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Sentencia nº 268-2004 de Corte

Suprema de Justicia - Civil de 21 de


Junio de 2005
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Vincent

Fecha de Resolución 21 de Junio de 2005

Emisor Civil

21/06/2005 - CIVIL

RECURSO DE CASACION 268-2004

Recurso de casación interpuesto por María E.R.H.;ndez, a través de su M. General con


Representación Judicial N.Y.M.V.R., contra la sentencia de fecha veintitrés de agosto de dos
mil cuatro, dictada por la Sala Tercera de la Corte de Apelaciones del Ramo Civil y
Mercantil.

DOCTRINA
Para que se interrumpa el plazo de la prescripción, cuando una obligación esta garantizada con
hipoteca, es necesario que el ejecutante haya hecho la anotación de demanda del inmueble
dado en garantía, en el Registro General de la Propiedad.

LEYES ANALIZADAS
Artículos: 1,170 numeral 1º, 856 del Código Civil y 112 nueral 1º, letras a) y e) del Código
Procesal Civil y Mercantil.

RECURSO DE CASACION 268-2004


CORTE SUPREMA DE JUSTICIA, CÁMARA CIVIL: Guatemala, veintiuno de junio de dos mil
cinco.

Se tiene a la vista para dictar sentencia el RECURSO DE CASACION interpuesto por María


E.R.H.;ndez, a través de su M. General con Representación Judicial N.Y.M.V.R., contra la
sentencia de fecha veintitrés de agosto de dos mil cuatro, dictada por la Sala Tercera de la
Corte de Apelaciones del Ramo Civil y M., dentro del juicio Ordinario promovido por la
recurrente en contra de Jesús Sicajá Cosajay.

ANTECEDENTES
I. La demandante, María E.R.H.;ndez, celebró contrato de mutuo con el señor Jesús Sicajá
Cosajay, y éste, en garantía del adeudo contraído constituyó hipoteca sobre la finca de su
propiedad, inscrita en el Registro General de la Propiedad bajo el número doscientos setenta y
seis, folio veinticinco del libro dos mil sesenta de Guatemala. Sin embargo, por haber
transcurrido más de diez años desde el vencimiento del plazo del contrato relacionado, el
señor Sicajá Cosajay, en uso del beneficio establecido en el artículo 1170 del Código Civil,
obtuvo por parte del Registro General de la Propiedad la cancelación del gravamen
hipotecario, procediendo luego a enajenar el inmueble

II. En virtud de lo anterior y por estimar que la referida cancelación de la inscripción hipotecaria
fue ilegal, la demandante promovió juicio ordinario con el objeto de que se declare la nulidad
de tal cancelación y de las posteriores inscripciones de dominio e hipotecarias que le aparecen
hechas a la finca, así como la condena del demandado al pago de daños y perjuicios. Se
emplazó como terceros a J.R., S.E. y A., todos de apellidos Sicajá García.

III. Con fecha cuatro de noviembre de dos mil tres, el Juzgado Décimo de Primera Instancia
Civil del departamento de Guatemala dictó sentencia en la que declaró: (1º) sin lugar las
excepciones perentorias interpuestas por el demandado; (2º) con lugar la demanda, (3º) nula la
cancelación de la cuarta inscripción hipotecaria de la finca objeto del proceso, dejándose
vigente tal inscripción; (4º) nulas de pleno derecho las posteriores inscripciones segunda de
derechos reales y quinta de derechos hipotecarios; (5º) nulos los documentos e instrumentos
públicos que sirvieron de base al Registrador General de la Propiedad para las operaciones
efectuadas; y (6º) sin lugar la condena en daños y perjuicios solicitada.

IV. La Sala Tercera de la Corte de Apelaciones del Ramo Civil y M. revocó la sentencia anterior y
declaró sin lugar la demanda por las razones que se resumen en el apartado siguiente. Motiva
el recurso de casación que hoy se conoce la sentencia de segunda instancia relacionada.

V. Con fecha veinticinco de octubre de dos mil cuatro, esta Corte emitió auto en que al calificar
sobre la admisibilidad de la presente casación declaró que se rechazaba parcialmente la misma
en cuanto a los submotivos de error de derecho y error de hecho en la apreciación de las
pruebas por no haberse indicado cuál era el documento o acto auténtico que demuestre de
modo evidente la equivocación del juzgador, admitiéndose para su trámite únicamente en
cuanto a los submotivos de violación, interpretación errónea y aplicación indebida de la leyes.

RESUMEN DE LA SENTENCIA RECURRIDA


En la parte resolutiva de su sentencia, la Sala Tercera de la Corte de Apelaciones del Ramo Civil
y Mercantil declaró: “I) CON LUGAR el recurso de apelación interpuesto por Jesús Sicajá
Cosajay contra la sentencia de fecha cuatro de noviembre de dos mil tres, dictada por el Juez
Décimo de Primera Instancia del Ramo Civil del departamento de Guatemala; II) REVOCA la
sentencia apelada y resolviendo conforme a derecho DECLARA: SIN LUGAR la demanda
ordinaria planteada por M.E.R.H. contra JESÚS SICAJA COSAJAY y los terceros J.R., SERGIO
ELEAZAR Y AGELICA, todos de apellidos SICAJA GARCIA. No se hace especial condena en
costas.”

Para llegar a esta conclusión se hicieron las siguientes consideraciones: “[…] La sentencia


apelada debe revocarse. Efectivamente la parte actora plantea demanda ordinaria reclamando
la nulidad de la cancelación de la inscripción hipotecaria, inscripción de dominio de derechos
reales e inscripción hipotecaria y daños y perjuicios porque los demandados no obstante tener
conocimiento de la existencia de una demanda ejecutiva nacida como consecuencia de un
préstamo hipotecario no pagado por Jesús Sicajá Cosajay celebraron el contrato de
compraventa de la finca […]. Al hacerse el análisis correspondiente esta M. estima que la
sentencia apelada debe revocarse porque si bien es cierto que en autos está probado que la
parte actora en este juicio incoó el juicio ejecutivo por el impago de la deuda, también lo es
que no se cuidó de asegurar su derecho a través de la anotación del embargo de la finca a
ejecutarse, porque no era suficiente la existencia de la garantía hipotecaria si la misma no fue
ejecutada dentro del plazo de ley, esta omisión permitió que Jesús Sicajá Cosajay en el pleno
ejercicio de sus derechos solicitara la cancelación de la garantía hipotecaria por haber
transcurrido el plazo de ley, de manera que tal ejercicio de ninguna forma puede tomarse
como una acción ilegal porque la ley se lo permite siendo totalmente imputable a la parte
ejecutante la omisión respecto de garantizarse precisamente que en el ínterin se procediera a
la venta. De esta forma, el Registro General de la Propiedad, ante la solicitud del mencionado
Sicajá C. no tenía más que proceder a lo que se le solicitaba si no estaba prevenido por parte
del juez correspondiente que debía abstenerse de ello. Como consecuencia se impone la
revocación del fallo [...].”

RECURSO DE CASACION

(Motivos y Submotivos alegados)

N.Y.M.V.R., en calidad de mandatario judicial de la demandante, interpuso casación y alegó


como motivos de fondo los contenidos en los incisos 1º y 2º del artículo 621 del Código
Procesal Civil y Mercantil. Identificó como normas violadas las contenidas en los
artículos 822, 824, 1149.1, 1170.1, 1251, 1284, 1301, 1506 numerales 1 y 2, 1507, todos
del Código Civil; 112.1 incisos a) y e) del Código Procesal Civil y Mercantil.

A continuación se hace resumen sólo de los argumentos relativos a los submotivos de


violación, interpretación errónea y aplicación indebida de la ley, en virtud que esta Corte, al
calificar sobre la admisibilidad de la casación la rechazó parcialmente en cuanto a los
submotivos de error de derecho y error de hecho en la apreciación de las pruebas.

Manifestó la interponente que al expresarse en la sentencia que la demandante debió cuidarse


de asegurar su derecho mediante alguna anotación en el registro, y que no era suficiente la
existencia de la garantía hipotecaria si la misma no se ejecutaba dentro del plazo de ley, la Sala
interpretó y aplicó erróneamente con ello el artículo 822 del Código Civil, porque la hipoteca
“constituye un derecho real preconstituido a favor del acreedor y por lo tanto, resulta
irrelevante e innecesaria la anotación de embargo para asegurar el derecho crediticio ”. Agrega
la interponente que la Sala también “interpretó erróneamente ” el artículo 112, numeral 1º,
incisos a) y e) del Código Procesal Civil y M., relativos a la interrupción de la prescripción y la
anulabilidad de la enajenación y gravámenes posteriores como efectos materiales del
emplazamiento, porque la parte demandada fue notificada de la ejecución del adeudo antes de
que se realizara la cancelación de la hipoteca, acto con el cual se habría interrumpido todo el
tiempo que había transcurrido a favor del deudor para poder hacer valer la prescripción, por lo
que desde ese momento el deudor estaba imposibilitado jurídicamente para disponer
libremente del bien constituido como garantía hipotecaria. Indicó la interponente que la Sala,
al no interpretar correctamente los hechos objeto del proceso aplicó la norma jurídica al caso
concreto en forma indebida al no otorgarle su verdadero sentido de aplicación.

La Sala –dijo la interponente– también “violó y aplicó indebidamente ” los numerales 1º y 2º


del artículo 1506 del Código Civil, relativos a los modos de interrumpir la prescripción de las
obligaciones, porque la demanda ejecutiva en la vía de apremio le fue notificada al deudor
Sicajá Cosajay el veintiséis de marzo de dos mil dos, con lo cual se interrumpió todo el tiempo
transcurrido para hacer valer la prescripción.

Seguidamente expuso la interponente que también hubo “aplicación indebida por omisión
del artículo 1507 del Código Civil, pues dicho tribunal sentenciador, debió aplicar e interpretar
correctamente en el caso concreto el sentido real de dicha norma, que dice: ‘El efecto de la
interrupción es inutilizar para la prescripción todo el tiempo corrido antes de ella ’. Y
subsecuentemente, interpretó erróneamente los medios de prueba diligenciados dentro del
proceso ordinario y como consecuencia de ello, aplicó erróneamente el numeral 2º del
artículo 1506 del Código Civil ya citado, en la parte conducente que dice: ‘Si la persona a cuyo
favor corre la prescripción, reconoce expresamente, de palabra o por escrito, o tácitamente por
hechos indudables, el derecho de la persona contra quien prescribe ’. Pues [el demandado en su
declaración de parte],, reconoció expresamente […] la celebración del contrato de mutuo con
garantía hipotecaria […], reconoció que él había incumplido con esa obligación [y], aceptó
expresamente que él había sido legalmente notificado de la demanda ejecutiva en la vía de
apremio”.

Se indicó luego por la interponente que la Sala volvió a incurrir en “mala interpretación de los
hechos objeto del proceso” cuando estimó que la solicitud de cancelación de la garantía
hipotecaria no fue una acción ilegal del demandado porque se lo permitía la ley, siendo
imputable a la parte ejecutante la omisión respecto a tomar las medidas necesarias para que
no se vendiera el inmueble, por lo que el Registro General de la Propiedad procedió
correctamente al cancelar la hipoteca pues no estaba prevenido de no hacerlo por el juez
correspondiente. Al razonarse de esta forma la Sala “desnaturalizó diametralmente los hechos
objeto del proceso ordinario” revistiendo de legalidad un acto ilegal, porque el demandado
estaba legalmente prevenido por un tribunal “de que se abstuviera de proceder en la forma
como lo hizo; pero al no haber acatado esa orden cometió una acción dolosa y en
consecuencia, ese acto ilegal sólo podía ser reparado mediante la sustentación de un juicio
ordinario.”

Concluyó su exposición la interponente manifestando que con su razonamiento equivocado la


Sala provocó “violación de ley al omitirse la aplicación correcta ” de los artículos del  Código
Civil: 1251 (relativo a los requisitos del negocio jurídico), porque tanto el demandado como los
terceros intervinientes “actuaron en forma dolosa al simular un contrato de compraventa que
realmente no existió entre ellos […]. Al actuar de esa forma ilegal, la conducta de los
demandados se encuadró dentro de lo establecido por el artículo 1284 del Código Civil, que
dice: ‘La simulación tiene lugar: … 2º Cuando las partes declaran o confiesan falsamente lo que
en realidad no ha pasado o no se ha convenido entre ellos; …’ el  artículo 1285 del
citado Código Civil, que dice en su parte conducente: ‘La simulación es absoluta cuando la
declaración de voluntad nada tiene de real;…’ y el artículo 1301 del mismo Código Civil, que
establece: ‘Hay nulidad absoluta en un negocio jurídico, cuando su objeto sea contrario al
orden público o contrario a leyes prohibitivas expresas y por la ausencia o no concurrencia de
los requisitos esenciales para su existencia…’ de lo extractado de dichas normas se puede
observar que el tribunal sentenciador omitió aplicar dichas normas al caso concreto, pues se lo
hubiera hecho en la forma correcta, atendiendo al espíritu que el legislador plasmó en dichas
normas y aplicando un razonamiento lógico jurídico apropiado, su fallo hubiera sido dictado en
el sentido de confirmar la sentencia.”.

ALEGACIONES
El día señalado para la vista de la presente casación únicamente compareció la interponente,
quien presentó por escrito sus alegaciones haciendo una reiteración de las expuestas al
interponer el recurso, las cuales ya fueron resumidas oportunamente.

CONSIDERANDO
UNO

La pretensión de la interponente es, en esencia, anular la operación registral de cancelación de


la hipoteca que garantizaba su crédito, la cual pesaba sobre la finca del demandado (Jesús
Sicajá Cosajay); acto que califica de ilegal porque, aunque fue hecho luego de cumplidos los
diez años que la ley establece para la procedencia de la cancelación de las inscripciones
hipotecarias, el demandado la solicitó después de haber sido notificado y requerido de pago
dentro del proceso de ejecución vía de apremio promovida en su contra, hecho que
interrumpió el plazo de la prescripción y que justifica la pretensión de anulación solicitada.

Del análisis de las argumentaciones y constancias procesales esta Cámara estima lo siguiente:


Conforme lo estable el artículo 1170 del Código Civil, el registrador, a solicitud escrita de parte
interesada, está facultado para cancelar (sin que medie orden judicial) las inscripciones
hipotecarias con plazo inscrito, cuando hubieren transcurrido diez años después de haber
vencido éste o sus prórrogas. Por su parte el artículo 856 el mismo código establece también
que la obligación garantizada con hipoteca prescribirá a los diez años contados desde el
vencimiento de la obligación o de la fecha en que se tuviere como vencido en virtud de lo
estipulado. Desde el aspecto procesal los artículos 296 y 112 inciso 1º literal e) del Código
Procesal Civil y M. establecen que los títulos ejecutivos pierden su fuerza ejecutiva a los diez
años si hubiere prenda o hipoteca, término que se cuenta desde el vencimiento del plazo, o
desde que se cumple la condición si la hubiere; así como que es un efecto material de la
notificación de la demanda hacer anulables la enajenación y gravámenes constituidos sobre la
cosa objeto del proceso con posterioridad al emplazamiento, efecto que, tratándose de bienes
inmuebles, sólo se producirá si se hubiese anotado la demanda en el Registro de la Propiedad.

En el presente caso se establece que cuando el demandado solicitó al Registro General de la


Propiedad la cancelación de la hipoteca que pesaba sobre su inmueble ya habían transcurrido
más de diez años desde el vencimiento del plazo de la obligación que garantizaba, por lo que
el demandado tenía derecho a tal cancelación. Por otra parte, si bien la ejecución en vía de
apremio le fue notificada al señor Jesús Sicajá Cosajay antes de que éste solicitara la
cancelación de la hipoteca, también lo es que en el Registro General de la Propiedad no
constaba ninguna anotación de embargo o de demanda que pudiera justificar o inducir a que
el Registrador suspendiera la cancelación solicitada. Por lo tanto, las circunstancias de la
cancelación han sido legítimas, y la enajenación y posterior hipoteca lo han sido también pues
a nadie puede afectar sino lo que aparece inscrito en el Registro de la Propiedad (artículo
1148 Código Civil) y, especialmente, porque los actos o contratos que se ejecuten u otorguen
por persona que en el registro aparezca con derecho a ello, una vez inscritos, no se invalidan
en cuanto a tercero, aunque después se anule o resuelva el derecho del otorgante, en virtud de
causas que no aparezcan del mismo registro (artículo 1146 Código Civil).

En el argumento de la interponente se confunden los efectos de la prescripción de su derecho


de crédito, con los efectos de la prescripción de la inscripción registral de garantía hipotecaria
que respalda dicho derecho. La prescripción de su derecho de crédito quedó interrumpida con
la notificación de la demanda ejecutiva, pero este solo acto no era suficiente para impedir la
cancelación de la anotación registral de la garantía hipotecaria, la que para mantener sus
efectos requería de una prórroga, de una anotación de embargo o de una anotación de
demanda, las que al no haber sido gestionadas oportunamente por la interponente
permitieron que el demandado pudiera lícitamente cancelar la inscripción hipotecaria.

En conclusión, la pretensión de la recurrente no es admisible en virtud que no ha existido


circunstancia alguna que haga anulable la cancelación de la hipoteca, la cual fue hecha de
conformidad con la ley; por lo que no existe violación, aplicación indebida ni interpretación
errónea de ninguna de las leyes denunciadas por la interponente, debiendo en consecuencia
hacerse las demás declaraciones que en derecho corresponde en cuanto al pago de costas y la
multa a que se refiere el artículo 633 del Código Procesal Civil y Mercantil.

LEYES APLICABLES
Artículos citados y: 25, 26, 44, 51, 66, 67, 71, 75, 79, 112, 126, 127, 128, 177, 186, 619, 620, 621,
624, 625, 626, 627, 628, 630, 631, 633 y 635 del Código Procesal Civil y Mercantil; 822, 824,
1149, 1170, 1251, 1284, 1301, 1506, 1507 del Código Civil; 74, 79 a), 141, 142, 143, 147, 149, de
la Ley del Organismo Judicial.

POR TANTO
LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA, C.C., con base en lo considerado y leyes aplicables,
declara: I) SE DESESTIMA el recurso de casación interpuesto por María E.R.H.;ndez, a través
de su M. General con Representación Judicial N.Y.M.V.R., contra la sentencia dictada el
veintitrés de agosto de dos mil cuatro por Sala Tercera de la Corte de Apelaciones del Ramo
Civil y Mercantil. II) Se condena a la recurrente al pago de las costas procesales causadas con
motivo del presente recurso y se le impone una multa de quinientos quetzales (Q.500.00) que
deberá depositar en la Tesorería del Organismo Judicial dentro del tercer día de quedar firme
la presente resolución. III) Con certificación de lo resuelto devuélvanse las actuaciones a su
lugar de origen. Notifíquese.

V.M.R.W.;ltke, Magistrado Vocal Octavo, Presidente Cámara Civil; C.G.C.;nT., Magistrado Vocal
Quinto; O.H.V.;squezO., Magistrado Vocal Noveno; C.E. De León Córdova, Magistrado Vocal
Undécimo. J.G.A.A., S. de la Corte Suprema de Justicia.

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