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3ªA1
Objetivo general.
La muestra problema puede tener azufre o iones sulfato, los cuales precipitan como sulfato de
bario, se lavan, filtran, secan y se pesan en una balanza analítica. Superficialmente, este
método parece muy simple. De hecho, sin embargo esta sujeto a muchas interferencias,
debidas principalmente a la tendencia del sulfato de bario a “ocluir” tanto aniones como
cationes. El sulfato de bario se clasifica como un precipitado cristalino formado por cristales
lo bastante grandes para poder ser filtrados fácilmente. El tamañ o aparente y la forma de un
precipitado cristalino varían al cambiar las condiciones de precipitació n (temperatura,
velocidad de adició n del reactivo precipitante, concentració n). El sulfato de bario precipitado,
tiene tendencia a retener muchas sustancias extrañ as de sus aguas madres y esto es el
principal obstá culo para la determinació n exacta del ion sulfato. El proceso mediante el cual
una sustancia es precipitada junto con un compuesto poco soluble, se llama coprecipitació n y
son muchas las sustancias que pueden coprecipitar con el sulfato de bario.
El sulfato de bario puede ser calcinado a 500ºC o a una temperatura má s alta para liberarlo
del agua. El precipitado es estable muy por encima de esta temperatura y así la operació n de
calcinació n no tiene por que causar descomposició n indeseable. Sin embargo, a altas
temperaturas el sulfato de bario, podría reducirse por carbono, como el procedente del papel
filtro.
BaSO4+ 4C BaS + 4CO
Esto se evita por completo si se utiliza un crisol de porcelana sintetizada para la filtració n. Sin
embargo, se puede obtener buenos resultados aú n con papel filtro, si este no se inflama
realmente y si hay libre acceso del aire durante la calcinació n.
Prelaboratorio:
1. Precipitación.
Se introduce un volumen conocido de la disolució n a valorar en un Erlenmeyer y se va
adicionando lentamente reactivo precipitante. Para que el proceso de precipitació n sea
adecuado, es importante trabajar con bajas concentraciones, tanto de disolució n problema
como de reactivo, y añ adir el reactivo lentamente. Ademá s, durante la adició n se debe agitar la
mezcla de reacció n constantemente, para que la disolució n sea homogénea y la precipitació n
también lo sea (evitando así sobresaturaciones locales). Asimismo, muchas veces se trabaja
también a elevadas temperaturas (para que la precipitació n sea má s lenta y aumente la
solubilidad) y con medios ligeramente ácidos. Una vez que se ha producido la precipitació n, la
disolució n se enfría para favorecer la formació n de cristales grandes y para evitar que se
pierda analito por solubilidad.
4. Desecación o calcinación
Después de la filtració n, el precipitado gravimétrico se calienta en una estufa de laboratorio
hasta que su masa se vuelve constante. El calentamiento elimina el disolvente y cualquier
especie volá til arrastrada con el precipitado. Algunos precipitados, en cambio, deben ser
calcinados para formar un compuesto de composició n conocida (y estequiometría definida)
denominado forma pesable. La necesidad de la calcinació n para eliminar totalmente la
humedad del precipitado se pone de manifiesto, por ejemplo, en el caso de la sílice. Cuando se
precipita sílice lo hace en forma hidratada como SiO2·nH2O, por lo que es necesario calcinarla
alrededor de 1000ºC durante 15-20 minutos para que quede como SiO2. Esta operació n se
lleva a cabo en un horno mufla.
5. Pesada
Tanto en las gravimetrías de desecació n como en las de calcinació n el procedimiento es
similar. En primer lugar los crisoles normales o filtrantes que van a contener la muestra
deben ser sometidos al mismo tratamiento térmico que deberá n soportar cuando contengan
la muestra en su estado final, tratamiento que debe prolongarse hasta obtener pesada
constante. En cualquier caso se debe dejar enfriar el crisol en un desecador hasta que su
temperatura se equilibre con la ambiental del cuarto de balanzas para evitar errores de
pesada. Una vez tarado el crisol, éste ya está en condiciones de ser utilizado para la desecació n
o calcinació n, tras lo cual será tratado de nuevo hasta peso constante.
Con frecuencia los productos finales son higroscó picos, debiendo protegerlos de la humedad
atmosférica. Por ello, después de sacar el crisol de la estufa o de la mufla y una vez ya no está
al rojo, se introduce en un desecador hasta que se enfríe y se equilibre térmicamente con el
ambiente del cuarto de balanzas.
Elevar la temperatura y
reducir el papel hasta ceniza
Calentar la solución evitando blanca
que ebulla