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El cerebro, también llamado encéfalo, es el órgano más complejo y fascinante del cuerpo
humano.
La totalidad de las funciones del organismo se llevan a cabo en el cerebro, desde las más
básicas y vitales como respirar, comer, dormir, movernos o andar, hasta las más complejas
como hablar, pensar, recordar o imaginar.
Pesa menos de un kilo y medio y es tan pequeño que cabe en nuestras manos. Está formado
por varios centenares de millares de neuronas que se comunican entre sí mediante complejas
conexiones llamadas sinapsis.
Las neuronas que componen el cerebro necesitan oxígeno y otros nutrientes para poder vivir
que reciben de la sangre que llega del corazón. Cualquier interrupción del flujo sanguíneo,
aunque sea por un breve espacio de tiempo, va a causar una perturbación en el
funcionamiento cerebral. El cerebro consume el 20% del oxígeno total que se transporta en la
sangre y supone el 15% del gasto cardíaco total.
Anatómicamente en su superficie externa, podemos observar tres partes, los hemisferios
(muchas veces llamados también cerebro por ser la parte más extensa), el cerebelo y el
tronco encéfalo que conecta el encéfalo con la médula espinal. El tronco encéfalo está
relacionado con funciones vitales como el sueño-vigilia, el ritmo cardíaco o la respiración. El
cerebelo se ocupa de la coordinación del movimiento y del equilibrio.
Cada hemisferio está dividido en cuatro partes llamadas lóbulos. Aunque el cerebro funciona
como un todo con distintas y distantes partes de éste trabajando coordinada y conjuntamente,
algunas zonas están más especializadas en funciones concretas, así tenemos que:
Los lóbulos frontales, situados en la parte más anterior, se encargan de las funciones más
complejas, como el razonamiento, la planificación, la toma de decisiones, la atención o el
pensamiento, conocidas como funciones ejecutivas. Los lóbulos frontales también regulan la
conducta y son por decirlo de alguna forma, el director de orquesta del cerebro que coordina
y dirige al resto de áreas.
Su parte interna integra varias estructuras también con funciones concretas. Las más
importantes son el sistema límbico implicado en la regulación de las emociones. Los
ganglios basales que son unas estructuras muy importantes para el sistema motor,
posibilitando el movimiento de los miembros. El tálamo, situado en su parte más central y
profunda, que es una estación de relevo de prácticamente toda la información que procesa el
cerebro. Y el hipotálamo, situado justo debajo del tálamo y se encarga de la regulación del
sistema endocrino y hormonal.
Todas las partes del cerebro tanto superficiales como profundas están interconectadas entre sí
a través de fibras nerviosas que unen unas áreas con otras haciendo posible su
funcionamiento conjunto y coordinado.
Esperamos que los párrafos anteriores os hayan ayudado a diferenciar las partes básicas del
cerebro así como la función de cada una de ellas. No dudéis en contactar con nosotros si
queréis profundizar en la estructura y función de este órgano extraordinario que es nuestro
cerebro.