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LAS CAMPAÑAS MILITARES DE RECONQUISTA (1813-1814)

Introducción

La conmoción que causó entre los patriotas el arribo a Chile de Pareja, los obligó a prepararse para la defensa militar del país. En
general, podemos dejar concluido que este período, caracterizado por el movimiento de los realistas destinado a recuperar
Chile para el rey, contribuyó a radicalizar el proceso de independencia entre los criollos, es decir, estimular la idea de
ruptura definitiva con España.

Pero también sería un error pensar que todos los criollos estaban en ese pie; había muchos que sostuvieron a la causa del rey,
aportando a sus personas y fortunas a favor del partido realista. Por lo tanto, las primeras operaciones militares se resuelven entre
chilenos, de ahí que sea acertado concluir que a los menos hasta 1814, la guerra de reconquista tiene más bien un carácter de
guerra civil. Sólo en este último año, cuando llega Osorio con un batallón de soldados españoles, los Talaveras, la guerra
adquiere su sello de conflicto entre naciones.

A Chile, en estos dos años (1813-1814), llegaron 3 expediciones de reconquista, ordenadas por el virrey del Perú. Las dos
primeras se reclutaron casi enteramente en Chiloé y Valdivia, sumándosele más tarde hacendados de Concepción y Chillán con
sus respectivos campesinos.

La campaña de Antonio Pareja

Antonio Pareja, 55 años, había sido designado en 1810 por el Consejo de Regencia, Intendente de Concepción, pero los hechos
ocurridos aquí le habían impedido asumir su cargo.

Según el plan de Abascal, el brigadier Pareja pasaría inmediatamente a Chiloé y reuniría las milicias y tropas de esta provincia.
Luego las uniría a las de Valdivia para caer más tarde sobre Concepción, donde no esperaba encontrar resistencia toda vez que la
junta encabezada por Martínez de Rozas había sido derrocada por oficiales simpatizantes a la causa del rey.

Después de reclutar hombres en Chiloé y Valdivia, desembarcó en la bahía de San Vicente y tomó el control de Concepción.
Avanzó hacia el norte hasta la ribera sur del río Maule. El 1 de abril, el Senado, en vista de los últimos acontecimientos, confirió a
José Miguel Carrera el grado de brigadier. También se resolvió darle el mando de todas las tropas del reino con el título de
General del Ejército de la Frontera, y con el encargo de partir inmediatamente al sur a rechazar la invasión de Pareja.

El 27 de abril las tropas realistas fueron sorprendidas por una avanzada patriota al norte de Linares, en la localidad de Yerbas
Buenas. La derrota sufrida por los españoles, obligó a Pareja a atrincherarse en Chillán, donde falleció, siendo reemplazado por
Juan Francisco Sánchez.

Entretanto, Carrera ordenó la ocupación de Concepción y Los Ángeles. En octubre de 1813, cuando regresaba en compañía de
O’Higgins desde Concepción, fueron sorprendidos en el lugar llamado El Roble, a orillas del río Itata, pero salvaron la situación
gracias a las maniobras dirigidas por O’Higgins, cuya imagen se acrecentaba día a día, tanto por los éxitos militares que había
obtenido como por la organización de nuevas tropas.

A fines de 1813 el fracaso de los patriotas por expulsar a los realistas había provocado profundas recriminaciones contra Carrera.
En noviembre de 1813, el Senado lo destituyó y entregó el mando de las tropas a O’Higgins. Carrera y su hermano Luis se
dirigieron a Santiago, pero en el camino fueron hechos prisioneros por tropas españolas, y llevados a Chillán.

Campaña de Gabino Gaínza (1814)

La ineficacia patriota en la campaña de 1813, permitió al virrey Abascal organizar una nueva expedición al mando del brigadier
Gabino Gaínza, que en enero de 1814 desembarcó en Arauco e inició un rápido avance hacia el norte.

Entretanto guerrillas realistas tomaron Talca, dejando abierto el camino para Gaínza a Santiago, en circunstancias que O’Higgins
se hallaba en las proximidades de Concepción. Entonces, en la capital un cabildo abierto determinó que la Junta fuera reemplazada
por un director supremo, con la plenitud del poder público. La persona designada fue el gobernador de Valparaíso coronel
Francisco de la Lastra. Por primera vez, desde 1810, el poder colegiado cedía lugar al unipersonal.

Ambos bandos se estacionaron en las orillas del río Lircay en un grave estado de precariedad. Al mismo tiempo los criollos se
enteraban del regreso al trono de Fernando VII y su propósito de recuperar el control de América. En esta circunstancia, llegó a
Valparaíso el comodoro inglés James Hillyar, que había tenido en Lima algunas conferencias con el virrey Abascal, en que ese
alto funcionario se había manifestado dispuesto a tratar con los insurgentes de Chile y aceptado la mediación del mismo comodoro
inglés. El gobierno de la Lastra aceptó la propuesta como un medio de obtener una tregua honrosa, y envió a O´Higgins las
instrucciones para tratar con Gaínza.

En el fondo ambos bandos quisieron llegar a un acuerdo como una manera de ganar tiempo antes de volver a entrar en campaña.

El acuerdo fue conocido como Tratado de Lircay (3 de mayo de 1814), en éste se estipulaba lo siguiente: los patriotas
reconocían su dependencia de España, pero conservaban el derecho de autogobernarse; los realistas consentían en dejar
subsistente el gobierno establecido en Chile y a evacuar sus tropas de Chile en el lapso de un mes. Se incluyo un acuerdo
secreto según el cual los hermanos Carrera, prisioneros en manos de Gaínza serían entregados a Hillyar que los llevaría
fuera del país.

Gaínza emprendió la retirada a Chillán, pero en vez de evacuar el país en el plazo fijado, permaneció en aquella ciudad a la espera
de refuerzos.

Expedición de Mariano Osorio (1814)

En el tratado se incluyó un artículo secreto en virtud del cual José Miguel y Luis Carrera serían entregados al gobierno patriota,
el que a su vez tenía la intención de alejarlos del país en uno de los barcos de Hillyar. Pero los Carrera, que habían llegado a
gozar de cierta libertad dentro de Chillán y mantenían relaciones con algunos realistas prominentes, lograron fugarse con la
complicidad de éstos. Después, marcharon a la capital donde se pusieron a la cabeza de sus seguidores, que descontentos con el
tratado, deseaban el fin del gobierno de la Lastra. Con ese fin sublevaron una guarnición y reunieron un cabildo abierto, que
designó una junta de gobierno.

El ejército del sur al mando de O’Higgins, marchó contra el nuevo gobierno, pero su vanguardia fue rechazada por los carrerinos
en el combate de Tres Acequias (26 de agosto).

O’Higgins se retiró al sur con la intención de reanudar operaciones; pero no tardó en recibir noticias alarmantes. El virrey Abascal
había desaprobado el tratado y llegaba a Chile una expedición al mando del brigadier Mariano Osorio.

Osorio, al frente de 5.000 hombres, entre los cuales venía el batallón español Los Talaveras de la Reina, consiguió llegar al frente
de Rancagua y el 1 y 2 de octubre de 1814 derrotó a los patriotas dirigidos por O’Higgins.

La derrota de Rancagua dio por resultado la ruina completa de los patriotas y el fin de la Patria Vieja. En Santiago, en medio de
una terrible confusión, varios destacados miembros de la aristocracia y sus seguidores que habían tenido amplia participación en el
movimiento separatista comenzaron a emigrar a Mendoza, para escapar a la represión realista.

A pesar de todos los errores y deserciones surgidas entre los criollos, la Patria Vieja fue la primera oportunidad que tuvieron para
el autogobierno y esa experiencia los alentó para optar decididamente por la independencia.

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