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unieron al vandalismo.

(…) Comenzaron a hospedarse en edificios altos y a darse


banquetes con exquisiteces. Pero su placer duró poco, puesto que ignoraban el
peligro inminente. Al borde de la derrota, saquearon e incendiaron edificios.
Invaluables tesoros quedaron reducidos a cenizas. Cientos de rebeldes femeninas
fueron arrestadas y admitieron que fueron principalmente las mujeres quienes
causaron el incendio”. [25]
No es de sorprender que la caída de la Comuna de París se viera acompañada de un
violento frenesí. El 23 de mayo de 1871, antes de que cayera la última línea de
defensa, los líderes de la Comuna ordenaron la quema del Palacio de Luxemburgo
(sede del Senado Francés), del Palacio de las Tullerías y del Louvre. La Casa de la
Ópera de París, el Ayuntamiento de París, el Ministerio del Interior, el Ministerio
de Justicia, el Palais-Royal y los lujosos restaurantes y edificios de apartamentos
de la clase alta a ambos lados de la Avenida Champs-Elysées también debían ser
destruidos antes que dejarlos caer en manos del gobierno.
A las 7 p.m., miembros de la Comuna trasladaron brea, alquitrán y aguarrás e
iniciaron incendios en múltiples ubicaciones por todo París. El magnífico Palacio
de las Tullerías se perdió entre las llamas. Afortunadamente, los intentos por
prender fuego el cercano Louvre se frustraron con la llegada de las tropas de
Adolphe Thiers. [26]
Marx rápidamente reajustó su teoría tras la Comuna de París, y modificó “El
Manifiesto Comunista” para que diga que la clase trabajadora no debía
simplemente apropiarse del mecanismo estatal, sino colapsarlo y destruirlo
completamente.
5. Primero Europa, luego el mundo
El manifiesto actualizado de Marx hizo que la naturaleza del comunismo fuera aún
más destructiva y su influencia más generalizada. El 14 de julio de 1889, seis años
después de la muerte de Marx, trece años después de la disolución de la Primera
Internacional y cien años después de la Revolución Francesa, resucitó el Congreso
Internacional de los Trabajadores. Marxistas se movilizaron nuevamente en lo que
los historiadores llaman la Segunda Internacional.
El movimiento de trabajadores europeos se estableció rápidamente, guiado por
lemas comunistas como “liberar a la humanidad” o “abolir las clases sociales”.
Lenin luego dijo: “Los servicios provistos por Marx y Engels a la clase trabajadora
se pueden expresar en pocas palabras: enseñaron a la clase trabajadora a conocerse
y a ser consciente de sí misma, y sustituyeron la ciencia por sueños”. [27]
En “Cómo cambiar el mundo: reflexiones de Marx y el marxismo”, el historiador
Eric Hobsbawm escribió: “La radiación del marxismo fue particularmente
importante y general en algunos países de Europa, en los que prácticamente todo el
pensamiento social, sin importar sus conexiones políticas con el movimiento
socialista o el de los trabajadores, estaba marcado con la influencia de Marx”. [28]
Se utilizaron mentiras y adoctrinamiento para infectar movimientos populares con
la ideología comunista, lo que llevó a que cada vez más gente la aceptara. Para
1914, había cerca de 30 organizaciones socialistas mundiales y locales, e
incontables sindicatos y cooperativas con muchos miembros empeñados en
propagar el socialismo. Cuando estalló la Primera Guerra Mundial, los sindicatos
tenían más de 10 millones de miembros y las cooperativas tenían más de 7
millones, muchos de los cuales eran socialistas.
Al mismo tiempo, el comunismo comenzó a propagarse a Rusia y Oriente a través
de Europa. En la década de 1880, Lenin estudió “El Capital” y ya había
comenzado a traducir “El Manifiesto Comunista” al ruso. Las autoridades zaristas
rusas lo encarcelaron y enviaron al exilio por sus actividades políticas.
La Primera Guerra Mundial llevó al triunfo del comunismo en Rusia. En el
momento de la Revolución de 1917 que derrocó al Zar Nicolás II, Lenin vivía en la
Europa Occidental. Para fin de año, estaba de vuelta en Rusia y había tomado el
poder con la Revolución de Octubre.
Rusia era una nación con tradiciones antiguas, una vasta población y abundantes
recursos naturales. El establecimiento del régimen soviético en el territorio del país
más grande del mundo fue de gran ayuda para el movimiento comunista mundial.
Así como la Primera Guerra Mundial colaboró en el ascenso de los comunistas
rusos, la Segunda Guerra Mundial causó que el movimiento comunista se
propagara por Eurasia y se tragara a China por completo. Luego de la Segunda
Guerra Mundial, la Unión Soviética se convirtió en una superpotencia con armas
nucleares y manipuló los asuntos internacionales para promover el comunismo por
todo el mundo.
Winston Churchill dijo: “Una sombra se cierne sobre los escenarios hasta hace
poco alumbrados por la luz de la victoria de los Aliados. Nadie sabe qué pretende
hacer la Rusia Soviética y su organización comunista internacional en el futuro
inmediato, ni cuáles son los límites, si existe alguno, a su tendencia expansiva y
proselitista”. [29]
Durante la Guerra Fría, el mundo libre se involucró en una feroz confrontación
contra el campamento comunista, que se había propagado por cuatro continentes.
Sin embargo, las naciones del mundo libre, aunque democráticas en su forma,
lentamente se volvieron socialistas en esencia.

Referencias
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of Verse, Marxists Internet Archive, accessed August 28,
2019, https://www.marxists.org/archive/marx/works/1837-pre/verse/verse11.htm.
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Karl Marx, Marxists Internet Archive, accessed August 28,
2019, https://www.marxists.org/archive/marx/works/1837-
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3. Karl Marx, “The Pale Maiden,” in Early Works of Karl Marx: Book of
Verse, Marxists Internet Archive, accessed August 28,
2019, https://www.marxists.org/archive/marx/works/1837-pre/verse/verse24.htm.
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Ill.: Crossway Books, 1986), 21.
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in Marx and Engels On Literature and Art, Marxists Internet Archive, accessed
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6. Karl Marx, “The Fiddler,” in Early Works of Karl Marx: Book of
Verse, Marxists Internet Archive, accessed August 28,
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7. Robert Payne, Marx (New York: Simon and Schuster, 1968).
8. Eric Voegelin, From Enlightenment to Revolution, ed. John H. Hallowell
(Durham, NC: Duke University Press, 1975), 298–299.
9. Karl Marx, “Human Pride,” in Early Works of Karl Marx: Book of
Verse, Marxists Internet Archive, accessed August 28,
2019, https://www.marxists.org/archive/marx/works/1837-pre/verse/verse20.htm.
10. Marx, as quoted in Wurmbrand, Marx & Satan, 2.
11. Wurmbrand, Marx & Satan, 28.
12. Karl Marx, “On Hegel,” in Early Works of Karl Marx: Book of Verse, Marxists
Internet Archive, accessed August 28,
2019, https://www.marxists.org/archive/marx/works/1837-pre/verse/verse15.htm.
13. Ludwig Feuerbach, “Essence of Religion in General,” The Essence of
Christianity, Marxists Internet Archive, accessed August 28,
2019, https://www.marxists.org/reference/archive/feuerbach/works/essence/ec01_
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14. Karl Marx, as quoted in I. Bernard Cohen, Revolution in Science (Cambridge,
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15. Friedrich Engels, “On Authority,” in The Marx-Engels Reader, Marxists
Internet Archive, accessed April 18,
2020, https://www.marxists.org/archive/marx/works/1872/10/authority.htm.
16. “Robespierre’s Epitaph,” The Tomahawk (January 9, 1796), Romantic Circles,
accessed September 6,
2019, https://www.rc.umd.edu/editions/warpoetry/1796/1796_2.html.
17. C.W. Crawley, ed., The New Cambridge Modern History, Vol. 9, War and
Peace in an Age of Upheaval 1793–1830, (Cambridge, UK: Cambridge University
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