haeia hasta el siguien
los reinados siguientes, las alianzas con familias te año.
italianas difundieron en Francia el gusto por las
modas de aquel pais. Entonces se comenzaron á
llevar mangas cortas, y la falda menos larga para
que se viera el pié.
' Francisco I y Carlas IX se casaron con infan
24 ALBUM CUBANO
Ja primera falda. La berta de este delicioso traje es pletan una toilette lujosa, sirviendo para la entrada
pequeña, redonda; formando puntas de tul con |y salida de los salones.
ornato al estilo de las faldas; como también las Con esto me despido de vosotras, lindas sus
mangas. critoras del Albun Cubano, hasta el próximo núme
No podemos tampoco pasar por alto el aéreo ro en que espero poder comunican) secretos im
traje hecho pora la marquesa de U.. .por Madama portantes de la voluble diosa que llamamos La
Garbeille, y que es todo de tul con bullones hasta \ Moda.
la rodilla, adornos de blondas y cintas azules. La Celina.
sobre falda lleva alrededor triple hilera de cintas ri
zadas, y á cortas distancias un marabú graciosa-!
mente colocado. Berta á lo María Antonieta, for REVISTA 8>E LA QUINCENA,
mando tufos ovales con marabúses, cintas azules y1
blondas coquetamente dispuestas. Las mangas á la i.
odalisca, con tufos ovales, están adornadas por el es
tilo de la berta. Yo vivo en el Campo de Marte.
Madama Garbeille no es solamente recomen Ergo me toca encargarme de la revtxla.
dable por la superioridad desús obras, sino también Asi discurrió sin duda mi amiga Tula al enco
por su exactitud, tanto mas digna de elogio cuanto mendarme tan espinosa tarea.
es menos común en la Habana, donde los artistas Por delante de mi ventana pasan los soldados y
y operarios de toda clase, con raras y honrosas es- los quitrines, y lo que es peor, las guaguas: en una
cepciones, no tienen por costumbre la mayor forma palabra pasa todo, nténos las novedades.
lidad. Acaso la influencia del clima pueda mas qui No debo hacer la revista; pero ¿quién resiste á la
su buen deseo. exigencia de una dama?
En punto á tocados, ó seau adornos de cabo Cojo, pues, mi sombrero rebajado, es decir, mi
za, se nos dice que gozan de gran boga en Paris e' medio sombrero, á la dernière, y me lanzo á la ca
bautizado con el nombre de Princesa María, y que lle en pos de los sucesos, ni mas ni menos que un
consiste en una redecilla de oro con plumas blan petardista cuando va á caza de gangas.
cas entremezcladas con '-osas del rey de un rojo Ya estoy en plena calle y en el pleno ejercicio de
purpurino. No es ménos elegante un prendido de mi misión; pregunto á todo el mundo ¿qué pasa? y
tul mosqueado de oro, y sujeto con agujas de dia todo él mundo me mira de reojo y sigue corriendo.
mante. Los adornos de pámpanos y corales tienen Pasa mucha gente, pero todos corren; unos gri
también originalidad y sientan perfectamente á las tando como Arquímedes ¡eureka!, y otros ¡anda!
trigiieñas, pero no hallamos cosa comparable á las ¡anda! como el judio errante.
coronas de flores, que con ciertos peinados son de Aquellos han resuelto el problema; estos preten
un efecto arrebatador. ¿Quien no ha admirado Ja den resolverlo.
gracia infinita con que se ostentan en la hermosa ¿Buscarán el movimiento continuo?
cabeza de la joven condesa de S .. A ... ^ . ? ¿No No: buscan la piedra filosofal, que es la resolución
es verdad, queridas lectoras mias, que no hay una del problema de la vida.
sola de vosotras que no haya dicho para sí, al ver Seria conveniente dejar la solución para el nú
aquellas primorosas guirnaldas tan donosamente mero inmediato, á fin de sostener el interés, pero
llevadas, esas son las verdaderas coronas de la be oigo gritar á mis leetores:
lleza: esas las que mejor simbolizan la blanda sobe ¡El hombre es un geroglifico viviente! ¡El proble
ranía de las graciasl Oh! si! mirad á la condesa de ma de la vida es__ _ ¡«taz?!
S .. A........ con sus diademas de rosas, de violetas ó Corro á casa y espido este parte telegráfico á
de jazmines, y de seguro no volvereis á poneros Tula:
otro ningún adorno. “Apuntes para la Revista.—Han pasado muchas
Solo me resta deciros, por hoy se entiende, personas.
que los chales [ó sean pañolones] de encaje negro “No cuento á los viejos porque ya habian pa
de Chantilly, con puntas redondas, asi como los de sado.
Alcnson y de Inglaterra, son deestrema elegancia, “Todos corren detras de la riqueza: sin duda
y echados negligentemente sobre los hombros com- por eso los mas ricos llevan los zapatos rotos.
7
26 ALBUM CUBANO
“También lia pasado el entierro de un hombre les, aparezco con mi verdadero nombre: soy Peri-
muy rico; en el cortejo iban muchos pobres. quito entre ellas.
“¿Se cambiarán estos pobres por ese rico? Podré hoy no encontrar lo buenom lo bello, pero
“Yo voy pasando." buscaré lo nuevo, y al efecto abro este rejistro de
novedades qup otra pluma, mas esperta ó mas fe
lí. menina, continuará.
Un amigo, poeta hasta la médula de los huesos,
¿Una revista para el Album cubanol dice que lo bueno reside en el corazón y lo bello en
¿A dónde está lo bellol los ojos.
¿En dónde se encuentra lo butnol Pero otro, mas dado á la prosa, asegura que lo
Voy en busca de lo bueno y me veo espuesto á bueno reside en el estómago, y lo bello en el bolsillo.
morir atropellado por uno de esos fúnebres carrico- El lector decidirá.
ches negros, que paran de puerta en puerta para lle
var la pretendida salud á la humanidad. 111.
¿Quién mora en esa casa?—Un joven honrado
que muere tísico, víctima del trabajo. Empiezo mi revista.
¿Y en aquella?—Un joven calavera que muere tí La novedad no es siempre lo nuevo: dígalo si no
sico, víctima de la disolución. el norte, ese viajero que nos visita siempre de paso,
¡1.a honradez y el cinismo heridos por un mismo con el único objeto de que la ropa de abrigo no se
golpe y asistidos por una misma mano! apolille en los escaparates.
Corolario.—El que se salva es el doctor que les El norte es una will fantástica, que cruza como
refrenda el pasaporte. una sombra y refresca nuestras sienes con sus alas.
¡Ah! los doctores cosechan bienes del campo de El norte juega al escondite con los pulmones; se
los males. presenta y luego se escabulle como un duende.
¿Es esto lo bueno?.......... El norte no da resultados mas que á los médicos
Al buscar lo bello topo con una dama que se y á los amantes.
apea del quitrín; le doy la mano y me tapo los ojos. Los resfriados son un gran auxilio para la ciencia
Su cara es un pergamino arrugado que revela un y para el amor.
códice del siglo pasado. La ciencia los cura con récipes que hacen sudar
¡Ah! ¡es N - -. •! ¡Y la tradición cuenta que dos á un mismo tiempo al individuo y á su bolsa.
oficiales se dieron de estocadas por ella! El amor los cura homeopáticamente: con el simi-
¡Y los hombres de su época hicieron locuras por lia simílibus.
obtener una mirada de esos ojos que hoy parecen Y puesto que hace norte lo aprovecho para en
dos ciruelas pasas! volverme en mi paleto y entrar en el gran teatro.
¡Y la sonrisa de su boca desalquilada, hizo palpi El telón está levantado.—El color ceniciento de
tar muchos corazones! la cara del tenor me hace creer que están cantando
¡Y ese cuerpo que hoy arrastra perezosamente al la Gemela.
poner el pié en el estribo, se doblaba con la esbeltez Por huir de la cara de Musiani busco en la platea
de una palma al compas de la danza!.... otras caras que aparecen blancas, como aparece
¡Oh! ¿y esto es lo bellol negra la del tenor.
Entiéndase que el bello sexo lo componen solo El cuarto abono toca á su término: hoy es la
las mujeres bellas. función octava y si no miente el sistema de anun
Solo asi aceptaría el cargo de redactor del Album. cios seguido en los carteles, toca á los abon ados pa
¡Tula tiene ocurrencias peregrinas! res.
En un periódico redactado por damas no puedo Estoy- por las funciones pares; no sé si consiste
yo escribir, porque aparecería como el gallo de la en una ilusión de óptica mia ó en un capricho, pe
aldea. ro en ese dia muchas mujeres me parecen bonitas.
Conste que en esta colmena de abejas litera Sin que por eso dejen de gustarme muchas de
rias me declaro zángano. las que asisten á las funciones nones.
Y ya que de todos modos escribo esta crónica Tengo apuntes en mi cartera relativos á las con
que ha de servir de portada á las revistas quincena- currentes.
DE LO BUENO Y LO BELLO. 27
«
Algunas veces el interés del espectáculo se re-, Porque si usa joyas, ella
concentra para mí en la platea y cencluye en la A las joyas embellece.
embocadura. Nose puede equivocar;
Entonces bien puede la Gassier hacer sus trinos- Todos deben conocerla....
prodigiosos, y la Cortessi sus magníficas evolucio ¡Contempladla! ¡es una perla
nes dramáticas, y Músiani despulmonarse para dar' Que nos ha devuelto el mar!
el do de pecho, porque nada oigo ni veo. Es.......... la que con su presencia
Entre paréntesis: el do de pecho de Musiani Luces al teatro dá;
me recuerda á un maestro de esgrima cuya habi Cuando en el palco no está
lidad consistia en una sola estocada.—Verdad es quej Brilla también por su auséncia.
hace mas una buena que muchas malas. Y al volver á la prosa tropiezan mis ojos con los
No debe estrañarse mi enagenacion porque encuen- de M.......... ; pero ella los separa y yo también.
tro mas música en los ojos de I.... que en todas las M . . no tiene corazón; para ella no hay otro in-
partituras de todos los maestros. teres en el teatro que el que ofrecen las bambalinas
¿No conocéis á I....? Pues vedla en el palco y bastidores.
de la derecha. Y M.. .. es muy hermosa, ¡Qué lástima de liel-
¡Bien haya la marina española que no solo cuen mosura!
ta con glorias tan lejítimas como la de Trafalgar Allí veo á E.. . ¡una rubia encantadora con
sino que tiene vástagos como.... ojos de ángel!—¡Qué dichoso es V....!
Verdad es que la marina ostenta bellezas de pri En su palco, á la izquierda, muellemente recos
mer orden, como por ejemplo: mirad à la izquier tada en la silla, distingo á Leona; no se llama asi
da. — ¡Oh!..... pero es la creación de Soulié; sus magníficos ojos
¡Qué dúo el de tenor y tiple!.... Pero sobre todo rasgados vagan por la platea y parece que acarician
¡qué cabeza la de P.... ! á su víctima.— ¿Quién será la víctima?
Allí está: con su cabellera rizada y su boca entre Huyendo de Leona topo con Barili que para can
abierta, y sus ojos dormidos que brillan de vez en tar se enrosca.
cuando como relámpagos. Y huyendo del barítono me deleito en contem
P.... es una hermosa cabeza de bacante; ¡ah! plar á las poéticas niñas de O .... de C .... y de
me acuerdo que viéndola bailar me di por muerto: R......... y á las hermosas matronas de J.. .. y de
no pone los pies en el suelo. A.... y á una deliciosa náyade de Puerto-Prín
Pero al hablar de ellas vuelv o los ojos á la dere cipe, que con sus ojos me roba muchas melodías de
cha y los fijo despuos en mi cartera: allí leo este Bellini y de Donizetti.
apunte fisionómico: ¿A qué ocuparme de Lucia y de Lucrecia, de 11
Hay aquí mas de una bella Trovatore y Gemma, de La Gitana y el Barbero
Que brilla por su frescura, si ya han pasado?
Por su gracia y su hermosura, Verdad es que muchos dicen que algunas de
Mas ninguna como eZZ«. esa» óperas no han pasado.
Puesta en el rostro la mano 9 Pide la palabra Ernani. La Ghione hizo de El
La sien apoya en un dedo. . . vira.—El público hizo el coro, pero un coro que no
Pero pintarla no puedo: escribió el maestro.
Intentarlo fuera en vano. Un entusiasta aplicó á la soi disant prima donna
Solo debo asegurar un sinapismo rimado, que acababa con estos dos
Que cuantos la ven la admiran; ¡lancetazos:
Pero hay cosas que se miran ‘•Bravo, Angelina! muy bien!
Y no se pueden copiar. Eso es cantar, A ngelina!"
Tipo sublime, ideal, Nunca vi tanta armonía entre una artista que
Toda encantos, gracia toda, canta y un poeta que compone; entonces esclamé
Es la reina de la moda con Iriarte:
Que nunca tuvo rival. Música y poesía
Si se adorna, no aparece En una misma lira tocaremos."
Con los adornos mas bella, Max Maretzek me tira del faldón de la levita
28 ALBUM CUBANO
para que no continúe hablando de la troupe, y paso Ahora bien: quítese á los hombres el estóma
á otro capítulo diciendo: “Mejor es no meneallo.’' go, y ni el zapatero hará zapatos ni el abogado de
fenderá pleitos.
IV. Los animales del señor Donetti no son mas
que hombres con cuatro patas y con distinta piel.
Para escubrir una revista sobra material. O los hombres, deduciremos, no son mas que
Ahí está Chiarini con su circo provisional Ha animales con dos pies.
ciendo habilidades y payasadas. El público se componía en su mayor parte de
El circo se llena todas las noches; la filosofía niños. Los niños son los únicos que comen y no
de las piruetas y de los saltos mortales está al al trabajan.
cance de todo el mundo. Y asi veo comprobado el apotegma que ante*
Va hemos averiguado para que sirve el cable senté, de que se aplaude lo que no se entiende.
submarino con que nuestros vecinos de la Union en Si quiere el lector mas novedades ahi tiene dis
ganaron á la Europa. tintos panoramas, donde por poco dinero y sin
El cable submarino no lleva despachos á Ter mover mas que los ojos, se convierte en touriste y
ranova, pero lleva á un acróbata del suelo al techo da vuelta al mundo.
de un circo. He aqui la enciclopedia enseñada por un cris
Ahí estan también, y á pares, las compañías de tal.
eso que llaman Minstrels.
Los negritos tienen gracia, pero el público los V.
aplaude porque no entiende lo que dicen.—No hay
como no entender una cosa para que parezca bue Va tomando proporciones la revista y debo pen
na. sar en concluirla, si quiera porque considero que
Dicen que cuadrúpedos de todas especies van á todavía no la he empezado.
tomar por asalto los coliseos. Tula me encargó que hablara de todo, y de na
He aquí á los animales monopolizando el inte' da he hablado.
rés público. En cambio, por modestia me prohibió que ha
El señor Donetti nos ha presentado en apólogos blara en su periódico de la fiesta celebrada el 27 en
las miserias de la humanidad. el teatro de Tacón, y voy á ser consecuente.
El cuadro de la vida se ha exhibido en Villa- Pero no hablaré de Tula, sino de la señora A-
nueva por espacio de algunos dias. vellaneda.
El señor Donetti no es mas que un Pedro c Los que no tenéis alma de poeta, los que no
un Esopo en prosa', solo le falta hacer que los ani sentís el fuego sagrado de la inspiración, los que no s
males hablen para que el mundo compréndalos habéis recibido del cielo ese quid divinum, con que
puntos de contacto que con ellos tenemos. premia á sus escojidos, no podéis comprender lo
Los monos sabios representan la verdad por que pasaría por el alma de nuestra poetisa en
medio de fábulas en acción. la noche del viérnes último.
La señorita Batavia y Mad. Pompadour y el Muchos y muy lejítimos laureles han ceñido
mono cocinero no son mas que tipos en parodia de la frente de la autora de Saúl, de Alfonso Munio,
la gran familia humana. de Baltasar, de El Príncipe de Viana, de La ver
Todas las habilidades que el público aplaude dad vence apariencias yde tantas obras, producto
como un premio á la paciencia del señor Donetti, de su inestimable ingenio.
no son mas que lejítimos arranques de lo que cada Ella ha conmovido con los acordes de su lira
cual hace diariamente,obedeciendo á una necesidad dramática á multitud de personas agrupadas en un
imperiosa. coliseo, pero se ha hecho aplaudir luchando, des
Porque todo está subordinado al estomago. pués de haber producido una obra que esa concur
Aquellos animales trabajan con el ojo fijo en rencia iba á juzgar.
la mano de su dueño, donde se esconde un bocado Entonces la emoción del orgullo se enlazaba
que sirve de estímulo. con la gloria del poeta.
Quítese el estómago á esos animales y no Pero en la noche del 27 de Enere no habia lu
moverán. cha, no habia mas que emoción.
DE LO BUENO Y LO BELLO. 29
Aquel acto no me atreveré á describirlo, por García y cantado por los socios, acompañó con sus
que, como dijo Larra, “los sentimientos se sienten acordes el acto en que las Sras. Condesa de Santo-
pero no seesplican.” venia, marquesa de la Real Proclamación y Doña
Aquella noche fué la recopilación de sus triun Luisa Perez de Zambrana, ciñeron las sienes del
fos de poeta. De cada hoja de la corona que la re gran poeta cubanoconlamagnífica corona de oro
presentación de un pueblo entero colocaba sobre que la sociedad del Liceo le destinaba.
sussienes, vería ella brotar de nuevo uno de sus en La Avellaneda profundamente conmovida se
vidiables triunfos. dirigió al público y leyó esta corta y sentida com
Ella, como Safo, como Dante, como Quintana, posición, en la cual revela la agitación de su alma en
ibaá recibir ese premio que solo conquistan los noche tan solemne:
grandes génios.
Es imposible pintar el magnífico golpe devis- “Si en estos que me dais dulces momentos,
ta que presentaba el gran teatro de Tacón. Los pal ¡Oh ilustres socios del Liceo Habano!
cos estaban adornados'con graciosos pabellones de No os revela mis vivos sentimientos
gasa y elegantes jarrones con flores; la platea, al La profunda emoción que oculto en vano,
fombrada y cubierta de sillas que ocupaban solo las Romped, romped mi lira, que impotente
señoras, parecía un precioso canastillo. Nunca puede alcanzar de la armonía
La Exenta Sra. Condesa de San Antonio hon Tonos que os den en vibración valiente
raba la fiesta, luciendo en su palco sus gracias La voz que al lábio el corazón envia.
y ese gusto exquisito en el tocado que la ha Enalteciendo, cual alumnos fieles,
hecho siempre distinguirse. Su ilustre esposo y al De artes y letras á las nobles musas,
gunas autoridades la acompañaban. Prodigáis generososlos laureles
Silas mujeres de Cubano tuviesen conquista Que en tan bella region vierten profusas:
da una fama en el mundo por su belleza bastaría Y hoy que con uno coronáis mi frente,
haber tendido la vista por el salon; se perdíala men Dispensando la prez de la victoria
te vagando por aquella multitud de rostros hechice Al culto que les rindo reverente,
ros. Allí Páris se hubiera visto apurado para Suyo el triunfo será, vuestra la gloria!
elejir. Solo la gratitud debe ser mia
Y digo Páris por no decir que me hubiera su Y el alma encierra sus afectos santos....
cedido lo mismo. Mas ¡oh! dejad que os muestre su energía
La función estuvo muy bien combinada; no Con lágrimas de amor y no con cantos."
parecía sino que muchas naciones habían enviado
uno de sus talentos, en su representación, para ren Quisiera decir todo lo que me ocurre acerca
dir tributo á nuestra compatriota. de la gloria de la poetisa coronada, pero se aperci
Los esposos Gassier, la Cortesi, Errant, Musia be Tula de que infrinjo su precepto hablando de
ni, la Phillips, Gottschalk, White y Esparci ó se es ella y me arranca la pluma de la mano.
forzaron para lucir sus grandes facultades en el di Todo lo que dejo de decir lo saben yu mis lec
vino arte. tores: que expresen por mí lo que siento y no me
La compañía dramática del Liceo representó dejan explicar.
el drama de la señora Avellaneda La hija del rey
Réné; en él tomaron parte y fueron aplaudidos jus VI.
tamente las señoritas Odero y Zarza y los señores
Ruiz, Ureña, Briñas y Rio. Estoy tan cansado de escribir como mis lecto
Después apareció en el escenario la Sra. Ave res de seguirme en mi tarea.
llaneda, entre los señores condes de Santovenia y El cáriz anuncia fiestas y dará asunto de sobra
un semicírculo de bellas jóvenes. El señor director para el nuevo revistero.
del Liceo leyó un discurso sobre el tema de la Diré en secreto que se prepara un gran baile
fiesta, y leyeron poesías la Sra. Perez de Zam de máscaras destinando su producto á la beneficen
brana y los Sres. Fornaris, Zafra, Leon y Borrero. cia; bastará saber que la Excma. Sra. Condesa de
Llegó el momento solemne ; la música de un San Antonio es la que prepara la fiesta para pronos
himno compuesto por los señores Betancourt y ticar lo que esperarse puede en esa noche.
30 ALBUM CUBANO
ESF4SSn
diar los accidentes causados por las flores, son los —Habiéndose hecho á un albardero la pregunta,
de sacar álas personas atacadas al aire libre, y el de si era su oficio de mucha ganancia, contestó: si
rociarles el rostro con agua y vinagre. tcdos los asnos llevasen albardas, ahorraría mas de
F. P. 11. doscieuto ducados al año.
[Corero de la Moda.]
—El dia en que el Emperador Tito no habia he'
cho feliz à alguno de sus súbditos, esclamaba:
“Díem perdidi amici: lié aquí un dia perdido, ami
gos mios.” Lo mismo decia una hermosa dama
aunque en diverso sentido de como esta esclama-
cion erausada por aquel escelente Emperador.
ANECDOTAS.
Hallándose en cierta Ocasión un caballero fran'
cés sentado entre la célebre Mma. Staël y la bellísi
ma Mina, de Recamier, les dijo galantemente:—
Protógenes, pintor célebre, tenia su taller en Me encuentro entre la gloria y la hermosura.—A lo
un arrabal de la ciudad de Rodas, cuando Ja si que contestó rápidamente la autora de Corina.—
tiaba Demetrio. Ni la presencia de los enemigos, ¡Qué lástima que no poseáis ni á la una ni à la
ni el ruido de las armas, que sin cesar resonaba en otra!—Esta contestación dió mucho que reir á los
sus oidos, le hicieron dejar su habitación ni inter asistentes.
rumpir su trabajo. Se admiró el rey de ver esta
tranquilidad, y le preguntóla razón. lo estoy per Un ladrón, terror de su comarca, caminaba
suadido, le dijo Protógenes, de que habéis declara hácia el suplicio, y el agonizante que le acompaña
do la guerra á los rodios pero no á las bellas artes. ba le dijo: “Enmiéndese, hijo, este es el momento
de orar, y de recurrir á Dios, que es la última espe
Preguntó Dionisio á Aristipo, ¿por qué iban ranza del hombre. Pídale perdón por haberse ocu
los filósofo á ver á los reyes, y los reyes no iban á pado en tan mal oficio.”—“Mal oficio esclamó! el la'
ver á los filósofos?—Porque los reyes, contestó Aris dron con viveza: ¡en qué error está V, pudre! Era muy
tipo, no saben lo que les hace falta, y los filósofos sí. bueno si me hubieran dejado trabajaren él.”
Preguntáronle á Diógenes en qué pueblo de Un hombre muy crédulo decia que no tenia fé
Grecia habia mas hombres; y respondió: En Es en la vacuna.
parta hay niños, hombres en ninguna parte. —¿Para qué sirve? argumentaba muy formal, yo
conocí un niño hermoso á quien su familia hizo
Dcmóstenes estaba comiendo un dia en una vacunar, y dos dias después se murió.
taberna. Pasó por allí Diógenes, y procuró ocultar —¡Cómo! ¿dos dias después? le preguntaron.
se para que no lo viera. Diógenes le dijo: Montras —Si señor, dos dias después se cayó de un árbol
mas te ocultes en la taberna, mas te metes en ella. y quedó muerto en el acto. ¡Haga usted vacunar á
los chiquillos después de ver eso!
Un dia se arrojó tin perro à Pirron para mor
derle y Pirron le rechazó. No faltó quien le dijera Un consejero de Rouen, galanteaba á una se
que aquella acción era contraria à sus principios: ñorita de la misma ciudad, que parecía correspon
Es cierto, respondió, pero \cuan difícil es desarrai derle. Un oficial de la guarnición trató de desban
gar las preocupaciones antiguas'. carle pero no pudo. Montado en cólera un din, vá
á buscarle y le dice que ó deja de ofrecer sus obse
Asistiendo un dia el célebre Voltaire á la lec quios á la citada señorita, ó se bate con él. El ma
tura de una tragedia, no dejaba pasar un verso ni gistrado le responde que no se intimida por tan
una escena, cuando conocía alguna señal de imi poca cosa: acepta el desafio. Acuden al dia siguiente
tación, sin inclinarse; y como se admirasen de ello, al sitio señalado, y el togado dice que no sabiendo
esclamó: No os parezca mal; tengo costumbre de sa manejar la espada, elige la pistola. Saca, en efecto,
ludar mis antiguos conocidos. dos de estas armas mortíferas, le hace elegir al ofi-
32 ALBUM CUBANO
cial, y le dá municiones para cargarlas. Corrientes la librería de Charlain y Fernandez, calle del Obis
ya las armas, cede también generosamente al mili po número 114, y en la Secretaría del Liceo, á los
tar el derecho de tirar el primero; dispara este, precios siguientes:—Poesías,última edición, con el
y cae su rival en tierra. Creyéndole muerto monta retrato de la autora, un volúmen en 4. ® elegante
inmediatamente en una silla de posta que estaba impresión, un peso cuatro rs. fs.
prevenida al efecto, y parte á todo escape. Algunos Espatolino, un volúmen iden 5 rs. fs.
meses después encuentra á un amigo suyo de Rou Dos Mujeres, dos tomos: un peso f.
en que le pregunta por qué habia salido tan de Baltasar, drama, seis rs. fs.
priesa de aquella ciudad. Tres amores, comedia, 5 rs. fs.
—¿Pues qué? no supo V.el lauce que tuve? Si fui
yo quien mató al consejero N.......... OTRA.
—Vd. delira: el consejero está perpectamente
bueno y acaba de casarse con la señorita X.......... Esperamos de la benevolencia de los Sres,
El militar se quedó helado al pronto; después suscritores del Album Cubano, que sean indulgen
comprendió la farsa, y.......... concluyó por echarse tes esta vez con la falta involuntaria en que hemos
á reir. Las balas eran artificiales, y el magistrado incurrido. Las imponderables dificultades que en
habia hecho el muerto para alejar á su rival. cuentra en esta isla la instalación de un periódico,
las preferentes obligaciones de la imprenta de que
Confesóse un joven, que iba á recibir el sa sale este primer número, y hasta la desgracia de
cramento del matrimonio, y notando que lo absol una pérdida dolorosa que ha venido á afectar en
vía el cura sin imponerle penitencia, le advirtió su estos dias á la directora del Album, todo selta reu
olvido.—¡Ay hijo mió! esclainó al punto el confe nido para inutilizar el buen deseo de la redacción-
sor: bastante es la penitencia que tú mismo vas á No habiendo sido posible que este número, que de
imponerte, no necesitas mas. bió repartirse el primero del corriente, salga á luz
hasta casi mediado el mes, el segundo no po
Estando Demóstenes en Queronea, huyó y ar drá darse ya hasta el 1.® de Marzo, continuan
rojó las armas para correr mas ligero y no caer en do sin interrupción el reparto del periódico todos
poder de Filipo. Se le agarró del vestido una zar los dias 15 y 1. ®
za,ydió un grito diciendo: dame la vida, por piedad'. El número presente y el que recibirán los sus
Imaginaba que le cogia un enemigo. ¡Cuántos ora critores infaliblemente en 1. ° de Marzo, forman el
dores muy valientes en la tribuna le imitarían en el primer mes de suscrieion.
combate! Desde la entrega siguiente á esta, los Sres.
suscritores notarán mejoras considerables en la par
Don Manuel el afortunado se divertía con sus te material del Album Cubano, que constará siem
ministros en la caza y jugando á la pelota, ydespues pre de ocho pliegos de cuatro páginas cada uno, ta-
les decia: ya estamos cansados de jugar, descansemos maño'igual á este, conteniendo mas lectura que los
con los negocios. cinco de impresión prometidos en el prospecto, pot
ser pliegos mucho mayores que el de aquella mues
tra, en razón de contarse entre los percances ocur
ADVERTENCIAS. ridos al periódico, el haberse hecho imposible,
inesperadamente, que la radaccion dispusiese del
papel escogido antes.
Compensamos, en lo posible, á nuestros ama
En la administración de este periódico y en bles suscritores de la tardanza'sufrida, dándole con
sus puntos de suscrieion se admiten también suscri el presente número una deliciosa pieza de música
tores para la interesante obra de la Sra. Sinués de de mayor estension que las que acostumbran dar
Marco, titulada El Angel del Hogar. El precio de los periódicos, elegantemente impresa, y de mérito
cada entrega [que constará de 16 páginas en 4. ® ] superior, que sabrán apreciar los inteligentes.
es un real ft. que se abonará al recibir la entrega.
Varias obras de la Directora de este periódico
Sra. Gomez de Avellaneda, se hallan de venta en
2
ALBüM CUBAN0
DE
¡ X) BUENO Y LO BELLO.
sagre su corazón altar secreto de holocaustos dencia corrompida; pero Maria venció sola, y
continuos. Pero 110 temáis, no, que ese gran sin intervención de ningún Adan produjo
corazón en que so aposentan los inmensos descendencia divina. La gloria de María bor
afectos de hija, de esposa, de madre, exigien ró y cubrió con resplandores eternos la ig
do triple tributo de abnegaciones ignoradas, nominia de Eva. La derrota de Adán nece
se postre ó se rompa por no ser bastante á sitó de un IIombre-Dios para ser reparada.
contenerlos. Desbordan, es verdad, aquellos
IV.
sentimientos y se derraman y se extienden
por el mundo, pero es para servir de bálsa El mundo, á pesarde las vulgaridades que
mo á todas las úlceras que lo corroen: es pa circulan por su seno en detractaciou del sexo
ra formar esas instituciones sublimes de be femenino, no ha podido rehusarle los dicta
neficencia, que todas tienen á la mujer por dos de bello, tierno y piadoso, si bien desqui
fundadora ó tutelar. Oh! ella no es madreso- tándose de este homenaje con llamarlo tam
lameute en el sentido material de la palabra: bién débil. Apurado se vería, sin embargo,
la maternidad de su alma comprende al uni si le exigiésemos nos probase la justicia de
verso. pa Providencia misma lo indicó así al esta última calificación recorriendo el in
hacer que naciera de! sen o virgin al de María menso catálogo de los mártires de la fé, con
el divino representante del mundo regene la minoría vergonzosa en que encontrase, al
rado. sexo en aquellas páginas sangrientas deí he
roísmo religioso. ¡Y eso que las mujeres no
III. aprenden á ser fuertes y á despreciar la vida!
Mucho también habría de costar!o ; el en
La dolorosa maternidad, expiación cu Eva,
contrar en la historia de las naciones un pue
triunfo en María, [que fué, sin embargo, la
blo, un siglo que no le suministrasen e-
mas mártir de todas las madres], ciñe las
jemplos gloriosos de mujeres magnánimas,
sienes de la mujer, penitente ó santa, con la
ilustradas por hechos extraordinarios de pa
aureola augusta del sacrificio: la reviste del
triotismo que les han merecido de la posteri
sacerdocio mas sublime—porque es el que
dad el título de beroinas;
exige mayor abnegación—del saccrdoeio.del
¡Y eso que la mujer no está admitida á to
amor. Oh! sí! Eva llorando la esclavitud de
mar parte en los intereses públicos, ni lia te
sus hijos, echados al mundo con dolores de
nido jamás un Capitolio!
sus entrañas; María rescatándolos, también
No es allí tampoco donde queremos bus
con sus lágrimas, y abriéndoles las puertas
carla, porque no están allí los títulos mas be
del cielo con dolores de su alma, .sintetizan,
llos de su grandeza.
digámoslo así, toda la historia de su sexo.
Volved, volved los ojos á aquellos dias se
¡Siempre el sacrificio, basta en el triunfo!
ñalados por el mas grande de todos los su
.De este modo la mujer se alza reina por de
cesos del Orbe: á aquellos diás en que brilló
recho divino: reina como primeraen él dolor
la luz tanto tiempo esperada, difundiendo
-expiatorio: raina como primera .en el dolor
’sus resplandores hasta fe¡ que yacían d la som
glorioso de Ja lucha y la victoria.
bra de la muerte. ■
Notadlo bien, vosotros los que recordáis
sin cqsar la. flaqueza do la. primera madre, -í ■ . . ; „ V.' .
.poniéndola como eterna estigma sobre la
frente del. sexo;, notad que María fué saluda El Redentor recorre la Jñdca dando vo.z
da llena de gracia por el mensajero celeste, á los mudos, movimiento ,á los paraljtie.oé,
antes, deyiue. la gracia se hubiese encarnado vista á ios. ciegosj salud- á los .enfermos, y a-
cu el hombre. Notad, también que Aclan. de nunciando el Evangelio d lo.s pobres., según
linquió, con Eva, y con,ella produjo descen sus mismas palabras?
36 ALBUM CUBANO
Los doctores de la ley le persiguen acusán Luego, cuando la noche extiende su lúgu
dolo de perturbador del orden público. bre manto sobre la ciudad deicida, ¿quiénes
Las mujeres ignorantes se van cu pos su velan en medio del silencio, preparando per
ya bendiciendo el vientre donde fué conce fumes para embalsamar con piadosas manos
bido. los sacrosantos restos?—Mirad! mujeres tam
El fariseo preciado de justo, que le recibe bién. Por eso merecen que una de ellas es
en su casa, no le ofrece agua para la ablu cuche antes que nadie aquel anuncio solem
ción prescripta por el uso. ne, de felicidad para todas las generaciones
La mujer pecadora llega á lavarle los pies humanas.—“Mujer! no está aquí el que bus
con sus lágrimas y á enjugárselos con sus cas: ha resucitado como dijo.”
cabellos. Y no esto solo: otro júbilo, otra gloria ma
Pilato, débil ante el ciego furor de los an yor nos estaba reservada. La mujer que fué
cianos y sacerdotes que le piden sangre ino la primera en recibir la noticia del triunfo,
cente, la lince saltar bajo los golpes del láti fué también la primera que contempló con
go y abandona el Mesías al escarnio de sus sus ojos al primogénito de entre los muertos.
soldados. Era justo: ella le habia acompañado en el
La mujer del gobernador romano salta de suplicio y le buscaba en el sepulcro.
su lecho perturbada por misteriosos presen
timientos de su corazón, y despacha mensa VII.'
jeros que le supliquen vivamente no permita
sea derramada la sangre de aquel justo. Hemos visto ántes á Eva y á María, á la
Y Pilato, y los doctores, y los sacerdotes, madre culpable y á la madre Santísima; ofre
y los ancianos, y el pueblo, todos condenan ciendo igualmente al cielo abundante tribu
al hijo do Dios, todos le envían al suplicio to de maternales dolores. Vemos ahora á
María y á Magdalena, á la Virgen sin man
cargado con la Cruz.
cha.y á la cortesana arrepentida, ofreciendo
Las bijas de Jerusalen le siguen gimiendo
y regando con sus lágrimas las últimas hue igualmente á la admiración del mundo el su
llas del mártir divino. blime ejemplo del heroísmo del amor.
Las dos se nos presentan al pié de la Cruz,
VI. y allí la una, y junto al sepulcro la otra, o-
yen de labios divinos y de labios angélicos
Oh! mirad levantada la Cruz entre el cie aquel vocativo—¡mujer!—que tiene en am
lo y la tierra, que une con sus brazos san bos casos significación gloriosa.
grientos. La víctima santa, enclavada en a- Muj&d. hé ahí á tu hijo; le dice el Peden tor
quel madero, (quede instrumento de muerte á María, simbolizando en San Juan á todos
queda convertido á su contacto en símbolo los hombres. Notadlo: no la llama madre
de vida) tiende sus moribundas miradas en suya, porque la reina de los mártires no re
torno de su lecho de agonía...... ¿Qué sellan presenta allí solamente á la augusta madre
hecho tantos discípulos honrados con su a- del Mesías; representa á la Mujer...... á la
mor, ilustrados con su doctrina? ¿Dónde es mujer rehabilitada, á la mujer santificada, á
tán aquellos hombres privilegiados escogi la mujer co-redentora, cuyo grande corazón
dos por él para ministerio augusto; revesti puede contener la maternidad del universo.
dos por él de potestad contra el infierno? Mujer\ dice también el ángel á Magdale
¡Uno solo está allí!...... uno solo!...... Pero na, el que buscas no está aquí; ha resucitado co
en cambio hay tres mujeres. Ninguna de ellas mo dijo.
se halló presente á la gloria del Tabor: to Tampoco la amante penitente es llamada
das acuden á participar del sacrificio del por su nombre: el vocativo de que se sirve el
Góígota. nuncio celeste es el mismo empleado por el
DE LO BUENO Y LO BELLO. 37
sonal, de mas indeterminado y por lo tanto mas fuertes los lazos de afección mútua, de
de mas espontáneo. estima recíproca que deben reinar entre todos
Popularizar la música no es otra cosa los pueblos. La coincidencia de los hechos
que multiplicar las relaciones del hombre que acabamos de señalar con el desarrollo
con el hombre. Cada instrumento, como ca extraordinario de esas generosas sociedades
da cifra en aritmética, tiene un valor absolu que se dedican al alivio de todas las miserias
to y un valor relativo; se basta á sí mismo pa de la especie humana, con esa simpatía de
ra producir la armonía, pero unido á muchos todos los pueblos hácia la desgracia de cada
otros tiene un valor doble ó triple, según el uno, con esos impulsos espontáneos que so
rango que ocupa en la ejecución de una obra manifiestan tan frecuentemente en cada pais
musical. La necesidad de multiplicar las c- para socorrer á sus vecinos presa de alguna
mociones, impulsa, pues, invenciblemente á cruel aflicción, ¿no prueban que Inhumanidad
los hombres que cultivan este arto, á reunir entra en una nueva era, que no va siempre
se para realizar la belleza en mayor escala, descendiendo hacia el mundo material, como
para obtener mayor variedad en el seno de algunos dicen, sino que la vida se esparce
la unidad. ¿No es esto un medio do hacer simultáneamente por todos sus miembros,
mas frecuentes las relaciones de los hombres que el sentimiento de lo bueno, de lo ver
entre sí, de mantener esos sentimientos de dadero y de lo bello so apodera cada dia
benevolencia que forman el encanto y la fuer mas de ella, que después de haber desarrolla
za de la sociedad? Hoy dia hace parte de la do su inteligencia por medio de las ciencias,
enseñanza popular: debe contribuir á dar á su fuerza por la industria y la política, desar
los hijos del pueblo la costumbre de las emo rolla su corazón por la caridad y las bellas
ciones puras y elevadas, á inspirarles en su artes; que se acerca, por fin, esa fase déla ci
niñez esos sentimientos de orden y armonía vilización en que todos los elementos socia
que tienen un eco necesario en la vida inte les vendrán á coordinarse en una magnífica
rior del hombre, de modo que preludian co n unidad, como todos los elementos de la armo
la asociación do voces esa asociación de bra nía vienen á identificarse y confundirse en
zos y corazones sobre que reposa su porve el acorde perfecto (1)?
nir. En las clases que tienen iguales placeres,
el mismo arte reúne una multitud do indivi
duos que, sin él, no hubiesen tenido tal vez
entre sí mas que raras é insignificantes rela CAKTA
ciones. La multitud siempre curiosa, siempre Á la Sr<« Da Gertrudis Gómez de Avella
ávida de goces morales, se agrupa cu esos neda de Verdugo.
conciertos que á cada instante se encuentran
en nuestras grandes ciudades. La música
entra cu una nueva era, este C3 un hecho que Muy apreciable amiga mia:
no puede negarse; pero este hecho oculta un ¿Con qué le gusta á V. la Filosofía? ¿Con
fenómeno social mucho mas notable todavía. qué el estudio del hombre le agrada á V. tan
La Francia aplaude con trasporte á los gran to ó mas que el estudio de la naturaleza?—
des artistas de AlemaniaéItalia, mientras que ¡Cuidado no se rebele contra V. todo el sexo
los suyos son recibidos con igual entusiasmo
[1] Esta comparación no es nueva: “Ut enim in fidibns
por las naciones vecinas, y hasta por esta Amé aut tibiis, atque ut in cantu ipso ae vocibus coucentus est
rica virgen, que en el cambio de productos quidam tenendus ex distintis sonis, quein immutatum aut
discrepantem aures eruditæ ferre non possunt, isque concen-
intelectuales recibe todavía mas de lo que dá. tus ex dissimilium vocum moderatioue concurs lamen effici-
tur et congruens; sic ex summis et infimes et mediis inter-
El artista es el representante do su nación; jectis ordinibus, ut sonis, modérala ratione, civita consensu
esos sentimientos de simpatía que excita en disimisllimorum concinit; et qnœ harmoniaà musicis dicitur
in cantu, ca est in civitate concordia [Cicerón: De Repú
tre los extranjeros, tienden siempre a hacer blica.]
DE LO BUENO Y LO BELLO. 39
ir
fuerte, que llega en sus pretensiones hasta causas y efectos; en todo se descubren las le H
excluirá la mujer de cuanto es grave y tras yes admirables dictadas por la sabiduría in
cendental!— finita; en todo resplandece una armonía cons (l
Mas, pese á sus decantadas pre rogativas, la tante, una unidad maravillosa; pero si el fi j
que en las difíciles circunstancias de la vida lósofo lo abraza todo en su investigación y I
le sirve de luz, de amparo-y de guia: la que sus reflexiones, y puede elevarse sin esfuer
ha recibido del cielo el sublime encargo de zos [y sin necesidad del progreso panteista]
dirigirlo en sus primeros pasos, de despertar desde el átomo hasta Dios, es mas propio de
¡1 su consideración y do su estudio aquello que
sus primeros sentimientos, de inspirarle las
primeras ideas: la que ejerce sobre él una in por la nobleza de su serse aproxima mas al
fluencia irresistible,—y lo atrae, lo inspira, lo objeto final de sus aspiraciones,al ser perfec
1 abate, lo exalta, lo domina;—esa debe fundar to, origen de toda verdad y término de toda
su poderoso prestigio en cualidades muy ex filosofía.
celentes, que sin duda la habilitan para inter Pero el estudio del hombro para que sea
venir en cuanto tiene gravedad y trascen deli útil no debe hacerse como lo hacen los filó
cia en la vida; que indisputablemente le dan sofos, [se lo digo á V. muy reservadamente].
aptitud para resolverlos elevados problemas Si recorre V. los millares de capítulos que
de la ciencia, y le conceden un legítimo de sobre el asunto han escrito esos señores, es
recho para salir del ajustado círculo en que toy seguro de que en el mejor y mas medita
la encierra no la ley divina sino el egoísmo do no acaba V. do conocer á su prójimo; y
¡i
del hombre, no las exigencias sagradas del si á ¡a vez consulta V. á varios, entóneos ter
hogar de la familia sino su propio desinterés, mina por desconocerlo. Si una sola de tan
su celestial condescendencia, su heroica ab tas pinturas hubiera sido fiel y exacta, las
negación. ¡Oh! peseálasmezquinasdeclama demas estarían abandonadas.
ciones de ciertos escritores, la muger está lla Sin duda estudiará V. al hombre como se
mada á intervenir directamente en los desti presenta á sus ojos, es decir, observándolo;
nos sociales, y hace ya mucho tiempo que pues por lo regular los filósofos no hacen lo
sin cesar interviene. mismo, sino que lo toman de su cuenta, y co
Ko era menester c¡ue V. me asegurase que munmente lo reducen á materia pura ó á es
amaba la filosofia: aunque sea V. poetisa e- píritu puro; sin reparar que el verdadero ser
minente en todos los géneros, ya se echa de humano con toda su belleza y sus dotes en II
ver á cada paso su natural propension á ele cumbradas, desaparece desde el momento
gir para sus cantos asuntos sérios, filosóficos. que se separan las dos naturalezas que lo cons
i ' “Dios y el hombre’’, “La Cruz”, ^*ta Feli tituyen. ¡Ay de las bellas artes con tan extra
cidad”, “El dia final” son composiciones que ña filosofía!
encierran la mas severa filosofía. Pero ¿qué Si busca V. al hombre en solo el cuerpo 1
digo? Hasta en la “Hija de las flores”, ese te ¿cómo y con qué rasgos lo pinta agitado ó
1 soro de pensamientos risueños, de imágenes moviéndose solamente bajo el influjo de sus
delicadas, hasta en la “Hija del Rey René” sentimientos, de sus ideas, de sus pasiones?
también, ese bello idilio, ese primoroso aun Si lo busca solo en el espíritu ¿cómo y con 1
que inverosímil capricho déla fantasía, es V. qué rasgos lo representa sometido al influjo
filósofa; y lo es hasta probar con argumentos de sus instintos, de sus actos primarios, de
mas irrefutables que los de Pirron y de IIo- sus necesidades materiales? Y la belleza ¿en
gel, que no sabennada los sabios. cuál de las dos partes la afianza?
Verdad es que hay filosofía no solo en el La Estética enseña que lo bello consta do
estudio del hombre sino en el de la natura dos elementos, uno material ó sensible y otro
leza, y mucho mas aun en el de Dios, por racional ó ideal, perfectamente equilibrados:
que en todo se encuentra encadenamiento do parece que la Estética ha buscado el tipo de
fe
.... ... . . ................ —...... ................
40 ALBUM CUBANO
z
SECCION SEGUNDA.
I?3 ?■
ROMANCE INEDITO
Al considerar la gloria con que el nombre
TOE LOPE IDE VEGA. (1) de Safo ha llegado hasta nuestros dias al ca
bo de tantos siglos, no puede uno menos de
sentir vivos deseos de leer las poesías de
Salió Ines antes que el sol;
Y los campos que la gozan aquella mujer ilustre. Muy alta idea de ella
Madrugan á componerse debieron tener los griegos, puesto que la lla
Pensando que ella es la aurora. maron su décima musa. Los escritores céle
bres de la antigüedad la lian citado con en
(1) Tomado de un Códice. tusiasmo, y hasta el mismo Longin, crítico
11
42 ALBUM CUBANO
imparcial y severo, la presenta como el mo ber sido sus amigas, y en cuanto á los hom
delo mas perfecto en su género. Fácilmente bres tuvo infinitos adoradores, entre los que
se concibe hasta que punto debia brillar. Do se cuentan á los tres poetas mas famosos de
tada del alma mas sensible y ardiente, la na su siglo, Archiloco, Hiponax y Alceo.
turaleza no le dejó elección. Pintaba lo que Así corrían los hermosos dias de su vida,
tan bien sentia, la ternura y los transportes gozando de los homenajes halagüeños do
del amor: tuvo la suerte de los hombres gran ambos sexos, y del doble placer de reinar
des, la persiguió la envidia; y la de las al por el amor y la admiración.
mas tiernas, pues fué abandonada é infeliz. ¿Podía creerse que á pesar de esto, su pri
Esta mujer, no ménos admirable por su mer detractor fuese un hombre? ¿En qué con
talento que por su carácter, nació en Mitile- siste que las mujeres que so han dedicado á
ne, capital de Lesbos, como seiscientos años las letras no han encontrado tanta envidia en
antes de la era cristiana. tre las de su sexo como en los hombres, que
La opinion mas general es, que Seaman- no dejan tampoco de perseguirse entre sí?
drodymo fué su padre y que su madre se lla Será que sean naturalmente de peores incli
maba Ciéis. Tuvo tres hermanos, Larichus, á naciones, ó que las damas sientan la necesi
quien celebró en sus versos, Eurigius, de dad de protegerse y unirse, cuando se trata
quien nunca hizo mención, y Charuxus á del interés y la gloria de su sexo? La prime
quien reconvenía por la pasión violenta que ra desgracia de Safo, fué el agradar demasia
sentia hácia la cortesana Rodope, que hizo do á los tres poetas ya citados. Ateneo no
construir una pirámide con los regalos de nos dice si alguno de ellos fué preferido, pe
sus amantes. ro si juzgamos por lo despreciable y cruel
Safo era morena y de una estatura regular, mente que usaron de la sátira, ninguno lo me
no era muy hermosa, pues los escritores que reció; sobre todo Alceo, que tanto dió á co
mas la elogian convienen en este punto, del nocer sus zelos y se'dejó llevar tan indigna
que solo se puede juzgar por los retratos que mente de los arrebatos que le inspiraba su
se han sacado de algunos bustos antiguos. despecho contra la que habia amado. Era
El fuego de su alma, origen de su gran ta uno de los primeros ciudadanos de su repú
lento, se veia pintado en sus miradas é im blica, militar y á la cabeza de un partido en
primia en todas sus facciones un carácter de tóneos muy poderoso.
pasión y energía superior á la misma belleza. Nació como Safo en Mitilene y se honra
El amor fué el único sentimiento que rei ba de tener á aquella célebre mujer por com-
nó en su corazón y en sus composiciones. potriota-v por rival. Ella, á siivez, le llama
Casada casi al salir de la infancia, tuvo una ba el cantor de Lesbos, pero sin duda no cre
hija llamada Ciéis, como su abuela. Una pron yó que los versos de aquel poeta, ya sexage
ta viudez la constituyó en nueva situación, nario, pudiesen compensar la falta de juven
que por su extremada juventud, su gusto por tud y gracia, de lo cual se ofendía Alceo co
la libertad y tal vez por su complexion, era mo amante y como poeta; no tardando en
para ella peligrosa. censurar amargamente las costumbres y es
Muy pronto sus poesías excitaron á las jó critos de la misma cuyo corazón y talento
venes á los placeres, animándolas al mismo habia ensalzado con entusiasmo. Pero los jó
tiempo á disputar á los hombres el talento. venes de Mitilene se declararon al momento
Su fama fué tan brillante y rápida que ni la contra Alceo, y prestaron á Safo en esta oca
envidia la pudo alcanzar. Tuvo por discípu- sión un apoyo que habia ganado por su glo
las á las mujeres mas célebres de la Grecia, ria, y quizá también por la naturaleza de sus
y entre ellas á la joven Erinna, que lo fué debilidades.
casi tanto corno su misma maestra. El joven Faon apareció entonces en Miti
Muchas mujeres adquirieron fama por ha lene: era el hombre mas hermoso de Lesbos
DE LO BUENO Y LO BELLO, 43
y atrajo todas las miradas ganando todos los al abismo, dejando al mundo una memoria
corazones. Safo obtuvo una preferencia tan eterna de su talento y de sus desgracias. Es
deseada como peligrosa. Alceo, mas furioso, ta muerte ilustró para siempre la famosa ro
fulminó nuevas sátiras contra ella; las bellas ca de Leucade, que no se puede contemplar
ya mas crédulas con esta circunstancia, ba sin recordar con ternura el nombre de una
ilaron fundadas las acusaciones de Alceo, y mujer tan célebre y tan desventurada.***
basta sus amigas la vendieron. Damofila, u-
na de sus discípulas mas queridas, la hirió
en lo mas profundo de su corazón, atrayen
do con sus artificios á Faon y haciéndo
le dudar de la fidelidad de su amada, de
quien consiguió alejarle, aunque sin salir
de Mitilene. LA LIRA ROTA.
Safo apareció entonces mas admirable que
nunca: en su corazón destrozado no se ha
llaba mas sentimiento que el de un amor ver
daderamente heroico aunque mal colocado, Epistola a mi amiga Tula.
y en todos sus admirables versos recordaba
sin cesar el nombre de Faon; con los acentos Pretendes ¡ay! amiga Tula, en vano
de un alma apasionada que se cree feliz en Que mi lira olvidada
medio de sus tormentos, por el valor que pres Vuelva á pulsar; no puedo darte nada
ta al objeto que la lufce sufrir. Jamás pronun Para el Album cubano
ció la menor palabra contra el culpable ni Que tanto y tanto encerrará en su seno,
contra sus enemigos, inclusa la misma Da Como escrito por ti, de helio y bueno.
mofila. Faon volvió á amarla, pero solo por No soy aquél que cabe el Manzanares
amor propio, y únicamente sensible al pla Cantó con entusiasmo,
cer de oir resonar su nombre por toda la Gre Bebiendo inspiración en tus cantares;
cia, inmortalizado en composiciones subli La inercia y el marasmo
mes de ternura y poesía, que no merecía ins Me dominan á orillas de Almendares,
pirar. Por consiguiente, la-renovación del a- Que sujeto al deber y al reglamento,
mor de Faon solo fué un nuevo tormento En las públicas obras engolfado,
para la desgraciada, á quien abandonó por Voy dando hora tras hora cumplimiento,
segunda vez; y Ovidio en la pintura que hi Sin recordar los sueños del pasado,
zo de su desesperación, ha agotadojRis ras A los asuntos y espedientes graves
gos mas interesantes que puede presentar la Que por dicha no sabes.....
mas elocuente poesía. ¡Ay! cuánto con su prosa martirizan,
Safo, en medio de sus conciudadanos que Cuánto y cuánto el ingenio esterilizan!
venera, objeto del odio y de la censura pú Y así vivo contento
blica, cansada ya de dirigir las cartas mas Sin tener en tortura el pensamiento,
apasionadas á un ingrato que se rie de su do Que el mar crucé riñendo con Talia
lor, llega á Sicilia y cae á los piés de aquel Para ganar el pan de cada dia.
hombre que la rechaza con desden. Ya ves: para cantar me doy por muerto;
Este exceso de ingratitud puso el colmo á ¡Soy vate/iíé/Wo!...... Y es lo cierto
su desesperación y quiso libertarse de su a- Que quisiera escribir alguna cosa
mor renunciando la vida. Subió á lo mas alto O en dulces versos ó en amarga prosa;
de un promontorio situado sobre el mar, y Mas sin que sepa, Tula, en qué consiste,
desde allí, después de haber contemplado las Ha tiempo que mi lira se resiste,
olas, ménos agitadas que su alma, se arrojó Rotas sus cuerdas, á exhalar sonidos;
SI
44 ALBUM CUBANO
nadero sin ponerse en pié ni ofrecer silla á comestibles, haré se os lleven al paraje que
su madre; pero ya que os lo habéis tomado, indiquéis; pero dejadme tranquilo y termi
id con mis pastores á tomar algún refrigerio. nemos al punto esta desagradable entrevista.
—Me siento bastante fuerte, dijo la ancia —¡Cruel! ¡cruel! prorumpió la anciana
na dando diente con diente y pudiendo ape con indescribible acento: mátame y no me
nas sostenerse: descanso y me vigorizo con hables así. ¿Quieres afrentarme delante de
solo verte, mi querido Walter, y es la única tus criados?...... ¡Oh! ¡eso es horrible, Wal
gracia que te pido que me dejes estar á tu ter! ¡eso es odioso!
lado algunos minutos solamente. —¡Retiraos, pues! dijo con ademan impe-
El ganadero hizo un mohin de fastidio, perioso el inhumano.
pero mandó que acercasen silla á la chime —¡Walter! tornó á exclamar Marta: ¡tie
nea, y expresó con una seña que permitía á nes el corazón de tigre! sin duda he come
la anciana el ocuparla. Tiempo era ya, pues tido imperdonable delito al dar existencia á
la pobre mujer iba á caer en tierra, sucum un monstruo como tú.
biendo al frió, á la fatiga y á la emoción de —¡Marchaos! volvió á gritar Muller con
su alma en aquellos, momentos. gesto amenazador: no me obliguéis á trata
—Ha sido locura impropia de vuestra ros como no quisiera. ¡Marchaos pronto, se
edad, dijo ásperamente Muller, subir la ñora, y no volváis jamás á poneros en mi
montaña en un dia tan malo: si algo necesita presencia!
bais pudisteis decírselo á vuestro compadre Quiso obedecer la anciana, mas no se lo
Heber, que me vé con frecuencia. permitieron sus fuerzas, y perdiendo la dig
—Lo que necesitaba sobre todo, era verte nidad que por un momento le prestaran la
y oirte, hijo mió, repuso con timidez y tur indignación y el dolor, se abatió completa
bación la desgraciada madre. mente hasta recurrir á la mas humilde sú
—¿Y qué pensais hacer ahora? preguntó el plica.
ganadero: ¿cómo regresaréis á vuestra casa —¡No me arrojes de tu casa, hijo mió! di
con un tiempo tan atroz?—No tengo casa, jo juntando sus manos. Mira, ¡ya es de no
dijo balbuciente la anciana. Esperaba que che! ¡está lloviendo...... hace frió! ¡Nome ar
me barias la merced de recibirme en la tuya rojes de tu casa á semejante hora, con este
hasta que...... —Walter no la dejó acabar la crudo tiempo! ten compasión de tu madre!
comenzada frase.—¡Imposible! exclamó: no Perdóname si te he ofendido: yo te amo,
puedo alojaros, madre, yes inútil hablar mas Walter, como á ¡as hiñas de mis ojos...... tú
de eso. Os daré’algun dinero para que os pro eres lo único que amo en este mundo: no
porcionéis asilo, pero debéis aprovechar la seas implacable conmigo. Recuerda que te
poca luz que resta para volveros al valle. has abrigado en mis entrañas; que te has
El dolor que causó á Marta aquella inau criado á mis pechos, y que he trabajado quin
dita dureza la prestó momentánea energía, ce años para que nada te faltase. Si ahora
y con voz mas firme que hasta e'úónces, soy un ser inútil, una vieja impertinente,
pronunció estas palabras.—¿Me arrojarás de ten indulgencia y perdóname.
tu hogar, á mí, á tu madre, en el mismo dia, —¡Os he dicho que me dejeis tranquilo
á la misma hora en que tuve la desgracia de Vive Dios! exclamó el ganadero dando un
echarte al mundo, para modelo de ingrati fuerte puñetazo en la chimenea, y causando
tud y de barbarie? ¡Walter! ¿es cierto que tal susto á la pobre vieja que se echaron á
me echas de tu casa á perecer helada delante reir los pastores borrachos, dignos testigos
de tus puertas? de aquella repugnante escena. Marta, em
—¡Vive Dios! gritó enfurecido el ganade pero, no recobró con todo esto su cólera y
ro. No en vano me he enojado con tan in su energía, y continuó implorando inútil
tempestiva visita. ¿Reconvenciones ahora? mente la piedad de su hijo.
¿Cuál es la ingratitud que me echáis en cara? —Me iré muy lejos apénas sea de dia: me
¿qué es lo que os debo? Si me arrojasteis al iré, Walter, te lo prometo, repetia la infeliz.
mundo no fué ciertamente por hacerme Solo te pido que me dejes pasar la noche de
bien; y cuando á fuerza de trabajos he logra bajo de tu techo, aunque no sea mas que por
do cubrir con mis riquezas el oprobio de mi ser aniversario de la primera que tú pasaste
nacimiento, venís á recordármelo con impu en mis brazos. Sino quieres verme me ocul
dencia, y me acusáis de ingratitud porque taré de tu vista; ¿No tienes en un hermoso
nome postro á vuestros extravagantes capri establo á tu ternera blanca? Pues bien, yo
chos. ¡Acabemos, señora! si queréis vacas ó me iré con ella: dormiré á su lado, y te la
12
46 ALBUM CUBANO
cuidaré, hijo mió. Ya sé que es un gallardo tranquilo sueño á todos los moradores del
animal que te merece cariño. Me alojaré en valle, y las montañas vecinas de la Blümli-
su establo con mucho gusto. salp devuelven en prolongados y pavorosos
—¡Pues no es nada lo que pedís! dijo Wal ecos aquel fracaso terrible.
ter con una carcajada que repitieron en coro Al dia siguiente multitud de gente, veni
los pastores. ¡El establo de mi ternera blan da de todas las inmediaciones, contemplaba
ca!...... Tened entendido que ese establo es con asombro y dolor un espectáculo extraor
un palacio, según lo llaman en el pais, y que dinario. La Montaña florida se habia conver
reina en él, con propiedad absoluta y exclu tido en triste monumento de esterilidady
siva, mi hermosísima ternera. Nadie entra ruina. Sus abundantes pastos desaparecie
allí, señora, nadie sino yo y los servidores ron bajo las espesas capas de hielo y enor
de mi favorita: así pues, cesad de molestar mes trozos de piedra desprendidos con es
me y emprended vuestro camino, ántes que truendo de las rocas que la dominan por el
arrecie la tempestad y se haga mas oscura la lado del norte. Bajo aquellos fragmentos ya
noche. cían sepultados también Walter Muller, sus
—Un silencio de algunos minutos sucedió casas, sus pastores y sus rebaños. ¡La des
á estas palabras aun se reian los borrachos, trucción habia sido completa!
pero aquel rumor quedaba apagadoentre los Al pié de la montaña se encontró el cadá
silbos del viento que aumentaba por instan ver de la pobre Marta, y la tradición asegu
tes su espantosa violencia. De repente se po ra que un ángel del Señor lo estuvo custo
ne en pié la anciana, cuya estatura parece diando hasta que se le dió, por los habitan
haber crecido, según le presta magestad la tes del valle, digna y bendecida sepultura.
expresión extraordinaria é imponente que Mas en balde esperaron aquellas buenas
adquiere de improviso toda su persona. Ala, gentes un año y otro año, un lustro y otro
rojiza luz que levantan en aquel momento lustro que volviese á cubrirse de sus esplén
los leños de la chimenea, se ilumina con re didas galas la hermosa Blilmlisalp. Jamás
flejos siniestros aquella cara descarnada y desde entonces se han derretido sus perdu
amarilla; aquellos cabellos grises, que esca rables nieves; jamás yerba alguna se ha vis
pándose de la céñase extienden empapados to florecer en sus escombradas laderas; ja
por las hundidas mejillas y la arrugada gar más han vuelto á trepar por ellas pastores ni
ganta; y se ven centellear, bajo dos cejas ganados; y los caminantes del pais á quienes
contraidas por la indignación, los negros ojos sorprende la noche por aquellas cercanías, se
de aquella mujer ultrajada y escarnecida, santiguan compungidos y apartan la vista
que se ha enderezado al fin vigorosa y terri con terror de la montaña maldita. Sin embar
ble, con toda la energía de la desesperación; go, todavía la designan los guías de Suiza
con toda la potestad sagrada de la materni con el bello nombre que antiguamente me
dad. Tiende sobre la cabeza del desnaturali reció, y del cual se pasman los viajeros
zado Walter sus brazos luengos y flacos, y cuandeSpntemplan aquel coloso escueto y
con voz tan entera v robusta que domina los pedregoso, de cuyos eternos hielos se desa
bramidos de la tormenta: Maldito seas! pro tan incesantemente, precipitándose por áspe
nuncia lentamente. Malditas tus riquezas y la ras vertientes, atronadoras cataratas. ¡Tal es
montaña que habitas! el aspecto que presenta en nuestros dias la
No dice mas: nadie osa responderle: todo montaña florida, la célebre Blumlisalp!
queda sumido en pavoroso silencio, y ella
sale de la inhospitalaria casa sin echar una G. G. de Avellaneda.
mirada al hijo perverso á quien acaba de en
tregar á la venganza divina.
La noche era profunda: la llovizna ince
sante: el viento penetrante y frió: Marta co
mienza, sin embargo, á bajar la montaña con
paso firme, y á medida que va descendiendo,
aquellas amenas laderas tan celebradas por
su fertilidad y lozanía, sé van cubriendo de un
manto de nieve, que las envuelve como el
blanco sudario de un cadáver. Cuando los
piés de la vieja se asientan en el último re
cuesto, un estrépito horroroso arranca de su
DE LO BUENO Y LO BELLO. 47
SL .. , ..."
tiendecilías se veian sentados á la mesa, en en Daniel Barbar; del mismo modo que la
que se servían sabrosos y abundantes man geometria en Euclides; la aritmética en Mo
jares, dos hombres cuyo grave continente ya; la arquitectura en Vitrubio y otros. Com
contrastaba un tauto con la alegría que les prendí la nobleza de la pintura en Romano
cercaba. El de mas edad, que podía contar Alberti; el Vasari me animó con las vidas
unos 38 años, era alto, de pronunciadas fac de los artistas ilustres, y el Riposo de Rafael
ciones, cabellos de un rubio oscuro que for Borghini me prestó erudición.
mando ondas al rededor de su cara bajaban, —No hay duda en que el estudio desarro
basta los hombros, ojos azules y expresivos lla el talento, pero no anima ni acrece esa
con cierto fondo negro que les prestaban ra chispa divina que se llama genio.
ro y singular carácter. Vestia ropilla de ter —No trato de contradeciros en todo, Sr.
ciopelo bordada de oro, capilla granatey som Duque, ni tampoco exajero mi modestia has
brero do pluma blanca. Era aquel personaje ta negaros que no he imitado de nadie mi
D. Juan Hurtado de Mendoza, duque del In bodegón y mi aguador, que en tanta estima tie
fantado y mayordomo mayor de S. M. el rey. ne la corte. Mis amigos me decían que po
Su compañero de mesa, mas joven, pues dria rivalizar con Rafael de Urbino, mas
apenas podrían atribuírsele 30 años, no os yo me abstuve de pintar con suavidad sérios
tentaba en su traje la misma riqueza que el asuntos, y me di mucho á las cosas rústicas
duque, pues se componia do terciopelo vio eon luces y colores estraños; porque prefería ser
lado sin adornos, aunque cerraban la ropilla el primero en aquella grosería que el segundo en
preciosos herretes de diamantes, y caían so la delicadeza. Sin embargo, quizá al presente
bre su cuello de batista lisa espesos rizos de puedo creerme mas. capaz que antes de ha
negros cabellos, perfumados y aristocrática cer obras de genio, como vos decís.
mente dispuestos. —¿Qué cosa mas perfecta que vuestro su
Llamábase D. Diego Velazquez de Silva, blime cuadro de la coronación de la Santí
y era pintor do cámara y gentil hombre de sima Virgen?
S. M. Felipe IV. —Oh! en efecto, ese cuadro fué hecho
—Veo que os molesta la expresión since cuando ya habia yo comenzado á sentir eso
ra de mi admiración, querido D. Diego, de que Harnais génio...... Cuando Dios se habia
cia el duque á-Velazquez, en el mismo ins dignado animar mi alma con un destello di
tante en que pasando por delante de la tien vino.—Y el artista elevaba a) cielo al pronun
da un caballero de buena presencia, echaba ciar estas palabras una mirada de gratitud
hacia dentro una mirada indagadora. inefable.
—Molo creáis, Sr. D. Juan; contestó el El caballero'que habia pasado un momen
artista con aquel respeto lleno de dignidad to antes por delante de la puerta, volvió en
que tan querido le hizo siempre de toda la tonces y se detuvo escuchando atentamente,
grandeza. Vuestros elogios me son tanto medio oculto entre la sombra que proyecta
mas gratos, cuanto que solo veo en ellos una ban los a. boles. Velazquez, después de aque
prueba del afecto que me dispensais. lla mirada de felicidad dirijida al cielo, guar
—Oh! no es afecto solamente; es entusias dó silencio por algunos minutos, y pareció
mo, Velazquez. Amo en vos al genio, crea como que una nube de melancolía iba poco
dor; al genio sin igual que honra nuestra pa á poco nublando el pensamiento que antes
tria. le regocijara.
—Conozco, dijo Velazquez sonriendo, que —¿Qué teneis? le preguntó su ilustre in
sois efectivamente muy entusiasta, señor du terlocutor, tomándole afectuosamente la ma
que. Yo, ménos exaltado que vos, os confe no. Vuestras últimas palabras y vuestra sú
saré que ese génio creador que creeis hallar bita cavilación me hacen sospechar, amigo
en mí, puede no ser mas que una predispo D. Diego, que ese génio que decíais no ha
sición feliz cultivada largamente por labo ber poseído hasta que hicisteis vuestra gran
rioso estudio. Nadie nace artista, creedlo: de obra, puede ser muy bien......
imitando es como se desarrolla ese genio que —Qué cosa, Sr. Duque? preguntó como
se hace luego creador. asustado el artista.
—Pero vos..... : —El amor.
—Yo, Sr. duque, he aprendido en Alber- —El amor! repitió Velazquez estremecién
berto Durero la simetria del cuerpo humano; dose. Y luego articuló poniéndose encendi
en Andrés Bexalio la anatomia; en Juan do:—sabéis que soy casado, Sr. Duque.
Bautista Porta la expresión; la perspectiva —Con mi señora doña Juana Pacheco, á
DE LO BUENO Y LO BELLO. 49
conmigo era debido á que Tadea se hallaba dos años de una dama encubierta, que quizá
indispuesta y eso la permitía alguna mas li seria mi madre.
bertad. Entró dentro y volvió con un pliego cer
¿Qué os diré, Sr. Duque? Aquella niña rado que me arrojó diciendo:—La señora ta
tan cándida, tan bella, tan confiada, fué des pada que solo he visto una vez, me dijo a-
de aquel dia mi pensamiento continuo, el brazándome al darme ese papel:—Cuando
único interés de mi vida. Durante dos sema encuentres un hombre que te ame y al que
nas se repitieron diariamente nuestras en tu corazón corresponda, dale esta carta, que
trevistas, y cuando no estaba al pié de su rida Anita.
balcon pintaba su célica figura en aquel lien —Y qué mas? pregunté á la niña, tenien
zo que llaman hoy mi obra maestra. do ya en mis manos una carta sellada.
Oh! la inspiración, el génio se despertaba —Se fué llorando, y solo supe por Tadea
en mí. que aquella señora era mujer de un hombre
ilustre.
Sin embargo, no imité á Rafael haciendo Guardé la carta y me separé de Ana para
á la Madre de Dios una copia exacta de o.tra preparar nuestra partida, pues su manifiesto
belleza profana. Si tomé del semblante de deseo habia de tal modo fortalecido el que
mi Ana las purísimas y armónicas facciones yo antes recatara en lo profundo de mi alma,
que habéis admirado en el rostro virginal que la idea de dejarla llegó áparecerme im
de la reina de los ángeles, vereis en este un posible.
tinte dorado que revela un sol mas ardiente Todo dispuesto ya quise conocer lo que
que el de la patria de mi hermoso modelo. contenia el papel de la misteriosa dama, y
Si coroné la frente de María con la copiosa al romper los sellos vi, con un rizo de cabe
y aterciopelada cabellera que tantas veces llos muy semejantes á los de Ana, estas lí
admiré en mi Ana, la vestí de sombras que neas de letra menuda y en algunos puntos
contrastan con el blondo color de la de la visiblemente borradas por las lágrimas.
doncella flamenca. Así he respetado la be El pintor sacó al decir esto su cartera y
lleza de la reina del cielo, aunque inspirán de ella un papel cuidadosamente guardado,
dome con la de una de las mas puras vírge mientras que el duque, aproximando más su
nes terrenales. silla, esperaba con vivo interés la lectura que
—Ah Velazquezl exclamó el duque estre hizo Velazquez conmovido, y que fué la
chándole la mano: sois noble en todos vues siguiente.
tros pensamientos.
—Llegó el dia de mi partida, prosiguió (*Se continuard.) .
Pilar Sinués de Marco.
conmovido el pintor, porque el rey me lla
maba á Madrid, y fué preciso despedirme de
Ana. Ella por toda respuesta me dijo con
sencilla resolución:—No; no es ya posible
que yo viva sin verte. Llévame contigo,
Diego.
—Me seguirás? le pregunté estremecién
dome del loco régocijo que me habian cau
sado sus palabras. -A. LESBIA.
—Por qué no? me contestó llorando: no
tengo nadie mas que me ame en la tierra.
Reprimiendo mi propio impulso quise ha
cerle algunas reflexiones, pero ella prorum ANACREONTICA.
pió en sollozos, exclamando con desespera
ción:—Si no me llevas es que tú tampoco
me amas; que no te importa que yo muera. Pronto mis rubias hebras
—El vértigo me dominó completamente Volverá blancas
y la dije: Bien: esta noche á las doce estaré La de los sinsabores
aquí con una escala: te robaré: te llevaré con Edad taimada.
migo: no nos separaremos nunca. La juventud nos huye
—Pues ya que veo lo mucho que me quie Como huye el alba:
res, respondió Ana enjugando sus lágrimas, ¡La vejez y la noche
voy á confiarte un encargo que recibí hace Qué lentas pasan!
DE LO BUENO Y LO BELLO. 51
B
—Lesbia, la lumbre muere La casa fué destruida, las mieses incen
Y el cierzo brama, diadas, los buques de los bandidos cargados
Y mi boca está seca de oro y de muebles preciosos, y Sigisberto,
Y ardiendo el alma. marido de Farailda, pereció herido de un
¡Ven á mí, Lesbia mia, hachazo en la cabeza, en el momento de ar
Y en la fragancia rancar al mas pequeño de sus hijos de los
De tu divino aliento rudos brazos del jefe de los piratas.
Mi frente baña! Cuando cayó la noche como un velo sobre
¡Llega, y Amor nos ciña aquella desoladora escena, cuando Farail
Con sus guirnaldas, da se encontró sola con sus hijos huérfanos,
Antes que de las rosas junto al cadáver de su esposo, sentada sobre
Las hojas caigan! los escombros de su casa saqueada y destrui
da, en tanto que los reyes del mar huían en
* ** sus rápidas naves, que el Escalda impelía
hácia el Océano, tendió en torno suyo una
mirada sombría y dijo al fin, estrechando a
sus hijos contra su corazón: “El Señor me
lo habia dado todo; el Señor mo lo ha qui
tado, bendito sea su santo nombre!”
Desde aquel momento, el trabajo, el aban
dono y la soledad, fueron la herencia de la
triste viuda.
Abandonó su casa de campo, donde ha
bia pasado tan hermosos y felices días, para
ir á refugiarse en Gante, ciudad en que ha
Tradición flamenca del Siglo VII. bia nacido, que le era querida, y donde es
peraba hallar algunos recursos contra la in
minente miseria que amenazaba á sus ino
Las lágrimas de la inocencia centes hijos.
oprimida, son el vapor, que for Eligió una casa pobre y desmantelada, y
ma el rayo.
Confucio. allí, desde el amanecer hasta media noche,
hilaba el lino ó la lana que la proporciona
Farailda se vió en los mas líennosos años ban los ricos mercaderes, que la conocieron
de su juventud rodeada de todo loque en la en otro tiempo.
tierra constituye la felicidad. Sus riquezas Ni un momento suspendía su trabajo co
eran inmensas; sus verjeles se matizaban de mo no fuese para enseñar á sus hijos, agru
•frutos, color do oro ó de púrpura; las sólidas pados siempre en torno suyo, la ley de Dios
vigas de sus graneros, se doblegaban bajo ó los preceptos de la Iglesia, ó para leerles
el peso del trigo ó de la cebada, ^iempre el Santo Evangelio, único resto de su rique
su bolsillo abierto á la caridad, voivia á lle za que pudo salvar. Los Normandos lo ha
narse de escudos de oro y de plata. bian arrojado entre los escombros de la casa,
Y tenia—lo que vale mas que todos estos y allí lo encontró Farailda, con un senti
bienes pasajeros, destinados a pagar un tri miento de triste alegría, recordando estas
buto á los gusanos y al moho—tenia como palabras qne otras veces habia oido: “Que
decimos un marido generoso y bueno, va nadie se escuse de leer las Santas Escrituras,
liente y fiel, con el cual vivia en la paz del cuando la pobreza os aflija; cuando la muer
Señor. te de vuestros deudos entristezca vuestro
Tres hermosos niños habian nacido de su corazón; cuando las flechas de vuestros ene
union, y ya juntando sus manecitas entre migos os amenacen por todas partes..........
las manos de su madre, aprendían á bende entonces es cuando debéis buscar en estos
cir al Dios tan dulce para los inocentes, co santos oráculos las armas que os suministran
mo terrible para los malvados. para vuestra defensa (1).”
Un solo dia bastó para destruir aquella Farailda encontró allí el único consuelo
completa felicidad. que la restaba ya: la conformidad á la vo
Los Normandos se arrojaron sobre la mo luntad divina.
rada de Farailda, como los gavilanes sobre
un nido de paj arillos. ( 1 ) San Juan Crisóstomo.
52 ALBUM CUBANO
IS
Pero aquella misma paciencia, aquella re -—Oh! sí, madre mía, eselamaron reanima
signación absoluta, aquella renuncia de to dos por aquella palabra, tenemos tanta ham
da felicidad terrestre, vacilaban cuando veia bre"!
en los semblantes enflaquecidos de sus hijos, Al llegar al dintel de la puerta se volvió,
en otro tiempo tan alegres y sonrosados, la levantando las manos al cielo.
J huella del sufrimiento. Los padecimientos de —Santos áñgeles de su guarda, murmuró,
aquellos niños adorados eran las heces mas no los abandonéis! y se alejó casi sin poder
amargas del cáliz de su dolor. sostenerse.
Entonces redoblando sus vigilias y sus Farailda tenia una hermana mayor, casa
oraciones, sus vecinos veian brillar basta el da con un rico vecino de Gante.
I
alba el pálido resplandor de una lámpara Aquella hermana le había manifestado
que alumbraba'su trabajo nocturno. desde su infancia un odio feroz 6 inesplica-
Pero ¡ay! llegó un diaen que aquel t>iba- ble.
jo tan pobre, tan mezquino, tan insuficien Siendo ya jóvenes las dos, envidiaba á Fa-
te, llegó á faltarla!.... Vino con las manos raida su dulce y simpática belleza: mas tar
vacias de casa del mercader que se lo pro de vió con celoso despecho su felicidad do
! porcionaba, y distribuyó suspirando el últi méstica, el amor que la profesaba su esposo,
mo pedazo de pan á sus pobres niños. y el respeto que la granjeaban sus virtudes
¡
La rueca permaneció inmóvil, y los niños y su caridad.
i no se entretuvieron contemplando eí huso Los infortunios de la viuda de Sigisberto
ligero, que giraba cadenciosamente. no pudieron enternecer aquel corazón cruel:
Farailda, después de abrazarles tierna la pobreza de su hermana humilló su orgu
mente, salió de nuevo, y no volvió hasta el llo, se avergonzó al verla trabajar como una
anochecer, mas rendida y abatida que nunca, mujer del pueblo, y su vanidad herida irri
Todas sus gestiones para proporcionarse tó aun mas su injusto encono.
trabajo fueron inútiles; no lo obtuvo á pe Farailda nunca opuso mas que paciencia
sar de sus ardientes súplicas. y cariño fraternal á aquella animosidad im
Rezó con fervor y se levantó mas tranqui placable. Mas de una vez había recordado
1 la, y después de acostar á los niños en sus estas palabras, que no pueden, emanar sino
'pobres cainitas, se sentó y puso á leer la vi de Dios.
da de Cristo. Cuando llegó á la Pasión, á “Si cuando presentáis vuestra ofrenda al
esa narración trágica y sublime, volviendo altar, os acordáis de que vuestro hermano
hacia sus hijos los ojos llenos de lágrimas tiene alguna cosa contra vosotros, dejad allí
esclamó: vuestro don ante el altar, id á reconciliaros
—Oh! Dios mió, cuanto debió sufrir vues con vuestro hermano, y después volved á
tra madre, ofrecer vuestro don (1).”
A la mañana, los niños dispertaron, y con Y suplicó á su hermana por amor de Je
voz tímida pidieron pan. sucristo, en nombre de su madre que las ha
Farailda con el corazón hecho pedazos bía amáJq igualmente á las dos, que la con
les besó, les alentó, y para distraerlos esfor cediese una mirada afectuosa, pero el dulce
zándose por recordarles las canciones y los rocío del cielo, ¿puede acaso fertilizar la ári
cuentos de su juventud, se los respetia con da roca?
desfallecida voz.’ Bertilde solo respondió con sarcasmos á
Pasaban las horas, cada vez mas terribles, las palabras de paz de su hermana.
los niños no hablaban ya, no rezaban, no Hacia por tanto mucho tiempo que Farail
lloraban; agobiados bajo un sombrío estu da no se acordaba ya de su enemiga mas que
por, se estrechaban unes contra otros, y vol en superaciones, y únicamente impelida por
vían hacia su madre sus miradas apagadas. el aguijón de una imperiosa necesidad, pudo
Un espantoso silencio reinaba entre "aque resolverse á implorarla.
lla familia, que parecía encerrada ya en un Se dirigió á su morada llena de temor y
sepulcro y olvidada para siempre cíe los vi suplicando á Dios que la dictase las pala-
vos, braselocuentes que habian.de salvará sus
Farailda se levantó firme y resuelta. Páli hijos de.la muerte.
da, vacilante, estrechó á sus hijos en un a- • Al fin descubrió el torreón de piedra y las
brazo desesperado, diciéndoles: altas ventanas, de la casa que habitaba Ber-
—Hijos míos, quedaos aquí y rogad á Dios.
Tal vez os traeré pan, pronto volveré. (1) Evangelio segiui San Mateo.
-o» Í
DE LO BUENO Y LO BELLO. 53
tilde: concentró sus pensamientos, y subió pálida como un espectro, porque la vida se
trabajosamente la escalera de mármol, que agotaba en ella.
terminaba en una puerta entreabierta á la —“Ojalá Dios no te castigue en tus hijos,”
sazón. dijo estendiendo su mano hácia Bertilde.
La empujó suavemente y se encontró en Esta quedó sola: sus doncellas se retira
un gran salon, donde Bertilde, rodeada de ron hororrizadas.
sus doncellas, examinaba los trabajos de a- Una inquietud desconocida, un remordi
quel dia, y daba sus órdenes para el siguiente. miento sordo, se despertaron en su alma;
Echó una mirada sobre Farailda, vió su pero muy pronto el odio y el orgullo do los
palidez, sus miserables vestidos, y con voz réprobos ahogaron aquel sentimiento bueno.
altanera: Emprendió de nuevo sus ocupaciones do
—“¿Qué quiere esa mendiga? preguntó. mésticas, llamando á sus doncellas las hizo
Marchaos, mujer, marchaos de aquí; este no trabajar á su vista, reprendiéndolas con su
es vuestro lugar: marchaos, ú os haré arro dureza y su violencia acostumbradas.
jar de esta casa por mis criados.” Abrióse la puerta por segunda vez, y se
—“Hermana mia, soy yo, dijo la viuda, presentó en ella Otto, marido de Bertilde.
soy Farailda. Vengo confiada en ti, porque Hombre justo y temeroso de Dios, en mas
eres mi única esperanza. Desde que Dios se de una ocasión habia intentado, aunque inú
dignó llamar á sí á mi marido, desde que tilmente, infundir á Bertilde por medio de
perdí en un mismo dia mis bienes y mi feli prudentes palabras y piadosos ejemplos, sen
cidad, mis manos no han permanecido un timientos propios de cristiana y de hermana.
momente ociosas. Yo he mantenido á mis En aquel momento regresada de un largo
pobres hijos-.,., pero ahora tú eres mi único viaje, hecho á las posesiones y granjas que
amparo! Me rechazarás? rechazarás á la hi sus numerosos arrendatarios ocupaban en
ja de tu madre? Acuérdate, hermanamia, de las riberas del Lis y del Escalda.
que corre la misma sangre por nuestras ve —Dios te vuarde, esposa mia, dijo acer
nas, que no tienes ningún pariente tan cer cándose cordialmente á Bertilde.
cano como yo; que te he querido siempre, y —Haz hecho felizmente tu viaje?
que si en mi juventud pude ofenderte algu —Sí, y vuelvo contento. Aquí tienes, a-
na vez, te ruego que me perdones hoy, y me ñadió sacando una gran bolsa de cuero es-
dés mas que la vida...... la vida de mis hi condida debajo de su capa, una fuerte suma
jos!” que te suplico vayas á guardar.
—¿Ho'basta que nos humilles todos los Diciendo estas palabras se acercó á la ala
dias con la vista de tu miseria? Vete, nada cena, donde se guardaban las provisiones
tengo para ti! del dia, y se escanció un vaso de vino.
—Bertilde, hermana mia, no me arrojes Quiso añadir una rebanada de pan, por
así de tu casa! no me hagas espirar en el din que se sentía cansado y desfallecido, pero a-
tel de tu_ puerta, piensa en tus hijos! tú son penas hubo tocado el pan, colocado sobre
ríes cuando se sientan á tu mesa opípara y una fuente de plata, lanzó un grito, y diri
bien servida; tienes el corazón lleno de con giéndose á Bertilde con acento vehemente
tento cuando los acuestas en unlecho.de y aterrado.
pluma. Los mios no han comido hace mas —Mirad! la dijo: la cólera de Dios ha caido
de treinta y seis horas! los mios están acos sobre esta casa... Venid, y vedlo aquí!
tados sobre un mjmton de paja... Oh! Ber Llenà de espanto vió entonces Bertilde
tilde! Haz por mí lo que haría por tí si te que el pan que acababa de rehusar á su her
hallases en mi lugar.... En nombre de mis mana se habia convertido en piedra, según
sobrinos, pan! pan para mis hijos! sus propias palabras.
. Y la desgraciad^ cayó de rodillas á los Tenia la misma pesadez, la misma du
piés de su hermana. reza.
Temblando, con ese terror que es el úni-
Bertilde la contempló con aire irónico; y remordimiento de los malvados, tartamudeó
la contestó: con voz insegura.
—Mira, en esa alacena hay pan, pero antes — Ho comprendo este prodigio, y vos
que yo te lo dé se ha de convertir en piedra. Otto?
Farailda comprendió que no tenia nada Su marido la miró severamente.
que esperar. —¿Habéis rehusado la limosna á algun
Se levantó, se dirigió hácia la puerta, pobre? dijo al fin. Responded, Bertilde, res-
14
54 ALBUM CUBANO
ponded, por vuestra vida, no mintáis! zo supremo habia reunido y estrechado so
—Sí, á mi hermana Farailda: ha venido bre su corazón.
como una mendiga... ha implorado mi com Todos estaban muertos!
pasión, y yo la he despedido. Pero de aquellos cuatro cadáveres se ele
—Miserable; esclamó Otto, maldito sea vaba tan brillante luz, se exhalaba tan sua
el dia en que me uní á tí! Desde entonces ve aroma, que todos los circunstantes caye
cayó la maldición de Dios sobre mi casa!.... ron de rodillas y cantaron en alta voz las a-
Escucha, repuso después de algunos mo- labanzas del Señor, que castiga y recompen
níentos de silencio, solo te queda un medio sa; que habia herido á Bertilde en medio de
de aplacar mi cólera. Toma esta bolsa; cor sus malvados pensamientos, y colmado de
re á llevársela á Farailda; satisface todas bienes celestialesá Farailda y sus tres hijos.
sus necesidades, implora de rodillas su per- Esta piadosa tradición se conseva hoy en
don: después vé á confesar tu crimen á un Gante, y como comprobación del suceso se
sacerdote; y que el cielo te conceda un ver enseñan aun en ¡a iglesia de San Nicolas dos
dadero arrepentimiento.... No pierdas un petrificaciones en forma de panes.
instante!
El acento de Otto era tan imperioso, tan Dolores Cabrera y Heredia.
absoluto, que^ Bertilde no se atrevió á re
plicar.
Llena de rabia, porque la avaricia y el
odio se disputaban el negro fondo de aque TUS OJOS.
lla alma gangrenada, se encaminó á casa de , (madrigal).
de su hermana; pero los ojos del justo juez
la seguían: el oido que no se puede engañar ¿Me pides bella Laura,
oía las sordas maldiciones de la fratricida. Que mire sin temor tus negros ojos,
A medida que avanzaba en su camino, el Que saben tiernos disipar enojos?
cielo’ que hasta entonces se habia mostrado Respóndanle tu acento:—
brillante y sereno empezó á cubrirse de den —¿Puede al sol contemplarse
sa oscuridad. Las nubes se arremolinaban, y Sin que ciego el mortal quedo al momento?
los relámpagos rápidos y siniestros brilla Pues si un sol deja ciego al que lo mira,
ban como una espada fulminante en manos Cuando allá en el espacio centellea,
de un guerrero. ¿Cómo pretendes que dos soles vea?
Bertilde se hallaba ya tocando á la puer Fernando Valdes y Aguirre.
ta de Farailda cuando el trueno estalló con
ruido espantoso sobre su cabeza.
Por un momento se la vió cercada de ra ULTIMO ACTO DE LA TRAVIATA
yos lívidos que la enlazaban como serpien
tes de fuego, y cuando el pueblo se acercó POR
aterrado, solo encontró un cadáver ennegre
cido, reducido á ceniza, consumido por la ítaaftip y gtddaida (Sorted.
cólera del Altísimo.
En el mismo instante el cielo se serenó; [conclusion.]
blancas nubes esmaltaron su radiante azul,
y á su semejanza la justicia divina recobró, Apesar de prevenciones y reminiscencias,
después de cumplidos sus designios, su in el génio salió al fin victorioso. Adelaida Cor-
mutable carrera y su majestuosa serenidad. tesi atrayéndose las simpatías de la multi
La multitud sabedora del prodigio acae tud fué aplaudida en el segundo y tercer ac
cido en casa de Otto, se dirijió en masa á la to, siendo este el primer saludo con que la
pobre morada de Farailda. Las mujeres se Habana filarmónica demostró su afecto á la
apresuraban, llevando, unas, vasijas llenas sublime artista. Siguieron á la Safo, la Nor
de leche ó vino, otras, canastillos con diver ma, la Lucrecia y el Poliuto, y la prensa pe
sos manjares y pan. riódica, sinexepcion ninguna, laha llamado
Abrieron la puerta, y divisaron un triste gran trágica y excelente cantante, tribután
y maravilloso espectáculo. dole sin cesar los elogios que son dignos de
Farailda, tendida en el suelo, se hallaba su talento.
rodeada de sus tres hijos, que por un esfuer Sin embargo, los Gazaniguistas aun no
DE LO BUENO Y LO BELLO. 55
creían que pudiera hacer furor en la Travia- de tal modo que la cantante trágica se dis
ta; este poema donde la Gazzaniga habia de puta el lauro con el compositor. La lectura
jado huellas de fuego. El mérito de Adelai de la carta es correcta, y la frase “en cstraño
da era conocido por todos, pero le esperaba la suelo” es un suspiro de amor que llora la
prueba mas difícil. Aquella Violeta varonil, ausencia.
aquella impía Dama de las Camelias; aquel Es la desgraciada tísica la que respira, so
Gran dio que cual grito desgarrador se re lloza y se lamenta ante nosotros. En el can
velaba contraía impotencia humana; habian to de la romanza su voz es tan conmovedo
causado tal impresión en nosotros que crei ra, tan triste, tan resignada, que es imposi
mos que ninguna voz pudiera disputarle el ble que no penetre en el corazón mas empe
puesto en nuestros corazones. Los carteles dernido. Ese adiós del pasado de la pobre Tra
anunciaron, por fin, la Traviata. El público viata moribunda, lo canta con una melanco
acudió en masa. No era entonces el teatro la lía sublime. ¡Con qué dolor se despide de su
copa donde no cabe una gota mas, era un sin juventud al ver marchitas las rosas de su
número de cabezas que se disputaban palmo semblante, y pensar que ni una lágrima se
â palmo un pequeño hueco. Algunos parti derramará á su recuerdo, ni una cruz se le
darios de Adelaida esperaban el desenlace vantará sobre su sepulcro! La que canta en
trémulos sobre sus asientos. Se habian iden tonces no es Adelaida Cortesi, es la voz de
tificado con ella en Safo y Lucrecia, y hu la muger arrepentida que desea trasformar
bieran sentido su caida tanto como habian se en ángel, es la queja de Alfonsina Plessy
gozado en sus triunfos. la verdadera Violeta sepultada en el cemen
El primer acto de la Traviata fué caracte terio de Montmartre. Mas cuando cesa el can
rizado por Adelaida Cortessi de tal manera to, cuando ella bajo el peso de su angustia y
que ya no nos dejó duda de su gran talento. de su enfermedad cae en el suelo de su mez
El público justo lo demostró así con frenéti quina habitación, último refugio de su vida,
cos aplausos. Sucedieron con iguál éscito el entonces el cuadro es completo.
segundo y tercer, acto siendo muy notable el El canto de Adelaida en la interpretación
sentimiento que derrama en la frase “Ama de la cavaleta el “Gran Dio”, no es el de la
me Alfredo” cuya repetición se ha pedido hija de la desesperación, es la plegaria de
con ruidoso clamoreo. Por fin llegamos al un ser purificado por las agonías de una lar
principal objeto de este artículo, que es la ga enfermedad; no es la furia que con el ca
descripción del último acto de la Traviata. bello erizado maldice su suerte, es la muger
Conforme á las ideas de los críticos defenso suplicante la cristiana penitente. Todas
res de Verdi, podemos calificar la música de las situaciones que siguen al “Gran Dio”
esta partitura en los términos'siguientes: La conducen á una muerte cuya naturali
orquesta empieza por el canto dominante de dad no hemos visto en ninguna otra ar
la ópera, tocado por instrumentos de cuerda, tista; y que viene á ser el sello de este poe
que dan idea del carácter de la infeliz Viole ma de dolor y de llanto: no podemos enton
ta. El recitado que sigue es sumamente sen ces sino esclamar con el poeta italiano:—Re
cillo y característico. “El Addio deDí^isato” ligóme é soliero d soffererdi”.
es un canto lleno de inspiración; ercluo en Pero no admiramos en Adelaida Cortesi
tre tiple y tenor revela una pasión melancó solo pasages aislados, sino un precioso con
lica y sublime; el andante “Parig ó cara” junto. Primero el dolor de verse tan pálida
tiene toda la popularidad y maestría posibles, y demudada, y sucesivamente el recuerdo de
en la parte de las modulaciones; y solo pudo lo pasado, la plegaria á Dios al sentirse mo
concebirlo un hombre que como Verdi está rir tan joven, la súbita esperanza de vida, y
iniciado en todos los secretos del arte. La por fin una muerte sublime. Fn todo esto
cavaleta “Gran Dio” aunque llena de inspi siempre mas conmovedora, no hay frase ni
ración es el concepto mas simple de la ópe nota que no aumente por grado el interés.
ra, de manera que según es la interpretación Esta artista en toda la ópera, y principal^
así es el efecto que produce. El terceto y to mente en el último acto, puede servir de
da la última escena es un frasear tan carac modelo á la escuela clásica.
terístico, adornado de notas tan bien combi Para concluir, diremos que Verdi ha com
nadas, que obligan al espectadora no perder prendido á Dumas, y Adelaida Cortesi se
' ni una frase, ni una sola nota hasta el fin de lia identificado con la concepción de Dumas
la ópera.......... y Verdi. Estos tres genios y. un solo símbolo
Adelaida Cortesi ha interpretado á Verdi llevan el arte á tal perfección quo solo así se
\
56 ALBUM CUBANO
de David, de Isabey ó á los retratos de que desde la pantorrilla hasta la punta de1
Briard. pié, presenten ó parezcan presentar dos lí
En todas estas figuras encontramos, si neas casi paralelas...... sin ellas no hay belle
guiendo la crónica del arte, las mujeres re za posible.
producidas de tiempo en tiempo, sino preci La actitud del cuerpo se resentía de aque
samente tales como fueron, tales, al menos, llas líneas violentas: la cintura combada e-
como ellas- quisieron aparecer. Y querían chaba el peso hácia adelante; el cuello esti
sin duda lo que habia decidido la moda. Es rado, á lo garza, nariz levantada, labios de
tas modas se han sucedido y se suceden siem gesto provocativo...... tales eran los rasgos
pre poderosas, dando la ley sin disputa á la que completaban aquella fisonomía de palo
sociedad escogida. ma, que extasiaba á sus admiradores.
Yo diremos precisamente que en razón Estas palomas tenían que ser forzosamen
de lo que adelanta la civilización, pero sí que te muj ercitas regordetas, elegantes, lascivas,
á medida que el refinamiento del gusto vá risueñas, conjunto de jovialidad y de mali
abriendo más ancho campo al capricho, las cia, de gracia y de desvergüenza..... Xo
modas con respecto á hermosura se suceden puede decirse que este /cipo- se adaptaba al
más rápidas y delineadas. carácter de la época, sino que era la época
En los reinados de Luis XIII, y Luis XIV misma; su encarnación palpitante.
principalmente, no habia mujer hermosa si Después envejeció aquello y se emprendió
no era rubia. La condición era tan explícita una obra de restauración, porque no se quiso
que las morenas desconsoladas se vieron en aceptar nada nuevo.
la necesidad do teñir sus.cabellos desprecia Las palomas no querían soltar el cetro: se
dos, y llegaron á hacerlo con suma perfec sustituyó la frescura juvenil con un revoque
ción. artístico; así como la pasión con el cinismo
El hecho es cierto y aun puedo daros la que solo pueden dar los viejos hábitos del
prueba en una carta inédita de madama de desorden.
Sevigné. Cuenta la indiscreta..... (en aquel Gracioso era en verdad el contraste de los
tiempo las mujeres hablaban con cierta li añejos Ganímedes y las vetustas palomas con
bertad, y más esta que leia á Rabelais,) cuen la corte joven de María Antonia, que exijia
ta, digo, á su hija, la historia de un gran juventud y novedad bajo todos conceptos.
descubrimiento que produjo profunda sensa María Antonia no solo era bella, sino que
ción en la corte. ¡Madama de Chatillon (ex era Archiduquesa de Austria, reina de
clama) no es rubia!...... Se sabe desde que Francia, y dicho se está con esto que su
Bussy Rabutin fué arrestado, por ciertos gusto tenia que prevalecer y hacerse ley cí
indicios y apuntaciones que se encontraron nica de la moda. Como se hallaba en la flor
en su casa. Madama de Chatillon, la célebre de la edad y tenia sus motivos para no amar
blonda ¡es morena'....... y acaso morena del á las palomas, todo lo quería joven: jóvenes
negro más subido...... ! caballeros, jóvenes damas, jóvenes ideas,
Por esto se vé que las rubias eran única fiestas á la luz del dia en las que no era po
mente las bellas de aquel tiempo. Predomi sible pasar gatos por liebres.
naba en general el culto por la bedeza grie Las bellas á lo Dubarry, las palomas ya al
ga, de mórbidas formas, algo colorida y vo go añejas luchaban, sin embargo, heroica
luminosa. Así fué que el triunfo de la Vallié- mente, para sostener el pabellón. Organizó-.
re, que era delgada y pálida, causó una re se el partido de lo antiguo, conspiró, intrigó,
volución entre las gentes de buen gusto de y dió por último resultado la celebración de
entonces. Luego, cuando el favor brilló so un gran baile en que echaron el resto de la
bre la tersa frente de la robusta Montespan, elegancia y la riqueza todas las palomas, pe
la anarquía cesó y todo volvió á su centro. ro al que no podia asistir nadie que bajase
En el reinado de Luis XV la moda en la de treinta años. La joven reina aceptó el
hermosura adquirió mayor importancia: pa guante queriendo dar una lección inolvida
só de ser un capricho de pormenores á cons ble á las bellezas apelilladas que la desafia
tituirse en verdadero código. ban.—“Sois grotescas; [queria decirles con
Exijíase una fisonomía para la cara y otra aquella lección;] no creáis que pueden ri
para el cuerpo. Las piernas de minué ya acre valizar con nuestros colores vuestras mejillas
ditadas en tiempo de Luis XIV, llegaron á barnizadas, vuestras frentes despidiendo íll-
ser el sine qua non de la hermosura. Oh! sí! bayalde; vuestros labios teñidos con carmin.
preciso: piernas delgadas y largas; piernas ' Ya pasasteis: la moda lo nuevo viene á arrin-
15
58 ALBUM CUBANO
conaros: id, lavaos, poneos cófias con grandes mejante opinion por arraigada quo esté se fun
lazos, vestidos oscuros de ramajes, y ocul da sobro falsas bases. El lujo no es la elegan
taos en anchas sillas poltronas de enormes cia. El buen gusto es el que la constituye.
Asi lo prueba el empello conque las mas opu
orejeras, y procurad adquirir el aspecto ve lentas damas disimulan bajo cierto aspecto do
nerable que debe ser vuestro solo ornato en sencillez el gran precio de sus adornos. Ricos
lo sucesivo: porqué sois nuestras abuelas, tules forman en torno de su tallo nubes vapo
y lo que esjpeor, abuelas despreciables has rosas; encages esquisítos velan á medias su cue
ta ahora.” llo de nacar, flores frescas como las do los na
Reunió, al efecto, la joven princesa algunas turales pensiles, coronan su frente. Aquellos
de sus mas íntimas amigas, madama de Lam- tejidos frágiles y sutiles cuestan un caudal,
balle, madama de Poix, y otras que tenían aquellas flores cuyo rocío se compone de dia
como ellas la buena suerte de haber sido ex mantes y perlas importan crecidas cantidades.
cluidas de la función, y esta comparsa ju Poro el discreto tacto de la bella quo los usa
venil se presentó repentinamente en el bai sabe ocultar el orgullo de la ostentación con la
gracia de la sencillez aparente, y suavizar el
le con chinelas, delantales blancos, rodetes resplandor altivo do la pedreria con las hojas
y sobre-todos. ’Lleváronse desde luego la de rosa del modesto vergel.
atención geuerál, no obstante la extrava El peregrino arte con que la joven do buena
gancia de su toilette; porque aquella mis socied id'hace valer su trage de musolina y su
ma extravagancia era graciosa y atractiva tocado do cintas, forma la desesperación de la
en jóvenes tan lindas y tan frescas. Este parvenue, que en vano imitar pretendo con sus
fué el golpe de gracia para las ^afamas: que pasos de plomo el ligero vuelo do la mariposa.
daron derrocadas definitivamente las ^Ar/ias Cuanto mas so carga de brocados y do joyas
de minué, las cinturas combadas, las narices tanto mas se reconoce su poco hábito de lle
levantadas, las cejas teñidas, las mejillas varlos Y mientras su falta de gusto so mani
fiesta en la misma aglomeración de sus galas,
pintadas, las sonrisas voluptuosas de labios la verdadera elegante con un vostido do tar la-
untados de carmin...... quedó, en fin, sobe tana y una guirnalda do rosas ó azucenas, cau
ranamente decidido que leí moda en la hermo tiva todos los corazones.
sura solo podia darla la juventud. Algunos consideran la elegancia en la mu
Las palomas se contentaron con recordar gar una cosa secundaria. La esperiencia ha
los tiempos pasados, y con referir que no demostrado, no obstante, que para nuestro sexo
siempre había sido la juventud omnipotente es cuestión do primer orden. ¿No nace el amor
en modas, ¿Ro existieron, por ventura, a- amenudo de las ilusiones que causa una toilette
quellos dias de la Maintenon; aquella edad distinguida, uu selecto perfumo, un color favo
de oro para las beldades algo añejas? Oh! sí! rito que. llega á indentitícarse con la joven que
lo prefiere? Yo he visto á uno de nuestros mas
hasta para ellas hubo sus bellos dias de mo solapados dandys palidecer al vislumbrar un
da, y nosotros nada vemos de extraño en vestido azul y al aspirar el aroma de los aza
eso. Se ha dicho que en tiempos de Cleopa hares. Antes que los desengaños y el egoísmo
tra las narices chatas eran una perfección. del mundo endurecieran su pecho, antes que en
Tan cierto es que no hay realmente tipo ab él se marchitara la flor de poesia que en la au
soluto de hermosura, [no hablamos del ar rora do la 'ida se abre en el alma mas seca, an
te] sino que también ella está sugeta á gus tes en fin que aprendiera á creer el sentimien
tos; también ella es una moda. to locura y la confianza necedad, una virgen
Celina.
que se adornaba siempre con el tinte hermoso
del cielo, que exhalaba de sus ropas la grata
fragancia de los capullos del naranjo, y que re
velaba hasta en la armonía do su prendido. su
delicadeza moral, le habia inspirado, esas ine
REVISTA DE MODAS. fables emociones que jamas se olvidan. En
LA ELhXfAXCl A. tonces ol mancebo sensible y afectuoso cono
ció el sincero amor, la generosa fe, el santo en
tusiasmo. Por eso hoy el hombre receloso y
Hay ideas erradas que se hacen populares astuto so inmuta aun al fijar los ojos en el co
sin embargo, porque la costumbre les comunica lor celeste y al aspirar el perfume agradable
una apariencia de verdad alucinadora. A ellas que lo deleitaban cuando era joven de alma
pertenece la creencia general de que para dis y de cuerpo. ¡Ay! Ellos le recuerdan el tesoro
tinguirse por la elegancia estorior, tan agrada que perdemos con la muerte de nuestras ilusio
ble en el sexo de la sensibilidad, la delicadeza nes. Ellos le dicen que toda la ciencia del mun
y la dulzura, se necesita poseer riquezas. Se do vale monos que la confianza, la inesperien-
DH LO BUENO Y LO BELLO. 59
cia y la espontaneidad de la edad venturosa en que les dan imperio sobre sus consortes; es el
que proferimos amar á ser amados. prestigio de su elegancia el que prolonga las
Victor Hugo ha llamado al matrimonio la ilusiones que les han inspirado. Sí vosotras, las
tumba del amor; Byron osó calificarle antes que habíais asi, unir supierais al mérito de la
de infierno sin salida, como aquel en cuyas virtud la gracia y el encanto sin los cuales las
puertas escribió el autor de la Divina Comedia cualidades domésticas son respetables pero no
“Lasciate ogni speranza voi ch entrate,” y Lar atractivas; si ademas do buenas fuerais ama
ra, mas equivocado todavía que ambos respecto bles esposas, el amante de vuestra juventud no
al asunto, por romper los lazos que su incons se trocaría (con escepciones raras) en el ti
tancia juzgaba pesadas cadenas, privó á la ma- rano do vuestra edad madura. ¡Ah! tened pre
dro patria, en un arrebato indisculpable, de uno sente que de las pequeñas cosas suelen prove
de sus mas ilustres hijos. Dejando á un lado nir los grandes resultados.
la opinion común de que por la regular los Léjos empero de mí la idea de inducir á la
poetas y novelistas no son los mejores maridos— madre do familia á convertirse en muger á la
opinion á que acaban de prestar apoyo los cé moda, reinado peligroso, frívolo cetro que no
lebres escritores ingleses B. Bulw-er y C. Dic codicia ninguna joven sensata. La esposa ho
kens, divorciándose do sus esposas—pienso que nesta y pura no debo conocer la coquetería
nuestro sexo tiene en gran parte la culpa de que mancha, ni las falacias que envilecen. Pe
que Cupido huya tan presto del domicilio con ro al vivir para sus santas obligaciones y para
yugal. Muchas jóvenes apenas se casan co sus honrados afectos, puede coronar de rosas
mienzan á descuidar su persona, objeto duran sus tranquilos penates, puede conservar sus
te su noviazgo del esmero mas asiduo. Con fre elegantes costumbres, y puede continuar apa
cuencia el esposo al regresar á su morada, de reciendo bella y seductora sin que su concien
seando hallar bajo su techumbre el dulce recreo cia la acuse do otros proyectos de conquista
que lo indemniza de la aridezde sus negocios en que los de ser siempre una Armida para su lejí-
cuentra allí en vez de la beldad graciosa y ele timo Beinaldo.
gante á quien se unió con transportes de júbilo, La Elegancia es hermana do la Moda. Mú
una muger desaliñada é indolente en la cual llanse ambas tan unidas que no se diferencian
ya no reconoce al ídolo de sus amores. La pul entre si. La última, sin embargo, tiene rarezas
cra y linda novia, siempre prendida con gusto, y caprichos que necesitamos examinar antes
la encontraba como una virgen divina; la con de adoptarlos. Cuando pono en boga telas y
sorte mal vestida y peor calzada le desilusiona hechuras que no nos favorecen, manda la pru
como una criatura vulgar. Si el sexo femenil dencia que introduzcamos en sus decretos
éomprendiera sus verdaderos intereses podría oportunas modificaciones. En el tocador, como
evitar muchas penas de que so lamenta ahora en todo, se hacen indispensables la discreción
considerándolas irremediables. y el buen sentido para conseguir el ansiado
Nada hay tan desacertado como esta escla- éxito A veces el peinado que aumenta la poe
macion que ho oido salir do los labios de mas sia del rostro pálido y sentimental, destruye la
de una casada: “Yo tengo ya marido y no ne hechicera viveza del risueño semblante que
cesito por consiguiente pensar en galas ni pe respira alegría y placer: á veces...... Pero pre
rifollos.” Te engañas, esposa irreflexiva. Nun fiero citaros una prueba evidente de la verdad
ca debieras ocuparte tanto de tu tocador como do aquestas reflexiones á seguir emitiéndolas.
desde que él ha do ayudarte á consei” af la fe Aunque la historia nos ha referido que allá
licidad doméstica. Teme, terne que tu compa á mediados del siglo antepasado la célebre A-
ñero no hallando en ti los atractivos que ado tenaisde Montespan suplantó á su no menos fa
ró, vaya á buscarlos en otra. Su inconstancia mosa rival Luisa de la Valijero en el corazón
casi quedará justificada por tu poco empeño de Luis XIV, no nos ha iniciado en los medios
en impedirla. Cuando te dispones á asistir á de que se valió para obtener tan difícil victo
una fiesta, donde solo han de contemplarte ria. Pues bien, parece que la tierna Luisa—á
personas indiferentes, te cubres de seda y en quien su brillante oprobio pesaba ya como una
cages; cuando te vistes para el elegido de tu corona de espinas-atormentada por la vergüen
corazón apenas arrojas una mirada al espejo. za y los remordimientos habia perdido la fres
¿No eres pues, la primera en mostrarte tibia y ca morbidez de la temprana edad. Su alma pu
veleidosa? ra sufría tanto en su cuerpo manchado que lo
Otra esclamaeion tan errada como la ante habia aniquilado con sus ajitaclbnes. La sober
rior es la siguiente, que al par se encuentra á bia Aten ais vió su elegante delgadez, que cu
cada rato en boca de las casadas descontentas bierta con flotantes ropajes era antes una gra
con su destino: “Las mugeres inútiles que úni cia que un defecto, y resolvió aprovecharso.
camente viven para la disipasion y la vanidad del lado flaco de la modesta favorita para des
son las mas amadas de sus maridos. Estos se tronarla.
ñores quieren por mal.” Segunda equivoca Al efecto desterrando con un golpe atrevido
ción. No ven los defectos de esas mugeres los las gorgueras altas, que se usaran hasta enton-
60 ALBUM CUBANO
ces, y las mangas ceñidas que llegaran hasta el del ostrasismo. Falsa ha salido semejante no
puño, presentóse en un baile de Versalles con ticia. El malakoff lejos de haber caldo en dcs-
el corpino tan escotado y los brazos tan des grocia prosigue gozando de un favor sin límites;
cubiertos que al mirarla padecia el pudor. En en lugar de haber perdido en amplitud aumen
una corte tan galante, sin embargo, como la del ta cada dia sus dimensiones. Muchas temen
monarca cuya ríj ida y devota vejez espió los sin embargo respecto á él la reacción inevita
escesos de su juventud, se perdona fácilmente ble que á todas las exageraciones sucede. ¡Dios
la audacia de la arrogante Atenais, merced á • quiera en efecto que la moda después de ha
la perfección de sus, formas. Luis XIV quedó cernos gastar en un vestido treinta varas de
deslumbrado con la 'blancura de aquel cuello gró ó muselina, de obligarnos á barrel’ el suelo
de cisne y de aquellos brazos de mármol, sobre con la luenga falda, y de convertirnos en una
los cuales lucían sartas de perlas igualmente especie de globo aerostático, no tenga el ca
niveas, y sin los poderosos recuerdos que lo li pricho de mandarnos adoptar de repente el sa
gaban á la pobre Luisa le hubiera sido desde co, ceñido que casi no permitía dar un paso á
luego infiel. nuestras respetables abuelitas! Todo debe te
Adivinó la Valliére lo que pasaba en el alma merse de esa antojadiza deidad.
del inflamable soberano, vió ademas la fascina Los talles cortos y las anchas mangas conti
dora hermosura de su contraria con aquel núan usándose, como también la doble saya y
garboso atavio que al momento se puso á la los bullones ó tufos para guarniciones. La Sra.
moda, y cegada por los celos asistió al pri doña H. F. de A. llamaba'la atención la otra
mer sarao de Palacio con un trage igual. Al noche en el teatro por la frescura y la nove
arrojar sus púdicos cendales Luisa se habia dad de su trage. Era este de tul ó gasa blanca
despojado de su verdadera belleza—la modes con bullones color de rosa de Bengala, que
tia y la ruborosa timidez que la asemejaban al surcando la Siya, las mangas y el corpino
lirio puro, aun en medio del cieno en que habia con primorosa simetria, producían encantador
caído. El rey no conoció á su poética amante, efecto. La gallarda II...... con su dorada ca
en aquella mujer de descarnado cuello y de bellera y su nacarada tez, podia compararse así
huesudos brazos, que locamente ostentaba las á la rubia aurora rodeada de albas y carmíneas
faltas de su conformación. Luisa le pareció no nubes. Una mujer bella y bien prendida es be
solo fea sino también tonta, pues carecía del lla dos veces.
instinto femenil que hubiera debido servirle de Pero no solo á la juventud está reservada la
diestro guia en los misterios del tocador. En elegancia. A todas las edades se adapta olla
vuelta en sus graciosos velos de tul encontra- sin incurrir en el ridículo. Las joyas, los colo
rala el monarca ideal y vaporosa como los en res serios y los ricos tegidos armonizan con la
sueños de la juventud primera, privada de ellos grave estación de la vida en que predomina la
juzgóla el esquoleto acusador de la muerte de solidez. Yo conozco una señora ya entrada en
una pasión culpable. Y aposar de la máxima años que con sus tocados negros ó morados so
francesa, bre sus cabellos grises, sus pañoletas de blan
quísimo oían sobre su trage de seda ceniciento
On revient toujours ó carmelita, y sus manteletas de terciopelo os
A ses premiers amours curo sobre sus hombros que han llevado con
Luis no volvió nunca á Luisa, que fué á expiar dignidad el peso de la existencia, hace parecer
en un convento su estravio, su desengaño y.... herm?-<i la vejez. La indicada señora posee
su torpeza en materia de modas. la venerable coqueteria de la ancianidad di
Lás que ahora imperan en la Habana indi gámoslo así, que proporcionaba á la famosa
can que se aproxímala primavera. Los broca Mme. de Eecamier tantos amigos en su otoño
dos, damascos y tisus van desapareciendo. En como admiradores en su primavera.
lugar suyo las tarlatanas salpicadas de un rocío Aunque en Europa no permite la moda á las
de plata y oro, los tules bordados y las gasas jóvenes solteras llevar pólreria, en Cuba las
de brillantes matices obtienen general acepta autoriza á usarla. Sin atreverme á decidir si so
ción. Las rosas florecen con anticipación en muestra ó no sensata en semejante concesión,
los vergeles cubanos, las mariposas nacen pre aplaudo el buen gusto que lo ha inducido á po
maturamente bajo el ardiente cielo tropical, y ner ahora en boga las perlas. Es adorno que tie
la moda que se apresura á someterse á las exi ne algo de oriental, no posee el orgullo del dia
gencias del clima en todos los paises cultos, mante ni la presunción del ópalo, que parecen
destierra aquí desde Marzo los vestidos de a- elejir por preferente asiento las frentes aristo
brigo que ha tolerado apenas durante Diciem cráticas. Lindo y modesto armoniza con la be
bre, Enero y Febrero. lleza y la juventud á cualquier clase que perte
Infinitas veces han anunciado los periódicos nezcan; Ya rodeen, formando gruesos anillos,
la muerte del malakoff, asegurando que la Em un cuello de alabastro, ya se mezclen con unos
peratriz Eugenia habia espedido en contra su lustrosos cabellos, ya guarnezcan una ondulosa
ya, desde la capital del mundo elegante, la ley falda, siempre son bonitas y oportunas las per
DE LO BUENO Y LO BELLO. 61
las. Tenéis razón en amarlas, discretas lectoras, su corpiño ostenta una elegante draperia.—El tercer túnico
pues aunque los poetas dicen que significan es también de granadina, color lila, listas al traves sembra
das de puchas á la jardinera, dos faldas, y al pié de cada
lágrimas, basta verlas en el estuche de coral de una rizados de cinta lila. La berta y las mangas adorna
vuestra boca para conocer que significan son das coquetamente con espumilla salpicada de marabúes y
risas. corales.
Desde'que la Cuaresma ha comenzado, la mo Para el primero de los tres vestidos que acabo de pintarte
ligeramente, ha confeccionado Madama Marquier un ador
da so ocupa con ‘predilección de los trajes de no de cabeza muy distinguido, y que consiste en ancha
Iglesia. Las mantillas á la española con blon trenza de cordoncillos de oro—forma à la emperatriz—con li
das y terciopelo, los vestidos de wwnré antigüe rios azules á los dos lados.
y de gró de cordoncillo con grandes chaque Debo mencionar también otro precioso vestido que Ineirá
la bella señora de T,... pero ¡ah! son tantos los preciosos
tas ó levitas, están á la dernière. Greo inútil vestidos de bellas señoras que pudiera citarte!.... Y ¿cómo
añadir que esos vestidos y esas mantillas son hacerlo si vuela el tiempo y la prensa está ya tirando (tran
negros. La costumbre de llevar al templo cató sijo con las voces técnicas aunque sean algo bárbaras) tu
lico colorines y perifollos no se ha generaliza Revista de Modasl Solo es posible añadir, por hoy se en
tiende, que sigo resuelta á favorecer siempre con mis ins
do nunca entre las legítimas fashionables. piraciones á las lindas hijas de esta herniosa Isla que me
En fin, la moda es la poderosa soberana que rinden culto tan constante, y que como no se limitan mis
dicta leyes; la elegancia el diestro ministro incumbencias á los secretos del tocador, ¡sino que también
que sin hacerla imprudente oposición modifica me introduzco en los gabinetes de los escritores y escrito
ras (que no soy de los que distinguen sexos en el talento)
sus decretos de manera que la orden, mas ab y los dirijo con particular amor-cuaudo veo que no se di jan
surda se convierte en beneficio incontestable. seducir por mi enemigo irreconciliable el mal gusto,—ofrez
¡No lo olvidéis! co igualmente no abandonarte á tí, para que cuanto trace
FELICIA. tu pluma lleve siempre, como hasta ahora, mi sanción ines
timable. Tu fiel amiga
La Slegancia.
PARTE TELEGRAFICO DE LA ELEGANCIA P. D.—Ah! olvidaba decirte que voy á publicar un de
creto ordenando que todos los que pertenecen á mi imperio
adornen sus salones ó jardines con algunas de las gracio
A LA SRITA. FELICIA. sas estátuas obra del artista Mr. Garbeille: más aun; reco
miendo especialmente á la que se reconozca reina entre mis
.Encantada de las líneas que me dedicas ¡oh inteligente favorecidas, qne ostente pronto en su gabinete de toilette la
cronista de la Modal revindicando mi gloria y haciendo co rica mesa de mosaico de mármoles que he confeccionado
nocer al mundo comm'ilfaut (perdóname esta frase pues no yo misma en el taller del nombrado escultor, y que, como
puedo prescindir de que la Francia es considerada patria la manzana de Páris, está diciendo —parala masbella.
mia) el enorme gatuperio de los que confunden mis leyes
con los caprichosos escesos del lujo desenfrenado, no pue
do ménos de mostrarte mi gratitud, despachándote este te-
légrama desde cierto palacio en que resido habitualmcnte
hace algunos meses.
Quiero que sepas por mí misma, para que puedas [con la
debida reserva] comunicar la noticia á las suscritoras de
ese periódico naciente que se me muestra adicto, que he
adornado con mis propias manos dos deliciosos trajes que
acaba de recibir de Paris mi favorita la jóven y bellísima
condesa de S... A., y que son de la mas distinguida nove
dad que mi hermana la Moda, guiada por mis consejos, ¡Señor...! ¿Y Periquito?—preguntarán las bo
puede presentar en esta época á la admiración dt;b~i inteli llas suscritoras del Album Cubano, al leer mi
gentes. Z humilde nombre al pié de estas desaliñadas
Contando con tu discreción te revelaré ¡oh Felicia! que
son dichos trajes, el uno de tul blanco lleno de graciosos líneas.
bullones salpicados de grupitos de plumas, ó sean mara Periquito semejante á un meteoro, brilló un
i búes, semejantes à ligeras espumas: el otro de rico encaje momento y desapareció. Con esto motivo voy
negro, adornado con campanillas color de rosa de un efec á tener hoy el inefable placer de ocupar su
to admirable. Acompañando á estos vestidos han venido
preciosos adornos de cabeza, uno de los cuales—que con puesto entre ellas, y para no ser lo que él mo
siste en una redecilla de perlas ostentando á un lado una desta y donosamente se llamaba,—esto es, w«
blanca pluma y al otro un grupo de rosas—es el que cor zángano inútil en una república de laboriosas
responde al traje de tul blanco que te he descrito. abejas,—heme aquí con mi pluma en ristre;
Tampoco quiero que ignores que han salido reciente
mente de las hábiles manos de la Garbeille, entre otras no pues aunque no la elegante y graciosa del fes
vedades marcadas cou mi sello, tres túnicos encantadores tivo Periquito, es al fin y al cabo una pluma que
que verás pronto realzando las gracias de cierta rubia her puede escribir revistas. Entro, por tanto, en
mosa que descuella en mi imperio. Uno de dichos trajes es el ejercicio de mis funciones y me declaro un
de gró celeste con doble falda y anchas listas chinés blancas
y azules. Eicos encajes de oro y bullones de tul con cintas hombre todo noticias.
de raso, guarnecen ambas faldas, y la berta, que es redonda, Con mi libro de memorias en la mano, y el
lleva adornos análogos, como también las mangas. El cor- lápiz en el bolsillo, recorro las calles de la ca
piño tiene al rededor un gracioso rizado de la misma tela pital mirando detenidamente á todo el mundo;
del vestido.—El segundo túnico es de granadina á cuadros
fosa y blanco, con listones de seda sembrados de capullos porque se me figura que cada hombro lleva gra
de rosas. Este vistoso traje consta también de dos faldas y badas en el rostro las novedades que para el
16
't:
62 ALBUM CUBANO
cumplimiento exacto de mi obligación he me ademas las colchas de la cama en que el niño
nester. duerme, para edificar una tienda de campaña
Si el viento sur sopla mal negocio para el frente de Escauriza.
revistero, en atención á que no es muy hala Comparsas que alborotan, chiquillos qne chi
güeño para quien tiene el deber de investigar llan, bailes en todos lados, bromas aquí, pen
lo todo, verse acometido á cada momento por dencias allí, risas acá y llantos allá, así anda
el simoun del desierto. ello.
Con la mano izquierda en un ojo, y la dere Triste del que se atreva á penetrar entre la
cha sujetando el sombrero, con el libro debajo apiñada muchedumbre para admirar los ejer
del brazo, y el ojo derecho puesto en los piés, cicios de los acróbatas, pues de seguro saca la
yo el cronista de lo bueno y lo bello intento á du nariz aplastada ó un chichón,en la,frente, que
ras penas avanzar por esas calles, que á cada le liaga cantar como el marques en Jugar con
paso avisan al que en busca de noticias anda, Fuego.
que los tropezones son una necesidad para todo
el que camina, aunque sea por la senda do los Ay! Duquesa, Duquesa, Duquesa,
progresos. no vales el susto
Indago acá y pregunto allá: como estamos que me haces, pasar. \
en Carnestolendas creo que todo el mundo me
engaña. Sin embargo, bien comprendo que qui Tales son las ventajas de Carnaval, tales los
zá nunca somos los hijos de Eva tan sinceros resultados de mis investigaciones sobre esta
y veraces como cuando cubrimos comuna care fiesta tan deseada por unos, y tan deplorada
ta de seda ó carton la otra careta social que por otros.
cada uno lleva habitualmente. Artículo de otra cosa.
Entro en un detestable Restaurant, y oigo á Si las noticias fueran como el vino y el taba
los que pagan quejarse de las malas comidas y co, que á medida que el tiempo pasa por ellos
del peor servicio. ganan en valor, deberían celebrar grandemen
Se me figura que el dueño anda de bromas, te los lectores del Album Cubano el atraso con
y abusa de la buena fé de sus parroquianos. que salió [por causas ajenas á la redacción] ol
Cosas de carnaval, (digo) y sigo mi marcha. primer número de dicho periódico; pues á cau
Saludo á una joven, la cual me notifica que sa del mencionado atrasóme veo hoy obligado
me debe un abrazo. á pasar revista no á la última quincena solamen
Considerad mi sorpresa y mi gozo al recibir te, sinoá todos los dias comprendidos entre el
tan agradable nueva, pero de pronto la que pa primero de Febrero—que debió aparecer la pri
rece'niña deliciosa me suelta un \compadre\ en mera entrega—y el primero de Marzo que [Dios
tre una bocanada de humo de tabaco, y recuer mediante y queriendo el impresor] saldrá esta
do que estamos en carnaval y que nada puede por esos mundos á correr aventuras.
tomarse por lo que parece. ¡Picaro carnaval! Gran necedad dijo el que dijo, que en la Ha
Las famosas saturnales de Roma son, según bana no ocurría nada, y que en este pais no
la opinion de gente sábia, el primitivo origen abundan los espectáculos divertidos.
de esta fiesta. Cáspita! ¿pues qué mas diversiones quo las
En los tiempos fabulosos se consagraba á Sh- que, con gran contentamiento del público, ofre
turno, y hoy se consagra al Dios Baco, que no cen hoy Maretzek, Chiarini y otros grandes
es mucho correr. hombre) ñor el estilo?
Augusto ordenó que las saturnales se cele Maretzek ha cambiado de piel como las cu
brasen durante tres dias, y andando el tiempo lebras, y parócenos que con la nueva ha de irlo
apareció, como llovido del cielo, un tal D. Calí- mejor que con la antigua.
gula y le añadió uno mas, es decir el domingo Gran conocedor del público habanero, si bien
de Piñata. no ha cumplido todo lo que ofreció, tampoco ha
Este Caligula es el autor del rabo del carna dejado mucho que desear.
val, y Augusto y Caligula deben ser bendeci Al anunciar la apertura del último abono
dos al presente por todos los fámulos y perso ofreció la empresa cuatro óperas nuevas en la
najes de esa laya que existen en la Habana. presente temporada, á saber: “La Favorita”,
¿Qué amo por paciente que sea, puede sopor “La Semíramis”, “Don Giovanni” en la que to
tar á sus criados durante estos tres dias? marían parte las dos primeras damas absolu
El cocinero se va de máscaras, y no hay que tas, y “Cristobal Colon”.
decir que no se cena. Gracias que se coma. Ahora bien, la Favorita ofrecida en el penúl
El mozo de plaza toma una real turca, y se timo, se ha puesto en escena en el presente, la
guro está que parezca en todo el dia á traer las Semíramis también, ¿y Don Geovanni y Cris
viandas. tóbal Colon?—¿Qué se hicieron?
La criada de mano empeña ó vende un ves Los abonados pares y los idem nones, so que
tido para comprar los requisitos necesarios y dan sin admirar al descubridor de la América
confeccionar un ponche: gracias sino se lleva y sin aplaudir á D. Giovanni; en cambio la em
DE LO BUENO Y LO BELLO. G3
presa con la “Traviata” por última vez, con el autoridad. Yo creo que hubiera dicho mejor lu
“Trovador”, la “Sonámbula”, la “Saffo” y tal netas y palcos, en atención á que do estais ocu
ó cual ópera muy vista y oida, lia cerrado el úl pados, lo cual siente la empresa mucho, suspen
timo abono. demos la Traviata sometiéndonos á la autori
Pero el empresario dirá sin duda: ¿Qué falta dad del publico.
nos hacen Cristóbal Colon, ni D. Giovanni, te La gran novedad deseada por todos fué el
niendo el dó de pecho de Musiani? festival que el célebre Gotschalk nos dió en el
Las óperas nuevas no son para todos los dias. gran teatro.
El tenor Errani ofreció su función de gracia La concurrencia era escogida y numerosa.
compuesta de los mejores actos de algunas par Era de ver en ios altos salones del coliseo á
tituras recibidas por el público con aceptación. un centenar do afligidos que tuvieron la imper
El público, sin embargo, no asistió á ella y donable falta de acudir tarde, andar de la ter
francamente no acierto las razones que motiva tulia á la cazuela,y de la cazuela ála tertulia,
ran esta indisposición del público. buscando un lugar donde poder presenciar la
Lo cierto es que el Teatro estaba desierto. fiesta, y en honor de la verdad no lçgrando otra
Las nubes, llorando la malaventura del benefi cosa que dar sendos pisotones al público.
ciado, derramaron abundante lluvia sobre esta Hubo quien quiso imitar al hombro mosca ó
seca humanidad que esteriliza las mejores es intentó andar por el techo.
peranzas. No puede pedirse mas entusiasmo por el di
La Prensa de la Habana se dirigió á U em vino arte.
presa pidiéndole otra función de gracia para El teatro en la citada noche ofrecía un as
Errani: todos sabemos que la Empresa oye bien, pecto sorprendente y magnífico.
lo cual no quiere decir que en esta ocasión no Me creí trasportado al Olimpo.
fuese completamente sorda. El Excmo. Si'. Capitan General con su linda
Poco después ofreció Musiani su beneficio y y elegante esposa la joven Condesado San An
la concurrencia fue regular, gracias al do de pe tonio, ocupaba el palco de la derecha. Las se
cho-. esta nota es un tésoro. ñoras de S.... V.... de A......de M...... de T...... de
Errani canta bien, es buen actor; pero no da H.... de P.... de C.... do O.... de E,.... de J.... y
el do, esta es una falta imperdonable: sin do no las Srtas. de L.... de O.... de S,... deE.... de C...
hay do-blones. de B.... y otras infinitas lucían, como en com
La empresa ofreció á los abonados paros La petencia, sus ricos trajes y sus hermosas caras.
Semíramis, en cuya ejecución solo lucieron la Quien no ha visitado á la Habana, no ha vis
señora Gassier y Srta. Phillips. to el cielo con sus ángeles.
Errani no estuvo tan bien como en la Tra
viata y la Lucia. Al levantarse el telón la sorpresa fué gene
El coro de mujeres desafinó, y si mal no re ral: todos cuantos músicos y aficionados exis
cuerdo no solo desafinó en el segundo acto si ten en este pais tomaron parte en el festival.
no que perdió el compás. No falta quien diga Gotschalk sQbre un tablado dirigió con ma
con esto, motivo, que las continuas tertulias no maestra la batuta y todo marchó como del
entre bastidores secan las fauces &c. buen talento de este célebre artista debió es
La Srta. Phillips ofreció la noche de su be perarse.
neficio la ópera de Pacini Saffo y el bolero de Una sinfonía romántica titulada Noche de los
las Vísperas Sicilianas, que cantó admirable Trópicos—Un potpurri do aires cubanps dedica
mente la Sra. Gassier. * do ála señora Condesa de S. Antonio,—y una
Adelaida caracterizando á la poetisa de Les composición denominada Escenas campestres en
bos, está inimitable. En el último acto la ins Cuba, fueron las.piezas que el eminente pianis
pirada trágica conmovió al auditorio, arrancan ta compuso, repartió y dirigió. Los esposos
do frenéticos aplausos: fué llamada á la esce Gassier, la Srta. Phillips, Musiani, Errani, Elo-
na repetidas veces. renza, Gasparoni y Zanniniy el cuerpo de co
El mártes de Carnaval la empresa anunció ros, acompañaron al héroe do la función en el
en el gallinero de la puerta de Colon La Tra feliz desempeño do ella.
viata y el do de pecho. La gran marcha á toda orquesta dedicada á
El Napoleon de los empresarios fue embro S. A. E. el príncipe de Asturias, es una escclen-
mado por el público, ni los mas fervientes ad te cosa en su género.
miradores de laEistori lírica, parecían por el La concurrencia salió sumamente compla
teatro la citada noche. cida.
Cuando la orquesta tomó posesión de sus a- Gran chasco se llevaron los que se situaron
sientos apareció en la embocadura, á guisa de en la calle de San Eafael creyendo que el fes
anuncio, un individuo que dirigiéndose á las tival seria un alboroto terrible que se difundi
36 personas que ocupaban todas las localidades ría por dos leguas á la redonda.
del coliseo, dijo en muy mal español. Respeta Después de hablar del gran concierto Gots
ble público, se suspende la función por orden de la chalk, ¿qué otra cosa juzgaremos digna de men-
64 ALBUM CUBANO
cien, como no sean los dos beneficios de las dos tes (con perdón de aquellos, se entiende,) y os
apreciables primas donnas? presento un par de cuadrúpedos de diez y seis
El hombre ama la lucha; mas, no puede vi piés de altura el uno y no sé cuantos el'otro. Je
vir sin ella. Esto explica el por qué en la tran sús! que miedo!
quila Habana hay siempre partidos furibundos J. E. Bacon (no le creo pariente del célebre
que ora se llaman Gazzanigos y Presolinos, personaje de igual apellido) es feliz propietario
ora Cortossinos y Gassieristas. ¿Xo seria mas de estos dos famosos brutos, y los hace mar
racional y justo aplaudir y admirar todo lo char á paso doble, acostarse, tocar el órgano,
bueno, sin rebuscar górmenos de rivalidades? y después se pasea sobre ellos con la misma se
Sí, pero entonces no habría contradicción, no guridad que un filarmónico por la Alameda de
habría lucha, y lo que amamos es la lucha y no Paula.
á tal ó cual cantatriz. Y pasando ahora de los elefantes á los artis
El caso es que, gracias á ese instinto de com tas, [con la correspondiente salvedad] fuerza
bate, las funciones de gracia de nuestras dos es confesar que Chiarini reúne una excelente
actuales primas donnas han sido abundantísi troupe-, así los aplausos son muchos y las pese
mas en aplausos frenéticos y en coronas, pu tas son mas en estas funciones de despedida.
chas y aun algo mas sólido. Esto no quiere de ¿Falta algo todavía?
cir que las funciones que mencionamos no me Ah! reparo que hablé del Carnaval y tanto
recieran sor bien recibidas aun cuando no exis me mareó su bullicio que pasó por alto lo mas
tieran bandos entusiastas; pues declaramos importante. Pero lo hecho hecho: concluiré sin
(nosotros que no somos claquers de ninguna decir que los bailes han sido brillantes, tanto
parcialidad) que en ambas noches nos pareció en Tacón como en el Liceo, y ni aun quiero
muy bien todo, y que ambas beneficiadas me augurar que esta noche [estamos en el domin
recieron nuestros bravos. La Cortessi hallará go de Piñata) nos divertiremos todos grande
pocas rivales de su talento y sentimiento dra mente bailando hasta sudar el quilo.
mático, de su maestría en la escena y de su es Es el último adiós de la locura y entra la ra
celente método. La Gassier posee une dulzura y zón á enseñorearse de la Cuaresma; tiempo de
flexibilidad de garganta que casi nos hace ol penitencia; tiempo santo en que las novedades
vidar que lo hace falta un poco mas de alma, serán sermones, y los triunfos cilicios.
un poco mas de movimiento y pasión. Felici A este solo recuerdo la profana pluma se
tamos, pifes, á ambas con igual sinceridad por me cae de la mano y os dejo; ¡oh temibles sus-
sus merecidos triunfos, y damos gracias á sus critoras del Album Cubano': os dejo para rogar
respectivos campeones por habernos diverti al Geñor que me libre do caer en la tentación
do con esos inocentes combates en que no cor de pensar en vuestros lindos ojos durante este
re sangre, y (lo que es aun mas raro) no ha ha tiempo de ayunos, porque con el estómago frió
bido derrota para nadie y sí contento para y la cabeza caliento ¿á donde iría á parar vues
todos. tro servidor
Se nos exigirán todavía mas noticias? ¿Quer
rán las bellas suscritoras del Album Cubano
que les anunciemos el pióximo concierto que Víctor Caballero y Valerol
dará en los salones del Liceo un artista casi
niño, que ya es sin embargo, una notabilidad?
Pero ¿quién no sabe á esta3 horas todo lo que
pudiéramos decir de ese Napoleoncito del arte,
que no quiere desmentir su glorioso nombre?
Está bien—nos parece oir que exclaman las
complacientes lectoras de estas mal trazadas
líneas—¿mas como henios de pasar el que no
nos digas nada de la Vernay y del rico regalo
que le hizo la bella esposa de nuestro simpáti
co Capitan General?—Sabed, queridísimas lec
toras (les responderé) que tengo una manía de
la que mo es imposible prescindir; la cual ma
nía—os lo confesaré muy en secreto—es que
no mo gusta el violin en mauos femeniles.—
¡Tiene tan poco de graciosa la actitud que exi
ge eso feo instrumento!....... Sin embargo, por
daros gusto diré, sin mas ambages, que Mada
ma Vernay merece la distinción que ha debido
á la Exma. Sra. Condesa do San Antonio.
—Queréis mas todavía?—Corriente.
Paso de un salto de los artistas á los elefan
ALBUM CUBANO
DE
lo bueno y lo bello.
gS________________________________________
rutilan aun débilmente las estrellas!—Si tor que el de sus castos y amorosos pensamien
namos en derredor los ojos, nada vemos; si tos. Corriendo va ahora por las calles de
fijamos el oido, nada oímos; si extendemos su jardin detras de las mariposas y de las
la mano, nada tocamos...... En esa region llores; pero la brisa sopla con fuerza, y des
no existe nada-, es el espacio, es el vacío. barata su peinado, y desarregla las faldas de
De pronto un ligero choque hiere nuestra su vestido. ¡Mal haya la brisa, que impi
mejilla y agita algunas hebras de nuestro de á la niña continuar en su diversion ino
cabello, y si mudamos de lugar el choque cente!—Y sin embargo, lectoras queridas
se reproduce agradablemente: de pronto a- del Album, á esa niña no le causan ni estor
parecen en el horizonte algunos nevados co bo ni molestia las treinta y tres mil quinien
pos, que se reúnen y se elevan cada vez mas; tas libras de peso que soporta su delicado
y de pronto se oyen sonidos inesperados y cuerpo. ¡Oh! no hay que sorprenderos,
vagos, bruscos, prolongados, sin armonía, pues sin la menor duda lleva encima el ex
cadenciosos...... ¿Qué fuerza sobrenatural traordinario peso que indicamos, ¿Queréis
determina todo esto en la region del espa confirmarlo? Considerad la columna deaire
cio, del vacío? que gravita sobre ella: tiene diez y seis le
Mas á los choques fugitivos suceden on guas de altura. Este es un verdadero miste
das ó ráfagas que envuelven nuestra cabeza rio del aire:—pesar de una manera, enorme
y nuestro cuerpo, pero sin sacudirlo ni es sobre nosotros sin que percibamos su peso.
tremecerlo; que forman un baño que nos re ¡Qué animados están los espléndidos salo
frigera, sin humedecer siquiera nuestro ves nes de E'...... ! ¡Qué estrado, qué riqueza,
tido: en vez de livianos copos se alzan en el qué alegría! Pero la pobre Julia no ha podi
horizonte blancas colinas, montañas grises, do asistir esta noche á la fiesta, y sentada en
bandas y grupos de todas hechuras con fi un muro de la azotea, con la mejilla apoya
nos recamos de oro en sus caprichosos perfi da en el índice, el labio inferior en el dedo
les, y detras de ellas franjas de púrpura inmediato y la barba en el pulgar de la ma
transparente que brotan, irradian un mo no derecha, vuelve melancólicamente los ojos
mento y se deshacen: en vez de sonidos va en dirección de la casa del sarao. ¡Cuánto se
gos y confusos, se perciben murmullos de divertirán! exclama exhalando un suspiro; y
corrientes, susurros de hojas y trinos de aves palatras y suspiro no pasan de la azotea,
en las praderas y las cumbres; ruidos multi porque vi céfiro, que se alimenta de estos
plicados, y acentos, cantos y clamores de blandos despojos de la belleza, los ha absor-
hombres en las poblaciones y los caminos.— vido en el momento.—El lugar es elevado y
¿Qué agente poderoso ha producido un cam la ciudad está dormida: da la media noche,
bio tan sorprendente?—¿Ño lo sabéis? Es el y Julia, que ha permanecido hasta esta hora
aire: el flúido impalpable éinvisible que nos sentada y pensativa, lanza otro suspiro y di
rodea, y llena ese vacío, y constituye ese es ce, disgustada en lo profundo y ya en acti
pacio. Eingun sentido lo percibe, y él tiene tud de abandonar aquel silencioso sitio:—
impresiones para todos los sentidos. “Ni flores ni mariposas por la tarde, ni mú
Hemos trazado rápida y toscamente algu sica ni baile por la noche.”—El céfiro la oyó
nos de sus efectos, en el amanecer de Cuba, seguramente, y comprendió que en aquellas
porque queríamos que se nos hiciese sensi sentidísimas frases habia una reconvención
ble. Penetremos ahora en las sinuosidades á la brisa su hermana: rápido atravesó el es
de su seno, y tratemos de sorprender algu pacio hasta la inmediata campiña, donde
nos de sus misterios. encontró á ésta y le hizo presente indignado
Ved como marcha llena de soltura y ele el sinsabor de la niña, agregando:—“Mis
gancia la linda trigueña Julia, en cuya ga alas son muy débiles y no pueden sostener
llarda cabeza parece que no lleva otro peso las ondulaciones armónicas, pero las tuyas
DE LO BUENO Y LO BELLO. 67
i
sonmas resistentes: cruza por la cercanía del observan los objetos, particularmente los lu
sarao, y llévale pronto á Julia algunos tro minosos, modifica sus propiedades visibles.
zos del concierto, para que no muera de pe Familiarizada ya Julia con estos accidentes
na esta noche.”—La brisa alarmada obede del aire, tomémosla por guia: verdad es que
ció al punto; y ya daba Julia el primer paso, aun no siente sobre sus mórbidos hombros el
llena de angustia, para abandonar la azotea, peso del aire, pero ya sabe que lo lleva, pues
cuando la detuvo un eco mágico, compuesto el céfiro se lo asegura.—Ahora su mano nos
de una multitud de acentos sonoros, de una señala al norte: la atmósfera y el mar están
blandura y de una cadencia extremas, que ya tranquilos; poco después, á la media hora,
aumentaban ya disminuían de intensidad, mil nubes sombrías cruzan aquella, y las olas
sin producir la menor impresión fuerte ni se elevan impetuosas hasta casi tocar ton las
desvanecerse completamente. El corazón nubes. El aire ño tenia fuerza hace treinta
de Julia palpitó dulcemente, reconociendo minutos ni para mover una pluma; ahora
en aquel eco conmovedor, reproducida hasta arranca las seibas colosales, derrumba los
en los mas mínimos detalles su danza favo mas sólidos edificios y arroja los navios con
rita, la Coronación de la Avellancdafy com tra los arrecifes de la play a. ¡Las fuerzas del
prendiendo que la brisa era la que así tan aire son uno de sus mas terribles misterios!
agradablemente la sorprendía, ledió las gra Julia nos señala al oeste: á cada momento
cias y le perdonó las ofensas de la tarde.— una ráfaga luminosa atraviesa el aire: poco
El aire en quietud trasmite los sonidos, bas después retumba el trueno: poco después es
ta donde la intensidad de éstos lo permite talla el rayo; y el aire no se mueve. ¡Nuevo
solamente; mas cuando se agita y corre en misterio!—¿Quién forma en el aire la lluvia?
una dirección, los lleva á larga distancia, ¿Quién elabora el granizo? ¿Quién decora los
sin que pierdan un ápice de sus cualidades. nublados con el iris? ¿Quién hace tan melan
Esto parece misterioso, pero indudablemen cólico el crepúsculo de la tardey tan risueño
te lo es elr que al oido de Julia lleguen al el déla mañana? ¡Misterios, misterios del
mismo tiempo sin confundirse, pero forman aire!—Pero Julia se sonríe y vuelve su lin
do gratísimas armonías, un re producido por da mano hacia arriba, diciéndonos:—“lié ahí
144 vibraciones en un segundo de la cuerda el mas hermoso misterio del aire,
ó del instrumento músico, cualquiera que
Porque ese cielo azul que todos vemos
sea, y trasmitido por otras tantas ondulacio Ni es cielo, ni es azul......
nes del aire: un sol de 192 vibraciones, y un
do de 256 ó de 512 ó de un número mas con como tan bellamente dijo Lupercio de Ar-
siderable, y así las demas numerosas notas gensola; sino aire, puro aire.—Y tal parece
musicales que parten de la morada encanta que se consolida para que en él se enclaven
da. Este bello misterio del aire, el de la los astros: por esto se llama -firmamento.”
manera de producir y propagarlos sonidos, Si Julia, lectoras del Album, os lleva aho
merece la delicada atención de las lectoras ra á su aposento, abrirá la ventana para que
del Album. entre el aire, por que está persuadida de que
Julia deja la azotea mas consolada, pero sin él no se puede respirar, ni vivir; pero ten
en la escalera se detiene. Ha visto la luna drá cuidado de cerrar por la noche esa mis
que aparece en el horizonte, y el diámetro ma ventana, pues si entra por ella el aire po
de su disco y el color de la luz que despide drá perjudicaros, porque este proteo im
la han sorprendido: el diámetro es mucho palpable é invisible confecciona en la noche
mayor que cuando está en el zenit, y el co principios perniciosos á espensas de las ema
lor de la luz es casi rojo. Lo mismo sucede naciones de las aguas y de las plantas;
con todos los astros, y este es otro misterio Amables lectoras del Album de lo bueno
del aire,—que cuan do á traves de sus capas se y lo bello, bueno y bello será que estudiéis
ALBUM CUBANO
68
estas cosas; y cuando tropezeis con algunas tador, dominante, sublime sobre toda pon
dificultades preguntad su parecer á Julia, deración es ese mismo misterio, no ya solo
pues yo tengo para mí que ella conoce per formando la palabra, sino derramándose en
fectamente los misterios del aire desde que los divinos versos de la insigne cantora déla
se lia hecho amiga íntima del céfiro; el cual Cruz, de la eminente autora del Baltasar;—
nos consta que por las siestas la adormece y nada de esto se ha dicho.
con sus halagos, y en sueno la traslada, ya Basta, tienes razón, bella Julia: tú cono
á los arenales de la Arabia para que conoz ces mejor que nadie los maravillosos miste
ca al Simún, pariente muy lejano del céfiro rios del aire.
Ramón Zambrana.
y tirano aterrador de las caravanas del de
sierto; ya á las orillas del mar Tirreno para
revelarle el misterio del Siroco; y ya retorna
con ella por el Este á los verjeles de Cuba, LITERATURA ITALIANA.
para que despierte entre los brazos de los
Alicios. Y en estas escursiones Julia ha es
cudriñado los lugares mas recónditos, y tan No es necesario que se agite la cuestión de
to que ha llegado á descubrir el imponente Italia, y que como en la actualidad prometa
misterio de que el aire es el alimento del grandes resultados en un porvenir no muy
lejano, para que fijemos nuestras miradas en
fuego.
¡Oh! bellísimas lectoras, si penetraseis los su rica literatura. Sin eso, en nuestra misma
misterios del fuego! Os prometo entretene época y á pesar de que su estado político no
ros sobre ellos en otro artículo, tan pobre de es el mas propio para el adelanto de la lite
galas como este, aunque tan rico en buenos ratura, ha llamado profundamente la aten
deseos. Entonces sí que os quedareis...... ción de todos los escritores: aun en sus mo
entre un torrente de llamas sin quemaros, y' mentos de mayor desgracia ha tenido siem
os acompañará y guiará la misma Julia, sin pre mas de un nombre que presentar y con
necesidad de jpie se convierta en salaman que merecer el respeto y la consideración
dra, permaneciendo siempre sílfide; aunque de las demas naciones, que marchan á la ca
irémos con cuidado respecto al céfiro si la beza del movimiento intelectual. Y esto re
acompaña, no sea que cometa una travesura firiéndonos simplemente á la época contem
soplando el fuego.—Con los misterios del poránea porque ¿qué hemos de decir sobre
fuego en una mano, con los del aire en la otra la antigua que no se haya repetido ya infini
y con los del amor en el alma ¿quién resis tas veces? ¿No es universal y unánime la
te en el mundo á vuestro soberano po nombradla de sus grandes escritores desde
Dante hasta Alfieri? ¿No es sabido por todos
derío?......
Al llegar aquí se nos ha presentado Julia, que en la época llamada del renacimiento
y con tono grave nos ha dicho:—“La directo después de los siglos de hierro de la edad
media, ostentó una literatura riquísima, sóli
ra del Album debe desechar ese artículo.”—
¿Por qué? le hemos preguntado sorprendi da y brillante que en ciertas partes quizas
no ha sido superada despues, y nombres es
dos. plendorosos que no han sido eclipsados por
Porque si hermoso es el misterio del aire
formando la bóveda celeste, si terrible es de ningún otro?—Todos lo saben y hoy nadie
sarrollando sus fuerzas, si imponente sirvien le niega esa supremacía. En nuestro siglo,
do de pábulo y alimento al fuego; bellísimo decaida ya de su antiguo esplendor, es to
y sobre toda ponderación admirable es el davía imposible no amarla y olvidar los mu
misterio del aire saliendo de lo profundo del chos títulos que cuenta para el reconoci
pecho del honibre y formando la palabra ba miento de la humanidad: aun aquellos mis
jo la dirección de la inteligencia. Y arreba mos que fueron causa de sus desgracias la
DE LO BUENO Y LO BELLO. 69
|é_____ ;_________ _______
amaron demasiado,justificando asila expre A acido en Zante de una madre griega y
sion de Filieaja, uno de sus poetas del siglo- un padre veneciano, recibió de ámbos las
diez y siete, en ese soneto á la Italia que sa dos cualidades que mas lo distingim: la be
ben de memoria todos los italianos y los que lleza de la forma y la alteza de las ideas.
no somos italianos también; poesía magnifi Apénas se declaró la revolución francesa
ca que mas que soneto parece una inscrip Foscolo aspiró con delicia ese aire de liber
ción que ha de durar eternamente, escrita en tad que soplaba de allende los Pirineos, y
eso estilo admirable que Heine llama lapi cuando apareció Bonaparte, deslumbrado
dario, y que casi no vacilamos en conside por esa grande y simpática figura, se asoció
rar como el mejor que conocemos; porque al ejército francés, hizo toda la espléndida
los sentimientos generosos y sublimes de un campana de Italia, y en Marengo, en el cam
verdadero patriota se hallan allí expresados po mismo de batalla,—fué elevado al grado
en una forma que porsu enérgica y vigorosa de capitán. Pero su ardor se entibió muy
concision recuerda los mejores tiempos de pronto al ver que no hallaba en los france
la lengua latina. ses lo que en un principio habia creído en
Una do las circunstancias que llaman mas contrar. Después, á la caída de Napoleon,
la atención entre los escritores modernos peleó en el ejército del principe Eugenio
italianos, es la perfección sostenida de su es hasta la completa desaparición del soñado
tilo; casi todos ellos desde Monti, hasta Fos reino de Italia, y á vueltas de amargos de
colo, Manzoni y principalmente Leopardi, sengaños, se refugió á Suiza y luego á Lon
nunca serán bastante admirados bajo este dres. Allí, en medio de la mayor miseria, se
aspecto; y sin duda que no puede atribuirse vió obligado á escribir toda clase de artícu
esto únicamente á la belleza de la lehsuia. los que hacia después traducir al ingles pa
porque eu ellos encontramos á menudo cua ra venderlos á los periódicos, hasta que
lidades de que suele carecer el idioma, que de desgracia en desgracia se vió encarcela
alguna vez pudiera acusarse de demasiado do por deud'as y murió en un hospital el año
sonoro y poco vigoroso. Esos escritores por de 1849.
el contrario demuestran casi siempre una Ugo Foscolo nos ha dejado páginas bri
admirable energia, junto con otras dotes que llantes de critica; numerosas poesías, enérgi
no es muy común encontrar en la literatura cas aunque demasiado exageradas; y tres
contemporánea. tragedias en que se sujetó á los principios
Cuando una nación por una séria cíe Líta severos y exclusivos de Alfieri. Pero las
les circunstancias cuya legitimidad no es del obras que aun fuera de Italia han hecho su
caso averiguar, viene á caer en manos de nombre ilustre, son Ja elegía sobre los sepul
otro pueblo á quien odia instintivamente, de cros y las cartas de Jacobo Ortiz. La primera
otra raza opuesta en sentimientos y aspira escrita en memoria del poeta Parini, es be
ciones; y cuando esa nación parece morder llísima, y su excesiva erudición que á veces
con indiferencia el yugo que la oprime y da degenera en pedantismo, no alcanza á oscu
razón sobrada para ser tachada de débil y de recer la poética y profunda melancolía que
degradada, el poeta, en quien se supone siem domina en toda ella. La segunda es una no
pre una organización distinta de los demas— vela en gran manera parecida al Werther
debe rebelarse contra la maldad de sus opre de Goethe. Fué escrita en 1795; un joven
sores y la afeminación de sus hermanos; de estudiante, que así mismo se llamaba, aca
be convertirse en patriota; pero este carácter baba de suicidarse, y toda la ciudad de Pa
por desgracia está lleno de tristes azares y dua lloró esa muerte prematura sin que na
los patriotas italianos nunca mueren en die pudiera esplicar la causa de su desespe
Italia. Tal es en conjunto la vida de Ugo ración. De esta circunstancia se aprovechó
Foscolo. Foscolo y publicó su novela que con el títu
18
70 ALBUM CUBANO
guaje vigoroso y sonoro, y una enérgica con da humana é hizo de ellos una pintura aoa-
cision digna de los mejores escritores anti bada; por eso se lee hoy con el mismo inte
guos. res y durará aun mas tiempo que las del cé
Su patriotismo, que conforme ásu carácter lebre escritor ingles.
era mas silencioso y mas sombrío que el de En sus tragedias introdujo coros, con el
Ugo Foscolo, pero.no menos ardiente ni pro objeto de reservarle al poeta un lugar para
fundo, nos lia quedado consignado en su su espresar sus sentimientos sin alterar la ve
blime canto á Italia que es el primero de la rosimilitud y sin variar el tono que corres
colección. Las tres primeras estrofas sobre ponde á una tragedia, y esos coros, princi
todo son de lo mas brillante é inspirado que palmente el de Cármagnola, son considera
hemos leido.—Jamas lia producido la lira de dos aun por los mismos que mas han ataca
Tirteo sonidos mas robustros ni mas valien do los dramas, como uno de los mejores tro
tes; es incalculable el tesoro que encierra de zos líricos de la poesía moderna.—Y ¿qué
verdadera poesía é inmenso el entusiasmo dirémos de la oda á la muerte de Napoleon?
que despierta. Ilay en ella una impetuosidad —Parece providencial que ese grande hom
heroica que arrastra, un acento de desespe bre, que en su vida dió bien claramente a
ración que nos conmueve y agita hasta lo conocer el origen italiano de su raza y que
mas profundo del pecho. después ha servido de tema á la inspiración
Muy pronto lloró sin consuelo la Italia su de tantos y tan buenos poetas, solo haya en
muerte precoz. Falleció eu Ñapóles en 1831 contrado entre los italianos cantos dignos
después de una larguísima agonía, á los de su gloria; porque sin duda alguna el so
treinta y tres años de edad, y fué enterrado neto de Rosetti y la poesía de Manzoni son
cerca del sepulcro de Virgilio. lo mas notable que se ha escrito en verso
Manzoni, su rival en gloria, vive todavía; sobre el ilustre emperador. Al leer esta úl
no ha muchos meses que vimos con satis tima se comprende que haya dicho Manzo
facción un decreto del nuevo rey de Milan ni en ella, con todo el orgullo de un gran
en que lo nombraba presidente de una cor poeta y la conciencia de su propio mérito.
poración artística y literaria. Sin embargo, e scioglie alP urna un cántico
hace algunos años que no sale nada de su che forse non morra.
pluma, pero lo publicado basta para cubrir
su nombre de inmarcesible gloria. Es de Esa poesía magnífica, admirada y aplaudida
aquellos escritores en que no hay nada que por todos, está en la memoria de cuantos se
desdeñar, todo es digno de ser leido y de entusiasman por lo que es verdaderamente
ser estudiado. bello, y la Italia y el mundo han ceñido so
De todos los poetas modernos italianos es bre la frente de Alejandro Manzoni un lau
quizas el mas conocido fuera de Italia, so rel imperecedero.
bre todo á causa de su novela I promessi En torno de estos nombres inmortales se
sposi, que ha sido traducida repetidas veces agrupan otros, muy dignos también de lla
á todas las lenguas europeas. No sabemos mar la atención, que no podríamos calificar
que admirar mas en esa obra única, si la be con exactitud de poetas de segundo orden,
lleza y profundidad de los caracteres, lo ani y que nos confirman en la idea que apunta
mado y verdadero del diálogo, el interes mos al principio: la literatura italiana mo
histórico del argumento, ó el estilo que es derna, rica y brillante ónal la primera, no
de una corrección desesperante é imposible tiene nada que envidiarle á las otras nacio
de imitar. No se ciñó como Walter Scott á nes, ántes al contrario hay en ella ciertas
circunstancias esteriores, ni se contentó con cualidades de forma en que muy pocas cier
evocar recuerdos nacionales, sino que puso tamente la igualan. Lástima es sin duda al
enjuego los variados sentimientos de la vi guna que no sea mas conocida fuera de Ita-
DE LO BUENO Y LO BELLO. 73
lia; entre no3otro3 apenas si son leídas las —El espíritu humano avanza de continuo,
obras en prosa de Pellico y de Manzoni, y pero es en línea espiral.
ya hemos visto cuánto tiene su poesía lírica —El mal tiene alas y el bien camina á pa
de bueno y de original, cuanta abundancia sos de tortuga.
de modelos admirables puede ofrecer. —El honor es el exterior modesto de la
Marchetti, Giusti, Berchet, Dall‘Ongaro y probidad, y la elegancia del vicio.
otros muchos, sucesores é imitadores de Leo —La esperanza es una flor que no se seca
pardi y de Manzoni, sostienen aun con glo nunca.
ria el honor de la Italia. Las poesías de Dall‘ —El hombre prefiere arrojarse en brazos
Ongaro son encantadoras por cierta melan de los que le pierden, á buscar su salvación
cólica ternura, cierta gracia elegiaca que las en el seno de los que le humillan.
distinguen y que recuerdan las primeras
producciones de Lamartine.
Ha habido finalmente otros poetas que si SECCION SEGUNDA.
guiendo un rumbo bien diferente del de los
anteriores, hau cantado la casa de Lorena y W TTIsT-A. DAMA.
sus oscuras y nqezquinas glorias; afortuna
damente sus composiciones no valen gran (En su álbum.)
cosa y no pasarán á la posteridad: solo las
citamos para completar esta brevísima rese Perdonad, bella señora,
ña; pero hagamos como Dante: si perezosa mi musa
las cuerdas pulsar rehúsa
Non ragionam di lor, ma guarda e passa.
de la cítara sonora:
Enrique Piñeyro.
Llevadme del rico Oriente
A lá region encantada,
do vuestra cuna dorada
vió mecer el sol naciente;
FE¥SAMIEIT#3 FILOSOFICOS ¥ MORALES.
O á la deliciosa vega
en que, ceñido de lauro,
Las grandezas son como los perfumes, que
al pié déla Alhambra, el Dáuro
apenas los percibe el que los lleva.
los fértiles campos riega;
—La arrogancia es el disfraz de la bajçza.
—Encargar el secreto es estimular á la in O do el Bétis orgulloso
discreción. el régio alcázar refleja,
—Los mayores males vienen del abuso de y de sus muros se aleja
los mayores bienes: la religion y la libertad. en busca del mar undoso:
—Los favores de la fortuna son como aque
llas rocas escarpadas á cuya cumbre solo pue Do festivos los amores
dan llegar las águilas y los reptiles. danzan con las ninfas bellas
—Nunca hagas apuestas: si sabes que has y al grabar las leves huellas
de ganar eres un picaro, y simo lo sabes eres brotan de la tierra flores......
un loco. Allí con plácido acento
—No viajes nunca con el temerario, ni te
vuestras gracias cantaria,
aconsejes con el tonto, ni disputes con el co
y el eco remontaría
lérico, ni te familiarices con el poderoso.
hasta el mismo firmamento.
—El amor es la ocupación de los desocu
pados. , Francisco Martinez de la Rosa.
19
74 ALBUM CUBANO
tómente posible, que los que persiguen al deduras venenosas que no son patrimonio
malvado. exclusivo de las vívoras y culebras de casca
Si durante la vida, peregrinación afanosa bel; pues hay culebras con faldellín ó con le
por un triste valle de lágrimas, sesufre la in vita, mas venenosas que los mas dañinos rep
diferencia de los buenos y la injusticia de tiles.
los malos, la estupidez de los idiotas y la Es verdad que al muerto ni se le teme, ni
omnisapiencia de los discretos, con la mor se le acaricia, ni se le respeta, ni se le con
dacidad de unos y otros ¿deberá el hombre sidera; pero, como he dicho poco ántes,
temer la muerte para llegar á “la época de muy raros odios no se detienen ante la losa
las alabanzas” que puede muy bien ser la del sepulcro y callan todas las envidias al
época do la mas estricta justicia? Esta pre triste aspecto de un sudario. Bueno, honra
gunta tendría probablemente tantas contes do, discreto y generoso suele llamarse al
taciones diferentes-cuantas fueran los hom muerto que se calificó cuando vivo de mal
bres interrogados, porque “cada uno habla vado, bribón, ignorante y tacaño, y en sus
de la feria según le va en ella,” y es necesa epitafios de rutilante oro ó modesta tinta
rio convenir en que la vida es la gran feria son dignísimos ciudadanos, grandes escrito
de la humanidad, con sus golosinas y sus ju res ó artistas, ejemplos de amor conyugal,
guetes y sus jugadores de manos. tiernísimos padres ó hermanos, é inaprecia
Cuando pregunta el escritor, ó el escribien bles amigos, los que en vida fueron llama
te,—la calificación poco importa,—nadie le dos crueles azotes de la república, nulidades
responde; lo que es muy natural, porque el presuntuosas, esposos infieles, padres ó her
que escribe generalmente está solo con su manos desnaturalizados y falsos amigos, con
tintero, y los tinteros no pronuncian, como otras calificaciones no ménos duras y humi
el jumento del gitano, que leia pero no pro llantes.
nunciaba, por mas que las plumas hablen á Hablen por mí —ya que no pronuncian ni
veces algo mas de lo regular, y sean verda mi tintero ni mi pluma-tantos y tantos gran
deras lenguas aceradas, metáfora que 6e ha des capitanes de Grecia, de Cartago y Roma;
convertido en realidad desde que las plumas hablen los Homeros, Camoens y Cervantes;
son metálicas. Como los tinteros no respon hablen esos infinitos esposos que han vivido
den y el público exige una respuesta á cada años y mas años en continua guerra civil y
pregunta, sucede que tiene que dársela el que han solemnizado la hora de la recobra
que escribe, haciendo inútil la primera su da libertad levantando un magnífico mauso
puesto que sabe la segunda. Yo tengo, pues, leo al que pereció en el combate; hablen los
que contestarme, y lo hago diciéndome que hijos que honran la memoria de los padres á
no pierde gran cosa el que se muere, por no quienes llamaron sus tiranos, y hablen final
decir que gana mucho. mente esos amigos postumos de aquellos á
Es verdad que al vivo poderoso,—y el hom quienes calumniaron, vilipendiaron y mor
bre puede serlo de. muchos modos, aunque dieron cuando habitaban un mismo mundo,
no poderosamente maldiciente,—se le consi que sin eluda era demasiado estrecho para
dera, se le halaga, se le lisonjea y se le te contener la espansion de tan acendrada
me; pero no es menos cierto que el que con amistad.
sidera, el que teme, el que lisonjea y el que Cuando se piensa en todo esto ¡vive Dios!
halaga cuando se encuentra frente á frente que le da á uno gana de morirse de prisa y
del que puede hacerle bien ó daño, se des corriendo, para entrar en esc periodo de las
quita de estas voluntarias humillaciones, alabanzas que no se oyen y que son la com
cuando vuelve la espalda el envidiado, el po pensación de los denuestos que se oyeron
deroso ó el temido, y le clava el diente des durante la vida, aunque no siempre cara á
de el carcañal á la nuca, dándole esas mor cara ni con la bastante claridad, sino como
20
78 ALBUM. CUBANO
DE LO BUENO Y LO BELLO. 79
1?
______________________________________
— — _________________ ,
¿•a
favorito, quo no podia sufrir junto al rey á —Es donde podrá verla mas fácil y reser
ninguna persona capaz de hacerle sombra; vadamente V. M.
razón por la cual no tenia simpatías hácia —Ten presente que la reina se queda tam
Velazquez. bién en Madrid y que está estos días horri
—Trae misión diplomática de mi tia la blemente zelosa.
Infanta gobernadora deFlandes, repuso Fe —Pierda V. M. cuidado: la linda flamen
lipe, y quizá le ha movido también á hacer ca será pronto trasladada por mí á mi mora
nos esta visita el deseo de relacionarse con da del Escorial.
Velazquez. Pero hablemos de la falsa her —¿Cómo podré yo pagarte tanto celo!......
mana de nuestro gran artista. ¿Estás seguro —Divirtiéndose, siendo feliz V. M., res
de que es su querida? pondió el Conde Duque.
—Croo que V. M. es tan dichoso que la —Y amándote siempre, y poniendo en ti
halla libre, como mujer sin familia, y pura, mientras viva, toda, toda mi confianza.
sin embargo, como si realmente velase por Olivares se inclinó friay ceremoniosamen
ella la solicitud fraternal. te, como si en efecto hubiera acabado de
prestar servicios tan ilustres que merecieran
—Es posible! exclamó el liey regocijado.
todo aquel estremo de gratitud real, y salió
Oh! tenias razón en decir que las noticias
de la cámara con paso mesurado y mages-
que me traías eran las mas faustas. Pero ¿có
tuoso.
mo has logrado adquirirlas?
El favorito, siguiendo su costumbre de V.
hacer siempre misteriosamente sus servicios
para abultarlos con la oscuridad, se contentó EL RAPTO.
con responder:—Nada hay de imposible pa Eran las doce déla noche del 25 de Junio,
ra mí, señor, cuando se trata de seros grato. y Diego Velazquez de Silva acompañado
—Acepta este anillo en recuerdo de mi de la linda Ana, se hallaba en su estudio
gratitud, dijo el rey sacando de su dedo absorto al parecer en hondas cavilaciones.
anular una magnifica sortija de brillantes y Sentada la joven junto á la ventana abier
poniéndola por sí mismo en el del conde ta, pasaba su blanca mano por la cabeza de
duque. un hermoso perro de corpulenta talla y lar
—Lo que me embaraza, añadió mientras gas lanas negras; también ella estaba pensa
duraba dicha operación, es que Ana está tiva y tri~te, cual si su lindo rostro hubiera
guardad i constantemente por un mulato fe sido un espejo del de Velazquez.
roz que apénas la permite respirar, y que no Apesar de haber hecho este el retrato de
puedo romper por todo y dar un escándalo Ana, cuando hablaba en la enramada con el
en mi mismo palacio, donde también habita duque del Infantado, la daré á conocer por
mi codiciada niña. mí misma al lector.
—¿Hay mas que sacarla de palacio y del al Apénas rayaba esta preciosa criatura en
cance de las miradas del mulato? respondió los diez y seis años de su edad; sus ojos azu
fríamente el valido. les guarnecidos de larguísimas pestañas de
—Te atreverías á...... ? oro, eran grandes, rasgados y serenos, y su
—A todo por servir á mi rey hasta en sus apacible luz patentizaba el dulce candor de
c aprichos. su alma. Bajaban sus cabellos en luengos ri
—Mañana, ya lo sabes, nos trasladamos al sos hasta tocar en sus hombros, derramán
real sitio del Escorial. dose como una cascada de oro por su blanca
—Iremos todos, incluso Velazquez; pero espalda. Su rostro-que formaba un óvalo
Ana se quedará en mi casa. prolongado-estaba ligeramente enflaqueci
—En tu casa!...... do hácia las sienes y la parte inferior de las
DE LO BUENO Y LO BELLO, 85 J
_ __ . . ._____.
li
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compaginar fochas, para estractardo todas esas celadas, para abotonar sus vestidos cortados á
interesantes obras una historia compendiada capricho. Envolvía su cuerpo una túnica sen
del traje, si no nos hubiera parecido esencialí- cilla que bajaba hasta la rodilla, y se adaptaba
simo poner de manifiesto uno do los lados de y ceñía á la cintura por medio de, una banda
la cuestión quo apénas han indicado nuestros de la misma tela, ó con un cinturón adornado
tres autores. Ellos se han limitado á repetir de varios dibujos.
todo lo que se ha dicho sobre las variaciones Algunas
O veces se veian ricas bordaduras en
sucesivas del trajo nacional; poro nosotros in los bordos de la misma túnica: consistían en
tentaremos estudiarlas en sus relaciones con hojas esparcidas en trozos de iguales dimensio
las nociones ó ideas del arto moderno, comple nes, ya cuadradas ya redondas, pero sin masar-
tando de este modo la misión de que nos halla tificio: los mas ricos llevaban estas hojas borda
mos gratamente encargados. das con hilo de oro: la túnica tenia una aber
No obstante, nos aprovecharemos del libro tura sobre el pecho en ambos lados, empezan
de M. Fairholt para seguir la transformación do desde las caderas, y se parecía mucho á las
sucesiva del traje introducido por los romanos modernas camisas. Llevaban sobre ella una
en la isla conquistada por César. M. Fairholt capa corta de diversos colores, ajustada por
es nimio y escrupuloso, como verdadero sabio, medio de un broche sobre el hombro derecho,
y no se ha atrevido á remontarse mas allá de sino lo estaba tan bien sobre el mismo pecho,
la conquista sajona, porque no encontraba au dejando entóneos á la capa separarse en plie
toridades respetables para la descripción exac gues iguales y volver á caer desde los brazos
ta de los siglos anteriores á esta época, defec hasta encima de la pantorrilla.
tivamente, cuando los escritores griegos ó ro Las personas distinguidas y los ancianos lle
manos do los siglos IIIy IV describen los usos vaban encima de esta corta capa otra mucho
y trajes británicos,no recurren jamás á apun mas larga, y que seria sin duda alguna imi
tes contemporáneos; se contentan con copiar tación de la torga romana. Jamas deja de es
lo que habian escrito los historiadores y los tar representado Dios en los manuscritos de
geógrafos 300 ó 400 años ántes; y este método, la época sin este atributo de la nobleza y de la
que tan usado es aun en nuestros dias, les es- ancianidad.
ponia á gravísimos errores, de que es forzoso La capa corta servia con frecuencia para
desconfiar cuando se lleva por norte en un tra preservar la cabeza de la inclemencia de las
bajo ol mérito de la exactitud. estaciones, porque en la época de que habla,
Es muy posible presumir que, según hadan mos eran muy escasos los adornos de la cabe,
todas las tribus bárbaras mas ó ménos /someti za. Se vé no obstante, que ciertos hombros
das á los procónsules romanos, trocarían tam privilegiados llevaban sombreros ó gorros có.
bién los habitantes de aquellas islas sus pinta nieos, recordando con sn figura los cascos guer
das pieles por la toga italiana; y que cuando reros y los gorros frigios, puestos los unos so
se trasladó la corte del imperio á Bizancio, de bre los otros. Se usaban los cabellos desmesu
jarían sin duda alguna este manto tan pesado, radamente largos, divididos por en medio de
tan magestuoso, tan incómodo y difícil de lle la frente, y puestos detras de las orejas desde
var, para vestir el elegante pallium de la raza donde caian en libertad sobre las espaldas. La
grieg i. barba, ya estuviera en forma de collar, ya ca
Somos de parecer de que el traje de los sa yera sobre el pecho á la longitud de algunas
jónos, imitado en un todo del que se usaba en pulgadas, terminaba en dos puntas. Los escri
el Bajo Imperio, sufrió notables transformacio tores sajones hacen muchas veces mención del
nes ántes de la conquista normanda. Gurt y su brech y del hose. El brech (del que se deriva
señor Cedric irían vestidos, poco mas ó ménos, la palabra breeches) abrazaba estrechamente
como los porquerizos bizantinos y los cortesa la pierna y no tenia mas adorno que unas rayas
nos de Commono. Por otra parte interesaba trasversales en torno de los muslos, las cuales
muy poco, según parece, álos anglo-sajones, la no pasaban de la pantorrilla. El hose (de que
forma do sus vestidos, y gustaban con predi se deriva la palabra francesa houzeaux) era de
lección de broches y hebillas incrustadas ó cin cuero ó de piel sin curtir; solo llegaba hasta la
88 ALBUM CUBAKO
ri os ni los trastornos de los siglos,, ni los refina go con su prestigio. No es pues el espejo quien
mientos de la civilización, ni los adelantos del enjendra la coquetería. Es el hombre quien
progreso moderno para qne hayas servido do la fomenta con su conducta.
norte á la delicada é impresionable criatura La sociedad actual se compone de contra
destinada á triunfar de la fuerza por medio de dicciones. Nunca se ha clamado con semejante
las seductoras gracias. Tú formas parte de su énfasis contra los errores humanos y nunca,
condición y únicamente te extingues en su pe por un raro contraste, se han cometido tantos
cho con su postrer suspiro. á la vez. Mientras la razón grita, la locura
Una fuente sirvió, por lo tanto, de espejo á trabaja; ínterin las palabras edifican, las obras
Eva para alisar su cabellera undosa, para en pervierten. ¡Ah! Sopla un viento de hipocresía
sayar las sonrisas que entusiasmaron á Adan que da jaqueca á la verdadera virtud. Yo lo
y para descubrir el poder de sus encantos. ¡Mi prefiero no obstante al del escándalo y creo,
rad de cuán lejos data la inclinación de la na como Montaigne, que conservando la vergüen
turaleza que se empeñan algunos en atribuir za de haber pecado se hace posible la futura
á los inventos de los hombres! rehabilitación.
Centurias enteras después, cuando ya la ra Pero tregua á intempestivas reflexiones. Me
za humana expiaba con sus trabajos y amargu he propuesto vindicar al espejo de acusaciones
ras en el globo terráqueo el pecado do sus pri injustas y quiero cumplirlo: ocupándome de él
meros progenitores, la célebre y funesta bel no salgo del gracioso laberinto de la moda. Si
dad, fruto según la fábula de los amores de Ju go caminando por el contrario, sobre tapices
piter y de Leda, anunció desde que adornada de seda y arrojando escudriñadora mirada á
con la túnica virginal ensayaba en el templo los gabinetes elegantes.
do Diana las danzas religiosas, la coquetería ¡Chiton! Una apuesta dama entra de punti
incorregible que originó la guerra de Troya. llas en su tocador, pasea en torno suyo los re
Elena no tenia como nuestras fashionables celosos ojos, se dirige hácia su espejo, y mur
grandes espejos que reflejaran su gallarda fi mura deteniéndose frente á la magnífica
gura y que le enseñaran á prenderse con arte. luna:
¿Qué importa? En las planchas de acero bruñi —¿Será cierto lo que en su despecho ha te
do de los crudos guerreros, y hasta en el metal nido Raimundo la insolencia de decirme.1' ¡Oh!
resplandeciente de las trípodes sagradas se ad No lo creo, lía mentido.
miraba con afan á si misma. Es tan imposible Después se inclina liácia adelante, alza los
impedir á la hermosa conocer su mérito físico párpados, clava las brillantes pupilas en el
como á 1i rosa perfumar el ambiente con sus azogado cristal y un grito doloroso se escapa
balsámicas emanaciones. de su boca:
Sorprende en verdad que los hombres sati —¡Cielos! Raimundo ha dicho la verdad—
ricen la afición de la mujer al espejo. Ade añade palideciendo. ¡Ha descubierto en su ros
mas del ejemplo de Narciso—que debiera redu tro la primera arruga, en sus cabellos la prime
cirlos al silencio recordándoles que ciertas de ra cana!
bilidades disculpables en la dulce paloma son ¿Qué hacer pues? Aceptar la mano del tenaz
ridiculas flaquezas en el gavilán,— si ponen la pretendiente á quien no han logrado ahuyen
mano sobre su conciencia han de comprender tar ni la plateada hebra ni el pliegue sombrío.
que no son las lisonjas del cristal azogado las Casarse con Raimundo, que únicamente lo ha
que suelen estraviar el juicio femenil; sino los mostrado el otoño sucediendo al verano para
halagos, el rendimiento, la ciega adoración salvaría de un estéril y solitario invierno.
conque ellos se inclinan ante un lindo palmito. Sin la sinceridad del imparcial y franco con
La joven bella y agraciada viendo el fervor sejero á quien consultó, se frustraba probable
con que cien galanes la obsequian, viendo que mente su porvenir. Al espejo deberá en con
todo se lo perdonan á la mujer ántes que la secuencia la obstinada eelibataria los inefables
fealdad, viendo en fin cuantos mártires hacen goces de madre de familia, y la sociedad los
sus desdenes y cuantos bienaventurados sus provechosos frutos que llega á producir la án
sonrisas, llega naturalmente á envanecerse al tes inútil flor.
23
90 ALBUM CUBANO
Permitid que siga mi pluma presentando al tarse sus perversos instintos, acostumbraba mi
gunos ejemplos en apoyo de las ideas ¡i que sir rarse al espejo para sofocarlos con el horror
ve de intérprete. Cansada y aturdida retorna nacido de la terrible fealdad que le comunica
la joven disipada del sarao en que lia bailado ban. Sus cortesanos, pues, todas las veces que
toda la noche. A fuerza de divertirse ya no so la veian retirarse tétrica y sombría á sus habi
divierte, á fuerza do gozar ya no goza, á fuer taciones, decían significativamente: “Malo está
za de correr de fiesta en fiesta ya no encuen el tiempo. La Reina ha ido á consultar su es
tra en ninguna el atractivo de la novedad. Al pejo.”
desprender do sus sienes su corona de jazmines Apesar do los crímenes que atribuye la his
arroja una mirada á la tersa luna, ante la cual toria á la orgullosa florentina, memorias par
se despoja de sus galas. ¡Ah! ¡Cuán pálida está! ticulares aseguran que el Espejó le evitó otros
¡Cuán frágil flor es la hermosura! ¡Cuán pres muchos. No debo estrañarse por lo tanto que
to la marchita la disipasion! Si continúa así una de las fervientes oraciones de las personas
negando á la naturaleza el preciso reposo, con que la rodeaban fuera esta:—“Dios conserve el
virtiendo la noche en dia y abusando del pla espejo de la Reina.”
cer, pronto no serií bella ni joven, ni obsequia Catalina á pesar de la siniestra política que
da. Pero el Espejo le da á tiempo un aviso útil la indujo á fomentar la guerra civil entre los
y la salva de la destrucción moral y física que católicos y reformados, vacilaba antes do orde
la amenaza prematuramente. nar la degollación de los últimos. La vista do
No le debe menor beneficio la dominante es su faz de hiena reflejándose en la luna de su
posa que rehúsa someterse á las contrarieda tocador, espresarido la sed del mal, bastaba pa
des del matrimonio con la paciencia y la dul ra hacerla retroceder en el camino del delito.
zura que las truecan en bienandanzas. Irrita Así dilató años enteros la castástrofe que ane
da porque no halla en el marido la docilidad gó en sangre la ciudad de Paris en el de 1572.
del amante, se rebela contra su dueño,lo colma Pero las intrigas de los enemigos de los Hu
de reproches, y zelosa como Medea huye á su gonotes seguían á Catalina hasta el retiro de
aposento poseida de las furias infernales que la real alcoba. Un dia que Satanás instigaba á
producen en el corazón humano el rencor, la la digna madre de Carlos IX á consumar la
soberbia y el deseo de la venganza. obra de esterminio fija en su ponsamiérifA, se
—¡Pérfido!—repite convulsiva.—Ha osado a- refugió ella en sus aposentos esperando como
menazarme con su desamor si prosigo recla siempre que al ver retratadas en su rostro sus
mando mis derechos. Ha hecho mas aun, se ha espantosas ideas no osaría ponerlas en prácti
atrevido á llamarme fea! ca. ¡El espejo de la Reina habia^tlesajtfirqçido!
En seguida vuelve los ojos hacia un espejo, En su lugar encontró CafcliiflK>ej-Sona3' qaè le
como para tomarle por testigo de aquel embus aconsejaron la destruccioWde los^flugonotes.
te marital, y en vez de la protesta elocuente La Saint Barthélémy fué por c&uj?iguiente de
que á formular se disponía, grita vertiendo lá cretada.
grimas. ¡Creedlo! Si consultáramos al Espejo en el
—¡Ah! ¡tiene razón el ingrato, tiene razón! momento do cometer una mala acción, la tur
Es tan fea la cólera en el semblante femenil bación y la palidez del crimen, dando la alarma
que su aspecto asusta á la misma que la abri á nuestra conciencia, nos impedirían llevarla
gaba en su pecho. Entonces, temiendo tras- á cabo.
formarse para su consorte en una verdadera ¿Quién no sabe también que el Espejo evitó
Medusa, so propone ser en lo sucesivo modelo á la Gran Bretaña una guerra, allá por los
de blandura, de condescendencia y do abnega tiempos de la reina virgen? La hija de Ana de
ción. ¿Qué sacrificios no hará una mujer para Bonlen—que unia á las cualidades de un gran
no parecer fea? monarca las debilidades do una mujer comun-
Tanto ha desagradado siempre á nuestro se se hallaba disgustada con Felipe II, esposo de
xo ese dictado repulsivo, queridas lectoras, que su difunta hermana María Tudor. Recibió pues
según autorizados cronistas, cuando Catalina fríamente al Embajador que le envió aquel so
de Médicis, de aciago recuerdo, sentia ¿esper berano, deseando dilatar un rompimiento en
DE LO BUENO Y LO BELLO. 91
tros derechos) y llevar tacones que nos permi organizar el orden cronológico y dejar por
ten hacer al caminar imponente ruido. LoS ta sí solos á los acontecimientos de la quince
cones particularmente están en gran boga a- na, que proporcionen interes á sus lectores
hora. A todas nos convienen por uno ú otro si no fuese así y me equivocase, el Album—
estilo. A las casadas porque gracias á ellos se que puede separar la Revista sin disminuir
ponen siquiera en estatura al nivel de sus es por ello su ínteres—bien puede disculpar
posos. A las solteras porque á todas nos gusta entre tanto de bueno y bello algo de malo y
mirar mas bien do arriba abajo que do abajo feo.
arriba. La buena suerte proporcionó al que hoy
P-ero al llegar aquí veo que la Revista de Mo
traza estas lincas la ocasión de encontrarse
das, preocupada con el Espejo, pocas modas ha
I consignado en sus páginas. No os disgustéis
el domingo de Piñata en casa del Sr. D.
por eso. Como en el número anterior algún D...... de A.......... con una ilustre compa
Ü parte telegráfico dirigido por mano maestra, le triota, que después de haber conquistado en
ft Europa un nombre esclarecido como poetisa
agregará los detalles que lo faltan, y seguirá
iniciándoos en el arte peregrino que al realzar sublime y como genio superior, ha venido
la belleza hace al amante, valiéndome de las como á depositar sus triunfos literarios en
palabras de nuestro célebre Heredia: las aras de su patria tropical.
Después de una agradable conversación
.......Atesorar con mágica ventura quedó clausulado qu.e la Revista del 15 me
I)e la joven amada quedaba encomendada. —La principio con
Un suspiro fugaz, una mirada!
gusto, ya que he dicho ántes son tan propi
Felicia. cios para formarla los dias de regocijo'públi
I co que hemos últimamente disfrutado. Séa-
me lícito inaugurarla por donde tuvo . su o-
rígen.
La fiesta de Piñata para niños que ofre
cieron los Sres. de Aldama en los suntuosos
salones de su residencia frente al campo de
REVISTA EE GiTTTKrOZHISTVk.. Marte. Los adornos escogidos con detenido
estudio y gusto para esta función, lucían
mil gallardos colores, destacándose de las
Algunos lectores del MZóíím se habrán en paredes infinitos trasparentes elegantes, sos
contrado ciertas veces preocupados profun tenidos por lujusos florones de bronce so
damente con determinado tema sobre el cual bre dorado. De trecho en trecho her
se hayan creído obligados á decir algo y sin mosas guirnaldas de flores, serpenteando a-
esperarlo, se les habrá sentado un amigo al quí y allá caían después graciosamente á en
I lado, que casualmente haya principiado á lazarse con las lámparas colgantes que inun
! hablar de lo mismo, desenvolviendo con pre daban cousus torrentes de luz todos los ám
cision y picante gracia todo lo que pidiera de bitos de la casa, produciendo un efecto má
sí el asunto: la casualidad llega aquí á sacar gico sobre aquel conjunto notable de lujo y
de un apuro. Algo semejante acontece de buen gusto. Las suntuosas galerías de la
al redactor de una Revista, que dispuesto casa, con sus mosáicos, sus espejos, sus bien
á escribir sobre el tenia «Novedades» en que distribuidos muebles, completaban un mag
la mano desconoce como asentar bastante á nífico golpe de vista, conteniendo en ellas
N prisa las sugestiones de la mente, se le pre la mayor parte de los niños de familias de
sentan en la época de Cuaresma quince dias nuestra buena sociedad, luciendo primoro
tan amenos en diversiones y festejos públi sos trajecitos, y que entregados á los placeres
cos. En la Revista de hoy no hay mas que de la reunion, formaban planes sobre la co-
DE LO BUENO Y LO BELLO, 93
diciada Piñata, en los trasportes del baile y Ejército español en las riberas africanas.
del embullo. La toma de Tetuan ha producido en ceta
La señal para romper la Piñata fué dada ciudad un entusiasmo loco. Descargas de
y los niños caracterizando á Cupido con sus fusilería, tiros de pistola, banderas naciona
ojos vendados y por turno se presentaban á les, moros decapitados, buenos y malos ver
dar el golpe de muerte á la pendiente urna sos, diputaciones, músicas por las calles, bai
cubierta de oropel, lazos y banderas de seda, les y fiestas públicas, todo se ha multiplica
como para provocar mas la codicia de los do para significar las simpatías al valiente
dulces. [Tno tras otro pasaban y zas!... ¡pe ejército que hoy quizá enseñorea ya sus pen
ro ilusión!... al aire... Siguieron â los niños dones sobre las almenadas torres de Tánger.
los que no lo eran y fué grande la hilaridad —¡Gloria al nuevo Gonzalo!—¡Honor al va
que producía verá personas muy serias pro liente jefe, vencedor de los fanáticos descen
bar suerte con su venda puesta: se realizaba dientes de Boabdil y los Mulay.
en esta fiesta un hecho; los palos de ciego Com o toda Revista debe ser un Zoúíj/í re-
que damos todos en este mundo sin distin vólulum, los amables lectores de ésta no es-
ción de sexo ni edades. trañarán que de Tetuan venga de un salto á
Era divertido ver quienes tomaban todas sentarme en el teatro de Tacón.
sus medidas y se espantaban al dejar la ven ¡Qué silencio tan profundo reina en él!—
da, de encontrarse diametral mente opuestos Toda animación ha desaparecido:—¿qué se
al punto á que pretendían ir.—Todos proba han hecho aquellas noches deliciosas de ópe
ban romper la Piñata: ya entraba algun afa ra?—Solo el eco responde á la voz—silencio!
mado comerciante, ora algun jurisconsulto soledad!—á estas horas vahan atravesado el
célebre ó bien algun grave hijo de Galeno: golfo las naves que se llevaron los intérpre
al ver á éste vendado y armado de un palo tes del arte divino, ese arte que con la refi
dando golpes á tientas, me pregunté ¿no es nación del gusto ha llegado á ser un elemen
ese sobre todos el mejor, emblema de la me to de vida para nuestra sociedad, el oasis de
dicina? sus placeres.
Una escogida cena servida con todo el lu Música!...... La música puede definirse
jo de que pudiera hacer alarde un príncipe, como la mas intensa espresion del pensa
vino á poner término á una fiesta de delicio miento, sin palabras, ...... la quinta esencia.
sa remembranza. de la emoción.
El domingo de Piñata puede citafse gene El encanto peculiar de la música en su
ralmente como el dia en que la católica ca ilimitacion la hace superior á cualquier otro
pital de Cuba da tregua á sus goces munda arte. —Admirando una pintura estamos en
nos; es la línea que separa lo profano de lo cierto modo limitados á la concepción del
divino, es el plazo, muy pocas veces proroga- artista, nos vemos obligados á admirarla a-
ble, para dejar en suspenso los atractivos del justados á los trazos que haya querido darle
teatro y alejar el imán de su música; es en su autor. Una pintura rara vez llena com
fin el pasaporte para los artistas italianos pletamente, si el que la admira está dotado
que sometidos á la batuta del bravo Max con algun poder de imaginación;—Puede
llegan ton los primeros aires del Norte, y desplegar buen colorido, correctas formas y
regresan á los albores del sol canicular de finalmente todos los requisitos legales del
Cuba. arte, sin embargo, nos alejamos de ella con
Pero en el año de 60 se lia demorado to un suspiro, como si todavía faltara algo para
do, las lluvias, la producción de las fincas y llenar nuestro gusto; y ¿por qué—porque en
hasta la Compañía Italiana se ha retrasado la mente hemos creado un ideal mejor, un
para participar de las emociones patrióticas ideal compuesto de todo cuanto hay de gra
del pais á consecuencia de las victorias del cioso en la forma, noble en la actitud, santo
24
94 ALBUM CUBANO
y conmovedor en la espresion. Así es, que á depositar sus calandrias en la dorada jaula
el placer derivable de la contemplación de de Tacón.
pinturas, aun de las muy buenas, es frecuen El dia 10 se embarcaron para New-York
temente interrumpida porlassugestiones im los esposos Gassier, de donde seguirán á
pertinentes de nuestra propia fantasía, y el Londres, con cuyo Real Teatro han celebra
desencanto aumenta en proporción al inte do una contrata muy ventajosa para estos ce
rés y elevación del objeto escogido por el lebrados artistas.
artista. Miéntras los dejamos en su viaje pasemos
Pero ¡qué diferente es el caso con respec á las máscaras. ¿Recuerdan bien mis lecto
to á la música!... La música es un arte sin res la noche del martes C?—Pocas veces he
limitación. Escuchándola, no podemos des mos visto una mas hermosa: la luna parecía
cubrir nada que limite la línea de la imagi que con su belleza quería contribuir al me-
nación. Una hermosa pieza de música ad j»)i- éxito del baile de máscaras que para esa
mitirá mil diferentes interpretaciones según noche habían dispuesto el Sr. Cónsul de S.
el humor y el gusto de los que la escuchan. M. B. y su amable esposa.—Fué una verda
Quizá no se encuentren dos personas que dera novedad, porque hacia muchos años
hayan recibido precisamente la misma im que no se proporcionaba en salones particu
presión de la mas obvia melodía; mas toda lares una diversion de ese género que tanto
vía, es dudoso que haya un individuo que agrada. La concurrencia escogida, la ama
puidera escuchar dos veces la misma compo ble franqueza que reinó y la galantería de
sición y esperimentar ámbas veces el mismo los dueños de la casa, contribuyeron al buen
género de ideas ó igual clase de emociones. efecto de una soirée hábilmente pre-parada.
La música es tan poderosa de encantos en La mañana siguiente de esta fiesta y toda
su forma simple y natural, que no pierde na vía sin haber descansado de ella, recorrían
da de sus arrebatadoras cualidades al oido en carruje nuestras bellas todas las tiendas de
educado, cuando la ciencia ha refinado lo algun nombre. “Los Precios Fijos”—“La
que el genio primero sugirió y luego el arte Bomba”, “El Paseo” no daban abasto......
lia perfeccionado por todos los medios para las cajas todas abiertas...... todos los depen
su buena ejecución- dientes en movimiento. Los elegantes por
Cuando llevamos el compas de alguna o- su parte llenaban las sastrerías y Gelada y
bertura espiritual de Mozart, cuando nos en Swhartz apénas tenían manos para hacer a-
ternecemos con alguna apasionada melodía puntes.
italiana, cuando estremecidos por la emoción ¿Qué significaba este embullo?—¿qué gran
observamos la luz hacerse paso entre las ti fiesta se preparaba?—La Condesado San An
nieblas en algunos de los pasajes espléndi tonio que ofrecía su primer gran bailci—El
dos de Beethoven, como la nube de Milton nombre de nuestra bella generala va asocia
do á todo lo que hay de elevado y elegante,
“Turning its silver lining on the night” y no hay duda que le beau monde quería es
merarse en su toilette. A las nueve de la no
¿no nos sentimos elevados sobre los cuida che del domingo, ya principiaba la concur
dos, las tristezas y aun los placeres de este rencia á llegar al palacio del Gobierno, trans
mundo?...... Sí, las personas que escuchan, formado de una manera pasmosa.—Las es
la tierra misma desaparece ante nuestra caleras alfombradas con paño color grana te
contemplación y nos mecemos en una nube nían toda la pasamanería convertida en una
de vagas pero deliciosas concepciones. línea de luz, que con las jarras de flores que
Tal es la música y la época favorita de oir habia colocadas en cada escalón, y las está-
ía—¡triste es decirlo!—ya pasó con laópera, y tuas, y los espejos hermosos de los tra
hasta que esta vuelva en Octubre próximo mos de descanso, ofrecía un magnífico e-
DE LO BUENO Y LO BELLO. 95
ícete.— En los primeros salones recibían exactamente igual á otro que se hizo para la
¡os Condes de San Antonio á sus con princesa de Lamballe: se componia de gró
vidados, ofreciéndoles desde el momento excelsior color lila, co*. unas quillas chinees
la franqueza de buen tono que saben del mejor gusto y estampadas en el vestido.
tan bien inspirar los al tos personajes que com —En el cuello un rico collar de ópalos y bri
prenden an su elevada posición todas las a- llantes, y el tocado formado con diadema y
toncioucs sociales. colgantes de lo mismo: este rico aderezo es
El Exmo. Sr. Capitan General perfecta indudablemente de lo mejor que puede os
mente iniciado en las costumbres de la mas tentarse en la capital.
alta sociedad, atendía con un cuidado espe La esposa del General Santa-Ana deslum
cial á todos y cada uno de sus convidados: braba con sus innumerables brillantes y su
para todos tenia una palabra, un saludo afec toilette era muy escogida.
tuoso y así es que gobernaba allí, dominan La Sra. Galvez de Vallin llevaba un ves
do el corazón y las simpatías de la concur tido de seda de quince volantitos punzó y
rencia á su libre antojo. blanco y su tocado muy elegante, era moris
La Exma. Condesa de San Antonio ha co á lo Zulcma:—estaba bien, muy bien.
cia muy bien los honores de su palacio—y La Exma. Condesa de Villanueva, mar
acogía á todas las señoras del- modo mas ca- quesa de Aguas-Claras, adoptó un hermoso
riñ >so. Mostró su buen gusto en la elección vestido gró azul celeste con tres órdenes de
de su traje, acompañándolo de una distin encaje de Inglaterra:—su tocado se compo
guida sencillez. Lucia un vestido de tul blan nia de flores y brillantes.
co de doble falda salpicado plata; corpifio de La Sra. Moltalvo de Lombillo, vestia tul
draperie del mismo género. Su tocado locom- maiz con adornos de pensamientos y bri
ponia una corona azul sosteniendo un velo llantes:—en su tocado una corona de pensa
de tul á ^Emperatriz.—En el cuello doce mientos.
vueltas de perlas. Era primorosa la elección Notables también por la riqueza de sus tra
de esta sencilla toilette y si la coloco en el jes y pedrería se hacían la Sra. Pedroso, la
primer lugar, no es ciertamente por derecho Exma. Condesa de Santo-Venia, la Sra. Mar
de ceremonia, sino por el de la justicia. quesa Morales, la Sra. Cárdenas de Carri
La Sra. de Aldama escogió para esta no llo, las Sras. de Sharfemberg y Crawford, la
che un vestido de gró rosado con cuatro Sra. de Campbell y la de Bachiller y otras.
sobre faldas do tul; sobre las que caian De señoritas solo diré que habia muchas
riquísimos encajes de Inglaterra á la Empe prendidas con suma habilidad y buen gus
ratriz, recogidos á ambos lados con rosas to. Recuerdo la de Argudin, que llevaba
grandes y botones. Corpiño á la Griega con vestido glacé blanco con bullones de tul
encajes iguales á la saya.-Su hermosa cabeza hasta dos tercias de la falda, terminando
adornada con rosas y dos ramos de escogidos con cintas rizadas y todo salpicado de pen
brillantes. samientos y pequeñas rosas: cuerpo de berta
La Sra. Scull de Pedroso ostentaba un c- con bullones, blondas y pensamientos. Muy
legante vestido de tul verde con tres riquí grato me seria dar pormenores de los vestí,
simos encajes de Inglaterra: la parte supe dos de todas las señoritas que lucian buenOg
rior del traje adornada con una línea de bri adornos, pero la Revista tiene sus límites y
llantes de primer agua, y su tocado’formado ésta ya los pasa.—Apuntaré únicamente qu£
con brillantes y pensamientos, de los que te los de las Srtas. Rodriguez Diago y Ayesta-
nia igualmente salpicada la falda del vestido. rán, Orosco, Duquesne, Borrell, Leon, Bú
La Sra. Alfonso de Fernandez Vallin lle late, Bachiller, los muy graciosos délas Srtas.
vaba un rico vestido, remitido de Paris por de Bernabeu y los de las Srtas. Crawford y
la principal modista de aquella ciudad, y Tolmé todos tuvieron universal aprobación.
96 ALBUM CUBANO
LO BUEN O Y LO BELLO.
cunda con el dogma de la Cruz. No es dado espíritu humano se engrandece bajo su in
á nadie el poder de trasplantarla á otra doc fluencia, y que la razón se asocia á la fé para
trina ni de arrancarla del dogma que la lia admirar ese gran misterio de la Redención, al
alimentado. que debe la pripiera todas sus conquistas.
El Evangelio, ese fruto de vida, es seme
jante al maná que alimentaba á los hebreos II.
en el desierto; es preciso recibirlo inmedia
tamente del cielo y destilado por el árbol de Una de las principales propiedades de las
la cruz. En cuanto se intente acomodarlo á obras de Dios es que en ellas se confunden
la prudencia humana y apropiarlo á las teo siempre el fin y los medios ó, mejor dicho,
rías de la tierra, se corrompe y convierte en todo es en ellas fin y medios recíprocamente;
un fermento mortífero. porque todo lleva y todo concurre á su ob
Después de esto nada tiene de estraño que jeto, con una concordancia admirable de
la doctrina de la Cruz baya parecido y siga suavidad y de fuerza, de sencillez y de fe
pareciendo á algunos delirio, locura; pues cundidad.
que la sabiduría humana entregada á sí mis En la obra de la Redención es donde mas
ma solo ha podido prodftcir una moral o. resplandece aquella divinapropiedad.
puesta á la del Evangelio, y de consiguiente El Verbo se nos aparece confundiendo en
la moral del Evangelio ha tenido que ser fru sí solo las dos naturalezas divina y humana,
to de un principio opuesto á la sabiduría hu separadas por el pecado, para volverlas ájun-
mana. Para que la virtud de Dios obrase so tar y reconciliarlas en su sacrificio, por me
la y se manifestase sobrehumanamente á la tier dio de union mas íntima que la que tenían
ra, era preciso que pareciera una locura al ántes de la caida de la humanidad.
mundo, porque tan oscurecido se hallaba el Cargado Jesus por una parte con los dere
espíritu humano que no podia comprender chos de la justicia de Dios, y por otra con
la sabiduría del Dios que crucificaba. Pero los intereses del hombre culpable, mirad co
ahí estaba el porvenir para descorrer el velo mo marcha este gran plenipotenciario á con
y justificar la obra divina. cluir la importante obra de la negociación.
Recordad las palabras de San Pablo y ad Desde los primeros pasos comienza á consu
mirareis la economía de la conducta de Dios marse aquella. Un Dios se hace hombre, se
en el establecimiento de su Religion. hace de la raza de los culpables, se hace—si
—“El Cristo me envia para evangelizar es permitido decirlo—criatura-, expiando con
“con una palabra desprovista de toda sabi tal abatimiento el pecado del hombre que
duría humana, á fin de que la virtud de la quiso igualarse al Criador, cediendo á esta
“cruz no pierda nada al anunciarla. sugestión del mal: JSritis sicut dii.
“Porque Dios escogió la locura de este La concupiscencia habia seguido al orgu
“mundo para confundir á los sabios, y las co llo en la caida del hombre, y la rebeldía de
das débiles para derrocará los fuertes. Nos los sentidos contra la razón habia sido la
otros, no obstante, predicamos sabiduría á consecuencia de la rebeldía de la razón con
“los perfectos; pero una sabiduría oculta que tra Dios. Jesus se hace pobre, abyecto se
“no han conocido los príncipes del mundo, gún el mundo; destituido de todos los goces
‘porque si la hubiesen conocido no hubieran de la vida.
“crucificado al Señor de la gloria. Todo esto, empero, no es mas que el pró
“Pero al fin, se manifestará la obra, y el logo de la grande obra.
“dia del Señor hará ver quien es él.”— Cargado como hombre con todas las mise
Oh ! sí ! la obra se ha manifestado ya, pues rias de nuestra naturaleza, y revestido cómo
estamos viendo que la sabiduría del mundo Dios con todos los atributos eternos, marcha
está vencida por la locura de la Cruz-, que el la augusta víctima al sacrificio para consu-
DE LO BUENO Y LO BELLO- 99
mar la redención: en ella y por ella Dios y el las primicias por su resurrección, Se consti
hombre se confunden de tal modo que el pri tuyó su depositario y conservó en sí para
mero desciende hasta las últimas profundi siempre unidas, las dos naturalezas divorcia
dades de la humana dolencia, y el segundo das por el pecado. Hé aquí la obra maestra
se eleva hasta las perfecciones de la natura de la sabiduría eterna, mas grande que el
leza divina. mismo mal que reparó, y que da ocasión de
Jesucristo tratado como los esclavos, obje exclamar en la admiración de tal maravilla.
to de la irrisión de sus enemigos, abandona —¡Feliz culpa, que mereció semejante repara
do por sus amigos, azotado, clavado en una ción!
cruz, coronado de espinas, escarnecido por A. Eicolds.
el pueblo, testigo del dolor de su Madre, no (Estudios filosóficos sobre el cristianismo).
El ar te en el siglo XIX.
Y al tocar á la puerta de la iglesia dice el
celebrante: Apénas el siglo XIX ha señalado en el
Vuestras puertas ¡oh príncipes! tiempo algo mas de la mitad de su carrera,
cuando ya lo presenta la historia eclipsando
Abrid: la eterna puerta ahora
con su brillante luz las glorias de todas las
Nosotros elevemos,
civilizaciones, los fastos científicos de todos
Y éntre el Rey de la gloria.
los pueblos, la marcha intelectual de todas
—¿Y quién es este Rey á quien se abate
las edades. Siglo potente que, basado en la
El mundo?
tradición, y caminando con la segura antor
—El Señor fuerte y poderoso,
cha de la ciencia, ha procurado extinguir
El señor poderoso en el combate.
para siempre la oscura atmósfera que dete
Vuestras puertas ¡olí príncipes! nia el vacilante paso de la humanidad.
Abrid: &c. Claros, es verdad, resaltan, en los anales
del saber humano, los altos hechos y glorio
sos nombres de aquellos que, superiores á
—¿Y quién es este Rey cuya notoria
sus siglos, han depositado ricas ofrendas, in
Honra cantamos?
finitos dones, en el hermoso templo de la
—Este es el Rey excelso de la gloria. sabiduría. Vemos que Arquímedes, Galileo y
Vuestras puertas ¡oh príncipes! Newton asientan principios eternos en la fí
Abrid: &c. sica y en la matemática, que Guttemberg fi
ja y asegura la manifestación del pensamien
Por lo demas pocos dia3 hay tan hermosos to, y que la Providencia pone en manos de
y solemnes para la Iglesia, como este en que Galvani el germen de una invención que de
comenzaron á cumplirse las profecías, en bía enlazar al pueblo cou el pueblo. Y ve
que principió la obra grandiosa de la reden mos también que el siglo XIX, recogiendo
ción del hombre, de la regeneración de su el patrimonio de todas las épocas, y mez
raza;,y en que el Soberano Señor de las al clándolo con sus propias creaciones, sintetiza
turas hecho hombre, domina como rey con admirablemente las obras de la inteligencia,
fundiendo á sus ene nig >s, aclamado por el y ensancha, casi hasta el infinito,'el círculo
pueblo, y sufre al mismo tiempo, comohom. de todos los conocimientos.
bre, crueles angustias representándose en su Graude, sin duda, y digno aparece bajo
imaginación los tormentos que le esperan. el punto de vista de lo útil: nobles y justas
Entonces fué cuando brotó de su3 labios la son sus aspiraciones á que la historia lo en
DE LO BUENO T LO BELLO. 101
vuelva con la aureola del triunfo. ¿Será tam plieron, y el Hijo de Dios confirmó, con las
is ien grande y digno bajo el punto de vista gotas de su sangre, las eternas y benditas
de lo bello? ¿Habrá alcanzado la misma in máximas del Evangelio.
disputable gloria en las suaves y tranquilas El destino de nuestra alma, vago y con
esferas de las creaciones artísticas? Tal es el fuso desde los Brahmanes hasta Séneca, se
pensamiento cuyo bosquejo pretendo ensa fijó para siempre con la segura esperanza
yar, confiado en lo notable del asunto, y en del bien supremo concedido á los méritos*
la indulgencia que reclaman mis escasas do del Justo.
tes y no muy seguras fuerzas. El arte, entusiasmado con la radiante luz
Hubo un tiempo en que los hombres, im de la nueva doctrina, quiere ensayar sus na
pulsados por la idea innata de la Divinidad, cientes alas á traves del espacio, y tiene que
marcaron la primera época del arte con los replegarlas conmovido al estrépito horrible
rasgos espontáneos de su asombrado espíritu. de la caida de Roma. Oculto con el incienso
La India, el Egipto, la Asiria y tantos otros de! santuario, espera que la Providencia so
pueblos, enseñan á traves del polvo de las siegue las oleadas de la barbarie, y que el
edades, el rico y mutilado tesoro de sus glo himno universa! del cristiano se eleve, has
rias, las múltiples y variadas creaciones del ta el trono del Altísimo, mas puro y triun
simbolismo. fante de las manchas de la heregía.
Siguió la razón humana en su continuo Seguro entonces el espíritu, y con la con
trabajo de relacionar la manifestación á la ciencia de su porvenir, se lanza, apoyado en
idea, la nocion y el conocimiento. Se modi el sentimiento y la fantasía, á volar por las
ficaron las creencias: no reinó esclusivamen- nuevas y desconocidas sendas del romanti
te el principio exagerado de ¡as sociedades cismo. Hoy la Europa demuestra con or
simbólicas. Creció fuerte y poderosa la filo gullo las sublimes y sentidas huellas de su
sofía, y la idea de una sustancia espiritual, paso.
distinta de la materia, comenzó á estender- Cuando la vida de! arte romántico señala
se por todas las escuelas, sellada con carac los síntomas fatales de todas las decadencias,
teres mas ó ménos vagos, mas ó ménos verí comienzan á distinguirse débiles reflejos del
dicos, pero siempre estableciendo una línea antiguo genio clásico. Las creaciones del
divisoria entre lo eterno y lo perecedero. politeísmo griego y romano, modificadas
La Grecia, pueblo privilegiado, ostenta, en el fondo y en la forma por la idea católi
mas allá de su filosofía, en el mundo de la ca, adquieren nuevas tendencias, nuevo des
inspiración y de la belleza, un manantial de arrollo, en las obras inspiradas del renaci
genios que resolvieron, con singular acierto, miento.
el problema de relación entre el fondo y la Acaso no presente la historia, hasta enton
forma:, vivas están, en el corazón de todos ces, una época mas fecunda en manifesta
los artistas, las brillantes manifestaciones de ciones del espíritu, y digno es de mencionar
su hermoso clasicismo. se, el justo lauro que alcanzaron en ella los
Viene á seguida, en el transcurso de los inmortales trabajos de los hijos de España.
acontecimientos humanos, una nación altiva El renacimiento, después de su apogeo y
y gigante que pretende empuñar, con su ma de su gloria, dejó también estampadas las
no de acero, el cetro de todo el universo. Y manchas del descenso y de la ruina; y, en
esa nación, patria de los Césares, despues medio de todas las aberraciones del mal gus
de humillar al mundo, alcanza en la historia to, principia su carrera el siglo XVIH.
de las artes un puesto debido ásu grandeza. Desde los tiempos antiguos, la lucha de
Pero ya era tiempo de que la voz de los la inteligencia en la esfera filosófica no ha
profetas encontrase solución legítima á sus sido ménos fecunda que el arte, en sus va
verdades; y las semanas de Daniel se cum rios y agitados movimientos. La senda de
26
102 ALBUM CUBANO
Aristóteles y de Platon, atacada y oscureci tiana volvió como siempre, á mitigar la an
da por los escépticos, aparece mas tarde de gustia de todos los corazones; y el espíritu
bajo del eclectismo de los neo-platónicos: si cobró el reposo y el aliento.
guen las especulaciones do la escolástica por Libres de obstáculos y de trabas se ofre
todo el tiempo de la edad media, basta tan cieron ya los caminos ála marcha de los in
to que los estudios esperimeutales ofrecen genios: el arte, ciego con las ilusiones del
i
nuevos caminos á la filosofía. Bacon y Des triunfo, pretendió seguirlos todos y mejorar
il cartes, adalides de la moderna escuela, ejer los, engrandecerlos, agotar en fin hasta la
cen su influjo por un crecido número de última manifestación posible en la esfera de
años. Descuellan algunos eclécticos: renace la belleza. Exhumó y reprodujo las creacio
también el escepticismo, y el siglo XVIII, nes de la antigüedad para exponerlas á la
en fin, nos muestra desgraciadamente una vista del siglo. Se apoderó del elemento clá
série de doctrinas que tío tienen valor algu sico, del romántico; alentó sus luchas: llevó
no á los ojos de la «encía. también la contienda al fondo con la forma,
151 paso del siglo XVIII a! siglo XIX es á la idea con su expresión: estendió en la
[
tá señalado en la historia por grandes acon música sus alas por encima de todas las épo
tecimientos políticos. cas, y, sin dar entrada al desaliento, prosi
151 arte dormido con el sueño del letargo gue hoy la comenzada carrera de sus glo
despierta al preludio de la nueva era. rias.
1 Pero el espíritu exagerado de análisis des No abundan, por desgracia, la invención
truía, con la frialdad de sus especulaciones, y la originalidad, á pesar de su elevado y
las formas inspiradas de la edad media; y el atrevido rumbo. Otras dotes son las que dis
genio romántico huyó despavorido de una tinguen al inmenso laberinto de sus hechos.
atmósfera que le abogaba. La arquitectura, en el siglo XIX, lia re
151 criticismo basado en principios exactos, producido, á veces con ventaja, las obras de >
desechaba á su vez el símbolo, como impro todos los tiempos. El estilo griego, el roma
pio é insuficiente á las pretensiones de la no, el bizantino, el gótico, aparecen esten-
época. didos, en agradable confusion, por todos los
El arte, en suma, necesitó revestirse con países de la Europa. La Walhalla de Ra-
la forma clásica. Grecia y Roma salen de tisbona, la Gliptoteca y la basílica de San
nuevo á la palestra. Bonifacio en Munich, dignos reflejos del sen-
No eran las causas ni los tiempos compa timientojlo otras generaciones, colocan á la
rables. La forma sola, separada del fondo, Baviera en el noble puesto que le correspon
1
II no ha bastado jamas á representar comple de. No se han mostrado ménos celosas, ni
tamente la belleza. Tal vez ose estado de ménos ardientes, las demas capitales del
transición, con su servilismo y su amanera mundo civilizado, todas á porfia procuran
II
miento, baya sido de gran provecho y no aumentar y engrandecer el catálogo de sus
1
poca enseñanza para los artistas sucesores. monumentos: Londres, por último, después
Pasemos ya á considerarlos, con arreglo á la do elevar el género gótico, en el Parlamen
il
íudole del presente estudio. to, á dimensiones colosales, encierra en un
La escuela sensualista, al comenzar el si palacio de cristal los modelos de infinitas
glo XIX mostró fuertes y poderosas tenden maravillas.
cias á engrandecer y asegurar su imperio. La arquitectura actual, al realizar empre
Pero el edificio en sus doctrinas no contaba sas semejantes, ha contado con su desmedi
i ■
con sólidas y seguras bases: sus prosélitos do genio, con el auxilio de las ciencias, y con
j
desertaron: sus mismas teorías sirvieron pa la potente aspiración del siglo. Pero el ver
ra obtener y completar su ruina. dadero sentimiento del arte no es común y
El bálsamo saludable de la religión cris- frecuente en todos sus trabajos, por eso la
-4=
¡te :
%
-
DE LO BUENO Y LO BELLO.
originalidad escasea, y las copias embelleci comprender, con rápida ojeada, su vasto y
das de lo antiguo se levantan basta la altura dilatado círculo: porque ha ensayado, en
do lo sublime. nuestros dias, á levantar su vuelo mas allá
Distintos son sus trabajos, y legitima es de los límites conocidos.
orí verdad la corona que alcanza en el estcn- La pintura bella ha recorrido, en el espa
so terreno de lo útil. Nunca la poética Gre cio del presente siglo, todos los diversos gé
cia ni la orgullosa Doma pensaron en levan neros y especies de que era susceptible. La
tar tan pasmosos é inimitables monumentos. religión, la historia, las costumbres, la na
Nunca el atraso de sus ciencias les permitió turaleza. Unas veces clásica, otras román
introducir, en medio de las revueltas mares, tica, otras también siguiendo el curso del
ese tropel de construcciones hidráulicas. El realismo y del idealismo puros.
hierro que, en manos de los Césares, alenta En todas sus faces ha procurado introdu
ha la llama de las discordias, boy se mece cir los verdaderos principios de la crítica;
en los aires franqueando el difícil paso de porque no serian perdonables, en tiempos
los abismos. El hierro y el cristal, proporcio de reflexión y de estudios, Jos anacronismos
nan á la industria y al lujo, comodidad y de anteriores escuelas.
belleza, basta los mas insignificantes estre Descuella la pintura religiosa y la históri
ñios de sus muchas y variadas exigencias: ca por el purismo déla forma, por ¡a valen
embarcaderos, palacios , salones, millares tía y el acierto de sus lincas, por la correc
en fin de edificios donde ia geometría y la ción y esmero de su dibujo: Jugres, Owqr-
física consiguen ¡os laureles del éxito. bek, Kaulbacb pueden servirnos de ejemplo.
La escultura, arte de Fidias y de Praxite Pero el alto puesto concedido á la forma,'
les, ha dejado escrita en el espacio una vida acaso no consiga despertar, especialmente
de apoteosis y de triunfos; emblema propio en el género religioso, la misma impresión
y dominante de la antigüedad clásica. El subjetiva que el alma esperimenta con las
artista moderno ha tenido que combatir, obras de los antiguos.
frente á frente, con esa vida y con ese em Un verdadero y prodigioso caos presen
blema: pero la batalla era desigual, y el apo tan en el dia los cuadros de costumbres. Lo
yo de su inspiración no podia ser bastante á sublime, lo cómico, ya separados 3’ cami
mantener la competencia en la lucha. nando en direcciones opuestas, ya reunidos
No han faltado genios que hayan querido y confusos llevando la exageración 3’ la ca
medir sus fuerzas en la esfera de la escultu ricatura hasta el punto de competir digna
ra: Canova, Thorwaldsen y otros /infinitos mente con todos los anteriores.
han merecido el aplauso y la estima de sus Pudiera decirse que la pintura de paisaje
contemporáneos. Pero la huella del antro sobrepuja infinitamente á los trabajos de
pomorfismo griego no es fácil desterrarla todas las épocas conocidas. Bien y con ra
de sus obras: la invención por consiguiente zón asentaron su fama Claudio de Lorena,
decae, y cuando el genio, despegado de lo Wouwermann 3- Salvator Rosa, mas no por
clásico, intenta probar sus brios en esas es eso habrán do eclipsar los mareados títulos
tátuas y relieves hijos de las circunstancias, de gloria que resplandecen en los cuadros
los tipos, los trajes y un sin número do in de los artistas de nuestro siglo.
convenientes asaltan y estrechan de nuevo También mejoró y nos legó el cristianis
¡a inspiración de los artistas. mo, ademas de la pintura, otro arte esen
La estatuaria del siglo XIX sostiene, con cialmente romántico, la música.
no poca violencia, su difícil y penosa mi Ajenos é incompatibles con el espíritu
sión. humano los variables atributos asignados á
Ifeni03 llegado al arte de la luz y de los la materia, encuentra la música esas crea
coleros, la pintura. No es fácil abarcar y ciones y esos medios misteriosos para enla
104 ALBUM CUBANO
zar y conmover el sentimiento de nuestra al vemos fermentarse un principio vago, una
ma. La impresión subjetiva es aquí directa, tendencia á reunir y enlazar todos los siste
eficaz, constante. mas, un esfuerzo mas para allanar el cami
No han sido pocos los trabajos y las fati no de lo futuro.
gas de otras generaciones, para que el siglo La musa épica del siglo XIX tiene que
XIX aumente y mejore sus productos. contentarse con sus esfuerzos para llegar á
S. Juan Damasceno, S. Gregorio el Mag la perfección;. Klopstock, Byron, Goethe
no, Guido d‘Arezzo, Lemaire y otros mu ensayan sus talentos en el objetivismo, y el
chos hasta Beethoven, han infiltrado, en las Fausto consigue de los sabios el nombre de
vagas y movibles formas de su arte, esa epopeya racionalista.
existencia propia y segura que le cierra el El lirismo puro, la esposieion poética de
camino del retroceso. lo presente, abarca, en nuestros dias una
Ya no existen los obstáculos del tctracor- estension inmensa, henchida de brillantes y
dio griego, ni la multitud de claves, ni son atrevidos rasgos.
ajenos al artista la teoría y el valor de todos El drama y la novela, esa mezcla de lo
los contrapuntos/ objetivo y de lo subjetivo, deben sin duda á
Desde la sublime y religiosa esfera de la los tiempos que atravesamos el notable in
epopeya lírica, basta las mas insignificantes cremento de sus triunfos.
frases del canto popular, resplandece hoy la Las tres unidades clásicas, y la libre espon
inspiración y la vida cu ese arte del entu taneidad de los románticos, despues.de lu
siasmo y del sentimiento. cir apartadas y distintas, se buscan y se diri
La pugna con la poesía, sustentada acaso gen al terreno de la alta comedia.
por la gigante fuerza de Rossini, comienza La novela, el poema de nuestro siglo, a-
â desaparecer al impulso de las escuelas de baudona la senda aristocrática y la popular
Alemania. Huye de la escena, bajo las mis del renacimiento, y se convierte en un espe
mas influencias, el amaneramiento de los jo de la sociedad y de la historia. Cuando el
antiguos: buscan las composiciones dramá principio desacreditado del materialismo se
tico-líricas el campo de la verdad, y siguen borre para siempre de sus páginas, unirá, al
su prodigiosa marcha, llevada á la exage mérito propio que tiene adquirido en el dia,
ración por genios innovadores como el de la verdadera misión de enseñar á la huma
W aguer. nidad.
La literatura, el arte que tiene por forma El arte útil-bello déla palabra, la oratoria,
la palabra, asienta también en el siglo XIX tampoco retrocede ante la fama y los hechos
su distinguido paso en la arena-de la be do otras generaciones: armada de la crítica y
lleza. de la ciencia, procura engalanarse con ¡os
La épica, la lírica, la dramática, la didác laureles de la victoria.
tica, la oratoria, lo sagrado, lo profano, todo, En lo sagrado, en lo forense, en lo parla
enfin, se ensancha y se multiplica bajo la mentario, no dejan de aparecer brillantes a-
triple cspO8Ícion del pasado, del presente y dalides que sostengan y aseguren el monu
del porvenir. mento de su honra.
En medio del inmenso caos de manifes Las formas políticas de los gobiernos ac
taciones del espíritu, descuella el eclectis- tuales, diferentes en genera! de las de otros
mo literario por encima de la invención y tiempos, se prestan y mantienen la obra ar
de la originalidad. tística, producida por la oratoria á la altura
El arte pugna y se revuelve entre todos que se merece y le corresponde.
los elementos de lo antiguo; los repite, los Hemos visto, en cuanto nos ha sido posi
desecha, los ataca, los combina, y, á traves ble, la tendencia constante de las artes para
de esa lucha de la reflexión y de la crítica, conseguir esa tranquila aureola de la perfec-
DE LO BUENO Y LO BELLO. 105
cion. Grandes barreras y colosales obstácu Los poetas son como los pájaros, cualquier
los se oponen á que se cumpla. ruido les hace cantar.
Las ideas dominantes en el siglo XIX pa
recen referirse al problema del bien de la La amistad conserva la pureza del alma, y
humanidad, y ese problema apénas se agita la guia á la inmortalidad.
y se resuelve mas allá de las esferas de lo
Là causa principal de los sufrimientos de
útil. La ciencia, pues, crece y se levanta po
un pueblo consiste en su debilidad intelec
derosa con los tributos de todas las inteli
tual y moral.
gencias, y al contemplar el espíritu los res
plandores de sus conquistas, descuida y a- La historia no es útil porque so lee lo pa-.
bandona el sentimiento de lo bello. sado, sino porque se lee el porvenir.
La crítica filosófica, al trazar con loable
misión Jos severos principios de su doctrina, El hombre que se abandona á sus pasio
aumenta las exigencias del arte, y da lugar nes, no ve el abismo hasta el momento de
al desmayo y al desaliento. caer en él.
Pero el espíritu creador, asimilando las
condiciones históricas á sus formas propias é La vida es una comedia en que se reem
independientes, consigue remontarse á las plazan los personajes, y continúa la acción.
esferas de lo universal, salvando el estrecho
límite de su pueblo y de su época. La sociedad, lo mismo que la naturaleza,
Cuando el genio, al ensayar su vuelo, re tendiendo á su grande objeto, sigue constan
corra los fastos artísticos del siglo XIX, des temente el curso de su interes, y no favore
echará sin duda la idea del retroceso, y el ce, por el momento, sino los conocimientos
sentimiento de la belleza cobrará nuevos é de que tiene necesidad inmediata y urgente.
inusitados brios; y el arte entonces, interpre
tando el sentimiento de la humanidad, podrá El espectáculo de la naturaleza es una má
elevar al Altísimo la dulce y tranquila ple quina inmensa para los pensamientos del
garia del entusiasmo. hombre. Las propiedades de las plantas, los
J. í. Riaño. instintos de los animales, el espectáculo del
(Granada: J859.)
universo todo es un velo que necesita levan,
tarse, todo es un símbolo que es preciso adi
vinar, todo contiene verdades que traslucir,
porque la vista clara no es de este mundo.
Ese lujo fastuoso de la creación, ese aparato
de los cuerpos sembrados en el espacio como
un polvo brillante, todo eso no es demasiado
para el hombre, porque éste es un sér libre
PENSAMIENTOS MORALES Y FILOSOFICOS. é inteligente; porque es un sér inmortal.
variarla, poro siempre podrás resignarte á ‘‘Mas no, mi boca con afan en vano
ella con la ayuda de tu razón. hoy la verdad te alega,
que eres sordo á mi voz ¡oh pueblo insano!
Saber escuchar, es saber instruirse cou to y tu maldad te ciega.”
do el mundo.
Enjúgase las lágrimas divinas
El hombre no sabe bien sino lo que puede con solemno tristeza,
comunicar á los demas. y obra mil maravillas peregrinas
con suprema grandeza:
El mérito de esta vida es predecir la otra.
Y con la dulce magestad severa
La oración es uno de los gritos de la es que su frente reviste,
peranza. tendida la sagrada cabellera
y la mirada triste;
De los doce discípulos seguido,
SECCION SEGUNDA. que repiten su queja,
el enviado de Dios, el gran ungido,
á Bethania se aleja.
Lxiisa Perez de Zambrana.
Con la soncilla magestad severa
que su frente reviste,
tendida la sagrada cabellera
y la mirada triste;
De los doce discípulos seguido
camina á paso lento
el enviado de Dios, el gran ungido,
sobre un pobre jumento.
FILIAL.
El pueblo á recibirle se adelanta
entre clamores vivos,
arrojando con júbilo á su planta {Imitación de Byron.)
verdes palmas y olivos.
Sus vestidos lo tiende entusiasmado Hay'ina vida que animó mi vida
por amorosa alfombra, Que me dió el alma en amoroso anhelo,
y ardiente, palpitante, alborozado Con ella estuvo mi existencia unida,
voy y Señor le nombra. Ella el mundo me da, me ofrece el cielo.
Mas ól con melancólicos enojos Hay unos ojos quo en los mios rielaron
mira la ciudad santa: Y á mi primer mirada respondieron,
vio-rton sagradas lágrimas sus ojos Que < xtasiados de gozo me miraron,
y la mano levanta; Cuando mis ojos á la luz so abrieron.
Y así le dice con acento augusto...... Hay una boca, que mi tierna frente
“¡Oh si reconocieras Colmaba do dulcísimas caricias,
al cordero divino, pueblo injusto, Y una voz hay que en la virtud ferviente
cuán venturoso fueras! Me enseña á comprender castas delicias.
DE LO BUENO Y LO BELLO. 107
$
Existo un ángel puro do consuolo Mostró desde su infancia grande afición á las
Quo recoge en su espíritu divino, lecturas sérias, así.como también indicios muy
La lágrima de amargo desconsuelo claros del entusiasmo y energía de carácter
Que vierto en los azares del destino. con que mas tarde supo llevar á feliz término
grandes empresas religiosas, cuyas dificultades
¡Ah! y esa vida donde yo existia, inmensas solo sirvieron para enaltecer el
El seno hermoso en que apoyé mi frente, triunfo.
Y. el ángel bollo á mi sufrir doliente;
Aunque de noblo familia, hermosa presencia
Eres tú sola, dulce madre mia.
y un tanto inclinada en los primeros años de
Tuyo os el canto mágico y sonoro su precoz juventud álas galas y vanidades fe
Que como ol eco respondió á mi aconto, meniles, su vocación á la vida monástica fué
Tuya el alma que siente si yo siento, visible y constante; si bien según nos lo revel a
Y el corazón que adora si yo adoro. con patético arrepentimiento en la historia de
su vida—combatían aquellos fervorosos deseos
Tuya es también mi vida, madre mia, de su corazón el miedo que lo causaba un en
Como os tuyo mi amor, todo mi anhelo, cierro continuo, y la repugnancia á dospren -
Que una madre amorosa es en el suelo dorse do los afectos quo la unian al mundo.
La celestial imágen de María. Muerta su madro B.80 Beatriz de Ahumada
y colocada como pensionista en el monasterio
Sea yo tu alivio en la desgracia,
de San Agustín (en 1531) luchó mucho tiempo
Be tu vejez el báculo constante,
consigo misma, víctima do aquella vacilación
Y á tí vuelva los ojos al instante
dolorosa que llegó ¡i perturbar considerable
Que Dios me llame á su celeste gracia.
mente su salud, hasta quo en 1536 se resolvió
Los volveré por bendecirtoy verte, por último á tomar el velo en un convento do
Puos vá mi almaá tu afición unida, Carmelitas en el que profesó al siguiente año.
Que es tuya, cara madre, en esta vida; El amor divino reinó absoluto en su alma en
Y tuya y do mi Bios será en la muerte. cuanto abrazó Teresa el santo estado á que la
llamaba la Providencia, y todos sus padeci
J. It. de Betancourt. mientos físicos, exacerbados por- las austerida
des déla penitencia, no bastaron á alterar un
momento la paz jubilosa que sentia al ver fija
do su destino outre las esposas de Jesucristo.
Sin embargó, nuevas y mas rudas pruebas
debían acrisolar su virtud, y no fueron escasas
las que sufrió la jóvon religiosa durante mu
chos años, cuyos sucesos refiere detalladamen
GALERIA DE MUJERES CELEBRES.- te en lassontidas páginas que nos ha dejado de
su laboriosa vida.
Obedeciendo á su padre D Alfonso, salió Te
SANTA TERESA DE JESUS. (1) resa del convento por algun tiempo, pues no
La ciudad do Avila, una do las mas antiguas guardaban entonces rigurosa clausura las mon
de España, tuvo la gloria do sor patria do B.50 jas de aquella orden, y sus dolencias requerían
Teresa Sanchez do Cepeda y Ahumada, quo vi al parecer mayor descanso, asistencia y regalo
no al mundo en 12 do Marzo do 1515, que los que en su celda era posible .proporcio
narle; pero no habiendo conseguido el menor
(1) Deseando que esto número del Álbum Cubano, que alivio ni del empirismo de una famosa curande
sale á luz en el comienzo de la Santa Semana, correspon ra de Becedas, ni de la ciencia de los médicos
da en lo posible á la solemnidad del dia, presentamos en
mas acreditados de Avila, hubo do regresar al
esto lugar—con preferencia á cualquiera otra—la grave y
hermosa figura de aquella mujer singularmente privilegia monasterio, donde el Señor se dignó al fin me
da, que á los lauros brillantes del talento reúno en su pura jorarla progresivamente. Mas ¡ah! con la salud
fronte la palma augusta de la santidad. parecía despertarse en la pobre Teresa su an-
108 ALBUM CUBANO
tiguo gusto por la sociedad, atormentándose trocinio del patriarca San José. Tuvo lugar es
mucho con tal motivo aquella alma timorata y te suceso en 1562, y tan abundantes bendicio
tierna que se reconocía ingrata al nuevo bene nes derramó el Omnipotente sobre la orden re
ficio que la dispensaba su Dios. ¡Con qué inte formada que, obtenido permiso del general de
resante ingenuidad se acúsala santade sus fal ella, sin mas auxilios (después de los divinos)
tas, lamentando los dafios de que no estén su que su valor y constancia, fundó Teresa en po
jetas todas las religiosas á la mas estrecha clau co tiempo hasta treinta conventos de ambos
sura! La manera con que narra aquel corto pe sexos, dejando así sólidamente establecidá la
ríodo que llama de su perdición, es verdadera institución de los Carmelitas descalzos, que ha
mente admirable por su sencillez y originalidad dado á la cristiandad tantos varones de emi
de estilo. Recobró al cabo sn primer fervor, nentes virtudes.
acrecentado por el arrepentimiento de la re Las de la ilustre fundadora no han menester
ciente tibieza, mas no cesaron con esto las in por cierto de encomios y vociferaciones, pues
quietudes de su espíritu, que hallaron pábulo harto proclama su excelencia el ver la imágen
hasta en las mismas mercedes con que premia de aquella gran mujer colocada en nuestros al
ba la divina bondad las crecientes virtudes de tares.
la virgen penitente. Aquellas mercedes llega Pero Teresa de Jesus no brilla solamente por
ron á ser tan extraordinarias que varones muy las excelsas virtudes que la conquistaron el
doctos las juzgaron alucinaciones de un cere culto que hoy se le rinde en todo el mundo ca
bro exaltado, y Teresa, siempre humilde y tólico, sino que también ocupa distinguido lu
siempre deferente con sus superiores abrigaba gar entre los escritores religiosos de mas justa
también no pocas veces, dudas que la llenaban nombradla.
do aflicción y de espanto. • La historia de su vida (escrita por mandato de
Dios se sirvió disiparlas, pero todavía des su confesor), sus Cartas, sus Per tientos sobre
pués de eso tuvo Teresa que sufrir no solo las el amor de Dios; las Meditaciones la comu
burlas de los incrédulos sino—lo que era mas nión, los estatutos para los conve. de. Carmeli
sensible para ella—los encomios y respetos de tas, los Tratados sobre el camino de ¿a perfección
cuantos reconocían por aquellas celestes gra y modo de visitar los monasterios, las Instruccio
cias, que á despecho suyo se divulgaban, la san nes para la oración mental, los Avisos á las reli
tidad de su alma. giosas, y finalmente el Castillo del alma y sus
Era esta, empero, demasiado verdadera pa tan conocidas glosas, todas son obras que por
ra quo no se hiciese superior á todos los moti su doctrina religiosa como por su mérito lite
vos do desasosiego que á porfía la asaltaban, rario han alcanzado general aceptación.
preocupándose en breve únicamente de un pro Pasó Teresa de Jesus á mejor vida el 4 do
yecto inspirado por sus anhelos de perfección- Octubre de 1582 hallándose en su convento de
Aspiraba Teresa á mas austera regla que la que Alba, y fué canonizada solemnemente por el
regia en su convento, y llena de fé en el auxilio pontífice Oro ;orio XV en 1622.
del cielo, y secundada en sus primeros esfuer Sus obras, publicadas por el general de los
zos por una señora devota y dos monjas de su carmelitas Fr. Diego de la Concepcion, en 1675,
misma casa, emprendió llena de religioso celo fueron traducidas por primera vez al francés
la fundación de un nuevo monasterio bajo el pié por Arnaldo de Andilly.
* * *
de una severísima reforma, elevando á tal altu
ra todas las virtudes monásticas que no la hu
bieran alcanzado nunca las flacas fuerzas hu
manas sin especial ayuda de la Providencia.
Dificultades de toda especie fueron suscita
das desde el principio á la empresa con tanta
decision acometida, pero ninguna hizo desma
yar la perseverancia de la Santa, que logró al
fin superarlas todas y establecer su primer
convento en la ciudad de su cuna, bajo el pa
»
DE LO BUEJTO Y LO BBLLO. 109
Z zs
—un soberbio castillo perteneciente á cierto ya casi moribundo, mandó á la comitiva que se
caballero ilustre, llamado D. Pedro de Urraca, detuviera y corrió él solo en pos de la denoda
y cuya familia so reducía á una hermana úni da'amazona. ¿Pero á donde se dirige ésta? Su-
ca tan bella como ambiciosa. María Urraca negro caballo—como poseído por el frenético
vivia con su hermano y era colmada por él de demonio que hizo entrar en el cuerpo del de
ternura y de beneficios; pero no agradecía la Angélica el nigromante licencioso que nos pin
una y la humillaban los otros. Su orgullo se ta Ariosto,—parece rebelarse contra la hermo
rebelaba contra la perpetua dependencia áque sa mano que lo dirige, y trepando peñas, sal
se veia condenada por la escasez de su fortuna; vando precipicios, se pierde pronto de vista
pues todos los bienes y señoríos de su opulen entre los vericuetos y barrancos. D. Pedro,
ta casa eran patrimonio do aquel que debia á sin embargo, corre siempre en seguimiento de
la casualidad las prerogativas del sexo. Lajó- su querida María, y desaparece como ella ante
ven se indignaba contra la injusticia de seme la asustada multitud que ha contemplado con
jantes privilegios, y el hermano favorecido por la boca abierta aquella carrera singular. En
ellos, llegó á ser el blanco de sus odios. el mismo instante, y por fatal coincidencia,
No quería deber á nadie aun cuando fuera una horrible tempestad se desata repentina
á un esposo, el fausto y posición que ambicio mente.
naba, para los que se creia nacida, y que no El firmamento se cubre do negros nubarro
podían satisfacerla si no iban asociados á la nes que envuelven en sus densos pliegues las
absoluta independencia. ¿Pero por qué medios cimas do las montañas; cruzan entre ellas los
conseguir lo que su orgullo anhelaba? I). Pe relámpagos como serpientes de fuego; retiem
dro era jóven, gozaba salud perfecta, y no fal blan las seculares encinas al rudo impulso del
taban damas seductoras que tendieran redes á viento silbador; retumba pavoroso el trueno
su corazón, que se habia de rendir tardo ó por los montes y los valles y todos huyen des
temprano. La Urraca fué cayendo en honda pavoridos buscando albergue que los defienda
melancolía; hízose taciturna y adusta; marchi de aquellas iras del cielo. La comitiva do D.
taban su belleza los devorantes insomnios, y Pedro corre también en desorden á probar si
agitada en medio de la noche por horribles aun puede subir al castillo ántes do que reine
pensamientos, solia vagar desolada por aque completamente la noche, y dando por supues
llas alturas solitarias, perdiéndose en la muda to que en aquel so han refugiado sus jóvenes
, inmensidad del espacio sus roncas y amenazan señores. Llegaron, en efecto, los fieles sirvien
tes voces. ¿Qué siniestros designios, qué hor tes, aunque envueltos en los torbellinos do la
rendas tentaciones podían así atormentarla? espantosa tormenta; pero ¡ah! en balde espe
Presto la fatalidad reveló todo el misterio.— raron al noble caballero..... No le fué dado
Declinaba la tarde de un claro dia do Otoño y volverá pisar los umbrales del castillo de sus
aun resonaban en los valles los ecos de las cor padres. La Urraca los atravesó sola, y la pa
namusas y trompetas que anunciaban una lidez de su frente, el extravío de su mirada,
gran cacería. Cubiertas estaban las colinas de anunciaron desde luego la catástrofe que con
multitud curiosa que no so cansaba de admi firmaron después, sus balbucientes labios. ¡Sí!
rar al noble caballoro y á su bellísima herma No puede quedar duda. El caballero lia sido
na, montados con gallardía en dos soberbios precipitado por su corcel impetuoso en un pro
potros, y dirigiendo la fiesta en medio do su fundísimo barranco, á cuyo borde tonia que
numerosa servidumbre. caminar algun trecho para llegar al castillo
Acababa de ser herido mortalmente, por el por el escabroso sendero que habia tomado
certero venablo de la diestra cazadora, un ja con su hermana.
balí corpulento, que juntando cuantas fuerzas Al dia siguiente fué sacado del abismo el san-
le quedaban, se lanzó huyendo por entre las griento cadáver, y—¡cosa estraña!—se vió que
breñas, dejando en su carrera un ancho surco el caballo tenia traspasado el pecho por un lar
de sangre. Seguíale de cerca la infatigable go
o venablo. z
María, y queriendo dejarla su hermano todos Esta circunstancia inesplicable dio que ha
los honores de la victoria sobro aquel enemigo blar á las gentes muchos dias; pero luego la
DE LO BUENO Y LO BELLO, 111
atención general se fijó únicamente en la her est raña enfermedad que consume á la joven,
mosa heredera del difunto. ¡Eian tantos los quizá se calme y se disipe entre los goces de un
ilustres caballeros que aspiraban á su mano!... dichoso himeneo. Con esta esperanza halagüe
Poseedora de los pingües dominios de una fa ña, los aspirantes redoblan atenciones, acumu
milia opulenta, déla que quedaba siendo único lan obsequios, prodigan ternezas y suspiros.
vastago; en la flor de la juventud; radiante de Mas ¡ay! en los momentos-en que parece va á
hermosura; cercada de homenajes, ostentando decidirse al cabo la elección de María, un ru
á su placer el lujo y fausto que convenían á su mor siniestro comienza á circular por el pats.
raneo: María Urraca veia al fin realizados los Dícese qne una enajenación mental inespera
ensueños delirantes que habían sido su marti da, sin causa conocida, pero tan completa y
rio, ¿Porqué, pues, no vuelven las rosas á sus evidente que ya no permite duda, hace inúti
pálidas mejillas? ¿Por qué ha desaparecido pa les para la pobre joven todos los dones con
ra siempre de sus labios la sonrisa del placer, que la colmaran á competencia la naturaleza
y de sus hermosos ojos la tranquila mirada de y la fortuna. En efecto: hay quien la ha visto
la inocencia feliz? Una dolencia misteriosa co correr sola y desmelenada en la oscuridad de
mienza á devorar sin duda aquella existencia la noche al borde de los precipicios, á cuyo ló
tan brillante; pero en vano se consulta á los brego seno parecen atraídas sus miradas por
mas célebres médicos de Alava, de Guipúzcoa un poder misterioso. Hay quien ha oido salir
y de Vizcaya: la ciencia es impotente contra do sus labios, entre desgarradores gritos, pa
aquel mal desconocido, cuyos progresos crue labras espantosas, que solo la demencia puede
les, son tan rápidos como visibles. esplicar. Hay también varios que afirman que
' Nada se l.ogra con las fiestas suntuosas; nada algunos venerables sacerdotes han acudido á
con los placeres que se llaman sin cesar al cas exorcizarla creyéndola poseida por el eterno
tillo de la montaña. María, que parece apete enemigo délos humanos; pero que han sido
cerlos con febril avidez, no alcanza nunca á tan inútiles como la ciencia de los médicos las
gozarlos. A lo mejor, en medio de las fiestas y oraciones de la iglesia.
saraos, se cubro de una nube sombría la sober En tal estado las cosas, llega un dia solem
bia frente de la bella castellana; se contra en ne y memorable: el del triste aniversario de
sus labios; se turba su mirada; recorre sus la desgracia do D. Pedro. La servidumbre del
miembros convulsivo temblor, y aun hay quien castillo se ha vestido de luto, y las misas y las
asegura que suele extender las manos con un preces no han cesado en todo el dia. La enfer
grito de espanto, como si rechazase algun obje ma, sin embargo, ha permanecido en su alcoba,
to horrible que vinie a á perseguirla en el se mas postrada y desfallecida, que nunca; pero
no mismo de la felicidad. al parecer tranquila. Llega en tanto la noche,
Sucede también que pasa muchos dias sin y llega oscura y tempestuosa, como aquella
querer recibir á nadie, esquivaudo aquellas terrible en que perdió Guipúzcoa á uno de sus
mismas distracciones que busca otras veces mas dignos caballeros. El capellán del castillo
afanosa. ¿Y qué es lo que hace la joven en sus y los criados todos se hayan reunidos en el
dias de soledad? En vano fuera preguntárselo •mismo salon en que lo esperaron largas horas
á nadie: sus sirvientes callan consternados, y inútilmente; en el mismo en que vieron apare
todo lo que pueden alcanzar la curiosidad ó el cer sola ála infeliz hermana, nuncio fatal do
interes afectuoso, es la observación de que des la horrorosa catástrofe. Los fieles servidores
pues de tales dias, la aureola cárdena que so hacen llorando triste conmemoración de aquel
dibuja con frecuencia en torno de los ojos de momento suprem,!; cuando de repente se abre
María, se presenta mas oscura y profunda; que con estrépito la puerta del aposento de María,
su enflaquecimiento se ha hecho mas visible; y ella so precipita en la sala, pálida, trémula,
mas torva su mirada; mas penosa su respira despavorida, como un año ántes en aquella
ción; mas frecuentes sus estremecimientos con misma hora.
vulsivos. No anuncia esta vez una desgracia; pero pi
Sus adoradores no desmayan, sin embargo. de auxilio contra un alucinamiento pavoroso.
¡Puede el amor obrar tantos prodigios!...... La La insensata se cree perseguida por aquel mis-
112 ALBUM CUBANO
rno que dejó de existir en tal noche como esta. que aquel existió,—fué llamada Amboto, que
—¿No le veis? ¿No le veis? grita desatentada. significa traducido literalmente, allí arrojar-,
—So ha levantado sangriento del fondo del porque en el vascuence casi no se conoce de los
abismo, y corre cabalgando en un corcel, cuyo verbos sino los infinitivos. Atendiendo á ello,
pecho atraviesa <te parte á parte un agudo ve la palabra Amboto tiene su verdadera version
nablo. Sin embargo, el golpe fué certero: yo en la frase:—de allí fué arrojada. Desde enton
le vi rodar con el ginete, y oí aquel gritç que ces, añade también la tradición, el alma de la
‘ retumbó largamente en las negras entrañas del fratricida vaga errante por las hondas entra
precipicio. ¿Qué me quiere, pues, eso fantasma? ñas del abismo, saliendo solo para anunciar
¿Cómo vuelve á correr aquella sangre odiada,, desastres. Los dias en que la cumbre de la
para salpicar mi frente caliente y espumosa montaña aparece envuelta en densos nubarro
todavía? ¡Miradlo! El corcel maldito se viene nes, los pastores retiran sus rebaños; los la
sobro mí...... el sangriento ginete tiende los briegos se acogen al Cacerío abandonando las
brazos para asirme y llevarme consigo á su te campestres faenas; y los marineros se guardan
;
nebrosa tumba.—¡No!... ¡no!... ¡no!...... bien de dejar el puerto para confiarse á lasólas:
Gritando así se lanza la Urraca fuera de las porque es fama, queridos lectores, que porta
puertas del castillo, y apenas puede seguirla les signos se conoce que la dama de Amboto so
en su delirante carrera la aterrorizada servi ha escapado de su abismo y anda por ahí pre
dumbre. La tempestad bramaba; el cielo se sagiando desventuras.
deshacia en centellas; pero ella corria, corria
huyendo del ginete sangriento, cuyo corcel, G. G. de Avellaneda.
traspasado por un venablo, corria en pos suyo
tan ligero como ella. ¡Ah! la desventurada en
su delirio, y en medio de la lobreguez, no sa
be que camino sigue; mas de repente se para,
lanzando un grito que retumba pavoroso. Lo
han devuelto los ecos del abismo á cuyo borde
se halla como empujada, á pesar suyo, por una
mano invisible!—Aquí fué!—exclama entonces
con el cabello erizado sobre su lívida frente
que ilumina un relámpago.—En el mism o ins
tante parece que el fantástico caballo lanza so MAGDALENA.
bre ella al ginete ’amenazante; y la pobre Ma
fia fuera de sí, grita horriblemente, quiere huir
de nuevo...... quiere huir; ¡pero resbala y cae Una mujer tan bella, cual es bello
rodando por el negro precipicio! el rojo sol que en el oriente asoma
Al otro dia, á la misma hora en que fué saca sus vividos fulgores,
do de la cima hecho pedazos el cadáver de D. y al despuntarla cándida mañana
Pedro, fué sacado también el de su hermana, con su ardiente destello
no ménos sangriento y desfigurado; pero el torna la tierra en matizada alfombra
pueblo se amotinó para pedir que no descan de esmeralda y de flores,
sasen en una misma tumba. Veia, con su ma y el ancho ciclo en pabellón de grana,
4 í á los pies de Jesus, triste y llorosa
1 ravilloso instinto, la justicia del cielo, en un
suceso en que todavía los nobles amigos de la en su inmenso dolor está de hinojos.
•Urraca solo querían reconocer el efecto fatal Sus brillantes cabellos destrenzados
do una lastimosa locura. La tenaz resistencia ** enjugan ¡ay! sus peregrinos ojos,
•que se intentó oponer á la pública opinion no del llanto y del insomnio fatigados.
h sirvió mas que para exaltar los ánimos, y la En su frente bellísima y suave
cólera popular demolió furiosamente el casti lleva escrita su pena,
i lla sin dejar piedra sobre piedra. Desde enton y su profundo, acerbo sentimiento.
ces la peña que corona el monte Echaguen-—en ¡Ay! aquella mujer es Magdalena,
DE LO BUENO Y LO BELLO 113
îd»
chanzas del rey, don Diego: le veo tan furiosa el artista estaba allí; pero en cuanto salia, el
mente enamorado que de todo le croo capaz. esclavo tenia que sufrir de los discípulos una
porción de incomodidades que cada dia iban en
VII. aumento.
JEA! DE PAREJA. “Cansado, en fin, de las burlas de los jóvenes
tomó el partido para evitarlas de huir cuando
Una hora despues del rapto de Ana fué des no se hallaba allí Velazquez, á una especie de
atado el mulato por los demas servidores de camaranchón desconocido, donde se escondía y
Velazquez, que entraron para informarse de ponia al abrigo de sus perseguidores.
aquella si quería que se la sirviese el desa “No habia podido Juan ver pintar dos años se
yuno. guidos, ni oir durante estds dos años á los mas
El esclavo no contestó á ninguna do las pre grandes personajes ensalzar hasta el cielo la
guntas que se le hicieron, ni pareció prestar pintura, sin concebir un invencible deseo de
atención á las lamentaciones de sus compañe manejar también los colores. Para distraer las
ros por la desaparición de su joven señora . largas horas de soledad en que aguardaba la
Dió tres ó cuatro vueltas por la habitación vuelta de su amo, intentó pintar. Allí tenia
como un león enjaulado, y luego se lanzó á la pinceles de desecho y restos de colores que reu
calle pálido y desgreñado como quedara des nia, ya en un lado ya en otro. Conocía que no
pués de sus inútiles y desesperados esfuerzos hacia mas que emborronar; pero hallaba gusto
para romper sus ligaduras. y diversion en ello, guardando un silencio ab
“Juan de Pareja (dice un aventajado escri soluto sobre esta diversion secreta que nadie
tor de nuestros dias) (1) era esclavo del céle sospechó.”
bre almirante Pareja cuyo retrato hizo Velaz Hasta aquí habla el autor de la interesante
quez. Encantado el marino de ver su retrato leyenda Rubens en casa de Velazquez, yo he
tan maravillosamente parecido, y tan perfec creído que no podia dar áconocer mejor á Juan
tamente concluido por el pintor mas célebre de Pareja que copiando los párrafos en que mi
de España, vino á darle gracias acompañado amigo, el Sr. Muñoz Gaviria, le presenta á sus
de Juan, joven mulato que habia comprado en lectores. Ahora acabaré de pintar á este per
Indias, y que llevaba para el pintor una mag sonaje, según lo he comprendido.
nífica cadena de oro. Cuando se marchó el al Juan de Pareja sentia por Velazquez una es
mirante, Juan fué á seguirle, empero el áspero pecie de adoración apasionada, adoración que
marino le dió un puntapié, diciendo: se estendia á todo lo que pertenecía al artista;
—“¿Piensas que cuando ofrezco una cadena nada habia para él tan bello, tan grande como
de oro no dejo también el estuche? Pertene Velazquez, y se hubiera dejado matar por evi
ces desde este momento al Sr. Velazquez. tarle el mas leve disgusto.
“Y salió con altivo paso apénas hubo dicho Habia en el esclavo hácia su amo el tierno y
estas palabras. solícito amor de una madre, y la adhesion su
“El pobre mulato con el rostro aflijido, y el blime y fiel de un viejo sabueso: cuidaba con
aire asustado se quedó allí, y los discípulos de extraordinario esmero de su servicio, y no se
Velazquez le tomaron como un sér estúpido fiaba de ningún doméstico en nada de lo que
con el que podrían divertirse. La manera con pertenecía á su Señor.
que habia entrado en el taller fué para ellos un Velazquez por su parte, lo amaba mucho
manantial inagotable de chanzas. Quisieron también; confiábale los mas importantes secre
darle el gran nombre de su primer amo, y le tos y conversaba con él mientras lo servia á la
llamaron Juan de Pareja, nombre que conser mesa. La viva inteligencia de Juan le agrada
vó siempre. Velazquez, á quien causaba lásti ba en extremo, admirando la esquisita sensibi
ma, le encargó el cuidado y el aseo del taller, lidad de su corazón, la generosidad de su ca
cosa que tenia poco trabajo; pero que debia rácter, y su ilimitada lealtad.
ejercitar su paciencia. Su pena al dejar enMadrid á su querida Ana
“Juan se hallaba muy contento siempre que se amenguó en su parte mayor, al pensar en
(1) D. José Muñoz Gaviiia. que quedaba bajo la custodia de Juan, y el co-
DE LO BUENO Y LO BELLO. 115
razón del mulato latió de gozo al recibir aquel —¿Está aquí? exclamó Velazquez admirado
encargo. y deteniéndose á pesar de su ansiedad.
¡Olí! ¡qué amarga desesperación se apoderó —Es el embajador que acaba de llegar envia
de su alma al ver que le arrebataban ásu joven do por la infanta gobernadora de Flandes.
señora, y cómo se lanzó loco á la calle cruzan —¿Dónde se halla?
do muchas en su desesperada carrera! —En audiencia con la reina, que quedó en
¿Cuál era su designio? ¿cuál su esperanza? cargada por el rey de recibirle á su llegada,
Ni él mismo lo sabia; en su abrasada cabeza se , —Os dejo, señor D. Juan, dijo Velazquez, es
revolvía candente el pensamiento fijo de en trechando de nuevo la mano del duque y po
contrará Ana ántes de los dos dias que debia niendo el pié en la escalera.
tardar Velazquez en regresar á Madrid, y el de —¿A dónde vais y de dónde venis?
darse la muerte si no podia conseguirlo. —Vengo del Escorial, y así que amanezca
mañana me llevo á Ana á Andalucía.
VIII. Diciendo esto llegó á un aposento con el du
que y llamó suavemente á la puerta.
EL E93UAD0R.
El criado que le abrió palideció y retrocedió
Dos dias después y á eso de las siete de la dos pasos al ver á su amo.
tarde, un coche cerrado conducía á Madrid á —¿Y doña Ana? preguntó ansiosamente Ve-,
Velazquez al trote de sus magníficas yeguas lazquez.
tordas. El doméstico con los ojos fijos en el suelo
El artista iba tan preocupado que no fijó la narecia la estatua del asombro.
atención en otro coche cerrado también, pero -—¿Y doña Ana? tornó á preguntar Velaz
mucho mas escrupulosamente, que pasó junte quez sacudiendo el brazo ded criado.
al suyo. -—¡Señor!.......
Ni oyó por consiguiente una dulce voz que le —¡Habla!.......
era muy conocida, y que preguntaba con an —¡La lian robado!
siedad:
—¡La han robado!
i —¿Llegaremos pronto á donde está mi her Este grito se escapó angustioso y desgarra
mano, señor conde?
dor de los labios del arlista, que peimaneció
Aquella voz era la de Ana, que ocupaba el algunos momentos anonadado y mudo.
coche cerrado, con el Conde-duque, y que mar
chaba con dirección al Escorial. De súbito echó á correr Inicia al aposento de
Velazquez prosiguió su camino y á las siote Ana-, siguiéndole el duque.
y media se apeó delante de palacio. Los desatentados ojos de Velazquez recor
Una multitud inmensa se agolpaba á sus rieron la estancia en un segundo; pero hubo
puertas, viéndose estasionada delante de ollas de apoyarse en un sillon para no caer: el apo
largas filas de lujosas carrozas vacías, sin duda sento conservaba todas las señales de la re
por estar sus dueños dentro de la morada real. ciente presencia de la pobre niña.
• Algunos señores flamencos permanecían á ca —¡Juan! gritó Velazquez con ronca y sofo
ballo, erguidos é inmóviles, luciendo sus borda cada voz.
das gorras, sus ropillas cuajadas de pedrerías y —También ha desaparecido.
sus colosales figuras. —¡Vendido por él!
—¡El embajador! ¡el embajador! Era la pala Y se precipitó á la puerta vacilante como
bra que circulaba por todas partes. una persona ebria.
El coche de Velazquez entró en las caballe El duque le siguió.
rizas do palacio, y el artista, sin detenerse ni —¡Le han comprado para que me la robe!...
aun á preguntar quien era el embajador, subió gritaba el artista. ¡Se ha vendido al oro del
ansioso ásu habitación, encontrándose al final rey!...... pero........... yo le mataré....... le mata
de una galería al duque del Infantado. ré...... !
—¿Habéis visto á Rubens, D. Diego? pre El desgraciado cayó desplomado en el suelo
guntó el duque tendiendo una mano al pintor. vencido por el dolor: su hermosa cabeza negra
116 ALBUM CUBANO
s és?
y rizada rebotó en el pavimento de la ga- basta ¡oh Dios mió! que me acompañe ámí sino
leria. que la he de encontrar dondequiera que vaya?
En aquel instante entraba en ella, por la Algunos momentos permaneció su fisonomía
parte opuesta, un caballero como de cincuenta sombríamente triste, apareciendo en su noble
años, de elevada estatura y gallardo conti- frente un pliegue de dolor.
nente. Mas sus móviles y hermosas facciones rceo-
Las insignias de muchas órdenes cubrían su braron pronto su serenidad, y sus ojos se fija-
pecho, sus manos blancas y de hermosa forma ron de nuevo en Velazquez, con acariciadora
salían de entre una nube de encajes iguales expresión.
á los que bajaban hasta sus borceguíes. —Para el amanecer los trenes de S. M. la
Seguíale una inmensa comitiva de nobles es- reina y de su Sria. el embajador, que salen pa-
pañoles y flamencos, y una guardia do honor ra el Escorial!—gritó en aquel instante la voz
ni mas ni menos que si fuese una persona del jefe de las caballerizas.
real. —¿Queréis acompañarme, Velazquez? pre-
.Era en efecto el rey de la pintura- Podro Pa- guntó Rubens á D. Diego: deseo que perina-
blo Rubens, embajador de la infanta Doña Isa- nezcais á mi lado los breves dias que he de vi-
bel gobernadora de Flandesy los Paises Ba- vir bajo vuestro hermoso cielo.
jos, cerca de la magestad do Felipe IV. —D. - Ana debe estar en las garras del de
Rubens se dirigió á los aposentos do Velaz- Olivares!—murmuró el duque del Infantado al
quez para visitar su taller, ya que no podia oido del artista español.—Partamos!
verle por hallarse en el Escorial, según le ha- —Soy vuestro, pronunció Velazquez débil-
bia dicho la reina. mente y con acento acongojado.
Al encontrarse con el duque del Infantado, —Pues hasta dentro de cuatro horas, Velaz-
que le habia sido presentado en la recepción quez: os espero en mi cámara con el Sr. duque
por la misma reina; al verle repito, soste- y os ofrezco, á entrámbos, dos asientos en mi
ner en sus rodillas la cabeza de otro hombre cocho. i
desmayado, detúvose Rubens: Rubens hizo un afable saludo y se retiró se-
—¿Queréis que os ayude Sr. duque?—pre- guido de su comitiva.
guntó el ciudadano de Amberes con la dulce —¡Valor, Velazquez! dijo el duque, cerrando
amabilidad que no obstante la arrogancia de tras ellos la puerta de la cámara donde habian
su aspecto le era tan habitual. penetrado.
—Gracias, Sr. embajador, gracias...... ya El pintor solo respondió con esta exclama-
vuelve: contestó el duque, poniondo'junto á la cion:—Vendido por éi!...... ¡Vendido!....... ¡Ven-
nariz del artista desmayado su perfumado pa dido!......
ñuelo.
—¡Velázquez! añadió moviéndole suave- IX.
mente.
—¡Velázquez! repitió Pedro Pablo. Ana.
D. Diego abrió sus grandes ojos negros y «
los fijó ansioso en las personas que le rodea- Pocos dias habian pasado desde aquel en que
ban: cuando su mirada chocó con la de Rubens Isabel de Borbon, Pedro Pablo Rubens, y Dio-
dos lágrimas brotaron de sus párpados. go Velazquez de Silva habian llegado al pala-
Diego Velazquez poseía el mejor retrato que ció del Escorial.
el rey de la pintura habia hecho de sí mismo. Las cuatro de la tarde acababan de dar en
Rubens abrió sus brazos al desgraciado jó- el reloj de San Lorenzo, cuando se entreabrió
ven, que se arrojó sollozando á ellos. una ventana, perteneciente á las habitaciones
—Vuestra vista, Señor embajador es lo úni- del Conde-duque situadas muy cerca de las del
co que pudiera prestar algun consuelo á Velaz- rey: la otra ala del palacio estaba habitada por
quez en la desgracia que le aqueja, dijo el du- 4a reina, la infanta María Teresa, y las servi.
que ayudando ul desdichado á ponerse en pié. dumbresde ambas.
—¡Oh! murmuró Rubens, hi desgracia! ¿no La ventana on cuestión, estaba guarnecida
de espesas celosías; pero no obstante un rayo Sonrió ésta tristemente y nada contestó.
de sol que iba á quebrarse en sus cristales re —El señor conde me dice todos los dias,
flejó un instante, ó liizo brillar con dorados re añadió la criada, que no os permita ni un ins-
flejos una cabeza cubierta de abundantes y ru tante de soledad y de cavilación, porque eso os
bios cabellos. mata.
Aquella cabeza era la de Ana. —¡Pluguiese á Dios! murmuró Ana elevan
Permaneció durante breves instantes silen do al cielo una mirada empapada en lágri
ciosa é inmóvil, cual si fuera una estatua do mas.
alabastro, con la mirada fija en los pinares —¿Poi’ qué queréis morir, doña Ana? sois
que se estendian al frente de sus ojos. Luego una niña, sois bella hasta el extremo, y teneis
apoyó los brazos en el antepecho, dejóse caer amigos poderosos que velan por vos y se inte
en un sitial colocado detras de ella, y sepultó resan por vuestra suerte....... ¿Cómo es posible
la cabeza en sus manos. que os canse la vida?
No era ya la misma Ana que Velazquez co —No lo sé, Estrella, contestó la joven con
noció en Amberes, ni siquiera la misma que ro acento triste: no so por qué, pero yo deseo la
baron al artista las tramas del conde-duque de muerte con todo mi corazón.
Olivares. En los dos dias pasados desde la vez —¿Sentís acaso la separación de vuestro
primera que la'presentó á mis lectores, se ha hermano?
bían hundido sus mejillas y apagado sus —¡Oh sí!...... repuso Ana llevando al corazón
ojos: los suaves y purísimos contornos de su sus dos manos, como si Estrella hubiese tocado
boca habían perdido toda su gracia cándida y en él una herida dolorosa y profunda.
juvenil, adquiriendo en cambio esa laxitud, —Pero hace pocos dias que carecéis de su
que es siempre signo seguro de la total rui vista, y ademas teneis la esperanza do verle
na de la salud. muy pronto.
Largo rato permaneció en la actitud abatida —Esa esperanza la voy perdiendo ya, Estre
en qué la dejamos, al cabo del cual se abrió lla! Cuando el conde me sacó de Madrid me
cautelosamente la puerta de la estancia dando aseguró que me llevaba á la nueva casa do mi
paso á la joven que vimos socorrer á Ana cuan hermano.......y todavía no he podido verle........
do se desmayó en la casa donde la depositaron Luego—continuó la pobre niña vacilando —
sus raptores. luego...... estos últimos dias me suceden cosas
Aquella joven adelantó lentamente algunos tan extrañas...... ¿Porqué me sacaron¡á la fuer
pasos andando de puntillas é inclinando gra za de nuestra habitación del palacio de Ma
ciosamente la cabeza hácia'adelante creyendo drid?....... ¿Por qué me llevaron á vuestra casa
dormida á la pobre prisionera. durante algunas horas para traerme luego aquí?
El aposento en el cual se encontraban mos ¿Por qué me aseguró ese caballero á quion Ha
traba en el lujo de sus muebles la riqueza del rnais el señor conde, que vería muy pronto á
dueño. Las colgaduras, de damasco blanco, Diego si todavía no he podido lograrlo? ¡Estre
estaban guarnecidas de anchos flecos de oro y lla, Estrella!...ese conde ¡me da miedo!..
sujetos con gruesos cordones y borlas de lo —Vamos, D.03 Ana, dijo Estrella con acento
mismo; la sillería, do damasco granate de color dulce y cariñoso: vamos, buen ánimo; quiza no
subido, se ostentaba recargada de iguales ador acabe el dia de hoy sin que veáis á D. Diego.
nos, y cuatro soberbias lunas de colosales di Ana permaneció silenciosa durante un mo
mensiones reproducíanlos objetos. mento: luego alzó la cabeza lentamente, y Es
La joven recien venida llegó por fin junto trella contuvo con trabajo un grito de terror
al sillon de Ana, y se apoyó suavemente en el al notar el semblante de la pobre niña.
respaldo; luego bajó su cabeza al nivel de la Léjos de retratar las facciones de Ana el go
rubia cabeza de la flamenca, para ver si efec zo que debia infundirla la esperanza formulada
tivamente dormiai por los labios de Estrella, se veia pintada en
—¡Dios mió! estais despierta Sra! exclamó al ellas una expresión de profundo áDatimiento.
ver lucir como dos luceros los grandes ojos de En aquel instante apareció detras de uno do
Ana. los árboles del jardin una cabeza negra y ri-
30
118 ALBUM CUBANO
Eduardo III, para contener los suntuosos ex cia.”—Sir, replicó el caballero, no mecsposiblo
cesos á que se habian acostumbrado sus vasa dar crédito á lo que acabais de decir, pues
llos, y que volvieron á aparecer con una espe vuestro arreo y vuestro traje son propios de
cie de furor en el de Ricardo II, anunciando la un verdadero trovador ó juglar. Yo he conoci
caida de la dinastía. do á todos vuestros antepasados los caballeros
liemos bailado en los escritos do un monje y escuderos do vuestro linaje, que eran valien
desconocido el exceso de vanidad que ponían tes y esforzados; pero no ho visto á ninguno
las damas de los tiempos de Eduardo I en 11o- tan extravagantemente disfrazado con el tra
var mas larga que todas las de mas la cola de je que os cubre.-“El escudero respondió: Sir, si
os disgusta mi vestido, pronto voy á despojar
sus vestidos.
lie oido hablar, dice este sencillo religioso, me de él.”-Y llamó á un paje á quien entregó
de una mujer orgullosa que llevaba un vestido su sayo, poniéndose en su lugar otro traje.
blanco de tan desmesurada longitud, que le ar Toda la concurrencia aplaudió tan acertada en
rastraba basta levantar el polvo de los tem mienda.
plos. Cierto dia al salir de uno de ellos tuvo El traje de los hombres aumentó en riqueza
que alzar tan largo colgajo para atravesar una y afeminación de un modo muy notable desde
balsa de la calle, y un santo hombre que se ha el fin del reinado de Ricardo II hasta el de En
llaba en aquel sitio vió un demonio que se des rique VII. Se necesitarla el auxilio del grabado
ternillaba de risa. Habiéndole preguntado poi para describir los anchos vestidos y las man
qué se reía de aquel modo, el diablo le respon gas do encaje que usaban los elegantes de aque
dió con estas palabras: ‘‘Se hallaba sentado so lia época.' Apénas podría hacerse notar una
bre la cola de esa mujer uno de mis camaradas, débil reacción hácia la sencillez do los trajes
sirviéndose de ella como de un carro que lo durante el reinado de Enrique IV, y esta reac
conducía; pero cuando la ba levantado de pron ción fué seguida en el de Eduardo III de un
to, el infeliz ha caido de espaldas y so ba em desbordamiento en sentido opuesto. Todo el si
badurnado con el cieno todo su cuerpo. Esta glo XV tuvo un carácter uniforme de fanfar-
ocurrencia es lo que me hace reir con tanto roñada exterior y de suntuosidad. El lujo se ex
gusto.” tendió hasta los mismos sirvientes.
íl. Fairholt cita otra historia donde se ve Oceleva compuso sobre este asunto un poe
cómo recibían las gentes sensatas las nuevas ma satírico, donde se desencadena contra el or
modas que se querian introducir en Inglater gullo de los criados, la insolente riqueza de sus
ra al terminar el reinadoido Eduardo III, en vestidos, su descaro en llevar mantos de escar
tre otras la del traje que acababa de ser imita lata de doce varas de longitud, con mangas
do de Alemania. que barren el suelo, y que están forradas por
encimadle los puños con pieles que valen mas
Dos hermanos, llamados el uno sir Raoul y
de 20 libras. El buen poeta pregunta cómo po
el otro sir Pedro de Luge, se vanagloriaban
drían defender á sus señores si fueren acome,
de reprimirse en todas las cosas contrarias al
tidos repentinamente, yendo vestidos de aquel
decoro. modo, y siendo así que sus brazos tienen bas
Un dia asistió sir Pedro á un gran banquete tante trabajo con sostener unas mangas tan
adonde llegó—ántes de haber tomado nadie desmesuradas.
asiento en la mesa—un jóven escudero que sa “Mejor defensa podrían hacer las mujeres,”
ludó á los convidados. Llevaba éste un raro continúa amargamente el poetapy preguntán
sayo á la moda alemana, y acercándose de esta dose en seguida para qué pueden servir seme
suerte á los caballeros y las damas, hacia repe jantes criados, acaba por encontrar su verda
tidas reverencias. Cuando le vió sir Pedro, le dera y única utilidad: “No habrá ya necesidad
llamó en alta voz delante de todos los circuns de escobas, dice, para barrer el cieno de las
tantes y le preguntó dónde tenia su viola, calles, porque bastarán para quitarlo, ya esté
[odylle, filldle] ó su rabel (ribible) ó el instru húmedo, ya seco, las mangas flotantes de esos
mento de que se sirviera como juglar. “Señor, insolentes y desvergonzados lacayos.”
respondió el escudero, ninguno de esos instru
***
mentos pertenece á mi carrera ni á mi cien
DE LO BUENO Y LO BELLO, 121
1
truo coronado daba fiestas suntuosas. La púr afligida. Yo sé que hoy es moda rodar coche, sa
pura, las joyas, y los perfumes eran entonces crificarlo todo á las brillantes apariencias, son
eu Boma tan indispensables como el aire que reír coronada de perlas aunque se halle do due
sostiene la vida. Nunca sin embargo habían lo el corazón. No faltaré pues á los decretos de
devorado tantas miserias el corazón de la ciu la deidad á quien rindo culto. Pero ¡ay! madre
dad eterna. Nunca el mayor número se habia mia! Mis lágrimas corren al pensar que el ge
visto tan indigente en medio del desenfre neroso y amable Carlos no posee las riquezas
nado boato que ostentaba la minoría. Nerón del feo, áspero y egoista D. Jorge. ¡Me hubie
cayó pues do su insolento trono derribado per* ra considerado tan feliz unida á Carlos, á mi
el odio nacido de sus crueldades y por la indig querido Carlos!
nación que inspira á los desheredados el insul —Decídete en tal caso por él, objetó la. ma
tante auge de los usurpadores. má conmovida.
çDesde muy remotos siglos el célebre Sarda- —¿Me juzga V. también tan loca que prefie
ñápalo habia ofrecido patente ejemplo de los ra un hombre sin caudal á un hombre rico, la
males que origina el lujo. La Asiría infeliz, em medianía á la opulencia? ¡Oh! No, señora! No
pobrecida y degradada bajo el mando do un soy tan irreflexiva como V. se figura. El lujo
príncipe que existia únicamente parala pompa vale mas á mis ojos que el pasajero amor, la
y la voluptuosidad, se levantó al fin contra su fortuna de D. Jorge que el cariño de Carlos.
indigno jefe. El lujo jamas ha producido héroes Esposa de éste pasaría en el mundo desapercibi
como la sobriedad y la sencillez. Padre por el da como tantas otras; consorte de aquel llama
contrario de los vicios, debilita la fuerza moral ré la atención con mis carruajes, mis lacayos,
y destruye el físico-vigor. Sardanápalo vencido mis trajes espléndidos y mi costosa pedrería.
pronto por los que no se enervaran á imitación Entonces, mamá, los mismos quo ahora apenas
suya en los brazos do la molicie tuvo, para evi me saludan me rodearán, me acatarán y mo
tar ignominiosa muerte, que formar una inmen adularán. ¡Qué necio llanto he derramado por
sa pira en la cual se quemó con sus tesoros. una inclinación de novela fundada en fugitivas
De una semilla mala no pueden brotar buenos ilusiones! Merecería que todos do mi simpleza
frutos. se burlaran.
Tan triste concepto habían formado los anti •lié aquí un lenguaje verdaderamente des
guos del lujo, que Julio César lo eligió por más consolador en unos labios do veinte años. ¿Po
cara para ocultar sus ambiciosos planes. Nadie drá ser buena esposa quien camina al ara nup
desconfió de él miéntras ocupado en aparien cial guiada por semejantes pensamientos? ¡Ah!
cia de un brillo frívolo, trató de vencer á los No sigamos escuchando á la pobre esclava del
patricios mas opulentos con el esplendor de su lujo, amiga lectora. Ya hemos oido lo bastan
traje y con el fausto de sus banquetes. El lujo te para convencernos de la clase de ideas que
no estaba de moda entonces. Aunque siempre él inspira.
ha poseido tantas cabezas como la hidra de Permíteme empero designarte aquella dama
Lerna, el buen sentido público se las cortaba á la cual todos solícitos sonríen y de la cual to
todas sin dejarse fascinar por sus ojos do dia dos murmuran en secreto. Gasta un lujo supe
mante. rior á sus recursos, un lujo que debiera rubori
Pero sin duda las cabezas del lujo renacían zarla por las sospechas que suscita. ¡Incom
como las del monstruo fabuloso, pues hoy lo prensible sociedad! ¿Cómo á criticar te atreves
vemos recorrer en triunfal carrera los países los errores que engendras? ¡Madre desnaturali
civilizados. Si murió en aquellos tiempos ha zada! ¿Cómo osas avergonzarte de la hija á
resucitado en los nuestros lleno de una confian quien has perdido? Y esa mujer desconceptua
za en sí propia que no manifestaba ántes. La da por su loca vanidad es sin embargo mas im
moda lo protege y por lo tanto hay muchas víc prudente que culpable, pues comprando con
timas aunque lo nieguen sus partidarios. ¡Escu mil privaciones domésticas su mentida pompa
chemos! Creo que esa linda joven que llora ha la paga con su honor. ¡Qué caro cuesta á menu
blando con su madre es una de ellas. do la adquisición de un arrepentimiento!
—Sí, mamá, exclama suspirando la hermosa Elevaré hoy por todos lados unánime clamor
DE LO BUENO Y LO BELLO. 123
___________________________________________
*
contra la propagación del celibato que trae con de Marruecos. Tules, perlas y flores componían
sigo la inmoralidad. “¡Los hombres se han vuel su atavío, que guardaba armonía encantadora
to horriblemente codiciosos, y solo se casan las con la gracia y la juventud do la que con ma-
herederas ricas!” repiten muchas madres de gestuoso garbo lo llevaba. Quede la cargazón
jóvenes casaderas. ¡Eli! Poco á poco, queridas de preseas para aquellas que no pudiendo dis
señoras. El sexo masculino tiene bastantes cul tinguirse por su mérito ni su buen gusto tra
pas sobre su conciencia para que no necesitemos tan do compensar su insignificancia con la
atribuirle injustamente una mas. En el nuestro aglomeración de los adornos.
consiste que Himeneo no vea su templo mas Al romper lanzas no en pro sino en contra
frecuentado. Ahora pretendemos todas andar del lujo, creo defender la verdadera convenien
en coche, arrastrar seda y llevar pedrería, ahora cia femenil. Tú, lectora mia, que tantas veces
de consiguiente para vivir en armonía con las has visto en la escena musical á la infeliz Tra-
generales aspiraciones y con las tendencias do viatta morir si giovane entre los tormentos do
la época necesita el hombro al contraer matri una terrible expiación, has contemplado en ella
monio construir de oro sus dioses lares. Y co otra víctima do ese corruptor de las costum
mo el número do los pobres supera en todas bres. Margarita ó FwZeíía, como quieras llamar
partes al de los ricos, hé aquí esplicado por que la, se lanzó en brazos del vicio no por depra
abundaban mas los maridos antaño que ogaño. vación natural ni á impulsos de designios amo
Créelo, discreta lectora: nuestro propio in rosos: deslumbrada por los resplandores del
teres nos manda oponernos á que la Moda aca lujo, como la mariposa por la pérfida llama que
bo de formar alianza con el Lujo. No permita ha de destruirla, corrió delirante hácia él sin
mos que la virginal sencillez con que poco há reparar que para alcanzarle atravesaba cena
se prendían las señoritas do la Habana paso al goso camino donde manchaba inmundo lodo
estado de tradición, no olvidemos quo para di- su blanca vestidura. ¡Desdichada! Cuando tocó
vcrtirnos.cn una fiesta no es preciso quo deje do cerca las miserables espinas'que suelen es
mos la ruina en nuestro hogar, y nos irá me conderse bajo dorados velos y cachemiras es-
jor con una conducta tan prudente que como quisitas, ya se habia extraviado para siempre
nos va con las desmedidas pretensiones. en el dédalo do la corrupción. ¡Pobre Margari
Es ademas el lujo un dragon insaciable que ta! ¡Pobres mujeres todas las que sacrifican su
nunca se siente satisfecho. Ni todos los dia conciencia á un collar de brillantes ó á un pren
mantes de Goiconda, ni todos los topacios del dido superior á sus recursos!
Brasil, ni todas las perlas de Oriente logran Pero ya he predicado bastante,' confiando,
contentarlo. Infinito como el deseo, exigente según indiqué ántes, en que como estamos en
como la vanidad, fantástico como la-imagina- cuaresma llevareis á bien mi sermoncito. La
cion, pide de continuo nuevas ofrendas, y se imaginación ahora no osa ocuparse do mate
mejante á las serpientes fabulosas que en los rias frívolas. Cediendo á la influencia del tiem
cuentos árabes emponzoñaban el ambiente con po santo, recoge con respeto las alas.y no nos
las emanaciones de su boca do rubí, de sus ojos distrae con profanas ideas en la casa de Dios
de zafiro y de sus escamas de ópalo, al embria donde todas en la actualidad nos prosternamos
gar el alma la envenena, y al seducir el cuerpo pensando como eso gran poeta que so llama
lo destruyo. Víctor Hugo:
Complázcome en repetiros, al mostraros en ¡Out! Au déclin des ans corne au matin des jours
el Lujo un fantasma de mentidos goces que Joie, extase, ou martyre
oculta bajo su magnífico manto raquíticas mi Un autel que rencontre une femme a toujours
serias, que la Elegancia no depende de él. ¿Son Quelque chose à lui dire\
por ventura mas bonitas las joyas que las ro
sas, mas poéticos los terciopelos y tisús que la Yo os diré también que para estos sérios dias
aerea tarlatana y la matizada granadina? Ee- la moda exige trajes de colores oscuros, negros
x cerdad lo vaporosa y gentil que apareció la encajes y ricas mantillas á la española, con
Sra. C....... de S....... A.......en el uotable baile centro de gró ó terciopelo guarnecido do blon
con que se celebró en Palacio la gran victoria das. Dos hermosos vestidos en consonancia con
124 ALBUM CUBANO
Æn mi calidad de tal no pretendo enseñarle Do que yo siento es que se fueran los ele*
nada al público; no es mi norma ni instruir de fantes sin dar su beneficio. Ya ellos prepara
7•
leitando ni deleitar instruyendo. ban una canción de su pais para esa noche.
Esto sobro ser muy viejo es muy clásico y No dudo que hubieran sido muy aplaudidos
no pegaria mucho en la época de turbulento y hasta coronados al final en medio do una
romanticismo que atravesan os. lluvia de oro y luces de Bengala &c., &c.
No pretendemos tampoco dar nunca opinio Observo ahora que dije que se habian ido.
nes sobre ninguna materia. Somos demasiado Un rugido formidable que oigo al pasar por la
modestos para tanto. puerta dé Monserrate me advierte que solo
Cuando mas escribiremos nuestras impresio han cambiado de domicilio y están en el circo
nes personales,y el público que nos conocerá y de fieras.
sabe todo lo que podrémos dar de nosotros Pero no sé que les encuentro: no me pare
mismos, sabrá entonces á que atenerse. cen los mismos que habia visto ántes,
Concluyo aquí mi preámbulo que iba siendo Dos noto muy tristes, sin duda por haber a-
ya demasiado largo. Pero no quería ser menos bandonado su primera morada en la cual so
que nadie y en tiempos como el presente en hallaban muy bien.
que todo el mundo hace profesiones de fé, yo Puede ser que tengan nostalgia que es en
también debo hacer la mia. fermad de gente grande.
llasta el siglo XIX ha escrito y publicado la Da compañía de ópera se llevó la música á
suya. Dígalo si no M. Eugenio Pelletan que de otra parte con gran dolor de unos y gran sa
médico que era ántes, quiso elevarse algo mas tisfacción de otros.
y se convirtió en truchimán del siglo. Bien es verdad que en las numerosas fun
Y la plaza promete porque el libro ha hecho ciones que nos ha dado, ha habido algo de bue
ruido. no y mucho de malo. Pero la dejaremos en
Sentados estos preliminares que son de su paz porque sus hechos pertenecen ya á la
ma importancia, sobre todo para mí, comienzo historia antigua.
•mi revista. A mi modo de ver lo mejor que dió de sí fué
« Do que va de ayer á hoy!!... es la primera el agradable nortecito que comenzó á soplar
■reflexión que se me ocurre. en el momento en que la última parte, de las
Ayer nos sobraban las diversiones, eran tan muchas en que se descompuso, partia para
tas que casi nos vimos expuestos á morir de Charleston.
plétora. Nada mas dulce que un viento del Norte
Hoy nada ó casi nada. después de los horribles hálitos del Sur que or
Del Circo de Chiarini que por tantas noches dinariamente esperimo ntamos.
consecutivas mereció la protección del público, Y cuando como el presente es algo fresco,
no quedan ya ni los restos. me abrigo con sumo cuidado y me voy á visi
En el lugar en que ántes se levantaba no hay tar los panoramas.
hoy mas que polvo que hollamos indiferen Da ilusión entonces es completa. Nadie me
tes. ' quita la idea de que estoy viajando por las ca
¿Qué se hicieron los saltos de la aplaudida pitales de Europa.
mariposa, las gracias de los payasos, las ha Da Habana con norte es un verdadero pa
bilidades de los caballos y mulos? raíso. ¡Con cuánto placer lo sentimos venir y
¿Qué fué de tanta invención con cuánto gusto presentamos nuestra frente
como trajeron? abrasada á los besos amorosos de esa will fan
tástica, como decia el malogrado Periquito que
Ni una lápida, ni una inscripción que recuer ni por estar entre ellas so quiso quedar con nos
de sus pasadas glorias. Así pasan las glorias otros.
de este mundo. Marctzeck también se fué.
Y sin embargo ese pedazo de terreno fué u- No nos ocuparemos ahora de si prometió y
na mina para su empresario. Venga otro, cavo cumplió ó dejó de cumplir. El que como yo no
ia tierra y encontrará el mismo filon. cree nada de lo que le ofrecen, y mucho ménos
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126 ALBUM CUBANO
á quien ya nos ha engañado otras veces, lleva kas, walses, cuadrillas están allí de mas. Son
la mitad del camino andado. demasiado aristocráticas.
Sin embargo ha corrido mas de una historia Obsérvese si no como se disminuyen las pa
sobre las circunstancias de su viaje. Para mí rejas cuando á la orquesta le ocurre la pésima
es cosa muy sencilla. idea de tocarlas: si eran sesenta se reducen á
El intrépido director de orquesta se oia lla diez á lo sumo.
mar por todos el Napoleón de los empresarios El que quiera gozar de un cspctáculo fantás
y en conciencia no podia ménos de reconocer tico, romántico, ideal, digno del pincel do un
que ninguno de sus hechos en la Habana te Goya ó de un Callot, y que una vez visto no
nia nada do imperial. puede apartarse nunca do la monte, súbase á
Poro observó que su situación actual en un palco del tercer piso en los momentos de
nuestra isla era idéntica á la del primer Napo apogeo del baile y mire lo que pasa á sus
leon en la isla de Elba. pies.
Así como este se hallaba rodeado y vigilado ¿Qué es lo que ve? Primero nada: todo le pa
por los ingleses, él también era perseguido por rece á un océano en continua y violenta ajita-
otros que á pesar de no haber nacido en Ingla cion, fije mas su atención y entonces le parece
terra no por eso dejaban de ser ingleses. rá un vasto y estrambótico mosáico compuesto
Y para que la semejanza fuese completa, así de las piezas mas extrañas.
como el famoso emperador se embarcó de re Ciertamente que producen un gran efecto
pente en una frágil barca burlando las ilusio esa infinidad de cabezas, unas cubiertas, otras
nes de todos, así también el famoso empresario descubiertas, y sobre ellas la mas grande co
se lanza en un barquichuelo y miéntras los in lección de sombreros que el mas celoso anti
gleses lo buscan por todas partes, él desembar cuario ó naturalista pueda llegar á reunir des
ca incólume en el continente y allí se dispone pués de muchos años de pacientes y laboriosos
á reconquistar el mundo en otros cien dias. esfuerzos.
Por consiguiente en lo adelante no le dis~ Sobre eso océano animado, gigantesca fan
putaré nunca el dictado de emperador. tasía de un artista en delirio se eleva una nu
Todas las diversiones una por una iban desa be espesa formada por el polvo que levantan
pareciendo y á la nada hubiéramos quedado los pies, y el humo que despiden las bocas de
relucido sin la noticia de la toma de Tetuan los fumadores.
que fué causa do una serie de brillantes fies Parece verdaderamente que son las nubes
que según la curiosa opinion del vulgo van á
tas.
Pero ya mi antecesor en el puesto de revis beber agua al mar.
tero ha agotado la materia. Y apesar de haber tanta gente y tanto mo.
Una diversion sin embargo quiso pasar cu si vimiento, p-oco ó ningún ruido. Las parejas no
lencio y do la cual no puedo yo menos que ocu piensan mas que en bailar y no se hablan una
parme:—el baile de Tacón, palabra.
Embriagado por el arte divino que le inspiró De cuando en cuando se oye solamente que
tan bellas ideas, no ve en el teatro mas que las alguno con difraz diga á otro sin él: “Me co
óperas y olvida los bailes de máscaras. noces, mascarita?”—Y la máscara es el que ha
Los bailes del Teatro son de máscaras por bla.
que muchos van con ííireta y con trajes soi-di El ruido incesante de la orquesta aparece
sant históricos. dominando todo ese estrambótico conjunto, co
Para serlos verdaderamente les faltan varias mo la trompeta final dominará los ruidos del
cosas, sobretodo la broma, el chiste, la picante último dia: páseseme lo fúnebre do la compara
causerie quo es el atractivo de esas diversio ción.
nes. Dígase lo que se quiera, tienen las contra
Allí no se va mas que á bailar; la numerosí danzas cierto no sé qué, cierto chic particular
sima concurrencia que á ellos acudo no quie que siempre agrada.
ro otra cosa. Prescindamos ahora de si conservan con mu
Y á bailar contradanzas solamente: las pol cha ó con poca claridad su origen africano,'su
DE LO BUENO Y LO BELLO, 127
olorcillo á tango, poro ¿puede negarse que tie mo mas. Casi no vacilo en decir que es lo me
nen un aire muy especial y muy suyo que es jor que he visto de ese poeta.
inútil buscar en ninguna otra parte? Esto quizas lo tomarán algunos por una exa
En todas ellas se observa, excepto las que geración, tratándose nada ménos que del autor
están escritas sobre temas de ópera italiana. de Flor de un dia-, sin embargo no me arrepiento.
Estas francamente no me gustan; es hacer de Prefiero los chistes satíricos de Vatel al con
dos cosas buenas una mala. tinuo gerimiqueo de Lola, piego y comparsa.
¿Hay nada mas desagradable que oir las mas En esta zarzuelita está Rojas inimitable.
patéticas melodías de la Sonámbula y do otras ¡Con cuánta intención dice aquello de
piezas convertidas en aires de bailo, cuando las
danzas no necesitan de eso para ser bellísimas? sin saber literatura
Pero dejemos los bailes de Tacón que sin ¿cómo quieres guisar bien?
quererlo y sin cesar vuelven á la memoria mía,
Me desternillo do risa cuando lo veo ponerse
y ocupémosnos de la compañía do zarzuela
el casacon por si llaman al autor, cuando por un
que es la única que ha quedado dueña del
plato mal compuesto se considera deshonrado
campo. á los ojos de la Europa, cuando le dirige aquel
Excepto el paréntesis guerrero que abrió en
tierno adiós á las cazuelas y fogones, sus ensue
Villanueva un drama belicoso', (así rezaba el
ños de gloria, y en otros mil rasgos que ahora
cartel). no recuerdo.
D. Enrique Zafra tomó á Tetuan sin efusión
Novedad también, aunque do otro género,
de sangre. fué el fin do fiesta que se improvisó con el títu
A posar de toda su bélica tramoya el drama
lo de Guángara tropical para el beneficio del
en tres actos que se representó el otro dia con
Sr. Gran.
ese título es una obra literaria:^díganlo si no
No necesitábamos del adjetivo para saber
las numerosas tiradas de versos ó parlamentos,
que el hecho pasaba en los trópicos, porque ya
como dicen los cómicos, que hay en él.
el nombre por sí solo lo indica.
No son los contemporáneos los mas propios
La palabra guángara quizas no esté ni en el
para juzgar imparcialmonte una obra. Por tan
diccionario de D. Esteban Pichardo, pero no
to nos lavamos las manos.
hay duda que vale cualquier cosa para expre
Puede que paso á los remotos siglos sar la alegría bulliciosa y desordenada de cier
Y la posteridad sabrá apreciarla, tas gentes.
como dice no sé quien en el Otelo. Nada hubiera tenido do notable la tal guán
La empresa de zarzuela ha comprendido que gara si la Srta. Ramirez no se hubiera presta
necesitaba presentar novedades para merecer do á cantar en carácter la bonita y popularísi-
del público un completo favor, y así nes ha da raa canción “La Mulata.”
do várias piezas nuevas y ha puesto en escena Y hay que convenir en que no se podia ha
con mucho esmero otras ¿viejas. cer mejor. ¡Con qué gracia la cantó! Estuvo
Una de ellas ha sido la intitulada “Quien igualmente felicísima en la imitación del aire,
manda, manda.” Lo cual á primera vista pare de la fisonomía, de los adornos del vestido y de
ce una perogrullada: pero no lo es. la cabeza, de los movimientos, del modo de
Es tan cierto como si dijéramos: quien can echarse fresco con el abanico, en fin, de todo.
ta, canta. Demostró en esa bagatela su buen talento ar
La comedia pasa en tiempo de Napoleon; tístico.
bien es verdad que lo mismo pudo haber pasado Lo cual no es mucho decir cuando sucede á
en tiempo del rey que rabió. cada paso, como lo hemos visto, que á cual
Por lo demas ni Napoleon se ocupaba en con quier artista por un quítame allá esas pajas se
certar matrimonios tan ridículos, ni elevaba á le llama un genio.
ningún coronel al grado de general seis meses En nuestra época es muy fácil tener genio.
después de una campaña. Poreso sin duda lo tienen tan malo los coche
El Cocinero que es del mismo autor que la ros y los mozos de café.—Genus irritabile.
anterior, el Sr. Camprodon, me gusta muchísi Pero era verdaderamente difícil imitar bien
128 ALBUM CUBANO
ese tipo tan curioso y tan original que parece —¿Qué has hecho ahí, Diosa pensativa? le
producción exclusiva de la zona tórrida. preguntó Júpiter.
Con unos grados ménos del termómetro el —Madamas que un simulacro, contestó ella;
tipo desaparece por sí mismo, se volatiliza, se pero tú, señor, envíale un soplo de vida.
evapora, ó por mejor decir, se congela. —¡Que viva y me pertenezca! exclamó el pa
Por eso mismo llama profundamente la aten dre de los dioses.
ción del que lo observa por vez primera; por —¡Oh, no, interrumpió la Diosa; déjamelo!
eso mismo tiene tan marcados todos sus carac Entonces llegó la Tierra, y dijo:—Ese sérmo
teres. pertenece, porque ha salido de mi seno.
—Esperad, repuso Júpiter, hé aquí quien va
Punto de transición entre dos razas, á decidir nuestra contienda.
Dos principios diversos la coloran: Era Saturno.—Que sea de todos vosotros—
El Cáucaso por suya la reclama dijo el dios prudente y sabio—así lo quiere el
Como suya el desierto la pregona. destino. Tú, Júpiter, que le has dado la vida,
Que así so decia en una bella composición es recobrarás su alma después que muera.
crita en Madrid con el objeto de hacerles com Tú, oh Tierra, tendrás su cuerpo; no tienes
prender toda la originalidad del tipo á los que derecho á mas.
no lo hubieran visto. Pero tú, Tristeza, que eres su madre, le po
Y aquí punto final, que me figuro que los seerás miéntras exista; nunca te abandonará, y
lectores y yo nos vamos cansando. Con que a se prolongarán sus sufrimientos hasta la tumba.
rivederci. De esta manera fué constituido el hombre.
Atta Troll.
ADVERTENCIAS. 1
ANECDOTAS.
Berruguete, pintor famoso, entró una vez en Habiendo llegado á nuestra noticia que
el obrador de otro artista igualmente distin ala-unos señores suscritores—noticiosos de
guido, y no hallándole y viendo un lienzo que la próxima partida de la directora del AL
representaba una hermosa dama, le pintó una BUM CUBANO—expresan recelos de que
mosca en la frente, y se marchó en seguida. Al puedan sufrir alteraciones la redacción y re
volvei- á su casa el autor del cuadro notó la parto del periódico, nos apresuramos á ase
mosca, y tan natural estaba que comenzó á so
gurarles que la ausencia de la Sra. de Ave
plar para espantarla. Cuando echó de ver la
llaneda—que será muy corta—no producirá
burla comprendió desde luego que era Berru
guete el que se la habia hecho; y buscando oca el mas leve trastorno ni en la parte literaria
sión de entrar en su morada cuando estuviese ni en la administrativa de esta publicación.
ausente aquel, pintó en una tabla que halló á Los trabajos quedan preparados por dicha
la entrada de su taller, un perro en actitud fu Sra., y su dirección activa será la misma au
riosa. Entrando al dia si guíente Berruguete sente que presente.
vió aquella horrible figura, que tal parecía ve El Editor.
nírselo encima, y tomando precipitadamente
una escoba que encontró á mano, comenzó á
darle tremendos escobazos. Conoció entonces
Siguen de venta en la librería de Charlain
su error y admirando la habilidad de su com y en la Secretaría del Liceo, los poquísimos
pañero, fuese luego á verle y lo abrazó prodi ejemplares que aun restan de las poesías de
gándole alabanzas. la Sra. Avellaneda, á$l 4 rs., así como las
EL HIJO DE LA TRISTEZA. novelas Espatolino á 5 rs., Dos mujeres, á
Cerca del torrente que murmura, estaba la SI; y los dramas Baltazar á 6 rs., y Tres
Tristeza sentada y silenciosa; meditaba y su amores á 5 l’S.
> mano modelaba una figura de arcilla.
ALBUM CUBANO
DE
LO BUENO V LO BELLO.
la negativa con que se pudiera contestarle nosotros perdonando á los culpables. Le des
se baria mas difícil en este caso que si se pedimos y para consolarnos le devolvemos
tuviera que comunicar á una persona ausen el dulce título que aumenta la gravedad de
te. Todavía- se hace la frase mas enérgica nuestra negativa.
manifestando que el que está presente es Cuando el pordiosero recíbelo que le dais
pobre, menesteroso, que se encuentra nece de lo superfluo responde simplemente:
sitado, falto de lo preciso para sustentarse y Dios os io pague, el Señor os dé salud, dando á
esta consideración hace nacer lógicamente la entender así que no es á él á quien habéis
idea del hambre y se piensa en las exclama favorecido sino á aquel en cuyo nombre ha
ciones de dolor que se oirán en su casa, si establecido la súplica y como si supiera que
tiene familia, en los insalubres alojamientos le ha servido de regocijo vuestra buena ac
en que vivirá y de suposición en suposición ción, encarga que os dé el mas apetecido de
se llega al conocimiento de la verdad, que todos los bienes, la mejor de las riquezas, lo
es lo que él desea. Pero el pobre que se os mas valioso, lo mas apreciable, la armonía
acerca no es solamente pobre, sino que es de las funciones del organismo. Como la li
ciego y lo dice porque tiene la esperiencia mosna es una deuda contraida con Dios, él la
de que muchos no reparan en esta calami pagará y para eso derramará sobre vues
dad y quisiera haceros comprender mejor su tra cabeza el óleo y el vino de la salud.
estado, definiéndolo en una palabra. Si le de Franco y sencillo el ciego indigente en la
cis que no teneis que darle, proseguirá su ca manifestación del objeto que se propone, no
mino, porque ¿qué otra cosa agregaria para mezcla accesorios extraños, no se vale de
conmover al cpie no se lia conmovido ya? pomposas palabras, no insiste en su propósi
Cuando se llamó ciego se - comparó con a- to; da á su gesto, á sus miradas, á sus mo
quel á quien se dirigia y dió á entender que vimientos un aire de humildad que conmue
él no podia apreciar en los objetos ni el ta ve, endulza su acento con tono patético, y
maño ni la foima, ni su estado de repeso ni cumple así sin saberlo con las leyes de la
su estado dé mevimiente: estableció en oratoria sublime. Nose ha dirigido al pensa
su mente un paralelo con el hombre que ve miento, sino al corazón, no quiere hacer
y echó de ménos las incomparables ventajas pensar al que oye sino hacerlo que sienta, no
del que abarca tantas cosas bajo el ángulo se propuso ostentar galas de estilo y sin em
visual' Todavía le queda algo mas para con bargo se ha expresado en términos que en
cluir la súplica, le queda el complemento cierran positivas bellezas literarias. Unidad
de la oración, el último recurso déla elo en la proposición, desenvolvimiento lógico
cuencia: por amor de Dios! No pone el caso de ideas, gradación rigurosa en las pasiones
en acusativo por que parece que Babe que que solicita despertar en los otros, recitación
los hombres no se aman mucho unos á otros elocuente, todo lo reduce á pocas voces, to
ni tienen creencias arraigadas, y así indica do lo dice sin pertuibar la atención ajena.
que Dios pide por él, que Dios lo ama, que Reflexionando un poco sobre esa gente
el que da al pobre, según lo recuerda desventurada que compone la gran mayoría
Victor Hugo, hace un préstamo al Señor de de los habitadores de la tierra y echando u-
cielos y tierra. na ojeada Inicia el pequeño monton de afor
Cuando se niega la limosna todos respon tunados que pudieran dar de comer al ham
den con la misma frase:—-perdone, hermano. briento y vestir al desnudo, no seria fuera
¿Y qué significa esto? Que se reconoce te de propósito pensar que conviene á la armo
ner contraida una deuda con el hombre que nía del mundo moral esta divergencia en
suplica y reclamamos su bondad por uo ha los destinos humanos. La queja de los unos
berla cumplido, que hemos faltado á nues excita la dormida piedad de los otros y es
tro deber y queremos que él sea mejor que materia juzgada que el engendro del amor
DE LO BUENO T LO BELLO. 131
y la caridad lia de perfeccionar las socieda Muchos pueden ser pobres porque tal
des y purificar la atmósfera de los sentimien vez sean virtuosos y si á uno de estos negáis
tos. El dia en que los pueblos comprendan la limosna ¿á quién habéis ofendido? ¿á quién
la limosna, se acabarán los pordioseros y el habéis infamado? Habéis ofendido á la socie
trabajo subdividido se liará la ley de conser dad en que vivís estableciendo 'el descrédito
vación universal. de un sentimiento noble y os infamáis á vos
No entendais esta ley como desgraciada mismo echando sobre el alma el velo lóbre
mente la entienden muchos, como una excu go de la crueldad. ¿Ysi ese ciego que implo
sa del egoísmo propio, como un recurso con ra vuestra misericordia es un poeta, un hé
que se cierra la puerta al mendigo, porque roe, un historiador? ¿si es Homero, Ossian,
bay veces en el estado actual que el trabajo Milton, Belisario, Prescott?.,., ¿si es un her
es una limosna, ni presumáis que pueda de mano en la literatura, en las ciencias, en la
fenderse la pereza personal, ni es argumento religión? Doble es el motivo en esta circuns
de importancia que haya explotadores de la tancia para obligaros áliacer el favor y aquel
piedad ajena. En el dia mejor del mundo á cuyos ojos no se escapa nada de lo que a-
siempre habrá pobres, porque el niño, el contccc aquí abajo, aquel de quien se dice
ciego, la viuda, el enfermo, no podrán cami que atiende á las evoluciones de los orbes
nar, niver, ni sustentarse, ni moverse, sin el en los campos del infinito y que regulariza
auxilio de los demas. Cuando la ley del tra la vida fugaz del insecto microscópico para
bajo reparta por igual sus beneficios, ya la el que es un mar profundo una gota de rocío,
caridad habrá colocado sus piés desnudos aquel que es el amor y la caridad según la
sobre el polvo terrestre y en el apoyo recí palabra del Santo, es el que debe tener en
proco habrá encontrado un sepulcro la mi cuenta vuestro préstamo y el que en la hora
seria. del saldo tiene que pagar con usura.—
La hospitalidad no es sin embargo una ¡Cuántos de esos nobles trabajadores del
novedad para los hombres, ni hay quien re pensamiento ban ido de puerta en puerta
quiera la enseñanza de un instinto que ha implorando la caridad pública y sin embar
cia salir á Abraham en su trémula vejez al go no podria llamárseles perezosos, ¿jorque
encuentro de los viajeros y que decidió á han empleado años enteros en la adquisición
San Bruno á repartir sus riquezas entre los de conocimientos qne suelen producir re
necesitados; un instinto que embellece laru- compensas mezquinas! ¡Cuántos geniossupe-
dezade las costumbres de los hijos del Orien riores han tenido que proseguir su camino
te bajo las tiendas nómades y que_es la mas porque hallaron cerrado un palacio y tal
encantadora demostración del progreso de vez echaron de ménos la tienda del nómade
las naciones. del desierto en que se detuvieron cu un dia
Desarrollado el interes, el siglo toma un de viaje!—No seas tú, mujer de estas tierras
aspecto de rigor y se hace poco caso del ser hospitalaria?, la que rechaces al que busca
que sufre: cada cual procura echar léjos de un pedazo de pan, la que despidas de tu casa
sí toda idea desagradable, pocos van á bus al niño huérfano que tiembla de fiáo, la que
car á los indigentes en sus hogares solitarios; esquives presentar tu brazo al anciano vaci
la ambición general asiste á los lugares en lante, Ja que no escuches la triste voz del
que baya compra y venta: el espíritu co que pide á sus hermanos una limosna por
mercial es el que preside á las acciones de amor de Dios!
las masas, el materialismo reinante es el que
pretende dirigir el gran movimiento de las Juan Clemente Zenca.
ideas y por debajo de estas horcas candi ñas
es que tienen q-tíe pasar el amor y la cari
dad.
132 ALBUM CUBANO
esta conciencia no escribiría. Su desaproba dejando á parte, por no ser, ni del caso ni
ción puede ajar su gloria; tal vez hasta im de nuestro propósito, la mayor ó menor jus
pedir su nacimiento y desarrollo; jamas po ticia de aquella elevada recompensa ¿se ha
drá llegar á rebajarle en su propia estima bría conferido al decano de nuestros escri
ción. En pié, rodeado de los escombros del tores, si solo hubiese escrito sus Nevadísi
hermoso templo que pensó levantar á la pos mas Silvas á la América, al descubrimiento
teridad; firme el ademan y serena la frente, de la Vacuna, á la invención de la imprenta
devuelve á sus contemporáneos ofensa por y su patriótica tragedia de Pelayo? No, se
ofensa ¡desprecio por injusticia! Pero ¿es es guramente. Nosotros no hemos visto en a-
ta, por ventura, una existencia envidiable? quella coronación una consagración litera
Y cuando, acaso después de mil naufragios ria, sino una ceremonia política. Mas se hu
luce para él el dia de la fama ¿puede com bo de pensar en el Panteón del Escorial que
pensar un momento, por mas brillante que en La invención de la imprenta; mas en las
sea, una vida entera de sacrificios y dolores? opiniones políticas del hombre, que en las
No. ¡Nada hay palpable en el renombre lite elevadas dotes del escritor y del poeta. Si el
rario! credo político del venerable Quintana hubie
La creación afortunada, la obra inmortal, se sido otro, es bien seguro que no hubiese
el divino destello de la suma inteligencia, es sido coronado ni por aquellos hombres ni
una piedrezuela arrojada por la mano de un en aquellos dias.
niño en el inmenso océano del tiempo. Se- ¡Dichoso, mil veces dichoso el escritor,
páranse un punto las aguas; una leve agita que, cualesquiera que sean sus personales
ción riza un instante su superficie; pero amarguras, llega á alcanzar la verdadera po
pronto se cierra de nuevo el insaciable gol pularidad! ¡Dichoso el que, como Beranger
fo, ¡y al rededor del hombre queda única en Francia, llega á ser el eco de las costum
mente un débilísimo recuerdo! Acaso se ex bres ó de las glorias de su pueblo; ó como
tienda su impresión á otros pueblos, á otras Bernardino dé Saint-Pierre, en su Pablo y
edades; ¡pero durante la vida del poeta, la Virginia, ó Kschoke en sus Paginées de un
huella de su creación se va gradualmente cura de aldea., hacen brotar lágrimas de ter
debilitando hasta quedar borrada del todo! nura y simpatía, narrando sencillamente la
las bagatelas del dia, la mezquina política, historia tan infinita como varia del corazón
1rs viles intrigas, las inmundas camarade humano!
rías, ocupan la lengua, llenan el pensamien La literatura actual anda lastimosamente
to y hacen gemir las prensas de sus-contem- extraviada. Han pasado, es verdad, el ateís
poráneos. ¡Infeliz del poeta que sobrevive á mo impío y el infecundo materialismo que
la edad de la producción, porque se sobrevi reinaron tan despóticamente en las obras de
vo á sí mismo! Si Voltaire en Francia, y fines del pasado siglo; pero la reacción hácia
Goethe en Alemania, se libertaron de este la fé y la moral verdaderas no es sino apa
anatema, no lo debieron precisamente sino á rente. En nuestros dias se ha deificado el
aquello que deshonró su genio: el primero vicio; se ha hecho ó- pretendido hacer he
á su escepticismo revolucionario: el segundo roísmo el crimen. No parece sino que, gas
á su infecundo materialismo. tado el corazón y la fantasía de la genera
En nuestros dias, ayer puede decirse, he ción actual, necesitaban de crímenes y hor
mos presenciado en nuestra España, una de rores para interesarse, á semejanza de un
esas ceremonias tan poco frecuentes en la hombre estragado por los excesos de la gula
historia de los pueblos modernos, y que han y cuyo paladar necesita de poderosos esti
mantenido en siglos no muy lejanos, vivo el mulantes para sentir algun sabor á los ali
fuego sagrado de la verdadera poesía; ha mentos.
blamos de la coronación de Quintana. Pero Nosotros, por desgracia ó fortuna encon-
34
134 ALBUM CUBANO
si pudieran examinarse detenidamente las tenga mas necesidad de ser preparado para
causas que han arrastrado á casi todos los cul el combate que ella, que tiene que estar
pables basta el abismo del crimen. Enton siempre apercibida para la desigual y violen
ces quedaria probado, que el abandono, los ta lucha que sin cesar le presentan, los lazos
vicios, las desgracias, los malos ejemplos y que el mundo la tiende, las pasiones, las
el contacto de una sociedad poco morigera desgracias y los inesperados acontecimientos
da, han depravado sus buenos sentimientos que contra ella se conjuren? De aquí la in
y pervertido su buen natural; desprendién mensa necesidad de perfeccionar la educa
dose de esta triste verdad que guiando desde ción de ia mujer, como la base donde se ha
la infancia por la senda de la rectitud las in de fundar el edificio de su felicidad ó su des
clinaciones de los niños, y afianzándolas so gracia; de aquí la palpitante.precision de es
bre el cimiento de una buena educación, al tudiar desde los mas tiernos años los carac
canzarla la razón dominio y fortaleza para tères é inclinaciones de las jóvenes para
reprimir los malos instintos y vencer las pa combatir sus malos instintos y desarrollar en
siones innobles, lográndose que la virtud fue sus corazones todos los sentimientos y cuali
ra el imán de los corazones,}' que si el hom dades qne constituyen la virtud y la bon
bre por debilidad se separaba alguna vez del dad. Y ¿cuántas son las madres que se ocu
deber, volviera á él, lo mismo que por la pan de tan importante trabajo? ¿Cuántos los
fuerza de la atracción el cuerpo que pierde padres de familia y hombres de gobierno
momentáneamente el equilibrio, vuelve á que se esfuerzan en proporcionar á ia mujer
buscar el punto de apoyo que le sostiene. los elementos de una sólida y completa edu
Está reconocido que los sentimientos mas cación siquiera miraran esto bajo el punto
bellos y las disposiciones mas felices descui de vista del egoísmo propio!
dadas ó mal dirigidas desde la niñez, pro Sucede con frecuencia que una jóven que
ducen fatales consecuencias, al paso que á los quince años sabe coser medianamente,
unas medianas inclinaciones, por medio de recitar como un papagayo los preceptos que
una acertada dirección dan de sí los resulta recuerda de la doctrina, retener los nombres
dos mas satisfactorios; porque es sabido que de los autores por cuyos principios estudió,
las obras de la naturaleza son hasta cierto (y quizá no aprendió) la gramática y la arit
punto incompletas casi todas; y que si no mética, y que sabe bailar, charlar, bordar y
las perfecciona el arte, nunca pueden ocupar hacer alarde de su coquetería y pretensiones,
dignamente el lugar.á donde están llama ántes.acaso de los cuatro lustros se encuen
das. El trozo de mármol arrancado de la cau- tra convertida en esposa, madre, y ama de
tera seria eternamente una piedra tosca, si el su casa...... El tipo que acabo de bosquejar
hábil cincel del escultor no lo convirtiera en representa generalmente el complemento de
una bella estatua, en una obra portentosa del lo que se llama buena educación...... Y ¿có
genio. El recluta recien ingresado en la caja, mo es posible que una jóven educada de ese
seria siempre un soldado visoño, si la orde modo cumpla con exactitud y fidelidad de
nanza, el ejercicio y las amonestaciones de beres cuya importancia ignora? ¿Cómo da rá
sus jefes no lo pusieran en situación de ser á sus hijos una dirección conveniente que
un pundonoroso y valiente veterano. Yaun ella no ha recibido, y que ni siquiera com
de una estatua mas digna de ser primorosa prende su valor? ¿Cómo labrará la felicidad
mente cincelada que la mujer, cuyo corazón de su esposo y familia, si acerca de las obli
desde que nace se va nutriendo con las máxi gaciones que con respecto al uno y á la otra
mas que bebe, se va formando al influjo de tiene que cumplir, solo tiene ideas confusas,
las impresiones que recibe y está siempre vacilan tes,y quizá completamente contrarias
dispuesta á tomar la buena ó mala forma á lo que debieran ser?
que quieran darle? ¿Dónde un adalid que No podemos esperarlo todo de loS senti-
136 ALBUM CUBANO
«3
Los caracteres de las mujeres nunca son ¿Mas dó hallar formas su entusiasmo santo?
bien conocidos, porque no pueden darlo á ¿Qué expresión digna de tan alto anhelo?
conocer por acciones públicas como los bom- Para tal fuego la palabra es hielo;
bres. Para tal melodía es rudo el canto.
-¿Qué importa, empero, á la inspirada mente
¿Cuál es la mujer realmente bella? La De su idea encontrar débil sonido,
que lleva la prudencia delante, la virtud á Si comprendo el silencio aquel oido
su diestra, el amor en los ojos y la discre- Que halla en cada emoción himno elocuente?
cion con un cetro sentada sobre su frente. ¿Qué le importa á la lira, que desprende
Del alma un son, se entienda poco ó mucho,
-
Si ántes que ella lo exhale yo lo escucho;
SECCION SEGUNDA. Si ántes que yo lo escuche Dios lo entiende?
Marchitando santas floros ¡Y tú, que este anhelar del alma entiendes
con vapores Y en quien su alta ambición reposo alcanza»
De este mundano festin. Floy que en sublime fé mi pecho enciendes,
—— Alas presta de fuego á mi esperanza!
Y si el incienso sagrado ¡Pueda tus huellas adorar do hinojos
destinado La orla besando de tu regio manto;
Solo, mi Dios, á tu altar, Y un rayo hiera de tu luz mis ojos;
En aras de deidad vana Y un soplo aspire do tu aliento santo!
llegué insana
Alguna voz á quemar. 6r. Gr. de Avellaneda:
gar, mas ó ménos alterada por la tradición de monarca que se granjeó á poco tiempo el
hasta la época gloriosa de la historia, que al fin carino y respeto de sus súbditos.
consignó en sus páginas la memoria de esta Justino dice que, muerto el rey, se vistió de
reina célebre...... la primera que mandó en el hombre Semíramis y fingió ser el hijo de Niño,
mundo. pero este aserto carece de verosimilitud; pues
El describir, pues, los hechos do la vida pri ni era posible, siendo tan conocida la reina, que
vada do Semíramis es tan imposible como con pudiera sostenerse semejante artificio, ni lo ne
tar las estrellas del cielo; pero puede ofrecerse, cesitaba para gobernar durante la menor edad
sin embargo, una ligera idea de su vida públi de Ninias.
ca; de la grandiosidad de sus acciones. Lo que hay de cierto es que juntando aque
Por la muerte de Nembrot ó Nemrod, fun lla gran mujer un poderoso ejército á cuyo
dador del imperio Caldeo—el mas antiguo de frente se puso, conquistó en pocos años la Per
todos según la universal creencia—fué exalta sia, el Egipto, la Libia, llevando su gloria has
do al trono de Babilonia su hijo Niño, marido ta mas allá del Indo y del Nilo.
ya do la ilustro Semíramis. Ambos consortes Ajustando luego una paz honrosa, en la que
deseaban con ansia la guerra, porque se habían quedaron señalados los límites de su vasto im
aficionado á las conquistas bajo los estandartes perio, se restituyó á Nínive á reposar sobre
de su padre. Formaron, pues, un ejército, y sus laureles.
puestos á su cabeza arrollaron todo lo que so No fué, empero, muy larga su inacción, pues
les puso por delante, extendiendo los límites determinando fijar su corte en Babilonia, ciu
de sus estados hasta el rio Indo. dad que vió nacer- su grandeza, se trasladó á
ella y emprendió para embellecerla trabajos
La Asiria fue-su primera conquista.—Asur, tan atrevidos que fueron la admiración de los
nieto de Noé, habia dado su nombre á esta re futuros siglos.—La magnificencia do sus jardi
gion.—Arrojado por Nembrot de Babilonia, se nes, suspendidos en el aire por medio de arcos
habia establecido al otro lado del rio Tigris, que los sostenían, los soberbios salones de su
edificando en su orilla oriental una hermosa vasto palacio, la nueva muralla de que rodeó á
ciudad quo se llamó después Nínive la bella; po la ciudad, y las anchas calles en línea recta,
ro cuando descansaba tranquilo, fiado en que inmortalizaron á esta mujer célebre hasta el
un rio tan caudaloso le servia de muralla con punto de haber permanecido su nombre en las
tra los proyectos ambiciosos de los babilonios, generaciones siguientes mas que sus obras,
hó aquí que Niño descubrió el secreto de pasar pues, aun cuando estas no existen ya, sabemos
sobre las aguas, cercando con sus tropas á Ní que fueron de Semíramis.
nive y haciéndose también dueño de ella.—La La muerte temprana do esta heroína se atri
situación do esta ciudad que sobresalía en gran buye á la ambición desmesurada de su hijo, el
deza y hermosura á todas las demas, determi afeminado Ninias, que valiéndose de manejos
naron al rey babilonio á constituirla capital de secretos hizo que en un festin envenenasen á
sus estados y centro del imperio. A tal punto su madre con el zumo de yerbas. Bien caro lo
la engrandeció que muchos historiadores le tu costó después el parricidio, porque los caudi
vieron por su fundador, sin duda también pol llos fronterizos, muerta Semíramis que les im
la conexión de su nombre con el de la ciudad. ponía respeto, invadieron el imperio quitándo
No faltan historiadores que digan, con visos le sus mejores provincias y haciéndole sufrir
de fundamento, que Semíramis, compadecida por último el yugo pesado do los vencedores.
vivamente de la suerte de su prisionero Asur, Los babilonios, acordándose de la felicidad y
llegó á concebir tan furiosa pasión por aquel grandeza á que los habia elevado Semíramis
príncipe, que abrevió la vida de su esposo para miéntras reinó, y siempre con su nombre en los
entregarse libremente á los desórdenes de tan labios, la erigieron estatuas adorándola como
culpable amor. diosa.
Sea de ello lo que fuere, apénas la muerte de
Niño lo permitió empuñar las riendas del go
bierno, supo mostrar tan grandes cualidades
140 ALBUM CUBANO
era ol único deseo de Alfonso, la sola ventura na sin objeciones en el concejo; en lo que so ha
que ambicionaba. “¡Cuán feliz seré (decia á ca de suministrar al pastor, ya se buscan ahorros;
da paso) desde el instante que no tenga acree el ajuste del maestro de niños ofrece siempre
dor á quien satisfacer! ¡Qué bien dormiré la no dificultades: no se repara en libra do pan mas
che que me acueste sin deudas!” ó ménos para el mastín; para el instructor de
No eran muchas ni grandes las que desvela la infancia todo parece mucho. Así cuando va
ban á D. Alfonso; mas para el pobre no hay ca una de estas escuelas, que se conocen con
deuda chica: deber mucho y roncar á pierna el nombre de incompletas, á falta de otro mas
tendida es un privilegio que solamente disfru expresivo, el pretendiente que se contenta con
tan los ricos. Alguno de ellos ha dicho con so ménos (y regularmente suele sei- el que menos
brada razón que no debe pasar inquietud el vale) se lleva de seguro la plaza. Un candidato
deudor que no paga , sino el acreedor que no con mujer y con hijos quiso alzarse con una de
cobra. estas codiciables prebendas á tiempo que Al
Ignorando Alfonso tan cómoda máxima, se fonso, recien emigrado del pueblo de su natu
afanaba de dia para cumplir sus obligaciones, raleza, buscaba un mo lo de subsistir: la dota
y acongojábase entre la sombra nocturna, con ción de la escuela, ademas de la mesa, se exten
siderando que no se le lograba dejarlas cumpli día á unas cuantas medidas de frutos, cantidad
das. insuficiente para alimentar á la familia del pri
Los apuros de Alfonso provenian de tres mer aspirante; Alfonso ofreció servir el cargo
causas diferentes y análogas: desgracia, vani con una rebaja de tres fanegas, y el maestro
dad y debilidad de carácter. Esta última resu mas exigente fué pospuesto al mas comedido,
me las otras: la vanidad es una flaqueza; el según convenia á los intereses del pueblo. Al
débil siempre suele ser desgraciado. fonso confesaba después de haber hecho dos
Padeció Alfonso una grave dolencia, durante males con tan infeliz competencia, uno al maes
la cual consumió sus limitados recursos y se tro, y otro á los niños, porque el derrotado
empeñó. competidor ora mas á propósito para la ense
Crecieron sus empeños con gastos que hizo, ñanza.
por no ser ménos que algunos camaradas suyos, Moraba en aquel pueblo una jovencita de ca
mas pudientes que él. torce abriles llamada Rosa, fresca y linda co
Perdió ocasiones de remediar sus necesida mo la flor de su nombre, hija de una viuda ver
des, trabajando poco y dando lugar, con su de y aun agria, madre severa, mujerona forni
excesivo encogimiento, á que le pagaran tar da. Pretendió á la madre un viejo rico de aque
do, mal ó nunca. llos contornos; y la honrada dueña, mirando
Era pues D. Alfonso un hombre de bien, sal por su hija primero que por sí, propuso al novio
vos algunos pecadillos de que pocos escapan. que dirigiera sus pretensiones á Rosa, que, ya
Con deudas que trampear, ¿cómo le habian do casadera, tal voz no ballaria nunca partido tan
faltar embustes de que avergonzarse? La deu bueno. Convino sin hacerse rogar el anciano; y
da es madre de la mentira en su enlace bigamo la madre, omitiendo preámbulos, mandó á la
con el deudor y el acreedor: aquel miente para niña provenirse para la boda, poniendo buena
probar que no puede, y éste para manifestar cara al novio so pena de recibir alguna adver-
que necesita. tencia>desapacible. Mas era el caso que nues
Do otros dos pecadillos acusaba su concien tro Alfonso, el cual ensoñaba á escribir á la
cia al insomne Zamora; pero eran tales que á montañesa Heloisa, habia dado en mirar, con
muchos lectores parecerán escrúpulos necios. mas curiosidad que debiera, el hermoso perfil
Hay en cierta parte montuosa de España que presentaba su discípula con la pluma en la
unas poblaciones pequeñas, donde los vecinos mano, su torneado cuello, su moño abultado
dan de comer por semanas á tres oficiales pú. donde se recogía en repetidos dobleces una lar
blicos de la villa, que son un mastín, un pastor, ga y pobladísima trenza; y de ver y contemplar
y el maestro de escuela. El mantenimiento del devotamente la perfilada imágen, habia pasado
primer servidor de aquellas repúblicas, el per á escribir para Rosa unas gallardas muestras
ro para la custodia de los ganados, se determi de carácter cursivo, cuyo texto no se hallaba
142 ALBUM CUBANO
en ninguna de las colecciones aprobadas para un cabello, á no ser que se rebelase cuando lo
uso de las escuelas; y escritas, liabíaselas en mandara tomar esposo.
tregado á Rosita en secreto, y ella las guarda Y como Rosita era hermosa, y excelente
ba no con ménos cuidado. Supo el maestro por criatura, tenia un noyio cada tres meses; á to
la contristada alumna el desigual consorcio que dos les daba la misma respuesta que al viejo; y
le proponían; cogieron las vueltas á la viuda, si éste so descuidaba en defenderá la pobre hi
pues aunque nada lerda no podia estar en to jastra, que se habla granjeado su afecto, cada
das partes á un tiempo; se hablaron, so jurara)) novio le costaba una imposición do manos po
fó eterna; y liosa, á pesar de no haber en su co apostólica.
vida ni imaginado siquiera el desobedecer á su Entre tanto Alfonso llegó á saber que Rosa
madre, prometió calabazas al novio machucho vivía con su madre; escribió y no tuvo respues
y cumplió su palabra al pié de la letra. ta, porque sus cartas cayeron en manos de la
Tal habia sido la segunda picardigüela do obstinada casamentera. Pasaron meses y anos,
Alfonso, la cual produjo inmediatamente resul perdió Alfonso la esperanza de ver á Rosa, per.
tados funestos. Al otro dia de haber declarado dió mas adelante la memoria de su amante
Rosita á su madre que se consideraba muy ñi promesa, y por fin vino á perder el sueno como
fla para contraer matrimonio, salía la infeliz queda contado.
muy temprano del pueblo, encendidos los ojos, Dé nueve horas largas le disfrutaba cada no
las mejillas cárdenas, despeinado el cabello che un rico rentista que ocupaba el cuarto
y con merma. "Un deudo cercano la llevaba á principal de la casa en que habitaba también
servir fuera de la provincia. Alfonso, altamente alojado, esto es, en el últi
Al primer domingo siguiente publicaba el mo piso. Hubo de saber los pervigilios que p:e-
cura de la parroquia la primera amonestación decia, húbole de oir su ordinaria exclamación
de la viuda’con el zarandeado Matusalén, y “¡qué bien dormiré cuando pague todas mis
aquella noche misma el conductor de Rosa, deudas!” y hubo do ocurrirle el caritativo pen
asistido de varios vecinos crédulos, e-- oajaba en samiento de facilitar el reposo al atribulado
la cárcel á Alfonso, después de haberle molido deudor.
á palos, achacándole conato de conversación cri Trataba de sorprenderle con obsequio tan
minal con su inocente cónyuge, mujer en efec dulce, cuando el propio "rentista fué de otra
to la mas inocente y fea de aquel partido. La manera sorprendido por la visita que mas de
madre de Rosa, arrepentida ya de haber pues biéramos esperar y que menos prevenidos nos
to violentamente las manos en su hija, no halló halla, la de la muerte.
consuelo hasta que el pariente consabido le No fué sin embargo, la sorpresa tan repenti
ofreció discurrir un medio para zurrar de firme na que el rico benéfico no dispusiese de una ho
al seductor maestro y lanzarle do la población ra para testar.
entre los gritos do un general anatema. La viu Era el invadido el postrer vastago do su fa
da en vísperas de desenviudar habia dado con milia, y sin escrúpulo de conciencia dejó por
las cartas de Alfonso á Rosita. universal heredero á su vecino, el del aloja
Alfonso tuvo en efecto que fugarse de allí miento sublime.
con grave riesgo de su persona; sus tiernos dis Y he aquí ai pobre Alfonso Zamora converti
cípulos, á instancias de la rencorosa viuda, le do repentinamente en el respetable Sr. D. Al
despidieron afectuosamente á pedradas. fonso, poseedor legítimo de unos cuantos mi
El fugitivo preceptor se vino á Madrid por llones, que proporcionaban á su amo anterior
lo pronto, mas con decidida intención de bus un sueno a prueba do cañonazos, de pronuncia
car á su Rosa por todos los ángulos de la Pe mientos, de gritos de suegra si acaso la tuvo.
nínsula. Vano propósito, porque la cauta ma Tomar posesión de la herencia y llamar á to
dre, luego que celebró las segundas nupcias, dos sus acreedoreájfué obra de pocos minutos.
trajo á la nina al pueblo, donde Alfonso no po Concurrieron á la cita los mas, pero no todós,
dia estampar los piés. Rosa fué recibida con y el opulento Sr. D. Alfonso no durmió por eso
gran benignidad por su madre, que se obligó mejor que solia.
con formal promesa á no volver á tocarla ni en Buscó al dia siguiente y pagó á los acreedo-
DE DO BÜENO Y LO BELLO. 143
B.
res que le quedaban. “¡Esta noche sí que duer prorumpió colérico; hagamos finiquito, y dor
mo como una estatua!” dijo al ocupar el mulli miré bien por primera vez esta noche.”
do lecho del rentista difunto. “Ya no debo na Alzó Alfonso el-látigo y restituyó generosa
da á nadie, por fin.” mente al labriego los golpes de antaño; pero
Sin embargo, Alfonso durmió como si debie aquella noche durmió peor que nunca.
se hasta la camisa. “¿Qué deberé yo todavía?”
“Ya lo entiendo,” exclamó al levantarse. “De “ Soy rico y soltero: ¿deberé casarme?”
bo una reparación al maestro casado, á quien “Tal vez. Mañana me planto en el pórtico de
dejó perdido Cuando me establecí en el pueblo esa iglesia inmediata, á la cual concurren pre
de Rosa. Sé donde para, y me es fácil favore ciosas jóvenes: voy á ver si alguna mo agrada.
Madrugó Alfonso al otro dia para ir á la
cerle.”
Cumplió Alfonso este noble propósito, des iglesia.
cansó medianamente unos dias, y siguió dur Colocado en el pórtico, sintió un fuerte im
miendo lo mismo que ántes. pulso de pasar mas allá.
“Pero, señor, se preguntaba incesantemente, Con todo, no se determinaba: hacia años que
¿qué mo falta pagar aun? ¿Qué debo yo? no frecuentaba iglesia ninguna.
“•Ah! sí: un rico debe un tributo do proteo-
Habían tocado á la misa primera. Dos jóve
i x nes, al parecer, señorita y criada, muy modes
cion á las artes y letras.”
tamente vestidas, cruzaron la calle y se acer
“Lo concederé hasta donde mi renta me lo
permita.” caron al pórtico.
“Debe servir por sí mismo á su. patria, si no Miró Alfonso á la señorita que se quedó pa
rada por un momento, como dudando si entra
es físicamente inhábil ó imbécil."
“Trabajaré para mi pais en mejorar su siste ria en el templo ó si retrocedería; volvió Alfon
so á mirar, y con pasmo infinito conoció á su
ma de agricultura.”
Practicó Alfonso cuanto decia, y continuó antigua discípula.
desvelado siempre, siempre diciéndose: “Algó Rosa era en efecto, la misma Rosa, con mé
mo falta que pagar, algo debo: ¿qué es? ’ nos frescura de tez que ántes, pero con mas
gracia en sus facciones y movimientos, conver
Pensó en Rosa por último.
“Yo le ofrecí mi mano, es verdad; pero no tida de zagala del valle en elegante habitadora
ha respondido á las cartas que le escribí. Voy de nuestra corte.
á escribir de nuevo.” —¡Rosa!
Tampoco obtuvo contestación. —¡Alfonso'.
Aburrido, malísimamente humorado, salió —¿Cuándo ha venido V. ¡i Madrid?
Alfonso á pasear una tarde fuera de puertas, —Hace mas de tres años.
oprimiendo el lomo de un caballo do estampa —No la he visto á V. nunca.
admirable. —Yo á V. si, várias veces.
Pasó várias veces del camino real á una sen —Y ¿no ha querido V. hablar á su antiguo
da, y tornó de la sonda al camino real. maestro?
Y lié aquí, lectores, que en una de estas en —El maestro ni siquiera miraba á su alumna.
tradas ó salidas se halló Alfonso'fren te á frente —¿Y madre?
de un asno, en el cual venia descuidadamente _ Enviudó otra vez y vino á establecerse en
montado aquefimpostor, consanguíneo de Ro Madrid.
sa, que por poco no descostilla a nuestro hcioe —Y Y., Rosa, ¿está ya establecida?
—Hice una promesa en mi pueblo, y aunque
en el pueblo.
El propósito fijo del buen Zamora era satis me ha costado aflicciones el mantenerme fiel á
facer sus deudas de todo género. ella, no la he quebrantado.
En cuanto vió' al pariente de Rosa, recordó _ -liosa! ¡Rosa! V. será mia: yo no he podido
la paliza insigne que habia recibido de él, y á amar sino á Y.; A'. sin duda no ha recibido mis
la cual aun no habia correspondido volviéndole cartas.
—Ahora sé quo V. me haya escrito.
otra.
“Esta es la deuda que mo faltaba satisfacer, —Es preciso que sepa yo si su madre de V.
144 ALBUM CUBANO
las ha interceptado. Es necesario qne satisfaga Percibió de reponte como un dulce suspiro.
■ mi postrera deuda, para que descanse tranqui Tras el suspiro se apagó la respiración, y la
lo. No sabe V., Rosa, con qué desasosiego vivo tierna consorte se turbó sin sabor por qué.
el que fué su maestro de V. y también su pri ¡Alfonso! dijo en voz amorosa y baja.
mer amante, su primer amor. •Alfonso! repitió ya sobresaltada echándose
—Primero sin segundo, Sr. D. Alfonso. fuera del lecho.
—¿Es verdad, Rosa de mi vida? ¿Es posible? •Alfonso! gritó fuera de sí de espanto.
—M¡ madre podrá informar á Y. mejor de' El dormido no respondía.
las ofertas que he rehusado. El pobre maestro No respondió.
de mi lugar ha sido para mí preferible á los El vehemente deseo de Alfonso quedaba
mas ricos hacendados de mi pais. cumplido: pagada su última deuda, el sueño
—Ya soy rico yo, Rosa mia; tengo una gran mas feliz habia cerrado sus párpados, el sueño
casa, criados, caballos, aduladores, envidiosos de la eterna paz, recompensa del justo.
y reputación de talento, porque la riqueza es Bienaventuradas las vigilias que tuvieron su
capacidad ó pasa por ella. Para ser feliz no me término en tan envidiable descanso!
faltan mas que siete horasde sueno cada noche. ¿Por q té, aun entre pagadores puntúalos, a-
quella deuda, tan preferible á todas, habrá de
—¿Qué le desvela á V.?
_ Es largo de contar. Yo he tenido muchas serla sola desatendida, lasóla olvidada?
deudas, Rosita; me quitaba el sueño la imposi J. E. Hartzenbusch.
bilidad de pagarlas; creo haber satisfecho cuan
tas he contraido, y á pesar de eso no hay no
che que no sienta junto á mis oidos una voz
que no cesa de repetirme: “Tú debes y no pa
gas, aun debes y no pagas, Alfonso.” Rosa, Ro
sa mia, dígnese V. aceptar esta mano que Al
fonso le debe, para que pueda preguntar ma
ñana á esa fantasma que me persigue: “¿Qué
debo ya?” S XJ2YT AI’JO !
Rosa levantó aquí hácia Alfonso susojosher-
mosísimos, llenos de indecible ternura; y, acen
tuadas con singular y casi divina expresión, ¡Un año ya, Dios mió!
fluyeron suavemente de sus rojos labios estas roto de nuestro amor el lazo estrecho
pocas palabras: “Alfonso, ¿ha pagado V. lo que y aun al vYrla, con loco desvarío
debe á Dios?” se quiero el corazón saltar del pecho?
Inclinó Alfonso la cabeza cubriéndose con ¡Ay, pobre corazón enamorado
las manos el rostro, y en unos instantes no pu fué su juguete hallándole flamante,
do hablar. y al verlo estropeado
: Ah! prorumpió despues, y no acertaba á pro lo apartó con el pié, siguió adelanto,
ferir palabra ninguna. y él todavía llora
En esto la campana de la iglesia dejó oir el por la ingrata mujer en quien adora,
último toque para la misa. porque del mundo en la confusa-gresca
Volvió Alfonso de su momentáneo trastorno no sabe el corazón lo que se pesca!
y dijo á Rosa con acento agitado: “Entremos, ¡Pobre do mí! ¡pensé que el desengaño
Rosa, entremos; guíeme V.” al matar mi ilusión me mataria,
A la misma hora ocho dias después el velo pero á la muerte y al placer extraño
de los desposados envolvía en aquella iglesia la vi resbalar un dia y otro dia ,
cabeza do Rosa y los hombros de su maestro. muriendo de dolor, viviendo un año!
A la madrugada siguiente, incorporada la Y me tiene por Dios de asombro lleno
novia en el locho nupcial escuchaba con gozosa (esto es, muy asombrado,)
curiosidad la plácida respiración de su esposo que hallándome del alma desahuciado
I me encuentre de salud bastante bueno.
dormido. _______
DE LO BUENO Y LO BELLO. 145
da en los tapices, y apareció en el umbral la —Señor, dijo éste dirigiéndose á Felipe IV,
sombría figura del Conde-duque. vengo á pedir á V. M. que me devuelva una
—¡Por piedad, señor! exclamó Estrella que hermana que tenia, y que me ha sido robada.
sostenia á la joven rendida á un desmayo mor Aturdido el rey, por tan violento exordio,
tal.—¡Por piedad! libradme del cargo de guar se volvió á mirar á su privado.
dar á esta desdichada!...... ¡no quiero, no pue —Esa mirada, continuó Velazquez con voz
do verla morir! mas concentrada y sorda; esa mirada me dice,
—Yos podréis todo cuanto yo os mande, con señor, que el ladrón do Ana es el Conde-duque.
testó fríamente el favorito, puesto que solo de Y con el rostro trastornado puso la mano en
esto depende el que conceda la libertad á vues el puño de su espada, y avanzó dos pasos ha
tro amante. cia el de Olivares.
Diciendo esto, ayudó á la joven á que colo —¡Velázquez, tú estás loco!....... exclamó el
case en el lecho el inanimado cuerpo de Ana, á rey, asombrado de tanta audacia, pero al mis
cuya nariz aplicó un pomito de sales. mo tiempo hondamente conmovido por tan in
—Decididamente, murmuró luego al salir de tenso dolor.
la estancia; decididamente hoy tiene que verla —Tengo aun toda mi razón, contestó el pin
el rey porque mañana puede morir, y no sé tor do cámara, separando su mano de la empu
que extraño presentimiento me avisa que su ñadura de su espada: pero aseguro á V. M. que
muerte seria hoy la señal de mi ruina. la perderé, si ese hombre continúa en mi pre
sencia.
X. Calló Velazquez esperando que Felipe IV
mandase salir al Conde-duque: mas el débil mo.
El retrato de la Reina. narca no se atrevió á formular una orden á cu
En el momento en que el de Olivares salia ya sola indicación habia visto encenderse co
de la estancia de Ana, Diego Velazquez entra mo dos áscuas los ojos del que debia cumplirla.
ba en la cámara del rey. Una sonrisa de desden plegó los delgados y
Un instante después entró también en ella astutos labios de D. Gaspar do Guzman y Pi
el favorito sin precederle anuncio, según su cos mentel.
tumbre. —S. M., dijo acentuando lentamente sus pa
Felipe IV clavó en su rostro una mirada de labras, su magestad parece que no tiene difi
ansiosa interrogación, que fué contestada con cultad en que yo oiga que demandais á vues
una sonrisa llena de promesas. tra querida.
Velazquez, pálido, enflaquecido, sombrío, se -—¡Mentís como un villano! gritó el pintor
apoyaba maquinalmente en el respaldo do un de cámara rojo de cólera: y sacándose un guan
sillon; sus ojos hundidos por tres dias de deses. te que hizo pedazos en su rabiosa apresuraeion,
peracion y tres noches de insomnio, miraban le arrojó VI rostro del privado. ¡Ea! continuó
vagamente á un objeto impalpable: sus meji con voz sorda, salid, señor conde-duque de Oli
llas socavadas, el desorden de sus cabellos, y vares!...... ¡salid!
su barba, que empezaba á brotar en su tez mo El privado se dirigió lentamente á la mesa
rena y pálida, acababan de darle un aspecto de escribir del rey, y agitó la campanilla de
huraño, violento y doloroso. oro que se veia sobro ella.
Al ver entrar al Conde-duque sus grandes —¡El capitán do guardias de S. M. el rey! di
ojos adquirieron fijeza y se clavaron chispean jo con una calma glacial al ugier que se pre
tes de furor en el rostro del favorito. sentó.
El rey, que se habia conmovido hondamente —¡Sois un infame, señor conde-duque de O.
al notar el aspecto de Velazquez, sintió que la livares! pronunciaba D. Diego, al mismo tiem
ira dominaba su enternecimiento al descubrir po que entraba el capitán de guardias.
la rabia que trastornaba el semblante del pin —De orden del rey, dijo el favorito sin mirar
tor. siquiera al monarca, de orden del rey arrestad
En cuanto al de Olivares sostuvo fríamente á D. Diego Velazquez de Silva.
la iracunda mirada de Velazquez. El capitán so acercó á Velazquez, y espero
DE LO BUENO Y LO BELLO. 147
la espada que este retuvo con mano trémula do bel presentó-su mano á Velazquez que, des
furor. pues de inclinarse delante del rey y del emba
En aquel momento se descorrió estrepitosa jador, volvió la espalda al favorito, y salió con
mente el tapiz de terciopelo que cubría una la reina.
puerta situada á espaldas del rey, mudo de a- XI.
sombro durante aquella escena.
—¡S. M. la Beina! anunció un ugier de toda El taller.
gala. Confusos y afanados andaban los discípulos
E Isabel de Borbon, vestida con un largo de Velazquez: era el dia en que Rubens debia
traje do ceremonia, apareció en el umbral. ir á visitar el taller del maestro.
—¡Ejecutad las órdenes de S. M.! gritó im Los pobres muchachos habian ido llegando
periosamente de nuevo D. Gaspar, dirigiéndo de Madrid en los tres dias que hacia so encon
se al capitán de guardias al mismo tiempo que traba Velazquez en el Escorial, porque su amor
echaba una mirada recelosa sobre la reina. al arte era tan grande y admiraban tanto á su
Isabel le contestó con otra de desprecio. maestro, que no habian escaseado ruegos para
—Vengo, señor, dijo en seguida dirigiéndose que sus familias les permitiesen continuar las
al rey, vengo á buscar á D. Diego para que lecciones en el real sitio.
concluya hoy el retrato mió que hace dias em En el dia á que nos referimos, tercero de la
pozó, porque nuestra hija María Teresa le de estancia en el Escorial de Velazquez, los discí
sea para su cámara. pulos andaban asaz preocupados quitando el
Un rayo de alegría iluminó las abatidas fac polvo minuciosamente á los caballetes, colo
ciones del noble artista, al mismo tiempo que cándolos en hileras según su tamaño con una
el rostro del favorito aparecia trastornado por igualdad escrupulosa, y poniendo en orden ca
el despecho. da uno de esos mil objetos que se ven en la ha
Felipe IV miró vacilante al favorito y á la bitación de un pintor.
reina: el trance se iba haciendo cada vez mas —¡Qué falta nos hace Juan! dijo un hermoso
embarazoso. muchacho de tez morena y negros ojos pasan
Do súbito se oyó un gran rumor do pasos, y do con una paleta cargada de colores.
un instante después anunció un paje. —En verdad que sí, contestó otro de tez blan
—¡Su señoría el embajador de Flandes! ca y ojos azules como un ingles: desde que él
Levantóse Felipe para recibir al que, para ha desaparecido me aburro.¡Oh! si él estuviera
él, representaba á la infanta sú tia,y muy con aquí ya lo tendríamos todo arreglado desdo ha
tento interiormente de que su presencia le ovi" ce largo rato.
tase la explosion déla tormenta que hacia me — ¡Pobre Juan! cuántas veces me ha pesado
dia hora bramaba en su derredor. lo mucho que le hacia rabiarFdijo otro con aire
El Conde-duque salió al encuentro de Ru triste: de seguro que se ha ido porque le hacía
bens maldiciendo en aquella ocasión la etique mos perder la paciencia.
ta, y la reina dejó asomar á su linda boca una —Yo, añadió un cuarto, fui ayer :: nuestro
sonrisa de orgulloso triunfo. estudio de Madrid, y tomé del caramanchón al
—Señor embajador, dijo dirigiéndose á Pe gunas cosas que él cuidaba con esmero.
dro Pablo: nuestro pintor de cámara os convi —¿Para qué?
da por mi boca á que visitéis mañana su taller, —Porque quiero tener algun recuerdo del po
donde estará expuesto mi'retrato que ahora bre mulato, que tan bueno era á pesar del cruel
mismo va á concluir. martirio que le haeiamos pasar con nuestras
Inclinóse Rubens profundamente, besando la burlas: mirad ese gran lienzo enrollado que hay
blanca mano de la reina, en tanto que ésta lo en aquel rincón junto al caballete del maestro;
miraba asombrada de la palidez y decaimiento es uno de los objetos que él guardaba con mas
de sus facciones. cuidado.
Sin duda el rey de la pintura estaba devora —Veámosle.
do también por algun secreto é intenso pesar. —¿Qué hemos de ver? eso lienzo estará en
Cuando Pedro Pablo levantó la cabeza, Isa blanco: quizas el pobre Juan quería qué le sir-
148 ' ALBUM CUBANO
viese para formar letras...... ¡tenía tanto em ba en el taller por la puerteeilla que comuni"
peño de aprender por sí solo á escribir! caba con la cámara real.
—¡Callad! dijo de repente uno de los discí •—Venid acá, Velazquez, dijo el embajador
pulos: ¡callad!...... ¡creo que oigo pasos! en tanto'quo el rey, obedeciendo á una seña
—A tí no te deja resollar el miedo de que del Conde-duque se acercaba á este último.
vengan...... y al fin han de venir. ■—Deseo, continuó Rubens, ver las obras de
—Ya lo sé. estos jóvenes.
—Pues si lo sabes, ¿por qué tiemblas? •—¡Oh señor! exclamó el pintor de cámara
—;Yo tiemblo? con efusión, creed que agradezco con el alma
—Tú. el generoso interes que mis discípulos os ins
—Pues en verdad que no lo habia notado. piran.
Te confesaré sí, que me espanta ver á Rubens — D. Juan, continuó dirigiéndose á un gallar
mucho mas que ver al rey. do mancebo que apénas contaria diez y seis
—¡Lo creo! otro tanto me sucede á mí. años, y que por lo elegante y esmerado de su
—¡Y á mí! traje patentizaba que pertenecía á la mas ele
—¡Y á mí! vada nobleza. D. Juan, traed vuestro caballete
—Pero mirad: ¡ahora sí que vienen!...... ante su señoría.
En efecto un gran rumor de pasos y de confu El gallardo niño iba á obedecer con el rostro
sas voces anunció á los jóvenes la llegada de los radiante de júbilo, pero le detuvo un ademan
dos reyes: el de España, y el de la pintura; y de Rubens.
1111 instante después aparecieron ambos en el —Yo iré. pasando revista á todos los caba
umbral seguidos de un gran número de corte lletes, dijo, y así no habrá que moverlos do sus
sanos. sitios.
Los pobres muchachos quedaron pegados á El embajador se apoyó entóneos en el brazo
la pared, sin atreverse á levantar los ojos ni á de Velazquez del mismo modo que el rey se
respirar apenas. habia apoyado en el suyo, y ambos pintores se
Felipe IV se apoyó familiarmente en el bra llegaron al primer caballete, sobre el cual ha
zo de Rubens, y ambos seguidos de su lucido bia un lienzo con una Magdalena casi con
acompañamiento, empezaron á dar vuelta al cluida.
taller. Rubens se quitó el guante blanco y perfu.
—¿Cómo va do trabajos, hijos mios? pregun mado que encerraba su mano derecha, mién
tó Rubens con su noble y digna bondad, diri tras contemplaba la pintura con profunda
giéndose al grupo de los aturdidos discípulos. aten cion.
—Bastante... bastante bien... señor... con
—Este cuadro revela que teneis un gran ge
testaron vacilando dos ó tres.
nio, D. Jqan, dijo dirigiéndose al joven: os
—Yo desearía ver vuestras obras, sí: tendré
aconsejo sin embargo que no hagais un uso
sumo placer en verlas si es que Velazquez mo
tan frecuente de los tonos fuertes.
lo permite.
El jóv en artista se inclinó.
—¡Ay Dios mió! murmuró á media voz el
mas joven do los discípulos; ¡qué desgracia que -—Hacedme la merced de darme una paleta
no esté el maestro! y u n pincel, Sr. D, Juan, continuó el embaja
—¿Me permite V. M., dijo Rubens dirigién dor: voy á dar una pincelada en vuestro cua
dose á Felipe IV, que le mande llamar? dro, y en el do cada uno de vuestros compa
—Con mucho gusto, contestó el rey salien ñeros.
do de la preocupación dolorosa en que le tenia Una exclamación de júbilo brotó do todas
sumergido el recuerdo de lo ocurrido en su cá aquellas bocas entusiastas y juveniles, y dos
mara. ¡Hola! continuó dirigiéndose á un paje, gruesas lágrimas do gratitud aparecieron en
id á buscar á D. Diego Velazquez. las negras y tristes pupilas de Velazquez.
—Aquí estoy, señor, dijo el artista apare Rubens tomó el pincel que le presentaba D.
ciendo en el umbral de la puerta de entrada, Juan, y mojándole en el color correspondiente
al mismo tiempo que el Conde-duque penetra dió tres ó cuatro'pinceladas con él prestando
DE LO BUENO Y LO BELLO. 149
admirable sombra á los brazos de la Magdalena embarazado: no puedo dejar ahora á Rubens;
que aparecían duramente iluminados. la etiqueta...
—¡Oh, qué feliz soy! murmuró el niño, si —Por el contrario, contestó el privado con
guiendo á Rubens con la paleta al caballete una impaciencia que en vano so esforzaba en
inmediato. disimular: por el contrario, V. M. debe ir aho
—Entregad la paleta al dueño de este lienzo ra: la niña está en la mejor disposición do áni
D. Juan, dijo el rey de la pintura con suave y mo que se puede apetecer.
benévola sonrisa: deseo que cada uno mo vea El rey medio echó una mirada de vacilación
trabajar miéntras lo hago para ól. sobre los dos pintores que seguidos por losdis-
Un niño como de catorce años muy pobre c-’pulos y los cortesanos continuaban revisan
mente vestido, tomó la paleta de manos de D. do los caballetes.
Juan. —Acabo de verla en este instante, continuó
—¿Cómo os Harnais, amiguito? preguntó Ru el favorito, con una calma que hasta entóneos
bens. no habia usado, y que decia bien claro la espe
—Pablo Astudillo, señor. ranza que tenia de que sus últimas palabras
—Tenemos, pues, al mismo santo for patro fuesen el golpe decisivo en el ánimo del rey.
no, ea, buen ánimo, continuó Rubens dando —¿Y cómo está? preguntó ésto ansiosamente
pinceladas en el lienzo con sumo cuidado: ha •—-Su vida se apaga por la fuerza del dolor,
béis pintado una Niobo admirable en vuestros y creo firmemente que si V. M. dilata una ho
pocos años, y por lo tanto nada os pido: no ra mas el consolarla, la perdemos para siom-
obstante, cuando esté concluida, osla embargo pre.
para la cámara de mi esposa Elena: escribidme —Vamos pues! dijo el rey.
á Amberes cuanto la terminéis. En los labios del privado se dibujó una son
El niño se retiró llorando de gozo, y Rubens risa de triunfo, y abriendo cautelosamente la
pasó al caballete inmediato: el lienzo que con puerteciila que acababa de darle paso desapa
tenia ofrecía á la vista el retrato del pintor de reció cor, Felipe sin que nadie se apercibiese
Felipe IV. de su salida.
—¡Oh qué magnífico retrato! exclamó el emba XII.
jador deteniéndose delante de él: y empezó, no
á enmendar nada, sino á ' dar á las risueñas y ZK1 esclavo.
hermosas facciones del retrato el tinte melan
Rubens acabó por fin de dar vuelta á todos
cólico y amargo que entonces anublaba el ex
presivo y hermoso rostro del original. los caballetes, corrigiendo en ellos algún defec
to mas ó ménos levo, y dando alabanzas á to
-—Cuando se haya pasado el dolor que os dos los jóvenes relativamente á su mérito.
aqueja, Velazquez, dijo en voz baja, os será Al concluir dirigió á los discípulos en gene
grato ver esta imágen, porque comparareis ral algunas palabras graves y afectuosas, ex
vuestra felicidad con los pesares olvidados. hortándoles al trabajo y á la perseverancia, y
Quiero grabar en vuestro retrato la imágen se detuvo ante un gran caballete, que ostenta
del dolor presente, para que bendigáis á Dios, ba un .magnífico retrato do la reina Isabel do
cuando seáis feliz. Borbon.
D. Diego movió tristemente la cabeza. Al ver aquella pintura enmudeció el gran
En aquel momento, la conversación, que ha artista, y solo pudo juntar las manos con una
cia un cuarto do hora sostenían en voz baja el expresión muy pronunciada de admiración apa
rey y el Conde-duque en un ángulo de la es sionada.
tancia se animó de reponte, sin que nadie se —-Nada he visto jamas que pueda comparar
apercibiese de ello; los cortesanos, enteramen se á esta pintura,, dijo al fin dirigiéndose á Ve
te embebecidos en ver trabajar á Rubens en lazquez.
los caballetes de los jóvenes, nada echaron de —¿No me concederéis la misma honra que
ver. han logrado estos jóvenes? dijo éste presen
—Mas tarde iré, decia Felipe IV con aire tando al embajador la paleta y el pincel,
38
150 ALBUM CUBANO
—¡Líbreme Dios de tocar tan divina obra! —Pero no exacta, ¿no es verdad? prosiguió
contestó Eubens, separándose del caballete lTubéns cuya ansiedad iba en aumento: ¿no es
respetuosamente; sin embargo, añadió, quiero cierto que no es exacta Velázquez?... ¿no es
haceros un ligero boceto para memoria mia, verdad que el original tenia cabellos rubios y
sin que por eso renuncie á ver después todas ojos azules como el cielo?
las pinturas que tengáis á bien enseñarme. —¡No lo sé!...
Bajóse al decir esto, tomó un lienzo enrolla —¡No lo sabéis!... pues acordaos por vida
do, que habia en el suelo junto á él, y le colo vuestra... exclamó Rubens cogiendo á Velaz
có en un caballete que Velazquez acababa de quez violentamente por un brazo; acordaos,
acercarle: aquel lienzo era el que según dijo porque yo necesito que me lo digáis, ¿lo ois?...
uno de los discípulos habia tomado del cama lo necesito...
ranchón del mulato Juan de Pareja. Al oir estas violentas palabras alzó Velaz.
Mas no bien se hubieron desplegado sus do quez la cabeza: su generoso valor se rebeló
bleces, escapóse un agudo grito del pecho de contra aquel duro lenguaje, y brotó un relám
Rubens, que permaneció mirando el lienzo co pago de sus negros ojos.
mo petrificado. —¡Velasquez! exclamó el embajador que adi
Tenia á su vista el soberbio cuadro que hoy vinaba lo que pasaba en su alma: ¡Velázquez,
existe en el Museo de Paris, y. que se llama AY perdonad la desesperación de un padre que os
Entierro. pide su hija!...
—¿Quién ha hecho esto? preguntó el emba —¡Su hija!... gritaron á un tiempo tres vo
jador dirigiéndose al grupo de los discípulos. ces.
Nadie contestó. Eran las del rey y el favorito (que en aquel
—¿Quién de vosotios ha hecho esto, señores? instante entraban despavoridos) y la de Ve
preguntó á su vez Velazquez. lazquez que cayó á los pies del embajador con
—Yo no, yo no, contestaron casi á un tiem la frente inclinada hasta el suelo.
po todos los jóvenes. —¡Mi hija... sí... sí!... mi hija Ana que me
—Yo le tomé sin saber lo que contenia del robasteis de Amberes, D. Diego!... exclamó
cuarto de Juan, respondió otro: desde que ol Rubens, para cuya inteligencia habia sido un
pobre se fué me acordaba tanto de él que guar rayo de luz la acción de echarse Velazquez á
dé ese rollo de lienzo para memoria suya. sus piés: ¡mi hija que busco por todas partes!...
Al oir el nombre de Juan, una terrible pali La voz del embajador fué sofocada por el fú
dez invadió el rostro del pintor de cámara, y nebre tañido do la campana del monasterio
sus ojos lanzaron relámpagos. que tocaba á fuego, y bien pronto se vió á tra
De súbito fijó Rubens la mirada en otro ca ves de las ventanas del taller una inmensa co
ballete contiguo, y palideció también: contenia lumna de humo que salla del lado en que esta
el admirable cuadro de La coronación de la ban situadas las habitaciones de la reina y del
Virgen. Conde-duque.
—Velazquez... exclamó con voz ahogada y —¡Tu.hija esta allí... allí donde está el fuego
llevando al pintor de cámara cerca del cuadro: Rubens, exclamó el rey tendiendo desespera
Velazquez... decid... decid... ¿dónde habéis damente sus brazos al sitio de donde partia el
visto las facciones de esa Virgen?... humo; y allí va á perecer con la reina y con
La palidez do Velazquez se hizo mas in mi hija!... ¡Oh, mi hija! yo quiero salvar á mi
tonsa. hija y á su madre!...
-—¡Por el amor de vuestra madre, por lo que Y el rey so lanzó á la puerta. El sagrado ca
mas caro os sea en el mundo, D. Diego, res-, riño de esposo y padre habia triunfado do la
pondedme! continuó angustiosamente Rubens. pasión, haciendo que en aquel momento se ol
Velazquez pasó maquinalmente su enflaque vidase do Ana. Pero se abrió con estrépito la
cida mano por la abrasada frente, y contestó puertecilla que daba á la cámara del rey, é Isa
en voz tan baja y temblorosa, que solo pudo bel de Borbon se precipitó en el taller llevan
llegar á oidos del embajador. do én los brazos á su hija.
—El semblante de esa virgen es una copia. Imposible parecía que aquella delicada y es
DE LO BUENO T LO BELLO. 151
belta joven hubiera podido conducir á la infan mas el pintor se habia recostado contra una
ta María Teresa, que estaba desmayada. pared quebrantado por la honda emoción que
—¡Señor, mi hija se muere!...... exclamó la la vista de Ana le habia producido.
pobre Isabel poniendo en los brazos del rey á D. Juan Hurtado de Mendoza levantó del
la niña y dejándose caer casi falta de sentido suelo el cuerpo inanimado de la joven, y la co
en una banqueta. locó en el sillon, en tanto que el favorito, con
Felipe IV reclinó en su pecho la pálida ca fuso con su derrota, huia lo mas cautelosamen
beza de su esposa: el Conde-duque tomó en sus te posible, jurando venganza á Velazquez y al
brazos á la infanta María Teresa, y aplicó á la duque.
nariz de la aterrorizada niña su pomito de es El pintor de cámara se acercó con lento pa
píritus, en tanto que .Rubens y Velazquez se so á la pobre niña y tomó una de sus manos.
lanzaban en busca de Ana y retrocedían dan Estaba helada como el mármol.
do un grito de angustia y do alegría á la vez.
—¡Muerta!!....... esclamó retrocediendo dos
En el umbral, al tiempo de pasarlo ellos, el mu pasos.
lato Juan de Pareja, habia aparecido llevando
—¡Muerta y deshonrada!.......gritó Eubens,
en sus brazos, al parecer cadáver, á la joven
que aun no se habia acercado á su hija, sumer
flamenca, cuya larga cabellera rubia tocaba al
gido en un letargo doloroso.
suelo.
En el momento mismo en que el esclavo se —¡No! exclamó con voz firme el duquo del
precipitaba en el taller, cesó de tocar á fuego Infantado: ¡no! viva y digna de su padre!
la campana del monasterio, y un instante des El embajador flamenco clavó una ansiosa mi
pués entró D. Juan Hurtado de Mendoza, du rada en el que le hacia aquella revelación tan
que del Infantado, á tranquilizar á sus Mages- consolodora, y llegó hasta su hija como atraí
tades. do por un imán irresistible.
XITI. —¡Sí! continuó el duque del Infantado; creed
me, Iiubens...... por el nombro' que llevo, por
La cruz de Santiago. mi fé de caballero, os juro que vuestra hija es
Juan de Pareja se asemejaba mejor á un de tá pura como la luz del sol!...... Velazquez, pa
monio escapado del infierno que á un ser hu" ra cumplir los deseos de la madre de Ana, hi
mano: estaba horriblemente flaco, y su cabello, zo creer á esta que ora su hermana, sacrifican
que formaba gruesos y lustrosos anillos de un do su amor por compasión á la que lo dió el
negro hermoso y azulado, estaba quemado en ser y por respeto à sus deberes de esposo y pa
mil partes, lo mismo que su traje, que traia dre.
desgarrado y en el mayor desorden. —Ah! ¡Dios os bendiga, hijo mió! exclamó en
Su frente ancha y hermosa veíase- cubierta tonces Pedro Pablo abriendo sus brazos al pin
do sudor; su nariz, dilatada como la do la fiera tor de cámara, que se arrojó sollozando en
que ha vencido al cazador tras una larga y de ellos.
sesperada lucha; y su labio superior, contraido Durante algunos momentos los ojos del mo
levemente por una sonrisa de orgulloso triun narca se fijaron con un profundo embarazo en
fo, dejaba ver el hermoso esmalt© de sus blan los dos pintores, que confundían sus lágrimas;
cos y menudos dientes. y por fin el llanto empañó también las negras
Al entrar depositó á Ana á los piés de Ve pupilas de aquellos hermosos y lascivos ojos.
lazquez, y la pobre niña quedó como una ma —¡Ya vuelve ya vuelve! dijo- el du
sa inerte y helada tendida sobre el pavimento. que del Infantado que sostenia la cabeza do
—¡El fuego.......el fuego! gritaba todavía el Ana apoyada en su pecho.
rey todo demudado. EÏ rey se aproximó entonces al embajador.
—No tema V. M., contestó el duque del In —Eubens, dijo con acento vibrante: Eubens,
fantado, en cuyas severas y hermosas faccio yo os aseguro, bajo mi palabra real, que no he
nes brillaba una viva expresión de contento. visto á vuestra hija mas que una sola vez en el
Fué un fuego providencial y ya cesó. taller de Velazquez del cual la creia hermana,
Al decir esto, miró fijamente á Velazquez: hasta que una mano funesta vino á arrancar-
152 ALBUM CUBANO
mo aquella creencia, que hubiera sido un antí Jamas en largo meditar absorta
doto saludable para...... Blondas, colores, cintas dispusiste
Felipe IV iba á decir para mi pasión, pero Para obtener humillación no corta
volvió la vista á la reina, y la palabra se aho De la rival que celebrada viste.
gó en sus labios.
Pero la nave de turgente lino
En cuanto á Isabel, se ocupaba en acariciar
Que se desliza en horizonte claro;
á la infanta María Teresa que acababa do vol
Cruz do madera en áspero camino;
ver de su desmayo.
En la nocturna tempestad el faro;
Rubens besó la mano do Felipe con vivísima
expresión de gratitud, y se lanzó hácia su hija El monasterio en soledad augusta,
á la cual estrechó entre sus brazos. Entre montes y simas escondido;
Pilar Sinués de Marco. El misionero que con fé robusta
[Continuará.) Parte á clima letal, desconocido;
De Milanés ó Lamartine el canto,
Creaciones de Cánova inmortales,
Rostros que Eafael ciñó de encanto,
Concentos de Bellini celestiales,
Hacen radiar tu bella fantasía,
Estremecerse de entusiasmo tu alma,
LA MUJER SOÑADA. Reir dichosa, meditar sombría,
O te vierten del éxtasis la calma.
Mágico el pensamiento luminoso
No tardes pías, ¡oh realidad brillante En tu cabeza ës, mujer bendita,
De cólica ilusión que el pecho enciende! Como la antorcha que el viajero ansioso
Ven, adorable y esperada amante! En el seno do Antíparos agita.
En mi dolor y. soledad esplendo!
Del torpe vulgo que placer disfruta
Ven con tus ojos do la luz habita, • En profanar, te alejas previsora:
Con tu alba tez que envidia la azucena, Asi Capri resérvanos la gruta
Con esa boca que la rosa imita, Que de azul inefable se colora.
De miel, encantos y fragancia llena.
Tu alma es altar de Vesta pudorosa,
Ven con tu voz queda ficción no altera Do puro fuego perennal vivia;
Y juoga como brisa en el oido; El ara del hebreo primorosa,
Mas, si profunda la pasión impera, En que perfume delicado ardia.
Es de arpa eolia, de bambú jemido.
Tu incorruptible corazón anhela
Cuán blando suena y eficaz tu acento!
Un solo amor, del heroísmo fuente,
Cómo al mendigo pálido consuela!
Que, avaro de palabras, so revela
Al Sumo Rey que huella el firmamento En tierno afan ó inmolación frecuente.
Firme en sus alas la plegaria vuela!
Dá menester tu corazón ardiente Ven! de mi pecho el entusiasmo espira
La sublime virtud, la poesía, Y aléjanse ilusiones deliciosas,
Cuál flores el sunsun, el pecho ambientej Como al partir el sol, que gozo inspira,
El universo el esplendor del dia. Huyen aves, gentiles mariposas.
•S
Como ol valle fatal de Java hermosa (*) dora con su luz las copas elevadas de las ceibas
De verde pompa y flores coronado, y las palmeras, de los naranjos y limoneros, y
Miéntras sutil la muerte y pavorosa se divisa á lo léjos la torre de algun ingenio!...
Guarda en árido seno emponzoñado, El que está constantemente contemplando
estos sublimes paisajes, no puede conocer to
En mi sendero apareció Gulnara, do lo que valen. Empero yo, que, animado del
Dulco la voz, de gracias revestida, deseo del saber, he surcado las móviles aguas
Do inagotable discreción y rara, del Océano; yo, que distante d«l hogar domés
Fértil la mente, á deslumbrar nacida. tico, y á la sombra do algun frondoso manza
No tan gallarda la naciente rosa, no, ó á la orilla de un pintoresco lago, en un
dilatado valle, he tendido la vista por todas
Ni tan engalanada de frescura,
partes y no me he conmovido; yo, que en leja
Lució jamas, cual Cintia donairosa,
nas tierras, y en los vergeles de la bella Italia,
Tan rica de pudor y de hermosura!
ho exclamado repetidas veces con Domingo
Oh! cuán astuta y negra hipocresía Delmonte:
Tras ese velo cobijaba, y cuánto,
"Sus campos!...... ah! quién los viera!
Ante la odiosa realidad sombría,
Cómo anhelante volara
Sintió mi corazón de agudo espanto!
Rápida mas que los aires
Y así mil veces los hechizos fueron A saludarlos el alma;
Máscara linda á gélido egoísmo, Que el alma bien los conoce”.......
Ay! y también traidores encubrieron
Yo sí que puedo sabor toda la dicha que so
Indecible maldad ó sensualismo!
experimenta al encontrarse en los campos flo
Tal sobre arena estéril y enojosa ridos de mi patria; yo sí que puedo apreciar
Cristalino raudal convida á fiesta, todo el tesoro de felicidad que encierran; yo sí
Y á bruto vil, á sima tenebrosa, que puedo comprender por qué los poetas de
Manto seguro el aguinaldo presta. este verdadero Edén les han cantado, dedicán
doles las mas hermosas notas de sus inspiradas
Ven, serafín! reclámate la hora! arpas...... Yo sí lo comprendo todo, porque na
Fragante besa el aura, el mar dormita, cí en Cuba!
Vierte idealismo luna encantadora, ¿Quién quo tenga un alma sensible podrá es
Mi alma do amor, de juventud palpita! tar indiferente a la vista de nuestros bellos
Emilio Blanchet. campos, donde
(Matanzas, 1859.) “El canto do los dulces pajarillos;
La verdura del prado,
Los árboles amenos y frondosos,
SECCION TERCERA. El cielo azul, el aire fresco y puro,
Las aguas y los vientos
CAMPOS DE CUBA. Inclinan á los tiernos pensamientos?”
Oh! sí; el campo engendra los mas dulces
pensamientos: en él deben admirarse las mara
¡Cuán grato es vagar por los campos do es
villas de la creación; en él puede remontarse el
meralda de mi hermosa Cuba! ¡cuán bello con hombre, en alas do la contemplación á su in
templar esas risueñas campiñas donde la natu
creado Autor.
raleza ostenta siempre su pompa y mages Léjos del bullicio de las ciudades, y á la vis
tad!.......qué delicioso admirar tan grande y ta de una llanura del hermoso color de la espe
magnífico panorama; cuando la rosada aurora ranza, se inspira el verdadero poeta, y excla
asoma por el Oriente, ó cuando el esplendente ma con Bernardino de Saint-Pierre: floridos
sol, próximo á disipar las tinieblas de la noche, prados, magestuosas selvas, espumosas fuentes,
(”) El valle de Grevo-Oupas. incultas rocas, habitadas tan solo por la paloma,
39
154 ALBUM CUBANO
&
amables soledades!—Dichoso aquel que pueda según los luminosos astros son la sonrisa del
descorrer el velo que cubro vuestros encan firmamento.
tos!...... ¿Quién ignora la pasión que los antiguos les
Los campos de Cuba, los nuevos campos Elí profesaron? No contentos con haberlas divini
seos donde los poetas deberían colocar las al zado casi haciendo nacer la rosa encarnada de
mas inmortales de los buenos, como dijo el po la sangre de Adonis moribundo y las blancas
bre y desterrado Vegglia,—¡oh, qué bellos son! azucenas de la lecho que Vénus al lactar á Cu
¡cómo convidan á la meditación y al estudio! pido derramó de su seno celestial, las juzgaban
¡cómo revelan la existencia do ese Ser que en un adorno preciso para todos los actos intere
su miseria desconoce el ateo!...... —Cómo nn santes do la vida. Cuando asistían á las Aca
agrada contemplar con Sequeira demias filosóficas, cuando visitaban el Parthe-
La sombra del verde bosque, noajateniénse donde descollaba la obra maestra
Las arboledas frutales, de Fidias y cuando so sentaban á comer, se
La rosa, el cárdeno lirio, coronaban de flores olorosas y frescas. No dis
Los cándidos azahares! tinguían ellos condiciones ni edades para colo
carlas en sus sienes. Los sacerdotes y las vír
Cómo mo gusta hallarme en estos campos, genes, los ancianos y los jóvenes las llevaban
que si alguna vez se asemejan á los de Europa, en sus cabellos. Anacreon á pesar de sus ochen
es cuando están cubiertos de blanquísimos agui ta y cinco años trocó su corona de laurel por la
naldos!....... ¡cuánto los adoro!....... Oh! sí; yo de rosas en el festin donde una pepita de uva
los amo, porque en ellos nací, porque en ellos le dió muerte.
comencé á pronunciar los nombres de Dios y De flores coronaban al par los griegos y los
de Patria! romanos las estatuas de sus dioses, los pórticos
Fernando Valdes y Aguirre. de sus templos, y las salas do sus banquetes.
Tanto en aras do la sabiduría como en las del
placer depositaban á fuer de pura ofrenda los
fragantes capullos de los patrios pensiles. Así
querían indicar tal vez los goces que propor
ciona la cultura del entendimiento y las deli
cias que causa el entusiasmo de la felicidad.
Decidida aficion profesan los Orientales alas
flores. Con ellas forman los ramilletes emble
REVISTA DE MODAS. máticos cuya elocuencia supera á la de las pa
labras; de ellas extraen los delicadísimos per
ZLA.S PLORES. fumes que-han enriquecido á sus ambulantes
mercaderes, y ellas han inspirado á sus poetas
idilios tan encantadores como el del bullene y
Hay cosas tan bellas que triunfando de la la rosa. Todos saben que la cautiva odalisca se
inconstancia humana y del cambio de los gus vale amenudo del selam ó ramillete epistolar
tos logran disfrutar siempre de general favor. para referir al amigo de su corazón los sufri
Al número de esas cosas preciosas y raras per mientos secretos del liaren y que las leyendas
tenecen las flores. El poeta las canta, el aman árabes están llenas de peregrinas ficciones re
te las adora como -emblema de la hermosura lativas al lirio azul y al jazmin amarillo. En
de su ídolo, y el que no conoce el sagrado fue Oriento hasta el nombre de la mujer se halla
go del amor ni de la poesía, aspira sin embargo relacionado con las flores. El de una es magnífi
con deleite también su esquisita fragancia. Las ca azucena del desierto, el de otra clavel del
flores desde que esmaltaron este vallo de des paraiso, y el de todas alguna graciosa y galan
tierro como para velar sus abrojos, han obteni te idea.
do el sufragio universal. El hombre salvaje y En el Occidente la musa erótica ménos poé
el hijo de la civilización las miran con igual tica y expresiva no ha formado un jardin con
placer, porque ellas son la sonrisa de la tierra todas las jóvenes bonitas, pero en cambio ha
DE LO BUENO Y LO BELLO. 155
i
mezclado las flores en cuestiones mas sérias y paces de morir gustosos por su santa causa.
difíciles que las del amor. La rosa blanca y la Los hombres por gran entusiasmo que inspi
rosa encarnada sirvieron de distintivo á los ren durante su poder hallan al perderle indi
dos partidos que allá por los años 1461 se dis ferencia ó ingratitud. Vergüenza esperimentó
putaron en Inglaterra el supremo poder. La al decirlo, amables lectoras. Nuestro sexo se
terrible lucha que se trabó entonces entre las mostró desagradecido y cobarde en la época á
casas de York y de Lancaster ha quedado con que me refiero. Ninguna de las damas que tan
signada en la historia con el nombre de guerra tas mercedes recibieron de la generosa Serafi
de las dos rosas. ¡Yed á las flores convertirse na abogó ante Luis XVIII por las proscriptas
también en bandera de los ejércitos y en rese violetas. Ninguna osó manifestarle, eligiéndo
ña do los monarcas! las para su adorno, que el infortunio engendrar
No solo en la vieja Albion han representado debe el valor de la fidelidad. La sola mujer
esas balsámicas hijas de la Naturaleza papel que protestó contra el injusto destierro de una
tan principal. En Francia la flor de lis simbo flor preciada fué una artista á quien Napoleon
lizó la soberanía durante siglos enteros. El tro habia distinguido, fué la famosa Mlle. Mars.
no la habia elegido por emblema y la monar Asistía el Rey una noche á una gran función
quía hereditaria por representante de sus anti del teatro Frances donde por orden suya eje
guos derechos. cutaba la ilustre actriz uno de sus favoritos
Pero llegó la época en que los pueblos han papeles. Escuchó Luis XVIII distraído las
creído á su turno tener derecho á ser goberna primeras escenas del drama aguardando la apa
dos según su voluntad. Una revolución tre rición de la notabilidad artística que habia ad
menda atacó en el suelo francés el edificio mo quirido en Paris la celebridad miéntras él ve-
nárquico. La orgullosa flor do lis se sintió azo jetaba en extranjero suelo. Al fin compareció
tada por el huracán do las nuevas ideas en el Mlle. Mars llevando con dignidad académica el
alto puesto que ocupaba. Aunque quiso resis trágico coturno. El rey quedó prendado desdo
tir, vencida por la borrasca cayó destrozada luego de aquella rara hermosura y do aquel
en ol polvo. , ' gallardo porto que ni el mismo tiempo consi
Corriendo el tiempo volvió el antigüo orden guió destruir. Pero ¿no le engañan sus ojos?
de cosas en cierto modo á restablecerse. Mas la La túnica azul de Mlle. Mars está salpicada de
flor. do»lis habia desaparecido y en lugar suyo violetas de oro.
ornaba la violeta el solio imperial. Napoleon —Quizá dependa del acaso la elección do esa
I que unia á la elevación del genio sencillos flor—pensó Luis.—Esperemos para saberlo con
gustos, que según Alisson—historiador á quien certeza á que cambie de trajo.
debemos creer por lo mismo que pertenece á Comienza el segundo acto y cuando compa
la nación que encadenó en Santa E^na al se rece la eminente artista la mira el rey fijamen
gundo Prometeo—si no hubiera sido el primer te. Está vestida de seda carmesí bordada de
guerrero de su siglo hubiera sido el primer es ñores de plata. Aquellas argentinas flores tie
critor de él, amando las flores apasionadamen nen también la forma de la violeta. El rey lo
te quiso agregarlas á su doble corona de héroe conoce á la vez que los otros espectadores
y de spberano. La violeta sucedió por consi pues un ruido semejante al de lasólas del niai
guiente á la flor de lis en el trono de Francia. se eleva del parterre. Mlle. Mars como si no
Nada hay sin embargo estable en el 'mundo. notara la emoción que habia inspirado conti
Sacudida á su vez por la tempestad, siempre nuó caracterizando con admirable talénto á la
violenta en las altas cúspides, la violeta al par heroína de la pieza. Al caer el telón estruen
cayó destrozada y vencida. Entonces las flores dosas palmadas la saludaron. ¿So tributaban
obtuvieron el triste honor de la proscripción. al talento de la actriz ó al noble valor de la
La Restauración prohibió á las damas do la mujer agradecida? Lo ignoro.
corte llevar violetas en sus prendidos. ¡Ya no Luis XVIII presenció con disgustado sem
simbolizaban la modestia y la humildad sino blante el principio del tercer acto. De impro
la gloria, la desgracia y el martirio! viso á las nubes de su frento se unieron los re
Unicamente Dios ha encontrado adeptos ca- | lámpagos de sus ojos. Mlle. Mars acababa de
156 ALBUM CUBANO
trocar su brillante trijo escarlata por uno La caprichosa deidad de que tratamos, ha te
blanco bordado de violetas do color que la na nido mucha parto en la costumbre de depositar
turaleza les ha dado. Los morados pétalos flores en la tumba do la difunta virgen. Aun
resaltando sobre el alto tejido ya no dejaban que el corazón del amante desconsolado, encuen
duda de la flora que pertenecían. Una guir tra melancólico placer cubriendo el mármol se
nalda de violetas ornaba ademas la hermosa pulcral, bajo el cual duerme su ídolo, de adel
cabeza de la inspirada actriz, ínterin su mano fas y siemprevivas; obedece al verificarlo á las
empuñaba á guisa de perfumado cetro un ramo sugestiones de la moda. En las aldeas inspira
do las propias flores que enviaban sus olorosos esa piadosa ofrenda el verdadero dolor. En las
efluvios hasta el monarca irritado. populosas ciudades donde se prefiere el túmu
Al ver aquella animosa protesta contra el lo do piedra al de musgo, so mezclan la vani
rigor que prohibia como un crimen, la menor dad y el deseo de llamar la atención, con los
señal de simpatía hácia un infortunio demasia- mejores sentimientos.
do’grande, para no expiar las mayores culpas, No neguéis que la moda logra introducirse
el público prorumpió en gritos y lágrimas. hasta en los sérios actos que desiden dol huma
Mlle. Mars, puso el colmo á la general emoción no destino. Pocas cosas influyen tanto en él
con estas palabras que quiso añadir á su papel: como el matrimonio, y sin embargo, la vemos
_ No olvidemos que nos degradamos miran representar su papel importante en la ceremo
do con indiferencia las glorias nacionales, ni nia nupcial, dirigiendo la toilette de la novia con
qiio nos envilecemos abandonando al caido des el propio empeño que si su felicidad futura de
pués de haberle adorado en la cima del poder. pendiese do un lazo puesto do este modo ó de
Luis XVIII era un príncipe ilustrado y cle aquel. Aficionada naturalmente al aparato, ha
mente, á pesar de las severas medidas que le trasladado el ropaje teatral de los desposados
obligaron á tomar las circunstancias. Compren do la excena lírica ó dramática, al círculo de la
diendo que la oposición podia dar á las viole vida común. En el dia hasta la costurorita quo
tas una importancia peligrosa, desde la siguien debiera haber aprendido la humildad, quiere
te mañana adornó con ellas sus mismas habita casarse vestida como Lucía, do Lammermoor
ciones. Respecto á Mlle. Mars, su noble con con eí trajo de blanca seda, el vaporoso velo
ducta, tal voz nías aun quo su talento, le valió de encage, y sobro todo la corona do azahares
en el porvenir el aprecio del rey. Las almas y de jazmines. Las flores virginales se han he.
elevadas admiran la desinteresada adhesion, y cho indispensables en el atavío de la novia. La
desprecian la bajeza do los que no viendo nun jóven que marchara sin ellasal altar, se expon
ca en el hombre sino su fortuna, lo insultan o dría á malignas sátiras y á comentarios inju
le vuelven la espalda apénas se le acerca la ad riosos. Piríase que actualmente dependo la pu
reza de lr^desposada do la blancura do su nup
versidad.
La moda, lectoras mias, no podia menos que cial corona. ¡Mirad la importancia que han lio.
reconocer en las flores excelentes auxiliares gado las flores á adquirir!
para sus lindos caprichos. Antes y ahora pol La Primavera acaba do comenzar trayéndo-
lo tanto las ha colocado en el tocador de las nos el perfumo dé las flores do Abril y los anti
bellas, en sus vestidos, en sus cabellos y en sus cipados juegos de las mariposas de Mayo. La
dedos de marfil. lía poco tiempo que era ol moda como prendada de las galas do la tierra
bouquet tan necesario como el corsé para asistir y de las alegrías del cielo, derrama ahora las
á un baile. Hoy ya no sojuzga tan preciso, y flores á manos llenasen la toilette do las elegan
debe pesarnos, pues un ramo oloroso en manos tes. Las floridas guirnaldas atravesando el cor-
de la elegante jóven aumenta el encanto de su piño, rodeando la falda, y ciñendo el cabello,
distinción y de su finura. Las mariposas apesar las bertas salpicadas de rosas, y los bullones ó
do su inconstancia se posan en las flores. Los tufos guarnecidos de dálias de crespón y do
hombres á pesar de su veleidad, se fijan tam camelias de terciopelo, hacen furor. ¡Se conoce
bién en la rosa humana, que revela con su es- la influencia de la mas bella estación del año,
quisito aroma y sus graciosos gustos un alma hasta en las ideas poéticas de la moda!
d^Jicada y pura. Sabedora ésta sin duda do quo los cisnes no
DE LO BUENO Y LO BELLO. 157
necesitan morir para cantar en la Primavera, Un rollo do crespón azul bordado de perlas,
ha unido á las flores marabus tan delicados co cenia la gentil cabeza,con oriental coquetería-
mo el vellón del ave referida, en el traje de Tampoco entonces pude saber el nombre de
sus prosélitas. La otra noche vi en una soirée la elegante hermosura que tanta novedad da
tres jóvenes hermanas que me parecieron las ba á su prendido, y en cuyos ojos do gazela
tros Gracias, adornadas con ese marabú va chispeaba el sol de los trópicos, miéntras el
poroso, con rosas blancas y con perlas. Cada armiño do su tez train á la memoria la nieve
una do ellas mo recordó la Adelaida do Miss. del Norte. Pero forastera ó cubana, no tardarán
Bremer, (me fi ^uro que conoceréis a esa encan en proclamarla nuestros círculos fashionables
tadora heroína, y á esa célebre escritora) cada por una de susreinas, á no ser que desaparezca
una me parecía una ilusión realizada. Lajusti- como esas aves do paso que pocas veces sabe
cia mo manda añadir, mal que lo peso á la mo mos de dónde vionen ni á dónde van.
da, quo su natural belleza constituía su princi En fin, la primavera y la moda se unen en la
pal hechizo, pues las tres ninfas á que aludo, actualidad para ofrecernos flores en abundan
eran las celebradas señoritas, Luisa, Adelina y cia. ¡Dichosas vosotras si á la vez que vuestro
Panchita N...... y B. traje, florece vuestro corazón con esa sincera
En nombre de la moda, os participo que so alegría que es la rosa del Abril humano, de la
usan mucho sobro luenga falda de seda, los vo bella y poética juventud!
lantes do blonda del color de la misma, que las FELICIA.
mangas abuchadas comienzan á reemplazar á
las colgantes, y quo las modistas do la Habana
han principiado igualmente á hacer vestidos
sin costura en el talle, que presentan la forma Por hoy hornos do ser forzosamente graves.
de un embudo boca abajo. ¿Pretenderá la mo Concluidas, ó mejor dicho, interrumpidas to
da anunciarnos así la próxima muerte del ma- das las fiestas pie hasta ahora han venido cons
lakoff? ¡Dios nos libre en tal caso de caer do tituyendo .mestras diversiones públicas, por la
Seilla en Caribdis, es decir, de convertirnos do solemnidad de estos dias en que la Iglesia ce
faroles en látigos! lebra y recuerda los sagrados misterios do la
Un traje precioso por su rareza, me llamó el religion cristiana, nada absolutamente de nue-
jueves santo la atención en la Plaza de Armas. vo hay do que podamos dar cuenta á nuestros
Era do gró negro con flotantes mangas de blan lectores. No nos faltará por eso materia para
co encaje, y corpino bastante escotado. Bajo escribir una revista; hay tanta poesía y tanta
la manga abierta de encaje blanco, asomaba significación en el rasgo mas insignificante (si
otra negra corta y ceñida que sugetaba cerca es que alguno lo es) de la vida de Jesucristo,
del hombro anchos brazaletes de oro. Una ban que por poco q. sobre ellos meditemos las ideas
da de tul y oro, enrollándose en torno de la se agolparán en tropel á nuestra imaginación.
frente, recordaba el tocado que llevó Corina al La época del ano que va ya transcurrida es
Capitolio el dia do su coronación, y daba á la de todas sin duda, aquella en que siempre se
cabeza do la dama, así vestida, artístico corte. reúne mayor número de diversiones; la dulzu
La moda tione á voces ideas pintorescas, desti ra de la estación atrae á todo el mundo. Las
nadas á convertir una mujer que solo es bella que nos vienen despues de este tiempo son de
en fatástica y seductora hada. otra clase, son. mas caserns, por decirlo así, por
Presentóse la propia joven en una do las fies que ¿quiénse resiguaásufrircontínuamente no
tas de Pascua con un traje que la habia trans venta grados de Farenheit, un sol claro y bri
formado de imponente sibila, en graciosa síl- llante, es verdad, pero ardiente y abrasador, y
fide. Era do blanquísima gasa con guirnaldas lo que hay siempre detras de todo esto que ar
de dálias de crespón azul que bajaban por el redra á cualquiera que piense venir á nuestra
frente del corpino alto hasta el borde de la am hermosa isla? Esto es por desgracia demasia
plia falda, figurando bata. Las mismas dálias do cierto.
azules guarnecían las mangas que flotaban en Los meses que acabamos de pasar -son por
torno del mórbido brazo, como diáfana bruma esa razón los mas divertidos, y si contamos
40
158 ALBUM CUBANO
3 ... ...............
también con el de Diciembre, hallaremos en nos estamos divirtiendo? No creo tampoco que
ellos incluidas, las fiestas mas alegres y ruido los recuerdos del placer perdido sean tan amar
sas de todo el afio. Después do la Pascua y de gos como otros dicen; por el contrario muchas
mas dias que le siguen, que son verdaderamen veces deben constituir un nuevo placer, mas
te clásicos en materia de diversiones, llega el vago que el primitivo, pero por eso mismo mé
Carnaval, época de la bulla por excelencia, en nos pasajero y ménos fugaz. Es famoso y se
que es permitido llegar hasta los últimos ex repite con muchísima frecuencia el dicho do
tremos de la alegría, y en seguida formando Dante de que no hay dolor mayor que el de
ese contraste, esa antítesis que es la piedrf. recordar en medio de la miseria los tiempos di
fundamental del romanticismo moderno, la Se chosos, y ¿qué razón hay para no creer que
mana Santa on que el respeto se convierte on Dante á pesar de todo su genio se haya equi
veneración; es verdad que la transición no es vocado? ¿tenia acaso algun privilegio exclusivo
tan rápida y que entro uno y otro están los para acertar siempro?—Nada de eso, quo en
dias de la cuaresma, en los cuales debe ir fina tonces no se daban á nadie en materias do
lizando poco á poco toda especie do alegría. arte y de literatura.—Pues bien, confieso fran
Si de estos dias nos trasportamos con la mente camente que no estoy con el célebre poeta flo
á aquellos en que á la eterna mascarada de la vi rentino, y en caso de estar con alguien estaria
da se agregan los disfraces del carnaval ¡cuánta con Campoamor, el filosófico autor do las dolo-
diferencia no encontraremos entre unos y otros! ras, que dice:
—Entóneos nadie estaba á ninguna hora en su Bella será una esperanza,
casa, las calles, los paseos, los salones de baile Pero es muy dulce un recuerdo!
no eran suficientes para contener la inmensa Mas ¿para qué buscamos memorias ni re
muchedumbre que los invadía, la afluencia de cuerdos de tiempos pasados? Fijemos un mo
gente los obligaba á improvisar esa multitud mento la atención sobro los sagrados misterios
do casitas ó tiendas pequeñas, amanera de las que actualmente celebra la religion cristiana y
de campaña, en la plaza do Isabel 11, especie encontraremos en cualquiera de ellos una sig
de ciudad en miniatura, compuesta en su ma nificación sublime. ¿Qué poema compuesto por
yor parte de parodias do restaurant, en que se los hombres es mas hermoso que la vida do Je
encontraba toda clase de bebidas y comesti sucristo? ¿cuál se lo puede comparar?
bles desde la aristocrática champagne basta el Casi puede decirse que la Semana Santa co
plobeyo funche do leche (punch?), desde el clá- mienza con el viérnes llamado de dolores y sin
eicopudding (aunque no á la cipolata') hasta el po duda que difícilmente puede hallarse un prin
pular arroz con frijoles, para algunos mas dul cipio mas grande y magestuoso. María, nom
ce que la ambrosía. Hoy un silencio profundo; bre hermosísimo, modelo do su sexo, es la en
en los dias del juéves y viernes, mas solemnes carnación del mas puro y mas sublimo de to
aun que los otros, apénas so ve á nadie por las dos los afectos, el amor maternal. ¿Dónde hu
calles, excepto en los momentos en que acuden biera podido encontrarse un prólogo digno de
á los oficios sagrados: por lo demas, ni un car la gran epopeya que va á desarrollarse sino en
ruaje, ni un caballo, ni el ruido de las campa el nombre excelso de María? ¿Todas esas invo
nas que siempre nos recuerdan que vivimos en caciones á ese personaje vago que llamárnosla
sociedad, y en su lugar el sonido desapacible Musa y qne aparece en casi todas las composi
de eso instrumento de hierro y madera que re ciones, esa famosa invocación á Vénus, la im
corre las calles seguido do un estado mayor de púdica diosa griega, que abre el no ménos fa
chiquillos y que para todo sirve ménos para moso poema sobre la naturaleza de las cosas,
señalar las horas. se asemeja en algo á la gran figura de la ma
Pero si se acabaron las diversiones nos quo- dre de Jesus? Ciertamente que no; ni aun en
da todavía la memoria de ellas; si es cierto co manos de escritores como Lucrecio, uno de los
mo dicen muchos, (yo no lo digo) que todo en poetas mas enérgicos é inspirados de la litera
el mundo es una ilusión, efecto de pura fantas tura romana. »
magoría, ¿qué inconveniente hay para qjre nos María en lengua hebrea equivale á estrella
figuremos dentro de nosotros mismos que aun del mar, porquo el marino que lleve fijos en ella
ii
DE LO BUENO Y LO BBLLO. 159
los ojos, aun on medio de las mas recias tem que por las demas sin que uno mismo pueda
pestades, se verá libre de hacerse pedazos con darse cuenta de la razón de esa preferencia.
tra los innumerables escollos que lo cercan.— Esto me sucede con el domingo de Ramos. El
En el Evangelio se encuentra á cada instante por- qué no puedo decirlo. Quizas sea por el
este bellísimo nombre; no es solamento la ma gran uso que en ella se hace de las palmas, de
dre de Cristo quien lo lleva, hay también ¡a ese árbol elegante, de formas tan esbeltas, plan
hermana de Marta, la que derramaba á los piés ta tradicional del desierto, emblema de la poe
de Jesus los perfumes mas preciosos, y ademas sía oriental, el mas bello adorno de nuestros
María Magdalena, la pecadora arrepentida, que campos y nuestros paisajes; árbol de hermoso
no abandonó un momento á la Virgen en el color y gallardo penacho cuya imágen llevaba
trance terrible do la pasión y muerte de su hi siempre grabada en su imaginación nuestro
jo adorado. gran poeta Heredia, de la que no pudieron bor
Nada mas tierno, mas generoso, mas cristia rarla ni su larga permanencia en el extranje
no, en fin, que las palabras del Salvador á la ro, ni el espectáculo asombroso de la catarata
pobre pecadora, á quien su suerte infeliz habia del Niágara, la maravilla del Nuevo Mundo.
descarriado, pero que ansiaba volver al camino Este dia recuerda la entrada del Salvador
dol bien: “mucho to será perdonado porque has on Jerusalem Un hombre envuelto en una lar
amado mucho.” Frase sublime que nunca de ga túnica, de cabellos rubios divididos en me
biera olvidarse. dio do la cabeza y quo caian en rizos á árnbos
Es tan grande el caudal do la mas elevada lados do la cara, de fisonomía bellísima, en cu
caridad que so desprende de estas magnánimas ya expresión habia algo de divino aparece pol
palabras, que no nos atrevemos ahora á comen las calles de la ciudad de los Judíos, montado
tarlas. Si queremos algun comentario digno de en un asno, el animal mas infeliz y desprecia
ellas, léanse las hermosas composiciones de al do, seguido de sus discípulos, unos pobres pes
gunos poetas modernos, en quienes desperta cadores, y do hombres del pueblo que con pal
ron la inspiración verdadera é hicieron pro- mas en la mano gritaban: Hosanna! ¿Hay na
rurapir en magníficos cantos. da mas sencillo ni mas humilde? ¿Por qué pues
La madre del Salvador se eleva entre las do se le llamará pomposamente la entrada triun
mas Marías como so eleva el amor maternal fal?—Porque aquel hombro era Jesucristo.
entre todas las demas pasiones. Esa mujer ce En los puntos en que no nacen las palmas
lestial que sabia que llevaba en su seno al nue se sustituyen con otro árbol, el boj por ejem
vo rey del Mundo, destinada á seguir lenta plo; pero ninguno produce el mismo efecto.
mente y casi siempre de léjos las huellas de su ¡Queda tan bien una hoja de palma adornando
hijo idolatrado, que habia de presenciar todos un sombrero á manera do cinta, como lo hacen
sus martirios y acompañarlo en el momento muchas gentes ese dia, y se puede poner tan
fatal de su muerte,—es el ideal de la belleza. hermosa una rama como la vemos en las ven
Por eso los pueblos meridionales lo tributan el tanas interiores de muchas casas! Con otra
mas fervoroso culto; porque hiere profunda planta no se puede hacer lo mismo. Tan es así,
mente la imaginación. ¿Ilay alguna figura mas que en Roma las hacen venir de donde las ha
patética que la de María al pió de la cruz?— ya, expresamente para esta fiesta.
Stabat Mater dolorosa. El juéves y viérnes son ya dias de otro gé
¡Con cuánto recogimiento hemos oido siem nero: las ceremonias eclesiásticas son de un ca
pre la espléndida inspiración de Rossini sobre rácter imponente, lúgubre, magestuoso: ya el
este tema!—El ilustre autor del Moisés, del pueblo hebreo no gritaba hosanna! sino crucifí
Otelo y de la Semíramis supo encontrar para cale, crucifícale!—Jjos numerosos templos do
la prosa elegiaca del Stabat ese sentimiento re nuestra ciudad no bastan para contener la in
ligioso, suave, melancólico, lacrimoso, pero no mensa muchedumbre de devotos que á ellos a-
sombrío ni horrible que pedia esto trozo admi cude para presenciar las-augustas ceremonias.
rable. Entre todos tiene la supremacía la Catedral
Entre las fiestas religiosas hay siempre al por Oficiar en él de pontifical el Sr. Obispo, y
guna por que se tiene mas cariño ó simpatía porque allí es adonde asisten todas las autori-
160 ALBUM CUBANO
•ü W'
dades. Ni la nave principal ni las laterales, e- bendición de la ciudad y del mundo, urbi et orbi.
ran tampoco suficientes para el gran número —Pero cuánto no deben realzar esas ceremo
de señoras eiegantomento prendidas que allí nias las maravillas arquitectónicas de San Pe
habia. dro y los frescos de Rafael y Miguel Angel!
El viernes estuvieron también muy concur ¡Qué ideas graves no debe inspirar la celebra
ridos, especialmente el do San Juan de Dios ción del rito católico en la capilla Sixtina de
en los momentos del sermon de las Siete pala lante del Juicio final de Miguel Angel! En San
bras, del Descendimiento de la cruz y de la sa Pedro la religion católica está como en su ele
lida de la procesión del Santo Entierro. Un dia mento; ese sublime y gigantesco edificio es el
hermosísimo, un cielo claro y despejado con digno templo de la mas sublime de las religio
tribuyeron á su mayor lucimiento. Las esta nes, os la morada que le correspondo al Pontí
ciones que le dan á la ciudad toda un aspecto fice romano á quien los fieles consideran como
de recogida belleza y que convierten las calles sucesor del apóstol San Pedro y como el repre
de la Habana en alamedas ó paseos públicos, sentante de Dios en la tierra.
porque esa noche pocos se quedan en su casa; El sábado á las nueve de la mañana cambia
unos salen á visitar las iglesias, otros á respi todo inmediatamente de aspecto: al cántico de
rar algun aire fresco, porque entre paréntesis aleyuya en las iglesias respondo el alegre tañi
hacia un calor abrasador, otros á ver y á hacer do de las campanas, descargas de artillería,
lo que hagan los demas y unos cuantos, en fin, estrépito do carros y carretones, toda clase
á ver visiones; y efectivamente resucitan algu de ruidos. Volvemos á empezar á vivir como
nos de gran tenue con casacas y levitas que fue ántes, vuelven las diversiones acostumbradas
ron testigos de la toma do la plaza por los ingle y nuestra vida de siempre con su monótona
ses y con peinados que usó Catalina do Médi- variedad.
cis. La clásica retreta atrajo también gran con Al grito do aleluya desaparece cuanto habia
currencia y se oyeron varios buenos trozos para salir después los actores con otro traje
en medio de otros completamente desconocidos. como en una escena de melodrama, y aparecer
No deja de ser halagadora la circunstancia completamente vestidos de blanco los que. el
de que por estos dos dias seamos todos iguales dia antes andaban de rigorosa etiqueta; todos
y no haya la distinción bastante desagradable empiezan á caminar muy de prisa por las calles,
de que unos anden á pié y otros en cochos, los unos porque tienen mucho que hacer y los
bombes, milores y esa partida de nombres es otros porque quieren convencerse á sí mismos
trambóticos que se le dan hoy á los carruajes. de que están muy ocupados y con notable sa
Maldito si soy yo partidario do las doctrinas de gacidad observan que ese es el medio mas es-
San Simon, Fourier, Cabet y demas ejusdem podito do fingirlo; vuelven á parárselos carrua
furfuris-, poro esto que un don Fulano de Tal, jes delante de las tiendas y á obstruir el paso
es decir, un don Nadie lo estropee á uno y lle y vuelve también el desagradable regateo, útil
ne de fango con la mayor indiferencia es capaz y necesario sin embargo, pues hemos visto mas
de hacer salir do sus casillas al mismo Job, que de una vez venderse en medio peso efectos por
pasó su vida en un estercolero. que se habían pedido veinte reales al primer
En Boma durante la época de la Semana golpe, costumbre chocante que es ya ingénita
Santa la población aumenta prodigiosamente; en nuestros mercaderes. Con el sábado y la
de todas partes acude un gran número de via aleluya en fin vuelve Atta Troll á acordarse de
jeros, sobre todo ingleses, para asistir alas ce que tiene que hacer la revista del Album y la
remonias religiosas que son mucho mas solem empieza y la acaba como se verá por la muestra.
nes y espléndidas que en cualquier otro pais. Aíía Troll.
Natural es que así suceda en la capital del
mundo cristiano y corte del Pontífice. En cual
quier libro de viajes se encuentran descripcio En el número siguiente comenzará la novela titulada
FLOR BEL AÏGEL, original de la Sra. Avellaneda, que no
Li
nes minuciosas de la procesión del Papa senta tiene cabida en la presente entrega por dársela á la novela
do en su trono, de la fiesta de las tinieblas, del del Sr. Hartzenbucb, que creemos agradará también no
poco á los Sres. suscritores. A la Flor del Angel seguirá
Miserere cantado en la capilla Paulina, de la otra obra de la Directora del Album.
LO BUENO Y LO BELLO.
por el Rey, por los Catecúmenos, por las vin- saetas, con esto y otros recuerdos de la Pa-
das, por todas las necesidades, por los cisniá- sion del Señor:
ticos, por los judíos, por los paganos; á nadie
olvida, á nadie excluye esta santa madre que Una corona le ponen
tantos ingratos olvidan, de la que tantos ilu- De espinas setenta y dos,
sos se alejan! Que le atraviesan las sienes
Ilay tres horas en este dia mas solemnes ú María el corazón.
aun quelas otras, que son aquellas tres en las . , , , ,
. , 1 , Angel de la tierra escogido para tanta glo-
que agonizo nuestro Salvador en la cruz y . c , , . , . ; ,
, ., , , . , „ . ría y para tanto padecer! tan humilde en tu
en las que pronuncio la victima de Expía- , , „. . , ,
, . . , , , grandeza como mansa en tus sufrimientos!
cion, las siete palabras que resuenan hoy en x,, , . . .
L i , . . ,, ,, lu que nunca te muestras severa ni desvia-
todos los corazones cristianos. En ellas se , ? . ,
. da sino que siempre amparas y consuelas, tu
quejo de la sed, pero no de sus verdugos; . , ,, . ¡ ,, . . ..
, ,, , , , „ . . ° clemente, tu piadosa, tu misericordiosa que
hallo paliativo al espantoso Deicidio, y no , , , , ,
, , „. . , , , estas al pie de la cruz dolorosa y llorosa que
lo pidió para sus sufrimientos; busco amparo , , ,
, , , , tantas lagrimas derramaste, que por advo-
para su madre humana, y lo pidió para si a . , . , „ , T?. ir,.
t-, i -TA- • ;■, . , cacion te pusieron los heles 1 irqcn de L¡aqri-
su Padre Divino, prometió su remo al peca- , .. ,
. t., , , , , mas, recibe las que en este día derrama
dor convertido, ansiando al derramarla que . , . , . , , .
, , , . , , 1 mos contigo y con la iglesia, y preséntalas a
los hombres cogiesen el fruto de su sangre; x ... . ® ,
„ , i ... ° tu hiio unidas á las tuyas como los granos
fueron las ultimas de suprema caridad y su- . , , , ,
, , f. . . de arena adheridas a las perlas sacadas del
blime satisfacción al sentirse morir; todo es- „ , . . , . ..
...... , . , , fondo de un mar de amor; e inclina su oído
ta cumplido, duo, y bajando su cabeza coro- , , , , ,. ~ _ ...
. . . , , , a esta nuestra suplica: benor pendiente en el
nada de espinas, sobre su pecho traspasado , . , . , r x , ...
. . , . . . , , árbol de la cruz, oye nuestros ruegos! Mira
por una lanza, expiro, deiando al mundo re- , . , . , , °
.... por la iglesia nuestra madre y por su santo
dinndo con su sangre, y regenerad.) con su . . , ,
m t t i , vicario nuestro Padre!—Ampara al pueblo
enseñanza.—iodo estaba cumnhdo! . . ,.,
t , , , , ■ , cristiano, y para que no sea perdido para nos-
Inclinanse entonces también nuestras , , . .... . .
, otros tu divino sacrificio y tu preciosa sangre,
cabezas como la de la sagrada victima y un , ,
, , . , J , concede lo que con tu iglesia te hemos pedi-
nuevo dolor parte nuestro corazón al ver al . , 1 . , ® 1
i , do en el Domingo de liarnos,
pie de Ja cruz la panda madre que no aban- , y .
, , , ....... P Aléjanos del fuego de las contradicciones;
dono a su ln o! Del afrentoso patíbulo baja ’ & ’
, , , ’ , , . . i -modera en nosotros el exceso de pasión; da-
a los brazos que al nacer le sirvieron de cu- , , , , , , , , ,
na el, cadaver ., . , primer
del . f
mártir i ila .Nueva
de ht nos la salud del cuerpo 1 y~ la paz 1 del alma. L
ley que al morir le sirven de féretro—y des- Fernán Caballero.
pues queda sola la pura Madre de Dios hu
manado, vestida de luto, clavada en SU pe- [Sevilla 10 de Marzo de I860.]
cho una espada, símbolo del dolor que la
traspasa, y así la apedilla la Religion, Hr- (1) Extingue flammas litium,
gen de la Soledad, y la acompañan en ella con Aufer calorem noxium>
el sentido himno: Confer sapjtern corporum
Stabat mater dolorosa Veramque pacem cordium.
Juxta crucera lacrimosa,
mientras la devoción popular escucha en la
calle al pobre ciego intérprete de sus sentí-
mientos que en este augusto dia, alza á in
tervalos tristemente sn voz en las estrañas y
lúgubres modulaciones de las conmoventes
I
__
!.................................. . . .......................... . ........ -
DE LO BUENO Y LO BELLO. 163
ofrenda lo que te es mas grato: una inteli goras, maestro de Pericles, de Eurípides y
gencia rica de verdades, y una alma llena de según algunos de Sócrates. Ofrécese en se-
virtudes que me acerquen mas á tí en la in guida la escuela Itálica que tuvo por centro
mensidad de tu gloria. á Pitágoras, cuyo génio singular adelantó
considerablemente la ciencia do la naturale
Pedro J. Morillas. za física y de la naturaleza moral: fueron sus
discípulos mas aventajados Ocelo, Timeo de
Locres, Arquitas, Alcmeon, Filolao, Ilipa-
so, Eudorio y el autor de los versos dorados,
que se cree ser Leysipo. Al propio tiempo
Xenófanes, natural de Colofon, abandonan
do el Asia menor, fué á establecerse en Elea,
ciudad de la Grande Grecia, yalli empezó á
enseñar las doctrinas cuyos sectarios forman
HISTORIA DE LA FILOSOFIA, la escuela eleática, así llamada del pueblo en
que tuvo origen. Después de varios sistemas
y encontradas opiniones seguidas por los
Bajo este epígrafe existe un manuscrito sectarios de esta escuela, fijase al fin la filo
del malogrado escritor barcelonés D. Ma sofía en una base mas sólida y natural,—en
nuel de Cabanyes, que contiene veinte plie el conocimiento de si mismo proclamado por
gos y que no parece concluido, en el cual se Sócrates,—el cual supo conducir el espíritu
proponía trazar á grandes rasgos la historia por el método de la observación, poner las
general de los conocimientos humanos. Este mas importantes verdades al abrigo de la
largo y precioso fragmento, en cuyas pági duda, y dar á las investigaciones un fin y un
nas se descubren la erudición y soltura de resultado prácticos. Fué, filosóficamente ha
pluma de su jóven autor, no espara publicado blando, el creador de la moral, y fundó sus
íntegro pues carece de la lima á que el autor preceptos en la conciencia. La conducta to
lo hubiera sujetado ántes de presentarlo al da de su vida presentó la aplicación de sus
público; pero creemos complacerá á los lec rectos principios; y cuando en sus últimas
tores del Album cubano la ligera reseña que horas bebia la cicuta, que los ministros de
vamos á hacerles de aquel estudio filosófico, un tribunal injusto le presentaron, mostró
muestra del talento y criterio de un distin toda la calma y tranquilidad de un sábio. Nu
guido jurisconsulto y poeta que, arrebatado merosos fueron sus discípulos,' muchos de
por la muerte cuando acababa de cumplir 25 ellos siguieron diferentes sendas. Zcnofonte,
años, dejó frustradas las legítimas esperan Esquinez y Simon, son considerados como
zas que habia hecho concebir á todos los a- los únicos intérpretes fieles de sus doctrinas.
mantes de las letras. Después de la escuela Socrática, se hace
Después de una corta introducción sobre notable como por contraste la escuela cínica,
las primeras edades de la filosofía, á que no ó el Cynismo, que reconoce por su fundador
alcanza la luz de la historia, aunque sí el eco á Antístenes, cuyo desprendimiento llevado
de la tradición, empieza á presentarnos la fi á un rigorismo ridículo.y despreciador no e-
losofía reducida ya á sistema bajo el brillan ra mas, en concepto del mismo Sócrates, que
te cielo de la Grecia. La escuela Jónica flo una vanidad disfrazada; llegando al estremo
recía en el siglo VII antes de Jesucristo, en de proponer al hombre por fin de sus deseos
señada por Thales de Mileto, el primero de el placer y no la virtud. Esta secta no tardó
los siete sabios, pasando después á ser gefe en incluirse en la de Epicüro para quien la
de esta escuela Auaximandro su discípulo, felicidad consistia en los goces. Tócame por
despues Anaximenes, y por último Anaxá- incidencia las escuelas Eretríaca y Megárica
DE LO BUENO Y LO BELLO.
165
fundadas por Simon do Elis y por Euclídes, dor, pudo ayudar el filósofo su insaciable a-
discípulos de Sócrates, y se fija el joven his videz de saber cor. todos los recursos que fa.
toriador en la célebre Academia que reco cilitan los conocimientos y los extienden.
noce por cabeza al mas célebre entre los dis Así su sistema absorve todos los ramos que
cípulos de Sócrates: Platon, cuya doctrina componen el árbol de la humana ciencia.”
solo pudo traslucirse al través de sus obras, “Dando á la filosofía nuevas bases, distri
pero no determinarse. Después de habernos buyendo con orden todas sus partes y ense
dado una rápida idea de los principios gene ñando como convenia trazarlas, las ha trata
rales de su sistema filosófico, y de la segun do él mismo y adelantado casi todas. La i-
da y tercera Academias, fundadas como con deología, la lógica, la moral, la política, la
tinuación de la primera, por Arcesilaoy Cli- anatomía, la historia natural, y la literatura
tómaco, consagra el siguiente capítulo á tra todo ha sido objeto de sus investigaciones.”
tar del Liceo ó del Peripato, y aquí me pa “Desde luego Aristóteles establece sólida
rece de algun interés transcribir el retrato mente la distinción del alma y del cuerpo, y
que nos hace de Aristóteles, y la idea que refuta A aquellos que los consideran como una
nos dá de su doctrina, como muestra del es agregación de átomos sutiles, ó como la ar
píritu que reina en todo el manuscrito del monía de diversos órganos físicos. No pu-
Sr. Cabanyes. diendo asemejarla á ninguna sustancia cono
“Trasladémonos otra vez,-dice,-á la pri cida, hace de ella una nueva, y la llama en-
mitiva Academia: veremos entre los discípu telequia. En el alma distingue con claridad
los de Platon a un mancebo de graciosas fac dos ordenes de facultades que se agrupan las
ciones, ostentando magnífico traje á pesar unas en torno del entendimiento, las otras
del mal estado de su fortuna que con sus di en torno de la voluntad, pero se limita al a-
sipaciones lia arruinado, dejando verde cuan nálisis de las primeras. Descendiendo A las
do en cuando en sus labios maligna sonrisa, sensaciones, indica sus diversos caracteres,
y en sus respuestas un tono burlón, un flujo luego admite un centro común, un foco in
de hablar, una sutileza que á menudo des telectual, en donde las varias sensaciones
conciertan y ofenden A su anciano maestro. son percibidas, comparadas y juzgadas igual
Este mancebo es macedonio, natural de Es- mente: A este centro le llama sentido común;
tagira, y se llama Aristóteles. Después fué {sensorium commune}.—Opuesto á algunos an
llamado el principe de los filósofos ó el filósofo tiguos filósofos, considera como distintas las
por escelencia. Cuéntase que cuando Platon facultades de sentir, de pensar, de la imagi
murió, dejó encargada la dirección de la A- nación y de la memoria. Divide finalmente
cademia á Senócrates, uno de sus discípulos el entendimiento en pasivo y activo; al pri
predilectos, y que ofendido el Estagirita de mero concede la simple percepción de las
esta preferencia, abandonó á Atenas y se re imágenes, y atribuye al segundo aquellas su
tiro a Misa. De aquí fué á establecerse en blimes combinaciones que poco á poco van
Mitileno de donde Filipo le llamó para la e- deduciendo las ideas generales. Aquí pues
ducacion de su hijo el Grande Alejandro. El ya se aparta este filosofo de los principios de
ingenio, pues, que debia abrazar todas las Platón, quien sentí? como tesis general que
regiones de la naturaleza, iba á dirigir la en toda percepción deriva de una idea ó forma
señanza de aquel hombre extraordinario, cu pro tótypa originariamente impresa en lamen,
ya ambición no encontraría mundos bastan te. Aristóteles al contrario afirma que toda
tes para satisfacerla. Tal vez sin las relacio idea deriva de una percepción exterior, y
nes del nuevo discípulo, el al ma independien proclama la experiencia como principio ge.
te de Aristóteles se hubiera remontado con nerador de todas las ciencias humanas.
mas noble vuelo; empero justo es decir tam “No empero se crea á este filósofo (como
bién que, merced al poderío del conquista se supone comunmente) exclusivo partidario
42
166 ALBUM CUBANO
He esta máxima que falsamente se le atribu les el camino de la mayor parte de los filó
ye. Nihil est in intellectu quod non prius fueril sofos que le precedieran. Estos habian creí
in sensu. Léjos está él de admitir solamente do que las mudanzas que en la naturaleza
verdades sensibles y relativas, mrnáximas ge acontecen no son sino una nueva disposición
nerales sacadas por inducción de los experi de las partículas de la materia. Propiamente
mentos. Frecuentemente se vé conducido á hablando, ellos no habían admitido genera
reconocer verdades necesarias, absolutas, que ción. El desechó este dogma y se descarrió.
sirven de base á un gran número de conoci Menester fué que enseñase que se producen
mientos; pero en el plan que ántes habia con'- nuevos seres y que algunos se aniquilan; los
cluido de atribuirlo todo á la experiencia, (tal distinguió de la materia, les dió nombres des
vez mas para oponerse á Platon que por una conocidos, afirmó ó supuso cosas de las cua
convicción profunda) parece embarazado con les no tenia una idea distinta. Sin la eviden
ese orden de verdades y no les señala lugar cia de ideas, el estravío y el error eran in
bien determinado. dispensables. Sus sectarios, habiendo encon
“A pesar de lo vago é insuficiente de esta trado abierto el camino, introdujeron tam
teoría acerca del origen del conocimiento, A- bién número infinito de formas y de facul
ristóteles hizo dar un paso inmenso á la cien tades distintas de la sustancia, y como él se
cia. La sacó del dominio de la hipótesis y del estraviaron y perdieron.
ideal, en que la imaginación de Platon la co “Mas si su física sobre tan erróneos prin
locara, v la hizo entrar en la senda de la es- cipios fundada ba tenido que ceder indispen
periencia y de la realidad. sablemente la ventaja á la moderna, su gran
“Desgraciadamente el método que dejó de Historia de los Animales es todavía un mo
para que adelantase no fué el mas propio, numento precioso para la historia natural:
pues en último análisis viene á consistir en todavía causa la admiración de los modernos
las meras fórmulas del silogismo. Fn es y coloca á su autor al nivel de Hipócrates, y
tas funda todo el arte del filósofo y todos los muy superior á Plinio. En ella se encuentran
grandes conocimientos. Así es que puso to expuestos con precision y distribuidos con
da su sagacidad y conato en analizar el silo método un número prodigioso de hechos,
gismo hasta en sus últimos elementos, des cuyo orden presenta las formas regulares de
cendiendo primero á las proposiciones y des una ciencia.
pués á los términos mismos de las proposi “Do las amenas regiones de la naturaleza
ciones. De esta suerte dejó redactadas del pasa el filósofo á trazar los mas dificultosos
modo mas completo todas las fórmulas silo y mas áridos asuntos do la moral. Aquí la
gísticas, y con esto formó, bajo el nombre de paciencia laboriosa, la exactitud de espíritu
lógica, una ciencia que precede á todas las que caracterizan á Aristóteles se encuentran
otras. Fácil es de ver los fatales resultados en la enumeración, la clasificación, la defi
que semejante método debia de producir. nición de las diversas especies de deberes
Encadenado el entendimiento con esas tra que él subordina los unos á I03 otros, y se
bas, ni un paso so atrevió á dar, ni llegó á manifiestan mas todavía en el sábio arte con
sospechar que fuera de ellas hubiese nada que reúne la moral á la política, haciéndolas
bueno. derivar á entrambas de un mismo principio,
“Con el mismo empeño que la lógica de el bien de iodos. Erró, sin embargo, en no fun
Aristóteles ba sido defendida su física, en dar su moral sobre el deber, y en hacer con
(jonde sí hay algunas cuestiones sublimes sistir la virtud solamente en la moderación.
que él trata y esclarece con grande maestría, Empero dos doctrinas suyas particularmen
el fondo, el total de la obra nada absoluta te han excitado la censura de sus contrarios
mente vale. La principal causa de este-de y acaso no sin justo motivo: tales son el no
fecto ba sido el haber abandonado Aristóte fijar límite alguno al poder paterno, y el con
DE LO BUENO Y LO BELLO, 167
siderar el estado de esclavitud como legiti lira moribunda, rasgaron el aire con sus do
mo y conforme al voto de la naturaleza. Sal lientes cántigas los últimos trovadores. Be
tan á primera vista las fatales consecuencias lla es la historia de esas cortes de amor tan
que de la primera doctrinase derivan; y ojos celebradas, triWhal lleno de encantos y a-
severos podrían,ver en la segunda la expre tractivos, en que los jueces eran lindas y a-
sión de un servil cortesano; pero en honor fectuosas damas, y cuyas sentencias no ar
de la filosofía supongamos, mas bien, que el rancaban jamás lágrimas ni gemidos.
espectáculo de tantos pueblos abyectos y co Supo la poesía provenzal inspirarse prime
bardes, que sin honor y sin virtudes dobla ro en las guerras que entonces agitaban el
ban el cuello al primero que les presentaba mundo; sacó sus dramáticos y caballerescos
el yugo, y al comparar esas degradadas cria episodios de las luchas heroicas que soste
turas consigo mismo, con su maestro al que nían el Occidente con el Oriente, y por esto
llamaron divino, con aquel Sócrates, cuya en su época primitiva cantó la guerra mas
fresca memoria llenaba aun el mundo, pudo bien que el amor.—Por fin, se hizo huéspe
quizá exclamar, en un arranque de dolor, da de los castillos, fué recocida en el hogar
que la esclavitud es el estado natural de la doméstico, diéronla asiento á su lado y á sus
mayor parte de los hombres.” piés las mas nobles y apuestas castellanas, y
entonces dejó de cantar tan á menudo la
(i$e continuará.') guerra, para con mas frecuencia cantar el
amor; ese amor caballeresco, platónico las
mas de las veces, y sometido siempre á de
beres positivos, fijados de antemano por un
código obligatorio al .cual no se podia faltar
só pena de ser el quebrantador arrojado co
mo un felon do todos los castillos.
Bella y gloriosa época aquella! La poesía
LOS THOVADORES. primitiva, la poesía provenzal, que, según
algunos, era mas popular, mas rica de es
pontaneidad que esos otros cantos de los
La Provenza, el condado de Barcelona, el trovadores llegados hasta nosotros, habia
reino de Valencia y el de Aragon han sido quedado abandonada entre las masas como
el pais clásico de lo3 trovadores que, por es una mujer perdida; miéntras que su hija, la
pacio de mucho mas de dos siglos, ejercieron nueva desposada de los trovadores, salia ga
con sus cantos una influencia poderosa sobre lana de entre las tinieblas, como Julieta de
la Europa cristiana. su tumba; vestida de blanco y coronada de
Las principales naciones, entre otras la rosas empezando á recorrer las cortes del
Inglaterra y la Alemania, tenían, no hay du mediodía, cantando de castillo en castillo,
da, sus cantos de guerra, pero de los trova de aldea en aldea, y repartiendo por todas
dores provenzalcs fué de quienes aprendie partes flores y sonrisas.
ron sus cautos de amor. Acompañaban do quiera á los trovadores
La Provenza pudiera muy bien decir á la el brillo, el esplendor, el poder y la riqueza.
Europa lo que contestó un dia Zacarías Las mujeres les colmaban de favores y los
Werner á Mad. de Stael—que le preguntó príncipes de dones. Leonor de Xormandía
quien era:— lo, Señora, soy el catedrático del distinguía á Bernardo de Ventadour entre
amor. todos los caballeros de su corte y pagaba sus
Bella es la historia de la poesía provenzal trovas con tiernas miradas.
desde el siglo XI hasta el XV, que es cuan . —Pedro Vidal,—que en alas de su es-
do al son de luis postreras vibracioneaflft-iuja- áÚBu aventurero so dió á correr el mundo.
168 ALBUM CUBANO
—se enlazaba con una princesa griega y lle nótonos de tristes ó interminables noches,
gaba á tomar el título de emperador, llevan que alegraba solo el juego de los dados.
do sus pretensiones al imperio de Occidente. Pero llegaba por fin el buen tiempo; la
—Elena de Plantaganet, la hermana de ese castellana cogia la primera violeta en el par
fiero Ricardo á quien llamaban las crónicas que, las golondrinas cruzaban alegres el aire
Corazon de León, reconocía públicamente regresando á sus nidos como heraldos de la
por su caballero, dándole derecho de vestir primavera, el sol estendia un manto de oro
sus colores, á Beltran de Born.—Arnaldo sobre la naturaleza, fecundizándola con sus
de Vidal conquistaba con un cántico á la ardientes besos, y las nubes cuyo reinado
Virgen, la primera violeta de oro que dieron habia concluido, se retiraban á habitar los
en premio los siete trovadores de Tolosa; y picachos mas inaccesibles de los montes,
esta violeta, como un talisman irresistible, proscritas de ese cielo puro del que momen
le abría las puertas de una cámara real y las táneamente so enseñorearan. Coula vuelta de
del corazón de una reina.—Jaime el Con las golondrinas y con el reinado de las fio-
quistador daba asiento á su mesa y lecho en res, el castillo esperaba el regreso del trova
su propia cámara, áPedro Cardinal.—Dante dor. Brillaba el sol de mayo, y se le veia
ha colocado en su paraíso y entre los elegi trepar por la escarpada cuesta que conducía
dos á Folquet de Marsella; y Petrarca; que al castillo, después do haber enviado al pue
no es,—miróse como se quiera—sino uno de blo ó á la ciudad inmediatas sus juglares pa
los últimos trovadores, marchaba al Capito ra que recitaran sus antiguos cantos á la
lio coronado de laurel y llevado en triunfo; congregada multitud.
miéntras que Ansias March era el concejero, Aquella misma noche la castellana, las
el válido y el amigo de 03c infortunado prin doncellas, los varones, los escuderos, todos
cipe de Viana á quien Cataluña amó como se reunían en la gran sala de armas para es
hijo, celebró como héroe, y honró en su cuchar el poema que el trovador habia com
muerte como santo. puesto durante el invierno. El poeta se co
Los trovadores iban de ciudad en ciudad locaba en medio de la asamblea. No leia sino
y de castillo en castillo cantando .el amor y que recitaba ó declamaba, y cuando su nar
la guerra, halagando á las damas y señores, ración lo exigia, cantaba por intervalos acom
recitando cuentos y baladas, y muchas veces pañándose del arpa ó déla morisca guitarra.
también esparciendo la ironíay la sátira. Al Su poema habia sido compuesto á veces
gunos llevaban un juglar que cantaba las por orden del señor del castillo, que le pres
trovas y canciones que ellos componían, pe taba la empica, en la cual estaba contenida
ro otros iban solos, con su lira colgada á la la tradición ó asunto que le encargara, poeti
espalda, tan pobres de bolsa como ricos de zar. Eutónces figuraban en la narración los
corazón y de ilusiones. antepasados del caballero feudal, y sus figu
Durante el invierno el feudal castillo per ras eran delineadas con valientes y robustos
manecía solo y aislado en su altura, rodeado rasgos de imaginación, que arrancaban ex
de nubes que formaban como otra fortifica clamaciones de gozo á los caballeros y lágri
ción en torno á su cinturón de torres, alme mas de ternura á las damas.
nas y murallas. Nada de torneos y de he Otras veces elegia él mismo sus asuntos,
chos de guerra durante la fria estación; nin según la afición que demostraban tener sus
gún ilustre huésped iba á habitar las salas oyentes á los hechos de amoró á los de guer
destinadas á los estranjeros; ningún peregri ra, y entonces escogiendo siempre con par
no aplicaba los labios á la bocina de aviso ticularidad argumentos sacados de las tradi
que colgaba de una cadena junto al puente ciones do su patria—cantaba ya las hazañas
levadizo. El castillo veia solo deslizarse, uno homéricas de Otgero y los nueve harones de
tras otro, pausados y lentos, largos dias nm ■. .daJanva^^Xos, amores ele .Wifredo el velloso
DE LO BUENO Y LO BELLO, 169
170 ALBUM CUBANO
ejercer sobre sí misma.—¿Queréis, dice la au que jamas conteste á las palabras duras ó pican
tora en este capítulo, que os respete vuestro es tes que puedan dirigirla, que nunca se queje á
poso?—Mostradle un respeto ilimitado.—¿Que su marido, ni desapruebe lo que vea ú oiga, á
réis que os honre con su estimación, y que os ménos que no sean cosas evidentemente perju
manifieste un afecto constante?—Velad siempre diciales; que esté siempre dispuesta á mostrar
gobre vosotras mismas, para no dejarle percibir deferencia por la voluntad de los demas en todo
vuestros defectos, y para corregirlos.—Una mu aquello que no se oponga á su deber. Sus padres
jer que no se cuida de estas dos virtudes, ó que y hermanos políticos, aunque fuesen unos tigres,
no formo de ellas la base sobre la cual ba de a- no podrían ménos de cobrar afición y respeto
poyarse la tranquilidad de sus dias, caerá bien hácia una mujer que así se conduzca con ellos.
pronto en los vicios opuestos, y será muy des En todo tiempo y en todas partes elogiarán su
graciada. virtud y su excelente carácter. Semejante elogio,
4. ° I)e LAS CUALIDADES QUE DEBE TENER UNA repetido con frecuencia, la conquistará también
mujer amable.—Hé aquí un capítulo que jamas el corazón de su marido, la hará respetar de to
deben olvidar las jóvenes. “Sus palabras deben dos sus parientes, y llegará á establecer tan só
ser siempre honestas, dulces, mesuradas; no de lidamente su fama, que será objeto del aprecio
be la mujer ser taciturna, pero tampoco charla universal, y se la citará como ejemplo.”
tana; no debe decir nada trivial ni bajo, pero Esta obra de Pan-Hoci-Pan, titulada por al
tampoco escoger sus expresiones ni emplear las gunos ol CÓDIGO DE LAS Mujeres, fue recibida
que sean poco comunes, y querer aparecer como con aplauso por el Emperador, la córte y el pue
de grande erudición. Si es bastante instruida en blo. El sabio Ma-Loung, presidente de loo lite
las letras para hablar oportunamente, no debe ratos, la copió él mismo, y encargó á su esposa
hacer gala de ello. En general disgusta que una que aprendiese de memoria aquel tratado, escri
mujer cite á cada paso la historia,.los libros sa bo, según decia, para la perfección de las mujeres.
grados, los poetas y sus obras; pero será muy Tan ilustre escritora, honor de su sexo, mu
estimada si, sabiendo que es instruida, no se la rió llorada de todos á la edad de 70 años. El Em
oyen sino conversaciones gratas, si se ve que perador hizo solemnizar sus funerales con ex
nunca promueve polémicas y que cuando es o- traordinaria pompa.
portuno tomar parte en la cuestión, no se aca Multitud de elogios se han hecho de ella para
lora demasiado. eternizar su memoria, y otra mujer sabia, espo
5. ° De LA ADHESION INVIOLABLE QUE LA MUJER sa de uno de sus hijos, hizo grabar en su sepul
DEBE Á SU MARIDO. cro esta inscripción:—
6. ° De LA OBEDIENCIA QUE DEBE UNA MUJER Á “Pan-Hoei-Pan, por sobrenombre' Tasao, la
SU MARIDO Y Á LOS PADRES DEL MISMO. gran señora, esposado Tasao,hija de Pang-che,
7. ° De LA BUENA INTELIGENCIA QUE UNA MU hermana de Pan-Kou, ha dado la última mano
JER DEBE CONSERVAR CON LOS HERMANOS DE SU álas obras de su padre y de su hermano, que
ESPOSO. ha explicado y embellecido también.”
* * *
Para enseíianza de los cuñados, dice en esto
último capítulo—“Una mujer de buen sentido
que quiera vivir tranquila, debe comenzar por
colocarse sobro todas las pequeñas incomodida
des inseparables de su condición: debe procurar
convencerse de que de cualquier modo que obre,
tendrá siempre algo que sufrir de parte de aque
llos con quienes ha do vivir: de que su tranqui ASWS.
lidad interior y su reputación quizá, dependen
do la estimación que haya sabido conciliarse por
parte de sus suegros y cuñados. Ahora bien: el ¡Qué hermoso fuera ¡oh! Dios omnipotente,
medio de conciliarse esta estimación es comple vivir entre los senos
tamente sencillo: que nunca contraríe á los de de un mundo que habitaran solamente
mas; que sufra pacíficamente el ser contrariada; los justos y los buenos!
172 ALBUM CUBANO
¡Qué hermoso fuera que existiera el alma Si ella ahora en la flor de mi existencia
en eternas quietudes, la muerte me enviara,
y al oxtender la vista en dulce calma ¡Con qué ternura y plácida obediencia
no hallar mas que virtudes! cuello y frento inclinara!
Y dormir con la paz apetecida ¡Con cuánta paz dejara los enojos
que dan las buenas obras, y los goces mundanos!
y cruzar los senderos de la vida ¡Con qué dulzura cerraría mis ojos
sin penas ni zozobras! y juntaría mis manos!
tar en sumo grado al padre do la doncella, que lor y de esperanza: ya conoces la resolución do
no quería en manera alguna tener un yerno tan tu padre. Me es preciso ser rico dentro de dos
pobre. Nuestros amantes, y aquellos con quie años, á contar desdo hoy.
nes ya los tengo comparados,- ofrecen, como Eosa prorumpió en llanto.
irán notando mis benévolos lectores, no pocos —No llores, prosiguió Félix, temblándole la
puntos de triste semejanza. Erliá, como Marti voz por mas que se esforzaba aparentando fir
lla, bailó inflexible al padre de su amada; y si meza. Mi corazón está lleno de halagüeñas es-
bien ésta se contentó con llorar en silencio, neranzas, porque inspirado por mi ángel y por
porque era modelo del respeto filial [general el tuyo, bajo cuyo patrocinio he puesto nuest ros
mente profundo en los corazones vascongados] castos amores, voy á partir, para buscar fortu
el joven persistió de tal modo en su amoroso na en una tierra donde se dice que son de oro
empeño, y rogó y gimió tanto á las plantas del hasta las arenas de los rios. Sí; me voy al nue
insensible viejo, que alcanzó al cabo, como su vo mundo, y el buque en que me admiten como
prema merced, esta declaración solemnemente marinero voluntario, se da á la vela esta noche.
articulada: Los sollozos de Eosita parecían desgarrarla
—Dentro de tres dias es el 1. ° do Marzo, el corazón; pero Félix, armándose de vaíor, pu
fiesta del Angel Custodio, y en él cumple mi do añadir todavía:
bija sus diez y seis primaveras. Te doy palabra —Dentro de dos años, en tal dia como éste,
do honor de no obligarla á recibir esposo basta en este sitio, y á esta hora, volverás á verme
dentro de dos anos, y pasado que sea el men reclamando tu mano.
cionado dia. Si pa ra entonces bas adquirido me —¿Y si no vuelves? exclamó la doncella de
dios de mantener como se debe á la mujer que jando caer su desfallecida cabeza sobre el hom
escojas y á los hijos que te dé, preséntate á mí bro de su amante.
el 1. ° de Marzo del año señalado, y juro por —Si no vuelvo, respondió Erliá con amargu
los ángeles que se festejan en él, que será tuya ra, ruega por mí á Dios, y encomiéndame á
la mano de Eosita, siempre que ella, voluntaria nuestros .tugóles, porque habré pateado á mejor,
mente, no se la hubiese dado á otro. Pero si la vida. i
Providencia te niega sus recursos, no pienses -—¡No! repuso ella: otra podrá ser también la ”
en aportar por estos alrededores, teniendo en causa que nos separe. ¿Quién me asegura que
tendido que daré, con su gusto ó sin él, otro no te olvidarás de mí en aquel suelo lejano?
marido á la chica. En el mismo momento una abeja libaba su
No osó replicar el joven; ántes bien se retiró surrando la temprana florecilla del ángel, y ha- j
dando gracias al viejo, y como algun tanto-es ciendo un juego de palabras con el nombre del
peranzado. Tres dias después, el de la fiesta del insecto y el apellido de Erliá, queen vascuence
ángel y cumpleaños do Eosa, se hallaba ésta significa abeja, dijo el joven á su querida, seña
sentada tristemente sobre unas piedras á las lando á aquél,, posado amorosamente sóbrela
orillas del rio. En su distracción amarga tron flor solitaria:
chaba maquinalmente unas tras otras las ramas —¿Ves cómo viene á buscarla apénas aparece
todavía desnudas de los arbustos cercanos, y en la tierra? Pues primero olvidará esa abeja
aun iba á dejar caer su destructora diestra so la flor, que pueda este otro Erliá olvidarse un
bre la única florecida que entreabría solitaria solo instante de su Eosa.
su modesto cáliz al abrigo de la peña, y que era La doncella se sonrió en medio de sus lágri
conocida en el pais con el nombre de la flor del mas; pero no parecía completamente tranquila;
ángel [por ser producto de una planta que, se porque tenia la desgracia de ser un tanto des
gún la tradición asegura, jamas dejaba de co confiada y zelosa, lo cual sabia su amante, y
menzar su milagrosa florescencia en el primer por lo mismo sé apresuró á añadir:
dia de Marzo], cuando de repente llegó Erliá, y —¡Yo te lo juro! Puesto que no tienes en mi
fue salvada la flor, pues Eosita solo se oeupó-ya corazón la fé que tengo en el tuyo, te juro por 1
en contemplar á su amante. nuestros ángeles, presentes en este sitio, que
—Vida mia, le dijo él sentándose á su lado, y seré contigo tan constante como con la flor la ■
mostrando en su rostro extraña mezcla de do- abeja.
•
&
174 ALBUM CUBANO
----------------i_--------------- ..... ...... ... -......
B ....... - ’é
Rosa, á su vez, prometió ante los mismo# cé Pero corria junto al arbusto cuyas últimas flo
licos testigos no aceptar esposo alguno en los res pronto esparciría el cierzo, y la abeja acu
dos años de libertad que le permitía su padre. dia también presurosa para consolarla, mos
Luego guardaron los dos largo y elocuente si trando su fidelidad inmutable. .
lencio, apretándose las manos y dejando correr Llegó el invierno, y con él el luto de los cam
sus Ligrimas con los cristales del rio. pos. Rosa, enferma y abatida, pasaba los dias y
Llegó por fin el momento ele la separación, y las noches hilando bajo el techo de su casa yre-
¿quién puede explicar lo que es ese momento zando á su ángel para que le conservase la ter
para dos corazones que se aman? En él solo es nura de Félix; pero á pesar de todo, los recelos
tán reasumidas todas las amarguras de la mas de su alma iban creciendo en progresión terri
larga existencia. ¡Pobre Félix! ¡pobre Rosa!.... ble, no alcanzando á salir de esta cruel alterna
¡Presentían sin duda que aquel amargo beso de tiva: ha muerto ó ha cesado de amarme. No contri
despedida, era el primero y el último que se da buía poco á tan tristes cavilaciones el no poder
llan en la tierra! ya contemplar cada dia á la constante abeja en
Al día siguiente volvió Rosa á orar por los su amada floreciUa. ¡Ah! no quedaban flores en
navegantes al sitio en que se Labia despedido aquellos campos vestidos solamente por la es
do su Erliá. junto á aquella misma solitaria flor carcha, y el insecto guardaba su retiro ó habia
que Labia libado la abeja .... Y la abeja volvió perecido con los seres que amaba. Lloraba Ro
también á libarla en aquel dia, y al otro, y al sa al pensar cu ello, y lloraba, y lloraba tanto,
otro...... y cada vez que la joven iba á la orilla que casi llegó á marchitarse su peregrina her
del rio para pensar en su amante, iba también . mosura. Pero se acercó al fin la primavera con
la abeja á posarse en la florecilla, aunque ya sus tibios dias, sus balsámicas auras, y reanima
mústia y marchita; como si quisiera con su cons da Rosa corrió palpitante de temor y de espe
tancia responder'de la del ausente que tenia su ranza al sitio consagrado por sus recuerdos.
nombre y se Labia con ella comparado. Otras ¡Oh dulce espectáculo! La planta habia retoña
muchas flores se fueron abriem! > su; ; avalúen do renovando sus flores, y la abeja, saliéndole
te; pero solo las de aquel arbusto, el mas humil al encuentro de entre ellas, pareció reconvenir
de acaso de los campos, tenían atractivo para el la con sus susurros por las injustas sospechas
insecto leal: solo en ellas le veia Rosa posarse que abrigaba. ¡Que no se burle nadie de las tier
cada mañana, susurrando y batiéndolas alas de nas puerilidades de las almas amantes! Rosa
placer. sintió como por encanto calmarse en un mo
Aquella circunstancia rara llegó á ser parala mento sus mas crueles temores, y pronto vol
jóvqn motivo de superstición. Imaginóse que vieron á colorarse sus mejillas y á abrigarse
sus buenos ángeles, invocados por ella y por su en su coraron las esperanzas. No pasó ya ni un
amanto como testigos de sus sagradas prome solo dia sin que tornase cada mañana junto al
sas, y protectores de su inocente amor, hacían arbusto querido, y tampoco la abeja faltó un
venir milagrosamente al fiel insectillo para cal solo dia del modesto,.cáliz de su flor.
mar con su constancia las incurables inquieta Aquel era el único consuelo déla pobre niña,
dos de un corazón desconfiado. porque sus repetidas escursiones á Deva conti
Bien lo habia menester fa pobre Rosa, pues nuaban siendo sin resultado.
pasaron días, y despues semanas,y después me Vino á habitar por entonces uno de los me
ses, sin que llegase á ella la menor noticia del jores caseríos de aquellas montañas cierto an
viajero. En balde iba á Deva cada vez que di tiguo piloto, cansado ya de la agitada vida do
visaba una vela desde la altura de los montes. marino, y que se proponía pasar descansado el
En balde esperaba en la playa horas enteras, y resto de sus días en la tierra do su nacimiento,
apenas anclado el barco, se deslizaba entre los con el capitaüllo que Labia logrado reunir. Lla
marineros, interrogándoles uno á uno sobre lo mábase Anton Ondarra, y era hombre entrado
único que le interesaba en el mundo. Nadie res en años, pero agradable todavía por su carácter
pondía á su esperanza: nadie sabia nada de Fé franco y bondadoso. Conoció á Rosa, y pensó
lix Erliá, y la triste Rosa se volvía al caserío, desde luego que era la mujer que le conve
cabizbaja, con el pecho rebosando inquietudes. nia para compañera de su nueva existencia'
r
DE LO BUENO Y LO BELLO. 175
I
Ninguna la igualaba en hermosura, en modestia Un dia, sin embargo, se extendió de improvi
y en religiosidad. Ondarra lo comprendió así so por la aldea una noticia importante. Decíase
desde la primera ojeada, y pidió sin mas preli haber fondeado en el puerto de Deva el mismo
minares la mano de la doncella. Fuerte tenta buque de que se hizo marinero el jóven Félix
ción era esta para el codicioso padre, pues el Erliá, y no hay necesidad de decir con qué apre
pretendiente podia reputarse uno de los mejo suramiento y esperanza voló Eosita á las pla
res partidos de la comarca; pero fiel, sin embar yas. Su emoción al verse á presencia del capitán
go, á su palabra, le manifestó terminantemente del bucpie fué de tal modo opresora, que le faltó
quo no podia disponer de su hija hasta el l.° de completamente la voz, y Ondarra que la acom.
Marzo del ano próximo. Anton Ondarra se re- pañaba, fué quien hubo de preguntar (combati
signó á esperar, y como no tardase en saberlos do por tan opuestos sentimientos, que no sabia
sentimientos de Fosa, dedicóse á probarle, en él mismo qué respuesta deseaba):
vez de la apasionada impaciencia del amante, la —¿Forma todavía parte de vuestra tripula
apacible ternura del amigo. ción el marinero Erliá?
—He creidó, le dijo un dia con sn noble fran —¿Erliá? respondió el capitán, sin cuidar
queza de marino, que podia haceros dichosa se de la ansiedad con que eran escuchadas sus
dándoos mi corazón, mi nombre y mi fortuna: palabras. ¡Voto á brios, que no conozco bergan
pero si todo lo que queréis aceptar do mí es la te mas afortunado que él! Me engañó para que
amistad de un hermano, os la ofrezco también lo llevara de baldo en mi goleta; pero supo ar
á presencia de Dios, tan desinteresadamente reglarse durante la travesía con cierto colono
cuanto es posible á un hombre. Disponed de ella, ricacho que iba también á bordo, y al que tuvo,
seguro de que no habrá sacrificio que no ha ademas, la buena suerte de salvarle la vida en
ga con gusto por contribuir á vuestras alegrías el naufragio que tuvimos cerca de las costas de
ó dulcificar, al ménos, vuostras penas. Jamaica. ¡Le daba el corazón al perillán que a-
Fosa no podia ser desagradecida á conducta quel hombre habia de hacer su fortuna!
tan noble y generosa. Aceptó lo que se le ofre —¡Su fortuna! articuló trémulamente Fosa.
cía, y Anton fué pronto su único confidente y ¡Pues qué! ¿se ha hecho rico ya Félix Erliá?
su respetado consejero. La pobre estaba siempre —¡Vaya! repuso el capitán. El viejo colono lo
tan triste, tan sola, tan sin arrimo (pues no te ha pagado el servicio dándole su hija única, que
nia ya madre, y su padre era mas honrado que lleva una dote escandalosa.
afectuoso), que el fraternal cariño del piloto lle Fosa cayó exánime en los brazos de Antón,
gó á serle indispensable en las crecientes amar que gritó fuera de sí, sobreponiéndose á todo o-
guras de su situación. Ondarra, por su parte, tro sentimiento el interes que le inspiraba aque
célibe machucho y sin familia, se apogaba mas lla pobre criatura:
de dia en dia á aquella niña tan bella y des —¡Mentís! ¡mentis! eso no puede ser cierto!
graciada, complaciéndose en merecer de ella, ya Erliá no se ha casado.
que no podia ser otro sentimiento, la casta afec —Mucho será, repuso impasible el otro; pues
ción de hija. cuando he dejado hace dos meses las costas
de Nueva-España, no se hablaba do otra cosa
Acompañábala en sus escursiones; pasaba á
que de aquella próxima boda, de que habia dado
su lado horas enteras á las orillas del rio, oyén
parte á todos sus conocidos el padre mismo de
dole la incesante historia de sus recuerdos, y la novia.
consolándola con el feliz augurio de la abeja, —¿Oyes, Eosita? exclamó Anton. Aun no se
que no olvidaba á su flor; y de aquel modo el habia verificado el. casamiento; aun puede sei-
viejo marino y la jóven aldeana llegaron ántes que se engañe este hombre.
de mucho á hacerse inseparables, con gran con Pero Fosa no le oia: un síncope mortal la em
tento del padre, que habia ofrecido no obligar á bargaba. Cuando volvió en sí se encontró á la
su hija á que tomase esposo en los dos años; pe margen del rio, junto al arbusto del ángel, en
ro no estaba en el deber de impedir que se lo torno del cual zumbaba alegremente la abeja; y
tomase ella si se cansaba de aguardar al que pa Ondarra, que la sostenia en sus brazos, se la
recía olvidarla. mostró, murmurando en su oido estas consola
doras palabras:
ALBUM CUBANO
176
as
ü.
45
178 ALBUM CUBANO
do todo, amorosa y plácida; —JEl hombre de genio, dijo con voz solemne, no-
y con mis memorias próvidas, puede ser esclavo-, alza la frente; eres libre. [1]
perdonándome estas áridas Al concluir estas palabras tomó un pincel, lo
concepciones estrambóticas, humedeció en color rojo, y se acercó al retrato
que inventa mi amor con ávida de Velazquez.
intención de que tu espíritu —Recibo, dijo dando pinceladas sobre su cos
se regocije, la dádiva tado izquierdo, recibe esta cruz en memoria del
admite benigna y pródiga heroísmo con que has conservado el honor de la
de mi adoración volcánica. hija de Rubens: ese honor, [añadió bajando la
voz} que yo he estado á punto de empañar pa
Rafael de Cárdenas y Cárdenas. ra siempre.
Y se desvió á un lado dejando ver sobre el
pecho del retrato la cruz de Santiago que se
destacaba sobre el terciopelo de la ropilla
—Adiós, comendador, dijo tendiendo la ma
no á su pintor do cámara: sois libre durante
seis meses para acompañar á Flandes á Rubens
y á su hija; pero no olvidejs que al cabo de este
LA HERMANA DE VELAZQUEZ. tiempo os necesito á mi lado.
Salió en seguida con la reina, su hija y los
cortesanos sin atreverse ni aun á mirar á Ana.
(Continuación del capítulo XIII.) —¡Ay, señor! exclamó Juan de Pareja besan
Aquel padre debía su bija á una falta, y sin do respetuosamente la cruz de Santiago: soy
embargo no Labia querido imprimir un beso en tan dichoso al veros comendador, que no podia,
su frente basta no cerciorarse de que era pura haberme dado el rey mejor premió por haber
de la misma falta origen de su ser. ¡Terrible puesto fuego á su palacio para salvar á doña
egoísmo humano! Ana.
Rubens se separó de su bija, la cual, aunque Al oir su nombre abrió la joven los ojos y los
se había recobrado un tanto, babiavuelto ¡i cer clavó en Velazquez, como si á él solo viese de
rar sus fatigados ojos sin conocer á nadie: en las personas que la rodeaban.
seguida se dirigió á buscar ¡í Juan, que parado —-¡Hermana! exclamó éste con un esfuerzo
enfrente del cuadro del entierro, le contempla que rompió todas las fibras do su generoso co
ba con desencajados ojos. razón: ¡hermana mia! ¡lió aquí á nuestro padre
—Gracias, le dijo; gracias, salvador de mi bi Rubens, que será desde hoy tu defensor y tu
ja! ¿qué es lo que yo puedo hacer para recom guia!
pensarte?....... habla.......¿quieres seguirnos á
Flandes? ¿quieres ser libre?.......
XIV.
—No puedo dejar á mi señor mientras me
dure la vida, contestó Juan separando del cua -Æiigel y mártir.
dro sus extraviados ojos: mi vida es verle y ser
Es una hermosa mañana de Setiembre. La
virle.
casita que Ana habitaba en Amberes antes de
—¡Ese lienzo está pintado por Juan! gritó en
aquel instante el discípulo Pablo de Astudillo su partida para España, aparece silenciosa co
mo en la época en que la joven vivia en olla en
señalando al cuadro del entierro: lo he conoci
compañía de la anciana Tadea.
do en lo asustado que ha quedado al verlo aquí.
Sin embargo, ahora, ademas de las dos mu
Ante la delaraeion del niño palideció el mu
jeres que la ocupaban en otro tiempo, está ha
lato densamente y cayó á los pies de Velazquez
murmurando la palabra perdón! bitada por otras tros personas.
Velazquez le levantó en sus brazos, y al mis El aspecto' del cuarto do Ana no ha variado
en nada del que tenia hace dos años, cuando la
mo tiempo Felipe IV apoyó su real mano en el
hombro del siervo. [1] D. José Muñoz Gaviria.
>
DE LO BUENO Y LO BELLO. 179
joven dormía en él los sueños de su infancia. Ahora es libro y artista; pero amigo fiel do
Aun está adornado eou la misma calada si Velazquez, no ha querido abandonarle.
llería do marfil con asientos de terciopelo Tiene detras do sí un caballete, donde ya está
blanco. pintada admirablemente la pobre Ana, dor
Y en las ventanas están las mismas grandes mida en su lecho, con el letargo que precedo á
cortinas de damasco azul. la agonía.
Y el mismo crucifijo de nácar, vela á la ca Largo rato hacia que reinaba el silencio.
becera del lecho entoldado también de una te De súbito se abrió silenciosamente una puer
la igual. ta, y una mujer vestida de terciopelo negro, y
Pero en aquel lecho está tendida Ana mas cubierta con un largo velo, negro también, en
blanca que el alabastro de sus columnas y re tró en la estancia.
lieves. Arrojóse sobre el lecho de la enferma y besó
Sobre una mesa- colocada en el centro del repetidas veces su frente y sus cabellos, sin
aposento, so ven frascos y medicinas. que la joven se despertase.
La joven duerme. —¡Gracias! dijo después tomando la ma
Sus angélicas facciones, demacradas por lar no de Rubens; gracias, Pedro Pablo, por ha
gos dias de dolor y sufrimiento, tienen ya im berme enviado á buscar para recoger el último
preso el sello de la muerte. aliento de mi hija!
Una túnica de musolina blanca, envuelve los Los ojos do Ana se abrieron en aquel ins
enflaquecidos contornos do su cuerpo. tante.
Sus pies, diminutos y blancos como el mar Parecía mas diáfano y hermoso el azul do
mol, están desnudos y medio velados entre los sus pupilas, pero sus facciones se descompo
pliegues de su túnica. nían por momentos.
Sus pequeñas y ebúrneas manos, delgadas —¡Diego! fue su primera palabra.
hasta la trasparencia, se cruzan sobre su seno. Los dos pintores-so acercaron; Juan se Sentó
Se ha quedado dormida rezando á una ima delante del caballete, para dar en él las últi
gen de María, que se destaca sobro un recli mas pinceladas.
natorio colocado á los pies del lecho. La incógnita so arrodilló á los pics del lecho,
Un rayo do luz va á resbalar sobre las be y ocultó la cabeza entre las ropas sollozando
con íntima amargura.
llas y suaves facciones de la madre de Dios;
que parece mirar y sonreír á la niña dormida. —-Diego, continuó Ana con una voz tan dé
En pié y junto al locho, tres hombres con bil que casi no se oia ya: ¡Diego!...... el amor
templan el sueño de Ana con una angustia in que te he tenido ha aniquilado mi vida!.......
definible. cuando en aquella carta fatal me dijeron que
» no eras mi hermano y que tenias una es
El primero es un hombre de continente al
posa...... y una hija la desesperación se
tivo: la nieve que matiza su espléndida cabe
apoderó de mí.......cuando supo que era un en
llera, es harto luciente para que no sea pre
gaño.......ya estaba herida........ de muerte........
matura; un hondo pliegue dezdolor se ha for
Calló Ana, y durante algunos instantes solo
mado en medio do su frente.
se oyeron los sollozos do sus padres y los ge
Es Rubens.
midos do Velazquez.
A su lado hay un joven pálido y enflaqueci El mulato habia terminado su cuadro, y llo
do; sus grandes ojos negros hundidos patenti raba silenciosamente.
zan largos dias de sufrimientos. De repente se incorporó Ana sobre un brazo
Es Velazquez. y miró la inclinada cabeza de aquella mujer.
Junto á él está Juan el mulato, esmerada —¡Madre!....... gritó extendiendo los brazos
mente vestido con un traje igual al de su anti y conociendo con ese instinto admirable de los
guo amo. moribundos, que aquella mujer solo podia ser
La humildad y la aflicción, que en otros dias la que la habia dado la vida.
retrataban las facciones del pobre esclavo han —¡Hija mia! gritó ella lanzándose hácia sn
desaparecido. hija y estrechándola en sus brazos.
180 ALBUM CUBANO
Ana levantó el velo de la incógnita, y apare La frente de Enrico tan serena de ordinario
ció un semblante del cual era el suyo una copia se cubrió de una nube.
fiel. Entóneos me arrojó á sus pies y lo referí to
La desconocida tenia los cabellos de igual dos los detalles de mi taita, ménos el nombre
color, y el matiz do los ojos de Ana parecía ha de -mi cómplice.
ber sido robado á los suyos. —¿Quién es el padre del hijo que llevas en
—¡ Adiós!...... madre mia.......padre........ Dio- tu seno? meproguntó entonces.
go adiós! murmuró la joven. ¡Dios me llama —Mátame, Enrico, exclamó, poro no me ha
desde el cielo, y me enseña la gloria!...... gas una pregunta á la cual no puedo contes
Cayó blandamente sobro la almohada, y sus tarte.
labios dejaron escapar el último suspiro. -—¿Luego le amas mucho?
, Las cuatro personas que rodeaban el lecho —¡Oh no, Eurico! exclamé con tal acento do
cayeron también de rodillas, y volvieron á oír verdad, que quedó casi convencido; no le amo,
se en aquella estancia socos y amargos sollozos. no...... mi falta fue la consecuencia de un vér
La madre de Ana levantó la primera la ca tigo....^pero no quiero decir su nombre, por
beza, púsose en pié y so envolvió en su manto. que querrás batirte cpn él, y puede matarte!
—-Don Diego, dijo dirigiéndose á Velazquez -—-Está bien, dijo Enrico con calma: desde
con v iz quebrantada, pero con firmo acento: hoy, señora, habitareis la parto del palacio
os suplico que me dejéis ese cuadro que contie opuesta á la que habite yo con mis hij'os, y ni
ne la imagen de mi hija y que vuestro amigo á ellos ni á mí nos volvereis á ver. Este es vues
acaba de pint ir. tro castigo.
—Señora, contestó Velazquez, he hecho ya Callé: tampoco sabia doblegar mi altivez
el doloroso sacrificio do cederlo al padre de hasta el ruego.
Ana...... pedídselo áól....... Desde aquel dia viví aislada, sin mas compa
Los sollozos le cortaron la palabra y tornó ñía que una doncella para mi servicio.
á postrarse ¡i los pies del lecho. Cuando di á luz mi hija, lahice bautizar con
El ciudadano de Ambares guardaba un dolo mi nombre y la mandó á Kubens con mi cama
roso silencio. rera Gisela: aunque rochazada por mi esposo,
—Antes de que os deje para siempre, don no intentó profanar su casa abrigando en ella
Liego, continuó, la madre de Ana, quiero justi el fruto de su deshonor.
ficarme ante vos demi conducta, en presencia Rubens no quiso ofender tampoco el decoro
del cadáver de mi desventurada hija. Sabed de su mujer y de sus hijos con la presencia do
que soy hija del noble conde do Egmont, de la desgraciada criatura, y la depositó en la ca
la rica y dilatada familia de este nombre: á sa donde la visteis, con una nodriza y la ancia
los quince años me casó con un primo hermano na dueña que conocéis.
mió que heredó el título do mi padre por fa Luego no volvió á pensar en.ella: abrumado
llecimiento de este último. de honores y dignidades, la gloria embargó su
Enrico era gallardo, joven, bueno,y me ado alma: ¡yo, por el contrario, iba sola y encu
raba: yo le amaba también, y dos años des bierta todas las noches á imprimir un beso en
pués de mi matrimonio le había dado dos hijos, la frente de mi hija!
cuando mi esposo fue á suplicar á Pedro Pablo Cuando la luz de su razón pudo ya hacer
Kubens, que lo hiciese mi retrato. que me reconociese esperé á que el sueño cer
Quiero pasar en silencio los progresos de su rase sus ojos para verla.
seducción, y llegaré al dia en que conociendo Lo esto modo pasaron algunos años.
Enrico que iba do nuevo á ser madre, me dijo Un dia supo por Gisela que mi hija Duywo-
echando sus brazos á mi cuello: vas á darme que [1], que ya contaba quince años, estaba
por torcera vez la ventura de abrazar un hijo enferma del pecho, y que mi esposo se dispo
y nada me has dicho!...... nía á llevarla á Gante.
Yo bajó los ojos: cubrió mi fronte el carmin Espió el dia de su salida, y lo supo el ante
de la vergüenza, y rompí á llorar. rior: envió á Gisela á que mandase disponer un
Nunca supe mentir. [1] Significa patona en lengua fiara enea.
DE LO BUENO Y LO BELLO. 181
coche muy modesto de camino, y escribí una ma dolencia de su hermana, junto ¡i cuya tum
carta: por la noche fui á ver á Ana y la puse ba vuelvo á consumir el resto de mi infortuna
en sus manos, encargándola que la entregase da vida; porque junto á esa tumba descansarán
al hombre á quien amase. también los restos de mi otro ángel.
Después la abracé y partí. Al decir estas/palabras se aproximó la conde
Seguí en mi coche á Enricó y á Duyweque sa á una ventana é hizo una seña.
enferma, y al lie jar á Gante me hospedé en el Dos criados de luto subieron un ataúd de
meson do San Pablo, que era el mismo que terciopelo blanco, colocaron en él el cuerpo de
ellos habían elegido. Ana y bajaron con lento paso.
Un mes pasó pegada á la pared del cuarto La condesa desprendió entonces el lienzo del
donde mi hija sufría. caballete sin que nadie se le opusiera, le enro
Una noche oí gritos dolorosos que se esca lló bajo su manto, y estrechando la helada ma
paban del pecho de mi esposo. no de Velazquez, salió.
—¡Se muere! gritaba, se muere!... socorro!... Un instante después so oyó el pesado paso
Yo me lancé en el cuarto..... Duyweque ago de los dos servidores que llevaban en una lite
nizaba ya. ra enlutada el cadáver de Ana.
La mirada do mi marido se lijó en mí no obs La condesa seguia sombría y envuelta en su
tante su dolor: una lágrima empañó el brillo manto negro el fúnebre convoy.
de sus grandes ojos, y se arrodilló junto á mí La infortunada hija del gran Bubons llevaba
al lado del lecho de nuestra hija, sin hablarme por todo acompañamiento á su última morada
una palabra. á su pobre y desolada madre!
Duyweque abrió los ojos y murmuró:
—¡Madre mia!...... Padre! ámala y consué
lala. XV.
Luego, como si Dios la inspirase en aquel
momento, puso mi mano en las de su padre.....
Tja doble tumba.
y espiró!...... Xo me detendré yo á hablar de la vil pri
Un sollozo desgarrador cortóla palabra á la vanza que siguió ejerciendo aun durante largos
condesa. años el Conde-duque sobre el débil y voluble
Los tres oyentes do su lastimera historia corazón de Felipe IV.
lloraban también. Ni de las glorias de Bubens, que algunos
Luego añadió: años despues y muerta su primera esposa, ca
—Tres dias despues, y acabados los funera só con Elena Froment, célebre por su hermo
les de mi hija, entró Enrico en mi cuarto. sura.
—Ana, me dijo: quiero que Duvweque des Ni de la muerto desastrosa de Juan de Pareja,
canse en el panteón de mis padres, que como acaecida en tiempo mas remoto, por salvar do
sabéis está en esta ciudad. La joven condesa una puñalada al esposo do la hija de Velaz
de Egmont debe reposar junto á sus abuelos. quez, el paisista Juan del Mazo.
Yo inclinó la cabeza en señal de conformi Todos estos hechos son de tanto bulto, que
dad, y él continuó: apénas existirá una persona que no los co
—Vivid junto á su tumba si queréis; de es nozca.
te modo vereis cada año á vuestro hijo Yans Voy á conducir al lector, un año después do
cuando venga á traer una coronado flores á la la muerto de Ana, al pintoresco cementerio de
tumba do su hermana. Gante, y á la espalda del grandioso panteón
Yo mo inclinó ahogando en mi corazón el de los condes de Egmont.
llanto que brotaba de él, y mi esposo desapa Allí hay una tumba con dos lápidas: una de
reció al articular—te perdono. mármol blanco: otra de jaspe negro.
—-La conciencia, prosiguió tras una larga Las dos tienen inscrito encima el sencillo y
pausa la condesa; la conciencia alzó al fin su dulce nombre do Ana.
irrito en el alma de Pubens...... buscó á su hi- La blanca está rodeada de rosales blancos
ja y la encontró; poro ¡ah! herida ya por la mis también: un árbol de azahar la da flores y ■s1'
182 ALBUM CUBANO
bra, y algunos búcaros de pórfido llenos de presente oscuro en vuestra vida; todos los ar
azucenas rodean la nevada lápida. canos, hasta los do la ciencia, disecan el corá-
Pósanse en ellas las mariposas, y los pajari- zony marchitan el alma; bajo esa blanca tum
llos cantan amores en el azahar y en los rosa ba está encerrado un drama que todos ignoran
les, porque son los últimos dias del estío. que haya tenido lugar en mi vida, pero que
La losa negra está rodeada de adelfas, y la Dios sabe cuánto dolor haden-amado en lo que
da sombra un ciprés cuyo tronco está rodeado me resta de existencia.
de yedra. —¿Quieres, padre mió, que roce sobre ese se
La amorosa yorbecilla quiere al parecer con pulcro? preguntó Yans.
solar á la sombría tumba con sus humildes ho —Reza, contestó noblemente Enrico: todos
jas y con sus florecillas azules. los jóvenes sois hermanos anteDios.
Era la caída do una tarde do Setiembre. Arrodillóse Yans y cruzó las manos.
Un caballero joven aun y vestido de rigoro Los dos caballeros se dejaron caer también
so luto, llegó acompañado de un hermoso ado de hinojos á su lado.
lescente que aparentaba diez y siete años, Cuando se separaron Velazquez y el conde
veinte ménos que su padre. abandonando el cementerio, la luna habia ya
Poi que padre á no dudarlo era el caballero aparecido como una soberana en el palacio diá
que acompañaba. fano y azul del firmamento, y las aves canta
Tenia como él los ojos negros y hermosos, ban un himno de despedida á la doble y solita
rizados y negros los cabellos y morena la tez. ria tumba.
Depositaron una corona do rosas que el jo Pilar Sinués de Marco.
ven traia en la mano sobre el papteon, y am FIN.
bos rezaron largo rato, besando después el he
lado mármol.
— ¡Pobre Duyweque mia! exclamó el joven
ardorosamente; ¡cuánto te amaba yo! LO BELLO EN LA MUJER.
Y dos lágrimas corrieron por sus mejillas.
—Vamos á rezar ahora sobre otra tumba,
A ADRIANA.
hijo mió; dijo el caballero.
Ambos se arrodillaron en la tumba negra y Muchas veces, cuando pienso
rezaron largo rato. Que la mujer en la tierra
Al levantarse el niño cortó una rama de Tiene la misión do un ángel
adelfa, besóla, y la guardó en su pecho dicien De consuelo, que cumplir;
do: descansa en paz, madre. Y que en lo bello de su alma
—Padre, añadió despuos mirando la blanca Y lo moral do sus fines
tumba; ¿quién descansa en este sepulcro? Cifra el hombre la esperanza
Calló el conde confuso. De contemplarse feliz;
—¡Mi hermana! contestó á su espalda una
Formo, acá en mis ilusiones
voz varonil, pero do timbre suave y melancó
Dó siempre el amor impera,
lico.
Do una hermosura modelo
Volviéronse Enrico y su hijo: un caballero
El mas perfecto ideal:
con traje español de rigoroso luto estaba en
Y de la choza del pobre,
pié detras de ellos. Tenia en la mano su cham
Hasta el palacio del rico,
bergo, y su hermosa cabellera negra que caia
Va indagando el pensamiento
en largos rizos empezaba á ostentar algunas
Sí existe la realidad.
hebras de plata.
—¿Cómo es, pues, que descansa junto á mi Hallo una joven doncella,
madre? preguntó Yans eou su sencilla euriosi- Cargada de oro y brillantes,
j dad. Tras la que van cien galanes
. —Joven, contestó el caballero enlutado; no Rindiéndole adoración.
s afanéis jamas por comprender lo que se os Vedla: su rostro es de cielo,
DE LO BUENO Y LO BELLO. 183
184 ALBUM CUBANO
K
DE LO BUENO Y LO BELLO, 185
O
so repolen, se protegen y se asesinan, que se una myosotis para decir á una persona queri
aman y se aborrecen. A mas de lo quo les a con da:—No me olvides!
toco entre sí, ponedlas en relación con nosotros Pero ¿qué quiere decir que una rama de sil
y no habrá quien no tenga que referir algun vestre albahaca exprese el odio y una hoja de
capítulo interesante en que una hoja, un bo oloroso geranio exprese el cariño intenso? ¿Por
tón, una flor, hayan representado un papel im qué el lieliotropio ha de representar una pena
portante. y el clavel una alegría? Por qué la dalia meji
Encargados los árboles de cambiar el esta cana habla de amores pacíficos y la pasionaria
do atmosférico con sus emanaciones ó á favor- ¿•el Brasil de agitados sentimientos?—Todos
de la absorción de las partes que presentan al sabemos la causa de estos misterios: no depen
aire, tienen también un destino que llenar den semejantes clasificaciones de las repulsio
en el mundo: plantados en los paseos, en los nes y atracciones que dominan el reino vege
cementerios, en los caminos, atestiguan la ci tal, sino de las peripecias de la vida del hom
vilización de los pueblos que conocen sus pro bre y de la mujer en su primera juventud. Gus
piedades y han sabido escogerlos y colocarlos: tan uno y otro de visitar los sitios en que ha
publican ademas el buen gusto conviniendo en ya árboles y flores y estas últimas son el me
sus formas con las aplicaciones que de ellos ha jor adorno do la hermosura: cntáblanse cor
yan hecho y las flores que abren á los ojos de respondencias mutuas y siendo el secreto y el
los transeúntes son las que hablan y manifies pudor los ángeles de guarda de los amores
tan la misión que desempeñan. El álamo blan delicados, todos ponemos un pensamiento on
co que so siembra en los lugares públicos y un objeto á que no dan valor los demas; parla
cuya etimología que conservan otras lenguas mentarias del alma, mensajeras del corazón,
dice que se llama pueblo, porque el conjunto las flores tienen un lenguaje convencional y el
numeroso de sus hojas está como el pueblo en emblema con que las honramos no es mas que
contiguo movimiento, y el ciprés piramidal la reminiscencia de una pasión. Admitida la
quo proyecta su sombra en los lugares consa primera significación por un amanto, pronto
grados álos muertos, dan á entender con sus se adopta entre sus compañeros y generaliza
armonías perennes que cumplen con la suerte do este nuevo telégrafo so multiplican las dul
que les marca el hombre. El asfódelo, la adelfa, ces comunicaciones de la ilusión y de los afec
la malva rastrera, comparten con las tumbas tos. Contemplando un dia el hombre los despo
su religiosa melancolía y el poeta que se aleja jos de sus pasiones, las cartas, los rizos de pe
del torbellino de las ciudades va á buscarlas lo, las flores desecadas, las prendas que traen
en su soledad: entonces la sombra fúnebre del á la mente la imagen de una mujer, compren
sáuco babilónico hace cantar á Desdé-mona y de mejor que nunca que las flores hablan y
arranca mas tarde del alma de Alfredo De- echa de ménos su idioma encantador. Este lirio
Musset una de las mas tristes melodías de la marca tal fecha, esta rosa tal lugar, esta viole
lira francesa. ta tal palabra, esta hoja mústia aquella prime
Ya os he dicho que hay que estudiar en esta ra lágrima, esto ramo inodoro aquel adiós!
parto de la historia natural algo mas que el ca ¡Bienaventuradas las flores que son llamadas ¡
rácter y las propiedades de los vegetales, algo á presenciarlo todo, que dan su perfume á los
mas que su organización y los fenómenos vita altares, que presiden á las grandes fiestas de ¡
les; bien está al pensativo amante de la natu los pueblos, que son el mas elegante adorno do
raleza que divida las familias, averigüe las sus los palacios y el único lujo de la casa del pobre!
tancias do que se componen las fibras y .los Bienaventuradas estas intérpretes queridas do
jugos que las sostienen, interrogue los usos de la juventud y la hermosura! Su acento miíte- t
las raíces, el desenvolvimiento do los tallos y rioso se levanta todasj’as mañanas y todas las
determinóla hora de la florescencia; correspon tardes para mezclarse en el gran concierto do
de á nosotros sentir y lanzar la mente en una la creación, y á mas de su expresión hablada,
filosofía sencilla que quiere saber por que nos del sonido que se desprende de ella# cuando le
- servimos de una rama de thuya para significar toca el ala de los vientos, su aroma suavísimo
un recuerdo en un sepulcro y nos valemos de sube á los cielos y contribuye así do dos modos
47
:& i.
1 oó
i]
á cumplir sus leyes naturales: de su idioma em hambre. ¿Do qué me sirve poseer tan sábias I
blemático solo pueden dar razón los espíritus teorías si el adverso hado me veda ponerlas en
sensibles. Las ramas de la palma y del olivo práctica? ¡Oh! es una indignidad que se atrevan
sirvieron para alfombrar el camino del hombre á ostentar las mujeres tan insolente robustez.
Dios, las flores sirven todavía para manifestar —No te ap tres—respondió un díala esposa,
lo que guardan en su seno los corazones y el en quien el estímulo del Ínteres propio, triun
í
sauce sirve para inclinar sus ramas á la tierra faba del deseo del bien común. Yo te prometo
y llorar la peregrinación del género humano, que pronto han de acudir centenares de que
para dar sombra á los que duermen y conceder-' jumbrosas enfermas á reclamar tus cuidados.
su tronco para dárnosla cubierta funeraria, pa- —¿Cuentas acaso con alguna varilla mágica
ra facilitarnos el último lecho, para encerrar para efectuar milagro semejante'.—preguntó el
nuestro cadáver! facultativo.
J. C. Z. —Cuento con la vanidad do mi scxo;-se atre
vió á decir la astuta joven.
¡Ay! queridas lectoras. Por’ mucho que me
cueste confesarlo, la esposa del Doctor no se
REVISTA DE MODAS, equivocó en sus cálculos. Comprando inmedia
tamente un pedazo de lienzo que surcó de fuer
EL CORSE. tes ballenas, encerró en tiránico estuche su her
Erase un tiempo—cuya fecha no me han di moso busto y á la siguiente tarde so presentó en
cho—en que según parece, reinaba la salud una reunion pública con un talle, cuya delgadez
sobro la tierra. Daba gusto ver las gallardas no guardaba proporción con el resto de sus con
formas, las sonrosadas mejillas, y los alegres tornos. Al principio pareció fea aquella cintura
semblantes que por todos lados asomaban. Las de abispa, bajo unos hombros tan desarrollados
hijas de Eva, particularmente gozaban de en y sobre unas caderas tan voluminosas coin» las
vidiable robustez. Lejos de conocer las desga de una aldeana. Al principio sí, clamaron los
nas, jaquecas v ataques de nervi >s, de hoy dia, amantes de la verdadera belleza contra ¡a
no se avergoi. t . an de manifestar buen ape monstruosidad, que destruía las armoniosas re
tito, naturalidad y franqueza. ¡Daba gusto, re glas de la Naturaleza en su predilecta obra; la ¡
pito, observar lo sana de alma y de cuerpo que mujer. Se recordó que la llebó de Fidias y la
se mostraba la humanidad! Galatea de Pigmalion, tipos clásicos, elegantes,
Los médicos pues, estaban de pósame. Nues casi divinos, de la hermosura, y ia juventud os
tro sexo, cuyos dengues los proporcionan alio- tentaban graciosa esbeltez en lugar de la ex-
ra la lluvia de oro, no se acordaba entonces de travagancia de formas que dividia el cuerpo
que existían en el mundo. Las boticas no ven- en dos parte», unidas apenas por un hilo; s.i re-
dian, los droguistas se arruinaban y las damas pitió en coro que Cleopatra, cuyos maravillo-
miéntras tanto continuaban pretiriendo ios sos encantos asombraron el mundo antiguo y
manjares sustanciosos á los brevajes nausea- que Aspasia, cuya presencia magsstuosa enea-
bundos, el vigor al raquitismo, la verdad á la denó á sus plantas al héroe de su época, tuvie-
ficción. ¡Qué hermoso tiempo debe haber sido ron por único corsé ia faja de lana y oro que I
aquel! sin oprimir el talle, cenia á él ¡os pliegues de
Pero no hay paraíso sin serpiente, ni verjel la flotante túnica. Pero la consorte del módico
sin venenosa flor. Una linda joven acostumbra no habia mostrado inútilmente la pérfida man
da á imponer la moda en su ciudad nativa, se zana á las Evas del patrio suelo. El estuche
habia casado con un alumno de Hipócrates que emballenado, que presto se puso á la moda, lle
aunque dotado de gran ciencia, no encontraba gó ;f ser considerado por ellas tan preciso para
ocasión de ejercitarla. A cada instante oh ex la elegancia como para la decencia femenil.
clamar á su marido.que, dedicado espccialm n- ¡A Dios pues naturalidad, franqueza y salud!
teal estudio“de las dolencias femeniles, se de-, Desde que el corsé impidió á las bellas moverse
sesperaba de que la salud las ahuyentara todas. con libertad, hablar con desembarazo, y comer
—Si esto prosigue, nos vamos á morir de cuanto les pedia su estómago, el artificio, los me-
¡¡Í
——......... —.... .... a' '.gg—
'• ¿ó L 1«7
lindres y las enfermedades, comenzaron;! hacer niña doblando su frente de marchita azucena.
estragos terribles. Por t.lde adquirir’un talle Sufro y no sé la causa; lloro y no comprendo
delgado, la mujer sacrificó á menudo locamente por qué corren mis lágrimas.
hasta el santo gozo de la maternidad. La cin —¡Angel do mi cielo! El ardiente clima do
tura gruesa se convirtió en un crimen quo de Cuba te agosta en tu primavera. Te llévarémos
bía expiarse á costa del diario tormento de una al Norte y si allí te va mejor^por amor tuyo,
perpétua compresión. Solo las aldeanas tenían nos establecerémos lejos de la patria
permiso para manifestar prosaico embompoint. Parten efectivamente, pero no tardan en re
Las damas do las ciudades necesitaban ser aé gresar. El rigor del l’rio tiñe bis mejillas de la
reas como sílfidos, ó.......morir! adolescente con el carmin traidor do la tisis.
¡Morir en aras de la frívola, voluble, .y á ve A la Habana retornan, ¡mes, los padres, y la bi
ces maligna moda, he aquí la mayor de las ton ja que se consume ¡toco á poco sin que á nadie
terías! El corsé ademas, al destruir la salud no se le ocurra pensar que su asesino es el corsé,
alimenta la belleza. Es cierto que reduce ei ta" cuya presión fatiga sus pulmones en la edad en
lie á la mitad de su volumen, pero también lo que necesitan vigorizarse y extenderse. ¡Ojalá
es que lo priva de su flexibilidad, do su gracia y que estas lineas indiquen á tiempo á la intere
del suave balanceo que adquiere eljunco mecido sante jovencita el origen de su decaimiento!
por la brisa. La petimetra en él encerrada, se* ¡Plegue á Dios que ellas abran los ojos á otras
asemeja á las muñecas d•' barniz que engarro much as, ciegas también respecto á su implaca
tadas y tiesas no imitan siquiera el movimien ble verdugo!
O
to de la vida. Cualquiera diria que anda por Decidida á clamar contra el abuso del corsé
máquina y que habla por resorte. que ha producido tantas desgracias, quiero re
Ved cuan feos nos parecen hoy los enormes fer -os dos de sus recientes techo: ’ .s. Asistía
corsées á cotillones, que no per nitian á nues ha po-cás noches cierta amable Julieta, á una,
tras bisabuelas doblarse aunque e tratara de _ de las ,’uneiones musicales de las inteligentes
levantar su felicidad del suelo. Es • ctravagan- hermanas Natali, cuando su Romeo, apreciable
to mon; c'a digna compañera de rs cabellos joven de quien se empeñaba en separarla su
empolvados que envejecí;,', y de ! tontillos familia por injustos motivos, viendo ai pa
orgullosos que desfiguraban. No debo empero dre de su adorado tormento pendiente de io
satirizar los últiftios recordando la analogía que que pasaba en la escena, se atrevió á lanzar des
con ellos posee nuestro malacoff, En. cambio de la .puerta del palco una carta en el regazo
diré lo que pienso del corsé que ha bajado algo de su amiga. Despi; 's temiendo comprometerla
en la estimación de las elegantes desdo que la so alejó presuroso de allí.
deidad tic las importantes bagatelas, ha dado No vió por consiguiente que el billete en lu
á la toilette, cierto aire de negligencia que obli gar de caer en la falda de Julia, cayó ;í tus
ga á aflojar las cadenas de eso opresor, y ha pies, ni que la última por mas que se esforzó
ordenado los talles cortos que no le prestan en doblarse al instante para rec 'gerlo, tardó en
campo oportuno para desplegar su despotis triunfar de la obstinada resistencia de su apre
mo. tadísimo corsé. A! fin tanto se inclinó la joven
Todavía hace el pérfido sin embargo frecuen que las ballenas «rugieron indignadas, y el
tes víctimas. ¡Qué pálida está esa jovencita, Argos volviendo la. cabeza al re lo, se apodero
cuyos ojos expresan la tristeza como si la nie de la carta ántes que su hija. 1, ‘.ónees la leyó
bla de las lágrimas los empañara! Sus padres sin cumplimientos á posar do las suplicantes
que la adoran la observan con inquietud, adivi miradas de Julieta, que estaba roja co m0 lá
nan sus deseos y á pesar de todo no consiguen cresta de un gallo de resultas del comba te con
verla dichosa. el corsé sostenido, y saliendo del paleo no paró
-—Abreme tu razón, vida mia—exclama basta que halló á Rome o en uno de los cor
acariciándola su bu,, a madre. ¿Dime por qué redores.
no ries, ni cantas, ni juegas con el alborozo —Es V. un insolente endosar escribir á mi
propio de tu temprano abril? hija á la faz del público—le dijo.—Pero ella ir
—Lo ignoro mamá-responde la melancólica ritada con la impertinencia de V. lia pues!o su
188 ALBUM CUBANO
billete en mis manos, encargándome participe biera efectuado. Creia Lola que los/hombres so
á Y. que desde hoy el hombre quo no sabe res apasionan sobre todo del atractivo físico y hu
petarla, solo debe contar con su olvido y su biera temido perder su adorador confesándole
desprecio. » que su delicada cintura era en gran parte arti
El pobre mancebo volvió los ojos hacia Julia ficial.
y la distinguió colorada como un tomate madu Al fin, no obstante sus dudas, decidióse el no
ro, como un camarón cocido, como un amaran vio en cuestión á solicitarla mano de su amiga.
to en flor. Figurándose que el amor verdadero Una tarde que Lola melancólica y pálida [por
comunica al rostro con sus románticas inquié que el corsé la torturaba horriblemente] había
tudes, la suave palidez de la luna y la blancu conmovido su corazón, levantándose de impro
ra do las sentimentales tórtolas, perdió sus ilu viso, la pidió á sus padres. Contentísimos estos
siones ante aquel color demasiado subido que con el excelente partido que á su hija se lo pre
tomó por el de la ira. Así es que volviendo eno sentaba le dijeron ufanos:
jado á su turno la espalda á su contrario, re —Yen querida Lola. Abraza á tu esposo.—
nunció á Julieta muy ajeno de <Jue el enrojeci 'Mas la joven al querer abandonar su asiento
miento apoplético, que juzgaba indicio de una lanzando un grito se desmayó en él. Su lividez,
ingrata cólera pro venia del corsé traidor que la alteración de su semblante y las convulsivas
hábia impedido á la sofocada señorita recoger palpitaciones de su pecho, produjeron en el no
á tiempo su esquela. vio un efecto terrible. ¡Pensó que Lola se des
En vano se empeña la moda—defensora aun mayaba de secreto horror al matrimonio que lo
do su antiguo favorito—en que me calle. A pe proponían, cuando era el corsé quien motivaba
sar suyo he de narrar la otra maldad reciente su síncope!
del corsé á que he aludido. Dejadla que grito y A la siguiente mañana recibió la pobre mu
oidmo. chacha una carta do su futuro, en que rompien
¿Conocéis á Lola N........ ? Es bella pero tan do sus mutuos compromisos lo anunciaba su
vana que hubiera arañado á Paris en el monte próxima partida para Europa. Inútilmente se
Ida, si no le hubiera entregado la manzana do dió prisa la familia de Lola en explicar al sos
oro. Lola que llora de dolor si se pincha un de pechoso amante lo ocurrido. El último respon
do con un alfiler, sufre conforme el continuo dió á todo:
tormento de un corsé que apénas la deja res —Sea como fuero, he concebido muy pobre
pirar. ¡Cuántos mártires hace la presunción! idea de la mujer que sacrifica al corsé su salud,
¿Dónde me hallaba? ¡Ah! Os decia que Lola su reposo y su bienestar. Líbreme Dios do una
tenia sobrados deseos de lucir, pero no os he di compañera en quien triunfe la vanidad do la
cho que tenia también un novio bastante des- razón. Que siga Lola agarrotándose para otro.
-confiado para creerla prendada antes de sus Yo buscaré consorte que suspiro por mí y no
caudales qué de su persona. Acertara ó no en porque la presunción la ha enfermado.
sus sospechas, mostrábase muy descontento con Después se embarcó. ¡La fortuna lo lleve con
los tristes suspiros que exhalaba á su lado la bien, pues me parece qíte obró con juicio al to
mencionada señorita. mar las de Villadiego!
—Esos no son ecos de amo/ sino gemidos do Creedlo; desde que se inventó el corsé este es
pena—exclamaba enfadado.—Si me amaras, el verdugo de esas jówenes frágiles y descolori
Lola, no te quejarías junto á mí. das que vemos pasar como vivientes sombras,
Esforzábase infructuosamente la joven en des de esos mancebos macilentos y enfermizos que
truir sus recelos. Sus suspiros que no podia con parecen viejos en la flor de sus años. Los hom
tener inutilizaban sus protestas do ternura. ¿Y bres no llevan corsé, pero las madres lo usan y
de qué dimanaba esa manía de suspirar?—sin así noselibran ellos tampoco de sus fatales con
duda me preguntareis. De la opresión do sus secuencias.
pulmones dentro del estuche do lienzo y de ba La moda, vuelvo à decir, lia comenzado á
llenas, inventado por la mujer del médico sin mirar el corsé con indiferencia. Ya los bustos
clientela. En cuanto á revelar mucho lo que se duros y tiesos que revelan el artificio no inspi
apretaba el talle por nada en el mundo lo hu ran ilusión. Exígese ahora cierta flexibilidad
DE LO BUENO T LO BELLO. 189
cacion, porque lo lian reservado el título de O pueda ser que se utilice también para eso
gran rey á Luis XIV, el de las peluconas. objeto el telégrafo submarino ó subatlántieo, co
Pero á mi, Luis XIV me carga y Enrique mo dicen otros por mayor facilidad.
IV me hace mucha gracia. Entre las observaciones que hacia el público
¡Cuánta diferencia no hay entre la simpática del pugilato del tigre y los perros, una de ellas
Gabriela y la Mainteuon y demas comparsa de consistia en decir que los dueños de ambas fie
pesadísimas matronas! ras tenían concertada de antemano la contien
No falta quien diga que Luis XIVfué un rey da y que se hacia por mutuoconvenio y mutua
muy bueno y nada despótico. conveniencia.
Cada cual es dueño de creer lo que le dó la Pero nosotros lo mismo allí que aquí, recha
gana, y yo creo lo contrario. zamos con calor esa aserción.
Para casos de duda recomiendo la lectura de ¿Cómo poner un instante en duda la buena fé
las memorias del duque de San Simon que, si del coronel Wood y del Sr. Montefú? Muy léjos
no me equivoco, son como ochenta tomos. de eso, líbrenos Dios de proceder con tanta li
Empezaremos nuestra revista por la lucha gereza.
de fieras que tuvo lugar el 15, á la cual le da Nunca lo creimos ni al principio cuando a-
mos la prioridad por razones cronológicas. postaron cien onzas, ni después cuando me
Hacia ya muchos dias que todo el mundo se diante repetidas comunicaciones y notas diplo
preparaba para esa fiesta y la aguardaba con máticas que menudearon mas que en la última
ànsia. cuestión de Italia, se nos advirtió que las onzas
Así fué que la plaza que esa tarde no era de eran de plata.
toros sino de tres perros y un tigre so vió per En cambio so improvisaron en el campo mis
fectamente llena de gente. mo del combate varias apuestas parciales entre
No podia ser ménos; cuantos habíamos en los espectadores, á quienes sin duda sus respec
contrado ese dia por la calle nos espetaban en tivos abuelos no habían recomendado las ven
vez do saludo, esta frase: “Irá V.. por supuesto, tajas de las disputas y los inconvenientes de las
esta tarde á la plaza?”—Mucho que si, contes apuestas.
taba, y nos despedíamos para entonces. ¡Vaya unos perritos bravos! Lo que les falta
Desisto de transcribir todos los dichos opor ba en tamaño los sobraba en guapería.
tunos, todas las ocurrencias agudas que se oian No en balde se dice que la gente chiquita
tiene mal genio.
entre los concurrentes, porque me seria impo
sible recordarlas. Uno de ellos, sin embargo de tener la cabeza
casi separada del cuerpo quería morder todavia
En la plaza do toros, cualquiera quesea el es al tigre, y combatió hasta espirar como el gla
pectáculo, por el solo hecho de ser el lugar des diador antiguo.
tinado para esa corrida, se cree todo el mundo En resumidas cuentas parece que quien per
en la obligación de no estar un solo momento dió la batalla fué el tigre y el dinero el coronel
callado. Wood.
Así es quc_alli so oye cada exclamación que Si hubiera sido en los desiertos do Numidia,
canta el credo. otro gallo les cantara.
Las corridas do toros no se han aclimatado A pesar de todo, el espectáculo bien valia la
entre nosotros por falta de buenos bichos y pena de asistir á él. Cada uno do los actores
buenos diestros, porque espectadores nunca fal cuadrúpedos llenó perfectamente su papel.
tarían. Habia también un cierto placer artístico. Sin
Lástima es sin duda que nuestros toros no querer se me presentaba á la mente el recuerdo
embistan. de los famosos juegos del circo de Boma.
Para eso los do Jarama, ¿pero quién ha do ir Se me figuraba estar sentado en las gradas
los á buscar tan lejos exponiéndote á que se mue del coliseo, rodeado de cien mil espectadores
ran en el camino? para quienes el espectáculo do la sangre y la
Quizas dentro de poco tiempo se establezcan muerte era una necesidad y que muchas veces
casas do seguros para los toros bravos y entón no tenían á ménos el bajar á la arena y ser aplau
eos ya se podrán traer sin tanto riesgo. didos por ose pueblo delirante.
DE LO BUENO T LO BELLO. 191
Me parecía ver á la vestal mantener su cabe Hoy es ya una necesidad, y para colmo de
za impasible y no hacer el mas leve movimien todo ¿no hemos visto ópera en Guanabacoa y
to, que hubiera bastado para salvar al moribun en Marianao?
do gladiador. Las mismas compañías de la capital recorren
Este placer, allnque ilusorio, bien valia los las ciudades del interior.
ocho reales de la entrada. Por esos trigos andan el do de Musiani y los
Ademas en el que tuviera el corazón algo ejercicios gimnásticos de la Cortesi.
sensible debía producir una emoción fuerte el _ Pero en fin el caso es que tenemos ahora
aspecto salvaje de la lucha, los saltos del tigre ópera, y ¿qué hemos de hacer sino oirla?
en medio de terribles rugidos que eran sofoca Donde te den la vaquilla corre con la sogui
dos por los alaridos de ese monstruo de mil ca lla, decía el bueno de Sancho Panza.
bezas que se llama el público. Dos damas de voz muy fresca y que comien
La grande, la verdadera consecuencia que zan su carrera bajo los mejores auspicios: un
produjo esa por tantos conceptos famosa lucha, buen tenor de fuerza y otro que tiene buena
fué el dejar planteado un problema contra el voz (esto basta con decirlo una voz), pero que
cual las generaciones venideras se irán rom en cambio canta con un gusto esquisito y con
piendo una á una la cabeza hasta la consuma un estilo puramente italiano: un medio baríto
ción de los siglos. no, porque la voz por hermosa que sea no basta
¿Ganó el tigre ó ganaron los porros? para constituir un cantante; y un bajo final
La mitad de la Habana piensa de un modo y mente algo feliz en ciertos papeles: sin duda
la otra mitad de otro. que componen una compañía no del todo des
Yo no pienso de ninguno. preciable.
No me considero bastante fuerte para decidir La Hija del Regimiento de Donizetti formó
tan ardua cuestión hasta que haya hojeado al la vanguardia.
gunos autores que traten de la materia. Bonita ópera, graciosa, ligera y que en algu
Quede pues el teorema en suspenso aguar nos pasajes revela la mano maestra del músico
dando un Euclides ó un Newton quelo resuelva. de Bergamo; pero en conjunto es vulgar. No
El asunto merece todo esto y mucho mas. me gusta.
Pero la compañía de ópera se me acerca al Las óperas bufas ya pasaron; se soportan, pe
oido y me advierte que la voy olvidando. ro no se aplauden,
¿Quién diablos se habia de figurar que ten En seguida la Norma: ¡qué ópera! Esta sí que
dríamos ópera, é italiana, en una época tan es- no pasará jamas.
temporánea? Entre los aficionados al divino arte etc. hay
Todo en el mundo tiene su puerto fijado de unos á quienes agrada mucho Rossini, algo Do
antemano, y la ópera parece haber sido crea nizetti y poco Verdi, y otros á quienes arreba
da para representarse en invierno y nada ta Verdi y fastidia Rossini.
mas. Bellini es el único maestro que no tiene ene
A mí sin embargo no me asombra todo lo migos.
que debiera. Sobre este misma cuestión he visto Y con razón; cuando oigo ese nombre dulcísi
ya tantas cosas que de otro modo hubiera creí mo no pienso en un compositor, en un simple
do imposibles! eseritor de música, pienso en un corazón, en el
Hubo un tiempo en que los dillettanti asis alma mas tierna y mas simpática quo pueda
tían á la ópera exclusivamente con guantes y existir, y entonces me figuro á Bellini tal cual
de rigurosa etiqueta. debió haber sido.
Hoy se ha perdido esa tradición: la palabra El autor de la Sonámbula, que es la expre
dittettante es ya un mito. sión mas elevada del sentimiento mas puro, fué
¡Cuántos no hemos visto vestidos de blanco una de esas organizaciones privilegiadas que
con prosaicos sombreros de jipijapa! viven y andan solas por el mundo porque nada
. Aun hay mas; si ahora cien años se hubiera encuentran en él que responda á lo que su al
hablado de este espectáculo nadie hubiera pa ma anhela.
rado mientes en él. Por eso murió á los treipta y dos años.
ALBUM CUBANO
192
Ω
Cuéntase que un dia le preguntaban unos jó Y no pude menos de responderle: Hombre,
venes á un profesor de literatura qué cosa era en cuanto á gustarme, ninguna, porque no creo
que se trate de eso. Admiro la imaginación que
un poeta.
Efectivamente, la pregunta es para, poner concibió esos dos tipos tan diversos y tan aca
perplejo á cualquiera, ménos á un profesor de bados.
literatura de aquellos que la buscan en los ma Algunos tienen la mama de comparar.
Pero ahora soy yo el que entablo una cues
nuales y en los cursos.
Nuestro hombre por tanto no vacilo un mo tión. , .
Unos dicen que todas las mujeres son demo
,
mento y recordando todo lo que habia leído en nios y otros que todas son ángeles. ¿A cuál de
esos libros maldecidos que reducen la poesía á estas dos opiniones debe uno atenerse?
una clasificación, solo pudo zurcir la siguiente El caso es difícil de resolver y sobre todo en
barbaridad: . „ el “Album Cubano.” _
“El hombre que expresa en verso ideas elevadas. Optemos pues por el término medio y diga
•No os parece que el que profirió semejante mos que tienen á veces de lo uno y de lo otro.
blasfemia merecía que le aplicasen mil azotes La dificultad solo está, como dice mi abuelo
con una rama de mirto en la plaza pública y y tocayo Enrique Heine, en saber en qué punto
por mano del verdugo? el ángel y comienza el demonio.
jPoctíi el que expresa! ¿Como llamareis, pues, concluye
Inmediatamente después de Bellini siguió
al que siente? . , Verdi, despues de Romani, Victor Hugo.
Y por verso seguramente entendería renglo El contrasto era bien fuerte, pero cada uno
nes desiguales! sostiene perfectamente su género.
No es esto sin embargo una exageración; hu Verdi puede ser colocado después de cual
bo un tiempo, que por fortuna ya pasó, en que quiera. Es el verdadero compositor de la época
poco mas ó ménos así se decía. presente; tiene todas sus grandes cualidades y
¿Queréis saber lo que es un poeta. Oíd cual-
quiera de las melodías de la Sonámbula, pen susCuando grandes defectos. _ _
en música se dice “época debe en
sad en su autor y lo comprendereis. tenderse á lo mas diez años. No hay arte que
No creo que pueda definirse mejor.
El espíritu de análisis y clasificación que en dure ménos.
Esto quizas provenga de que no ha encontra
todo quiere tomar parte lia pretendido también do todavía la forma adecuada á su esencia.
cla-ificar las obras maestras de Bellini, y des El Ilernani de Victor Hugo ya hoy no se re
pués de grandes elucubraciones ha venido á pa
rar en que la Sonámbula es un idilio, los Puri presenta. . .
Fué la vanguardia de un sistema y hoy nadie
tanos una elegía, Norma un himno. se ocupa do sistemas literarios, ni de cosa que
•Por qué? Ellos lo saben y guardan el secreto.
Ciüéndonos únicamente á la Norma ¿porqué se le parezca.
Hoy lo mas romántico es lo mas estomacal;
so le ha de llamar así? ¿Acaso no es un drama, pero olvidan que
es decir, una obra complexa, que componen di el estómago es ingrato,
versos sentimientos y es movida por muchos re tal vez mas que el corazón.
sortes? Y es lástima; tiene ese drama cualidades poé
Esa obra inmortal presenta todos los grados ticas de primer orden.
de la pasión, desde la alegría mas pura hasta Se entiende que no nos referimos al libretto
el mas intenso furor, desde el gozo hasta el deli en que desaparece la mayor parte de las belle
rio, del amor á los zelos, finalizando de la mane zas del original.
ra mas patética con el arrepentimiento y la in Su representación no tuvo gran cosa notable.
molación. Me equivoco, si tuvo: el famoso tu sei Ernani
Un himno será el coro Guerra, guerra} pero 'que dice Florenza de un modo verdaderamente
el resto no es mas que una gran composición fantástico. Es preciso oirlo para figurárselo.
artística. Dejemos ya á la ópera seguir su marcha
Para esos tales será quizas esto demasiado triunfal, algo mas aérea que positiva, porque le
vago, ¿qué importa? no valdrá gran cosa el vo falta la gran palanca que pedia Arquímedes pa
to de quien piensa de un modo tan exclusivo. ra mover el mundo: la concurrencia, esto es, el
El papel de. la protagonista necesita una ac
triz consumada para comprenderse bien. Solo dinero. La zarzuela no hace nada; Rojas se duerme
por medio de una grande energía en la voz y en sobre sus laureles culinarios.
los gestos pueden hacerse vivir en la escena ti Y no teniendo nada mas que hacer por ahora
pos tan fuertes y tan enérgicos como Norma, mo voy á tomar un refresco al Louvre, donde
Medea, lady Macbeth, Mirra, etc. tendré sumo cuidado de no extraviarme entre
Adalgisa por el contrario solo requiere can las numerosas persianas que le dan á ese café
dor y ternura. el aire de un laberinto cretense.
Me decia uno en el teatro: ¿Cuál do esas dos
Atta Troll.
mujeres le gusta á V. mas?
-—.
ALB UM C UBA N 0
DE
LO BUIíXO Y LO BELLO.
cuencia esta nueva prevision un motivo mas del buque lo que podra proporcionarnos el
para reconocer que está bien indicada la reposo y se hace un ídolo y un objeto de
marcha de los sentimientos. No nos asom desprecio á la vez de aquella criatura que ha
bre de que entonces extienda el amor su hoz de acompañarnos por este valle de amargu
secadora por los campos florecidosy que va ras, como llama la poesía bíblica a la socie
yan quedando algunas víctimas en el cami dad en que venimos á vivir. No se piensa
no, porque también es conveniente que ha mas que en una cosa que so mueva, en algo
ya un momento de expiación, un instante de que sea impalpable, en una sombra que se
recogimiento en nosotros mismos, una pér aleje y se acerque constantemente; no se
dida sensible de fuerza para que llevemos la piensa mas que en doblegarlo todoá las exi
cabeza inclinada en el tránsito de una edad gencias de nuestra constitución particular y
á otra. ¿Qué seria de nosotros si pasáramos al orden de nuestros conocimientos y po
violentamente á la vejez? Acostarnos con la niendo en ejercicio incansable la imagina
frente tersa, la piel del rostro sonrosada, los ción, que es el mas torpe guia que puede te
cabellos negros, los ojos llenos de expresión ner la verdad, echamos el corazón y el pen
y despertar encanecidos y tristes, seria estar samiento en el fuego para ofrecerlo en sa;
dos veces maldecidos, y para que así no sea, orificio á las preocupaciones de la educación
es menester acelerar los sucesos, esperimen- actual, y el corazón y el pensamiento no son
tar en corto espacio de tiempo las sensacio salamandras que se puedan sustentar en un
nes suficientes para sabernos abrigar contra elemento devorador.
las tormentas y ofrecer el pecho desnudo á Siendo pues condición precisa de la juven
los golpes repetidos del dolor que se acerca. tud esa ansiedad que se apodera de nosotros,
Aquel mar no tenia en su fondo profun y admitida como una de tantas leyes prove
dísimo tantas arenas como ilusiones habían chosas á que estamos sometidos, bueno fue
cruzado por mi mente, ni jamas se agitarían ra encaminarla á un fin importante para dar
sus ondas como se agitan las pasiones en un cumplimiento á un destino noble, porque no
corazón de diez y nueve años. Byron lia di se da la fuerza solo para la lucha, smo para
cho en pocas palabras lo que es un joven, mantener el vigor de las ideas. La educa
cuando cuenta que él amaba desde su infan ción que modera los instintos, encadenara
cia la guerra, el océano y las mujeres, que los arranques atrevidos, sujetará de vez en
son las tres cosas mas grandes que pueden cuando al hombre en momentos oportunos
seducir al que ha venido en este siglo, y que y sabrá emulear el exceso de la fuerza ex
da así comprendido hasta donde se extiende traordinaria en la dirección de los afectos.
nuestra alma cuando abre sus alas. La pre El progreso universal está esperando siem
ponderancia de la tuerza determina la afi pre las iniciativas de lajnventud para llevar
ción al combate; la movilidad de las prime á largas distancias sus preciosas teorías y di
ras esperanzas y el deseo de variar de locali fundir por toilas partes las claridades bien
dades hacen aceptable un leño en que balan hechoras de la ciencia y la virtud: para re
cearse sobre los abismos; las sobreescitaeio- in «ver los obstáculos solo su palanca tiene
nes de los afectos y la ley de la propagación suficiente poder.
atraen los sexos. Este deseo continuo de ir buscando en
En lajnventud se ven las cosas según el qué ejercitar nuestra" facultades es también
grado de la salud del espíritu y delcuerpo y una prueba de que somos superiores a los
la altura de las ideas de la época: se procura demas seres de 11 creación y «le que reside
entonces extender un velo color de rosa so en nuestra mente la esperanza, que es una
bre cuanto nos rodea y se huye al examen revelación de lo infinito. Era indispensable
analítico de la verdad: por eso se da prefe que disfrutáramos de esc don especial de no
rencia al pujilato, se deja detras de la estela tocar nunca el objeto de nuestras ambicio-
___
DE LO BUENO Y LO BELLO, 197
.
SÜ
nes, era pues preciso que lleváramos en nues mary soplaba mansamente el cefirillo de la
tra mente la idea de lo ilimitado para cono noche. ¿Qué hacer pues en este caso? Estu
cer á Dios y poder soportar las miserias hu diarse á sí mismo, contener sus ímpetus vio
manas. Así no digáis jamas que no es natu lentos, educarse, instruirse, amar. Así podrá
ral el afan en que se mueve á todas horas la valerse, en favor suyo y de la humanidad, de
juventud, porque ese afan es la lógica de las los elementos ventajosos de que puede dis
grandes cosas que suceden en el polvo ter poner, hará que se renueven unas ideas y
restre. ¿Qué habríamos logrado hasta aquí si sé conserven otras; que la perfectibilidad no
desde el principio del mundo se hubieran sea una vana palabra; que su dignidad no
aprisionado los arrebatos del corazón y del desaparezca. De la juventud es de donde
pensamiento en la estación calurosa de la han de salir todos los bienes de que pode
existencia? La historia confirma la opinion mos gozar en la sociedad, de ella se han de
de que no se podria confiar la seguridad de derivar los principios sostenedores de la fé;
las sociedades á ancianos débiles, ni podria de ella han de provenir los descubrimientos
tampoco entregarse el tesoro valioso de los y las verdades: dejadla, pues, en su esfera de
sentimientos á quienes están fatigados de la acción porque está prescrito que ha de mar
larga jornada que han emprendido. char sin detenerse para llevar á cabo su mi
Como el hombre no debe aislarse está dis sión.
puesto que tenga atractivos para la dulce se
ducción de la mujer, y por esole fueron con » Juan Clemente Zenea.
cedidos los favores de una hermosura varo
nil que inspira simpatía porque concede pro
tección á un sexo desgraciado. No debían
unirse solamente dos animales, porque este
fenómeno correspondía á los que represen
tan un papel inferior en la escala zoológica;
era necesario que el espíritu tomara una par
te activa en el matrimonio, y para que sé
cumplieran las inclinaciones se dió al joven
la fuerza, que es lo bello físico, y el senti
miento enérgico, que es lo bello moral. '
Antes que sé apague la llama^ántes que
se evapore la ilusión, se verifica algun enla HISTORIA DE LA FILOSOFIA.
ce que comienza á cambiar el rumbo de
nuestras turbulentas pasiones y queda inter
rumpido un órden de acontecimientos que
no debe durar: el clima bajo el cual había f Finaliza).
echado raíces el árbol d d amor ha madurado
los frutos, ha he, lio abrir al enten limiento
sus llores lozanas, ha preparado el cuerpo y “El ¡irte de bien decir es sin (bula una
la razón para el nuev > trance que se presen parte «lela filosofía; Aristóteles la trató con
ta: el ardor de los primeros años ha ayuda acierto: «lir.gió su retóri'-a á Alejandro v su
do por último al desenvolvimiento de todo poéticn—o los fragmentos que de ella nos
lo que habia en el alma. han quedado—sirven de regla todavía á los
¿Qué hacer para que la juventud no gaste hijos de las musas. Sobre las olvidadas rui
en fúriles pasatiempos las disposiciones que nas del Liceo subsiste ese código,como una
le son propias? Me preguntaba én tanto que columna de gusto clásico cuyas- bellas [tro-
la nave hendía la superficie ondulosa de! porciones han estudiado los grandes preeep-
Sí
198 ALBUM CUBANO
tistas de todos los siglos, Horacio, Boileau, brimientos. El uno se lanza en las alas del
Martinez de la Rosa. genio á los espacios ideales: el otro fija en
“¿Reduciremos á esto el mérito de aquel la realidad su mirada investigadora. Aquel
coloso que por tanto tiempo dominó como desdeña como groseras y fugitivas las nocio
déspota y que ha sido después tan amarga nes del mundo exterior: éste desecha como
mente censurado? No: él fundó la escuela temerarias todas las hipótesis racionales.
de la esperiencia, y echó por tierra la de las Platon es poeta en la dialéctica; Aristóteles
especulaciones y las hipótesis. El fijó pór es dialéctico cuando habla de poesía. Las
medio de fórmulas todos los descubrimien teorías del primero como que engrandecen
tos. El observó y consignó una multitud de y elevan el alma: los dogmas del segundo,
hechos físicos, metafísicos y lógicos inaper [aunque á veces mas verdadero] apocan y
cibidos hasta él. Ultimamente, á él se debió encadenan el espíritu. Esta es la diferencia
la clasificación de todos los conocimientos. que hace que hoy, en las escuelas que han
Divídense estos, según Aristóteles, en dos tomado los puestos del Liceo y la Academia,
ramos que comprenden, las ciencias teoréti conserve Platon su encanto deslumbrador,
cas—cuyo objeto es el estudio de lo que y haya decaído Aristóteles hasta el extremo
existe—y las ciencias prácticas, que se propo de que se arroje sobre su nombre un escar
nen la aplicación. nio que está muy lejos de merecer.
“Las ciencias teoréticas constan en tres “Muerto el Estagirita dirigió la escuela su
grandes subdivisiones: 1. p las ciencias espe- discípulo Teofr isto, distinguido por la faci
rimenta.hs, que versan sobre el conocimiento lidad y gracia de su elocución. Straton el fí
de lo exterior, ó historia natural: 2. ~ las sico sucedió á Teofrasto, y con Demetrio de
ciencias ra.ciona.les ó sea la metafísica, que es Falera, célebre orador y politico, fué intro
dond ' coloca los principios, la mitología y la ducido el Peripato en Alejandría.
teologíi: 3. 55 las ciencias mixtas ó subordi ‘■Presidieron sucesivamente el Liceo los
nadas, que se reducen á la física. Las cien filósofos Lycon de Troade, Gerónimo de Ro
cias prácticas se dividen también en tres cla das, Aristón de Geos, Critolao de Tasérida y
ses, á saber: la moral, la economia y la polí Diod >ro de Tyro. Despues de este sétimo
tica. No encareceremos el acierto de esta sucesor de Aristóteles, solo se conoce á A-
clasificación, pero si haremos observar que ristónico de Rodas, (pie restauró los libros
veinte siglos después de su existencia y cuan del fundador de la escuela peripatética y ex
do ya habia desaparecido el prestigio de su tendió por Roma su conocimiento.”
autor, Verulamio y d’ Alembert admitieron Por este animado fragmento del manus
todas sus bases para la formación del grande' crito del joven Cabanyes se puede formar
árbol enciclopédico. idea del espíritu de la*obra, y del estilo que
“Tal fue en su origen la escuela de Aris en casi su totalidad se conserva fácil, preci
tóteles, (pie ya se llamó Lyceo por el templo so, elegante y ameno, aunque algunas veces
de Apolo Lyceo donde se estableció, ya Pe incorrecto.
ripato porque el maestro daba las lecciones Detiénese el autor un momento en la es
paseándose: esta escuela rivalizó mucho cuela de Pyrron ó sea el escepticismo, indi
tiempo con la Academia, sin que jamas pu ca las causasen que fundaba aquel filósofo
dieran hermanarse. Colocados sus jefes en su sistemática duda sobre la verdad, y pa
los dos extremos opuestos de la. ciencia, sus sando después á los Estoicos habla de Zenon,
doctrinas y sus métodos han estado siempre toca su sistema psicológico que sirve de cla
en continuo choque. ve ásu física y aun á su teología; haciendo
“Platón especula con la imaginación y se notar el singular fenómeno de que una doc
expresa con elocuencia. Aristóteles observa trina casi materialista (pie negaba la existen
fríamente y expone con sequedad sus descu cia de otra vida, produjese, sin embargo,
DE LO BUENO Y LO BELLO. 199
nociones sublimes, aunque no perfectas, dé cuela de que hablamos hizo pocos prosélitos
la virtud; hasta tal punto que fuera del cris en Roma, muchos en Alejandría y Grecia.
tianismo no se encuentran en parte alguna Perteneció á ella el famoso Galeno.
ideas tan elevadas y puras. Los estoicos com El historiador, empero, vuelve á Roma su
prendieron que ni los placeres sensibles ni atención. Guerrera en sus principios desde
los goces de la inteligencia podian sor el ñó todo género de cultura intelectual, pero
objeto de la vida y el origen de la felicidad, conquistando la Grecia quedó sometida al
y pusieron la virtud como fin último del influjo científico de sus conquistados. Tomó
hombre y como esencia de su ventura. El el gusto'de la literatura y de las artes, estu
sabio, según ellos, era libre en toda cautivi dió la filosofía, adoptó ideas de ella, y pro
dad que no fuese la infamante del vicio, dujo al cabo á Cicerón, Cotta, César, Pom-
pues el dolor mismo no era capaz de arran peyo, Caton, Attico, Varron, Lúcido... lum
carle—con la confesión de que era un mal— breras que señalan la edad de oro do la ci
la soberana independencia de su alma sobre vilización romana.
todos los accidentes de la vida. Esta varo A pesar de lo mucho que en aquella épo
nil doctrina que—según la bella frase deLa- ca filé cultivada la filosofía, no dió origen á
cordaire—reanimó un tanto los restos de la vi nuevas escuelas. La autoridad griega domi
rilidad romana, al introducirse en sus muros én naba á los sabios romanos, siendo Platon y
trelos trofeos de sus antiguas costumbres, hizo Epicurolos que obtenían mayor número de
ver á los emperadores, fatigados de la baje secuaces.
za que habían creado, que aun existían al Masliéaquí que en un extremo del imperio
gunas almas incorruptibles, y la toga roma aparece un hombre desconocido dando tam
na recibió de la sangre generosa vertida por bién lecciones de filosofía; pero de una filo
la tiranía, una púrpura última y eterna que sofía nueva, pues aquel hombre hablaba como
aun honra á la humanidad. jamas habia hablado otro alguno. Miéntras la
El estoicismo, que corno dice el mismo Providencia dispone el dia en que tan gran
grande escritor ya citado, no es, bien exa palabra domine a! mundo completamente,
minado, sino la idolatria del hombre bajo una desenvolviendo otra civilización mas perfec
ilusión magnánima, está juzgado con acierto ta que cuantas le lian precedido, veamos flo
por Cabanyes, que le dispensa los respetos recer—ya en la Era Cristiana—á losPlinios,
debidos á una escuela que salvó la moral Dion Crysóstomo, Quintiliano, Plutarco, E-
uniendo la felicidad á la virtud, al mismo picteto, Galeno, Diogenes Laercio, M áximo
tiempo que compreude la imperfección de Tyrio, Creceste, Celso y el maestro de Mar
sus bases. co Aurelio. Lumbreras de la nueva doctri
Volviendo después la filosofía á su anti na brillan al mismo tiempo Ireneo, Justino,
gua cuna, el Egipt^ reunió Tolomeo Sotes Teófilo, Ermias, Atenágoras, Clemente ale
en Alejandría todas la3 doctrinas de las va jandrino, y algo mas tarde Orígenes, discí-
rias escuelas de la Grecia. La primera, fun lo de S. Clemente y sucesor suyo en la di
dada por Aristóbulo y Filon, fué un ensayo rección de la escuela de Alejandría.
de amalgama entre los sistemas filosóficos, El cristianismo, la palabra divina del filó
y hasta la mitología, y la doctrina de la Bi sofo desconocido de Judea, se va extendien
blia. Este sistema de los dos judíos nom do maravillosamente y cuenta una série no
brados, fué conocido con el nombre de Teo interrumpida de doctores tan sapientes co
sofía ó Misticismo, y como ya dijimos nació mo santos; entre los que se cuentan, [poste
en Alejandría. Siguióle el Syncretismo ó riormente á los citados ya] Cipriano, Atana-
Eclectismo, cuya forma doctrinal no conoce sio, Basilio, los Gregorios, Ambrosios, Ge
mos con certeza, pero que parece reunia las rónimos, Cirilos, y el célebre Crisóstomo, y
mas rectas opiniones de cada secta. La es el no ménos célebre Agustín, que refutaron
200 ALBUM CUBANO
«Esos grandes hombres, padres de la mo la pluma sin miedo á la de V .; cosa que de
derna filosofía, lian estado como los antiguos modo alguno hiciera, si á Villa-Clara le toca
sujetos al error; pero merced al estudio pro se en este momento la dicha que disfruta Cien-
fundo que han hecho del hombre y de la na fuegos, poseyéndi^a á V. por algunos dias.
turaleza, han encaminado los entendimien No seria, no, la observación de V. la que me
tos por sendas en las que no es fácil aluci arredrarla, pues por su desgracia, sus ojos son
narse con teorías brillantes y con ingeniosos mas bellos que buenos para ver; seria su modo
paralogismos. de escribir con el cual enriquece y embellece
«De las matemáticas de Euclides á las de V. todo lo que observa.
Newton, de la física do l’itágoras á la de Para huir todavía mas, si es posible, de se.
Lavoisier, de los laberintos de Aristóteles y mejante peligro, prefiero tocar puntos que
sus comentadores á la idiología de Destut- V. no pueda jamas ver ni referir; y al efecto
Tracv, hay un espacio inmenso que, triste es y con recelo de que venga un dia á Villa-
decirlo, ha sido necesario siglos para re Clara, á hacer lindos retratos de lo que bajo
correrlo. Afortunadamente el espíritu huma mi pincel no serian mas que informes boce
no ha tomado un vuelo seguro y poderoso, tos, voy á retroceder dos siglos y medio ha
y ojalá que le alumbren siempre las dos an cia atras, para trazar algunas líneas sobre lo
torchas que nunca pueden extraviarle: la ra que eran en aquellos tiempos las mujeres
zón y la revelación'. habitadoras de esta central comarca.
Hé aquí una ligera reseña de la historia de En dos palabras se lo diré á V. Eran bue
la filosofia que dejó en boceto—digámoslo nas, generosas, caritativas y......... muy ami
así—D. Manuel de Cabanyes, cuya tempra gas de las modas. Antes de presentarle á V.
na pérdida lamentan con razón las letras es algunos hechos en prueba de lo primero, voy
pañolas. á describirle lo que sepa de las segundas;
Hemos expuesto sus ideas sin entrar en pues aunque en el Album de V. lo bueno
calificaciones ni juicios, porque no era ese precede á lo bello, yo invertiré el orden para
nuestro propósito. que mi artículo sea mas interesante al fin
que al principio.
Figúrese V. esta población, allá en sus
primeros años, cuando sus moradores empe
zaban á tranquilizarse del incesante temor
que les inspiraba su precedente domicilio en
San Juan de los Remedios, de continuo in
vadido, saqueado é incendiado por lo6 pira
tas: imagínese V. aquella naciente V illa, que
CARTA DEL SR. LA SAGRA no tenia aun tejas para cubrir las habitació,
A I.A SEÑORA AVELIAlii:»». nes; cuando la ermita de la Candelaria,'obra
-de la piedad do los fieles, se construyó con
Villa-Clara 30 de Marzo de 1860. paja y la del Buen Viaje, con madera y gua
no; cuando apénas habia tiendas de géneros
Mi estimada y antigua amiga.-Mucho he y que las señoras tenían que proveerse de
tardado, cu verdad, en aprovecharme de su vendedores ambulantes; pues entonces, ya
amable recuerdo permitiéndomequemi nom la moda y hasta el lujo preocupaban á las
bre figurase en la buena compañía de colabo Villaclareñas. Las naguas y sayas, consti
radores do su excelente periódico; pero V. tuían el vestido general así de las jóvenes
que conoce mi vida, sabrá disculparme. Aho como de las mujeres de cualquiera edad; y
ra, que precedo á V. algunas leguas en mi la única diferencia en los trajes consistia en
excursion Cubana, puedo atreverme á tomar los colores y en la calidad de las telas, pues
51
202 ALBUM CUBANO.
KM
mientras las sayas las requerían negras ú zapateo, que parece haber sido el baile exclu
oscuras, en las naguas se empleaban colo sivo algunos años, con acompañamiento de
res claros y alegres. Las primeras se hacían vihuelas y bandolas, asociadas con el poco
de damasco de tornasol, Refiriéndose el negro armonioso güiro. No faltaban otros instru
y morado; de tafetán, de capichola (tela de mentos, como las liras, pues el médico Du
seda como burato), de tercianela (género se bois de la Rosa, que viniera de Santo-Espí
mejante al mismo tafetán, pero mas doble y ritu, era nombrado por ser posesor de uña,
lustroso), de tisú y de picote, cuya tela de se de dos vihuelas y de una bandola; colección
da era también de mucho lustre. En las na armónica que no sabemos si era aventajada
guas, ademas del mué azul, género de seda por la de instrumentos quirúrgicos del alegre
do aguas, como el ormasí, lucia el rico tafetán facultativo.
carmesí y otras telas de la misma clase y co Así continuaron los trajes y los bailes,
lores distintos. Tanto las sayas como las na durante el período de cerca de un siglo, que
guas iban siempre guarnecidas en la falda, iba acercándose al décimo nono; pues nada
con una ó dos vueltas de galones de plata y de nuevo ofrecieron en las fiestas de la pro
algunas veces de oro. Estos vestidos costa clamación de Cárlos III, donde los mismos
ban por lo regular cincuenta, ochenta y has vestidos é instrumentos, lucieron ÿ alegra
ta cien pesos, y el complemento de ellos era ron los espectáculos. L03 cambios estaban
el justacox (ajustador ójubon), vestidura que reservados para una época que los ofrecía
cubría desde los hombros hasta la cintura, terribles en Europa; la de la revolución fran
ceñida y ajustada al cuerpo. Las mantellinas, cesa, en sus distintos períodos de la Asem-
nombre que se daba á la manta ó mantilla, blea, la Convención, el Directorio y el Consu
con que se cubría la cabeza hasta la espalda, lado, que vieron modificarse completamente
se usaban también de tisú de seda, d> brocado los trajes mujeriles. Las innovaciones llega
y otras telas semejantes, y como adorno lle ron hasta Villa-Clara, donde las ámplias sa
vaban algunas hasta tres galones. El ceñidor yas y naguas fueron reemplazad as por los
era también de moda y consistia en una es-, estrechos túnicos, cuyos talles part ian á veces
pecie de faja que ajustaba el vestido á la cin de debajo de los brazos. Las sólidas y valio
tura, y para cuyo adorno se empleaban gé sas telas de tisú y brocado, se • sustituyeron
neros de seda de varios colores, especialmen con muselinas, pursianas y otras de hilo y
te el tafetán rosado. En relación con estos algodón; pero el añascóte sostuvo la lucha
vestidos costosos estaban los demas objetos mas tiempo, y como refugiándose en sagrado,
con que se engalanaban las mujeres, tales co se reservaba para ir á la iglesia. El peinado
mo los ahogadores y gargantillas de cuentas se compliccC’on las peinetas, si no tan eleva
de oro y de perlas finas, que se vendían has das y monstruosas como las que vinieron
ta cincuenta pesos; los zarceos de lo mismo treinta años después, anchas en demasía, pues
y otros llamados de resplandor, que valían á cogían de una á otra oreja, llevando por lo
veinte pesos y aun mas. La táchela de oro ó común una barilla ó cerco de oro en su par
plata, era otro objeto de uso muy generali te superior ó saliente, por lo cual se las lla
zado, que no venia á ser otra cosa que un maban peinetas de barilla. Las cadenas y ro
clavo ó punzón, de cabeza redonda, el cual sarios de oro de considerable valor, habían
servia para prenderse las mantas ó mantelli sostituido á los ahogadores de perlas y otros
nas. Ilabia táchelas que pesaban seis y ocho adornos antiguos semejantes, y contemporá
onzas y costaban ocho y diez pesos. neamente con estas modas se introdujo lado
Al leer esta descripción del traje de las anti los palillos ó tacones, que tenían hasta tres
guas vecinas del monte Chpmo, sentirá V calor pulgadas de alto, y con los cuales las señoras
en todo su cuerpo; mas ellas sin duda que se hacían mas ruidoso y gracioso el baile del
hallaban bien y bastante ligeras para bailar el zapateo.
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DE LO BUENO Y LO BELLO, 203
También tuvo éste rivales contra que lu las señoras que aun viven en Villa-Clara,
char, pues vinieron con las indicadas modas, muchas que han fallecido y sus bijas y nie
el minué, el jardinero, el paspié y otros; pero el tas. Da Kicolasa Pedraja y Bonechea, gene
antiguo y patriarcal zapateo no se dió por ven ralmente conocida por el nombre de la Maes.
cido, llamando en su ayuda los contempo Ira Nicolasa, comprendió hace cerca de un
ráneos indígenas Juan el grande, la muchitan siglo, la educación y la enseñanza de la in
ga, la culebra, el sonsonïo, la mora y otros fancia, como deben ser comprendidas; y así
mas, mientras que las gentes de clase infe reunió la de ambos sexos, para inculcarles
rior se conservaban líeles al.f/uaZejwe ó chan- la cwieáí de la salvación, los rudimentos que
güie acompañado de tiples, bandolas y sono sirven de base al saber humano, depositando y
ro güiro. La orquesta era ya también mas cultivando en un terreno virgen, la simiente de
rica en los bailes de sociedad, puesto que ha la virtud y de la ilustración. Hoy dia, decré
bia guitarra, algun violin, tambora ó tambo pita y extenuada, pero fervorosa y confiada
ril, triángulo, panderos, clarinete y alguna en la Omnipotencia, espera sin temor la úl
chirimía; cuyo conjunto si no muy armonioso, tima hora, y solo rogaba al digno sacerdote
debía por lo ménos ser sensible al oido. que me acompañaba, que no la olvidase, pues
Ko entraré á referir á V., amiga mia, por recibía un gran consuelo con sus visitas. Alguna
menores del ajuar doméstico, que conservó que la hiciesen sus antiguas discípulas, les
mucha mayor sencillez que los trajes. Pue será sin duda, pagada en el cielo.
de faltarme el tiempo para escribir algunos Hay sin embargo, algo de triste en con
hechos característicos del corazón bondado templar el próximo fin terrenal de una larga
so deunasmujere3, que pagaban yasu tributo y virtuosa existencia consagrada exclusiva
á la vanidad y á la moda. Da Gregorià Pe mente á la enseñanza, teniendo por únicos
rez, esposa de Antonio Diaz, dueño de la compañeros, la miseria, el dolor y el aban
hacienda á donde se lijaron las primeras fa dono; pero como ni V. ni yo tenemos la cul
milias buidas de Remedios, tuvo bella ocasión pa de esto, voy á terminar mías alegremente
de ejercitar con ellas la caridad de su alma, mi carta citándole los poetas de Villa-Clara.
prestándoles todo género de socorros y de Pfié el primero un tal José Suri, que na
protección.—Desde aquella remota época, ció en 1696, con instinto po'ético, que cultivó
figuraron y se distinguieron las señoras de mas tarde. Sus poesías fueron generalmente
Villa-Clara, en actos de piedad y de benéfico religiosas. Siguióle Ijorenzo Martinez de Avi-
desprendimiento. La construcción de tem leira, que vino al mundo en 1722, y fué lite
plos, de asilos y de escuelas, las halló siem rato y poeta regular.—El tercero, que men-
pre propicias, y se conservan aun las noti ciouaréáV. se llamaba Mariano José de Alva,
cias de sus donativos para construir el cam nació en 1761, y era de genio agudo y festi
panario de la iglesia de la. Pastora.—Quizas vo, poeta querido de las familias, á cuyas ce
debieron, en gran parte, esta disposición lebridades jamas faltaba.—Puede V. juzgar
bienhechora y piadosa á las lecciones que del género de sus versos, por la siguiente
recibieron, de una desús compatriotas nacida cuarteta, que glosó de un modo análogo á
el año de 1770, y que desde los 14 de edad se su objeto:
consagró, hasta los 90, á la enseñanza de la
niñez. Esta mujer singular, que acabo de Ko hay un sujeto en la Villa
visitar en el lecho del dolor, que ocupará po A quien no le esté debiendo,
co tiempo, vino al mundo con el instinto Las trampas me están comiendo
moral de la educación, que sabia ya inculcar Y no tengo una cuartilla.
de un modo maravilloso, desde su primera ju
ventud y que continuó con una perseveran- Al llegar aquí, y aunque- sea dándome el
cir y celo ejemplares. Se la deben casi todas parabién por haberla distraído unosmomen-
— ' —
204 ALBUM CUBANO
tog; preveo que no habrá estado exenta de pre inmensos é ilimitados. Las musas desde
impaciencia y curiosidad, no pudiondo es- ñosas de la Grecia no querían ocuparse sino
pliearse dónde ni cómo he adquirido yo es de dolores reales, de reveses brillantes. El
tas noticias. Apénas hace 48 horas que me sistema de la igualdad va á introducirse á
despedí de V. en esa, adonde me llevó el su vez, en la region de la poesía y de las
mártes el deseo, gratamente satisfecho, de artes. El llanto del hombro oscuro excitará
presenciar los exámenes de los aventajados también el nuestro, y ya el Evangelio y la
alumnos del Sr. D. Mariano Dumas. Antes Biblia nos han enseñado á compadecerá to
solo habia permanecido aquí unas 3G horas; dos.
de consiguiente ¿cómo pude inquirir tantas Lo que mejor se sabe es lo que se adivina.
cosas?—Por medio de un trabajo ajeno y de
un esfuerzo prodigioso mió.-—El trabajo aje A medida que so despoja una colina de
no es la Memoria histórica de Santa Clara y su sus árboles, ó se hace crecer en ella un bos
jurisdicción, escrita por el laboriosísimo D. que, se priva á un terreno del rocío del cie
Manuel Dionisio Gonzalez, que acaba de ser lo, ó se hacen correr aguas abundantes de
impresa y cuyo primer ejemplar encuader un peñasco árido. Depende pues del hombre
nado, tuvo la bondad de darme, para que lo variar hasta la constitución atmosférica del
recorriese durante el viajo que iba yo á hacer paraje en que se establece. Los elementos le
á esa. El esfuerzo prodigioso mió, fué el de obedecen, en cierto modo, y el mas terrible
conseguir leerlo y tomar notas con el lápiz, de todos va á morir á sus pie3.
en medio de los incesantes golpes y saltos Lo propio que le sucede á la tierra cuan
que, cual una pelota, me traían, dentro del do deja de ser trabajada por el hombre, le
wagon. Así he conseguido resolver el proble acontece a! hombre mismo cuando huye la
ma mas difícil de equilibrio que pu de pre sociedad para buscar el aislamiento: crecen
sentarse al acróbata mas diestro y experi las espinasen su corazón desierto.
mentado, y que consiste en tomar notas so
bre uií carril cubano. El deseo de gloria no es sino el sentimien
Cuando llegue á manos de V. el intere to de la villa que trata de rechazar á la
sante libro del Sr." Gonzalez, verá que es una muerte, el instinto de una alma grande que
mina, rica para la historia y grata para todos presiente su inmortalidad.
los moradores de este suelo, pues raro será El amor necesita, como todo lo que es du
el que no halle, citado el nombre de uno de rable, el océano de la 'eternidad.
sus antepasados. Un buen pensamiento seguido de una fir
Pero como todo esto, pueda no ser de tan me voluntad, una firme Voluntad seguida de
to agrado é interes para las lectoras y lecto u i acto generoso, hé aquí la virtud.
res del Album Cubano, no profundizaré mas
en el rico filón que ha explotado, en la Histo La vida es un movimiento que tiene á
ria de Villa-Clara, su sincero y apasionado Dios por principio, por centro y por tér
amigo Q. B. S. P. mino.
Damon de la Sagra. La paz es la tranquilidad del orden.
El amor es el acto supremo del alma; la
obra maestra del hombre.
Los antiguos representaban la Gorgona
teniendo serpientes por cabellera; notera ne
El hombre será siempre por sí solo un fon cesario: les hubiera bastado para expresar
do inagotable: sus sentimientos serán siem completamente su idea, pintar la mas mag
DE LO BUENO T LO BELLO. 205
nífica forma humana sin ninguna expresión Hasta las ondas do la mar se elevan
de benevolencia. Cuando en las cumbres del Oriente raya»,
Y rebosando en las tupientes playas,
El pueblo es el suelo vivo de la patria: de él
Se adelantan gozosas ante tí.
sale todo lo que sube; en él cae todo lo que
desciende. Palpita el orbe. Cielos, tierras, mares,
El honor es la línea equinocial de la hu Que en la luz esperada se coronan,
manidad, que se inflama y se purifica á me ‘ El himno excelso de tu gloria entonan,
dida que se la acerca, y se bielay se oscure Y el mundo clama: ¡Contempladle allí!
ce á medida que se le desvia.
¡Oh inagotable engendrador del dia!
La razón constituye al hombre, la fé cons De vida manantial, trono del rayo!
tituye al cristiano. Ven, y del torpe y frígido desmayo
Levanta eon tu luz la creación.
pero ansio verte yo, ¡padre del dia! Océanos sin fin de agua ó de arena
Desde lejana incógnita region. Atravesando en honda soledad;
Exhaló su tristeza en bellísimos cantos que la debía probar al inconstante Félix que no se habia
merecieron el epíteto de divina con el cual aun tenido la credulidad do esperarle fiel y enamo
se la califica en Italia, y despreciando ventajo rado. Rosa estaba loca en aquellos días fatales.
sos partidos qué se le presentaban para un se Quizá no debió Ondarra cumplir los ciegos vo
gundo enlace, pasó mucho tiempo consagrada tos de la pasión en su suprema amargura; pero
al culto del dolor y del arte, hasta que Dios ¡ah! él amaba con extremo á aquella niña inte
quiso atraer exclusivamente á- sí aquélla her resante; la creia abandonada y esperaba poder
mosa alma en la que nunca tuvieron grande consolarla con su indulgente, é inagotable ter
imperio los intereses terrenales. nura. La abnegación del viejo marino habia si
En 1541 se retiró la marquesa viuda de Pes do sublime miéntras juzgó contribuir con ellaá
cara á un convento de monjas, bajo cuyo techo la ventura de Rosa; pero faltando aquel estí
vió transcurrir algtmos años viviendo santa mulo, privado de aquella esperanza, ¿cómo y
mente; pero quebrantándose su salud cada dia por qué rehusarla un bien que se le venia á. las
mas hasta el punto de serle preciso abandonar manos cuando ménos lo esperaba y mas reco
su muy amada eelda para trasladarse al palacio nocía merecerlo...? Tal heroísmo era superior á
de Cosarini; donde murió á poco tiempo con una flaca naturaleza mortal.
tando 58 años de edad, y dejando á la Italia el La boda se dispuso de prisa, y solo al ver lle
derecho y la gloria do contarla entre sus poe gar el momento de ella comenzó la exaltación
tas mas distinguidos. de Rosa á dejar algun campo al raciocinio. So
La primera edición de sus poesías vió la luz lo entonces comprendió que su resolución era
en Parma en 1538: posteriormente se hicieron violenta; que el dicho del capitán no era de un ca
otras varias, con el título* de—Versos de ia di rácter infalible; que al faltar ellaá sus juramen
vina Victoria Golonna de Pescara. tos tomando esposo—antes de cumplir el plazo
Aquella peregrina mujer no fué solamente de los dos años otorgados á Erliá por su padre
uno de los mas bellos ingenios y elevados espí —se hacia reo de un crimen que no alcanzaría
ritus de su época, sino también una de las per á justificar la inconstancia do aquel, aun despues
sonas mas perfectas de su sexo, y en la que se do ser completamente probada. Estas reflexio
reunían todas las gracias con todas las vir nes y otras muchas atormentaron de pronto
tudes. á la desgraciada Rosa; pero eran ya demasiado
tardías. El casamiento se celebraba aquella mis
ma noche. Solo pudo llorar, llorar sin consuelo
entre sus galas de novia, y sentir que se desper
taban, á pesar suyo, en lo mas íntimo del aliña »
los dulces y tristes recuerdos que habia querido
en vano aniquilar. Entonces se acordó de la flor
y de la al? ja.......de la pobre abeja sacrificada.
—¿Qué hizo? se preguntaba con enojo á si
misma: ¿qué hizo jamas para merecer la muer
LA FLOR DEL ANGEL. te? ¿Debí castigarla por que animó mi esperan
za con su fidelidad? ¿Es tan grata la verdad
presente que no deba perdonar y agradecer a-
quel engaño dulce, aquella ilusión que era mi
[Tradición Vascongada].
vida?
(CojícZusíoji. J
Discurriendo así no pudo resistirá un repen
tino impulso. Aun faltaban algunas horas para
La cólera y el dolor son malos consejeros. la nupcial ceremonia, y Rosa fué á pasarlas llo
•Rosa los escuchó, sin embargo: los escuchó rando junto al arbusto del ángel. ¡Ay! barrían
demasiado! No le bastaba la destrucción de la ya el suelo sus amarillas hojas, y la última flor
abeja: hizo mas todavía para aniquilar sus re que habia adornado su tallo—la última que li
cuerdos. Le otorgó su mano à Anton Ondarra, bara la abeja—so desprendía ya seca, esparcien
apresurando la realización de aquel enlace qiie do con sus restos los del insecto aplastado en
DS LO BUENO T LO BULLO. 209
S0
su corola. La joven recogió aquellas reliquias: Angel de la Guarda, cuando saltando de la ca
recogió también la semilla que dejaba la flor, y ma, con el rostro encendido por la fiebre, cor
todo lo guardó cuidadosamente envuelto. rió desatentada á orillas del Deva. Por todas
—¡Erliá! ¡mi pobre Erliá! ¡perdóname! decia partes presentaban á sus ojos vestigios déla
al apretar aquellas reliquias sobre su afligido tormenta pasada; pero ella nada veia. Sus piés
corazón. Y se complacía en repetir dichas pa se sumergían á cada paso en los charcos forma
labras dirigidas á la abeja, pero que le daban dos por la lluvia; pero ella corria sin cesar, co
ocasión de repetir aquel nombre, que era tam mo si fuera empujada por una mano invisible.
bién el de su antiguo amante. Sin embargo, no . Llega, divisa el paraje donde floreció antes el
volvió tal nombre á salir de sus labios, porque arbusto ligado para siempre á sus recuerdos....
Rosa fué desdé entonces la mujer de Anton Donde habia recibido el último adiós y las sa
Ondarra, y tenia demasiada virtud para acari gradas promesas de su amante...... Donde ella
ciar lo pasado. Nada le quedaba de él sino los le empeñara tan solamente las suyas.... y don
míseros restos de la abeja y de la flor. de, por último, en el furor de su despecho al
Rosa no era feliz: no podia serlo; pero llena creerse abandonada, habia levantado una mano
ba sus deberes con aparente agrado, y respi destructora sobre el pobre insecto que por tan
rando de continuo en la atmósfera de paz y de to tiempo acudió fiel á sostener su esperanza.
ternura de que la rodeaba su mando, acaso lle Ya no existían ni el arbusto ni el insecto, ni
gó á esperar que se cicatrizaran con el tiempo la esperanza ni los juramentos de Rosa...... ¡pe
las profundas heridas de su alma. ro Erliá estaba allí, fiel á los suyos!...... ¡Esta
Así pasó el otoño: asi pasó también ei largo ba allí, como se lo habia prometido hacia dos
y nebuloso invierno, y llegó el último.dia del años, en tal dia como aquel, y á presencia de
mes do Febrero, trayendo en pos una noche sus ángeles, del arbusto, de la abeja y de la
tenebrosa y fria como ninguna. Tronaba, llovía flor!
copiosamente, y Rosita, sin embargo, permane Rosa no lanzó un grito ni articuló una pala
cía en su ventana, fijos los ojos en el enlutado bra, porque el silencio es la expresión suprema
firmamento, que surcaban á intervalos los re do las supremas emociones. Cayó de rodillas, y
lámpagos, y como si se embelesara oyendo re su mirada—en que se retrataban los inefables
tumbar los truenos en las montañas. Quizas su tormentos de su alma—fué la única impetra
pensamiento se hallaba muy lejos de cuantos ción de piedad que pudo dirigir á su juez. Pero
objetos parecían preocuparla, pues de' pronto aquella mirada era tan elocuente, tan desgarra
se estremeció toda como si despertara de un dora, que el corazón ofendido no pudo resistir
sueño. Entonces prestó visiblemente atentísi á ella.
mo oido, no al trueno, que no resonaba en aquel —Si, yo te perdono, dijo Erliá—desviándose
instante; no á la lluvia y al viento, que comen estremecido de la que tanto habia amado—así
zaban á aplacarse; sino á una voXdulce, lasti te perdonen también Dios y los ángeles, á cuya
mera, que acababa de articular su nombre bajo presencia has perjurado.
su misma ventana. La oscuridad era tan pro Rosa ocultó el rostro entre sus manos; y co
funda, que nada podia distinguirse; pero un lar mo la compañera de Adan, al verse ante Dios
go y tristísimo adiós murmurado apénas en después de haber comido la funesta manzana,
medio de las tinieblas, llegó á herir en lo mas solo pudo articular estas palabras, tan difíciles
hondo todas las fibras del corazón de la joven. para el orgullo y tan socorridas para la debili
¿Qué nombre iba á escaparse de sus labios con dad:
vulsivamente estremecidos? No puedo asegu —\Fuí engañada'.
rarlo, pues Anton llegó en aquel instante ha Erliá se sonrió con amargura.
ciéndola desviar de la ventana, cuidadoso por —Sé, dijo, que tu corazón creyó con harta
su salud expuesta imprudentemente al borras presteza en la mudanza del mió. Que estuviste
coso viento de la noche. léjos de sospechar siquiera que la esposa que
Rosa,.empero, no durmió ni un momento, y se me brindaba no tuviese con todos sus teso
apénas la campana de la parroquia anunciaba ros bastante para comprarme la constancia do
el comienzo del dia consagrado á la fiesta del mi amor y la santidad de mis promesas. ¡Oh!
53
210 ALBUM CUBANO
¡ella y su padre me hicieron mas justicia! Ellos, mi sepultura, y que irás alguna vez á regarlos
al oir la sencilla historia de mi vida, que no es con tus lágrimas.
mas que la de mi corazón, comprendieron al —Sí...... sí....... articuló ella entre gemidos;
instante que no habia para mí sino una felici hasta que en aquella tierra se confundan pron
dad posiblo, y me dieron generosamente los me to los restos do todos cuatro.
dios do venir á conquistarla; mientras tú no va En aquel momento llegaba sofocado el viejo
cilabas en creer quo yo la vendia infamemente Anton, que habia corrido las montañas en bus
por un puñado de oro. ca do su mujer. Erliá la tomó por la mano y
—¡Erliá, Erliá! gritó la infeliz Rosa, abruma se la entregó, diciéndole:
da á los pies do su amante por el onorme peso —Hazla feliz, porque ha comprado ese dere
de su dolor y su arrepentimiento. ¡No hay pa cho á precio de mi vida; y cuando yo no exista
ra mí perdón! ¡No merezco piedad! no la impidas cumplir el último juramento que
Tan lastimero era su acento, tan profunda me ha empeñado, y en gracia del cual los án
su desesperación, que el noblo pecho del joven geles la perdonarán, al fin, la infracción de los
sintió que se sobreponía á sus propios dolores primeros.
la compasión que le inspiraban aquellos de que Dicho esto desapareció entro los jarales, y
era testigo, y solo buscó ya palabras de consue Ondarra trasportó en sus brazos á Rosa, des
lo para la culpable. mayada, á la pacífica mansion à que él creyó
—La fatalidad, le dijo, la fatalidad lo há he un tiempo llevar con ella la ventura; pero en la
cho todo. Ninguna de las noticias quo he pro que comprendía ya que solo el dolor debía ha
curado darte han llegado basta ti, y aquel si bitar para siempre. Una violenta fiebre asaltó
lencio, la distancia, el tiempo, la natural des à la pobre joven en aquel mismo dia, poniendo
confianza do tu carácter, disculpan sobrada en riesgo su vida durante muchas semanas, y
mente tu injusticia de un momento, que no es dejándola por convalecencia la tristeza sombría
á mí solo ¡oh Rosa! á quien ha hecho desgra de una ictericia profunda. Erliá por su parte,
ciado. Nuostros ángeles no han qu rido que pareció no ocuparse en otra cosa, desde la amar
gozasen dos mortales en la tierra de una feli- ga entrevista, que en el cuidado asiduo del vie
cidad sin límites. jo labrador que lo habia acogido en su desvalida
-—Ellos, por el contrario-—exclamó Rosa in infancia, y que se hallaba postrado por una pa
consolable—ellos han hecho venir infaliblemen rálisis incurable. Empleó el dinero destinado
te cada dia á la fiel abeja con quien te compa ántes á los gastos de un nuevo y feliz estado,
raste, para quo tranquilizase mi corazón con en rodear de comodidades ásu bienhechor y á la
su inmutable constancia. ¡Pero nada bastó! ¡A familia de éste, pagándoles con usura el gene
nada atendió, sino á sus zelos, esto corazón in roso cariño que en otro tiempo dispensaron al
digno! Mi mano, mi propia mano mató al in huérfano. Nada le complacía tanto como el pa
secto sobre la flor que amaba! ¡Oh, sí, Erliá! sar las largqs horas de la nc che leyendo el li
¡Lo destrocé como á tu corazón! ¡Lo aniquiló bro de Job cerca de la cama del anciano, por
como á mis juramentos! ¡Aquí tienes...... aquí mas que le molestase con frecuencia una tose-
tiones sus restos con los do la flor! cilla seca y angustiosa, durante la cual solia
Y la joven sacó de su pecho el papelillo que mancharse con sangre el pañuelo que llevaba á
contenia las reliquias, fijando en él convulsiva sus labios. ¡Ay! aquellas dos hermosas y juve
mente sus labios descoloridos. niles existencias, heridas de un mismo golpe,
Erliá lo tomó on sus manos, le abrió, y con podían ser comparadas á dos flores que apénas
templó largo rato aquel polvo; corriendo grue abiertas á los besos del céfiro, reciben en su se
sas lágrimas por sus pálidas mejillas, algun no el gusano destructor que las va lentamente
tanto tostadas por el sol ecuatorial. devorando!
—¡Ah! pronunció al fin con un acento que Sin embargo, con los apacibles dias de la pri
partia el corazón: sus cenizas, al menos, están mavera mejoróse algun tanto la situación de
para siempre confundidas....... Las nuestras, Rosa, y esta circunstancia y los desvelos pater
Rosa, no lo estarán jamas. Prométeme siquie nales que la prodigaba Anton, podían dar la es
ra que esparcirás estos polvos en la tierra de peranza de un completo cambio favorable. Fé.
DH LO BUENO Y LO BELLO. 211
lix luchaba también, con todo el vigor de sus si de vencida. Habia llegado el último dia de
22 años, contra aquella terrible enfermedad cu Febrero, víspera del ángel custodio, y la reno
yos progresos no lia alcanzado todavía á deto- vación do la primavera que se acercaba era mo
nor la ciencia, y que se ceba con tanto mayor tivo de nuevas esperanzas para Ondarra. Aquel
encarnizamiento cuanto es mas florida la juven dia el sol habia lucido sereno por muchas horas,
tud de la víctima. Miéntras duró el buen tiem reanimando con sus tibios rayos á la querida
po no ocurrió nada que do contar sea; mas al enferma: aquella noche Anton no la habia oido
caer amarillas las postreras hojas de los árbo suspirar entre las angustias del insomnio, y ca
les, el pobro Erliá cayó también en su lecho pa si llegó á prometerse verla pasar gratamente
ra no volver á levantarse. La enfermedad lo ha su decimonono cumpleaños.
bia vencido al cabo, y corria con espantosa ra Felicitábase por ello el viejo marino, y en
pidez á su último período é inevitable desenla muestra de su alegría iba á echar otro sueño
ce. Rosa, en tanto, sentia simpáticamente re en su mullido colchón, renunciando por aquella
novarse el progreso de su lenta consunción, y vez á su hábito de madrugador, cuando sintió á
su alma se iba cubriendo de brumas mas-oscu Rosa levantada y andando por la alcoba con
ras y tristes que las que el cielo tendia gradual paso mas firme que de costumbre. Acudió pre
mente sobre la hermosura marchita de los cam suroso á preguntarla si se 1k ofrecia algo. Ha
pos. llóla vestida, envuelta en su gran capa de paño,
Hubo aquel año un invierno riguroso. El trio y guardando en su seno el papelillo que encer
era intensísimo: las cimas de las montañas no raba las reliquias no ya desconocidas de su es
se desnudaban jamas de su pesado manto de poso.
nieve: continuas nieblas so interponían entre —¿Qué haces? la dijo éste. Desde que estás
ellas y los valles y cañadas, robándoles á estosla delicada no acostumbras levantarte temprano,
vista del firmamento, donde el sol avaro dejaba y aun ménos debes hacerlo miéntras no haya
escapar escasamente algunos rayos fugitivos; pasado del todo esta estación rigurosa.
y gracias si de vez en cuando, rompiendo un —Voy á salir, contestó resueltamente la jo
peñasco los espesos vapores, descubría lenta ven.
mente sus picos descarnados, que á manera de —¿Salir? ¿á tal hora? ¿con este frió? exclamó
fantasmas tornaban á desaparecer entre las Anton asombrado. No; no lo permitiré por
brumas. cuanto hay en el mundo.
No se oían otros rumores que el zumbido del —Lo permitiréis, repuso ella con voz fir
viento entre los castaños desnudos y las enci me, porque él os suplicó no pusierais obstáculo
nas escarchadas, en torno de los cuales solían al cumplimiento de mi postrer promesa, para
revolotear medrosos algunos mudos pajarillos; que el cielo me perdonara el haber faltado á las
la caida de los aludes, y acaso los graznidos del primeras, y ha llegado el momento previsto en
cuervo oculto en los agujeros de XS peñas. aquel en que os dirigió su súplica.
Rosa no salía de su casa, pasando tan tristes Anton creyó que Rosa deliraba. Sabia por
dias casi inmóvil en su gran sillon de baqueta, ella cual era la última tristísima promesa á que
mientras para distraerla Anton le contaba lar se referia; pero tampoco ignoraba,—pues se lo
gas historias de sus viajes de marino, que ella dijeron el dia ántes los mismos hermanos adop
escuchaba por lo común visiblemente abstraída. tivos de Félix,—que precisamente aquel dia se
Sin embargo, siempre al dejar la silla para tras encontraba éste en repentina y notable mejo
ladarse al lecho, alargaba su flaca y yerta ma ría, que los llenaba de júbilo. Quiso, por tanto,
no á su marido, dándole gracias con una me obligar dulcemente á Rosa á que se volviese al
lancólica sonrisa. Ondarra movia tristemente lecho; pero halló tal resistencia que hubo de
la cabeza, osando apenas besar aquella mano, y plegarse él mismo, limitándose á acompañarla.
al retirarse, después de arroparla y arrullarla La joven so dirigió despacio, pero eon plan
como á un niño, no dejaba ningún dia de de ta segura, al pequeño cementerio del pueblo: al
cirse á sí mismo: llegar cerca de él vió Ondarra (que la seguia
—Está peor que ayer la pobrecilla. inquieto) salir desús puertas un grupo de hom
Con todo, la rigidez de la estación iba ya ca bres, trayendo vacia la camilla en que sin duda
212 ALBUM CUBANO
acababan de trasportar un cadáver. La impre ticipar del dichoso destino de mi amado, tan
sión causada por aquella vista fué tanto mas luesro viniesen á anunciármelo sucesivamente
profunda, cuanto reconoció al momento á los siete abejas y siete flores.
hermanos adoptivos de Erliá, formando parte Anton volvió á temer por la razón de Rosa
del lúgubre cortejo. Lleno de sorpresa y zozo y guardó silencio, redoblando sus cuidados y
bra, so fué á ellos para inquirir si era verdad lo proponiéndose no oponer resistencia á sus mas
que comenzaba á sospechar, pues aun le pare extraordinarios antojos. Pasó, no obstante, al
cía mas probable que fuese el viejo paralítico gun tiempo sin que ella pusiese de nuevo á
quien hubiera sucumbido. prueba su condescendencia; pues las profundas
Rosa, miéntras tanto, continuó su camino si» emociones de aquel dia la rindieron de modo
aparente emoción, como si nada hubiese visto, que durante un mes no pudo moverse de la ca
y entrado que hubo en el solitario recinto, se ma, limitándose á preguntar con frecuencia si
dirigió sin vacilar á un paraje en que la tierra, no aparecía cerca de su habitación ninguna abe
recientemente removida, indicaba que acababan ja ó flor maravillosa. Como recibió siempre res
de ser depositados en su seno los restos de un puesta, negativa, no le fué dado resignarse á es.
mortal. Arrodillóse sobre ella, besóla con reli perar por mas tiempo, y el dia 2 de abril declaró
gioso respeto y empezó á esparcir con mano á su marido que se hallaba resuelta á hacer nue
trémula las pobres reliquias de la abeja y de la va visita al cementerio. Ondarra la llevó casi en
flor, entre las que se hallaba la semilla de ésta. sus brazos, tan grande era ia debilidad de la
Inclinóse luego nuevamente, regando el suelo enferma; poro apénas respiró el aire del asilo
con sus lágrimas, y en el momento en que An-' do los muertos y vió nacida en la tierra de la
ton, turbado y lleno de asombro, llegaba junto sepultura la semilla conservada en su pecho
á ella—preguntándose á si mismo quién habia tanto tiempo—y que convertida ya eií planta
podido comunicarle la noticia del triste suceso creeia lozanamente—de súbito pareció que se
cuya certeza acababa él de adquirir—la oyó reanimaba su alma, concibiendc una halagüeña
murmurar con dulcísima voz brc la humilde esperanza.
sepultura: —¡Tú serás, decia acariciando las tiernas ho
—¡Adiós, Erliá! Pronto te cumpliré el resto jas de la planta: tú serás, ya lo comprendo, la
de mi promesa. Pronto descansarémos juntos. que produzcas las siete flores que vendrán á li
Dicho lo cual se levantó, rebozándose de nue bar las siete abejas, nuncios de mi perdón y mi
vo en su capa, y tomó el brazo de su marido ventura!
para regresar á su albergue. Pero lo que le ha Al retirarse del campo santo pudo hacerlo
bía oido despertaba una sospecha demasiado por sus piés y brillando en sus ojos nuevos des
horrible en el alma de Anton para que pudiera tellos de vida. Desde aquel dia sus visitas al
disimularla, y la dijo á los pocos pasos con a- postrer asilo fueron frecuentes y largas, com
cento profundamente afectado: placiéndose ver cómo crecía el arbusto de
—El ha pasado de esta vida á la otra con to sus recuerdos y de sus esperanzas, y festejando
dos los sentimientos de un buen cristiano, cuan, la aparición de cada nueva hoja como un suce
do Dios le llamó; y no debes olvidar, Rosa-, que so próspero é importante. El último dia del mes
los que levantan contra su propia vida una ma un boton se presentó, por fin, coronando el ta
no criminal acortando voluntariamente el plazo llo, y la joven rindió gracias á su buen ángel,
que les señaló el Criador, jamas serán partíci vertiendo por primera vez, después de largo
pes del descanso que ya goza en este momento tiempo, lágrimas sin amargura.
aquel por quien lloramos. ¡Con qué impaciencia anhelaba el completo
—Sospecháis mal de mí, le contestó ella con desarrollo do la flor y la llegada de la abeja,
dulzura. Nunca cabrá en mi alma la espantosa que quizas acudiria presurosa á los primeros há
idea de semejante crimen; pero sabed que ano litos que esparciera en el ambiente el ser desús
che, en el instante mismo en que el ángel de amores! Tal era la esperanza de Rosa; pero
Félix llevaba su alma al seno de la infinita mi ¡cuál seria su júbilo cuando viniendo muy de
sericordia, mi ángel me hizo entender que yo mañana el 3 de Mayo, vió que la flor, que aun
seria pronto perdonada, y se me llamaría á par no hacia mas que entreabrirse, ostentaba ya
DE LO BUENO Y LO BELLO. 213
entre sus hojas al insecto suspirado!...... guarda. Luego el murmurio cesó: los brazos que
' Cayó de rodillas: en su primer impulso aplicó oprimian al arbusto cayeron suavemente en
los labios al capullo con mas ardor que cuidado, tierra, y Ondarra, que se precipitó para levan
retirándolos en seguida pesarosa, pues le pare tar á Rosa, solo tomó en sus brazos un cadáver.
ció imposible no haber ahuyentado al huésped ¡El alma habia volado con el primer perfume
• querido de la flor. Pero se engañaba: la abeja de la sétima flor!..... .
estaba inmóvil. Admirada Posa la miró mas de El viudo cumplió la última parte de la pro
cerca...... la tocó........ sacudió el tallo........ ¡cosa mesa empeñada á Erliá por su desgraciada es
rara! ¡la abeja, impasible, continuaba libando!... posa: los dos amantes descansaron juntos, y la
¡La abeja no podia volar! Estaba unida insepa Cor, que se multiplicó sobre su sepultura, for
rablemente con la flor!...... mando desde entonces una nueva clase, cesó do
Dos dias después se abrió un nuevo boton, y llevar el nombre del ángel para tomar el de la
una nueva abeja apareció también adherida ma abeja-, no floreciendo ya su arbusto; como en
ravillosamente á su cáliz. Otro tanto sucedió tonces; en el primer dia de Marzo, sino á la lle
con la tercera, y con la cuarta, y con la quinta, gada del mes en que Rosa y su Erliá se reunie
y con la sexta, en fin; pues todas se desplega ron en el cielo.
ron rápida y sucesivamente con gran júbilo de Yo he visto, lectores mios, yo he tenido en
Rosa, cuya emoción, al parecer el sétimo capu mis manos varias de esas flores de tan poética
llo, fué tan superior á sus fuerzas, que Ondarra historia, que se encuentran en los sitios mas
la trasportó sin voz y sin conocimiento al lecho sombríos y solitarios de las márgenes del De
por tantos dias abandonado. La fiebre se pre va—como esquivando las profanas miradas de
sentó de nuevo con terrible violencia: la natu los hombres—y puedo aseguraros que me- ha
raleza do la pobre joven se hallaba tan gastada costado trabajo el convencerme de que la abeja no
por continuadas y fuertes emociones, que el 15 era otra cosa que una parte integrante de la flor.
de Mayo hubieron de serle administrados los Por cierto que la primera vez que tuve oca
auxilios supremos de la religion, que ella reci sión de admirar esta maravilla, fué precisamen
bió con edificantes disposiciones. te en un paraje que, según me dijeron, ha sido
En todo aquel dia no pareció pensar en otra
teatro de uno de los mas sangrientos episodios
cosa que en dar gracias á Dios, encomendándo
do la última guerra civil; pero la flor se desple
se á su misericordia; pero al amanecer del si
gaba tan fresca y lozana en Aquel suelo regado
guiente llamó á su marido, que lloraba en si
con sangre, vertida por manos fratricidas, como
lencio à algunos pasos de su lecho, y lo pidió
sobre la sagrada tierra de la tumba donde era
como última muestra de su generosa ternura el
regada por lágrimas do amor. ¡Ah! Lo mismo
favor de ser conducida un momento á respirar
se desplegará todavía después que' se hayan
el ténue aroma de las florecillas que amaba.
mezclado en la tierra que la produce, las ceni
Anton, desesperanzado de su vida, nada acerta
zas de la presente generación y de otras infini
ba á rehusarle, y fué llevada, poí consiguiente,
tas. Esta es una de las grandes diferencias en
en una silla do manos al sitio que habia indica
tre el mundo físico y el mundo inmaterial. To
do. Apenas se vió en él Rosa, sus apagados ojos
do, en el primero, es constante y uniforme, y
se abrillantaron; su amarillenta tez tomó por
en el segundo, pasajero y variable. Asi el tiem
un instante colorido; y arrojándose de la silla
po—ese eterno retnovedor de las costumbres,
fué á ponerse de hinojos junto al arbusto,, que
las leyes, los usos, las ideas y los nombres—
presentó entonces á su vista la sétima flor que
que muda sin cesar la faz de las sociedades, bor
acababa de abrirse, dejando descubierta á la sé
rando una civilización al soplo de tu suceso-
tima abeja, parte integrante de su maravillosa
ra...... el tiempo no puede nada sobre esas yer-
estructura.
Un débil grito armonioso salió de los labios beciilas de los campos, cuyas humildes genera
de la joven; sus brazos rodearon el arbusto; su ciones atraviesan las edades sin recibir la me
cabeza se inclinó, como otra flor tronchada, so nor alteración en su esencia ni en su torma, pa
bre las siete flores de la tumba; y Ondarra oyó, ra ostentarse el último dia tan bellas y tan pu
durante algunos minutos, el blando murmurio ras como en el primero de su creación.
de una acción de gracias dirigida al ángel de la G. G. de Avellaneda.
54
214 ALBUM CUBANO
¿Y quó otro mas adecuado darlos, en efecto, casas iluminadas por los alegres rayos del sol
cuando los objetos acumulados con tanta pro en la falda de la ladera de Icod por el Oeste, á
fusion en aquella corta extension de terreno la par que en el Oriento hacia gala la cordille
solamente ‘bastan para revolar desdo luego la ra de su espléndida vegetación renovada re
divina munificencia? El Pico do Toide, sober cientemente por la primavera,}- de los altos pi
bio ye,ovado monte sobro cuyo blanco y agu nos que la coronan, cuyo oscuro verdor arrostra
do vértice buscado con ánsia desdo léjos por el con la misma insensibilidad los'abrasadores ra
navegante lian pasado siglos y siglos sin que yos del sol en verano, que el frió aletargador
el tiempo destructor baya podido estampar la de las escarchas ÿ nieves del invierno.
mas ligera huella; la cordillera quo cual un in- Después de haber recorrido la vista cua
monso muro rodoa por ol Sur el valle, blanca dro tan embelesador, fijábase con amor en el
en su parte superior por la nieve que la cubre anfiteatro cuyo centro ocupa la villa nombra
en invierno, negra en el centro á causa de las da como el valle y que desde la costa se eleva
cenizas volcánicas que forman su suporficie, y en rápido declive mostrando sus tres zonas dis
verde en su baso con la magnífica vegetación tintas de vegetación producidas por los casta
que ostenta; los numerosos barrancos abiertos ños, brezos y codesos. Mas arriba era inútil bus
por las aguas y que surcando on todos sentidos car nada. El que hubiese intentado penetrar
ol terreno van á terminar en ol mar despuos do en aquellas vastas y mudas soledades, solo hu
haber formado espantosos precipicios y der biera encontrado la imágen del caos en su subli
rumbaderos, todo contribuyo á hacer nacer en me horror, y con la ausencia completa de todo
el alma un profundo sentimiento de admira sér organizado la inmovilidad y silencio de la
ción. Cuadros tan magníficos no se reproducen muerte.
en su espléndida verdad; la pluma no puedo ha No otra cosa parece aquel desierto estéril é
cer mas que bosquejarlos.................................... inanimado que un inmenso osario de gigantes
de las épocas geológicas pasadas, cuyos esque
letos de granito medio desenterrados durante
En una hermosa mañana del mes de Abril alguna convulsion del globo, muestran sus an
ol sol lanzaba sus rayos débiles aun sobre la er gulosas formas al traves de las corrientes de
guida cumbre del Teide, reflejándose como en basalto vomitadas por el inmediato volcan a-
un terso espejo en el deslumbrante manto de dormecido, pero no apagado. Para que la seme
nievo que le cubría. De cuando en cuando, una janza sea mayor aun, ni siquiera faltasobre los
ligera nubo que desaparecía poco después de cortantes bordes de las masas de obsidiana y
h ibor sido formada arrebatadapor el suave so* la movible capa do escorias y cenizas volcáni
pío dol céfiro, rodeaba su cima cual si fuese una cas en que solitaria y desmedrada crece algu
corona de gloria. Por ol Norto desplegaba el na que otra violeta silvestre, único represen
mar su azulada superficie, reproducción fiel de tante de la vida en aquel vasto sepulcro, el fú
un cielo despejado, agitada apénas, y cuyas on nebre sudario que todo lo cubre en invierno y
das semejantes unas á otras y regulares como que la nieve se encarga anualmente de renovar.
las de un campo acabado do arar, iban á besar Pero alejémonos de tan tristes y frías regio
la costa formando una faja de blanquísima es nes donde según dice Lamartine en una de sus
puma, miéntras que porelSursc alzaba rnages- Meditaciones poéticas-.
tuosa ó imponente la Cumbre quo descendiendo Rien de ces vêtements, dont nôtre globe est vert
gradualmente por sus dos extremos vaá morir N’y revêt sous ses pas la lèpre du désert;
en el océano después de haber descrito un De ses flancs décharnés la nudité sans germe
enorme semi-círculo. Completaban tan bello Laisc les os du globe en percer 1’ epiderme...
panorama los dos conos volcánicos que con el
nombro de m.ontañetas del Realejo y del Puerto, Descendamos de nuevo en nuestra vagabun
cual mudos centinelas encargados de la custo da marcha al traves de los pinos y retamas, y fi
dia del valle, so alzan aislados cerca de la cos jemos la fatigada planta en el Agxia Mansa, lu
ta en quo ésto principia. gar abierto en el bosque y en que se goza de
El Realejo mostraba en tanto sus apiñadas un bienestar inesplicable. ;Quó distinto del aire
216 ALBUM CUBANO.
íg;
enrarecido por la elevación es el que allí con vano al corazón de un hombre, pero jamas al
deleite se respira fresco y embalsamado por el de una mujer. Cuando cubierto de harapos, ti-
fragante aroma del espliego y orégano silves- ritando de frió y estenuado de hambre implora
tres! Allí al contrario todo parece sonreír en la caridad pública en una calle ó á la orilla de
, torno nuestro. Arboles tan antiguos como la un camino, contemos los hombres y las mujeres
capa de tierra vegetal en que’crecen, protegen que se acercan á socorrerle; veremos sin la me-
con su sombra amorosamente la alfombra de ñor duda que el número de los primeros es mu-
mullido césped cuyo verdor mantiene la cris- cho menor que el de las segundas.
talina corriente al traves de la cual en los pro- ' ¡Y con qué palabras acompaña la mujer la
fundos estanques que forma se pueden ver bri- limosna de la caridad!
llar distintamente las doradas arenas de mica —-Angelito de Dios!
y las pulimentadas facetas de los prismas de —¿No tienes madre?
cuarzo que componen su fondo. Mas arriba y —¡Pobre hijo del alma!
sirviendo de límite á la perspectiva se alzan Tales son los acentos que el labio femenil ha-
verticales y simétricos los órganos, gigantesca ce resonar en torno del niño desamparado, que
columnata de basalto formada por la contrae- á su vez sonríe á la que habla con un halago
cion de la lava al enfriarse y que sirve de tér- que jamas usará con el hombre que mas libo-
mino por el SE. á aquel delicioso oasis abierto raímente le socorra.
en medio de la extensa zona de agreste vege- Volvamos la vista á los serenos dias do nues-
taeion. Si os sentais á la orilla del manso ria- tra niñez; recordemos cuál era el sór que enju-
'ebuelo que ha dado nombre á la localidad y gaba nuestras lágrimas, acariciaba nuestras
que baja del monte vecino saltando do roca en mejillas con sus labios, nos arrullaba con sus
roca, como los cabritos que á su borde pastan cantares, velaba nuestro sueño, tomaba parte
la aromática yerba, formando vistos'as casca- en nuestros juegos, adivinaba nuestros deseos
das, puede ser que vengaá distraeros de vues- para satisfacerlos, lloraba en nuestras dolencias i
tra contemplación alguna labradora do rolli- y so regocijaba en nuestras infantiles alegrías.
zas formas y de piel tostada por el sol, para El nombre de una mujer irá siempre unido á •
ofreceros un perfumado ramillete de violetas estos recuerdos, sea ó no el de nuestra madre. !
y un cestillo de fresas silvestres acabadas do Dios ha dado al niño una madre en cada mu-
coger á la sombra de los Castaños no monos fra- jer.
gantes que aquellas. Después de haber acepta- Recorramos esas calles, visitemos esas aldeas,
do ambas cosas, puede también que miéntras penetremos en el palacio del rico y en la caba- !
aspirais ,con deleite el aroma de las unas, y sa- ña del pobre, y aunque nos haya negado el cié-
boreais las otras, os refieran como nos refirie- lo una alma poética y un corazón tierno, cncon-
ron á nosotros la sencilla relación siguiente trarémos de seguro la esencia do la poesía y
que no contribuirá poco á hacer mas agrada- del sentimiento en la multitud do afectuosos
ble el campestre refrigerio. nombres con qiéj en todao partos saben exprc-
E. Auber. sar las mujeres su ternura á los niños.
[Continuará.] —Amor mió!
—Alma de mi vida!
...
—Sol do mi alma!
SECCION TERCERA. —Embeleso de mis ojos!
—Gloria de tu madre!
LIS MDJEIUS Y LOSNlBOS. —Angel bendito!
Y estos nombres no estudiados, sino salidos
espontáneamente del fondo de su pecho amoro-
Ciertamente conmueve el alma la tierna sim- so, ¿no valen tanto como las frases mas subli-
patía que une á los niños y à las mujeres, ya mes que pueden inventar los poetas?
sean éstas madres, ya desconozcan todavía los Preguntemos á la mujer mas vulgar por qué 1
goces y los dolores de la maternidad. quiere á los niños, y nos contestará, si acierta
Un pobre niño desamparado acude quizá en á traducir sus sentimientos:—Quiero á los ni-
j
DE LO BUENO Y LO BELLO. 217
ños porque busco ángeles en la tierra y solo los empeño de su adorno para ver á los culpables
encuentro en ellos. de nuevo á sus piés. Cuanto mas se pintaban
Ah! y esos ángeles también aman á las mu las mejillas, mas indiferentes se mostraban los
jeres, porque ellas se les asemejan. rebeldes al yugo de sus gracias. En fin, la exis
Si por otros sentimientos, si por otras virtu tencia de Atenas estuvo en peligro, por culpa
des, si por otros encantos no mereciesen el res de los afeites. Sus legisladores tuvieron que im
peto y el amor de todas las almas sensibles y poner severas penas á los ciudadanos que pasa
generosas, los merecerían por esa santa simpa ban solteros de los ocho lustros, para impedir
tía que las une con la inocencia y la debilidad; que el celibato dictara sus estériles leyes en la
por ese cariño innato que encuentran los niños Entigua capital del Atica. La población dismi
en su corazón. nuía desde que los arrebolados rostros marchi
¡Benditos sean los que comprenden y expe taban el amor en vez de inspirarle.
rimentan el sentimiento que movió el labio del Decir en efecto ¡te amo! con unos labios de
divino Nazareno, cuando dijo: falso coral, despojaba á la pasión de su verdad
—Dejad que los niños se acerquen á mí! y sil embeleso; hablar de los combates del alma
con una faz imperturbable que no podia sonro
Antomo de Trueba. searse ni palidecer, trocaba en parodia el mas
tierno idilio. Una fisonomía animada, movible,
elocuente, vale doble que la belleza yerta é in
sensible. El sol lo fecundiza todo con sus rayos.
La nieve todo lo hiela eon su eterna blancura.
El corazón del hombre necesita como la tierra
el fuego sagrado del astro de entusiasmo y de
poesía para producir esquisitas y perfumadas
flores. El ángel do las ilusiones lo visita sola
REVISTA DE MODAS.’ mente cuando adivina en el semblante de la a-
dorada virgen el celeste misterio de la apasio
nada emoción contenida por el recato. Y ¿qué
LOS AFEITES. emoción puede expresar un rostro cubierto por
la pintura inflexible, que como todo lo inanima
¿De qué época data la funesta costumbre de do no anuncia la vida?
sustituir en el rostro de la mujer á los bellos Atenas tan superior por sus intelectuales a-
tintes de la Naturaleza un carmin artificial y delantos á los tiempos á que me refiero, asilo
una blancura engañosa? De una muy remota prematuro de las ciencias y de las artes, patria
sin duda, pues leemos que las atenienses del de la filosofía antigua que en ella tuvo tan dig
siglo do Pericles abusaban ya tant- de los afei. nos representantes y tan célebres escuelas, re
tes que á fuerza de usarlos llegaron á asemejar cibió una prueba mas de la discreción de sus
se unas á otras hasta el punto de embotar el hijos en su indiferencia hácia el bello sexo,
amor en el corazón de los hombres con aquella miéntras lo vieron inmolar locamente á la va
fastidiosa uniformidad. El cútis, cuya elocuente nidad sus verdaderos atractivos. Los atenien
palidez teñida á ratos por los rubores do la e- ses preferían las Gracias á la misma Vénus.
mocion parece prometer apasionados sentimien Rehusaron, pues, eon razón, continuar rindien
tos, ó cuyo trigueño suave encanta los ojos,por do homenage á la hermosura hasta que no tor
que como si lo hubiera causado el sol, posee al naran á poseer sus correctos rasgos la anima
go de su ardiente poesía, desaparecieron enton ción de la existencia y su sonrisa el encanto de
ces bajo la monótona lechada que haciadel sem la sinceridad.
blante femenil una máscara privada de expre Mujeres hubo sin embargo entonces bastante
sión. Sin adivinar de donde provenia su hastío sensatas para no aceptar la moda que ahuyen
los atenienses comenzaron à bostezar desespe taba al sexo masculino. Aspasia, cuyo talento
radamente al lado de sus compañeras. En .va rivalizaba con su belleza, se negó siempre á
no ellas humilladas con su desvío cuidaban con marchitar su tez con envidiosos afeites. Nunca
55
ALBUM CUBANO
el blanquete destruyó la expresión de sus fac Dígalo si no el mancebo que la amó co.< delirio
ciones, ni un sonrosado artificial dió á sus elo á esa edad.
cuentes labios falso colorido. Así es que, ínterin Desengañémonos, queridas lectoras. Tanto
las demas se quejaban bajo la máscara de yeso entonces como ahora el uso continuo de las lo
que hacia risibles sus lágrimas, de la mudanza ches cutáneas quitaba á la tez la suavidad que
do los hombres, todos los mas distinguidos que ha hecho comparar, con la soda la piel fina do
encerraba la Grecia, obsequiaban á porfía á la si la mujer. Ignoro de qué so componían antaño
rena de Mileto. Sócrates, Alcibiades y Pericles los menjurjes con que las griegas y las roma
frecuentaban hechizados su morada, templo del nas ricas se embadurnaban el rostro, pero por
buen gusto y la inteligencia. El postrero parti lo referido vemos quo eran tan nocivos como
cularmente concibió tan vehemente pasión por los de ogaño. Nocivos, sí, pues el albayalde, la
la extraordinaria joven, cuyo noble semblante cal y el arrebol arrugan de tal modo las meji
revelaba las dotes del alma y del entendimien llas, que cuando la dama adepta suya, se los
to, que despuos de haberse divorciado de su quita un momento, puede aplicársele, aunque
se halle en el Abril de la existencia, el siguiente
esposa [acérri ma partidaria de los afeites, según
dicen] para casarse con ella, lloró ante el Arcó- verso de un célebre poeta italiano:
pago para librarla de las feroces garras de la
A pena si puo dir, questa fu rosa.
envidia, que perseguidora del mérito en todas
épocas, la habia acusado de impiedad. Algunos Dispensad, amables amigas,, mi sinceridad, en
historiadores deploran la injusticia con. que consideración al búen deseo que la dicta. ¿Por
otros han comparado con Lais y con Ninon de qué á pesar de lo .mucho que se ha gritado con
Léñelos á la ilustre amiga do Pericles. Aspasia, tra la cascarilla ofe empeñáis en protegerla? ¿Por
según los primeros, rehusó pintarse el rostro, qué seguis la maligna moda que fingiendo favo
porque las mujeres en cuyas filas la han colo receros os perjudica en realidad? ¿Por qué ha
cado los últimos, se tiñen de blanco y rojo las de hacernos toser todavía en los bailes el blan
mejillas para simular la frescura que el vicio co polvillo que se desprende de tantos tornea
les quita, ó para ocultar la vergüenza que sien dos hombros y de tantos rostros hechiceros á
ten al vender sus halagos. quienes él pérfido roba esa preciosa gala de la
Otra de las que resistieron en aquellos remo juventud llamada frescura? ¡Ah! No lo dudéis.
tos dias á la afición femenil á los afeites, fué la Alguna belleza agostada, alguna vetusta coque
filósofa Lastenia, la cual supo conservar en su cu ta, alguna reina de sociedad, privada por los
tis la trasparencia delicada que permitiendo leer años de su corona de rosas, inventó la fatal cos
en el corazón, forma á voces un interesante poe tumbre de convertir la cara de carne y hueso
ma del rubor repentino y de la inesperada palidez. en cara de cascarilla.—Cuando todas marchitas
En su ancianidad, léjos de incurrir en el ridícu aparezcamos, pensó probablemente la astuta
lo de salpicar las arrugas de polvos que con hija do EvaSrnadie podrá conocer que yo lo
vierten en objeto de mofa el respetable ocaso estoy por la edad. Y los afeites después do esa
de la vida, solo se lavaba la cara con agua pura. elucubración déla vanidad—tratando de prolon
Lastenia tenia la coquetería de la vejez, que gar su falaz prestigio,-se pusieron tan en boga,
consisto en el aseo extremado y en los adornos que mas de una incauta, no contenta ccn ase
en consonancia con la seriedad del invierno, pero mejarse al caballero blanco de los Raveles,soha
tenia también suficiente cordura para no creer enfermado el cútis y ha perdido la dentadura
que parodiando el brillante colorido de que la des de resultas de las partículas venenosas que sue
pojara el tiempo, recobraria la lozanía do su len ellos contener. En fin, sien el siglo XIX no
desvanecida primavera. Su discreción ademas ha sucedido lo que en la antigua Atenas res
la habia preservado de los estragos que causa pecto al asunto, consiste en que los hombres
en la epidermis el frote de sustancias mas á pro exigen hoy en la mujer preferida ménos atrac
pósito para marchitar la flor que para aumentar tivos que doblones. .
su frescura. Muchas, gracias à los afeites, eran Los extranjeros atribuyen al ardor del clima
viejas á los treinta años. Ella por no haberlos la ■perpetua palidez de las seductoras cubanas,
usado nunca era casi joven aun à los sesenta. que si á sus ojos de gacela, tronzas de azaba-
DE LO BUENO Y LO BELLO. 219
che y boca de clavel unieran las sonrosadas me las de la contradanza por apuesto doncel, pal
jillas, tan comunes on los países del Norte, se pita de júbilo oyéndole recitar con intención es
rian las huríes del mundo. Pero el sol indiano tos versos de Palma:
no es el único culpable en la cuestión. El fuñe#- Los aires rompe el ruido
to amor de nuestras damas à la cascarilla las De la nocturna fiesta.......
despoja mas bien que sus rayos del natural car ¡Oh! ¿Qué impresión es esta.
min que animaria su faz de cielo con los purpú . Qué mágico sonido’,
reos tintes déla salud. ¡Oh!Declarémosla guer Qué plácida embriaguez?.......
ra á los afeites que por un instante de brillo ¡Es la cubana danzá
acarrean años enteros de tristes arrugas y de Y al «scuchár sus sones
prematura /ejez. Mis muertas ilusiones,
¿Habéis leído á Corina?...... Oswald la ama,
Mis sueños de esperanza
penetra con ella en los abismos del sentimiento,
Eenacen á la vez!
y allí entufe los goces infinitos y los supremos
dolores de una exaltada pasión, jura tener por Pero las esperanzas y las ilusiones del amar
compañe¡a á la.sublime improvisadora del Ca telado mancebo -vuelven á emprender la fuga
pitolio romano,'ó no casarse nunca. Obligado apénas han resucitado. Al bailar bajo la cálida
en seguida á separarse de su amiga durante al at mósfera-del salón, la jóvemempieza á traspi
gun tiempo, regresa á Inglaterra, donde una rar y su rostro que perdiendo por un lado la
donceHa pudorosa que se spnrosea à cada pala cascarilla la conserva por otro, ofrece tan ex
bra que sus labios pronuncian., encanta su cora traño aspecto, que el entusiasmo do su obse
zón y sus ojos corno Taimágen celestial déla quiante desaparece al contemplarlo. La pobre
perfecta pureza. Lucila, aunque hermosa, no muchacha retorna j ues á su silla con un desen
posee el genio admirable de Corina, ni sus bri gaño mas y un adorador ménos.
llantes dotes, ni sus sorprendentes habilidades, En el teatro distingo otra señorita empeña-
que derraman en torno suyo el atractivo de |a¿; I da también fen desfigurarse con el uso exagera-
variedad. Mas pquel rubpr.divino que ha'ce de d<x*del blanco polvillo.. Ejecutan la Norma, ó
• sus infantiles facciones un estudio conmovedor, Inés Natali la conmueve de tal manera que sus
aquella fresquísima tez que anuncia la inocen rasgados ojos se humedecen á pesar suyo. Mas
cia del alma y la del cuerpo, aquella completa acordándose de que las lágrimas le quitarían
ausencia de todo artificio en el rostro.y en las la cascarilla, se echa á reír para sofocar su en
palabras interesan á Oswald de tal modo, que ternecimiento y contener su hermoso llanto.—
el infiel abandona á su célebre amante pcír la Esa joven no tiene corazón, piensan en el palco
delicada azucena que á la sombra del ala ma vecino.—¡Ah! Decid mas bien que tiene la fla
ternal no ha perdido la menor partícula de su queza de sacrificar su sensibilidad á sus afeites
santo perfume. Quizá un puñado de , cascarilla y acertareis.
hubiera podido salvar la vida á-L. noble y des Por último, confieso que detesto la cascarilla
graciada Corina, impidiendo que Lucila con su desde que ha causado la desgracia de mi amiga
lozanía de tierno capullo, y con sus rubores de Mercedes. En vísperas de su boda eon el rico
tímida virgen, impresionara á Oswald hasta el D. P i.blo, comenzó este señor á desconfiar de
punto de inducirlo á transigir con su concien Julio, ei primo de Mercedita. Después de figu
cia. rarse que sorprendia hoy entro ámbos una mi
Sin necesidad de recurrir á los libros encon rada de inteligencia y mañana un suspiro de
tramos armas contra los afeites en el círculo c omplicidad, los halló una mañana solos en la
do la existencia diaria. En el salon.de bailo vis sala de su futura. Mercedes estaba sentada jun
lumbro una señorita que seria muy bella si ma to á Julio, que tenia el hombro de su paleto ne
te y enfermiza blancura no cubriera sus faccio gro manchado de cal ó de cascarilla. No se ne
nes. Aunque aguarda impaciente que resuene cesitó mas para que D. Pablo diera por ciertas
la orquesta, al travos de su carota de cal no se sus sospechas y renunciara ala mano de mi
• manifiestan ni sus emociones ni sus deseos. To amiga, dejándola llorosa y á mí perpleja respec
can al fin los músicos, pénense en movimiento- to á lo que debo creer de una joven que ántes
los circunstantes, y la joven conducida á las fi- ' consideraba modelo de recato y de buen juicio.
220 ALBUM CUBANO
¡Maldita cascarilla que puede calumniar la vir de hadas para esas espléndidas fiestas. Los tra
tud ó hacer do una caricia fraternal un imper jes à que se ha dado tan poético nombre son
donable crimen! por el estilo del siguiente:
Segura empero de que no consentiréis en a- Haya de tul verde luz cubierta de afollados, y
bandonarla, prefiero hablaros de otras modas á salpicados éstos de bolitas de plata, las cuales
seguir ocupándome do la de los afeites. cuelgan de un hilo imperceptible que se intro
En el flóroditado establecimiento de D. 80 An duce pór los agujaros del diáfano, tejido. .Sobre
gustias de Flores, modista predilecta de nues la falda hueca y anchísima, flota-un velo de
tras fashionables, he visto poco há tres trajes de verde tul en que brillan ligeros bordadosde pla
la graciosa trinitaria [señorita Borrell], hoy ta. porpiño verde y blanco con mangas afolla
compañera déla bella Condesa de San Antonio, das,'comple'ta tan fantástica toilette.
que merecen en mi concepto'describirse: Otra ménos extraña, pero al par muy bonita,
Compónese uno de larga falda do tari ataña consisto en un traje de tul bla.nco de cuatro.
blanca guarnecida de volantes angostos, sobre faldas orilladas de bullones, por los chales se
la cual desciendo otra de gró pajizo recogida desliza una cinta color de oro. Corpiño de bu
con lazos de igual color y con guirnaldas dé llones salpicados de lacitos. dorados, mangas, á
Mi pensamientos. Los adornos del corpiño de dra la Sultana que descienden hasta cerca de la ro
perie guardan preciosa armonía con los do la dilla y ancha banda oriental guarnecida de en
saya. Las mangas formadas con afollados do cajes, hacen de esto vestido un conjunto encan
tul llevan hombreras del dorado gro y ramos. tador. K
de la florccilla poética que acabo dé. intencionar. Hoy la mo^^^yu^Óta^c^^cgla fija en su ca
Rivalizaba con el citado vestido en elegante prichoso reino. Las mangas se llevan ceñidas y
sencillez otro de gasa .blanc^y.-fosada con una anchaJL largas y nortas, lisas y plegabas; los
guarnición de once estrechos volantes' drilladoS' dórpiRo^ se haqpn-de jffeto cintura Redon
de rizada cinta. La berta, deuncorlÿ capricho da, y las sayas imitan tan pronto el pomposo
so, estaba salpicada de roigas y.las. mangas imi flantillo, como caen en flotantes pliegues anun
taban un dédalo de fruncidos de gasa,"cintas y ciado. ¡hC mueríe. d<$l ■ÿnalakotf. Diríase que
flores, tan complicado, pero mucho nías lindo también en los dominios de la Moda se agitan
que el que hizo famoso el hilq Ariadna. difíciles quqstiones que tienen suspensos los fi
Por último; el tercei* traje de los referidos nimos y que permiten á cada cual oreer seguro 1
'era de gró azul como el cielo de Cuba, consis el triunfo -de sus ideas.
tiendo sus adornos en anchísima cinta chiné en Interin ella medita gravemente respecto al
torno del ruedo de la ámplia y lisa falda, en porvenir, se aprovecha de su abstracción para
una larga banda de la propia magnífica cinta soltar la pluma hasta la primera voz que vuel
que caia hasta el borde de ésta,"y en una primo va à tomarla, vuestra amiga
rosa draperie en el corpiño. Los tres hacen ho
Felicia.
nor al buen gusto de la señorita Borrell que
los ha elegido, y à la habilidad de la Sra. Flo
res que los ha confeccionado.
Respecto á modas generales el crespón, la ga
sa, la tarlatana y el tul continúan siendo las te
las preferidas en la'actual estación. El tisú, el
brocado y el terciopelo, tan en boga en Paris,
no sientan en la Habana sino en el invierno du-
rante el cual el viejo Bóreas nos prueba que EEVISTaV.
miéntras el indiano sol prosigue alumbrando
su region favorita, hay en otros países nieblas,
frió y escarchas.
Para grandes bailes so escogen al presente —¿Has visto en tu vida cosa mas mala? me
los adornos de oro y plata. Parece que las da decía uno no hace muchos dias.
mas del alto mundo parisiense se visten ahora —Cuál? hombre!
DE LO BUENO Y LO BELLO. 221
—Esa pelea de fieras que no pelearon. Pocas —Lo dicho, tú paras en Mazorca. Sigue que
veces he gastado un peso con mayor sentimiento. me vas interesando.
—Pues siento no ser de tu opinion. —Ahsentarme en una do aquellas gradas se
—No dejarás de salir con alguna de tus es me figuró ver con mi imaginación la jaula del
travagancias,. Siempre serás el mismo. tigre, no precisamente del mismo tamaño, sino
—Insúltame, pero escucha, decia poco mas ó dos, tres, veinte, cien, mil leguas mayor, y den
menos un famoso ateniense. En primer lugar, tro de ella paseándose álguien que se asemejaba
todos los que allí fuimos recibimos tácitamente á un tigre y que decia:—¿Qué vendrá á buscar
una lección que teníamos harto merecida, y tanta gente? ¿será que piensan armar contra
aquella resistencia de los animales á servirnos mí alguna conjuración? Muy necios serian, por
de espectáculo derramando su sangre, parecía que yo tengo en mis manos todos los poderes.
significar queen vez de apetecer diversiones de En mijreino no son posibles esos conflictos entro
esa claso, debíamos buscar otra distracción en el poder judicial y el ejecutivo que hay en otras
tro las numerosísimas que con mano pródiga partes, y apenas se ha excitado mi cólera cuan
nos reparte la naturaleza. Ya que no nos pare do ya el culpable desaparece;—y á todo esto se
cemos en nada á los antiguos romanos, huya guia el tigre recorriendo la jaula de norte á sur,
mos siquiera de acercarnos á ellos en lo que te como esperando que viniera álguien a recor
nían de malo y despreciable. En buen hora or darle que tiene uñas y repitiendo aquel verso
ganicen los ingleses funciones por ese estilo, de Corneille
no debe eso servirnos de disculpa bajo ningún
concepto:—ellos después do haber presenciado ils se font trop attendre et qu‘ Attila s’ ennuie.
algunas de esas luchas sangrientas, saben ir en
seguida al parlamento y sentarse en los bancos Pe repente seis ó siete hombres se empeñan en
de la oposición, y cuando hablan, hablan como •introducir en el reino del tigre dos perros que
oráculos, y el mundo los oye, los atiende y los parecía que se iban á tragar el mundo; pero
respeta- cuidan de hacer su entrada con el mayor mira
—Absorto me dejas con tu discurso. ¿Quién miento posible, qué para algo lo habían de ser
te ha nombrado redentor? ¿Pe cuándo acá te vir esos dos hermosos colmillos [afilados ó ro
has vuelto moralista?—Solo te advertiré que no mos que para el caso es lo mismo] con que lo
hay papel mas ridículo que el del que se mete ha provisto el Creador del mundo. El tigre,
á decir lo que nadie le pregunta. esto es, el señor de aquella monarquía, se le
—Tienes muchísima razón. Todo lo echo à vanta irritado y lanza con las manos un furi
perder con esta tendencia à lo lacrimoso y sen bundo quos ego-, pero aun no ha concluido su
timental que ha puesto Píos en mi corazón. La exclamación cuando ve que sus dos nuevos
cuestión consiste en pasar el ra^' agradable súbditos se esfuerzan por destrozarse mútua-
mente, lo demas es locura. mente. Entonces se sienta en su trono con la
mayor tranquilidad y dice el siguiente monó
—Vaya! al fin te vas formalizando. Pero re logo.
cuerdo que al comenzar tu grandilocuente dis
curso dijiste tn primer lugar.—Continúa, pues
¿Qué me importa que Vdes. se hagan daño
entre sí?—Peleen cuanto quieran que no seré
que en este momento no tongo nada que hacer
y todo es pasar el rato. yo el que me mueva de aquí miéntras esa lucha
no turbe mi reposo. Vdes. sin figurárselo pro
1 rescindiendo ahora de lo poco galante tegen mis intenciones y no hacen mas que ahor
que es tu observación, porque ya estoy acos
rarme el trabajo de mandarlos matar algun
tumbrado á oir á todo el mundo hablar en ese
dia, que tarde ó temprano así sucederá porque
misino tono, continúo diciéndote que si no sa
vosotros no podéis vivir sin cometer crímenes
caste de osa lucha ninguna provechosa lección,
que hagan necesaria la administración de mi
si no comprendiste su vasto significado, fué
justicia. (Después de una pausa) Es verdad que
quizas porque la consideraste con esa indife al fin y al cabo si sigo este mismo sistema po
rencia habitual con que miras cuanto se pre dré quedarme sin súbditos, porque unos serán
senta á tu vista.
los asesinos de los otros como los hijos de Cad-
56
•222 ALBUM CUBANO
rao; pero quiá! es tan saludable y tan provecho Pero también es verdad que los músicos son
so el principio de autoridad que nunca faltarán incorregibles.
quienes se sometan á todo eon el mayor gusto, Viene un hombre de talento, como Verdi por
por tal de comer bien, dormir mejor y tomar el ejemplo, y ni siquiera le hacen caso: mas bien
sol con toda comodidad cuando se les antoje, co se complacen en atacarlo.
mo hacen los napolitanos. (Otra pausa de cinco Y no tienen en cuenta que él es, el que ha
puesto el arte al alcance de todas las inteligen
minutos.') Pero, ¿que es eso? uno de ellos se va
sin consentimiento especial mió, ¿cómo es posi cias.
ble?—ah! nó, se lo llevan, ¿quién ha llamado á Nunca acusaremos de ignorante aun público
esos extranjeros á tomar parte en esta oración? que no goce con las armonías Me Mendelhson,
¿por qué no se ocupan de su propia nación y Beethoven y toda esa cáfila de alemanazos.
dejan tranquilas las extrañas.? Fuerzas tengo El hombre que después de haber ocupado to
para atacarlos, pero ademas de que el resultado do el dia en sérios y graves trabajos, dedica al
me seria fatal, puedo quizas perder algun pres gunas horas para asistir á un teatro ó á una
tigio. ¿Tú solo quedas? Pues bien, tú pagarás reunion, yen vez de encontrar el placer que
por los dos. Toma!—(Luchan un momento y que busca, tiene que hacer grandes esfuerzos para
da el perro ciego.) La vindicta pública está ya comprender lo que oye, bajo ningún concepto
satisfecha. Ha muerto un perro, y su muerte puede quedar satisfecho.
Pero tampoco exigiremos que el verdadero
servirá de escarmiento á los demas. Es verdad
que lio quedado algo estropeado, pero despees artista esté contento de su arte en medio de
de este acto de severidad, puedo descansar pa tantas inconsecuencias y tantas contrariedades
ra no volver á pelear hasta de aquí á algun eon que tiene que luchar.
Yo no sé si la música degenera ó no degene
tiempo.
ra: lo que sí sé, es que la música no se compren
El pobre visionario que encontró tantas co de hoy como la comprendían Mozart y Cima-
sas, invisibles para los demas, en una simple lu
rosa.
cha de fieras, sufrió con maravillosa impasibili
Cuando en un salon se canta ó se toca, em
dad las burlas del amigo quelo escuchaba;pero
pieza la concurrencia á bostezar, dice el Sr.
al otro dia él mismo se reia de su locura y ya
al otro nadie, ni loco ni cuerdo, se ocupaba de Gotschalk.
Esto es mucho y no es sin embargo lo peor.
eso.
Recordarán nuestros lectores que en esa lu
Pasó con la misma rapidez que pasa hoy to
cha de fieras de que tanto nos acabamos de
do, lo que nos agrada y lo que nos desagrada,
aun aquello por que liemos demostrado mayor ocupar, entre las gracias que hacían los ele
fantes, gracias todas tan pesadas como su mo
entusiasmo. Pasó sin duda para volver, porque
le, consistia una de ellas en marchar al compas
también es verdad que en medio de nuestro
afan por las novedades agotamos todas las po de la música. .
¿Y qué piezas os figurais que tocó la orquesta?
sibles y formando un círculo infinito tomamos
Sin duda el Mambrú, ó el Yankee doodle ó la
lo viejo por nuevo y lo acogemos con igual fer
vor, sin embargo de que siempre vuelve marchi Susana.
tado por la mano del tiempo. Nada de eso: la marcha de la Norma.
Se quejaba el otro dia el distinguido pianista ¡Oh el mas escandaloso de los escándalos!
Gotschalk, de que la música se considerase en O témpora ó mores!
los altos círculos de la aristocracia, nada mas ¿Y no hay rayos en el cielo contra los que
que como una elegante superfluidad. idearon tal sacrilegio?
Porque en ellos se canta y se toca como si El que ha visto esto queda ya á prueba de
se sirvieran dulces y helados. azoramientos.
Pur troppo, como dicen los italianos. Dema Por consiguiente verá sin ninguna especie de
siado que tiene razón el ilustre compositor. estupor que en el mismo teatro se cante una
Y lo peor es que olvida que los helados qui Norma, que dicen todos que queda muy bien,
tan á veces los dolores de cabeza y la música sin banda militar y solo agregándose un bombo
por el contrario suele darlos. á la orquesta para sustituirla.
DE LO BUENO Y LO BELLO, 223
&
Esto no obsta para que la ópera tenga un re Y luego no falta quien lo ponga en parangon
sultado satisfactorio. con su padre, cuando entre las dotes literarias
Algunos trozos quedan muy bien, especial del uno y del otro média un abismo.
mente el dúo de tiples en que se bailan aquellas En el padre, prescindiendo de que quiso re
palabras Mira oh Norma, que es una de las fra ducir la literatura á una industria y olvidando
ses musicales mas tiernas que se ban escrito. como dice muy bien Michelet esa orgía
La Lucrecia ya es otra cosa. Por bien que de improvisación á que so ha entregado, to
cante cada cual su parte nunca saldrán airosos dos los méritos son grandes, gigantescos: una
si no poseen buenas dotes dramáticas en la voz fecundidad prodigiosa, un instinto dramático
y en la acción. -admirable, un conocimiento profundo del tea
El segundo acto sobretodo (que entre parén tro y del corazón humano.
tesis siempre nos ha parecido una obra maes En el hijo todo es mezquino. Trabaja con
tra) es de dificilísima ejecución. lentitud y para oncontrar algun rasgo bueno
El Sr. Florenza desplegó en él todas esas hay quo leer páginas y mas páginas que no
/ maravillas que tiene guardadas y que nadie en tienen el interes siempre creciente de las no
el mundo sabrá nunca imitárselas. velas del viejo Dumas, aun las peores.
Sus facultades tienen algo de misterioso, de Concibe un efecto dramático ántes que la
fantástico como un cuento de Hoffman. obra en que ha de colocarlo, y me figuro que
¥ ahora recuerdo que se ha cantado várias seria capaz de tenerlo guardado en la mente
veces la gran aria de la Tránata, y que no he seis ó siete años.
dicho sobre ella una sola palabra. En su última producción, el Padre pródigo,
4 Pero á la verdad, y sin que lo pueda re lo extravia lastimosamente el deseo de -copiar
mediar, me cuesta # trabajo ocuparme deesa nuestra vida actual, tal como es, con todas sus
ópera. miserias, y hay en él escenas inverosímiles y
Afe trae á la memoria el nombre do Alejan hasta nauseabundas.
dro Pumas y temo que se me escape la pluma Es verdad que todo esto no venia al caso;
al hablar de ese demasiado famoso psicólogo- pero ya no tiene remedio; con razón temia yo
novelista. que se mo fuera la pluma por la tangente.
liemos sido uno de los primeros que saluda La Traviata es de las óperas que han alcan
mos con entusiasmo su entrada en el mundo zado en la Habana mayor popularidad, parte
literario por que se presentaba bajo los mejo por su argumento y parto poi la música que
res auspicios. le puso Verdi, que es fácil, sencilla, tierna,
La Pama de las Camelias como ensayo de sentimental, excepto en alguno que otro pa
un joven, era una gran cosa. saje en que es completamente vulgar y vacía
Pero después no ha sabido escribir ningún de sentido.
libro en que no repitiera de modos las mis No hay duda que á veces Verdi se olvida do .
mas ¡deas que son el encanto de la primera que es el autor del Nabuco, Trovador, Kigolet-
obra. to &c.
Sus dramas, cuyo éxito ruidoso me lia inspi Si en algun tiempo se escribiera la his
rado siempre gravísimas sospechas; aun aque toria del entusiasmo musical en la Ilabau i,
llos que ménos tienen que ver con la idea que la Traviata, junto con el nombre de la Gazza-
inspiró la dama de las Camelias, sacan siempre niga, representaria una de sus fochas mas glo
á relucir algunos tie esos tipos, que francamen riosas.
te empalagan y repugnan á fuerza de manosea La Gazzaniga fué el alma de un partido
dos y de monótonos. (quorum, pars parvulissima fui) que lu veneraba
Con su nueva palabra demi monde cree haber con el mismo ardor que los árabes á Alahoma,
puesto una pica en Plandes. y quo por ellíi hubiera ido hasta el fin del mun
No puede negarse que haya observado y copia do con la misma fé que los cruzados á la con
do con felicidad ciertos rasgos, pero ese no es quista de Jerusalem
mas que un mérito demasiado pequeño en Pero, pluma mia, anda con tiento: la cues
comparación del que se lo asigna á su autor. tión os harto delicada.
224 ALBUM CUBANO
ALBUM CUBANO
DR
LO BUENO y lo bello.
$ ____ .
miento; que los mas fuertes héroes han sido tar á entresacar algunos de entre los innume
en todo tiempo los mas ricos corazones. rables que nos ofrecen la tradición y la his
La vasta inteligencia asociada á un mez' toria.
quino poder afectivo es-si existe-una mono, Nada parece tan ajeno del tierno corazón
truosidad: solemos encontrar genios perver femenino, nada tan incompatible con el dic
tidos ó extraviados por violentas pasiones, tado de débil con que se distingue al sexo,
pero es rarísimo, si no imposible, el hallar como las acciones extraordinarias de valor
gran potencia intelectual en desgraciadas or arrojado y de constancia invencible. Sin em
ganizaciones desprovistas de enérgica sensi bargo, mirad á Débora declarando guerra á
bilidad. Del mismo modo los vigorosos ca los Cananeos bajo la palma que le sirve de
ractères, los que son capaces de emprender solio cuando administra justicia á los hijo8
y realizar grandes cosas, los que se atreven de Israel, y guiándolos por si misma al com
á echar sobre sí responsabilidades inmensas, bate en que derrotan al sorberbio enemigo.
no son comunmente propiedad de hombres Mirad á Jahel descargando con firme mano
áridos y fríos en quienes la acción no tiene el martillo que traspasa las sienes de Sisara:
otro móvil que meras especulaciones. á Judit penetrando en la tienda de Ilolofer-
El poder del corazón es, por tanto, origen nes para salir de ella con la sangrienta cabe
y centro de otras muchas facultades, y aun za del invasor tirano: á la madre de los Má
que á veces ese poder pueda dar al carácter cateos presenciando heroicamente el sacrifi
y á la inteligencia una iniciativa errada; aun' cio de sus hijos, victimas del amor patrio. ,
que mal educado y dirigido—como lo está Y si apartamos los ojos de ese sagrado libro
por lo común en la mujer—suela emplearse —el mas antiguo y auténtico del mundo-ve-
indigna y lastimosamente, no por eso nos es rémos á las espartanas que al aproximarse
permitido rebajar su imcomparable impor Pirro para consumar la ruina de su ciudad,
tancia; ántes bien, digamos con L acordaire: se resisten á ser trasportadas á la isla de Cre
ti que quisiera despojar al hombre de la pasión ta—donde para seguridad de sus vidas las
por los medes de que ha sido aveces instrumento, se mandaba el senado—y presentándose á éste,
asemejaría d un insensato que rompiera la lira blandiendo espadas en sus blancas manos,
de Homero porque ha servido para cantar falsos declararle que no obedecerán nunca un de
dioses. Ah! no la rompais: tomadla mas bien de creto que las deshonra, ¡mes todas están dis
manos del poeta ciego, para ensalzar con sus su puestas á vencer ó á morir con su conciuda
blimes armonías las glorias del Dios visible; por danos. Verémos à las hijas del tebano An
que la lira de Hornera es también la lira de Da tipedes inmolándose sin vacilar cuando de
vid: la pasión que perdió al hombre en el Edén clara el oráculo que solo triunfará Tebas si
ha salvado al mundo en el OpEario." se derrama ilustre sangre en holocausto á los
dioses. Verémos á Boadicea vengando la es
II. clavitud de su pueblo con la muerte de 70,000
romanos; à las argivas defendiendo la ciudad
Siendo la potencia-afectiva fuente y moto que asalta el rey de los Lacedemonios y re
ra de otras, resalta la consecuencia de que chazándolo con pérdidas enormes;á una prin.
la mujer—que privilegiadamente la posee— cesa sármata, colocada á la cabeza del go
en vez de hallarse incapacitada de ejercer bierno en lo mas florido de su edad, no solo
otro influjo que el exclusivo del amor, debe administrar recta justicia, sino sorprender y
& ella y tiene en ella una fuerza asombrosa, derribar del trono à un monarca ambicioso
cuya esfera de acción seria bien difícil deter que habia osado amenazar sus estados bur
minar. lándose de la debilidad de su sexo. Verémos
¿Buscaremos hechos que justifiquen esta à Artemisa combatiendo como auxiliar de
teoría? La dificultad que vemos es la de acer- Xerjes en Salamina, después de ilustrarle
«
yá
brc cu todos conceptos, necesitamos algo sol doraban sus templos, ora cuando la luna
mas (pie esos hechos extraordinarios que sólo les prestaba todo su encanto misterioso.
nos convencen de que teníais razón en pro La colina en que está situado el acrópolis,
clamar al entusiasmo autor de grandes pro es una roca escarpada. Por la parte del S. E.
digios. corria á su pié el límite déla ciudad antigua,
Ahora bien, queridas lectoras, atendien de manera que la dominaba toda. Digno de
do como es justo á las anteriores indicacio presidir á tan gran ciudad, el acrópolis en
nes, vamos à echar otra mirada rápida sobre cerraba los laureles gloriosos del Atica.
los antecedentes del sexo, relativamente á lo -Cond uce hoy á la ciudadela una calle po
que haya de mas arduo, trascendental y su bre y oscura, donde se ve laque llaman vul
blime. garmente Linterna de Démostenos. Los ate
Nada requiere mayores dotes de inteligen nienses, sin fundamento alguno, dicen que
cia y de carácter; nada aparece revestido de allí vivia el insigne orador, al paso que los
tanta gravedad y grandeza como el gobierno anticuarios ven en este lindo monumento
de los pueblos. Regir á los hombres es la uno levantado por Lisícrates en honor de los
mas difícil de las empresas; regirlos bien es de sus tribus, que habían ganado el premio
por consiguiente la mas excelsa de las glorias. de la trípode en una representación teatral.
¿Puede la mujer alcanzarla? Unsoloejem Es pequeño; pero tan proporcionado, y tie
plo de ello seria bastante á demostrar que su ne adornos de tanto gusto que puede seña
* organización física no es incompatible con larse como un modelo de elegancia. Fórma.-
las mas poderosas facultades del alma; pero lo un pedcstalon circular, sobre el cualseal-
nosotras desdeñamos soberbiamente—¿por zan seis columnitas corintias: adorna el friso
qué ocultarlo?—el acogernos á uno ni á dos un bajo relieve que representa algunas es
ejemplos, por gloriosos que sean, y lanzando cenas de la vida de Baco; y de la airosa cor
sin elección, en tropel, según se nos vengan nisa se desprende una cupulilla coronada
á la memoria, algunos de los infinitos recuer por magnifico penachon de hojas de acanto.
dos que atesora el mundo de mujeres famo Muchos eran los monumentos do esta cla
sas en la administración de los grandes inte se que antiguamente adornaban aquella ca
reses de las naciones, intentamos probar no lle,—llamada con este motivo de las Trípo
ya la igualdad de los dos sexos, sino la supe des,—á ¡a cual daba el teatro de Baco, cu
rioridad dd nuestro en el desempeño de aque yas ruinas recuerdan la gloria de los poetas
lla misión augusta, la mas ardua de cuantas dramáticos de Grecia.—Nosotros encontra
plugo al cielo encargar á los humanos. mos un malísimo camino, y per un arco en
que hay una inscripción turca, entramos en
fr. G. dr Avellaneda. el augusto recinto del acrópolis.
[ Continuará']. Cuando nacía la ciudad de Ceerops, dos
deidades del Olimpo se disputaron el honor
de darle nombre; y ambas abandonando sus
celestes tronos, bajaron ála tierra, y se detu
vieron sobre una colina del Atica. Minerva
tocó la roca con su lanza inmortal, y al pun
EL PARTENON DE ATENAS. to alzo sus ramas el pacífico olivo. Neptuno
a su vez hizo resonar la dura piedra con su
[Fragmento de un viaje á Oriente]. tridente, y do ella se desprendió un manan
tial de agua salada. El destino decidió en fa-
Durante los poeo3 dias que pasamos en vorde Minerva, y la ciudad naciente tomó el
Atenas, várias veces subimos á su famosa nombre de la diosa de la sabiduría, que es
ciudadela, ora cuando los primeros rayos del en griego Azene. Aquella colina fué desde
58
230 ALBUM CUBANO
entóneos un lugar sagrado: en ella levanta El Partenon esla obrade arquitectura mas
ron el acrópolis y erigieron templos á Miner completa que ha salido de la mano del hom
va, cuya imágen representaba una grosera bre. Pericles la encomendó al ingenio de Ic-
estatuado madera de olivo, que, según pre tino y Calistratro. La sencillez es la base de
tendían, habia bajado del cielo. Pericles qui su hermosura y magnificencia. Los dos fren
so hacer al acrópolis digno de la ciudad que tes principales miran á Oriente y Occidente,
á sus pies 3e extendía; puso á su entrada las y ámbosse componen de ocho columnas dó
Propileas, y en su recinto levantó el Par ricas sin base con arquitrabe desnudo y el
tenon. friso cubierto de esquisitos bajos-relieves.
Una muralla cerca la ciudadela y en sus Corónenlos dos frontones triangulares, don
jñedras antiguas se ven encajados pedazos de 3e veian, el Olimpo en la parte oriental,
de cornisas y chapiteles. Lo primero que se y la disputa de Minerva y Neptuuo en la oc
presenta á la vista son las Propileas con su cidental. Las estatuas que formaban estas dos
magnífica escalinata desencajada y rota. grandes composiciones eran de Fídias: hoy
En ellas se guardaban los tesoros de la ciu no quedan mas que dos figuras mutiladas
dad. Formábalas un suntuoso pórtico de co que representan á Vénus y Marte. Las facha
lumnas dóricas sin base; y aun hoy que to das laterales siguen en el mismo orden que
das las columnas lian perdido los arquitrabes las otras, formando el peristilo con diez y
y cornisas, forman todavía un magestuóso siete columnas cada una.
ingreso. Los venecianos en sus contiendas El ingreso corresponde á la parte occiden
con los turcos, construyeron allí una mez tal del edificio, y aumentan su magostad seis
quina torre cuadrada, queparece un heraldo columnas interiores mas pequeñas que las
señalando las edades que formaron aquel delanteras. Dos gradas conducen al pórtico
mouton de ruinas. y suplen la falta de bases en las columnas,
Pasadas las Propileas, seven á la izquier dando á la fabrica mas sencillez y severidad.
da las columnas jónicas de los templos de El interior estaba dividido en dos partes:
Erectos y Minerva Políade, y las cariátides la primera era mas grande y consistía en una
del que estaba dedicado á la ninfa Pandrosa, vasta nave adornada de columnas jónicas y
hija de Cecrops. Los dos primeros encerra corintias sobrepuestas. En el centro estaba
ban el lugar en que colocaba la fábula la re la grande obra de Fídias; la estatua de Mi
presentación de la alegoría de Minerva y nerva. Era de dimensiones colosales: llevaba
Neptuno, que he referido. En el' de Minerva en una mano la victoria y con la otra soste
Políaile se conservaba la estatua de madera nia la lanza. La cara y los brazos eran de
de hr diosa, frente á la cual ardía la famosa marfil; ¡os ojo'xle piedras preciosas; la ves
lámpara de oro de Calimaco. tidura de oro. CuíXansu pecho las serpien
- Sobre la parte mas elevada del acrópolis tes de la cabeza de Mecte^q- y á sus pies se
se alza el Partenon, imágen del templo de la veia un escudo donde el autor había repre
inmortalidad. Convertida en iglesia por los sentado una batalla, colocando entre los per
cristianos, y luego en mezquita por los ma sonajes su propio retrato y el de Pericles.—
hometanos, la casa de dioses llegó intacta El compartimento interior encerraba los re
hasta el siglo XVII, en que los venecianos galos hechos á la diosa.
del dux Morosini bombardearon á Atenas; y Hoy es preciso ver el templo por cualquie
cupo al Partenon la desgracia de que una ra de las dos fachadas principales para gozar
bomba volase una gran cantidad de pólvora de todo el encanto de aquella fábrica sober
almacenada en su recinto. Entonces se des bia. La armonía de todas las partes forma en
plomaron casi todas las columnas laterales, el Partenon un conjunto maravilloso. Las
y con ellas hicieron balas los turcos en la líneas se extienden limpiqs como las del ho
extremidad de aquella guerra desastrosa. rizonte en medio del martranquilo. El már
DE LO BUENO Y LO BELLO, 231
mol pentílico do que está hecho ha tomado ron que era triste) sin escribir á V. algunas
un color amarillento, que hace á veces res líneas destinadas á prevenir un error á que
plandecer el templo como si fuera de oro. tal vez pudiera dar lugar, la poca numerosa
La última vez que subimos al Partenon, mención que hice, en mi precedente carta,
lo vimos envuelto en las sombras de la no de literatos y poetas Villa-clareños; hacien
che. La pálida enamorada de Endimion es do juzgar inexactamente por ella, del estado
taba suspendida sobre el monte Hi meto, y intelectual de esta población.— Mis citas
derramaba sus rayos melancólicos sobre las fueron solo, como un adorno á mi articulito
ruinas. Sentados sóbrelas derribadas colum y esto adorno le puse, porque iba destinado
nas del templo, apénas interrumpíamos eon para ei bello periódico de V. Todo obsequio
nuestra voz el silencio solemne que nos ro dirigido á una hermosura debe ir acompa
deaba. La corte del rey Otón se extendía mu ñado de llores.
da á nuestros piés. Pocos años ántes aquel Villa-Clara fué siempre un verjel, que las
mouton de casas pertenecía al jefe de los eu ha producido con abundancia y variedad—
nucos de! gran Sultan. ¡Con qué dolor con En medio de sus zozobras y agitaciones an
templaria entonces tI viajero á Atenas escla tiguas, lo mismo que en el largo período de
va! Hoy la ilustre ciudad es de sus hijos; el monótona paz que las ha sucedido, numero
alminar del Partenon ha desaparecido y no sos vates cantaron sus tiernas pasiones y no
se oyen los bárbaros gritos del santon ma pocos jóvenes se elevaron con sus escritos,
hometano. á regiones muy altas, tal vez buscando en
En vano la imaginación quería rolar álos los dominios de la imaginación, lo que no
tiempos que pasaron, y poner su manto de hallaban en el de la realidad.
oro y marfil al esqueleto que yacía á nues Recorriendo los periódicos que aquí se
tros piés cubierto de sangre y polvo, y cade han publicado, es como puede formarse una
nas rotas. La luna no alumbraba mas que idea aproximada á la verdad, de las inspira
ruinas.—No se oye el canto de la virgen sa ciones y de las aspiraciones de lajnventud
cerdotisa: las gradas del teatro que fué trono estudiosa.—Si V. ¡os recorriese, sabria for
de Sófocles y Eurípides, están desiertas; los mar con la cosecha que hiciera en loshecta-
hombres no se atreven á pisar las carcomi rios de esas flores, poco conocidas, un panal
das piedras de la tribuna de Demóstenes. sabroso y delicado; yo me concretaré solo, á
ninguna luz aparece y se mueve por las a- dar á V. una muy ligera noticia de esas co
bandonadas colinas. A lo léjo3 se ven las lecciones, porque desde aquí labe visto á
aguas del puerto de Palero romperse en la V. como dudosa, al leer la palabra periódicos
orilla sin lamer los costados^""altaneras, na escrita en tan lato plural como la he em
ves. Solo la luna, como Choche anterior, y pleado.—Pues bien; vea V. por de pronto, la
la otra noche, y^rmo dos mil años hace, di lista de los montones que, por orden crono
bujaba en el suelo, largas y oscuras, las co lógico, tengo sobre la mesa.
lumnas del Partenon solitario. El Eco de Villa-Clara, que comenzó á fi
Ensebio Guitéras. nes de 1831 y continuó hasta después que
dió principio su sucesor la —Salía
3 veces por semana, y sus redactores canta
CARTA 2a DEl-Sf. LA SAGRA ban ya, al Bélico, arroyuelo que humedece
A. SRA. una línea, poco perceptible, que serpentea
por estos ejidos; al Capiro, gracioso monte-
Villa-Clara 3 de Abril de 1860. cilio, cuyo verdor contrasta en medio de la
Mi antigua y buena amiga:;—No quiero aridez de estos terrenos magnesianos; y á la
dijar esta alegre Villa (pues alegre la he de Flor de Manicaragua, que parece era una be
llamar, mal que les pese á los que me dije lleza guajira.
232 ALBUM CUBANO
<_______ _______
cía sentir la necesidad de un papel Diario-, y aventajado. Asiduos y multiplicados traba
este vacío se propuso llenarlo el Central, jos se necesitan para obtener algun progre
periódico científico, literario, artístico y eco so en la imitación de la naturaleza—único
nómico, que lia comenzado á salir á luz, con objeto de las artes—y grande es la dificul
muy buenos auspicios, con el presente año. tad de dichos trabajos consagrado como se
—Ha introducido la gran mejora de publi halla el hombre al cumplimiento de los de
car despachos telegráficos que recibe direc beres y convenciones sociales.
tamente do la Capital, y si continúa la El talento entusiasta, el hombre creador,
senda de la Alborada, tratando, con buen entregado totalmente á la contemplación de
criterio, de los intereses locales, prestará un to bello y lo bueno, ha de separarse precisa
gran servicio á la civilización de Villa-Clara. mente de esa marcha mecánica y rutinera,
Héuiquí, mi buena amiga, terminada la indispensable á los intereses materiales de
revision de las publicaciones que tengo so la vida. Embriagado con sus observaciones,
bre la mesa, en toriio de un montou de pie-i único alimento que lo nutre, olvida con la
dras que ayer tarde be traído-, de los aire- exaltácion de sus ideas que decae su juven
dores de esta Villa.—Su descripción inte tud y que aun no se ha proporcionado una
resarla poco á las amables lectoras de su vejez cómoda étindependiente. Ya no vive
Album-, pero dígales V. porque es curioso, sino para el porvenir y pura la gloria; pero
que estas piedras son idénticas á las que aunque divisa los laureles que han de coro
muelen sus juitrines cuando van de Regla narle, no siempre tiene la dicha de cogerlos
á Guanabacoa.—Una comunicación subter con sus propias manos.
ránea, trae basta aquí, esa anómala forma Estas sin duda han sido las verdaderas
ción, que la mano de Dios hizo saltar en causas que sumieron en la miseria y en la
dos localidades tan distantes de la Isla.— Así desgracia á infinitos hombres grandes, á
él habrá precedido de muchos siglos, los es quienes la posteridad ha hecho justicia rin
fuerzos del hombre, para establecer otra co diéndoles un justo homenage de gratitud y
municación , puramente superficial , pero respeto.
continua y rápida, entre la Habana y Villa- La opulencia y la ilustración de los gran
Clara, por la cual suspiran con razón, los des por el nacimiento, son dos medios pode
habitantes de esta Villa. rosos de desarrollar y engrandecer las artes.'
Pero, yo corro también á mil leguas de La primera si bien protégeai artista, porque
distancia de los versos y de los periódicos; lo ocupa, lo hace casi siempre sin respeto
distracción que perdonará V. á su afectuoso por su dignidad y como por favor: la segun
amigo da por el contrario, colocándole en su ver
RamonjD t« Sagra. dadero punto de vista, si lo busca es para
solicitar sus dones; y si los obtiene, se enva
nece en poseerlos; justo galardón debido al
mérito y al talento.
Verdad es que en tiempos pasados Rafael
Sancio de Urbinotuvo influencia en la cor
te de Roma; que Juan de Herrera en Espa
La sublime abnegación y el heroísmo á ña fué visitado por el mismo Felipe II, co.
toda prueba de algunos hombres célebres, loso de aquella época; y que Diego Velaz
han ocasionado, sin duda, las calamidades y quez de Silva fué cruzado en la distinguida
desgracias que sufrieran en sus dias. Esinne- orden de Santiago por mano de Felipe IV.
gableque las do|es artísticas solopueden for Pero verdad es también que la Italia habia
marse por medio de una reflexion profunda, llorado la demencia de Torcuato Tasso, cau
y por la constante observación de un genio sada por mezquinas preocupaciones; que·Ca-
59
234 ALBUM CUBANO.
que por laureles dan gigantes palmas, Las obras del Poeta son los templos
el 'Genio inspira como allá las almas, donde van á buscar altos ejemplos
y á la Gloria le arranca sus coronas. de virtud y valor, en paz y en guerra,
los que aspiran á héroes en la tierra.
Mas ¿qué vale esa gloria’...... el prepotente Son sus obras eternos monumentos
acaso diga altivo. de humanas tradiciones,
¿Qué canto habrá que mi poder aumente, y tablas en que salvan sus fragmentos
ó abada un bien al mundo positivo? las civilizaciones
No manda, no, la lira del poeta, al hundirse en el polvo las naciones.
que á otra fuerza mayor se baila sujeta. De Hesiodo, Orfeo, de Milton y de Dante
Siempre la humanidad vivió inclinada los genios inspirados
ante el poder del oro y de la espada. la Eternidad penetran del abismo
Mas esa humanidad no siente y piensa......? y del cielo recorren los imperios,
el poeta á su vez también pregunta. y muestran de esos mundos ignorados
No existe el almaá la materia unida?....... á la atónita tierra los misterios.
Los goces y las penas do la vida Y el genio de Moisés, el mas profundo,
no tienen su expresión...... ? El pensamiento la verdad nos enseña de la historia,
como el cuerpo no exige su alimento...... ? de la hada á su voz saliendo el mundo,
El sér compuesto que se llama hombre, la inocencia del hombre y el pecado,
lo presente y la tierra solo mira...... ? el origen de pueblos y de reyes,
En la futura edad no busca un nombro.......? y sobre el universo levantado
De otra vida inmortal al bien no aspira?....... á Dios dictando sus eternas leyes...... !
îV"...
quo del mundo los bienes diviniza; que si es fuerte la espada y vale el oro,
quo los hechos del hombre inmortaliza solo al Genio la Gloria abre su templo.
con su gloriosa voz! ¿Qué es la riqueza
del divino Hacedor con los portentos, Oh ilustre Avellaneda! en cuyo canto
y el humano poder con su grandeza? derraman á porfía
Todo pasa y perece; su ardor Caliope, Melpómene su llanto,
el mundo solo guarda la memoria su amor Erato, y su placer Talía...... !
de las nobles acciones, Por hija predilecta de las Musas
y del Genio inmortal las creaciones en la presente edad y en las pasadas
que al hombre prestan valimiento y gloria. te proclamó Castilla,
à la hija ensalzando de su Antilla.
Tu inspiración, tu canto ¡oh Poesía! Y Cuba á quien abona
de Europa el fallo, con amor profundo
las edades primeras
tomaron siempre por su voz y guía, cine á tus sienes la primer corona
y tu eco habrá de oirse en las postreras. que á su Musa consagra el nuevo Mundo.
Muestra el Genio su fuerza creadora Digna eres de ella, y de un asiento
en la eterna region donde la Gloria
en obras diferentes,
entroniza el poder del pensamiento.
poro á todas infunde fuerza y vida
Si allí no imperas con el hierro y fuego,
el estro del Poeta.
si á tus plantas no ofrecen prosternados
Héroe, deidad, oráculo, profeta,
y vate, y mago, y trovador y bardo, los pueblos subyugados
según las sociedades, de su sangre y sus lágrimas el riego,
mandarás con la lira, y á sus sones,
en todas las edades
la fábula y la historia le cedieron el alma libre de dolor y espanto
del saber y el poder los atributos, rendirá por tributos á tu canto
y el milagro á la lira atribuyeron su entusiasmo, su amor, sus emoclbnes."
de atraer las peñas y amansar los brutos.» De ese reino inmortal del pensamiento,
Oh! si alcanzara el vate con su acento es un eco mi voz, débil sin duda,
en un coro de amor y de armonía mas préstale su ayuda
los pueblos á hermanar... .! Tan grande intento, la inspiración que mi entusiasmo guía.
solo en tí caber puede ¡oh Poesía! Oh ilustre Avellaneda! en este dia
asi tu triunfo cual mi humilde fjeento,
ensalzan con un mismo sentimiento
Feliz el hombre que en el fuego santo la Patria, la Mujer, la Poesía.
do las musas se inspira!
Feliz la hermosa á quien conmueve el canto,
con él se goza, ó de dolor suspira!
Feliz el corazón que arde y palpita
por la patria y la gloria, y en recreo
con la lira de Píndaro so agita,
se inflama con la trompa de Tirteo.
Feliz el pueblo que comprende y siente
las obras del Poeta y su lenguaje,
GALERIA DE MUJERES CELEBRES.
y en público homenago
el lauro del honor ciñe á su frente! SOFOA IWIÎA.
Si la épica Castilla
para ofrecer al Genio sus laureles Sofonisbit? pintora célebre, nació en Cremo
los triunfos renovó de Grecia y liorna, na y debiólas lecciones que la hicieron.maostra
hoy la industrial Antilla, á los famosos profesores Bernardo Campi y el
do la madre siguiendo el digno ejemplo, Sojaro.—No tardó mucho en distinguirse, y tal
al mundo muestra con igual decoro llegó á ser su crédito que el rey de España Fe-
DH LO BUENO Y LO BELLO. 237
sus pensamientos una hermosa joven que en —¿De veras?—preguntó la joven vivamente,
tró alegro y risueña en la cabaña. Tendría la al mismo tiempo que un suave carmin tiñó sus
doncella veinte ó veinte y dos años á lo mas. mejillas ligeramente tostadas por el sol.—Si
Sus mejillas frescas y rosadas como las rosas yo hubiese sabido que había do venir tan pron
silvestres que adornaban sus negros cabellos, to le hubiera esperado; pero esta tardo se con
manifestaban la salud y la tranquilidad del al solará.......y yo también........
ma, mientras que su delicada cintura flexible —La misma reflexión le he hecho, pero el
cual dócil mimbre que mece el soplo del aura pobrecillo te quiere mucho y prefiere la dulce
y la torne da forma de su cuello y brazos, hu sonrisa de la hija á todas las palabras de con
bieran podido servir de modelo al escultor que suelo do la madre. Sin embargo, no faltan mas
concibió en su mente el tipo de la Diana ca que quince diaspara vuestra boda y entóneos...
zadora. Componían su vestido unas enaguas —Entonces será preciso que busque otro mo
cortas do líneas verticales rojas y negras, lla do de ganar la vida—dijo María con cierta re
madas por los naturales enaguas dexordon, las solución—-¿pero sabe V. á qué sitio del monto
cuales ciñéndose á sus caderas fuertemente ha ido á cortar leña hoy?
pronunciadas y que acusaban una resistencia —¡Al monto de la Florida! según me indicó.
proporcionada á las rudas fatigas á que diaria, —Al monte de la Florida—repitió la joven
mente so entregaba, dejaban en su descubierto con sobresalto; y al mismo tiempo que una viva
la garganta de una pierna delgada en su parte inquietud se pintó en su semblante, sus ojos se
inferior y terminada por un pió pequeño, aun fijaron involuntariamente en una eminencia
que mal calzado. De cintura arriba cubríala poco distante desnuda de toda vegetación y
una blanca camisa hábilmente plegada, y sobre que firmaba por su oscuro color triste contras
ésta, velando en parte su garganta, hacia resal te con el verdor alegre que le servia de fondo.
tar sus vivos colores un pañuelo, cuyos puntas —Ah! madre mia—exclamó algunos instan
se cruzaban sobre el pecho. tes después, dejando caer el pan que llevaba á
—•Madre—dijo la joven depositan do en tier su boca—yo no sé por que tiemblo; pero al re
ra un cántaro do barro lleno de leche que traía flexionar que Julian debe haber pasado por de
bajo el brazo y que descansaba contra su cos lante de la Cueva de la bruja, temo que lo suce
tado derecho, y entreabriendo dos labios rojos da alguna desgracia!
como el coral que pusieron do manifiesto dos —Dios le protegerá, hija mia!—respondió la
filas de blancos y menudos dientes—aquí está anciana poseída de un supersticioso temor.—
la leche de la cabra negra; ya podemos almor ¡Pero qué voz es esta! ¿no es la suya?
zar. En efecto, en aquel momento se oyeron los
—Bien, María—contestó lajanciana echando
sobre su hija una mirada do satisfacción —Des aleares ecos de una canción, y un instante des-
pacha, que es hora de comenzar el trabajo. pues se presentó en la puerta de la cabaña un
Luego que la anciana hubo dicho estas pala joven alto, do bellas proporciones y cuyas
bras, María cubrió la mesa con un grosero pero fuerzas debían sí>qoeo comunes si se había de
limpio mantel, y colocó en ella el cántaro de juzgar por el enorme 11 az de leña que llevaba
leche que acababa de traer con un pan que fué al hombro y que garbosamente dejó caer al
á buscar á una alhacena inmediata. suelo.
—Todo está listo, madre; si á V. le parece —Iléme aquí de vuelta, María—dijo entran
nos sentaremos. do en la cabaña.
Y añadiendo la acción á las palabras, alargó Y sin detenerse abrazó estrechamente á la
una silla á la anciana y comenzó á dividir el joven, que léjos de oponer una resistencia que
pan en rebanadas que iba echando en la leche. mas de una vez le había hecho desesperar, cor
Esta operación fue seguida de un silencio de respondió á las caricias de su amante con un
algunos instantes que interrumpió al fin la ma júbilo, cuya expresión era fácil leer en su sem
dre. blante.
—María—dijo—Julian acaba de alejarse de —¡Gracias á Dios que te encuentro menos
aquí. Se ha ido muy triste por no haberte po uraña!—añadió.
dido ver. Julian ignoraba quej hay momentos en que
DE LO BUENO T LO BELLO. 243
los sentimientos naturales no pueden ser sofo —¡Basta!—dijo la joven asustada—no te con
cados por la reserva que nos imponen el cálcu viene hablar así de quien tiene mas poder que
lo ó la costumbre. tú. Pero ya que se presenta la ocasión, quiero
—Cómo has venido tan pronto?—le pregun hacerte una súplica.
tó la doncella separándose ruborizada de los —¿Cuál?
brazos de su amante muy á disgusto de éste, — Que no vuelvas á pasar por delante de la
como si al fin se hubiese avergonzado de haber Cueva de la bruja.
cedido al secreto impulso de su corazón. —¡Vaya con Dios!—exclamó Julian, pror
—Yo mismo no lo sé—respondió el mance rumpiendo en una nueva carcajada.—El miedo
bo.—Hace algun tiempo que me suceden cosas „es en tí una segunda naturaleza.
extraordinarias. Cuado voy al monte á cortar En aquel momento un ruido exterior seme
lefia, siempre hallo en el camino algunos tron jante á un gemido interrumpió al joven leña
cos que no tengo mas que recoger y colocar so dor, al cual se acercó María temblando como
bre mis hombros. Si voy á coger orchilla (1) al si invocase su auxilio. El mismo Julian no pu
barranco, nunca dejo, de encontrar una buena do ménos de cambiar de color, tan cierto es
provision de ella en el hueco de alguna roca. que el valor natural en los habitantes del cam
Pero no es esto lo mas extraño. Habrá como po por lo mismo que so hallan aislados y en
un mes al dirigirme á la huerta de mi casa con constante lucha con los elementos, cedo al ins
ánimo de podar la parra que está á la entrada, tante ante cualquier peligro que no tiene para
hallé el trabajo hecho: ¿por quién? lo ignoro. ellos esplicacion y que atribuyen por tanto á
—En efecto, dijo la anciana reflexionando— lalntervencion de un poder sobrenatural.
eso es muy extraordinario; pero lo que mas me —¡Tranquilízate, vida mia!—dijo Julian re
admira es que adivinen así el lugar donde pien puesto, pero echando, no obstante, una oblicua
sas dirigirte y lo que quieres hacer. mirada á la cueva de donde parecía salir aquel
—Lo mismo me decia yo—replicó el joven lúgubre sonido.—La vecina se contentará con
riéndose—todo me hace creer que en lo que ahullar y no nos hará mal á nosotros que jamas
sucedo tiene parte el diablo ó alguno de sus se lo hemos hecho. Pero estoy hablando aquí
amigos. como una mujer y recuerdo ahora que todavía
—¡Jesús nos valga!—dijo la anciana hacien no he recogido hoy ninguna orchilla.
do devotamente la señal de la cruz. —¡Oh! no, por la Virgen; no vayas al monte,
—¡Calla por Dios, Julian y no hables así!— Julian, la bruja está llorando'. (2) Bien sabes que
exclamó la doncella supersticiosa como todos cuando lo hace, es para indicar que estamos
los que no han recibido en el campo mas edu amenazados de alguna tempestad.
cación quo la quo le proporciona ¡a naturaleza, —Siendo así, lo que es por esta vez se ha en
estrechando vivamente el brazo de su amante, gañado de medio á medio la vecina, porque en
movimiento seguido inmediatamente de una el cielo no veo ni una sola nube!......... Pero el
mirada involuntaria que di’'"gió á la Cueva de tiempo pasa y aquel tronco seco no forma som
la Bruja. bra en el suelo, lo que quiero decir que es ya
—No temas, Haría y deja que los diablos si medio dia. Os dejo pues, hasta la noche!
gan haciendo lo que mejor les parezca. Yo te Y sorprendiendo de nuevo á su amada, le dió
aseguro por mi parte que si quieren habérselas un abrazo, libertad que creyó justificada por la
conmigo, deben averiguar ántos, porque les proximidad de su enlace con ella. Despidiéndo
conviene, lo que pesa ésto. se en seguida afectuosamente de la anciana, se
Y al hablar así arremangó la camisa y mos echó al hombro el pesado haz de leña que ha
tró con satisfacción un brazo nervudo, cuyos bia traído con la misma facilidad que si hubie
músculos contrastaban visiblemente con los se sido de sarmientos, y se alejó cantando co
suaves contornos del de María, que (¡gnia aun mo de costumbre.
el suyo apoyado en el de Julian. —¡Dios le lleve con bien!—exclamó la ma-
(1) Roedla tinctoria, liquen que se produce abundante (2) Frase usada aun por los que viven en el agua man
mente en las Canarias, y con el cual se prepara un tinte azul sa ó sus inmediaciones para esplicar el ruido en efecto ex
muy apreciado. traño que acabamos de indicar.
ALBUM CUBANO
dre de María elevando al cielo sus miradas. Sin que turbase el misterioso ensueño
La joven nada dijo; poro sus ojos se humede La luz del sol ni el trino de las aves.
cieron de lágrimas involuntariamente. Un tris
te p"osentimionto oprimia su corrazon. Partiste, y á la ley cediendo ciego
De una atracción irresistible y santa,
E. Auber. Bajo la palma luego
[Continuará.]
Me dirigí también: ¿tras qué? lo ignoro:.
Mas tibia hallé la huella do tu planta,
Y ardiente aun la perla de tu lloro.
EN EL ALBUM DE UNA HERMOSA NINA.
Donde la tuya se apoyó, mi fronte
Pálida y débil quiso reclinarse,
Pláceme do la tórtola el arrullo, Y otra lágrima ardiente,
El puro aroma de modesta viola, A una emoción de indefinible encanto,
De oculta fuente el lánguido murmullo Sentí de mis pupilas resbalarse
Y el largo son do la espirante ola. Y fué á unirse ó la gota de tu llanto.
Pláceme do la luna la luz triste, ¿Quién eras tú, held; d desconocida,
Del sol que muero el último destello, Que así agitas mi espíritu? responde,
La hoja postrera que el otoño viste....... Sombra desvanecida,
Todo lo tiorno y apacible y bello! Que ansia ver y admirar el alma inquieta
Mas tú me places mas que flor y que ave Avida de sentir: ¿dónde estás, dónde,
Y que hoja, y luna, y tarde, y ola y.fuente; Sorda á la voz doliente del poeta?
Pues nada iguala á tu mirar súavo,
¿Un ángel eras, que en la tierra impía
Reflejo celestial de alma inocente.
Huyendo el soplo do su aliento inmundo,
D. Verdugo. Lloroso á Dios pedia,
Para volar hasta su trono, alas;
Y trocar las miserias de este mundo
Por otro mundo de divinas galas?
DOS 2LA.O-DÎ.IOÆA.S.
¿Tal vez un corazón, virgen hermosa,
(Imitación del Dante.)
Tras largo insomnio de delirio amante,
Buscabas cariñosa
A,... Que ante el altar do una constancia pura,
Lleno de fé, sumiso, palpitante,
Un dia—¿te acuerdas?—indeleble existe Te ofreciese su cándida ternura?
Desde entóneos tu imagen en mi alma:
Melancólica y triste, ¡Un corazón! ¡i? .corazón! ¿Y el mió?
A la rosada luz de un sol naciente, Mas ¡ay! perdona si ' hejndar me atrevo
Bajo la sombra do una verde palma Su culto, su albeünó.
Te vi, en su tronco reclinar la frente. Débil ofrenda, miserable escoria......
¿Por qué, en mi loco amor, á tí la elevo?
Un pensamiento fugitivo, en clht •Puedo yo acaso merecer tal gloria?
Se dibujó, de lánguida amargura;
Y do tus ojos ¡bella! ¡Oh! si esa dicha mi existencia alcanza!
Al eco doloroso do un suspiro, ¡Oh! si amado de tí, me fuera dable,
Desprendida rodó, brillante y pura, Iris de mi esperanza,
Una lágrima tierna,'en blando giro. Mitigar el dolor de mi destino,
Y en embriaguez dulcísima, inefable,
Allí mujer, te contempló anhelante, Con fé aguardar el mas allá divino;
Como sumida en un letal beleño;
Y vi de tusemblante Entóneos ¡ay! mi enamorado seno
Los lindos rasgos, los contornos suaves; Raudales do cariño vertería;
DE LO BUENO Y LO BELLO 245
9
Y de entusiasmo lleno, ¡Cuán hermoso es contemplar
Al pintar su pasión y sus dolores, Sumido en sueño profundo,
El acento de amor imitaria Ese coloso del mundo
De las fuentes, las brisas y las flores; Que fue del orbe terror!
Con su estrellada diadema
Entóneos, los encantos, sin enojos, De azul, de rubí y topacios,
Del bosque, el mar, el sol, el firmamento,
Con su manto de palacios,
Contemplaran mis ojos, Y con su alfombra de mar.
Con que adornarlos el Eterno quiso; Y ver la ciudad coqueta,
Y hallara en cada ruido un pensamiento De los astros al reflejo
Y en cada hora do amor un paraíso!
Asomarse al claro espejo
Y cuando el golpe de la cruda muerte, Su hermosura á contemplar.
Tras una’vida toda do alegría Y aparecer en las ondas
Nos vuelva polvo inerte; Mil ciudades y mil cielos,
Como bajo la palma aquí en el suelo Cual hermosos terciopelos
Se unió, mi bien, tu lágrima y la mia, Bordados de estrellas mil.
Se unirán nuestras almas en el cielo. Y casas y campanarios,
Jardines y chapiteles,
Esteban de Jesus Borrero.
Y góndolas y bajeles
En remolino gentil.
Y al zozobrar de las aguas
A VENECIÀ. Ostentarse y confundirse,
Y otra vez reproducirse
Ved la encantada Venecia Para borrarse otra vez.
A flor del agua dormida, ¡Oh! sé bendita mil veces
Cual una estrella eaida Venecia la encantadora,
Do la bóveda eternal: Que en tí el eterno atesora
Cual bella flor que campea De toda Italia la prez.
Sobre alfombras de verdura; Parece que de otros climas
Cual maga que en noche oscura Mil genios to trasportaron,
Cruza el límpido cristal. Y en el golfo te dejaron
Ved las olas murmurantes Cual abandonada flor.
Que en carrera vagarosa, Y miedosa y zozobrante
Besan su playa arenosa En el aire suspendida,
Y so duermen á sus piés. Esperas tu muerte ó vida
Ved como elevan su frei>^e De manos de tu señor.
Esos altos campana”'^s, Tal vez está pronunciada
Cual gigap-*‘'^7i7inerarios En el cielo tu condena!
De las nubes al travos. Mañana esa luz serena
Y esos negros torreones Tal vez no te alumbrará!
Con sus metálicos ojos, ¡Quizas esc dulce sueño
Que á la ciudad por despojos Se termine con la muerte!
La rindieron nave3 mil. Mas ¿qué importa si tu suerte
Y do esas góndolas bellas Cumplida en el mundo está?
Amarradas en la orilla, Pobre vieja ya olvidada,
Ved, cual la brisa sencilla No has perdido tu hermosura,
Besa la vela gentil. Mas perdiste la ventura
Brilla la luna en el cielo De tu renombre anterior.
Como triste centinela, ¿Dónde han ido, di, tus glorias,
Y en los mármoles riela Tus soldados val ;rosos,
Su misterioso fulgor. Tus pendones victoriosos?
62
246 ALBUM CUBANO.
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zo alzado para ofrecerme el blanco lienzo y los posar de su cultivada inteligencia, la imperiosa
ojos fijos en mis ojos! Mas ¡ay! que desde en Atenais se manifestaba partidaria decidida del
tonces mi cabeza trastornada, enferma, confu artificio. Quejábase por la menor indisposición
sa, no me permite entregarme alas sencillas ta como si se hallara gravemente enferma, desma
reas que antes tanto me agradaban!” yábase á la vista de una araña cual si hubiera
Las desganas servían como la jaqueca y los vislumbrado un tigre en acecho, y juzgaba dis
nervios, no solo para disculpar los caprichos, si tintivo de aristocrática elegancia la remilgada
no también para hacer mas interesante la bella afectación.
que los padecía. Ilubiérase creído que era un La viuda de Scarron que la conocía á fondo
delito alimentarse según las migajas de pájaro determinó aprovecharse de su flaqueza para
de que subsistían las refinadas damas. Bastan destronarla á su turno. .Presentóse siempre al
tes, según cuentan las ciánicas, visitaban en se efecto ante el rey revestida de una sencillez y
creto la despensa antes de sentarse á la mesa, un reposo que contrastaban con los aspavien
pero bastantes al par representaban de buena tos, entonces tan en boga. Una tarde que los
fé su papel viviendo de suspiros y de aire. Al tres se paseabanpor los jardines de Versalles, la
número de las postreras pertenecía Luisa La Montespan lanzó un grito y so apartó del mo
vallière, la cual persuadida de que para sentir narca, repitiendo: ¡Un bicho! ¡Un bicho!
mucho se necesitaba comer poco, echó por des —Solo es un gusano señor—observó la Scar
gracia suya en olvido el proverbio tan vulgar ron acercándose por el contrario á Luis y des
como exacto de que: “La hermosa por la boca prendiendo del hombro de éste el insectillo
se vuelve rosa.” Miéntras tanto su real amante que sobre él cayera de las ramas de un árbol.
honraba á su cocinero con el soberano apetito —Arrojad ese animal asqueroso, Francisca,
hereditario, sin duda en su familia, pues el mal ó vuestras manos por blancas que sean van á
hadado esposo de María Antonicta se resolvió causarme náuseas en lo futuro—exclamó des
á satisfacerle en público y en circunstancias de léjos la dengosa Atenais.
quo hubieran impedido à cualquier otro probar —Si todos pensaran como vos nadie estudia
siquiera la ambrosía de los dioses. Le esto re ria la hermosa ciencia que se llama Historia
sultó que Luisa enflaquecía á ojos vistos, Ínte Natural—replicó con'calma la sagaz viuda.—
rin Luis engordaba á pedir de boca. Si todos como vos aborrecieran los insectos
destruirían en ellos á las brillantes y lindas
Toleró el último durante el fervor de su pa
mariposas.
sión los melindros de. la favorita que no pasa
ba bocado si vislumbraba una mosca en el co —¿Le veras señora que no os asusta ese bi
medor ó alguno de sus convidados estornudaba cho?—preguntó sorprendido el rey.
al entrar en él; pero cuando Cupido lo dejó li —A mí señor únicamente rae sobresaltan los
bro, fastidiólo la exagerada delicadeza que en verdaderos riesgos—contestó con firmeza la
afectación se convertía. Mile, de Lavallière ÿe- Scarron.
ne asco de un mosquito que vuela, y yo de las Le buen huñívLuis en aquel momento co
mujeres muy flacas—dijo una mañana entre gió el gusano é hizc ^deman de colocarlo en el
varias personas. Súpolo Luisa, y la propia jo desnudo brazo de Atenais. Prorumpiendo la
ven que se enfermaba al recordar que el pan so favorita en otro chilüdo mas fuerte aun que el
amasaba con las manos y que el vino se extraía primero cayó con un síncope sobre la yerba.
de la uva hollada con los piés, se encerró en Semejante catástrofe no impidió que la Scarron
un convento, donde subsistió en adelante de la guardara el insecto ni que á los pocos dias en
tosca colación de la penitencia, que jamas sin señara al rey una soberbia mariposa dicién-
embargo hizo daño à su estómago y sí siempro dole:
bien á su corazón. ¡Ah! Las monadas desapare —Mi sexo señor con sus frívolos melindres
cen con la felicidad. so priva á menudo de gozar como yo he goza
Los dengues de Luisa provinieron del senti do interrogando los misterios de la creación y
mentalismo de su carácter. Los de su succsora mirando salir de una fea oruga esta magnífica
Mme. de Montespan del deseo egoista de tener criaturilla alada.
á todo el mundo pendiente de sus antojos. A —Señora, bueno es que existan el atolondra
DE LO BUENO Y LO BELLO 249
miento y el artificio para que mejor resalten la disfrazado de modo que lo conocieran, probaba
razón y la naturalidad—replicó Luis contem alegremente su pan de munición, los trataba
plándola con interes. como á sus compañeros de armas y parecia de
Semanas después paseándose de nuevo el cirles inclinándose todo lo posible para poner
monarca con ambas damas por los espléndidos se á su nivel: “Amigos, aunque la sociedad nos
jardines que mandara á construir para la po ha colocado en muy distintas situaciones, tengo
bre Lavallière, atacado por repentino vértigo presente que Dios nos formó iguales.” Así se
se desplomó á tierra privado de sentido. Cuan convirtió el gran Emperador en ídolo de sus
do le recobró y supo que Mme. de Scarron se valientes, así dió lugar á que Beranger, inmor
liabia desmayado al verle pálido como un di tal romancero que conciliar supo su ardiente
funto, le dió con efusión las gracias. amor á la libertad con su entusiasmo por el
—Yo también me desmayé señor, al miraros héroe del siglo, entonara cantos tan conmove
sin conocimiento—exclamó Mine de Montes- dores, bellos y patrióticos, como el titulado
pan. Souvenirs du peuple.
—Vuestros desmayos significan muy poco Mme. do Staël odió á Napoleon despues de
pues los prodigáis como vuestras sonrisas—ob haberlo admirado. ¿Sabéis el motivo de su mu
jetó Luis.—Pero los do la mujer sincera que no danza? Muchos la atribuyen tanto á la famo
grita si la araña un alfiler, que no se trastorna sa respuesta del moderno Alejandro: “La mujer
al aspecto de un raton, y que solo llora cuan de mas valor á mis ojos es la mejor madre de
do sufre realmente, indican mucho en mi con familia;” como á la vehemencia con que un dia
cepto. exclamó: “Tentado estoy á promulgar una ley
Vosotras, lectoras mias, sabéis lo demas. La que autorice á los maridos á castigar y peni
astuta viuda que logró ocultar su artificioso tenciar como á niños impertinentes á las mu
carácter bajo la apariencia de naturalidad que jeres presuntuosas, fingidas y remilgadas.” Sin
encantaba al rey cansado ya de engaños y fic duda la conciencia remordía respecto ai parti
ciones venció en la secreta lucha que habia em cular ála insigne Corina, pues desde aquella fe
prendido con una competidora mas hermosa y cha declaró la guerra á Napoleon con una per
menos vieja. Convencida, como Boileau, de que tinacia que le atrajo el destierro. Mr. de La
Rienn'est beau que le vrai-, le vrai seul est aimable, martine lia juzgado en su “Historia déla Res
la fundadora de la célebre escuela de Saint-Cyr, tauración” con parcialidad tan injusta como la
merced á la sencilla dignidad, á la grave fran do Mme. Staël a.1 petit caporal de Beranger.
queza, y á la prudente sensatez que Servian de Casi, casi merecería por el empeño que de
velo á su ambiciosa y fria alma, llegó á domi muestra en exagerar las faltas do un grande
nar completamente al hombre que habia domi hombre, que lo llamáramos el dengoso autor
nado y echo llorar á tantas mujeres. de Rafael si no recordáramos que ha escrito
Los dengues han causado siempre mas daño log admirables Girondinos.
que provecho. Se asegura qup^ellos contribu Pero basta ya de la moda de las ficciones y
yeron infinito á la impo^hiridad do la desdi melindres ménos generalizada en la Habana
chada María Aháonieta. El apresuramiento que en las capitales del viejo hemisferio, por
con que llevaba el perfumado pañuelo á la na que las ciudades nuevas son mas sencillas y
riz al atravesar los grupos del pueblo, los des puras que las antiguas. Como el contraste lo
fallecimientos que por todo le daban y la des ameniza todo, después de hablaros de damas
deñosa afectación de sus maneras predispusie artificiosas voy á describiros los lindos trajes
ron al público en contra suya. Para ganar el que acaban de recibir de Francia tres señori
amor do la multitud, necesitan los poderosos tas habaneras que unen la naturalidad á la fi
ocultarle que se consideran de superior condi nura, el candor á la delicadeza, los modestos
ción. Napoleon I obtuvo la adhesion eterna de gustos al brillante prestigio de la educación es
sus veteranos (invencibles como los de César) merada y de la posición distinguida. ¡Sí! Des
porque léjos de hacer ascos al olor do sus citar, pués de haberme ocupado de la ficción repo
teles, de recordarles con intempestivos melin san mis miradas con doble placer, en el rostro
dres la distancia que los separaba, los visitaba sincero, franco y encantador de mis queridas
63
250 ALBUM CUBANO
amiguitas Isabel, Lola y María A...... yM. galas que eligen para las fiestas de la estación
Es uno de los mencionados vestidos de finí mis interesantes amigas Isabelita, Lola y Ma
sima tarlatana blanca de dos faldas, guarneci ría A, las cuales educadas por una madre mo
das ambas de anchos bullones salpicados do delo manifiestan hasta en la elección de su toi
gruesos botones do seda azul. A lo largo de la lette la verdadera delicadeza que parodia y po
falda superior-bajan figurando bandas, tufos de cas veces llega á adquirir realmente la mujer
tarlatana rodeados de tiras rizadas de gró azul fingida y afectada.
y salpicados de botones iguales á los de la No concluiré sin participaros una importan
guarnición.—Adorna el corpino de peto una te noticia. Un periódico de los Estados-Unidos
berta de bullones con botones y pasamanería anuncia como hecho consumado la caída del
azul on consonancia con el resto del traje. malaeoff en la capital francesa. Pero al anun
Rivaliza con éste en elegante sencillez otro ciarlo añade que no por eso se ha vuelto la Mo
de tarlatana blanca de doble falda todo cubier da mas sensata, pues el lujo ha hecho tales pro
to do lacitos punzó formando pitias ó dientes. gresos en el antiguo mundo, que las damas lle
En la berta de tufos lucen los mismos picos for van ahora allí peinados do oro, vestidos de te
mados de lucitos rojos y en las mangas cortas las de oro, velos de encajes de oro, zapatos
se ve también el propio adorno gracioso y bordados de oro, y hasta polvos dorados en ios
nuevo. cabellos como las griegas y las romanas de an
Igualmente bonito me pareció un vestido de taño. El fausto, la pompa y el aparato se han
- rico chiné de una- sola falda. Forrada ésta de convertido en los principales estímulos de una
manera que la tela de seda quede afollada so época que sa cree grande y adelantada. Según
bre la del forro, forma pliegues que recogen á se valió Dios en remotas edades de la peste y
la altura de la rodilla y en derredor de la saya el hambre para castigar los crímenes humanos,
lazos azules guarnecidos de encaje. Dos cor- se vale al presente de la epidemia horrible de
piños distintos sirven para este vestido origi la vanidad universal para guiarnos á la expia
nal y bello. Escotado el uno, tiene una berta ción de nuestros locos desaciertos. ¡Sí! Cuando
angosta en la cual figuró la modista con riza tan completamente se extravia la razón del
dos de cinta azul, redondas escamas y con la hombre, cuando nadie escapa al contagiode los
cual guardan armonía los lazos y encajes de mismos vicios que detesta, búllanse próximas
las mangas cortas. Alto el otro, ofrece elegante las grandes catástrofes tan precisas en un si
novedad tanto por la pañoleta con que vela glo viejo y pervertido,para la regeneración do
el busto, como por las largas y afolladas man las ideas y do las costumbres, como el huracán
gas quo sin ceñirse enteramente á la muñeca para purificar el aire y dar nueva vida ú la
llevan á su extremo un puño que les impide cansada tierra que ya solo producía espinas.
abrirse como las colgantes. Y con esto mó detengo dominada por repen
Por fin; quizas el mas lucido de tan precio tino temor de que la señora Moda conmigo se
sos trajes es uno de tres faldas de blanco nipis enoje si prosige^iablando contra sus queridos
cubierto de bordados de seda color de oro. Ca amigos los Dengueih^gULujo. ¡No importa! Mi
da falda de nipis cae sobre otra de granadina deber es mezclar con sus gU '-saldas do rosas
blanca algo mas larga para que el tufo de tul útiles observaciones; y firme ha de cumplirlo
salpicado de dorados lazos que la rodea guar- vuestra afectísima
nesca y adorne la superior. Una saya de mu Felicia.
selina engomada sirve de fondo á todas las de-'
mas, comunicando al conjunto garbosa pompa.
En cuanto al corpino y las mangas, complica
das obras de la aguja femenil, dan la razón á CORREO DE MADRID.
Balzac empeñado en sostener en su teoría de
3VCOI5-A.S-
las aptitudes individuales, que hasta las modis
tas para sobresalir necesitan poseer el g'enio Madrid 8 de Mayo de 1860.
deliciosos que pueden imaginarse, queridas lec telas, en adornos, en preciosos muebles, en be
toras del Album Cubano.—Un sol purísimo tem llísimos cuadros, en cuanto contribuye á formar
pló la atmósfera desde el amanecer y las damas su mundo, enjugan muchas lágrimas en vez de
mas elegantes de la corte al despertarse de un producirlas.
perezoso sueño y descorrer las finísimas gasas —Será así; pero cree V. que esas mujeres que
de sus balcones, pensaron todas en las dulzu solo piensan en su tocado, en el arreglo de sus
ras de un paseo en carretela por la espaciosa salones, puedan ser buenas esposas y buenas
alameda de la Fuente-Castellana. madres?
A las pocas horas realizaban su pensamiento —Lo creo, y se lo probaréá Y. ¿Ye Y. aque
y el paseo predilecto de las personas de buen ll la carretela que lleva tres jóvenes tan bellas
tono presentaba un aspecto brillantísimo. como satisfe chas, y una señora de mas edad,
Nada hay mas grato que esos preciosos cua que es su madre?
dros en los que sirve de escena el campo, la —Sí por cierto...... y las cuatro son muy sim
naturaleza ostentando un cielo despejado y ful páticas.
gente, frondosos árboles, lontananzas fantásti —Pues esta noche las verá Y. de cerca, las
cas, y en los que las mujeres engalanadas con oirá Y. hablar. Ellas, son las que descuellan por
riquísimos trajes, con elegantes adornos, con su buen gusto en la elección de modas, y al
espléndidos aderezos, son las protagonistas, las mismo tiempo se distinguen porque consuelan
heroínas de la función. con sus limosnas y sus halagos á los pobres,
Yo paseaba por una de las calles de árboles porque se estiman mutuamente, porque no se
y venia á mi lado un caballero ya de edad, olvidan del cielo euando ostentan sus galas en
hombre de gran talento y á quien conoceríais el mundo.
si le nombrase, porque sus continuos estudios, —Todo lo que esto puede probarme es que
las infinitas obras que ha dado á luz, lehan he existe en Madrid una familia modelo al lado de
cho célebre en España y América.—No le en otras mil que no lo son.
tusiasma á V. le dije, ese grandioso .uadro quo —Ay! amigo mió, le dije yo...la clase media,
se presenta á nuestros ojos, esa mezcla agrada las personas que viven de su trabajo, juzgan
ble de la naturaleza con el arte, de la belleza con sobrada crueldad á los que deben á la suer
rústica con la social? te posiciones brillantes, y se equivocan. Todas
Mi buen amigo hizo un movimiento de desa las reglas tienen sus excepciones, pero lo gene
grado. ral es que las personas ventajosamente acomo
—¡Hay tantas lágrimas, tantos dolores en dadas son buenas y proporcionan mas que na
todo esto, repuso, que cuando la vístase recrea die medios de subsistencia á los que las critican
la mente reflexiona y el corazón padece! y censuran.—Las artes, la industria, el comer
—¡Bah! no lo crea V. Eso lo han dicho los fb cio les deben su prosperidad. Las letras produ
lósofos que para consolarse de su abstinencia, cen regalados frutos á su sombra, las naciones
se han presentado cen colfmcs tristísimos, el lu ofrecen un aspecto radiante, bello, porque ellas
jo, las comodidad/^ oienestar. Esas lágri les prestan estos vivísimos y animados colores:
mas, esos sufrimientos que Y. supone en esas sin ellos la moda moriria y la moda es todo lo
elegantes jóvenes es un nuevo deliriode la ima agradable, todo lo hermoso de los pueblos mo
ginación. Lloran y sufren como las pobres que dernos.
imploran la caridad, pero no mas que estas. Yo — Sea, y pues tanta afición profesa V. á la
conozco ese mundo donde la riqueza aviva los moda, entretengamos nuestro paseo observan
deseos, y los deseos realizados dan una nueva do los trajes de las damas que nos rodean.
forma á la riqueza y puedo asegurar á V. que Yo me aproveché con el mayor gusto de tan
se pasan en él momentos deliciosos. oportuna indicación para poderos dar noticias
—Es cierto, pero, mire Y.: todas esas fami de las últimas modas, mas como no os quiero
lias, y, sino todas, la mayor parte, poseen lo cansar solo os hablaré de lo que mas me agra
bastante para no carecer del lujo, para poder dó y luego pasaré á hablaros de lo que mas he
agitarse en esa atmósfera de oro en que viven; admirado en algunas reuniones.
y V. no dudará que sus caudales empleados en Una señora que iba á nuestro lado llamó
252 ALBUM CUBANO
nuestra atención por su rostro simpático, mas medio centímetro cada uno y arriba un valen,
Juego reparamos en su trajo que era de un gus ciens estrecho. Unas mangas muy cortas por
to osquisito, aunque extremadamente serio; lle el estilo de la camiseta, sobresalían apenas de
vaba un vestido de hermoso tafetán de Italia las mangas del vestido, en la cabeza llevaba una
negro, con siete volantitos picados: el cuerpo corona de terciopelo negro.
alto cerrado por delante con botones de la mis El traje de la otra se componia do un vesti
ma tela del vestido, las mangas pagodas forra do de tafetán gris con corpino-cuadrado y man
das de tafetán blanco y adornado por dentro gas pequeñas do jockey. Una camiseta de organ
con una ruche estrochita blanca también. Por dí y unas mangas largas de pliegues aplastados,
fuera llevaba un volantito picado y encima de pero en el puño solamente. Un collar de cora
este una ruche estrechita Una manteleta con les parecia ribetear la camiseta, y una corona
fondo de.cintas negras de terciopelo y de gui- de eneaje negro acompañaba los hermosos ca
purcon una guarnición de chantilly de trescuar- bellos de la joven.
tas de ancho, permitía que se viera el elegante Una señora de unos 21 años, recien casada
talle de la dama. El cuello y mangas de puño llevaba un vestido blanco de organdí, guarne,
eran de muselina clara con las esquinas borda cido de dos ruches á la vieille de un fichú María
das. Un sombrero de seda liso, de un hermoso Antoinette de organdí también adornado todo al
verde, adornado por encima de dos gruesos ra rededor con una guirnalda de la. misma tela y
mos de violetas, color oscuro y por dentro de un volantito de dos dedos de ancho y un enea,
otro ramo mas pequeño, escondido entre un ri jito. Este fichú, cruzado por delante iba á
zado de tul, completaba este traje. . atarse por detras con dos puntas redondas. Por
Una clase de adorno para falda de vestido, delante, los pliegues parecian estar sejetos por
que hoy hace furor entro las elegantes, es un dos gruesas camelias naturales de color punzó.
volante de media vara de ancho coronado de En la cabeza llevaba una toquilla redonda de
otros cinco volantitos estrechos. punto de Inglaterra con lazos de terciopelo ne-
—En la reunion de confianza que dió hace <ro y punzó: mitones blancos do seda y un aba.
pocas noches el rico Banquero X X X, me dijo mi nico, cuyo barillaje y pais eran punzó y oro,
amigo, llevaba una señora un vestido de tafetán completaban esta linda toilette.
Pompadour,que abajo tenia mi ancho bies de ta La hechicera señorita de...alta, fresca, esbel
fetán blanco, enteramente velado por eneajitos ta, de largos cabellos de azabache y piel deslum
y tereiopelitos negros: gruesas rosetas de enca brante, vestia un traje de tarlatanade dosfaldas:
jo subian por delante en forma do delantal. Un la de abajo estaba adornada con un rizado muy
hoton blanco y negro formaba el corazón de 'espeso, de dos dedos de ancho y de tarlatana pi
cada una de estas rosetas. Encima del cuerpo cado, luego ocho ó diez tereiopelitos colocados
escotado llevaba un fichú de tul blanco y ne como si fueran alforcitas sumamente estrechas,
gro. después otro segundo rizado coronado de otros
Esto me hizo recordar otros dos trajes que tantos terciopelitUs^Encima de estos empeza
llevaban dos niñas encantadoras en el último ba la segunda falda aú'"^ula..dc un todo como
baile de los duques de F.......... la una tenia un la primera. El corpino escotado, de cinturón
traje de tafetán rayado, azul pálido, sobre fon redondo y con berta guarnecida de lo mismo,
do blanco, guarnecido encima del dobladillo de con rizado y tereiopelitos: las mangas eran an
abajo que tendría media cuarta de ancho, de una chas, con un buche arriba y llevaban el mismo
ruche á ffi vieille de la misma tela, solo con las adorno que la berta. Una ancha hebilla de co
rayas colocadas en sentido contrario. Después ral, sujetaba un cinturón de glasé blanco con
de un espacio de unos 25 centímetros, habia caídas anchas y largas. Un broche de coral ter.
otra ruche un poco mas estrecha. El corpino minaba el centro del corpino. El peine, la pul
llevaba una berta guarnecida de un rizado ó ru sera y oí collar eran igualmente de coral.
che estrecho, y las mangas abiertas, estaban Lo queso lleva mucho encima de un vestido
guarnecidas de dos ruches iguales. Por dentro claro es la chaqueta zuava de tul negro borda
del corpino llevaba una media camiseta de mu do ó de. motitas, guarnecida de un rizado de en
selina toda plegada con pliegues aplastados de caje negro,medio del cual está cosido un
DK LO BUENO Y LO BELLO. 253
terciopslito también negro y estrecho. Esta con que, los que como yo acometen esta em
chaquetilla se cierra por delante con un lazo presa, sepan desempeñarla.
de terciopelo de tres dedos de ancho. Decia que en este pais bastan quince dias
El color mas de moda es el llamado flor de para hacer envejecer una noticia y quedará
los Alpes, especie de flor de malva pero mas probada semejante verdad nada mas que con
oscuro; luego siguen, el verde laurel, punzó, preguntarnos: y qué sucedió el 15, el 16, el 20
fuschia, maiz y pensamiento. de este mes?—Fatigaremos la memoria regis
Y ahora os dejo, mis amadas lectoras, pues; trando en sus archivos documentos que nos
aun cuando al teriñinar de daros estas noticias ¡lustren, pagaremos á la cronología su impues
debo llevaros con mi amigo áeasa de las cuatro to riguroso j' entrarémos en materia de segui
señoritas que vimos en el carruaje, y contaros da, no sea que el lector imagine que procura
lo que pasó en su pequeño palacio, que por cier mos distraer su atención para al fin y al cabo
to fué muy notable, es ya tarde y me veo pre no darle el fruto que apetece.
cisada á suplicaros me dispenséis ofreciéndoos Empezaremos recordando el beneficio de
referíroslo en mi próximo correo de Paris. Florenza en que se pusieron en escena tros ac
tos de “El Juramento.” Esta inspirada com
Eloísa G. de Santa Coloma.
posición llena de trozos escogidos en que abun
dan las tiernas melodías, en que se consiguen
efectos grandiosos, en que domina el buen gus
to moderno, fué cantada como todos sabemos
que cantan las bellas hermanas Nathali y los
Sres Testa y Florenza. Ines se presentó luego
á‘comprobar la fuerza de su talento en el Mise
rere del Trovador.
REVISTA. Al siguiente dia el Gran teatro se vió inva
dido por una numerosísima concurrencia y so
Bien podríamos decir de la crónica quince representaba en su bello escenario, por última
nal de las diversiones de la Habana lo que el vez en la presente temporada lírica, la delicio
sensible Alfredo de Musset decía al meditar sa partitura del célebre Bellini, la Norma. La
sobre la pérdida de la Mallbran:—“Sin duda es función se daba en honor del Exmo. Sr. I).
ya demasiado tarde ¡jara que hablemos aun de Joaquín Pacheco, embajador de España corca
ella; han pasado quince días desde que dejó de del gobierno de Méjico.
existir y yo sé muy bien que en este país, Levántase el telón y ven nuestros ojos por
quince dias hacen de.una muerte roçieflte una la centésima vez aquella magestuosa decora
vieja noticia.” Pero es menester consignar los ción en que se dibuja la sombra do la floresta
hechos para satisfacer las exigencias del pú druídica. En el centro el roble de Irminsul y
blico, pues el público quiej^ver escrito lo mis allí cerca la piedra que huellan ¡as plantas de
mo que él ha y se interesa en la aquella sacerdotisa que salió del mejor sueño
recopilación úe unos acontecimientos que for de ïïoinani para hacer proi umpir en melodías
man épocas en la historia individual. celestiales el alma inmortalmente triste da Belli
Atta Trol ha delegado en mí sus plenos po ni. Desfilan los galos, toma Oroveso la pala
deres y tratare de ver si soy propio para el de bra y manda que se observe la salida de la lu
sempeño de una misión á que se da en nues na: luego llega Polion con su amigQ,’comienza
tros dias suma importancia. Yo no milito bajo el ínteres dramático á ocupar el alma do los
esa bandera de la opinion que hace de una cró espectadores, suena el bronce» acuden los drui
nica de diversiones un estudio detenido para das, las claridades del astro de la noche dan
un talento especial: creo que para este trabajo su último tinte de poesía á este cuadro miste
como para toda producción literaria ha menes rioso y Norma con sus verbenas en la frente y
ter el autor gracia, fecundidad é instrucción, la hoz de oro en la mano, se adelanta á pasos
pero no soy de parecer do que se resienta mu mesurados. Ines Nathali en este papel se ele
cho el progreso intelectual de la poca fortuna va á un punto en el que hay que reconocerla
64
254 ALBUM CUBANO
como artista verdadera. Su acción, su apostu la cuerda del agrado general desempeñando el
ra elegante, su hermosa juventud, su voz, su» papel de la ex-cantinera. A pesar de hallarse
método, llenan de esperanzas halagadoras á los indispuesto, Rocco tomó á su cargo la escena
que la admiran y le prometen un porvenir en bufa de Don Bucéfalo y produjo un efecto nota
vidiable en la carrera del arte. Oídla en el su ble.
blime momento en que deja escapar de su gar La función anunciada á beneficio de algunas
ganta aquel himno tan célebre de Casta Diva partes de la compañía de zarzuela, se verificó
en que encierra una joya la música moderna y en presencia de un número bastante regular de
en quo Bellini se puso á rogar con toda la me espectadores. La risa que provocaron algunos
lancolía de su alma esquisita. Retíranse los pasajes de Maruja y Buenas noches Don Simon.
guerreros y los sacerdotes y queda Adalghisa hizo que nos contentáramos de haber asistido
al pié del altar: Adalghisa es Fanny Nathali do á ver trabajar á los que en este año han soste
Testa, que corre parejas en mérito artístico nido con buen éxito ese género dramático—
con su hermana, que ha nacido de los mismos cantábile que de algun tiempo á esta parte ha
padres, que ha bebido en la misma fuente, que desarrollado un nuevo gusto en nuestra curio
es en fin, artista como Ines y que está llamada sa población. La Srta. Ramirez interpretó con
á ser una estrella en medio de esas constelacio. suma naturalidad el papel de la campesina y
nes brillantes xjue mantiene la ópera en los fué secundada con bastante acierto por Rojas
principales teatros del Nuevo y del antiguo y los otros actores.
mundo. Pocas noches después también se llevó á ca
Ya sabéis todo lo acaecido en la noche con bo el beneficio de la Sra. Uzal, en el que esta
sagrada al benoficio de la Sri ta. Ramirez. La apreciable tiple despucs de cantar el aria de la
perla de la zarzuela so encontraba aquejada por Favorita, recibió una corona por manos del di
uno de esos dolores que imprimen un surco en rector de la orquesta. Los aficionados de la
la frente y abren una herida en el corazón, pe sección dramática del Liceo tomaron parte en
ro como es preciso trabajar, como tenemos la función ejecutando las dos piezas: Como dos
que ganar el pan de cada dia, la enlutada ac gotas de agua y Sálvese quien pueda, en las que
triz so presentó en el tablado de Tacón y re merecieron aplausos las Sras. Zarza de Moran
presentó y lloró. El* público que siempre es y Ruiz y los Sres. Ruiz. Guibernau y Lopez.
bueno cuando se trata de un ser que llora, se La quincena, pues, ha sido bastante fecunda en
conmovió profundamente y vació su bolsillo en beneficios, y si el calor de la estación y la par
una bandeja que por gracia especial permitió la tida de muchos de los artistas no fuera un obs
superior autoridad colocar á la puerta del gran táculo para continuar eu incansable repetición,
Coliseo. La Srita. Ramirez fué saludada con todavía tendríamos beneficios en que nosotros
uno de esos truenos de aplausos que aturden no seriamos por cierto los beneficiados.
por su intensidad, pero que halagan por su ar Pero el gran acontecimiento que ha tenido
ranque espontáneo, y fué interrumpida con so efecto en nuestro -qiundo filarmónico ha sido,
brada frecuencia en la Colegiala, en la canción sin duda alguna, el coi?' '*'*ocon que el célebre
la Juanita y én la Guángara Tropical, para oir Gottschalk ha honrado los salones del Louvre.
las exclamaciones de entusiasmo y cariño de los La primera demostración de simpatía pudo ob
amables concurrentes al teatro. servarla el pianista neorleanes en la excesiva
La función de gracia délas Natali llamó á concurrencia que invadió las localidades, y de
una multitud entusiasta y obsequiosa que tri bió entender la mejor prueba de la admiración
butó á las dos hermanas palmadas, coronas y de que es objeto, en lo escogido de los oyentes
flores à manos llenas. En Norma se distinguie y en los aplausos que fué obteniendo en el
ron tanto como otras veces. En el duo del se transcurso de esta noche memorable. A las pri
gundo acto fueron llamadas á la escena, sin con meras notas de la obertura anunciada, comen
sideración á que ya habian sido llamadas de tal zaron á detenerse los transeúntes de la ruidosa
modo, que se podia decir que siempre estaban calle de San Rafael, y cada cual dijo para sí:—
presentes. Fanny obtuvo gran acogida en La tenemos función gratis—y ninguno se retiró
Hija del Regimiento, en que tan bien sabe tocar hasta no haber gozado de todas las piezas que
DE LO BUENO Y LO BELLO 255
sa insufrible. Tenerlas de luto ea feo, y ai se Todo lo cubre un guante, dirán algunos; mas
tienen cortadas y à hi antigua usanza no es de la idea del guante es horrible. Llegas al teatro
moda. Estoy viendo que lo mejor seria no te Real una noche de gran concurrencia, va unoá
nerlas, malgré todos los nudos del universo. darse lustre, porque ha tomado á un revende
Siento una risa burlona que me quiere decir dor una butaca por la mitad de su precio; mete
¿no existen guantes? ¡Guantes! ¡Sí! forros para las manos en el bolsillo, se encuentra sin guan
las manos como para un gaban. Bonita salida tes. ¡Adiós, ilusiones! perdidas son; ¡ya no pue
es dejar á Scila para caer on Caribdis. Y es en do entrar!...... ¿Qué dirían de mí? ¡Oh! ¡Qué
verdad un artículo indispensable para presen vergüenza!
tarse en sociedad. ¿Quién no pone en su presu Una noche un amigo mió tenia una cita en el
puesto capítulo dé guantes? Nadie. Quién se a- teatro Real; iba en esta entrevista el resultado
trove á hacer el amor sin ellos? Quién á dar la de un mes de telégrafos y suspiros; iba á reci
mano á su bella adorada, si no las lleva entre piel? bir un sí que le diera la vida; pero al entrar el
Y el guante no ha de ser como quiera; por desgraciado se encontró sin guantes, y en la
que desdichado si te presentas en una sociedad precipitación para acudir, no arregló sus manos:
y tu guante es barato. ¿No ves que tu pareja te se asusta, se admira, corre á casa de su guan
observa? No ves que sonríe al contemplar las tero, toma un par y echa á correr: ¡desventura
largas puntadas que tiene? Lo mismo observan do! al ponérselos los hizo pedazos. Como á pre
los demas. Ella rie, todos rien, tú te desesperas. sentarse no se atreve, no entra en él la idea so
Decididamente has perdido una conquista por corrida de que es muy elegante presentarse con
no haber ido á visitar á Clemente, ó á Duboót ó un guante roto. Vuelve por otro par, y con el
à Jourdan. Eso es lo que tiene el no saber gas flamante entra en el teatro; mas son las nueve
tar doce reales. y media; la niña se ha cansado de esperar; en
El guante es también otro peso en la balanza tra y ni le saluda; va á disculparse, y le pre
de Cupido. gunta qué se le ofrece. Un trueno completo: se
Llega el refresco; te quitas el guante; ¡oh, ser desespera, vuelve à su casa...... ala mañana si
prosaico y económico! ¿No notas esas mi raí las guiente, en su cuarto habia un cadáver. ¡El in
burlonas? No ves aquella señorita que se son feliz se habia suicidado! Anudólos guantes, y se
ríe? De fijo todos sé admiran de tu economía, y ahorcó con ellos.
calculan lo bajo que está en tu presupuesto el ¡¡Hé aquí á lo que conducen las uñas y los
capítulo mencionado. Hoy es una torpeza no guantes!!
gastar un par dé guantes en una noche. Enho
Ramón de Espinóla.
rabuena que te los pongas al éntrar en una casa: “Madrid.”
aplaudo que te los quites rápidamente al salir
para que la capa no los aje, y los envuelvas en
un papel para que el roce del bolsillo no los
manche; pero quitárselos para tomar un dulce
ó un refresco, ó un poco de fiambres...... ¡ohig-
norante! Lo has echado à perder.
Quitas el guante, y tu mano aparece nervu
da y ancha, y con las uñas cortadas y una ver Signeu de venta en la librería de Charlain
ra o-a Huye!...... ¡huye! la sociedad te re- y en la Secretaría del Liceo, los poquísimos
pelo; ¿no ves que tienes una mano fea? Por el ejemplares que aun restan de las poesías de
contrario; tu mano aparece blanca y tersa; las la Sra. Avellaneda, á $1 4 rs., así como las
uñas están brillantes y con todas las exigencias
novelas Espatolino á 5 rs., Dos mujeres â
de la moda...... Todas, todas desean que las o-
$1; y los dramas Baltasar á 6 rs., y Tres
frezcas un dulce, que les des la mano al despe
dirte. Una persona que tiene buena mano y buen amores á 5 rs.
guante, tiene buen corazón: sabe amar y que
rer; tiene sensibilidad y elegancia; en una pala
bra. es un sér comme il faut.
ALBUM CUBANO
DR'
LO BUENO Y LO BELLO.
á todos los individuos, y dejándose sentir Por qué piensa? «Porque tiene actividad para
así del primero como del último do los na pensar: porque es el pensamiento mismo.» ¿No
cidos. es esto tan insuficiente como fa respuesta de
Verdad es que esa misma razón universal los antiguos fisiólogos: «el estómago digiere,
y eterna, y por consiguiente infalible, luego porque tiene virtud decoctriz!» fin solo camino
que, habitando dentro del hombre, se pone so presenta en medio de estas tinieblas á la
on contacto con los sentidos, con las pasio filosofía: Sócrateíle trazó cuando, dijo: «solo
nes y cou la-imaginaoion, pierde visiblemen sé qne nada sé.» Palabras sublimes y descon
te aquel augusto carácter, convirtiéndose on soladoras que resuenan hace dos mil años en
falible y deleznable: pero aun en medio do los oidos de la humanidad, y constituyen
sus errores no debemos decir quo es oscura único y miserable producto de toda'su sabi
ó errónea, digamos únicamente que la extra duría.
via el lugar que ocupa, y atribuyamos á esto Mas, ¿es acaso la exclusiva misión del filó
causa exclusiva el origen de sus aberracio sofo, explicar el mecanismo del pensamiento
nes. Tales son, con corta diferencia, las doc de! hombre? ¿Sus mismas necesidades no po
trinas de Platon y de Leibnitz sobre la ver drán servir de base á otros sistemas psicoló
dad y la razón, reproducidas hoy cu Francia gicos, como su utilidad ha servido de guiad
por un filósofo distinguido. (I) determinadas escuelas políticas? ¿No es la
No hay duda que son seductoras y el ópti moral una parte eseucialísima de esa misma
mo esfuerzo, al parecer, de la inteligencia filosofía? ¿No tiene iguales derechos que
humana, en materia que se acerca ya dema cualquiera otra para exigir una subordina
siado al límite de donde no es dado pasar ción que nunca podrá ser un absurdo, pues
por mas que se afane para conseguirlo. El to que la inteligencia humana se confiesa
nominalismo y el sensualismo caen por (ier vencida, y publica que lo único de que está
ra, hasta cierto punto, una Vez admitida se cierta es de su ignorancia? No, no dejemos
mejante doctrina; pues en lugar de ser las por Dios ¡d mundo en el indiferentismo que
ideas en último té'rmino, nombres ó cosas, envuelven las palabras de Sócrates: no cor
podrán ascender á la categoría de concepcio ramos ese plano inclinado, en cuyo término
nes de esa misma razón universal y absolu desaparecen el bien y el mal moral, y se abre
ta, detrás de la cual se oculta la divinidad inopinadamente un precipicio espantoso. No
como el sol que cubre sus resplandores con vale cerrar los ojos para que el vértigo no
una nube de púrpura. Pero si esta teoría es nos lance en su sima: no vale tampoco arro
suficiente para fundamentar un nuevo- siste jarse á ella, porque este generoso sacrificio
ma ideológico, que desecho el sensualismo no salvaria á la humanidad como se cuenta
de Condillac y de los restantes escritores del del de Curcio. Es preciso cegar este abismo
siglo XYIII; ¿bastará, por ventura, para ex insondable: es. preciso ce^fi.1 á toda costa.
plicar por si sola todos los fenómenos de! es Pero ¿quién se encarga de hacerlo? Quién
plritualismo? Si el lugar que ocupa, si e! es el vencedor que se atreve á cubrirle con
cuerpo en que reside tiene poder para extra su carro de triunfo? Quién? Dios! El Dios
viar á esa razón, de suyd infalible y eterna, que la moral presenta como una concep
¿no salta desde luego á nuestros ojos la acti ción espontánea é irresistible: el Dios á quien
vidad superior de su organismo? Y un orga mas adelante presenta también la Biblia, di
nismo pensador, por mas que los frenólogos ciendo entre los truenos del Sinai: «Yo soy
se empeñen en comprobarle, ¿podrá nunca el que soy, y vivo y reino.por los siglos de los si
satisfacer los deseos del verdadero filósofo? glos.»
J. DE C. Y O.
[1] Cousin.—Course de Philosophie.
DE LO BUENO Y LO BELLO 259
________________________________________
Leon mereciéndose el dictado de heroína ñor duda’sobre la sin razón con que el adjetivo
Leonesa-.— una Berenguela de Castilla, á de débil ha sido aplicado al sexo á que per
quien da la historia el sobre nombre Aq gran tenecemos con orgullo; si necesitásemos nue
de-.—una madre de San Luis digna de este vas demostraciones de que la fuerza moral
título y del de hermana de la gran Beren- é intelectual de la mujer se iguala, cuando
guela:—una María Teresa, cuya figura his ménos con la de! hombre, no tendríamos
tórica no tiene rival entre los monarcas mas que buscarlas con solo otra mirada rápi
Austríacos:—una Isabel de Inglaterra, maes da en el vasto campo de la literatura y las
tra en la ciencia política:—una María de artes. No decimos también de la ciencia por
Molina, que empuñando el timon del estado que estarttio esta basada únicamente en el
en las circunstancias mas difíciles, hace pro conocimiento délas realidades—conocimien
verbial su prudencia:—volved la vista, en to que los mayores genios no pueden poseer
fin, hácia esas ilustres princesas de la Rusia por intuición—seria absurdo pretender ha
continuadoras de la asombrosa revolución llar gran número de celebridades científicas
iniciada por Pedro el grande, y durante su en esa mitad de la especie racional para la
gobierno femenil mirad abolir suplicios, pro que están cerradas todas las puertas de los
mover reformas, cultivar las ciencias y las graves institutos, reputándose hasta ridicula
artes, llevar á cabo colosales empresas que la aspiración de su alma á los estudios pro
ensanchan los límites y la preponderancia de fundos. La capacidad de la mujer para la
estado, y ved poblarse el Mediterráneo co ciencia no es admitida á prueba por los que
mo el océano de baques construidos á las deciden soberanamente su negación, y cau
orillas del Báltico y del Mar Negro. sa sumo asombro que, aun así y todo, no
Después, por conclusion, (pues de seguro falten ejemplos gloriosos de perseverantes
no nos pediréis mas) pasad algunas páginas talentos femeninos que han logrado forzar
de este cuaderno y leed el nombre augusto de vez en cuando la entrada del santuario
que figura hoy en nuestra galería de. mujeres para arrancar á la misteriosa deidad algunos
célebres-, admirad ese retrato -que aun apenasde sus secretos. Díganlo Areta (hija de Aris-
bosquejado os sorprendente y magnífico—y tipo) autora de cuarenta libros científicos,
ante ese nombre y ante esa figura ¿quién se maestra de ciento diez filósofos distinguidos,
atreverá á poner duda que la mujer posee heredera (según decían los atenienses) del
para el gobierno una capacidad privilegiada? alma de Sócrates y de la facundia de Ho
Prioilegiada, sí, notadlo bien; porque los inmero: Aspasia, de quien aprendían retórica
dividuos de nuestro sexo que han regido na Pericles y Alcibiades, y á la que debió Ate
ciones están en grandísima minoría compa nas una escuela de elocuencia: Laura Bassi,
rativamente á los del otro, y atendida esa no ménos celebrada por sus contemporáneos
diferencia es indudable que son mas los como instruida en la lióNgp álgebra y la
nombres regios femeninos que consagra la geometría, que como inspirada en la poéti
fama, que los nombres regios varoniles. ca: la princesa de Piombino, teóloga y filó
Creo que podemos tirar el guante al sexo sofa: Madama Châtelet, reconocida como
fuerte provocándole á esta decisiva prueba: astrònoma, etc. etc.
nosotras sentamos sin vacilación que de ca Si la mujer—á pesar de estos y otros bri
da diez reinas señalaremos cinco, por lomé- llantes indicios de su capacidad científica—
nos, dignas de respetuosa memoria: ¿se atre aun sigue proscrita del templo de los cono
verá él á presentarnos de cada cien reyes cimientos profundos, no se crea tampoco que
cincuenta que sean dignos de igual honra? data de muchos siglos su aceptación en el
campo literario y artístico: ah! no! también
VI. ese terreno le ha sido disputado palmo á pal
Si aun después de todo nos quedase la me- mo por el exclusivismo varonil, y aun hoy
üt
DK LO BUENO T LO BELLO 261
diase la mira en él como intrusa y usurpa qué citar ejemplos siendo tan públicos y pal
dora, tratándosela en consecuencia con cier pables los hechos?
ta ojeriza y desconfianza, que se echa de ver Desde la mas remota antigüedad vemos á
en el alejamiento en que se la mantiene de la mujer dando muestras de que nació do
las Academias barbudas.—Pasadnos este ad tada del instil,to artístico que habia de sal
jetivo, queridas lectoras, porque se nos lia var al cabo cuantas murallas se le opusieran.
venido naturalmente á la pluma al mencio Las musas mitológicas eran probablemente
nar esas ilustres corporaciones de gentes de la apoteosis de mujeres ilustres de los pri-
letras cuyo primero y mas importante título -nteros tiempos, iniciadoras de las artes. Sin
es el de tener barbas. Como desgraciadamen necesidad de recurrir á hipótesis, sabido es
te la mayor potencia, intelectual no alcanza que—según respetables opiniones—se debe
á hacer brotar en ¡aparte inferior del rostro á una mujer la invención de la pintura; otra
esa exuberancia animal que requiere el filo ha puesto las bases de la primera sociedad
de la navaja, ella ha venido á ser la única é de bellas artes, estableciendo los juegos fio-
insuperable distinción de los literatos varo rales. (5) ¿Y quién ignora que Safo.fué cé
nes, que, viéndose despojados cada dia de lebre entre los mas célebres poetas griegos
otras prerogativas que reputaban exclusivas, de su época; que Corinna venció á Pindaro;
se aferran á aquella con todas sus fuerzas de que Tesálida infundía con los mágicos sones
sexo fuerte haciéndola prudentísimamen te el de su lira el heroísmo del guerrero en los
sine qua non de las académicas glorias. juveniles corazones de las doncellas ar
Pero ¡admirad la audacia y la astucia del rivas?
- •
seco débil! Iíay ellas que no sé como se al No intentarémos descender á los tiempos
zaron súbitamente con borlas de doctores(3). modernos; la Europa sola nos abrumaría
Otras que cubriendo sus lampiñas caras con el inmenso número de sus glorias feme
con máscara varonil se entraron, sin mas ni niles; y la América, este mundo tan nuevo,
mas, tan adentro del templo de la fama, que la América misma llovería sobre nosotras
cuando vino á conocerse que carecían de. bar multitud de nombres de distinguidas hem
bas y no podían por consiguiente ser admi bras que sostienen en ella el movimiento in
tidas entre las capacidades académicas, ya telectual, amenazado de sofocación en unas
no habia medio hábil de negarles que po partes por la preponderancia de los intereses
seían justos título3 para figurar eternamente materiales y en otras por las disensiones ci
entre las capacidades europeas [4L viles. ¿Y cómo no ser asi cuando al descu
brir Colon una parte de estas regiones vír
VIL
genes, pudo notar con asombro que la na
Aun es mayor—'^espantaos!—aun es ma- ciente civilización de aquel pueblo y el ge
—ymvel núievYue temerarias que á cara des nio de su poesía, estaban encarnados en el
cubierta se han hecho inscribir sans facón hermoso cuerpo de una mujer? Anacaona
en los fastos gloriosos de la inteligencia. ¿A era la Sibila inspirada de una de nuestras ri
cas Islas tropicales; ásu voz—que resonaba
(.1) Recordamos, entre otras, a la célebre P. * Alaría entre las armonías de los bosques—se suavi
Isidro do Guzman, conocida con el nombre de Doctora de
Alcalá.
zaron las costumbres de aquellas tribus bár
(4) tíos contcntarémos con citar á Jorge Sand, jefe do
baras, se reveló á sus entendimientos la sobe
todas esas lampiñas disfrazadas. El nombre varonil que su ranía del genio, y la obedecieron como á
po ilustrar con sus escritos, figuraria indudablemente entre reina al par que la veneraron como á oráculo.
los mas notables de la Academia francesa; pero ¡oh dolor!
se supo demasiado pronto que eran postizas las barbas do (5) Clemencia Isaura, cuyo hermoso retrato liemos te
aquel gran talento verdadero, y bó aquí que la falta del nido el gusto de ver recientemente, conservado con venera
apéndice precioso jamas podrá ser subsanada por toda la glo ción en uno de los salones de la Academia de Ciencias y Le
ria del Byron francés. tras de Tolosa de Francia.
66
262 ALBUM CUBANO
imperio de ciertas circunstancias cuya reu es una idea tan poderosa como la observa
nión es un misterio. No es dueño de sí; ción física que ha dotado al mundo del va
solo sirve de juguete á una fuerza eminen por; como el análisis fisiológico por medio
temente caprichosa. del cual se ha renunciado á los sistemas pa
Una noche, en medio de la calle, una ma ra coordinar y comparar los hechos.
ñana, al dejar el lecho; un dia, en el seno de Difícil empresa es describir la felicidad
una alegre orgia, un carbon candente toca que los artistas experimentan en sus traba
aquel cráneo, aquellas inanos, aquella len jos intelectuales. Este placer de un éxtasis
gua: de repente brotan las ideas: nacen, se particular al genio, es, por la instabilidad
dilatan, fermentan. Una tragedia, un cua caprichosa de su facultad creadora, una de
dro, una estatua, ponen de manifiesto sus las causas que le grangean el desprecio so
puñales, sus colores, sus contornos. Es una cial de los hombres de números: durante a-
vision tan pasajera, tan breve como la vida quellas largas horas de delirio y de profun
y la muerte; profunda como un precipicio; da meditación, ningún cuidado humano les
sublime como el bramido del mar. El traba afecta, ninguna consideración al dinero les
jo está allí: el silencio y la soledad abren sus conmueve: todo lo olvidan: no necesitan
tesoros: nada es imposible. En fin es el éx mas que un cuarto y un pedazo de pan. Los
tasis del pensamiento cubriendo los agudos grandes artistas han debido su inteligencia
dolores de la creación. al qjercicio inmoderado de su espíritu pen
Tal es el artista. Cuaudo se le cree libre, sador, á la larga contemplación del objeto
es esclavo; cuando le vemos agitarse, aban de sus afanes.
donarse al atractivo de las locuras, de los El hombre de talento no está dominado
placeres, ha perdido su fuerza, su voluntad; por la desmedida avidez de riquezas, único
está muerto. Antítesis perpetua que se en móvil de todas las ideas del comerciante. Si
cuentra en la magestad de su poder, como alguna vez corre en pos de oro, es por una
en la nada de su vida, es siempre un dios, ó necesidad de momento, porque la avaricia
siempre un cadáver. es la muerte del genio, y porque el alma del
Hay cierta clase de hombres que espe hombre creador abriga demasiada generosi
culan con los trabajos intelectuales. La ma dad, para que en ella pueda dar cabida á un
yor parte de ellos están dominados por sentimiento tan mezquino y vulgar.
una ilimitada ambición. Jamas se llega bas Ademas: el artista es casi siempre un
tante pronto á ver realizada una esperanza hombre del pueblo: el hijo de un grande ó
cifrada en el papel: de aquí provienen pro de un millonario, bien vestido, bien alimen
mesas hechas por los artistas, que raras ve tado, acostumbrado al lujo, se hallará poco
ces se logra verlas cumplidas: de aquí dima dispuesto á abrazar una carrera en que hay
nan tantas miseria—denaquí nacen acusació- que vencer tantas dificultades: si se siente
UVo oiu cuento: porque estos seres metaliza inclinado á las artes, este sentimiento se des
dos jamas podrán comprenderá los hombres vanecerá entre los goces anticipados de la
de pensamiento: creen que el artista puede vida social.
crear con la misma facilidad y de un modo El artista acostumbrado á ver su alma
tan regular como el mecánico elaborar sus convertida en un espejo en que se reflejan á
productos. su voluntad las comarcas y sus costumbres,
Una idea es frecuentemente un tesoro: los hombres y sus pasiones, carece necesa
pero aquella solo llega á encontrarse cuaudo riamente de esta especie de lógica, de esa
se ha buscado largo tiempo: cuando se ha general obstinación que llamamos carácter.
recorrido en todas direcciones el inmenso Se apasiona como un niño de todo lo que
océano de la meditación. Una obra de arte halaga sus sentidos: así, ama con idolatria
67
26G ALBUM CUBANO
y abandona el objeto de su pasión sin causa El mundo hace con la juventud lo que el
manifiesta: se amolda á todos los gobiernos: sol con las plantas: la alimenta, pero tam
ofreíe en lo que el vulgo entiende por tesón, bién suele agostarla.
firmeza, esta instabilidad que es el distinti
vo de* su poder creador: deja que su cuerpo La buena educación es un seguro para la
sea el juguete de los sucesos humanos, por vida y un pasaporte para el cielo.
que su alma gravita sin cesar sobre el mun
do. Anda con la cabeza en el cielo y sus El mundo es ligero en sus suposiciones,
piés apoyados en la tierra. Es un niño; es un pero verdadero casi siempre en sus juicios.
gigante.
No es esto todo. El pensamiento es de al
gun modo una cosa contraria á la naturale SECCION SEGUNDA.
za. En las primeras edades del género hu
mano, el hombre era todo exterior: luego las 1N EL ALBUM DE DNA SEÑORITA.
artes son hijas del abuso de la imaginación.
Nosotros no lo apercibirnos porque, seme
jantes á los hijos de familia que heredan una No es la felicidad, hermosa Adela,
realzar juveniles devaneos,
inmensa fortuna sin conocer los afanes con
ni sentada en brillante carretela
que sus padres lograron adquirirla, hemos oro y perlas lucir en los paseos.
recogido los legados de veinte siglos; pero Solo la alcanza quien prudente anhela
no debemos perder de vista, si queremos por ceñir á su suerte sus deseos,
explicarnos perfectamente al artista, sus des y, oponiendo al pesar esfuerzo y calma,
gracias y las aparentes anomalías de su co logra al fin conquistar la paz del alma.
habitación mundanal, que las artes han sido
siempre en parte sobrenaturales. Juan Nicasio Gallego.
ISAISF.L LA CATOLICA.
Las pasiones son como el viento que infla
las velas de un buque: algunas veces lo su (Estrado delpanegírico de esta princesa por Clemencia).
merge, pero sin él no podria navegar. Doña -Isabel primera de Castilla, por sobre
nombre la Católica, nació el 22 de Abril de 1451,
La dicha es como un avaro de mala fé, en Madrigal, pequeño pueblo de la vieja Casti
que nunca salda exactamente sus cuentas. lla. Aun no cumplidos los cuatro años de edad
tuvo que llorar la muerte de su padre D. Juan
Entre un héroe y un hombre que pasa II, y acompañar al retiro de Arévalo á su ma
desapercibido, no suele haber mas diferen dre la reina viuda D.53 Isabel de Portugal. Allí
cia «pie la de haber merecido el uno de la pasó su primera infancia alejada del fausto y
suerte una ocasión favorable. de las lisonjas de la corte, desarrollándose en
DE LO BUENO Y LO BELLO 267
silencio aquel talento privilegiado que con tan ragon, Portugal, Inglaterra y Francia se dis
to esplendor debía brillar en el trono. putaban el provechoso honor de dar esposo ála
Llevada mas tarde al palacio de su hermano heredera del cetro castellano, y las veleidades
Enrique IV, no solo supo resistir sin contami y desaciertos de Enrique IV obligaban à Isabel
narse aquella atmósfera corrompida, sino que á resolver por si misma aquella cuestión gra
hizo patente la precoz madurez de su juicio en vísima. IIízolo así, y atendiendo á los votos de
la prudente conducta que observó con su cuua- su pueblo se celebró—secretamente y con cir
■ da, á cuyos malos ejemplos opuso el de sus na cunstancias mas propias de una aventura nove
cientes virtudes con el admirable tino de saber lesca que de las ceremonias de regias bodas—
conservar, sin embargo, los respetos y deferen su deseado enlace con I). Fernando do Aragon.
cias que creia debidos á la excelsa posición de El rey, tan pronto indignado por aquella des
aquella señora. No alteraron estos procederes obediencia, tan pronto perdonándola para ar
de la joven princesa ni aun las difíciles circuns repentirse en seguida, vivió en continuas vaci
tancias á que dió lugar el nacimiento de la des laciones algunos años mas, y al rendir el últi
venturada niña conocida en la historia con el mo suspiro dejó al reino en rápido camino de
humillante apodo de la Beltraneja. cierta y al parecer inevitable ruina.
Los desórdenes de la corte habían llegado, En tal situación lo recibió Isabel y desde sus
empero, á tan lamentable exceso, que no tar primeros actos hizo despertar la esperanza en
daron en sentirse en el reino sus dolorosas con loó corazones mas desalentados.
secuencias. La escandalosa escena de Avila, la
No podemos aspirar á desenvolver en el re
batallado Olmedo y la sorpresa de Segoviapor
ducido espacio destinado á este bosquejo, los
el Infante I). Alonso—proclamado.y sostenido
hechos gloriosos de un reinado que llena las
mas que por ol amor de sus partidarios por el
mas brillantes páginas de nuestra historia na
odio general á la persona de la reina y á la
cional: séanos permitido, por tanto, indicar a-
ineptitud do su esposo—debieron afectar pro
glomeradamente y sin observación rigurosa del
fundamente el corazón de nuestra heroína, que
orden cronológico, los rasgos mas sobresalien
! en medio de las desgracias públicas tuvo que
’ deplorar también aquella lucha fratricida cuyo tes que nos ha suministrado el libro que tene
triste desenlace fué la temprana muerte de D. mos á la vista.
Alonso, víctima de la peste ó del tósigo, á pri Empezó Isabel la larga série de sus acciones
meros de Julio de 1468. ilustres sacrificando los votos de su conyugal
Eetiróse entonces Isabel á un monasterio de ternura á la independencia de su corona. El cie
Avila, buscando consuelos en la religion al in lo le habia confiado el gobierno de Castilla y
tenso pesar en quo la sumiera la pérdida de a- supo conservarlo, así como supo probar que era
quol hermano querido; pero allí fueron á ofre digna de recibirlo. Empuña, pues, el cetro con
cerla el cetro de Castilla los mas ilustres mag- mano vigorosa—acallando las exigencias del
¡ nates, llevando á siL-o^heza al arzobispo de To- varonil orgullo que hacia que su marido se cre
4*—r---- . L*-r ~7C . óra virtud de la regia joven salió yese desairado dejando en manos de una mujer
victoriosa de tan temible prueba, pues sola y las riendas del Estado—sostiene inmediatamen
sin consejo dió memorable lección dé sabiduría te despues, y en medio de la penuria del erario,
y prudencia al turbulento prelado que, prescin una guerra sangrienta con Portugal; ciñe su
diendo del augusto carácter de ministro de paz, frente con el lauro de una completa victoria; y
se atrevia á proponerla la continuación de la planteando sin tregua sabias disposiciones, y
¡ guerra civil, siempre desastrosa para los pue acometiendo dificultosas empresas, restablece
blos. y asegura la quietud de ios pueblos; concluye
í La generosa abnegación de Isabel haciendo con las parcialidades y facciones; instituye tas
mella en el ánimo del rey, produjo ápoeo el cé hermandades, que purgan la tierra—como en
lebre congreso de los Toros de Guisando, donde otro tiempo Alfides—de los monstruos que la
¡ la proclamó solemnemente heredera de todos infectaban, à la vez que acercan el pueblo al
sus reinos y dominios. Mas no fué larga la tran trono; ahoga los clamores tie una oligarquía in
quilidad que siguió á tan importante suceso. A- quieta y ambiciosa que pospone el bien del pais
b
268 ALBUM CUBANO.
Oh! mira! ya por las falda», que el aspecto y los muebles de estos aposen
quo cubren altos castaños, tos. Dos catres de pino con colchones cubiertos
bajando van los rebaños de jerga gruesa, dos pobres mesas, media doce
para acogerse al redil: na de sillas de madera blanca con espadaña, y
Ya los niños sus anzuelos algunos utensilios de cocina componían todo el
han recogido y su pesca, ajuar de la anciana de Colonia.
y se van armando gresca María Mariana, á juzgar por las muchísimas
con regocijo infantil. arrugas de su cara, debia tener cuando ménos
setenta años.-Sin embargo, aun se hallaban en
Ya con alegre aleteo su semblante vestigios de una extraordinaria
buscan las aves el nido...... hermosura. Sus facciones denotaban un carác
marchemos pronto, querido, ter noble; sus modales, mucha dignidad; y sus
la Virgen á visitar, ojos negros, á pesar de su edad conservaban vi
Y estas flores que nos dieron vísima expresión: ademas, su lenguaje, su es
la desgracia y la inocencia tilo y tono, no solo indicaban que conocía la al
llevemos á su presencia ta sociedad, sino también que estaba acostum
y ofrezcamos en su altar. brada á dominarla. Viviendo enteramente reti
rada, huyendo del muudo y especialmente déla
La Virgen de la Esperanza conversación de sus vecinos, jamas salía de
No desdeña pobres dones, casa, á no ser que algun asunto de importancia
antes bien dos bendiciones la obligaseá ello. Toda su riqueza consistia en
concedo por cada flor. una corta pension que percibía regularmente
Ven! la luna que allí asoma, cada seis meses, y cuya procedencia se igno
cuando el regreso se emprenda raba.
alumbrará nuestra senda La extremada soledad en que pasaba la vida
con placidísimo albor. llamó la atención do los habitantes del pais. So
lo la llamaban la Monja negra en la calle don
G. G. de Avellaneda. de vivia. Sin embargo, sus modales, su reserva,
y particularmente las huellas de un dolor pro
fundo, que se notaban en sus facciones, habían
inspirado tal respeto hacia ella, que cuando a-
parecia en la calle, no habia un muchacho en
la parroquia, que no se quitara su gorro de la
na al verla pasar.
Ninguna familiaridad existia entre María
Mariana y la vieja Brígida, su criada. María se
encerraba por lo regul*=-en^su cuarto con su
ANECDOTA HISTORICA. labor, miéntras Brígida quedanaVA-- ~r
ba, ocupada en guisar ó hilar cuando tenia cá
En el año de 1641, residia en la calle oscu ñamo. Así vivían estas dos mujeres, completa
ra y tortuosa de la Fauniere, en Colonia, y á mente aisladas de! mundo, y una de otra. En el
corta distancia do la catedral, una pobre mujer invierno, para economizar el gasto de dos lum
conocida únicamente por el' nombre de María bres, María Mariana permitía que su criada es-\
Mariana. Vivia con una criada anciana, en una tuviese en su habitación. En un rincón so ponia
casa estrecha, vieja, ruinosa y mal construida. la criada con su torno, y al otro lado el ama,
Su habitación se componia de dos cuartos, uno sentada en un sillon forrado de cuero y con un
en el piso principal y otro en el segundo, cuyo respaldo alto. De este modo pasaban juntas las
único medio de comunicación era una escalera largas veladas de la estación sin hablarse una
do piedra derruida. Cada cuarto tenia una palabra.
ventanita con vidrios pequeños engastados en Si á veces el ama se hallaba dispuesta á te
plomo. No podia darse una cosa mas miserable ner un rato de conversación era para preguntar
DE LO BUENO Y LO BELLO. 271
á la vieja criada algunos pormenores de su fa- —Para penas como las mias, contestó^ María
milia. Mariana con altivez, los consuelos del vulgo
—Brígida, la preguntó una noche, ¿has teni- son tan indignos como inútiles. La compasión,
do carta de tu hijo? sin aliviar mis males, me ofendería.
—No, señora, y sin embargo ol correo de El tono orgulloso y altivo con que fueron
Franckfortha llegado esta mañana. pronunciadas estas palabras, intimidó á la po-
—Lo ves, Brígida? el contar con el cariño de bre Brígida. La conversación cesó, y la laborio-
los hijos es una verdadera locura. No eres tú sa criada siguió dando vueltas á su torno.
liTprimei’a madre que tiene que quejarse de su Al cabo de un cuarto de hora María Mariana
ingratitud! _ volvió á reanudar de este modo la interrumpi-
—Pero, señora, José no puede ser ingrato: da conferencia.
quiere á su madre, y me ha dado ya pruebas de —¿Te has quedado viuda, Brígida? ¿qué era
ello. Si no ha escrito, habrá sido únicamente tu marido?
porque no tendrá nada nuevo que decirme. No —Servia en la guardia de mi señor el arzo*
debemos ser demasiado severos con nuestros hispo de Colonia.
hijos. —¡Ah! ¿El también era militar? ¿Y. fuiste fe-
—Severos! ciertamente que no, ¿pero no te- liz con él?
nemos derecho á su sumisión y respeto? ------ —¡Ah, pobre hombre! Dios haya su alma en
Por lo que à mí hace, querida señora, ja- paz. Feliz...... no precisamente: tenia muchos
mas he deseado otra cosa que el cariño de mi defectos...... Pero tampoco desgraciada....... de
hijo, y, á la verdad, hasta ahora, no me ha da- ningún modo: con mucha paciencia de mi par
do ningún motivo de queja. te, un poco de buen humory bastante sumisión
—Yo te felicito, Brígida, contestó María Ma- nos llevábamos siempre bien. A él, á la verdad,
riana suspirando profundamente: yo te felicito, lo gustaba el vino un poco mas de lo regular, y
porque yo...... Ay de mí! Yo también soy ma- también me daba motivos de zelos.
dre: y ¿qué madre podia haber sido mas feliz? —¡Ah! sí, precisamente, un pérfido, un rela-
Tres hijos!... .Tros hijos!.......Fortuna, espíen- jado. Mi marido. Brígida, era también militar,
dor, grandeza para todos! Y sin embargo, mí- y lo tenia yo á mucha honra; pero los vicios
rame abandonada ..... olvidada!...... en la mi- infames que acabas de indicar le dominaban
seria! Considerándose olios desgraciados si les igualmente. Algunas personas trataban de res
recuerdo que existo. Oh! cuán feliz eres, Brígi- tablecer la paz entre los dos, pero generalmen-
1 da, si Dios te ha dado un hijo bueno, tierno, ca- te no hacían mas que aumentar nuestros resen-
riñoso! Yo no he hallado en los mios mas que "timientos. ¡Qué podré decirte! Madre desgra-
ingratitud y desden. ciada, también fui esposa infeliz. Y como si es-
—Pobre señora, exclamó Brígida. Pues mi to no bastase, mi marido murió víctima de una
José es tan tierno como agradecido. • atro2 traición, y ¿sobre quién piensas tú que
Me desgarras el corazón, Brígida...... Pero trataron de que recayese la sospecha de un in-
¡1 mudemos do conversación, pues esta no hace fame asesinato?
.----- ^líiA Lina —A± la agonía de mis angustiosas —¿De un asesinato, señora? —
! penas: he sobrellevado y sufrido con paciencia —Sí, de un asesinato........ ¡sobre, mí, sobre
1 muchos males^Me ves triste, silenciosa, reser- raí recayó la acusación!
vada. Muchas veces me has preguntado la cau- —¡Ay, Dios mió! ¡Cuánto os compadezco!
sa de mi dolor: no trates, no, de saberla! Si no —¡Acusada delante de mis hijos, de mis hi-
debe tener jamas fin, mi secreto morirá con- jas, de mis yernos; acusada y perseguida por
migo, y á lo menos me libertaré de la compa- mi mismo hijo, como si hubiese sido culpable
sion del mundo. de aquel crimen!
— Respeto vuestro dolor, señora, y Dios es —¿Pero se convencieron luego de que erais
buen testigo de que jamas traté de saber vues-, inocente?
tro secreto; pero ¿por qué evitáis la compasión —¡Oh! sin duda se hubieran convencido de
de vuestros semejantes? La compasión suele mi inocencia si yo hubiese sido una pobre mu-
aliviar muchos males. jer, sin bienes de fortuna, sin poder ni influjo;
----------------------------—
272 ALBUM CUBANO
poro poseia todo esto, Brígida, y era necesario manecido fieles, y dirigirle mis súplicas para el
arrebatármelo todo. Por esto me calumniaron feliz éxito de sus proyectos.
y me encerraron en una prisión, y como no pu —Bien dicho, señora, exclamó la pobre Brí
dieron matarme, me separaron de todos mis a- gida á quien esta apelación al Sér Supremo le
migos y me sumieron en la triste posición en parecía la mejor prueba de una conciencia tran
quo me ves. quila. Orad, continuó y tened confianza en
—¡Desventurada! dijo Brígida. Dios, pues en él hallareis siempre el mejor ami
María Mariana no contestó; se cubrió el ros go y protector.
tro con el pañuelo y derramó algunas lágrimas. En aquel momento oyeron llamara la puerta
La extraña historia que acabañado oir lapo- de la calle.
bro criada produjo en su honrado corazón una —¿Quién puede llamar á esta hora? preguntó
ansiedad v duda terribles. Pensativa, se distra- María Mariana.
jo y olvidó dar vueltas á su torno. Principió á —Son mas de las nueve y no puedo acertar....
recordar un sin número do circunstancias rela —Llaman otra vez! Ve á ver lo que quieren,
tivas a la vida do su ama, que nunca habian lla Brígida; pero no abras hasta saber quien es.
mado su atención. ¿Por qué apreciaba tanto a- Brígida tomó la lámpara, bajó y á poco rato
quollos vestidos de luto que la habian hecho ad volvió á entrar acompañada de un clérigo. Era
quirir el titulo do la Monja negra? Brígida se el padre Francisco en cuyo semblante se veian
acordó también, de que en varias ocasiones ha las señales de la abstinencia y del dolor.
bía sorprendido á María Mariana muy ocupada —¿Qué motivo puede traeros aquí tan tarde,
en leor pergaminos cubiertos con sellos de la buen padre? praguntó María Mariana.
cre encarnado; que aquellos pergaminos los te —Noticias de alguna importancia y que de
nia en unacajita de hierro, y que los encerraba searía comunicaros; contestó el padre.
con mucho cuidado en el momento que la veia —Brígida, dijo la Monja negra, déjanos solos
ontrar en el cuarto. Por último, (y esto lo pa un momento.
recía lo mas sospechoso) una noche que su aína La criada tomó una luz y subió á su cuarto.
estaba con calentura, exclamaba en su delirio —Vamos, vamos; ya estamos solos: ¿qué te
con un horror indecible. “¡No! no quiero verlo! néis que decirme? preguntó Mariana.
¡qué quiten de aquí ese vestido teñido de san —He recibido noticias de Francia.
gre! ¡apartad de mi vista eso cruel homicida!” —¿Buenas?
¿Quién ora pues aquel fantasma que la per —Su resultado puede serlo. Todos los nobles
seguia? ¿quién el asesino que la inspiraba tanto están disgustados con el primer ministro. En
horror? y ¿quién podia ser sino un cómplicc?- rique de Effiat, el gran Camarlengo y el favori
Cuando esta idea se fijó en la imaginación do to se han unido al duque de Bouillon y à Mon
la pobre criada, empezó á temblar de terror y señor, hermano del rey, y han tomado parte
espanto. Sin embargo, su buen corazón y en sus planes. Un tratado que debe concluirse
hermosa, índole ahuyentaron ese mal concepto, con la España tiene por objeto, la paz y por
y prosiguió la conversación del modo siguiente: condición la separación del cardenal. .—-
—Pero, querida señora, ¿por qué no confia
Vd. sus ponas á nuestro soberano, el arzobispo, —Sin embargo, no debemos lisongearnos de
elector do Colonia? es bueno y .compasivo y os masiado de su buen éxito. Hasta ahora, en la
hará justicia. guerra con la España, la suerte ha favorecido á
--Nada puodo hacer por mí, contestó Maria nuestras tropas. Los ejércitos españoles han si
na. El Elector como los demas príncipes y to do derrotados por nuestros generales en Cata
dos los-hombres en general, ántes de todo mi luña y en Bruselas. En medio de estos triunfos
rará siempre por sus intereses. ¿Qué ventaja le un tratado de paz y la desgracia del ministro
resultaria do servir á una pobre anciana? Son que los ha proporcionado, hallarán mucha opo
mis perseguidores tan poderosos que temeria sición. El odio de todos hácia Richelieu es lo
indisponerse con ellos. No: un solo recurso mo mejor de nuestra causa. Esperan que el rey,
queda; este es poner toda mi confianza en Dios, siempre débil y sin voluntad propia, se adheri
rogarle por los pocos amigos que me han per rá al partido que abrazase su favorito. .
DK LO BUHÎtO ï LO BELLO
________________ __________ S
í»
_ Pronto, aunque nunca lo será tanto como —Haces mal en burlarte de las personas que
tienen mas años que tú,—exclamó lanzando al
deseo.
_ Hé ahí la juventud. Solo escucha sus ape joven una sombría mirada.
titos y ¡amas calcula lo que le debe resultar do —Yo me atengo siempre á los resultados—
satisfacerlos. contestó Julian con indiferencia.
—¿Habla V. así por mí, tío Pedro?—exclamó —.Reflexiona sin embargo sobre lo quo te he
el joven seriamente—Me parece que una mu dicho. ;Adios!
jer como María no puede causar disgustos al Y se separaron.
que logre ser su marido. Sin embargo, el cielo noostontaba entonces
—Según y conforme. Buey suelto, bien se. el resplandeciente y azulado color que tanta
lamo, dice el refrán. transparencia le comunicaba poco antes. Las
—Y yo lo digo á V. tío Pedro—repuso Ju nubes pasaban rápidas al traves de las ramas
lian algo incómodo con las observaciones do su de los árboles cuyas copas vistas á distancia,
interlocutor—que los refranes son tan impor cual fantasmas que variaban de forma á cada
tunos como el que no sabe citarlos á tiempo. instante, se ocultaban para aparecer do nuevo
—Yo no lo be dicho por mal.—dijo el tio Pe al través de los húmedos vapores. Al princi
dro, al cual sin duda no convenia irritar á Ju pio su poca densidad solo les permitía inter
lian euando tan pacientemente aguantó la res ceptar do vez en cuando los rayos del sol con
puesta de éste.—Solo era mi intento aconse los cuales pareeian querer luchar; pero habién
jarte que antes do tomar' osa resolución lo re dose ido espesando gradualmente, la oscuridad
flexionases bien. Antes que te cases, mira lo fué al fin tan grande que una profunda noche
que haces; reza el proverbio. sucedió al fin á la claridad del dia.
—Higa Y., tio Pedro!—exclamó Julian sin
Este fenómeno común en aquellas . elevadas
tiéndose invadir á pesar suyo por la cólera—
regiones envueltas frecuentemente por las nu
¿Unicamente para venir á darme consejos de
bes, no intimidó á Julian que se hallaba fami
jó Y. pastando solas sus cabras en el monte?
liarizado con él. Sin embargo no debía estar
Pues sopa V. entonces que bien pudo haberse
completamente tranquilo cuando después de
ahorrado el camino. haber examinado cuidadosamente la dirección
—Es que un consejo......
de los vapores quo en su veloz marcha le hume
—Los consejos no se agradecen si no se ne
decían el rostro cubriendo de menudísimas y
cesitan ¿lo ha entendido Y?
transparentes glóbulos sus vestidos, exclamó:
—¡Que fogosa es la juventud!—dijo senten
— ¡ílum! mucho temo que María tenga razón!
ciosamente el tio Pedro que no parecía dispues
to á abandonar su presa con tanta facilidad.— Sentiria que una repentina tempestad viniese
Si fueses menos vivo de jenio te advertiria que á sorprendernos en medio de tan hermoso dia.
en vez de casarte con María, un joven do tus Poro no hay remedio: hoy es sábado y mañana
prendas debería aspirar á mejor partido. Bue me veré obligado á entregar sin falta laorcAi'Wa
cuyo valor me han pagado adelantado.......Por
no os un pan en dos pedazos.
—Muchas gracias por la indicación; pero le todos los santos del cielq.'ë?7tj>j»tttsrrecia mas
advierto que esta vez no ha dirigido V.biea el de lo regular, y no es cosa muy agradaDte que
digamos estarse uno bamboleando en el aire
golpe.
—Hay una mujer que vale y puede mucho con un tiempo semejante uobre un precipicio
mas que olla, quo tal vez...... cuyo fondo no es posible distinguir.
—Hola!—exclamó Julian en tono burlón—no Entóneos rascándose la cabeza con un mo
le faltaba nada mas al tio Pedro que encargar vimiento do duda fácil de interpretar, se detu
se do tales comisiones. ¿Tan disgustado so ha vo irresoluto y reflexivo como el león que no
lla de su oficio de cabrero que quiero tomar obstante su valor se repliega sobre sí mismo,
otro? ante el peligro que se propone arrostrar.
El Lio Podro al oir estas palabras se puso pá Y no lo faltaba motivo para ello, porque el
lido y en su semblante se pintó un sentimiento estampido del trueno transmitido desdo léjos
de odio que revelaba su natura! dañado. de eco en eco hasta donde él estaba, no dejaba
DK LO BUENO Y LO BELLO. 277
da. Sin embargo, apesar do sus fuerzas real ranza. Esta se aumentó al sentir que tiraban
mente hercúleas, la falta de punto de apoyo que de la cuerda de que dependía su salvación.
necesitaba para poderse descolgar y la posición —¡Favoréceme, Dios mió!—exclamó desfalle
violenta en que se hallaba, eran causa de que cido uniendo sus manos en ademan de súplica
comenzase á sentir los efectos del cansancio. —¡No te muevas ó eres perdido!—Gritó des.
Esta situación se prolongó de tal manera, que de arriba la misma voz.
principió á adquirir la convicción de que no lo Estas palabras recordaron al joven todo el
seria posible penetrar mas de aquel modo. En horror de su situación que la esperanza lo ha
tonces temió y quiso retroceder, pero ya no era bia hecho olvidar durante un momento; pero la
tiempo. Sus miembros en una continua tension emoción que experimentó entóneos fué tan vi
temblaban de laxitud; tina sed ardiente le de va, que le hizo perder completamente el sen
voraba y su cabeza tan firme siempre, vacila tido.
ba presa del vértigo. Entre tanto su cuerpo inerte seguia subien
Así permaneció durante algunos momentos do aunque con lentitud.
momentos de angustia en que cierto de hallarse —Ten cuidado con las puntas de las piedras
abandonado de los hombres, llegó á perder la —dijo siempre la misma voz de mujer.—Sírve
esperanza de que le ayudase Dios. Sin embar te del garfio para no tropezar con ellas.
go, hizo aun algunos esfuerzos, mas bien ins Pero entóneos resonó en medio de la tempes
tintivamente que por cáleulo; hasta que al fin, tad otro grito de angustia. Da querda acababa
incapaz de sostenerse por mas tiempo,, su ma de dar un nuevo estallido, y el inanimado cuer
no soltó el bastón y su cuerpo quedó pendien po de Julian habia cesado de subir.
te de la cuerda mientras de sus labios se esca —¡Afírmate bien y ten valor!—dijeron de
paba un grito de agonía, repetido por el eco y arriba. Dos hilos de la cuerda se han roto y so
jue fué á morir en las montañas inmediatas lo queda uno para sostenerte. ¡Serenidad!
que no so cuidaron de responderle. Y el cuerpo de Julian continuó su interrum
Horrible era la situación del desventurado pido movimiento ascendente.
joven, que después de haber girado varias ve Lo que tardó en llegar á la parte superior de
ces en encontrado sentido según se torcía y la roca, nadie podria decirlo. Ijo que se sabe es
destorcía la cuerda para volverse á torcer de que al cabo de algun tiempo, una mujer de ele
nuevo, no tuvo mas movimiento que el que le vada estatura y de robustos miembros, estre
comunicaba el fuerte soplo del viento al mecer chaba entre sus brazos con una alegría deliran-
le de un lado á otro. Sabiendo que se hallaba te que rayaba casi en ferocidad al desmayado
á mucha distancia de la parte superior de la joven. Un momento después, así que se hubo
roca y que debajo se abría para recibirle un in convencido de que la inmovilidad de éste no
sondable abismo, el infeliz contando con una provenia de la muerte, lo levantó del suelo en
pérdida seg ira, aguardaba en la mas terrible que lo habia depositado, y dando un alarido con
ansiedad que se rompiese la cuerda que le sos- que parecía querer desafiar la furia de los ele
tenia en el aire, y cuyos hilos no podían ménos mentos desencadenados, lo agarró por la cintu
de cortar bien pronto los ángulos salientes de ra con la misma facilidad qiicUr-^liieao sida
la dura roca cristalina, contra los cuales sin ce de pluma, y echó á correr tan velozmente con
sar so rozaba. él por entre la maleza, que mas bien que con
Aquel momento pareció llegar al fin. ducida por sus piés, parecía arrebatada por «1
Un estallido que dió la cuerda y que masque soplo de la tempestad.
en los oidos resonó en el corazón palpitanto del
E. Auber.
desesperanzado manceb >, le hizo conocer que
uno de sus hilos habia sido cortado ya. Algu [Se continuará.]
nos minutos mas, y todo quedaba concluido.
Pero de improviso, el nombre de Julian pro
nunciado por una voz de mujer que no pudie
ron sofocar los bramidos de la tempestad llegó
hasta él. Aquella voz reanimó su abatida espe
DE LO BUENO Y LO BELLO 279
neros ciertamonto non materias insignificantes. mundo en triunfante carro. Cansada pronto
No hay amanto ni poeta que no haya compa no obstante do abrumar yjcmpoívar las cabe
rado los suavos cabellos do la beldad, con el zas humanas, dedicóse á perseguir álos anima- j.
oro purísimo ó con ol preciado ébano, y yo sin les anfibios que á orillas de los mares y ríos de
la exaltación que suele ofuscar ol juicio de los América llevan consigo sn ambulante casa, pa
súbditos de Cupido ó de Apolo, quiero hoy de ra colocar aquesta en la cabellera de la mujer.
ciros algo de las finas hebras que han recibido Declarando guerra á muerte á las infelices tor
tantas adoraciones. tugas, trasladó su concha llamándola peineta,
¿Cuál do vosotras no cuida su cabello como á las trenzas femeniles. Si hubiera usado con
la delicada planta que exige esmerada limpie moderación del luciente carey, y emplcádole
za para conservar su lozanía? Al levantarse, la en hacer bonitas diademas ó guirnaldas dignas
primera ocupación do la mujer bien educada de ceñir la fronte de la hermosura, los adora- j
es arreglarle de modo que manifieste el escru dores de lo bello, le hubieran perdonado su
puloso asoo de su persona. Despues, á la hora crueldad. Pero exagerando como de costumbre
do comparocor on sociedad, enséfialo ol espejo sus invenciones, engalanó el rodete do las da
á darle la forma mas on armonía con el carác- mas con éxtrambótieas figuras que ya tenían
tor de sus facciones. Aunque la moda dirige el la forma de una enorme teja, ya la de un sofá :
peinado, como todo lo quo corresponde al toca turco, ya la de un abanico casi tan grande como
dor, la joven discreta elige siempre el que au la desplegada cola del pavo real, y ya la de un
menta la gracia do su rostro. La virgen de Ra prosaico............ calzador! El dia de Reyes del
fael, no debe peinarse como la ninfa de Tereíp- presente año, contemplé por casualidad peregri- ¡¡
core. Aparoce osta mas animada y encantado na muestra de tan singular adorno. Tres rolli
ra con la cabellera recogida y retirada de las zas etiopes, caminaban en pos de los diablitos,
sienes, aquella mas modesta ó interesante con ostentando en su lanuda melena, peinetas co- •
las tronzas de la primorosa madeja sombrean lósales que desenterraron sin duda de algun
do sus dulces ojos. Ambas seducen así por dis guarda-ropa de vejeces para vestirse do másca
tinto estilo, atraen con su opuesta hermosura, ras en sus saturnales éxtrambótieas. Tal vez
y rivalizan sin perjudicarse una á otra. las antigüedades de carey que ahora excitaban
La Moda, al oouparso tanto del tocado, prue la risa, sujetaron en illo-tempore los perfuma- j
ba lo importante que lo juzga. Hubo un tiem dos bucles en que hubiera dado la vida por im
po en que mandó á las damas fabricar alto edi primir el ósculo de amor apasionado y gallar
ficio de bucles, lazos y joyas, sobre su cabeza. do doncel. ¡Ah! Tuvo razón el poeta en decir:
La asistencia del peluquero ora entonces indis “¡Lo que va de ayer á hoy!”
pensable, pues no so construía en breves minu Apesar de andará menudo el buen gusto ¡|
tos ei promontorio destinada á figurar en pri perdido por la tierra, suele advertirnos do cuan- ¡í
mer término. Y aunquo hoy, morccd álos cam do en cuando las ridiculeces en que incurrimos.
bios del gusto, hallaríamos feo el mas lindo Lanzando por lo tanto sn anatema contra las
palmito coronado do esa manera por la torre descomunales peinetas, logró que la moda ba
de Cibeles, la moda posee tal poder que si se le jara ol tocado hácia el <me?ñ?'7!^Je-AiiirolhtrL----- J
antojara ver en las orejas do Midas poético y dose el cabello con gracia, dió á la cabeza fe- .
oleganto adorno, llegarían los ciegos partida menil el corte elegante y puro qne admiramos
rios do su prestigio á envidiar á la mas pacien en las estatuas de Canova; pero arrepintiéndo
to y oscarneoida criatura del universo sus cé se en seguida de aquel sensato impulso, la vo
lebres órganos acústicos. luble deidad colocó en manos de algunas irre
Quizá todavía mas extraña que la pesada flexivas hijas de Eva, unas ligeras sacrilegas
carga sobro el cráneo á que he aludido, fué la para que por su medio se formaran una mele
moda de teñirse el pelo de blanco con albayal- na corta como la de los hombres. Burlóse on-
do ó harina. ¡Ocultar los brillantes matices de tóncas la vanidad de la ofuscación de sus vícti
la primavera, bajo el frió color do la nieve del mas, mirándolas destruir la larga y abundante
invierno! Hé aquí una verdadera extravagan guedoja que debían cuidar como un tesoro. La
cia de la fantástica diosa que se pasea por el romántica virgen se despojaba por sí propia
DS DO Bt'BNO Y LO BELLO 281
dol elocuente adorno de bu palidez, sus suspi permitiera proporcionarle una nueva sobrina-
ros y sus lágrimas. Sí, pues el pelo corto y ri Pero informado el anciano de la ligereza de
zado no reviste á la doncella triste y sentimen Matilde—por una antigua amiga suya resi
tal de la poesía que le comunica la flotante ca dente en la capital francesa-juró desheredarlo
bellera descendiendo sobre sus hombros en pin si persistia en unirse á una mujer tan frívola y
toresco desorden. Lucía de Lammermoor com casquivana.
ías rubias trenzas esparcidas sobre la blanca Desesperado Teodoro escribió á su amada el
espalda y el delirio do amor retratado en los motivo d« la oposición del buen viejo, á ¡o cual
celestes ojos, es la creación mas interesante contestó la atolondrada joven con alegres é
con que haya podido recrearse la fantasía y ingeniosas burlas.
conmoverse profundamente el corazón. Por fin, Empero de improviso las satíricas cartas de
privando á nuestro sexo de su ondulosa cabe Matilde expresaron la melancolía. Creyéndola
llera, perderían el pintor y el novelista uno de Teodoro afligida por sus acusaciones dijo á
sus principales recursos para caracterizarle en su implacable pariente con lágrimas on los
la suprema hora do la pena, del espanto, de la ojos:
aflixion, ó del arrepentimiento. Con el pelo —¡Es un ángel que me adora y que morirá
cortado adquiero ademas la mujer un aire mas do dolor si persiste Vd. en separarnos!
culino que solo le sienta en la edad situada en —Al contrario; es una coquetncla que se mo
tro la adolescencia y la primera juventud, edad fa do tí y que después de escribirte epístolas
de flores que apenas dura un instante, y que lastimeras distrae sus enojos en paseos y fieste-
es la única en que se le permite asemejarse á citas—replicó el desconfiado tio.
un muchacho travieso. De esta vez se equivocó no obstante. Matildé
¿Cómo conseguirla la moda-deseando demos esperimentaba la tristeza profunda que sus mi
trar su omnipotencia—que inmolaran las be sivas indicaban. ¡Sus magníficos cabellos rubios
llas en sus aras ol precioso adorno que inmor cansados do engalanar su loca cabecita se le
talizó á Berenice? Oslo dirésotto voce, discretas calan por matas enteras!
lectoras del Album Cubano. Parece que hubo —¿Qué va á ser de mí?—exedamaba trágica
en París una linda joven, llamada Matilde, de mente.—La calvicie en lugar de afear á los hom
quion so valió para probar al mundo que si se bres suele comunicar hasta á los que no han in
lo antojara disponer'que anduviéramos con la ventado la pólvora la magestuosa hermosura
cabeza tan desnuda como la palma do la mano del talento; pero ellos que la ensalzan en sí
hablamos de obedecer inmediatamente ¡En mismos la execran en nosotras. ¡No hay reme
greída déspota! ¡Ah! Detestemos el tiránico or dio! Debo raparme y andar algun tiempo con
gullo hasta en las materias del tocador. Pero peluca para evitar con oportuna poda la com
vuelvo á mi historia. Teodoro, sensible mance pleta destrucción de la planta. ¡Dura necesi
bo quo habitaba en tranquilé, provincia de la dad!
antigua Gallia donde lo fijaban intereses de Hallábase entregada á tan dolorosas cavila
familia, se prendóde Matilde durante un viaje ciones cuando le llevaron una carta do Teodoro
yúso. Expresó su amor, fué corres llena como siempre do quejas y recelos. Su lec
pondido, y á los pocos meses regresó á su rin tura le sugirió luminosa idea.
cón [desde el cual lo llamaba un tio anciano —¡Oh Destino! Saquemos partido de tu rigor
de quien dependía] llevando por único consue —dijo—con un acento que le hubiera envidiado
lo el juramento de eterna constancia del objeto Mile. Rachel.
de sus ardientes votos. Despues tomando la pluma con imponente a-
Sin embargo la filósofa Matilde léjos de en deman, escribió lo siguiente:
tristecerse con la ausencia de Teodoro se apro “¡Cruel Teodoro! Solo una inmensa prueba
vechó de ella para divertirse mas que nunca de cariño puede convencerte déla sinceridad de
repitiendo enfáticamente que el mérito de la mi pasión y no vacilo en darte. ¿Recuerdas
virtud consiste en permanecer inalterable en que Démostenos se rasuró el cráneo para consa
medio de las tentaciones. Interin ella reia y grarse á sus estudios en austero retiro? Como
bailaba, rogaba Teodoro 4 su rico pariente le el orador de Atenas corto yo ahora mis cabellos
70
282 ALBUM CUBANO
para dedicarme en encierro mas rígido todavía con Un extraño tocado el terrible ceño de su
á la memoria de tu amor. ¡Ingrato! Mira y creo. rostro, miéntras las dóciles y sumisas dan á sus
To on vio mi tronza quo ¡ay! tantos elogios obtu colgantes guedejas un corte cuadrado en la fren
vo en dias mejores para que te persuadas de te que las revisto de un aire de humildad en
que nada importan lo3 atractivos que ya tú no consonancia con sus pacíficas inclinaciones.
admiras en la infeliz—Matilde.” No acabarla nunca si pretendiera ocuparme
Al recibir Teodoro el pelo (caldo) do la joven por orden cronológico de los mil caprichos que
lo ensenó palideciendo à su pariente y le pre ba manifestado la moda respecto al tocado ele
guntó indignado: vándolo boy basta las nubes y bajándolo maña
—Tío, tio ¿dudará Vd. aun de mi sublimo na sobre la nuca, protegiendo tan pronto los lar
amiga? gos tirabuzones como los lisos bandeaux, y pa
Examinando el anciano, con asombro la es sando con veleidosa rapidez de las abultadas
pléndida madeja que destruía su desconfianza, cocas ála melena á lo trovador, para después de
so apresuró à responder. clararse partidaria de las anchas trenzas en
—Ya no dudo, sobrino. La mujer que te sa tretejidas con cintas de terciopelo é hilos de
crifica sus medios do agradar no vacilaría en perlas que ahora se usan tanto. A emprender
sacrificarte su vida en caso necesario. Trae esa tan difícil tarea prefiero describir [puesto que
preciosa perla á nuestra morada, Teodoro. Nun tolo es tratar de modas) el precioso trajo nup-
ca lias ansiado tú con mas ardor llamaría espo cial de la Srta. I). d María Antonia P..........
sa quo yo al presente hija. traje que vi en el acreditado obrador de D.03
El excelente matrimonio de Matilde y el afec Angustias de Flores antes que la elegante no
to que lo cobró de golpe el acaudalado anciano via penetrara en el templo de Himeneo.
pusieron en boga entro las solteras el cortado Componíase da amplia falda de moiré antique
cabello. La moda indicando á sus partidarias con plateados reflejos, sobre la cual descendían
que si segaban sus luengas trenzas consegui dos sayas de rico punto do Inglaterra separa
rían brillantes bodas, prontas las encontró á das por un bullón de tul salpicado de ramos de
adoptar la corta melena que durante algun azaliarea. Guirnaldas de las mismas delicadas
tiempo gozó de prestigio entre las elegantes. La florecillas recogíanlas con gracia en el costado
vanidad y la ambición son los auxiliares mas izquierdo. En el lindo corpiño y on las mangas
poderosos do la caprichosa soberana. Miradla cortas y ceñidas para que- luciera ol mórbido
pues con cierto recelo en vez de caminar á cie brazo de la desposada, asomaban por todos la
gas por donde se le antoje dirñjiroe. dos ramitos de azahares cuya blancura compe
.Desde antes que la moda representara tan tía con la del espumoso tul tras cuyos diáfa
importante papel en el inun do, marcó en parte nos fruncidos fingían ocultarse coquetamente.
el tocado las diferencias sociales. Comprendien Poética corona do azahares y largo velo de
do la aldeana que los bucles no sientan con el punto do Malines guarnecido de encajes de
tosco jubón y el humilde zagalejo, ba echado Inglaterra completaban esta distinguida ío¿-
siempre su cabello hacia atras y conservado la lette.
sencillez do la silvestre flor. Observando á su Muchos fueron los bellos trajrir ;----- L-----
timo la dama que la forma del peinado contri- hábil modista mencionada para el ajuar do no
buyo á la mayor ómenor dignidad del semblan via de la señorita P.......... pero por no exten-
te, ha consultado en todas épocas el espejo con derme demasiado me limitaré á citaros, ademas
atoncion profunda para elegir el que conviene á del de boda, los dos siguientes: uno es de tafo-
su edad, á su posición y á sus pretensiones. Por tan de cuadros azules con doble falda. Abrese
último, hasta los pueblos salvajes, conociendo la al frente la superior on forma de levita guarne
influencia que ejerce el arreglo del cabello en la ciéndola ancha franja do tafetán azul turqúí.
expresión do la fisonomía, lo llevan del modo El corpiño escotado se vuelve alto cuando se
que mejor armonice con su índole y sus cos quiere gracias á una elegante pañoleta de igual
tumbres. Las tribus indias do notoria ferocidad tela á la del vestido.
rapándose el cráneo se dejan un mechón en el El otro es d'e chiné color do hoja seca oon flore-
centro quo adornan con plumas para aumentar oillas do claros matices. Estrechos volantes figu-
o
284 ALBUM CUBANO
-------------------------—--- ....... .... = ---- :------- --------- ----- - . . - -. -........... -....... - -
El célebre trágico Lacoste dió su concierto a- cion que hace anualmente la iglesia católica.-
nunciado en los salones del Liceo. Como erado En la casa del Sr. Morejon tuvo efecto una
esperarso quodó con el lucimiento de costum do esas soirées con que este apreciable filarmó
bre en la rocitacion do la belia poesía do Víctor nico sabe entretener de vez en euando á sus
Hugo titulada la oración par todos, que ha pues distinguidos amigos. Tocaron á cuatro manos
to en verso castellano el famoso escritor D. An una fantasía en el piano los Sres. Gottschalk y
dros Bello: Lacoste hace de su voz lo que quie Espadero y después fueron tomando su parto
re, tiene cualidades sobresalientes, sabe dar à correspondiente en el concierto, la Srita. Ma
los músculos do su cara infiexiones que convie tilde Bermejo, los Sres. Crucct y Mungolt, el
nen y regularmente es muy distinguido en su- Sr. Lorenzana, la Srita . Francisca de Leon, y
acoion. Los artistas que tomaron parte en la el Sr. Druillon. Todos los que tuvieron el pla
función contribuyeron al embellecimiento de cer de asistir quedaron altamente satisfechos
esta noche. Gottschalk tocó dos veces en el pia y diz que mas de uno murmuró á la conclusion:
no y estuvo tan feliz como sie mpre. La Sra. Vi y cuándo se repito otro concierto? lo que prue
llar do Volpini, los Sres. Boceo, Lóronzana y ba la complacencia que resultó de la bien coor
Volpini, desempeñaron sus papeles respectivos dinada fiesta que se celebró en casa del Sr. Mo
con tal perfección que los espectadores supie rejon.
ron recompensarlos con ruidosos aplausos. Pero entre todos estos acontecimientos so
Se puso en osoena en el gran teatro el drama reservaba para antes de ayer el mas lucido do
do Rubí Isabel la Católica,-y el público lo reci todos, como sin duda alguna lo ha sido el que
bió con mareada aprobación. La compañía do ha dado motivo ála celebración de los natales
Itobreño presentó en lo general un cuadro de la bella Condesa de San Antonio. Desdo la
bueno en sus figuras principales. La Sra. Ar víspera del 13 acudió una gran multitud á la
monta en el papel do Isabel I. , la Srila. Bo- quinta que habita elSr. Capitan general al pié
breñoen el del paje y el Sr. Robrefio en el de de la loma del Castillo del Príncipe y que
Colon, trabajaron con esmero y recibiéronla adornada convenientemente presentaba un
acogida do que se hicieron merecedores. lindo golpe de vista. Numerosos individuos de
Corrioron noticias de quo volvería á haber tropa sostenían hachones encendidos en las
bailes en la deliciosa glorieta de Puentes Gran largas avenidas del Paseo do Tacón. Doscien
des: llegó un periódico de esta capital hasta tos cincuenta músicos de distintos cuerpos de
mencionar á los individuos que debían comisio la guarnición ocupaban un tablado que habia
narse para llevar á cabo la empresa, pero lue sido levantado en frente de la casa y llenaban
go so pensó en suspender esta resolución y la el airo con torrentes de armonía: en los inter
gento bailadora está echando de mónos las no medios la banda do Bomberos hacia oir algu
ches afortunadas de que podia d isfrutar en nas lindas contradanzas del pais. Pocas veces
aquel encantado palacio campestre, está la so ha visto en aquellos lugares una reunion se
mentando que pormanczca silencioso en la pre mejante; los carruajes do todas clases y una
sento temporada y para consolarse de semejan compacta concurrencia hacían casi ,imposible
te pérdida vuelve los ojos á la verde villa de el tránsito y todos admiraban lírrp^- oLLuio^ v---- , —i1-
las lomas. el buon gusto pueden amontonar paru el roga-
Como tengo que hablaros de todo os daré lo do la vida. En el corredor exterior do la ca
cuenta de las procesiones del Corpus que salie sa quinta, estaban los Exmos. Sres. Condes de
ron respectivamente do los templos de San Fe San Antonio en medio de una escogida y culta
lipe y Santa Catalina. Las calles por donde de sociedad qne habia acudido á saludar á la her
bía atravesar el respetuoso cortejo estaban mosa dama que era objeto de esta gran fiosta.
adornadas con cortinajes y los balcones y ven Bailóse un poco y á las once do la noche apa
tanas do las casas ocupados por una vasta mul recieron dolante de la quinta preciosas damas
titud que contemplaba con la mayor demostra que precedidas de la orquesta denominada De
ción de recogimiento los pendones de las di licias de Colon y llevando cada una un farolillo
versas cofradías que solemnizaban la fiesta y so acercaron á saludar á los Sres. Condes que
todo el solemne aparato de esta conmemora- aceptaron con suma complacencia esta sorprc-
DE LO BUENO Y LO BELLO 235
sa. La serenata, pues, dejó altamente satisfe Los preparativos que se hicieron en la quin
chos á los concurrentes y fué un preludio dig ta para el gran baile, prueban el buen gusto
no de lo que debia acontecer al siguiente dia. de los Sres. Condes de San Antonio. AI poner
La amistad y el respeto rindieron debido ho- las plantas en aquel espléndido alcázar, se
inenago á la esposa del Sr. General Serrano, y creerla entrar en uno de esos recintos encanta
sábeso que desde temprano dióronla muestras dos do que habla la poesía de los árabes , se
do simpatía todos los que la tratan, y aun mu creería estar bajo la impresión de un sueño de
chas personas quo solo admiran su bondad y es la primavera do la vida. A convenientes dis
timan sus nobles cualidades. Para mejor com tancias se levantaban unas especies de colum
probante del lujo que reinaba en esta celebra natas cubiertas do trepadora yedra, y algunes
ción, copiarómos aquí lo que un periódico de símbolos militares; las paredes entapizadas con
esta capital cuenta con motivo de estas felici telas de colores nacionales, ostentaban varios
taciones:—“Hemos tenido ocasión do ver en la adornos de guerra; en el salon principal se ha
platería de D. Manuel Misa, varios de los obje bia colocado un retrato de Isabel II y en su
tos que le han sido encargados para felicitar á centro estaba lloviendo flores naturales, si asi
la Exma. Sra. Condesa de San Antonio en su se puede decir, un elegante jarrón de gran ta
día. Entro ellos ha llamado nuestra atención, maño. El frente do la casa estaba iluminado ■
por sor para nosotros do novedad y buen gusto brillantemente, y causaba un efecto maravillo
el siguiente: sobro una base de jdqta cuadrilonga so la profusion de tanta claridad bañando los
y como do media pulgada de alto se levantan en árboles vecinos, las emedaderas, y todo aquel
sus cuatro ángulos otras tantas columnas del alegro mundo vegetal que contribuía con sus
mismo meta!. En el frente de cada una de ellas riquezas naturales al mejor resultado do esta
sobresale un escudo orlado de palma y laurel, fiesta. Guirnaldas do luces y flores entre lien
figurando en el centro una cinta en que se ha zos encarnados y amarillos, dispuestos con mu
llan grabados lo3 siguientes nombres: “Pera cho orden, engalanaban la fachada, y bajo un
camps," “Solsona,” “Arcos” y “Mo rolla.” Sobre entoldado espacioso se veia un rojo tapiz que
las columnas están colocados cuat ro ángeles convidaba á bailar aun á los que ménos gusta
con la rodilla derecha doblada, y las manos' le rían de este inocente placer. En estos lugares,
vantadas sujetando igual número de bandas. entro estos jardines, en esos salones, discurría
En la del frente so lee: “Banda do María Luisa,” una multitud dichosa y contenta, ostentaba la
y en las otras respectivamente: “'Gran cruz de hermosura sus gracias, la aristocracia sus ban
San Fernando, Carlos III y San Hermenegil das y cruces, la riqueza sus brillantes, la juven
do.” Descansando on el centro de la primera tud su vigor y la felicidad su sonrisa ingenua —
do las bandas citadas so ostenta un hermoso es ¿Qué hubieras dicho tú, sublime Víctor Hugo,
cudo de oro adornado con banderas, y superado que has evocado las sombras de las - mujeres
por una corona de conde. En el centro del es muertas por ol amor del baile? ¿qué hubieras
cudo so lee la siguionte inscripción:—“El Bata dicho al echar una mirada sobre esas falanges
llón de Cazadores do la Union núm. 2, á la dispuestas á dejarse arrebatar por el torbellino •
Exma. do San Antonio." Esto de la contradanza? Allí estaban algunas copias
presóme'va colocado en una bonita bandeja de de aquellas deidades que asaltaron una vez á
plata. tu imaginación fecundísima: la rubia y la tri.
Ciro de los objetos á que n .3 referimos es güeña, la joven pálida y la joven sonrosada, la '
una elegante tarjeta de oro que ademas de la quo hubiera dado la vida per una hora mas de
graciosa guirnalda con quo está orlada, lleva baile; allí estaban, como hubieras dicho quizas,
en la parte superior una banda de Damas no los alciones que se dejarían hundir con su nido
bles do María Luisa, entrelazada con una coro en ese mar de armonías y dulce movimiento.
na do duque y otra do conde. Una corona do La orquesta puso por fin en orden todas las
marqués está portunamonte colocada on el cen parejas'y empezó á cumplirse el destino do
tro, donde so lee la inscripción siguiente: “A aquella reunion: pronto onduló suavemente la
la Exma. Sra. Condesa do San Antonio B. S. elegante masa do los concurrentes y se dibujó
P. y felicita su dia, el Brigadier Torremegía.” 011 todos los rostros una completa satisfacción.
286 ALBUM CUBANO.
Pudimos entonces ir contemplando á su vez las na de rosas azules, pítimas y brillantes, de no
hermosas que pasaban, examinar sus tocados, table efecto: su traje estaba formado de va
guardar on ¡a memoria algunos tipos y traer rias dobles faldas de tul celeste sobro las que
en la mente itnpresas algunas imágenes. calan o.tras de encaje blanco recogidas en los
Llegado el momento de describir lo que ho costados con grandes rosetas nacaradas; lleva
rnos admirado no sabemos como empezar, por ba al cuello dos hilos de perlas. La Sra. Velas
que cuiíí es la primera y cuál la última? Cuál co de la Torro vestia de encaje blanco. La Sra.
>. es la mas bella? Cuál estaba mejor vestida?....... Marquesa de Prado Amono vestia tul blanco
Unas tras otras van atravesando por el diiata- guarnecido de volantes del mismo género con
j do 'campo de nuestra memoria las lindas joven- adornos punzó, la Sra. Condesa de Cañengo ves
citas, las hermosas matronas; ahora nos llama tido color de malva con encajes y cintas y os
1st atención esto grupo, dospues esta pareja; no tentaba en su cabeza flores y brillantes; la Sra,
pe.lomos dar preferencia á ninguna, no sabe- de Bustos, traje color de violeta, con vuelos
« raos á cual corresponde la primacia: si hubie ribeteados de puntilla negra y en la cabeza co
rais arrojado ¡a manzana destinada á la her rona de oro de hojas verdes. La Sra. de Tori-
mosura en aquellos salones, hubierais tenido ces vestia de gró rosado con doble falda de en
. - que subdividiria porque entro tantas damas cajo blanco; traje draperie, diadema de rosas
escogidas á quién os hubierais atrevido á con y brillantes y collar de esta misma piedra: sus
signar el premio? dos hermanas vestían de gasa blanca y lleva
Opinan algunos que ¡a dueña del palacio es ban coronas azules. La Sra. Calvo de Morales
taba mas linda que do costumbre, pero nosif- vestia puntó de.Inglate¡’ra, cuerpo de draperie
tros la hallamos como siempre. Llevaba un ves y encaje y llevaba un rico aderezo.
tido do tul blanco, adornado con corales y ho Pero no tendríamos espacio para esta revista
jas de terciopelo verde: cenia su frente una si nos pusiésemos á enumerar tantos trajes y
diadema de yedra y coral entrelazada con tantos adornos. El buen gusto que caracteriza
una corona de brillantes. En consonancia acer á nuestra culta sociedad se'esmeró en el tocado
tada adornaban su cuello hilos de brillantes y de nuestras bellas. La señorita de Cuesta; las
esmeraldas. La Sra. Condesa de O’Reilly ves Bernabens, las Orozco, las de Armenteros, las
tía de tu! blanco y adornaba su cabeza un rico de Jnstiz, Cisnero, Santaliz, Enlate, Auber,Sán
adorno de perlas y brillantes. La Sra. Genera chez, la de Alum, las de Jcnliis, la señorita Ro
la de Marina, vestia do gasa rosada de punto sario Vinageras, las de Velazeo, la Jáuregni,
con lasos do raso del mismo delicado color con las Ramirez, la Sotolongo, la del Conde de La-
vuelos do encajes y adornaban su cabeza, en gunillas, las Espolias, la de Diago, de Duques
cuello, su,s brazos y manos, brillantes de ne, la de Villena, las de León, la de Borrell,
gran precio. La Sra. Marquesa de Villalba lle todas estaban elegantemente prendidas. Her
vaba vestido tul blanco de doble falda y una mosas y bien ataviadas lucían la Sra. Montalvo
diadema de oro y rosa, y aderezo de corales. de Herrera, la do Brochero, Villaeampa, Vi-
,♦ La Sra. de Villergas vestia un lindísimo traje vaneo, Gomez de Tuero, Cárdenas, deLRio, Fer
v . de moiré antique color do cielo eon encajes de rer, y tantas otras que en la noche—«^mmrahlsi,
Bruselas y afollados de tul, salpicado de mari del 13 fueron gloria y contento de los que asis
posas de cinta de raso; su peinado formando tieron al espléndido sarao que han celebrado
corona do cinta y entrelazado con perlas figu los Sres. Condes de S. Anton’o
raba al frente una mariposa de muchísi Recogiendo qn nuestra memoria los sucesos
mo gusto. La Sra. Marquesa de la Real Cam de este sarao y comparándolo con los de mas
piña vestia do tul blanco sobre fondo de moi dulce recuerdo que conservamos, tenemos que
ré • •! mismo color con tros bullones: cuerpo confesar que este está sin duda alguna entre
liso y mangas de 1res bullones con adornos de los mas notables que se han verificado en la Ha
color verde: llevaba un magnífico aderezo de bana en esta última década. La amabilidad de
oro y brillantes. La hermosa Sra. do Aflama, los Sres. Condes de S. Antonio y la bondad de
vestia de seda azul con sobrefalda de punto su carácter les está granjeando una espontánea
blanco bordada de perlas y ostentaba una coro y sincera admiración no ya solamente de los
DH LO BUENO Y LO BELLO. 287
l'i • a
•Por qué aunque se clame mucho por el El sexo femenino debe tener mas curiosidad
sc.co fuerte contra el mirinaqtfb^jfi.sea Malakoff, que los hombres en sabor quién íao el. inventor
no so consigue desterrarlo? La razón, á mi en de semejantes instrumentos, cuyo uso parece
tender, es quo conviene igualmente á todas las reservado en todo el universo á las mujeres.
mujeres. Las flacas lo aman porque oculta lo Algunas consideran nías útil para ellas la in
exiguo de sus formas: las gruesas porque le» vención do los alfileres que la de los telesco
achacan á él su excesivo volumen. El miriña pios: y no se envanecerán poco cuando sepan
que los griegos y los romanos atribuían á una
que las iguala á todas prestándoles la corpu
mujer la invención de las agujas, del modo de
lencia que lo placo á la moda señalar como ele
hilar, de tejer, &c. Es lástima que no nos hayan
gante y graciosa. Sucede con este actual apén
trasmitido su nombre. Lo cierto es que hasta
dice dé la mujer lo que en el siglo pasado con
entóneos los pueblos se habían valido para co
los polvos: los viejos so aferraron á ellos por-
ser de los mismos medios de que se valen aun
quo Ies venia divinamente para disimular las
en el dia los habitantes de la Groelandia; esto
canas; los jovencitos porque con su auxilio
es, de huesos muy puntiagudos, de espinas, y
creían darse cierto aire, de madurez imponente.
do cosas semejantes. ¿Sin agujas, cómo se dis
El miriñaque tiene, pues, su razón do exis
pondrían esos hermosos trajes de telas finas
tir, pero si esto so les alcanza á muchos, pocos
eon quo se engalanan nuestras bellas? No esmé-
serán los que hayan comprendido la trascen
nos la utilidad de los alfileres: eif el tocador son
dental influencia de esos globos do crinolina y
de absoluta n ccesidad. Su uso comenzó en Fran
almidón. Oh! espantaos profundos pensadores
cia por el año do 1540; y Catalina Howard,
del siglo XIX!—Sabed que estamos amenaza
mujer de Enrique VIH, los introdujo en Ingla
dos de una revolución en la vida social. El mi
terra en 1543. Las primeras agujas que se vie
riñaque va haciendo preciso dar nueva forma
ron en Inglaterra las fabricó un indio en 1543;
á las sillas, ensanche desmedido á los carrua pero habiéndose perdido el método con su muer
jes, anchura superlativa á las puertas, corre
te, lo encontró de nuevo en 15G0 Cristóbal
dores, y pasillos do las casas: mas aun, exige
que se permita perpetuamente la libro intro Greening.
ducción de cereales, porque el enorme consu
mo del almidón nos pone al borde de una cri
sis tomiblo. ¡A cuántos trastornos y convulsio
nes políticas no puede dar lagar la carestía del
pan en la Europa!......
Pero no; consolémonos: la moda es felizmen
te voluble, y podemos esperar todavía que
caiga el malakoff.......como cayó el imperio AVISO- ——----------
romano! Como cayó Napoleon I volviendo la
paz al mundo! Como cayó, en fin, en poder de Siguen de venta en la librería de Charlain
otro Napoleon, la célebre torre cuyo nombre y en la Secretaria del Liceo, los poquísimos
ha usurpado! ejemplares que aun restan de las poesías de
la Sra. Avellaneda, á $1 4 rs., así como las
novelas Espatolino á 5 rs., Dos mujeres á
$1; y los dramas Baltasar á 6 re., y Tres
amores á 5 rs.
ALBUM CUBANO
EE
LO BUENO Y LO BELLO.
y progreso. ¿Ni quién podria adivinar hace blos se manifiestan por trastornos y distur
medio siglo los portentos realizados por la bios que conmueven y sobresaltan al cuerpo
ciencia desde que ha salido de su desdeñoso social.
aislamiento, para ilustrar las creencias, sua Gracias, sin embargo, al mismo progreso,
vizar las costumbres, templar las pasiones tantos elementos trastornados y disueltos se
brutales, producir maravillas y milagros en reúnen y consolidan. La llamada clase me
la industria, y ponerse al servicio de todo el dia ha conquistado una posición indepen
mundo? diente y digna, á fuerza de trabajo y de eco
La edad media habia encerrado laboriosa nomía. La masa genera! del pueblo, que dis
mente en estrecho y opresor recinto una ci fruta derechos que antes le estaban vedados,
vilización mezquina, bajo el pesado yugo de que participa de la vida intelectual reserva
la inmovilidad de un despotismo supersti da en otros tiempos á un puñado de hombres,
cioso, que no alcanzabaá comprender la ley aprovechando estos recursos de que han ca
del desarrollo de la vida social. ¿Qué extra recido nuestros padres, sabrá imitar el ejem
ño, pues, que la explosion fuese violenta, de plo de aquellos, elevando el nivel á que ha
masiado violenta sin duda alguna, y que al estado reducida sin aspirar á destruirlo. Es
destruir una civilización sepultase en sus peremos confiados esta transformación y pre
ruinas hasta sus gloriosos recuerdos? vengamos, en tanto, los trastornos y desór
denes á que puede dar lugar.
Arrancáronse, en efecto, de raiz los ci Pero los principios proclamados han dis
mientos en que se hallaban basadas las rela pertado ya—á la vez que aspiraciones legíti
ciones sociales, sin dar lugar á que se levan mas — ambiciones exageradas é insensatas
tasen los que debían servir de apoyo y sos entre la multitud; ambiciones que son la a-
ten al nuevo orden decosas.IIaiiárouse fren menaza del orden existente. ¿Nos encogere
te á frente sentimientos y hábitos antiguos mos de hombros y cruzaremos de brazos an
con las nuevas convicciones; porque el sen te esta amenaza? A nuevos peligros aplique
timiento no avanza al compás de la inteli mos nuevos remedios. Busquemos el origen
gencia. Pusiéronse en tela de juicio los prin del mal para arrancarlo. Hagamos conocer
cipios mas santos, llevando la discusión y el á esas clases honradas y laboriosas su verda
combate á todos los terrenos. Las fortunas dera posición en el mundo, los beneficios con
cambiaron de poseedores, y el trabajo.no pu que les brinda la civilización moderna, las
do organizarse de pronto bajo un sistema re dificultades y peligros de que les rodea, y
gular y fecundo. Las consecuencias de todo encaminémosla por el buen sendero. Ense
esto eran naturales. No cabían la calma y la ñémosle á desconfiar de engañosas ilusiones
tranquilidad entre ruinas y escombros; no
y á buscar el fundamento de la dicha en el
era posible la armonía entre la teoría y la
orden, en la prevision, en el trabajo y la eco
práctica, entre los hechos y los principios;
nomía, y sobre todo en las doctrmas'de la
las pasiones debian mezclarse en todo y so
sana moral. Proporcionémosle, en fin, la e-
breponerse á la razón hasta ofuscarla casi
ducacion conveniente á su estado y necesi
completamente. Pe aquí la inquietud y el
dades. Hé aquí el remedio de los males que
sobresalto: el contraste y las luchas encarni
nos amenazan; hé aquí el problema de la so
zadas y sangrientas, el orgullo, el egoísmo,
ciedad moderna.
la ambición desenfrenada y todos los males,
en fin, de que aun estamos amagados en par ir.
te. La nueva sociedad tenia que pasar por la
infancia, y sufrir los dolores y convulsiones Con el nuevo órden social se destruyeron
de los cuerpos organizados hasta que se re los lazos que impedían los movimientos y el
gulariza la vida; dolores queenla de los pue desarrollo de la multitud, dejándola, sin em
DE LO BUENO Y LO BELLO. 291
que obran por puro egoísmo, reprueban á aprecio y consideración en todos los estados
una voz el desarrollo intelectual de las ma y posiciones, y se apagará esa sed, al pare
sas y hacen inútiles esfuerzos para contener cer insaciable de cambios y novedades. llá
lo. Concíbese bien la ignorancia completa gasele conocer que la dicha depende de una
del pueblo en otras épocas, llevada basta el vida tranquila, sencilla y laboriosa, y se ce
punto de que desconociese la dignidad hu gará el origen impuro de la ambición y el
mana. Hoy que han cundido las ideas entre orgullo. Para esto, encamínesela instrucción,
la multitud, que han penetrado las buenas y ante todo, á formar el carácter; á arraigar y
perniciosas doctrinas hasta las aldeas mas so desenvolver en el corazón las inclinaciones
litarias y apartadas, no hay fuerzas humanas virtuosas, á engrandecer el espíritu, á desar
capaces de reprimir su desarrollo. Los me rollar el juicio, á fortalecer la razón é ilus
dios empleados para hacerlas retroceder lo~ trar la conciencia, lié aquí en qué debe con
grarian á lo sumo desviarlas de su marcha sistir la instrucción popular.
regular, extraviarlas, exponiéndose áque en Organizar esta instrucción, prescindiendo
lugar de la luz, se generalizasen elerrory los del actual estado de la sociedad y de I03 pro
sofismas, y que sustituyesen á la ignorancia gresos de la civilización, seria abrir un abis
conocimientos falsos y erróneos, mil veces mo: reducir la instrucción por temor al abu
mas funestos. Aunque fuese justo y hacede so es exponerse á falsearla y corromperla:
ro privar á la generalidad de los hombres del darle una extension desmedida equivale a fo
desarrollo de las facultades con que les ha mentar el germen de males ciertos é inevi
dotado el Criador ¿no seria esto en la actua tables. El problema está en determinar cuál
lidad, poner un instrumento ciego á disposi ha de serla esencia y cuáles los límites de los
ción del mas audaz, cuando los aconteci conocimientos que se propaguen entre el
mientos ó las pasiones de los hombres pro pueblo, y cuáles los medios de hacerlos úti
mueven la agitación y el desorden? No es, les y provechosos y de evitar el abuso.
pues, la ignorancia medio á propósito para La educación popular debe proporcionar
conjurar la fermentación naciente; ni alcan la instrucción necesaria para desenvolverías
za tampoco á prevenirla la fria luz de la in facultades del hombre como hombre, y los
teligencia. La instrucción del pueblo ha de conocimientos elementales de aplicación in
preparar el terreno para extender las semi mediata en las profesiones á que se destina
llas del orden, del trabajo y de la virtud; ha la generalidad. Debe ante todo atender al
de ser un elemento de educación, y de edu desarrollo intelectual en perfecta armonía
cación profundamente moral y religiosa. con el moral y religioso, y en segundo tér
La instrucción solo ofrece peligro cuando mino, á facilitar el trabajo y hacerlo mas lle
se la considera como objeto y no como me vadero con los recursos que suministra la
dio; cuando se abusa de ella por la perver ciencia, en cuanto puedan ponerse aPalcan-
sidad de los hombres. Si es puramente ma ce de los que están privados de estudios es
terial sin alma y sin corazón; si nutre el es peciales, subordinando todas las enseñanzas
píritu de quimeras irrealizables y extravíala al principio moral y religioso.
inteligencia, es un azote terrible para el indi Sol aja religion, en efecto, la fé cristiana,
viduo y para el cuerpo social. Por el contrario, puede servir de base sólida é indestructible
cuando se encierra en justos límites produce al deber, porque es el único principio verda
beneficios inmensos. Enséñese á la multitud dero que ha resistido y resistirá los emba
á buscar los recursos para satisfacer las ne tes de los siglos. La religión que nos revela
cesidades-propias de su situación, haciéndo nuestro origen y el fin para que hemos sido
la comprender al mismo tiempo que el hom criados; que sin romper con la antigua tra
bre cumpliendo sus deberes, es digno de dición humana favoíbee el progreso y nos
DE LO BUEXÛ r LO BELLO. 293
lleva hacia la perfección; que nos enseña la hondamente en el ánimo ideas y conviccio
ley de lo pasado y la del porvenir, ea el se nes que suelen dominar al hombreen el res
guro guía del hombre en todos tiempos, — to de la vida. En ella, pues, deben concen
especialmente en medio de la confusion y trarse las miras de los gobiernos, y de cuan
vaguedad de ideas y opiniones encontradas tos se interesan por el bien-estar y los ver
que se propalan sin cesar en nuestro siglo— daderos progresos sociales; pues que en su
y debe constituir los cimientos de toda edu modesto y olvidado recinto empiezan á for
cación. El sentimiento religioso y moral, marse las generaciones que nos van á suce—
profundamente arraigado, prepara el terreno 'der, y desde entonces es preciso someterlas
para hacer fecundas las eternas verdades que á una dirección acertada y conveniente. Allí
han de germinar en él. Después de desen ademas del bien que se prepara, la esperan
volver el sentimiento no necesita la masa del za del porvenir á vista de la inocencia, in
pueblo la explicación de las teorías de la mo funde aliento para no desanimarse en laobra
ral, ni el análisis ó exámen de ios artículos de la regeneración con el espectáculo del
de la fé, sino sanos preceptos y dogmas pu presente.
ros, presentados con toda la autoridad que No es posible desconocer, sin injusticia, el
llevan en si mismos por su propio origen, y impulso que ha recibido la primera educación
hábitos virtuosos que conduzcan irresistible en nuestro siglo. Todos los países se han im
mente á obrar bien, aun sin esperar el im puesto costosos sacrificios en favor de las es
pulso superior qne se manifiesta eu el fondo cuelas; pero apenas han penetrado, las refor
de la conciencia. Con tales disposiciones no mas hasta el fondo, hasta lo que debe cons
habrá que temer la difusión de las luces y el tituir la esencia de tales institutos. Se ha-
desarrollo de la instrucción entre la multi modificado el aspecto exterior, se ha organi
tud. zado la disciplina, se ha simplificado la en
señanza, pero falta mucho para que la edu
Todos los elementos sociales influyen si
cación, á lavez que cimentada en sólidas ba
multánea ó sucesivamente en esta educación,
ses, esté conforme en un todo con las nece
de suerte que el hombre aprende con el ejem
sidades de la época. Complétese la obra y
plo de cuanto le rodea, y se impregna en las
desde entonces, rodeado el niño en la escue
ideas dominantes sin buscarlo y hasta sin
advertirlo. La iglesia, los libros, la prensa
la de una atmósfera pura y saludable, prote
gido en los primeros pasos de la vida, ilus
periódica, la enseñanza directa y metódica,
trada su razón, y sobre todo, bien dirigida
las relaciones sociales, el espíritu nacional,
su voluntad, apreciará la dignidad de la cria
las tradiciones que constituyen en gran par
tura racional, será hombre honrado y labo
te la vida del pueblo, son influencias que es
rioso en todas circunstancias, ejercerá con
preciso aprovechar para restablecer el respe
habilidad la profesión á que se dedique, y se
to á la autoridad, debilitado en nuestros
considerará y será realmente dichoso con el
dias; respeto que en los pueblos libres real
fruto de su trabajo.
za la dignidad humana, porque es una con
Comiéncese la educación popular bajo tan
secuencia de la voluntad ilustrada y no de
favorables auspicios y el influjo de los demas
la fuerza material, y para arraigar en el co
elementos sociales destiuados á completarla
razón sanas doctrinas y hábitos saludableay
será también fecundo.
duraderos.
Entre estas influencias la escuela de la ni Mariano Carnerera.
ñez tiene grande importancia, porque ejerce
acaso el primero y mas poderoso impulso en
favor de la educación popular, imprimiendo
294 ALBUM CUBANO
IL-..-
DE LO BÜEXO Y LO BELLO. 295
Sí
arde en su mente. Ni la severidad de los es El papel que representan los niños en los
tudios metódicos, ni el hábito de la medita pueblos es en todos conceptos digno de se
ción, ni el interes que encierra el libro que vero estudio, porque de ellos provienen las
se tiene á la vista, son motivos que podrían generaciones y no sé que haya algo mas im
hacer prorumpir al literato en un arranque portante que la primera palpitación de la ro
de cólera en la hora feliz en que se acerca á busta vena do las sociedades: ellos son el em
perturbarle uno de aquellos que provienen brión de lo que está por venir y si no pone
de él, que han dormido en su seno los pri mos gran empeño en la organización de lo
meros sueños, que son pedazos de su propio desconocido, mañana tocará á nuestras puer
corazón. “Algunas veces, dice Victor Hugo tas Caligula y querrá dejarnos una serpiente
en armoniosos versos, al remover el fuego que nos devore; Nerón procurará incendiar
en la chimenea nos ponemos á hablar de la una ciudad para perseguir á los que tengan
patria, de Dios, de los poetas, del alma que fé en el Cristo; resucitará Alarico; vendrá el
se eleva en sus plegarias; pero aparece el ni caballo de A tila y donde ponga las plantas
ño y adiós el ciclo y la patria y los poetas no volverá á nacer yerba.
sanb s! La g « co. versación queda deteni-
Del alimento cotidiano que hemos de dar
<4 \ di una sts. "isa.. ■* én este sen-
á la infancia dependerá la salud de la puber
ido unj stenedqr de unción, un en-
tad y la hermosura del estado viril. Tene
,.?i indispensable en .. sociedades priva
mos que preparar el terreno en que hemos
das; sirve de estímulo para los buenos senti
sembrado el arbolillo y si es posible limpiar
mientos, sirve para desarrugar la frente del
la atmósfera que le circunda de aquellos flui
filósofo, para hacer soñar al pintor, para
dos nocivos que se exhalan en las cercanías
templar en tonos celestiales el arpa de! poeta.
para que las condiciones exteriores no inter
Sobreviene el deber que tenemos de edu rumpan los fenómenos nutritivos: tenemos
car á los que dependen de nosotros y se sien que separar los vegetales inútiles que pue
te un regocijo secreto al ir perfeccionando den ahogar su existencia: tenemos que re
lentamente nuestra obra. Muerta de una vez garlo, que presentarlo á la luz, para que en
la austeridad paterna y agonizante el despo cuentre en el agua y en el aire las sales de
tismo escolástico, la via por la cual encami los elementos de sus órganos; para que se a-
namos á los niños los conduce fácilmente á I i men te y crezca.
aquellas regiones apacibles en que mana agua El amor á los niños moderará las inclina
bendita el limpio raudal de la instrucción ciones, hará delicioso el hogar, estrechará
verdadera. En esta hora comienza á efectuar los vínculos de la familia, é impulsará cons
se la misión de mas trascendencia que veni tantemente el progreso hácia su esfera inde
mos á cumplir en la tierra. El interes de ha finida. Vemos sin embargo que muchos de
cer de los niños unos hombres útiles, impul estos desgraciados pequeñuelos nacen sin
sa los conocimientos y establece la corres culpa á probar todo lo que tiene de amargo
pondencia mutua entre los que vienen á la el crimen, y el abandono brutal de tantas
vida y los que van á la muerte; así está or criaturas inocentes es todavía un hecho que
denado para que se mantengan las ilusiones encuentra imitadores. Miéntras haya una
y se multipliquen las esperanzas: así está mujer infame que deposite en la3 puertas de
dispuesto para que se vayan renovando las un templo un bulto en que deja un pedazo
sociedades, para que se desarrolle la ciencia, de sus entrañas, miéntras haya jóvenes que
para que haya flujo y reflujo, para que sea tomen parte en uno de esos proyectos en que
constante el renacimiento, para que perma no solo se ataca á los nacidos, sino muchas
nezca la juventud que es la fuerza motriz veces á los que están por nacer, es evidente
que hace mover la máquina moral. que la maldad y la ignorancia se están dan-
296 ALBUM CUBAKO
do an beso impuro en la oscuridad y que es qué piensas? Te hace falta un niño que per
tá por tanto amenazado el reposo público.— petúe tus virtudes, porque eres el elegido pa
Violentar pues el primer instinto, envilecer ra caudillo de gente fuerte; desarruga tu ce
la maternidad, asesinar á un ser indefenso ó ño, pronto nacerá Isaac, et habebil filium Sara
contribuir á su asesinato, exponer los niños uxor iua!
á que los devore el diente del animal que pa Juan Clemente Zenea.
sa, es echar un plomo odioso en el platillo
de la balanza de la conciencia, es desordenar
la armonía moral, es socavar por su base la
obra perfecta de Dios. ¿Cuál será el que en
tal estado de cosas cumpla con la ley á que
está sujeto? El filósofo que piensa, el poeta
que canta, el que protege las ciencias y alien
ta las artes, el que funda colegios, el que por BOSQUEJOS LEVANTINOS.
cualquier medio esparce en torno suyo la luz
regeneradora, el que abre los ojos al ciego.
EL BABE.U-LAS '<*!*' « «»ALi ,A-M l,Mí
Al contener la esterilidad el curso apaci
ble de los acontecimientos naturales, no solo Una virgen h. -t in. orado »or A n
hace llorar de pesadumbre á los dioses pena desconocido, y mientras va al bañ,., irr. i.
tes, sino que hace aparecer como maldecida bles manos siembran ramilletes b¡ jacintos
la raza y funda así el tedio entre los enlaces por su camino. Las sirvientes de los baños
íntimos. Dignos de protección por su debili que hacen el oficio de Mercurio, le hablan
dad, agradables por su belleza, interesantes de cierfo efendi que aspira á poseer su cora
por su incierto destino, los niños son los lla zón, como un ruiseñor suspira por la pose
mados á remediar un órden de cosas que es sión de una rosa. La rosa no sabe escribir,
contrario á la felicidad, y reclaman el cariño y por lo tanto no se expone á comprometer
de grandes y pequeños: perverso es aquel se con billetes amorosos; pero la mediadora
que no dice al verlos: Dejadlos que vengan d se encarga de responder al efendi que sus
mí! En ellos encontramos un espejo de nues obsequios no desagradan. Este se dirige en
tro pasado, una continuación de lo que so tonces al padre y le pide la mano de su hija.
mos y una esperanza de lo que será el por Dado el consentimiento se manda á la jóven
venir del género humano. Por eso os he ma que ame, honre y obedezca á su marido. Fi
nifestado que cuando el amor hace gracia jado el dia del enlace, se casan ante el cadí,
de la fecundidad á nuestras mujeres, hemos y los rayos que se desprenden de las mira
recibido la primera bendición y Antes que os das del efendi se reflejan por la primera vez,
lo asegure yo ya lo han asegurado las eter en el aposento nupcial, en los ojos de la des
nas verdades tie la historia y la ley de las ar posada.
monías del universo.—¿Qué haces, patriarca Todas sus compañeras envidian el cambio
de Israel, sentado durante el mayor calor ocurrido eu su situación: si es la úuica mujer
del dia á la puerta de tu tienda en el valle de su esposo, reina en el serrallo sobre una
de Mambré? Tu esposa es anciana y su cria tribu de esclavas, y si, al contrario, su marido
da la lia despreciado porque es un árbol sin tiene dos ó tres mujeres mas, participa con
flor, porque no ha dado á luz un ser que le ellas de los placeres de su imperio doméstico.
sobreviva; tu rostro indica que no estás con Cada semana su marido le da periódicamente
tento, tus ojos fijos en la tierra han dado á una prueba de su afecto conyugal: entra en
entender á los viajeros enviados del Señor el serrallo á las doce y vuelve después de po
que hay eu tu alma alguna melancolía. ¿En nerse el sol, cuaudo ha acabado sus pa-
DE LO BUENO T LO BELLO- 297
seos sucesivos por los diferentes bazares. Ha con un instrumento parecido á una espine
ce sus abluciones vespertinas; una de sus mu ta; y la tercera ostenta bailando la elegancia
jeres le perfuma la barba con una botellita de su talle. Su señor no echa el pañuelo á la
de esencia de rosa, miéntras que otra le pre que prefiere, como se supone en una tabula
senta uu espejo con mango de nácar, y la popular; bástale una sonrisa. Luego que se
tercera le alarga una servilleta bordada. Las conoce que una de las beldades del serrallo
mujeres están en pié durante las comidas de es preferida á sus compañeras, se la obsequia
su señor ó marido, y cuando ha acabado de con el mayor respeto. Cuando va al baño se
comer, traen para ellas cierto número de distingue por la altivez de su continente.
manjares adicionales. La crianza consiste en ¡Desgraciado del cristiano que se encuentra
comer sin glotonería las golosinas que les entonces en su camino!—Las damas turcas
presentan y á las que son sumamente aficio de distinción me han insultado con mas fre
nadas. cuencia que las del pueblo. Parece que el
Cuando se ha acabado la cena, se retiran fanatismo de las mujeres crece á proporción
los criados, y los concurrentes beben rosolv, que su categoría. Es menester que el viajero
he visto á algunas señoras turcas que toma se acostumbre á oirlas murmurar en sus oi
ban tres ó cuatro copas en el espacio de diez dos, cuando pasa á su lado: “ojalá la peste
minutos. El amo del serrallo recibe por lo caiga sobre tu casa! ¡ojalá los pájaros ensu
común su pipa de manos de una joven es cien tu barba pelada, y que la mujer con
clava que se la presenta de rodillas, y por la quien te cases sea estéril!”—Estos son sus
mañana una de.sus mujeres leda el café, be cumplimientos acostumbrados con los ex
sándole respetuosamente la mano. En esta tranjeros; por lo ménos tal nos trataban An
hora del dia solo se atreven á sentarse delan tes de la guerra de Oriente, pues parece que
te de él las que tienen el honor de ser ma después estos instintos de repulsion se en
dres; pero después de la comida vespertina cuentran modificados.
se destierra toda etiqueta, porque no es cier Un dia que yo mehallaba dibujando en la
to, [como dice el señor Pouqueville] que los llanura de Dolma Batchi, se acercóámí una
turcos conservan su gravedad aun en el in mujer turcaacompañada de un esclavo negro
terior de su serrallo: al contrario, se entre y de algunos niños, y después de haber con
gan á la mayor licencia en sus orgías noctur templado mi dibujo por encima del hombro
nas, y sus ruidosas carcajadas resuenan has se colocó en frente separando el velo y ha
ta las casas vecinas. Esta misma gravedad ciéndome seña de que la retratase. Conside
del Osmanli, durante el curso del dia, me róla atentamente y empecé á delinear sus
parece resultado de los excesos de la noche facciones. Era tan bonita que no pude mé
anterior. Algunos be visto que permanecían nos de enviarle un beso con la mano como
todo el dia tendidos en sus almohadón, fu hacen los niños en Francia. Púsose colorada
mando su larga pipa, miéntras que fina de y llenándome de denuestos hizo un ademan
sus mujeres, comunmente la preferida, le ha como si fuese á desenvainar un sable. Cono
cia cosquillas ligeramente con los dedos en cí mi imprudencia, y fingiendo no reparar
la planta del pié. Este es uno de los mayo en su cólera seguí dibujando una vista de
res deleites del serrallo; y un aficionado al Eseútari. Cuando observó que no continua,
opio me decia que en sus deliciosos sueños ba su retrato me hizo una caricia en el hom
se imaginaba siempre que le Inician cosqui bro con voz suave y halagüeña. Cediendo á
llas las liuris celestes de ojos negros. la seducción de estos halagos iba á volver á
Las mujeres se dedican continuamente á mi grata tarca, cuando espantado por notar
grangearse la voluntad de su común esposo: que se acercaban algunos turcos, se retiró
una le borda un rico vestido; otra le divierte prontamente echándome miradas significati
72
I
298 ALBUM CUBANO
gloria de haber contribuido poderosamt nte á y estéril, ó del amor desengañado y vendido, se
inspirará los atenienses el gusto por ¡as bellas pintaba en los labios.
artes, de haberles dejado una Academia de elo En la primavera de la vida perdió á sus pa
cuencia y poesía, de que durante su influencia, dres; y convertida por esta terrible desgracia
en fin, alcanzó aquel pueblo—cuya decadencia en cabeza de familia, sirvió de madrea sus her
fue luego tan rápida—el brillante apogeo de su manos pcqucfiuclos. Así, condenada á no gozar
ilustración y de su gloria. nunca los santos placeres de la maternidad, co
noció y sobrellevó desde muy temprano sus
G. G. de Avellaneda. graves deberes y sus tremendos sinsabores. Eué
madre para amar y padecer: no para gozar y
ser querida.
»
do la naturaleza? En vano la naturaleza y la ra al menos el valorde cargar con la responsabili
zón te justifican antela conciencia, que es el re dad de sus propios actos.
flejo de Dios; porque los hombres han querido Al fin, el noble corazón incapaz de fingimien
<que tu razón sea muda, tu naturaleza insensi to, y demasiado débil ó demasiado fuerte para
ble, y tu conciencia esclava.” sobrellevar un tormento perpetuo, entra en
• Así blasfeman las pasiones humanas cuando cuentas consigo mismo, y súmalos sufrimientos
no vuelan regidas por el freno saludable de la añadiendo á cada dia del año todas las horas
religion. del dia y todos los minutos de cada hora. El
Ahora bien: el peor estado de la criatura ra total es el suicidio.
cional no es el de ser desgraciada por la culpa ¿Hace bien? ¿Hace mal? Compadezcamos, no
cuando la culpa va acompañada del remordi condenemos. De la aritmética del corazón solo
miento; porque Dios ha querido que éste nos Dios conozca, solo Dios juzgue. Ningún corazón
consuelo al mismo tiempo que nos castigue y puede medir la fuerza ni la debilidad de otro
fortifique. Y nos consuela, porque rehabilita y corazón: nadie tiene la medida de su propio
aviva en nosotros las ideas de la justicia divina, corazommucho menos del ajeno.
nos reconcilia con nosotros mismos, y nos hace Pues sucedió que esta mujer tuvo del amol
reconocer, con cierto noble orgullo, que aun las espinas, no las flores.
tenemos fuerzas para elevarnos hasta la contri Cuando las leyes de la sociedad le permitie
ción y la enmienda. El remordimiento es laJan- ron amar, amó y no fué amada. Cuando las le
za de Aquiles con su virtud fabulosa de curar yes de la sociedad quisieron imponer silencio al
las heridas que hacia. corazón, el corazón habló; pero habló consigo
mismo: habló para el sacrificio, no para la frui
No: el estado peor de la criatura, su estado
ción. Cuando el corazón habla así, es como la
de muerte, es el de no poder ser dichosa por la
madre que concibe y nutre á su hijo para en
acción que considera permitida según su razón, tregarlo después, crecido y bello, al cuchillo de
al paso que la ve criminal según el mundo.
un verdugo.
En esta lucha del orgullo que huye de la ver Y llegó un dia en que al mirar en deredor de
güenza pública, contra el instinto y el pensa sí, se halló sola: con su pasión sin esperanza.
miento que tienden à emanciparse de la socie Así se halla algunas veces el que viaja en un.
dad, padece el corazón el tormento de Tántalo: desierto: con sed y sin agua. Y dijo: “beberé
mas duro, mas cruel aun, por cuanto no es la la lluvia del cielo, si cae;” y la lluvia del cielo
fuerza ajena, sino la propia, mal dirigida, la no cayó.
que nos impide gozar del bien á que nos es im La lluvia del ciclo es la esperanza. Entonces
posible renunciar. Esa es la lucha de los Tita la sangro, con el ansia de la sed, se enardeció y
nes contra el cielo: lucha desesperada en que las corrió corno fuego por las venas; quemó el co
armas lanzadas contra los enemigos, se vuelven razón y trastornó la inteligencia.
por sí mismas á herirnos, sin ofenderlos, en lo Y cuando la inteligencia se trastorna, el pen
mas vivo de nuestra llaga. Es el combate impo samiento de la muerte es el pensamiento de la
sible y monstruoso de uno contra todos, de la felicidad.
criatura contra el mundo, de la unidad contra Yo vi su cadáver arrojado por las aguas del
lo infinito: combate triste, en que el vencimien Guadalquivir á una playa desierta. ¡Qué cadá
to es la muerte, porque es el sacrificio; y en que ver! No se conocían sus facciones. Los ojos, co
la victoria es la vergüenza, porque es la felici midos por los peces del rio, ya no existían: en
dad adquirida por la culpa. El mundo perdona su lugar habían quedado dos cavidades profun
la felicidad que obtenemos engañándole; no la das llenas de arena, salpicadas de sangre. La
que conquistamos venciéndole: mata el valor, .* nariz había desaparecido casi enteramente; y
corona la perfidia. La hipocresía obtiene el lau las mejillas nó eran mas que dos masas infor
rel: á la franqueza da el cadalso. Triunfa en él mes de carne lívida, jaspeada de vetas azules,
Ja adúltera solapada que lleva los ladrones al moradas, rojas, amarillas: de todos los colores
bogar paterno; y perece entre el fango la ra de la muerte. La boca se había contraído de
mera que solo se daña á sí misma, y que tiene una manera horrorosa, formando con los labios
DE LO BUENO Y LO BULLO. 303
un hoyo del cual manaba, como de una sentina ces de la iglesia en favor del alma que había
asquerosa y fétida, una agua negra á veces, à animado á aquel cuerpo, y que no había incon
veces verdosa, las más sanguinolenta. Los piés veniente en echar á éste encima la misma tier
y las piernas estaban desnudas, y es imposible ra que á todos, en el lugar que á todos perte
describir los infinitos colores que tenían: eran nece.
los colores de una carne primitivamente blan Miéntras el sacerdote rezaba por lo bajo las
ca, y ya en putrefacción. Lo único que se con sublimes oraciones que la religion católica lia <
servaba intacto era el pecho: albo, turgente to consagrado á los muertos, unos pocos amigos
davía: un pecho de virgen, en el cual se veia, de la difunta, que como únicos doloridos asis
acaso por disposición de la Providencia, el tes tían á su entierro, examinaban atentamente sit
timonio de la inmaculada castidad de la vícti cuerpo desfigurado tapándose las narices. A
ma. Los vestidos se hallaban pegados à trozos algunos se les ocurrió arrepentirse de hallarse
en el cuerpo: tal giron cubriendo parte de la allí; alguno hubo que al ver tal ó cual parte
deforme cabeza: cual otro la espalda: un refajo destrozada del cuerpo muerto, observó que
encarnado la cintura hasta las rodillas. Los ca cuando vivo debia haber sido bellísima: solo
bellos yacían esparcidos sin orden, húmedos, tres lloraban.... y uno de estos, para impedir
pegajosos y salpicados de arena, por el rostro la profanación del cadáver, cubrió con sus pro
monstruoso y sobre el cuello horriblemente hin pias ropas el rostro deforme y el pecho desnu
chado y partido con una soga de esparto. Esta do de la infeliz.
soga fué empleada para sacar el cadáver del Abierto el hoyo, se trató de bajarla á él: pe
rio, y nadie había querido ó se había atrevido ro era poco ménos que imposible esta opera
á quitársela. ción, por cuanto el cadáver se deshacía mas y
Hubo muchas dificultades para conducir este mas á cada instante.
cadáver desde la playa al cementerio de un El hombre ebrio propuso volcar las andas
pueblo cercano. Los mas querían que so enter desde lo alto de la sepultura; pero quiso ajustar
rase allí, entre la arena, como una piedra des antes su trabajo. “¿Quién me paga y cuánto se
preciable: y en realidad, menos que una piedra me paga?” gritó; y el mendigo inválido indicó
despreciable era aquel cuerpo, porque era la ta el precio. Concertados ó no de antemano entre
bla rota de un naufragio. sí para obtener por medio de una farsa mas di
Un hombre ebrio, cubierto de andrajos, y un nero, ello es que aquellos dos miserables discor
mendigo inválido, se decidieron por fin á tras daron en este punto, vomitando el uno contra
portarle, con la esperanza de ganar algunos el otro denuestos ó imprecaciones horribles
cuartos abriendo el hoyo? el vicio y la mendici que hacia n herizar los cabellos. Fué preciso
dad especulaban con la muerte do la suicida. calmarlos conviniendo en pagar el precio sefia-
No vi la compasión en ningún rostro: la cari lado por el hombre ébrio, que era el mayor.
dad en ningún pecho. Los espectadores comen Seguido el consejo, fué arrojado el cadáver á
taban, cada cual á su manera, aquella muerte; la sepultura desde lo alto del monton de tierra
y reparé que todos, unánimemente, la explica extraida de ella, y cayó dando un gran golpe-
ban con motivos torpes ó siniestros. La mayor que le deshizo. Por lo común vemos descender
parte de los hombres no conciben que se pueda los muertos á la huesa decentemente vestido»,
morir por virtud, por necesidad ó por gusto. y con cierta compostura y solemnidad. Coló-
¿Depende esto de que son dichosos, ó de que canse sus manos cruzadas sobre el pecho en la
son malos? Depende de que son egoístas y co actitud del ruego y do la oración, cual si implo
bardes. Fingen ignorar que á la muerte volun rasen la misericordia divina: sus ojos, cuando
taria, no contando el caso común de demencia, abiertos, si bien fijos y vidriosos, miran al cic
pueden conducir las mas nobles pasiones (ex lo. El cadáver de la pobre mujer, con la c-aida
traviadas sin duda, pero dignas de conmisera quedó desnudo, expuesto á las miradas desver
ción), y atribuyen à cobardía ó a maldad el gonzadas de aquellos hombres sin alma. Y ca
suicidio, para poder vivir con honores de va yó con el rostro hacia la tierra; y sus brazo»
lientes y virtuosos. abiertos en opuestas direcciones, la abrazaban
Por fin so decidió que pGdian hacerse las pre cual ai lucharan con ella. Tal estaba, que me-
304 ALBUM CUBANO.
DE DO BUENO Y LO BELLO. 305
lia parto del monto. La oscura entrada deia tio Pedro á quien estaban muy lejos de querer
cueva estaba allí lóbrega, triste, solitaria. En bien, participando del sentimiento de antipatía
su negro fondo uniforme se dibujaba una for que generalmente inspiraba, pero cuya llegada
ma confusa que cual esas figuras caprichosas les causó gusto en aquella circunstancia.
que asustan á los niños en una sesión de fan —Lapaz de Dios sea en esta casa!—dijo en
tasmagoría, fue creciendo gradualmente ha trando en la cabaña y sacudiendo sus vestidos
ciéndose cada vez mas distinta hasta adquirir empapados por la lluvia.
el aspecto y proporciones de una mujer; pero —Ella venga con vos, tio Pedro—contestó la
de alta estatura y de robustas formas. Vista anciana.
confusamente al traves de los semi-transparen- —Mal tiempo á fé! Si el agua arrecia y se
tes vapores que por delante de ella pasaban, llenan los barrancos, mucho daño causará en la
pareció á las asustadas aldeanas mas bien que llanura.
una mujer un fantasma. —Ko lo permita Dios!—exclamó la anciana.
El terror de ambas llegó á su colmo cuando —Lo que es á nosotros, poco debe importar
el extraordinario objeto que las fascinaba des nos. En el Agua Mansa estamos seguros, á pe
pués de haber dejado la gruta subió á una emi sar de la mucha corriente del barranco inme
nencia inmediata donde resaltaba mas su esta diato. ¡Qué locura la de Julian en haber ido á
tura imponente. Allí, desafiando la furia del coger orchilla por aquel lado!
viento que agitaba su vestido y cabellos suel —¿Cómo?—exclamó María vivamente toman
tos por una ráfaga que arrebatara el pañuelo do la palabra por primera vez.—¿Le ha visto
que los cubría, permaneció inmóvil durante al Vd., tio Pedro?
gún tiempo mirando tranquilamente el desor
—Ko hace mucho tiempo que le encontré en
den que la rodeaba. Después llevando sus ma
el camino. Le aconsejó que no fuese al barranco
nos á la boca, dió un agudo silbido.
hoy, pero él no quiso hacerme caso. J ulian tie
Entonces como por encanto, en otra eminen
ne muy dura la cabeza, y temo que su terque
cia inmediata separada de aquella por una pro
dad ha de causarte mas de un disgusto si per
funda quebrada on la cual encajonadas las nu
sistes eii la idea de casarte con él, María. .
bes corrían velozmento agitadas cual las aguas
—¿Cree V. que pueda correr algun peligro?
de un torrente, apareció un hombre, el cual ar
—preguntó la joven con ansiedad.
mado de una prolongada lanza que en la mano
—Los locos siempre están en riesgo y lo ha
llevaba, la apoyó on un costado de la eminen
cen correr á los demas....... Pero ¿á qué apurar
cia por un extremo, agarró el otro con las dos
se? El que busca el peligro, perecerá en él, dice
manos y lanzándose en dirección del monteci-
11o opuesto, describió en el aire con su cuerpo el refrán.
un arco de círculo que fue á terminar en él, —¡Ay! calle V., por Dios!—exclamó la joven
llegando así en un momento al lado de la que asustada.
al parecer le llamaba. —¡Bah! ¿Y á tí qué te importa que ese mala
Pero las nubes que habían permanecido apar cabeza caiga en un precipicio? Si él muere, otro I
mejor vendrá. Cuando una moza es bonita co ü
tadas se unieron y las dos fantásticas figuras
desaparecieron á la vista de las aldeanas, ocul mo tú, no puede faltarle marido.
tas detras de un impenetrable velo. Las tími —Tio Pedro, no sin razón dicen que es V.
das y supersticiosas criaturas creían haber te un hombre malo, que se complace en afligir á
nido delante una vision sobrenatural durante losdemas—dijola anciana. —¿Por qué habla V.
la cual la sangre liabia casi dejado de circular de esas cosas delante de mi pobre hija?
en sus venas. —¿Y yo qué he dicho al fin y al cabo? Siem
Todavía no se habían recobrado completa pre he mirado con buenos ojos á María y me
mente de su espanto cuando se presentó un intereso por* su bien. Quisiera, pues, que no so
hombre en la puerta do la cabaña. Al pronto casara con ese loco de Julian, que porque ha
les pareció tener alguna semejanza con el que bla frecuentemente con los señores en la Villa,
acababan de percibir en la altura vecina, pero cree que sabe tanto como ellos y se burla de
no tardaron en tranquilizarse al reconocer al nosotros ios campesinos.
!
DE LO. BUENO Y LO BELLO. 307
con impaciencia los dias que le separaban del había plegado sus blancas alas sobre su pajizo
feliz momento en que podria llamar suya á Ma techo, parecía no querer abandonarla. ¿Pero
ría. Se hallaba on ese estado en que solo ideas cuándo la dicha ha sido duradera en la tierra?
de ventura se presentan á la imaginación. Sin Hasta la alegría mayor tiene recuerdos de pe
duda, ambos amantes oran dichosos, porque ni sar que la anublan y entristecen.
aun er. los instantes de abstracción en que real Eran las siete de la mañana cuando María,
mente se sueña despierto y en que todo sonrio según su costumbre, esperaba á su amante á la
visto al traves del prisma de la propia felici puerta de la cabana. Pero el tiempo transcur
dad; sus deseos concretándose siempre á ellos ría velozmonte y Julian no llegaba.—Aquella
mismos, jamas, traspasaban los límites de sus era la primera vez que los rayos del naciente
cabañas. Exentos de toda ambición el mundo sol, no dibujaban la sombra del mancebo en el
era para ellos la pobre choza en que iban á pa umbral de la rústica habitación. ¿Cuál podia
sar juntos las apacibles horas de su vida, y los ser la causa de su tardanza? María se impacien
únicos goces á que aspiraban, los quo podia taba.
proporcionarles el puro sentimiento de que se Al fin, unos pasos bien conocidos hieren sus
bailaban poseídos. oidos, y algunos segundos después las manos
Otra persona participaba de la dicha de los do su amanto oprimen las suyas, pero qué ter
dos amantes: era la madre de María que creia rible alteración so notaba en sus facciones! ¿De
sentirse revivir al contemplar las ingenuas gra dónde podia provenir la palidez que tan nota
cias de su bija. ¡Con qué placerla miraba en el ble contraste causaba con los colores del con
momento en que ebria de amor inclinaba su ca tento y la salud que el dia anterior campeaban
beza ante Julian para que éste adornase sus en sus mejillas? Mas bien que Julian cualquie
cabellos con el tomillo y las violetas silvestres ra hubiera dicho que era una sombra salida del
que acababa de recoger al borde délas fuentes, sepulcro.
que en aquel sitio tan abundantemente hume —¿Qué tienes?—le preguntó María llena de
decen la base de las rocas, vertiendo entre los inquietud.—¿Qué ha sucedido?
lielechos y otras plantas criptógamas gota á go —Nada, mi bien, nada que afligirte deba—
ta su trasparente líquido! Entonces retrocedia contestó Julián procurando disimular en vano
á los floridos años de su juventud en que ella el pesar que le devoraba.—Estoy á tu lado y...
también había amado y encontrado un corazón soy feliz.
amigo, dispuesto á compartir con el suyo las —¿Pero por qué me lo dices de esa manera?
alegrías y pesares de la existencia. Pero tal No, no, tú me ocultas algo. En la expresión de
recuerdo solo duraba un instante. Su amor ver tu rostro veo que me engañas.
dadero era el que le inspiraba María, la dicha Julian no contestó nadaá estas palabras y solo
de ésta su propia felicidad. á fuerza de caricias procuró destruir la triste
—Hijos mios-solia entonces exclamar la an impresión que su mustio semblante liabia cau
ciana con los ojos humedecidos, porque la ven sado en la joven.
tura tiene también lágrimas como el dolor—- Así pasaron algunos dias guardando el man
Dios no puede ménos de aprobar vuestra union cebo la misma reserva, y haciéndole María las
porque los dos sois buenos, EL no permitirá mismas preguntas. Ni el primero lograba en
que el soplo de la desgracia penetre en vuestro gañar á la segunda, ni ésta podia tranquilizar
pacífico hogar, apartando de vuestras cabezas se. ¿Quién será capaz de alucinar al verdadero
el rayo destructor que tan írecuentemente se cariño que recela y espia?
desprende en las tempestades de la vida. Ese Las cosas llegaron al fin á un estado que Ju
mismo Dios que me oye y que ha de juzgarme lian no pudo evitar una explicación. La inquie
un dia no lejano ya, os bendiga como os bendi tud de María era tan viva que éste consideró
ce esta pobre anciana á quien tan dichosa ha mas doloroso su silencio para ella que la misma
céis con vuestra virtud. verdad, por triste que debiera ser.
Escenas como esta se repetían diariamente —¡Habla, Julian, habla por piedad!—lo dijo
en aquella humilde cabaña convertida en pala ella un dia después de haber agotado sus mas
cio por el amor. El ángel de la felicidad que tiernas súplicas.-Si sigues callando, creeré que
DE DO BUENO Y LO BELLO. 309
Si____ _
grarás tu objeto. Para María amor inalterable, Una hora había transcurrido despues déla
eterno; para tí, odio y desprecio! partida de Julian cuando María volvió en sí de
Bicho esto, colocó á la joven sobre su lecho su letargo. Su primer cuidado fué buscar á su
y alzando al cielo los ojos en que brillaba una amante con una mirada, pero á nadie vió. En
expresión feroz, se sentó en un banquillo como tonces tuvo miedo.
hombro que conoce la fuerza superior del ene -—Madre! exclamó bajando do la cama.
migo contra quien lucha, pero que no obstante Un profundo silencio respondió únicamen
está decidido á pelear hasta morir. te á su voz. La anciana liabia ido desde el ama
Muchas horas transcurrieron de esta ma necer á la habitación de una vecina algo distan
nera; las tinieblas de la noche habían sucedido te, y no había regresado todavía.
á la claridad del dia. Ni una sola estrella brilla Asustada por primera vez de hallarse sola
ba en el cielo cargado de densos vapores que y agitada por una angustia que en vano trata
impelidos por el viento iban á humedecer la ba de dominar, recorrió la cabaña. Todo fué en
puerta de la cabaña. vano: ni su madre ni su amante estaban en ella.
María yacia sumergida en un profundo le La puerta entre tanto se abria y cerraba
targo; sus fuerzas estaban agotadas. El mas ab al soplo del viento. Sin saber por qué, sus ojos
soluto silencio reinaba en aquella estrecha ha tomaron la dirección de la cueva de la bruja, al
bitación, antes morada de la alegría y la feliei- mismo tiempo que sus labios pronunciaban el
cidad, y convertida en un momento por la des nombre de Julián. Un grito agudo, seguido de
gracia en mansion de las lágrimas y de la (de un gemido de agonía resonó lúgubremente en
sesperación. el aire.
Be repente Julian que permanecía inmóvil —Qué es esto? exclamó casi yerta de pavor.
con la cabeza apoyada en las manos y pálido Algunos momentos de un silencio terrible
como la estatua del dolor, oyó tres golpes da siguieron
O á esta exclamación.
•
dos á la puerta. Estremecióse como si hubiese Un nuevo grito ahogado salió de las tinie
experimentado una conmoción eléctrica, pero blas.
reponiéndose en breve, corrió y abrió. —¡Allí está! dijo María cuyo semblante ilu
El tio Pedro con paso lento y oblicuo pe minó súbitamente una expresión siniestra.
netró en la cabaña. En su rostro iluminado por Y sin detenerse echó á correr eon la velo
la débil claridad de la luz que alumbraba la ha cidad de la cierva llamada por su hijo herido.
bitación, brillaba una alegría siniestra. En un instante salvó Maria el espacio que
Julián al verle sintió un vehemente deseo separaba la cabaña de la cueva. Sus ojos siem
de arrojarse sobre él y ahogarle entre sus bra pre tan penetrantes, nada pudieron distinguir
zos; pero el tio Pedro que conoció su intención sin embargo, en la oscuridad aumentada por la
le detuvo poniéndole una mano en el pecho, di- densa niebla quo le azotaba el rostro. Mas su
ciéndole al mismo tiempo: desesperación misma le sirvió de guia. Sin dete
—Oye antes lo que tengo que decirte. nerse, sin tropezar llegó á la entrada de la ca
Entonces se acercó mas á él, y después de verna. El silencio interrumpido solamente por
haber arrojado en torno suyo una mirada escu los silbidos del viento y las tinieblas reinaban
driñadora, le dijo algunas palabras al oido. Na en ella. Empero no por eso vaciló. Penetra ba
die sabe qué palabras fueron aquellas, pero su jo la bóveda y el agudo gemido (1) que tan fa
poder debia ser irresistible, cuando Julian aba miliar le era resuena en sus oidos. Al mismo
tido bajó la ‘cabeza. tiempo su pié tropieza contra un objeto exten
—¡Sígueme! exclamó eon imperioso tono el dido en tierra. El contacto de aquel cuerpo di
tio Pedro señalando la puerta. funde por sus venas un frió glacial como debe
Y Julian olvidándolo todo, hasta su amada ser el frió de la muerte, la sangre detiene su
que no tenia conciencia de lo que á su vista pa curso en ellas, é incapaz de sostenerse por mas
saba, cual un dócil mastín cuya furia aplaca la (1 ) Ese sonido á que los campesinos atribuyen supers
voz de mando do su dueño, siguió al cabrero si ticiosos una causa sobrenatural no es mas que el que pro
lencioso y sumiso, desapareciendo con él en las duce el viento al encajonarse en la cueva y al chocar con
sombras de la noche. tra los afilados ángulos salientes de la roca.
DE LO BUENO Y LO BELLO, 311
tiempo, vacila algunos instantes como un edi privados de la razón, se dirige al Agua Mansa
ficio antes do desplomarse y cae sobre dos ca para hacer una visita á su cabaña, pero sobre
dáveres calientes todavía........... ......................... todo á la caverna á la cual no se acercan sin
temor los supersticiosos campesinos, y designa
da aun con el nombre de la Cueva de la Bruja.
El sol despedia sus rayos sobre la tierra E. Aubek.
húmeda aun con la lluvia de la noche anterior,
cuando María volvió en sí. Después de haber
contemplado con asombro el lugar en que se
hallaba, bajó la vista para fijarla en el cuerpo
que le servia de apoyo. ¡Horror! Aquel cuerpo
era el cadáver de Julian cubierto de sangre que
seguia brotando aunque lentamente poi’ una
profunda herida abierta en su fronte. Pero el LA AZUCENA Y LA AMAPOLA,
joven no liabia sucumbido sin luchar. Su mano
derecha cual una tenaza oprimia fuertemente
la garganta de una mujer de robustas formas
que á su vez tenia en su diestra un pedazo FÁBULA.
do pedernal agudo y cortante, miéntras que con
la izquierda agarraba los cabellos ensangrenta Hermosa, de aroma llena
dos del infeliz mancebo. Y orgullo de los jardines,
María al ver aquel fúnebre cuadro guardó Se mecía una azucena
silencio. Ni una lágrima salió do sus párpados. Bajo un toldo de jazmines.
Con un movimiento indeliberado se quitó el A sus pies una amapola
pañuelo que llevaba al cuello, y cubrió con él Modesta cuanto sencilla,
cuidadosamente el rostro lívido do su amante. Desplegaba su corola
—¡Duerme, dijo, no interrumpamos su sueño! Del rio en la verde orilla.
Y levantándose del suelo prorumpió en “Ya ves, flor menospreciada,
una terrible carcajada. (Dijo la azucena un dia),
Desde aquel momento recorre todas las po Como nunca es comparada
blaciones de la isla, obedeciendo á una necesi Tu hermosura con la mia.
dad de movimiento que no puede dominar. Pe Aquí soy el ornamento
ro ¡qué diferencia entre la joven ántes tan be Y gala do estos jardines,
lla y risueña y la infeliz y harapienta mendiga Y en un lujoso aposento-
sostenida por la pública caridad! Es la que exis brillo luego en los festines.”
te entre la frescura de la juventud y las arru La frente pura y serena
gas de la vejez, que suceden á aquella después La amapola levantó,
del trascurso de numerosos años y que en ella Y á la insolente azucena
solo necesitaron uñ dia para marchitar prema De este modo contestó:
turas su pura frente y sus descarnadas meji “¿Acaso, flor orgullosa,
llas. La que ántes cautivaba las miradas de Juzgas tener mas valor,
cuantos la contemplaban con su hermosura, es Por ser mas fresca y hermo sa?
ahora perseguida y befada por los chicos del ¡Pues te engañas, pobre flor!
pueblo que, implacables hasta con la desgracia, ¿Mas méritos, por ventara,
le arrojan piedras por .las callos, gritándole: Que yo y Dtras has tenido
■Loca!— Para lograr la hermosura
Pero si al parecer ha perdido la memoria Que tanto te ha envanecido?
do sus desgracias, no ha olvidado el sitio donde Pues si se lo debes todo
las experimentó. De vez en cuando al regresar A Dios y á tu buena estrella,
de sus vagabundas excursiones, conducida por Por qué insultas de ese modo
el instinto que es la gui^única de los infelices A quien juzgas ménos bella?.......
312 ALBUM CUBANO
enseña y el que aprende, entre el que obedece callas se prendaban de los bandidos, los men
y el que manda. Aunque el respeto y la sumi digos y los verdugos representaban el princi
sión no consisten en las palabras, se manifiestan pal papel, y hasta los horribles bufones lejos
en gran parte por medio de ellas. de causar espanto inspiraban, como Quasimo
—¡Qué sermon, madre mia, por tan poca, co do, profunda admiración. La moda entonces
sa! Hasta en tu manía do reprender se revela manifestó su ilimitado poder haciéndonos pre
que has nacido cuando se rezaba aun el rosa ferir el llanto á las sonrisas, los pálidos sem
rio, se persignaba la gente al sentarse á la me blantes y las desgreñadas cabelleras á las me
sa, se hacia la señal de la cruz de continuo co jillas sonrosadas y á los lucientes rizos, y lo
mo si estuviera siempre el diablo en acecho, y feo, deforme y pavoroso, á lo bello, verdadero
los habitantes de la Habana se acostaban con y amable.
las gallinas. Hoy gracias á Dios ya no nos ha —Tienes razón, hija mia. Muy influente y
llamos en mantillas como entonces y es preci por lo tanto temible es ese espíritu de imita
so que te resignes á mirarme caminar sin an ción que moda llamamos, cuando consiguió en
dadores. Otros tiempos otras modas. la época de delirio á que te refieres, que los
—¿Qué ti ene la moda que ver con nuestros hombres parodiaran envidiosos al frenético^n-
hábitos y sentimientos? tony y que las mujeres trastornadas por el vér
—Mucho, mamá, mucho. Blla’influye en todo tigo general que introducía gérmenes de funes
de una manera ostensible. Ocurriósele antaño ta disolución en la sociedad y la literatura, no
patrocinar la hipocresía y nos convirtió en se "avergonzaran de que las compararan con
unas beatitas que sin levantar los ojos del sue Adela. Pero dime ¿ha tomado la moda actual
lo lográbamos que por ellos se mataran en mente mejor rumbo para con nuestro sexo?
nuestra calle los galanes, según vemos en las —Sin duda; hoy en lugar de mostrarse ami
comedias de Calderon. Antojósele ogaño poner ga del ataúd, de los cementerios, de las lágri
durante breves dias en auge el heroísmo anti mas y de los ayunos, nos manda tener buena
guo y aprovechándose de la revolución france mesa, buen carruaje, buena casa, buenas tale
sa del 93 inspiró á todas las solteras el deseo gas, y ser por nuestra alegría, habilidades,
de parecerse á Clelia, á las casadas el de pare fausto y brillantez las perlas del universo.
cerse á Porcia y á las viudas el de parecerse á —¡Ay! Quiera Dios que no os convierta en
la madre do los Gracos. Hasta la bella Cabarrus perlas falsas sustituyendo á los extravíos del
que en nada se asemejaba á la esposa del ma corazón los que producen la vanidad y el egoís
tador de’ César diz que al ceñirse la clásica tú mo que ni siquiera poseen por disculpa las ro
nica experimentaba sinceros impulsos de per mánticas borrascas del sentimiento;—murmuró
manecer fiel á su Tallien. E! hábito no hace el la anciana con tristeza.
monje, poro lo identifica en cierto modo con Lola se echó á reir y continuó gozando de
el carácter de que lo reviste. Cuando la moda los placeres del mundo. Su ligereza de maripo
se declaró á favor de las grandes ideas y de los sa, pasajeras gracias y superficial ingenio, des
no ménos grandes sacrificios, Mme. Rolland pe lumbraban á la multitud. Hasta los que no la
reció contenta por la patria y Mlle, de Som- encontraban atractiva la obsequiaban por lo
breuil bobió sin morir de horror un vaso de hu mismo que la obsequiaban los demas. Basta
mana sangre para salvar la existencia del au que dos ó tres aplaudan para que otros cien los
tor de la suya. En la comedia del mundo se pa imiten con frecuencia sin saber por qué. Pocos-
sa sin saber cómo do la ficción á la realidad. hombres hay capaces de tener una opinion con
Siguió la tierra dando vueltas sin cuidarse traria á la de la mayoría, de pensar por sí so
de las acciones de sus habitantes hasta que la los sin que influya en sus juicios el parecer a-
moda, extravagante á menudo como un ingles jeno.
atacado de spleen, se apasionó del puñal y del Apesar de su frivolidad no carecia Lola de
veneno cual si fueran cosas muy bonitas. Vic reflexión tratándose de la propia conveniencia.
tor Hugo túvola culpa, mamá,produciendo su La joven á la moda al danzar y reir no aparta
lian de Islandia, que sirvió de introducción á ba los ojos de la estrella de la utilidad positiva
las inverosímiles obras en-que las nobles don que alumbraba su horizonte. En una palabra,
74
314 ALBUM CUBAXO,
Lola temerosa do no casarse nunca, se decidió como antes de su enlace temiendo que la olvi
á casarse á tiempo. dara el mundo si se apartaba un instante de
Dos pretendientes solicitaban su mano. Ha sus círculos bulliciosos. La perla falsa solo bri
llábase dotado el uno de todas las cualidades lla en el tumulto de la existencia disipada y o-
que labran la dicha de la mujer modesta. Po ciosa. A la luz do la lámpara sacrosanta del ho
seía el otro los pingües caudales que constitu gar doméstico se distinguen lo ficticio de su
yen la ambición de la mujer vana. Lola no va lustre y lo fugaz do su artificial belleza. Por
ciló en la elección. Desviando sus miradas do eso la encontramos siempre en los lugares don-
las flores del amor puro y verdadero extendió de no hay ocasión de probarla en los crisoles de
los brazos ansiosa hacia ol estucho de diaman la abnegación y la virtud.
tes. Una noche al disponerse Lola á salir ve à su
Ya esposa de D. Jorge no por eso se moderó niña pálida ó indispuesta. Conmoviéndose su
su presunción ni se aplacó su sod de triunfos. alma no obstante su endurecimiento con los a-
Léjos su boda de convertir dos en uno, como fectuosos impulsos que despierta la maternidad
dice Pope, despertó en Lola nuevos deseos do en el pocho mas insensible, experimenta ardien
conservar su libertad para lucir ufana las rique te anhelo de cubrir al angelito de besos y lágri
zas que le había traido. Sin embargo cuando la mas. Pero contiénela la reflexión de que abra
joven fué madre aconsejóle D. Jorge apesar de zando á la pobre niña se ajarían sus flores y sus
su excesiva indulgencia que criara sus hijos. encajes. Tja mujer á la moda se debe sobretodo
—No me lo permito mi constitución, respon á la sociedad que la reclama y la familia única
dió Lola prontamente. mente ocupa en su vida un puesto secundario.
Lola parte por consiguiente en vez de que
—¿Es posible que haya hecho la naturaleza
darse al lado de su hija enferma. Aunque al
menos por la especie humana que por las cria
principio el ruido del sarao la ofende, presto pro
turas del instinto á todas las cuales ha conce
duce en ella el acostumbrado efecto. Olvídase
dido las precisas fuerzas para alimentar á su
de que el tierno fruto de su seno llora y sufre
prole?—objetó el marido.
al oir á sus admiradores llamarla reina de la
—¿Pretendes por ventura compararme con
hermosura, al ver al galan, cuyos homenagesse
los animales, considerándome tan robusta como
disputan todas lss'bellas, suspirar á sus piés. Y
ellos?
el mundo quo en sderoto critica su comporta
—Por lo mismo que te juzgo muy superior miento la aplaude, le sonríe y la elogia en alta
no quiero que inferior les seas dejando de cum voz porque hoy están en boga las perlas falsas.
plir con los santos deberes de la maternidad. Ya en el carruaje que los traslada de nuevo á
—¡Báh! Esas son palabras huecas. lie dicho su domicilio, se atreve Don Jorge á decir á su
que no puedo criar y no criaré;—exclamó la jo aturdida esposa:
ven enojada. —Mujer, comprometes mi honor con tu im
Una nodriza vino, pues, á lactar á la hija de prudente conducta. El fatuo Narciso osa per
Lola, que colocó sobre mercenario seno al tierno seguirte con sus obsequios y miradas.
fruto de su corazón. La moda de las crianderas —Mi corazón está al abrigo de todo incendio;
ha producido en la Habana mas daños que una —respondo Lola bostezando.
epidemia contagiosa. Muchos matrimonios se —Entóneos ¿por qué permites á ese presumi
han arruinado por su causa y muchos igualmen do creer lo contrario?
te le han debido el raquitismo de sus retoños. —¡Toma! Porque si le quito la esperanza se
¡Qué vergüenza ademas parala mujer que lleva pasará á otra. Para permanecerá la moda, ami
el sagrado título de madre haber negado á sus go mió, necesitamos las hijas de Eva despojar
hijos el calor de su regazo por miedo de ajar sus nos del ceño de áspera y adusta virtud. ¿Quién
atractivos ó de |entregarse à las vigilias y afa consentiria en servirnos si desde luego decla
nes que constituyen el inefable placer, el santo ramos nuestra intención de no pagar? Desen
orgullo, la corona de gloriosos sacrificios de las gáñate; no se gana el cielo sin penitencias. No
madres verdaderas! se adquiero tampoco sin sacrificios el dictado de
Lola prosiguió corriendo de fiesta en fiesta marido de una dama á la moda.
DE LO BUENO Y LO BELLO. 315
•b
—Es que yo no aspiro á formar parte de esos ¡Oh! entonces execrará á su turno (demasiado
maridos, señora mia. No me agrada la moda de tarde) las impías modas que separan á la madre
llamar la atención á costa de sospechas ofensi de sus hijos, á la esposa de su esposo, á la ra
vas para mi honor. Bien sé que muchas veces zón de la víctima de sus injustos mandatos.En
las apariencias no son realidades. ¿Qué impor tonces sí, detestará el título do joven á la moda
ta? Cuando oímos el ruido del torrente no nos que tantas envidian y que á tantas pierde.
detenemos á examinar si está su fondo limpio Ma s al llegar aquí noto que hablándoos de las
' ó sucio. modas morales que considero peligrosas, me he
—-Majadero! ¿Quién se acordaria de tí si yo olvidado de tratar de las modas de adorno quo
de la oscuridad no te sacara? -podéis seguir sin riesgo alguno, que ocupándo
—Prefiero que nadie me vea á que con lásti me dé las perlas falsas no he tenido en -cuenta
ma me miren,—repuso D. Jorge con su acostum que las finas (estas sois vosotras, discretas lec
brado buen sentido. ¡Malditas modas que auto toras del Album Cubano), esperan que les diga
rizáis al seductor á hacer la corte á la mujer algo mi pluma de graciosas ó inofensivas galas.
casada y ponéis en ridiculo a! esposo que se Voy a reparar mi descuido describiendo dos
muestra legítimamente prendado de su compa trajes que llamaron la atención por su sencilla
ñera, que fomentáis la conyugal desunion para elegancia
O en el brillante bailo de la noche de
exponerla en seguida á los sarcasmos de los S. Antonio en la poética quinta de los Molinos,
burlones! Yo os execro como á pérfidas adver trajes que citaré callando el nombre de sus due.
sarias de la felicidad doméstica. ñas, las cuales á pesar de' su amable carácter se
Al entrar en su casa halla Lola á su hija mo han molestado un poquito por haber quedado
ribunda. La nodriza aprovechándose de la au rezagadas, no deteniéndose á reflexionar que
sencia de la loca madre se habia marchado tam en aquel mar de gasas, tules y flores era impo
bién á divertirse por su lado dejando á la niña sible conservar en la memoria todas las toilettes
en el lecho donde ambas dormían. Cuando la dignas de mencionarse.
infeliz criatura al despertar se encontró sola, De trasparente gasa rosada uno de los indi
por lo tanto comenzó á llorar desesperadamen cados vestidos tenia cinco volantes angostos en
te. Pero como nadie acudiera á su socorro se a- la saya cayendo sobre cada uno de ellos otro do
gitó de tal modo sobre la cama, que cayendo al blanco tul. Diáfana túnica de tul blanco tam
fin al suelo recibió u-n terrible golpe. Lola se a- bién bajaba hasta donde los volantes concluían
presuró á ponerla en manos de los médicos.Ay! recogiéndola en los costados lazos de cinta de
Mas valiera que la hubiera dejado morir! La color de rosa. Realzaban las afolladas mangas
pobre niña quedó jorobada. y el escotado corpino guirnaldas menudas do
Primero padeció mucho la madre al contem flores rosadas y blancas como las que formando
plar el deforme cuerpo de su hija; después se corona ceñían los negros cabellos de la airosa
fué habituando poco á poco al doloroso espec señorita prendida con tanto gusto.
táculo producido por su culpable negligencia. El otro traje á que he aludido era de grana
¿A qué deplorar un mal ya sin remedio? La mu dina azul claro con once vuelecitos en la falda
jer á la moda necesita sonreír coronada de flo guarnecidos de motas negras y punzó y salpica
res como brillante hada á quien no alcanzan dos graciosamente de lazos de los propios má-
las sombrías penas. Pero la primavera de. la vi tic.es. Adornaba el corpiño una berta cuadrada
da no dura siempre y cuando desvanecida para que se abria en los hombros donde flotaban dos
Lola halle ésta en su forzoso retiro en lugar de bandas rojas y negras. En el tocado llevaba la
la fresca rosa destinada á consolarla y rejuve gallarda dueña de este pintoresco atavío una
necerla una triste jorobada, objeto de aversion corona de dalhias punzó, negras y azules que
para si misma y de compasión para los otros, sentaban maravillosamente á sus trenzas rubias.
cuando vea á su hija llorar dia y noche su acia Respecto á manteletas de verano son muy
ga suerte que hace bella al lado suyo la fealdad bonitas las'llamadas á la Pompadour aunque en
común, cuando registre sn pasado y piense “Yo nada recuerdan las modas que predominaron en
que hubiera debido defenderla de la desgracia el tiempo de la célebre favorita cuyos atracti
he causado su desesperación y aislamiento”, — vos ensalzó el mismo Voltaire,probando así que
316 ALBUM CUBANO
hasta los filósofos se dejan deslumbrar por las dida dolorosa, y el sentimiento general que ha
perlas falsas cuando forman su engarce el po causado osuna prueba del mérito de sus talen
der y la fortuna. Consisten esas manteletas en tos. No juzgarémos en este ligero escrito las
un pequeño centro de gró que se ciñe al talle y obras de Palma; ni éste es el momento á propó
del cual desciende anchísimo volante de blonda sito, ni necesita demostrarse la razón porque
que figura sobro el vestido una segunda falda. le colocamos entre los miembros ¡lustres de
También se usan mucho las manteletas á la Du- nuestro parnaso. Poeta y novelista, sobresalió
barry (la moda se ha declarado por las falsas particularmente en la elegancia del estilo yen
perlas hasta en los nombres que da á sus capri- ¡ la corrección del lenguaje: sus trabajos revelan
diosas invenciones) las cuales tienen el corte J una inteligencia bastante cargada de conoci
de una pañoleta grande formada con un centro mientos y un amor decidido por los progresos
pequeño de seda tupida y con anchas guarni de la literatura. Su entonación es sostenida, su
ciones de blonda ó encaje. versificación fácil; por lo regular sabia mante
Los rumores que anunciaron la muerte del ner orden en los planes, y muchas veces conse
malacoff nose han realizado. Como para contra guía remontar su inspiración de un modo nota
decirles se le ha agregado ahora una especie de ble. Amado y respetado, habia adquirido un
cola emballenada que comunica al vestido al buen nombro dentro y fuera de la isla; contaba
barrer el suelo inusitada pompa. Pero la moda con gran número de amigos en los mejores
no contenta con manifestar al masculino sexo, círculos de la capi tal; á fuerza de laboriosas ta
ocupándose de su favorito, que clama en vano reas habia alcanzado una fortuna que le per
contra él, ha resuelto obligarle á adoptarle á mitía vivir con espléndida comodidad, y el cui
su turno. Los pantalones (¿hay entre vosotras dado cariñoso de las personas que so interesa
alguna miss que exclame shocking al k-er esta- ban por el mejoramiento de su salud, vino á
palabra?) en enaguas se han convertido y pron corroborar el valor del hombre y la simpatía
que inspiraba el melancólico autor de las Aves
to sin duda las ballenas aceradas los trocarán
de paso. El entierro del cadáver del querido
también en globos. ¡Ah'. ¡Qué buena ocasión se
literato tuvo efecto con el lujo que convenia, y
nos presenta de reir y criticar á nuestra vez, si
fué seguido de un numeroso cortejo compuesto
no fuéramos mas indulgentes, tolerantes y ge
de personas distinguidas: se le tributaron los
nerosas que los hombres.
honores de que era digno aun en la muerte aquel
Sí, con intenso placer lo digo.Aunque las ten
que dio algunos dias de brillo á la naciente li
dencias del siglo nos empujan hacia el egoísmo
teratura de este pais.
y la vanidad, aunque la moda participando del
Le esta triste noticia tenemos que pasará
falaz espíritu de la época se ha propuesto pro
referir otros acontecimientos: el cronista so ve.
teger las perlas falsas, la mujer (exceptuando precisado á vagar por el laberintq de la histo
algunas como Lola) será siempre la fina perla
ria de la quince n i, y se encuentra en este lugar
do la delicadeza, la abnegación, la bondad y la con un sepulcro, allí con un baile, acullá con un
indulgencia. teatro. ¿Qué hacer? Contar con fidelidad lo
Felicia.
ocurrido ó ir tomando parte en los dolores y las
alegrías para cumplir con su misión.
Entre lo mas importante es necesario citar
REVISTA. la inauguración de los trabajos del camino de
hierro que debe unir el pintoresco pueblccito
La primera obligación del cronista del Al de Cojímar con la antigua villa de Guanabacoa.
bum Cubano en este momento es consagrar un Reuniéronse en el paradero del lado opuesto de
recuerdo á la memoria del distinguido literato la bahía, el Ayuntamiento de Guanabacoa, las
D. Ramon de Palma que ha muerto reciente tropas de caballería é infantería con las corres
mente, y con tanta mas razón tenemos quo tri pondientes bandas de música, los Sres. Tenien
butarle este homenage, cuanto que en este pe te Gobernador, Alcalde Mayor, Asesor Militar
riódico vió la luz uno de sus últimos cantos. y Comisiones particulares: á la hora determi
Las musas cubanas están de luto con esta pér nada llegaron el Sr. Capitan general Serrano,
DE LO BUENO T LO BELLO, 317
318 ALBUM CUBANO
formada do individuos conocidos ventajosamen Real Palacio de esta villa, situado en la calle
te por sus luces, y tendrá por objeto contribuir de ¡a Concepcion número 14, á recibir el cor
¡i la propagación do los estudios, estableciendo respondiente diploma y prestar el juramento
clases y certámenes y tratando por otros me de fidelidad á mi bando.—Dado en el sitio Real
dios do reunir en un punto dado á lo mas dis. de la deliciosa villa de las lomas, á los 20 dias
tinguido de nuestra sociedad. ¿Será cierto? del mes de Junio de 1869.”—Yola Reina.
Bienaventurados nosotros si así sucedo, porque Con este lenguaje nos habla S. AI: esta es la
es necesario acudir con tiempo á revivir el gus copia del documento y aun ha duplicado sus
to por los ramos del saber humano y cada dia mercedes agregando otro igual en que nos con-
se haco mas indispensable que se tome una de . cede el título de cronista.
estas medidas que dan honra y provecho á to Se representa un drama parecido à aquel que
dos los que traten de llevarla á cabo. vieron las hermosas y los galanes en la eda 1
Pero el gran suceso de' estos últimos quince media: los tiempos de la caballería van á resu
dias, lo que mas llama la atención, es sin duda citar: ya tenéis imperando á la mujer hermosa:
alguna el movimiento que se advierte en la ve ya tenéis trovadores: en Guanabacoa estan los
cina Guanabacoa con motivo de los bandos que castillos feudales en que ocurren estas cosas:
se han establecido. ¡Qué alegría! ¡qué entusias tengo órdenes de preludiar el laud y ¡ay de
mo! ¡qué ideas! Ningún año ha sucedido lo pie mi! yo lo baria con verdadero placer si S. AI. no
actualmente acontece; cuando digo á Vds. que se hubiera equivocado suponiendo en mi unos
hasta ur.a dama abdicó de la corona de la talentos de que carezco. Acepto la obligación
hermosura, convendrán mis. lectores en qué de cronista, que aunque no aceptara ya tengo
es mas importante de lo que parece la historia con que entretenerme con la que me impone mi
de los reinados del año de gracia porque va trabajo en el album cubano: me conformo y me
mos atravesando. contento.
La animación que producen estas fiestas en Pero ¿qué he de decir de vos á las generacio
la juventud habanera aumenta cada vez mas; nes futuras? Si me dais á escribir la historia de
unos militan bajo el pabellón azul, otros bajo vuestro reinado, tendré que contar que sois be
el punzó: lo mismo da uno que otro: cada cual lla entre las bellas, y diré todo lo que acontezca
cuenta en el suyo una hermosura. Recuerdan para satisfacer las verdades históricas: justa
estas diversiones otras épocas y otra civiliza mente habéis supuesto gratuitamente en mí la
ción: es un juguete delicado en qile toman par fria inteligencia de las narraciones y era lo úni
ticipación los amigos de las peleas de gallos y co que yo hubiera desead® poseer.
los apasionados por la contradanza. El objeto Pero...... ¿y el parti.lo azul? Cronista del uno
principal se dirige á dar alegría á los morado tengo por precisa necesidad que tratar de lo que
res de la capital y sus cercanías, y á dar movi pasa en el ejército opuesto, porque-establecién-
miento al lujo. Uánse formado cortes como si dose de común acuerdo las operaciones entre
efectivamente so tratase de festejar á personas este y aquel necesario se hace que vaya comu
reales; cada una tiene sus caballeros, cada una nicando á mis lectores todos los sucesos de esta
tiene voz desmando. El que escribe estas líneas época, que para complaceros trataré de hacer
ha sido uno de los tantos afortunados que han que entre en el juicio de las generaciones que
merecido un nombramiento, una gracia, un re están por venir. Es mi voluntad,—me habeisdi-
cuerdo de S. AI. la Reina del bando punzó: he cho—-que os presentéis en mi palacio;—y yo
mos inclinado humildes la cerviz y acatamos respondo que esa es la mia también.—Presta
las disposiciones de la soberana de la belleza. reis fidelidad á mi bando: agregáis en tono Real.
‘•En atención á los méritos y circunstancias —Lo prestaré, contesto humildemente.
que concurren en vos, D***, teniendo en consi. La fidelidad! ¿qué es la fidelidad? He aquí una
deracion los importantes servicios que podéis proposición que me he hecho sin querer. ¿Qué
prestar cerca de mi Real persona, he tenido á significa esa palabra en estas circunstancias?
bien nombraros por mi decreto autógrafo de Tiene miedo S. AI. punzó de que me traslade al
esta fecha, Trovador de mi^Real persona.—Por terreno de S. AI. azul? A su vez dirá lo mismo
tanto: es mi voluntad que os presonteis cu el la azul á sus partidarios?—Con qué castigaria
DE LO BUENO Y LO BELLO, 319
el código penal de los bandos una desersion?.... Los habitantes de Cachemira atribuyen la
La hermosura no debia exigirnos esta intole belleza inimitable do los productos de sus fá
rante sumisión: debia bastar el igual comparti bricas á la calidad de las aguas de sus valles.
miento de tiempo en uno y otro partido y la La mejor y mas hermosa lana en bruto se
justa distribución de admiración entre la Reina paga en Kilghet á una rupia (unos nueve rea
azul y la Reina punzó. les y medio vellón) la libra. Cuando ya está la
No croáis, sin embargo, que me empiezo á in vada y espurgada, ha perdido una mitad de su
surreccionar, ni que pretenda enseñar á los de peso, y por fin, después de hilada se vende á
mas lo que á las mientes me asalta: una pregun razón de una rupia por una cantidad de hilo
ta como la que lio bocho no prueba mas que cu equivalente al peso material de tres rupias en
riosidad y yo, cronista de un periódico dedicado dinero,
á las damas, aínda mais trovador de S. M. la Los chales que se fabrican en Cachemira
Reina del bando punzó, y cronista también de son de distintas formas y de varias dimensio
este partido por añadidura, amigo en extremo nes. Sus guarniciones se elaboran por separa
del sexo encantador...... .soy curioso por natu do, para que puedan adaptarse al gusto de los
raleza; y una mujer que lleva sobre su frente la diversos mercados á donde se destinan. Ade
diadema concedida á las gracias tiene un alma mas de los chales largos ó cuadrados, se hacen
bastante magnánima para perdonar esta im con la misma lana muchos artículos de lujo, co
prudencia del último de sus súbditos. Prometo mo son: telas rayadas, medias negras ó de co
mi fidelidad y deseo como el que mas que haya lores, guantes, cinturones y otros. Los chales
abundante cosecha de materiales para cuando que se envían á Turquía son por lo general los
tenga que fabrioar la nueva columna de arena mas selectos y esquisitos por su finura y exce
que me toca colocar cada quince dias en esta lente calidad. Con el pelo de las mismas cabras
sección del Album. y las partes mas ordinarias de la lana, hacen
*** alfombras, mantas, etc.
De algunos años á esta parte no tienen los
chales tanto consumo como antes. Las princi
DE LOS CHALES DE CACHEMIRA.
pales causas á que se atribuye su menor de
La materia que sirve para fabricar los cha manda, son la destrucción de los genízaros, en
les do cachemira, es una especie de vello pare tre los cuales eran de uso general: la extinción
cido á la seda, que se halla mezclado entre el de los reyes y corte de Caboul: la bancarrota
pelo de las cabras do aquella parte del Asia tan de Luckerondec.
celebrada por la inimitable delicadeza de sus En tiempo do los emperadores de Mogol,
tejidos, que no han podido igualar hasta ahora la provincia de Cachemira podia tener en ac
todos los esfuerzos de los países mas industrio tividad 30,000 telares de chales. Este número
sos de Europa. fué reducido á 18,000 bajo el imperio de los
El gran mercado do aquella materia, á la príncipes de Afghans. En el dia apenas llegan
que muy impropiamente se da el nombro de la á 6,000 los telares que están en movimiento.
na, so halla en Kilghet, ciudad situada á veinte Poco puede haber influido en esta notable de
dias de marcha de las fronteras do Cachemira. cadencia la rivalidad de los chales fabricados
En ella se vende lana de dos clases, la una en Inglaterra Al principio que estos últimos
blanca que se presta mucho á la tintura, la otra aparecieron en la India, deslumbraron á los
cenicienta que se tiñe con mucha dificultad. indígenas con la elegancia de sus dibujos y el
Esta última se elabora comunmente en su es brillo de sus colores, y muchos indios de la clu
tado natural. Cada cabra da al año unas dos se rica se apresuraron á comprarlos; pero muy
libras de lana de cada clase. Separado con mu pronto se disgustaron de ellos,reconociéndolos
cho cuidado el pelo con que está mezclada la por muy inferiores á los de su propio país, en
lana, se lava ésta repetidas veces con agua do cuanto á la delicadeza del tejido y de su con
almidón de arroz, cuya operación se ha reco sistencia.
nocido ser de la mayor importancia para su No hace mucho tiempo que un especulador
preparación. ingles que liabia llevado á Delhi una partida
320 ALBUM CUBANO
de chales fabricados en su pais, bastante crecida porque no merecéis la honra do que os den a-
para formar la carga de un camello, se decidió sicnto á su mesa los oficiales de mi servicio; así,
á venderlos en almoneda pública para despa pues, como es probable que tengáis hambre y
charlos con mas facilidad. A duras penas llegó yo me levanto con excelente apetito, os convi
á vender dos ó tres chales, porque el precio ín do á que demos buena cuenta del grueso pollo
fimo á que se pregonaban, en vez de estimular que constituye mi desayuno predilecto.
á los indios, I03 retraía de comprarlos. Tan cier Terminando estas palabras mandó que lo sir
to es que un objeto de puro lujo, como un chal viesen poniendo dos cubiertos y después de
de la India, pierde mucho de su mérito á los hacer que se sentaso el atónito poeta, trinchó
ojos de los ricos consumidores, cuando por cir él mismo el ave, colocando un alón en el plato
cunstancias particulares se abarata su precio do aquel y otro en el suyo. En seguida dispuso
hasta el punto do ponerse al alcance de las fa se diese entrada á los personajes que alcanza
cultades de la clase media. ban la honra de ser recibidos familiarmente
El valor do I03 chales que so exportan a- mientras se desayunaba, y apenas los vió les
nualmente de Cachemira se calcula en 18 laigs dijo en voz muy alta:-—Me encontráis, señores,
de rupias ó sean unos 15 millones y medio de en la ocupación de hacer almorzar al autor del
reales vellón. Misántropo, que mis criados no juzgan digno
El soborano actual de Cachemira, Eunjeet de comer con ellos.
Sing, percibe cerca de dos terceras partes de esta Desde aquel dia toda la corto abrumó á Mo
suma á cuenta de la renta ó tributo de aquella pro liere con multitud do convites, disputándose
vincia, que paga unos 20 millones de reales. La los magnates la dicha do obsequiarlo.
cuarta parte de aquella cantidad de chales sir
ve para el uso particular del soberano, ó para Un inquisidor reconvenía severamente á
cierto astrónomo, de quien se decía que acep
hacer regalos á sus cortesanos. El resto se ven-
taba la idea de moverse la tierra y no el rey
de, y su producto va á aumentar el tesoro del
de los astros:— Pues qué! le argumentaba, ¿no
príncipe.
sabe V. que Consta en la sagrada Escritura que
Los derechos que los príncipe.s indios im
Josué mandó parar al sol?—Si que lo sé, reve
ponen sobre los chales, aumentan considerable
rendo padre, respondió el acusado, y creo que
mente el valor de éstos; pero aun lo hacen su
tan de veras lo paró que jamas ha vuelto á an
bir mas los que les hacen pagar los ingleses, que
son unos 332 reales vellón por cada chal. dar.
****
A NUESTROS SUSORITORES.
ANECDOTAS.
Habíamos creído repartir figurines con el nú
Luis XIV, que poseía indudablemente gran mero que correspondía al 15 de Abril, para lo
des cualidades, supo dar á su corte oportuna cual los habíamos pedido á Paris con sobrada
lección del respeto que se debe a! talento. Lle anticipación; pero motivos, que no son del caso
gó á noticia de aquel monarca que los Oficiales referir, causaron la falta de la remesa. Hicimos
de su casa se desdeñaban de admitir á su mesa nuevas diligencias para conseguir repartirlos
al célebre Moliere, alegando que habia sido un con el número de esta fecha, y con sorpresa
cómico, si bien desempeñaba entonces el cargo nuestra no solo no los ha traido el vapor en
de ayuda de cámara del nombrado rey. Guardó que debían haber sido embarcados, sino que ni
éste silencio sobre ello, pero á la mañana si aun hemos recibido cartas de nuestros corres
guiente cuando se vestia y le preparaban el ponsales que nos habian prometido cumplir el
desayuno—que acostumbraba tomar en su cá encargo, y esto nos hace suponer un estraviodo
mara y solo se componia por lo común, de cal que no podemos darnos cuenta. No descansa
do, un pollo asado y una botella do vino—dijo remos hasta vencer todas las dificultades y lle
familiarmente al poeta desairado:—Se asegura nar nuestro compromiso con nuestras bellas
querido Moliere, que acostumbráis comer mal, favorecedoras.
ALBUM CUBANO
DK
LO BUENO V LO BELLO.
ce n lo pasado y otra â lo futuro. Adoptando de la vida; siendo así que la sucesión mas
las opiniones de estos filósofos podremos de ó menos rápida de nuestros pensamientos,
cir que lo pasado no existe, que lo presente de nuestros deseos y de nuestros afectos,
no es nada y que lo futuro no existe tampo es lo que arregla la medida del tiempo;
co, deduciéndose que es el tiempo una qui pues hay en nuestras facultades mil me
mera. Otros filósofos mas modernos, sin lle dios para modificarlo, alargarlo, acortarlo,
var tan al cabo la sutileza, comparan lo pre detenerlo y apresurarlo. Una hora no es la
sente á la eternidad, reduciéndolo por este misma cantidad de tiempo para un hombre
medio á un punto imperceptible: para los que duerme que para otro que está despier
que piensan así no es la vida otra cosa que to, para el ocioso que para el ocupado, para
una corta peregrinación, y el mundo una po el que goza que para el que sufre.
sada de muy poco descanso: sistema cierta El tiempo, ha dicho un poeta, es la imagen
mente tristísimo, porque según él tiene el movible de la inmóvil eternidad. Es, puede decir
hombre que prescindir por completo de la se también, un vacío infinito como el espa
realidad de la vida para ocuparse tan solo cio; pero como solamente conocemos el es
del incomprensible porvenir. Una variedad pacio, su medida y sus dimensiones por los
tan confusa de opiniones demuestra que aun puntos ú objetos materiales que se hallan co
no se ha podido descubrir la verdad sobre locados en él, si faltasen éstos seria para nos
esta importante materia, y que entre tanto otros la palabra espacio una voz ininteligi
el tiempo, esto es, el Saturno del paganismo, ble. Esto mismo sucede con el vacio infinito
sigue caminando impávido con su incons llamado tiempo, cuya existencia, medida y
tancia, su rigor, sus alas y sn guadaña. diuturuidad, no es otra cosa que lo que se
A esta fabulosa deidad le dan los hombres ñalan el número y sucesión de nuestras
diferentes géneros de culto: ios que son re ideas y sensaciones. Si todos los vivientes
putados por sabios adoran solamente lo pa estuviesen siempre durmiendo no existiria
sado; la esperiencia no les presenta la ver el tiempo para ellos, y en este caso, así como
dad sino por la boca de los muertos; la me no se le'da marcha al espacio, no se le po
moria reduce sus placeres al estudio de las dria dar al tiempo: por tanto, los astros y
bellezas destruidas; y solamente encuentran todos los demás cuerpos y séres inanimados
llores y frutos en las ruinas de la antigüedad. y animados, comprendiendo el espíritu del
Los amantes de la gloria y los avaros sola hombre, son los que moviéndose sin cesar
mente fijan sus miradas en lo futuro; la pos en los dos grandes vacíos del espacio y del
teridad y una inmortal celebridad es lo que tiempo, constituyen la existencia y la medi
ven ¡os primeros, y llenar completamente da del primero y del segundo.
sus cofres es lo que esperan los segundos. El tiempo existe por entero en nuestra in
El vulgo, que es gobernado generalmente teligencia bajo los nombres de memoria,
por los sentidos, sigue sin reflexionarlo las pensamiento y prevision; asi que, el uso que
doctrinas de Epicuro; se deja dominar por hacemos de estas facultades es lo que nos
lo presente, ve con indiferencia lo pasado y convierte el tiempo en mas ó menos rápido:
se ocupa muy poco del porvenir. el pensamiento que tuve ó la memoria, es lo
No vemos, pues, otra cosa que estravíos pasado: el pensamiento que ahora tengo, es
cu la aplicación y uso del tiempo, y esto pro lo presente: el pensamiento que tendré ó la
cede de no haberlo considerado como él es previsión, es lo futuro: en este supuesto el
en sí, contentándose con mirarlo como lo tiempo nada puede sobre nosotros, por el
figura la imaginación. Ha querido hacerse contrario nosotros tenemos el poder de mo
del tiempo un sér independiente de nosotros dificarlo. Ahora bien, pasemos á discurrir
que dispone de las cosas, de los hechos y qué medios pueden sea' los mejores para ha-
DE LO BUENO Y LO BELLO 323
cor buen uso del tiempo y procurarnos una peramos una cosa deseada parece que el
vida tranquila y agradable, aprovechando lo tiempo se detiene haciéndose cada minuto
presente, única parte del tiempo sobre la una hora; esto no es mas que huir de lo pre
cual es inmediata nuestra acción. Hablando sente, avanzar á lo futuro, envejecerse, dar
de un modo nletafísico, el tiempo presente pasos bácia la muerte: por el contrario,
es considerado como un punto, pero en lo cuando se espera ó teme una desgracia, se
moral se le puede dar mucha mayor esten- hacen los minutos instantes, el tiempo vue
sion; pues no tiene duda que nuestras obras la y se trabaja como para detenerlo.—¡Qué
buenas y malas dejan ciertas huellas de com larga le parece la noche al culpable devora
placencia ó de remordimiento, que son una do por remordimientos! Lo presente le ator
dilatación de lo presente. Sucede también menta, lo futuro le horroriza; quisiera bor
con bastante frecuencia que abandonamos rar estas dos partes del tiempo y retrogradar
lo presente para ocuparnos de lo futuro, en á los dias de la niñez.
tregándonos á proyectos quiméricos ó á es ¿Por qué nos parece la infancia la edad de
peranzas inseguras, resultando que desper oro de nuestra vida? Porgue en ella no se
diciarnos un tiempo precioso, el cual constiretienen sentimientos de lo pasado ni se te
tuye nuestro mas verdadero y sólido cauda!, me por lo futuro. Aquella felicidad se des
que deberíamos invertir con mucha econo vanece y disipa luego que somos dominados
mía, pues no es tan cuantioso como algunos por la melancólica razón y por el activo é
piensan.
inquieto juicio previsor: cstasdos facultades
La naturaleza nos ha concedido un corto son sin embargo, las que nos pueden hacer
número de años, de los que una tercera par felices, si obran dirigidas rectamente por la
te por lo ménosse van en el sueño, que es prudencia, que es la que modera los goces
un parecido retrato de la muerte; la época de lo presente, haciéndolo de modo que no
de la infancia es una especie de vegetación, puedan que lar remordimientos por haberlo
y los años déla decrepitud son todavía algo mal empleado ni pesares por haberlo perdi
menos: añádase á esto el tiempo que usur do, y sí por el contrario dulces recuerdos
pan las enfermedades y las pesadumbres, que convertirán lo futuro en un tiempo pre
que son unos enemigos independientes de sente muy tranquilo y lleno de satisfaccio
nuestra voluntad, y se verá cuán poco nos nes.
queda para gozar de nuestra existencia, y Lo pasado y lo futuro son los dos peligro
<pié pérdida tan grande hacemos al desper sos escollos que constantemente nos amena
diciar un solo dia de los útiles de nuestra zan en el curso de nuestra vida: si exalta
vida. Para gozar del tiempo presente es ne dos por las pasiones nos entregamos á los
cesario saber buscar el camino de la felici placeres con que ellas nos brindan de pre
dad, que es lo que mas se ignora y por lo sente, sin prever los males que ocasionan en
que mas se ansia: entremos pues en esta car lo futuro, en este caso empleamos el placer
rera reflexionando que lo futuro depende de en fabricar desgracias, y por un gusto pasa
lo presente, y que como la mayor parte del jero nos atraemos largo tiempo de pesares;
tiempo la ocupamos en recuerdos de lo pa jugamos ciertamente la vida contra un mi
sado, en la ansiedad de las esperanzas y en nuto. Así es como la imprevisión de los
la agitación de temores y recelos., este pre
hombres los hace pródigos sin pensar en su
sente se nos hace molesto y huye sin que lo futura ruina; crueles sin temer los remordi
hayamos goza do.
mientos, la venganza; ambiciosos sin rece
Para convencerse de que el tiempo no es lar la caidafiutemperantes sin pensar en las
largo ó corto, sino según lo hacemos nos enfermedades; egoístas sin presagiar el ais
otros mismos, basta observar que cuando es lamiento que les espera. De todos estos poli-
324 ALBUM CUBANO
gros se salvarían si para gozar de ¡o presen y por hábito, como el cristiano aborrece al
te, escuchasen la voz de la prudencia, que es judío, el judío al griego y el griego al arme
la que tiene presente lo pasado y ve algo de nio. Por su parte el misionero llegado de
lo futuro. Si queremos dominar el tiempo y Europa los anatematiza á todos, mientras
hacer su marcha sosegada y agradable, ocu que el cielo, mas indulgente, los tolera. Tal
pémoslo con utilidad, moderemos nuestros es en resúmen el estado religioso de Turquía.
deseos, disminuyamos nuestros temores, y El turco difiere muy poco del cristiano en
gocemos de lo presente no 30I0 sin causar sus relaciones domésticas: las mismas pasio
perjuicio á otro, sino haciendo todo el bien nes agitan su corazón, é idénticos motivos
que esté en nuestras facultades; de esta ma determinan sus actos. Su cariñoesel mismo
nera y no de otra podremos desafiará lo que en sus relaciones de familia; ama á sus hijos
llamamos tiempo. Cuando el sabio vuelve con igual ternura, considera á su mujer con
atras la cabeza no debe ver otra cosa que vi no menos deferencia, trata á sus criados con
cios combatidos, triunfo» de virtudes y pro mas humanidad, muestra el mismo respeto
ducto» de su trabajo. á sus ancianos padres, cuyo ataúd sigue al
campo del reposo con un dolor en aparien
J. M. P. P.
cia vivo. Su turbante difiere de nuestro som
brero, y su caftan de nuestro vestido; pero
sí se distingue fácilmente de nosotros por su
aspecto exterior; no así en sus sentimientos
íntimos.
Una hostilidad permanente contra los
cristianos es el dogma principal de su ley, y
la alevosía, que se cree recomendada por la
BOSQUEJOS LEVANTINOS- ley como un deber, es el rasgo predominan
te de su carácter: digo que se cree, porque
á pesar que el Alcoran recomienda de paso
LOS TURCOS DE GRAM TONO
el exterminio de los cristianos en guerra
Un hombre de ’ distinción ó efendi en abierta, está muy léjos de excitar aquel es
Constantinopla, es un bípedo de paso lento píritu fementido y traidor que los ulemas mi
y exterior imponente y grave. Lleva el tur ran como mérito en el Musulman. Pero el
bante ladeado sobre el ojo derecho,' un ra espíritu de persecución es el pecado favorito
millete de rosas en el pecho, y se distingue de los teólogos de todas las sectas y de todos
de la muchedumbre por lo ancho de sus pan los países. Las prendas distintivas del -Mu
talones. Permanece sentado horas enteras sulman son una profunda ignorancia, un or
fumando la pipa, entregado á una medita gullo intolerable, una indolencia habitual,
ción cuyo embeleso consiste en no pensaren y aquella perfidia que dirige su política en
nada. Se ha criado en el serrallo y ha llega el divan y gobierna su valor en el campo de
do á los honores por la senda de la infamia, batalla. Los efectos de su carácter fueron el
transformado de esclavo en ministro ó gober resultado de una elevación repentina y sub
nador de una provincia. Lee y escribe bastan siste aun en la actual decadencia. Antes que
te correctamente y puede repetir de memo la conquista y el robo hubiesen elevado á los
ria alguno de los principales capítulos del turcos sobre las ruinas de otras naciones,
Alcoran; pero en esto consiste-todo su sa eran fieles con sus amigos y generosos con
ber, y casi siempre lo hace servir á sus mi sus enemigos. Entonces no presentaban la
ras codiciosas. copa envenenada con la sonrisa en los labios
Aborrece á los cristianos por sentimiento ni hacían seña al asesino en medio de pro-
DE LO BUENO Y LO BELLO, 325
testas afectuosas; pero la traición lia llegado imperturbable. Anda como una marsopla
á ser tin acto diario de los turcos. arrojada en la playa: es evidente que la na
turaleza no le ha hecho animal pedestre, y
Volvamos á los hábitos especiales delr/Y/t
que mira con desprecio sus órganos locomo
di. Paséase por la ciudad con un rosario de
tores. No crea el lector que este retrato sea
ámbar en la mano, no mira ni á derecha niá
una caricatura: es una copia exacta cuyos
izquierda: el cadáver de un griego asesinado
tipos podrá encontrar cualquiera que vaya á
no llama su atención; el judío trémulo se re
Constan tinopla.”
tira al verle, y él mismo se desvia de su ca
mino para evitar el contacto de un Franco M. de F.
que se acerca á él. Llega al café á las doce
de! dia y es recibido por el dueño con una
profusion de salems, le pone debajo de los
piés la mejor alfombra, le presenta la taza
mas hermosa, y besa el faldón de su vesti
do. Pero el café es ruin, el efundí se enfure
ce, el cafetero tiembla, jura por la barba de
su padre que lo ha hecho con toda perfec AURELIO AGUIRRE GALARRAGA.
ción, y el tfendi le tira la taza á la cara vo
mitando mil imprecaciones contra él y la
que le dió el sér. Entretanto llega un amigo En el A Ibum Cubano de lo bueno y lo bello,
del efendi, y después de recíprocos saludos y periódico dirigido por nuestra ilustre compa
salons, se entabla entre ellos un coloquio tricia el gran poeta la Avellaneda, debe tener
muy interesante, que se sostiene con mono lugar, debe poseer un puesto, cuanto de bueno
sílabos pronunciados cada cuarto de hora. y de bello haya existido; por esoyocon el alma
El efendi enseña á su amigo un cortaplumas estremecida y con el temor de mi pequenez,
ingles, examina el mango y la hoja, fuma vengo hoy á presentar á templo que tiene
otra pipa y exclama: “//Va? es grande!” Des tan eminente sacerdotisa, uno de los poetas
pues un docto ulema, letrado y teólogo á un modernos que mas prometia, una de las al
tiempo, porque eu Turquía el embrollo y la mas mas entusiastas fundida en el crisol del
teología son una misma cosa, habla de astro sentimiento; joven de estro vigoroso, cuya
nomía y de política, dice, como el sol luce i- voz enmudeció al contar apénas 25 años; y
gualmenteen el Oriente y en el Occidente, y cuya lira quedó rota á impulsos del Occeá-
como a! umbra en todas partes á Musulman es; no, envidioso de tanta armonía.... él, que le
como los giaures (infieles) de Inglaterra for habia dado sus mas dulces inspiraciones! ...
man una nación mas grande que los giaures ¡él, sueño dorado del poeta, su delirio, su
de Francia, supuesto que los cortaplumas vida!
que fabrican son los mas hermosos. Después Aurelio Aguirre y Galarraga habia vis
de haber escuchado este pedazo edificante, to la luz primera en la ciudad de las calles
el rfendi se levanta y se despide con esta pía tortuosas, déla lluvia continua, de los gran
exclamación: ¡Maschalla! “¡Dios es admira diosos monumentos que van á perderse en
ble!” El mozo del café se inclina hasta el el firmamento, hácia el cual miran: habia
suelo como abrumado de reconocimiento sentido deslizar su vida entre las espesas
por un maravedí que acaba de recibir. Ade nieblas, que cubren la ciudad querida de
lántase entonces el efendi por las calles con Santiago,—que le cedió sus restos, para que
su magostad acostumbrada. Si se detiene de los peregrinos de todas naciones viniesen á
lante de unos títeres colocados- al paso, los rendir sus ofrendas á la suntuosa catedral,
mira sin sonreírse, porque su gravedad es sepulcro donde las edades 'e veneran, y don-
Î26 AVBITJÍ CUBANO.
para unirse á aquel á quien debe el nuevo El 28 de Julio de 18.58 la Coruña reci
bautismo, mas grande aun que el primero, bió» sus restos: acompañaba idos con mudo-si
de la contrición. lencio é iban detrás de su carro fúnebre per
En dos magnificas octavillas, que pongo sonas de todas clases, de todos colores polir
á continuación, presenta mejor que nadie, ticos. El 3 de Agosto le dábamos sepultura
esta época de su vida. Helas aquí: en Santiago, ante un inmenso gentío que ve
nia á tributar ese último homenaje á aquel á
Ilaz cuenta que fuiste un cuadro quien quiso y llora y llorará su patria.
Que con diestras pinceladas Sus obras se publican en esa ciudad, im
En sus horas inspiradas prenta de Mirás; y en Vigo, redacción del
Un gran artista pintó; Mino.
Que vino otro artista luego, Cuando el sol de la literatura gallega
Y con intención impura descendia á su ocaso en Aguirre, aparecía en
Aquella hermosa pintura el horizonte galiciano una estrella de bellísi
En sucio borren tornó. mos fulgores, irradiando rayos de pinísima
luz, que se elevaba solitaria y triste sobre la
Que luego del genio en alas tumba del poeta, alumbrándole con melan
Vino otro artista tercero, cólico resplendor. Esta estrella es Elvira Fu
Que sin tener del primero ña: en otro artículo me ocuparé de ella. El
La grandiosa inspiración, genio no tiene patria. Tanto en los polos co
El cuadro vió, y compasivo mo en el ecuador, como en los trópicos, al
Tomó paleta y pinceles, canza siempre trono. Vive en los tiempos y
Y sin afan de laureles se pierde en la eternidad; en Dios de quien
Tornó en pintura el borron. tomó la vida.
Mas tarde Aurelio en su excursion á Vi Habana l'J do Abril 1800.
go—primera vez (pie abandonaba á Santia
go— conoció á la virgen desús sueños, y F. Gonzalez Santos Vgarte.
entonces comenzó esa pasión divina que lo
engrandeció, y brotaron esos versos henchi-
dos de armonía, hijos de la inspiración mas
pura, del cariño mas dulce, debido á una ni
ña sensible, enferma y delirante.—Era el al
ma del poeta encarnada en otro ser; era su
idea, era su mas bello idilio, su romanee mas SUEÑO Y DOLOR.
precioso.
E... le inspiró» sus concepciones mas be
llas y castas, que la virgen que adoraba era pu Cinco dias sin descanso ha pasado en
dorosa sensitiva que apenas la tocaba el aire de mis brazos un ángel, de carne rosada como
sús amantes caricias, veladora de su encanto ple la aurora, y blanca como la corona de la Sier
gaba sus hojas ofendida, de tanto delirio, de tan ra que domina el valle.
to amor. La pobre niña le llamó á la Coruña, El copo de nieve que posaba en mi fal
y el amante fué, y el mar se lo arrebató, y da era mi hijo. Un ¡ay! incansable, agudo v
desde entóneos el alma de la virgen vaga por tristísimo exhalaba su boca entreabierta y mo
las noches sobre la losa del sepulcro de su ribunda. Sn carne, sedosa y suave, estaba
amado, esperando la hora en que venga á dolorida. Mi corazón ahogaba otro ¡ay! ge
buscarla para reunirse y confundirse los dos mido de compasión, mezclado de esperanza»
en un suspiro. A y terror. El blanco y fresco rostro del hom
ALBUM CUBANO
bre nacieuto so marchita en los mismos ins sueño de la muerte, elaboraron aquí juntos
tantes que el mió envejece. La carne rosada sus químicas tareas. La cuna de mi hijo y mi
está reblandecida; la mia seca, contráctil, cama ofrecen el cuadro de la muerte que des
nerviosa, resistente. La carne del ángel se cansa del dolor de la vida; de la vida (pie
disuelve, la mia se petrifica. descansa del dolor de la muerte.
La convulsion de la muerte da su últi El no vive. Yo siento un inmenso do
mo esperezo sobre mi pecho, poco ha empa lor; pero el cansancio del dolor llama a! sue
pado de jugo, ahora seco por la angustia.¡Ahí ño. ¡Qué! ¿No destruye el dolor al sueño?—
vosotros los que padecéis mi dolor, no me ¿Quién es mas poderoso? No lo sé. El dolor
aliviéis, dejadme llorar, dejadme padecer, ahuyenta al sueño; el sueño ahuyenta al do
dejadme morir; no, no rae le quitéis de mis lor. ¿Quién vence? No lo sé. Ambos poderes
brazos. Es consuelo apurar la hez del dolor. dominan la humanidad: ambas leyes cruzan
¿No veis que está muerto? ¡Que está muerto! sus espadas sobre el libro viviente.
No lo arranquéis de mis brazos. Yo puedo ¡Sueño! ¡poder encantador, poder fatídi
verle: no desfallezco: mi vida tiene la ener co! ¡Medalla reverso del insomnio! ¡reverso
gía de! dolor. Estoy buena, ágil, fuerte: el de la vida! ¡descanso del que padece! dolor
mártir no desfallece. ¡Está muerto! ¡Está del que goza! Tu creas horribles fantasmas
muerto, si! Ei pequeño corazón no late, las al que se retiró de la tiesta con las imágenes
pomas desús mejillas están marchitas, el ojo doradas en lamente. Tu conduces al (pie gi
frío y turbio, la nariz afilada, la boca floja y me en las cadenas, á los amenos campos de
amoratada, el rizo ondulante y sedoso pare la libertad.
ce que se ha revolcado en la tierra. Dormí. No el sueño inquieto, sino el
¡Angé-lio! ¡Augélio! gritaba yo con la sueño profundo, estúpido. No sentia el dolor
voz penetrante del amor desgarrado, de una ni el descanso. El poder moral fué abatido
esperanza que deja su lugar á una verdad por el poder físico. Es decir, las leyes’de la
horrible. Angélio ya no volvia los ojos á la humanidad fueron abatidas perla ley eterna
voz de su madre amorosa. ¡Angélio! ¡Angé de Dios.
lio! repetía la voz de su amargura nías ínti ¡Pero desperté! ¡Ah! Madres amorosas,
ma, del dolor mas agudo, déla desesperación llorad, llorad conmigo!
mas honda. Vuelve, vuelve á la vida, le gri ¡ Despertar á la horrible y palpable rea
taba: yo padeceré, yo moriré por tí! lidad!..’ el instante de despertar con la ener
La carne muerta se mancha de rosas vio gía de la vida, renovada por el sueño, es el
ladas: los labios se ennegrecen: suben gases pistante en que es mas imperioso el dolor.
pútridos á la atmósfera. Mi voz habia enron No lucha ya con el sueño, no con la flaque
quecido de gritar en vano. El niño dormia za orgánica; el dolor es potente, inmenso,
el sueño del polvo. Ilabia cumplido la ley de desgarrador. Antes de descansarse ha duda
su existencia, como la cumple la manzana do del motivo del dolor, si no con la razón,
caída en flor. con el sentimiento. Ya no se du la. Abocase
¡El sueño! ¿Qué 03 el sueño? La mitad palpa la soledad dei alma, se sienten las ideas,
de la vida. No es la negación de! ser, pero se distinguen, se descomponen, se analizan,
es la negación de la voluntad. ¿Y qué es el se examinan las esperanzas rotas, la herida
ser sin la voluntad? La piedra, menos que la destilando sangre, la impotencia de una vo
planta, una ebullición de cuerpos químicos, luntad que no sabe crear ni aun esa misma
elaborando su ciega tarea. El sueño es la mi- impotencia.
tad de la creación, que reanima la vida.Pero Mi primer impulso, soñolienta todavía,
¿y el sueño de la muerte? Es la creación (pie fué anudar la idea perdida entre el último
se reproduce. El sueño, pues, de la vida y el pensamiento de! dolor, del sueño. Cogí el va-
DE LO BUENO Y LO BELLO, 329
so del éter para aplicarle á la boca que poco oia sino el quejido perseguidor de mi hijo,
antes exhalaba un quejido desconsolador. no sentia sino mi angustia, no adivinaba si
Pero mi falda estaba desierta, la cuna de no un pensamiento; pero en duda aun, y me
sierta, las habitaciones desiertas. ¡Cuánto si preguntaba á mí misma: — ¿Pero nunca?
lencio aterraba mi alma! No estaba él, no me ¿nunca le veré?—A esta desconsolada pa
miraba, no me llamaría ya nunca, ¡nunca! labra, mi propio pensamiento me respondia
Ya no crecería bajo mi sombra; ya no con con un grito feroz, que decia: — ¡Nanea,
templaria yo su sonrisa ni su sueño celestial, nunca!—
al traves de ios tules de la colgadura de su Pasaron dias. Los que me consolaban
cuna, ya no jugaria en mi falda, ya no vela midieron mi dolor por su caridad, y desapa
ría, no trabajaría, no padecería por él. Pa recieron. Pero como el dolor crece con la
decería por mí, por mí sola, porque le nece certeza del motivo, lloré á raudales, sin que
sitaba para mis ojos, para mi razón, para mi mano importuna enjugase mi llanto.
alma sedienta de amor, que bebía solo en su Busqué el retiro, y vagué por los cam
puro manantial...... ¡Madres amorosas, lio- pos. Escuché las melancólicas armonías de
rad conmigo! las aguas; los ecos de los vientos como lla
«Raquel lloraba por sus hijos, porqueya mándome á la meditación; sentí con religio
no son.» so-miedo los choques de los cuerpos que rue
¡Ay! Traédmele y me consolareis; no me dan, caen, se hunden, cambian de formas
digáis para consuelo que existe mayor an divididos en pedazos. No sentíala humedad
gustia. Traédmele, le abrigaré en mi pecho, de las arenas que pisaba en la playa del Me
le calentaré con mi aliento si está frio.¿Creeis diterráneo, ni elfuego que despiden, nilaem-
que no siente? Yo creia eso de los muertos;’ bestida de la ola brava, ni el dulce beso de
pero ahora dudo: no, creo que mi hijo sien la ola tranquila, sin hallar la imágen de mi
te dolor, frió, sed. Le daré mi pecho ¿dónde hijo.
está? ¡Ay! Traédmele, que yo le vea. Mirad, La reflejaban las aguas azuladas, la blan
estoy serena. ¿Estorban mis lágrimas para ca corriente del arroyo, las brumas del mar;
verle? Pues ya no lloro. Estoy tranquila. Ni la luz del relámpago y la de los astros. El,
siquiera laten mis arterias. ¿Me le traéis? — rosado y sonriente, estaba entre los grupos
¡Ay! ¡ay! Tened lástima de mí. Madres amo de rosas del huerto, al confín de los parrales;
rosas que comprendéis mi dolor, llorad, llo se mecía entre las cintas de las humildes ca
rad conmigo. ¿Le habéis llevado, sin dejar ñas; se escondía bajo los laureles sombríos;
me siquiera su retrato? Esto es cruel. Siquie caían sobre sus rizos amarillos é iluminados
ra su retrato. ¡Ay, qué felicidad! Este es su las olorosas lluvias del azahar. ¡Hijo mió! hi
rostro, ya tengo su retrato; pero esta no es jo mió! Yo le contemplaba como una luz ce
su carne blanda y eléctrica, no e3 la vida; es leste, que en todas partes alumbraba mi tris
la muerte perenne, la muerte que no des te fantasía.
compone la materia: es ¡a imágen de lo que A la desesperación enérgica sucedió el
no volverá á ser; es el sarcasmo de la natu dolor intenso; después la melancolía profun
raleza potente, burlándose del imbécil poder da, la tristeza pacífica mas tarde. A este do
humano. lor incesante del alma, á esta niebla abruma
Turba de espíritus piadosos, consolado dora siguió la tristeza filosófica. La contem
res, rodeaba mi cama, obstruía mis habita plación del universo me llevó á amar la hu
ciones, acariciaba mi cabello destrenzado, manidad, como se aman los átomos de un
enjugaba los raudales que empapaban mis gran todo organizado.
ropas, abrigaba mi pecho descubierto, com El árbol, la piedra, la luz, el hombre,
ponia mis vestidos ajados y rotos; pero yo no fueron á mis ojos miembros, átomos del gran
L 76
... Jl
330 ALBUM CUBANO
w
•
La justicia y la verdad son dos puntas Ciencias y letras yacían
tan sutiles que no poseemos instrumentos En orfandad y abandono,
que puedan tocarlas exactamente. Dando en medio de aquel caos,
De desventura por colmo
La ergotizante escolástica
Crepúsculos nebulosos.
Rara vez los que hacen profesión de de- Tal era la faz del mundo
cidores de agudas palabras son personas de Cuando de España en el trono
generosas acciones. Brilló el varón eminente
Que fué de su siglo asombro.
____ Fruto anhelado y querido
De un augusto matrimonio
Burlarse de la filosofía es filosofar. —Que de Alemania y Castilla
Cumplió los férvidos votos—
Tuvo por madre á Beatriz,
Flor del germánico tronco,
Y por padre al santo rey
SECCION SEGUNDA. Q ue aun es de España custodio.
Tuvo por patria á Toledo,
Y por nombre aquel sonoro
ALh'ONSO K IB SA BIO, (l) Que ya unido se encontraba
En nuestros fastos gloriosos
Con los epítetos grande.
I. Casto, valiente, católico..........
Y que el de sabio también
Bol grande imperio de Augusto 51 creció con gloria pronto.
Restaba un cadáver solo, Tuvo por dotes del cielo
Del que ensañadas facciones Grande ingenio, juicio sólido,
Se disputaban los trozos; Caráeter grave y benigno,
Y el de Oriente empobrecido, Simpático y noble rostro.
Desmembrado de mil modos, 5Iostróse desde la infancia
En convulsiones de muerte Reflexivo, sério, probo,
Su fin anunciaba próximo. Incansable en el estudio,
La Francia tras largas luchas En el placer parco y sobrio;
Aun no alcanzaba reposo, Y asociando á la prudencia
Y toda Europa seguia Aliento audaz y brioso,
Presa del vértigo loco Su primer campaña un reino
Que á sepultar la arrastraba Dejó á sus piés por despojo.
En el Asia, un siglo y otro, ¡Así lució la alborada
Con esperanzas brillantes De aquella vida, que absorto
Sus soldados y tesoros. Vió el siglo décimo tercio
La ignorancia con la guerra Y aun admiramos nosotros!
Do quier reinando en consorcio, ¡Así en su oriente aquel astro,
Rasgando negros embozos,
(1) Esta composición, inédita hasta atora, fué escrita La luz anunció á Castilla
para un Album de Españoles ilustres que se proyectó publi- Que ella esparció por el globo!
car en Madrid, todo él en romances, con los asonantes del
nombre de los personajes cuyas biografías figurasen en sus II.
páginas. Leida la presente por su autora en una solemnidad
literaria, le mereció la honra de recibir una corona de laurel,
que á nombre de la juventud ^española le fué presentada Se acercaba á su ruina
por el distinguido orador y publicista D. Emilio Castelar. Aquel poder ominoso
332 ALBUM CUBANO.
S3»
Y junto á su cabecera,
ya que se aduerme tan sola, LA MARIPOSA. O)
el alma parta ligera
con la suya á platicar.
Vagarosa
Que siendo cual Dios el alma
mariposa
de la carne se desnuda,
blandamente vuela en torno
y es fácil que á verla acuda
de las flores del pensil,
quedando también acá.
y un destello
del sol bello
matizando va el contorno
Al contemplarla tan linda de sus alas de zafir.
en los descuidos del sueño,
imposible es que prescinda Si un instante
de un beso en su frente dar. liba amante
Un beso que no baga ruido, la miel que el nardo atesora,
ni manche su frente casta— ya rauda de flor en flor
que á mí tan solo me basta vuela esquiva,
un beso de amor y paz. y así aviva
Me basta, sí, pues la adoro de mi niña encantadora
con tanto amor y pureza, el afan perseguidor.
como ama en el cielo el coro
Anhelante
de serafines á Dios.
jadeante
Y" á fé que este amor merece, tras las galas que despliega
porque es rosa peregrina,
corre la infantil deidad;
que de su mansion divina
mas la hermosa
á perfumarme bajó.—
mariposa
Mas ya la luna se esconde
de improviso incauta y ciega
tras nube espesa y sombría,
va sus labios á besar.
y el eco apenas responde
a mi flaca y débil voz. Allí aleve
Contigo se ha disipado néctar bebe
oh luna! el contento mió,
que es mi placer desvario ( !) Estas originales composiciones (como otras que pu
que se deshace veloz. blicará el Album Cubano) pertenecen á un joven obrero (le
Barcelona, verdadero genio poético y musical, á quien du
rante mi permanencia en aquella ciudad fui deudora de
singulares muestras de entusiasta simpatía. Las lindísimas
canciones que escribe de una plumada, con pasmosa espon
Y pues que tristes estamos, taneidad, son puestas en música por él mismo, y cantadas
bajo su dirección en los conciertos semanales del Jardín de,
y Ella tal vez no lo piensa, FAitcrpe, por un coro de obreros que alcanza ya general re
oculta tu pena intensa, putación cu España.
(i. G. de Avellaneda.
ocúltala, corazón.
77
338 ALBUM CUBANO
caprichosa como la naturaleza que ha creado el Diego exclama mostrando á Blas un rollo de
monte y la llanura, el frondoso árbol y el míse papeles:
ro abrojo, se complace en probarnos con la di —Este manuscrito te indica que me he dedi
versidad de sus productos y lo innumerable de cado como tú al cultivo de las letras. Se ha
sus invenciones, que sus recursos no poseen tér puesto tan en moda escribir para el público que
mino. no he podido resistir al deseo de ver también
impresas mis lucubraciones. Como primer en
Comparad la túnica de los antiguos romanos, sayo literario he compuesto un drama por el
el manto que los revestia de tanta dignidad, y estilo de Adriana de Lecouvreur sin olvidar que
la corona de flores ó de yedra que cefiia ' sus - Scribe ha exagerado en él un poquito el célebre
sienes á menudo con el prosaico atavío que los al grano, al grano de Horacio, negando al espec
hijos de Adan usan hoy, y comprendereis que tador algunas esplicaciones precisas para la
lian transcurrido en efecto desde entónces acá, mejor comprensión de la pieza.
luengos años. La moda sin embargo ha hecho —El autor dramático debe ser muy conciso—
bien en convertir en vulgar paleto la toga ro contes ta Blas en tono de suficiencia.—Esa cua
mana, en sustituir á las guirnaldas de rosas ó lidad formó el principal mérito de Alfieri. J us
de laurel el sombrero californiano y el de sorbe tamente ocupándome del particular, dije hace
tera. El magestuoso ropaje de los antiguos lati tiempo en uno de mis mejores artículos: “El
nos parecería un adefesio llevado en el muelle buen escritor expresa mucho en'pocaspalabras.
por ansiosos especuladores ó paseado por las Los antiguos hablaban por sentencias destina
calles por personas frívolas. La propia meta das á producir doble efecto que los largos dis
morfosis que en el vestido, ha ido verificándose cursos. El vulgo suele confundir la verbosidad
por grados en las ideas de la humanidad. Anta con la elocuencia, pero el hombre sensato cuan
ño era moda subirai pináculo de la fama à fuer do al buscar el fruto solo encuentra vana hoja
za de heroicas virtudes, morir como Leónidas y rasca. la arroja con, desden de pasto á los igno
Régulo por el santo amor de la patria. Ogaño rantes. En mi concepto...........
es moda sobretodo [salvo las excepciones que —Sí, sí, recuerdo muy bien el artículo á que
en toda regla existen] tener mucho dinero. La aludes, — murmura Diego interrumpiéndole.
voluble diosa se ha vuelto tan codiciosa como (Hoy es moda hablar siempre y no escuchar
Danae quizá por afición á las lindas frivolida nunca). Ahora se trata únicamente de que ven
des del lujo que desconocieron los ínclitos va gas á formar parte del comité de amigos que se
rones citados. Hasta el celebérrimo Diógenes disponen á juzgar mi drama.
hubiera carecido de valor en nuestro siglo para —Cuenta con mi imparcialidad. ¿Recuerdas
encerrarse en su tonel. Caso que no lograra al par lo que dije respecto à la materia en un
vencerlo el fastuoso espíritu de la época, hubie folletín que gustó mucho? (Hoy está también
ra sucumbido à la desconsoladora certidumbre de moda, lectoras mias, la propia alabanza se
de que nadie se inclinaria con respeto ante su
gún la intrepidez con que cada uno se echa fres
remendada capa. Apresurándose á salir por
co á sí mismo). “Sed severo para con el amigo
consiguiente como el ma’cao de su concha, hu
en vez de alucinarle con mentidos elogios. Exe
biera buscado en lucrativas empresas los me
cremos los tiros de la malevolencia, pero bese
dios de obtener el aplauso público. '
mos la mano del prudente Mentor que nos riñe
Mucho siento hallarme obligada à decirlo en en voz baja para que jamas puedan los indife
obsequio de la verdad. No obstante la rápida rentes reconvenirnos con justicia en alta voz.
marcha del progreso que sin duda nos conduce Si cuantos han escrito hubieran..........
al perfeccionamiento de todas las cosas, á pesar —Tampoco he olvidado el párrafo á que te
de las excelentes teorías que proclaman los a- refieres—observa Diego bostezando.—Personas
póstoles de la civilización, el yo está ahora mas inteligentes lo han aprobado y eso llena mi co
-de moda que nunca. Dos amigos por ejemplo se razón de halagüeñas esperanzas.
encuentran en la calle, se detienen, y se pre —Te agradezco la sincera parte qué tomas
guntan respectivamente por su salud sin aten en mis triunfos. Pronto publicaré otro artículo
der á veces á su mutua respuesta. En seguida en que sostengo..........
40 ALBUM CUBANO
—¡Eli! Vo trato de mi drama y no de tus hoy la modestia no está de moda, quizá porque
producciones —replica Diego impaciente.—Vie muchos la equivocan con la insignificancia,
nes por fin á presenciar su lectura? mientras el petulante aplomo y el insufrible pe
—Imposible. Me lo impiden improrogables dantismo deslumbran al vulgo dispuesto á con
tareas. “El tiempo—como pienso decir en un fundirlos con el talento. ¡Cuántos errores en
folletín filosófico—vuela para las personas labo una época que se jacta de destruirlos!
riosas. Solo el holgazán lo considera lento, Una moda que jamas adoptarán las alma»
solo” .......... rectas es la de no atender á la ancianidad
—Va que no puedes ocupar tu puesto entre cuando no le sirven de báculo repletas talegas.
los jueces de mi pieza, te leeré en un momento En los remotos siglos que llamamos bárbaros
sus mejores fences—exclama Diego comenzan se tributaba á la vejez el culto del respeto. En
do á recitar una tirada de versos que Blas es el nuestro, que se precia de ilustrado, es ella
cucha sin oirlos. objeto á menudo de desden y hasta de risa si no
—Prosaicas obligaciones no me permiten posee, repito, riquezas que le atraigan la con
proseguir disfrutando de tu poética rima— sideración. Así lo prueba la frecuencia con que
murmura el último aprovechándose de una vemos aquí á mas de un doncel ofrecer su brazo
pausa del autor.—Corro adonde me aguardan. durante las noches de luna á la elegante seño
¡Que el comité formule la opinion que ansias! rita para pasearla por la plaza de Armas ó la
—Oye á lo menos la escena final, en la cual Alameda de Paula, dejando que la mamá de su
la heroína quitándose una liga se ahorca con bella camine detras sola ó apoyada en aquella
ella. Ahora están de moda en la escena dramá de sus hijas que carece de acompañante. Y
tica las ideas nuevas ó imprevistas. no causa por cierto tanta sorpresa que el galan
—Hum! Temo que los espectadores se rian abandone á la anciana por la joven como que
de la liga convertida en garrote vi!. Cuidado esta sonría al descortés que vuelve la espalda
con ofender las leyes del buen gusto. á la venerable autora de su vida.
—Concédeme cinco minutos de atención y La moda de la música es una de las mas pre
desaparecerán tus recelos. potentes en la Habana. Su imperio en el in
—Ni siquiera ese breve tiempo me es posible vierno no conoce límites. Discútese entonces
otorgarte. “Anteponed vuestros deberes á vues con tanto afan, como si dependiera del espec
tros goces”—digo en el folletín á que be aludi táculo lírico el porvenir de la Isla, si vendrán el
do.—Casualmente lo traigo en el bolsillo del tenor fulano y el barítono zutano, si serán de
paleto. Escucha, escucha. este ó aquel género las anunciadas prime-donne
Y el que alegaba la dificultad de conceder y si han de ejecutarse aquellas ó estas partitu
cinco minutos á la lectura de una obra ajena ras. No hay dama que no juzgue en dicha épo
emplea veinte en recitar el exordio de la suya. ca indispensable tener palco en la ópera, galan
Muérdese Diego las uñas de cólera hasta que que no se ocupe de Donizetti y de Bellini, pa
cansado de su suplicio grita: pá que no torne á entusiasmarse recordando
—Basta, Blas. Me sé de memoria esas re los tiempos del di tanti palpiti y del piacer me
flexiones que he estudiado con detenimiento en balza il cor. ¡Ah! Si según se propone á cada
libros de fama. rato la moda volvernos locos se propusiera con
— ¿Cómo? ¿Pretepdes por ventura acusarme vertirnos en sabios, de seguro que habríamos
de plagio, pretendes........... alcanzado ya el non plus ultra de la ciencia uni
—Leerte sin mas tardanza la peripecia de la versal que nadie ha logrado poseer todavía.
liga. Voy á principiar. Pero hó aquí que al aludir á la moda filarmó
—Y yo á concluir una conversación que ha nica se me ocurre referiros un lancccillo que
durado demasiado para una persona de mis ocu ocurrió el año pasado en nuestra querida Ha
paciones. Adiós y á rivederci como dicen en la bana. ¿Lo cuento? Quien calla otorga. Allá va
patria del Tasso, ò hasta la vista como decimos pues.
en la de Calderon, Cervantes, Lope de Vega, La bella Elisa suplicó á su padre á principios
etc. etc. del invierno último se abonase á la ópera. D.
Por el citado diálogo habréis conocido que Boque para imponer silencio á sus exigencias
DE LO BUENO Y LO BELLO, 341
le compri» con lo que debía cosíanle el abono una flauta. El melodioso instrumento decía
un piano destinado á durar tantos años por lo sin palabras ¡Toujours toil ¡Toujours toil.
menos como meses durarla la lírica temporada. —Querido Mauricio—balbuceó la joven cuyo
El Harpagon echaba bien sus cuentas. — Ya que pesarse trocó en repentino gozo.—Sí, siempre
hemos de gastar—pensaba—-gastemos de modo tú, siempre tú..........
que quede siempre en casa el dinero. Durante algunas noches se consoló Elisa es
Aceptó el convenio Elisa merced á cierto jo cuchando la flauta de Mauricio del dolor de no
ven dMettante que se ofreció á darle (gratis verle. Mas su padre que no era sordo la oyó
según creia I). Roque) lecciones de música . al cabo también y sospechando la verdad apre
Mauricio llevó su flauta á la morada de sus suróse á cambiar de morada.
nuevos amigos, Elisa aprendió á acompañarla Siguiólos la flauta tenazmente. D. Roque po
con el piano y I). Roque regoci jado con la idea dia impedir que Elisa comunicara con ^u ami
de que su hija seguia la moda sin costaría na go, pero no que el invisible mensaje de amor
da, aplaudia el fervor con que ambos nirfoo.sos llegara tierno, expresivo, sentimental hasta
tocaban y cantaban á dúo una rowianjrt franee- ella.
so cuyo estribillo era ¡ Tbu/ours fot! ; Toujours El Harpagon anduvo errante por la Habana
toil sin conseguir librarse de la obstinada flauta
Pero una tarde que se durmiera el buen vie que tan pronto vibraba a la derecha como á la
jo á compás del piano y de la flauta, indiscre izquierda, al frente como á la espalda de su do
to mosquito lo picó en la nariz equivocándola micilio. Habia enflaquecido desde que Mauri
con un tomate. D. Roque abre los ojos y se cio la tocaba tan á menudo. Sin embargo cuan
queda convertido en estatua como el tutor de do ménos lo esperaba el suave instrumento ca
Rosilla. Mauricio representaba junto á Elisa lló de improviso. Dias y semanas transcurrie
el papel de Almaviva añadiéndole estas expre ron sin que resonara en los aires su patética
sivas palabras ¡Siempre tú, angel mió, siempre vocecilla. ¡Llégale pues el turno á Elisa de sus
tú! pirar, gemir y enflaquecerse!
Recobróse pronto D. Bartolo de su asombro ¡Para que la flauta hubiera enmudecido tan
y asiendo á Almaviva del brazo: completamente era necesario que ya Mauricio
—A la calle traidor—gritó furioso—ó te rom no la amase ó no existiese!
po tu misma flauta en la cabeza. ¿Quién lo hubiera creído? Hasta D. Roque
—Cálmese V. papá—murmuró Elisa asustada llegó á echar de ménos la flauta. Elisa se en
—Mauricio me ha elejido por esposa y no ofen fermó desde que no la oia y los médicos la de
den á V. sus honradas intenciones. clararon amenazada de consunción.
—Ya sé por qué te elige—respondió D. Ro El anciano no obstante su avaricia prefería
que con sarcasmo.—Porque hoy están de moda su hija á sus talegas. Arrancándose pues los
las muchachas ricas. Pero no le pagaré tan cabellos desesperado exclamó mirando sus on
caro como pretende el fementido sus lecciones zas:
de música. —¡Pereced vosotras y sálvese Elisa!
—Y yo sé también por qué rechaza V. mis La flauta por lo tanto volvió á sonar mas
votos—exclamó Mauricio irritado á su turno. agradablemente que nunca. Elisa que se desma
—Porque hoy están de moda los acaudalados yó al escucharla de nuevo creyó al recobrar el
yernos. Pero no por eso sacrificaré mi felici sentido que habia soñado. ¡Bendita realidad!
dad á la ambición de un padre egoista. El expresivo instrumento tocaba aun la canción
En fin, después de regalarse los oidos mú- francesa cuyo estribillo era ¡Toujours toil ¡Tou
tuamente con tales piropos la puerta se cerró jours toil
tras Almaviva dejando á Rosiua desesperada. Apesar de su regocijo la enferma no se sin
D. Roque tomó tan perfectamente sus medi tió satisfecha. Mauricio habia perdido en ins
das qué por espacio de muchos dias no supo piración y ternura lo que ganara en arte. Amá
Elisa de su amado. Pálida y doliente ignora bala sin embargo todavía puesto que no se can
ba que partido tomar cuando una noche oyó saba de repetirle ¡siempre tú!
salir de próxima casarlos dulces sonidos de Por último; una noche que la joven escucha-
r-
342 ALBUM CUBANO
ba pensativa el instrumento consolador pene azul y el punzó están ú la dernière. Ambos son
tró en su aposento otra melodía compuesta del dignos tie realzar los encantos de nuestras her*
propio tema sentimental. ¡Dos flautas tocaban mosas. El encarnado es el color del triunfo,
¡í la vez! Elisa oyó absorta aquel concierto in del entusiasmo, y digámoslo así, de la gloria; el
visible. Tero había en los sonidos de la segun azul el de la delicadeza, la dulzura y digámos
da flauta tan profunda tristeza y dulzura tan lo asi, la poesía. Bojos sun el rubí y el coral,
conmovedora que la agitada virgen venciendo la rosa y el clavel; azules el zafiro y la turque
al momento su indecision gritó alargando los sa, la violeta y el myosotis. Unidos ambos for
brazos en la dirección de donde venían: man el brillante efecto que en la actualidad ad
—¡Oh, Mauricio! Aunque alguno ha pretendi mira la fashionable multitud en las cortes de
do engañarme imitando tu voz mi alma ha re las hechiceras Soberanas Altagracia y Merce
conocido la tuya y acude presurosa á su en. des I, que sentando sus reales en la vieja mami
cuentro. ¡Allá voy! ¡Allá voy! ta han conseguido rejuvenecerla.
Y entregada al delirio hacia ademan de vo ¿Y qué novedades hay respecto á vestidos?
lar al cielo como si le hubieran nacido alas. Su —me preguntáis probablemente. Os contesta
padre acudió á sus gritos, la creyó loca y mal. ré lindas amigas describiendo el prendido sen
dijo su codicia. Durante un mes luchó Elisa cillo y gracioso conque tres señoritas que pue
con la muerte. ¡Ah! ¡Los médicos no hubieran den servir de modelo de elegancia tuvieron el
logrado salvarla si la flauta amiga y bienhecho buen gusto de asistir al poético y concurrido
ra no la detuviera en la tierra con lazos tam baile con que acaban de inaugurarse las fiestas
poderosos que la Parea no consiguió cortarlos; de verano en la glorieta de las Puentes.
Cuando la joven volvió á la vida y vió á su Llevaba la gallarda M...... blanco traje de
amado á su cabecera supo todo lo ocurrido. gasa de doble falda guarnecido de flequillos
Mauricio había estado enfermo, su padre había chinescos. El corpino escotado tenia por único
pagado un profesor para que el querido instru adorno las abrillantadas listas de la gasa que
mento prosiguiera consolándola, y por eso una formando draperie se cruzaban sobre el pecho
noche resonaron las dos flautas juntas. El su donde exhalaba sus perfumes un ramo de na.
blime instinto del alma que adivina lo que no turales rosas. Diáfano chal de tul ligero como
comprende la tosca materia hizo empero des la neblina flotaba en torno del enhiesto cuello.
de luego conocer á Elisa la tocata tierna, senci Algunos clavos de oro adornaban la ondeada
lla y melancólica del verdadero Mauricio. cabellera resplandeciendo como estrellas entre
La flauta de este no tardó en hacer oir con sus rizos.
inefable amor el epitalamio de la boda ínterin También vestia de blanco la gentil L....
Elisa apoyada en su hombro pensaba mirando cuyo traje se componia de dos faldas de finísi
retratarse en sus ojos el afecto sincero y fiel: ma tarlatana guarnecida la inferior con angos
■—¡Ah! Si es cierto que la moda protejo á me tos vuelecitos y la superior con un ancho bu
nudo la vanidad, la codicia y el egoísmo, tam llón. Las flotantes mangas eran á la odalisca.
bién lo es que nunca logrará destruir en los El corpino escotado lucia una berta con tufos.
rectos corazones los nobles impulsos, los gene Blancas camelias artificiales florecían (permi
rosos sentimientos y las afecciones desintere tidme la hipérbole) sobre los cabellos y el seno
sadas! de la encantadora L.......
A otra cosa ahora. El vestido de la simpática B..... era de ga.
El ardor de la presente temperatura prueba sa color de rosa cubierta la saya de ligeros vo
que nos hallamos muy lejos todavía de la gra lantes separados unos de otros por bullones de
ta estación en que reina la moda musical á que blanco tul, tufos de igual cl’ase se mezclaban en
he aludido. ¡Paciencia y esperemos! Mientras el corpino y las mangas cortas con otros de ro
tanto las verdaderas elegantes continúan pre sada gasa formando armoniosa union. Verde
firiendo las telas ligeras, los colores claros, y guirnalda ornaba la cabeza de la angélica jo-
las guirnaldas de flores para las toilettes vera vencita que así ataviada parecía una aérea síl-
niegas. tide, una náyade vaporosa.
Con motivo de los bandos de Guanabacoa el Ni prendidas para los grandes bailes me ha-
DE LO BUENO Y LO BELLO. 343
bian parecido tan lindas como con ese sencillo de las reinas de la hermosura de la presente
traje las indicadas señoritas. Todas las muje temporada y á esto se debió en gran parte el
res se asemejan cubiertas de seda y pedreria. bullicio,el contento, la felicidad en que han vivi
Solo las jóvenes y bellas brillan como diaman do los partidarios de ambos bandos. La cues
tes cuando no llevan ninguno. tión era importante: poner en una frente juve
Por lo referido veis que la moda ha tenido nil la diadema acordada á la belleza no csju-
ahora el buen juicio de elegir galas en conso guete que se puede echar en saco roto; la di
nancia con el carácter de la estación. ¡Ojalá plomacia, la educación, la alegria, demandaban
se mostrara siempre tan sensata! mucho tiento y en gracia de la verdad tenemos
que confesar que se llevó á buen término el
FELICIA. gran acontecimiento que llamó la atención de
todos. La glorieta estaba adornada con senci
llez y profusamente iluminada con gas de Ben-
sul. Pasando por alto los preparativos y el mo
vimiento de la concurrencia que no ofreció
ningún carácter digno de ocupar el pensamien
to del cronista, nos fijaremos en el momento
notable en que se adelantaban hácia el punto
de reunion las carrozas en que iban ostentan
RKVISTJV. do sus gracias la bella Mercedes Plana, reina
del bando punzó, y la bolla Altagracia Sicre,
La cosecha do materiales que me ofrece la reina del bando azul. Ambas iban acompaña
historia de los últimos diases harto abundan das de sus cortes respectivas y me permitirán
te, y me alegro porque tenia necesidad de es ustedes que sea tan franco que confiese lo her
te gran recurso para no entretener con vagas mosa que me pareció una airosa Matilde que
ideas á los buenos lectores de la Revista del mostraba las insignias de abanderada. Los
Album Cubano. Para que no falten novedades gentiles-hombres llevaban faroles caprichosos
ha querido asomar en un cuadrante dei cielo que daban una claridad en extremo agradable
nada ménos que un cometa. La población ente á la vista y que servían para ir alumbrando el
ra lia levantado los ojos atónitos durante las camino. Susurran por todos lados las aclama
primeras horas de la noche, y al distinguir en ciones de la simpatía, los murmullos de la ad
el espacio inmenso aquella espada de fuego no miración; suenan los vivas del gozo.—Viene
acierta como espücarse la aparición de un fe en seguida Alta-gracia, que así ia llamaron pa
nómeno al que unos atribuyen futuras bien ra que tuviera la dicha de oirse calificar pro
aventuranzas y otros consideran como signo piamente por cuantos le dirijan la palabra, y
seffuro de temibles adversidades. el mismo entusiasmo estalla en la multitud, la
O
Para mí, sin embargo, el cometa es una fa misma alegría la aeoje.
vorable novedad, porque no solo me trae la ¿Qué es lo que estamos presenciando? Esto
hermosa idea de lo infinito cuando pienso en divierte á los buenos moradores de la Habana,
la asombrosa velocidad de su carrera y en el esto llena de regocijo á los mas taciturnos, yo
tiempo que tardará para volver á presentarse mismo que estoy hace tiempo tocando á reti
á las generaciones que pueblan nuestro plane rada á tambor batiente no puedo ménos que to
ta, sino porque como ustedes están viendo me mar participación en la fiesta y decir que ha
proporciona motivos para entrar en amigable cen bien los jóvenes que echan á quemar así el
conversación con mis lectores. corazón en aras del Molok del placer: que ha
Guanabacoa ha presentado un cuadro cada cen bien los que rien pagando su homenaje á
vez mas animado: las cosas que allí han tenido la edad y á las costumbres. Bienaventurados
efecto han ido sucedióndose en agradable ilu los que bailan!
sión, multiplicándose, y cada vez mas intere Colocadas las dos reinitas en el trono, el Sr.
sando á la alegre juventud. A principios de mes Teniente Gobernador de Guanabacoa puso so
ocurrió la gran solenr-.idad de la coronación bre las sienes de las dos elegidas las coronas
844 ALBUM CUBANO
que para Cada cual habían sido destinadas, y de ¡a orquesta de la ópera. ¿Se embarcará el
luego tomaron la parte que les correspondía los querido artista? No podemos asegurarlo, pero
vates de tales circunstancias; resonó esa poesía corre esta noticia y yo la comunico á mis lec
sin pretensiones que cultivan en tales casos los toras que siempre miraron con particular cari
improvisadores, y concluida sumisión marcóla ño al eminente pianista.
orquesta la hora del baile y se difundió en bre La función que la compañía Robreño ofre
ve por todo el salón ese movimiento muelle ció en beneficio de las viudas, heridos y huér
con que se manifiesta la danza intertropical. fanos de los voluntarios de Cataluña, dió por
Entonces se mezclaron los partidos, diéronse resultado la cantidad de setecientos pesos,cin
las manos azules y rojos, conversaron, sonrie cuenta centavos, de los cuales deducidos los
ron y se columpiaron en brazos del vértigo gastos de propiedad de! drama, comparsas, etc.,
que producen la música, el baile, la juventud, quedan quinientos cinco pesos cincuenta cen
c! lujo y los perfumes. tavos libres, sin que la compañía haya cobrado
Prolongóse la fiesta hasta muy avanzada la el alquiler del teatro. A pesar de lo avanzado
noche y Dios sabe cuántos suspiraban por la de la estación, la animación que reinó en el
duración de aquellos bendecidos instantes pa Gran Teatro probó lo satisfecho que quedó el
ra no interrumpir quizas una esperanza, un público del desempeño de las piezas que se pn
sueño; para ver realizada tal vez una de esas sieron en escena.
promesas que se pronuncian al oido, para rati Pero decidme: ¿estuvisteis, caro lector, ó, be
ficar un pensamiento, para aguardar una mu névola lectora, en la poética glorieta de Puen
rada! tes-Grandes en la noche de su primer baile de
Merece también particular mención la visita temporada? Ah! qué momentos aquellos! ¡qué
que hicieron ambas reinas á la hermosa Sra. escogida y qué hermosa juventud! ¡Qué deli
Condesa de San Antonio, la que recibió á tan cias las que allí sintió mi alma y la vuestra!
elegantes huéspedes con aquellos finos modales —El conocido local, resplandeciente con sus
que la caracterizan. centenares de luces, renovó en nuestra memo
Ocupáronse los periódicos de la Habana del ria las escenas de otros años y de otras felici
viage que debia emprender Mr. Randoux, dis dades.
tinguido actor francés que luó compañero de Decir que la fiesta fué brillante es escusado
Ja célebre y siempre llorada Rachel en su cuando allí estaban las bellas de Armonteros,
escursion por estos países y que fué agraciado de irresistible mirada; las de Herrera, las de
con el primer gran premio del Conservatorio León, ese par de ángeles que nos vinieron del
Imperial y que es primer trágico del teatro fran viejo mundo, las fesser, tan distinguidas como
cés en Paris. Por fin llegó ya, y debiendo perma graciosas, la de Gencr, poética y dulce belleza,
necer algunos dias entre nosotros, piensa ofre la señorita de Enlate, modelo digno de Miguel
cer en nuestro Liceo algunas soirées dramáticas. Ange! y de Urbino, la de Jáuregui, de enloque
Entre otras piezas escogidas Mr. Randoux de cedores ojos, Rita Osina, siempre seductora y
clamará el combate del Cid contra los moros, elegante, la linda señorita de Céspedes, la en
fragmento de la tragedia del inmortal Cornei cantadora Paquita Bernabeu y su linda her
lle titulada: El Cid. Declamará también El sue manadlas de Duquesne, Alfonso, Vinageras y
ño de Hamlet, de Dueis, y los Furores de Ores toda esa falange que constituye el encanto del
tes del gran Racine. Desde ahora proveemos círculo escogido, que do quiera que va lleva
un buen resultado á Mr. Randoux y nos com tras sí tantos corazones cuantos palpitan al
placería que obtuviese la acogida de que es dig mirarlas.
no por su reconocido talento y su instrucción Allí timbiem se encontraba Concha Rodri
en el arte que cultiva. guez en cuyo rostro no encontrareis ni sombra
Se ha dicho últimamente queGottschalk de de un defecto; mas allá las de León, risueñas
bia salir para la América del Sur, pero nos siempre, siempre amables y graciosas. Y por
queda la esperanza de que tiene que volver do quiera encantadoras, que hacían fluctuaren
pronto porque en cumplimiento del contrato la elección al mas absoluto en la admiración
que ha firmado, se hará cargo de la dirección de un tipo dado.
DE LO BUENO Y LO BELLO. 345
t-
La vista no cesaba de estasiarse y cuando ya público con verdadero entusiasmo obtuvo rui
contábamos no distinguir otras hermosuras, dosos aplausos y debió quedar bastante satisfe
nos seducía el rostro hechicero de la señorita cha por las muestras generales de aprecio que
de Vizcarrondo, el gracioso y distinguido de la recibió.
de Cárdenas, los de las Andreu, y otras. Acudió al Liceo una regular concurrencia en
Villanueva ha seguido abriendo sus puertas una de las noches que acaban de pasar y asis
á los amigos de las funciones ecuestres y la tió complacida á la representación de la come
numerosa compañía que cuenta con el Sr. Isi. dia en tres actos titulada: D. Tomás. Comprén
doro y otros artistas de reconocido mérito, se dese que no tiene nada de particular que esca
ha esmerado últimamente en sus trabajos y diz see la gente en toda clase de diversiones, porque
que particularmente los chicuelos han estado ya saben ustedes que la estación • está rigurosa
do enhorabuena y aun se agrega que otros que y brava, como decimos aquí; pero debe holgarse
ya no son niños por cierto también han gustado el instituto que recibe visitantes cuando nos
asistir al espectáculo. comprime á su gusto en todos sentidos una at
Yo que ando por todas parte», como los duen mósfera de fuego. El drama fue ejecutado con
des, fuíme no hace mucho al Carmelo y asistí la inteligencia que poseen los amables aficiona
á la corrida de caballos que allí se llevó á cabo. dos de la sección de declamación y despertó
Un hermoso caballo llamado Relámpago, perte nuestro interes la aparición de la Srta. I).80
neciente al joven D. Agustín Montalvo en com Rosa Marrero y Caro, conocida ventajosamen
petencia con el llamado Catey de D. Jaime Sa- te por los versos que ha publicado, que en esta
licias so dió á correr y correr hasta que de ocasión tomaba parte en el desempeño del pa.
bía y quería, y era de verse lo que gozamos papel de una mujer entrada en años, y que, á
y nos divertimos y lo que nos prometemos pa decir verdad, no dejó nada que desear á sus
ra las nuevas carreras que se preparan en es numerosos admiradores.
tos mismos dias. En orden de fechas viene a ocupar este lugar
Púsose en escena en Tacón el famoso drama en la revista el paseo de las reinas de los ban
de Scribe titulado: Adriana Lecouvreur. Me dos de Guanabacoa, quienes habían convocado
acordé involuntariamente de, aquellos tiempos en ¡i sus respectivas cortes y entrando en lujosos
que Dios quería que anduviera la ilustre Rachel coches se hicieron admirar nuevamente de la
por el mundo y me asaltó á la mente la memo juventud de ámbos partidos que las aclamaba
ria de una noche deliciosa en que la oí pronun sin cesar como soberanas de la belleza.
ciar con un acento sin igual los magníficos ver Prepárase para este domingo, en que apare
sos de Fedra, y en que su apostura imponente ce la undécima entrega del Album, un nuevo pa
y su acción inimitable, hicieron prorumpir al seo en Guanabacoa, en que las reinas volverán
admirado auditorio en una esplosion de acia, á ofrecerse à los ojos desús admiradores, ador
maciones espontáneas.—¿Por qué moriste tan nadas elegantemente y seguidas de sus cortes.
pronto? ¿Por qué no vives aun, musa trágica, Bien pueden las distinguidas soberanas entre
señora de la escena, diosa del teatro?...... Si la garse al divertimiento inocente, porque con a-
hubierais visto! si la hubierais oido! qué pala gradable sorpresa hemos visto que no solo se
bra! ¡qué movimiento! ¡qué expresión en la ca ocupan de las fiestas á cuyo lucimiento contri
ra! ¡qué contracción muscular en los labios! ¡qué buyen, sino que han pensado en el modo de ha
luz la de aquellos ojos que ha apagado el soplo cer bien á los afligidos. ¡Qué noble acción la de
del sepulcro!.......... la buena Mercedes Plana! En medio del bullicio
Adela Robreño ha mostrado esta vez todo lo y del halago general, en medio de la lisonja y
que puede su talento y nos confirma en la opi del ruido armoniosode las contradanzas, acuér
nion que nos hemos formado dé que está llama dase la noble dama de los tristes, de los enfer
da á desempeñar un papel envidiable entre los mos, de los abandonados de la fortuna, y se di-
buenos artistas de su clase. Es elegante en A- rije, acompañada de su córte, al hospital de ca
driana, viste con sencillez y la favorece mucho ridad, donde con mano generosa reparte algu.
su acción distinguida y la pronunciación clara ñas monedas, y hace cundir el deseo de aliviar
con que marca los versos. Acogida de nuestro á los pobres entre los que asistian atónitos á
78
346 ALBUM CUBANO
w
este arranque espontáneo de un Corazon sin Sr. D. Daniel Robreño. El título de la comedia
manchas. Nada vale, por cierto, en la historia es asaz llamativo, porque siempre se dijo del
de los bandos lo que esta feliz inspiración: el sexo débil que tenia la flaqueza de censurarlos
hecho prueba un alma religiosa y pura y una in defectos ajenos. Trátase en esta obra de carac
teligencia superior. No basta bailar y sonreír; terizar lomas posible á las mujeres habladoras;
necesario os pensaron que durante el tiempo en y no es poco ingeniosa la escena en que una jo
que unos gozan otros padecen, y antes de todo ven que promete guardar eterno silencio hasta
hay que meditar en los sufrimientos de la hu el estrenuo de enmudecer arrepentida de los da
manidad. En los momentos de partir para el lu ños que ha ocasionado su versatibilidad, reco
gar en que abresus alas el ángel délas alegrías, bra de repente el uso de la palabra al oir mani
se debe filosofar, extender la vista un poco mas festar su edad, y esto que el error de número
lejos de lo que lo hacen los demas, acordarse no montaba algunas horas. ¿Será verdad que la
de las obras de misericordia y cumplir con ellas, murmuración es cualidad de que no puede des
porque Dios nos está mirando y tendrá en cuen entenderse la cara mitad de nuestra especie?
ta los beneficios que hagamos. Tendrémos que creer lo que pensaba un filóso
Los menos afectos á los partidos de gallos se fo cuando aseguró que de lenguas de mujeres
han reconciliado con esta clase do fiestas, y mas debiera estar empedrado el infierno? En este ca
de uno que no llevaba insignia ha tenido á bien so mas valiera resignarse uno al título del sai
pronunciarse á favor de la graciosa reina del nete: “comer, ó morir!”
1 bando punzó.—La bella reina del bando azcl
está igualmente dispuesta á imitar á su compa Advierto que toma largas dimensiones esta
ñera, y so nos ha dicho que no tardará en pro crónica y sabéis á qué lo debo? A mis paseos
porcionar también alivio á los desventurados que nocturnos por la Alameda de Paula. Cuando se
reclaman la piedad de los que tienen medios de aproxima el dia en que tengo que recopilar los
consolar á los tristes, dar de comer ¡' lo.j ham hechos de la quincena diríjome á aquel lugar
brientos, dar posada á los peregrinos y darde be encantador y evoco mis recuerdos, los ordeno
ber á los que tienen sed.—De los reinados ante en mi memoria, los comento y dóime por bien
riores se acuerdan las gentes que en ellos se di servido con que se me olviden pocas cosas de
virtieron, pero del reinado actual se acordarán las que tengo que referiros. El aire del mar, la
todos, porque ¿quién echará en olvido un acon retreta, las mujeres, los jóvenes compañeros
tecimiento en que so pono á prueba el buen tem miosque allí asisten, la animación,la elegancia,
ple do alma de nuestras hermosas? ¿Quién será todo hace para mí de la antigua Alameda un
el que desconozca la pureza de un espíritu que sitio de delicia y felicidad y me alegraría que
sabe colocarse en su verdadera altura moral?— vosotras, lectoras del Album, participaseis de
En verdad os digo que habéis merecido la apro este deseo y no faltaseis por las noches en a-
bación de grandes y pequeños; y, cronista fiel, quel encantado recinto en que tienen su impe
siento orgullo y complacencia en que aquella lió el amor y la poesía.—Yá propósito de poe
; sía: un íntimo amigo mió acaba de publicar en
que me encomendó la historia de sus triunfos,
me haya dado oportunidad para un comento esta imprenta un volumen titulado Cantos déla
justo y algunas reflexiones útiles. tarde, y, aunque no sé decir nada de su valor li
terario, me atrevo á recomendaros su adquisi
En la noche del juéves se sustituyó’^n nues
ción.
tro Gran Teatro el interesante drama Las tra
vesuras de Juana, con la nueva comedia: Las mu Para despedirme de vosotros me permitiréis,
jeres murmuradoras y el chistoso sainete: Comer ya quede bellas letras nos ocupamos, que haga
ó morir, á causa de haberse indispuesto la inte insertar á contiñuaeion los lindos versos que un
ligente y simpática Adela Lobreño. En el desem joven de talento ha consagrado á la memoria
peño de ámbas piezas, y con especialidad en el del poeta que acabamos de perder; y si comen
del sainete, la escasa concurrencia que asistió al cé esta revista haciéndoos sonreír con la des
teatro pareció quedar muy complacida, porque cripción de lo ocurrido en las diversiones de la
la última de las obras citadas abunda en felices villa de las lomas, dejadme que concluya pidien
ocurrencias à que supo dar carácter propio el do á las almas sensibles una lágrima por nues-
———
DE LO BUENO Y LO BELLO 847
tro querido Ramón de Palma. lié aquí la com Jamas se alzó hasta tí! La envidia fiera
posición à que me refiero: Aunque sufriendo en su impotencia agravios
Ante tu frente pálida y severa
Juntó las palmas y selló los labios!
A CUBA III
•i
Que de entusiasmo electrizó las almas, permitido expresarse de este modo, á veces s<
Suspiraron ¡oh Cuba! por tus. flores, sobran á sí mismos.
Plácido y Milanés bajo tus palmas! Con tan plausible ó tan no plausible motivo,
El soplo del destino ó de la muerte nos entregamos común y frecuentemente á la
Heló al pasar tu cítara divina, tranquila vida del hombro público, es decir, del
Y el alma en ella con dolor advierte hombre que vive en público, ó mas bien en la
En vez de lauros, punzadora espina. Puerta del Sol. En una palabra, somos casi
Brotaron á la luz de tu mirada vagos.
Dos bardos mas...... Y al escuchar su acento, Dias há, y en uno de los breves ratos de que
También viste venir la muerte airada -en nuestra ocupada profesión pudimos dispo
De nuevo á entristecer tu pensamiento: ner, sin saber por donde, cómo ni cuando, vi
Y hoy te deja cruel el hado impío nimos á dar con nuestras moléculas todas (que
Dos poetas no mas en tu infortunio: son bien pocas) en un gabinete de lectura.
El Cisne de la Gota de liocío, Con el aire mas españolamente orgulloso, ten
La cantora inmortal do Alfonso Munio...... dimos el brazo derecho, le doblamos haciendo
Y en tanto el sol por la brillante esfera con él un ángulo agudísimo, y en seguida me
Raudales vierte de su lumbre pura, timos los dedos índice y pulgar de la mano
Y el Océano que halaga tu ribera diestra en el bolsillo del chaleco, sacamos
Himnos de eterna adoración murmura, nuestro corto capital, y guiados por una inve
Con la luz que te anuncia un nuevo dia; terada costumbre, pedimos La Ilustración,
Aunque en su eterno valladar opreso, ahuecando la voz cuanto nos fué posible.
Sobre sus ondas con amor te envia Ibamos recorriendo con satisfacción las co
Los ecos de la gloria y del progreso, lumnas del periódico, encontrando en ellas re
¡Y el llanto de los párpados gotea! creación y aprovechamiento, cuando cata ahí
Y el aura que besaba tu cabello, que llegamos á distinguir el principio de un
La roja sangre de tu herida orea artículo titulado: Un artículo para un sombrero.
Sorda á tu voz que se lamenta de ello! “Aquí está Aimable en todo su esplendor,”
Mas no tu corazón ceda al quebranto dijimos para nuestra levita (porque hacia ca
De un eterno dolor que agudo empieza; lor y no llevábamos capote).
Enjuga de tus párpados el llanto, Pasamos la vista sobre los primeros renglo
Disipa de tu frente la tristeza! nes y conocimos que no se trataba del célebre
Y aunque á tu pecho ol fiero desconsuelo sombrerero (porque también hay celebridades
De oculta pena sin piedad devora, sombrereras).
Si el alma del poeta era del cielo Leimos todas aquellas cosas dichas con gran
Patria, en silencio, tus angustias llora. perfección, mas no pudimos ménos de excla
mar: ¡ah!
Garlos Navarrete y R.
Este ¡ah! este lacónico ¡ah! era una conten
ción y encerraba en sus dos desamparadas le
tras toda una bella historia, un poema, casi un
cuento de las Mil y una noches.
Con efecto, lector carísimo, esa exclamación
traducida al lenguaje vulgar, quiere decir: “Se
ñor articulista, permítame V. que me oponga
á las deducciones que Y. hace en su Revista.
Veo con profundo sentimiento que no conoce
V. la mitad de las causas que obran poderosa
LOS ZAPATOS Y EL SOMBRERO.
y terriblemente en el ánimo del sér racional; y
que, sobre todo, le es á V. completamente ig
La benevolencia divina quiso sin dudíi ha nota la principal, la mas interesante, la que
cernos pertenecer al número infinito de esos seca el corazón en brevísimo término.”
seres que sobran en todas partes, y que, si es No negaré que un sombrero pueda ejercer
DE LO BUENO Y LO BELLO 349
alguna influencia en la parte espiritual de un ro que siempre aparecen viejas tras aquellos
individuo. Pero la significación, que tenga un mares de luz.
sombrero, bueno ó malo, es ninguna, si se la Al topar con tan tenaz resistencia el infeliz
compara con el valor moral de unas botas. deszapatado, se halla en el triste caso de dis
’ ¡Las botas!....... Ay! qué placer tan pedestre currir, pensar profundamente y calcular con
se experimenta cuando Van encerrados lospiés severa frialdad antes delanzarte á la calle, más,
en un aparato de charol que deslumbra con su mucho más que un general la víspera de una
brillo álos transeúntes! gran batalla. Y hay una poderosa razón para
A fé que si no fuera por miedo de caernos, que esto sea así.
levantaríamos entonces nuestras extremida El general, siempre ó casi siempre cuenta
des inferiores á la altura déla cabeza, para te con tuerzas bastantes para cubrir los flancos y
ner el gusto do mirar con ellas por cima del ejecutar todas las maniobras que imagina, al
hombro á nuestros prójimos. paso que el mísero boti-roto encuentra siempre
Pero no siempre tiene e! hombre la dicha de un flanco por el que está en descubierto...........
ser el dueño absoluto y el único poseedor de algun dedo.
un par de botas, con todas sus incidencias y ¡Ay, señor articulista! dichoso V. si no cono
dependencias. ce las amarguras que secan el corazón del des
Un par de botas nuevas! Feliz mortal aquel venturado que mira incesantemente á sus piés
que goza de tan rica propiedad. y los ve mal encarcelados!
Las gentes comm il faut, las peí sonas elegan Aquel que es dueño absoluto de un sombrero
tes y do gusto esquisito y delicado, nunca fijan viejo, le queda un gran recurso en medio de su
su atención en el sombrero, al mismo tiempo infelicidad. ¿Tiene mas que echarla de pensa
que siempre calzan ó se hacen calzar esmera dor, de filósofo?
damente. Quítese el sombrero y llévelo en la mano ha
¿Y por qué? me preguntará el lector. ¿Poi ciendo creer al público que es tanta la fuerza
qué? Porque un sombrero se arregla, se plan de sus ideas, que rechaza todo peso sobro el
cha, etc.......... y adquiere cierto aspecto medio cráneo.
decente. Mas unas botas viejas no tienen ar Este es un recurso, un remedio á sus males,
reglo, no tienen compostura posible. por mas que sea forzoso.
Y adviértase que aunque Setanti dice como ¿Pero podrá hacer lo mismo el propietario
cosa siempre admisible, que los males envejeci de unas botas deterioradas?
dos no se pueden curar sin remediosfuertes, según ¿Parecerá bien que las lleve en la mano?
mi opinion, á veces ni aun de este modo se cu —Nó, porque todo el mundo tendría por lo
ran. co á quien tal hiciera, en lugar de considerarle
¡Desdichado aquel pobreton que ve á sus bo filósofo ó distraído.
tas ó zapatos (que para el caso es lo mismo) Tiene, pues, que llevar puestas ¡as botas y
desdichado, repito, el que ve á sus botas per sufrir impávidamente las curiosas, impertinen
der la primitiva, elegante, aristocrática y afi tes y hasta insultantes miradas de cuantos ob
lada forma, para convertirse poco á poco en servan las anticuadas bases sobre que camina.
unos platos horribles! Por Dios, que todo hombre que se halle en
Nada puede el ingenio humano contra tama tal situación, debe maldecir los amantes de an
ña desgracia Ni el betún, ni el barniz, ni el tigüedades. 1Toy mismo les comulgara yo por
charol ingles, ni el unto craso, nada en fin pue necios.
do influir en el aspecto público, en la perspec-’ Sufre el pobre paciente esa revista de ins
tiva del mal aventurado adorno pedestre. A- pección da los curiosos y aun nota alguna ma
quellos infieles aparatos brillarán mas, pero liciosa sonrisa que resbala por los labios délos
siempre serán feísimos, á la manera que cier ricos poseedores...... de un buen par de botas.
tas viejas coquetonas que se adornan y se com No le queda el recurso de aparentar distrac
ponen y cubren de brillantes que deslumbran ción ó aglomeración y fuerza en las ideas, y
con los infinitos resplandores que despiden, pe por consiguiente se encierra en su casa y dis-
350 ALBUM CUBANO
!
curre algun medio de disimular los estragos colocar delante la bota monos mala y á atrin
del tiempo. cherar la otra en la sombra que aquella pro
Después de pensar mas que Newton para la yecta.
resolución de un problema difícil, se dirige á De este modo se salva nuestro honor por un
una mesa, satisfecho de su inventiva, toma una momento.
pluma, la llena de tinta y enderezándola hacia Se entabla una conversación que por grados
cierta monstruosa raya que se deja columbrar se anima: crece nuestra amabilidad: aumenta
á un lado de una de las botas, embadurna la nuestro entusiasmo, se quentuplica nuestra dis
calceta y consigue disimular aquella risa es tracción, y cansados del enojoso encogimiento,
pantosa de su calzado; risa que le producía su colocamos una pierna sobre la otra, prosiguien
dores y mareos sin cuento. do el diálogo con absoluta confianzay sin fijar
Lánzase triunfante á la calle...... anda vein nuestra atención en las miradas del prójimo.
te pasos...... las botas le están anchas...... se Así pasa un momento.
mueve la calceta..... y reaparece la infernal De repente el sér desgraciado torna en sí,
sonrisa mas tenaz, mas sarcástica que nunca. repara su atrevimiento y vuelve á encojarse,
—Nuevos sudores; cree que todos le miran y mientras que un sudor frió sobre su encendido
conocen el secreto...... olvida su modo de an rostro y un temblor nervioso hace vacilar á su
dar.......... apresura el paso y llega devuelta á cuerpo...... y á su lengua.
bu casa con las piornas hechas una trenza......
En tanto la señorita de la casa, llena de
que le cuesta mucho trabajo deshacer. .Refle
perspicacia mujeril, ha notado todas sus evo
xiona, suspira, se desespera ó inventa mil me
luciones y le mira con el aire mas maligna
dicamentos, los aplica y siempre obtiene re
mente burlón que puede imaginarse.
sultados fatales. Por fin, une á la calceta un
El mancebo se encoge mas, balbucea, corta
pedazo de tola negra, á favor de algunas pun
la conversación, se levanta y sale de la casa
tadas, y logra un envidiable triunfo.
tambaleándose y en un completo desorden, tro
Esto es el paliativo que, como mejor, me a-
pezando en cuantos muebles encuentra al paso
trevo á recomendar á cuantos se encuentren
y produciendo un estrépito 3ebastopoUta.no.
en la peposa situación de los boti-rotos.
Todas estas desventajas hacen relación á la 6.•Pueden darse mayores
* calamidades? Pues aun
hay mas. Un hombre con buenas botas y mal
vida de calle.
sombrero, puedo hacerse amar por una mujer.
Llegamos á la posición mas crítica y apura Un hombre mal calzado, jamas logró hacerse
da en que puede hallarse un hombre de malos mirar...... si no es para sufrir alguna sonrisa
cimientos. epigramática.
-—Señor articulista, un hombre que disfruta
Yo tuvo un amigo, (y esto no es cuento) tu
un mal sombrero no debe apurarse porque una
ve un amigo á quien amaba como á un herma
fuerza insuperable le obligue á hacer una visi
no. Era tan desventurado como bueno: tan
ta de alguna etiqueta.
buen poeta como pobre. Y adviértase que no
Deja su mueblo de carton sobre una silla y
soy ya quien lo dice, si no la prensa toda.
es asunto coneluido: puede hablar ya con des
enfado y sin el mas mínimo temor. Pues bien, ese amigo mió, tuvo siempre, des
No así el que use, ó por mejor decir, abuse graciadamente, muy malos zapatos y muy buen
de un par do malas botas. Este ha de sentarse, corazón. Amó primero á los hombres y después
y una vez sentado avanzan sus pies mas que el á las mujeres. Los hombres sabian que Dios lo
resto de su cuerpo. había dotado de gran talento, y las mujeres
Sabido es que por regla general nos llama también lo supieron mas tarde.
siempre mas la atención aquello que se halla Aquellos, no obstante, le mirabaná los zapa
á menor distanciado nosotros, y mucho mas si tos rotos y le desatendían. Ellas lo observaron
ofrece alguna singularidad á la observación. los mal vestidos piés y le despreciaron. Iloy
Do aquí nace que las miradas de nuestrosin- un desengaño y mañana un desprecio, secan el
terloeucores se dirigen á donde no quisiéra corazón y marchitan las flores del alma.
mos. Esto nos obliga á encogernos: después á La desesperación viene detrás.
DE LO BUENO Y LO BELLO, 351
Mi amigo murió en las cenagosas aguas del Pirón oyendo esto se acercó al prelado di-
canal. eiéndole:—Monseñor, yo he tenido siempre
Su último pensamiento fué para su madre predilección decidida por los ricos jamones do
tan infeliz como angelical. vuestra Diócesis.
Tres amigos le acompañaron en siuentierro.
La amable sociedad gozaba con los locos pla
ceres del carnaval..........
Vea V. pues, señor articulista, como pruebo En 1811 tenia acampado su ejército Napo
basta con casos prácticos lo que me proponía leon cerca de una aldea y fué 4 visitar al pár
probar. ¡Y tantos pudiera adicionar!...... roco de ella. Hallólo tostando café, y con se
Es tanto lo que aun pudiera decir, que seria vero gesto le dijo:—Qué es eso! ¿ignoráis que
precisa una larga série de artículos como éste: el café es ahora género prohibido?—No, señor
pero yo en mi vaguedad constante, cortaré por respondió tranquilamente el cura, y por lo
lo sano y terminaré, señor articulista, (aunque mismo lo estoj’ quemando, como ve V. M.
¡i mi pesar no tenga el honor y el gusto de co
nocerle) ofreciéndome siempre como su mas
atento y seguro servidor, y recordándole que Un príncipe aleman tuvo un sueño en el que
uno de nuestros buenos poetas ha dicho con vió tres ratas, una muy gorda, otra muy flaca,
muchísima verdad, que es mas fácil en el y la tercera ciega. Preocupado con la rareza
mundo <?e aqnella vision mandó llamar á cierta char
latana de Bohemia que pasaba por adivina, y
“vivir sin corazón que sin zapatos.” le ofreció magnífica recompensa si acertaba á
esplicarle el significado de su sueño.—Es cosa
P. S.—Dispénseme V. que no haya contesta clara, señor, respondió con prontitud la adivi
do ántes y examinado uno á uno sus argumen- na: la rata gorda es vuestro primer ministro,
tos.- la flaca vuestro pueblo, y en cuanto á la rata
Causas independientes de mi voluntad han ciega ya debéis conocer que sois vos, príncipe
ocasionado tal retraso. Otra vez seré mas pun mió.
tual.
Mi natural atolondramiento me disculpa de
lo segundo.—Vale.
Loraduna. Preguntando á Fontenelle cómo haría él
la definición de una mujer hermosa, respondió:
—Es el paraíso de los ojos, el infierno del cora
zón y el purgatorio del bolsillo.
bels,—le dijo por último riéndose de su propio No merece el nombre de filósofo, decia Bion,
chiste,—que se me ocurren dudas sobre si sois sino el que recibe las injurias con tanta sere
hombre ó buey?—Lo que yo puedo asegurar á nidad como los cumplimientos. También decia:
V. A., respondió al momento el diplomático, es La impiedad es una compañía incómoda pa
que he tenido la honra de representaros per ra la conciencia, porque es imposible que el
fectamente en diversas ocasiones. hombre hable con serenidad cuando la concien
cia le acusa y cuando sabe que ha merecido la
cólera de los dioses.—
Un ministro protestante subió al pulpito
para leer un pasaje do la Biblia. Después de
ponerse gravemente los anteojos comenzó así Pitágoras comparaba la vida del hombre á
su lectura:—Dióle Dios á Adan una compañe una feria, y decia, que así como unos van á la
ra:—concluía allí la hoja, y como al volverla feria para acostumbrarse á luchar, otros para
pasase algunas más de la necesaria, continuó comprar y vender, y otros en fin solo para ver
leyendo:—estaba embreada por dentro y por fue lo que pasa, en la vida los unos nacen esclavos
ra, y llena de toda clase de animales. de la gloria, otros de la ambición, y otros solo
se emplan en buscar la verdad.—
—Los cortesanos de Canuto el grande admi
rados de sus triunfos, le lisongearon hasta can
sarle; y habiéndole dicho repetidas veces: Na-"
da es imposible d vuestro poder-, fué á la ribera
del mará tiempo que subia la marea, y senta
do en su trono gritó con tono imperioso: Olas',
yo os mando que no os acerquéis, sino que retroce
dáis-, pero las olas siempre iban avanzando, y EPIGRAMAS.
volviéndose él á sus cortesanos, dijo: Ya veis
hasta donde llega mi poder. Reconoced bien que la
potestad que me atribuís solo pertenece al Señor del i.
Universo, aquel que con un soplo puede trastornar
los mas sólidos edificios de la ambición y vanidad Seis colegiales reunidos,
humana. De los de beca y manteo,
Hallaron en un paseo
A dos pacientes maridos.
Paseándose Pisistrato por el campo vió un De estos, el que hacia punta,
anciano que en un sitio pedregoso arrancaba Dijo al colegial rector: —
alguna cosa: ¿qué es lo que te produce tu trabajo? “Guarde á la recua el Señor.”
preguntó el monarca. Mucha pena, y algunas El contestó:—“y á la yunta.”
plantas de salvia silvestre, y aun de esto hay que
dar la décima d Pisistrato. Al dia siguiente dió II.
orden, declarando exento de todo tributo para
siempre á aquel anciano. Dijo Pastrana á Melchor
(Como quien no dice cosa):—
“He dibujado una rosa
Partiendo Leonidas consolo trescientos hom
“Tan propia, que exhala olor.”
bres para oponerse al egército inmenso de los
Oyendo luego el rumor
persas, mandado por Gorges, dijo: yo salgo á
Do una música lejana
cerrar el paso de las Termopilas pero mi verdadero
Dijo Melchor á Pastrana:—
designio es ir á morir por mi patria. Cuando se
“¿Sabes que música es esta?
despidió de su muger, le preguntó esta si tenia
“El boceto de una orquesta
que decirle algo de particular. Nada, le res
“Que he pintado esta mañana.”
pondió, sino que te cases con hombre de valor, que
te dé hijos valientes. H. Munárriz.
%— ------------ ' - L
ALBUM CUBANO
DE
LO BUENO Y LO BELLO.
jos de enseñorearse de la razón como déspo Las grandes pasiones son incompatibles
tas, reconocen su supremacía y se detienen entre sí: cuando dos se combinan en un
donde ella las sujeta. mismo sugeto están en continuo choque, y
Nunca es mas peligrosa la pasión que cuan ó la una extingue absolutamente la otra, ó
do falta el equilibrio indicado ántes; esto es, áinbas envilecidas y degradadas se convier
cuando el deseo es mayor que la esperanza, ten en sumisas esclavas del caprichoso egoís
pues como entonces el dolor se aumenta, cre mo. Si el joven amante corre al campo del
cen en la misma proporción nuestros esfuer honor, y alcanza con esforzado brazo glorio
zos por librarnos del padecimiento, y esta sos laureles para ofrecerlos á los pies de su
doble excitación amontona sobre la inteligen amada y ostentarse digno de su mano, yo no
cia en confuso tumulto un cúmulo de ilu veo más que un sentimiento exclusivo, que es
siones, que la ofuscan hasta el punto de so el amor; pues los combates han sido los me
breponerlas con delirante atrevimiento á la dios de conseguir aquel primero y único fin.
razón, que es la fuerza niveladora de la po Si el fascinante halago del triunfo, la em
tencia de las pasiones: en tal estado el juicio briagadora ambición de gloria y de poderío,
se estravia, confunde el verdadero interes é son móviles principales de aquel joven, su
importancia de las relaciones que nos afec pasión verdadera no es ya el amor, que su
tan, y el error grosero, funesto precursor del bordinado y flaco es relegado á la clase de
crimen, se apoderado nuestro destino. lo? recuerdos lisongeros: la deidad que le
No es este, empero, el preciso resultadode domina y de cuyas manos espera la felicidad
las pasiones: ellas son dones del cielo conce es la ambición de fama y potestad. Del mis
didos al hombre para formar su educación mo modo el hombre de quien se enseñorea la
intelectual en la escuela de las sensaciones: sed del oro no concibe ni el amor ni la glo
ellas le estimulan, le mueven, le agitan, ha ria: para él la ventura está en sus arcas: el
ciéndole recorreren breve tiempo una órbita objeto de su vida no es otro que llenarlas.
inmensa de pensamientos, cuyo centro fijo es Miéntras tanto el artista, cuyo constante afin
la felicidad. Si el hombre no fuese mas que es producir lo bello, juzga igualmente extra
ser racional conocería el bien, pero no sa vagante al que cifra su bien en montones
bria amarlo. Dios le hizo racional y apasio de oro ó en charcos de sangre derramada
nado, para que con la luz que le permite ver por su acero: si comprende mejor los votos
la semla de la verdadera felicidad, tuviese el del amor es porque también el amor nace de
poderoso motor que le impulsa á posesio la belleza y aspira á poseerla: el amor al ar
narse de ella. te y el amor á la mujer son las únicas pa.
Cuando las pasiones nos conducen á fu siones que se conciliait.
nestos extremos, es porque se ha alterado su Guando la razón alumbra sin nube algu
base y su tendencia; porque el objeto que las na á la voluntad, y la religion nos presta,
excita no ha sido alumbrado por la razón, ademas, sus sublimes revelaciones, entonces
no merece su sanción soberana; ó porque en vemos con seguridad que nos engaña, toda
la fiebre loca de la impaciencia queremos pasión que finje poder darnos la ventura com
precipitar la época de su obtención, arran pleta; pues si son buenas en general como
cándole violentamente del misterioso seno motoras del alma, ninguna es último fin de
del destino. Cuando esto sucede, el hombre la aspiración de aqnella. L is pasiones mue
n ' disfruta en la satisfacción de sus pasiones ren con el cuerpo, y el alma que es eterna
la apacible dulzura de los placeres de la in uo puede hallar su satisfacción absoluta en
teligencia, ni aquella suave y pura tranqui lo que es precario y pasagero. Si profundizá
lidad que, después de cumplido el deseo, ramos la cuestión descubriríamos quizá que,
llena el lugar de los trasportes, y forma la después de todo, las pasiones no son sino
conciencia de la felicidad. una sola en su esencia; esto es, el amor. Unos
DK LO BUENO Y LO BELLO 355
aman á la mujer, otros á la gloria, otros á por los cálculos de un sórdido interés; su ca
las riquezas, otros á la potestad, otros al pla riño hablará en ellas en voz mas alta que el
cer de la venganza, pero todos aman: el ar oro, y preferiran sin dudaá una riqueza mu
tista que ama lo bello y el sabio que ama la chas veces engañosa, esa felicidad que solo
verdad, son los que mejor y mas dignamen puede brotar de la alegria y de la tranquili
te colocan su pasión. Pero uno y otro deben dad del alma.
no olvidar nunca que Djos es la realidad su Ese íntimo y cada vez mas estenso males
prema y la belleza absoluta, y que por tanto tar que devora nuestra sociedad y la arras
en Dios solo puede encontrar el amor su sa-^ tra á tan incesantes y profundas convulsio
tisfaccion eterna. nes, reconoce por causa principal el rompi
J. G. V. miento de esos afectuosos lazos de la fami
lia, que llenaban de consuelos la existencia
de nuestros padres. Ese encanto del hogar
doméstico que hacia encontrar todas las tar
des, después de un dia afanoso, la esposa
animada y satisfecha, y excitabaá una dulce
intimidad, no reina ya sino en algunas ca
sas privilegiadas; el esposo, violentado en
sus afectos, solo vé en su mujer un dote, y
EL MATRIMONIO. su corazón exhausto de toda simpatía, corre
á buscar en la vida estrepitosa del mundo fu
El acto mas importante de la vida, la su gaces distracciones á una union indebida
ma completa de felicidad ó de infortunio mente concebida y en mal hora realizada.
que el hombre adquiere en su peregrinación La inclinación á los placeres fáciles ejerce,
por la tierra, se encuentra simbolizada en por otra parte, una triste influencia sobre la
esta sola palabra: matrimonio. juventud; nuestros grandes centros de po
Nuestros antepasados, que miraban con blación están llenos hoy dejóvenes que pre
razón el matrimonio como el hecho capital fieren el frívolo bullicio y la agitación insus
de la vida, y como el objeto de una noble tancial á la felicidad de una afección recí
felicidad, se complacían en rodearlo de las proca; disgustados por el espectáculo de las
más preciosas garantías. No era entonces discordias que estallan sin cesar en los ma
como en nuestros dias, un puñado de escu trimonios formados por la codicia ó por la
dos lo que decidia la suerte de sus hijos; su vanidad, esperimentan un deseo instintivo
cariño era mas elocuente y eficaz que el oro; de alejarse de la vida, á veces tan dolorosa,
tomaban especialmente en cuenta la simpa del hogar domestico; de aqui proviene esa
tia que mediaba entre los futuros esposos, y extraña manía de sublevarse contra el matri
examinaban si sus corazones, unidos por los monio, que se hace sentir de dia en dia.
estrechos vínculos del sentimiento y de la Pasaron aquellos tiempos en que la fami
identidad de inclinaciones, se sentían arras lia, agrupada al rededor del hogar, gozaba
trados el uno hácia el otro por esa mágica é en agradables veladas los placeres de una
irresistible fuerza que nunca engaña: la fuer lectura amena é instructiva, ó en que en una
za de las primeras impresiones y de un ver conversación llena de mútua confianza, el
dadero amor. esposo y. la esposa hallaban á todas horas pu
Nuestro siglo que rebaja todo abpoder del ras y vivas las simpatías que les habian in
oro, ha manchado con el soplo impuro del ducido á identificar sus corazones y sus des
interés la santidad del matrimonio; pero las tinos en la tierra. Los matrimonios verifica
familias animadas del deseo de labrar la feli dos por el aliciente del oro, y disfrazados
cidad de sus hijos, nunca se dejarán seducir en nuestros dias con el titulo de matrimonios
356 ALBUM CUBANO.
a'
de conveniencia han arrojado sobre nuestra los móviles sin fuerza de un Dastardo interés,
sociedad un velo de tristeza, desterrándolas concedió el cielo la maravillosa facultad de
francas y espontáneas costumbres de nues poner en juego.
tros padres. Causa, en efecto, una penosa
M. M. Flamant.
estrañeza, el ver esa continua desaparición
de la alegría y la cordialidad que reinaban
antiguamente; pero esto, aunque deplorable,
no debe causar la menor sorpresa, puesto
que el espectáculo permanente de una fami
lia donde imperan la frialdad y la indiferen
cia, no es por cierto á propósito para inspi
rar al corazón esas vehementes y fecundas LOS PRIMEROS CRISTIANOS.
aspiraciones, exclusivo fruto de la felicidad
conyugal, y del santo amor á los hijos.
Generalmente pasan desapercibidos á A mediador del siglo tercero, cuando el
nuestros ojos esos pesares roedores que de Emperador Valeriano hubo dado la señal de
voran los matrimonios, llevados á cabo por la octava persecución, los cristianos apenas
sugestión de una vergonzosa codicia. El podían encontrar un asilo donde orar al pie
hombre que solo se ha casado con un dote, de la cruz; su Dios había sido desterrado al
mira con la mayor indiferencia á la mujer fondo de los abismos, y solo los paganos te
con quien se ha enlazado, y por consiguien nían el derecho de incensar sus ídolos a la
te, su corazón no palpita á las mismas penas faz del sol. Los augures continuaban leyen
ni á las mismas alegrías; y por su parte, la do el porvenir en el vuelo de las aves y en
mujer que no ha sabido distmguir el verda las entrañas de las víctimas; los sacerdotes
dero cariño, que siempre se oculta bajo el de Júpiter hacían sus procesiones acostum
manto del respeto, es víctima del hastío pa bradas, pero sus solemnes pompas no tenían
sados algunos meses, y se siente consumir mas que una vana apariencia.
lentamente en el vacío del corazón, conside El paganismo, vencido en la conciencia de
rándose muy dichosa en la triste soledad de los pueblos, no estaba protegido mas que por
su alma, si al tin una rival no siembra en se el despotismo imperial, y era preciso que la
creto la perturbación y la discordia en su in espada de los pretorianos viniese al socorro
terior, ya tan agitado. de los dioses que caían.
Algunas veces, al través de esos mil dra El porvenir del mundo estaba en las Ca
mas, tanto más terribles cuanto más secre tacumbas. Un «lia en que reunidos los cris
tos, se desprende un siniestro resplandor, y tianos en estos subterráneos celebraban el
el suicidio viene á poner pavoroso término á santo sacrificio sobre la tumba de sus márti
los tormentos comprimidos durante mucho res, fué de repente interrumpida la ceremonia
tiempo. La mujer que brilla por su lujo des por un ruido desconocido que se oia en la
lumbrador, se esfuerza muchas veces por en galería qne conducía al santuario. Creyendo
loquecerse y por ocultar á sus amigas, bajo el Pontífice que venían en nombre del Em
las apariencias de un fausto enganoso, la fal perador á profanar la santa osenri lad de
ta irreparable de simpatía que la mata en si aquellos lugares, se lanzó fuera «le la capilla
lencio, por que el cariño no se compra á pre seguido de algunos cristianos: un hombre
cio de oro, y la felicidad de un amor com cubierto de andrajos se prosternó ante el ve
partido, reside únicamente en la identidad nerable pastor, que solícito trató «le levan
de afecciones y sentimientos, de contempo tarlo, en tanto que le dirigia palabras llenas
rizaciones y deferencias mutuas, fibras mis de cariñosa paz. Maravillado el desconocido
teriosas del corazón, que solo al amor, no a de esta acogida, exclamó: ¿Es á mí á quien
DE LO BUENO Y LO BELLO. 357
dirigís esos testimonios de amor y de bon ves cerca de tí, es un antiguo rey de Orien
dad? ¿Ignoráis, hombres generosos, que no te á quien los romanos han expulsado de sus
he nacido vuestro igual? Este que mirais es Estados, y el mismo que en nombre de todos
Lycides, un pobre esclavo. Hermano mió, va á darte el beso de paz. El monarca de
dijo el Pontífice, no hay esclavos entre nos Asia dió un beso al esclavo romano.
otros; estos que tú ves son los cristianos; es Miéntras que en la Roma de los Césares
ta mansion es su templo; sobre la tierra se se deificaban los vicios y los crímenes, la hu
han creado distinciones, pero aquí todos los manidad habia encontrado sus derechos en
rangos se confunden, y anticipamos en estos, las Catacumbas, y sobre los restos de la es
lugares la igualdad que esperamos en la clavitud la nueva fé restablecía la igualdad
muerte: te trataremos como trataríamos al primitiva.
mismo Emperador si dejase su trono para
venir á partir nuestra miseria. (Tomado del francés.')
¡Qué escucho! dijo el esclavo: ¿no me equi
vocaba cuando acusaba de injusticia a'l tira CarlosInzenga.
no que servia? pero ¿dóndo podré colocar
mis plantas? por todas partes se insulta mi
desgracia, la sociedad rehúsa admitirme en
su seno, y las leyes mismas so encargan de
autorizar las crueldades de mi dueño: estoy
reducido á envidiar la suerte de los animales
mas viles. En medio de todos estos tormén- PALABRAS INGRATAS.-PALABRAS ARROBADERAS.
tos, á pesar de las injusticias con que los hom
bres »e abruman, sentia confusamente que
era hombre como ellos, pero ciando osaba Oid ese murmullo blando y melancóhco
decirlo, se me trataba de loco, y se me con- de la brisa embalsamada; oid como murmu-
testaba con el látigo en la mano. Mis com- ra entre el foliage llevando hasta vuestro
pañeros de infortunio habian concluido por oido su grato acento. ¡Qué deliciosa música
ser insensibles á su desgracia; en vano traté para las almas tiernas, qué fuente de inago-
de reanimar su estupor, pues carecían ya de tables placeres para los corazones apasiona-
la fuerza de voluntad suficiente para salir dos!—Oid, oid como ora se queja, ora sus-
de sus males, y en su estúpida resignación, pira, ora canta, y siempre con igual armo-
soportaban su suerte como los muertos so- nía, siempre con dulces modulaciones. Ja-
portan la tierra que les cubre. Nadie me es- mas interrumpe el orden armonioso de sus
cuchaba: estaba solo en el mundo. Pasados acentos, jamas turba el curso sereno de sus
tres d ¡asme escapé, y después de haber vagado murmullos suaves. Oidla, oidla. __
en los bosques me interné eñ estos subter- ¿Pero qué acento desagradable y ronco
rúñeos. ¡Oh dicha! aquí encuentro lo que he viene de súbito á interrumpir su acorde?
buscado! hombres que me tratan como her- ¿Quién grita, quién maldice y quién blasfe-
mano: ¡el grito de mi conciencia no me ha- ma cuando la brisa canta? De una casa cer-
bia engañado! cana han salido esos sones ingratos; una voz
Sí, dijo el Pontífice, tú partirás nuestros colérica esparce por los aires ecos que lasti-
placeres y nuestros trabajos. Orar, amar y man el oido y llevan hasta el alma su im-
sufrir, ved nuestra suerte. Te enseñaremos presión desabrida. La voz es de mujer, y ■ íi
á conocer nuestro Dios; pero tu corozon está por esto el desagrado es mayor, la repug-
ya iluminado, y él era el que te decia que to_ nancia suma.—¿Una voz de mujer puede
dos los hombres son hermanos, tal es la ley nunca hacer oir acentos tan ingratos? Cuan-
de nuestra santa doctrina. Ese cristiano que do Dios puso dulzura tanta en su inflexion,
ti . &
... —... ............. ............ - ......... ..................... .... -ralí
358 ALBUM CUBANO
cuando la hizo tan insinuante, tan suave, amargura, despojándolas de su candor con
como voz que liabia de oir el delicado órga las revelaciones que tus iracundas palabras
no del recien nacido infante ó el pobre en les hacen; y enséñales mas bien á endulzar,
fermo á quien sobresalta un leve ruido, ella á suavizar la voz cuando alguna mala pasión
reniega de su destino y se enronquece y se algun afecto violento quiera desbordarse
hace instrumento de sonidos tan broncos?— por su boca gritando y maldiciendo. Si no
Ha profanado pues su órgano mas precioso; oyen en los dias de su infancia en torno su
el que la naturaleza le ofreciera solo para yo ninguna palabra santa, ninguna palabra
encantar, para seducir y halagar no mas. dulce; si no oyen mas que juramentos terri
Que murmure la brisa tan dulcemente en bles, blasfemias espantosas, el primer uso
Cuba en sis valles deliciosos; que en sus ri que harán mañana de su mal educado órga
beras haga oir el mar su murmullo sonoro; no será para maldecirte, quizas, ó por lo me
que tantas armonías encanten el oido en to nos para lanzar hasta tu oido palabras las
das partes y á todas horas, ¿qué importa, de mas ingratas, ecos los mas desapacibles.
qué sirva, si al par resuenan interrumpien Oh! no, ni una palabra ingrata, ni una im
do el concierto de la naturaleza de los tró precación de ira, ni una blasfemia, ni una
picos, palabras tan ingratas, acentos tan maldición, turben nunca la armonía que
roncos, voces tan desagradables?.......... debe reinaren lo3 ecos que partan del san
Oid en esas casas, en el seno de hiuehas tuario doméstico, del recinto en que se edu
familias, los gritos en que se prorumpen, las ca la familia, los tiernos niños que han de
imprecaciones que se lanzan y hasta las constituir mas tarde la sociedad.
blasfemias mas inauditas eon que se profa
Si las palabras sirven para la manifesta
nan oidos que no debieran percibir mas ecos
ción de los sentimientos, para revelarlo que
que los de paz y dulzura.
encierran el alma y el corazón, procúrese
Oid á esa madre de familia que no acierta
que solo palabras armoniosas, palabras dul
á reprender sino por medio de exclamacio
císimas, palabras arrobadoras, sean las que
nes saturadas, por decirlo asi, con la hiel de
resuenen al oido del niño indefenso que no
la ira y de la cólera; oidla como grita á su
puede oponer aun fuerza alguna á la corrup
hijo, á su esposo, á su esclavo, á todo el
ción, al vicio, á todo el mal que por su oido
mundo; su lengua derrama acíbar, y parece
se introduce hasta su alma inficionándola,
querer ahogar con sus desapacibles acentos,
por medio de las palabras mas desconsola
toda otra armonía, todo otro arrullo que el
doras y mas ingratas.
viento lleve en sus alas. Desdichada madre
de familia, tus gritos también ahogarán los A los pájaros se les ensena á cantar con
puros y suaves sones que de otro modo diri el organillo, es decir á endulzar, á perfec
giria á tu oido tu tierno niño; las voces ca cionar sus facultades por medio de la educa
riñosas con que tu esposo te arrullara y has ción. Y á vuestro niño, á vuestro ángel, ¿no
ta las involuntarias bendiciones en que pro- le haréis oir ninguna armonía, no le educa
rumpirian tus pobres siervos si fueras para reis el oido, para que no se verifique que
ellos mas dulce, mas afectuosa, mas apaci miéntras el, pájaro cante desde su jaula, vues
ble. Templa esa ira, templa ese enojo, cuyos tro hijo amado lance gritos de cólera si algo
desahogos en vez de remediar los males que lo molesta, siendo eco fiel de los acentos que
los han provocado, no harán mas que exas únicamente han vibrado desde su infancia
perar al que haya delinquido, sin procurar en su tímpano?
su enmienda. No eduquéis únicamente su entendimien
Tú que eres madre, tú que has dado la to, educad su oido, y para esto hacedle oir
vida á esos séres, pedazos de tí misma, no constantemente gratos sonidos, melodiosos
des la muerte á sus almas llenándolas de arrullos. ¿De dónde pueden brotar con mas
DE LO BUENO Y LO BELLO 359
oia y discordancia. Filó mas ostensible esta do crece, se extiende, echa raíces en aquella
desgracia cuando por muerte de Isabel—empe region en que poco tiempo ántes reinaba la
ratriz reinante, é hija do Catalina 1“—ciñó sus barbarie; y no eontenta lanueva soberana con
sionos con la corona de aquellos vastos domi elevar sus Estados á un grado de prosperidad
nios el sobrino á quien designó para sucedería, y de esplendor que hubiera parecido imposible
y que no era por cierto ménos indigno de tal á no haberse tocado, ostenta el poder de sus
honra que de la de poseerá la primera mas be armas, ensancha sus límites con la injusta cuan
lla y distinguida de su siglo. to célebre repartición do la infortunada Polo
Coronado Podro en 1761 dió á entender bien nia, y amenazando á la Turquía hace compren
á las claras, en el absoluto desprecio conque der á Europa todo lo que tiene que temer del
trataba á su osposa y al hijo quo de ella tenia, espíritu de dominación que enciende con su
que no estaba remoto el momento en que se la soplo en la nación que tanto ha engrandecido.
vieso lanzada por un repudio del solio pie Entre el aplauso y el respeto con que es pro
abrillantaba con su talento y sus gracias; pero nunciado el nombre de aquella ilustre princesa
no habia contado sin duda con la varonil ener por todos los modernos historiadores ¿cómo
gía do aquella audaz mujer. Aprovechándose prestar oidos á las voces que nos dicen tam
sagazmente Catalina del descontento general bién que su gloria de monarca fué deslustrada
que citaban los desaciertos y vicios del marido no pocas veces por sus estravios de mujer?
á cuyos desprecios correspondía con creces, Tendamos piadosamente un velo sobre esas
supo ganarle de mano suplantándole en el tro miserias reveladoras de la imperfección huma
no del que fué ignominiosamente despojado. na, y acordémonos solamente de que al des
Ilízose esta gran revolución con rapidez y fa aparecer Catalina de la escena del mundo, en
cilidad tan increíble que pasmada la Europa 1796, para presentarse á rendir cuenta al rey
apenas acertó á comprender si debia condenar de reyes de sus actos de pecadora, el mundo
la ó aplaudirla. que la juzgó solo por sus actos de reina, la dió
El desposeído Czar fué obligado á renunciar los gloriosos títulos de Licurgo del Norte y Ma
solemnemente sus derechos, y Catalina—como dre de la Rusia.
representante y sostenedora de los de su hijo—
empuñó el cetro do la lîusia y supo mostrar G. G. de Avellaneda.
desde sus primeras disposiciones que no era
indigna de aquella gloria.
¿Será cierto que la manchó, sin embargo,
con la sangre del hombre cuyo tálamo habia
compartido? La muerte de Pedro, acaecida
siete dias después de firmar su deshonra, ¿de
berá ser atribuida—como juzgan algunos—al
dolor violento do su inaudita caída; ó—como CAMINO DEL CIELO.
piensan los mas—á los efectos de un tósigo,
quo indudablemente no pudo administrársele BALADA.
sin consentimiento de la Czarina?
No atreviéndonos á resolver tan delicada La madre está de pechos
cuestión, nos limitarémos á decir que—como á la ventana,
si quisiera borrar todos los recuerdos que reco viendo caer la nieve
nocía nublos de su esplendor—Catalina des lenta y pausada.
plegó tan fecundo anhelo por la prosperidad Todo blanquea;
del imperio, tan extraordinarias facultades pa rediles y collados,
ra alcanzar su objeto, que no tardó en conquis campos y breñas.
tarse el cariño y la admiración desús súbditos.
Asombra la extension de sus miras y la in
teligencia de sus disposiciones. Las artes, las No teme que álacuna
ciencias, el comercio, la naciente industria, to do está su hijo
DE LO BUENO Y LO BELLO. 361
virgen que niega instintivamente lo que el jo gastrónomo, que necesita condimentos pi
amor la demanda. cantes y manjares raros para que sirvan de es
Llegué á la Ermita, pero sus puertas aun es tímulo á su embotado paladar. Ese amor care
taban cerradas, y me víprecisadaá continuar mi ce de vida propia: luego, ¿cómo ha de ser per
paseo. Sin embargo, quiso mi buena suerte que fecto?
al llegar á un bosquecillo de naranjos, divisara Mira si no, Adela mia, mira los pajarillos,
á una de mis amigas sentada sobro el tronco de como buscan la oculta espesura para entonar
un árbol y leyendo atentamente. Al oir el rui sus amantes cantinelas; mira las flores que solo
do do mis pasos dejó caer el libro, y levantó la á los pálidos reflejos de la luna abren su púdi
cabeza. Sus mejillas estaban inundadas de lá co broche, para ofrecer un asilo al adorado in
grimas. secto. Todos los séres de la naturaleza esperan
—¿Qué lees, Adela? la pregunté. la luz velada del crepúsculo, para celebrar sus
—La piel de Zapa, de mi autor querido, res misteriosos esponsales. El amor que nocesita
pondió, porque es el autor del infortunio; leo para existir de un inútil oropol, es un amor
una novela de Balzac. bastardo, mezcla extraña de vanidad y egoísmo,
—¿Y qué es lo que en ella te ha conmovido tan diferente del puro amor del alma como un
tanto? diamante de una pelada guija. El sentimiento
¡Oh Dios mió! la indiferencia de Fédora. ¿Pe que se ostenta no es sentimiento; el amor del
ro crees, añadió tímidamente, que el amor de cual so hace alardo no es amor. Sólo son hijas
Rafael es el amor verdadero? del corazón las lágrimas, que vuelven á caer
—El amor no tione forma decidida, porque sobre el mismo corazón, ignoradas del mundo
la recibe del alma que le engendra. En una pa entero.
labra, el amor os como la luz, que so compone de —Señorita, una limosna,—dijo á este tiempo
siete colores y cada objeto absorvo el que me- una voz dulce y melancólica á nuestro lado.
. jor se adapta á su superficie; sólo quo en el Volvíme precipitadamente y vi á una ancia
amor los colores son tan infinitos como el nú na encorvada y descolorida.
mero de los seres. Parecía que las pesadumbres, y no la vejez,
—¿Pero crees que el de Rafael—que no quie habian sellado su rostro con prematuras arru:
re á su ídolo sino revestido do púrpura y ador gas, y en sus ojos brillantes se descubrían aun
nado de diamantes; que solo le adora sobro un las huellas de la juventud marchita ántes de
trono do oro, rodeado de esclavos que le rindan tiempo.
vasallage; quo solo se encuentra bello contem Tomad, madre Carolina, dijo mi amiga son
plado á la luz de las antorchas, cercado de pe riendo, y poniendo en la mano descarnada de
beteros que despidan embalsamados perfumes, la vieja una moneda de cobre.
y al son de música deliciosa—¿crees tú que el Yo seguí su ejemplo casi maquinalmente,
que ama así, ama bien, ama verdaderamente?... porque estaba absorta contemplando la pobre
Porque en fin, dice una fábula de Iriarte que anciana, en cuya dulce fisonomía me parecía
las opiniones son muchas; pero la verdad es leer toda una historia de sufrimiento.
una. La vieja se alejó colmándonos de bendiciones.
—¡ AyI ¿y quién puede jactarse de conocerla, Entonces vi que la seguían dos niñas rubias
pobre amiga mia? No obstante, si he de decir y sonrosadas como dos ángeles de Rafael. La
te lo que pienso, creo que en Rafael sobrepuja una arrastraba una silla, la otra llevaba un ca
ba la fantasía al sentimiento. Creo mas: creo nastillo. Cuando llegaron á la puerta de la Er
que ose sentimiento no existia, y que él adole mita la vieja se sentó en la silla y se puso á
ce do la misma falta que tan amargamente re hacer calcetas; las niñas fueron á coger rosas,
procha á Fédora. Creo que su pasión estaba en sin duda para ofrecerlas ante el altar de la ma
su monte, era idealismo de poeta, como la de dre de los desvalidos.
Fédora era frivolidad y egoísmo. ¡Pobre amor —¿Te sorprende esa mujer? me preguntó
me parece en verdad, el que para existir nece Adela: pues si supieras cuán desdichada ha si
sita de los rayos del sol y del aplauso del mun do!... Su vida es una verdadera historia. ¿Quie
do! Porque el que ama así se parece á un vie- res que te la cuente?
DE LO BUENO Y LO BELLO. 3S3
Yo por toda respuesta me senté á su lado quilo bienestar para su amada. Carolina lo es
sobro la rústica alfombra, y Adela habló asi. peró diez años. Sus tios bajaron uno en pos del
Esa pobre mujer á la que ves tan agoviada otro á la tumba y quedó sola. Era bella y la
y macilenta, también ha tenido su risueña pri asediaron infinitos adoradores; los jóvenes mas
mavera.—¿Quién sabe lo que harán de nosotras ricos del pueblo ia ofrecieron el titulo de esposa.
el tiempo y la desdicha, cuando hayan pasado Carolina contestaba siempre con melancólica
algunos años? Carolina era huérfana y pobre: sonrisa, que estaba prometida á otro.
vivia con unos tios avaros y egoístas, que la —Jorge ha muerto ó te ha olvidado, la de
hacían sufrir toda clase de martirios, pero era cían sus amigas.
tan buena, tan dulce, tan resignada, que sol“ No ha muerto, porque aun palpita mi cora
respondia á los castigos y á los reproches con zón, respondia con sencillez la joven; y si me
palabras de ternura, y cuando la vejez enervó á ha olvidado ¡ojalá sea tan dichoso como yo
aquellos séres desapiadados, cuando postrados deseo!
en el lecho del dolor, no tuvieron mas amparo Pasaban dias tras otros dias, y la pobre huér
que el de Carolina, ella les pagó con usura—en fana trabajaba incesantemente para atender
caricias y desvelos,—todo el mal que la habian á su mezquina subsistencia.
hecho. Pero Jorge ni habia muerto ni la habia olvi
Como todas las jóvenes del pais, hacia pri dado. Al cabo de diez años volvió á Lloret; pe
morosas blondas, y merced á un trabajo asi ro volvió tan pobre como se habia ido. Cuando
duo podia subvenir á su subsistencia y á la do á costa de trabajos y penalidades sin cuento,
sus desdichados tios. pudo reunir un pequeño capital, se lo robaron
No obstante, cuando llegaba el dia do fiesta las irritadas ondas.
y se ponía su corpiño negro y su saya de muse Trabajarémos, dijo Carolina enjugando con
lina, á pesar de la sencillez del trage era Ja un beso—el primero—las lágrimas que corrían
que se llevaba tras sí todas las miradas de" to por las pálidas mejillas de su amado.
dos. Porque dicen que era muy bella: tenia una Pero Jorge no solo no habia reportado nin
tez de nácar, ojos azules y cabellos de oro. Los gún fruto de su penosa peregrinación, sino
cabellos sobre todo eran tan sedosos y tan que habia perdido la salud. Habia contraido
abundantes, que formaban una diadema sobre una enfermedad de pocho que le hacia inhábil
su pura frente. Muchos la amaron, uno solo ob para el trabajo, y le conducía á pasos agigan
tuvo los tesoros do su corazón. Era un bello tados á la tumba. ¡Oh, puanto aumentó Caro
joven, huérfano como ella, como ella sin fortu lina sus vigilias para subvenir alas necesida
na. So conocían desde la niñez, se amaban des des de los dos! ¡Cuántas lágrimas derramó en
de que se habian conocido. Su amor era tan el silencio de la noche!
puro como el que se profesan entre sí los sera Habitaba en frente de Jorge cierta rica viu
fines. da y pasaba todo el dia asomada á su ventana.
Un dia, [ambos tenían veinte años] acaba Carolina tuvo zelos, por que aquella mujer era
ban de salir do la iglesia donde habian orado bella y artificiosa.
de consuno ante la madre del Amor Hermoso.— Una tarde estaba sentada con su amante á
Carolina, la dijo el joven, yo soy pobre, mi jor la puerta de su casa, y contemplaba con se
nal es corto, y es preciso no obstante pensar en creta angustia los estragos que iba haciendo en
unir nuestro destino. lie consultado cierto pro su semblante la terrible enfermedad.
yecto con el señor cura y él me ha dado su En aquel momento pasó la rica viuda: iba.
bendición, ¿me darás tú la tuya? lujosamente vestida llevando en la mano un
—¿Qué quieres emprender, Jorge? preguntó ramillete de flores. Al llegar delante de Jor
Carolina palideciendo. ge lo dejó caer; y fijó en él una lánguida mira
—Marcho á América á hacor fortuna. El ca da. El joven lo cojió y quiso dárselo.
pitán del San Antonio ha prometido llevarme —Guardadlo, dijo la viuda con halagadora
consigo y cuidar de mí durante el viaje. sonrisa y se alejó.
La pobre niña trató en vano de oponerse á Carolina, ciega de celos, cojió el ramillete y
esta idea. Jorge partió porque soñaba un tran lo estrujó entre sus crispados dedos.
364 ALBUM CUBANO
—Ñifla! dijo Jorge con dulce reproche, ¿no boton le arrancaba una sonrisa, cada flor mar
sabes que eres la esencia de mi alma? chita una lágrima doliente.
Pero aquella escena era demasiado fuerte No obstante tenia cinco hijos, poro cinco hi
para sus débiles fuerzas y no pudo resistirla. jos educados en el desorden, que habían ap; e 1-
Se levantó tambaleándose y se marchó á su dido desde la infancia á despreciar á su padre.
casa. Pasáronse quince años: los desarreglos de
—Os hacéis desgraciados mutuamente—dijo Rosa iban aumentándose á medida que la vejez
una oficiosa vecina que habia presenciado el surcaba de arrugas su semblante. Como por
lance. Tú sobro todo, sin quererlo y sin saber satisfacer cualquier capricho derramaba el oro
lo, labras su desdicha y le condenas á la muer i manos llenas, pronto quedó completamente
te. Esa mujerío ama, y si tu le dejas se casará arruinada, y la miseria se acercó á su casa des
con él. Porque no hay que hacerse ilusiones; mantelada, con toda su horrible pompa.
Jorge está malo, no puede trabajar, y su horri Jorge, delicado siempre, y mas postrado en
ble posición agrava su enfermedad. ¿Sabes lo tonces, no podia trabajar. Rosa no tenia recur
que le ha dicho el médico? que si no toma pron sos en sí misma, y sus hijos mayores, que nada
tamente las aguas de no·sé donde, está irremi sabían hacer, solo contribuían á acrecentar sus
siblemente perdido. Ahora bien: si se casa con disgustos. No pudo sobrellevar tal cambio y
tigo se muere, y si se casa con ella se salvará enfermó gravemente: los amigos abandonaron
y podrá ser dichoso. á los tristes esposos: los hijos lejos do cuidar
Carolina cerró violentamente la puerta y fué los, cojian los objetos que aun no se habían
á caer desmayada sobre una silla. ¡Sólo Dios vendido para satisfacer el hambre, y corrían á
sabe lo que sufrió durante aquella noche; sólo venderlos para entregarse al juego.
los ángeles saben cuan henchida de puras lá Era un espectáculo espantoso el que ofrecía
grimas estaba la copa de su amargura, que aquella casa, y recordaba las palabras del Evan.
ofrecía al Eterno! gelio, quo dice que la mujer indolente matará
Al rayar la siguiente aurora abrió la puerta: á su familia y destruirá su hacienda.
estaba pálida como un espectro, y sus cabellos Un dia, cuando las sombras del crepúsculo
habían blanqueado. Llevaba un pequeño hati iban amontonándose sobre el suelo, una pobre
llo debajo del brazo. Dirijióse á casa de Jorge mujer se acercó al lecho de la enferma.
y oró largo tiempo debajo de sus ventanas; —Señora, dijo con voz trémula, necesitáis
luego fué á la Iglesia>y al. cementerio, donde una criada. Yo me ofrezco á serviros Ínterin
reposaban sus dos tíos, y antes que los habi dure vuestra enfermedad . Ya me pagareis
tantes del pueblo se dispertasen, tomó lenta cuando vuestra suerte mejore.
mente y llorando el camino de Gerona. Jorge, sentado on un sillon de cuero cerca
Era aun bastante hermosa para que se ceba de la ventana, dió un grito ahogado. La mujer
se en ella la maledicencia. Mucho se habló y se acercó á él y le estrechó la mano en silencio.
se dijo sobre su extraña desaparición. Al cabo Entóneos las miradas de entrambos se encon
de un mes, Jorge, ciego de despecho, se habia traron y reflejaron con sublime elocuencia, to
casado con la rica viuda. Mas ¡ay! que esta es da una vida de amor, de abnegación y sufri
taba muy lejos de parecerse á Carolina. Rosa, miento. Jorge extendió su mano hácia el jar-
que asi se llamaba, era negligente, caprichosa din, sembrado de Carolinas; la mujer elevó sus
y casquivana. Su amor hacia Jorge habia sido ojos al cielo, resplandecientes de júbilo infi
un capricho, y una vez satisfecho pronto lo nito.
reemplazó con otro. Jorge sufrió mucho, y á Desdo aquel dia ya no faltó lo necesario en
pesar de eso vivió, por que solo Dios puede aquella triste casa.
contar los granos de arena do que consta la vi Carolina habia ido á Gerona donde habia ga
da de los hombres. Nunca volvió á hablar de nado mucho con sus primorosas blondas, vi
la prometida do su corazón; pero pasaba todo viendo constantemente sola, siempre fiel á sus
el dia en un huertecillo de su casa, todo sem recuerdos. A la primera noticia de la desgracia
brado de Carolinas. Parecia que su vida estaba de Jorge, todo lo abandonó; casa, intereses,
reconcentrada en aquellas flores, y cada nuevo reposo.
i
§ ----- —---- —------ —- ----- — -7!
DE LO BUENO Y LO BELLO. 365
$
La enfermedad de Eosa duró tres meses: ja corrí á la Ermita y vacié mi bolsillo en la falda
más una hija querida recibió tan solícitos cui de la pobre vieja.
dados como ella de Carolina, á quien por su —lié ahí como concibo yo el amor, esclamé
fortuna jamás reconoció. La habia visto poco volviendo al lado de Adela. El amor hijo de
y estaba muy cambiada. Espiró en sus brazos Dios, esencia de Dios mismo, está formado de
llenándola de bendiciones. La muerte de Eosa caridad y abnegación, sólo se alimenta de sa
aceleró la de su marido. crificios y ternura. Es un ángel, suspendido
Una mañana, cuando Carolina entró á lle por Dios en el espacio, tocando en la tierra con
varle una tasa de leche caliente, Jorge la cogió un ala y en el cielo con la otra: es el dulce in
la mano. No lo habia hecho hasta entonces; no termediario entre el hombre y su Criador, que
la liabia dirigido ni una sola palabra relativa hace descender delicias del paraíso sobre este
á lo pasado. páramo de amargura, que eleva el alma hasta
—¡Mo voy, la dijo sonriendo, y creo supérfluo los espacios inmortales! Es por fin una anchu
decirte que te he amado siempre; tú ya lo sa rosa pira, en donde las impurezas del corazón
bes: no te daré tampoco las gracias por tus be se convierten en cenizas; en donde las virtudes,
neficios; tú no lo necesitas. ¡Me voy! te reco como el amianto, salen inmaculadas y brillan
miendo á mis pobres hijos, que no tienen mas tes.
patrimonio en este mundo que las funestas se ¡Ah! cuando le veáis rastrear sus alas sobre
millas de una mala educación. Una mujer vir el cieno, cuando descubráis en él las huellas de
tuosa irradia sus virtudes sobre cuantos la ro Us pasiones mundanas, no 1c deis el nombre de
dean. Me voy tranquilo, por que quedas á su amor, por que es mancillar el precioso talis
lado. Adiós, mi ángel; mi Carolina, recibe mi man que Dios ha entregado al hombre, como
bendición! emblema de si mismo!
Carolina se postró de rodillas: Jorge puso su
mano sobre su frente y la bendijo. Angela Grassi.
—Adiós, murmuró, voy á esperarte en el se
no do Dios, donde so juntan los que se han
amado sinceramente en este mundo!
Y fijó sus ojos en el cielo, y se dibujó en sus
labios la sonrisa de los bienaventurados.
Carolina lloraba á sus piés. Cuando levantó
la cabeza vió que su amado sonreia siempre;
pero estaba inerte. Entóneos se arrojó sobre él A LA LINDA JULIA.
y besó con transporte aquel corazón, que solo
habia palpitado para olla, y cerró aquellos ojos, (En su album.)
que habian sido la luz de su existencia...... !
Adela se detuvo sofocada por la emoción. ¿Has visto la blanca aurora
—Y bien, la pregunté con interes, ¿qué hizo su faz mostrar en oriente,
Carolina, luego? sacudiendo de la fronte
—Carolina, pagó con el dinero de sus econo perlas, que el campo atesora,
mías de quince años todas las deudas de Eosa, Miéntras que su luz colora
alquiló su casa, y solo se quedó con el cuartito el cielo, y la tierra ufana
en donde murió Jorge, y el huertecillo donde como novia so engalana,
se ostentaban las flores que él amaba tanto! sintiendo bajo su huella
Allí habita con esas dos niñas pequeñas, que brotar do quior nueva vida?
son gemelas. JjOS tres mayores los ha puesto Pues mira, Julia querida,
en colegios, y como no tienen bastantes recur tú eres mas bella.
sos para tantos gastos, implora la caridad pú
blica para los huerfanitos, y trabaja para man
tenerse á si misma. He aquí su historia. ¿Has escuchado el murmullo
Yo me levanté transportada de entusiasmo, del arroyuelo escondido;
366 ALBUM CUBANO
3=3:
DE LO BUENO Y LO BELLO. 367
r O
conjeturas nías extrañas se liacian sobre lacau- supuestos habian hallado un asilo seguro en las
sa de su desastrosa muerte. Su tristeza, su me cercanías de Palermo. En aquella casa vivían
lancolía desde que habia aparecido en aquella felices, ignorados del mundo.
capital, emporio de las artes, le habian hecho Cultivaba Ghigi el arte de que era idólatra
abandonar sus pinceles, que le habian granjea sin gloria, pero también sin envidia, sin los mez
do un renombre inmortal. En vano el Pontífice quinos zelos que el mérito engendra. Su ventu
mismo habia deseado emplear sus talentos en ra era completa, el miserable á quien habia sal
el Vaticano. Ghigi se habia negado constante vado la vida la destruyó.
mente. El pliego que habia dejado el infeliz al ,, La soledad y la hermosura de Paula encen
suicidarse, revelaba un horrible misteiio. dieron su sangre siciliana.......Un dia, fuera do
El miserable, cuyo cadáver habian arrojado sí, penetra en la estancia donde dormia Pau
las ondas del Tiber, y al que la ciudad enterase la.......... Paula fué suya.
aprestaba á honrar como aun gran artista....... Alos gritos de la desventurada acude Ghigi
¡no era Ghigi! ¡So llamaba Antonio Perragio! á su socorro, y una puñalada lo derriba á los
Natural de Palermo, y joven disoluto, una piés de Ferragio. La hermosa Paula espira de
noche al salir de una orgía con otros compañe dolor.
ros de desorden insultó á una dama de distin Al asesinato sigue el robo. El oro, los cuadros
ción, y asesinó al hermano del gobernador de de Ghigi son arrebatados....:.... y su cadáver
Sicilia. mutilado horriblemente. Podria revivir aun...
Huyendo del cadalso aquella misma noche, îûi lengua podria hablar, su mano podria es
solo y errante, cayó al amanecer desfallecido á cribir.
algunas leguas de Palermo. No podia negar el El asesino llega á Roma.
asesinato, porque una de sus víctimas le habia Se anuncia como el pintor Ghigi, que vuel
reconocido; ni podia expatriarse por falta de re ve de Méjico, y expone al público alguno de sus
cursos, ni podia tampoco encontrar un asilo, cuadros, que fueron comprados con avidez. El
porque la venganza de las leyes alcanzaria al nombre de Ghigi se repite con entusiasmo, ad
que le protegiese. quiere gloria, es en poco tiempo rico, muy rico,
Iba á perecer. y la celebridad y los placeres sofocan algun
Un joven pasó en aquel instante á caballo. Al tanto los remordimientos, hasta que un suceso
verle pálido, moribundo, víctima tal voz de al terrible al cabo de dos años vino á destrozar !
gunos bandidos, le ofrece generoso socorro; y á de un modo cruel su corazón.
fuerza de instancias le arranca su secreto, le Vió un dia el príncipe Borgia, hermano del
monta á la grupa do su caballo, y le da un asi Papa, uno de los cuadros que conservaba aun,
lo en su casa de campo. ¡Le liberta de una una Virgen dando de mamar á un niño Jesus,
muerte inevitable.......... la muerte del cadalso! Deseó adquirirlo para su magnífica galería; pa
La casa de campo, pobre en su exterior, se gó por él una suma considerable, y al conducir
hallaba adornada interiormente con cuadros el cuadro al palacio de los Borgias, el pueblo
preciosísimos. entusiasmado á la vista de aquella obra maes
El generoso huésped reveló á Ferragio, en tra sigue á los conductores aclamando el nom
■cambio del fatal secreto que éste le confiara, lo bre de Ghigi, y obliga á Ferragio á asistir á es
que á ningún mortal hasta entonces habia reve te triunfo improvisado, conduciéndole en una
lado.— Queera Ghigi, pintor napolitano, áquien carrosa descubierta del príncipe Borgia.
hacia diez años suponían unos en Méjico, y los Era tanta la multitud, que el fúnebre acom
mas muerto. Al volver à Nápoles, de donde ha pañamiento de un infeliz que conducían al ca
bia salido huérfano y desvalido, después de dalso tuvo que detenerse. Los gritos de alegría
quince años de ausencia y de haber aprendido ahogaron el rezo triste de los agonizantes.
la pintura, logró hacerse amar de la hermosa Era el reo un mendigo mudo y manco á
Paula, hija del conde de Rianzo.—Por evitar la quien la justicia del Papa condenaba al cadal
venganza de una familia noble y poderosa, so por el robo de un pan, á que le habia impul
abandonó sus trabajos artísticos, robó á la her sado la necesidad.
mosa Paula, se casó coif ella, y bajo nombres Al oir el nombre de Ghigi, al ver al que lie-
368 ALBUM CUBANO
&
vabanon triunfo, levantó la cabeza, estendio sus De la mia un recuerdo
manos mutiladas hácia él, intentó en vano ar Te dejo, Lola,
ticular un sonido con su lengua cortada, y se No sea fugaz disparo
desmayó....... De una pistola,
Era el verdadero Grhigi. Ni su estampido
El asesino subió en triunfo al Capitolio; ¡el El que en tu seno muera
artista murió en el cadalso! Eco perdido.—-
Un año después los remordimientos del ase
sino le habían vengado.
III.
A los tres dias el cadáver del suicida era Si esta página es solo
conducido en un carro, sin acompañamiento, Tumba sombría
privado de las oraciones do la iglesia, y arroja En que yace un recuerdo
do a un muladar fuera de la puerta Scelerata, Del alma mia,
al mismo tiempo que la nobleza y el clero ro Sean tus miradas
mano conducía al panteón otro cadáver exhu Lágrimas en su losa
mado del campo, donde la caridad cristiana se Por él goteadas.
pulta á los infelices condenados á último supli
cio.
El cadáver que honraba Roma con unos fu Dichosa tú que tienes
nerales dignos de un rey, era el de un infeliz Un alma pura
mudo y manco, ajusticiado un año antes por Y el cáliz solo bebes
uu insignificante robo. De la ventura;
La obra maestra que el infeliz habia encon No quien mil veces
trado conducida en triunfo al marchar al ca Apuró el de las ponas
dalso, procedia á su féretro. Hasta las heces.
El Papa mismo Alejandro VI, celebró una
misa delante de la urna donde se depositaron
los restos del gran artista, á quien condonó la
justicia engañada de los hombres, y á quien la A. darte el alma entera
justicia divina devolvió en la posteridad su fa Siempre me obligo,
ma v su merecido renombre. Si en pago solo quieres
J. P. Llamarme amigo-.
Así, Dolores,
Olvidara las ponas
Que dan amores.
De la amistad el árbol
Produce flores,
SERENATA No posan en sus ramas
TT.i-i el album de la señorita D. M. Los sinsabores,
Y tu sonrisa
Para sus hojas fuera
Como el ave que surca La blanda brisa.
Veloz la brisa
Dejando en pos las plumas
A su sonrisa, Arbol de amor, al punto
Así el poeta Florece.......... y besos,
Deja en pos sus cantaros, Pensamientos, nacidos
De vida inquieta. Entre embelesos;
DK LO BUENO Y LO BELLO. 369
®____ __ ________________
Pasan los años.......... A contemplar su realizado anhelo,
Tiene entonces espinas De su inaudito afan la recompensa,
De desengaños! Sube Moisés al Nebo, goza y muere.
Después de oscuridad, miseria y duelo,
A par de lauros y ventura inmensa
Yo en pos de mil soñados El genio tumba anticipada espere.
Dulces amores, Emilio Blanchet.
Por coronar mi frente . [I860.]
Tomé sus flores..........
Se marchitaron,
Y espinas, solo espinas
Me coronaron! EL NEAEPAH.
â
DE LO BUENO Y LO BELLO.
permitían causar entusiasmo; enfriábase, di mezclaban con sus elucubraciones. Bailábanse
gámoslo así, la inspiración á su estudiado com en las óperas galops infernales á cuyo compás
pas, y la gracia con que la bella ¡oven ejecuta afilaban á menudo fantásticos enmascarados el
ba sus solos no conseguía derretir el hielo de su puñal del conspirador; resucitaban los muertos
conjunto. en las novelas para deslizarse en el seno del
Entonces la moda cambiando'de improvisó sarao, rodear con sus brazos de esqueleto el ta
de ideas nos trajo, según parece, de Alemania lle de la beldad ya consolada de la pérdida de
el vals á tres tiempos, ese famoso vals que in un amor infeliz, recordarle sus promesas de
dignó á Werther, que Mme. de Genlis mas vir eterna constancia á la memoria de un difunto
tuosa de palabras que de acciones quiso prohi y arrastrarla en medio del torbellino de la ga
bir a las pudorosas vírgenes, y que inspiro á lop al triste cementerio. ¡Olí! El referido baile
Byron una de sus mas punzantes críticas. El obtuvo tal boga que los demas se vieron ofus
repentino tránsito de la danza de salon en que cados por él. Hasta la canción de la bella
apenas rozaba el galan la mano de la dama, á Palmira comenzó á parecer ridicula y por lo
aquella en que abrazaba su talle impunemente tanto era patente el triunfo de la brutal galop
era demasiado violento para que no produjera sobre el vals á tres tiempos.
una alarma general. Adoptóse sin embargo la Pero la moda profesaba á éste secreta prefe
última en todas partes y cuéntase que con tal rencia á causa de la sensación que produjo
fervor, que miéntras bajo doradas techumbres cuando sucedió al minué y al rigodon. Decidi-
se bailaba con el cuerpo tieso como una estaca, duá no abandonarle lo modificó haciendo que
la cabeza echada hácia atras y el pié derecho se bailara á dos tiempos con una velocidad ente
en el aire haciendo singular pirueta, en la ca ramente contraria á su antiguo reposo. ¿Quién
lle tarareaban los pilludos la célebre canción de ignora el furor que causó el vals de Straus tan
aquellos tiempos de Maricastaña: to tocado como bailado? ¿Quién no sabe que
en los primeros salones de Europa y América
La tierna Palmira ha girado la juventud palpitante, embriagada,
Mas bella que el sol radiante de ilusiones, mientras la. orquesta eje
Bailando este valse cutaba la Gabriela, los Cantos del Danubio y
Le dice á su amor&. &. otras composiciones de igual clase destinadas
á poner el sello al renombre de Straus? La
Lanzada ya la moda en terreno mas de su moda consiguió pues que el vals recobrara com
gusto que el primero, «iguió trayéndonos de los pletamente su prestigio
países del Norte donde la necesidad de poner Bailóse al efecto, repito,á dos tiemposjó mas
en circulación la sangre convierte la danza en bien á dos pasos, lo que en honor de la verdad
un violento ejercicio, los bailes vertijinosos. no producía el mejor golpe de vista. Las seño
La frenética galop llegó como un torrente de ritas delicadas se cansaron en consecuencia
las orillas del líhin ó quizá délas nieves escan pronto de él. Entonces la moda resuelta á pro
dinavas á Madrid, Paris, y Londres, logrando tegerle aun lo sometió á una nueva modifica
la moda que adoptaran como un placerlas mas ción. Sin alterar el compás ordenó que á los
delicadas señoritas el trabajo de las desenfre pasos largos sucedieran otros menuditos y mas
nadas carreras que desmelenaban sus perfuma cómodos para la breve planta de las bellas. El
dos cabellos y hasta las privaban déla respira vals de Straus prosiguió imperando merced á
ción. El solo nombre de galop indica su salva esta variación. A pesar del ardor de nuestro
je índole por provenir sin duda de la palabra clima tuvo también en la Habana su época de
galopar. Pero ¿quién se ocupaba entonces de su brillante triunfo, de ruidoso apogeo. No habia
nombre, ni de su furiosa rapidez, ni del trastor señorita ála moda que no expusiera contenta
no que causaba en las frágiles criaturas á quie su salud por tal de descollar en él, de manifes
nes obligaba á volar sin alas? Estaba á la mo tarse mas firme y ligera que sus competidoras,
da y eso la absolvía de todas las culpas. de atraer todas las miradas por su resistencia
Hasta los poetas, novelistas, y compositores en aquel ejercicio gimnástico de buena socie
líricos, se prendaron de taA modo de ella que la dad. ¡Cuántas se enfermaban de resultas de
372 ALBUM CUBANO
tan violento trabajo! ¡Cuántas pagaban con descompasados movimientos. ¿Quién podria
meses enteros de tristes dolencias el fugaz creerlo sino lo hubiera presenciado? ¡Llegó á
aplauso de un instante! hacerse moda bailar sabroso, es decir, marchitar
Pero el vals pasó al fin , como todo pasa en es con depravada malicia un placer honesto y per
te mundo. Arrepentida la moda de su capri mitido! Bailar con recato, con recogimiento,
chosa constancia so dedicó á favorecer otro con prudente reserva, era bailar á hi antigua,
bailo al par oriundo de las rejiones frías. La era no saber bailar. Abandonarse al vértigo de
polka llegó precedida de la trompeta de la fa la desmoralización y de las ideas impúdicas era
ma á las playas de Cuba, donde gracias á la po bailar bien. ¡Oh! castas é inocentes vírgenes
derosa soberana que le ofrecía su apoyo, fue que me leeis! ¡Con qué rubor sabríais que hubo
acogida con la mayor solicitud. La música de salones de baile de buena fama, en los cuales se
la polka-vals tan animada y alegre y la de la encargaron personas de respeto de observar á
polka mazurca tan suave y por lo regular me los bailadores y de mantener el orden en sus
lancólica, agradaron aquí desde luego. La mo filas! ¡Cuántas lágrimas de púdica tristeza cae
da, la novedad, la variación, todo se puso de rían de vuestros ojos al oir asegurar que exis
su parte de tal manera que la contradanza in tían jóvenes bastante insensatas para sacrificar
dígena, el único baile que no fatiga en esta ar á locas modas su corona de angélica pureza!
diente latitud, temió ver realizado á su costa Una señorita conozco yo que llora amarga
el conocido proverbio: ‘-De fuera vendrá quien mente aun por haber seguido la moda de bailar
de casa te echará.” como no debe hacerlo nunca la mujer delicada.
Durante muchos dias efectivamente la ju Amábala un mancebo que pensaba con la ma
ventud danzante solo habló de polkas, las or yor sensatez respecto á la moral femenil. No
questas solo tocaron polkas, y la moda se vol creia, como Byron, que pierde la rosa su mejor
vió completa polkista. ¿Inventaban las artífi perfume permitiendo que lo aspire de cerca
ces del tocador una chaquetilla elegante? Para aquel que la guia con respetuoso brazo por el
hacerla popular la llamaban polka. ¿Creaba el dédalo del wals, pero creia, sí, que la doncella
artífice culinario alguna nueva golosina? Para capaz de olvidarse de lo que se debe á sí mis.
expenderla sin dilación dábale verbigracia el ma en el círculo de la danza ofrece pocas garan
nombre de bizcochos á la polka. Hasta hubo pa tías de ventura doméstica á su futuro esposo.
tillas á la polka, suspiros á la polka, y amores Había por lo tanto recomendado á su amiga la
ála polka. ¡Qué polkeador entusiasmo! La mo moderación en el placer mas que en otra cosa
da se reia ufana al reconocer en él su ilimi alguna.
tada influence^ Separado do ella durante varios meses regre
Partidaria á menudo de lo que viene de es- só de repente á la Habana una noche que se ha
írazyïs introdujo también entre nosotros al poco llaba su prometida en una fiesta. Ocurriéndose-
tiempo la schottisch, la warsoviana y últimamen le la idea de sorprenderla agradablemente, diri
te los lanceros. El carácter pausado de todos es gióse, apénas mudó de traje, al punto donde la
tos bailes (esceptuando la polka-wals) los hace última severificaba. Penetra en el iluminado
á propósito para alterner con la criolla contra salon, recórrelo con los ojos y no encuentra á
danza. Los lanceros sin embargo no han conse la que busca. Entonces un grupo de jóvenes
guido popularizarse. Esa especie de reformado reunidos en torno de las señoritas que baila
rigodon asoma en vano la punta de la nariz en ban lo llama la atención por las risas y cuchi
nuestros distinguidos salones y campestres glo cheos que brotaban de él.
rietas. Acogido con tibieza no tardará sin duda —Ninguna baila como esa trigueña—decía
en marcharse con la música á otra parte. uno.
Hasta ahora únicamente hemos visto á la —¡Qué templada debe ser la niña! Voy á pe
moda manifestarse tan versátil en las cuestio dirle una contradanza tan sabrosona como la
nes danzariles como en todas las demas. No ten que está bailando con el simplote Pablo que no
dríamos, pues, de que acusarla respecto à la mate sabe sacar partido de ella.
ria si no hubiera pretendido destruir el decoro Nuestro recien llegado fija su errante mira
del mas preciado recreo de los floridos años con da en la imprudente muchacha que daba moti-
DK LO BUENO Y LO BELLO 373
quien tocan en suerte las últimas páginas, re El Secretario particular de S. 31. azul.”
coger ¡os lieclios mas interesantes y esmerarse Me acuerdo en este instante sin querer de
en la relación de los buenos sucesos para tri Bourdaloue:—"¡Cuantos pobres —exclamaba—
butar también su debido homenaje á los auto están olvidados! ¡Cuántos permanecen sin so
res que han depositado en este libro elevados corro, sin asistencia! Este olvido es tanto mas
pensamientos; y solo siente su insuficiencia por deplorable cuanto que. de parte de los ricos, es
no poder dejar aquí una de esas obras que senil voluntario, y, por consecuencia, criminal. Me
dignas de elogio entre las muchas obras de ver explicaré: ¡cuántos desgraciados existen re.
dadero mérito que han ido viendo la luz en es dueidos á los últimos rigores de ia pobreza, y
ta favorecida publicación. á quienes nadie consuela, porque no se les co
¿De qué hablaré en este momento? ¿Qué noce, porque no se les quiere conocer! Si se
asunto será mejor para dar principio á mi cró supiese basta qué extremo llegan sus nece
nica quincenal? Inspírame por esta vez, Musa sidades, á pesar de uno mismo, se tendría
pasajera de los pobres revistero*-, ven en mi au por ellos, si no caridad, por lo menos huma
xilio, arpa sonora de los bailes y las fiestas; no nidad.— ¡Cimillos pobres existen,—continúa
me abandones, encantada idealidad de los tea aquel célebre autor,—cuyos gemidos son dema
tros.— Mis miradas buscan objetos helios; mis siado débiles para Ilegal' basta nosotros y á
oidos necesitan de los alegres acordes de la quienes algunos no quieren acercarse para evi
contradanza; mi alma se lanza con las alas tar el deber de escucharlos! ¡Cuántos pobres
abiertas a recorrer los paseos, las glorietas, los '-abandonados! ¡Cuántos desventurados en las
salones, los escenarios, y podria decir atrevida prisiones! ¡Cuántos moribundos en los hospita.
mente: Eece Deas si en vez de verme obligado les! ¡Cuántos hay que carecen de todo., mien
á trazar á Ta ligera cuadros fieles, me hallara tras que el rico permanece en la abundancia,
en situación de tener que cantar lo que he vis en el lujo, en las delicias!''—Así hablo al cora
to, en deber de contar lo que he sentido, de es zón sensible de Altagracia el espíritu de Dios;
cribir versos en vez de martillar en el yunque y sabed que su invitación le será contada aqui
de esta árida prosa. abajo como una acción que prueba un alto gra
Me ocurre leer la siguiente comunicación: do de moralidad, y será estimada allá arriba
BANDO AZUL.—Altagracia I.—‘ S. M. como el pasaporte con que podrá entrar en los
la Reina azul me manda diga á V. que es su dominios do aquel que protege a los buenos y
Real voluntad el que todo súbdito suyo contri castiga á los malos.
buya espontáneamente con la cantidad que Ei reinado de la hermosura de Guanabacoa
deseen hacerlo, desde medio paso como míni en el año actual, será pues de hoy mas memo
mum, á fin de formar una suma que se destina rable, porque ya podéis juzgar por estos ras
rá parte al hospital de caridad de esta villa y gos y por los que señalaron el de Mercedes 1,
lo restante al dote de una ó mas doncellas po —de que os hablé largamente en mi crónica
bres de esta población. Nuestra humanitaria pasada,—acuanta importancia alcanzan las re.
Soberana espera que su pueblo, que siempre se soluciones de la di vertidajuventud. Bailar so
distinguió por sus sentimientos filantrópicos, lamente era muy poca cosa: el objeto quo de
se apresurará á dejqr satisfecho un deseo que bían proponerse las queridas señoritas que
llenará de placer su corazón al verlo realizado. presiden á las peleas de gallos, debia remon
Estas cuotas so depositarán en manos del Sr. D. tarse á buenas y nobles ideas, y paréeeme que
Gaspar Contreras, Contador déla Renta de Lo cuando pasen estos dias se sabrá apreciar aun
tería, y en Guanabacoa on lasdel Sr. D. Francis mas el entretenimiento que da tan provecho
co Milá. calle de Palo-blanco. La cuota ó parte sos resultados. Al fin pueden seguirlos bandos
que corresponde señalar como dote, será depo sin temor al lado insustancial que en ellos po
sitada en el Banco Español hasta su asegura dia verse; pueden proseguir en lo sucesivo
ción, y que percibirá la agraciada en uno de los otros bandos, que es ya seguro que no habrá
casos do la ley. joven reina que olvide las lecciones de piedad
Dios guarde á V. S. muchos años.—Real si que liemos recibido en la villa de las lomas y
tio de la Reina azul y J ulio 13 de I860.” cuando se escriba la historia de la patria do
DE LO BUENO Y LO BELLO. 375
Pepe Antonio tendrá que detenerse en estafe- con rica mantilla de Casimir blanco bordado de
cha el concienzudo comentador de lo que allí oro, se movía airosamente, como vanidoso de
ha ocurrido. la carga que llevaba.”
Pocos dias después de las limosnas, era una
La Reina azul bajó ele su carruaje, se reunió
tarde lloviznosa y triste y se rogó al cielo para
á su compañera—simulando un acto de elevada
que se despejaran los horizontes, pues se desea
diplomacia,—volvió á emprenderse la marcha
ba el buen tiempo para que tuviera efecto el pa
y llegaron ¡ímbas á la glorieta en donde baila
seo que habían proyectado las dos reinas.—El
ron juntas, como para dar la señal á sus res
ruego fue escuchado, porque los suplicantes
pectivos partidarios de que era lícito 'abjurar
habían hecho bien á los pobres, y bóte aquí que
de sus opiniones en aquellos momentos de feli
las nubes se disiparon y la atmósfera recobró
cidad.
la deliciosa tranquilidad que por algunas ho
ras había sido interrumpida. A este acontecimiento siguió una nueva in
Reunida cada corte en su palacio correspon vitación en que cada una do las Reinas preve
diente dióse en breve la señal de marcha. Apa nia á su corte que estuviese dispuesta para la
reció primero la Peina de los punzóes, sobre un visita que debía verificarse á la quinta de los
escogido alazan, vestida con traje de Capitan Molinos en que residen los Exmos. Condes do
general, llevando charreteras, entorchados, y San Antonio. Fueron citados los gentiles-hom
sombrero de pluma blanca. ¡Quéme gustó esta bres, las camaristas, y los más altos dignata
capitana generala!—Os digo francamente que rios. Como era de esperarse la animación em
estaba bellísima y así lo creyeron los espectado pezó á difundirse entre los de aquende y allen
res que prorumpieron en exclamaciones espon de de la bahía y llegado el momento salieron
táneas de admiración. Precedían el cortejo Real las dos comitivas. Arriva al fin el vapor anhe
los clarines en traje de completa gala y seguían lado y la masa de curiosos impacientes que se
le los paladines y los carruajes de las damas de había apostado en el muelle abrió ojos y oidos
honor. Al llegar frente al palacio de la Reina para ver y oir. Iban las Reinas en un mismo
de los azules recibió ovaciones amistosas y sa coche en fraternal union y ocupaban el asien
ludó a su rival en gracia y encantos: á su vez to opuesto las dos abanderadas. Precedían los
se hizo en el palacio de los punzóes la misma clarines rojos y azules y seguían en confusion
recepción á Altagracia I cuando pagó la visita amigable los paladines de uno y otro l ando.
á Mercedes. El cortejo de la Reina azul estaba Desde el muelle hasta la quinta de los Moli
muy bien dispuesto. nos, el agrupamiento de gentes daba á enten
“Iba vestida. Su Hermosura con elegante der gran curiosidad. Llega el coche á la resi
amazona de falda azul celeste, que remataba dencia de los Exmos. Condes de San Antonio,
con un bordado ligero de lentejuela de .plata, y echan pié ó tierra las dos hermosuras, y son
ehaquetica de terciopelo negro, con cuello y recibidas en el portal por los distinguidos se
solapa de terciopelo azul celeste y las insig ñores que allí se encontraban. A las testas co
nias de Coronel de su Guardia, bordadas con ronadas siguen las damas convidadas que van
¡data y lentejuelas en la bota manga. La cha. bajando á su vez, y á éstas siguen los hombros,
quetilla, abotonada con tres botones, dejaba y por último, no so pasa mucho tiempo sin que
ver una camisa con cuello vuelto y corbatica el espacioso colgadizo se Vea invadido por la
de raso azul. El sombrero de castor negro esta elegante juventud, y se dejen escuchar los
ba adornado con una pluma azul al lado iz acordes de una banda militar que llena el
quierdo, caida hacia atras y pequeño velo de ga aire con las armonías de una contradanza
sa del mismo color. En el pecho ostentaba una criolla. Tocóse después otra pieza de baile, y á
hermosa banda bordada de plata y sujeta al eso de las nueve se despidieron las Reinas de
hombro con un broche, y una condecoración S. S. E. E. emprendiendo el viaje de regreso en
imitando diamantes, pendiente de un collar. el mismo orden que habían ejecutado el de la
El caballo, con lacrin trenzada con cintas, ca llegada.
bezada y bridas de"galon de plata con borlas A estos paseos han seguido otros que -no des
azules, una gran moña en la cola y cubierto . cribiré porque ya me be extendido demasiado
»
876 ALBUM CUBANO
en lo relativo á los de las Reinas y aun tengo decir quien es M. de S. C. los siguientes versos
que hablar de otras diversiones. del pop alar poeta bayamas:
Sin embargo, no guardaré en silencio el pri
mor anuncio de guerra de los heraldos. Corren zV AMIIÎA
todos al campo de batalla, se aprestan los com DESPUES DE LEER SUS PRIMEROS VERSOS.
batientes, échange los gallos en la arena, y
¡adiós Madrid que te quedas sin gente! Salen
los azules un poco mollinos porque han perdi I.
do las primeras peleas, y sonríen los rojos por
que está decidida la suerte á su favor. De tu lira las cuerdas melodiosas
Seducen á mi ardiente fantasía;
Volvamos la vista á otro punto: fijemos
Tus versos son cual las primeras rosas
nuestra atención en aquel edificio, á cuyo pié
Que el mes de Mayo en sus florestas cria.
corre mansamente el rio de Puentes Grandes;
observemos lo que pasa en aquella glorieta en Tus versos son como el primer aroma
cantadora. Iluminado profusamente el salon Quo del alma inspirada se desprende,
estaba convidando al recreo; lleno de jóvenes Y el ¡ay! de melancólica paloma
alegres y de damas encantadoras, presentaba Que desde el árbol á la nube asciende.
un cuadro bellísimo. Aquella hermosa entre las
hermosas que pasa por allí es Rita Osma; aque ¿Vienes tambien-oh virgen inocente!—
lla otra, copia delicada del tipo helénico, es ' Al altar de la santa poesía,
Trina Coppinger; aquellas otras que se con Y do ¡a gloria en la difícil via
funden en los muelles movimientos de la con Buscas un lauro para ornar tu frente?...
tradanza, son la elegante y simpática Irene ¿Sueñas con Safo, buscas á Corina,
Eulate, la rival de la rosa y émula de los án La finia de los bardos ambicionas,
geles Maimna Saladrigas, la preciosa Luisa Ar-
Y en el férvido ardor que te fascina
men teros; las graciosísimas María Chacon, Ma
No ves sino laureles y coronas?.......
ría Luisa Céspedes, Rita Duquesne, las Galar
raga, la Vizcarrondo, Gustardoy, Andreu, We Mas detente; renuncia la victoria,
gener, Galuzo, Vinageras, Azopardo, Valera, (¿ue hallarás entre lágrimas y penas
Porto, Lila Montalvo, María Antonia O’Parril. Cada laurel que arranques á la gloria
Conchita Herrera, Isabel déla Luz, Tica Jenc- Empapado en la sangre de tus venas.
kes, Lola Herrera, Julia do Cárdenas, Matilde
Sterling, y tantas otras que con su presencia Ese férvido afín, esos delirios
han hecho un lugar de Inolvidables delicias de Deslumbran ¡ay! tu candorosa mente,
la glorieta do la pintoresca Puentes-Grandes. Esa corona de nevados lirios
En el palacio de la Reina azul tuvo efecto úl Aun mejor que el laurel está en tu frente.
timamente una recepción en que no solo toma La calumnia y la envidia se enfurecen
ron parte las damas y caballeros que con mas Y manchan el laurel con torpe boca,
(Tntusiasmo han acogido en este año las fiestas Y en tí se cebarán....... y no merecen
de los bandos, sino también algunos poetas en Besar el polvo que tu planta toca.
tre los que merecen particular mención la se
ñorita Mercedes Valdés Mendoza, el Sr. For Escúchame una vez, deten tu planta,
náris y la señorita M, de S. C. que se oculta Detente por piedad, hermosa Amira,
bajo el pseudónimo de Amira.—¿Y quién es es. Que espire la canción en tu garganta,
ta Srita. M. de S C? preguntábamos á nuestro Abjura del laurel, rompe la lira!.......
amigo Fornáris. Su contestación fué un elogio
II.
verdadero y para corroborarla buena opinion
que ha formado de sus talentos, nos leyó una i Mas ¡ay no puede ser! Si en tus congojas
composición inédita que le había dedicado y que Tu cítara arrojaras por el suelo,
quiso facilitarnos para que tenga lugar en nues ¿Quién cantara la flor’de verdes hojas,
tra revista. Mas que nosotros sabrán pues, El sol naciente, y el azul del cielo?
DE LO BUENO Y LO BELLO 377
¿Cómo romper el arpa-que ¡i Alaría currentes al Gran teatro con el tercer acto de
Cantó al rugir del borrascoso trueno, los Polvos de la Madre Celestina.
Cuando envuelta en dolor, en noche umbría Háblase con bastante entusiasmo de la rea
Murió sobre la cruz el Nazareno? pertura del Louvre, en cuyo suntuoso edificio
está introduciendo mejoras notables el conoci
¿Cómo romper la lira que entusiasta do Mr. Legrand.
A tus padres cantó con dulce acento? Villanueva abrió sus puertas para que pu
Lira asi cual tu frente bella y casta, diese entrar, Dios mediante, todo aquel que
Y llena como tú de sentimiento. quisiera presenciar la tantas veces anunciada
¿Cómo dejar el arpa que solia pantomima de gran aparato: Dos bandidos de la
Al son del aire y al gemir del agua, Calabria. Después de varios ejercicios y evolu
Cantar contigo, dulce melodía ciones ecuestres, púsose en escena la pantomi
En los vírgenes bosques de Macagua? ma y nos divertimos bastante, porque á mas
de ser muy interesante el argumento, fué de
No rompas no, tu lira melodiosa, sempeñada la pieza con bastante propiedad.
Que tu verás, oh virgen escogida, El Carmelo se vió invadido no hace mucho
Palidecer la envidia rencorosa tiempo por un elegante enjambre de jóvenes de
Cual sierva vil tras de fu carro uncida. ambos sexos que acudió á aquel lugar para en
tregarse al placer del baile. Allí tuvimos el
No temas no, la risa indiferente
gusto de ver á muchasde esas graciosas criollas
Del insensible, ni su faz austera,
que son gala de nuestros salones, y encontra
Que el poeta lo mismo que el torrente
mos á los entusiastas amigos de la danza que
Altos escollos salva en su carrera.
no faltan jamas en los sitios en que una orques
No rompas no, tu plectro, dulce Amira, ta hace oir los acordes de algunas de las-ulti-
Oyeme por piedad, tu voz levanta; mxs contradanzas.
No sofoques el númcri que te inspira, Ilánse ocupado largamente los periódicos de
No abjures del laurel, suspira y canta. la capital del gran Café-concierto que ha decidido
establecer para el próximo invierno Air. Ran-
Detente, por piedad! Juntos cantemos, doux, actor del teatro francés de Paris, y qíie
La virtud, la amistad y los amores, desde ahora bautizará con el nombre de Di
Y en el vergel del mundo cogeremos Dorado. Se construirá en este edificio un tea
Espinas para mí, para tí flores. tro en que se representarán operetas, fragmen
Aun mejor en tu frente que en la mia tos de las óperas italianas, francesas y alema
Está el sacro laurel...... tu canto entona, nas, en que ademas habrá artistas que entonen
Cantemos juntos que ya asoma el dia....... canciones del dia, y en que siempre habrá una
Mas solo será tuya la corona, orquesta que amenice de tiempo en tiempo las
soirées que allí se preparan. Si no son falsas las
José Fornáris. noticias que tenemos, se abrirá este estableci
miento á mediados de Noviembre.
La compañía de Robréño ha trabajado con
Púsose en escena en el gran teatro ante una buen éxito en Tacón en Lázaro ó el Pastor de
mediana concurrencia el drama en cuatro ac Florencia, de Bouchardy, en que el Sr. D. José
tos titulado: Juan Diente ó el Idiota misterioso, Robreño con bastante talento desempeñó el
que siempre ha merecido una favorable acogi papel que le corresponde en esta pieza.
da del público. D. José Robreño desempeñó el En fin, para que veáis que guardo en mi me
papel del protagonista, y es opinion general moria todo cuanto ocurre en la Habana, sabed
que lo desempeñó con bastante acierto. La que según corren voces por esos mundos de
obra es de buenos efectos dramáticos, no esca Dios, no ha de tardar mucho en que se esta
sea de pasajes interesantes, y su desenlace blezcan en Marianao dos bandos, uno verde y
oportuno es de tendencias útiles. En la misma otro amarillo, y cuenta la fama que una hermo
noche tuvieron lugar prra divertirse los con sa Lola y una hermosa Luisa serán las que ce-
82
378 ALBUM CUBANO
fiirán en sus frentes juvenile» las diademas liciosas reminiscencias, también es cierto que
designadas para la belleza, de lo que me alegro este cuadro es mas bollo, que las perspectivas
tanto como no es posible que pueda manifestar son mas campestres; que el aspecto del conjun
en estos momentos en que me siento fatigado y to de aquellas casas, que el c,urso de aquel rio,
quisiera suspenderla pluma hasta nueva ocasión. que la aparición de aquella glorieta en el fondo
Tocaron pues los bandos á retirada: ganaron de este horizonte, son positivos encantos.—
en las peleas los gallos rojos y quedó concluida Doy mi preferencia á las Puentes y me atrevo
la dominación de uno y otro reinado. Esa es la á rogar á las numerosas lectoras del Album
vida: ese es el resultado de todas las cosas ha que continúen dispensándole Su cariño; me
bidas y por haber. La flor ha de marchitarse, atrevo à suplicar siempre su asistencia á este
el arroyo so ha de agotar, la fiesta ha de termi encantado recinto en que muy pocos hemos
nar y muchos de los convidados dejarán con dejado de sentir una palpitación, en que
anticipación desocupado el lugar que les estaba escasos son los que no han tenido que suspirar,
asignado: la corona Real debía caer de las fren en que parece imposible que haya quien vién
tes augustas: era, pues, indispensable que so dose bajo esta techumbre favorecedora de todo
breviniese una tregua para dar paso al nuevo lo agradable, haya dejado de amar.
desbordamiento de las actualidades. Pero sea A pesar dotales ventajas, las Puentes de hoy
bastante para vuestra gloria lo ocurrido: habéis no son las que fueron en aquellos tiempos no
reinado en todos los corazones del gran núme muy lejanos en que los moradores de la Haba
ro de admiradores que han ido á Guanabacoa na corrían á visitarla en masa compáctalos sá
para sostener vuestras banderas: habéis recibi bados por la tarde; en que so prolongaban fre
do ovaciones y como habéis promovido algun cuentemente las diversiones hasta el domingo
bien en favor de los pobres, vuestro dulce re inmediato, en que las familias allí residentes
cuerdo se conservará por algun tiempo en se complacían en reunir á su mésalas personas
nuestra memoria. de su amistad, en que se hacia difícil hacer el
No por la cesación de estas diversiones en viaje de retorno á causa del amontonamiento
contrará por cierto la juventu 1 obstruido el de pasajeros, y en que por último se verifica
gran camino de la alegría: cuando se calla una ban aquellas regatas en su ancho rio.—Quien
voz, cuando se apaga una luz, resuena en otro fuó bastante dichoso para entrar-en una chalu
lado un instrumento músico, se muestra una pa en una de aquellas tardes de bendecida re
iluminación en otro punto y puede continuarse cordación, quien oyó los acordes de algunas
el drama, puede proseguirse el placer. Plegan flautas, de algunas guitarras, turbando el si
sus tiendas los nómades combatientes de la rui lencio de los bosques, quien sentado junto á su
dosa villa de las verdes lomas y se trasladan á dama, echó mano á los remos y se lanzó á com
orillas del Almendares para hacer duradera la petir en velocidad con la barca en que iban al
ilusión, para tomar parte en el entusiasmo co gunos amigos, ese solo puede dar cuenta de lo
mún, y adorar eternamente el poder de la her que fué Puentes Grandes en la época á que me
mosura: muerto allí el baile—si es que Guana- refiero.
bacoa puede cometer este crimen de losa-vida ¿Por qué, pues, no retornan estas poéticas
—revive por este lado de la población y echa escenas? Bien sienta á la villa de las lomas el
raíces el árbol bello de la felicidad juvenil. amor á las peleas de gallos y su decisión por
Y perdonadme que confiese mi debilidad: to los bandos, pero á vosotros los que halláis me
do me parece mejor cuando tiene efecto bajo el j jor entregaros en brazos de la danza en esta
hermoso cielo de las Puentes. Diréis que algun tierra clásica de la fortuna y del deleite, ha
atractivo particular, que alguna memoria me ríais bien en promover la resurrección de una
hacen volver siempre los ojos hacia aquella de fiesta tan delicada, tan romántica; un nuevo
liciosa glorieta, que algun perdido amor de mis movimiento baria volver á grandes y pequeños
tiernos años me hace preferir este sitio de re á tomar participación en tal placer, y á-fé que
creo à cualquier otro. Y bien! confesando que sobra razón á cuantos quieran hacer valer la
hay algo de todo eso, que efectivamente se me verdad de lo que se empeña en demostrar el
tuerce involuntariamente el corazón hacia de humilde cronista del Album.
DE LO BUEKO Y LO BELLO. 379
Hablando de todo un poco, os diré que el cé datos, por tanto, que los que nos suministre la
lebre Gottschalk está en convalescència y fue memoria, es probable que hasta incurramos en
ra de todo cuidado de los males que lo aqueja involuntarias omisiones, y en tal concepto co
ban y que no espera mas que restablecerse menzamos por reclamar indulgencia para cuan
completamente para seguir su proyectado via tas faltas podamos cometer á despecho de la
jo á Sud América. Todos estamos unánimes buena intención que nos dirige.
en desearle un próspero y corto viaje y un re Consignarémos en seguida, con singular pla
torno rápido. cer, que no conocemos población alguna de
nuestra ilustrada Antilla, siquiera sea de me
* * *
diana importancia, en que no exista actualmen
te activa prensa periódica, probando este he
cho notable que la inteligencia busca donde
quiera válvulas de espansion para ensanchar
sus irradiaciones. Ademas del gran número de
periódicos políticos y de intereses locales—
entre los que se pueden citar algunos que por
su parte literaria podrían figurar también en
REVISTA LITERARIA. el catálogo de publicaciones de mas amena ín
dole—tenemos revistas esencialmente científi
cas y literarias, várias de ellas muy aprecia-
Cuando dimos á luz el prospecto delAZóum bles, y de las que solo en la Habana, recorda
Cubano de lo bueno y lo bello, manifestamos nues mos:—El Liceo—La verdad Católica -La Re
tro firme propósito de no formular juicio críti vista de Jurisprudencia—Los Anales de la Isla de
co sobre ninguna producción literaria publica Cuba—El festivo Aforo Aluza—La Charanga—
da en esta Isla; pero nos reservamos al mismo El Eco de la medicina, &c.
tiempo el derecho de mencionar honorífica Al mismo tiempo que las obras periódicas,
mente las que en nuestro concepto lo merecie vemos aparecer, sin largos intervalos, libros de
ran. Hoy, al terminar el primer semestre del mérito debidos muchos de ellos á jóvenes hijos
periódico mencionado,—llenos de satisfacción de este suelo. Apenas acababa de arrojar la
por la lisongora acogida que ha merecido del prensa al público elegante de la Habana la
ilustrado público cubano, y en vista del movi Flor de los Recuerdos del oriental bardo de
miento literario que por todas parles revela la Granada, y la amena novela Antes y Después del
general tendencia á impulsar los adelantos in galano y caballeresco autor de García el Tré
telectuales á la altura que alcanzan los mate mulo, cuando ya asomaba por el horizonte de
riales en este floreciente pais,—hoy, decíamos, las letras el precioso drama de las Seis mujeres
creemos que es llegado el momento de echar trazado por la hábil mano de nuestro compa
una rápida ojeada hacia las publicaciones que triota Guerrero, que ha querido enriquecerlos
de poco tiempo á esta parte hayan aparecido fastos literarios de su pais con un modelo su¿
con legítimos títulos á la atención de los ver géneris de esas obras, puestas en boga por al
daderos amantes de las letras. gunos de los modernos novelistas franceses, en
No se suponga, sin embargo, á pesar del en las que se envuelve bajo formas sencillas y gra
cabezamiento que damos á estas líneas—por la ciosas, en estilo siempre li ,ero y á veces hu
necesidad de ponerle alguno—que es nuestro morístico, cierto fondo filosófico mas ó menos
pensamiento emprender una revista literaria profundo. No recordamos si fué por entonces
propiamente dicha; pues no solo no dispone también la salida á luz de otra novela-—que aun
mos del tiempo y el espacio necesarios, sino no hemos tenido el gusto de leer—debida á la
que ni siquiera se hallan á nuestra vista, en el infatigable pluma delfecundo Villergas—el cual,
retiro campestre en que trazamos de prisa el así en la joven Cuba como en la vieja España,
presente articulillo, las mismas producciones alcanza el envidiable privilegio de agradar á in
que deseamos mencionar según el compromiso teligentes y á iliteratos—lo que sí sabemos es
con nuestros suscritoros contraido. Sin otros que no tardó mucho en seguir A la vida en el
380 ALBUM CUBANO
Chaleco, eon que aquel jovial publicista dotó á Plácido y Milanos en las tristes páginas de sus
la literatura amena, la aparición deunvolúmen esperanzas perdidas. Mas no! no fueron perdi
de sentidos versos, que colocó á la Sra. Buz de das: si esos nombres no pueden brillar en sus
Montoro en el bello catálogo de escritoras cu futuras glorias; allí quedan como sólidos fun
banas, donde brillaban ya con anteriores dere damentos de las presentes, como justificantes
chos la correcta Felicia, la inspirada Luisa Pe solemnes de sus esperanzas en las del porvenir.
rez do Zambrana, la malograda Mármol, la Perdonen nuestros lectores este involunta
Mendoza, la Franchi Alfaro, la Molina, la Co- rio extravío do la compendiosa reseña que ve
pero, la Torre (D. p Mercedes) y otras muchas níamos presentándoles, y simpatizando con la
cuyo alto número—que no permite especial disposición de espíritu que nos impide conti
mención do todas—prueba la abundancia del nuarla, permítannos concluirla con la consola
estro poético bajo el brillante cielo do los tró dora observación de que al perder nuestra Isla
picos. uno de sus mejores poetas, la súbita aparición
¡Y cuántas más conocemos, cuyas produccio de un. nuevo libro, titulado Cantos de la Tarde,
nes circuladas únicamente entre amigos ínti ha venido á confirmar la general cf eencia de
mos de sus familias,prestan motivo, sin embar que posee en el joven D. Juan Clemente Zenea
go, á lisongerísimas esperanzas! Díganlo sino otro de los mas aventajados que puede anhelar
los lindos ensayos de la Srita. Piorra—do que su ambición.
dimos una muestra en nuestro anterior núme Sentimiento, buen gusto, correcion (poco
ro;—y los de Leoncia de Arteaga; y los de la común por desgracia entre nosotros) son las
niña Brígida do Agüero, naciente estrella del principales dotes que echamos de ver desde
feliz Camagüey, que tantos claros ingenios ha luego al repasar las lindas hojas del elegante
producido y donde resalta en la actualidad una volumen mencionado, que bastaria á conquis
hermosa plóyada de jóvenes poetas que pueden tarle al autor un puesto honroso en la literatu
disputar la palma á las brillantes lumbreras de ra, si la opinion pública no se lo hubiera asig
que se enorgullece con razón la culta capital nado de antemano.
de la Antilla afortunada. Nosotros alimentamos la halagüeña esperan
Ah! tristísimo recuerdo nos asalta en este za de que el movimiento intelectual enCuba
instante deteniendo el curso de nuestras lige irá en feliz ascension, toda vez que ha entrado
ras observaciones: recuerdo que afecta, como á indudablemente en una de sus mas prósperas
las nuestras, á todas las almas que rinden ho épocas, bajo el benigno gobierno del exclareei-
menaje á lo bueno y en las que lo bello despier do procer que reúne á sus timbres de entendi
ta siempre un eco simpático y armonioso. Sí! do estadista y bizarro general, su justa repu
la mas pura quizá, la mas resplandeciente de tación de hombre ilustrado, favorecedor de to
aquellas lumbreras literarias, se ha extingui do progreso legítimo, y tan amante de lo bueno
do recientemente en el horizonte cubano. La y lo bello que buscó su dichosa personificación
muerte de Palma no solo priva á nuestra pa para unirse á ella con lazos indestructibles.
tria de uno de sus mas amantes hijos, sino que
también arranca del campo de las letras uno G. G. de Avellaneda.
de sus mas esforzados paladines. Los nombres
do los Betancourts, de los Zambranas, de Rei- (Habana 29 de Julio de 1860.)
noso, de Poey, de Mendive, de Fornáris, de
Luaces, de Délio, de Postales, do Morilla, de
Pineiro, de Cárdenas, de Blanchet, de Suarez,
île Burrero, de León, de Peoli, de Matamo
ros, de Navarrete.de Gelabert, de los Agüeros,
los Guitéras, y tantos otros que aun le quedan
á Cuba para mantener y aumentar la vigorosa
sávia de su vida intelectual, no bastan á conso
larla de ver al do su favorito Ramon de Palma
figurando ya cqd los de Heredia, Delmonte,
DK LO BUENO Y LO BELLO, 381
L------------------------- ■ =
882 ALBUM CUBANO
■a.
384 ALBUM CUBANO
Feli
por P. do Madrazo................................... 240 i.Revista de Modas: Perlas falsas, por
A la primavera, soneto, por Délio.............. 241 cia. 312
Revista de la quincena. 316
La Cueva de la bruja, leyenda, por E. Aa
her.............................................. ................ 241 f-Chales de Cachemira 319
En el álbum de una hermosa niña, versos, • ......... 320
por 1). Verdugo............................................. 244 El tiempo, por ,1. M, R. P................. ....... 321
Dos lágrimas, poesía, por E. deJ. Borrero. 244 Bosquejos levantinos, por M. F....... .. ..... 324
A Venecia, poesia, por Angela G rassi...... 245 Aurelio Aguirre Galarraga, por F. G San-
.Revista de Modas, los Dengues, por Feli ......... 325
o ’ t
cia......................................................... 247 Sueño v dolor, por Dolores Gomez de Cá-
Correo de Madrid: Modas,por Eloísa G. de ......... 327
Santa Coloma............................................ 250 Pensamientos filosóficos y morales.. ......... 330
Revista de la quincena: por ***......... 253 Alfonso el Sabio, romance, por G. G. de
Las uñas y los guantes, por Espinóla....... ......... 331
La razón y la voluntad, por J. de C. y O... Galería de Mujeres célebres, Catalina I. * 335
La mujer, por G. G. de Avellaneda.......... 259 En un álbum, versos, por F R. Rubí....... 335
Carta 3.33 del Sr. La Sagra, á la Sra. Ave Desaliento, soneto, por Martina Fierra... 336
llaneda........................................................ 262
Melancolía por R, Matamoros........,.......... 336
Los Artistas, por M. D. de Gironella........ 264
La mariposa, poesía por J. A. Clavé....... 337
Pensamientos morales y filosóficos............ 266
La primavera, poesía por el mismo........... 338
En el álbum de una niña, versos por J. Ni
casio Gallego............................................. 266 -Revista de modas, Ideas generales, por Fe
Galería de mujeres célebres: Isabel la Ca licia.......................... ................................. 338
tólica, por G. G. de Avellaneda.............. 286 Revista de la quincena................................. 343
Improvisación, romance, por G. G. de Ave A Cuba, en la muerte de Palma, por C.
llaneda...................... 268 I Navarrete y Roinay.................................. 347
La monja negra, anécdota histórica, por .. L os zapatos y el sombrero.......................... 348
Eloísa G. de Santa Coloma...................... 270 Anécdotas ............................ ,•••".................... ;’ol
A la mañana, poesía, por Merced Valdes Las pasiones, por J. G. V ............................ 353
274 El matrimonio, por M. M. Flamant.......... 355
Mendoza..............................................
La Cueva de la Bruja, leyenda, por E. Au Los primeros cristianos.............................. 356
275 Palabras ingratas.—Palabras arrobadoras,
ber...............................................................
A una niña, poesía, por D. Del-Monte y P. 279 por F. de P. Gelabert.............................. 357
— Revista de Modas: el Tocado, porFelicia... 279 La mujer zelosa: soneto de Quevedo.......... 359
Revista de la quincena.................................. 283 Galería de mujeres célebres: Catalina II... 359
Problemas de amor...................................... 287 Camino del cielo: balada, por P. A. de A-
-El miriñaque ó sea el Malacofl'........ ......... 288 larcon ......................................................... 360
- Agujas y alfileres.......................................... 288 El amor, por A. Grassi.............. ................. 361
_ Del carácter y trascendencia de la eduea- A la linda Julia: poesía, por G. G. de Avc-
cioif popular, por M. Carderera.............. 289 llcneda ...................................... '•...... '.......... 365
Los niños, por J. C. Zenea.......................... 294 El falso artista, por J. P..» .......................... 366
Bosquejos levantinos.................................... 296 Serenata, por Sehweyer .............................. 368
Grandeza de Dios, poesía por G. G. de La muerte de Moisés y el nenúfar: sonetos,
Avellaneda................................................. 298 por E. Blanchet........................................ 369
Galería de Mujeres célebres, Aspasia, por El por qué Teresa no ama, por F. Cam pro
G. G. de Avellaneda................................. 300 don.............................................................. 369
Historia de un suicidio, por R. M. Barált... 301 -Revis-a de modas, por Felicia..................... 370
Elejía por F. Sellen...................................... 304 Revista de la quincena................................. 373
La Cueva de la Bruja, leyenda por E. Au A Amira: poesía, por J. Fornáris................ 376
ber.............................................................. 305 Revista literaria, por G. G. <le Avellaneda 379
La azucena y la amapola por María Ver Balada de Mickiewecz ..... ............................ 381
dejo y Duran........................... .Sí............ Anécdotas....; .................... 381