Está en la página 1de 6

Unidad 2 Actividad 2.

Problemáticas sociales y seguridad pública

NOMBRE: Marcos Adán Mendoza Matos

MATRICULA: ES162008066

DOCENTE: Carlos Aguirre Retana

GRUPO: SP-SSOC-2021-B1-001

MATERIA: Sociología

21 de febrero de 2021
Percepción de la inseguridad en México

La inseguridad pública, robos, secuestros y extorsiones, son una problemática que


indica el grado de riesgo de un país.

La percepción de inseguridad se define como “la perturbación angustiosa del ánimo


que se deriva de la diferencia entre el riesgo percibido de ser víctima de un crimen y la
victimización de hecho”.

La ingobernabilidad producto de la corrupción y la negligencia de las autoridades, son


estudiadas a partir de la percepción que tiene la ciudadanía en torno a la prevención
del delito, se diagnosticó en dos modalidades: directa o por experiencia personal e
indirecta o por experiencia mediatizada.

Más específicamente, en la sociología del crimen, la percepción de inseguridad se


define como “la respuesta emocional a la percepción de símbolos relacionados con el
delito”, es decir, se configura a partir de las percepciones individuales o colectivas
sobre el delito.

La percepción de inseguridad también se define como un sentimiento, “representa el


sentimiento individual de peligro, por haber sido maltratados físicamente o por violencia
criminal”, es decir, se remite a una experiencia relacionada con el delito.

Muchas personas se sienten inseguras y refieren sentir temor de ser víctimas de deter
minados tipos de delitos a pesar de que nunca hayan sido víctimas y de que las
probabilidades de que esto ocurra no sean significativas.

“La preocupación por estar fuera de la casa, probablemente en una zona urbana, solo y
potencialmente vulnerable a daños personales”, el simple hecho de estar fuera de
casa, hace sentir a los individuos más vulnerables e incluso hay lugares en los que
definitivamente las personas se sienten potencialmente vulnerables. “La existencia de
un sentimiento de inseguridad puede resultar peligrosa si se produce un efecto
contagio a otros fenómenos sociales.

El crimen es una construcción cultural, que se define como penal y se desplaza


histórica y políticamente. la percepción de inseguridad es una construcción cultural y
afirman que “es un rasgo genérico de las sociedades desarrolladas”, siendo que incluso
el riesgo ha sido utilizado como herramienta analítica de las ciencias sociales. Se
define como ausencia de mecanismos en las sociedades en las que no se confía en
nadie más, lo que genera espacios para el miedo.

No podemos decir que la percepción de inseguridad sea únicamente desconfianza,


pues este fenómeno es multifactorial. Si justamente la gente no confía en los otros
porque se siente inseguro, o si se siente inseguro a partir de la ausencia de
mecanismos de confianza.

La percepción de inseguridad puede concebirse como tal,una percepción, en cuanto a


que la persona se sitúa frente a las circunstancias y emite un juicio sobre las
posibilidades de ser víctima de un delito, basado en sus conocimientos y sus
actividades cotidianas, así como en lo que refieren los medios de comunicación, o lo
que se discute en las conversaciones con otros interlocutores. “las personas que se
sienten más vulnerables, tienden a desarrollar una arquitectura del miedo que alienta a
algunas personas a retirarse tras puertas cerradas y reduciendo así sus lazos sociales”

La percepción de inseguridad, “puede estimular y acelerar la decadencia de los barrios


y hacer que los individuos se retiren física y psicológicamente de la vida comunitaria.
Esto debilita los procesos informales de control social que inhibe la delincuencia y el
desorden y se produce una disminución de la vida organizativa y la capacidad de
movilización de un barrio. También puede contribuir al deterioro de las condiciones de
producción local”. Cuando una persona o un grupo de personas se sienten inseguros
se repliegan en sus casas o trabajos, disminuye significativamente la posibilidad de
convivencia ciudadana y de generar cohesión social, así mismo limita la vigilancia
informal de las personas que circulan en las calles, y esto a su vez genera oportunidad
para quienes delinquen.

Espacialmente, la percepción de inseguridad repercute en el diseño de las ciudades: “la


sensación de inseguridad ha venido a modificar la disposición espacial de muchas
ciudades como, por ejemplo, la total separación geográfica y social de los ricos y los
pobres en América Latina, la construcción de guetos como las “villas cerradas” de
Manila o las zonas de tugurios en África. Estas divisiones exacerban las desigualdades,
estigmatizan algunos barrios pobres y ponen a las zonas de tugurios y de
asentamientos no oficiales en un virtual estado de guerra”. Las personas con niveles
socioeconómicos altos, tendrán la oportunidad de mudarse a un lugar que consideren
más seguro, mientras que los más pobres permanecerán en los mismos sitios.

Desde la década de los años setenta del siglo XX, la percepción de inseguridad ha
tenido mayor relevancia, y que incluso ha cambiado su apreciación, pues dejó de verse
como una ansiedad situacional y focalizada que afectaba a los individuos y vecindarios
en peores condiciones, y pasó a “ser un problema social fundamental y una
característica de la cultura contemporánea”. En este sentido, se considera un problema
que afecta a la comunidad en su conjunto y no sólo a algunos sectores de la población.
La percepción de inseguridad es un problema público que puede generar otros
problemas como la gentrificación, la ausencia de cohesión social, etc.

Existen diferentes definiciones del fenómeno que desde diferentes lentes conceptuales
y metodológicos lo refieren como una emoción, un sentimiento, una estructura cultural,
una manifestación política, etcétera.

La preocupación por el delito tiene que ver con la percepción de la ciudadanía acerca
de la seriedad del problema de la incidencia delictiva, y el miedo a la victimización es
la percepción de cada ciudadano de la probabilidad de ser él mismo víctima de un
delito.
La percepción de inseguridad se configura como un cálculo general de la situación
prevaleciente de inseguridad, mientras que el miedo al delito es un cálculo más
específico sobre el riesgo de ser víctima de un delito.

La importancia de la percepción de inseguridad como un indicador de la calidad de vida


de la población ha sido notada por diversos investigadores. Una alta percepción de
inseguridad implica pérdidas significativas en el bienestar social de los individuos por
varias razones. Estos cambios de comportamiento pueden resultar en una menor
participación en eventos sociales, incluyendo una reducción en la frecuencia de visitas
a familiares o amigos. En ese sentido, el costo social es menor cohesión o integración
con respecto a sociedades que no enfrentan el mismo problema de inseguridad.

Una alta percepción de inseguridad puede significar aumento en las medidas de


autoprotección, como construcción de bardas o rejas en las casas. En gran medida los
gastos de autoprotección representan acciones que ocurren porque las autoridades son
incapaces de proveer la seguridad pública necesaria que las personas demandan.

Una mayor percepción de inseguridad puede resultar en un mayor nivel de estrés en


las personas, lo cual puede significar un deterioro de la salud mental de ellas. Esto, a
su vez, no solo significa mayores gastos médicos, sino también puede afectar la
eficiencia y la productividad laboral de las personas. La pérdida económica causada
por la menor productividad laboral no ha sido estimada, pero diversos estudios
sugieren que aumenta conforme aumenta el nivel de estrés inducido por la mayor
percepción de inseguridad.

Desde el punto de vista económico, la mayor percepción de inseguridad puede resultar


en reducciones en la tasa de crecimiento potencial de la economía. Esto es así porque
la mayor percepción de inseguridad puede generar menores expectativas de ganancia,
lo cual induce menor inversión productiva, tanto nacional como extranjera; por
consiguiente, el potencial de expansión económica se reduce significativamente
Y no menos importante que las anteriores razones, es que una alta percepción de
inseguridad puede inducir a las autoridades a implementar una política de represión
generalizada para combatir a la delincuencia. Esta política pública puede tener un
efecto contrario al esperado; es decir, puede inducir aumentos de la percepción de
inseguridad, lo cual puede convertirse en un círculo vicioso entre mayor percepción de
inseguridad y mayor represión por parte de las autoridades.

En México, más de la mitad de las personas se sienten inseguras en la entidad en la


que habitan, y esto ha repercutido en que las personas dejen de realizar actividades
cotidianas que inciden en limitar el esparcimiento social, e inhiben la posibilidad de
generar cohesión social, y en algunos casos genera otros problemas públicos de mayor
envergadura.

Una de las implicaciones para el diseño de una política de seguridad ciudadana que
busque reducir la percepción de inseguridad, y que se infiere directamente de este
análisis, tiene que ver con la eficiencia de la policía local (policía de tránsito y
municipal) para mejorar las condiciones de vida de las personas en su entorno local.
Para ello, no solo es necesaria la erradicación de pandillas y bandas, sino también del
consumo y la venta de drogas.

Las encuestas de victimización y percepción de inseguridad deben consolidarse como


una herramienta de análisis fundamental para el diseño e implementación de política
pública de prevención del delito que incide, tanto en la disminución de la incidencia
delictiva, como en la percepción de inseguridad.

También podría gustarte