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Conduciendo la presencia de Dios a nuestro hogar

No hay nada más valioso que la presencia de Dios.

Que es la presencia de Dios?

En la Biblia, La palabra presencia del hebreo  pānîm; se usa normalmente para


indicar el rostro o semblante. Primero, existe la general e ineludible presencia de
Dios tal como se describe en Salmos 139:7

“¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia? Si subiere a los


cielos, allí estás tú; Y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás. Si tomare
las alas del alba Y habitare en el extremo del mar, Aun allí me guiará tu mano, Y me
asirá tu diestra.” Salmos 139:7-10

En segundo lugar, está la especial presencia de Dios entre su pueblo o entre las
naciones para salvar o juzgar

“Ahora, pues, si he hallado gracia en tus ojos, te ruego que me muestres ahora tu
camino, para que te conozca, y halle gracia en tus ojos; y mira que esta gente es
pueblo tuyo. Y él dijo: Mi presencia irá contigo, y te daré descanso. Y Moisés
respondió: Si tu presencia no ha de ir conmigo, no nos saques de aquí.”
Éxodo 33:13-15

El primer hombre se escondió de su presencia.

Gén 3:8  Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el huerto,


al aire del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia
de Jehová Dios entre los árboles del huerto.

Adán dejó un legado de esconderse de la presencia de Dios.


Ahora vemos a Caín repitiendo ese modelo, cuando mato a su
hermano.

Gén 4:14  
He aquí me echas hoy de la tierra, y de tu presencia me
esconderé, y seré errante y extranjero en la tierra; y sucederá que
cualquiera que me hallare, me matará.

La palabra esconder significa… Apartarse, ocultarse.

Ocultarse no resolverá nada, la razón por la que nos ocultamos de


su presencia haya el sentido más cercano a lo que significa o
representa la presencia de Dios.

Lo último que quieres cuando le fallas a alguien es ver su rostro.

La primera mención de un hombre que anduvo ante la presencia


de Dios fue Abraham e Isaac.

Así como Adán y Caín huyeron de la presencia, ahora hay dos


hombres de los cuales se dice… “Anduvieron en la presencia de
Dios”

Gén 48:14  Entonces Israel extendió su mano derecha, y la puso sobre la


cabeza de Efraín, que era el menor, y su mano izquierda sobre la
cabeza de Manasés, colocando así sus manos adrede, aunque
Manasés era el primogénito.
Gén 48:15  Y bendijo a José, diciendo: El Dios en cuya presencia

anduvieron mis padres Abraham e Isaac, el Dios que me mantiene


desde que yo soy hasta este día,
2 Samuel 6:1-9 “David volvió a reunir a todos los escogidos de
Israel, treinta mil. Y se levantó David y partió de Baala de Judá con
todo el pueblo que tenía consigo, para hacer pasar de allí el arca de
Dios, sobre la cual era invocado el nombre de Jehová de los
ejércitos, que mora entre los querubines. Pusieron el arca de Dios
sobre un carro nuevo, y la llevaron de la casa de Abinadab, que
estaba en el collado; y Uza y Ahío, hijos de Abinadab, guiaban el
carro nuevo. Y cuando lo llevaban de la casa de Abinadab, que
estaba en el collado, con el arca de Dios, Ahío iba delante del arca.
Y David y toda la casa de Israel danzaban delante de Jehová con
toda clase de instrumentos de madera de haya; con arpas, salterios,
panderos, flautas y címbalos. Cuando llegaron a la era de Nacón,
Uza extendió su mano al arca de Dios, y la sostuvo; porque los
bueyes tropezaban. Y el furor de Jehová se encendió contra Uza, y
lo hirió allí Dios por aquella temeridad, y cayó allí muerto junto al
arca de Dios. Y se entristeció David por haber herido Jehová a Uza,
y fue llamado aquel lugar Pérez-uza, hasta hoy. Y temiendo David a
Jehová aquel día, dijo: ¿Cómo ha de venir a mí el arca de Jehová?”

2 Samuel 6:9 NTV «¿Có mo podré regresar el arca del SEÑ OR para
que esté bajo mi cuidado?».

A falta de sacerdotes y levitas, la custodia del arca fue confiada a


dos laicos. Ahío y Uza, En contra de la prohibición de Num 4:15
15  “Y cuando acaben Aarón y sus hijos de cubrir el santuario y
todos los utensilios del santuario, cuando haya de mudarse el
campamento, vendrán después de ello los hijos de Coat para
llevarlos; pero no tocarán cosa santa, no sea que mueran. Estas serán
las cargas de los hijos de Coat en el tabernáculo de reunión.”

Ministrar la presencia de Dios no es un asunto de buenas


intenciones. Sino de obediencia a los principios y ordenanzas.

el arca es terrible para los enemigos ο para los que se mofan de ella.
Como lo podemos ver en..

1 Sam 6:19 “Entonces Dios hizo morir a los hombres de Bet-semes,


porque habían mirado dentro del arca de Jehová; hizo morir del
pueblo a cincuenta mil setenta hombres. Y lloró el pueblo, porque
Jehová lo había herido con tan gran mortandad.”

Uza, con la mejor intención sin duda, tocó el arca con su mano,
quedando fulminado.

Con esto, Dios quiso demostrar a su pueblo que, si el arca era


terrible para sus enemigos, no lo es menos para sus fieles servidores,
si no la tratan con el debido respeto. Ella es el trono de Dios; allí
habita de una manera estable. Por lo mismo, tocarla equivale a
que el hombre profano ponga las manos sobre el mismo Dios.

“Fue dado aviso al rey David, diciendo: Jehová ha bendecido la casa


de Obed-edom y todo lo que tiene, a causa del arca de Dios.
Entonces David fue, y llevó con alegría el arca de Dios de casa de
Obed-edom a la ciudad de David. Y cuando los que llevaban el arca
de Dios habían andado seis pasos, él sacrificó un buey y un carnero
engordado. Y David danzaba con toda su fuerza delante de Jehová;
y estaba David vestido con un efod de lino. Así David y toda la casa
de Israel conducían el arca de Jehová con júbilo y sonido de
trompeta.

Metieron, pues, el arca de Jehová, y la pusieron en su lugar en


medio de una tienda que David le había levantado; y sacrificó David
holocaustos y ofrendas de paz delante de Jehová. Y cuando David
había acabado de ofrecer los holocaustos y ofrendas de paz,
bendijo al pueblo en el nombre de Jehová de los ejércitos.”
2 Samuel 6:12-15, 17-18

2 Samuel 6:14 NTV. “Y David danzó ante el SEÑOR con todas sus
fuerzas, vestido con una vestidura sacerdotal.”

“David construyó varios edificios para sí en la Ciudad de David.


También preparó un lugar para el arca de Dios y levantó una carpa
especial para ella. Después ordenó: «Nadie, excepto los levitas,
podrá llevar el arca de Dios. El SEÑOR los ha elegido a ellos para
que carguen el arca del SEÑOR y para que le sirvan para siempre».
Luego David convocó a todo Israel a Jerusalén para trasladar el arca
del SEÑOR al lugar que él le había preparado.

Luego David mandó llamar a los sacerdotes, Sadoc y Abiatar, y a los


siguientes jefes levitas: Uriel, Asaías, Joel, Semaías, Eliel y
Aminadab. Les dijo: «Ustedes son los jefes de las familias levitas.
Deben purificarse ustedes mismos y a todos los demás levitas, a fin
de que puedan traer el arca del SEÑOR, Dios de Israel, al lugar que
le he preparado. Como no fueron ustedes, los levitas, los que
llevaban el arca la primera vez, el enojo del SEÑOR nuestro Dios se
encendió contra nosotros. No habíamos consultado a Dios acerca
de cómo trasladarla de la manera apropiada». Así que los
sacerdotes y los levitas se purificaron para poder trasladar el arca
del SEÑOR, Dios de Israel, a Jerusalén. Entonces los levitas llevaron
el arca de Dios sobre los hombros con las varas para transportarla,
tal como el SEÑOR le había indicado a Moisés. David también
ordenó a los jefes levitas que nombraran un coro de entre los
levitas formado por cantores y músicos, para entonar alegres
canciones al son de arpas, liras y címbalos. De modo que los levitas
nombraron a Hemán, hijo de Joel, junto con sus hermanos levitas:
Asaf, hijo de Berequías, y Etán, hijo de Cusaías, del clan de Merari.

Luego David y los ancianos de Israel junto con los generales del
ejército fueron a la casa de Obed-edom para trasladar el arca del
pacto del SEÑOR a Jerusalén con gran celebración. Como era
evidente que Dios ayudaba a los levitas mientras llevaban el arca
del pacto del SEÑOR, sacrificaron siete toros y siete carneros. David
estaba vestido con un manto de lino fino, al igual que todos los
levitas que cargaban el arca y también los cantores y Quenanías, el
director del coro. David también llevaba puesta una vestidura
sacerdotal. Así que todo Israel trasladó el arca del pacto del SEÑOR
entre gritos de alegría, toques de cuernos de carneros y trompetas,
el estrépito de címbalos, y la música de arpas y liras.”
1 Crónicas 15:1-3, 11-17, 25-28

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