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Telefé desenpolvó un antiguo éxito para calentar la pantalla del prime time del domingo antes
del siempre rendidor MasterChef Celebrity 2. El envío a cargo de Lizy Tagliani promedió 10
puntos de rating y tuvo picos de 20 en el final.
Este envío ya tuvo una versión en Telefé que estuvo a cargo del por entonces especialista en
programas de juegos Julián Weich, también se emitía los fines de semana y obtenía números
muy buenos de rating, en una época en que las audiencias altas eran más habituales que en la
actualidad.
Trato Hecho es un juego de azar en el que se reparten maletines entre los participantes, cada
uno de ellos esconde premios con dinero en efectivo que van desde un peso a dos millones. El
participante que accede a la posición de privilegio comienza a abrir los maletines de los demás
para descartar -si tiene suerte – los maletines con premios más bajos. Mientras tanto, “la
banca” le va ofreciendo sumas de dinero para “comprarle” el maletín. La idea de este
segmento es que a “la banca” le conviene comprarle el maletín antes que tener que pagarle el
premio completo en caso de que sea grande. Al concursante, por su parte, le conviene
venderlo y asegurarse una suma de dinero ante un incierto premio más alto. En una de las
emisiones de su anterior ciclo un participante decidió quedarse con su maletín sin negociarlo y
se terminó llevando 10 centavos.
La figura de Lizy Tagliani ocupa posiciones de creciente protagonismo desde hace alrededor de
8 años. Antes de llegar a la radio, primero, y luego a la TV se desempeñaba como peluquera,
fue a partir de conocer a Viviana Canosa que llegó primero al programa radial de Santiago del
Moro y luego a incorporarse como panelista de la propia Canosa en su programa de entonces,
cuando aún se desempeñaba como periodista de espectáculos y no tomaba lavandina.
Fue su habitual estilo ocurrente y su notoria capacidad para reírse de sí misma, capacidad que
ha mantenido y profundizado en la actualidad. Para la Televisión es un personaje extraño e
irreverente que le permite sacar chapa fácil de inclusivos. El negocio para Lizy es acloplarse al
juego anticipando la discriminación: antes de una pregunta incómoda, antes de un comentario
grosero lo dice ella antes. Así, en un movimiento doble se saca de encima la incomodidad de
ser discriminada y le exhibe a su interlocutor su propia torpeza. Lo que se dice aprovechar la
fuerza del rival a su favor, típica del kung fu.
Este mecanismo le permitió ingresar como columnista eventual de Canosa, pasar por el debate
de Gran Hermano, surfear el siempre áspero programa de Marcelo Tinelli (sobre todo cuando
el participante no califica como cool ni como estrella) y por la vía de los viajes con Marley y los
livings de Susana situarse hoy en el prime time de Telefé, con un número de audiencia que a
Andy Kusnetsoff le cuestan grandes esfuerzos a remo.