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El término “objetivo” tiene varias acepciones semánticas que conviene precisar para Los objetivos
situar su lugar en el contexto de la investigación. Algunas de ellas son las siguientes: como producto
• Lo objetivo como opuesto a lo subjetivo (como cuando se dice “Se trata de o resultado de
una evaluación objetiva”). la investigación
• El objetivo como lugar al que algo se dirige (“La flecha dio en el objetivo”).
• El objetivo como finalidad (“Alcanzó su objetivo”).
Desde la perspectiva del proceso de la investigación los objetivos surgen de los pro-
blemas y las hipótesis, tal como se refleja en el esquema en el que presentamos los
componentes de la fase. Se ubican en lo que podríamos llamar la “interfaz” entre
las fases 1 (teórica) y 2 (empírica): los objetivos apuntan en ambas direcciones.
Comúnmente se distingue un objetivo general, del que se desprende un con-
junto (reducido) de objetivos específicos. La formulación del objetivo general
contempla el núcleo de lo que se propone conseguir la investigación y, como tal,
apunta a una formulación más conceptual.
Los objetivos específicos estipulan los productos más desagregados que se
requieren para alcanzar dicho objetivo general, por tanto, especifican con cierto
detalle la estrategia empírica para alcanzarlos.
Cuando me referí a los problemas de investigación señalé que un rasgo carac-
terístico es que su respuesta apunta siempre en la perspectiva de la producción de
algún tipo de conocimiento. En esa dirección los objetivos también se formulan
(siempre) como productos de tipo cognitivo. Suelen expresarse mediante el uso de
verbos en infinitivo como, por ejemplo, evaluar, diagnosticar, identificar, caracterizar.
Como se advierte, todos apuntan en la dirección de producir u obtener un
resultado que aportará algún conocimiento y deben formularse en congruencia
con los problemas y las hipótesis, ya que efectivamente se derivan de éstos. Así, por
ejemplo, si un problema se formula en los siguientes términos:
anticipar y prever el tratamiento que se espera hacer. Pero, sin duda, su especifica-
ción contribuirá mucho en el ordenamiento del tema y también en la planificación
de las actividades. Así, por ejemplo, en el caso anterior, podría estipularse con más
precisión en los siguientes términos:
O también:
Algunos conceptos o términos que podrían confundirse con los objetivos, por-
que de algún modo están emparentados —aunque deben distinguirse— son los
siguientes:
• Metas
• Propósitos
• Actividades
En lo que respecta a las metas se trata del término que más proximidad tiene
con el de “objetivo”. Una meta es también un fin o un estado de cosas que se
espera alcanzar.
En la investigación la meta siempre será “iluminar o responder a los problemas
formulados”, “cotejar o contrastar las hipótesis, o descubrirlas”, de modo tal que
220 PARTE D OS Desarrollos metodológicos
los objetivos serán los productos o los medios que harán posible el cumplimiento
de la meta.
De cualquier manera, las metas no se formulan como tales en un trabajo de
investigación, ya que se dan por supuestas. Sólo se formulan los objetivos, como
objetivos generales y específicos, tal como lo hemos comentado.
En lo que respecta a los propósitos su distinción es más precisa e igual de rele-
vante. El propósito está directamente vinculado a los “fines” que persigue la investi-
gación, a los “valores” que la motivan. Expresan un horizonte de deseabilidad de los
investigadores, en términos de la contribución que esperan hacer a su disciplina o a
un contexto social específico. Por ejemplo el propósito de una investigación sobre
“didáctica de las matemáticas” podría formular un propósito como el siguiente:
Lo dicho hasta aquí resulta suficiente para ubicar la relación de esta fase 1 con
la siguiente fase 2, orientada a la construcción y el relevamiento de los datos.
Tal como quedó expresado, los objetivos particulares o específicos deben
contener —de un modo reducido pero deseablemente preciso— algunas indi-
caciones orientadas hacia dicha estrategia empírica. Ésa es la razón por la cual los
ubicamos en la “interfaz” entre la fase 1 (de corte más conceptual) y la fase 2 del
proceso (de corte más empírico). En el siguiente capítulo nos dedicaremos preci-
samente a situar el paso a dicha estrategia empírica.