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MINORITY REPORT agencia a ciegas, querido amigo, ya comprenderá. Tengo un


buen puñado de ideas de la forma en que se desenvuelve el
Philip K. Dick Precrimen.
Todavía un poco nervioso, Anderton encendió su pipa.
—¿Y cómo funciona? Me gustaría conocer su opinión.
—No mal del todo—repuso Witwer—. De hecho, muy bien.
MINORITY REPORT Anderton se le quedó mirando.
El primer pensamiento que tuvo Anderton al ver al joven fue: —¿Esa es su opinión particular?
«Me estoy poniendo calvo, gordo y viejo». Pero no lo expresó en —Privada y pública. El Senado está satisfecho con su
voz alta. En su lugar, echó el sillón hacia atrás, se incorporó y trabajo. En realidad, está entusiasmado.—Y añadió — Con el
salió resueltamente al encuentro del recién llegado extendiendo entusiasmo con que puede estarlo un anciano.
rápidamente la mano en una cordial bienvenida. Sonriendo con Anderton sintió un desasosiego interior, que supo mantener
forzada amabilidad, estrechó la manó del joven. controlado, permaneciendo impasible. Le costó, no obstante, un
—¿Señor Witwer?— Dijo, tratando de que sus palabras gran esfuerzo. Se preguntaba qué era realmente lo que Witwer
sonaran en el tono más amistoso posible. pensaba, lo que se encerraba en aquella cabeza. El joven tenía
—Así es— repuso el recién llegado—. Pero mi nombre es unos azules y brillantes ojos... turbadoramente inteligentes.
Ed para usted, por supuesto. Es decir, si usted comparte mi Witwer no era ningún tonto. Y sin la menor duda, debería estar
disgusto por las formalidades innecesarias. dotado de una gran dosis de ambición.
La mirada de su rubio semblante, lleno de confianza en sí —Según tengo entendido—dijo Anderton—usted será mi
mismo, mostraba que la cuestión debería quedar así ayudante hasta que me retire.
definitivamente resuelta. Serían Ed y John: todo iría sobre —Así lo tengo entendido yo también—replicó el otro, sin la
ruedas con aquella cooperación mutua desde el mismo principio. menor vacilación.
—¿Tuvo usted dificultad en hallar el edificio? — Preguntó a —Lo que puede ser este año, el próximo... o dentro de
renglón seguido Anderton, con cierta reserva, ignorando el diez.—La pipa tembló en las manos de Anderton—. No tengo
cordial comienzo de su conversación instantes atrás. Buen Dios, prisa por retirarme ni estoy bajo presión alguna en tal sentido.
tenía que asirse a algo. Se sintió lleno de temor y comenzó a Yo fundé el Precrimen y puedo permanecer aquí tanto tiempo
sudar. como lo desee. Es una decisión puramente mía.
Witwer había comenzado a moverse por la habitación como si Witwer aprobó con un gesto de la cabeza, con una expresión
ya todo le perteneciese, como midiendo mentalmente su absolutamente normal.
tamaño. ¿No podría haber esperado un par de días como lapso —Naturalmente.
de tiempo decente para aquello? Con cierto esfuerzo Anderton habló con el tono de la voz algo
—Ah, ninguna dificultad—repuso Witwer, con las manos en más frío.
los bolsillos. Con vivacidad, se puso a examinar los voluminosos —Yo deseo solamente que las cosas discurran
archivos que se alineaban en la pared —. No vengo a su correctamente.
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—Desde el principio—convino Witwer—. Usted es el Jefe. Se abrieron y cerraron una serie de puertas, hasta llegar al
Lo que usted ordene, eso se hará.—Y con la mayor evidencia de ala del edificio que se ocupaba del problema analítico. Frente a
sinceridad, preguntó—: ¿Tendría la bondad de mostrarme la ellos surgían unos impresionantes bancos de equipo
organización? Me gustaría familiarizarme con la rutina general, especializado, receptores de datos, y ordenadores que
tan pronto como sea posible. estudiaban y reestructuraban el material que iba llegando. Y más
Conforme iban caminando entre las oficinas y despachos allá, de la maquinaria, los premonitores sentados, casi perdidos
alumbrados por una luz amarillenta, Anderton dijo: a la vista entre una red inextricable de conexiones y cables.
—Le supongo conocedor de la teoría del Precrimen, por —Ahí están—dijo Anderton—. ¿Qué piensa usted de ellos?
supuesto. Presumo que es algo que debe darse por descontado. A la luz incierta de aquella enorme habitación, los tres
—Conozco la información que es pública —repuso Witwer— idiotas farfullaban palabras ininteligibles. Cada palabra soltada al
. Con la ayuda de sus mutantes premonitores, usted ha abolido azar, murmurada sin ton ni son en apariencia, era analizada,
con éxito el sistema punitivo post-criminal de cárceles y multas. comparada, reajustada en forma de símbolos visuales y
Y como todos sabemos, el castigo nunca fue disuasorio, ni pudo transcritos en tarjetas perforadas convencionales que se
proporcionar mucho consuelo a cualquier víctima ya muerta. introducían en las ranuras de los ordenadores. A todo lo largo
Ya habían llegado hasta el ascensor y mientras descendían del día, aquellos idiotas balbuceaban entre sí o aisladamente,
hasta niveles inferiores, Anderton dijo: prisioneros en sus sillas especiales de alto respaldo, sujetados
de forma especial en una rígida posición por bandas de metal,
—Tendrá usted ya una idea de la disminución del porcentaje
grapas y conexiones.
de criminalidad con la metodología del Precrimen. Lo tomamos
de individuos que aún no han vulnerado la Ley. Sus necesidades físicas eran atendidas automáticamente. No
tenían necesidades espirituales en ningún sentido. Al igual que
—Pero que seguramente lo habrían hecho—repuso Witwer
vegetales, se movían, se retorcían y existían. Sus mentes
convencido.
permanecían nubladas, confusas, perdidas en las sombras. Pero
—Felizmente no lo hicieron... porque les detuvimos antes de no las sombras del presente. Las tres murmurantes criaturas con
que pudieran cometer cualquier acto de violencia. Así, la sus enormes cabezas y estropeados cuerpos estaban
comisión del crimen por sí mismo es absolutamente una contemplando el futuro. La maquinaria analítica registraba sus
cuestión metafísica. Nosotros afirmamos que son culpables. Y profecías y los tres idiotas premonitores hablaban, mientras que
ellos, a su vez, afirman constantemente que son inocentes. Y en las máquinas escuchaban cuidadosamente.
cierto sentido, son inocentes.
Por primera vez, la confiada cara de Witwer pareció perder
El ascensor se detuvo y salieron nuevamente hacía otro seguridad. En sus ojos apareció una desmayada expresión de
corredor alumbrado con igual luz amarillenta. sentirse enfermo, como una mezcla de vergüenza y de shock
—En nuestra sociedad no tenemos grandes crímenes— moral.
continuó Anderton—, pero tenemos todo un campo de detención —No es... agradable—murmuró—. Nunca pude imaginarme
lleno de criminales en potencia, criminales que lo serían que fueran tan... —Luchó con su mente para encontrar la
efectivamente. palabra adecuada—. Tan... deformes.
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—Sí, deformes y retrasados —convino Anderton al mayor parte de los que quedan se refieren a delitos poco
instante—. Especialmente aquella chica, Dona. Tiene cuarenta y importantes, como los de evasión de impuestos, asalto o
cinco años pero el aspecto de una niña de diez. El talento lo extorsión. Como estoy seguro que usted ya sabe, el Precrimen
absorbe todo: su facultad especial de premonición del porvenir ha rebajado las fechorías en un 99 %. Apenas si se dan casos
altera el equilibrio del área frontal. Pero, ¿para qué vamos a actualmente de traición o asesinato. Después de todo, el
preocuparnos? Conseguimos sus profecías. Aquí tienen cuanto delincuente sabe que lo confinaremos en un campo de
necesitan. Ellos no comprenden absolutamente nada de esto, detención una semana antes de que tenga la oportunidad de
pero nosotros sí. cometer el crimen.
Algo sobrecogido por el espectáculo, Witwer atravesó la —¿En qué ocasión se cometió el último asesinato? —
habitación y se dirigió hacia la maquinaria. De un recipiente Preguntó Witwer.
tomó un paquete de fichas. —Hace cinco años.
—¿Son éstos los nombres que han surgido? —¿ Y cómo ocurrió?
—Desde luego que sí.—Y frunciendo el ceño, Anderton —El criminal escapó de nuestros equipos. Teníamos su
tomó las fichas de manos de Witwert — No he tenido aún la nombre…de hecho teníamos todos los detalles del crimen,
oportunidad de examinarlas—explicó guardándose para sí la incluido el nombre de la víctima. Sabíamos también el momento
preocupación que aquello le causaba. exacto y el lugar preciso del planeado acto de violencia que iba
Fascinado, Witwer observaba cómo las máquinas de tanto en a cometerse. Pero a despecho nuestro y de todo, el criminal
tanto expulsaban una ficha sobre un recipiente. Después consiguió llevarlo a cabo. —Anderton se encogió de hombros —.
continuaban con otra y una tercera. De los discos que zumbaban Después de todo, resulta imposible cogerlos a todos. — Barajó
con un murmullo constante, surgían fichas, una tras otra. las fichas con las manos —. Sin embargo, conseguimos evitar la
—¿Los premonitores ven muy lejos en el futuro? —Preguntó mayoría.
Witwer. —Un crimen en cinco años —murmuró Witwer, en cuya voz
—Sólo ven una extensión relativamente limitada —le se advertía que retornaba la confianza perdida —. Es realmente
informó Anderton—. Una semana o dos como mucho. Muchos un récord impresionante... algo para sentirse orgulloso.
de sus datos son inútiles para nuestro trabajo... simplemente sin —Yo me siento orgulloso —repuso con calma —. Hace
importancia para nuestra investigación. Pasamos esas treinta años descubrí la teoría... allá en aquellos días cuando los
informaciones a otras agencias. Agencias, que a cambio nos crímenes se producían abundantemente. Vi proyectado hacia el
pasan otros informes interesantes. Cada agencia importante futuro algo de un incalculable valor social.
tiene su subterráneo de «monos» guardados como un tesoro. Alargó el paquete de tarjetas a Wally Page, su subordinado a
—¿«Monos»?—Dijo Witwer mirándole con desagrado. Oh, cargo del equipo de «monos».
sí, ya comprendo. Es una curiosa forma de expresarlo. —Vea usted cuáles necesitamos —le dijo —. Utilice su
—Muy adecuada—automáticamente, Anderton recogió las propio criterio.
últimas fichas expulsadas por los ordenadores—. Algunos de Mientras Page desaparecía con las fichas, Witwer dijo
estos nombres, tienen que ser totalmente descartados. Y la pensativamente:
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—Pues creo que es una gran responsabilidad. Anderton iba a matar a un hombre... y dentro de la próxima
—Sí, lo es —convino Anderton —. Si dejamos que un semana.
criminal se escape — como ocurrió hace cinco años— tenemos Con una absoluta y total convicción, él no podía creer
una vida humana en nuestra conciencia. Nosotros somos los semejante cosa.
únicos responsables. Si fallamos, alguien puede perder la vida. ***
En la oficina exterior, hablando con Page se hallaba la esbelta
Amargamente, recogió tres nuevas fichas acabadas de surgir y atractiva joven esposa de Anderton, Lisa. Estaba enzarzada en
del ordenador una animada y aguda conversación de política y apenas sí miró
—Es una cuestión de confianza pública. de reojo cuando entró su marido acompañado de Witwer
—¿Y no se sienten ustedes tentados a… ? —Witwer vaciló —Hola, querida—saludó Anderton.
—. Quiero decir, algunos de los hombres que ustedes detienen Witwer permaneció silencioso. Pero sus pálidos ojos se
por este procedimiento tendrán que ofrecerles muchas animaron al posar su mirada sobre la cabellera de la mujer
posibilidades. vestida de uniforme. Lisa era un oficial ejecutivo del Precrimen,
—En general enviamos un duplicado de las tarjetas del pero una vez había sido, según ya conocía Witwer, la secretaria
archivo al Cuartel General Superior del Ejército. Allí se de Anderton.
comprueba cuidadosamente. Así pueden también seguir nuestro Dándose cuenta del interés que se reflejaba en el rostro de
trabajo. — Anderton, lanzó un vistazo a la parte superior de una Witwer, Anderton se detuvo reflexionando. Colocar la ficha en
de las fichas recién salidas —. Así, aunque nosotros las máquinas requeriría un cómplice del interior del Servicio, la
deseásemos aceptar un… ayuda de alguien que estuviese íntimamente conectado con el
Se detuvo de repente, con los labios apretados. Precrimen y tuviese acceso al equipo analítico. Lisa era un
—¿ Ocurre algo? —Preguntó Witwer alarmado. elemento improbable. Pero la posibilidad existía.
Cuidadosamente, Anderton dobló la ficha y la depositó en uno Por supuesto que la conspiración podría hacerse en gran
de sus bolsillos. escala y de forma muy elaborada, implicando mucho más que el
sencillo hecho de insertar una cartulina perforada en cualquier
—Ah... nada —murmuró—. No es nada, nada en absoluto.
lugar del proceso. Los datos originales en sí mismos tendrían
La dureza de la voz de Anderton puso alerta a Witwer. que ser deliberadamente cambiados. Por el momento, no había
—Con sinceridad, a usted le disgusto yo. forma de decir de qué modo podría llevarse a cabo tal alteración.
—Es cierto —admitió Anderton —. No me gusta. Pero... Un frío nervioso le recorrió la espalda, al comenzar a entrever
En realidad no era aquél el motivo. No parecía posible; no era las posibilidades del asunto. Su impulso original—abrir las
posible. Algo iba mal en todo aquello. Perplejo, trató de máquinas decididamente y suprimir todos los datos—resultaba
aclararse su mente confusa. inútilmente primitivo. Probablemente los registros concordaban
Sobre aquella ficha estaba escrito su nombre. En la primera con la ficha: no haría sino incriminarse a sí mismo en el futuro.
línea. …¡ Y acusado de un futuro asesinato! De acuerdo con las Disponía de aproximadamente veinticuatro horas. Después, la
señales codificadas, el Comisario del Precrimen John A. gente del Ejército desearía comprobar seguramente las fichas y
descubrirían la discrepancia. Y encontrarían en sus archivos el
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duplicado de una ficha de la que él se habría apropiado. El sólo —¿Adónde vas?—Preguntó Lisa asombrada.
tenía una de las dos copias, lo que significaba que la ficha que —Vuelvo con los «monos»—repuso Anderton—. Quiero
se hallaba doblada en su bolsillo estaría a aquellas horas sobre hacer una comprobación relativa a unos datos desconcertantes,
la mesa de Page a la vista de todo el mundo. antes de que el Ejército los vea.
Desde el exterior del edificio le llegó el tronar y los aullidos de Ya estaba fuera en el corredor antes de que ella pudiese
una patrulla de coches de la policía. ¿Cuántas horas pasarían pensar en una forma razonable de detenerlo. Rápidamente se
antes de que fueran a detenerse en la puerta de su casa? dirigió hacia la rampa del extremo opuesto. Estaba ya a punto de
—¿Qué te ocurre, cariño?—Le preguntó Lisa inquieta—. desaparecer de la vista cuando Lisa apareció jadeante de la
Tienes el aspecto del que ha visto a un fantasma. ¿Te carrera emprendida tras él.
encuentras bien? —Pero, ¿ qué es lo que te ocurre, hombre de Dios? —
—Oh, sí, perfectamente. Tomándole por una manga y tirando fuerte hacia ella, se sitúo a
Lisa se dio cuenta en el acto del escrutinio admirativo de que su lado —. Sabía que te marchabas—exclamo Lisa
estaba siendo objeto por parte de Witwer. bloqueándole el camino—. ¿ Qué te pasa? Todo el mundo va a
—¿Es este caballero tu nuevo colaborador, querido?— pensar que tú…... —Se contuvo controlándose para añadir:
Preguntó. Quiero decir, que te estas comportando de una forma errática y
extraña.
Un poco distraído y confuso, Anderton se apresuró a
presentar a su nuevo colega. Lisa sonrió en amistoso saludo. Una multitud de gente les envolvió, la muchedumbre usual de
¿Pasó entre ellos como un encubierto entendimiento? No pudo la tarde. Ignorando a todo el mundo, Anderton apretó el brazo de
decirlo. Santo Dios, ya estaba empezando a sospechar de todo su mujer.
el mundo... no solamente de su esposa y de Witwer sino de una —Voy a salir fuera—dijo—, mientras que aún es tiempo.
docena de miembros de su personal. —Pero, ¿por qué?
—¿Es usted de Nueva York?,—preguntó Lisa. —Estoy siendo tratado de una forma deliberadamente
—No—replico Witwer—. He vivido la mayor parte de mi vida maliciosa. Ese hombre ha venido a quedarse con mi trabajo. El
en Chicago. Estoy en un hotel... . uno de esos grandes hoteles Senado quiere echarme sirviéndose de él.
del centro de la ciudad. — Espere... tengo el nombre escrito en Lisa le miró asombrada.
una tarjeta por aquí en cualquier parte. —Pero si parece una persona encantadora...
Mientras se rebuscaba por los bolsillos, Lisa sugirió: —Sí, encantadora como una serpiente de agua.
—Tal vez le gustaría cenar con nosotros. Tendremos que Lisa reflejó en su rostro su desconcierto.
trabajar en íntima cooperación y pienso que realmente —No lo creo. Querido, creo que estás bajo los efectos de un
deberíamos conocernos mejor. exceso de trabajo.—Sonriendo inciertamente balbuceó— No
Asombrado, Anderton se sintió deprimido. ¿Qué resulta realmente creíble que Ed Witwer esté tratando de
oportunidades serían las que proporcionaría la actitud amistosa minarte el terreno. ¿Cómo podría hacerlo aunque quisiera?
de su mujer? Profundamente conturbado se dirigió Seguramente que Ed...
impulsivamente hacia la puerta. —¿Ed?
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—Ese es su nombre, ¿no es así? totalmente plausible, excepto que no tengo ni la más remota
Los ojos de Lisa se dilataron de asombro y de desconcierto y intención de matar a Witwer. Pero no puedo probarlo. Y así las
brillaron en una muda protesta. cosas ¿Qué es lo que puedo hacer?
—Cielo santo, estás sospechando de todo el mundo. Parece En silencio, con la cara blanca por una intensa palidez, Lisa
como si creyeses que yo también estoy mezclada en alguna sacudió la cabeza.
clase de conspiración contra ti, ¿verdad? —Pues yo... yo no sé, querido. Si solo...
Su marido consideró un instante la cuestión. —Ahora mismo—declaró abruptamente Anderton—. Me voy
—Pues... no estoy muy seguro. a casa y empaquetaré mis cosas. Creo que es lo mejor que
Lisa se le aproximó con ojos acusadores. puedo hacer.
—Eso no es cierto. Ni tú mismo lo crees. Tal vez deberías —Y vas realmente a... ¿Esconderte por ahí?
marcharte de vacaciones por un par de semanas. Necesitas —Así voy a hacerlo Me iré aunque sea a las colonias
desesperadamente un descanso. Toda esta tensión y este lejanas del sistema de Centauro si es preciso. Ya se ha hecho
trauma producido por la llegada de un joven... Estás actuando antes con éxito y aún dispongo de veinticuatro horas para
como un paranoico. ¿Es que no puedes verlo? Dime, ¿tienes hacerlo.—Se volvió resueltamente—. Vuelve al interior. No hay
alguna prueba de lo que estás diciendo? : nada que hablar de que vengas conmigo.
Anderton sacó su billetera y extrajo de ella la ficha doblada. —¿Imaginaste que lo haría?—Preguntó Lisa.
—Examina esto cuidadosamente—le dijo a su mujer. Sorprendido, Anderton la miró fijamente.
El color se escapó de las mejillas de Lisa, dejando escapar un —¿No lo hubieras hecho? No, ya veo que no me crees.
sonido entrecortado. Todavía piensas que estoy imaginando todo esto... —Y sacudió
—La trama es claramente evidente —le dijo Anderton—. nerviosamente la ficha entre las manos—. Ni incluso con esta
Esto dará a Witwer un claro pretexto, legal al mismo tiempo, evidencia estás convencida.
para suprimirme de aquí inmediatamente. No tendrá que esperar —No—convino rápidamente Lisa—. No lo estoy. Creo que
a que yo presente mi dimisión. Ellos saben que puedo prestar no has considerado bien de cerca la cuestión, querido. El
aún unos años más de servicio. nombre de Ed Witwer no esta en ella.
—Pero... Incrédulo, Anderton tomó la ficha de manos de su mujer.
—Y eso acabará con el sistema de equilibrio y de —Nadie dice que tú tengas que matar a Ed Witwer —
comprobación. El Precrimen dejará de ser una agencia continuó Lisa rápidamente en un tono vivaz—. La ficha debe ser
independiente. El Senado controlará la policía y después... —Su verdadera, ¿comprendes? Pero nada tiene que ver con Ed
labios se apretaron en un rictus amargo— Absorberán Witwer. El no está intrigando contra ti, ni ninguna persona más
igualmente al Ejército también. Bien, eso sería una tampoco.
consecuencia lógica. Naturalmente, siento hostilidad y Demasiado confuso para responder, Anderton permaneció sin
resentimiento hacia Witwer, y por supuesto que tengo motivos quitar los ojos de la ficha de cartulina. Ella tenía razón. Ed
para proceder así. A nadie le gusta ser reemplazado por un Witwer no estaba catalogado como su víctima. Sobre la línea
joven y puesto en la lista de los inútiles. En su día eso resultaría quinta, la máquina había estampado nítidamente otro nombre:
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LEOPOLD KAPLAN estrépito al arrancar el coche, habiendo entrado previamente


Aturdido, volvió a guardarse la ficha en el bolsillo. Jamás tres hombres armados en el interior junto con él. El automóvil
había oído ese nombre en toda su vida. salió disparado hacia la autopista que salía alejándose de la
*** ciudad. Impasibles y remotos, los rostros que le rodeaban
permanecían inalterables con los movimientos del vehículo, al
La casa se hallaba fría y solitaria y casi inmediatamente
pasar los inmensos campos, oscuros y sombríos, que desfilaban
Anderton comenzó a hacer los preparativos para su viaje.
rápidamente ante sus ojos.
Mientras empaquetaba las cosas, una serie de frenéticos
pensamientos cruzaban su mente. Posiblemente estaba Anderton aún trataba inútilmente de captar las implicaciones
equivocado respecto a Witwer, pero, ¿cómo podía estar seguro? de lo sucedido, cuando de repente, el coche se desvió de la
En cualquier caso, la conspiración contra él era mucho más carretera general y descendió a un garaje de aspecto sombrío
compleja de lo que había creído a primera vista. Witwer sólo con la entrada semioculta. Alguien gritó una orden. La pesada
podría ser una marioneta animada por cualquier otro personaje, puerta metálica de acceso se descorrió y unas luces brillantes
por algún distante y poderoso elemento oculto en la penumbra iluminaron el recinto. El chofer apagó el motor.
del fondo —Lamentarán ustedes esto—protestó Anderton indignado—
Había sido un error haber mostrado la ficha a Lisa. Sin duda . ¿Sabe usted quién soy yo? —concluyó dirigiéndose al que
alguna, ella se lo contaría con todo con detalle al propio Witwer. parecía ser el jefe de la partida.
Nunca había salido de la Tierra, ni comprobado qué clase de —Lo sabemos —repuso el hombre del abrigo marrón,
vida podría llevar en cualquier planeta fronterizo. A punta de pistola, Anderton fue conducido por unas
Mientras se hallaba así preocupado, el piso de madera crujió escaleras y después, por un corredor alfombrado. Se hallaba, al
tras él. Se volvió rápidamente para enfrentarse con el cañón parecer, en una lujosa residencia privada, construida
azulado de una pistola atómica. ocultamente en un área devastada por la guerra.
—No le llevará mucho tiempo—dijo, mirando fijamente al Al extremo del corredor se abría una habitación, más bien un
hombretón cuadrado de hombros, de labios apretados, que, estudio, provisto de gran cantidad de libros y ornamentado, por
vistiendo un abrigo marrón oscuro, le apuntaba con el arma lo demás, con exquisito gusto. Dentro de un círculo de luz y con
atómica— ¿Ni siquiera dudó ella un instante? el rostro oculto parcialmente por las sombras, un hombre a quien
El rostro del intruso no pareció tener respuesta adecuada. jamás había visto permanecía sentado esperando su llegada.
—No sé de lo que está usted hablando—dijo— Vamos, Conforme se aproximaba Anderton, aquel hombre se quitó
venga conmigo. unos lentes sin aros, con cierto nerviosismo, y se humedeció los
labios. Era de avanzada edad, tal vez unos setenta, y se
Paralizado, Anderton soltó una pesada chaqueta de pieles
apoyaba en un bastón con empuñadura de plata. Su cuerpo era
que sostenía en la mano.
delgado y su actitud curiosamente rígida. Sus escasos cabellos
—Usted no pertenece a mi agencia. ¿Es usted acaso un grises los llevaba peinados muy pegados al cráneo. Sus ojos
oficial de la policía? únicamente denotaban alarma.
Protestando y a empujones fue llevado a toda prisa hacia un —¿Es Anderton? —Preguntó con cierta indiferencia al
coche cubierto que esperaba en la calle. La puerta se cerró con hombre del abrigo marrón—. ¿Dónde lo encontró usted al fin?
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—En su casa—replicó el otro—. Estaba preparando el aquí algo más implicado en todo esto. Francamente me siento
equipaje... según esperábamos. embrollado. Si esto representa alguna clase de estrategia de la
El anciano del sillón se estremeció visiblemente Policía... se encogió de hombros—. Seguramente que usted no
—Haciendo el equipaje… Mire—dijo dirigiéndose a habría permitido que el duplicado de la ficha hubiera llegado a
Anderton—. ¿Qué es lo que le ocurre? ¿Es que se ha vuelto nosotros.
loco de remate? ¿Cómo podría usted matar a un hombre a quien —A menos que tal ficha se haya introducido en los
no ha conocido nunca? ordenadores deliberadamente —sugirió otro de los hombres.
Aquel hombre anciano, según pudo deducir inmediatamente Kaplan escrutó con sus brillantes ojos a Anderton.
Anderton, era Leopold Kaplan. —¿Qué tiene usted que decir?
—Primeramente, haré a usted una pregunta —repuso —Esa es exactamente la cuestión—repuso Anderton—. La
Anderton rápidamente—. ¿Se da usted cuenta de quién soy yo? predicción de tal ficha fue deliberadamente fabricada por algún
Soy el Comisario de la Policía General. Puedo encerrarle grupo del interior de la agencia de la policía. La ficha ha sido
durante veinte años por esto preparada y a mi se me ha tendido una trampa. Así, he sido
Iba a continuar diciendo más cosas, pero una súbita idea le relevado automáticamente de toda mi autoridad... Mi asistente
interrumpió. interviene entonces y afirma que ha prevenido el crimen en la
—¿Cómo lo descubrió usted? —Preguntó. forma usual y eficiente del sistema Precrimen. Ni que decir tiene
Involuntariamente, su mano se dirigió hacia el bolsillo donde que no hay crimen ni intento de tal crimen.
tenía escondida la ficha doblada—. No habrá sido por otra... —Yo estoy por completo de acuerdo con usted en que no
—No fui notificado por su agencia—dijo Kaplan habrá tal asesinato—afirmó Kaplan autoritariamente—. Estará
interrumpiéndole, con visible impaciencia. — El hecho de que usted bajo custodia de la policía. Intento hallarme bien seguro de
nunca haya oído hablar de mi no me sorprende demasiado. eso.
Leopold Kaplan, general del Ejército de la Alianza Federada del Horrorizado, Anderton protestó:
Bloque Occidental, está retirado desde el fin de la guerra —¿Va usted a devolverme allí? Si permanezco detenido,
anglochina y la abolición de la AFBO. jamás estaré en condiciones de probar que...
Aquello iba teniendo sentido, pensó Anderton, que siempre —No me preocupa lo que usted intente probar o no—dijo
había sospechado que el Ejército poseía inmediatamente los Kaplan interrumpiéndole—. Todo mi interés radica en tenerle a
duplicados de las fichas para su propia protección. usted fuera de combate.—Y fríamente añadió—Para mi propia
Sintiéndose más aliviado, preguntó: protección.
—Bien, aquí me tiene usted. ¿Y ahora, qué? —Ya estaba dispuesto a marcharse—comenta uno de los
—Evidentemente—repuso Kaplan—, no voy a destruirle, hombres.
para librarme de lo que indica una de esas estúpidas fichas. —Así es—ratifico Anderton sudando—. Tan pronto como
Pero siento curiosidad acerca de usted. Me parece increíble que me echen el guante seré internado en uno de esos campos de
un hombre de su talla pudiese contemplar a sangre fría el detención. Witwer se pondrá al frente... y ya puedo
asesinato de un extraño por completo a usted. Tiene que haber considerarme perdido.—Su rostro se ensombreció—. Y mi
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esposa también. Están actuando todos de acuerdo, según las —Lisa tiene que haber ido directamente a él —dijo Anderton
apariencias. especulando amargamente. .
Por un momento Kaplan pareció vacilar. —¿Por qué tendría que esperar?—Preguntó Kaplan—.
—Es posible—concedió mirando a Anderton severamente. Usted expresó sus intenciones claramente.
Después sacudió la cabeza—. No, no puedo correr ningún El viejo general hizo una señal a sus hombres
riesgo. Esto es una conspiración contra usted y lo lamento, —Llévenle a la ciudad. Me siento a disgusto con este
créame. Pero es algo que no me concierne en absoluto.—Y hombre en mi proximidad. En ese aspecto, estoy de acuerdo con
dirigiéndose a sus hombres les dijo— Llévenlo al edificio de la el Comisario Witwer. Quiero que sea neutralizado lo más pronto
Policía y entréguenlo a la más alta autoridad, posible.
Y mencionó el nombre del comisario en funciones, esperando Una lluvia fina y helada se abatía sobre las calles mientras el
la reacción de Anderton. coche atravesaba las oscuras avenidas de Nueva York hacia el
—¡Witwer!—Repitió Anderton incrédulo como en un eco. edificio de la Policía.
Todavía sonriendo ligeramente, Kaplan se volvió y conectó la —Puede usted ponerse en su lugar—dijo uno de los
radio. hombres a Anderton—. Si usted estuviese en su puesto habría
—Witwer ya ha asumido el mando. Ni que decir tiene que actuado de igual forma.
formará con todo esto un buen tinglado. Pensativo y resentido Anderton se mantenía callado mirando
Se oyó un zumbido estático y después, de repente, la radio hacia adelante.
comenzó a sonar en la habitación a bastante volumen. Una voz —De cualquier forma—continuo aquel hombre—usted sólo
profesional y bastante ruidosa leía un mensaje informativo. es uno entre muchos más. Miles de personas han ido a parar a
—«...todos los ciudadanos tienen la orden estricta de no dar esos campos de detención. No se encontrará solo.
refugio por ningún concepto a ese individuo peligrosamente Abrumado por las circunstancias, Anderton miraba a los
criminal. Las extraordinarias circunstancias de un criminal que transeúntes apresurándose a lo largo de las aceras mojadas por
ha escapado hacia la libertad en condiciones de cometer un acto la lluvia. Sólo se daba cuenta de la tremenda fatiga que sentía.
de violencia, es un caso único en estos tiempos. Todos los Mecánicamente iba comprobando los números de las casas
ciudadanos quedan advertidos mediante este boletín calculando la proximidad a la estación de Policía.
informativo, de que las leyes en vigor implican que tanto —Ese Witwer se ve que sabe aprovechar las oportunidades
individual como colectivamente tienen la obligación de cooperar y sacar ventaja de cualquiera de ellas—observó uno de los
totalmente con la policía para aprehender a John Allison hombres—. ¿Le conoce usted?
Anderton, quien, por medio de la metodología del sistema —Muy poco
precriminal es declarado de ahora en adelante un asesino —Deseaba su puesto... y por eso ha conspirado contra
potencial y por tal motivo ha perdido su derecho a la libertad y a usted. ¿Está usted seguro?
todos sus privilegios. »
—¿Importa mucho eso ahora?—Repuso Anderton con un
—Se ve que no ha perdido el tiempo—murmuró Anderton, gesto.
abatido. Kaplan tocó un botón y la radio enmudeció.
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—Era por pura curiosidad.—Y el hombre suspiró Un repentino chirrido de los neumáticos le llamó la atención.
lánguidamente—. Entonces, ahora es usted el ex Comisario jefe Frenéticamente el conductor trataba de controlar el coche en
de la Policía. La gente que se encuentra en esos campos estará aquel momento, dando golpes de volante y usando el freno, al
deseando verle. Y conocer cómo es su cara. mismo tiempo que un enorme camión cargado de pan, surgido
—Sin duda. de la niebla, se le venia encima. De haber acelerado, tal vez
—Witwer seguramente que no perderá el tiempo. Kaplan habría salvado la situación. Pero era demasiado tarde para
tiene suerte... con un personaje así al frente de la policía.—Y el corregir el error. El coche patinó, y dio unos bandazos para ir a
hombre miró a Anderton casi con lástima—. Pero usted está estrellarse contra la delantera del camión.
seguro de que es un complot, ¿verdad? Bajo Anderton, el asiento actuó como un resorte empujándole
—Por supuesto que sí. hacia la puerta. Sintió un dolor súbito e intolerable en el cerebro
como si fuera a estallarle, encontrándose de rodillas sobre el
—¿No habría usted tocado ni un solo cabello de Kaplan,
pavimento. Cerca de él creyó oír el crepitar de unas llamas y
verdad? Por primera vez en la historia, el Precrimen se ha
unas fajas de luz serpentear entre la niebla dirigiéndose hacia el
equivocado. Un hombre inocente perseguido por culpa de una
coche.
de esas fichas... Tal vez haya muchas otras personas inocentes,
¿no es verdad? Unas manos acudieron en su ayuda. Poco a poco se dio
cuenta de que iba siendo arrastrado lejos del automóvil
—Es muy posible—repuso Anderton.
A lo lejos se oían las sirenas de los coches de patrulla.
—Tal vez la totalidad de ese sistema se venga abajo.
Seguramente que usted no va a cometer ningún crimen... y tal —Vivirá usted—dijo una voz en su oído, en tono quedo y
vez ninguno de los otros tampoco. ¿Es ésa la razón por la que urgente. Era una voz que jamás había oído antes y le resultaba
dijo a Kaplan que quería marcharse? ¿Deseaba usted probar tal tan extraña como la lluvia que le batía el rostro—. ¿Puede oír lo
vez que el sistema es falso? Sepa que soy un hombre de amplia que le estoy diciendo?
mentalidad si quiere hablarme de ello. —Sí—repuso Anderton. Con la manga acudió en auxilio de
Otro de los hombres se inclinó sobre él y preguntó: un corte que ya le sangraba abundantemente de la mejilla.
Confuso, trató de orientarse—. Usted no es...
—Entre usted y yo, ¿existe realmente algún complot? ¿Ha
sido usted falsamente acusado? —Deje de hablar y escuche.—El hombre que le hablaba era
un tipo fornido, casi obeso. Sus enormes manos le sostenían
Anderton suspiró. Hasta tal punto vacilaba en su interior. Tal
ahora fuera de la calzada y contra la pared de ladrillo de una
vez se hallaba atrapado en un circuito sin salida, sin motivo, sin
calle adyacente, lejos del fuego y del coche—. Tuvimos que
principio y sin fin De hecho, estaba casi dispuesto a conceder
hacerlo de esta forma. Era la única alternativa. No tuvimos
que era la víctima de una fantasía neurótica, excitada por la
mucho tiempo disponible. Creímos que Kaplan le retendría en su
creciente inseguridad que le rodeaba. Sin lucha, estaba punto de
renunciar a todo. Un enorme peso le aplastaba dejándole residencia por más tiempo.
sofocado y sin energías para nada. Estaba luchando contra algo —Entonces, ¿esto ha sido preparado previamente?—
imposible... y todas las cartas estaban en su contra. Preguntó Anderton parpadeando en su enorme confusión.
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—Desde luego.—Y aquel hombretón soltó un juramento—. —Considérenos como una sociedad protectora —dijo
¿Quiere usted decir que también ellos creían…? Fleming sin ninguna expresión especial en su rostro mojado por
—Yo pensé... —comenzó a decir Anderton y se detuvo al la lluvia—. Una especie de fuerza de policía que vigila a la
darse cuenta de que encontraba dificultades al hablar, uno de policía. Queremos que las cosas marchen como deben.
los dientes frontales lo había perdido en el accidente—. La Con su enorme manaza le dio un empujón hacia el interior del
hostilidad hacia Witwer... sentirme reemplazado, y luego mi callejón. Anderton se sintió lanzado lejos de él, estando a punto
esposa… el resentimiento natural... de caer en medio de las sombras y escombros que medio
—Deje de engañarse a sí mismo—le interrumpió el llenaban aquella callejuela.
desconocido—. Lo sabe usted muy bien. Todo el asunto fue —Siga y no se detenga—le repitió Fleming—. Y no
calculado meticulosamente. Tenían cada fase bajo control. La desprecie este paquete. —Y le arrojó un abultado sobre que
ficha fue colocada el día en que Witwer apareció. Y ya tienen Anderton recogió—. Estudie eso con cuidado y creo que podrá
cuanto desean. Witwer comisario y usted un criminal perseguido. sobrevivir.
—¿Quién hay detrás de todo eso?
—Su esposa.
Anderton sacudió la cabeza.
—¿Está usted seguro? La carta de identidad le describía como Ernest Temple,
Aquel individuo se puso a reír. electricista, de paso por Nueva York, con esposa y cuatro hijos
—Puede apostar por su esposa.—Miró rápidamente a su en Buffalo. Un carnet manchado de sudor le daba autorización
alrededor—. Aquí viene la policía. Siga por esa calle estrecha, para trabajar en sitios distintos, viajando constantemente sin
tome un autobús, y váyase al barrio pobre de los suburbios, dirección fija. Un hombre que necesita trabajar, debe viajar
alquile una habitación y cómprese un puñado de revistas para Mientras cruzaba la ciudad en un autobús casi vacío,
tener algo en que estar ocupado. Ah, cómprese otras ropas. Es Anderton estudió la documentación de Ernest Temple. Sin duda
usted lo suficientemente listo como para ocuparse de sí mismo. alguna aquellos documentos de identidad se habían hecho a
No trate de salir de la Tierra. Controlan todos los sistemas de tanteo por todas las medidas y datos que allí aparecían. Tras un
transporte. Si consigue escapar durante los próximos siete días rato se preguntó de quién serían las huellas digitales y como
estará usted salvado. habrían conseguido la longitud de onda de su cerebro. Sin duda
—¿Quién es usted?—Preguntó Anderton. no resistirían una comprobación rigurosa. Pero al menos era una
documentación como principio. Era algo. Con los documentos,
—Mi nombre es Fleming
iban mil dólares en billetes. Se guardó el dinero y los
Aquel hombre se apartó y con cuidado comenzó a andar por documentos y después se volvió hacia lo escrito claramente en
la estrecha calle fuera de las luces. El primer coche de la policía el sobre que había contenido los carnets. Al principio no le
ya había llegado a la calzada y sus ocupantes se lanzaron sobre encontró el menor sentido. Durante algún tiempo, lo estuvo
el destrozado coche de Kaplan. En el interior, los ocupantes se considerando, realmente perplejo.
movían débilmente comenzando a gemir dolorosamente a través
de la maraña de acero, cristales y plástico bajo la lluvia.
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La existencia de una mayoría implica lógicamente, una maquinaria analítica. Esos tres premonitores en sus funciones
minoría correspondiente vitales...»
El autobús ya había entrado en una vasta región de suburbios La voz disminuyó al entrar en el diminuto cuarto de baño de la
pobres de la ciudad en aquella jungla de hoteles baratos y habitación. Una vez allí se despojó de la chaqueta y la camisa y
tiendas humildes que habían surgido en aquella área tras las dejó correr el agua fresca del grifo del lavabo. En la pequeña
destrucciones de la guerra. Llegó a una parada y Anderton se vitrina encontró un poco de yodo, esparadrapo, una máquina de
preparó a salir. afeitar, peine y cepillo de dientes, amén de otras pequeñas
Unos cuantos pasajeros observaron al paso su mejilla herida cosas que podía necesitar. A la mañana siguiente, tendría que
y sus ropas destrozadas. Ignorando a aquella gente, echó a procurarse otras ropas de segunda mano y comprar otros
andar por el borde de la acera bajo la persistente lluvia. objetos necesarios, adecuados a su nueva situación. Después
El conserje del hotel no le prestó la menor atención, después de todo, ahora era un obrero electricista en busca de trabajo y
de haberle cobrado el dinero de la pensión. Anderton subió la no un comisario de policía víctima de un accidente.
escalera hasta el segundo piso y entró en una habitación En la otra habitación, la radio continuaba sonando. Sólo de
reducida con olor humedad. Era pequeña, pero estaba limpia. forma subconsciente atento a ella, permaneció frente al espejo
Tenía cama, armario, tocador, un calendario, silla, lámpara y una examinándose el diente roto por el choque.
radio con contador de tiempo mediante monedas. «...el sistema de los tres premonitores mutantes tuvo su
Puso en la ranura una moneda de veinticinco centavos y se génesis a mediados de este siglo. ¿Cómo se comprueban los
dejó caer pesadamente en la cama. Todas las emisoras resultados en un ordenador electrónico? Alimentando la
importantes estaban transmitiendo el boletín de la policía. Era máquina con datos que se insertan en una segunda máquina de
algo nuevo, excitante, desconocido para las generaciones idéntico diseño. Pero dos ordenadores no son suficientes. Si
actuales. ¡Un criminal escapado de la policía! El público estaba cada uno ellos llega a una respuesta diferente es imposible decir
ávidamente interesado. a priori cuál es la correcta. La solución, basada en un cuidadoso
«...este hombre ha usado la ventajosa posición de la que estudio del método estadístico es utilizar un tercer ordenador
gozaba para burlar a la policía —estaba diciendo el locutor con que compruebe los resultados de los dos primeros. De esta
una indignación muy profesional—. Debido a su alto cargo, ha forma, se obtiene lo que se llama el informe de la mayoría.
tenido acceso a los datos previos y la confianza depositada en él Puede presumirse con gran probabilidad que el acuerdo de dos
le ha permitido evadir el proceso normal de detención y de los tres ordenadores indica cuál de los resultados de tal
localización. Durante el período de su mando, ha ejercitado su alternativa es el correcto. No sería verosímil que dos
autoridad para enviar individuos sin cuento, potencialmente ordenadores llegasen a idénticas soluciones incorrectas... »
culpables, a los campos de confinamiento, desperdiciando así Anderton arrojó la toalla que tenía en la mano y corrió hacia la
las vidas de esas inocentes víctimas. Este hombre, John Allison otra habitación, volcándose literalmente sobre el aparato de
Anderton, fue el instrumento de creación del sistema radio para captar mejor la emisión.
Precriminal, la predicción profiláctica de la criminalidad a través «...la unanimidad de los tres premonitores es un fenómeno
del ingenioso uso de los mutantes premonitores, capaces de posible pero muy rara vez conseguido, según explica el
adivinar el futuro y transferir oralmente esos datos a la comisario en funciones Mr. Witwer. Es mucho más corriente
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obtener un informe de mayoría de dos premonitores más un lugar a sus satélites, podría hallarse hablando con una persona
informe de minoría del tercer mutante, con una variación muy totalmente extraña.
ligera, referida usualmente al tiempo y al lugar. Esto se explica —¿Sí?—sonó la voz de Page, al fin.
por la teoría de los futuros múltiples. Si existiese solamente un Sintiéndose aliviado, Anderton miró a su alrededor. Nadie
sendero del tiempo, la información premonitora no tendría estaba dedicándole la menor atención, los clientes de la tienda
importancia, ya que no existiría ninguna posibilidad de alterar el merodeaban alrededor de las mercancías en su rutina diaria.
futuro.
—¿Puede usted hablar?—Preguntó—. ¿O hay algo cerca
Anderton comenzó a recorrer frenéticamente la pequeña que se lo impide?
habitación de un lado a otro. El informe de la mayoría... sólo dos Se produjo un momento de silencio. Tuvo la certeza de estar
de los premonitores mutantes habían coincidido en el material viendo al propio Page luchar con la incertidumbre de lo que tenía
anotado en la ficha, Aquél era el significado del mensaje del que hacer en aquel momento. Por fin, llegó la respuesta:
paquete que le habían entregado. El informe del tercer
premonitor, esto es, el informe de la minoría, tenía también su —¿Por qué... me llama usted aquí?
importancia. Ignorando la pregunta, Anderton continuó:
¿Por qué? —No reconocí la voz del recepcionista. ¿Hay nuevo
Consultó el reloj y vio que era ya pasada la medianoche. personal?
Page estaría libre de servicio. No estaría de vuelta en el bloque —Sí, de nueva marca—repuso Page con voz ahogada—.
de los monos hasta la tarde siguiente. Era una débil oportunidad Tenemos un gran maremágnum estos días.
pero valía la pena aprovecharla. Tal vez Page quisiera —Así lo tengo entendido—repuso Anderton—. ¿Y su
encubrirle, o tal vez no. Tenía que arriesgarse a saberlo. trabajo? ¿Continúa todavía en pie?
Tenía que ver el informe de la minoría. —Espere un momento.—El receptor fue puesto de forma
***** que unos pasos que se aproximaban llegasen claramente a
oídos de Anderton. Fueron seguidos por el ruido de una puerta
que se cerraba. Page volvió al teléfono—. Ahora podemos
Entre el mediodía y la una de la tarde, las calles hablar mejor. Dígame.
hormigueaban de gente. Eligió esa hora, en el momento de más
tráfago del día, para hacer su llamada. Eligió una cabina —¿Cuánto mejor?
telefónica pública del interior de una tienda, marcó el número tan —No mucho. ¿Dónde está usted?
familiar de la policía y esperó la respuesta. Deliberadamente —Paseando por Central Park—repuso Anderton —.
seleccionó sólo el canal del sonido, descartando el de la imagen, Disfrutando de la luz del sol.—Por lo que había supuesto, Page
pues a despecho del cambio sufrido por las ropas y su atuendo había ido a asegurarse de que la conversación se registraba en
general, podía ser reconocido. cinta magnetofónica. En aquel momento, con toda seguridad,
La persona que recibió la llamada era nueva para Anderton. una patrulla aérea estaría ya en su busca. Pero no tenía más
Con precaución deliberada, le dio la extensión de Page. Si remedio que aprovechar aquella oportunidad —. Ahora trabajo
Witwer estaba cambiando todo el personal y poniendo en su en un nuevo oficio. Soy electricista.
—¿Ah, sí?—repuso Page asombrado.
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—Pensé que tendría usted algún trabajo para mí. Si puede —No deje que entre nadie. No puedo correr ningún riesgo
usted arreglarlo, podría dejarme caer por ahí y examinar el inútil.
equipo básico de computación. Especialmente los datos y los —Tendría usted que haberse marchado cuando consiguió
bancos analíticos del bloque de los «monos». escapar—le dijo Page, siguiéndole con el rostro descompuesto y
alterado—. Witwer ha revuelto el cielo y la tierra y ha conseguido
Tras una pausa, Page contestó: que todo el país esté sobre su pista como un lobo rabioso.
—Pues... creo que podría arreglarse, si es tan importante Ignorándole, Anderton abrió el control principal del banco de
para usted. la maquinaria analítica.
—Lo es—le aseguró Anderton—. ¿Cuándo sería mejor para —¿Cuál de los tres «monos» dio el informe de la minoría?
usted? —No me pregunte a mí... Yo me marcho.
—Bien—contestó Page como luchando consigo mismo—. Page pasó junto a él, se detuvo un instante y se marchó
Espero a un equipo de reparaciones que viene a echar un cerrando la puerta de la habitación. Anderton se quedó solo.
vistazo al equipo de comunicaciones. El comisario en funciones El de en medio. Lo conocía bien. Era el de figura de enano
quiere que sea mejorado, para que pueda operar con mayor que permanecía sentado entre cables y conexiones desde hacía
rapidez. Podría usted venir entonces. quince años. Al aproximarse Anderton, ni siquiera levantó los
—Lo haré. ¿Hacia qué hora? ojos. Con la vista ausente contemplaba un mundo que no
—Digamos a las cuatro de la tarde en punto. Entrada B, existía, ajeno a la realidad física que yacía a su alrededor.
nivel 6. Allí... le encontraré a usted. «Jerry» tenía veinticuatro años. Originalmente había sido
—Muy bien, gracias—dijo Anderton y comenzó ya a clasificado como un idiota hidrocefálico pero cuando llegó a los
colgar—. Espero que todavía esté usted en su puesto cuando seis años de edad los análisis psicológicos determinaron su
llegue. talento premonitor, enterrado bajo los tejidos alterados de sus
Colgó y salió rápidamente de la cabina. Un momento circunvoluciones cerebrales. Llevado a la escuela especial de
después, se hallaba mezclado con la ingente muchedumbre que entrenamiento del Gobierno, su talento latente había sido
atestaba las calles y entró en una cafetería próxima. Nadie ampliamente cultivado. A los nueve años, su talento premonitor
podría localizarle allí. Tenía por delante una espera de tres había alcanzado un nivel utilizable. «Jerry», sin embargo,
horas y media. Aquello podría ser demasiado tiempo. Sería la continuaba yaciendo en el caos sin meta de su idiotez congénita,
espera más larga de toda su vida. su especial facultad premonitora había absorbido el resto de su
personalidad.
Lo primero que Page le dijo al verlo fue:
Agachándose, Anderton comenzó a desarmar los escudos
—Está usted loco de remate. ¿Por qué diablos ha vuelto?
protectores que guardaban las cintas grabadas y almacenadas
—No he vuelto por mucho tiempo. en la maquinaria analítica. Utilizando esquemas, fue siguiendo la
Con cuidado, Anderton comenzó a deambular alrededor del pista de los diferentes circuitos de los ordenadores a los que
bloque de los «monos» cerrando sistema automáticamente una «Jerry» y su equipo estaban conectados. Consultando el plano,
puerta tras otra.
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a los pocos instantes estuvo en condiciones de seleccionar la Se volvió rápidamente. Su esposa permanecía de pie en una
sección del registro que se refería a su ficha en particular. de las puertas, vestida con su uniforme de la policía y reflejando
En sus proximidades, había montado un aparato en los ojos una frenética desesperación.
magnetofónico. Conteniendo la respiración, insertó la cinta, —No te preocupes—repuso él brevemente—. Me voy ya.
activó la máquina y escuchó. Sólo le llevó un instante. Desde la Con el rostro distorsionado, Lisa se precipitó tras él
primera declaración del informe, resultó claro lo ocurrido. Tenía —Page me dijo que estabas aquí pero no podía creerlo. No
lo que deseaba, podía dejar ya de buscar. debió haberte dejado entrar. ¿Es que no comprendes quién
La visión de «Jerry» estaba desenfocada, desfasada. A causa eres? ,
de la naturaleza errática de la premonición, estaba examinando —¿Quién soy?— Preguntó cáusticamente Anderton —.
un área de tiempo ligeramente diferente de la de sus Antes de responder sería mejor que escucharas este registro.
compañeros. Para él el informe de que Anderton cometería un —¡ No quiero escucharlo! ¡ Quiero que te marches de aquí!
asesinato era un suceso para ser integrado con todos los Ed Witwer sabe que alguien anda por aquí. Page está tratando
demás. Aquella afirmación—y la reacción de Anderton—era un de mantenerlo ocupado... —Ella se interrumpió, moviendo la
dato más. cabeza de un lado a otro—. ¡Está aquí! Forzará la entrada para
***** llegar hasta aquí.
—¿No has logrado ninguna influencia? Vamos, sé graciosa
Sin duda alguna, el informe de «Jerry» reemplazaba al y encantadora. Probablemente se olvide de mí.
informe de la mayoría. Habiendo sido informado de que Lisa le miró con un amargo reproche.
cometería un crimen, Anderton habría cambiado de parecer y no —Hay una nave aparcada en el techo del edificio. Si quieres
lo habría hecho. La previsión del crimen había evitado su marcharte lejos... —Su voz se entrecortó y quedó en silencio.
comisión. La profilaxis había ocurrido simplemente al haber sido Después, añadió— Yo me marcharé dentro de un minuto. Si
informado. Y se había creado un nuevo sendero del tiempo. quieres venir…
Temblando, Anderton volvió a rebobinar la cinta y pulsó el —Iré— dijo Anderton
botón correspondiente. A gran velocidad, obtuvo una copia del
informe. Allí tenia la prueba de que la ficha no era valida. Todo lo No tenía otra elección. Se había asegurado aquel registro, su
que tenía que hacer era mostrárselo a Witwer… prueba; pero no había pensado en la forma de salir de allí.
Contento, corrió tras la esbelta figura de su mujer, sorteando
Su propia estupidez le dejó helado. Sin duda alguna, Witwer
todos los obstáculos del bloque de los monos y después hacia
había visto el informe y a pesar de ello, había asumido el papel una puerta y un corredor.
de comisario y dado ordenes a la policía. Witwer no se volvería
atrás y le tendría sin cuidado la inocencia de Anderton. —Es una nave muy rápida— le dijo ella por encima del
hombro—. Está provista de combustible para casos de
Entonces, ¿qué podía hacer? ¿Quién más podía estar emergencia… dispuesta a salir en el acto. Yo iba a supervisar
interesado? algunos de los equipos.
—¡ Estúpido loco!—Gritó con ansiedad una voz a su
espalda.
*****
- 16 -

—Ciertamente que voy a hacerlo.—Y dio unas palmadas


Tras el volante del crucero ultrarrápido de la policía, Anderton sobre el registro que yacía en el asiento entre ambos—. Estará
resumió el contenido del informe de la minoría obtenido. Lisa muy interesado. Es la prueba de que su vida no está en peligro y
escuchó sin hacer comentarios, con las facciones contraídas y eso debe tener una importancia vital para él.
las manos nerviosamente enlazadas en la falda. Bajo la nave Lisa sacó los cigarrillos del bolso.
discurría el terreno destruido por la guerra, en un vasto —Y supones que querrá ayudarte...
panorama de ruinas y desastre. Un espantoso paisaje lleno de —Puede que lo haga... o tal vez no. Es un riesgo que vale la
cráteres, como un mapa lunar, moteado de tanto en tanto por pena correr.
algunas pequeñas granjas y fábricas. —¿Cómo te las arreglaste para desaparecer tan pronto? Un
—Me gustaría saber—dijo Lisa, cuando su marido hubo disfraz tan completo y efectivo es difícil de obtener.
terminado—cuántas veces habrá ocurrido esto antes. —Con dinero se consigue todo—repuso Anderton
—¿Un informe de la minoría? Muchísimas veces. evasivamente.
—Quiero decir, que uno de esos premonitores se haya Mientras fumaba, Lisa insistió:
desfasado. Usando el informe de los otros como datos..., y —Probablemente Kaplan te protegerá... Es muy influyente.
reemplazándolo.—Sus ojos se oscurecieron y añadió— Tal vez
una enorme cantidad de personas de las que se encuentran en —Yo creí que sólo era un general retirado.
los campos de detención, están en tus mismas condiciones. —Técnicamente, eso es lo que es. Pero Witwer se hizo con
—No—insistió Anderton. Pero ya comenzaba a sentirse su expediente. Kaplan encabeza una extraña organización de
incómodo ante tal pensamiento—. Yo estaba en condiciones de veteranos. Actualmente, es como una especie de club, con un
ver la ficha, y poder leer el informe. Eso es lo que hice. número restringido de miembros. Altos oficiales solamente... de
varias nacionalidades, procedentes de ambos bandos de la
—Pero... —y Lisa hizo un gesto significativo—. Tal vez guerra. Aquí en Nueva York mantienen una sede en una gran
todos ellos habrían reaccionado de la misma forma. Podríamos mansión, disponen de tres publicaciones y ocasionalmente de
haberles dicho a todos ellos la verdad. emisiones de televisión, todo lo cual les cuesta una pequeña
—Habría sido un riesgo demasiado grande — repuso fortuna.
Anderton con testarudez. —¿Qué es lo que intentas decir? .
Lisa soltó una nerviosa carcajada. —Sólo esto. Me has convencido de que eres inocente. Es
—¿Riesgo? ¿Oportunidad? ¿Incertidumbre? ¿Con los decir, resulta obvio que no cometerás ningún asesinato. Pero
premonitores a mano? tienes que darte cuenta ahora de que el informe original, el
Anderton se concentró en la conducción de la nave. informe de la mayoría no era una falsedad. Nadie lo falsificó. Ed
—Este es un caso único—repitió—. Y tenemos ahora un Witwer no lo creó. No existe complot alguno contra ti y nunca lo
problema inmediato. Ya discutiremos los aspectos teóricos más hubo. Si aceptas ese informe de la minoría como genuino,
tarde. He de llevar este registro a las personas idóneas antes de habrás aceptado también el de la mayoría.
que tu brillante amigo pueda demolerlo. —Pues... supongo que sí—admitió Anderton de mala gana.
—¿Quieres hablar de eso a Kaplan?
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—Ed Witwer—continuó Lisa—está actuando con una —Tengo—le dijo a su marido huraña—en este momento el
completa buena fe. Él cree realmente que tú eres un criminal en dedo puesto en el gatillo. Jamás he usado un arma antes de
potencia... ¿y por qué no? Tiene sobre la mesa de su despacho ahora. Pero tendré que hacerlo si te opones.
el informe de la mayoría y tú tienes la ficha en tu cartera. Tras una pausa, Anderton preguntó:
—La destruí—repuso Anderton con calma. —¿Quieres que dé la vuelta al aparato? ¿Es eso lo que
Lisa se inclinó sobre su marido. pretendes?
—Ed Witwer no ha actuado con la intención de ocupar tu —Sí, hacia el edificio de la policía. Lo siento. Si pones tu
puesto—dijo—. Ha actuado con la misma buena fe con que propio egoísmo por encima del interés general y todo lo bueno
siempre actuaste tú. Él cree en el sistema Precrimen. Y desea del sistema…
que continúe. He hablado con él y estoy convencida de que dice —Guárdate el sermón—repuso Anderton— Volveré. Pero
la verdad. no voy a oír la defensa de un código de conducta que ningún
—¿Querrás entonces llevar este registro magnetofónico a hombre inteligente estaría dispuesto a suscribir.
Witwer?—Preguntó Anderton—. Si lo hiciera yo... lo destruiría. Los labios de Lisa se contrajeron en una delgada línea.
—No tiene sentido, eso es absurdo —replicó Lisa—. Los Sosteniendo la pistola frente a él, no le quitaba la vista de
originales han estado en sus manos desde el principio. Pudo encima. Unos cuantos objetos de la guantera del aparato
haberlos destruido en cualquier momento en que lo hubiera cayeron esparciéndose en el fondo de la cabina al dar la nave
deseado. una vuelta en redondo para volver a la ciudad. Tanto Anderton
—Sí, eso es cierto—admitió Anderton—. Es muy posible como su mujer iban sujetos por los cinturones de seguridad.
que no lo supiera. Pero no así el tercer miembro de la tripulación.
—Por supuesto. Fíjate en esto. Si Kaplan consigue hacerse De reojo Anderton vio un cierto movimiento a su espalda. Un
con ese registro, la policía se desacreditará. ¿No puedes ver por ruido le llegó simultáneamente, el choque de un hombretón que
qué? Si tú demuestras que el informe de la mayoría fue un error, había perdido instantáneamente su equilibrio y chocaba contra
el sistema está acabado. Tienes que continuar así... si queremos la pared metálica del aparato. Lo que siguió, ocurrió
que el sistema Precrimen sobreviva. Tú sólo piensas en tu rápidamente. Fleming se incorporó con una increíble rapidez,
propia seguridad. Pero piensa por un momento sobre del desarmando en un abrir y cerrar de ojos a Lisa. Anderton se
sistema en sí ¿Qué significa más para ti, tu propia seguridad hallaba demasiado asombrado para reaccionar. Lisa se volvió...
personal o la existencia del sistema? vio a aquel hombre y soltó un chillido histérico. La pistola le fue
—Mi seguridad—repuso Anderton, sin vacilar lo más arrebatada de un zarpazo, y empuñada por el desconocido
mínimo. viajero.
—¿Estás seguro? —Lo siento—dijo Fleming—. Pensé que iba a hablar más.
Eso es lo que yo esperaba.
—Si el sistema ha de sobrevivir encerrando a gente
inocente, entonces merece ser destruido. Mi seguridad personal —Entonces, estaba usted aquí cuando... —comenzó a decir
es importante porque yo soy un ser humano. Y además... Anderton, y se detuvo.
Del fondo del bolso Lisa sacó rápidamente una pistola. ...
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Fleming y sus hombres le habían vigilado estrechamente. La Todavía agachado, Fleming agarró a Lisa. Arrojando su arma
existencia de la nave de Lisa habla sido anotada a su debido a Anderton, la cogió por la garganta. Horrorizada, Lisa intentó
tiempo y tomada en cuenta y cuando Lisa se debatía con su arañarle frenéticamente. Ignorándola, Fleming cerró sus
marido entre marcharse o no para ponerse a seguro, Fleming manazas sobre el delicado cuello de la mujer, comenzando a
había saltado al departamento posterior de la nave aérea. ahogarla poco a poco.
—Tal vez sea mejor que me entregue usted ese registro — —No habrá heridas de bala—explicó jadeante—. Tendrá
dijo Fleming, mientras que lo tomaba en sus enormes manos—. que parecer... un accidente. Eso suele ocurrir a menudo. Pero
Tiene usted razón, Witwer lo habría reducido a cenizas en este caso, habrá que romperle el cuello primero.
—¿Entonces, Kaplan...? Pareció extraño que Anderton hubiera esperado tanto. Pero
—Kaplan está trabajando directamente con Witwer. Por eso conforme se hundían las manos de Fleming cruelmente en la
su nombre aparece en la quinta línea de la ficha. Cuál sea el suave piel de su mujer, Anderton cogió la pesada pistola por el
verdadero jefe actualmente es algo que ignoro. Posiblemente cañón y asestó un golpe seco en el cráneo de Fleming por
ninguno de los dos.—Fleming tiró la pistola a un lado y sacó su detrás de la oreja. Las monstruosas manos de Fleming se
pesada arma del Ejército—. Hizo usted una completa tontería al aflojaron. Abatido fulminantemente, la cabeza de Fleming cayó y
salir con su mujer. Ya le dije que ella también se hallaba tras todo su cuerpo chocó contra la pared de la cabina. Trató aún de
todo este asunto. recuperarse, pero Anderton volvió a golpearle y esta vez se
—No puedo creerlo—murmuró Anderton perplejo—. Si desplomó como un fardo.
ella... Jadeando fatigosamente por recobrar el aliento Lisa
—No lo comprende bien. Esta nave se dispuso por orden de permaneció un momento inclinada, con el cuerpo estremecido.
Witwer. Ellos deseaban que se marchase usted lejos del edificio Después, gradualmente, el color volvió a su rostro
para que nosotros no pudiéramos dar con su paradero. Con —¿Puedes hacerte cargo de los controles?—Preguntó
usted lejos, separado de nosotros, no habría tenido la menor Anderton, sacudiéndola.
oportunidad. —Sí... creo que sí.—Casi mecánicamente se puso al
Una extraña mirada brilló en los ojos de Lisa. volante—. Creo que lo haré bien. No te preocupes por mí.
—Eso es incierto—farfulló—. Witwer jamás vio este aparato. —La pistola es un arma de reglamento del Ejército —
Yo iba a supervisar... comentó Anderton—. Pero no procede de la guerra. Es un último
—Casi consigue usted huir con él—interrumpió Fleming modelo. Creo que tenemos una oportunidad...
inexorable—. Tendremos mucha suerte si las patrullas de la
policía no se nos vienen encima. No hubo tiempo de *****
comprobarlo.—Y se agachó directamente frente al asiento de
Lisa—. Lo primero que debemos hacer es deshacernos de esta Saltó hacia la parte trasera del aparato donde Fleming yacía
mujer. Page ha dado cuenta a Witwer de su nuevo disfraz y los extendido por el suelo de la cabina. Sin tocar la cabeza del
detalles habrán sido radiados en todas direcciones. caído, le desabrochó la ropa y comenzó a registrarle todos los
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bolsillos. Un momento más tarde, la cartera manchada de sudor —¡Buen Dios! ¿Qué ha ocurrido? Lisa, ¿le trae usted
de Fleming estaba en sus manos. misma? —Enseguida se fijó en el arma que sostenía en sus
Tod Fleming, de acuerdo con su identificación, era un mayor manos y su rostro se endureció. — Mire—gritó furioso— ¡No
del Ejército agregado al Departamento de Inteligencia Militar. vaya a hacerle daño! Sea lo que sea lo que usted piensa, ella no
Entre varios otros, aparecía un documento firmado por el es responsable de nada.
general Kaplan, estableciendo que Fleming se hallaba bajo la —He descubierto algo importante—le contestó Anderton—.
especial protección de su propio grupo, la Liga Internacional de ¿Puede ayudarnos? Es posible que necesitemos ayuda a
Veteranos. nuestro regreso.
Fleming y sus hombres actuaban a las órdenes del general —¿Regreso?—Dijo Witwer mirándole sin dar crédito a lo
Leopold Kaplan. El camión cargado de pan, el accidente, todo que oía—. ¿Es que viene usted aquí tal vez? ¿Viene a
había sido deliberadamente preparado. entregarse por sí mismo?
Aquello significaba que Kaplan le había sustraído —Así es, en efecto.—Y hablando rápidamente, Anderton
deliberadamente de las manos de la policía. El plan arrancaba añadió— Hay algo que tiene usted que hacer inmediatamente.
desde el primer contacto en su propia residencia, cuando Kaplan Cierre absolutamente el bloque de los «monos». Tenga la
le mandó capturar y le encontró preparando su equipaje. Con certeza de que nadie entra, ni Page, ni nadie. Especialmente
cierta incredulidad, Anderton comprendió lo que realmente había gente del Ejercito.
sucedido. Desde el principio, todo había sido una estrategia —Kaplan—repuso la imagen en miniatura.
elaborada para tener la seguridad de que Witwer fracasaría en —¿Qué pasa con él?
su intento de arrestarle.
—Estuvo aquí. Acaba... de marcharse.
—Ahora veo que me estabas diciendo la verdad —dijo Anderton creyó que se le detenía el corazón.
Anderton a su esposa, al volver al asiento delantero—.
¿Podremos hablar con Witwer? —¿Qué estuvo haciendo?
Ella hizo un gesto afirmativo, indicando el circuito de —Recogiendo datos. Transcribiendo duplicados de los
comunicaciones del tablero. premonitores sobre usted. Insistió en que lo necesitaba
solamente para su propia protección.
—¿Qué... encontraste?
—Entonces ya lo tiene—dijo Anderton—. Es demasiado
—A ver si conseguimos ver a Witwer. Quiero hablar con él tarde.
tan pronto como pueda. Es muy urgente.
Alarmado, Witwer casi gritó:
Lisa marcó rápidamente la llamada en el dial, por el canal
privado de la policía y del Cuartel General de Nueva York. Al —¿Qué es lo que quiere decir? ¿Qué está ocurriendo?
momento se iluminó la pequeña pantalla y las facciones de Ed —Se lo diré a usted, cuando esté de vuelta en mi oficina.
Witwer aparecieron en ella.
—¿Se acuerda de mí?—le preguntó Anderton. *****
Witwer se quedó mudo de asombro.
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Witwer salió a su encuentro en el tejado del edificio de la Anderton.


Policía. Mientras la pequeña nave tomaba contacto con la
terraza, una escolta de policías mantenía una estrecha —Sí.
vigilancia. Anderton se aproximó inmediatamente al joven de —No pensará usted que yo... he intrigado para arrebatarle
cabellos rubios. el puesto.
—Ya tiene lo que deseaba—le dijo—. Ahora puede —Seguro que sí. Todo el mundo es culpable en este asunto.
encerrarme y enviarme a un campo de detención. Pero creo que Y yo estoy conspirando para evitarlo. Pero hay algo más... de lo
no será suficiente. que usted no es responsable.
Los pálidos ojos de Witwer parpadearon con incertidumbre. —¿Por qué afirmaba usted que era demasiado tarde al
—Me temo que no comprendo. volver para entregarse? Dios mío, tendremos que confinarle en
—Es culpa mía. Nunca debí abandonar el edificio de la un campo. La semana pasará y Kaplan todavía estará vivo.
Policía. ¿Dónde está Wally Page? —Estará vivo, sí—concedió Anderton—. Pero puede probar
Ya le echamos el guante y está a buen recaudo—replicó que estaría vivo aun si yo estuviera paseando por las calles
Witwer—. No nos molestará más. libremente. Tiene la información que demuestra que el informe
—Le ha detenido usted por una razón equivocada. de la mayoría no es valido. Puede destruir el sistema Precrimen.
Permitirme entrar en el bloque de los «monos» no era ningún Sí, con las dos caras de la moneda, cara o cruz, él gana... y
crimen. Pero pasar información al Ejército, sí que lo es. Ha nosotros perdemos. El Ejército nos desacredita, y su estrategia
tenido usted a todo un regimiento trabajando para el Ejército.—Y sale triunfante.
se corrigió a sí mismo, añadiendo— Es decir, lo he tenido. —Pero, ¿por qué arriesgan tanto? ¿Qué es exactamente lo
—He retirado la orden de captura hacia usted. Ahora los que quieren?
equipos están tras Kaplan. —Después de la guerra anglochina, el Ejército perdió
—¿Alguna suerte hasta ahora? mucha de su autoridad. Ya no era lo que fue en los días de la
—Se marchó de aquí en un camión blindado del Ejército. Le Alianza del Bloque Occidental, en que lo gobernaban todo, tanto
seguimos, pero el camión entró en unos barracones los asuntos militares como los domésticos. Y tenían su propia
militarizados. Ahora tienen una gran cantidad de tanques policía.
gigantes R3 del tiempo de la guerra bloqueando la calle. Será —Como Fleming—murmuró Lisa.
toda una guerra civil el poder abrirse paso. —Terminada la guerra, el Bloque Occidental fue
Con lentitud y vacilante, Lisa salió del aparato. Aún aparecía desmilitarizado. Los altos oficiales como Kaplan, fueron retirados
pálida y estremecida, mostrando claramente las señales de y apartados del mando. Y a nadie le gusta eso.—Anderton hizo
violencia de Fleming en la garganta. un gesto—. Yo puedo simpatizar con él a ese respecto. No ha
—¿Qué le ha ocurrido a usted, Lisa?—le preguntó Witwer. Y sido el único.
enseguida advirtió la silenciosa e inerte figura de Fleming en el —Dice usted que Kaplan ha vencido—dijo entonces
interior—. Bien, ahora supongo que ya habrá dejado de creer Witwer—. ¿Hay algo que pueda hacerse?
que yo conspiraba contra usted—concluyó mirando fijamente a
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—No voy a matarle. Nosotros lo sabemos y él también lo a Anderton se le daba un ultimátum: o desmontar
sabe. Probablemente vendrá hacia nosotros con algún arreglo voluntariamente todo el sistema Precrimen o encararse con la
especial. Continuaremos en nuestras funciones pero el Senado hostilidad del Ejercito.
abolirá nuestra base real de apoyo. No creo que le gustase, En aquella descartada línea del tiempo, Anderton, como
¿verdad? comisario de policía, había acudido al Senado en busca de
—Pues yo diría que no, francamente—repuso Witwer—. apoyo. Pero no lo había obtenido. Para evitar la guerra civil, el
Uno de estos días estaré a la cabeza de esta agencia.—Y se Senado había ratificado el desmembramiento del sistema de
sonrojo un tanto—. No inmediatamente, por supuesto. policía y decretado un retorno a la Ley Militar para Situaciones
La expresión de Anderton se tornó sombría. de Urgencia». Al mando de un grupo de policías fanáticos,
—Es una lástima que publicase usted a los cuatro vientos el Anderton había localizado a Kaplan y le había disparado lo
informe de la mayoría. Si hubiera permanecido callado, lo mismo que a otros altos oficiales componentes de la Liga de
hubiéramos retirado con cuidado. Pero todo el mundo lo sabe Veteranos. Sólo Kaplan había muerto. Los otros habían sido
ahora. No podemos retractarnos ya. detenidos. Y el golpe había tenido un completo éxito.
—Supongo que no—contestó Witwer—. Tal vez yo... no Luego, pasó la cinta con el material previsto por «Mike».
realicé este trabajo tan bien como suponía Ambos debían ser iguales, ambos premonitores se habrían
combinado para presentar una imagen unificada de los
—Lo hará, con el tiempo. Será usted un gran oficial de la
acontecimientos. «Mike» comenzó por donde «Dona»: Anderton
Policía. Usted tiene confianza en la bondad del sistema, pero
se había dado cuente del complot de Kaplan contra la Policía.
tendrá que aprender a tomar las cosas con calma Anderton se
Pero algo estaba equivocado. Confuso, rebobinó el registro y lo
apartó entonces de su interlocutor—. Voy a estudiar los datos de
volvió a pasar de nuevo desde el principio.
los registros del informe de la mayoría. Quiero descubrir
Incomprensiblemente, algo no marchaba bien. De nuevo
exactamente de qué forma tenía que matar a Kaplan. Eso puede
rebobinó el registro y escuchó atentamente. El informe de
proporcionarme ideas interesantes.
«Mike» era totalmente diferente del de «Dona».
Los datos de los registros del premonitor «Dona» y del
premonitor «Mike» estaban separadamente archivados. Una hora más tarde había terminado su comprobación, dejó a
un lado los registros y abandonó el bloque de los «monos». Tan
Operando en la maquinaria responsable de los análisis de
pronto como salió de allí, le preguntó Witwer:
«Dona», abrió el escudo protector y extrajo el contenido. Como
antes, el código le informó de que los registros eran importantes —Bien, ¿qué es lo que ocurre? Parece que hay algo que va
y en un momento, lo pasó por la copiadora. mal.
Resultó aproximadamente lo que había sospechado. Aquél —No—repuso lentamente Anderton—. No exactamente
era el material utilizado por «Jerry», el desfasado, para hacer su mal.—Y se encaminó hacia la ventana mirando al exterior.
propia premonición. Las calles estaban abarrotadas de gente. Marchando por el
En él, los agentes de la Inteligencia Militar de Kaplan raptaban centro de la avenida principal, pasaba una masa de tropas
a Anderton de su domicilio. Llevado a la villa de Kaplan, donde uniformadas de cuatro en fondo, con armas automáticas,
estaba el Cuartel General de la Liga Internacional de Veteranos, cascos; soldados en son de guerra, con sus uniformes de
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combate portando los estandartes de la Alianza del Bloque —¡Diablos, no! Pero sería en todo caso, el menor de los
Occidental, que flameaban al frío viento de la tarde. males. Y tiene que hacerse. —No veo de qué forma podría usted
—Un golpe del Ejército—explicó Witwer con voz débil—. Yo matar a Kaplan.
estaba equivocado. No van a hacer ningún trato con nosotros. Anderton sacó el imponente revólver atómico de Fleming
¿Por qué tendrían que hacerlo? Kaplan va a hacerlo público. —Usaré esto.
—¿Va a leer el informe de la minoría?—dijo Anderton sin —¿Y supone que no le detendrán antes?
sorpresa en la voz. —¿Porqué tendrían que hacerlo? Ellos tienen el informe de
—Aparentemente. Irán a solicitar del Senado que seamos la minoría que dice que yo he cambiado de opinión.
desmantelados y tomar nuestra autoridad. Van a afirmar que —Entonces, ¿el informe de la minoría es incorrecto?
hemos estado arrestando a gente inocente, con los
—No—repuso Anderton—. Es absolutamente correcto. Pero
procedimientos usuales de la Policía: gobernar con el terror. voy a matar a Kaplan de todos modos.
—¿Y supone usted que el Senado cederá?
—No quisiera suponerlo. *****
—Pues yo sí. Lo harán. Lo que estoy viendo concuerda con
lo que me había imaginado, con lo que he sabido. Estamos
metidos en una trampa y sólo hay una dirección que tomar. Nunca había matado a ningún hombre. Incluso jamás había
Tanto si nos gusta como si no, tendremos que hacerlo.—Y sus visto a un hombre asesinado, aún habiendo sido comisario de
ojos relampaguearon vivamente. policía durante treinta años. Para aquella generación, el
asesinato deliberado era algo que no existía en la memoria de
Witwer se sintió sobrecogido por una repentina aprensión. las gentes. Sencillamente, es que nunca había ocurrido.
—¿ Hacer qué? Un coche de la policía le llevó al bloque en que estaba
—Una vez que se lo diga, se preguntará que por qué no se formado el pelotón del Ejército. Allí, en las sombras, examinó
le ocurrió a usted. Sencillamente, voy a matar a Kaplan. Es la con todo cuidado el funcionamiento de su arma, provista por
única salida que nos queda para evitar que nos desacredite. Fleming sin quererlo. Parecía intacta. Ya no tenía dudas de cuál
—Pero... —balbuceó Witwer—el informe de la mayoría ha había de ser su papel y estaba absolutamente seguro de lo que
sido reemplazado. iba a ocurrir dentro de media hora. Se guardó cuidadosamente
—Yo puedo hacerlo—le informó Anderton. ¿Está usted oculta la pistola y abrió la portezuela del coche.
familiarizado con las leyes que tratan del asesinato en primer Nadie le dedicó la menor atención. Imponentes masas de
grado? gente cruzaban en todas direcciones, tratando de ponerse cerca
—Cadena perpetua. para escuchar lo que el Ejército iba a hacer público. Los
—Por lo menos. Probablemente, usted podrá influir y uniformes del Ejército predominaban en la zona dispuesta al
conmutarla por el exilio. Yo sería enviado a uno de los planetas efecto y una línea de tanques desplegados ponía su formidable
alejados de las colonias, a la buena y vieja frontera. nota de fuerza en el ambiente.
—¿Y prefiere usted eso? El Ejército había erigido una plataforma con micrófonos, a la
que se subía por unas escaleras. Tras el sitial del locutor,
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flameaban al viento los orgullosos estandartes de la Alianza del Dándose cuenta de la presencia de Anderton, el general
Bloque Occidental con el emblema de los poderes combinados Kaplan se apartó del grupo de generales y se dirigió hacia él. Su
que habían tenido en tiempos de guerra. Por una curiosa expresión denotaba cuán alegremente agradecía allí la
deformación del curso del tiempo, la Liga Internacional de presencia del comisario de policía.
Veteranos reunía en su seno a altos oficiales del campo —Esto es una grata sorpresa—dijo saludándole y
enemigo. Pero un general era un general y las sutiles estrechándole la mano—. Tenía la impresión de que había sido
distinciones se habían desvanecido con el curso de los años. arrestado por el comisario en funciones.
Ocupando las primeras filas de asientos aparecía el Estado —Todavía estoy fuera de su alcance—comentó Anderton,
Mayor del mando de la Alianza. Tras ellos, venían los más indicando el paquete que le había sido entregado por Fleming la
jóvenes elementos de la organización militar. Las banderas noche del accidente.
regimentales ondeaban en una gran variedad de colores y A despecho de sus nervios, el general Kaplan parecía de
símbolos. De hecho, aquello parecía más bien una exhibición buen humor.
festiva. Rodeados por un cordón de policías, más a distancia, —Esta es una gran ocasión para el Ejército—le dijo—. Creo
aparecían muchos de paisano, manteniendo el orden, aunque que le agradará oír lo que voy a manifestar en público, al relatar
más bien como informadores. Si el orden tenía que ser los espurios cargos esgrimidos contra usted.
mantenido, sería el Ejército el que se ocuparía de hacerlo.
—Me parece magnífico—repuso Anderton.
Un murmullo atronador rodeó por todas partes a Anderton
mientras se esforzaba por introducirse entre la densa —Quedará bien claramente establecido que fue usted
muchedumbre. Un vivo sentimiento de anticipación le mantenía injustamente acusado—continuó Kaplan, repitiendo lo que ya
rígido y tenso, a punto de explotar. La multitud parecía presentir sabia Anderton—. ¿Tuvo Fleming la oportunidad de explicarle la
que algo muy importante iba a suceder. Con grandes situación?
dificultades, Anderton fue pasando una fila tras otra hasta llegar —Hasta cierto punto. ¿ Va usted a dar lectura al informe de
a la parte delantera donde se hallaban sentados los altos la minoría?
oficiales de la Liga. —Voy a compararlo con el de la mayoría—repuso Kaplan,
Kaplan estaba entre ellos. Pero, ahora, era de verdad el haciendo una señal a un ayudante que se aproximó en el acto
general Kaplan. El traje, el reloj de oro de bolsillo, el bastón de con una cartera—. Todo está aquí... toda la evidencia que
plata, sus ropas de estilo conservador... todo había necesitábamos. ¿No le importará a usted servir de ejemplo,
desaparecido. Para la ocasión, Kaplan se había vestido con su verdad? Su caso simboliza los arrestos injustos de incontables
antiguo uniforme de los días de gloria y de poder. Rígido e individuos. —Con cierto nerviosismo, Kaplan se miró al reloj de
impresionante, estaba rodeado por todos aquellos otros pulsera—. He de empezar ya. ¿Quiere venir conmigo a la
generales que formaban su Estado Mayor. Sobre su uniforme plataforma?
brillaban un sinnúmero de condecoraciones y las estrellas de su —¿Por qué?
rango. Sus botas relucían como espejos y llevaba al cinto su Fríamente, pero con cierta reprimida vehemencia, Kaplan dijo
decorativa espada corta, y sobre la cabeza su gorra de dorada de nuevo
visera.
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—Así el pueblo puede ver la prueba viviente. Usted y yo inocente de todo crimen pasado, presente y futuro y las
juntos... la víctima y el asesino. Permaneciendo uno junto a otro, alegaciones contra él fueron fraudes patentes, diabólicas
demostrando la falsedad del sistema, el enorme fraude con que distorsiones de un falso sistema penal basado en una falsa
la policía ha estado actuando. premisa, corrompido, absurdo y desacreditado, una vasta e
—Bien, con mucho gusto—repuso Anderton—. ¿A qué impersonal maquinaria de destrucción que conduce a hombres y
estamos esperando? mujeres hacia la condenación.
Desconcertado, el general Kaplan se dirigió hacia la Fascinada, la multitud miraba alternativamente a Kaplan y a
plataforma. De nuevo, miró algo inquieto a Anderton, como Anderton. Todos estaban familiarizados con la situación básica.
preguntándose en el fondo, por qué había aparecido por allí y —Muchos hombres—continuó Kaplan—han sido detenidos
qué es lo que sabría. Su incertidumbre aumentó al subir a lo alto y encarcelados bajo la estructura del sistema llamado
de la plataforma y colocarse en el podium del locutor. Precrimen, acusados no de crímenes cometidos, sino de
—¿Comprende usted en su totalidad qué es lo que voy a crímenes que habrían de cometer. Y se aseguraba como dogma
decir?—le dijo Kaplan—. La exposición de los hechos tendrá de fe que esos hombres, si se les permitía vivir en libertad,
unas repercusiones considerables. Hará que el Senado cometerían en el futuro las felonías predichas. Pero es mentira
reconsidere la validez básica del sistema Precrimen. que exista ningún conocimiento cierto del futuro. Tan pronto
—Lo comprendo—afirmó Anderton con los brazos como se obtiene cualquier información premonitora, queda
cruzados—. Adelante. cancelada por sí misma. La afirmación de que este hombre iba a
cometer un crimen, es una pura paradoja. El simple hecho de
Un sordo rumor cayó sobre la muchedumbre señalando el
poseer él mismo los datos, lo hace totalmente falso. En cualquier
silencio. Mientras, Kaplan sacaba de la cartera los papeles y los
caso, sin excepción, el informe de los tres premonitores ha
disponía frente a él.
invalidado sus propios datos. Si no se hubiesen hecho esos
—El hombre que está a mi lado—comenzó Kaplan—es arrestos, es seguro que no se habría cometido ningún delito.
familiar a todos ustedes. Se hallarán sorprendidos de verle, ya
que hasta hace pocas horas la Policía le había señalado como Anderton escuchaba ociosamente aquella sarta de
argumentos, dedicando apenas atención al discurso del viejo
un criminal peligroso.
general. La muchedumbre, no obstante, estaba atenta con el
Los ojos de la multitud se concentraban en Anderton. mayor interés. El general Kaplan continuó haciendo un resumen
Ávidamente, escrutaron a aquel hombre denunciado como del informe de la minoría, explicando en qué consistía y de qué
asesino potencial, ocupando un lugar tan destacado junto a los forma se había obtenido.
generales.
Del interior de la chaqueta Anderton sacó la pistola y la
—Hace unas pocas horas, sin embargo—continuó Kaplan empuñó firmemente. Kaplan estaba ya terminando con el
con voz más fuerte—, la Policía canceló la orden de arresto. material recogido de «Jerry». Con sus delgados dedos, iba a
¿Suponen ustedes que ha sido porque el ex comisario Anderton tomar los informes de «Dona» y después de «Mike».
ha querido entregarse por sí mismo? No, eso no es exactamente
—Este fue el informe de la mayoría —explicó—. La
cierto. Está aquí conmigo. No se ha entregado pero la policía
afirmación, hecha por el primero de los dos premonitores de que
tampoco tiene ya interés en su captura. John Allison Anderton es
Anderton cometería un asesinato. Y ahora voy a mostrar a
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ustedes el material automáticamente invalidado.—Se detuvo un A través del vértigo y las náuseas, Anderton fue incapaz de
instante, se afirmó las lentes sobre la nariz y comenzó determinar si el comentario del policía iba dirigido a él o a
lentamente a leer los informes. Kaplan.
Una extraña expresión apareció repentinamente en su rostro. *****
Se detuvo, vaciló y dejó caer los papeles de la mano. Como un
animal acorralado, dio media vuelta, se agachó y quiso Cuatro corpulentos policías atendían a Lisa y a John Anderton
apartarse del lugar del locutor. en sus preparativos de marcha, empaquetando sus enseres y
Por un instante, Anderton observó su faz distorsionada. propiedades. En cincuenta años, el ex comisario de policía había
Levantó el arma, dio rápidamente unos pasos hacia adelante e acumulado una vasta colección de objetos materiales. Sombrío y
hizo fuego. Los ocupantes de la primera fila se lanzaron pensativo miraba desfilar el equipaje dirigiéndose a los camiones
súbitamente en socorro de Kaplan, atónitos por lo que estaba que aguardaban.
sucediendo. Kaplan se estremeció un instante y como un pájaro Con los camiones, se fueron directamente al aeropuerto... y
destrozado, dio vacilante un paso y cayó desde la plataforma desde allí irían a Centauro X, por el sistema de transporte
hasta el suelo. Kaplan, como afirmaba el informe de la mayoría, interestelar. Un viaje demasiado largo para un hombre ya viejo.
estaba muerto. Su delgado pecho era un espantoso agujero Un viaje que jamás tendría regreso posible.
humeante, una terrible cavidad llena de cenizas y vísceras Lisa se preocupó de que cargaran con cuidado todos sus
quemadas en un cuerpo que aún se retorcía en su agonía. utensilios.
Anderton, enfermo de angustia, corrió entre las paralizadas —Supongo que podremos hacer uso de todos estos
filas de los altos oficiales. La pistola que aún sostenía en la aparatos electrónicos. Todavía siguen empleando la electricidad
mano le garantizaba momentáneamente el paso, entre el terrible en Centauro X.
desconcierto sembrado en la tribuna. Bajó rápidamente la
plataforma y se mezcló entre la gente, demasiado perpleja para —Espero que no tengas que preocuparte demasiado—
darse cuenta de nada. El incidente ocurrido ante sus mismos repuso su marido.
ojos resultaba incomprensible. Les llevaría tiempo la —Pronto nos acostumbraremos —replicó Lisa, dirigiéndose
comprensión que reemplazaría lo que en aquel momento era una leve sonrisa—. ¿No lo crees, querido?
solamente un terror ciego. —Así lo espero. Con toda seguridad no tendrás que
En la periferia de la multitud, Anderton fue detenido por la lamentarlo. Si yo hubiera pensado…
policía. —Nada de lamentaciones —le aseguró Lisa—. Bien,
—Tiene suerte de haber escapado—le dijo uno, mientras el ayúdame a cargar todo esto.
coche salía disparado de la zona. En el último instante, Witwer llegó en un coche patrulla.
—Supongo que sí —repuso Anderton, remotamente. Se —Antes de que se marche—dijo a Anderton— tendrá que
sentó tratando de rehacerse. Estaba tembloroso y agitado. De darme una explicación sobre lo ocurrido con los premonitores. El
repente, se inclinó hacia adelante sintiéndose invadido de unas Senado me está pidiendo aclaraciones sobre el particular.
terribles náuseas. Quieren saber si el informe de la minoría fue un error... o qué ha
—Pobre diablo—murmuró con simpatía uno de los policías. sido.—Y confusamente concluyó— Todavía no puedo
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explicármelo. El informe de la minoría estaba equivocado, ¿no mayoría. Y eso es ahora... una ilusión. «Dona» y «Mike»
es cierto? previeron el mismo acontecimiento pero en dos períodos del
—¿Qué informe de la minoría?—preguntó Anderton, tiempo diferentes, ocurriendo bajo situaciones totalmente
divertido. distintas. «Dona» y «Jerry» se equivocaron y el llamado informe
Witwer parpadeó confuso. de la minoría se insertó en medio del de la mayoría. De los tres,
«Mike» estaba en lo correcto, ya que no se produjo informe
—Vaya, debí habérmelo figurado. Entonces, ahí está la
después del suyo para invalidarlo. Eso lo resume todo.
cuestión...
Ansiosamente Witwer, en los últimos momentos, mostró una
—Hubo tres informes de minoría—dijo Anderton al joven,
extremada preocupación.
divirtiéndose con su azoramiento—. Los tres informes fueron
consecutivos—siguió explicando—. El primero fue el de «Dona». —¿Podría ocurrir eso de nuevo? ¿Deberíamos entonces
En aquella línea temporal, Kaplan me dijo lo del complot y según repasar todo el equipo?
eso, yo lo habría matado inmediatamente. «Jerry» en fase —Puede ocurrir sólo en una circunstancia, explicó
ligeramente por detrás de «Dona», usó su informe como datos. Anderton—. Mi caso fue único, puesto que yo tenía acceso a los
Integró mi conocimiento del informe. En él, en el segundo datos. Podría ocurrir de nuevo pero sólo al próximo comisario de
sendero del tiempo, todo lo que yo deseaba era conservar mi Policía. Por lo tanto, pise con cuidado.
puesto. No era a Kaplan a quien quería matar. Era mi propia Brevemente se estrecharon las manos por última vez.
posición y mi vida lo único que me interesaba. —Será mejor que mantenga los ojos bien abiertos—informó
—¿Y el informe de «Mike» fue el tercero? ¿Llegó después al joven Witwer—. Recuerde que podría ocurrirle a usted mismo
del informe minoritario?—Y Witwer se corrigió a sí mismo—. en cualquier ocasión.
Quiero decir, ¿llegó el último?
—Sí, el de Mike» fue el último de los tres. Encarado con el PODEMOS RECORDARLO A USTED AL POR MAYOR
conocimiento del primer informe, yo había decidido no matar a Despertó... y añoró Marte. Pensó en los valles. ¿Cómo sería
Kaplan. Eso produjo el informe número dos. Pero de cara a ese poder vagar por ellos? Maravilloso, sin duda; su sueño creció a
informe, se produjo la situación que Kaplan deseaba crear. La medida que despertaba a la plena conciencia, el sueño y el
consecuencia fue recrear la posición número uno. Yo había anhelo. Casi podía sentir la presencia arropadora del otro
descubierto lo que Kaplan estaba haciendo. El tercer informe mundo, que sólo los agentes del gobierno y los altos
invalidaba el segundo en la misma forma que el segundo funcionarios habían visto. Un empleado como él no era probable
invalidaba al primero. Aquello nos llevaba a la posición en que que llegase a verlo nunca...
habíamos comenzado. - ¿Te levantas o no? - preguntó soñolienta Kristen, su esposa,
—Bien, vamos, todo está dispuesto—dijo Lisa jadeante. con su habitual y feroz mal humor -. Si te levantas, pulsa el
—Cada uno de los informes era distinto—concluyó botón del café caliente en la cocina.
Anderton—. Cada uno de ellos era único. Pero dos de ellos - Está bien - dijo Douglas Quail, y se fue descalzo del
concordaban en un punto. Si se me dejaba en libertad, yo dormitorio a la cocina.
mataría a Kaplan. Eso creaba la ilusión de un informe de la Allí, después de pulsar solícitamente el botón del café, se
sentó a la mesa, sacó una latita de fino rapé Dean Swift, inhaló
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profundamente, y la mezcla penetró por su nariz, quemándole el siquiera me escuchas! - su voz se volvió chillona -. ¡Ay Dios mío,
paladar. Pero aun así siguió inhalando; le despertaba y permitía estás condenado, Doug! ¿Qué va a ser de ti?
que sus sueños, sus deseos nocturnos y sus ansias difusas se - Me voy a trabajar - dijo él, poniéndose en pie y olvidando el
condensasen en una estructura más o menos racional. desayuno -. Eso es lo que va a ser de mí.
Iré, se dijo. Antes de morir veré Marte. Era imposible, claro, y Ella le miró fijamente.
lo sabía, incluso mientras soñaba. Pero la claridad del día, el - Cada vez estás peor. Te veo cada día más fanático. ¡Ya no
rumor mundano de su mujer que se cepillaba ahora el pelo ante sé a dónde van a llegar las cosas!
el espejo del dormitorio, todo conspiraba para recordarle lo que - A Marte - dijo él, mientras abría la puerta del armario para
era. Soy un mísero empleaducho, se dijo amargamente. Kristen tomar una camisa limpia.
se lo recordaba por lo menos una vez al día. No se lo Después de bajarse del taxi, Douglas Quail cruzó lentamente
reprochaba; era obligación de la esposa hacer bajar al marido a tres canales de peatones densamente poblados y cruzó la
tierra, hacerle asentar los pies en el suelo. A la Tierra, pensó, y moderna, atractiva e invitadora entrada. Allí se detuvo, en medio
se echó a reír. La imagen era en este caso perfectamente literal. del tráfico de la mañana, y cautelosamente leyó el anuncio de
- ¿Qué andas olisqueando? - preguntó su mujer irrumpiendo neón de cambiante color. Ya había leído muchas veces aquel
en la cocina, arrastrando su larga bata rosa -. Un sueño, letrero... pero nunca se había decidido. Ahora era distinto; lo que
supongo. Siempre andas con sueños. lo hacía ahora era otra cosa. Algo que tarde o temprano tenía
- Sí - dijo él, y miró por la ventana de la cocina hacia los que suceder.
vehículos aéreos y los canales de tráfico y toda la gentecilla REKAL, INCORPORATED
apresurada que corría a trabajar. No tardaría en unirse a ellos. ¿Era la solución? Después de todo, una ilusión, por muy
Como siempre. convincente que fuese, seguía siendo una ilusión. Al menos
- Supongo que se relacionará con alguna mujer - dijo objetivamente. Pero subjetivamente... era muy distinto.
torvamente Kristen. Y de todos modos tenía una cita. Cinco minutos más tarde.
- No - respondió -. Con un dios. El Dios de la Guerra. Tiene Respirando profundamente una bocanada del aire
maravillosos cráteres con toda clase de vida vegetal creciendo contaminado de Chicago, cruzó el policromo umbral de la
en las profundidades. entrada y se acercó a la recepcionista.
- Escucha - Kristen se inclinó a su lado y habló con La hermosa rubia del mostrador, pulcra, aseada, los pechos
vehemencia, desapareciendo momentáneamente el tono áspero desnudos, le saludó con suma simpatía:
y gruñón de su voz -. El fondo del océano, nuestro océano, es - Buenos días, señor Quail.
mucho más hermoso, infinitamente más. Y tú lo sabes; todo el - Buenos días - dijo él -. Estoy aquí para informarme sobre
mundo lo sabe. Alquila dos equipos de agallas artificiales, una sesión Rekal. Como supongo que usted ya sabe.
tómate una semana de vacaciones, y podemos bajar a vivir allí - Muy bien, señor Quail - dijo la recepcionista; accionó el
en una de esas residencias acuáticas que funcionan todo el año. receptor del videófono y dijo -: Señor McClane, aquí está el
Y además... - se interrumpió -. No me escuchas. Y deberías señor Douglas Quail. ¿Puede entrar ya? ¿O es demasiado
escucharme. Lo que te digo es mucho mejor que esa pronto?
compulsión, esa obsesión de Marte que te domina, ¡pero ni El intercomunicador emitió algunos extraños sonidos.
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- Muy bien, señor Quail - dijo ella -. Puede usted entrar; el - Usted sabrá que fue, no lo dude - dijo -. No nos recodará, no
señor McClane le espera. me recordará a mí ni haber estado aquí. Para usted,
Cuando él avanzaba con paso inseguro, la muchacha añadió: mentalmente, será un viaje auténtico; se lo garantizamos. Dos
- Sala D, señor Quail. A su derecha. semanas de recuerdos; hasta los más mínimos detalles. Y no lo
Tras un frustrante pero breve momento en que se sintió olvide: si usted alguna vez duda que realmente realizó un viaje
perdido, pudo encontrar al fin la sala adecuada. La puerta por Marte, podrá volver aquí y se le devolverá su dinero.
estaba abierta y dentro, ante una gran mesa de nogal auténtica, ¿Comprende?
se sentaba un hombre de aire cordial y mediana edad que vestía - Pero no iré - dijo Quail -. A pesar de las pruebas que
traje gris de piel de rana marciana, el último grito de la moda; ustedes me proporcionen no habré ido. - Lanzó un nervioso
sólo su atuendo indicaba ya a Quail que se había dirigido a la suspiro. Le parecía imposible que las implantaciones
persona adecuada. nemotécnicas extrafácticas de Rekal, Incorporated
- Siéntese, Douglas - dijo McClane, indicando con mano funcionasen... pese a lo que había oído decir a la gente.
regordeta la silla del otro lado de la mesa -. Así que usted desea - Señor Quail - dijo pacientemente McClane -, como explicaba
haber ido a Marte. Muy bien. usted en la carta que nos escribió, no tiene la menor posibilidad
Quail se sentó, inquieto y tenso. de ir realmente a Marte; no puede permitírselo y, más importante
- No estoy seguro que el costo compense - dijo -. Cuesta aún, nunca podría llegar a ser agente secreto de Interplan ni
mucho y, por lo que entiendo, en realidad no se recibe nada. - nada parecido. Este es el único medio que tiene de conseguir,
Cuesta tanto como ir, pensó. ejem, el sueño de su vida; ¿tengo razón o no? Usted no puede
- Obtiene usted pruebas tangibles de su viaje - discrepó ser esto; usted no puede realmente hacer esto - rió entre dientes
McClane, con énfasis -. Todas las pruebas necesarias. Se lo -. Pero puede usted haber sido y haber hecho. Nosotros
demostraré. - Hurgó en uno de los cajones de aquella mesa comprendemos esto. Y nuestros honorarios son razonables; sin
impresionante -. El billete. gastos extras escondidos. - Sonrió alentadoramente.
Sacó de un sobre de papel manila un pequeño cuadrado de - ¿Es tan convincente el recuerdo extrafáctico? - preguntó
cartón. Quail.
- Esto prueba que usted fue y... volvió. Postales. - Más que el auténtico, señor. Si hubiese usted ido realmente
Sacó cuatro postales tridimensionales a todo color y las a Marte como agente secreto de Interplan, habría olvidado ya
colocó en hilera sobre la mesa para que Quail las viese. mucho; nuestro análisis de los sistemas de recuerdo auténtico
- Películas. Tomas hechas por usted de vistas marcianas con (recuerdos auténticos de los acontecimientos principales de la
una cámara cinematográfica alquilada. vida de una persona) muestra que la persona olvida en seguida
Le mostró también esto. toda una serie de detalles. Para siempre. Parte de lo que
- Y los nombres de las personas que conoció, doscientos ofrecemos es que nuestra implantación profunda de recuerdos
poscréditos de souvenirs, que llegarán, de Marte, el mes que asegura su mantenimiento, asegura que nuestros clientes no
viene. Un pasaporte, certificados de las inyecciones que le olvidarán nada. El injerto que se le implantará en estado de
pusieron. Y más... coma es obra de especialistas seleccionados, hombres que han
Alzó la vista, hacia Quail. pasado años en Marte; verificamos todos los detalles en cada
caso punto por punto. Y ha elegido usted un modelo extrafáctico
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bastante fácil; si hubiese elegido Plutón o hubiese querido ser - Es un caso normal - comentó McClane -. Sigan adelante,
emperador de la Alianza Planetaria Interna habría sido mucho Lowe; no creo que haya ningún problema.
más difícil... y los honorarios serían considerablemente mayores. La programación del recuerdo artificial de un viaje a otro
Llevándose la mano al bolsillo de la chaqueta para sacar la planeta (con el añadido de ser agente secreto o sin él) aparecía
cartera, Quail dijo: en el programa de trabajo de la empresa con monótona
- Está bien; ha sido la ambición de toda mi vida y estoy regularidad. En un mes, calculó aproximadamente, deben darse
convencido que nunca podré conseguirlo realmente. Así que unos veinte casos... el viaje interplanetario se ha convertido en
tendré que conformarme con esto. una de nuestras principales fuentes de ingresos.
- No lo enfoque así - dijo severamente McClane -. No está - Lo que usted diga, señor McClane - dijo Lowe, y el
aceptando usted algo inferior. El recuerdo auténtico, con toda su intercomunicador se apagó.
vaguedad, sus omisiones y sus elipsis, por no decir sus McClane pasó a la cámara abovedada que había detrás de su
distorsiones, es lo que debe considerar inferior. - Aceptó el oficina y buscó un expediente Tres (viaje a Marte) y un
dinero y apretó un botón de su mesa -. Pues muy bien, señor expediente Sesenta y Dos (espía secreto de Interplan). Volvió
Quail - dijo, mientras abría la puerta de su oficina y entraban con los dos expedientes a la mesa, se sentó cómodamente, y
rápidamente dos corpulentos individuos. vació los contenidos, los materiales que serían instalados en
- Ahora mismo saldrá usted para Marte como agente secreto - casa de Quail mientras lo técnicos se dedicaban a implantar el
añadió, levantándose a estrechar la húmeda mano del nervioso falso recuerdo.
Quail -. O, mejor dicho, habrá ido usted. Esta tarde a las cuatro y Un arma portátil de un poscrédito, reflexionó McClane; éste es
media estará, ejem, de regreso a la Tierra; un taxi le llevará a su el elemento más importante. Y el que más nos compensa
casa y, como dije, nunca recordará haberme visto o haber financieramente. Luego un transmisor del tamaño de una
venido aquí; no recordará siquiera, en realidad, haber oído píldora, que el agente podrá tragarse si le capturaban. Un libro
hablar de nosotros. de claves asombrosamente parecido a los auténticos... los
Con la boca seca por el nerviosismo, Quail siguió a los modelos de la empresa eran sumamente exactos: basados, en
técnicos y salió de la oficina; lo que sucediese después la medida de lo posible, en los modelos del ejército
dependía de ellos. norteamericano. Otros objetos diversos que no tenían ningún
¿Llegaré a creer de verdad que estuve en Marte?, se sentido intrínseco pero que se tejerían en el tapiz del viaje
preguntaba. ¿Qué realicé la ilusión de mi vida? Tenía la extraña imaginario de Quail, coincidiendo con sus recuerdos: media
y persistente intuición que algo iría mal. Pero exactamente qué... pieza antigua de plata de cincuenta centavos, varias citas de los
no lo sabía. sermones de John Donne escritas incorrectamente, cada una de
Tendría que esperar para descubrirlo. ellas en un trozo independiente de papel transparente como de
seda, varias cajas de cerillas de bares de Marte, una cuchara de
El intercomunicador de la mesa de McClane, que lo acero inoxidable en la que había grabado Propiedad de la
conectaba con el área de trabajo de la empresa, zumbó y una Cooperativa Nacional de la Cúpula Marciana, una cinta grabada
voz dijo: que...
- El señor Quail está bajo sedantes, señor. ¿Quiere usted Sonó el intercomunicador:
supervisar este caso, o seguimos adelante?
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- Señor McClane, siento molestarle pero ha ocurrido algo - Soy agente de Interplan, ya se lo dije. ¿Es que no se
terrible. Quizás sea mejor que baje. Quail está ya bajo sedante; acuerda? Lleve a su jefe la cinta audiovisual y déjeme en paz.
reaccionó bien a la narquidrina; está completamente Luego cerró los ojos; el brillo frío se desvaneció.
inconsciente y se muestra receptivo. Pero... McClane sintió, instintivamente, una sensación de alivio.
- Ahora voy - percibiendo algún problema, McClane salió de - Es un hombre duro, señor McClane - dijo quedamente Lowe.
su oficina; llegó en seguida a la zona de trabajo. - Dejará de serlo - dijo McClane - cuando le hagamos perder
En una cama higiénica estaba tendido Douglas Quail, la secuencia nemotécnica otra vez. Será tan pusilánime como
respirando lenta y regularmente, con los ojos prácticamente antes. - Luego dijo, dirigiéndose a Quail -: Así que por eso
cerrados; parecía vagamente consciente (sólo vagamente) de quería usted ir a Marte, por eso tenía tantas ansias de hacerlo.
los dos técnicos y, ahora, del propio McClane. Sin abrir los ojos, Quail dijo:
- ¿No hay espacio para insertar los esquemas nemotécnicos - Yo nunca quise ir a Marte. Se me asignó esa tarea... me
falsos? - McClane estaba irritado -. Basta con borrar dos dieron esa misión y fui... Bueno, sí, admito que sentía cierta
semanas de trabajo; trabaja de empleado en la Oficina de curiosidad; ¿y quién no?
Emigración de la Costa Oeste, en el departamento del gobierno, Abrió de nuevo los ojos y los examinó a los tres, en particular
así que tiene que haber tenido dos semanas de vacaciones en el a McClane.
último año. Eso bastaría. - Los pequeños detalles le irritaban. No - Me han dado una auténtica droga de la verdad; despierta
podrá evitarlo. cosas de las que ya no tenía el menor recuerdo.
- El problema - dijo ásperamente Lowe -, es completamente Pareció meditar unos instantes.
distinto. - ¿Y Kristen? - dijo, hablando casi para sí mismo -. ¿Estaría
Se inclinó sobre la cama y dijo a Quail: metida en esto? Un contacto de Interplan controlándome... para
- Cuéntele al señor McClane lo que nos dijo - luego añadió asegurarse que no recupere la memoria... no es extraño que se
volviéndose a McClane -: Escuche atentamente. opusiese tanto a mis deseos de ir allí.
Los ojos gris verdosos del hombre que estaba tendido en la - Créame, por favor, señor Quail - dijo McClane -; dimos con
cama se centraron en la cara de McClane. La mirada, observó esto por puro accidente. El trabajo que hacemos...
inquieto, se había hecho dura; los ojos tenían un brillo liso, - Le creo - dijo Quail. Parecía cansado ya; la droga seguía
inorgánico, como de piedras semipreciosas desgastadas. No le penetrando en él cada vez más profundamente.
gustaba lo que veía; aquel brillo era demasiado frío. - ¿Dónde dije qué había estado? - murmuró -. ¿En Marte? Me
- ¿Que quieren ustedes ahora? - dijo ásperamente Quail -. Me cuesta trabajo recordar... sé que me gustaría conocerlo; como a
han descubierto. Salgan de aquí antes que los haga pedazos. - todo el mundo. Pero yo... - su voz se desvanecía -. Sólo soy un
Miró atentamente a McClane -. Sobre todo usted - continuó -: empleado insignificante.
Usted está a cargo de esta operación de contraespionaje. Lowe se incorporó y dijo a su superior:
- ¿Cuánto tiempo estuvo usted en Marte? - dijo Lowe. - El deseaba un recuerdo falso que correspondía a un viaje
- Un mes - respondió Quail. que realmente hizo. Y una razón falsa que fue la razón real. Está
- ¿Con qué propósito vino usted aquí? - exigió Lowe. diciendo la verdad; la narquidrina hizo efecto hace ya rato. El
Quail frunció los labios; le miró pero no dijo nada. Por fin, viaje es muy vívido en su mente... al menos bajo sedante. Pero
arrastrando las palabras para darles un tono hostil, dijo: al parecer no lo recuerda de otro modo. Alguien, probablemente
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en un laboratorio de ciencias militares del gobierno, borró sus - Me parece una buena solución de compromiso - dijo
recuerdos conscientes; lo único que sabía era que ir a Marte McClane sin mucha convicción.
significaba para él algo especial, y también el ser agente
secreto. No pudieron borrar eso; no es un recuerdo sino un Mientras el taxi le llevaba de vuelta a su casa, ubicada en el
deseo, indudablemente el mismo que le empujó a ofrecerse extremo residencial de Chicago, Douglas Quail se decía que
voluntario para la misión en un principio. resultaba agradable estar otra vez en la Tierra.
El otro técnico, Keller, dijo a McClane: El mes que había pasado en Marte comenzaba a difuminarse
- ¿Qué hacemos? ¿Implantar un esquema nemotécnico falso en su memoria; sólo tenía una imagen de grandes cráteres, de
sobre el recuerdo auténtico? Es imposible saber lo que resultará la vieja erosión omnipresente en las colinas, en la vitalidad, en el
de eso; podría recordar algo del viaje verdadero, y la confusión movimiento mismo. Un mundo de polvo donde apenas si
podría provocar un proceso psicótico. Tendría que mantener dos sucedían cosas, donde uno se dedicaba la mayor parte del día a
premisas opuestas en su mente de modo simultáneo: que fue a comprobar y revisar la fuente portátil de oxígeno que llevaba
Marte y que no fue. Que es un auténtico agente de Interplan y encima. Y luego las formas de vida, los insignificantes y
que no lo es. Creo que deberíamos despertarle sin implantarle modestos cactus de color entre gris y marrón y los gusanos.
ningún recuerdo falso y echarle de aquí; puede ser peligroso. Había traído varios ejemplares de fauna marciana, que había
- De acuerdo - dijo McClane. Se le ocurrió una idea -. ¿Puede podido pasar por la aduana porque los llevaba escondidos.
usted predecir lo que recordará cuando desaparezcan los Aunque en realidad no representaban ninguna amenaza; no
efectos del sedante? podían sobrevivir en la pesada atmósfera de la Tierra.
- No hay modo de saberlo - dijo Lowe -. Lo más probable es Buscando en el bolsillo de la chaqueta intentó localizar el
que tenga un recuerdo difuso y vago de su viaje real. Y tendrá recipiente de los gusanos marcianos...
posiblemente grandes dudas de su autenticidad; quizás piense Y, en vez de él, encontró un sobre.
que nuestro programa alteró algún mecanismo. Y recordará Lo abrió y descubrió, asombrado, que contenía setenta
haber venido aquí; eso no se borraría... a menos que quisiera créditos, en billetes de bajo valor.
usted borrarlo. ¿De dónde salía aquello?, se preguntó. ¿No había gastado
- Cuanto menos nos mezclemos en este asunto - dijo hasta el último postcrédito de su viaje?
McClane -, mejor. Es peligroso; hemos sido lo bastante idiotas, o Con el dinero había un trozo de papel que decía: «Devolución
lo bastante desdichados, para descubrir a un auténtico espía de de la mitad de los honorarios. McClane». Y luego la fecha. La
Interplan que tenía una cobertura tan perfecta que hasta ahora fecha de aquel mismo día.
ni siquiera él sabía que lo era... o más bien que lo es. - Recuerdo - dijo en voz alta.
Cuanto antes se quitasen de encima a aquel hombre que - ¿Qué recuerda, señor o señora? - inquirió respetuoso el
decía llamarse Douglas Quail mejor. robot conductor del taxi.
- ¿Van a distribuir los expedientes Tres y Sesenta y Dos en su - ¿Tiene una lista telefónica? - preguntó Quail.
casa? - dijo Lowe. - Desde luego, señor o señora.
- No - dijo McClane -. Y le devolveremos la mitad de los Se abrió un panel con la lista telefónica micrograbada del
honorarios. condado de Cook.
- ¡La mitad! ¿Por qué la mitad?
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- Tiene un nombre extraño - dijo Quail mientras repasaba las Más tranquila ya, la recepcionista dijo:
páginas de la sección amarilla. - ¿El dinero? Creo que está usted en un error, señor Quail.
Luego sintió miedo; un miedo espectante. Estuvo usted aquí hablando sobre la posibilidad de un viaje
- Aquí está - dijo -. Lléveme allí, a Rekal, Incorporated. He extrafáctico para usted, pero... - encogió sus pálidos y suaves
cambiado de idea. No quiero ir a casa. hombros -. Según tengo entendido, no hizo usted el viaje.
- De acuerdo, señor o señora, como quiera - dijo el conductor. Lo recuerdo todo, señorita - dijo Quail -. Mi carta a Rekal,
Un momento después el taxi avanzaba en dirección opuesta. Incorporated, que puso en marcha todo el asunto. Recuerdo mi
- ¿Puedo usar su teléfono? - preguntó. llegada aquí, mi entrevista con el señor McClane. Luego los dos
- Haga lo que guste - dijo el conductor robot. Y le ofreció un técnicos del laboratorio que me administraron la droga.
relumbrante teléfono color, del nuevo modelo de tres No era extraño que la empresa le hubiese devuelto la mitad
dimensiones, tipo emperador. de los honorarios. El recuerdo falso de su «viaje a Marte» no
Marcó el número de su casa, y tras una pausa vio una imagen había resultado... al menos no del todo. No, según lo prometido.
de Kristen en la pantalla, en miniatura pero asombrosamente - Señor Quail - dijo la chica -, aunque sea un empleado de
realista. poca categoría es usted atractivo y el enfurecerse estropea sus
- He estado en Marte - le dijo. rasgos. Si se tranquilizase, yo podría, ejem, irme con usted...
- Estás borracho - dijo ella mirándole torva y burlonamente -. Quail se puso furioso.
O algo peor. - Le recuerdo - dijo ferozmente -. Por ejemplo, el hecho que
- Es la verdad. sus pechos estén rociados de azul; eso se me grabó. Y recuerdo
- ¿Cuándo? - preguntó ella. que el señor McClane me prometió que si recordaba mi visita a
- No lo sé. - Se sentía confuso -. Un viaje simulado, supongo. Rekal, Incorporated me devolvería todo mi dinero. ¿Dónde está
Por medio de una de esas agencias nemotécnicas artificiales o el señor McClane?
extrafácticos. No lo sé. Tras un rato de espera (probablemente todo lo largo que
- Estás borracho - dijo Kristen cansinamente. Y desconectó. pudieron lograr) se encontró una vez más sentado frente a la
El desconectó también, ruborizándose. Siempre el mismo impresionante mesa de nogal, exactamente igual que una hora
tono, se dijo. Siempre las mismas respuestas, como si ella lo antes.
supiese todo y él no supiese nada. Qué matrimonio. - Vaya técnica la suya - dijo sardónicamente Quail; su
Un momento después el taxi se detuvo junto a la acera ante disgusto y su resentimiento eran enormes -. Mi supuesto
un edificio rosado muy atractivo y moderno, sobre el que un «recuerdo» de un viaje a Marte como agente secreto de
letrero de neón policromado y cambiante decía: REKAL Interplan es nebuloso y vago y lleno de contradicciones. Y sin
INCORPORATED. embargo recuerdo claramente mis tratos aquí con su gente.
La recepcionista, muy elegante y desnuda de la cintura para Creo que debo comunicar esto al Departamento de Control de
arriba, le miró con sorpresa y tardó unos instantes en los Negocios.
recuperarse. Ardía de cólera; la sensación de haber sido engañado le
- Hola, señor Quail - dijo nerviosa -. ¿Cómo está usted? ¿Se dominaba por completo, había destruido su habitual aversión a
le olvidó algo? participar en un enfrentamiento público.
- Vengo por el resto del dinero - dijo él. Con aire suave, además de cauto, el señor McClane dijo:
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- Capitulamos, Quail. Le devolveremos todo su dinero. Admito Camino a casa, en el taxi, Quail fue redactando mentalmente
que no hicimos absolutamente nada por usted. - Su tono era la carta de queja al Departamento de Control de Negocios,
resignado. División Tierra. En cuanto llegase a casa tomaría su máquina de
- Ni siquiera me proporcionaron - dijo Quail acusando - los escribir y la escribiría; estaba convencido que tenía el deber de
diversos objetos que usted afirmó que «me demostrarían» que advertir a otras personas contra Rekal, Incorporated.
había estado en Marte. Todos los cuentos que me endosó no se Cuando llegó a su apartamento se sentó ante su Hermes
han materializado para nada. Ni siquiera tengo el billete. No Rocket portátil, abrió un cajón para buscar papel de copias... y
tengo postales. Ni pasaporte. Ni pruebas de las inyecciones de vio una cajita familiar. Una caja que había llenado
inmunización. Ni... cuidadosamente en Marte con fauna marciana y que había
- Escuche, Quail - dijo McClane -. Suponga que le digo... logrado pasar de contrabando por la aduana.
Se interrumpió. Al abrir la caja vio, asombrado, seis gusanos muertos y varios
- Dejémoslo - pulsó un botón del intercomunicador -. Shirley, especímenes de seres unicelulares de los que se alimentaban
entregará usted un cheque de quinientos setenta créditos más al los gusanos marcianos. Los protozoos estaban secos,
señor Douglas Quail. Gracias. marchitos, pero los reconoció; había tardado todo un día en
Desconectó y luego miró a Quail. encontrarlos entre las grandes y extrañas rocas oscuras. Un
Apareció el cheque; la recepcionista lo colocó ante McClane y maravilloso e iluminador paseo de exploración.
se desvaneció una vez más, dejando solos a los dos hombres, Pero yo no fui a Marte, analizó.
que aún se miraban frente a frente por encima de la superficie Sin embargo, por otra parte...
de la gran mesa de nogal. Apareció Kristen en la puerta, cargada de comestibles en una
- Permítame que le dé un consejo - dijo McClane después de bolsa marrón pálido.
firmar el cheque y pasárselo -. No hable de su, ejem, de su - ¿Cómo estás en casa a estas horas? - su voz, igual hasta la
reciente viaje a Marte con nadie. eternidad, era acusatoria.
- ¿Qué viaje? - ¿Fui a Marte? - le preguntó -. Tú lo sabrías.
- Bueno, esa es la cuestión - dijo, tercamente, McClane -. El - No, claro que no fuiste a Marte; deberías saberlo, supongo.
viaje que recuerda usted parcialmente. Haga como que no lo ¿No estás siempre deseando ir?
recuerda, finja que nunca tuvo lugar. No me pregunte por qué; - Dios mío - dijo -, estoy seguro de haber ido. - Tras una
pero siga mi consejo: será mucho mejor para todos nosotros. pausa añadió -: Y al mismo tiempo creo que no fui.
Había comenzado a transpirar. Copiosamente. - A ver si te aclaras.
- Y ahora, señor Quail, tengo otros asuntos pendientes, tengo - ¿Cómo? - hizo un gesto desesperado -. Tengo ambos
que ver a otros clientes. - Se levantó y empujó a Quail hacia la recuerdos dentro de la cabeza; uno es real y el otro no lo es,
puerta. pero no puedo diferenciarlos. ¿Por qué no puedo confiar en ti?
Cuando abrió la puerta, Quail dijo: Ellos no trataron contigo.
- Una empresa que trabaja tan mal no debería tener ningún Al menos podría hacer esto por él; aunque jamás hiciese otra
cliente - y cerró de un portazo. cosa.
Kristen dijo con una voz llana y controlada:
- Doug, si no te controlas, estamos listos. Tendré que dejarte.
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- Tengo problemas - dijo él, con voz áspera; sintió un - ¿Pero por qué a mí? - dijo ásperamente Quail. ¿Qué había
escalofrío -. Probablemente sea un problema psicológico; espero hecho él... o pensado? ¿Y qué tenía esto que ver con Rekal,
que no, pero... quizás lo sea. Lo explicaría todo. Incorporated?
Dejando la bolsa de alimentos, Kristen se dirigió al armario. - En realidad - dijo el policía de Interplan -, esto no tiene nada
- Te hablo en serio - dijo quedamente; se quitó la chaqueta, la que ver con Rekal; es algo entre tú y nosotros. - Indicó su oído
colgó y volvió a la puerta de calle -. Te telefonearé un día de derecho -. Aún sigo recibiendo tus procesos mentales a través
estos, pronto. Adiós, Doug. Espero que puedas salir de esto; te del transmisor cefálico.
pido realmente que lo hagas. Por tu propia seguridad. Quail vio en la oreja de aquel hombre un pequeño aparato de
- Espera - dijo él, desesperado -. Dímelo de forma terminante; plástico blanco.
dime si fui o no fui... lo que sea. - Pero ellos quizás hubiesen - Por eso debo advertirte: todo lo que pienses puede ser
alterado también su secuencia nemotécnica, pensó. utilizado contra ti. - Sonrió -. No es que eso importe ya; ya que
Se cerró la puerta. Su mujer le había abandonado. ¡Al fin! bajo los efectos de la narquidrina hablaste al señor McClane y a
- Bueno, está bien - dijo una voz detrás de él -. Ahora levanta sus técnicos de tu viaje; dijiste a dónde fuiste, para quién
las manos, Quail. Y vuélvete también, por favor, y mira hacia trabajas y parte de lo que hiciste. Están muy asustados.
aquí. Lamentan haberte conocido. - Luego añadió meditabundo -: Y
Se volvió instintivamente, sin levantar las manos. tienen razón.
El hombre que le miraba vestía el uniforme color melocotón - Yo nunca hice ningún viaje - dijo Quail -. Es una secuencia
del Departamento de Policía Interplanetaria, y su arma parecía nemotécnica falsa incorrectamente implantada por los técnicos
ser un modelo de las Naciones Unidas. Y, por alguna extraña de McClane.
razón, aquel individuo le resultaba familiar; familiar de un modo Pero luego pensó en la caja, la caja en su escritorio que
nebuloso y confuso, indeterminable. Por fin, levantó las manos. contenía formas de vida marcianas. Y el trabajo que le había
- Recuerdas - dijo el policía - tu viaje a Marte. Sabemos todo costado reunirlas; esto desde luego era auténtico. A menos que
lo que has hecho hoy y conocemos todos tus pensamientos... en McClane lo hubiese preparado todo. Quizás aquello fuese una
particular tus importantísimos pensamientos durante el viaje de de las «pruebas» que le había mencionado McClane.
Rekal, Incorporated a casa - y añadió una explicación -: El recuerdo de mi viaje a Marte, pensó, no me convence...
implantamos un transmisor telepático en tu cráneo; nos pero por desgracia ha convencido al Departamento de Policía
mantiene constantemente informados. Interplanetaria. Creen que realmente fui a Marte y que, al menos
Un transmisor telepático; fabricado con plasma vivo que se parcialmente, soy consciente de ello.
había descubierto en la Luna. Se estremeció con una sensación - No sólo sabemos que fuiste a Marte - dijo el policía de la
de repugnancia. Tenía dentro de sí aquello, aquella cosa viva Interplan, contestando a sus pensamientos -, sino que sabemos
dentro de su propio cerebro, alimentándose, escuchando, que recuerdas ahora lo suficiente para crear dificultades. Y no
alimentándose. Pero la Policía Interplanetaria lo utilizaba; esto tendría ninguna utilidad que borrásemos tu recuerdo consciente
había salido incluso en los homeopapers. Así que, pese a lo de todo esto, porque si lo hiciésemos simplemente te
desagradable que era, quizás fuese cierto. presentarías en Rekal, Incorporated otra vez, y sería volver a
empezar. Y no podemos meternos con McClane y su negocio
porque no tenemos jurisdicción más que sobre nuestra propia
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gente. En realidad McClane no ha cometido ningún delito - miró esto es mucho peor; ahora ya no habrá solución. - Caminó hacia
a Quail -. Ni tampoco tú, teóricamente. No fuiste a Rekal, Quail, apuntándole de nuevo con su pistola -. Tendremos que
Incorporated con la idea de recuperar tu memoria; fuiste, como matarte ahora mismo - dijo.
comprendimos, por la razón habitual por la que lo hace la Su compañero dijo con nerviosidad:
gente... El amor por la aventura de las gentes sencillas... - Luego - ¿Por qué ahora mismo? Podemos simplemente llevarle a la
añadió -: Por desgracia tú no perteneces a ese grupo, y ya has Interplan de Nueva York y dejarle allí, para que ellos...
tenido demasiadas emociones; lo que menos necesitabas de - Él sabe por qué tiene que ser inmediatamente - dijo el primer
todo el universo era un servicio de Rekal, Incorporated. Nada policía, que también parecía nervioso ahora. Quail comprendió
podría haber sido peor para ti y para nosotros. Y, en realidad, que era por una razón totalmente distinta. Había recuperado de
para McClane. pronto casi por completo su memoria. Y comprendía
- ¿Por qué puede ser peligroso para vosotros - dijo Quail - el perfectamente el nerviosismo del policía.
que recuerde mi viaje, mi supuesto viaje, y lo que hice allí? - En Marte - dijo ásperamente Quail -, maté a un hombre.
- Por que lo que tú hiciste no está de acuerdo con nuestra Después de burlar a quince guardaespaldas. Algunos de ellos
gran imagen pública de Padre Blanco Protector. Hiciste, por armados con pistolas como las vuestras.
nosotros, lo que nunca hacemos. Como llegarás a recordar... Interplan le había adiestrado durante un período de cinco
gracias a la narquidrina. Esa caja de gusanos y algas muertas años para convertirle en un asesino. Un asesino profesional.
lleva seis meses en un cajón de tu escritorio, desde que Sabía desembarazarse de adversarios armados... como
regresaste. Y en ningún momento mostraste la menor curiosidad aquellos policías; y el del receptor en la oreja lo sabía también.
por ella. Ni siquiera supimos que la tenías hasta que la Si actuaba con suficiente rapidez...
recordaste cuando volvías a casa en el taxi; entonces vinimos La pistola disparó. Pero se había hecho a un lado y al mismo
aquí a buscarla - añadió sin necesidad -, pero no tuvimos suerte. tiempo derribado al policía que la empuñaba. En un instante
No hubo tiempo suficiente. logró apoderarse de la pistola y apuntó al otro policía, que le
El segundo policía de Interplan se acercó al primero; los dos miraba confuso.
conferenciaron brevemente. Entre tanto, Quail pensaba con gran - Leía en mis pensamientos - dijo Quail, jadeando por el
rapidez. Ahora recordaba más, el policía tenía razón en lo de la esfuerzo -. Sabía lo que iba a hacer, pero de todos modos lo
narquidrina. También ellos, la Interplan, debían utilizarla. Era lo hice.
más probable. ¿Probable? Estaba convencido que lo hacían; les Incorporándose, el policía derribado gruñó:
había visto aplicársela a un preso. ¿Dónde había sido aquello? - No utilizará la pistola contra ti, Sam; puedo leer lo que
¿En alguna parte de la Tierra? Más probablemente en la Luna, piensa. Sabe que está liquidado, sabe que nosotros lo sabemos
decidió, viendo alzarse la imagen de su vacilante (aunque cada también. Vamos, Quail.
vez menos) memoria. Y recordó algo más. La razón para que le Laboriosamente, gimiendo de dolor, consiguió ponerse en pie.
enviasen a Marte; el trabajo que había hecho allí. Extendió la mano, vacilante.
No era extraño que le hubiesen borrado el recuerdo. - La pistola - dijo a Quail -. No puedes utilizarla, y si me la
- Oh, Dios mío - dijo el primero de los dos policías de devuelves puedo garantizarte que no te mataré; tendrás una
Interplan, interrumpiendo su conversación con el otro; había oportunidad, decidirá sobre tu caso un funcionario superior de la
captado, evidentemente, los pensamientos de Quail -. Bueno, Interplan, no yo. Quizás puedan borrar otra vez tu recuerdo; no
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lo sé. Pero sabes por qué yo iba a matarte; no puedo evitar que las manos profundamente hundidas en los bolsillos. No importa
lo recuerdes. Así que mi razón por querer matarte es en cierto a dónde vaya, comprendió. Siempre estaréis conmigo. Mientras
modo algo pasado. tenga este intruso dentro de la cabeza.
Quail, sin soltar la pistola, salió de la casa, y corrió hacia el Haré un trato contigo, pensó para sí... y para ellos. ¿No
ascensor. Si me sigues, pensó, te mataré. Así que no lo hagas. podríais imprimir un patrón de recuerdo falso de nuevo en mi
Apretó el botón del ascensor y, un momento después, las mente, como hicisteis antes, según el cual yo hubiese vivido una
puertas se cerraron. vida rutinaria y normal y nunca hubiese ido a Marte, jamás
El policía no le había seguido. Evidentemente había captado hubiese visto un uniforme de la Interplan de cerca y nunca
sus decididos pensamientos y no había querido correr el riesgo. hubiese manejado una pistola?
El ascensor descendió. Había conseguido escapar... por - Como te hemos explicado detenidamente, eso no bastaría -
aquella vez. Pero ¿qué pasaría la siguiente? ¿A dónde iría? contestó una voz dentro de su cerebro.
El ascensor llegó abajo; un momento después Quail se perdía Se detuvo, atónito.
entre la multitud de ciudadanos que corrían por los canales. Le - Antes nos comunicábamos contigo así - continuó la voz -.
dolía la cabeza y se sentía mal. Pero por lo menos se había Cuando operabas en el campo, en Marte. Hacía meses que no
librado de una muerte segura; habían estado a punto de matarle lo hacíamos. Supusimos, en realidad, que no tendríamos que
allí mismo, en su propia casa. volver a hacerlo. ¿Dónde estás?
Y probablemente vuelvan a hacerlo, pensó. Cuando me - Andando - dijo Quail - hacia la muerte.
encuentren. Y con este transmisor dentro, no tardarán mucho. Voy a que me maten las pistolas de vuestros agentes, pensó.
Irónicamente, había conseguido lo mismo que había pedido a - ¿Por qué estáis tan seguros que aquello no bastaría? -
Rekal, Incorporated: Aventuras, peligros, la policía de Interplan preguntó -. ¿Es que no funcionan la técnicas de Rekal?
tras él, un viaje secreto y peligroso a Marte en el que se jugaba - Como dijimos, si se te diese un grupo de recuerdos medios,
la vida... todo lo que él había querido como recuerdo falso. normales, te sentirías... inquieto. Irías a parar inevitablemente a
Las ventajas de un simple recuerdo, y nada más, podía Rekal o a uno de sus competidores de nuevo. No podemos
apreciarlas ahora. correr otra vez el riesgo.
- Supongo - dijo Quail - que una vez cancelados mis
En el banco del parque, solo, se puso a observar ceñudo una recuerdos auténticos pueden implantarse recuerdos más vitales
bandada de pertos, unas semiaves importadas de las dos lunas e interesantes que los ordinarios. Algo que satisfaciese mis
de Marte, capaces de elevarse a gran altura en su vuelo, incluso deseos. Supongo que lo habréis comprobado; probablemente
con la inmensa gravedad de la Tierra. me admitieseis en un principio por esos mismos deseos. Pero
Quizás pudiese volver a Marte, pensó. Pero, ¿luego qué? tenéis que ser capaces de entregarme algo parecido... algo
Marte sería peor: la organización política a cuyo jefe había igual. Yo era el hombre más rico de la Tierra hasta que entregué
asesinado le localizaría en cuanto saliese de la nave; allí tendría todo mi dinero para instituciones educativas. O, por ejemplo, un
a la Interplan y a ellos tras él. famoso explorador del espacio profundo. Cualquier cosa de ese
¿Oyes mi pensamiento? preguntó. Acabaría paranoico; allí tipo. ¿No serviría?
sentado, solo, les sentía controlándole, registrándole, Silencio.
analizándole... Se estremeció, se levantó, caminó sin objetivo,
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- Intentadlo - dijo desesperadamente -. Consultad con algunos - Señor Quail - dijo el serio y viejo psiquiatra de la Interplan -,
de vuestros psiquiatras militares de primera fila; explorad mi posee usted una fantasía - sueño muy interesante.
mente. Descubrid cuáles son mis máximos anhelos. - Intentó Probablemente su conciencia ni siquiera se lo imagina. Esto es
pensar - Mujeres. Miles de mujeres, como Don Juan. Un Don bastante común; por otra parte espero que no le inquiete
Juan interplanetario... una amante en cada ciudad de la Tierra, demasiado enterarse.
la Luna y Marte. Pero que lo abandonó todo, cansado. Por favor El oficial de alta graduación de la Interplan que estaba
- suplicó -. Intentadlo. presente dijo con aspereza:
- ¿Te rendirías entonces voluntariamente? - preguntó la voz - Es mejor que no esté demasiado alterado cuando lo oiga, si
dentro de su cabeza -. ¿Te rendirías si aceptásemos probar con espera conservar la vida.
esa solución? ¿Si fuese posible? - A diferencia de la fantasía de desear ser un agente secreto
- Sí - dijo, tras dudar unos instantes. Correré el riesgo, pensó, de la Interplan - continuó el psiquiatra -, lo que, siendo producto
que sencillamente me matéis. de la madurez, relativamente hablando, tenía cierta plausibilidad,
- Haz tú el primer movimiento - dijo la voz -. Dirígete hacia esta producción es un sueño grotesco de su niñez; no es
nosotros. E investigaremos las posibilidades. Pero si no extraño que no fuese capaz de recordarlo. Su fantasía es ésta:
podemos hacerlo, si tus auténticos recuerdos comienzan a tiene usted nueve años y camina por un sendero en el campo.
brotar otra vez como lo han hecho ahora, entonces... - hubo un Una nave espacial, bastante rara, procedente de otro sistema
silencio y luego la voz concluyó -: tendremos que destruirte. solar, aterriza directamente frente a usted. Sólo usted, señor
Supongo que lo comprenderás. Bueno, Quail, ¿aún quieres Quail, la ve en la Tierra. Las criaturas que hay dentro son muy
intentarlo? pequeñas y desvalidas, una especie de ratones de campo,
- Sí - dijo. Porque la alternativa era la muerte inmediata... y aunque se proponen invadir la Tierra; pronto les seguirán otras
segura. Al menos así tenía una oportunidad, por pequeña que decenas de miles de naves que esperan a que éste grupo de
fuese. observación dé la señal.
- Preséntate en nuestro cuartel general de Nueva York - - Y supongo que los detengo - dijo Quail, experimentando una
continuó la voz del policía de Interplan -. En el número 580 de la mezcla de repugnancia y complacencia -. Yo sólo acabo con
Quinta Avenida, duodécimo piso. En cuanto te hayas rendido, ellos. Probablemente a pisotones.
nuestros psiquiatras se ocuparán de ti; haremos pruebas de tu - No - dijo pacientemente el psiquiatra -. Usted impide la
deseo más íntimo, tu fantasía más anhelada... y luego te invasión, pero no destruyéndolos. En vez de eso, se muestra
llevaremos otra vez a Rekal, Incorporated; solicitaremos su amable y cordial con ellos, aunque por telepatía (que es el
colaboración para que satisfagan ese deseo mediante sistema de comunicación de estos seres) sabe por qué han
retrospección sustituta subrogada. Y... buena suerte. Te venido. Ellos jamás han visto rasgos tan humanitarios en un
debemos algo; actuaste como instrumento eficaz en beneficio organismo inteligente, y para mostrar su agradecimiento hacen
nuestro. un trato con usted.
No había malicia en aquella voz; en realidad si ellos, la - No invadirán la Tierra mientras yo siga vivo - dijo Quail.
organización, sentía algo hacia él era simpatía. - Exactamente - dijo el psiquiatra al oficial de la Interplan -.
- Gracias - dijo Quail. Y empezó a buscar un taxi robot. Puede ver que esto se ajusta a su personalidad, pese a su burla
fingida.
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- Así que simplemente existiendo - dijo Quail, sintiendo una - Pero arrogante - dijo secamente el funcionario -. En cuanto
creciente satisfacción -, simplemente con estar vivo, logro librar él muera, la invasión continuará. No es extraño que lo olvidara;
a la Tierra de una amenaza. Entonces soy la persona más es la fantasía más grandiosa que conozco. - Miró a Quail de
importante de la Tierra. Sin alzar siquiera un dedo. reojo, con desaprobación -. Y pensar que incluimos a este
- Así es, señor - dijo el psiquiatra -, y eso forma la base de su individuo en nuestra nómina...
psique, es una fantasía infantil sobre la que se apoya su vida. Cuando llegaron a Rekal, Incorporated la recepcionista,
Sin terapia de profundidad y sin droga, nunca la hubiese Shirley, les recibió sin aliento en la oficina exterior.
recordado. Pero ha existido siempre dentro de usted; se ha - Bienvenido otra vez, señor Quail - agitaba sus pechos como
mantenido sumergida, pero nunca se ha apagado. melones (aquel día pintados de naranja incandescente),
El alto funcionario dijo a McClane, que estaba allí sentado temblando de nerviosismo -. Lamento que todo funcionase tan
escuchando atentamente: mal antes; estoy segura que esta vez todo irá mejor.
- ¿Puede usted implantar un esquema nemotécnico McClane, que seguía enjugándose la frente con su pañuelo
extrafáctico de este tipo en él? de lino irlandés, dijo:
- Manejamos todos los tipos de deseo - fantasía que existen - - Irá mejor, desde luego. - Moviéndose con rapidez se
dijo McClane -. Francamente, me he encontrado con muchos adelantó a Lowe y a Keeler, y los condujo, junto con Douglas
peores que éste. Claro que podemos hacerlo. Dentro de Quail, a la zona de trabajo, y luego, con Shirley y el funcionario
veinticuatro horas no sólo deseará haber salvado la Tierra; de alta graduación, regresó a su oficina. Ahí esperarían.
creerá con toda certeza que sucedió realmente. - ¿Tenemos un expediente de este caso, señor McClane? -
- Entonces puede empezar a trabajar - dijo el funcionario de preguntó Shirley, tropezando con él en su agitación y
policía -. Como preparación hemos borrado una vez más el ruborizándose luego, tímidamente.
recuerdo de su viaje a Marte. - Creo que sí. - Intentó recordar, luego desistió y consultó el
- ¿Que viaje a Marte? - dijo Quail. formulario -. Una combinación - decidió en voz alta - de los
Nadie le contestó, así que, a regañadientes, archivó la expedientes Ochenta y Uno, Veinte y Seis.
pregunta. Y, de todos modos, ya había aparecido un vehículo de De la sección abovedada de la cámara que había detrás de
la policía; él, McClane y el alto funcionario lo abordaron camino su mesa sacó los expedientes, y los puso sobre la mesa para
a Chicago, concretamente a Rekal, Incorporated. inspeccionarlos.
- Será mejor que no cometan ningún error esta vez - dijo el - Del Ochenta y Uno - explicó -, una varita mágica curadora,
funcionario al nervioso McClane. regalo de la raza de seres de otro sistema al cliente... en esta
- No veo en qué podríamos equivocarnos - murmuró ocasión el señor Quail. Una prueba de su gratitud.
McClane, sudando -. Esto no tiene nada que ver con Marte ni - ¿Funciona? - preguntó con curiosidad el funcionario de
con la Interplan. Impedir él solo una invasión de la Tierra por otro policía.
sistema estelar. - Meneó la cabeza -. En fin, vaya sueño. Y por - Funcionó una vez - explicó McClane -. Pero, en fin, ¿sabe?,
la simple fuerza de la virtud; sin ninguna violencia. Muy bonito. - el individuo en cuestión la utilizó hace años, curando a diestro y
Se enjugó la frente con un gran pañuelo de lino. siniestro. Ahora es sólo un recuerdo que funcionó
Nadie decía nada. espectacularmente.
- En realidad - dijo McClane - es conmovedor.
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Rió entre dientes y luego abrió la carpeta del expediente - Ellos me dijeron que no lo contara - murmuraba Douglas
número Veinte. Quail con voz mortecina, deformada por la droga -. Ese fue el
- Un documento del secretario general de la ONU dándole las acuerdo. Yo no debía recordarlo siquiera. Pero, ¿cómo podría
gracias por salvar la Tierra; éste no nos servirá, porque parte de olvidar un acontecimiento como ése?
la fantasía de Quail es que nadie sabe de la invasión más que Supongo que sería difícil, reflexionó McClane. Pero lo olvidó...
él, pero por razones de verosimilitud lo incluiremos. hasta ahora.
Inspeccionó luego el expediente número Seis. ¿Qué había - Incluso me dieron un pergamino - murmuró Quail -, como
allí? No podía recordar. Frunciendo el ceño, hurgó en la bolsa de prueba de gratitud. Lo tengo escondido en mi casa; se los
plástico mientras Shirley y el oficial de la Interplan observaban enseñaré.
atentamente. McClane dijo al funcionario de la Interplan que había bajado
- Aquí dice quiénes eran ellos - dijo McClane -. Y de dónde corriendo tras él:
procedían. Incluye un mapa estelar detallado que indica la ruta - Bueno les sugiero que consideren que es mejor no matarle.
que siguieron para llegar aquí y el sistema de origen. Por Si lo hiciesen «ellos» regresarían.
supuesto, está redactado en su idioma y en su alfabeto, así que - Me dieron también una varita mágica invisible y destructora -
él no puede leerlo. Pero recuerda que ellos se lo leyeron en su murmuró Quail, con los ojos ya totalmente cerrados -. Con ella
propia lengua. maté en Marte a aquel hombre al que me enviaron a eliminar.
Colocó los tres objetos en el centro de la mesa. Está en el cajón de mi escritorio, junto con la caja de gusanos y
- Habrá que llevar esto a casa de Quail - explicó al funcionario de algas que recogí en Marte.
-. De modo que los encuentre cuando regrese a ella. Y eso El funcionario de la Interplan, sin decir palabra, se volvió y
confirmará su fantasía. PAN... Procedimiento de Actuación salió de la zona de trabajo.
Normal. Será mejor que archive otra vez los objetos de prueba de los
Rió entre dientes con cierta aprensión, preguntándose como expedientes, se dijo resignadamente McClane. Volvió a su
les iría a Lowe y a Keeler. oficina caminando lentamente. Incluyendo el documento del
Sonó el intercomunicador. secretario general de la ONU. Después de todo...
- Señor McClane, siento molestarle - era la voz de Lowe; se El auténtico probablemente no tardase en llegar.
quedó helado al reconocerla, helado y mudo -. Algo sucede.
Creo que sería aconsejable que bajase usted aquí a supervisar. IMPOSTOR
Como la otra vez, el señor Quail reaccionó bien a la narquidrina; —Un día de estos voy a tomarme unas vacaciones —dijo
está inconsciente y relajado y se muestra receptivo. Pero... Spence Olham mientras desayunaba. Miró a su esposa—. Creo
McClane acudió corriendo a la zona de trabajo. que me merezco un descanso. Diez años es mucho tiempo.
Douglas Quail estaba tendido en la camilla. Respiraba lenta y —¿Y el proyecto?
regularmente, tenía los ojos semicerrados y una confusa —Ganarán la guerra sin mí. Nuestra querida bola de arcilla no
conciencia de las personas que le rodeaban. corre tanto peligro. —Olham se sentó a la mesa y encendió un
- Empezamos a interrogarle - dijo Lowe, muy pálido -, para cigarrillo—. Las máquinas de noticias alteran los reportajes para
descubrir exactamente cuando tuvo lugar su recuerdo - fantasía hacernos creer que los alienígenas nos llevan la delantera.
de haber salvado la Tierra él solo. Y aunque parezca extraño... ¿Sabes lo que me gustaría hacer durante las vacaciones? Me
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gustaría ir de campamento a las montañas que hay en las —Espero que Nelson no se retrase. —Consultó su reloj—.
afueras de la ciudad, donde fuimos aquella vez. ¿Te acuerdas? Son casi las siete.
Me topé con un zumaque venenoso y tú casi pisas una culebra. —Aquí viene el coche —dijo Mary, señalando entre dos filas
—¿El bosque de Sutton? —Mary empezó a transportar los de casas.
platos al fregadero—. El bosque se quemó hace unas semanas. El sol brillaba detrás de los tejados, reflejándose contra las
Pensé que lo sabías. Un incendio repentino. pesadas planchas de plomo. El pueblo estaba silencioso; muy
Olham se entristeció. poca gente se había levantado.
—¿Ni siquiera intentaron averiguar la causa? —Frunció los —Hasta luego. Procura no seguir trabajando después que
labios—. Ya nadie se preocupa. Sólo piensan en la guerra. — haya terminado tu turno, Spence.
Tensó la mandíbula, recordando todos los elementos de la Olham abrió la puerta del coche y se deslizó en el interior;
situación: los alienígenas, la guerra, las naves-aguja. luego se reclinó con un suspiro contra el asiento. Un hombre de
—¿Cómo se puede pensar en otra cosa? edad avanzada acompañaba a Nelson.
Olham cabeceó. Su mujer tenía razón, por supuesto. Las —¿Y bien? —dijo Olham mientras el vehículo aceleraba—.
pequeñas naves oscuras de Alfa Centauri habían burlado a los ¿Te has enterado de alguna noticia interesante?
cruceros terrícolas con suma facilidad; los habían dejado atrás —Lo de costumbre —respondió Nelson—. Algunas naves
como a tortugas indefensas. Había sido un desfile triunfal, hasta alienígenas alcanzadas, otro asteroide abandonado por motivos
llegar a la Tierra. estratégicos.
Un desfile triunfal, hasta que los laboratorios Westinghouse —Me alegraré cuando alcancemos la última fase del proyecto.
hicieron una demostración de la burbuja protectora. La burbuja, No sé si atribuirlo a la propaganda de las máquinas de noticias,
que envolvió al principio las principales ciudades de la Tierra y pero desde hace un mes estoy muy cansado de todo esto. Todo
después todo el planeta, era la primera defensa real, la primera es tan sombrío y serio, tan carente de vida.
respuesta válida a los alienígenas..., como las máquinas de —¿Piensa que la guerra es inútil? —preguntó el anciano de
noticias les habían bautizado. repente—. Usted es una parte importante de ella.
Pero ganar la guerra era otra historia. Cada laboratorio, cada —Te presento al mayor Peters —dijo Nelson.
proyecto, trabajaban día y noche, sin tregua, para encontrar algo Olham y Peters se estrecharon las manos. Olham examinó al
más: un arma de ataque. Su propio proyecto, por ejemplo. Todo hombre.
el día, año tras año. —¿Qué le trae por aquí tan temprano? —preguntó—. No
Olham se levantó y apagó el cigarrillo. recuerdo haberle visto antes por el proyecto.
—Como la espada de Damocles. Siempre pendiente sobre —No, no trabajo en el proyecto, pero sé algo de lo que están
nuestras cabezas. Me estoy cansando. Lo único que quiero es haciendo. Mi tarea es muy diferente.
tomarme un largo descanso, aunque imagino que todo el mundo Nelson y él intercambiaron una mirada. Olham la observó y
piensa igual. frunció el ceño. El vehículo aumentó la velocidad y atravesó el
Sacó la chaqueta del armario y salió al porche delantero. El terreno yermo y sin vida, en dirección a la silueta lejana del
proyectil, el veloz y pequeño vehículo que le llevaba al proyecto, edificio que albergaba el proyecto.
pasaría en cualquier momento. —¿En qué trabaja? —preguntó Olham—. ¿O no tiene
permiso para hablar de ello?
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—Trabajo para el gobierno —respondió Peters—. En la ASF, período crítico ya ha pasado. Me alegro que los motores de
el órgano de seguridad. despegue del vehículo hayan funcionado a la perfección. Si se
—¿Sí? —Olham arqueó una ceja—. ¿Se han producido hubiera producido algún fallo...
infiltraciones enemigas en esta región? —Déjeme verle —dijo el jefe de seguridad. Contempló a
—En realidad, he venido a verle a usted, señor Olham. Olham durante un rato. Éste se mantuvo en silencio. Por fin, el
Olham se quedó asombrado. Reflexionó sobre las palabras jefe hizo una señal con la cabeza a Peters—. Muy bien. Es
de Peters, pero no llegó a ninguna conclusión. suficiente. —Cierto desagrado se reflejó en sus facciones—. He
—¿A verme a mí? ¿Por qué? visto todo cuanto quería. Han hecho algo que será recordado
—He venido a detener a un espía alienígena. Por eso me he durante mucho tiempo. Es posible que se les conceda una
levantado tan temprano esta mañana. Atrápele, Nelson... mención honorífica.
La pistola se hundió en las costillas de Olham. Las manos de —No es necesario —dijo Peters.
Nelson temblaban a causa de la tensión liberada. Estaba pálido. —¿Hay algún peligro? ¿Existe alguna posibilidad que...?
Respiró profundamente y exhaló el aire. —Alguna, pero no demasiadas. Según tengo entendido, basta
—¿Le matamos ahora? —susurró a Peters—. Creo que con pronunciar una frase clave. En cualquier caso, correremos el
deberíamos matarle ahora. No podemos esperar. riesgo.
Olham miró a su amigo. Abrió la boca para hablar, pero no —Notificaré a la base lunar que están en camino.
consiguió articular ninguna palabra. Los dos hombres le —No. —Peters negó con la cabeza—. Aterrizaré fuera de la
observaban fijamente, rígidos y aterrorizados. Olham se sintió base. No quiero someterla a ningún peligro.
mareado. La cabeza le dolía y le daba vueltas. —Como quiera.
—No entiendo —murmuró. Los ojos del jefe centellearon cuando miró de nuevo a Olham.
En aquel momento, el coche abandonó el suelo y voló hacia Después, su imagen se desvaneció. La pantalla se apagó.
el espacio. El proyecto fue empequeñeciendo hasta Olham desvió la vista hacia la ventana. La nave ya estaba
desaparecer. Olham cerró la boca. atravesando la burbuja protectora, sin cesar de acelerar. Peters
—Esperemos un poco —dijo Peters—. Antes quiero hacerle tenía prisa; bajo el suelo, los chorros de los motores estaban
algunas preguntas. abiertos por completo. Le tenían miedo, y por eso corrían a tal
Olham mantenía la vista clavada en el frente, mientras el velocidad.
vehículo proseguía su viaje. Nelson se removió a su lado, inquieto.
—La detención se llevó a cabo sin el menor problema —dijo —Creo que deberíamos hacerlo ya —dijo—. Daría cualquier
Peters a la videopantalla. Aparecieron las facciones del jefe de cosa con tal de terminar ahora mismo.
seguridad—. Todos nos hemos quitado un peso de encima. —Tranquilo —dijo Peters—. Quiero que conduzca la nave
—¿Alguna complicación? durante un rato para que pueda hablar con él.
—Ninguna. Entró en el coche sin sospechar. Mi presencia no Se sentó junto a Olham y le miró a la cara. Extendió la mano
le resultó excesivamente extraña. con cautela y le tocó el brazo, y después la mejilla.
—¿Dónde se encuentran ahora? Olham calló. «Si pudiera informar a Mary —pensó—. Si
—En camino, dentro de la burbuja protectora. Nos encontrara una forma de decírselo...» Miró a su alrededor.
desplazamos a la velocidad máxima. Dé por hecho que el ¿Cómo? ¿Por la videopantalla? Nelson estaba sentado junto al
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tablero, sujetando la pistola. No podía hacer nada. Estaba a cabo el pasado fin de semana, cuando Olham fue a pasear por
atrapado. las colinas.
Pero, ¿por qué? —Pero yo soy Olham. —Se volvió hacia Nelson, que estaba
—Escuche —dijo Peters—, quiero hacerle algunas preguntas. sentado a los controles—. ¿No me reconoces? Hace veinte años
Ya sabe adonde vamos. A la Luna. Dentro de una hora que somos amigos. ¿Ya no recuerdas que fuimos a la escuela
aterrizaremos en su cara oculta. Después, le entregaremos de juntos? —Se levantó—. Y también fuimos juntos a la
inmediato a un equipo de hombres que le está esperando. Su universidad. Compartimos la misma habitación.
cuerpo será destruido al instante. ¿Lo entiende? —Consultó su —¡Aléjate de mí! —chilló Nelson.
reloj—. Dentro de dos horas, sus miembros yacerán esparcidos —Escucha. ¿Te acuerdas del segundo curso? ¿Te acuerdas
por el paisaje. No quedará nada de usted. de aquella chica? ¿Cómo se llamaba...? —Se frotó la frente—.
Olham salió de su letargo. La del cabello oscuro, la que conocimos en casa de Ted.
—¿No puede decirme...? —¡Basta! —Nelson movió la pistola frenéticamente—. No
—Claro que se lo diré —asintió Peters—. Hace dos días quiero escuchar nada más. ¡Tú le mataste! Tú..., máquina.
recibimos el informe que una nave alienígena había penetrado la —Estás equivocado —dijo Olham a Nelson—. No sé lo que
burbuja protectora. De la nave saltó un espía con forma de robot ha pasado, pero el robot no me atacó. Algo debió salir mal.
humanoide. La misión del robot era destruir a un ser humano en Quizá la nave se estrelló. —Se volvió hacia Peters—. Yo soy
particular y suplantarle. Olham. Lo sé. No se ha producido ninguna sustitución. Soy el
Peters observó con calma a Olham. mismo de siempre.
—Dentro del robot había una bomba U. Nuestro agente no Se tocó y recorrió su cuerpo con las manos.
sabía cómo iba a detonar la bomba, pero creía que sería —Tiene que haber alguna forma de demostrarlo. Llévenme de
mediante una frase, un grupo determinado de palabras. El robot nuevo a la Tierra. Un examen de rayos X o un estudio
viviría igual que la persona a la que había asesinado, realizaría neurológico serán suficientes. Tal vez encontremos la nave
sus actividades habituales, su trabajo, su vida social. Fue estrellada.
construido para parecerse a esa persona. Nadie notaría la Ni Peters ni Nelson hablaron.
diferencia. —Soy Olham —repitió—. Sé que lo soy, pero no puedo
Un enfermizo color yeso tiñó la cara de Olham. demostrarlo.
—La persona que el robot debía suplantar era Spence Olham, —El robot ignoraría que no era el auténtico Spence Olham.
un funcionario de alto nivel que trabajaba en un proyecto de Se transformaría en Olham en mente y cuerpo. Se le
investigación. Dado que este proyecto en particular se acercaba proporcionó un sistema de memoria artificial, falsos recuerdos.
a su fase crucial, la presencia de una bomba viviente en el Tendría su mismo aspecto, sus recuerdos, sus pensamientos e
corazón del proyecto... intereses, realizaría su trabajo.
Olham se miró las manos. »Pero con una diferencia: dentro del robot hay una bomba U,
—¡Pero si yo soy Olham! lista para estallar en cuanto suene la frase clave. —Peters se
—Una vez localizado y asesinado Olham, al robot no le apartó un poco—. Ésa es la diferencia. Por eso le llevamos a la
costaría nada asumir su vida. Creemos que el robot fue lanzado Luna. Le desmembrarán y desactivarán la bomba. Tal vez
desde la nave hace unos ocho días. La sustitución debió llevarse estalle, pero no importa, siempre que lo haga allí.
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Olham se sentó lentamente. El grupo de hombres había llegado casi a la nave. Se detuvo
—Llegaremos en seguida —dijo Nelson. y esperó. Peters les hizo una señal.
Olham se reclinó en su asiento, devanándose los sesos, —¡Adelante!
mientras la nave descendía poco a poco. Bajo ellos se extendía Agitó la mano y los hombres avanzaron. Figuras rígidas y gro-
la torturada superficie de la Luna, la interminable llanura tescas, embutidas en sus trajes inflados.
sembrada de cráteres. ¿Qué podía hacer? ¿Qué podía hacer —Si abre esa puerta —dijo Olham—, significará mi muerte.
para salvarse? Será un asesinato.
—Prepárese —dijo Peters. —Abra la puerta —dijo Nelson, extendiendo la mano hacia el
Dentro de unos minutos estaría muerto. Divisó un punto dimi- pomo.
nuto, algún edificio. Había hombres en el edificio, el equipo de Olham le miró fijamente. Vio que la mano del hombre se
demolición, aguardando el momento de cortarle en pedazos. Le cerraba alrededor de la vara metálica. La puerta se abriría
abrirían en canal, le arrancarían los brazos y las piernas, le dentro de un segundo y el aire de la nave se escaparía. Moriría,
destriparían. Se quedarían sorprendidos al no encontrar la y entonces comprenderían su error. Quizá en otra época,
bomba; sabrían la verdad, pero demasiado tarde. cuando no hubiera guerra, los hombres no actuarían de esta
Olham examinó la pequeña cabina. Nelson seguía forma, arrojando a un individuo a la muerte porque estaban
empuñando la pistola. No le concedería la menor oportunidad. Si asustados. Todo el mundo estaba asustado, todo el mundo
conseguía que un médico le examinara... Era la única solución. deseaba sacrificar al individuo en aras del temor del grupo.
Mary podría ayudarle. Su mente funcionaba a toda máquina. Le Le estaban asesinando porque no podían esperar a estar
quedaban muy pocos minutos. Si pudiera comunicarse con ella, seguros de su culpabilidad. No tenían tiempo.
informarla de alguna forma. Olham miró a Nelson, su amigo de tantos años. Habían ido
—Despacio —dijo Peters. juntos al colegio. Había sido su padrino de boda. Ahora, Nelson
La nave descendió con lentitud, rebotando en el escabroso se aprestaba a matarle. Pero Nelson no era malo; no era culpa
terreno. Se hizo el silencio. suya. Eran los tiempos. Quizá había sucedido lo mismo durante
—Escuche —dijo Olham, con voz ronca—, puedo demostrar las plagas. Si a un hombre le salía una mancha significaba la
que soy Spence Olham. Traiga a un médico... muerte inmediata, sin un momento de vacilación, sin prueba,
—Allí está el equipo —señaló Nelson—. Ya vienen. —Miró a basándose en meras sospechas. En tiempos de peligro, era el
Olham con nerviosismo—. Espero que no ocurra nada. único método.
—Nos iremos antes que empiecen a trabajar —dijo Peters—. No les culpaba, pero tenía que vivir. Su vida era demasiado
Nos largaremos dentro de un momento. —Se puso el traje preciosa para sacrificarla. Olham pensó con rapidez. ¿Qué
presurizado. Cuando hubo terminado, le quitó la pistola a podía hacer? ¿Había alguna posibilidad? Miró a su alrededor.
Nelson—. Yo le vigilaré. —Voy a abrir —dijo Nelson.
Nelson se puso a toda prisa el traje, maniobrando torpemente. —Tiene razón —dijo Olham. El sonido de su voz le
—¿Y él? —indicó a Olham—. ¿Necesita uno? sorprendió. Era la fuerza de la desesperación—. No necesito
—No. —Peters negó con la cabeza—. Los robots no aire. Abra la puerta.
necesitan oxígeno. Los dos hombres se inmovilizaron y le miraron, alarmados e
intrigados al mismo tiempo.
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—Adelante. Ábranla. Da igual. —La mano de Olham Chamberlain. Si no está, habla con cualquier médico. Llévale a
desapareció en el interior de su chaqueta—. Me pregunto si casa y dile que se espere. Dile que traiga aparatos, rayos X,
corren con rapidez. fluoroscopio, todo.
—¿Correr? —Pero...
—Les quedan quince segundos de vida. —Sus dedos se —Haz lo que te digo. Date prisa. Dile que esté preparado
crisparon dentro de su chaqueta y su brazo se puso rígido de dentro de una hora. —Olham se inclinó hacia la pantalla—. ¿Va
repente. Se relajó y sonrió—. Estaban equivocados en lo todo bien? ¿Estás sola?
referente a la frase clave. Quedan catorce segundos. —¿Sola?
Dos rostros sobresaltados le miraron desde los trajes —¿Hay alguien contigo? ¿Te ha llamado Nelson..., o
presurizados. Ambos se precipitaron hacia la puerta y la cualquier otra persona?
abrieron. El aire huyó con un silbido hacia el vacío. Peters y —No, Spence. No entiendo nada.
Nelson salieron de la nave como una flecha. Olham les siguió. —Muy bien. Nos veremos en casa dentro de una hora. Y no
Empujó la puerta y la cerró. El sistema de presurización se lo digas a nadie. Ve a ver a Chamberlain con cualquier
automático resopló con furia y renovó el aire. Olham dejó pretexto. Dile que estás muy enferma.
escapar un suspiro y se estremeció. Cortó la comunicación y consultó su reloj. Un momento
Un segundo más... después abandonó la nave y se internó en la oscuridad. Tenía
Vio por la ventana que los dos hombres se habían reunido que recorrer casi un kilómetro.
con el grupo. Éste se dispersó en todas direcciones. Uno a uno Empezó a caminar.
los hombres se fueron arrojando al suelo. Olham se sentó ante
el cuadro de mandos. Movió los cuadrantes. Cuando la nave Se veía una luz en la ventana, la luz del estudio. La observó,
despegó, los hombres se pusieron en pie y levantaron la vista, arrodillado junto a la verja. Ni ruidos ni movimientos. Alzó el reloj
boquiabiertos. a la luz de las estrellas. Había pasado casi una hora.
—Lo siento —murmuró Olham—, pero debo regresar a la Un vehículo apareció en la calle y pasó de largo.
Tierra. Olham miró en dirección a la casa. El médico ya debería
Enfiló la nave por el camino de ida. haber llegado. Seguramente, estaría dentro, esperando con
Mary. Se le ocurrió un pensamiento. ¿Habría podido Mary salir
Era de noche. Los grillos cantaban alrededor de la nave, de casa? Tal vez la habían interceptado. Tal vez se estaba
turbando las frías tinieblas. Olham se inclinó sobre la pantalla. metiendo en una trampa.
La imagen se formó poco a poco; había podido efectuar la Pero, ¿qué otra cosa podía hacer?
llamada sin problemas. Dejó escapar un suspiro de alivio. Los informes, exámenes y placas radiográficas de un médico
—Mary —dijo. le darían una oportunidad de demostrar su identidad. Si podía
La mujer le miró y tragó saliva. ser sometido a examen, si vivía lo suficiente para que le
—¡Spence! ¿Dónde estás? ¿Qué ha pasado? revisaran...
—No puedo decírtelo. Escucha, debo hablar de prisa. Pueden Lo demostraría de esa forma. Probablemente, era la única
interferir la llamada en cualquier momento. Ve a las solución. Su única esperanza se hallaba en su casa. El doctor
dependencias del proyecto y ponte en contacto con el doctor Chamberlain era un hombre respetado. Era el médico del equipo
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que trabajaba en el proyecto. Su palabra bastaría. Su dictamen colgó. Ella debió creer su historia. También pensaba que él era
daría al traste con la histeria y la locura. el robot, sin duda.
Locura... Eso era. Si accedieran a esperar, a actuar con Olham continuó corriendo. Estaba dejando atrás a los
parsimonia, a tomarse su tiempo... Pero no podían esperar. Él oficiales. Por lo visto, su entrenamiento era deficiente. Trepó a
tenía que morir, morir cuanto antes, sin pruebas, sin juicios ni una colina y bajó por la otra ladera. En un instante llegaría a la
exámenes. La prueba más simple lo demostraría, pero ni nave, pero, ¿adónde iría esta vez? Aminoró el paso y se detuvo.
siquiera tenían tiempo que perder en la prueba más simple. Sólo Ya veía la nave, recortada contra el cielo, en el lugar donde la
pensaban en el peligro. En el peligro, y en nada más. había estacionado. El pueblo se hallaba a su espalda; él estaba
Se irguió y avanzó hacia la casa. Llegó al porche. Se detuvo en el yermo que separaba los lugares habitados, donde
ante la puerta y escuchó. Ningún ruido. La casa estaba en empezaban los bosques y los eriales. Cruzó un campo estéril y
completo silencio. se internó entre los árboles.
Demasiado silencio. La puerta de la nave se abrió mientras caminaba hacia ella.
Olham permaneció inmóvil en el porche. Los que se encontra- Peters salió. Su silueta se recortó contra la luz. Portaba un
ban en el interior se esforzaban por guardar el máximo silencio. pesado fusil Boris. Olham se quedó inmóvil. Peters escudriñó la
¿Por qué? Era una casa pequeña; a escasos metros de oscuridad.
distancia, detrás de la puerta, Mary y el doctor Chamberlain —Sé que anda por ahí —dijo—. Acérquese, Olham. Los
estarían esperando. Sin embargo, no oía nada, ni el susurro de agentes de seguridad le tienen rodeado.
voces, nada en absoluto. Miró la puerta. Era la puerta que había Olham no se movió.
abierto y cerrado miles de veces, cada mañana y cada noche. —Escúcheme. No tardaremos mucho en capturarle. Por lo
Apoyó la mano en el pomo, pero desistió y tocó el timbre. El visto, todavía no cree que es un robot. Su llamada a la mujer
timbre sonó en algún lugar de la casa. Olham sonrió. Había indica que aún se halla bajo el efecto de la ilusión creada por
captado movimientos. sus recuerdos artificiales.
Mary abrió la puerta. En cuanto Olham vio su cara lo »Pero es un robot. Usted es el robot, y en su interior se oculta
comprendió. la bomba. Alguien, usted mismo, puede pronunciar en cualquier
Se lanzó corriendo hacia los arbustos. Un oficial de seguridad momento la frase que la haga detonar. Cuando eso ocurra, la
apartó a Mary de un empellón y disparó. Los arbustos saltaron bomba sembrará la destrucción en un radio de varios kilómetros.
en pedazos. Olham se escurrió detrás de la casa. Se irguió de El proyecto, la mujer, todos nosotros moriremos. ¿Lo
un salto y huyó frenéticamente, hundiéndose en las tinieblas. Un comprende?
foco alumbró de repente la zona. Olham no dijo nada; se limitó a escuchar. Los hombres se
Olham cruzó la carretera y saltó una valla. Atravesó un patio deslizaban por el bosque, avanzando en su dirección.
trasero. Oficiales de seguridad le perseguían, intercambiando —Si no sale, le daremos caza. Es cuestión de tiempo. Hemos
gritos. Olham jadeó, falto de aliento. Su respiración era muy desechado la idea de trasladarle a la base lunar. Será destruido
agitada. en cuanto le veamos, y tendremos que correr el riesgo que la
El rostro de Mary... Lo había adivinado al instante. Los labios bomba estalle. He ordenado que todos los oficiales de seguridad
apretados, los ojos afligidos y aterrorizados. ¡Si llega a entrar...! disponibles peinen la zona, centímetro a centímetro. No puede
Habían intervenido la llamada y salido hacia la casa en cuanto escapar. Un cordón de hombres armados rodea el bosque. Le
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quedan unas seis horas antes que el último centímetro sea Ante él se extendía una masa retorcida de restos metálicos,
registrado. diseminados por el claro y los tocones carbonizados que habían
Olham se alejó. Peters siguió hablando; no le había visto. sido el bosque de Sutton. Lo que quedaba de la nave brillaba
Estaba demasiado oscuro para ver a nadie. No obstante, Peters tenuemente a la luz del sol. No le costó mucho encontrarla.
tenía razón. No podía escapar. Había salido del pueblo y se Conocía bien el bosque de Sutton; lo había recorrido muchas
encontraba en las afueras, donde empezaban los bosques. veces, cuando era más joven. Había sabido dónde encontrar los
Podía ocultarse un tiempo, pero terminarían por cazarle. restos. Había un pico que sobresalía con brusquedad, sin previo
Era cuestión de tiempo. aviso.
Olham caminó en silencio por el bosque. Estaban Una nave poco familiarizada con los bosques que pretendiera
examinando, estudiando, registrando y peinando cada parte del aterrizar chocaría con él casi con toda seguridad. En aquel
condado, kilómetro tras kilómetro. El cordón se iba estrechando momento estaba contemplando los restos de la nave.
cada vez más. Olham se puso en pie. Ya les oía, a escasa distancia,
¿Qué podía hacer? Había perdido la nave, su única avanzando en grupo y hablando en voz baja. Una gran tensión
esperanza de escapar. Ocupaban su casa; su mujer les se apoderó de él. Todo dependía de quién le viera primero. Si
apoyaba, creyendo, sin duda, que el auténtico Olham había sido era Nelson, estaba acabado. Nelson dispararía. Moriría antes
asesinado. Apretó los puños. En algún lugar estaba la nave que vieran la nave. Pero si tenía tiempo de dar la noticia,
alienígena estrellada, y los restos del robot. En algún lugar retenerles unos segundos... Era todo lo que necesitaba. En
próximo, la nave se había destrozado. Y el robot yacía en su cuanto vieran la nave, estaría salvado.
interior, destruido. Una débil esperanza se agitó en su interior. Pero si disparaban antes...
¿Y si encontraba los restos? Si pudiera enseñarles el lugar del Una rama chamuscada crujió. Apareció una figura que
siniestro, los fragmentos carbonizados, el robot... avanzaba con cautela. Olham respiró profundamente. Quedaban
Pero, ¿dónde? ¿Dónde los iba a encontrar? Continuó muy escasos segundos, tal vez los últimos de su vida. Levantó
andando, sumido en sus pensamientos. No muy lejos, los brazos y clavó la vista en el frente.
probablemente. La nave habría aterrizado cerca del proyecto; el Era Peters.
robot habría recorrido el resto del camino a pie. Ascendió la —¡Peters! —Olham agitó los brazos. Peters alzó el fusil y
ladera de la colina y miró a su alrededor. Destrozada y apuntó—. ¡No dispare! —Su voz temblaba—. Espere un
quemada. ¿Alguna pista, algún indicio? ¿Había leído u oído momento. Observe el claro que hay detrás de mí.
algo? En algún lugar cercano, al que se podía acceder a pie. Un —Le he encontrado —gritó Peters.
lugar agreste, un punto distante, en el que no habría gente. Los hombres de seguridad surgieron del bosque calcinado y
De pronto, Olham sonrió. Destrozada y quemada... El bosque le rodearon.
de Sutton. Aceleró el paso. —No dispare. Mire detrás de mí. La nave, la nave-aguja. La
Había amanecido. El sol se filtraba entre los árboles rotos e nave alienígena. ¡Mire!
iluminaba al hombre agachado en el límite del claro. Olham Peters vaciló. El fusil osciló.
alzaba la vista de vez en cuando y escuchaba. No estaban lejos, —Está ahí —se apresuró a continuar Olham—. Sabía que la
sólo a unos minutos de camino. Sonrió. encontraría en este lugar. El bosque quemado. Créame.
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Encontrará los restos del robot en la nave. ¿Quiere hacer el manera en que estaba doblada, con los brazos y las piernas
favor de mirar? extendidos en todas direcciones. Tenía la boca abierta y los ojos
—Hay algo ahí abajo —dijo uno de los hombres, nervioso. vidriosos.
—¡Mátele! —gritó una voz. Era Nelson. —Como una máquina estropeada —murmuró Peters.
—Espere. —Peters se volvió con brusquedad—. Yo estoy al Olham sonrió débilmente.
mando. Que nadie dispare. Tal vez esté diciendo la verdad. —¿Y bien? —preguntó.
—Mátele —repitió Nelson—. Él liquidó a Olham. Puede —No puedo creerlo —musitó Peters—. Nos dijo la verdad
matarnos en cualquier momento. Si la bomba estalla... desde el primer momento.
—Cállese. —Peters avanzó hacia la pendiente y miró abajo—. —Nunca me encontré con el robot —dijo Olham. Sacó un
Fíjese en eso. —Indicó a dos hombres que se acercaran—. cigarrillo y lo encendió—. Fue destruido cuando la nave se
Bajen a ver qué es. estrelló. Ustedes estaban demasiado ocupados con la guerra
Los dos hombres bajaron la pendiente a toda prisa y para preguntarse por qué un bosque se había quemado tan
atravesaron el claro. Se agacharon y examinaron los restos de la repentinamente. Ahora, ya saben la verdad.
nave. Se quedó fumando y contemplando a los hombres. Estaban
—¿Y bien? —gritó Peters. sacando la forma grotesca de la nave. El cuerpo tenía los brazos
Olham contuvo el aliento. Sonrió levemente. Tenía que estar y las piernas rígidos.
allí; no había tenido tiempo de mirar, pero tenía que estar allí. —Ahora encontrarán la bomba —dijo Olham.
Una duda le asaltó de repente. ¿Y si el robot hubiera sobrevivido Los hombres tendieron el cuerpo en el suelo. Peters se
y escapado? ¿Y si su cuerpo se hubiera destruido por completo? agachó.
Se humedeció los labios. El sudor inundó su frente. Nelson le —Creo que ya la veo.
estaba mirando, lívido. Su respiración se agitaba. Extendió la mano y tocó el cuerpo.
—Mátele —dijo Nelson—. Mátele, antes que él nos mate a El torso del cadáver estaba abierto. En el interior, brillaba algo
nosotros. metálico. Los hombres contemplaron el metal sin hablar.
Los dos hombres se irguieron. —De haber vivido, esa caja de metal nos habría destruido —
—¿Qué han encontrado? —preguntó Peters. Sostenía el fusil dijo Peters.
sin vacilar—. ¿Hay algo ahí? Todo el mundo guardaba silencio.
—Eso parece. Es una nave-aguja, desde luego. Hay algo al —Creo que le debemos algo —dijo Peters a Olham—. Ha
lado. vivido una auténtica pesadilla. Si no hubiera escapado, le
—Echaré un vistazo. habríamos... —Se interrumpió.
Peters pasó junto a Olham. Éste le vio bajar la colina y Olham tiró el cigarrillo.
reunirse con los hombres. Los demás le siguieron. —Sabía que el robot no me había atacado, por supuesto,
—Parece un cuerpo —dijo Peters—. ¡Fíjense! pero no podía demostrarlo. A veces, es imposible demostrar
Olham fue con ellos. Formaron un círculo de miradas algo en el acto. Ésa es la verdad. No podía demostrar de ningún
ansiosas. modo que yo era yo.
En el suelo, doblada y retorcida de una forma extraña, había
una figura grotesca. Habría parecido humana, de no ser por la
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—¿Qué le parecen unas vacaciones? —preguntó Peters—.


Creo que podremos conseguirle un mes de vacaciones para que
descanse y se relaje.
—De momento, quiero irme a casa —dijo Olham.
—De acuerdo, pues. Lo que usted diga.
Nelson se había acuclillado junto al cadáver. Extendió la
mano hacia el objeto metálico que se veía en el interior del
pecho.
—No lo toques —le advirtió Olham—. Aún podría estallar.
Será mejor que el equipo de demolición se encargue de eso más
tarde.
Nelson no dijo nada. De pronto, introdujo la mano en la caja
torácica, agarró el objeto metálico y tiró de él.
—¿Qué estás haciendo? —gritó Olham.
Nelson se puso en pie, sujetando el objeto. Estaba blanco de
terror. Era un cuchillo de metal, un cuchillo-aguja alienígena,
cubierto de sangre.
—Le mataron con esto —susurró Nelson—. Mi amigo fue
asesinado con esto. —Miró a Olham—. Tú le mataste con esto y
le abandonaste junto a la nave.
Olham estaba temblando. Sus dientes castañeteaban. Su
mirada se desvió del cuchillo al cadáver.
—No puede ser Olham —dijo. Su mente giraba, todo daba
vueltas en derredor suyo—. ¿Estaba equivocado? Tragó saliva.
—Pero si ése es Olham, yo debo de ser...
No terminó la frase. El resplandor de la explosión pudo verse
hasta en Alfa Centauri.

FIN

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