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LOS AÑOS DEL SEMINARIO: ENCUENTROS PARA LA VIDA1
Estudiar la vida de san Alfonso es interesante porque nos encontramos con muchas vicisitudes. Para
San Alfonso los años del seminario fue algo que marco toda su vida, precisamente nos dice el autor
que su primer acercamiento con el seminario fueron las sagradas escrituras. La divina escritura
fue, para Alfonso el precioso y gratísimo libro. No pasaba un día sin que hubiera leído,
meditado y contemplado algún capítulo de la santa escritura.2
No obstante, para la época los grandes exegetas han muerto y no es hasta 1880 que
vuelve a florecer el deseo por las sagradas escrituras. Otra cosa clave para recordar , es que
la Exégesis bíblica sufrirá las deficiencias de su tiempo aunque más sobria, más perspicaz,
además estará orientada a la interpretación de los padres contemporáneos.
Siguiendo este mismo orden de ideas, es importante recalcar que San Alfonso
después del encuentro con la palabra de Dios, también experimentó una profunda amistad
con algunos santos que marcaron toda su vida, estos Santos fueron; Santa Teresa de Ávila y
San Francisco de Sales. Teresa de Ávila (1515-1582), junto con su discípulo Juan de la
cruz han dado a la sociedad y al mundo una manera de vivir la espiritualidad cristiana muy
profunda con su propio estilo de vida, dando así un brillo, tal que no será igualado por
ningún otro.
El autor resalta que entre las penínsulas -ibérica e italiana hubo para la época una
gran interacción entre estas culturas, por ende aparecen catorce ediciones Italianas de la
obras de Teresa de Ávila, Ella pose una de las más bellas plumas de la literatura castellana.3
San Alfonso ha respirado a santa Teresa, desde su primer grito, Doña Anna proviene
de origen español, por los marqueses de Avenía, Posteriormente, el superior del seminario
su tío Gizzio, es quien desde su llegada al seminario hace de Alfonso un fervoroso de
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Teresa.
1
THEODULE REY-MERMET (1982), El santo del siglo de las luces, B.A.C; Madrid, Pág. 148-159
2
Ibid: Pág. 148
3
Ibid: pág. 152
4
Ibid: pág.151
3
siguiente año recibe las órdenes menores: Ostitario, lector, exorcista y acólito. El 27 de
octubre es aceptado en el noviciado y el 13 de octubre frente a la imagen de la Señora y del
superior anual Giovanni Venato le recomienda fidelidad a la regla y perseverancia.
Para Alfonso el incentivo por las ciencias eclesiástica forman en adelante parte de la
santidad, frecuentara a su compañero de misión Don Ciro de Alteriis en 1723, donde su
academia teológica puso en marcha siete secciones de investigación: Sagrada Escritura,
dogma, herejías, concilios, derechos canónicos, disciplina eclesiástica e historia de la
Iglesia. Pero percibe que falta lo moral, pero resalta como la mejor academia.
Por otra parte, a los pies de Nuestra Señora de la Merced, Alfonso jura ser
oratoriano, siendo miembros de la Confraternidad de los Doctores de la Visitación. 5 En una
tarde de otoño de 1723, San Alfonso recurría a la adoración al Santísimo: “adoraciones de
las Cuarentas horas”, hacia finales de octubre Alfonso ya no llevaba su espada y se había
cortado el cabello, contando a los seminarista que era abogado con clientela y riqueza, pero
Dios le había mostrado el camino hacia el sacerdocio (Mazzini).
Cada tarde se junta los cuatro adoradores: Giuseppe María Porpora, Giuseppe Panza
y Mazzini y a la vez incrementa su círculo de amistad. San Alfonso se destacó siendo
sacerdote sencillo, mientras que para su padre era una decepción. Don Giuseppe lo quería
ver vestido de purpura dando discurso en los balcones, sin embargo Alfonso estaba
absorbido por la oración y el estudio.
5
THEODULE REY-MERMET (1982), El santo del siglo de las luces, B.A.C; Madrid.pág.156
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APLICACIÓN A LA ACTUALIDAD
Tal como se describe, San Alfonso nos da una gran lección de cómo nosotros
debemos vivir nuestra espiritualidad como seminaristas, por esta razón nuestra vocación
debe de ser inmarcesible. De igual forma, nuestro santo fundador nos enseña que los años
del seminario es para formarse espiritualmente y que no está de más tener como ejemplo a
Santos, ya que nos ayudan a enardecer nuestra vida vocacional y espiritual.
Me gusta ver la santidad en el pueblo de Dios paciente: a los padres que crían con
tanto amor a sus hijos, en esos hombres y mujeres que trabajan para llevar el pan a
su casa, en los enfermos, en las religiosas ancianas que siguen sonriendo. En esta
constancia para seguir adelante día a día, veo la santidad de la Iglesia militante. Esa
es muchas veces la santidad «de la puerta de al lado», de aquellos que viven cerca
de nosotros y son un reflejo de la presencia de Dios, o, para usar otra expresión, «la
clase media de la santidad.6 [ CITATION Pap181 \l 3082 ].
6
Iglesia católica. Papa (2018 - : Francisco), Exhortación apostólica Gaudete Et Exsultate del santo padre
Francisco sobre el llamado a la santidad en el mundo actual. Fecha de consulta: 30/05/2021. Recuperado
desde; https://www.vatican.va/content/francesco/es/apost_exhortations/documents/papa-
francesco_esortazione-ap_20180319_gaudete-et-exsultate.html
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