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María Blanca Noodt Taquela, “Contratos comerciales

internacionales: cuestiones que plantean”, Revista de Derecho


Privado y Comunitario, 2017-3, Santa Fe, Rubinzal-Culzoni, pp.
461-494.

CONTRATOS COMERCIALES
INTERNACIONALES: CUESTIONES
QUE PLANTEAN

por María Blanca Noodt Taquela

Sumario: I. Cuestiones que plantean los contratos comerciales internacionales. II. Ju-
risdicción internacional en materia contractual. 1. Importancia de la jurisdicción
internacional. 2. Autonomía de la voluntad en la jurisdicción internacional. 2.1. Ju-
risdicción arbitral. 2.2. Protocolo de Buenos Aires de 1994 del MERCOSUR.
2.3. Tratado de Derecho Civil Internacional de Montevideo de 1940. 2.4. Tratado
de Derecho Civil Internacional de Montevideo de 1889. 2.5. Fuente interna: Código
Civil y Comercial de la Nación 2014. 3. Criterios atributivos de jurisdicción en
materia contractual en defecto de elección. 3.1. Protocolo de Buenos Aires de
1994 del MERCOSUR. 3.2. Tratados de Derecho Civil Internacional de Monte-
video de 1889 y de 1940. 3.3. Fuente interna: Código Civil y Comercial de la
Nación 2014. III. Normas aplicables a los contratos internacionales. 1. Pluralismo
metodológico. 1.1. Tratados internacionales. 1.2. Leyes modelo. 1.3. Guías legis-
lativas. 1.4. Guías de buenas prácticas. 1.5. Otras guías jurídicas. 1.6. Principios.
1.7. Recomendaciones. 1.8. Usos del comercio internacional. 1.9. Contratos mo-
delo. Condiciones generales de contratación. 1.10. Documentos uniformes. 1.11.
Códigos de ética unilaterales. 1.12. Textos explicativos. 2. Autonomía de la vo-
luntad en el derecho aplicable. 2.1. Autonomía de la voluntad conflictual y material.
2.2. Autonomía de la voluntad en los Tratados de Montevideo de 1889 y 1940.
2.3. Fuente interna: Código Civil y Comercial de la Nación 2014. 3. Ley aplicable
en ausencia de elección. 3.1. Tratados de Montevideo de 1889 y 1940. 3.2. Fuente
interna: artículo 2652 del Código Civil y Comercial de la Nación 2014. 3.3. Prin-
cipio de proximidad: artículo 2653 del Código Civil y Comercial de la Nación
2014. 4. Ámbito de la ley aplicable. IV. Cooperación jurídica internacional.

I. Cuestiones que plantean los contratos


comerciales internacionales
Para abordar un contrato internacional ya sea en la etapa de nego-
ciación o celebración, durante su ejecución o ante un incumplimiento,
debemos necesariamente analizar tres cuestiones: la jurisdicción inter-

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Doctrina

nacional, las normas aplicables y la cooperación jurídica internacional;


en lo que respecta a esta última cuestión, especialmente el reconocimiento
y ejecución de una eventual sentencia o laudo arbitral en el extranjero.
A su vez, cada una de estas cuestiones puede estar regulada en
fuentes internacionales o internas. Los tratados internacionales han sido
y son el método de codificación por excelencia del Derecho Interna-
cional Privado y a través de ellos se pueden unificar normas materiales
o normas de conflicto. Las normas de Derecho Internacional Priva-
do (DIPr.) de fuente interna, es decir las contenidas en la legislación
nacional, se encuentran hoy en gran parte reunidas en el Código Civil
y Comercial de la Nación de 2014 (CCCN 2014), Libro Sexto, Títu-
lo IV, arts. 2594 a 2671, aunque se mantienen vigentes normas de
DIPr. incluidas en leyes especiales, tales como las leyes de navega-
ción, de sociedades, de seguros, transportes y de concursos y quiebras,
entre otras1.
El DIPr. utiliza el pluralismo metodológico para encarar las situa-
ciones privadas internacionales, es decir aplica tanto el tradicional mé-
todo conflictualista o indirecto, que se expresa en normas de conflicto
que indican el derecho aplicable, como el método sustancialista, que
usa las normas materiales y el método exclusivista o de autolimitación,
que recurre a las normas de policía o normas imperativas o de aplicación
inmediata. Cuando se trata de contratos internacionales, la pluralidad
de normas y métodos se hace muy evidente2.

II. Jurisdicción internacional en materia contractual


1. Importancia de la jurisdicción internacional
Conocer la jurisdicción internacional donde eventualmente puedan

1 FERNÁNDEZ ARROYO, Diego P., Jurisdicción internacional (Título IV, Dis-

posiciones de Derecho Internacional Privado –Capítulo 2–), en Comentario al Código


Civil y Comercial de la Nación 2014, dir. por Julio César Rivera y Graciela Medina,
La Ley, Buenos Aires, 2014, ps. 799-829, esp. p. 800.
2 ARGERICH, Guillermo, El método del Derecho Internacional Privado: vi-

sión en el siglo XXI, en El Derecho Internacional Privado y sus desafíos en la actuali-


dad, dir. por Alberto Amaral Júnior y Luciane Klein Vieira, Ibáñez, Bogotá, 2016, ps.
57-81, esp. ps. 61-66 y en lo que se refiere a los contratos internacionales, ps. 70-71.

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Contratos comerciales internacionales: Cuestiones que plantean

plantearse las controversias derivadas de un contrato es muy importante


por diversos motivos: existencia de pruebas en la ciudad del tribunal,
idioma del país o de la ciudad donde se litigue, costos de abogados
y traslados de partes y testigos, gastos de traducción de documentos,
son algunas de las circunstancias que inciden para que una jurisdicción
u otra resulte más beneficiosa. Además, desde un punto de vista es-
trictamente jurídico, los jueces estatales deben partir siempre de su
propio sistema de DIPr., de modo que si la controversia se plantea en
otro país, el sistema de DIPr. será otro y las normas aplicables pueden
variar.
En general, en materia contractual las normas de los tratados in-
ternacionales y de fuente interna utilizan más de un criterio atributivo
de jurisdicción internacional, por lo que se habla de jurisdicciones
concurrentes y tendrán jurisdicción internacional los jueces de más de
un país. Como la elección queda en manos de la accionante, si no se
acuerda el foro, las partes tendrán la incertidumbre sobre cuál será el
juez que intervendrá hasta que se plantee el conflicto. Ésta es una de
las razones por las cuales es habitual que en los contratos internacio-
nales se pacte el juez competente o un acuerdo arbitral.

2. Autonomía de la voluntad en la jurisdicción internacional


2.1. Jurisdicción arbitral
La jurisdicción arbitral tiene origen en el acuerdo de las partes para
que las controversias que se susciten entre ellas o que ya se hayan
suscitado, sean resueltas a través del arbitraje. La autonomía de la vo-
luntad expresada en el acuerdo arbitral es la que sustrae el litigio de la
jurisdicción internacional de los Estados y produce que su tramitación
y resolución esté en manos de particulares –los árbitros–, quienes diri-
mirán la cuestión con carácter obligatorio para las partes3. La existencia
de un acuerdo arbitral válido4 torna incompetentes a los tribunales que
normalmente estarían investidos de jurisdicción internacional.

3 NOODT TAQUELA, María B., La “jurisdicción” arbitral, Cap. 4. IV, en De-


recho Internacional Privado de los Estados del Mercosur, coord. por Diego P. Fer-
nández Arroyo, Zavalía, Buenos Aires, 2003, ps. 213-228, esp. parág. 150, p. 213.
4 BOGGIANO, Antonio, Autonomía y eficacia de la cláusula arbitral para el

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Doctrina

El apoyo al arbitraje proviene de los Estados, que reconocen este


modo de solución de controversias, como el más importante en el
comercio internacional; los tratados internacionales sobre reconoci-
miento de laudos arbitrales extranjeros han sido y son la base funda-
mental para sostener el arbitraje internacional, en especial la Conven-
ción sobre el reconocimiento y la ejecución de las sentencias arbitrales
extranjeras, firmada en Nueva York, el 10 de junio de 19585 y en el
continente americano, la Convención interamericana sobre arbitraje
comercial internacional suscripta en Panamá, el 30 de enero de 19756.
En los primeros años del MERCOSUR, al firmarse el Protocolo
sobre jurisdicción internacional en materia contractual, suscripto en
Buenos Aires, el 5 de agosto de 1994, se quiso también convalidar el
arbitraje al autorizar a las partes a someterse a tribunales arbitrales
(art. 4). Unos años después, se adoptó el Acuerdo sobre arbitraje co-
mercial internacional del MERCOSUR, firmado en Buenos Aires el
23 de julio de 19987, que se propuso establecer un marco propicio
para el arbitraje internacional.

2.2. Protocolo de Buenos Aires de 1994 del MERCOSUR


El MERCOSUR tuvo especial interés en unificar las normas de
jurisdicción en materia contractual, en particular para receptar la au-
tonomía de la voluntad, ya que no estaba aceptada en Uruguay y apa-

Derecho Internacional Privado de las privatizaciones, en L. L. 1989-E-302/307; GRI-


GERA NAON, Horacio A., La autonomía del acuerdo arbitral, en L. L. 1989-D-
1107/1115.
5 La Convención sobre el reconocimiento y la ejecución de las sentencias arbitrales

extranjeras, firmada en Nueva York, el 10 de junio de 1958, fue aprobada por Argentina
por ley 23.619 y tiene 156 Estados Partes al 1º de octubre de 2017.
6 La Convención interamericana sobre arbitraje comercial internacional suscripta

en Panamá, el 30 de enero de 1975 fue aprobada por Argentina por ley 24.322 y
tiene 19 Estados Partes al 1º de octubre de 2017.
7 El Acuerdo sobre arbitraje comercial internacional del MERCOSUR, firmado en

Buenos Aires, el 23 de julio de 1998 fue adoptado por CMC/Dec. 3/98, aprobado por
Argentina por ley 25.223 y está vigente en los cuatro Estados originarios del MERCO-
SUR. Se firmó también un tratado paralelo, el Acuerdo sobre arbitraje comercial
internacional entre el MERCOSUR y la República de Bolivia y la República de Chile,
en la misma fecha, CMC/Dec. 4/98, que no ha entrado en vigencia porque no ha sido
ratificado ni por Bolivia, ni por Chile. Disponible en http://www.mercosur.int/.

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Contratos comerciales internacionales: Cuestiones que plantean

rentemente tampoco en Brasil en ese momento. Así se adoptó el Pro-


tocolo sobre jurisdicción internacional en materia contractual, suscripto
en Buenos Aires, el 5 de agosto de 1994, vigente en los cuatro Estados
originarios del MERCOSUR8.
La posibilidad de pactar los tribunales competentes en los contratos
internacionales quedó solucionada a través de este tratado internacional.
Se exige que el acuerdo de elección de foro se realice por escrito, ya
sea en el momento de la celebración del contrato o con posterioridad,
incluso una vez surgido el litigio (arts. 4 y 5), pero los pactos obtenidos
en forma abusiva podrían ser invalidados (art. 4). Desde que entró en
vigencia el Protocolo de Buenos Aires no se conocen casos en que se
haya considerado que el acuerdo era abusivo.
La fórmula fue propuesta por la delegación uruguaya, quien la rei-
teró en los Acuerdos de arbitraje comercial internacional del MER-
COSUR (art. 4), ya que se trata de un criterio aceptado por la doctrina
uruguaya, que, como lo ha expresado Eduardo Tellechea Bergman,
fue incluso negociado en el Convenio de cooperación jurídica entre
España y Uruguay, del 4 de noviembre de 1987, al determinar los
criterios de la competencia internacional indirecta (art. 5).
Además del pacto expreso por escrito, el Protocolo de Buenos Aires
admite también la prórroga de jurisdicción posterior a la interposición
de la demanda, si el demandado la admite en forma positiva y no
ficta, es decir si el demandado comparece sin cuestionar la jurisdicción,
pero no si se lo declara rebelde, incluso si existiera otra jurisdicción
acordada entre las partes (art. 6). La norma sigue la línea de la prórroga
autorizada en el artículo 56, último párrafo del Tratado de Derecho
Civil Internacional de Montevideo de 1940, que se permite cuando el
demandado acepta una jurisdicción que no es la prevista por el tratado,
con posterioridad a la iniciación de la demanda.
La prórroga post litem del artículo 56 del Tratado de Montevi-
deo 1940 requiere que la voluntad se exprese en forma positiva y no
ficta, fórmula propuesta por el delegado de Perú en el Congreso de

8 El Protocolo sobre jurisdicción internacional en materia contractual, suscripto


en Buenos Aires, el 5 de agosto de 1994, CMC 1/94, fue ratificado y se encuentra
vigente en los cuatro Estados originarios del MERCOSUR. Información disponible
en http://www.mercosur.int/.

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Doctrina

Montevideo de 1940. Se ha dicho que la forma positiva comprende


tanto la forma expresa de manifestación de la voluntad como la tácita,
que resulta de presentarse en el juicio sin cuestionar la competencia.
La forma ficta –no aceptada por el Tratado de Montevideo de 1940–
se refiere al supuesto en que la jurisdicción internacional no es cues-
tionada porque el demandado no ha comparecido en el proceso y se
encuentra rebelde.
El Protocolo de Buenos Aires no se aplica a los contratos de trabajo,
de venta a consumidores, de transporte, de seguros, ni a los acuerdos
celebrados en materia de concursos y quiebras, derecho de familia y
sucesiones, seguridad social, derechos reales, ni contratos administra-
tivos (art. 2), ni a los contratos en los que intervienen Estados u or-
ganismos estatales, ya que regula sólo los contratos entre particulares
(art. 1).
En el ámbito espacial de aplicación del Protocolo se incluyen los
acuerdos de elección de foro realizados entre una parte domiciliada o
con sede social en un Estado miembro y otra en un tercer Estado. El
acuerdo debe haberse realizado a favor de un tribunal del MERCOSUR
y debe existir una conexión razonable según las normas de jurisdicción
del Protocolo (art. 1.b). La conexión razonable como condición de
aplicación del Protocolo y no como requisito de validez del pacto de
jurisdicción no anula el pacto sino que somete a los sistemas internos
de DIPr., la validez del acuerdo realizado entre una empresa del MER-
COSUR y otra de un tercer Estado, actualmente en el caso de Argentina,
los artículos 2605 a 2607 del CCCN 2014.
Todos los supuestos de jurisdicción subsidiaria contemplados en
el Protocolo de Buenos Aires (arts. 7 a 12) deben entenderse como
“conexión razonable”, por lo que debe aceptarse el lugar de cumpli-
miento de cualquiera de las obligaciones, ya que se desconoce quién
promoverá la demanda; el domicilio de cualquiera de los contratantes,
ya que no se sabe, ante una eventual acción judicial, quién será de-
mandado (art. 7, incs. b y c); el lugar de celebración del contrato por
parte de personas jurídicas demandadas, cuya sede se encuentre en
otro Estado Parte (que coincidirá generalmente con el domicilio del
actor) (art. 11).
Pareciera que no pueden admitirse como razonables otras conexio-

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Contratos comerciales internacionales: Cuestiones que plantean

nes que no figuren como supuestos de jurisdicción subsidiaria en este


instrumento, ya que el artículo 1.b, hace expresa referencia a las normas
de jurisdicción del Protocolo. Por lo demás, la exigencia de conexión
razonable será indiferente en la gran mayoría de los casos, pues es
probable que la jurisdicción pactada coincida con el domicilio, sede
social principal o sucursal de alguno de los contratantes o con alguno
de los lugares de cumplimiento del contrato o con el lugar de cele-
bración del contrato distinto de la sede social de la persona jurídica:
supuestos éstos que implican de por sí “conexión razonable”.
La opinión consultiva 1/2007 resuelta por el Tribunal Permanente
de Revisión del MERCOSUR el 3 de abril de 2007, cursada por la
Corte Suprema de Justicia del Paraguay en los autos “Norte SA Imp.
Exp. c/Laboratorios Northia Sociedad Anónima, Comercial, Industrial,
Financiera, Inmobiliaria y Agropecuaria s/Indemnización de daños y
perjuicios y lucro cesante”, analizó una excepción de incompetencia
planteada ante los tribunales paraguayos por la empresa argentina de-
mandada, ya que se había pactado la jurisdicción de los tribunales
argentinos9.

2.3. Tratado de Derecho Civil Internacional de Montevideo de 1940


Los Tratados de Montevideo de 1940 demostraron un claro rechazo
por la autonomía de la voluntad que se volcó en el artículo V del
Protocolo Adicional de 1940 que no permite el pacto de jurisdic-
ción ni de ley aplicable, salvo en la medida en que la ley aplicable
lo autorice, solución de compromiso a la que se arribó para zanjar
las diferencias entre las posturas de los delegados argentinos y uru-
guayos10.
Como el artículo 56 del Tratado de Derecho Civil Internacional
de Montevideo de 1940 incorpora en forma muy limitada la autonomía,
al permitir la prórroga de la jurisdicción aceptada por el demandado

9 Disponible en: http://www.tprmercosur.org/es/sol_contr_opiniones.htm.


10 ALFONSÍN, Quintín, Régimen internacional de los contratos, Montevideo,
1950, cit. por NOODT TAQUELA, María Blanca, Reglamentación general de los
contratos internacionales en los Estados mercosureños, Capítulo 25, en Derecho In-
ternacional Privado de los Estados del Mercosur, coord. por Diego P. Fernández
Arroyo, Zavalía, Buenos Aires, 2003, ps. 979-1026, esp. parágr. 1086, ps. 989-990.

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Doctrina

después de iniciada la demanda, queda claro que los pactos de juris-


dicción contenidos en los contratos podían ser fácilmente invalidados
si el demandado así lo planteaba, antes de la entrada en vigencia del Pro-
tocolo de Buenos Aires. En síntesis, el Tratado de Derecho Civil In-
ternacional de Montevideo de 1940 admite la prórroga de jurisdicción
posterior a la interposición de la demanda, si el demandado comparece
sin cuestionar la jurisdicción, pero no si se lo declara rebelde.
Hay que destacar que técnicamente para que se trate de prórroga
de jurisdicción, el actor debe iniciar la demanda ante un tribunal que
carece de jurisdicción en virtud de las normas del tratado aplicable,
porque de lo contrario, si se accionara ante alguna de las jurisdiccio-
nes previstas en el tratado, el actor estaría ejerciendo la facultad de
elegir entre las jurisdicciones concurrentes que el tratado prevé (“de-
terminación electiva de la jurisdicción”, según Werner Goldschmidt)
y el demandado carecería de derecho a oponerse a la competencia
elegida por el actor, puesto que no se trata de un supuesto de pró-
rroga, como se interpretó correctamente en los casos argentinos de
la Suprema Corte de la Provincia de Buenos Aires, del 25 de junio
de 1968, “Sastre c/Bibiloni”11 y de la Cámara Nacional Civil, sala J,
del 22 de diciembre de 1997, “Quiroga c/Liga Argentina de Baby
Fútbol”12.

2.4. Tratado de Derecho Civil Internacional


de Montevideo de 1889
Los Tratados de 1889 guardan silencio sobre la autonomía de la
voluntad, tanto con relación a la ley aplicable como respecto de la
posibilidad de pactar la jurisdicción. La falta de regulación expresa
ha sido interpretada en Uruguay como rechazo de la autonomía teniendo
en consideración tanto la opinión de Gonzalo Ramírez, jurista uruguayo
que redactó los proyectos de los tratados, como el contexto histórico
y los debates durante el Congreso de 1888 y 188913. En cambio, la

11 Publicada en E. D. 24-1; la sentencia fue luego confirmada por la CSJN, el

24-9-69. Disponible en www.diprargentina.com.


12 Disponible en www.diprargentina.com.
13 FRESNEDO DE AGUIRRE, Cecilia, Curso de Derecho Internacional Privado,

Montevideo, FCU, 2009, p. 163.

468
Contratos comerciales internacionales: Cuestiones que plantean

interpretación de la doctrina y jurisprudencia argentina se orienta en


sentido contrario y permite la autonomía en el marco de los Tratados
de 188914.

2.5. Fuente interna: Código Civil y


Comercial de la Nación 2014
La sanción del Código Civil y Comercial de la Nación de 2014
implicó la recepción expresa a nivel nacional de los pactos de elección
de foro, artículos 2605 a 2607. Se admiten los acuerdos en materia
patrimonial e internacional, salvo que exista jurisdicción exclusiva de
los tribunales argentinos o que el pacto estuviese prohibido por la ley
(art. 2605). A su vez debe tratarse de materias disponibles (art. 2601),
se exige que el acuerdo se haga por escrito y entendemos que se
aceptan las comunicaciones por medios electrónicos, ya que el artícu-
lo 2607 dispone: “...Se admite también todo medio de comunicación
que permita establecer la prueba por un texto...”
En cuanto a la prórroga, es razonable que se entienda prorrogada
la jurisdicción por la iniciación de la demanda respecto del actor y
por la contestación de la demanda u oposición de excepciones sin
plantear la incompetencia, respecto del demandado (art. 2607). Enten-
demos que se trata de una prórroga por actos concluyentes en estos
casos y no tácita como indica la norma mencionada. También acepta
la norma que se considere prorrogada la jurisdicción cuando el de-
mandado no conteste la demanda, criterio que no parece tan apropiado15.
La jurisdicción pactada tiene carácter exclusivo, salvo que las partes
decidan expresamente lo contrario (art. 2606).
Hay que distinguir entre el pacto de jurisdicción y la prórroga
propiamente dicha. El pacto o acuerdo de elección de foro impli-
ca la determinación de la jurisdicción a favor de un país, si la norma
faculta a los contratantes a elegir entre los tribunales de varios. Esta
determinación electiva puede llevarse a cabo tanto por acuerdo de
las partes concertado con anterioridad a la deducción de la demanda,
como por el acto unilateral del actor de iniciar la demanda ante el

14 BOGGIANO, Antonio, Tratado de Derecho Internacional Privado, 6ª ed., La

Ley, Buenos Aires, 2017, t. II, ps. 262-263.

469
Doctrina

juez del país de su elección. La determinación electiva no es una


prórroga de jurisdicción.
La prórroga de jurisdicción, en sentido estricto, consiste en el acuer-
do de las partes de adjudicar jurisdicción internacional a los jueces
de un país que no la tuviera en virtud de una norma (convencional o
legal) aplicable16.

3. Criterios atributivos de jurisdicción en materia


contractual en defecto de elección
3.1. Protocolo de Buenos Aires de 1994 del MERCOSUR
Si las partes no han elegido el tribunal competente, el Protocolo
de Buenos Aires establece cuatro jurisdicciones concurrentes, a elec-
ción del actor: a) lugar de cumplimiento de la obligación que sirve
de base a la demanda (arts. 7.a y 8); b) domicilio del demandado
(arts. 7.b y 9); c) domicilio del actor, cuando demostrare que cumplió
su prestación (art. 7.c), y d) lugar de celebración del contrato por
parte de personas jurídicas demandadas, cuya sede se encuentre en
otro Estado Parte, que coincidirá generalmente con el domicilio del
actor (art. 11). En la práctica, podría decirse que normalmente serán
competentes los tribunales de los domicilios de cualquiera de las par-
tes, a elección del actor, no porque esté expresado así en el Protocolo
de Buenos Aires, sino porque las cuatro conexiones establecidas en
los artículos 7 y 11, con las precisiones del artículo 8, nos llevan a
esa conclusión.
Además, se califica lugar de cumplimiento, tomando las precisiones
del artículo 38 del Tratado de Derecho Civil Internacional de Monte-
video de 1940, lo que no resulta muy conveniente pues estas califi-
caciones se refieren al lugar del cumplimiento del contrato a los fines
de la determinación del derecho aplicable –apuntan a la prestación
característica– y no están pensadas para determinar la jurisdicción in-
15 IUD, Carolina D., Contratos internacionales en el Código Civil y Comercial

argentino 2014, en Anuario Argentino de Derecho Internacional, Lerner, Córdoba,


2015, t. XXIV, ps. 175-229, esp. ps. 184-186.
16 GOLDSCHMIDT, Werner, Jurisdicción internacional directa e indirecta, en

Prudentia Iuris, Revista de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la UCA,


agosto de 1980, ps. 15-16.

470
Contratos comerciales internacionales: Cuestiones que plantean

ternacional. Hay que interpretar que debe acudirse a estas calificaciones


del lugar de cumplimiento cuando las partes no hayan designado ese
lugar en forma expresa o implícita, a pesar de que el Protocolo no
realice esta salvedad.
El domicilio del demandado es el otro criterio clásico atributivo
de jurisdicción (art. 7.b); si se demanda a varias personas, tienen ju-
risdicción los jueces del domicilio de cualquiera de los demandados,
a elección del actor (art. 12). En caso de personas físicas, se entiende
por domicilio, en primer lugar, su residencia habitual; subsidiariamente,
el centro principal de sus negocios y en ausencia de estas circunstan-
cias la simple residencia (art. 9.a). En cuanto a las personas jurídicas
(art. 9.b) “domicilio” se califica como el lugar de la sede principal de
la administración y de las sucursales, establecimientos, agencias o re-
presentaciones de la persona jurídica, con respecto “a las operaciones
que allí se practiquen”.
Llama la atención que el Protocolo de Buenos Aires otorgue también
jurisdicción internacional a los jueces del domicilio o sede social del
actor, cuando demostrare que cumplió con su prestación (art. 7.c). Se
trata de un criterio novedoso, que no es utilizado en materia contractual,
salvo que se trate de contratos con partes débiles, como sucede en
materia de consumidores o contrato de seguros, que son materias ex-
cluidas del Protocolo. Hemos sostenido que, aunque expresado de otro
modo, se receptó el criterio de algunos autores de que, a los fines de
la jurisdicción, lugar de cumplimiento es el de cualquiera de las pres-
taciones17, criterio que fuera aceptado por la jurisprudencia argentina:
CNCom., sala E, 10-10-85, “Espósito”, L. L. 1986-D-46; íd., 30-9-98,
“Vicente Giorgi” y CSJN, 20-10-98, “Exportadora Buenos Aires”, L. L.
2000-A-40418.
Otro criterio atributivo de jurisdicción previsto para casos particu-
lares, es el lugar de celebración del contrato por parte de personas
jurídicas demandadas, cuya sede se encuentre en otro Estado Parte
(art. 11). Se trata de aquellos casos de viajes de negocios, en los que

17 BOGGIANO, Tratado de Derecho Internacional Privado cit. en nota 14, t. II,


ps. 262-263; UZAL, María Elsa, Derecho Internacional Privado, La Ley, Buenos
Aires, 2016, ps. 258-259.
18 Disponibles en www.diprargentina.com.

471
Doctrina

la persona jurídica contrata en un país distinto de su sede social, y


por ese motivo el Protocolo autoriza que sea demandada en el país
donde contrató, que coincidirá generalmente con el domicilio del actor.
Esta norma no se aplica cuando la persona jurídica actuó a través de
un representante independiente, por ejemplo un agente, ni tampoco
cuando la sociedad tiene su sede en un Estado y contrata en otro, en
el que tiene una sucursal, establecimiento o representación, pues se
considera que existe domicilio del demandado también en esos lugares
(arts. 7.b, y 9.b).

3.2. Tratados de Derecho Civil Internacional


de Montevideo de 1889 y de 1940
La norma general de jurisdicción en materia de acciones personales
es la que debe aplicarse a las demandas derivadas de contratos en am-
bos Tratados de Derecho Civil Internacional de Montevideo (art. 56);
esta norma atribuye jurisdicción a los jueces del Estado cuya ley es
aplicable y a los del domicilio del demandado, a elección del actor.
El primer criterio de jurisdicción es la denominada teoría del para-
lelismo entre el juez competente y el derecho aplicable, o forum causæ
o criterio Asser en homenaje al jurista holandés Tobías M. C. Asser,
quien propició la reunión de la primera Conferencia de La Haya de
DIPr. Este criterio tiene ventajas tales como que los jueces aplicarán
su propia ley, que se presume conocida, pero también dificultades
cuando existen incertidumbres respecto del derecho aplicable, al me-
nos al momento de iniciarse el proceso o cuando existen distintos
derechos aplicables a diversos aspectos de la situación jurídica materia
del juicio.
El domicilio del demandado como criterio atributivo de jurisdicción
es prácticamente pacífico en todo el mundo y tiene la gran ventaja
para el actor de que normalmente podrá ejecutar la sentencia en el
mismo país donde se dictó, mientras el demandado no puede agraviarse
al ser demandado ante los jueces de su propio domicilio. Cuando existen
varios demandados se acepta la jurisdicción del domicilio de cualquiera
de ellos, aunque las normas no lo indican expresamente.
Algunos contratos en particular tienen normas específicas, como
el transporte terrestre de personas, que de acuerdo al artículo 17 del

472
Contratos comerciales internacionales: Cuestiones que plantean

Tratado de Derecho Comercial Terrestre Internacional de Montevideo


de 1940 atribuye jurisdicción a los jueces del país de destino del pa-
sajero o a los del país de celebración del contrato, norma que no tenía
equivalente en el Tratado de 1889.
Como no hay norma expresa de jurisdicción en el transporte terrestre
de mercaderías, la jurisprudencia ha considerado que de acuerdo al
artículo 56 del Tratado de Derecho Civil Internacional de Montevideo
de 1940, corresponde otorgar jurisdicción al Estado cuya ley es apli-
cable, que es el país donde debe entregarse la carga al consignatario.
En este sentido la Corte Suprema de Justicia de Argentina resolvió el
26 de octubre de 2004 en el caso “Royal & Sun Alliance Seguros
Uruguay c/Transportes Patrón”, la incompetencia de la justicia argen-
tina para entender en el caso, ya que la entrega debía efectuarse en
Uruguay y no había certeza sobre el domicilio del demandado19.
En materia de contratos de seguro el Tratado de Derecho Comercial
Internacional de Montevideo de 1889 atribuye jurisdicción a los jueces
del domicilio legal de las sociedades aseguradoras o de sus sucursales,
con relación a las acciones que se promuevan contra ellas (art. 10),
norma que resulta aplicable tanto a seguros terrestres como marítimos.
Hay que entender que las aseguradoras cuando son actoras pueden
optar por demandar ante los jueces del domicilio del demandado por
aplicación del artículo 56 del Tratado de Derecho Civil Internacional
de Montevideo de 188920.
El Tratado de Derecho Comercial Terrestre Internacional de Mon-
tevideo de 1940 otorga jurisdicción internacional en materia de seguros
terrestres y sobre la vida a los jueces cuya ley es aplicable o a los
jueces del domicilio de los aseguradores, o en su caso de sus sucursales
o agencias o los del domicilio de los asegurados (art. 13). La ley
aplicable al seguro de vida es la del Estado donde está domiciliada la
compañía aseguradora o sus sucursales o agencias (art. 12). En cuanto
a los demás seguros terrestres, la ley aplicable es la del Estado donde
están situados los bienes objeto del seguro a la época de su celebración
(art. 12), lo que puede implicar otra jurisdicción diferente a las del
19 Publicado en www.diprargentina.com.
20 BOGGIANO, Tratado de Derecho Internacional Privado cit. en nota 14,
ps. 542-543.

473
Doctrina

domicilio de la aseguradora o del domicilio del asegurado, aunque


generalmente coincidirá con uno de ellos.
En los seguros marítimos y aéreos tienen jurisdicción los jueces
del domicilio de las aseguradoras o en su caso de sus sucursales o
agencias, pero si éstas promueven la demanda pueden optar por la
jurisdicción del domicilio del asegurado (arts. 30 y 43 del Tratado de
Derecho Comercial Terrestre Internacional de Montevideo de 1940).

3.3. Fuente interna: Código Civil y Comercial de la Nación 2014


El artículo 2650 del CCCN 2014 establece los criterios de juris-
dicción internacional en las acciones resultantes de un contrato, cuando
no existe acuerdo válido de elección del foro. Se han ampliado las
jurisdicciones previstas en los artículos 1215 y 1216 del Código Civil
de Vélez, con la recepción legislativa de la doctrina sentada por la
CSJN en 1998 en el fallo “Exportadora Buenos Aires”21, al referirse
al lugar de cumplimiento de cualquiera de las obligaciones contrac-
tuales. Hay que interpretar que “cualquiera de las obligaciones” se
refiere a la obligación principal a cargo de cada una de las partes y
no puede aludir a obligaciones accesorias.
También se amplían los criterios jurisdiccionales existentes con
anterioridad a la entrada en vigencia del CCCN 2014, porque se utiliza
domicilio o residencia habitual del demandado –en consonancia con la
norma general del artículo 2608– y además se establece que si hubiera
varios demandados, se abre jurisdicción ante los jueces del domicilio
o residencia habitual de cualquiera de ellos (art. 2650, inc. a).
Por último se recepta el criterio ya recogido por la jurisprudencia de
atribuir jurisdicción a los jueces del lugar donde se encuentre una agen-
cia, sucursal o representación del demandado, “siempre que ésta haya
participado en la negociación o celebración del contrato” (art. 2650,
inc. c).
La multiplicidad de foros previstos en materia contractual puede
ser una ventaja para el actor domiciliado en Argentina: es casi imposible
que no se pueda abrir jurisdicción en Argentina si el contrato tiene
alguna vinculación con nuestro país. Pero el inconveniente que se pre-

21 Ver nota 18.

474
Contratos comerciales internacionales: Cuestiones que plantean

senta es que puede considerarse que la jurisdicción era exorbitante al


momento de intentarse el reconocimiento de la sentencia en el extran-
jero, o al menos no cumplir con el requisito de la bilateralización de
las normas directas de jurisdicción del país donde se solicita el reco-
nocimiento.

III. Normas aplicables a los contratos internacionales


1. Pluralismo metodológico
Existe una pluralidad de normas internacionales elaboradas por dis-
tintos organismos codificadores que se aplican en todo o en algunos
aspectos a los contratos internacionales. Así podemos mencionar:
1. Tratados internacionales.
2. Leyes modelo.
3. Guías legislativas.
4. Guías de buenas prácticas.
5. Guías jurídicas.
6. Principios.
7. Recomendaciones.
8. Usos del comercio internacional.
9. Contratos modelo y condiciones generales de contratación.
10. Documentos uniformes.
11. Códigos de ética unilaterales.
12. Textos explicativos.

1.1. Tratados internacionales


Los tratados internacionales son el método clásico para unifi-
car normas materiales o normas de conflicto, pero requieren un alto
nivel de consenso entre los Estados para que puedan adoptarse y
luego aprobarse, ratificarse o incorporarse en los ordenamientos in-
ternos.
Los tratados de Montevideo de 1889 –ocho tratados y un protocolo
adicional– que son los primeros tratados de DIPr. vigentes en el mundo,
contienen normas de conflicto. El Convenio para la protección de las

475
Doctrina

obras literarias y artísticas, firmado en Berna, el 9 de septiembre de


1886, tiene normas materiales en su mayor parte pero incluye también
alguna norma de conflicto22.
Aunque los tratados internacionales son instrumentos rígidos de
unificación del Derecho, las reservas y declaraciones constituyen el
margen de flexibilidad con que pueden contar los países23.

1.2. Leyes modelo


Las leyes modelo se elaboran cuando un tratado internacional es
impracticable, por las grandes diferencias entre los ordenamientos na-
cionales implicados o por los intereses divergentes entre los Estados
representados.
Como la ley modelo no es más que eso (un “modelo”) el margen
de los legisladores nacionales cuando elaboran reglas a partir de él es
muy amplio, desde adoptarla textualmente hasta sólo quedarse con
alguna norma aislada. UNCITRAL auspició la Ley Modelo sobre Co-
mercio Electrónico en 1996 y luego la Ley Modelo sobre las Firmas
Electrónicas en 2001.

1.3. Guías legislativas


Las guías legislativas son un compendio de recomendaciones y
explicaciones destinadas a los Estados que quieran modernizar ciertos
aspectos de sus ordenamientos jurídicos nacionales; la guía legislativa
es una técnica más flexible aún que la ley modelo, que se usa para
aquellos casos en que las diferencias legislativas son tan profundas
que ni siquiera una ley modelo es posible. UNCITRAL ha recurrido
a esta técnica, por ejemplo, en el tema de garantías mobiliarias, al

22 El Convenio para la protección de las obras literarias y artísticas, firmado en

Berna, el 9 de septiembre de 1886, fue completado y revisado en París el 24 de julio


de 1971 y enmendado el 28 de septiembre de 1979, que Argentina aprobó por ley
25.140 tiene 185 Estados Partes al 1º de octubre de 2017. Disponible en http://www.
wipo.int/portal/es/.
23 BOUZA VIDAL, Nuria, Unificación convencional “a la carta” del Derecho

Internacional Privado, en Derecho Internacional Privado –derecho de la libertad y


el respeto mutuo–. Ensayos a la memoria de Tatiana B. de Maekelt, CEDEP/ASADIP,
Asunción, 2010, ps. 171 ss., esp. p. 173.

476
Contratos comerciales internacionales: Cuestiones que plantean

elaborar en 2007 la Guía legislativa sobre las operaciones garantizadas,


pero en 2016 se llegó a adoptar la Ley Modelo sobre Garantías Mo-
biliarias24.

1.4. Guías de buenas prácticas


Podemos mencionar la Guía de Prácticas sobre Cooperación en la
Insolvencia Transfronteriza, elaborada por UNCITRAL en 2009.

1.5. Otras guías jurídicas


UNIDROIT elaboró una guía para los acuerdos de franquicia prin-
cipal internacional en 1998 y luego en 2007 publicó una segunda edi-
ción; la traducción al español está disponible desde 2005.

1.6. Principios
Los Principios sobre los contratos comerciales internacionales, cuya
primera versión fue dada a conocer por UNIDROIT en 1994, consti-
tuyen una suerte de codificación privada de la materia, similar a los
Restatements que se elaboran en los Estados Unidos de América. Si
bien UNIDROIT es un organismo intergubernamental, la tarea realizada
durante muchos años por el grupo de expertos que los elaboró no fue
sometida a una conferencia diplomática para aprobarlos como convenio
internacional, ya que el principal modo de utilización de los Principios
es a través de la autonomía de la voluntad.
Como lo indica el Preámbulo, los Principios deben aplicarse obli-
gatoriamente cuando las partes los pactan y pueden aplicarse cuando
las partes acordaron que el contrato se rija por principios generales
del derecho, la lex mercatoria o expresiones similares; cuando las
partes no pactaron el derecho aplicable; pueden también aplicarse para
interpretar o complementar otros instrumentos internacionales o para
interpretar o complementar el Derecho nacional y como modelo para
la legislación nacional o internacional. Las versiones posteriores a 1994
de los Principios sobre los contratos comerciales internacionales son
de 2004, 2010 y 2016.
A su vez, la Conferencia de La Haya de Derecho Internacional
24 Disponible en: www.uncitral.org.

477
Doctrina

Privado aprobó los Principios sobre la elección de ley aplicable en


materia de contratos comerciales internacionales, el 19 de marzo de
2015. El comentario oficial del instrumento explica que “los Principios
no constituyen un instrumento formalmente vinculante, un Convenio
que los Estados deban aplicar directamente o trasponer a su Derecho
interno. Este instrumento tampoco constituye una ley modelo que se
anima a los Estados a aprobar. Se trata más bien de un conjunto no
vinculante de principios que la Conferencia de La Haya sugiere a los
Estados incorporar a su régimen interno de elección de derecho apli-
cable, adecuándolos a sus respectivas circunstancias. De esta forma,
los Principios pueden servir de guía para reformar el Derecho interno
en materia de elección del derecho aplicable”25.
La Conferencia de La Haya de Derecho Internacional Privado ex-
presó en el comentario oficial que “considera que la autonomía de la
voluntad tiene ventajas destacables y desea difundir este concepto entre
Estados que aún no lo han adoptado, o lo han hecho con restricciones
significativas, así como desarrollarlo mejor y definirlo con más pre-
cisión donde ya es un principio aceptado”26.
Tanto los Principios de UNIDROIT como los de La Haya adoptaron
la forma de una recopilación de normas formulada de una manera
similar al texto de una ley o tratado internacional (black letter rules),
acompañada de comentarios que contribuyen a su comprensión.
Al considerar la naturaleza que debían tener los Principios de La
Haya, la Conferencia entendió que el instrumento constituiría una fuen-
te de inspiración para los profesionales del ámbito del comercio in-
ternacional, ya sean redactores de contratos, abogados, especialistas
en arbitraje o juristas de empresas. Por el contrario, la Oficina Per-
manente de la Conferencia de La Haya fue consciente de que un ins-
trumento no vinculante no se aplicaría directamente ante los tribunales
estatales, ya que no formaría parte del ordenamiento jurídico del foro.

25 Comentario a los Principios sobre la elección de ley aplicable en materia de


contratos comerciales internacionales, Introducción, punto 1.8, p. 24. Disponible en
español en https://www.hcch.net.
26 Comentario a los Principios sobre la elección de ley aplicable en materia de
contratos comerciales internacionales, Introducción, punto 1.4, p. 23. Disponible en
español en https://www.hcch.net.

478
Contratos comerciales internacionales: Cuestiones que plantean

A pesar de esta limitación, la Oficina Permanente consideró que se


podría prever la utilización posterior del instrumento como fuente de
inspiración de futuros instrumentos vinculantes, tanto a nivel nacional
como regional o internacional.

1.7. Recomendaciones
Mucho antes de elaborar las leyes modelos sobre comercio elec-
trónico de 1996 y sobre firmas electrónicas de 2001, UNCITRAL ela-
boró en 1985 unas Recomendaciones dirigidas a los gobiernos y a las
organizaciones internacionales acerca del valor jurídico de los registros
de computadora.
Ha tomado gran notoriedad otra recomendación de UNCITRAL,
cual es la Recomendación relativa a la interpretación del párrafo 2,
del artículo II y del párrafo 1, del artículo VII de la Convención sobre
el Reconocimiento y la Ejecución de las Sentencias Arbitrales Extran-
jeras, hecha en Nueva York el 10 de junio de 1958.
Esta recomendación, adoptada el 7 de junio de 2006 en oportunidad
de aprobarse las enmiendas a la Ley Modelo sobre arbitraje comercial
internacional de 1985, se redactó en reconocimiento de la importancia
creciente del comercio electrónico, la promulgación de leyes internas
y la jurisprudencia, que son más favorables que la Convención de
Nueva York en cuanto al requisito de forma que rige los acuerdos de
arbitraje, los procedimientos de arbitraje y la ejecución de las senten-
cias arbitrales.
La recomendación propone una interpretación favorable a la armo-
nización de ciertas disposiciones de la Convención de Nueva York,
pero no obliga a los Estados Partes a seguirla.

1.8. Usos del comercio internacional


Los usos del comercio internacional tienen amplia utilización en
los contratos internacionales desde antiguo. Es habitual que las partes
se remitan a alguno de ellos en sus contratos, en cuyo caso se produce
una incorporación por referencia, a través de la autonomía de la vo-
luntad.
Entre muchos otros se pueden mencionar los INCOTERMS 2010,

479
Doctrina

es decir los Términos comerciales uniformes, elaborados por la Cámara


de Comercio Internacional (CCI)27, cuya primera edición se remonta
a 1936, que son aplicables a las compraventas internacionales de mer-
caderías.
Existen varias regulaciones de los contratos bancarios elaboradas
también por la CCI, la más conocida es la que regula el crédito do-
cumentario, cuya primera publicación es de 1933; actualmente están
vigentes las Reglas y usos uniformes relativos a los créditos docu-
mentarios, versión 200628.
La Convención sobre los contratos de compraventa internacional
de mercaderías, adoptada en Viena, el 11 de abril de 1980, vigente
en Argentina, otorga a los usos jerarquía superior a las propias normas
de la Convención29. En su artículo 9 hace referencia tanto a los usos
pactados, como a los que aún sin haberlo sido son aplicables, salvo
que las partes hayan acordado lo contrario. Para ello serán necesarias
tres condiciones: a) que las partes hayan tenido o debido tener cono-
cimiento de ese uso; b) que sea ampliamente conocido y regularmente
observado en el comercio internacional, y c) que se utilice en contratos
del mismo tipo en el tráfico mercantil de que se trate30.
Los Principios de UNIDROIT sobre los contratos comerciales in-
ternacionales, desde su primera versión de 1994, receptan también los
usos del comercio internacional, con una formulación similar a la de

27INCOTERMS 2010, elaborados por la Cámara de Comercio Internacional, vi-


gentes desde el 1º de enero de 2011, publicación CCI 715.
28 Reglas y usos uniformes relativos a los créditos documentarios, revisión 2006,

vigentes desde el 1º de julio de 2007, publicación CCI 600.


29 BOGGIANO, Tratado de Derecho Internacional Privado, cit. en nota 14,

p. 343; NOODT TAQUELA, María Blanca, Compraventa internacional de mer-


caderías, en Enciclopedia Jurídica Omeba, Apéndice VII, Driskill, Buenos Aires,
1996, ps. 161-195, esp. p. 162.
30 Convención sobre los contratos de compraventa internacional de mercaderías,

adoptada en Viena, el 11 de abril de 1980, artículo 9, párrafo 2: “Salvo pacto en


contrario, se considerará que las partes han hecho tácitamente aplicable al contrato o
a su formación un uso del que tenían o debían haber tenido conocimiento y que, en
el comercio internacional, sea ampliamente conocido y regularmente observado por
las partes en contratos del mismo tipo en el tráfico mercantil de que se trate”. Este
tratado internacional tiene 86 Estados Partes al 1º de octubre de 2017; texto y estado
de ratificaciones disponible en: http://www.uncitral.org.

480
Contratos comerciales internacionales: Cuestiones que plantean

la Convención de Viena de 1980, pero con la salvedad de que no


serán aplicados los usos que resulten irrazonables (art. 1.9). El co-
mentario de los Principios señala también que los usos prevalecen
sobre los Principios, con la excepción de las normas imperativas31.

1.9. Contratos modelo. Condiciones


generales de contratación
La Cámara de Comercio Internacional ha elaborado modelos de
contratos y de cláusulas que se encuentran a disposición de las partes,
por ejemplo, modelos de contratos de agencia, distribución, franquicia,
venta de plantas llave en mano, modelos de cláusulas de fuerza mayor,
contratación electrónica, entre otros.
Otros organismos privados hacen lo propio en el área en que de-
sarrollan sus actividades, tales como GAFTA32 en el comercio de gra-
nos; FIDIC33 para obras de ingeniería; ORGALIME34, Asociación Eu-
ropea de la industria de la ingeniería.
Eric Loquin explicaba que la utilización tan generalizada de estas
cláusulas a través de las fronteras constituye un fenómeno de Derecho
espontáneo. El suceso de estas prácticas contractuales se explica por
que satisfacen las necesidades del comercio internacional35.

1.10. Documentos uniformes


La elaboración de documentos uniformes por parte de organismos
internacionales, ya sean intergubernamentales o privados, facilita la
contratación internacional.

31 Los Principios de UNIDROIT sobre los contratos comerciales internacionales,

versiones 1994, 2004, 2010 y 2016 con su comentario, están disponibles en http://www.
unidroit.org. Ver: GAMA, Lauro Jr., Contratos internacionais à luz dos Princípios
do UNIDROIT 2004, Renovar, Rio de Janeiro, 2006.
32 GAFTA es la sigla de Grain and Feed Trade Association, con sede en Londres,

en http://www.gafta.com/.
33 FIDIC es la sigla en inglés de International Federation of Consulting Engineers,

en http://fidic.org/.
34 ORGALIME es la sigla de European Engineering Industries Association, en

http://www.orgalime.org/.
35 LOQUIN, Eric, Les règles matérielles internationales, en Recueil des Cours,

vol. 322, 2006, ps. 9-242, p. 37.

481
Doctrina

La Sexta Conferencia Especializada Interamericana de Derecho In-


ternacional Privado –CIDIP-VI– que se reunió en Washington en 2002,
redactó instrumentos uniformes en materia de transporte terrestre. Se
aprobaron en esa oportunidad la Carta de porte directa uniforme no
negociable interamericana para el transporte internacional de mercaderías
por carretera y la Carta de porte directa uniforme negociable interame-
ricana para el transporte internacional de mercaderías por carretera.

1.11. Códigos de ética unilaterales


Los operadores del comercio internacional multiplican los códigos
de ética elaborados unilateralmente, muy especialmente en sitios de
comercio electrónico. Indudablemente las normas unilaterales obligan
a la parte que las elabora y anuncia que se somete a ellas.

1.12. Textos explicativos


La finalidad de estos materiales no es servir de texto legislativo
ni legal, sino de documentación instructiva con orientaciones útiles y
datos de referencia para los usuarios. Se puede mencionar, entre otros,
el documento de UNCITRAL sobre Detección y prevención del fraude
comercial: Indicadores de fraude comercial, de 2013.

2. Autonomía de la voluntad en el derecho aplicable


2.1. Autonomía de la voluntad conflictual y material
La autonomía de la voluntad en la contratación internacional puede
consistir en elegir el derecho aplicable al contrato, denominada auto-
nomía conflictual, o en crear cláusulas contractuales que pueden des-
plazar incluso las normas coactivas del derecho aplicable, llamada au-
tonomía material del DIPr. Boggiano36 explica también la diferencia
entre autonomía de la voluntad del Derecho Privado, que tiene como
límite las normas coactivas o de orden público interno, de la autonomía
de la voluntad del DIPr., mucho más amplia, que solamente tiene

36 BOGGIANO, ob. cit. en nota 14, t. II, ps. 271 y 276-277; UZAL, Derecho

Internacional Privado cit. en nota 17, ps. 488-489; SCOTTI, Luciana B., Derecho
Internacional Privado, La Ley, Buenos Aires, 2017, p. 756.

482
Contratos comerciales internacionales: Cuestiones que plantean

como límite las normas de policía o internacionalmente imperativas y


los principios de orden público internacional.
El sistema argentino de DIPr. de fuente interna tiene hoy una norma
expresa sobre autonomía de la voluntad en el derecho aplicable a los
contratos internacionales (art. 2651), además de las normas sobre acuer-
dos de elección de foro y prórroga en materia de jurisdicción inter-
nacional (arts. 2605-2607), lo que torna innecesarias ya las detalladas
fundamentaciones que se desarrollaron en las décadas anteriores37. Era
pacífica la opinión de la doctrina argentina en cuanto a la aceptación
de la autonomía de la voluntad en los contratos internacionales, que
quedó expresada en las X Jornadas Nacionales de Derecho Civil, re-
unidas en Corrientes en 1985, oportunidad en la cual los participantes
en forma unánime expresaron que las partes pueden elegir el derecho
aplicable a los contratos internacionales.

37 Los autores argentinos han utilizado distintos fundamentos para sostener la

autonomía de la voluntad conflictual. Goldschmidt afirmaba que existía una práctica


favorable a la autonomía, esto es, una costumbre por la cual se estilaba someter los
contratos internacionales a leyes extranjeras, costumbre ejercida incluso por el mismo
Estado argentino, sobre todo en materia de préstamos internacionales. Se ha sostenido
también que la autonomía es una derivación lógica del principio constitucional que
ampara la libertad de las acciones humanas (arts. 14 y 19 de la Constitución Nacio-
nal Argentina). Boggiano utilizó dos fundamentos, uno fundado en el hoy derogado
art. 1212 del Código Civil de Vélez, que permitía que las partes designaran el lugar
de cumplimiento del contrato, por lo que podían también elegir indirectamente la ley
aplicable al elegir el lugar de cumplimiento del contrato. El otro, mucho más intere-
sante, es el fundamento basado en la norma que autorizaba los acuerdos de elección
de foro en contratos internacionales con anterioridad a la sanción del CCCN 2014,
que era el art. 1º del CPCCN, a partir del texto modificatorio de la ley 21.305 de
1976, posteriormente modificado por la ley 22.434 de 1981. Se sostenía que las partes
pueden elegir el tribunal competente, lo que implica que escogen implícitamente el
DIPr. del país al que pertenezca el tribunal elegido, pues cada juez aplica su propio
sistema de DIPr. Esta elección del juez significa desplazar totalmente las normas de
conflicto argentinas (entonces arts. 1209 y 1210 del Código Civil de Vélez). Se llegaba
entonces a la conclusión de que si las partes pueden decidir el DIPr. que rige el
contrato, pueden también elegir directamente el derecho Privado aplicable, ya que
éste se determina según el DIPr. elegido. Ver NOODT TAQUELA, María Blanca,
Reglamentación general de los contratos internacionales en los Estados mercosureños,
Capítulo 25, en Derecho Internacional Privado de los Estados del Mercosur, coord.
por Diego P. Fernández Arroyo, Zavalía, Buenos Aires, 2003, ps. 979-1026, esp.
parágrs. 1113 y 1114, ps. 1008-1010.

483
Doctrina

2.2. Autonomía de la voluntad en los Tratados


de Montevideo de 1889 y 1940
El Tratado de Derecho Civil Internacional de Montevideo de 188938,
al regular los contratos internacionales en sus artículos 32 a 39, no
hace referencia a la posibilidad de las partes de elegir el derecho apli-
cable, silencio que ha sido interpretado en distinta forma por la doctrina
argentina39 y la uruguaya40.
El artículo V del Protocolo Adicional a los Tratados de Montevideo
de 1940, como ya hemos visto, prohíbe la autonomía de la voluntad
para pactar la jurisdicción internacional o la ley aplicable “salvo en
la medida en que lo autorice” la ley aplicable. Pensamos que la solución
de compromiso elaborada en 1940 nos lleva hoy a la aceptación de
la autonomía en cuanto al derecho aplicable, porque los tres Estados
Partes de los Tratados de Montevideo de 194041 lo son también del
Protocolo de Buenos Aires sobre jurisdicción internacional en materia
contractual de 1994, que acepta los pactos de elección de foro en
materia contractual (art. 4).
Siguiendo el razonamiento que desarrolló Antonio Boggiano para
fundar la autonomía de la voluntad en el sistema argentino de fuente
interna –apoyado en la posibilidad de pactar la jurisdicción interna-
cional– entendemos que si los cuatro países originarios del MERCO-
SUR han decidido aceptar la autonomía de la voluntad para poder
pactar la jurisdicción internacional en materia contractual, de esta fa-
cultad se deriva la “autorización” requerida por el artículo V del Pro-
tocolo Adicional a los Tratados de Montevideo de 1940.
La posibilidad de elegir el derecho aplicable a un contrato inter-
nacional conectado con Uruguay existió siempre a través del arbitraje,

38 El Tratado de Derecho Civil Internacional y el Tratado de Derecho Comer-

cial Internacional de Montevideo de 1889 vinculan a Argentina con Bolivia, Colombia


y Perú.
39 BOGGIANO, Tratado de Derecho Internacional Privado cit. en nota 14, t. II,

ps. 262-263.
40 FRESNEDO DE AGUIRRE, Curso de Derecho Internacional Privado cit. en

nota 13, p. 163.


41 Los Tratados de Montevideo de 1940 vinculan a Argentina con Paraguay y

Uruguay.

484
Contratos comerciales internacionales: Cuestiones que plantean

ya que si las partes pactan un acuerdo arbitral, ninguno de los tratados


aplicables en materia de reconocimiento de laudos arbitrales extranjeros
permite que se revise la ley aplicada por los árbitros. Tampoco puede
cuestionarse la ley aplicada al fondo del asunto como causal de nulidad
del laudo arbitral42.
La circunstancia de que todos los países que integran el sistema
de los Tratados de Montevideo de 1889 y de 1940 sean parte en la
Convención sobre el reconocimiento y la ejecución de las sentencias
arbitrales extranjeras, firmada en Nueva York, el 10 de junio de 1958
y en la Convención interamericana sobre arbitraje comercial interna-
cional, aprobada en Panamá, el 30 de enero de 1975, en el marco de
la CIDIP-I, nos lleva a pensar que tienen que aceptar la autonomía
de la voluntad en la elección de las normas aplicables a los contratos
internacionales.

2.3. Fuente interna: Código Civil y Comercial de la Nación 2014


La autonomía de la voluntad en el derecho aplicable a los contratos
internacionales tiene hoy una recepción expresa y clara en el artículo
2651 del CCCN 2014, que regula tanto la autonomía de la voluntad
conflictual como la material, los límites de la autonomía, el fraude al
derecho extranjero y el ámbito de aplicación del derecho elegido.
La autonomía de la voluntad conflictual se expresa en el artícu-
lo 2651, párrafo inicial, al disponer que las partes pueden elegir el
derecho que regirá el contrato, sin necesidad de que exista vinculación
alguna entre el contrato y el derecho elegido, es decir es válida la
elección de un derecho neutro. Puede elegirse un derecho para regir
la totalidad del contrato o partes del contrato, es decir pueden elegirse
varios derechos para aplicarse a distintos aspectos del contrato, lo

42 Además, todos los reglamentos de arbitraje tienen normas muy amplias en

cuanto al derecho aplicable por los árbitros al fondo del asunto, por ejemplo, el
Reglamento de Arbitraje de la Cámara de Comercio Internacional 2017, en su artícu-
lo 21 – Normas jurídicas aplicables al fondo, dispone: Las partes podrán acordar
libremente las normas jurídicas que el tribunal arbitral deberá aplicar al fondo de la
controversia. A falta de acuerdo de las partes, el tribunal arbitral aplicará las normas
jurídicas que considere apropiadas... Disponible en https://iccwbo.org/publication/ar-
bitration-rules-mediation-rules-spanish-version/.

485
Doctrina

que se conoce con el nombre de dépeçage, posibilidad que es de


utilidad en contratos complejos43.
La expresión de la voluntad puede ser expresa o si no lo es, tiene
que “resultar de manera cierta y evidente de los términos del contrato
o de las circunstancias del caso”, lo que es una exigencia mayor que
la llamada voluntad tácita. Habría que interpretar que también cabe la
expresión de la voluntad por medios electrónicos, como se infiere del
artículo 2607 para los acuerdos de elección de foro, aunque el artícu-
lo 2651 no haga referencia a ellos. Hay que tener en cuenta que la
elección del foro no implica la elección del derecho interno de ese
país (art. 2651, inc. g)44, sino que el juez elegido utilizará su sistema
de DIPr. para determinar el derecho aplicable.
La ley aplicable al contrato –elegida por las partes o determinada
por las normas de conflicto del Código– puede ser modificada con
posterioridad a la celebración del contrato, pero esta elección no puede
afectar la validez del contrato ni los derechos de terceros (art. 2651,
inc. a). La elección del derecho se entiende referida al derecho de
fondo de ese país, es decir no corresponde aplicar las normas de con-
flicto del derecho elegido (art. 2651, inc. b); se excluye así la posibilidad
de reenvío, criterio que es aceptado en forma pacífica en la doctrina
cuando el derecho es elegido por las partes y concuerda con el artículo
2596, segundo párrafo del CCCN 201445.
A la autonomía material de la voluntad alude el artículo 2651,
inciso c, al referirse a que las partes pueden establecer el contenido
material de sus contratos y crear disposiciones que desplacen incluso
normas coactivas del Derecho elegido46. Habría que entender que existe

43 NAJURIETA, María Susana, Compraventa internacional. Aporte de la Con-

vención de La Haya de octubre de 1985, en Revista del Derecho Comercial y de las


Obligaciones, Depalma, Buenos Aires, año 21, 1988, ps. 67-91, esp p. 70.
44 El principio sentado en el art. 2651, inc. g, del CCCN 2014 sigue la tradición

del continente americano evidenciada en la Convención interamericana sobre Derecho


aplicable a los contratos internacionales, aprobada en México, el 17 de marzo de
1994 (art. 7, segundo párrafo).
45 El art. 2596 del CCCN 2014 acepta el reenvío en forma amplia cuando el

derecho resulta aplicable por las normas de conflicto y no cuando es elegido por las
partes.
46 UZAL, ob. cit. en nota 17, ps. 488-489.

486
Contratos comerciales internacionales: Cuestiones que plantean

también la posibilidad de desplazar normas coactivas del derecho apli-


cable aunque no haya sido elegido. También las partes ejercen la au-
tonomía de la voluntad material cuando incorporan al contrato usos,
prácticas, costumbres y principios del Derecho del Comercio interna-
cional (art. 2651, inc. d).
Los usos del comercio internacional son aplicables al contrato aun-
que no hayan sido expresamente pactados, si se dan las condiciones
del artículo 9 de la Convención de Viena y del artículo 1.9 de los
Principios de UNIDROIT. No sería razonable interpretar que la omisión
del CCCN 2014 pueda significar que no vayan a aplicarse47.
Los límites de la autonomía de la voluntad, expresados en el ar-
tículo 2651, inciso e, son los principios de orden público del Derecho
argentino y las normas internacionalmente imperativas o normas de
policía del Derecho argentino. En DIPr. se distingue entre las normas
de orden público interno, que son aquellas que no pueden ser dejadas
de lado por las partes en un contrato interno, y los principios de orden
público internacional, que son aquellos que impiden la aplicación del
derecho extranjero y el reconocimiento de sentencias y laudos arbitrales
extranjeros e imponen límites a la autonomía de la voluntad en los
contratos internacionales.
También se aplican, en principio, las normas internacionalmente
imperativas (o normas de policía) de terceros Estados, cuando presenten
vínculos económicos preponderantes con el caso. Si bien la norma no
realiza la distinción tajante entre normas de policía del juez –que deben
aplicarse obligatoriamente– y normas de policía de terceros Estados
–que pueden aplicarse–, nos parece que es éste el sentido del artícu-
lo 2651, inciso e48.

47 GARRO, Alejandro M. y ZUPPI, Alberto L. El nuevo Código Civil y Comercial

y la Convención de Viena sobre compraventa internacional, julio de 2015, disponible


en http://www.sbm.com.ar/assets/pdf/prensa/nuevo_codigo/CCyCo_CISG_AGAZ.
pdf; también cit. por SCOTTI, ob. cit. en nota 36, ps. 768-769 y nota 26.
48 La distinción entre normas de policía del juez y de terceros Estados puede

verse claramente en el artículo 11 de la Convención Interamericana sobre Derecho


aplicable a los contratos internacionales, adoptada en México, el 17 de marzo de
1994, en el marco de la CIDIP-V, no aprobada por Argentina, vigente entre México
y Venezuela.

487
Doctrina

El fraude al derecho extranjero –concretamente a las normas de


policía extranjeras– está sancionado en el artículo 2651, inciso f, con
la carencia de efectos de tales contratos. Esta norma, que recoge el
artículo 1208 del Código Civil de Vélez, tendrá que ser interpretada,
en nuestro modo de ver, matizando los distintos supuestos que pueden
presentarse. A veces el fraude a las normas imperativas extranjeras
podrá invalidar el contrato, pero en muchas circunstancias lo que per-
derá eficacia será alguna de las cláusulas del contrato, sin que se lo
considere nulo o inexistente.
El artículo 2651 del CCCN 2014 no se aplica a los contratos de
consumo, como indica el párrafo final de la norma, pero esto no sig-
nifica que la autonomía de la voluntad esté completamente eliminada
en los contratos con consumidores, ya que al menos para algunos
autores cabe un ejercicio limitado atento a la naturaleza del contrato.
Lo que es claro es que tratándose de contratos con consumidores la
autonomía de la voluntad no puede tener la amplia extensión del ar-
tículo 2651 del CCCN 2014.

3. Ley aplicable en ausencia de elección

3.1. Tratados de Montevideo de 1889 y 1940

Los Tratados de Derecho Civil Internacional de Montevideo de


1889 y de 1940 adhirieron en forma muy clara a la ley del lugar de
cumplimiento para regir los contratos internacionales, inspirándose en
la doctrina de Savigny; así surge claramente del artículo 33 del Tratado
de 1889 y de su equivalente, el artículo 37 del Tratado de 1940. Estas
normas indican, en un tipo legal muy detallado, los distintos aspectos
del contrato que se someten a la ley del lugar de cumplimiento, es
decir se individualiza perfectamente el ámbito de la ley aplicable; de
cualquier modo, el último inciso de los mencionados artículos incluye
“en suma, todo cuanto concierne a los contratos, bajo cualquier aspecto
que sea”.
La ley aplicable del lugar de cumplimiento del contrato, según el
artículo 37 del Tratado de 1940, rige entonces todos los aspectos del
contrato, excepto la capacidad (art. 1) y representación de los contra-

488
Contratos comerciales internacionales: Cuestiones que plantean

tantes y la forma del contrato (art. 36 del Tratado de 1940), lo que


responde al método analítico-analógico utilizado por el DIPr.
La mención a la existencia del contrato alude al consentimiento,
salvo que se trate de contratos entre ausentes, en cuyo caso este aspecto
queda regido por el artículo 42 del Tratado. En efecto, ambos Tratados
de Montevideo contienen una norma expresa para solucionar el pro-
blema de la ley aplicable a la existencia de consentimiento, tema al
que se menciona como perfeccionamiento de los contratos entre au-
sentes: así el artículo 42 del Tratado de 1940 dispone: “La perfección de
los contratos celebrados por correspondencia o mandatario, se rige por
la ley del lugar del cual partió la oferta aceptada”. Esta norma debe
ser aplicada a los contratos que se celebran por medios electrónicos
o por cualquier otro medio en que las partes no estén presentes.
La ley del lugar de donde partió la oferta aceptada no rige el contrato
en su totalidad, sino que se limita a indicar si existe contrato, si la
respuesta de esa ley es afirmativa, los demás aspectos del contrato se
regirán por la ley del lugar de cumplimiento, como lo resolvió la CSJN
el 15 de marzo de 1968 en el caso “Lamas, Emilio C. c/Banco Mer-
cantil”49.
La alusión a la naturaleza del contrato encara el problema de las
calificaciones, adoptando el criterio de la lex civilis causæ, esto es
calificar si el acto constituye o no un contrato y en su caso de qué
tipo, por la ley que será aplicable al contrato.
Para localizar el lugar de cumplimiento del contrato, el artículo 38
contiene calificaciones autárquicas del punto de conexión lugar de cum-
plimiento: los contratos sobre cosas ciertas e individualizadas se rigen
por la ley del lugar donde ellas existían al tiempo de su celebración
(art. 38, primer párrafo); los contratos que recaen sobre cosas deter-
minadas por su género se rigen por la ley del domicilio del deudor al
tiempo en que fueron celebrados (art. 38, segundo párrafo); los que
versen sobre cosas fungibles se rigen por la ley del domicilio del
deudor (art. 38, tercer párrafo).
Se contemplan también los contratos que versen sobre prestación

49 Fallos: 270:151; J. A. 1969-I-65; L. L. 130-421; E. D. 22-166. Disponible en:

http://fallos.diprargentina.com.

489
Doctrina

de servicios: si los servicios recaen sobre cosas, se rigen por la ley


del lugar donde ellas existían al tiempo de su celebración (art. 38,
cuarto párrafo, inc. a); si los servicios están relacionados con algún
lugar especial, por la ley del lugar en donde hayan de producir sus
efectos (art. 38, cuarto párrafo, inc. b); en los demás casos, se aplica
la ley del domicilio del deudor al tiempo de la celebración del contrato
(art. 38, cuarto párrafo, inc. c).
Esta norma, casi idéntica al artículo 34 del Tratado de Derecho Civil
Internacional de Montevideo de 1889, hace pensar que los redactores
del Tratado de 1889 vislumbraron de algún modo la teoría de la pres-
tación característica, elaborada mucho tiempo después por los tribu-
nales suizos y desarrollada por Adolf Schnitzer50.
La ley del lugar de celebración del contrato se aplica en forma
subsidiaria para regir aquellos contratos cuyo lugar de cumplimiento
no pueda ser determinado al momento de ser celebrados, según las
reglas de los artículos 37 y 38 del Tratado (art. 40 del Tratado de 1940).
Esta norma residual se aplica, por ejemplo, al contrato de permuta,
que en el Tratado de 1889 tenía una norma expresa (art. 35), que fue
eliminada en 1940, ya que el supuesto queda incluido en la norma
más amplia del artículo 40 del Tratado de 1940, que permite incluir
por ejemplo el intercambio compensado.
Los contratos accesorios se rigen por la ley aplicable al contrato
principal (art. 41 del Tratado de 1940), lo que requiere determinar si el
contrato es accesorio para aplicar esta norma o la ley de lugar de cum-
plimiento del supuesto contrato accesorio, ya que la ley aplicable al
contrato es la que determina su naturaleza (art. 37 del Tratado de 1940).
Así, cabe plantearse si la fianza, por ejemplo, se rige por la ley aplicable
a la obligación garantizada o si un subcontrato, tan habitual en las grandes
obras y en las construcciones en general es un contrato accesorio. La
existencia de normas materiales uniformes como la Convención sobre
garantías independientes y cartas de crédito contingente, adoptada en
Nueva York en 1995, en el marco de UNCITRAL ayudan a solucionar
el tema porque las garantías bancarias independientes, no tiene carácter
accesorio.
50 Ver NOODT TAQUELA, Reglamentación cit., en nota 10, ps. 979-1026, esp.

parágr. 1087, p. 992.

490
Contratos comerciales internacionales: Cuestiones que plantean

3.2. Fuente interna: artículo 2652 del Código


Civil y Comercial de la Nación 2014
El CCCN 2014 ha mantenido el sistema tradicional argentino de
someter los contratos a la ley del lugar de cumplimiento como regla
subsidiaria principal en defecto de autonomía de la voluntad, tal como
disponían los artículos 1209 y 1210 del Código Civil de Vélez y hoy
lo establece el artículo 2652 del CCCN de 2014. El lugar de cumpli-
miento del contrato debe ser interpretado en primer lugar como referido
al lugar designado de cumplimiento de la prestación más característica
del contrato, en segundo lugar al que resultare de la naturaleza de la
relación y en tercer lugar por el domicilio del deudor de la prestación
más característica del contrato.
Pensamos que a pesar del orden utilizado en el segundo párrafo
del artículo 2652, ésta es la interpretación apropiada, porque si recu-
rrimos a la prestación más característica en tercer lugar, podemos tener
lugar designado de cumplimiento de las prestaciones principales de
ambas partes en distintos países. Necesitamos saber en todos los casos
cuál es la prestación más característica del contrato, para localizar el
lugar de cumplimiento, que ha sido la razón por la cual se desarrolló
la teoría.
Llama la atención que al receptar legislativamente la presta-
ción característica se haya indicado el “domicilio actual del deudor”,
cuando lo apropiado hubiera sido recurrir al domicilio del deudor al
momento de la celebración del contrato. Si bien se ha expresado que
es indiscutible de lege lata, que no se trata del domicilio del deudor
al momento de la celebración del contrato, confiamos que jueces y
abogados puedan interpretar la palabra “actual” de un modo razo-
nable51.
El lugar de celebración del contrato es el punto de conexión sub-
sidiario cuando no puede determinarse el lugar de cumplimiento. En-
tendemos que esto difícilmente ocurrirá porque el domicilio del deudor
de la prestación más característica puede solucionar la mayoría de los
casos. Sin embargo, en casos de permuta o intercambio compensado

51 IUD, Contratos internacionales en el Código Civil y Comercial argentino 2014,

en Anuario Argentino de Derecho Internacional cit., ps. 175-229, esp. p. 218.

491
Doctrina

puede considerarse que ambas obligaciones son igualmente caracterís-


ticas, por lo que habrá que recurrir al lugar de celebración.
Aunque no encontramos hoy una regla para regir los contratos en
los cuales no pueda determinarse ni el lugar de cumplimiento ni el
lugar de celebración, como lo hacía el derogado artículo 1214 del
Código de Vélez, el principio de proximidad del artículo 2653 podrá
ser la herramienta para establecer la ley aplicable.

3.3. Principio de proximidad: artículo 2653 del


Código Civil y Comercial de la Nación 2014
El artículo 2653 del CCCN 2014 permite al juez apartarse del
derecho que resulte aplicable al contrato por el artículo 2652, es
decir la ley del lugar de cumplimiento o subsidiariamente la ley del
lugar de celebración, cuando el contrato presente vínculos más es-
trechos con otro Estado. Para la aplicación de esta cláusula de excep-
ción, se requiere pedido de parte y que no exista elección del derecho
aplicable.
La cláusula de excepción fue introducida en las normas generales
del Código Civil y Comercial de la Nación de 2014, en el artículo 2597,
con leves diferencias.

4. Ámbito de la ley aplicable


La ley aplicable al contrato rige la validez intrínseca y los efectos
del contrato, ya que de acuerdo al método analítico-analógico que
utiliza el DIPr., la capacidad de las partes, su representación y la forma
del contrato tienen sus propias normas de conflicto y por ende estos
aspectos del contrato pueden regirse por distintas leyes.
La capacidad de las partes, cuando se trate de personas físicas,
se rige por la ley del domicilio, solución del artículo 2616 del CCCN
2014 y de sendos artículos 1 de los Tratados de Derecho Civil In-
ternacional de Montevideo de 1889 y 1940.
La representación de personas jurídicas –cuando se trata de socie-
dades– se rige por la ley del lugar de constitución de la sociedad, ar-
tículo 118, primer párrafo de la Ley de Sociedades y artículo 2 de la

492
Contratos comerciales internacionales: Cuestiones que plantean

Convención interamericana sobre conflictos de leyes en materia de so-


ciedades mercantiles, adoptada en Montevideo, el 8 de mayo de 1979.
En el marco de los Tratados de Montevideo, la forma de los con-
tratos no tiene una regulación idéntica en los sistemas de 1889 y
1940. Si bien ambos tratados disponen que la imposición de una forma
se rige por la ley aplicable a la sustancia del contrato, es decir nor-
malmente por la ley del lugar de cumplimiento (art. 36 del Tratado
de 1940 y art. 32 del Tratado de 1889), las diferencias aparecen en
lo que se refiere a la reglamentación de las formas: el artículo 39 del
Tratado de 1889 rige las formas de los instrumentos públicos por la
ley del lugar de otorgamiento y la de los instrumentos privados por
la ley del lugar de cumplimiento del contrato. Esto significa que los
contratos que no deban realizarse por instrumento público, quedan
alcanzados por la ley del lugar de cumplimiento tanto respecto a la
imposición de una forma, como a su reglamentación. En cambio el
texto de 1940 eliminó la distinción entre instrumentos públicos y
privados al disponer que las formas y solemnidades de los actos ju-
rídicos se rigen por la ley del lugar en donde se celebran u otorgan
(art. 36, segundo párrafo).
Aparecen así los tres aspectos de la forma de los actos jurídicos,
tal como la doctrina los distingue: la imposición de una forma, la
reglamentación de la forma y la equivalencia de la forma. La tradicional
regla locus regit actum, es decir la ley del lugar de otorgamiento o
celebración del acto, rige la reglamentación de la forma que fue im-
puesta por la ley para los aspectos sustanciales del contrato (art. 36)
y es la misma ley que impone la forma la que debe calificar si la
forma otorgada satisface la impuesta.
Una cesión de crédito otorgada en Montevideo en instrumento pri-
vado, respecto de un crédito litigioso por alquileres adeudados en Ar-
gentina, fue considerada no válida por la Corte Suprema de Justicia
de Argentina en 1995, en la sentencia “Méndez Valles c/A. M. Pescio”52
por aplicación de las normas sobre formas del Tratado de 1940, que
remitían en el caso al Derecho argentino que exigía escritura pública
para la cesión de los derechos litigiosos.

52 Disponible en: http://fallos.diprargentina.com.

493
Doctrina

Las distinciones entre ley que impone, ley que reglamenta y ley
que juzga la equivalencia aparecen hoy claramente receptadas en el
artículo 2649 del CCCN 201453.

IV. Cooperación jurídica internacional


Los contratos internacionales requieren, como cualquier situación
privada internacional, de la cooperación jurídica internacional, en par-
ticular del reconocimiento y ejecución de las sentencias extranjeras y
de los laudos arbitrales extranjeros. Aunque no se ha aprobado todavía
un tratado internacional que regule el tema en forma general54 debemos
tener en cuenta que en Argentina están vigentes la Convención inte-
ramericana sobre eficacia extraterritorial de las sentencias y laudos
arbitrales extranjeros, suscripta en Montevideo, el 8 de mayo de 1979,
en el marco de la CIDIP-II y el Protocolo de cooperación y asistencia
jurisdiccional en materia civil, comercial, laboral y administrativa, fir-
mado en Las Leñas, el 27 de junio de 1992, entre los países del MER-
COSUR. Además contamos con tratados bilaterales con Brasil, China,
Federación de Rusia, Francia, Italia y Túnez.
En caso de que no exista un tratado internacional aplicable deberá
recurrirse a las normas de fuente interna del país donde se intente el
reconocimiento, que en el caso de Argentina, no se encuentran unifi-
cadas, sino reguladas en cada uno de los códigos procesales de la
Nación y las provincias.

53 La jurisprudencia de los tribunales argentinos en materia de contratos interna-

cionales es considerable. Puede verse NOODT TAQUELA, María B., Reseña de ju-
risprudencia sobre contratos internacionales, con la colaboración de Julio C. Córdoba
en Revista DeCITA, Nº 9, Centro de Estudios de Derecho, Economía y Política, Asun-
ción, 2008, ps. 216-220, y muy especialmente el blog que administra Julio C. Córdoba
que recoge íntegramente la jurisprudencia de Derecho Internacional Privado de Ar-
gentina: http://fallos.diprargentina.com.
54 Ver los trabajos de la Conferencia de La Haya de Derecho Internacional Privado

en https://www.hcch.net/.

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