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Capital y Gemeinwessen

Los resultados del proceso de producción inmediato y el trabajo económico de Marx


Prefacio a la edición francesa: Capital & gemeinwessen

Es bajo este título1 que normalmente deberían haber aparecido los siguientes textos, en traducción
italiana: El Capítulo VI inédito de El Capital y la obra económica de Marx (1964-1966), con las notas
adicionales de 1972, Tesis sobre el capitalismo (1969); Sobre la Revolución (1972). La editorial
Dedalo, decidió lo contrario, y aparecieron en su lugar bajo el título il Capitale totale (1976).

Si es cierto que en Marx hay una investigación sobre el devenir del Capital como totalidad, esto no
agota en modo alguno el estudio que hizo del capital. No se puede dejar de lado todo lo que concierne
a la oposición entre el capital total y capitales particulares y el hecho de que, incluso cuando ha
alcanzado la totalidad, el capital sólo puede vivir particularizándose a sí mismo, diferenciándose en un
gran número de “cuantos-capital”. En todos los procesos, lo que permite que el capital no pierda, es que
se haya erigido en una comunidad material. Esto es así porque es el elemento muerto, material que
domina lo vivo. Es de lo muerto reificado, de lo que florece esta comunidad. Pero, como resultado del
movimiento de la antropomorfosis, el capital deviene humano, su comunidad surge como
Gemeinwessen. Entonces, la humanidad está atrapada por el ser que elloa misma han producido. Esto
requiere aún más la oposición-afirmación: “El ser humano es la verdadera Gemeinwessen (comunidad)
del hombre” (Marx) proclamada en Origen y Función de la Forma Partido (1961), en el folleto del
movimiento de Mayo del 68, y en Proletariado y Gemeinwessen (1968).

Marx consideraba al proletariado como la clase capaz de permitir el establecimiento de la verdadera


Gemeinwessen de ahí la dimensión profundamente humana de la revolución proletaria: Una revolución
a título humano. También proporcionó muchas indicaciones sobre el devenir del capital en
Gemeinwessen. Esto es lo que hemos retomado tratando, en función del desarrollo reciente del capital,
de llevar el análisis a su conclusión. Este estudio se realizó mucho antes de 1961, ha sido recogido,
además del texto que se publica a continuación, en los números 2,3,4,5 y 6 de Invariance serie II.

Incluso si la obra de Marx ya no es operativa, considero, sin embargo, que lo que escribió sobre la
comunidad humana sigue siendo fundamental. Siempre nos enfrentamos a la realización del capital
como Gemeinwessen y la posibilidad de la verdadera Gemeinwessen del hombre: el ser humano. Pero
en lugar de concebirlos como antagonistas, lo que implicaría que el segundo tiene que oponerse al
primero, afirmamos que la comunidad humana sólo es alcanzable si hombres y mujeres abandonan el
mundo del capital.

La comunidad material ha devenido en comunidad para los hombres en la medida en que el capital es
representación. No es sólo el sustrato socio-económico de sus vidas, es también su idealidad. Hombres
y mujeres deben romper con esta representación. Esto, les permitirá emprender una dinámica diferente.
Además, si hay rupturas en la base, es decir, dentro de la comunidad material, será más fácil cuestionar
y e incluso rechazar la representación del capital. La ruptura con el capital no puede ser un fenómeno
determinado pasivamente ni tampoco simplemente voluntaria. Por eso es todavía necesario profundizar
el modo de ser del capital para poder escapar de él y estudiar en que puede consistir realmente el “ser
humano”, la “verdadera Gemeinwessen” de los hombres y mujeres.
1 Fue Domenico Ferla quien lo propuso. Lo recogí, para publicarlo en Spartacus, porque era muy adecuado para lo que
buscaba.
Los textos fueron traducidos por Giovanni Dettore y Nicomede Folar, pseudónimo de Domenico Ferla que incluían
algunas notas muy interesantes entre las que se encuentran la principal y la inicial: Nota sobre la traducción.
Tenían previsto que esta edición en Internet incluyera las referencias, en alemán, a los textos de Marx y Engels.
Renuncié a ellas para no sobrecargar las notas. Los lectores que lo necesiten pueden indicármelo.
Capital y Gemeinwessen fue publicado por René Lefeuvre en los cuadernos de Spartacus en noviembre de 1978.
Mayo de 2009
Mayo 1976
Introducción

Es necesario establecer una cronología de los trabajos de Marx sobre economía para comprender la
importancia de este capítulo inédito de El Capital. Esto es tanto más necesario porque Marx no pudo
completar este trabajo. Sería importante encontrar el marco común, la preocupación central en torno a
la cual se organiza todo el trabajo.

El propio Marx indicó el curso de su desarrollo. Habla en el “Prefacio” de la Contribución a la Crítica


de la Economía Política (1859) del punto de partida proporcionado por el brillante bosquejo de Engels
de la crítica de las categorías de la economía política. Llegó, por así decirlo, en el momento adecuado.
De hecho Marx ya había demostrado que los diversos desarrollos de la actividad humana tenían una y
la misma base: la producción económica; que del modo de producción dependían todas las demás
manifestaciones de la actividad humana, en particular el pensamiento. En lugar de estudiar la
conciencia humana como un producto independiente, era necesario comprender el proceso real de la
vida humana. Esta inversión se da en una forma extraordinariamente condensada en las famosas Tesis
sobre Feuerbach. Es en la Ideología Alemana donde se va desarrollar el método que sería definido de
forma clara y precisa como materialismo histórico en el “Prefacio” de la Contribución. En este trabajo
se intenta dar una demostración de la nueva teoría: probar que los factores económicos y sociales son
los determinantes. Es por esto que encontramos allí un primer esbozo de lo que más tarde se convirtió
en la Introducción a la Crítica de la Economía Política – una exposición del método y plan del trabajo
integral – y un esbozo de las Formas que precedieron a la forma capitalista de producción: la
periodización de la historia humana. Esto estaba en perfecta coherencia con la doctrina: la historia es la
única ciencia verdadera. Este estudio no vio la luz del día como un trabajo definitivo (¡fue abandonado
a la mordaz crítica de los ratones!). Marx y Engels no estaban excesivamente apegados a él. Su
elaboración les había permitido, sobre todo, lograr claridad sobre la nueva concepción y dominar la
nueva doctrina. Mientras tanto, Marx trabajaba activamente en un estudio sobre economía, que Engels
menciona en una carta con fecha 20 de enero. 1845:

“Asegúrate de terminar pronto tu libro de Economía Política, no importa que muchas páginas no te satisfagan a ti mismo”
(Engels a Marx, 20.1.1845 in MESC p. 22)

Marx también menciona el mismo tema en una carta a Leske del 1 de Agosto de 1846:

“A través de un amigo de estos señores, me aseguró prácticamente la edición de mi crítica de la Economía” (Marx a Leske,
1818. En Padover ei. p. 42)

Este libro tampoco debía aparecer en vida de su autor. Fue publicado tras la muerte de los dos amigos y
traducido al francés como Manuscritos de París de 1844.

Por todo es, Marx no abandonó el estudio económico y en 1847 había publicado La Miseria de la
Filosofía en respuesta a Proudhon. Este es, en cierto sentido, un resumen de todo el trabajo anterior.
Concluye la crítica de la filosofía en los mismos términos en que se hubiera llevado a cabo en la
Crítica de la Filosofía del Derecho de Hegel y en La Cuestión Judía: es el proletariado el que
emancipa a la sociedad humana. Además, aquí describe el movimiento real de esta emancipación: la
constitución de la clase en partido. Esto implica una caracterización precisa de esta sociedad y la
delimitación de la sociedad futura. 1847 es también el año del Manifiesto del Partido Comunista. El
movimiento obrero que estaba creciendo en alcance (como se describió en La Miseria de la Filosofía)
tenía que tener un programa. El Manifiesto condensa el aporte de todas las luchas proletarias del
pasado, tanto a nivel teórico como práctico, y lo ilumina con la afirmación clara y evidente del
comunismo: pero el comunismo, despojado de todo utopismo, porque se presenta tal como es: el
movimiento real de la sociedad, del proletariado hacia su emancipación.

Las obras económicas de Marx no son en absoluto académicas, sino que están destinadas al
proletariado; deben servir como armas para su lucha. Así en 1849 condensó los resultados de su
investigación en una serie de conferencias celebradas en Bruselas: Trabajo asalariado y Capital.
Cuando la ola revolucionaria menguó, Marx reanudó el gran trabajo económico que había emprendido,
pero como ya hemos señalado, no pudo aparecer y, a fortiori, en el momento adecuado antes de la
revolución. El programa que se había puesto en marcha en 1847 necesitaba una base inquebrantable.
Por tanto, Marx continuó sus trabajos y en 1859 publicó su Contribución a la Crítica de la Economía
Política. Esto fue el comienzo de una obra extremadamente grande que, de hecho, él hubiera preferido
publicar en una sola pieza. Sin embargo, se vio obligado a acelerar su publiación debido a las
estupideces económicas difundidas por muchos propagandistas, Lasalle en particular. La obra trataba
principalmente del valor durante la circulación simple de mercancías y de la transformación del dinero
en capital. Pero era demasiado denso y sintético. Marx quiso dar simultáneamente tanto la crítica de la
base y como la de las superestructuras; una explicación de los fenómenos reales y las teorías derivadas
(lo que se convirtió en las Teorías de la Plusvalía):

“Es al mismo tiempo una exposición de este sistema y su crítica a través de su exposición” (Marx
to Lassalle, 22.2.1858. in MESC p. 96)

De ahí el doble plan del trabajo: exposición de los fenómenos económicos y crítica de las diferentes
concepciones que tuvieron actualidad sobre los fenómenos en estudio2. Probablemente se debió a este
exceso de exposición dialéctica (¡coquetea con Hegel!) de que la Contribución no tuvo éxito.

El Capital apareció cuando el movimiento obrero estaba en auge en dos de los centros más grandes de
la época; Alemania y Francia. La exposición es más didáctica y constituye el verdadero programa del
proletariado para su emancipación. Se puede decir que el trabajo fue exigido por la clase trabajadora.
Necesitaba un arma crítica y constructiva para su lucha diaria contra el capital y la lucha más amplia
que conduce a la destrucción del capital. Este es el significado de la presentación realizada por Marx a
la A.I.T, más o menos al mismo tiempo, llamado Salario, Precio y Ganancia.

Como se sabe, sólo el Volumen I de El Capital se publicó en vida del autor. Los otros dos volúmenes
fueron publicados por Engels, pero el tampoco pudo completar la publicación de la obra y quedaron
una gran cantidad de manuscritos. Kautsky sólo publicó el equivalente del cuarto volumen, Teorías
sobre la Plusvalía. Todavía quedaban los Grundisse publicados en alemán poco antes de la Segunda
Guerra Mundial, los Resultados del Proceso de Producción Inmediato y ciertamente muchos otros
trabajos, especialmente en el ámbito de la cuestión agraria.

El estudio de todos estos trabajos muestra que Marx enfrentó la crítica de la economía política en
cuatro formas complementarias. El primero es el de los Manuscritos Económicos Filosóficos: el trabajo
asalariado es la base de la sociedad capitalista, ya que el capital es meramente trabajo objetivado.
Marx explica la alienación sobre la que escribió Hegel: Toda la historia es producto del trabajo
humano, no sólo del trabajo teórico e intelectual, sino también de todo trabajo, de la actividad humana
real. La alienación existe en la vida práctica, en la vida real. Se deriva del hecho de que el hombre ha
devenido en una mercancía en la sociedad burguesa. Sin embargo, Marx permanece en gran parte en el
terreno del adversario, en el sentido de que aborda, como los filósofos y por tanto Hegel, la cuestión
partiendo del hombre, del sujeto, mientras que era necesario explicar cómo el sujeto era producido.
2 Este es también el método de Hegel en Ciencia de la Logica. (Nota de Mayo 1972)
Esto también explica por qué habla primero del trabajo asalariado, después de capital y propiedad de la
tierra, pasando luego a analizar la propiedad en la sociedad burguesa y en la sociedad comunista. Hasta
cierto punto, por tanto, es lo contrario de lo que hará más tarde:

“… mi método analítico, que no parte del Hombre sino del periodo económicamente determinado de la sociedad, no tiene
nada en común…” (Notes on Wagner p. 52)

Por tanto, el procedimiento sigue siendo subjetivo. Es cierto que el hombre está en el centro del
problema (no el hombre como un individuo aislado, sino un hombre social, la especie humana; siendo
ya esto una refutación de la posición burguesa), pero también hay que mostrar las condiciones
económicas que lo producen. Era, aún, algo más que una simple refutación de Hegel. Ahora el hombre
sólo puede ser sujeto en la sociedad comunista. En la sociedad de clases está alienado y, por tanto, es
un objeto. Ya sea que se trate de un proletario o un burgués, simplemente significa que el capital es el
sujeto:

“El otrora poseedor de dinero abre la marcha como capitalista; el poseedor de la fuerza de trabajo le sigue como su obrero;
el uno, significativamente, sonríe con ínfulas y avanza impetuoso; el otro lo hace con recelo, reluctante, como el que ha
llevado al mercado su propio pellejo y no puede esperar sino una cosa: que se lo curtan.” (Capital I p. 214)

La importancia de los Manuscritos radica en el hecho de que registran el certificado de nacimiento del
comunismo. En la polémica con los economistas, Marx descubre la forma futura de la sociedad, tal
como la había visto, sentido, en su lucha contra la filosofía de Hegel en Sobre la Cuestión Judía. Pero
ahora va más allá, porque allí le da el sustrato económico económico.

La segunda forma de afrontar la crítica de la economía política es la proporcionada por la Contribución


y El Capital, Marx parte de lo observable: la mercancía (como señala Lenin), para poder introducir el
problema del valor, sus diferentes formas, y luego volver a la circulación simple de mercancías y a la
aparición del capital. El trabajo asalariado, en la medida en que produce plusvalía, aparece entonces
para explicar la génesis del aumento del valor sin el cual ninguna formación de capital puede ocurrir, y
esto a través del análisis del proceso de producción inmediato:

“Partiendo de la forma social más simple en la que el producto del trabajo se representa en la sociedad actual, y esta es la
“mercancía”. Analizo esto, y de hecho, primero en la forma en que aparece.” (Notes on Wagner p. 50)

La tercera vía está en el fragmento de la versión primitiva (Urtext) de la Contribución a la Economía


Política. Marx aborda el problema del nacimiento del valor de la manera más general posible – y
plantea la pregunta: ¿cómo puede el valor alcanzar la autonomía (que es un hecho observable de la
sociedad burguesa), sin depender estrechamente de las condiciones que lo generaron?

La cuarta y última forma se encuentra en el capítulo de los Grundisse, “Formas que preceden la
producción capitalista”. El capitalismo sólo puede desarrollarse a condición de que libere al hombre y
lo convierta en mercancía. Pero para hacerlo, tenía que destruir las distintas comunidades que lo
incluían, y que estaban gobernadas, de una manera más o menos degradada, por una economía en la
que el hombre era el fin de la producción. En cierto sentido, es el estudio de los obstáculos al
desarrollo capitalista; el estudio de la inercia social formada por las diversas comunidades,
especialmente en el modo de producción Asiático, que aún sobrevive en la India por ejemplo, y
dificulta el desarrollo económico de ese país.

Los Resultados del Proceso de Producción Inmediatos yace donde estos diversos métodos de
exposición convergen, y sólo por esta razón nos permite comprender la obra completa. En cierto modo
proporciona la clave, no para entender El Capital que es autosuficiente, sino toda la obra que lo rodea.
Permite a uno establecer conexiones entre obras sin aparente relación; muestra la coherencia absoluta
de toda la teoría.

Todas las obras que se han mencionado son en realidad fragmentos de una obra única. Por eso puede
parecer que Marx tenía diferentes preocupaciones, diferentes formas de afrontar un mismo problema,
es porque la obra no pudo ver la luz del día en su totalidad. Sus diferentes planes son esclarecedores al
respecto. Marx proporciona una simple modificación de la planificación de los Manuscritos
Económicos Filosóficos en la Contribución por las razones dadas en este trabajo. En el prefacio de la
Contribución escribe:

“Consideraré el sistema de la economía burguesa en la siguiente secuencia: el capital, la propiedad de la tierra, el trabajo
asalariado; el Estado, el comercio exterior, el mercado mundial. Bajo los tres primeros investigaré las condiciones
económicas de vida de las tres grandes clases en las que se divide la sociedad burguesa moderna; la relación entre los otros
tres rubros salta a la vista.” (Contribución p. 3)

Esta es la misma planificación como fue enviada a Engels (Marx a Engels, 2.4.1858. En MEW B. 29
pp.311-18). Marx proporciona una planificación aún más detallada en el Cuaderno 18 de 1862, aunque
los puntos fundamentales para la subdivisión de la obra son idénticos. Marx indica “la combinación de
la plusvalía absoluta y relativa. (…) Trabajo productivo e improductivo” (TSV I p. 414) bajo el punto
5. Por otra parte, en el anteproyecto de plan de 1859, subdivide el estudio del mismo proceso
productivo de la siguiente manera:

“1) Transformación del dinero en capital

α) transición (pasaje)…

β) Intercambio entre el capital y fuerza de trabajo (Arbeitsvermogen).

γ) el proceso de trabajo

δ) el proceso de valorización” (Grundrisse edición alemana pp. 969-71)

Los puntos γ) δ) son los dos primeros considerados en los Resultados. En consecuencia, este texto
debe ser analizado en conjunto con los demás textos mencionados con el fin de realizar una correcta
evaluación.

De todas las obras surgen dos cuestiones principales (ya sea que estén terminadas o como planes y
bocetos): 1. el origen del valor, sus determinaciones y sus formas; 2. el origen del trabajador libre, del
trabajador asalariado. Deberíamos tratarlos en este orden y analizar las consecuencias que implican.
Capítulo 1: Las formas del valor y la definición del capital

a) La contribución del Volumen I de El Capital


b) La contribución de los Urtext
c) La contribución de los Resultados

Esta fue la preocupación central de la economía política mucho antes de su desarrollo como ciencia
independiente. Una respuesta clara sólo puede surgir después de que se hayan aclarado los hechos. En
otras palabras, sólo podría aparecer en un cierto nivel de generalización de la economía mercantil.
Primero los hombres debían tener una clara visión en las relaciones económicas que determinan su vida
material.

Marx encontró también varias dificultades, no tanto para capturar lo que determina el valor – tiempo de
trabajo socialmente necesario, sino en dar a esto una exposición histórica, es decir, las formas de valor
con todas las consecuencias derivadas de ellas;

“Marx elaboró la teoría de la plusvalía, sólo y en silencio, durante los años 50s, y se negó rotundamente publicar nada de
eso hasta haber aclarado completamente todas las consecuencias. Por lo tanto la no publicación del segundo libro y los
libros posteriores de la Contribución...”(Engels toShmuilov, 7.2.1893, in MEW B. 39 pp. 24-5)

Sabemos que Marx escribió El Capital en su lugar. Mientras se editaba Engels sugirió algunas
modificaciones:

“En estas elaboraciones un tanto abstractas has cometido el gran error de no hacer la secuencia del pensamiento claro por un
mayor número de pequeñas subsecciones y encabezados separados.” (Engels to Marx, 16.6.1867, in MESC p. 175)

Marx tomó esto en cuenta e incluyó el apéndice “La Forma del Valor” en la primera edición alemana.
Es por esta razón que Volumen I de El Capital contiene una exposición inteligible de todo el asunto.
Sin embargo, muchas de las consecuencias que Engels menciona en su carta a Shmuilov nunca han sido
analizadas. Así uno primero tiene que resumir lo que el Volumen I tiene que decir sobre el tema.

A. La contribución del Volumen I de El Capital

En el curso de la historia, todos los productos de la actividad humana incluso los que apenas se filtran a
través del trabajo, se convierten en mercancías, mientras un proceso paralelo convierte una mercancía
en un equivalente general frente al cual todas las demás mercancías son medidas. Este es el oro, el
dinero. Esto significa que progresivamente el valor de cambio se convierte en factor dominante,
desplazando el valor de uso de los productos de la actividad humana.

Tal transformación presupone la transformación simultánea del trabajo concreto en trabajo abstracto, es
decir, los productos pierden progresivamente la característica de ser el resultado de la actividad
particular del hombre, para asumir el de ser un producto del trabajo humano. En este nivel de
generalización de la producción de mercancías, el hombre mismo se convierte en una mercancía – la
fuerza de trabajo que puede venderse a si misma. Y es esta mercancía particular es la que puede generar
plusvalía, a través de su consumo en el proceso de producción. Esto sucede de la siguiente forma: los
capitalistas propietarios de los medios de producción aseguran la existencia del trabajador, una persona
expropiada de sus propios medios de producción, reducida al Estado de absoluta dependencia desde
que es dueño de nada excepto de su propia fuerza de trabajo, la cual sólo puede ser efectiva, y, por
tanto, real, cuando entra en contacto con los medios de producción que están en posesión del
capitalista3. El último consiente en darle un salario, es decir, una cierta cantidad de dinero que le
permite comprar en el mercado, propiedad de los capitalistas, los medios de subsistencia necesarios
para mantener su vida material, a condición de que el trabajador enajene su fuerza de trabajo, la cual el
capitalista utilizará como desee, de acuerdo con los requisitos del proceso de producción mismo. Ahora
bien el origen de la plusvalía está bastante claro – el uso de la fuerza de trabajo genera más productos
de los necesarios para reproducirlos. Esta primera forma de plusvalía es la plusvalía absoluta. Deriva de
la máxima prolongación del tiempo durante la cual la fuerza de trabajo es utilizada, con el propósito de
crear la mayor cantidad posible de productos: prolongación de la jornada laboral con el fin de aumentar
la fracción de la misma que el trabajador trabaja sin pago en beneficio del capitalista.

La lucha del proletariado contra la explotación desenfrenada que genera este forzamiento por la
plusvalía absoluta obliga al capitalista a introducir máquinas, instrumentos dóciles. A estas alturas, la
extracción de la plusvalía se realiza indirectamente aumentando la productividad del trabajo, la
máquina, sobre todo, subyuga al hombre, como ya se ha descrito en los Manuscritos Económicos
Filosóficos:

“La máquina se acomoda a la debilidad del ser humano para convertir al débil ser humano en una máquina” (MECW 3 p.
308)

Además, la máquina provoca un aumento considerable de la productividad del trabajo. Una mayor
cantidad de productos se generan por la misma cantidad de trabajo. El valor unitario de los productos
disminuye y, en particular, el de los medios de subsistencia requeridos por el trabajador. Las mercancías
producidas por el capital contienen cantidades decrecientes de trabajo pagado. La jornada laboral puede
permanecer invariable, desde que la fracción de ésta que el trabajador trabaja para reproducir su propio
salario se ve disminuida, dado que la suma de los valores de los medios de subsistencia necesarios para
su subsistencia también disminuyen. La coacción física directa da paso a la coacción económica
indirecta. Para que esto se ejerza con certeza implica el dominio del capital sobre todos los mecanismos
de la economía, con el alcance de poder ejercer esta presión global: se hace de tal manera que el
proletariado no puede hacer nada excepto someterse o morir de hambre. El capital también subordina la
ciencia, y no sólo para incorporarlo en el proceso de producción, sino también como arma teórica, para
mostrarle al proletariado que la producción no podía suceder de otra forma.

B. La contribución de los Urtext

Marx expone enérgica y decisivamente el secreto de la producción capitalista – la explotación del


proletariado; explica la génesis de la plusvalía y, refutando a los economistas, que quieren postular el
capital como forma eterna de producción, muestra que el capital es una relación social. Pero los
epígonos del capital pueden mantener su teoría según razonan desde las apariencias, porque:

“Por ello, si es correcto decir que el valor de cambio es una relación entre personas, hay que agregar, empero, que es una
relación oculta bajo una envoltura material.” (Contribución p. 17)

Esta relación se enmascara aún más como valor de cambio, nacido en la esfera de la circulación de las
mercancías, se vuelve cada vez más autónomo.

3 El trabajador tiene que luchar no sólo por sus medios físicos de subsistencia; tiene que luchar por conseguir trabajo, es
decir, la posibilidad, los medios, para realizar su actividad. (Economic and Philosophic Manuscripts in MECW Vol. 3 p.
237)
Esto es lo que analiza Marx en el fragmento de la versión original de la Contribución...(los Urtext)
Aunque el concepto de autonomización aparece en otros textos, sólo aquí se encuentra en el corazón de
la explicación. En los Grundisse, Marx lo utiliza como un concepto que ya ha adquirido y ha definido
en otros trabajos; así mismo en la Contribución… y en El Capital. De ahí el interés por los Urtext. Abre
con el análisis de la forma valor (como en El Capital). Comienza con la forma simple (x mercancía A =
y mercancía B), pasando a la forma más desarrollada – la forma dinero, dejando en claro lo que es
esencial en esta circulación. Es a través de la circulación que las mercancías se reúnen, comparan y así
se convierten en equivalentes:

“...el oro es una mercancía diferente del trigo, y sólo puede acreditarse en la circulación el que el quarter de trigo se
convierta realmente en una onza de oro, tal como se halla anticipado en su precio.” (Contribución p. 54)

“… las mercancías, por una parte, deben entrar en el proceso de intercambio como tiempo de trabajo general materializado,
mientras que, por la otra, la materialización del tiempo de trabajo de los individuos, en cuanto general, es, a su vez, sólo
producto del proceso de intercambio.” (ibid. p. 29)

La envoltura material realmente aparece en la circulación. Es durante la circulación que se realiza el


valor y su autonomización sucede. Por esta razón, los primeros economistas vieron en la circulación el
momento esencial en la creación de valor. Pero esto es falso, como sabemos por las explicaciones de
los economistas clásicos, y de Marx en particular: el aumento del valor se realiza en la esfera de la
circulación, pero surge en la esfera de la producción. Marx adopta el punto de partida del hecho de la
aparición del fenómeno; lo muestra en su devenir, explica la contradicción que implica, y consigue, al
analizarlas, captar el secreto del movimiento real:

“Por eso debemos desarrollar la exposición del dinero, a diferencia del medio de circulación, a partir de la forma directa de
la circulación de mercancías M-D-M.” (Contribución p. 112)

“El primer proceso de la circulación es, por así decirlo, un proceso teórico y preparatorio para la verdadera circulación. Las
mercancías, que existen en cuanto valor de uso, se procuran en primera instancia la forma en la cual aparecen recíproca e
idealmente como valor de cambio, como cantidades determinadas de tiempo de trabajo general materializado. El primer
acto necesario de este proceso es, como hemos visto, que las mercancías excluyan a una mercancía específica, digamos el
oro, en calidad de materialización inmediata del tiempo de trabajo general o equivalente general.” (ibid. p. 49-50)

Este es el comienzo de la autonomización del valor de cambio; pero para que esto se realice
plenamente, el oro debe ser una cantidad variable que se pueda utilizar como medida de valor.

“… el oro debe ser, en lo posible, un valor modificable, porque sólo como materialización del tiempo de trabajo puede
convertirse en equivalente de otras mercancías…” (ibid. p. 52)

De hecho, el oro puede realizar esta función, y Marx hace un largo análisis de los metales preciosos
como base de la función monetaria (cf. Urtext y Grundisse). El oro puede funcionar como equivalente
de todas las mercancías, y para cualquier parte individual de ellas. De ahí su autonomización y su
carácter mágico. Una vez que llega a esta etapa del análisis, Marx estudió los límites de la
autonomización del dinero, y las condiciones que permiten que el valor de cambio se vuelva realmente
autónomo. Esto abre el camino para estudiar la transición del dinero al capital.

“La circulación parte de ambas determinaciones de la mercancía: de ésta como valor de uso, de ésta como valor de cambio.
Mientras predomina la primera, la circulación desemboca en la autonomización del valor de uso; la mercancía se vuelve
objeto de consumo. En la medida en que prevalece la segunda, la circulación culmina en la segunda determinación, la
autonomización del valor de cambio. La mercancía se torna en dinero. Pero sólo deviene en la última determinación a través
del proceso de la circulación y continúa vinculándose con ésta. En la última determinación sigue desarrollándose como
tiempo de trabajo general objetivado, en su forma social. A partir de este último aspecto, por ende, tiene también que
verificarse la determinación ulterior del trabajo social, que originariamente se presentaba como valor de cambio de la
mercancía, luego como dinero. El valor de cambio de la forma social en cuanto tal; su desarrollo posterior, por consiguiente,
es el desarrollo ulterior del proceso social — o la profundización del mismo— que hace que la mercancía suba a la
superficie.” (Urtext – Contribución: Fragmento de la Versión Primitiva de la “Contribución” pp. 261)

Aquí Marx se ocupa de la transformación del dinero en capital, cuya circulación realizará el opuesto de
la circulación de mercancías:

“En el movimiento M-D-M lo material se presenta como el motivo real del movimiento; el movimiento social sólo como
mediación evanescente destinada a satisfacer las necesidades individuales.” (ibid. p. 254)4

La mercancía se convierte en dinero y, por lo tanto, en el valor de cambio autónomo. Para explicar la
autonomización el valor de cambio debe analizarse con mayor detalle.

“Si así como antes partíamos de la mercancía, lo hacemos ahora del valor de cambio en cuanto tal — su autonomización es
el resultado del proceso de circulación— , nos encontramos con lo siguiente:

1) El valor de cambio existe dualmente como mercancía y como dinero; éste se presenta como la forma adecuada del valor
de cambio, pero en la mercancía, en tanto ésta permanece como mercancía, el dinero no se pierde, sino que existe como
precio de la misma. De esta suerte, la existencia del valor de cambio se desdobla (verdoppelt):una vez en valores de uso, la
otra vez en dinero. Pero ambas formas se transmutan, y el mero hecho del intercambio en cuanto tal no hace que
desaparezca el valor.

2) Para que el dinero se conserve como dinero es preciso que, así como se presenta en cuanto precipitado y resultado del
proceso de circulación, sea capaz de reingresar al mismo, esto es, de no convertirse, dentro de la circulación, en mero medio
de circulación que se desvanece cuando se le cambia, bajo la forma de mercancía, por un simple valor de uso.” (ibid. p.261)

3. Además, no se puede tratar de un simple movimiento cuantitativo, como en el caso del dinero:

“En cuanto forma de la riqueza general, valor de cambio que se ha vuelto autónomo, el dinero no es capaz de otro
movimiento que no sea el cuantitativo: acrecentarse. Con arreglo a su concepto es la quintaesencia de todos los valores de
uso; pero en cuanto magnitud de valor siempre determinada, determinada suma de oro y plata, su límite cuantitativo
(Schranke) está en contradicción con su calidad.” (ibid. p. 267)

4. “Mientras el dinero, o sea el valor de cambio que se ha vuelto autónomo, se fija solamente por oposición a su antítesis —
el valor de uso en cuanto tal— , sólo es susceptible, en realidad, de tener una existencia abstracta. Tiene, en cuanto valor de
cambio, que conservarse y a la vez acrecentarse en su antítesis, en su convertirse en valor de uso y dentro del proceso de
éste, en el consumo; tiene que transformar, por ende, el consumo del valor de uso mismo — tanto la negación activa como
la afirmación de éste— en la reproducción y producción del propio valor de cambio.” (ibid. pp. 271-272)

En este caso, ¿qué valor de cambio puede cumplir completamente estas funciones y estas condiciones?
el Capital.

“El dinero resultante como valor de cambio adecuado de la circulación y que se ha vuelto autónomo, pero que reingresa a
ella y en la circulación y en virtud de la misma, se perpetúa y valoriza (multiplica), es capital.” (ibid. p. 268)5

Tras esta definición, derivada del estudio de la circulación y la autonomización del valor de cambio,
Marx caracteriza el capital.

4 Volveremos a este pasaje central porque plantea que es el movimiento económico el que dará contenido al movimiento
social, dándole materialidad para finalmente suplantarlo, convirtiéndose el mismo en el movimiento social.
5 “La primera determinación del capital es, pues, ésta: que el valor de cambio que deriva de la circulación y presupone la
circulación se conserva en ella y por medio de ella…”(Grundrisse pp. 259-60)
1. “La perdurabilidad que el dinero trata de obtener comportándose negativamente respecto de la circulación (retirándose
de ella), la alcanza el capital, que precisamente se conserva gracias a que se abandona a la circulación. El capital, en cuanto
valor de cambio que presupone la circulación, que está presupuesto a ella y en ella se conserva, adopta alternativamente [[la
forma de]] los dos momentos contenidos en la circulación simple, pero no como en ésta, en la que sólo se pasa de una de
las formas a la otra, sino siendo a la vez en cada una de las determinaciones la relación con la opuesta.” (ibid. p. 269)

2. “No es esta o aquella mercancía, sino que se puede metamorfosear en cualquier mercancía y en cada una de ellas
sigue siendo la misma magnitud de valor y comportándose consigo mismo como con un fin en sí.” (ibid. p. 271)

3. Además, ya no se pierde en la circulación, desde que “lo habilita para adoptar indistintamente una u otra forma, para
pasar de la forma del dinero a la de la mercancía. (La autonomización consiste tan sólo en que el valor de cambio persiste
firmemente en su calidad de valor de cambio, exista en la forma del dinero o en la de la mercancía, y que sólo pasa a la
forma de la mercancía para autovalorizarse.)”. (ibid. pp. 274)

Pero dado que “el valor de cambio sólo puede volverse autónomo, en suma, haciendo frente al valor de
uso que se le contrapone en cuanto tal.” (ibid. p. 274-5), debemos saber cuál es el valor de uso que
puede ser consumido productivamente y, por lo tanto, se opone a sí mismo como valor de uso y valor
de cambio. Es el trabajo, o más exactamente, la fuerza de trabajo. “El único valor de uso que puede
constituir una antítesis y un complemento para el dinero en cuanto capital es el trabajo.” (ibid. p. 276)
Por eso el contenido del valor de uso en este intercambio no puede ser una cuestión de indiferencia: “El
intercambio por cuyo medio el dinero se torna en capital no puede ser con mercancías sino el
intercambio con su antítesis conceptualmente determinada, con la mercancía que se encuentra frente a
él en antítesis (Gegensatz) determinada conceptualmente (begrifflich): el trabajo.” (ibid. p. 276)

En otras palabras, el trabajo asalariado es una característica fundamental del modo de producción
capitalista. La producción mercantil pudo disolver otros modos de producción, otras relaciones de
producción determinadas, pero aún así, por sí sola, no pudo fundar una nueva sociedad. “Entonces, el
valor de cambio tiene primeramente la determinación de valor que se conserva en el intercambio, sólo
porque se intercambia con el valor de uso que se le opone con arreglo a su propia determinación
formal. (Formbestimmung).” (ibid. p. 277)

“Lo que es efectivamente no capital es el trabajo mismo” (ibid. p. 276) En consecuencia, el capitalismo
sólo puede desarrollarse plenamente cuando todo el trabajo humano se ha convertido en trabajo
abstracto. Por tanto, parece que el análisis de la mercancía – valor de uso correspondiente al trabajo
concreto – es insuficiente para explicar la transformación del dinero en capital. Además, el estudio de la
circulación del valor de cambio ha puesto de manifiesto que, para lograr su autonomía, el valor de
cambio debe contener en sí mismo una fase productiva, en el curso de la cual su opuesto – un valor de
uso particular – es consumido (consumo productivo) y engendra valor de cambio. El capital sólo puede
aparecer de esta manera6.

6 El concepto de consumo productivo es fundamental (central) porque nos permite captar la diferencia entre modos de
producción anteriores y el capitalismo, así como la característica del capitalismo de la sobreproducción. “La
transformación del capital dinerario en capital productivo es la compra de mercancías con fines de producción de
mercancías. (Rubel indica que Engels omite la siguiente frase aquí: “esto es, producción capitalista de mercancías”.
NDE-) Sólo en la medida en que el consumo es consumo productivo de este tipo que cae dentro del circuito real del
capital; la condición para que ocurra el consumo es que la plusvalía se obtiene de las mercancías así consumidas. Y esto
es algo muy diferente de la producción, incluso de la producción de mercancías, cuya finalidad es la existencia de los
productores; tal sustitución de mercancía por mercancía condicionada por la producción de plusvalía es otra cosa muy
distinta que un intercambio de productos mediados simplemente por el dinero. Pero así es como se presenta el asunto
para los economistas, como prueba de que no es posible la sobreproducción” (Capital II p. 155)
“En el capital el dinero ha perdido su rigidez, y de cosa palpable que era, ha pasado a ser proceso.”.
(ibid. p. 268). Es necesario determinar este proceso cuyo momento esencial es la producción inmediata,
es decir, el proceso en el curso del cual es creado el valor de cambio (y por tanto capital), en el curso
del cual existe el consumo productivo de la fuerza de trabajo. Es aquí donde los Resultados del Proceso
de Producción Inmediato (“El sexto capítulo inédito de El Capital”) concluye el estudio realizado en
los dos textos analizados anteriormente, y resuelve la contradicción que plantea el fenómeno aparente.

B. La contribución de los Resultados del Proceso de Producción Inmediato

Para comprender este proceso, debemos adoptar dos nuevas distinciones: el proceso laboral, que
comprende la confrontación del hombre con los medios de producción, y el proceso de valorización,
que comprende por una parte la conservación del valor y, por otra, la creación de un incremento de
valor, de modo que “en lugar del valor de la parte variable del capital tenemos ahora la valorización en
cuanto proceso” (Resultados p. 14)7 El proceso de producción inmediato es la unidad de los dos.

Estas distinciones se encuentran a lo largo de los trabajos de Marx sobre economía; por ejemplo en el
Volumen II de El Capital, cuando critica las diferentes teorías del capital fijo, o cuando se ocupa de “La
Reproducción y Circulación del Capital Total Social”. Por otra parte, aquí está, además en los
Resultados (y también en los Grundisse, donde estos conceptos están plenamente desarrollados), que
encontramos la exposición más clara de estos dos elementos del proceso de producción del capital:

“El proceso de producción inmediato del capital es el proceso de trabajo y valorización, el resultado de este proceso es la
mercancía, y su motivo determinante la producción de plusvalía”. (Capital II, p. 14.27)8 Antes de continuar debemos hacer
dos observaciones:

1. Indicamos de manera muy sugerente la unidad de los dos procesos (sin conocer aún los Resultados)
en el “Abaco” del Volumen I de El Capital. Representamos el proceso de producción inmediato como
sigue:

7 “El capital no es una simple relación, sino que es un proceso…” (Grundrisse p . 258) Marx indica en las Teorías de la
Plusvalía que esto puede ser tan real como paradójico: “Esta autonomización se hace aún más evidente en el capital,
que, en uno de sus aspectos, se puede llamar valor en proceso – y desde que existe independientemente sólo en el
dinero, por lo tanto puede llamarse dinero en proceso a medida que pasa por una serie de procesos en que se conserva,
se aparta de sí mismo y vuelve a sí mismo aumentado en volumen. Va sin decir que la paradoja de la realidad también
se refleja en las paradojas del habla que están en desacuerdo con el sentido común y con lo que los vulgares quieren
decir y creen al hablar comprenderse a sí mismos” (TSV III p.137) (Cuando editamos este texto no tomamos
previamente la precaución de releer las obras de Marx en alemán; de ahí nuestra afirmación errónea de que la definición
del capital como valor en proceso sólo se encuentra en los Grundisse y en los Resultados. Sin embargo, en el primer
Volumen de El Capital, parte dos “La transformación del dinero en capital”, encontramos “El valor, por lo tanto, ahora
se convierte en valor en proceso, dinero en proceso y, como tal, capital.” (p. 256) El conocimiento de las obras en su
idioma original nos lleva a modificar nuestro juicio en este trabajo que tuvimos de ellos, pero de ninguna manera altera
la demostración sobre el tema de la importancia de la definición del capital como valor en proceso. - Nota de mayo de
1972)
8 El Volumen I de El Capital, tercera parte contiene el capítulo titulado “El Proceso Laboral y el Proceso de
Valorización” (pp. 283-306), (MEW B. 23 pp. 192-213)
v + c establecido verticalmente indican el proceso de trabajo en la sociedad capitalista; la relación entre
trabajo vivo - capital variable y trabajo muerto – capital constante. El proceso de valorización se indica
en las dos relaciones horizontales:

a) el aspecto de la conservación de valor adelantado en la forma de medios de producción

b) el aspecto de la creación de valor (evidentemente aquí también está la conservación de valor, ya que
es necesario en primer lugar que se restaure antes de que tenga lugar la producción de s.
(surplus=plusvalía) Sólo que este aspecto es mucho menos importante aquí que en el caso anterior. Está
enmascarado por el fenómeno de la creación de valor.) 2) Existe un proceso de trabajo en todos los
modos de producción. Pero como los productos se transformaron en mercancías, hubo creación paralela
de un proceso de valorización que asumió creciente importancia hasta que, con el capitalismo, suplantó
y enmascaró el proceso de trabajo. He aquí la mistificación que supera a los economistas vulgares,
cegados por el proceso de valorización. De ahí también la observación de Marx en el Volumen I de El
Capital:

“Cuando al principio de este capítulo, dijimos en la manera habitual que una mercancía es tanto valor de uso como valor de
cambio, esto era, estrictamente hablando, incorrecto. Una mercancía es un valor de uso u objeto de utilidad, y, un “valor”.
Aparece como la cosa doble que realmente es tan pronto como su valor posee su propia forma particular de manifestación,
que es distinta de su forma natural. Esta forma de manifestación es el valor de cambio, y la mercancía nunca tuvo esta forma
cuando se mira de forma aislada, sino sólo cuando está en una relación de valor o una relación con una segunda mercancía
de diferente tipo. Una vez que sabemos esto, nuestra forma de hablar no hace daño; más bien sirve como abreviatura.”
(Capital I p. 152)

Hubo sociedades donde el valor no existía, habrá una sociedad donde el valor habrá sido destruido: el
Comunismo.

Pero, volvamos al proceso de producción inmediato:

“...sólo un proceso de trabajo único e indivisible. No se trabaja dos veces, una para crear un producto utilizable, un valor de
uso, para transformar los medios de producción en productos; la otra, para crear valor y plusvalía, para valorizar el valor.”
(Resultados p. 21)

El proceso de producción inmediato es la unidad indisoluble del proceso de trabajo y del proceso de
valorización; aquí las características proceden, por tanto, al nivel de la producción.

“El proceso de producción es la unidad inmediata entre el proceso de trabajo y el proceso de valorización, tal como su
resultado inmediato, la mercancía, es la unidad inmediata entre el valor de uso y el valor de cambio.” (ibid.)

Para comprender mejor este devenir del valor que se valoriza a sí mismo en el curso del proceso de
producción, deben especificarse dos conceptos más: trabajo muerto y trabajo vivo. Hemos visto que
para entender la circulación, necesitábamos saber que cada mercancía tiene un valor de uso y un valor
de cambio, correspondiente respectivamente al trabajo concreto y al trabajo abstracto. Para comprender
la transformación del dinero en capital, era necesario entrar en el proceso de producción, que se divide
en proceso de trabajo (aspecto de uso) y proceso de valorización (aspecto de cambio); ahora, dentro de
este proceso laboral, debemos distinguir entre trabajo muerto, acumulado, objetivado; es decir, de los
medios de producción que tienen el carácter de valor de cambio (capital constante) y trabajo vivo,
fuerza de trabajo con carácter de uso (capital variable).

“La diferencia entre trabajo objetivado y trabajo vivo se manifiesta en el proceso real de trabajo… Por añadidura, en el
proceso laboral el trabajo objetivado se presenta como el elemento o punto de partida objetivo para la realización del
trabajo vivo.”. (ibid. p. 23-24)

En este sentido, el trabajo muerto tiene un aspecto de uso, sin embargo, aparece principalmente con la
determinación de valor de cambio.

Entonces, este es el devenir:

“En la medida en que el trabajo pasado sustituye al trabajo vivo, él mismo se convierte en un proceso, se valoriza, se
transforma en una fluens que genera una fluxio. Esta absorción suya de trabajo vivo adicional constituye su proceso de
autovalorización, su transformación real en capital, en valor que se valoriza a sí mismo;su pasaje de magnitud constante de
valor (Wertgrösse) a magnitud de valor variable y en transformación.” (ibid. p. 24)

Así, después de la definición derivada de la circulación, tenemos la que proviene de la producción. El


capital es trabajo muerto objetivado y resucitado repetidamente por el trabajo vivo que incorpora; en
un ciclo aparentemente interminable. Esta última definición incluye la primera, proporcionada por los
Urtext – el capital como valor en proceso – porque ahora sabemos lo que este proceso comprende; sólo
puede efectuarse subyugando el trabajo.

“Por otra parte el valor existente —o dinero— no se convierte realmente en capital hasta tanto: primero, se representa como
valor que se valoriza a sí mismo, como valor que se procesa —y como tal se representa cuando la actividad de la capacidad
laboral, o sea el trabajo, opera en el proceso de producción como una energía incorporada a ese valor y perteneciente al
mismo—; y segundo, se distingue como plusvalía, de sí mismo como valor presupuesto originariamente, lo cual es a su vez
un resultado de la objetivación del plustrabajo.” (ibid. p. 50)

“En el proceso de producción el trabajo se convierte en trabajo objetivado —por oposición a la


capacidad viva de trabajo —, o sea capital.” (ibid.) La envoltura material se hace a un lado. La relación
entre hombres se vuelve clara; la relación entre capitalistas y proletarios que los economistas vulgares,
ardientes defensores del capitalismo, tienen todo el interés de enmascarar (como lo hicieron todos sus
epígonos y todavía lo hacen). Sin embargo, Marx avanza aún más y muestra que lo que apareció como
una cosa sigue siendo el producto de una relación entre hombres: el capital constante se materializa, se
cristaliza, en trabajo objetivado y por consiguiente:

“Todo esto se reduce al intercambio de un cuanto dado de trabajo objetivado por un cuanto mayor de trabajo vivo.” (ibid. p.
98)

Esta forma de considerar la transformación del dinero en capital también explica por qué Marx, tanto
en los Urtext y como en los Resultados habla de capacidad de trabajo más que de fuerza de trabajo,
como lo hace en El Capital. Está analizando un proceso en su devenir: el momento en el que la
transformación esencial está a punto de suceder -. No es casualidad que recurra a la terminología
matemática en los Resultados para determinar el instante preciso en el que se producirá el incremento
de valor, y podrá mostrar su propio diferencial. Así muestra que el valor de cambio sólo puede
incrementarse mediante el intercambio con un valor de uso capaz de crear valor. Más tarde, cuando se
descubrió el secreto de la metamorfosis del dinero en capital, ya no es necesario presentar el proceso de
esta forma. Ya no es una cuestión de capacidad, sino de hechos dados, que se realizan concretamente.
Lo que realmente se consume no es la capacidad de trabajo, que permanece como algo potencial, sino
una fuerza:

“El dinero es ahora trabajo objetivado, ya posea la forma del dinero o la de mercancía particular. Al capital no se le opone
ningún modo de existencia objetivo del trabajo, sino que cada uno de éstos aparece como posible modo de existencia del
capital que éste puede adoptar en virtud de un simple cambio de forma, pasando de la forma del dinero a la de la mercancía.
La única antítesis que se opone al trabajo objetivado (vergegenständlichte) es el no objetivado; en antítesis con el trabajo
objetivado (objectivierten), el trabajo subjetivo. O, en antítesis con el trabajo temporalmente pasado, pero existente en el
espacio, el trabajo vivo, que existe en el presente. En cuanto trabajo existente temporalmente y asimismo no objetivo (y por
ende tampoco objetivado todavía), el trabajo sólo puede existir como capacidad, posibilidad, facultad, como capacidad de
trabajo del sujeto vivo. Sólo la capacidad viva de trabajo puede constituir la antítesis con el capital en cuanto trabajo
objetivado autónomo que se conserva firmemente a sí mismo, y de tal manera el único intercambio por cuyo intermedio el
dinero puede transformarse en capital, es el que establece el poseedor del mismo con el poseedor de la capacidad viva de
trabajo, esto es, el obrero.” (Urtext p. 274)

Como ya hemos mencionado, es por eso que Marx adoptó el aspecto subjetivo como punto de partida
en los Manuscritos Económicos Filosóficos el aspecto del trabajo asalariado. Esto no contradice el
hecho de que, luego, es el capital el que tiende a aparecer como el verdadero sujeto. Marx lo explica en
la exposición de la mistificación del capital.

Así ha respondido moviéndose en el terreno mismo de sus adversarios: ciertamente puede haber un
aumento de valor en el intercambio, pero sólo durante un intercambio particular, el del trabajo
objetivado por trabajo vivo. Este intercambio sólo puede ser real cuando se consume su valor de uso, y
sólo puede ser consumido productivamente; lo que explica la necesidad de un proceso de producción
inmediato. El producto resultante requiere un intercambio a su vez similar a los intercambios en la
circulación simple de mercancías, de modo que este valor pueda ser realizado.

La contradicción planteada, aunque de manera diferente, en el Volumen I de El Capital se resuelve así:

“La transformación del dinero en capital debe desarrollarse sobre la base de las leyes inmanentes del intercambio de
mercancías, de tal manera que el punto de partida es el intercambio de equivalentes” (Capital I p. 268)

La metamorfosis del dueño del dinero en capitalista “debe y, sin embargo no debe, tener lugar en la
esfera de la circulación.” (Capital I p. 269)

En otra parte vimos como el mismo requisito surgía en la circulación simple; los valores deben
realizarse en la circulación, pero se producen en una esfera diferente. La circulación fue la realización y
materialización de su tiempo de trabajo. En el caso del capital, la dificultad radica en el hecho de que
aparentemente no se trata de explicar una equivalencia, sino más bien una no-equivalencia.

Tomamos la circulación como nuestro punto de partida para demostrar que postulaba la realización de
algo producido en otra esfera, la esfera de la producción. Pero, también “bajo esta envoltura”
finalmente redescrubrimos la “relación entre los hombres”. Este es el mismo resultado al que se llegó
en el Volumen I de El Capital.

Encontramos el mismo procedimiento en los Grundisse, es decir, explicación del movimiento real – el
nacimiento del capital de la circulación misma. El capital aparece desde el principio como un cuanto de
valor en continuo movimiento. Marx no quiso abstraerse de las diversas etapas del movimiento para
analizarlas por separado, sino más bien quería demostrar el movimiento en su totalidad, con sus
contradicciones inherentes, porque se afirmaba históricamente exactamente de esta manera. En El
Capital simplificando la exposición para hacer la comprensión del fenómeno más accesible, plantea
desde el principio la contradicción del capital, aislándolo del movimiento para diseccionarlo. En los
Grundisse volvemos a encontrar el contenido de los Urtext, aunque es menos centrada en el fenómeno
de la autonomización. Y dado que esta obra es la expresión misma del pensamiento de Marx,
volveremos a referirnos a ella. Integra, incluso si en una forma que no está completamente desarrollada
ni explícita, todos los hechos del movimiento histórico que Marx quiso retraducir en toda su
complejidad.

Finalmente, “el producto de la producción capitalista no es el valor, sino la plusvalía” (Resultados). Por
lo tanto, la diferencia total entre el periodo de la circulación simple de mercancías y la circulación en el
periodo capitalista. Éste último parece estar determinado por un intercambio “entre cantidades no
equivalentes”. Esto explica la nueva distinción, hecha esta vez entre tiempo de trabajo necesario y
tiempo de trabajo excedente, dentro del trabajo vivo. En el curso del proceso de trabajo, el proletario
restaura el valor adelantado, que corresponde a su salario; pero también crea un valor adicional durante
una fracción determinada de su jornada laboral; y el trabajo excedente corresponde a la plusvalía.

Esta es, además, una respuesta plenamente desarrollada a las dos objeciones planteadas por los
oponentes de la ley del valor, ya indicados por Marx en la Contribución:

“Primero: el trabajo en sí mismo tiene valor de cambio, y diferentes trabajos tienen diferente valor de cambio. Constituye
un círculo vicioso convertir al valor de cambio en medida del valor de cambio, ya que el propio valor de cambio destinado a
servir como medida requiere, a su vez, ser medido. Este reparo se reduce a este problema: dado el tiempo de trabajo como
medida inmanente del valor de cambio, desarrollar el salario sobre esta base. La teoría del trabajo asalariado proporciona la
respuesta.

Segundo: si el valor de cambio de un producto es igual al tiempo de trabajo contenido en él, el valor de cambio de una
jornada de trabajo es igual a su producto. O bien el salario debe ser igual al producto del trabajo. Pero sucede todo lo
contrario. Ergo: este reparo se reduce al siguiente problema: ¿Cómo es que la producción basada en el valor de cambio
determinado por el mero tiempo de trabajo conduce al resultado de que el valor de cambio del trabajo sea menor que el
valor de cambio de su producto? Solucionaremos este problema en la consideración del capital.” (Contribucion pp. 47)

Esto es precisamente lo que vimos en el estudio del proceso de producción inmediato, y en particular
en el proceso de valorización.

Las diversas partes de la obra de Marx se corresponden y se completan en una vasta y armoniosa
unidad, donde parece imposible encontrar un error, o la más mínima contradicción. Así, el método
favorito de nuestros oponentes, que quieren reducir la obra en fragmentos para poner uno contra otro,
con el fin de encontrar una contradicción que podría desacreditar el conjunto, siempre a terminado por
exponer su propia impotencia en la comprensión de la gran teoría, en la que los diversos elementos
están en coherencia.

Volvemos a encontrar la misma coherencia, la misma armonía, entre los Manuscritos Económicos
Filosóficos y los Resultados. En este último, Marx investiga de manera decisiva las relaciones sociales
dentro de la sociedad capitalista y llega a la siguiente conclusión:

“El capital no es ninguna cosa, al igual que el dinero no lo es. En el capital, como en el dinero, determinadas relaciones de
producción sociales entre personas se presentan como relaciones entre cosas y personas, o determinadas relaciones sociales
aparecen como cualidades sociales que ciertas cosas tienen por naturaleza.” (Resultados p. 38)

Todo el movimiento socioeconómico muestra que no es el hombre quien domina, sino el objeto: “No es
que el obrero compre medios de subsistencia y medios de producción, sino que los medios de
subsistencia compran al obrero para incorporarlo a los medios de producción.”. (ibid. p. 36) El hombre
es mercancía: es la reificación de la que habla Marx en los Manuscritos Económicos Filosóficos y que
retomará nuevamente en el Volumen III de El Capital:

“La producción no produce simplemente al hombre como una mercancía, la mercancía humana, el hombre en el rol de la
mercancía; lo produce de acuerdo con este rol como un ser mentalmente y físicamente deshumanizado.- Inmoralidad,
deformidad y embotamiento de los obreros y capitalistas.- Su producto es la mercancía autoconciente y autoactiva… la
mercancía humana”(MECW 3, p. 284)

Pero, como hemos mencionado, el método sigue siendo subjetivo en los Manuscritos Económicos
Filosóficos:

“Así como hemos derivado el concepto de propiedad privada del concepto de extrañamiento, trabajo enajenado por el
análisis para que podamos desarrollar cada categoría de la economía política con la ayuda de estos tres factores; y
volveremos a encontrar en cada categoría, p. ej. comercio, competencia, capital, dinero, sólo una expresión particular y
desarrollada de estos primeros tres elementos.” (ibid. p. 281)

Marx todavía permanece demasiado tiempo sobre el análisis de las superestructuras, las formas de
propiedad vinculadas sólo con el trabajo enajenado; por tanto, puede definir el capital como “propiedad
privada en los productos del trabajo de otros hombres” (ibid. p. 246) o “trabajo acumulado” (ibid. p.
247). Definiciones como éstas, por adecuadas que sean, siguen siendo demasiado estáticas y sólo los
disturbios permiten a uno comprender las raíces de la enajenación humana. La definición dada en los
Resultados (siguiendo al de los Urtext) capital como valor que se valoriza, valor en proceso, aclara e
ilumina todo el desarrollo del proceso de producción social. Ciertamente hay apropiación del trabajo de
otros, trabajo excedente, - por medio de la apropiación del producto del trabajo vivo pero esto tiene
como propósito la valorización del valor adelantado. En general, esto da como resultado “esta
reducción de la mayor parte de la humanidad a trabajo abstracto.” (ibid. p. 241) Esta es la consecuencia
de la autonomización del valor.

Sin embargo, no se trata sólo de mostrar cómo los Resultados dan una mejor explicación de ciertos
hechos; debemos mostrar cómo es una síntesis, “articula” todo el cuerpo de la obra de Marx.
Capítulo 2: La importancia de la definición del capital como valor en proceso y las consecuencias
que implica en esto

a) La importancia de la definición como valor en proceso


b) Consecuencias de la definición del capital como valor en proceso – Notas en el proceso de
producción inmediato (1972)

A. La importancia de la definición del capital como valor en proceso

“Para desarrollar el concepto de capital es necesario comenzar no con el trabajo sino con el valor y, precisamente, el valor
de cambio ya desarrollado en el movimiento de la circulación. Es imposible hacer la transición directa del trabajo al capital
como es pasar desde las diferentes razas humanas al banquero, o desde la naturaleza a la máquina de vapor”. (Grundrisse p.
259)

La aparición del capital presupone, pues, un largo desarrollo en el curso del cual podemos ver el valor
de cambio acercándose progresivamente hacia su autonomía. Como corolario, esto implica que no es
posible considerar al capital sólo como “trabajo acumulado (realizado) (trabajo debidamente
objetivado), que sirve como medio para nuevo trabajo (producción)… esto se refiere al material simple
del capital sin tener en cuenta la forma sin la cual no es capital.” (Grundrisse p. 257) Para examinar el
aspecto material del contenido significa volver a ser víctima de las apariencias, como lo fueron los
fisiócratas en sus análisis sobre la plusvalía. Lo concibieron como vinculado únicamente a la
agricultura, una rama de la producción en la cual el excedente era obvio, clara y distintivamente en
magnitudes específicas del material. Sin embargo, el aspecto material enmascara el movimiento real, el
verdadero ser del capital. No es casualidad que Marx criticara reiterada veces la noción del capital
como una suma de valores.

“Si declaro, como por ejemplo Say, que el capital es una suma de valores (Summe von Werten), entonces no declaro nada
más que el capital = valor de cambio. Toda suma de valores es una valor de cambio, y todo valor de cambio es una suma de
valores. No puedo pasar del valor de cambio al capital por mera adición. En la acumulación pura de dinero, como hemos
visto, la relación aún no se ha capitalizado”. (ibid. p. 251)

Esta definición que podría ser válida para una determinada cantidad de dinero en el periodo de la
producción mercantil simple, es absolutamente insuficiente para el capitalismo. En los Resultados
Marx parte del dinero como una suma de valor para explicar la formación del capital: “el capital no
existe aquí todavía más que como una suma dada de valor - D (dinero), en la cual se ha extinguido todo
valor de uso; por consiguiente bajo la forma de dinero.” (Resultados p.4) O: “Si el capital inicial era
una suma de valor = x” (ibid.). Entonces era necesario explicar cómo una determinada suma de valor es
capaz de generar un aumento. Como hemos visto, el capital sólo crece absorbiendo una mercancía
particular: la fuerza de trabajo. Se convierte simultáneamente en mercancía y dinero en esta operación;
une las dos apariencias fenoménicas del valor y luego puede presentarse en una u otra forma.

La definición de Say es sólo una formulación diferente de la dada por Smith, quien consideraba al
capital como la suma de los ingresos: salarios, ganancias, y renta de la tierra. En esto había una
flagrante contradicción, en el sentido de que las condiciones de producción (salarios) se mezclaron con
sus productos (ganancias y renta de la tierra). Por lo tanto, evidentemente, Smith entró en una callejón
sin salida cuando quiso estudiar la reproducción del capital. En cambio, si se considera el capital como
valor en proceso, está claro que entonces es posible analizar el movimiento del proceso de regeneración
y reformación.
En el Volumen II de El Capital Marx analiza la circulación y reproducción del capital. Es aquí donde
critica la posición de Smith y deja claro qué es el capital:

“Si tomamos las tres formas juntas, entonces todas las premisas del proceso aparecen como su resultado, como premisas
producidas por el proceso mismo… Común a los tres circuitos es la valorización del valor como propósito determinante,
motivo impulsor” (Capital II p. 180)

“El capital, como valor autovalorizándose, no sólo comprende las relaciones de clase, un carácter social definido que se
desprende del trabajo como trabajo asalariado. Es un movimiento, un proceso circular a través de diferentes etapas, que a su
vez incluye tres formas diferentes del proceso circulatorio. Por lo tanto sólo puede entenderse como un movimiento y no
como una cosa. Quienes consideran la autonomización del valor como una mera abstracción, olvidan que el movimiento del
capital industrial es esta abstracción en acción.” (Capital II p. 185) 9

Pocos entendieron, y entienden, cómo el valor alcanza así su autonomía, como vimos en el análisis de
los Urtext y en los Resultados. Por eso Marx abandonó el primer borrador para pasar a una versión en
la que trata directamente de la etapa en la que la autonomía ya se ha realizado. Pero esto no significa
que hizo algunas concesiones. Diríamos más bien que simplemente dejó de lado este difícil aspecto
para estudiarlo mejor en otros lugares, y esto hace que ciertos pasajes sean elípticos en ocasiones. Sin
embargo, una vez que uno comprende la definición del capital como valor en proceso, y el desarrollo
histórico-lógico que lo produjo, una frase como esta es deslumbrantemente clara:

“Aquí el valor pasa por diferentes formas, diferentes movimientos en los que es a la vez conservado, valorizado y
aumentado.” (ibid. p. 185)

Con el capital, uno ya no tiene que lidiar con una cosa, como se demostró en los Urtext, sino con un
proceso:

“Si se dice que el capital es valor de cambio que produce beneficio, o por lo menos se aplica con la intención de producir
beneficio, entonces el capital ya se presupone en su explicación, para el beneficio es una determinada relación del capital
consigo mismo. El capital no es una simple relación, sino un proceso en cuyos diversos momentos es siempre capital.”
(Grundrisse p. 258)

En el curso de su trabajo, Marx analizó las consecuencias de estas dos definiciones erróneas del capital,
y cada vez demostró que los economistas habían caído en estos errores al no haber entendido el doble
aspecto del proceso inmediato de producción: proceso de trabajo y proceso de valorización:

a.- La definición del capital como la suma de valores.

En su análisis del capital fijo y circulante, Smith presenta el capital variable – el cuál es capital
circulante – no como “el valor establecido en la fuerza de trabajo… sino más bien en los medios de
subsistencia de los trabajadores”. (Capital II p. 291) Esto se debe a que enfatiza como un elemento
esencial y característica determinante el hecho de que la fuerza de trabajo ve su valor desaparecer de
una sola vez; un hecho que evidentemente le confiere el aspecto de capital circulante. En Smith, esto es
inevitable, ya que trata de captar los componentes del valor mientras se mueve desde sus resultados y
formas derivadas: salarios, ganancias y renta de la tierra. Pero el resultado es: “es imposible para él
comprender la diferencia entre capital variable y capital constante, y así entender el proceso de
producción capitalista en general.” (ibid.)

Este error es repetido por los economistas vulgares (y así hasta nuestros días):
9 “… el proceso de vida del capital consiste únicamente en su propio movimiento como valor autovalorizándose.”
(Capital I p.425)
“Ella (es decir la economía política burguesa – NDE.) ya no distinguía en absoluto entre la porción distribuida entre los
salarios y la porción de capital distribuida en materia prima, y sólo distinguió formalmente el primero del capital constante
en términos de si circulaba poco a poco o todo a la vez a través del producto. La base para comprender el movimiento real
de la producción capitalista y, así la explotación capitalista, quedó así sumergida de un sólo golpe. Todo lo que estuvo
involucrado, en esta visión, fue la reaparición de los valores adelantados.” (ibid. p. 297)

Para Marx, el capital es valor en proceso en la medida en que consume fuerza de trabajo , y no la suma
de valores que representan los medios de subsistencia de los trabajadores. Además, la fuerza de trabajo,
sólo se convierte en capital cuando está enajenado, cuando se encuentra en el proceso de producción en
forma de capital variable, confrontado a los medios de producción como capital constante.

“El rasgo esencial de la definición de capital variable y - por tanto, de la transformación de cualquier suma de valores en
capital – es que el capitalista intercambia una suma de valor definida, determinada (y, en este sentido constante) para el
poder de creación de valor; una magnitud de valor para la producción de valor, para la autovalorización.” (ibid.)

“Pero el capitalista no vende este poder de autovalorización. Se forma a través de un simple componente del capital
productivo, al igual que sus medios de trabajo, y nunca es componente de su capital mercancía, como el producto terminado
que vende, por ejemplo.” (Ibid. p. 299)

Más adelante, Marx explica el proceso de producción inmediato, distinto del proceso de circulación. Lo
que presupone la delimitación de las categorías válidas en ambos casos. Vemos una reaparición de las
definiciones claras de los Resultados:

“Dentro del proceso de producción, los medios de trabajo, componentes del capital productivo, no distinguiendose de la
fuerza de trabajo como capital fijo, como tampoco el material de trabajo y materiales auxiliares coinciden con él como
capital circulante. Desde el punto de vista del proceso laboral, ambos se enfrentan a la fuerza de trabajo como el factor
subjetivo, siendo ellos mismos los factores objetivos. Desde el punto de vista del proceso de valorización, ambos son
distintos de la fuerza de trabajo, capital variable, como capital constante. Alternativamente, si vamos a hablar de una
diferencia material que afecta el proceso de circulación, esto es simplemente que se sigue de la naturaleza del valor, que no
es otra cosa que trabajo objetivado, y de la naturaleza de la fuerza de trabajo autónoma, que no es otra cosa que trabajo auto-
objetivable, esa fuerza de trabajo que crea constantemente valor y plusvalía mientras siga funcionando; eso es lo que se
presenta desde el lado de su movimiento, como creación de valor, se presenta del lado de su producto en forma inmóvil
como valor creado. Si la fuerza de trabajo ha realizado su función, entonces el capital ya no consiste en fuerza de trabajo por
un lado, y medios de producción por el otro. El valor del capital que se estableció en la fuerza de trabajo ahora es valor que
se ha añadido al producto (junto con la plusvalía). Para repetir el proceso, el producto debe venderse, y con el dinero
obtenido, la fuerza de trabajo constantemente ha de ser comprada nuevamente e incorporada al capital productivo. Entonces
esto es lo que da a la parte del capital distribuida en la fuerza de trabajo el carácter de capital circulante en contraste con el
capital, que permanece fijo en los medios de trabajo.” (ibid. pp. 299-300)

b.- La definición del capital en relación consigo mismo: ganancia

Smith indica otra causa de la diferencia entre capital fijo y circulante: “introduce la determinación por
la ganancia, que está bastante fuera de lugar aquí, según el cual algunos medios de producción traen
ganancias a sus dueños manteniendo sus formas, otros perdiéndolas.” (ibid. pp. 280-1) Ahora uno
puede entender la ganancia, una forma modificada de plusvalía, sólo comprendiendo el proceso de
producción, y desde ahí el de la valorización.

El gran error es haber confundido los elementos del proceso productivo (capital constante y variable)
con los del proceso de circulación (capital fijo y circulante). En el segundo proceso, el valor ya se ha
producido y sólo necesita realizarse. El error también se puede expresar de otra manera; queriendo
explicar el movimiento por su resultado. Al final, resulta en una confusión entre el valor del producto
anual y el producto de valor anual.
“Este último es simplemente el producto del trabajo del año en curso; el primero incluye, además de esto, todos aquellos
elementos de valor que se utilizaron en la elaboración de este producto anual, pero que se produjeron en el año anterior y en
parte aún en años anteriores; medios de producción cuyos valores sólo reaparecen - y que, en lo que se refiere a su valor,
tampoco han sido producidos y reproducidos por el trabajo gastado durante el año en curso. Esta confusión le permite a
Adam Smith hacer malabarismos con el componente constante del valor del producto anual.” (ibid. p. 453)

De esta forma, Smith elimina uno de los componentes del proceso de producción, que se convierte en
incomprensible. Inmediatamente después, Marx explica como este malentendido está “basado en la
incapacidad para comprender el doble carácter de la fuerza de trabajo; “crea valor” y “crea objetos de
uso”, un doble carácter que condiciona la dualidad del proceso de producción inmediato del capital, y
que resuelve el enigma del capital – valor en proceso.

B. Las consecuencias de la definición del capital como valor en procesos

1) Producción y circulación

Sólo los productos superfluos se convierten en mercancías en el periodo de la circulación simple


mercantil; la autosuficiencia implica que las personas producen todo lo que necesitan. Los productos
son llevados al mercado, como mercancías, sólo si no son necesarios; o cuando quieren obtener algo
que no puede ser producido… Los dos momentos del proceso económico de la producción –
producción y circulación – están bastante separados:

“Originalmente la producción parecía estar más allá de la circulación, y la circulación más allá de la producción. El curso
circular del capital – circulación planteada como la circulación del capital – abarca ambos momentos. La producción
aparece en él como la conclusión y el punto de partida de la circulación, y viceversa. La autonomía de la circulación ahora
se reduce a una mera apariencia e, igual que, asimismo, ubicado más allá10 de la producción.” (Grundrisse p. 514)

“La circulación del capital es al mismo tiempo su devenir, su crecimiento, su proceso vital. Si algo se puede comparar a la
circulación de la sangre, no es la circulación formal del dinero, sino la circulación del capital llena de contenido.” (ibid. p.
517)11

Esto explica el error de los economistas que proclaman que la ley del valor es válida para las
economías precapitalistas, pero ya no lo es bajo el capitalismo. ¿Qué es lo que ha cambiado en
realidad? Esto: Que el movimiento M – D – M, el valor de uso y, por lo tanto el hombre, sigue siendo
el propósito de la producción, mientras que en el movimiento D – M – D, el propósito de la producción
es únicamente el valor de cambio que se valoriza y, por lo tanto la plusvalía, la ganancia 12. El valor sólo
es realmente autónomo cuando se abandona a la circulación, donde se produce su real proceso vital. El
proceso de producción tenderá así a convertirse en un momento del proceso de circulación.

De hecho, cuando examinamos D – M – D, estamos examinando simultáneamente dos cosas; un


proceso de producción y un proceso de circulación. Marx explica que para comprender el proceso de
producción, el surgimiento de un aumento de valor Δd o Δv, es necesario comprender el proceso de
producción inmediato; el último es, sin embargo, condicionado por un acto previo de intercambio D
10 Hemos traducido Jenseitigkeit como ubicado más allá, la capacidad de ubicarse más allá.
11 “Es condición necesaria para el proceso de producción global, en otras palabras, para el capital social, que esto es al
mismo tiempo u proceso de reproducción y, por tanto, el circuito de cada uno de sus movimientos.” (Capital II p. 184)
12 “En la forma M-D-M, la mercancía constituye el punto de partida y el punto terminal del movimiento, mientras que en
la forma D-M-D es el dinero el que constituye esos dos puntos. En la primera forma el dinero intermedia el intercambio
de mercancías, mientras que en la segunda la mercancía intermedia el proceso en el cual el dinero se torna dinero… el
intercambio de material, la existencia formal de la mercancía misma, surgida de este primer proceso, constituye el
contenido real del segundo proceso D-M-D.” (Contribución pp. 111-2)
←→ M (v), es decir, la compra de la fuerza de trabajo. Sin esto, el proceso de producción inmediato es
imposible.

“La condición para que el dinero se transforme en capital es que el poseedor del dinero pueda intercambiar dinero por la
capacidad de trabajo ajena en cuanto mercancía. Por tanto, que en el marco de la circulación se ponga en venta la capacidad
de trabajo, en carácter de mercancía, ya que dentro de la circulación simple los sujetos del intercambio se contraponen en
calidad de comprador y vendedor. La condición es, pues, que el obrero ponga en venta su capacidad de trabajo en cuanto
mercancía que habrá de consumirse en el uso: por tanto, el trabajador libre.” (Urtext p. 277)

Uno debe insistir en el hecho de que el trabajo asalariado es la precondición de la producción


capitalista. De hecho:

“Yerran, en consecuencia, aquellos que consideran el trabajo asalariado, la venta del trabajo al capital, y con ello la forma
del trabajo asalariado, como exteriores a la producción capitalista; se trata de una forma esencial, y producida siempre de
nuevo por la misma relación capitalista de producción, de la intermediación de la misma” (Resultados p. 106)

El hombre debe transformarse en mercancía; el nivel de la generalización de la producción mercantil,


donde el propio productor asume el carácter de la cosa producida por él, no inmediatamente, sino a
través de una relación social determinada.

Además, el proceso de producción está determinado por el acto M ←→ D’, realización del valor que se
encuentra en la forma mercancía y debe asumir la forma dinero. Ahora podemos expresar en detalle el
movimiento D – M – D’ en sus tres momentos.

Compra de la fuerza de trabajos (M = D)

Proceso de producción inmediato (S = Plusvalía)

Realización del valor (M’= D’)

El intercambio D ←→ C (v) es el elemento determinante, que imprime las características distintivas en


el conjunto:

“En el proceso mismo de trabajo se intercambia un cuanto de trabajo objetivado en el dinero como mercancía por un cuanto
igual de trabajo objetivado en la capacidad laboral viva. Conforme a la ley del valor a la que se ajusta el intercambio de
mercancías, se intercambian equivalentes, cuantos iguales de trabajo objetivado, aunque un cuanto está objetivado en una
cosa y el otro en una persona viva.” (Resultados p. 42)

Una vez que este punto ha sido bien establecido, es importante seguir el movimiento aparente del
capital, que es un movimiento circular. En él, el proceso de producción está subordinado al proceso de
circulación. Lo esencial es que se valorice. Por eso, en los Resultados, Marx parte de un hecho
verificable: el capital nace sobre la base de la producción de mercancías; esta es la etapa mejor descrita
por la fórmula mercantilista que hemos analizado:

“En un principio el capital entra en escena como dinero que ha de transformarse en capital, o que todavía sólo
potencialmente es capital.” (ibid. p. 3)

Es al principio “un fluens que debe poner una fluxión”. (ibid. p. 4)

Lo que lo caracteriza es la fluidez, la facultad de circular, de estar siempre en movimiento. Esto puede
ser expresado, de manera muy simple, de la siguiente manera: el capital es una cantidad x que puede
transformarse en x + Δx; £100 invertido en la producción puede entregar £110.

“… la naturaleza especifica característica del proceso capitalista de producción se manifiesta entonces con la misma
abstracta simplicidad.” (ibid. p. 4)

“El enunciado debe ser la función de una magnitud variable, o transformarse en ella durante el proceso.” (ibid. p. 5)

Marx reemplaza la x por lo que realmente es, capital constante más capital variable, y así tenemos:

c + v → c + v + Δ(c + v) es decir C’

Pero dado que c es constante y v variable, v es la verdadera cantidad que cambia en el curso del
proceso, así que.

C’ – C = ΔC (es decir, el incremento del capital)

y,

ΔC = Δv

“En otras palabras, el incremento del capital total = al incremento de la parte variable del capital, de tal modo que Δ C, o
sea el change de la parte constante del capital, = 0. El capital constante, pues, en esta investigación sobre ΔC o Δv es puesto
como = 0, es decir, no debe tenérsele en cuenta.” (ibid. p. 6)13

Todo esto en perfecta conformidad con el Volumen I de El Capital, donde, del mismo modo, no se hace
distinción alguna trazada entre c y v cuando se trata de saber en dónde se origina el incremento del
valor. La distinción se hace sólo después de aclarar el origen de la plusvalía. Además, uno puede
entender por qué Marx habla de “proceso de producción inmediato”, porque la plusvalía aparece allí en
13 Cabe señalar que los Resultados es un borrador que contiene ocasionalmente errores importantes. Los pasajes
completos de las páginas 5-6, la formulación económica puede ser correcta, pero la matemática no. Uno no puede
escribir:
(c + v) = c + (v + v)
Además, al omitir la elaboración (“Como veremos en el análisis del proceso de producción real”), Marx produce una
tautología. Mientras editábamos nuestros comentarios, omitimos el pasaje en el que el error ocurre, sin notar esto. (Nota
de diciembre de 1972)
una manera inmediata, como resultado de la explotación de la fuerza de trabajo proletaria. Cuando uno
se aleja de este proceso, el origen de la plusvalía es cada vez menos claro. Finalmente, la plusvalía sólo
puede existir como diferencia con relación a un valor anterior, con relación al valor que la ha
engendrado; de ahí la necesidad para la conservación del valor adelantado, que por tanto debe ser
incluido en el proceso de valorización.

Marx anticipa entonces todo el desarrollo posterior y explica que este modo de ser del capital – valor en
proceso de valorización – ya plantea dos relaciones esenciales.

Δv
“La proporción en la que v ha crecido = (la tasa de plusvalía)”
v
Este es el punto de vista del proletariado.

Δv Δv
“La proporción en la que C ha crecido = = (la tasa de ganancia)”
C c+ v

Este es el punto de vista del capitalista.

“La función verdadera, específica del capital en cuanto capital es pues, la producción de plusvalor, y ésta, como se expondrá
más adelante, no es otra cosa que producción de plustrabajo, apropiación —en el curso del proceso de producción real— de
trabajo no pagado, que se ofrece a la vista y objetiva como plusvalía.” (ibid. p. 12)

Primera observación:

Es esta fórmula condensada x → x + Δx la que mejor caracteriza la apariencia del fenómeno capitalista.

“Como hemos visto, la totalidad del valor del capital está en constante circulación, y en este sentido, por lo tanto, todo el
capital es capital circulante.” (Capital II, p. 238)

Segunda observación:

En su forma más desarrollada de capital financiero, el capital que devenga interés, parece que el capital
vuelve a la forma de la cual surgió. Aquí nuevamente, parece que el aumento del valor surge de la
circulación. Como ya veremos luego, se hace desaparecer el proceso de producción. Nos
encontraremos con esta forma de nuevo, cuando alcancemos el final de la evolución del fenómeno
aparente.

Al parecer todo se reduce a la circulación. Marx especifica esto en los Grundisse. Podemos notar
primero:

1. “El tiempo durante el cual el capital permanece en la fase del proceso de producción se convierte en sí mismo en un
momento de la circulación, si presuponemos varios capitales.” (Grundrisse p. 518)

2. “Si consideramos la circulación total del capital, aparecen cuatro momentos, o los dos grandes momentos del proceso de
producción y del proceso de circulación son considerados como dos momentos, y cada uno de ellos como una dualidad;
podemos tomar la producción o la circulación como el punto de partida aquí. Esto ya se ha dicho, que la circulación en sí es
un momento de la producción, ya que el capital sólo se convierte en capital mediante la circulación; la producción sólo es
un momento de la circulación sólo en la medida en que ésta última se considera a sí misma como la totalidad (Ganzes) del
proceso de producción. Los momentos son; I) El proceso productivo real y su duración. (Esta coincide con las condiciones
de valorización en general. Es lo que se demostró en los Resultados – NDE.). II) Transformación del producto en dinero.
Duración de esta operación. III) Transformación del dinero en las proporciones adecuadas de materia prima, medios de
trabajo y trabajo, en suma, en los elementos del capital productivo. IV) El intercambio de una parte del capital por la
capacidad de trabajo viva puede ser considerada como un momento particular…” (ibid. pp. 520-1)

Una observación en los Resultados es relevante para esta última cuestión:

“En consecuencia, aunque el primer proceso —el intercambio de dinero por capacidad de trabajo, o la venta de capacidad de
trabajo— no entre como tal en el proceso inmediato de producción, participa por el contrario en la producción de la relación
en su conjunto.” (Resultados p. 38)

De hecho, este intercambio condiciona todo el modo de producción capitalista14. Por eso Marx dejó de
lado el trabajo asalariado para abordarlo separadamente en la mayoría de los planificaciones para el
capital. De hecho, en un momento incluso pensó en comenzar todo el análisis con el análisis del trabajo
asalariado, ya que es una precondición de la producción capitalista, como lo hizo, en el caso, de los
Manuscritos Económicos Filosóficos.

Entonces, el contenido de los Resultados que presenta el capital como un fluens, de ninguna manera
contradice el resto de la obra, sino que, más bien, lo aclara. En efecto, un estudio más profundo del
capital muestra que la mayor dificultad que encuentra en la realización de su proceso vital reside
precisamente en la circulación. Para el capital mismo, y también para los economistas, la circulación se
convirtió en un problema esencial. Marx tenía buenas razones para examinarlo detenidamente:

“El proceso de producción aparece como simplemente un término medio ineludible, un mal necesario para el propósito de
hacer dinero, (esto explica por qué todas las naciones caracterizadas por el modo de producción capitalista son afectados
periódicamente por ataques de vértigo en los que intentan lograr la obtención de dinero sin la mediación del proceso de
producción.)” (Capital II p. 137)

El desarrollo del capital15 no entra en contradicción con la forma en que surgió históricamente; esto es,
al contrario, su realización más desarrollada, la tendencia a la valorización absoluta. Vemos claramente
una vez más que la circulación es el dato fundamental, ya que es en ella y a través de ella donde el
capital tiende a realizar su ser: valor en proceso, valor que tiende a escapar de sus propias condiciones
de producción, a crecer siempre más, lo más rápido posible.

En este punto de la exposición, Marx distingue claramente las dos partes de la circulación: D ←→ C(v)
y D ←→ C’. A la primera la llama circulación menor, a la segunda circulación mayor. La menor es
imprescindible para el ser vivo, ya que aporta el oxígeno necesario para la vida. A través de ella se
renueva la vida. Lo mismo sucede en la circulación del capital, pero con esta diferencia; con el capital
es la circulación mayor la que tiende a dominar. Ahora bien, podría parecer que mediante el crédito,
cierto capital genera capital. Todo aparece bajo la bandera del capital: el hombre es simplemente un
ejecutivo, un esclavo del capital. En el Volumen III de El Capital, Marx aclara este aspecto, haciendo
bastante evidente que está analizando fenómenos aparentes en este libro. Sin embargo, cuando analiza
la apariencia, sólo enfatiza el poder del capital, la imposición de su modo de ser, su valorización, y
cuando revela el secreto de esta apariencia, revela el desarrollo real del capital que ha subsumido el

14 “La transformación de la suma de dinero adelantada —destinada a valorizarse y transformarse en capital— en los
factores del proceso de producción, constituye un acto de la circulación de mercancías, del proceso de intercambio, y se
resuelve en una serie de adquisiciones. Por consiguiente este acto se desenvuelve aún fuera del proceso inmediato de
producción. Es tan sólo su introducción, pero a la vez la premisa necesaria del mismo, y si en lugar del proceso
inmediato de producción consideramos el conjunto y la continuidad de la producción capitalista, esta transformación del
dinero en los factores del proceso de producción —adquisición de medios de producción y capacidad de trabajo—
constituye ella misma un elemento inmanente del proceso global.” (Resultados p. 7)
15 Este no es el caso de los Estados Unidos. Donde, en la actualidad, una máquina productiva, a veces operando al 90% de
su capacidad, produce un ingreso nacional que ocasionalmente bate el récord de todos los tiempos.
trabajo en sí mismo, y el capital ahora pretende generarse por sí solo. Por lo tanto es necesario no sólo
revelar el secreto detrás de la apariencia, sino su devenir también. Aquí se comprende plenamente la
importancia de los Resultados de la distinción que allí se hace entre proceso de trabajo y proceso de
valorización, y la indicación de que, en el curso del desarrollo capitalista, el segundo suplantará al
primero, siendo el capital el valor que se valoriza a sí mismo. Los Resultados iluminan toda la obra,
permitiéndonos comprenderla en toda su extensión, en toda su grandeza.

2) Fijación y liberación del capital: valorización y desvalorización

Si el capital es un fluens que genera una fluxio, si su continuidad, su espiral, son sus características
esenciales, es interesante establecer cuáles son las condiciones que fijan el capital, y cuáles son las que
las liberan, que le permiten iniciar nuevos ciclos para valorizarse.16

a.- El caso del proceso de producción inmediato

Ya hay un freno a este devenir incesante de valorización en la esfera del proceso de producción
inmediato. De hecho, una parte del capital adelantado no circula todo de una vez en las mercancías
producidas en el curso de un proceso de producción determinado. Esto significa que no sufre
metamorfosis, pero conserva su valor en forma de dinero. Este es el caso de algunos elementos que
entran en el proceso de producción.

“Los medios de trabajo, por otro lado, nunca abandonan la esfera de la producción una vez que han entrado en ella. Su
función los confina firmemente dentro de ella. Una parte del valor del capital adelantado se fija en esta forma, que está
determinada por la función de los medios de trabajo en el proceso. Como medio de trabajo funciona y se agota, una parte de
su valor pasa a los productos, mientras que otra parte permanece fija en los medios de trabajo y, por tanto, en el proceso de
producción. El valor fijado de esta manera declina constantemente, hasta que los medios de trabajo son desgastados y por lo
tanto han distribuido su valor, en un periodo más largo o más corto, sobre el volumen de los productos que han surgido de
una serie de procesos de trabajo continuamente repetidos.” (Capital II pp. 237-8)

Los medios de trabajo son las máquinas, edificios, etc. . Tomaremos el ejemplo habitual y supondremos
que el capitalista ha pagado 1.200 libras esterlinas por ciertos medios de trabajo y, además, del proceso
de producción inmediato de esta empresa requiere el siguiente desembolso de capital:

800c + 200v = 1.000C

Si suponemos también una tasa de plusvalía de 100%, obtenemos el valor de los productos como sigue:

800c + 200v + 200s = 1.200C’ (C’= C + s)

Es evidente que los 1.200 existen primero en forma de mercancías; C 1.200. Por tanto, deben circular
para ser transformados en dinero; 1.200 D (C 1.200 ←→ D 1.200) Una vez que estos 1.200 hayan
regresado en forma de dinero, el capitalista consume 200 de ellos (reproducción simple) y quedan
1.000 para el próximo desembolso. Aquí se aprecia claramente la diferencia entre capital fijo y
circulante. De hecho, dado que el valor de uso de los medios de trabajo no desaparecen de golpe, se
producen dos fenómenos complementarios: la fijación en la forma de uso y fijación en la forma valor.
Este último aumenta inversamente al primero. Supongamos que el capitalista reserva 400 libras
esterlinas para cubrir los costos de compra de maquinaria; debemos dividir 800 libras esterlinas en dos
16 “Pero la continuidad es el rasgo característico de la producción capitalista, y es requerida por su base técnica… El
circuito real del capital industrial en su continuidad no es, por tanto, sólo un proceso unificado de circulación y
producción, sino también una unidad de sus tres circuitos.” (Capital II pp. 182-3)
partes: una parte circulante, la otra fija. El valor de los productos se puede expresar de la siguiente
manera:

(£400 + 400c) + 200v + 200s = 1.200C’

Analizamos los movimientos de intercambio, y por tanto las metamorfosis de cada una de las partes
constituyentes de C como producto del capital:

1. 200s: C200 ←→ D200 ← → C200


2. 200v: C200 ←→ D200 ← → C200
3. 400c: C400 ←→ D400 ← → C400
4. £400: C400 ←→ D400

Para la parte destinada a amortizar los costos de la maquinaria (400£), la serie de metamorfosis se
detiene en D400; hay, por tanto, fijación de valor. Su proceso está bloqueado, y esto se repite para todos
los ciclos requeridos para restaurar el valor adelantado, tres semanas en este caso (1.200; 400). Pero
finalmente tenemos:

D(400 x 3) ←→ C1.200

Se ha superado la fijación: “esta parte del valor del capital fijo en los medios de trabajo circula como
todos los demás.” (Capital II p. 230) Pero dado que su uso, su consumo productivo, no puede agotarse
en un ciclo, su forma valor se fija en paralelo en el otro polo. Pero, una vez regenerado, entra en la
circulación. De ahí la observación ya citada por nosotros:

“Como hemos visto, la totalidad del valor del capital está en constante circulación, y en este sentido, por lo tanto, todo el
capital es capital circulante.” (ibid. p. 238)17

El capital intenta destruir esta fijación durante su desarrollo. No puede abolir el fenómeno natural, un
periodo de uso más largo o más corto, pero puede evitar que el valor se fije, que se atesore. El valor
puede circular, gracias al crédito, haciendo posible un aumento de la producción capitalista, pero
también un aumento de la especulación.

b.- El caso de la circulación

C’←→ D’

“A medida que se desarrolla la producción capitalista, la escala de la producción se determina a un grado cada vez menor
por la demanda inmediata del producto, y en un grado cada vez mayor por la escala del capital que el capitalista individual

17 Debemos partir del proceso de producción para comprender la diferencia entre capital fijo y circulante; de ahí la
importancia de la aclaración en los Resultados de la definición del proceso de trabajo y del proceso de valorización, con
el proceso de producción inmediato como su unidad.
“Por lo tanto la menor durabilidad y la diferencia entre capital fijo y circulante en general, son reducidas a la diferencia
en el periodo de reproducción. Esta es ciertamente una determinación de crucial importancia. Pero no significa la única.
El capital fijo entra de lleno en el proceso laboral y sólo en etapas sucesivas y por cuotas en el proceso de valorización.
Esta es otra determinación importante en su forma de circulación. Además, el capital fijo entra – entra necesariamente –
sólo como su valor de cambio en el proceso de circulación, mientras que su valor de uso se consume en el proceso de
trabajo y nunca lo abandona. Esta es otra distinción importante en la forma de circulación. Ambas distinciones en la
forma de circulación también se refieren al periodo de circulación; pero no son idénticos con los grados y las
diferencias.” (TSV II p. 196)
tiene a su disposición, por el impulso de su capital para la valorización y la necesidad de su proceso productivo de
continuidad y extensión. La masa de productos de cada rama particular de producción que están en el mercado como
mercancías, o buscan una salida, necesariamente crece con esto. La masa de capital atada por un periodo de tiempo más
corto o más largo en la forma de capital mercantil crece y, por tanto, el stock de mercancías crece también.” (ibid. p. 221)

Las cosas van como siguen para el capitalista individual: tendrá que esperar un cierto tiempo transcurra
antes de ver un retorno de su capital adelantado, ampliado por una plusvalía. Este es el tiempo durante
el cual el capital circula. Por tanto, el capitalista debe aquí disponer de nuevo capital para asegurar la
continuidad de la producción. Marx analiza varios casos con el periodo de circulación más largo, más
corto o igual que el periodo de producción. En todos los casos, el capital es fijado, inmovilizado, en el
curso de la circulación. No puede cumplir su real función, la de valorizar, cuando está más o menos
congelada en un nivel dado de realización de su valor valorizado. Por tanto, la continuidad del proceso
total de producción podría interrumpirse si el capitalista es incapaz de hacer el adelanto necesario; de
esto deriva la necesidad del crédito:

“Aparece así como una cuestión de azar para la producción basada en el capital, sea o no su condición esencial, la
continuidad de los diferentes procesos que constituyen los procesos como un todo, se produce realmente. La suspensión
(Aufhebung) de este elemento de azar por el capital mismo es el crédito.” (Grundrisse p. 535)

Aún podría ocurrir un fenómeno antagónico. Si el periodo de circulación es, por ejemplo, siete
semanas, mientras que el periodo de producción es sólo de tres, el capitalista tendría que hacer el
primer adelanto para el proceso de las primeras tres semanas (300), luego durante las siguientes tres
(300), pero aún quedaría una semana para la restauración del capital adelantado. Está, por lo tanto,
obligado a hacer un tercer adelanto, al final de esta semana, el primer producto finalmente completa su
metamorfosis de C300 a D300 (asumiendo un capital de 100 por semana), pero sólo una parte de este
capital (200) es necesaria para completar el tercer proceso de producción. El resto (100) es liberado. De
hecho, hay demasiado capital con respecto al curso del proceso de producción. Esto puede suceder por
otras dos razones: contracción del periodo de circulación o del periodo de producción. En este punto, se
puede generar una superfluidad del capital:

“… en el sentido de que una parte definida del capital adelantado es superflua para el proceso general de reproducción
social (que incluye el proceso de circulación), y por lo tanto se precipita en la forma de capital dinerario: es pues, un
excedente que ha surgido con la escala de la producción y los precios siguen siendo los mismos, simplemente por una
contracción en el periodo de rotación. La masa de dinero en circulación, ya sea mayor o menor, no tiene la menor influencia
en esto.” (Capital II p. 358)

El conjunto de este capital liberado constituye una de las bases del sistema crediticio. Así tampoco será
fijado, ni atesorado, pero podrá entrar en un nuevo proceso productivo, donde se podrá valorizar:

“Este capital dinerario que se libera simplemente por el mecanismo del movimiento de rotación (junto con el capital
dinerario liberado por el sucesivo reflujo del capital fijo y necesario para el capital variable en cada proceso de trabajo) debe
jugar un rol significativo, tan pronto como el sistema crediticio se ha desarrollado, y debe también constituir una de las
bases para ello.” (Capital II p. 358)

Entonces parece que el capital es capaz de asegurar una valorización sin fin y de derribar barreras a su
desarrollo.
Una tercera instancia de fijación y liberación ocurre en el curso de una variación de los elementos
adelantados en el proceso de producción inmediato:

“Por fijación de capital queremos decir que, fuera del valor total del producto una determinada proporción adicional debe
transformarse de nuevo en los elementos de capital constante o variable, si la producción ha de continuar en su escala
anterior. Por liberación de capital entendemos que una parte del valor total del producto que previamente tenía que volver a
transformarse en capital constante o variable se vuelve superfluo para la continuación de la producción en la escala anterior
y ahora está disponible para otros fines. La liberación o fijación del capital es diferente de la fijación o liberación de la
ganancia.” (Capital II p. 206)

De esto se derivan tres consecuencias:

1) La tendencia de reducir los salarios al mínimo.

2) La tendencia a obtener materias primas al menor precio posible. El capitalismo logra esto mediante
el colonialismo e imperialismo. Las naciones industrializadas, es decir, aquellas con un alto nivel de
desarrollo capitalista, ejercen su fuerza para evitar que los países llamados subdesarrollados, que sólo
producen estas materias primas, del aumento de los precios, incluso de la modernización, ya que el
resultado inevitable de esta modernización sea encarecer las materias primas producidas. Aquí el
capital tiende a no desarrollarse geográficamente, para garantizar su propia valorización, pero limita al
máximo su propia extensión. Ciertamente nuevos países podían sólo pasar al sistema de producción
capitalista después de revoluciones contra el capital mismo (Rusia; doble revolución, China; revolución
campesina-capitalista), o después de crisis y guerras, como en Alemania e Italia.

3) En esta lucha por reducir el valor de los componentes del capital productivo, el capital mismo choca
con otra fuerza, que es tanto más eficaz cuanto que opera donde el capital está más desarrollado: la
renta de la tierra. Esto no se limita a la agricultura, sino que se traslada al sector de la construcción,
especialmente para instalaciones industriales. Aquí el capital choca con la propiedad privada; no puede
destruir esta barrera sin destruir también la base sobre la que se levantaba. Como Marx señala, este es
un caso en el que el capital entra en contradicción con su miserable base.

Aquí vemos los vínculos entre la fijación y liberación del capital; valorización y desvalorización.
Cuando están fijos, las partes componentes del capital productivo tienen un mayor valor, mientras que
la valorización y la liberación coinciden. Pero el capital es valor en proceso, valor que se valoriza. El
valor no puede ser fijado y por lo tanto debe ser liberado para circular y entrar en nuevos ciclos. El
capital, es por naturaleza valorización, ahora se niega a sí mismo y se convierte en desvalorización:

“Visto con precisión, el proceso de valorización del capital – y el dinero convirtiéndose en capital sólo a través del proceso
de valorización – aparece al mismo tiempo que su proceso de desvalorización su desmonetización. Y esto en dos aspectos.
Primero en la medida en que el capital no aumenta el tiempo de trabajo absoluto, sino que disminuye el tiempo de trabajo
relativo y necesario, aumentando la fuerza productiva, hasta el punto en que reduce sus propios costos de producción – en la
medida en la que presupone como suma determinada de mercancías, su valor de cambio; una parte del capital existente se
desvaloriza constantemente debido a una disminución de los costos de producción a la cual puede ser reproducido; no por
una disminución en la cantidad de trabajo objetivada en él, sino debido a una disminución en la cantidad de trabajo vivo que
en adelante es necesario objetivar en este producto específico. Esta constante desvalorización del capital existente no
pertenece aquí, puesto que presupone el capital como completado. Simplemente debe señalarse aquí para indicar como los
desarrollos posteriores ya están contenidos en el concepto general del capital. Pertenece en la doctrina de la concentración y
competencia de capitales.” (Grundrisse p. 402)
De hecho, los distintos capitales que salen del proceso productivo se enfrentarán entre sí, y el valor
suplementario que adquirieron allí no necesariamente se realizará en la circulación. Esta es la
declaración de la ley de igualación de la tasa de ganancia. Sólo queda subrayar el hecho de que la
valorización se manifiesta en el proceso de producción inmediato y, sin embargo, se realiza realmente
sólo en el proceso de circulación, que es el periodo de desvalorización par excellence. Así, el proceso
total, la unidad de los dos, es antagónica.

Primera observación: Socialización y desvalorización

Uno puede comprender los conceptos que hemos indicado anteriormente sólo si se tiene en cuenta que
el producto del capital es la plusvalía, o su forma modificada, la ganancia. Ésta última debe aparecer
como algo bastante distinto; debe ser diferenciada claramente del capital que la ha producido. Si, por
tanto, el valor del capital adelantado es demasiado grande, termina inhibiendo de alguna manera la
creación de ganancia; porque será difícil obtener la transformación de C’- C = ∏, o de C + ΔC, x en x +
Δx. Entonces, una disminución del valor adelantado es requerido para hacer posible este crecimiento:
de ahí la desvalorización. Esto es aún más válido a nivel social, cuando el capital fijo es tal que sólo se
necesita una cantidad muy pequeña de trabajo vivo para obtener un producto (el capital fijo parece
capaz de generar un producto de forma espontánea). En este caso, el trabajo vivo es en gran medida
absorbido en la conservación del valor adelantado, uno de los aspectos del proceso de valorización -
pero casi ha dejado de generar un aumento de valor. Esta es la etapa de la socialización de la
producción. Por lo tanto, la contradicción ya incluida en el proceso de producción inmediato: para
asegurar la valorización del capital existente, el capital anterior debe ser desvalorizado. Entonces de
nuevo es posible que surja un aumento de valor.

Esto explica la evolución del capitalismo. Desarrolla enormemente el capital fijo al principio, porque
con esto puede aumentar su propio dominio sobre toda la sociedad y, sobre todo, sobre los trabajadores
– sin olvidar las posibilidades de especulación que esto implica; la construcción de ferrocarriles en
Inglaterra siendo el mejor ejemplo de esto. El desarrollo del capital fijo permite la formación del
ejército de reserva industrial, que presiona a la población activa y provoca la caída de los salarios; por
otra parte, es un medio de quitarle al proletariado una parte del producto. Esto fue subrayado con fuerza
por los primeros oponentes del capital que defendieron los intereses del proletariado. Marx, reiteró sus
argumentos, integrándolos en el cuerpo de la teoría comunista. Así cita “El Panfletario”, el autor
anónimo del planfleto La Fuente y Remedio de las Dificultades Nacionales, (deducido de los
Principios de Economía Politica) en una Carta a Lord John Russell (Londres, 1821) en las Teorías de
la Plusvalía.

“Hay… dos métodos que, a pesar del crecimiento del producto excedente o del trabajo excedente, evitan que el capital se
vea obligado a devolver una mayor parte de su botín a los trabajadores.”

“El primero es la conversión del producto excedente en capital fijo, lo que impide que el fondo de trabajo – o la parte del
producto consumida por el trabajador aumente necesariamente con la acumulación del capital.” (TSV III p. 241)

Esto es lo que se hace hoy en día en nombre de la política de inversión. Se rechazan los aumentos
salariales. Por mucho que se hayan expandidos los negocios, porque la maquinaria debe renovarse, la
empresa debe crecer, etc..

Pero cuanto más se desarrolla el capital, más crecimiento hay, por un lado el uso de maquinaria, que
fija enormemente el valor, y por otro, directamente correspondiente, de socialización.
Así, el capital tiende a frenar el desarrollo del capital fijo durante su fase senil. Se opone a la
introducción de nuevas máquinas. Engels ya lo anticipa en el Volumen III de El Capital:

“Supongamos ahora que se inventa una máquina que reduce el trabajo vivo necesario para cada ítem en la mitad, mientras
que produce un aumento de tres veces en la participación del valor atribuible a la depreciación del capital fijo.”

¿Qué pasa? Engels explica:

“Para una sociedad que produce en condiciones capitalistas, las mercancías no se han vuelto más baratas y la nueva
máquina no es ninguna mejora.” (Capital III pp. 370-1)

“Para el capital, por lo tanto, la ley del aumento de la productividad del trabajo no es incondicionalmente válida. Para el
capital, esta productividad no aumenta simplemente porque en general se necesita más trabajo vivo que se añade en el
trabajo pasado, sino sólo si se ahorra más de la parte pagada del trabajo vivo, como ya hemos indicado brevemente en el
Volumen I, Capítulo 15, pags. 515 y siguientes. En este punto el modo de producción capitalista cae en una nueva
contradicción. Su misión histórica es expandir despiadadamente la productividad del trabajo humano, impulsarlo en
progresión geométrica. No es fiel a su misión tan pronto como comienza a inhibir el desarrollo de la productividad, como lo
hace aquí. Por lo tanto simplemente muestra una vez más que se está volviendo senil y ha sobrevivido cada vez más a su
época.” (ibid. p. 371)

Segunda observación:

Los productos del capital deben circular para realizar su valor. ¿Será completa la realización?

“La pregunta que nos interesa aquí es la siguiente: ¿No entra un momento de la determinación del valor independientemente
del trabajo, no surgiendo directamente de él, sino originándose en la circulación misma? (Grundrisse p. 519)

Para responder esta pregunta, evidentemente es necesario recurrir a la teoría de los precios de
producción que muestra cómo puede haber una variación del valor en el curso del proceso de
circulación.18 Esto se explica por el estudio de la competencia; por tanto, remitimos este punto a nuestra
primera observación.

Hay, además, una desvalorización natural:

“Así como el grano se pone en el suelo como semilla pierde su valor de uso inmediatamente, se desvaloriza como valor de
uso inmediato, así es el capital desvalorizado a partir de la finalización del proceso de producción hasta su retransformación
en dinero de allí nuevamente en capital.” (ibid. p. 519)

El capital es víctima de su propia metamorfosis en capital mercancía; se ve obligado en presentarse en


la forma de algo útil para que pueda ser consumido: consumo que traerá la nueva transformación en
capital dinerario, donde el capital volverá a encontrar su característica esencial (su uso inmediato) – la
valorización. Así el consumo constituye otra esfera en la que el capital puede ser fijado.

c.- El caso del consumo

Se ha visto que la plusvalía nace en el proceso de producción inmediato; que apareció por primera vez
en la forma mercancía en los diversos elementos que componen los productos de este proceso; y que
sucesivamente se transformó en dinero en el curso del proceso de circulación. Ahora puede ser usado
18 Esta pregunta tan compleja no se desarrolla aquí dado que sólo estamos brindando las consecuencias de la definición
del capital como valor en proceso (que engloba mejor la realidad de éste último.) (Cf. Grundrisse) Especifiquemos que
la variación del valor que se produce debido a la rotación (tiempo de circulación no igual a cero) y la transformación en
precio de producción.
para aumentar las dimensiones del proceso de producción (reproducción ampliada) o se puede
consumir (reproducción simple). Finalmente, pueden ocurrir casos intermedios entre estos dos
extremos.

Parece claro que si toda la plusvalía se consumiera para el disfrute, el proceso de valorización sólo sería
un proceso de conservación de valor y no habría aumento de valor. O, lo que es lo misma cosa, el
aumento se fijaría en el disfrute y no podría volver a entrar en el proceso de producción. Es, por tanto,
imposible encontrar un capitalista que consuma la plusvalía para la bella vita.

“Esta presuposición es lo mismo que presuponer la inexistencia de la producción capitalista y por tanto la inexistencia del
propio capitalista industrial.” (Capital II p. 199)19

Esto significa: cuando se ha demostrado de una vez por todas que la fuerza motriz del sistema
capitalista no es el deseo del capitalista individual de disfrutar de las ganancias, sino los requisitos
impersonales del capital social – una fuerza que sólo una revolución podrá derrocar – para crecer por
medio de la plusvalía, uno ha demostrado las razones exactas de la necesidad de la muerte del
capitalismo, y así, como indica Marx su inexistencia científicamente determinada. ¡Pero sólo una
ciencia que es revolucionaria y ya no doctrinaria puede lograr este resultado! (Cf. La Miseria de la
Filosofía en MECW 6 p.??? )

El hecho de que el capitalista esté condenado a no disfrutar, sino a acumular, depende también de otra
razón “técnica”:

“El capitalista no sólo debe formar un capital de reserva para protegerse contra las fluctuaciones de los precios, y a fin de
poder esperar las coyunturas más favorables para la compra y la venta; el debe acumular capital, con el fin de ampliar la
producción e incorporar avances técnicos a su organismo productivo.” (ibid.)

El capitalista, que en cierto momento es incapaz de modernizar su industria, será devorado y


expropiado por el más fuerte. En cuanto a los salarios (capital salarial), se utilizan para adquirir
mercancías para consumir, porque el trabajador no puede economizar ni acumular.

Marx previó el fenómeno del truco moderno mediante el cual el capital intenta retrasar su muerte, un
truco que consiste en incrementar la demanda de los trabajadores vendiendo a crédito, una de sus ideas
más locas:

“En la medida en que el trabajador convierte su salario casi en su totalidad en medios de subsistencia, y la mayor parte en
necesidades, la demanda capitalista de la fuerza de trabajo es indirectamente también una demanda de los medios de
consumo que entran en el consumo de la clase trabajadora. Pero esta demanda = v, y ni un átomo más (si el trabajador
ahorra algo de su salario – necesariamente dejamos todas las relaciones crediticias fuera de consideración aquí – esto
significa que él transforma una parte de su salario en tesoro y en esta medida no aparece como un cliente, un comprador).”
(ibid. p. 197)

El trabajador vende su fuerza de trabajo futura comprando a crédito, sin dinero, ni más ni menos que si
pusiera su propia vida en venta, reduciéndose a la esclavitud. Pero el capital supera la fijación por este
truco y puede valorizarse a sí mismo.

Asimismo, los mismos economistas, que en albores del capital habían criticado el goce, ahora
proclaman su necesidad; porque el capital ya se ha liberado de las necesidades humanas para satisfacer

19 Esta extraordinaria frase de Marx sobre la inexistencia del capital fue comentado por Bordiga en il programma
comunista no 12, 1960.
las suyas propias: la necesidad de trabajo vivo, que le permite valorizar, la necesidad de consumir
mercancías, para realizar la plusvalía que contienen. Se requiere de un número creciente de hombres
para deshacerse de la cantidad creciente de plusvalía. Pareciera que el capital se reniega a sí mismo.
Realmente sólo quiere esclavos consumidores; las clases medias, que viven de la realización de la
plusvalía, son clases de esclavos condenados a consumir capital. Si simplemente consumen plusvalía,
sin permitir su realización, fijarían valor y se convertirían en un obstáculo para el proceso del capital.

d.- El caso del interés

El interés es originalmente una causa de la fijación de valor. Marx explica que el capital industrial debe
polemizar contra el capital usurario, su forma antediluviana.

En la agricultura, por ejemplo, el arrendatario no sólo tenía que pagar una parte de su plusvalía al
propietario (alquiler), sino también disponer otra parte al prestamista – el interés. Entonces el usurero
fija una parte de la plusvalía, que podría, por tanto, no ser capitalizada, y servir para un nuevo proceso
de valorización. De hecho, la usura está vinculada al atesoramiento.

“Con pocas excepciones es la lucha entre el interés dinerario y el interés de la tierra lo que llena el siglo de 1650 a 1750,
como la nobleza, que vivía con gran estilo, vio con disgusto cómo los usureros les habían puesto las manos encima y, con la
construcción del sistema de crédito moderno y la deuda nacional al final del siglo XVII, enfrentan ellos el poder abrumador
en el ámbito de la legislación, etc.” (TSV I p. 368)

“Esta es la primera forma en la que el capital comienza su revuelta contra la propiedad de la tierra, de hecho la usura fue
uno de los principales agentes en la acumulación del capital, es decir, a través de su copropiedad en los ingresos del
terrateniente. Pero el capital industrial y comercial van más o menos de la mano con los terratenientes contra esta forma
anticuada del capital.” (ibid. p. 369)

“La polémica de los economistas burgueses del siglo XVII (Child, Culpeper, y otros) contra el interés como una forma
independiente de la plusvalía simplemente refleja la lucha de la naciente burguesía industrial contra los usureros pasados de
moda, quienes monopolizaron los recursos pecunarios en ese momento. En este sentido, el capital que devenga interés es
todavía una forma antediluviana que tiene todavía que subordinarse y adquirir la posición dependiente que debe asumir –
teórica y prácticamente – en las bases de la producción capitalista. La burguesía no dudó en aceptar ayudas estatales en este
como en cualquier otro caso, donde se trataba hacer que la producción tradicional, ya existentes, relaciones adecuadas a las
suyas.” (TSV III p. 467)

“La violencia (el Estado) se utilizó contra el capital que devenga interés mediante la reducción de las tasas de interés, de
modo que ya no pueda oponer condiciones al capital industrial. Pero este es un método característico de las etapas menos
desarrolladas de la producción capitalista. La forma real en que el capital industrial subyuga el capital que devenga interés
es la creación de un procedimiento específico para sí mismo: el sistema de crédito. La violenta reducción de las tasas de
interés es una medida que el capital industrial toma prestado de los métodos de un modo más antiguo de producción y que
rechaza como inútil e inconveniente tan pronto como se vuelve fuerte y conquista su territorio.” (ibid. pp. 468-9)

El capital logró superar así la fijación. Integra el valor que antes se le quitaba; ahora sólo es cuestión de
dividirlo dentro de la clase capitalista. La fracción de plusvalía que asume la forma de interés también
es capitalizada y, entra en un nuevo proceso de valorización.

e.- El caso de la reproducción del capital: intercambio entre los dos sectores

Finalmente, el valor se puede fijar durante el intercambio entre dos sectores de la sociedad. De hecho,
como consecuencia del monopolio de la propiedad privada, una parte de la plusvalía social es fijada en
la forma de renta de la tierra. Así se comprende la razón de la feroz lucha de los capitalistas contra el
interés de la tierra, para destruir la renta. Esta lucha termina cuando el capital, que al principio chocó
de frente con un tipo de propiedad que no le correspondía, logra crear una forma conveniente “con la
subordinación de la agricultura al capital” (Capital III p. 754). En este punto, la renta se vuelve
capitalista.

Por tanto, existe una causa objetiva de fijación, ya que el capital no puede destruir la propiedad privada.
La exigencia imperativa de su desarrollo ilimitado ejercen presión sobre la base restringida sobre la
cual el edificio del capital se había levantado. Es cierto que tiende a eliminar la renta absoluta de la
tierra, pero no la renta diferencial de la tierra. Ésta última, por el contrario, sigue siendo fuente de un
número considerable de operaciones especulativas, como en el caso de terrenos edificables; en el caso
de la agricultura, es la causa de las continuas subidas de precios.20

Hay otra objeción que cae a la ley del valor, que Marx ya había refutado en La Miseria de la Filosofía:

“… la última objeción, y en apariencia la más contundente, cuando no se la plantea, como es habitual, en la forma de
ejemplos peregrinos: si el valor de cambio no es otra cosa que el tiempo de trabajo contenido en una mercancía, ¿cómo
pueden poseer valor de cambio mercancías que no contienen trabajo o, dicho con otras palabras, de dónde proviene el valor
de cambio de las meras fuerzas naturales? Este problema se resuelve en la teoría de la renta del suelo.” (Contribución p.
48)21

20 Debe agregarse que el capital evita la agricultura ya que sobre-fija el valor: a) una importancia demasiado grande de
capital fijo, b) rotación demasiado lenta. Además, el capital mantiene a los hombres en la agricultura que venden sus
productos por debajo de sus valores individuales, proporcionando una cantidad de trabajo excedente para la sociedad a
cambio de nada. Por tanto, es un medio “auxiliar” del capital para bombear plusvalía. Esta cuestión está vinculada a las
de valorización y desvalorización tratadas en notas anteriores. No podemos ocuparnos de ella aquí, basta con ver que es
una consecuencia del mismo ser del capital – valor en proceso.
21 La cita anterior, así como las de las páginas 20 y 52, tomadas de las páginas 61-63 de la Contribución a La Crítica de la
Economía Política se encuentran al final de la sección que trata de las diversas teorías sobre el análisis de la mercancía.
Este es el primer capítulo (“La Mercancía”) de la primera sección (“El Capital en General”). Aquí es dónde hay que
empezar a considerar la teoría del valor de Marx, tal como la vemos. Uno podría decir que llama la atención sobre todas
las objeciones planteadas contra Ricardo como el intérprete más autorizado de la teoría del valor, ya que fue él quien
demostró más perfectamente “la determinación del valor de cambio por el tiempo de trabajo”. No tomamos la
precaución a la hora de regresar, al final de nuestro trabajo, a este tipo de planificación de la obra de Marx; una
planificación que no estaba clara en la superficie, pero funcionaba en paralelo con el que finalmente fue adoptado. Marx
deseaba demostrar la validez de la ley del valor, incluso cuando se desarrolla el modo de producción capitalista,
escribiendo la crítica de la economía política. Esto no significa que pensó que la ley siempre sería la misma, sobre todo
porque esto sería hacerla eterna. Ya hemos tratado esta cuestión en este texto sobre los Resultados, ahora nos gustaría
simplemente añadir que Engels, en su suplemento del Volumen III de El Capital, no comprendió verdaderamente el
comportamiento teórico de Marx sobre la ley del valor.
“En resumen, la ley del valor de Marx se aplica universalmente, tanto como se aplican la leyes económicas, para todo el
periodo de la producción simple de mercancías, es decir, hasta el momento en que esta sufre una modificación por el
inicio de la forma capitalista de producción.” (Capital III p. 1037)
De hecho, es la ley de Ricardo la que es válida, con la especificación que Marx le dio a esta ley toda su validez al
explicar los salarios: el trabajador vende su fuerza de trabajo y no su trabajo. Esto es exactamente lo que proporciona
las bases para comprender cómo opera la ley del valor en el modo de producción capitalista. La modificación tardía es,
si se quiere, a un nivel microeconómico: a nivel de cada empresa individual, parece que la ley del valor no funciona. Sin
embargo, se puede decir que es operativo en un sentido más amplio; empezar con, el precio de producción de una
determinada unidad productiva, que puede diferir del valor (plusvalía no es igual a la ganancia), de hecho, está
determinada por el capital como la totalidad de diversos capitales; además, a nivel social (nivel macroeconómico) la
suma de las ganancias es igual a la suma de la plusvalía, la de los precios de producción es igual a la de los valores. Así,
para Marx, la ley del valor todavía operaba. Esto es lo que muestra en los capítulos 49 y 50 (“Sobre el Análisis del
Proceso Productivo” y “La Ilusión Creada por la Competencia”). La verdadera pregunta planteada por Marx en los
Grundisse y que hemos considerado en los Resultados ¿en qué se convierte realmente la ley del valor cuando hay
desvalorización por la pérdida de sustancia?, ¿Cuándo la cantidad de trabajo incorporada en la mercancía declina y
finalmente desaparece? ¿Podría uno hablar, entonces, incluso a nivel social, de la ley del valor cuando su sustancia se
desvanece? La respuesta de Marx en los Grundisse y la exposición en el Volumen III de El Capital (ambas consideradas
en las páginas siguientes) algunas son cómo yuxtapuestas. Probablemente esto se deba a que no tenemos todos los
La misma necesidad se hace sentir en todos los aspectos del desarrollo del capital: la valorización del
valor. El valor no debe ser fijado si se va a producir una valorización. En realidad, esta necesidad se
traduce en los diferentes modos de comportamiento del capital en el curso de su historia. Por eso,
debemos estudiar el desarrollo de este valor que ha alcanzado autonomía y ver cómo se las arregla para
conservar esta autonomía en su tendencia a superar todas las fijaciones. Esto implica la cuestión de
saber también que sucede con la ley del valor en la sociedad capitalista.

NOTA SOBRE EL PROCESO DE PRODUCCIÓN INMEDIATO DEL CAPITAL

Debemos señalar que Marx, en el Volumen I de El Capital, después de explicar la naturaleza del
proceso de trabajo y proceso de valorización – que aparecen en el momento en que surge el capital por
primera vez, por tanto, sobre la base de la dominación formal – muestra cómo el proceso de producción
inmediato, la unidad de estos dos procesos, se convierte en proceso de producción del capital. La
transición de la dominación formal a la real está relacionada con esta transformación.

“Al principio el capital subordina el trabajo22 sobre las bases de las condiciones técnicas dentro de las cuales el trabajo se ha
llevado a cabo hasta ese momento de la historia. Por tanto no cambia directamente el modo de producción.” (Capital I p.
425)

Para comprender la importancia de este cambio, para el modo de producción, por un lado, y para la
tarea teórica de Marx, por el otro lado, hay que tener en cuenta que primero expone la fórmula general
del capital, y luego presenta su concepto, explicando el concepto de plusvalía. A partir de este punto, su
análisis, que era especialmente lógico (reducible a un análisis estructural por aquellos que querían
efectuar una separación clara entre las primeras páginas del capital y el resto de la obra), se convierte
en una fenomenología del capital. Comenzando a partir de la fórmula general del capital, Marx había
demostrado que el capital es un ser; valor que se valoriza, valor en proceso. Más delante, en la tercera
parte (“La Producción de la Plusvalía Absoluta”) y la cuarta parte (“La Producción de la Plusvalía
Relativa”), muestra cómo el capital se encarna, adquiere una forma corporal (einverleiben) y, para
escandalizar a nuestros estructuralistas, cómo de conceptos se convierten en naturaleza; adquiere una
naturaleza y, gracias a la transformación del proceso de trabajo en un proceso de capital, el proceso de
producción se convierte en el proceso de producción del capital.

“Como cooperadores, como miembros de un organismo de trabajo, simplemente forman un modo particular de existencia
del capital. De ahí que el poder productivo desarrollado socialmente por el trabajador sea el poder productivo del capital. El
poder productivo social del trabajo se desarrolla como un regalo gratuito para el capital siempre que los trabajadores se
encuentren en determinadas condiciones, y es el capital lo que los coloca en estas condiciones. Debido a que este poder no
cuesta nada al capital, mientras por otro lado, no es desarrollado por el trabajador hasta que su propio trabajo pertenece al
capital, parece como un poder que el capital posee por su naturaleza – un poder productivo inherente al capital.” (Capital I
p. 451)

Por tanto, es simultáneamente el estudio de la domesticación de los hombres por el capital; el


nacimiento de la subordinación de los trabajadores al capital.

“Es el primer cambio en el rumbo de la cooperación experimentado por el proceso de trabajo real por el hecho de su
subsunción (Subsumtion) bajo el capital. Este cambio ocurre espontáneamente.” (ibid. p. 453)

“En la manufactura, así como en la cooperación simple, el cuerpo de trabajo en funcionamiento (der

manuscritos de El Capital. (Nota mayo de 1972)


22 Marx usa el verbo sich unterordnen (Das Kapital ordnet sich ,..die Arbeit unter…), el sustantivo que es Unterordnung =
subordinación.
funktionerende Arbeiterkörper) es la forma de existencia del capital, el poder productivo resultado de la combinación de
varios tipos de trabajo aparece como el poder productivo del capital.” (ibid. p. 481)

Aquí está la inversión (Verkehrung) que Marx analiza en todas sus obras, es la mistificación en el
movimiento y como consecuencia fetichismo.

No podemos hacer una sinopsis de todo el argumento de Marx. El lector debe referirse directamente a
El Capital; sin embargo, citaremos un pasaje absolutamente esencial desde la perspectiva de nuestras
proposiciones:

“Como maquinaria, el instrumento de trabajo asume un modo material de existencia que requiere el reemplazo de las
fuerzas humanas por fuerzas naturales, y el reemplazo de la regla de oro por la aplicación consciente de las ciencias
naturales. En la manufactura, la articulación (Gliederung) del proceso de trabajo social es puramente subjetivo: es la
combinación de trabajadores especializados. La industria a gran escala, por otro lado, posee en el sistema de máquinas un
organismo de producción enteramente objetivo, que enfrenta al trabajador como una condición material de producción
preexistente. En la cooperación simple, e incluso en las formas más especializadas basadas en la división del trabajo, el
desplazamiento del trabajador individual por el trabajador asociado parece ser más o menos todavía una cuestión de azar. La
maquinaria, con pocas excepciones que se mencionarán más adelante, opera por medio de trabajo asociado. De ahí que el
carácter cooperativo del proceso de trabajo sea en este caso una necesidad dictada por la naturaleza misma del instrumento
de trabajo.” (ibid. p. 508)

La inversión finalmente se realiza plenamente con la formación del capital como sujeto-automático;

“Estas dos descripciones están lejos de ser idénticas. En una, el trabajador colectivo combinado o el cuerpo de trabajo social
aparece como el sujeto dominante (übergreifendes Subjekt) y el autómata mecánico como el objeto; en la otra, el autómata
mismo es el sujeto, y los trabajadores son meramente órganos conscientes, coordinados con los órganos inconscientes del
autómata, y junto con éste último subordinado a la fuerza motriz central.” (ibid. p. 544)

Y para concluir este tema, una frase que se hace eco de la de Hegel sobre la autonomización de lo no
vivo:

“En la fábrica tenemos un mecanismo muerto que es independiente de los trabajadores, que son incorporados en él como
sus apéndices vivientes.” (ibid. p. 548)

Hemos recordado todos estos elementos sobre el tema de la formación del capital sin trazar las
consecuencias – sólo para proporcionar evidencia de los errores de ciertos comentaristas sobre los
Resultados.

Bordiga redactó un resumen de este texto, y se puede leer en la página 6 de il programma comunista
no, 35 (1966)

“Habiendo terminado con estos tratamientos y habiendo entrado en el proceso real de producción, no considerándolo más
como inmediato que es como una simple cadena de actividades de transformación física, sino como el proceso de
producción específicamente capitalista y vinculado al periodo histórico del capitalismo.” 23

Aquí hay una oposición inaceptable entre el proceso de producción inmediato y el proceso de
producción específicamente capitalista. De hecho, la oposición aquí sucede entre un proceso que se
reduce al proceso de trabajo y el proceso de producción definido como específicamente capitalista, lo
23 Dagenville da una definición completamente similar al proceso de producción inmediato: “De hecho, el proceso
inmediato de producción vincula las relaciones físicas y las operaciones materiales para transformar los medios de
producción en productos, sin considerar los intermediarios constituidos por las instituciones sociales y las relaciones de
clase.” ('Presentation' to Marx Un Chapitre Inédit du Capital 10/18 1971) La diferencia radica en la determinación
mágica dada en esta última definición.
que implica que el capital no tendría un proceso de producción inmediato, ya que el valor no entra en el
primer proceso. Pero Marx demostró que éste último es un proceso de producción capitalista con el
resultado real y aparente (que volveremos a considerar más adelante) del capital mercancía, y cuyo
resultado esencial es la producción de plusvalía. Esto es, la plusvalía sólo puede manifestarse dentro de
la envoltura del capital mercancía.

Por tanto, esta oración muestra que hay una incomprensión del hecho de que este es el proceso de
producción del capital, incluso si es inmediato. De hecho existen otros procesos de trabajo y procesos
productivos, pero aquí se trata inmediatamente de capital. Además, al comienzo del Volumen III de El
Capital, Marx recuerda claramente esto (que está completamente en coherencia con la cita del Volumen
II que citamos en la página 17):

“En el Volumen I investigamos los fenómenos exhibidos por el proceso de producción capitalista, considerado en si mismo,
es decir, el proceso de producción inmediato, la conexión con todas las influencias externas a este proceso se dejaron fuera
de consideración. Pero este proceso de producción inmediato no agota el ciclo de vida del capital. En el mundo tal como es
en realidad, es complementado con el proceso de circulación, … ya que media en el proceso de reproducción social el
proceso de producción capitalista tomado como un todo, es la unidad de los procesos de producción y circulación.” (Capital
III p. 117)24

El proceso de producción inmediato supone que no hay ninguna otra mediación que intervenga en la
operación. La confusión sobre este proceso proviene de no comprender cuál es la determinación de la
inmediatez (y lo que la mediación implica).

Dagenville muestra aún más groseramente la misma incomprensión de Bordiga en su “Presentación”:

“En otras palabras, en el régimen capitalista, el proceso de valorización se clava en el proceso de producción inmediato, el
primero condicionado por la esfera de la circulación, y las relaciones de dominación en la sociedad política y en la vida
privada.” (ibid. p. 56)

Esta frase es un montón de absurdos. Declaremos inmediatamente que, para Marx: 1. el proceso de
producción inmediato es la unidad del proceso de trabajo y el proceso de valorización. Tendría que
haber según Dagenville, ¡un segundo proceso de valorización! En el estilo de caminar en la cuerda floja
del autor, permítanos decir una cuerda de más. 2. “El proceso de producción, considerado como la
unidad del proceso de trabajo y el proceso de creación de valor (Wertbildungsprozess), es el proceso de
producción de mercancías; considerado como la unidad del proceso de trabajo y el proceso de
valorización, es el proceso capitalista de producción, o la forma capitalista de producción de
mercancías.” (Capital I p. 304)

Además, el Volumen I parte I de El Capital muestra cómo, gracias al proceso de intercambio, hay
creación de valor. Esto es siempre un resultado y no se puede autonomizar en absoluto en esta etapa
histórica de producción; por otro lado, no es el caso del proceso de valorización. Marx compara los dos
momentos para resaltar la diferencia:

“Si ahora comparamos el proceso de creación de valor con el proceso de valorización, vemos que el segundo no es más que
la continuación del primero más allá de un punto definido. Si el proceso no es llevado más allá el punto donde el valor
pagado por el capitalista por la fuerza de trabajo es reemplazado por un equivalente exacto, es simplemente el proceso de
creación de valor; pero más allá de ese punto, se convierte en el proceso de valorización.” (Capital I p. 302)

24 “Aunque el exceso de valor de la mercancía sobre su precio de costo surge en el proceso de producción inmediato, es
sólo en el proceso de circulación que se realiza…” (Capital III p. 134)
En los Resultados encontramos:

“… proceso de valorización. Este último no debe entenderse aquí en el sentido anterior de proceso para la formación de
valor, sino como proceso para la formación de plusvalía..” (Resultados p. 51)

El proceso de producción inmediato es el proceso de producción de plusvalía, pero ésta existe sólo en
la forma de capital-mercancía al final de este proceso y, por lo tanto, debe realizarse y encontrar una
forma adecuada para su existencia; la forma dinero. El proceso de circulación media en esto. No puede
ser llamado proceso de hacer efectiva la plusvalía, porque lo que se vuelve determinante ya no es el
valor, sino la plusvalía. Se podría, usando el mismo lenguaje de Marx, llamar
Mehrwertverwirklichungsprozess. En el Volumen II de El Capital y en los Grundisse especialmente,
Marx muestra que es fundamentalmente el proceso de desvalorización. El capital de alguna forma sufre
un movimiento de exteriorización (Veräusserung) con el fin de efectuarse a sí mismo, abandona el
proceso de producción inmediato y, a través de este movimiento, se ve afectado por una desinversión
(Entäusserung).

Este es un aspecto de la desvalorización que se estudió en el capítulo para el que se produjo esta nota.
Sobre la base de lo dicho, podemos decir que el proceso total del capital es la unidad del proceso de
producción inmediato (valorización) y el proceso de circulación (desvalorización). Decir que “el
proceso de valorización está condicionado por la esfera de la circulación” es esconder una total
incomprensión bajo un montón de verborrea. Es imposible transformar un absurdo en una afirmación
correcta; por lo tanto debemos dejar a Dagenville a sus galimatías y recordar que, para Marx, el capital
– valor en proceso, valor autovalorizante, se convierte en capital en proceso. Lo que se vuelve
dominante en este último es la valorización. Pero, en este momento, el capital parece abarcar los dos
movimientos de valorización y desvalorización del que fue el resultado. Nosotros hemos pasado hacia
la dominación real en el corazón del proceso de producción; el proceso de producción total del capital,
unidad del proceso de producción inmediato y el proceso de circulación, se presenta en realidad una
vez se ha constituido, como proceso de valorización y desvalorización, una unidad contradictoria. Pero
esto implica (ya que se trata de una relación totalmente objetiva) el dominio real del capital sobre la
sociedad porque, en su etapa más desarrollada, el capital sólo es una forma sin sustancia (un momento
alcanzado por su propia autonomización); a partir de este momento es valorización ficticia, por tanto
capitalización de todo.

Para resumir el movimiento total: antes del establecimiento del modo de producción capitalista, la ley
del valor regulaba los intercambios; con el capital esta ley se amplía considerablemente y se convierte
en la ley de valorización, y, cuando el capital haya alcanzado un dominio real sobre el proletariado, ley
de precios de producción; finalmente, cuando la desvalorización (pérdida de la sustancia del valor)
asume grandes proporciones, tenemos valorización-capitalización ficticia.

Esta nota sobre el proceso de producción inmediato estaría incompleta si no volviéramos a referirnos al
resultado del proceso:

“Como forma elemental de la riqueza burguesa, la mercancía era nuestro punto de partida, el requisito previo para el
surgimiento del capital. Por otro lado, las mercancías aparecen ahora como productos del capital.” (Resultados p. 949)

Esto es muy importante para la caracterización del proceso de producción inmediato, en la medida en
que el capital es claramente diferente de la mercancía que se produce sobre la base de modos de
producción anteriores; además, destruye toda la teorización basada en la mercancía vista como un
absoluto invariable, una abstracción del intelecto, que existe imparcialmente, con las mismas
determinaciones en el modo de producción capitalista, al igual que en los modos anteriores.
Finalmente, la presuposición difiere aquí del resultado, y éste último se convierte en el presupuesto
real. Es un elemento más de la transición a la dominación real del capital. De ahora en adelante ya no
hay un desarrollo circular, siempre conduciendo a su punto de partida, sino un desarrollo que requiere
una discontinuidad para ser capaz de exteriorizarse. El desarrollo del modo de producción capitalista
tiene como resultado el comunismo; por lo tanto, regenera sus propias presuposiciones; tenemos un
circulo. La intervención de la clase revolucionaria (el proletariado) externaliza el resultado y lo plantea
como una condición previa para el futuro de la raza humana.

(Marzo 1972)
Capítulo 3: Los diferentes periodos de la forma capitalista

(a) Subsunción formal del trabajo bajo el capital


(b) Subsunción real del trabajo bajo el capital
- Nota sobre el tema de la dominación formal y la dominación real (1972)

“Una presuposición del trabajo asalariado, y una de las precondiciones históricas del capital, es el trabajo libre y el
intercambio de este trabajo libre por dinero, con el fin de reproducir y valorizar el dinero, para ser consumido por el dinero
como valor de uso no para su consumo (Genuss), sino como un valor de uso para el dinero. (Aquí Marx define muy
concisamente proceso de trabajo y proceso de valorización, prevaleciendo éste último sobre el primero, como también
hemos visto en los Resultados NDE.) Otra presuposición es la separación del trabajo libre de las condiciones objetivas de su
realización – de los medios de trabajo y el material para el trabajo. Así, sobre todo, la liberación del trabajador de su suelo
como su taller natural – de ahí la disolución de la pequeña, propiedad de la tierra libre al igual que de la propiedad de la
tierra comunal (gemeinschaftlichen) que descansaba sobre la comuna (Kommune) oriental.” (Grundrisse p. 471)

Se trata, pues, de examinar cómo estas formas de propiedad (o más bien estas formas de apropiación
del producto) llegaron a disolverse y cómo se destruyeron las diversas relaciones sociales, permitiendo
la aparición del capital. Esto es lo que Marx analiza en el capítulo de los Grundisse llamado “Formas
que preceden la producción capitalista”. Él considera estas transformaciones para los siguientes modos
de producción:

1. Comunismo primitivo

2. Formas derivadas de él:


- Antigüedad
- Germánico
- Asiático25

3. Feudalismo

4. Capitalismo

Ahora debemos ver cómo el capital realiza plenamente la producción del trabajador libre y cómo lo
domina.

Antes de continuar, debemos observar que, si el fenómeno de la autonomización (una condición


esencial para el nacimiento del capital) se destaca en el análisis del valor, el fenómeno de la
expropiación predomina en el estudio de la separación del trabajador de su comunidad y de sus propias
condiciones de trabajo. Posteriormente las dos se combinaron, se integraron y se convirtieron en el
motor del capital. Por lo tanto en las siguientes páginas intentaremos señalar el movimiento gemelo de
expropiación y autonomización, a través del cual la vida del capital se expresa y dentro de la cual el
capital alcanza su desarrollo final. Este movimiento es el mismo expresado en la contradicción
fundamental: valorización-desvalorización, el cual, como hemos visto, se muestra desde el mismo
nacimiento del capital, desde sus primeras apariciones, porque es inherente a eĺ.

Marx prosiguió este trabajo de periodización en los Resultados describiendo las dos fases del desarrollo
del capital, y mostrando cómo se desarrolló la contradicción antes indicada hasta que ocultó todas las
demás y se convirtió en la contradicción fundamental.

25 El modo asiático de producción es el resultado del desarrollo de una de estas formas.


A. La subsunción formal del trabajo bajo el capital

Marz analizó cómo el modo de producción capitalista surgió ya dentro del antiguo modo feudal; cómo
primero permaneció prisionero dentro de él, y cómo después se impuso a su adversario al subsumir el
proceso de producción inmediato bajo sí mismo. Este momento (transición) fue indicado en el Volumen
I de El Capital Parte 3:

“El proceso de producción, considerado como la unidad del proceso de trabajo y el proceso de creación de valor, es el
proceso de producción de mercancías; considerado como la unidad del proceso de trabajo y el proceso de valorización, es el
proceso capitalista de producción, o la forma capitalista de la producción de mercancías.” (Capital I p. 304)26

Pero esto se define categóricamente en los Resultados:

“El proceso de trabajo se convierte en el instrumento del proceso de valorización, ,del proceso de la autovalorización del
capital: de la creación de plusvalía. El proceso de trabajo se subsume en el capital (es su propio proceso) y el capitalista se
ubica en él como dirigente, conductor; para éste es al mismo tiempo, de manera directa, un proceso de explotación de
trabajo ajeno. Es esto a lo que denomino subsuncion formal del trabajo en el capital. Es la forma general de todo proceso
capitalista de producción, pero es a la vez una forma particular respecto al modo de producción específicamente capitalista,
desarrollado, ya que la última incluye la primera, pero la primera no incluye necesariamente la segunda.”

“El proceso de producción se ha convertido en el proceso del capital mismo, un proceso que se desenvuelve con los factores
del proceso laboral en los cuales se ha transformado el dinero del capitalista y que se efectúa, bajo la dirección de éste, con
el fin de obtener del dinero más dinero.” (Resultados pp. 54)

Esta subsunción formal está ligada a la producción de plusvalía absoluta. Básicamente el capitalismo
ha subsumido al trabajador y lo hace trabajar en su nombre.

“Originariamente, cuando examinamos el paso del valor al capital, el proceso de trabajo fue simplemente incluido dentro
del capital…” (Grundrisse p. 691)

El capitalista no puede obtener un valor mayor sin prolongar la jornada laboral. Aún no ha derrocado la
base misma de la sociedad. Solamente se ha sustituido por otro explotador. La dominación formal, por
consiguiente, se caracteriza esencialmente por lo siguiente: el capitalismo es distinguido de otros
modos de producción porque no se basa simplemente en la apropiación de la plusvalía, sino en su
creación.

Marx explica en detalle cómo los cambios cuantitativos en diversos sectores de la vida social provocan
cambios cualitativos; pero la base sigue siendo la producción de mercancías.

B. Subsunción real del trabajo bajo el capital

1) Características generales

“La característica general de la subsunción formal sigue siendo la directa subordinación del proceso laboral —cualquiera
que sea, tecnológicamente hablando, la forma en que se le lleve a cabo— al capital. Sobre esta base, empero, se alza un
modo de producción no sólo tecnológicamente específico que metamorfosea la naturaleza real del proceso de trabajo y sus
condiciones reales: el modo capitalista de producción. Tan sólo cuando éste entra en escena se opera la subsunción real del
trabajo en el capital.” (Resultados p. 72)

26 Cf. la nota al final de este capítulo.


Esta nueva subsunción presupone que “se efectúa una revolución total (que se prosigue y repite
continuamente) en el modo de producción mismo, en la productividad del trabajo y en la relación entre
el capitalista y el obrero.” (Resultados p. 72-73)

Se basa en la producción de una plusvalía que ya no es absoluta, sino relativa;

“Del mismo modo que se puede considerar la producción de la plusvalía absoluta como expresión material de la subsunción
formal del trabajo en el capital, la producción de la plusvalía relativa puédese estimar como la de la subsunción real del
trabajo en el capital.”

“Sea como fuere, las dos formas de la plusvalía, la absoluta y la relativa —si se les quiere considerar a cada una para sí,
como existencias separadas (y la plusvalía absoluta precede siempre a la relativa)— corresponden a dos formas separadas de
la subsunción del trabajo en el capital, o dos formas de la producción capitalista separadas, de las cuales la primera es
siempre precursora de la segunda, aunque la más desarrollada, la segunda, puede constituir a su vez la base para la
introducción de la primera en nuevas ramas de la producción.” (ibid. p. 60)

Esto se abordó, aunque de manera diferente, en el Volumen I de El Capital Parte 5:

“La producción de plusvalía absoluta depende exclusivamente de la jornada laboral, mientras que la producción de la
plusvalía relativa revoluciona completamente el proceso técnico de trabajo y las agrupaciones en las que se dividen la
sociedad.”

“Por tanto, requiere de un modo de producción específicamente capitalista…” (Capital I p. 645)

Esta sección sigue inmediatamente a la de la plusvalía relativa. Marx emprendió una síntesis de todo lo
que ya había desarrollado sobre el tema de la plusvalía en todas las formas sociales en las que había
aparecido, y luego, como ya hemos señalado, indicó los periodos de subsunción formal y real bajo el
capital (sin embargo, sin nombrarlos) y también el paso de uno al otro. Finalmente, mostró los
“Cambios de magnitud en el Precio de la Fuerza de Trabajo y en la Plusvalía” (lo que explica el título
de la Parte “La Producción de la Plusvalía Absoluta y Relativa”). Era cuestión de saber cómo apareció
la plusvalía en el periodo de la subsunción real del trabajo bajo el capital. Marx dio tres casos. El
primero: variación de la producción debido a la productividad laboral; éste es el que surge con la
dominación real del capital, los otros dos “operan” especialmente dentro de la dominación formal. Por
tanto es probable que los Resultados, si se hubieran publicado, se habrían incluido en esta Parte 5 de El
Capital con mayor razón así como Marx trata en esta parte del trabajo productivo e improductivo, que
también se estudian en profundidad en los Resultados. La conexión entre los dos temas es
completamente lógica, ya que el capital no está interesado en cualquier trabajo, sino sólo en el que
produce plusvalía. Otro argumento a favor de esta hipótesis es que el tema de la siguiente Parte es
“Salarios”.

Marx analizó a continuación la conexión entre los dos momentos, luego estudiada en profundidad en
las Partes 4 y 5 del Volumen I, como hemos mencionado. Señaló la tendencia inmanente del capital:

““La producción por la producción” —la producción como fin en sí misma— ya entra en escena por cierto con la
subsunción formal del trabajo en el capital, no bien el fin inmediato de la producción llega a ser, en general, producir una
plusvalía lo más grande y lo más abundante posible, no bien el valor de cambio del producto llega a ser el fin decisivo. Con
todo, esta tendencia inmanente de la relación capitalista no se realiza de manera adecuada - y no se convierte en una
condición necesaria, incluso desde el ángulo tecnológico- hasta tanto no se haya desarrollado el modo de producción
específicamente capitalista y con él la subsunción real del trabajo en el capital.” (ibid. p. 75)

De esto deriva:
a) La definición del capitalismo

Esta integra las dos definiciones precedentes vinculadas a la producción y la circulación como
momentos particulares del desarrollo capitalista:

“Tenemos, por otra parte, el aspecto negativo, o antitético: producción contrapuesta a los productores y que hace caso omiso
de éstos. El productor real como simple medio de producción; la riqueza material como fin en sí mismo. Y, por tanto, el
desarrollo de esta riqueza material en contradicción con y a expensas del individuo humano (menschlichen Individuums).
(ibid. p. 76)

b) La ley del capitalismo

“Productividad del trabajo, en suma = máximo de productos con mínimo de trabajo…” (ibid. p. 76)

“A través de este proceso, el cuanto de trabajo necesario para la producción de un objeto dado es de hecho reducido al
mínimo, pero sólo para valorizar un máximo de trabajo en el máximo número de tales objetos.” (Grundrisse p. 701)

c) Campo de aplicación de la ley

“… no son las necesidades existentes las que determinan la escala de la producción, sino que por el contrario es la escala de
la producción —siempre creciente e impuesta a su vez por el mismo modo de producción— la que determina la masa del
producto.” (ibid. p. 76)

d) Propósito

“Su objetivo [es] que cada producto, etc., contenga el máximo posible de trabajo impago, y ello sólo se alcanza merced a la
producción por la producción misma.” (ibid. p. 76)

“La presión para reducir el precio del costo al mínimo se convierte en la palanca más fuerte para aumentar la productividad
social del trabajo…” (Capital III p. 1021)27

e) Modificaciones de la ley del valor

“Esto se presenta por un lado como ley, por cuanto el capitalista que produce en pequeña escala incorporaría en el producto
un cuanto de trabajo mayor que el socialmente necesario. Se presenta pues como una aplicación adecuada de la ley del
valor, que no se desarrolla plenamente si no es sobre la base del modo de producción capitalista.” (ibid. p. 76)

Aquí Marx indica el momento en el que todavía hay subsunción formal. Posteriormente, el capital
domina la ley del valor y lo explota para su propio beneficio.
“Pero aparece por otra parte como impulso del capitalista individual, que para violar esa ley o para utilizarla astutamente
en su beneficio procura rebajar el valor individual de su mercancía por debajo de su valor socialmente determinado.” (ibid.
p. 76)

De nuevo está la desvalorización, que ya se ha mencionado. Aquí resulta del antagonismo entre el
capital social, capital en general, y capitales en particular. La dinámica del valor en proceso, de valor
que se valoriza a sí mismo, tiene su aspecto negativo de desvalorización. El mecanismo completo es
explicado en el Volumen III de El Capital, al que nos hemos referido, en la transformación del valor en
precio de producción. Aquí también se incluye, aunque todavía potencialmente, la ley de la caída
tendencial de la tasa de ganancia. En cualquier caso, antes de pasar al análisis de estas consecuencias,

27 El objetivo constante de la producción capitalista es producir un máximo de plusvalía o plusproducto con el mínimo
desembolso de capital…” (TSV II pp. 547-8)
debemos volver a las características de la subsunción real del trabajo bajo el capital y las consecuencias
implícitas.

2) Capital fijo y dominación real del capital

El proceso laboral fue, como el proceso de valorización, muy importante en el periodo de la


dominación formal. El capital dominaba al proletariado y su dominio era el del capital variable. EL
capital quería utilizar el máximo número de trabajadores para obtener el máximo monto de plusvalía.
También, la vieja concepción del hombre como meta de la producción no había sido todavía
completamente suplantada por la del capitalismo; la vieja idea aún coloreaba las teorías de los primeros
economistas del capital, como las de Adam Smith. Eso fue una época en la que el hombre, aunque ya
no era el objetivo de la producción, seguía siendo un elemento determinante en ella. Además, porque
fue en este periodo cuando el proletariado constituyó el estrato numérico más grande de la población
(por ejemplo, Inglaterra a principios de 1800).

Pero en el periodo de la dominación real, el elemento esencial se convierte en capital fijo.

“Es en la producción de capital fijo donde el capital… se plantea como un fin en sí mismo.” (Grundrisse p. 710)

“Los medios de producción aparecen ya únicamente como succionadores del mayor cuanto posible de trabajo vivo.”
(Resultados p. 17)28

“… esta facultad del trabajo objetivado de transformarse en capital, es decir, de transformar los medios de producción en
medios de dirección y explotación del trabajo vivo, aparece como algo inherente en sí
y para sí… como algo inseparable de ellos…” (Resultados p. 18)

Esto se vuelve posible a través de:

“… la aplicación de la ciencia -ése producto general del desarrollo social— al proceso inmediato de producción… ”
(Resultados p. 59)

El capitalismo aparece como el explotador de todas las generaciones humanas, pasadas y presentes,
buscando además garantizar la explotación de las generaciones futuras.

Marx analizó el fenómeno con mayor detalle en los Grundisse:

“El incremento de la fuerza de trabajo productiva y la mayor negación posible del trabajo necesario es la tendencia
necesaria del capital, como hemos visto. La transformación de los medios de trabajo en maquinaria es la realización de esta
tendencia. En la maquinaria, el trabajo objetivado materialmente confronta al trabajo vivo como poder gobernante y como
subsunción activa de éste último bajo sí mismo, no sólo apropiándose de él, sino del propio proceso de producción real; la
relación del capital como valor que se apropia de la actividad de valorización (verwertende Tatigkeit – una definición de
fuerza de trabajo idéntica a la de los Urtext -NDE) es, en el capital fijo existente como maquinaria, postulado al mismo
tiempo como la relación de valor de uso del capital con el valor de uso de la capacidad de trabajo; además, el valor
objetivado en la maquinaria aparece como una presuposición contra la cual el poder de valorización de la capacidad de
trabajo individual es infinitesimal, magnitud evanescente.” (Grundrisse pp. 693-24.)

Esta desvalorización se expresa en el aspecto no esencial que la actividad humana tiende a asumir en el
proceso productivo.

28 “Ya no es el trabajador quien emplea los medios de producción, sino los medios de producción quien emplea al
trabajador.” (Capital I p. 425)
“En la medida en que el tiempo de trabajo – simple cuanto de trabajo – se plantea por el capital como el único elemento
determinante, en esa medida el trabajo inmediato y su cantidad desaparecen como principio determinante de la producción –
de la creación de valores de uso.” (Grundrisse p. 700)

Un poco más adelante:

“El trabajo parece ya no estar incluido tanto dentro del proceso de trabajo; más bien, el ser humano pasa a relacionarse más
como un vigilante y regulador con el proceso de producción en sí mismo.” (ibid. p. 705)

Finalmente:

“El trabajador aparece como superfluo en la medida en que su acción no está condicionada por los requisitos del capital.”
(ibid. p. 695)

“(Trabajo inmediato) se reduce, tanto cuantitativamente, a una proporción menor, como cualtitativamente, como un
momento, por supuesto, indispensable, pero subordinado en comparación con el trabajo científico en general, aplicación
tecnológica de las ciencias naturales por un lado, y, por otro lado, a la fuerza productiva que surge de la combinación social
(Gliederung) en la producción total – una combinación que aparece como un fruto natural del trabajo social (aunque es un
producto histórico). El capital trabaja así hacia su propia disolución como forma dominante de producción.” (ibid. p. 700)

La desvalorización así se representa en la relación no sólo con la socialización de la producción, sino


también con la socialización del hombre mismo; la industria a gran escala produce el trabajador
colectivo es cual es la base del hombre social del mañana. Este es el significado del Volumen I de El
Capital Parte 4 y 5.

El proceso de destrucción del ser humano por la explotación del proletariado tiene su lado positivo por
la disolución del capitalismo, y así puede ser el punto de partida del comunismo. Podemos completar el
análisis de la subsunción del trabajador bajo el capital fijo con algunas citas más de los Grundisse.

“… todo el proceso aparece como no subsumido bajo la habilidad inmediata del trabajador, sino más bien como la
aplicación tecnológica de la ciencia.” (ibid. p. 699)

“La acumulación de conocimientos y habilidades, de las fuerzas productivas generales del cerebro social, se absorbe así en
el capital, en oposición al trabajo, y por lo tanto aparece como un atributo del capital, y más específicamente del capital fijo
en la medida en que entra en el proceso de producción como medio de producción propiamente dicho.” (ibid. p. 694)

El valor de uso del capital (trabajo objetivado) suplanta el valor de uso del trabajo vivo. Destruye en
paralelo la base de la producción individual.

“En el intercambio directo, el trabajo individual inmediato aparece como realizado en un producto particular o parte del
producto, y su carácter social comunitario – su carácter como objetivación del trabajo general y satisfacción de las
necesidades generales – como se plantea en el intercambio solo. En el proceso de producción de la gran industria, por el
contrario, tal como la conquista de las fuerzas de la naturaleza por el intelecto social es la precondición del poder productivo
de los medios de trabajo como desarrollado en el proceso automático, por un lado, por así decirlo, por el otro, es el trabajo
del individuo en su presencia directa planteada como suspendida, es decir, como trabajo social. Así la otra base de este
modo de producción desaparece.” (Grundrisse p. 709)

Después de subyugar toda la producción, el capital también subyuga los medios de circulación:

“… la producción barata de medios de comunicación y transporte es la condición para la producción basada en el capital, y
promovida por él por esa razón.” (ibid. p. 524)

“La separación de las obras públicas del Estado y su migración al dominio de las obras realizadas por el propio capital,
indica el grado en que la comunidad real se ha constituido a sí misma en la forma de capital.” (ibid. p. 531)
Pero esta comunidad (Gemeinwesen) inhibe le movimiento de la valorización, o, en otras palabras, ¿no
creó el capital mismo un obstáculo para su propio desarrollo como valor que se valoriza a sí mismo? Y,
¿no es esto una contradicción entre la socialización de la producción y la privatización de la
apropiación de la plusvalía, entre el resultado de su desarrollo y su base? El capital resuelve estos
problemas a su manera, destruyendo, como hemos visto, lo socializado.

3) Capital circulante y la dominación real del capital-mercancía

El capital circulante también asume una nueva función en el periodo de subsunción real del trabajo bajo
el capital:

“… por tanto ahora aparece como una cualidad del capital circulante mantener el trabajo en una rama de la producción
mediante el trabajo coexistente en otro. (ibid. p. 700)

“En la circulación menor (es decir, en el curso del intercambio D ←→ C (v), la compra de la fuerza de trabajo – NDE), el
capital adelanta al trabajador el salario que éste intercambia por productos necesarios para su consumo. El dinero que
obtiene tiene este poder sólo porque otros están trabajando junto a él al mismo tiempo y el capital puede darle derechos
sobre el trabajo alienado, en la forma de dinero, sólo porque se ha apropiado de su propio trabajo. Este intercambio del
trabajo de uno mismo con el trabajo de otros no aparece aquí como mediado y determinado por la existencia simultánea del
trabajo de otros, sino más bien por el adelanto que hace el capital. Que el trabajador pueda efectuar el intercambio orgánico
(Stoffwechsel)29 necesario para su consumo durante la producción aparece como un debido atributo por parte del capital
circulante que se paga al trabajador, y del capital circulante en general. Aparece no como un intercambio orgánico entre las
fuerzas de trabajo simultáneas, sino como el intercambio orgánico del capital; así, existe ese capital circulante.” (ibid. p.
700)

Esta función la cumplió el trabajo durante el periodo de la dominación formal:

“Pero al considerar la circulación y el proceso de reproducción, hemos visto que es sólo posible reproducir la mercancía
después de que esté terminada y convertida en dinero, porque simultáneamente todos sus elementos han sido producidos y
reproducidos mediante del trabajo coexistente.” (TSV III p. 278)

Aquí Marx retomó un punto que Hodgskin hizo en una polémica con Ricardo: quería dejar claro cómo era que el trabajo
produce toda la riqueza:

“Lo que emerge de la esfera de la producción cuando el producto entra en otra como condición de producción, y de esta
manera pasa por muchas fases sucesivas hasta que recibe su última terminación como valor de uso. Aquí el trabajo previo
aparece continuamente como condición para el trabajo existente.” (ibid.)

“Existe no sólo un ciclo que comprende diversas fases, sino todas las fases de las mercancías son simultáneamente
producidas en diversas fases y ramas de la producción. Si el mismo campesino sólo planta lino, luego lo hila, luego lo teje,
estas operaciones se realizan en sucesión, pero no simultáneamente como en el modo de producción basado en la división
del trabajo dentro de la sociedad presupuesta.”

“No importa qué fase del proceso de producción de una mercancía individual es considerada, el trabajo antecedente sólo
adquiere significado como un resultado del trabajo vivo que proporciona las condiciones necesarias de producción.” (ibid. p.
279)

29 No podemos traducir Stoffwechsel como intercambio (Austausch) ya que esto implica demasiadas determinaciones
puramente económicas; Stoffwechsel implica la idea del intercambio de sustancia, de materia. En el texto se refiere a un
intercambio que permite la construcción de un ser, su relación. Por eso hemos ocupado el término intercambio orgánico
y la palabra metabolismo para traducir Stoffwechsel (Nota de Mayo de 1972)
Pero, si es cierto que el trabajo crea toda la riqueza, no es menos cierto que el capital, al apropiarse de
la plusvalía, parece estar dotado de esta habilidad. Esto ocurre en la fase de la dominación real, en la
que todo aparece como capital. Por tanto, Marx dejó de utilizar el término trabajo coexistente y usó el
de capital coexistente en su lugar.

“Así, todas las fuerzas de trabajo son traspuestas en las fuerzas del capital; la fuerza de trabajo productiva en capital fijo
(planteado como externo al trabajo y existiendo como independientemente de ella (reificada (sachlich))); y, en el capital
circulante, el hecho de que el propio trabajador ha creado las condiciones para la repetición de su trabajo, y que el
intercambio de éste, su trabajo, es mediada por el trabajo coexistente de otros, aparece de tal manera que el capital le
entrega un adelanto y plantea la simultaneidad de las ramas de trabajo, (Estos dos últimos aspectos en realidad pertenecen a
la acumulación.) El capital en la forma de capital circulante se plantea el mismo como mediador entre los diferentes
trabajadores.” (Grundrisse p. 701)

La continuidad del capital, la posibilidad de su reproducción, radica en el trabajo coexistente; pero,


dado el trabajo asalariado, aparece como una propiedad del capital en su forma de capital circulante.

Ahora todo se ha convertido en capital. El verdadero sujeto de la producción, el trabajo humano, está
enmascarado. Esto tendrá repercusiones dentro del proceso de producción del capital. En esto:

“El tiempo de trabajo empleado en la producción de capital fijo se relaciona con el empleado en la producción de capital
circulante, dentro del proceso de producción del capital mismo, como tiempo de trabajo excedente al tiempo de trabajo
necesario. En la medida en que la producción orientada a la satisfacción de las necesidades inmediatas se vuelve más
productiva, una mayor parte de la producción puede ser dirigida hacia las necesidades de la producción misma, o la
producción de los medios de producción.” (ibid. p. 709)

En este punto tenemos la subsunción total del trabajo bajo el capital;

“Donde gobierna el capital (como donde hay esclavitud y servidumbre o servidumbre de cualquier tipo), el tiempo de
trabajo absoluto del trabajador se le plantea como condición de ser permitido trabajar el tiempo de trabajo necesario, es
decir, de ser permitido realizar el tiempo de trabajo necesario para la mantención de su capacidad de trabajo en valores de
uso para sí mismo.” (ibid. p. 533)

4) Mercancías – Productos del capital

“Originariamente consideramos la mercancía individual como el resultado y producto directo de un determinado cuanto de
trabajo. Ahora que la mercancía aparece como el producto de la producción capitalista, hay un cambio formal al respecto.”
(TSV II p. 2614)

La determinación del valor a través del tiempo de trabajo necesario para producir, o más exactamente,
para reproducir, una mercancía ya no es suficiente a estas alturas. Ahora debemos introducir dos
nuevos elementos: el tiempo de trabajo pagado vinculado al tiempo de trabajo necesario, y el tiempo de
trabajo impago vinculado a la plusvalía.

“… la mercancía como producto del capital en parte contiene trabajo pago, y en parte trabajo impago.” (Resultados p. 114)

Esto debe ser especificado diciendo que:

“Una parte de este trabajo objetivado (abstracción hecha del capital constante, por el cual se paga un equivalente) se
intercambia por el equivalente del salario; otra parte se la apropia el capitalista sin equivalente alguno.” (ibid.)

¡Entonces no hay equivalencia y la ley del valor no puede funcionar! Esta es la gran dificultad que los
economistas clásicos no pudieron superar:
“Ricardo no explica realmente como el intercambio de mercancías según la ley del valor (según el tiempo de trabajo
incorporado a las mercancías) da lugar a la desigualdad del intercambio entre el capital y el trabajo vivo…” (TSV III p. i.)

Marx plantea claramente la fuente de esta dificultad:

“Ahora bien, el trabajo asalariado, sin embargo, es una mercancía. Es incluso la base sobre la cual sucede la producción de
los productos como mercancías. La ley del valor no le es aplicable. La producción capitalista, por lo tanto, no se rige en
absoluto por esta ley.” (TSV II p. 397)

Esa fue la conclusión de los economistas, pero Marx resolvió el problema demostrando, como hemos
visto, que el intercambio sucede entre el capital objetivado del trabajo y la fuerza de trabajo; esta
última, en el curso de su consumo productivo, generando un cuanto de mayor valor con el que se ha
intercambiado. Todo el desarrollo del capitalismo consiste en la búsqueda de extraer un cuanto cada
vez mayor de trabajo vivo; así, decir que las mercancías producidas por el capital contienen cada vez
más trabajo impago corresponde a la siguiente tesis: el capital domina la fuerza de trabajo en una
medida cada vez mayor y la explota cada vez más intensamente, sin contradecir nunca la ley del valor.
El valor de la fuerza de trabajo tiene que caer al mínimo para que esto suceda (otro aspecto de la
desvalorización), de manera tal que, para un determinado periodo de su utilización, la plusvalía
extraída es tan grande como sea posible.

Otra característica de la mercancía como producto del capital es quedaban

“La mercancía individual se presenta no sólo materialmente como parte del producto total del capital, como parte alícuota
del lote (lot) producido por él.” (Resultados p. 114)30

Marx luego indica la tendencia del capital con respecto a la producción de mercancías:

“Prescindiendo de diversas influencias perturbadoras, cuyo análisis es indiferente para nuestro propósito actual, la tendencia
y el resultado del modo capitalista de producción consiste en elevar constante ente la productividad del trabajo, por tanto en
el aumento incesante de los medios de producción transformados en productos gracias a ese mismo trabajo adicional;
consiste en repartir continuamente, por así decirlo, el trabajo agregado nuevo entre una masa mayor de productos, y por
ende rebajar el precio de cada mercancía o abaratar las mercancías en general.” (ibid. p. 121)

“… no sólo produce más mercancías del mismo precio, sino más mercancías que contienen más trabajo impago.” (ibid. p.
123)

Una última característica de las mercancías, vinculada directamente a la desvalorización:

“La mercancía singular —como producto del capital y, en realidad, como parte elemental del capital reproducido y
valorizado - se diferencia de aquella mercancía singular de la cual habíamos partido como premisa para la formación del
capital, [se diferencia,.decíamos] de la mercancía considerada de manera autónoma, también en que —aparte lo dicho hasta
aquí, los puntos concernientes a la determinación del precio— cuando la mercancía se vende a su precio no se realiza el
valor del capital adelantado para su producción, y aun menos el de la plusvalía generada por ese capital.” (ibid. pp. 127-8)

Aquí también los Resultados anticipan el contenido del Volumen III de El Capital: la transformación
del valor en precio de producción y la tendencia de la tasa de ganancia a caer. Esta es una verdadera

30 Hay la misma demostración en las Teorías de la Plusvalía en este capítulo, y Marx concluye en la misma forma:
“Ya no es el trabajo gastado en la mercancía peculiar individual, en la mayoría de los casos, ya no puede calcularse, y
puede ser mayor en el caso de una mercancía que en la de otra, pero una parte proporcional, sino una parte del trabajo
total, es decir, el promedio del valor total (dividido) por el número de productos, que determina el valor del producto
individual y lo establece como una mercancía.” (TSV III p. 113)
síntesis de la obra total de Marx, proporcionando al mismo tiempo un hilo conductor, esencial para el
estudio de las formas del valor en el sistema capitalista.

5) Capital y la dominación de la ley del valor: Autonomización del capital

En primer lugar hay que señalar que la mercancía como producto del capital presupone un cambio en la
forma de producción. En particular, la mercancía en la producción simple de mercancías era el objetivo
de la producción, el verdadero producto de la producción. Sin embargo, en el capitalismo este ya no es
el caso y la mercancía es sólo aparentemente el producto de la producción. El producto real es la
plusvalía. Pero afirmar esto es negar que el capital realmente domina las condiciones de producción, la
producción misma. Realmente, sería lo mismo que destacar la acción del hombre, del proletariado, que
realmente produjo la plusvalía. Como hemos visto, cuando el capital alcanza la dominación total,
parece como si el capital creara el exceso de valor por sí mismo. Esto es por qué la transformación de
la plusvalía en ganancia, y la tasa de plusvalía en tasa de ganancia, deriva directamente de la
dominación del capital: una está indisolublemente ligado a la otra. Por eso Marx, en los Grundisse
escribe sobre el capital que devenga interés al analizar la transformación de la plusvalía en ganancia.

Debemos ver, así, cómo el capitalismo subsume la ley del valor, para extraer el mayor valor posible del
trabajo, con el fin de resolver la aparente contradicción mencionada en la cita anterior. Para el
problema, debemos recordar, es siempre situado en el nivel del valor.

“Cualesquiera sean las formas que se establecen por primera vez los precios de las diferentes mercancías o fijadas en
relación entre sí, la ley del valor gobierna sus movimientos.” (Capital III p.
277)

“Todos los cambios en los precios de producción de las mercancías se pueden reducir en última instancia a un cambio en
valor.” (ibid. p. 308)

Además, toda la vida del capital – valor en proceso – consiste en superar las revoluciones del valor:

“Dado que aquí nos ocupamos en primer lugar de las formas del movimiento, no hemos considerado revoluciones que
puede sufrir el valor del capital en el proceso de circulación; Sin embargo, es claro que a pesar de todas las revoluciones en
el valor la producción capitalista sólo puede existir y continuar existiendo siempre y cuando el valor del capital es
valorizado, es decir, describe su circuito como valor que se ha convertido en independiente, y por consiguiente, mientras las
revoluciones de valor son de una forma u otra dominadas y equilibradas.” (Capital II p. 185)

La contradicción se despliega así en el desarrollo del valor del capital.

Para que el capital se manifiesta según su ser, debe ser siempre valor en proceso, que tiene un corolario
de que no debe fijarse de ninguna manera, en ninguna de sus determinaciones. Al contrario, debe
asumir y luego abandonar todas las formas sucesivamente para realizar la valorización del valor
adelantado. Esto puede ser expresado en otros términos como valor de cambio que ha alcanzado su
autonomía. Vimos la primera fase de este desarrollo en los Urtext. En los Resultados, Marx afirma que
esta autonomía es una característica del modo de producción capitalista. En el Volumen II de El
Capital, y sobre todo en el Volumen III, también explica cómo el capital se hace autónomo a sí mismo.
Esto implica la dominación del proceso que históricamente lo generó, de hecho es análogo al del oro:

“El movimiento a través del cual este proceso ha sido mediado se desvanece en su propio resultado, sin dejar rastro. Sin
ninguna iniciativa de su parte, las mercancías encuentran su propia configuración de valor lista a mano en los cuerpos de las
mercancías (Warenkörper) que existen fuera, pero también junto a ellas. Esto objetos físicos, oro y plata, inmediatamente
después de su aparición desde las entrañas de la tierra, se convierten en la encarnación directa de todo el trabajo humano. He
aquí la magia del dinero.” (Capital I p. 187)

Pero el capital también tiene un poder mágico, desde que los economistas dicen que es capaz de crear
valor. Observemos en las distintas etapas de la autonomización.

a) Transformación de la plusvalía en ganancia y de la tasa de plusvalía en tasa de ganancia

Lo que es esencial para el capital es valorizar, generar un incremento de valor, y no necesariamente


realizar la totalidad de la plusvalía que exprime del trabajador. De hecho, el capitalista adelanta un
cierto capital k = (c + v), que el llama costo de producción:

“El costo capitalista de la mercancía es medido por el gasto de capital mientras que el costo real de la mercancía es medida
por el gasto de trabajo.” (Capital III p. 118)

Vemos que a estas alturas el capital se plantea a sí mismo como el elemento dominante, ya que no se
toma en cuenta la plusvalía en el costo de producción. En otras palabras, el proceso de valorización
prevalece sobre el proceso de trabajo.

Una vez que k ha entrado en el proceso de producción y circulación, el capitalista quiere obtener una
cantidad k’ que es mayor que k. Es evidente que también le gustaría que k’ fuera lo más grande posible,
pero la competencia tiene el efecto de que esto sólo puede realizarse dentro de ciertos límites. Por
tanto, el capital no es viable hasta que pueda generar un incremento – incluso uno mínimo – de modo
que k’ sea diferente de k; es decir, k debe transformarse en k + Δk, tal que k’ – k = Δk. Δk es la
ganancia. Así encontramos la fórmula que utilizó Marx en los Resultados cuando analizó la
transformación del dinero en capital. Una suma de dinero x sólo es capital si puede ser transformado en
x + Δx.

“La ganancia, tal como la enfrentamos originariamente, es por lo tanto lo mismo que la plusvalía, salvo en una forma
mistificada, aunque nazca necesariamente del modo de producción capitalista. Porque no se puede reconocer distinción
entre capital constante y variable en la formación aparente del precio de costo, el origen del cambio en el valor que ocurre
en el curso del proceso se traslada del capital variable al capital en su conjunto. Porque el precio de la fuerza de trabajo
aparece en un polo en la forma transformada de salarios, la plusvalía aparece en el otro polo en la forma transformada de
ganancia.” (Capital III p. 127)

Lo mismo pasa con la tasa de ganancia:

“La tasa de plusvalía, medida contra el capital variable, conocida como tasa de plusvalía; la tasa de plusvalía, medida contra
el capital total, se conoce como tasa de tasa de ganancia. Estos son dos estándares diferentes para medir la misma cantidad,
y como los resultados son capaces de expresar las diferentes relaciones en las cuales puede encontrarse una misma
cantidad.” (ibid. pp. 133-4)

A partir de ahora:

“El capital aparece como una relación consigo mismo, una relación en la que se distingue como una suma original de valor,
de otro nuevo valor que postula.” (ibid. p. 139)

Del mismo modo, la plusvalía tenía que distinguirse del valor adelantado. Además, el capital que ha
conquistado todas las ramas de la producción – todo se ha convertido en capital – necesita su propio
sistema de medición.31 Por eso nos encontramos con la autonomización que se convertirá en la
transformación de la ganancia en ganancia social media.

b) Transformación de la ganancia en ganancia social media.

El capital social, en su conjunto, da lugar a una determinada ganancia. La tasa de ganancia social media
se da por la relación de esta ganancia total con la totalidad del capital adelantado. El conjunto del
capital social así determina la tasa de ganancia – imponiéndola a todos los capitales individuales.
Además, la masa de ganancia es igual a la masa de plusvalía. Como partes alícuotas del capital social,
todos los capitales tienden a realizar la tasa de ganancia social media y así asegurar una porción de la
masa social de plusvalía expropiada a los trabajadores. Pero ellos sólo pueden hacerlo en la proporción
a la plusvalía que realmente han exprimido del proletariado. Lo qué importa es recuperar una cantidad
de plusvalía mayor que la adelantada: esto sucede a través de la competencia entre diferentes capitales.

A estas alturas del argumento, Marx hace una observación que sitúa de una manera nueva la aparente
contradicción de la cual hablamos respecto a la ley del valor en el capitalismo:

“Hemos demostrado, por tanto, que en las diferentes ramas de la industria prevalecen tasas de ganancias desiguales,
correspondientes a las diferentes composiciones orgánicas de los capitales, y, dentro de los límites indicados,
correspondientes también a sus diferentes tiempos de rotación; de modo que a una tasa dada de plusvalía es sólo para
capitales de la misma composición orgánica, asumiendo tiempos de rotación iguales que la ley sostiene, como una tendencia
general, que las ganancias estén en proporción directa a la cantidad de capital, y que capitales de igual tamaño producen
ganancias iguales en el mismo periodo de tiempo. El argumento anterior es cierto sobre la misma base que todas nuestra
investigación hasta ahora: que las mercancías son vendidas a su valor. Sin embargo, no hay duda de que, en realidad,
ignorando circunstancias accidentales no esenciales que se cancelan entre sí, no hay tal variación en la tasa de ganancia
social media existente entre diferentes ramas de la industria, y no podría existir sin abolir la totalidad del sistema de
producción capitalista. La teoría del valor aparece así incompatible con el movimiento actual, incompatible con los
fenómenos reales de la producción, y podría parecer que debemos abandonar toda esperanza de comprender estos
fenómenos.” (ibid. p. 252)

Habiendo mencionado la aparente contradicción que mencionamos, Marx pasa a mostrar dónde radica
la verdadera dificultad:

“Toda la dificultad surge del hecho de que las mercancías no se intercambian simplemente como mercancías sino como
productos de los capitales, que reclaman participaciones en la masa total de valor según sus tamaños, partes iguales para
igual tamaño. (ibid. p. 275)

Como hemos dicho, la masa de plusvalía es igual a la masa de ganancia. Todos los capitales ganan en
proporción a su tamaño.

Todo el final de este proceso de igualación, toda la plusvalía (y por ende toda la ganancia) se ha
dividido entre los diversos capitales. Para cada capital, el aumento de valor se deriva de una sola fuente
la fuerza de trabajo de los trabajadores. El capital social divide la plusvalía extorcionada por medio de
la competencia:

“La competencia ejecuta las leyes internas del capital; las convierte en leyes obligatorias para el capital individual, pero no
las inventa. Se da cuenta de ellas.” (Grundrisse p. 752)

31 Definir el capital por la ganancia supone, por tanto, que la ganancia ya domina la sociedad. Algo no puede ser definido
por su resultado.
Así, el capital ha subsumido bajo sí mismo la ley del valor – esto ya se indicó en el pasaje de la
dominación real del capital, es decir, cuando el capital dominó absolutamente la fuente misma del valor
– media el valor individual, y su forma mediada es el precio de producción (costo de producción +
ganancia: c + v + ∏ = k’).

“Los cambios en el tiempo de trabajo necesario para la producción de las mercancías y, por tanto, en su valor, ahora aparece
en conexión con el precio de costo, y por consiguiente también con el costo de producción, como una distribución diferente
de los mismo salarios sobre más o menos mercancías, según se produzcan más o menos mercancías en el mismo tiempo de
trabajo para los mismos salarios. Lo que ve el capitalista, y por ende también el economista político, es que la parte del
trabajo pagado que corresponde a cada artículo de mercancía cambia con la productividad del trabajo, y por lo tanto también
el valor de cada artículo individual; el no ve que este es también el caso del trabajo impago contenido en cada artículo, y
menos, como la ganancia promedio es de hecho sólo accidentalmente determinada por el trabajo impago absorbido en su
propia esfera. El hecho de que el valor de las mercancías esté determinado por el trabajo que contienen ahora continúa
filtrándose sólo a través en esta forma cruda y aconceptual.” (Capital III p. 272)

El movimiento que generó el capital (el intercambio entre el trabajo vivo y el muerto, objetivado) es
enmascarado; como la relación entre capital variable y constante, por un lado, y la relación entre capital
variable y la plusvalía por el otro (sólo la plusvalía de un capital con el promedio de la composición
orgánica social es igual a la ganancia). De hecho, es la cantidad c+ v = k, como costo de producción y
capital adelantado, ese es el factor determinante. El movimiento desaparece en el resultado: la magia
del capital.

Hay que recordar sobre este tema las objeciones hechas por los economistas, presentadas por Marx en
la Contribución:

“el precio de mercado de las mercancías cae por debajo o asciende por encima de su valor de cambio con las variaciones de
la relación de demanda y oferta. Por ello, el valor de cambio de las mercancías está determinado por la relación de oferta y
demanda, y no por el tiempo de trabajo contenido en ellas. De hecho, en esta singular conclusión sólo se plantea el
problema de cómo se desarrolla, sobre la base del valor de cambio (nuestra énfasis -NDE), un precio de mercado que difiere
de él o, más exactamente, de cómo la ley del valor de cambio sólo se realiza en su propio contrario.” (Contribución p. 47-8)

¡Invarianza del marxismo! La solución era bien conocida antes de la publicación del Volumen III de El
Capital. Sin embargo, hubo, y todavía hay, imbéciles que sostienen que la explicación dada sobre los
precios de producción es una concesión. Marx no dio marcha atrás teóricamente; no necesitaba hacer
concesiones porque todo estaba incluido en las formas de valor.

Los economistas vulgares que hicieron la objeción anterior mantuvieron en la práctica que la ley del
valor ya no funcionaba bajo el capitalismo; que el valor de las mercancías ya no estaba determinado
por el tiempo de trabajo.

“Por lo tanto, es claro que, aunque los precios de costo de la mayoría de las mercancías deben diferir de sus valores, y por
consiguiente de sus “costos de producción” de la cantidad total de trabajo contenido en ellas, sin embargo esos costos de
producción y esos precios de costo y no sólo determinados por lo valores de las mercancías, confirman la ley del valor en
lugar de contradecirla, pero, además, que sólo sobre la base del valor y su ley, la existencia misma de los costos de
producción, y los precios de costo pueden ser concebidos, y se convierte en un absurdo sin sentido sin esa premisa.”

“Al mismo tiempo, se percibe cómo los economistas que, por u lado observan el fenómeno real de la competencia y, por
otro lado, no comprenden la mediación entre la ley del valor y la ley del precio de costo, recurren a la ficción de que el
capital, no el trabajo, determina el valor de las mercancías, o más bien que no da valor.” (TSV III pp. 82-3)

Los economistas llegan a una conclusión de este tipo porque basan sus argumentos en el fenómeno
aparente y su resultado: la autonomización del capital. Pero esta apariencia sólo significa que el
capitalismo domina la ley del valor. Si el valor realmente ya no existiera, significaría que el capital se
ha liberado totalmente de sus bases, de sus propias condiciones de vida: el intercambio entre el trabajo
vivo y el trabajo objetivado, podría crear productos por él mismo y ya no habría valorización. El
intercambio es enmascarado en el nivel del capital individual, pero reaparece brillante y claro en el
nivel social, incluso si la cantidad de trabajo vivo tiende a disminuir.

La formación de una tasa de ganancia social media es el resultado de la autonomización del capital.
Puede volverse autónomo sólo desarrollando su carácter social, como sucedió con el valor de cambio
durante el periodo de la producción mercantil. Vimos como el valor, a través de la generalización del
intercambio, progresivamente se convierte en el representante de todo trabajo abstracto de la sociedad
(dinero). Asumiendo una función social, se hace independiente de todos los valores de uso que están en
la base de su formación, porque todos los valores de uso son equivalentes al dinero. Pero este
movimiento tenía un límite, ligado a la propia naturaleza de la circulación: el dinero niega su carácter
social siempre que debe intercambiarse por una mercancía particular.

Para el capital, la circulación por medio de la competencia permite la transformación del valor en
precios de producción. Es el medio por el cual el capital logra autonomía con respecto al proceso de
producción inmediato. Puede operar en todas las esferas, y esto provoca la nivelación de las
condiciones de producción en la medida en que, al final, dos capitales del mismo tamaño aunque
tengan diferentes composiciones orgánicas, tienen la misma tasa de ganancia. Esto ocurre únicamente
porque el capital se ha vuelto social, y ya no es simplemente un elemento en la sociedad junto con la
propiedad de la tierra, por ejemplo, la artesanía. El tiempo de trabajo inmediato ya no determina el
valor directamente. En otras palabras, el capital es su propio equivalente general. Cada cuanto de
capital es reflejado en el capital social; el último determina la cantidad de crecimiento del primero.
Todos los capitales individuales son relativos al capital social. Así es cómo la ley del valor aparece en
el sistema capitalista.

El capital domina la ley del valor, y la igualación de las tasas de ganancia se convierte en un
presupuesto de la producción capitalista:

“Por tanto, el capital aparece como capital, como valor presupuesto que se relaciona consigo mismo a través de la
mediación de su propio proceso como postulado, valor producido, y el valor postulado por él se llama ganancia.”
(Grundrisse p. 762)

De modo que el capital ejerce un dominio absoluto sobre la sociedad, y tiende a convertirse en
sociedad: la etapa final del desarrollo de su carácter social. La oposición ya no es entre el capital y los
modos anteriores de producción, sino entre una fracción del capital y el capital mismo, la presuposición
de la producción y el proceso de circulación.

“El capital llega a esta igualación en mayor o menor medida, según cómo avanza el desarrollo capitalista en una sociedad
nacional dada: es decir, cuanto más las condiciones en el país en cuestión son adaptadas al modo capitalista de producción.
Como la producción capitalista avanza, también sus requisitos se hacen más extensivos, y somete a todas las condiciones
previas que enmarcan el proceso de producción en su carácter específico y leyes inmanentes.” (Capital III pp. 297-8)

En otras palabras, el capital se convierte en su propia medida, al igual que el oro era la medida de todos
los valores de las mercancías. Esto, una vez más, expresa su autonomización y su magia. Por eso el
capital es el último modo de producción basado en el valor, pues es la forma en que el valor se
constituye como sociedad. Engels explica esto en el “Prefacio” del Volumen III de El Capital, y Marx
muestra de forma clara en los Grundisse.
“El intercambio de trabajo vivo por trabajo objetivado, es decir, la colocación del trabajo social en la forma de la
contradicción del capital y el trabajo asalariado es el desarrollo último de la relación de valor y de la producción basada en
el valor.” (Grundrisse p. 704)

El propio capital tiende a negar el valor. Para que esto suceda el proletariado debe estar completamente
subsumido, de otra forma la dominación de la ley del valor no tendría sentido.

“De lo dicho hasta ahora, podemos ver que cada capitalista individual, al igual que la totalidad de los capitalistas en cada
esfera particular de la producción, participa en la explotación de la totalidad de la clase obrera por la totalidad del capital, y
al nivel de esta explotación; no sólo en términos de simpatía de clase en general, sino en un sentido económico directo, ya
que, tomando todas las demás circunstancias como dadas, incluido el valor total del capital constante adelantado, el
promedio de la tasa de ganancia depende del nivel de explotación del trabajo en su conjunto por parte del capital global.”
(Capital III pp. 298-9)

Finalmente, en el estudio de la relación entre la tasa de plusvalía y la tasa de ganancia, Marx explica la
relación entre valorización y desvalorización. Entrega una fórmula matemática ∏'/s' = v/k. Aquí v/k es
la relación entre la cantidad de trabajo vivo empleado en el proceso de producción y la masa de valor
objetivado (capital adelantado) que puede poner en movimiento también podría llamarse valorización
del capital: o, más exactamente, la valorización potencial en su forma al inicio del proceso de
producción, antes de que realmente suceda la valorización. Valorización realizada sería s/k, es decir, la
relación de la plusvalía y el capital adelantado (tasa de ganancia). Esto muestra lo que realmente ha
sido arrancado por un capital determinado. Finalmente, si uno analiza la cuestión a nivel social, es claro
que esta valorización se expresará por ∏/k; la ganancia ahora es determinada por el mecanismo de
competencia entre capitales particulares.

“De hecho la razón s/k expresa el grado de valorización de todo el capital adelantado; es decir, visto de acuerdo a la
conexión conceptual interna y la naturaleza real de la plusvalía, muestra como la variación del capital variable está
relacionada en magnitud con el capital total adelantado.” (Capital III pp. 136-7)

Pero, al mismo tiempo, Marx indica la desvalorización de éste último, porque, históricamente, el
capital constante tiende a crecer masivamente en comparación con el capital variable. Entonces v/k
tiende a disminuir. Esto provoca la tendencia que ya hemos mencionado, que consiste en disminuir la
cantidad del valor adelantado, sobre todo en la forma de capital constante: es decir, desvalorización. Si
se fija una gran cantidad de valor en forma de k, evidentemente ∏' disminuye (entonces fijación =
desvalorización). Una fracción de k debe ser liberada (así desvalorizada) para permitir una mayor
valorización.

v
En una forma diferente, la fórmula se convierte: ∏ = s'.
k
Lo que muestra que para tener un incremento en la tasa de ganancia, cuando el capital adelantado
aumenta enormemente, la tasa de plusvalía también debe aumentar considerablemente, es decir, la
explotación del proletariado es siempre creciente. Paralelamente a la desvalorización, hay una
disminución del trabajo pagado incorporado en las mercancías. Este es el otro aspecto de la
desvalorización que vimos en los Resultados. Esta fórmula implica la socialización de la producción en
las formas que analizamos anteriormente y, finalmente, la caída tendencial de la tasa de ganancia, que
estudiaremos ahora.

c) Ley de la caída tendencial de la tasa de ganancias


La dominación del capital es absoluta en la etapa histórica donde se manifiesta esta ley. Vimos cómo
llegó a controlar el capital fijo y controlar las formas simultáneas (como capital circulante en su aspecto
coexistente).

“Por lo tanto, el modo específico de trabajar aquí aparece directamente como una transferencia del trabajador al capital en la
forma de máquina, y su propia capacidad de trabajo desvalorizada por esta transposición. De ahí a lucha de los trabajadores
contra la maquinaria. Lo que era la actividad del trabajador se convierte en la actividad de la máquina.” (Grundrisse p. 704.)

El capital domina el trabajo, el creador del valor de cambio. Todo sucede como si fuera el capital, y no
el trabajo, la causa del aumento del valor.

La ley es formulada así:

“Dado que la masa de trabajo vivo aplicada disminuye continuamente en relación con la masa de trabajo objetivado que
pone en movimiento, es decir, los medios de producción consumidos productivamente, la parte de este trabajo vivo que es
impago y objetivada en la plusvalía también debe estar en una proporción cada vez menor respecto del valor total del capital
aplicado. Pero esta relación entre la masa de plusvalía y el capital total aplicado constituye de hecho la tasa de ganancia, que
por lo tanto, debe caer constantemente.” (Capital III p. 319)

Resume todas las contradicciones del sistema capitalista analizadas anteriormente. Implica otras, que
están ligadas a la lucha contra la caída tendencial, y a los esfuerzos realizados para limitar sus
consecuencias: debemos ver ahora el movimiento de autonomización y expropiación y “descubrir y
presentar las formas concretas que surgen del proceso del movimiento del capital considerado como
una totalidad.” (ibid. p. 117) Básicamente se reduce a analizar las consecuencias de la ley de los precios
de producción, es decir, las consecuencias de la dominación del valor por el capital.

6) Consecuencias de la ley de los precios de producción. Consecuencias de la dominación del valor


por el capital.

a) Expropiación

Por un lado, la expropiación ya no se efectúa a expensas de los trabajadores; por otro lado, ya no opera
sobre los mismos elementos. El trabajador ya no puede estar separado de sus medios de producción. La
expropiación, entonces, tiene lugar a expensas de alguien más – el capitalista.

“De hecho es este divorcio entre las condiciones de trabajo por un lado y los productores por el otro que forma el concepto
de capital, ya que éste surge con la acumulación primitiva (Volumen I, Parte 8), apareciendo posteriormente como un
proceso constante en la acumulación y concentración de capital, antes de que finalmente se exprese aquí como
centralización de capitales ya existentes en unas pocas manos, y la descapitalización de muchas (la expropiación aquí sufre
cambios). Este proceso implicaría el rápido colapso de la producción capitalista, si las tendencias contra-activas no
estuvieran constantemente trabajando junto a esta fuerza centrípeta, en la dirección de la descentralización.” (ibid. pp. 344-
5)

“La expropiación ahora se extiende desde los productores inmediatos hasta los pequeños y medianos capitalistas. La
expropiación es el punto de partida del modo de producción capitalista, cuyo objetivo es llevarlo a cabo hasta su
finalización, e incluso en última instancia a expropiar individuos de los medios de producción – que, con el desarrollo de la
producción social, dejan de ser medios y productos de la producción privada, y sólo pueden seguir siendo medios de
producción en manos de los productores asociados como su propiedad social, tal como son su producto social.” (ibid. p.
571)

La concentración del capital corresponde a la socialización cada vez mayor de la producción. Esto
significa que el capitalismo genera el comunismo tal como el modo de producción feudal generó el
capitalismo. Por tanto crea su propia negación. En consecuencia, sólo puede garantizar su propia
supervivencia destruyendo este antagonismo: he ahí la descentralización, privatización y liberación de
parcelas de capital que son, por así decirlo, separados del capital fijo por el desarrollo del modo de
producción. Esto es nuevamente desvalorización con la intención de plantear una nueva valorización.

b) Autonomización

Capital Interés

En su forma más pura como capital dinerario, capital financiero, el capital presenta la misma doble
naturaleza que la mercancía: valor de uso y valor de cambio:

“Sobre la base de la producción capitalista, el dinero, tomado aquí como la expresión independiente de una suma de valor,
ya sea que exista realmente en dinero o en mercancías, se puede transformar en capital, y a través de esta transformación se
convierte de un valor fijo dado en un valor que se valoriza a sí mismo capaz de incrementarse. Produce ganancia, es decir,
permite al capitalista extraer y apropiarse de un ciert cuanto de trabajo impago, plusproducto y plusvalía. De esta manera el
dinero recibe, además del valor de uso que posee como dinero, un valor de uso adicional, a saber la habilidad de funcionar
como capital. Su valor de uso aquí consiste precisamente en la ganancia que produce cuando se transforma en capital. En
esta capacidad del capital potencial, como medio para la producción de ganancia, se convierte en una mercancía, pero una
mercancía sui generis. O lo que viene a ser lo mismo, el capital como capital se convierte en una mercancía.” (Capital III
pp. 459-60)

Si el capitalista cede esta mercancía a otro que la usa, éste último paga una determinada suma al
primero cuando ha terminado de usarla, un interés por encima de la mercancía misma que tiene de
regreso. Los intereses, por lo tanto, pagan por el uso del capital, representando:

“El valor de uso del dinero prestado en su capacidad de funcionar como capital y tal para producir ganancia media en
condiciones medias.” (ibid. p. 474)

El valor de uso de este capital se muestra en el hecho de que permite el proceso de valorización.
Podemos ver la medida en que el capital se ha vuelto autónomo:

“La determinación antitética de la riqueza material – su antítesis del trabajo como trabajo asalariado es ya expresada en la
propiedad del capital como tal, completamente al margen del proceso de producción. Este momento, luego, separado del
propio proceso de producción capitalista, cuyo constante resultado que es, y como resultado constante es también su
presuposición, se expresa de esta manera: que el dinero, y también las mercancías, son en sí mismos capital potencial
latente, es decir, pueden ser vendidos como capital; de esta forma dan el control del trabajo de otros, dan derecho a la
apropiación del trabajo de otros y, por tanto, son valor que se valoriza a sí mismo. También emerge muy claramente aquí
cómo esta relación es el título, y el medio para la apropiación del trabajo de otros, y no cualquier tipo de trabajo que se
supone que el capitalista ofrece como equivalente.” (ibid. p. 477)

El límite de esta autonomía sólo puede ser la fuerza de trabajo, en el sentido de que el capital nunca
puede suprimir su dependencia de ella. Sin embargo, ya no se trata de la fuerza de trabajo individual
(vimos como, en esta etapa de desarrollo, esto ya no existe) sino con la fuerza de trabajo social, es
decir, el proletariado, unificado por el capitalismo mismo, incluso si superficialmente parece estar
dividido entre partidos de diversos matices, y por sindicatos reformistas que buscan escindirla o
mantener esta escisión como base de su negocio. Esta unidad, constantemente buscada por el
proletariado para destruir la autonomización del capital, debe ser impedida. Aquí de nuevo, el
comunismo es el prisionero del capitalismo. Cuando el capitalismo alcanza su máximo desarrollo, el
comunismo es el enemigo que debe mistificar. Pero volvamos a las características de esta autonomía.
1) La aparente capacidad de crear plusvalía:

“Como el proceso de crecimiento es para los árboles, la generación de dinero (TOKOS) parece innata en el capital en su
forma de capital dinerario.” (ibid. p. 517)

2) El capital como su propia medida:

“Es una relación de cantidades, la relación entre el capital como un valor dado y sí mismo como valor que se valoriza a sí
mismo, como capital que ha producido una plusvalía.” (ibid. p. 515)32

El valor de cambio que ha alcanzado la autonomía es el capital mismo que tiende a la autonomía: y
sólo puede hacerlo liberándose del intercambio con el valor de uso que acompaña a su nacimiento.
Aquí autonomizado el capital se intercambia, o se compra, sólo por su valor de uso, es decir, por su
capacidad para entrar en el proceso de producción inmediato y salir de él valorizado. Podría decirse,
haciendo una analogía con la fuerza de trabajo, que es comprado por su poder de producción.

“Lo que en realidad se vende es su valor de uso, cuya función en este caso es producir valor de cambio, para producir
ganancia, para producir más valor del que él mismo contiene.” (TSV III p. 458)

Y, sin embargo33, sabemos cómo esto es posible, es porque durante el proceso se intercambia trabajo
muerto por trabajo vivo. Así, el capital evidentemente encuentra un límite a su autonomización; no
puede liberarse del proceso de producción inmediato donde se enfrenta a su antagonista, el trabajo
vivo. El capital es así fuerza de producción sólo en la medida en que logre obtener fuerza de trabajo.

Crédito

El capital parece capaz de escapar de este límite (como de los efectos de la caída de la tasa de ganancia)
sólo a través del desarrollo la forma de crédito mediante compartir el capital y el capital ficticio. El
crédito es la creación más importante del sistema capitalista; es debido al crédito que la
autonomización del valor se convierta en una realidad social.

32 Hay algo así como una fusión del capital como valor inicial con el valor del capital valorizado siguiendo el salto
(escamoteando el proceso de producción que media la relación del capital con la ganancia generada durante este
proceso). La relación de la ganancia con el capital se internaliza:
“El valor de £1.000 como capital es = £1.050. En otras palabras, el capital no es una simple (einfache) cantidad.”
(Capital III p. 515)
Ahora el capital existe realmente como capital. Todavía puede haber una manifestación interna de esta capacidad para
adquirir un incremento de capital, un k. Esto sucede cuando el capital es prestado, enajenado a otro capitalista. De ahí el
título que hemos citado: “Veräusserlichung der Mehrwerts und des Kapitalvërhaltnisses uberhaupt in der Form des
zinstragenden Kapitals”, que es el capítulo completo que Rubel (p. cit. p. 1787) da. Hay una alienabilidad
(Veräusserlichung) de la relación del capital y también de la plusvalía, ya que está incluida en la forma mistificada de
ganancia en la relación del capital, y no puede desarrollarse sin externalización. Veräusserlichung también expresa una
idea de externalización en movimiento, en su devenir. Evidentemente, por tanto, la alienabilidad sólo puede realizarse si
algo donde las capacidades humanas – que se pueden objetivar en un producto o en una actividad son exteriorizadas, es
decir, salen de una esfera determinada. La existencia de dos significados complementarios se encuentran nuevamente en
la palabra Veräusserung alienación en el sentido económico que supone una desinversión (Entäusserung) para uno de
los protagonistas del intercambio (al menos momentáneamente ya que no hay contrapartida) y externalización que
implica dejar una “esfera”, por ejemplo: la mercancía que sale de la esfera de la propiedad de un individuo para entrar
en la de otro, o dejar la esfera de una actividad de un individuo, que es la exteriorización de las capacidades. (Nota de
Marzo de 1972)
33 “Y el crédito como relación de producción esencial y desarrollada aparece históricamente sólo en la circulación basada
en el capital o en el trabajo asalariado. (El dinero en sí mismo es una forma de suspender el desnivel de los tiempos
necesarios en diferentes ramas de la producción, en la medida en que esto obstruya el intercambio.) (Grundrisse p.
535)
“Esto también elimina la pregunta inútil de si la producción capitalista en su escala presente sería posible sin crédito
(incluso considerado desde este punto de vista solamente), es decir, con una circulación meramente metálica. Claramente no
sería posible. Se toparía con el límite de la producción de los metales preciosos.” (Capital II p. 420)34

¿Cuál es el rol del crédito en la producción capitalista?

“I. Su formación necesaria para lograr la igualación de la tasa de ganancia o el movimiento de esta igualación, de la que
depende toda la producción capitalista.

II. La reducción de los costos de circulación.

III. Formación de sociedades anónimas-sociedades por acciones.” (Capital III pp. 566-7)

“El crédito ofrece al capitalista individual, o la persona que puede pasar como capitalista, un control absoluto sobre el
capital y la propiedad de otros, dentro de ciertos límites y, a través de esto, control sobre el trabajo de otros. Es la
disposición sobre el capital social, que que el suyo, lo que le da el control sobre el trabajo social. El capital real que alguien
posee, o es tomado en posesión por la opinión pública, ahora se convierte simplemente en la base de una superestructura de
crédito.” (Capital III p. 570)

“Por tanto, el sistema de crédito acelera el desarrollo material de las fuerzas productivas y la creación del mercado mundial,
que es la tarea histórica del modo de producción capitalista para llevar a un cierto nivel de desarrollo, como base material
para una nueva forma de producción.” (ibid. p. 572)

¿Qué es esta formación de capital ficticio?

“La formación de capital ficticio se conoce como capitalización. Cualquier ingreso periódico regular puede capitalizarse
contabilizándolo, sobre la base de la tasa de interés media, como la suma que un capital prestado a esta tasa de interés
rendiría. Por ejemplo, si el ingreso anual en cuestión es £100 y la tasa de interés de 5%, entonces £100 es el interés anual
sobre £2,000, y estos £2,000 se toman como el valor del capital del título de propiedad legal de estas £100. Para la persona
que compra este título de propiedad, las £100 anuales en realidad representan la conversión del capital que ha invertido e
intereses, de esta manera, toda conexión con el proceso real de valorización del capital se pierde, hasta el último rastro,
confirmando la noción de que el capital es automáticamente valorizado por sus propios poderes.” (ibid. p. 597)

Aquí el ciclo llega a su fin:

“Si el capital apareció originariamente en la superficie de la circulación como el fetiche del capital, valor creando valor,
ahora se presenta a sí mismo una vez más en la figura del capital que devenga interés como su forma más extraña y
peculiar.” (ibid. p. 968)

“La incomprensible forma superficial que encontramos y que, por tanto, ha constituido el punto de partida de nuestro
análisis, se encuentra nuevamente como resultado del proceso en el que la forma del capital se aleja cada vez más y se
independiza de su sustancia interna.”

“Comenzamos con el dinero como la forma convertida de la mercancía. A lo que llegamos es al dinero como forma
convertida del capital, así como hemos percibido que la mercancía es la condición previa y el resultado del proceso de
producción del capital.” (TSV III p. 166)

Vimos que Marx explica que el capital es aparentemente un “fluens que postula una fluxio” en los
Resultados que es decir que es una cantidad x que se puede transformar en x + Δx. Marx dejó en claro

34 El capital sólo tiene en cuenta el capital de cambio. Parece, entonces, que aquí hay una contradicción. De hecho es la
misma durante el análisis del origen del capital. Sólo puede ser valor en proceso si cumple con su motor elemental: la
fuerza de trabajo que puede engendrar valor de cambio. Por tanto, éste último es claramente el determinante del
movimiento. En el caso del capital que devenga interés, ocurre lo mismo, en una forma mistificada.
lo qué se esconde bajo esta apariencia y cuáles son las condiciones para la realización de tal
transformación: el proceso de trabajo y el proceso de valorización; y finalmente como el propio
movimiento del capital crea esta apariencia. Lo que está dicho en los Resultados encuentra aquí su
desarrollo final. El fenómeno aparente no es una ilusión, sino que corresponde a la realidad. Era vital
enumerar las condiciones necesarias para la manifestación de esta realidad, por lo que se puede captar
la unidad de la teoría de Marx y su extraordinaria cohesión. Varios desarrollos aparecen como simples
disgresiones, pero esto es sólo porque el autor no tuvo tiempo para terminar su obra, que él mismo
consideraba como un todo:

“En cuanto a mi trabajo, os diré claramente de qué se trata. Todavía quedan tres capítulos que redactar para finalizar la parte
teórica (los tres primeros Volúmenes de El Capital). Luego habrá el cuarto volumen, el volumen histórico-literario, que será
relativamente fácil para mi, cualesquiera sean los defectos que puedan tener, lo bueno es que constituyen un todo artístico, y
esto sólo se puede lograr con mi sistema de no publicarlos hasta que los tenga completados frente a mi.” (Marx to Engels,
31. 7.1865 in MEW B. 31 p. 132)

La vida de un hombre no fue suficiente para presentar toda la obra. Apareció como un producto de la
especie: ya generaciones de marxistas se han dedicado a desarrollarlo en su totalidad.

7) Eternidad del capital. Destrucción de valores para garantizar el valor en proceso, el capital

Una vez alcanzada esta autonomía, el capital aspira a la eternidad, a le imperecebilidad, como se
discutió en los Urtext (página 938). La fórmula trinitaria: ganancia del capital (ganancia del empresario
más interés), renta de la tierra, trabajo asalariado, es simplemente la expresión vulgar de esta
autonomización. La burguesía y sus teóricos se vieron igualmente inducidos a identificar su forma
transitoria de la sociedad con la sociedad en su devenir, teniendo antes sus ojos al capital autonomizado
que se plantea así mismo como absoluto.

“Su carácter social en el proceso de producción capitalista, determinado por una época histórica particular, es un carácter
material innato natural para ellos, y eternamente, por así decirlo, como elementos del proceso de producción.” (Capital III p.
964)

a) Crisis

Una de las tareas de la producción en su conjunto es, por tanto, garantizar esta autonomía:

“Esta es la base de la producción capitalista que el dinero se enfrente a las mercancías como forma autónoma del valor, o
valor de cambio debe obtener una forma autónoma en el dinero, y esto es posible sólo si una mercancía particular se
convierte en el material en cuyo valor se miden todas las demás mercancías, convirtiéndose así en la mercancía universal, la
mercancía par excellence en contraste con todas las otras mercancías. (Esto se mostró tanto en los Urtext como en la
Contribución – NDE) Esto debe manifestarse de dos maneras, particularmente en países capitalistas desarrollados, que
reemplazan el dinero en gran medida ya sea por operaciones de crédito o por dinero de crédito. En tiempos de presión
cuando el crédito se contrae o se agota en conjunto, el dinero se enfrenta repentinamente a las mercancías de forma absoluta
como el único medio de pago y la verdadera existencia del valor. He ahí la desvalorización generalizada de las mercancías y
la dificultad o incluso imposibilidad de transformarlas en dinero, es decir, en su propia forma puramente fantástica. En
segundo lugar, sin embargo, el dinero de crédito es en sí mismo sólo dinero en la medida en que representa dinero real a la
suma de su valor nominal. Con el drenaje del oro, su convertibilidad en dinero se vuelve problemática, es decir, su
identidad con el oro real. Por lo tanto, podemos forzar medidas, aumentando la tasa de interés, etc. con el fin de garantizar
las condiciones de convertibilidad. Esto puede estar más o menos atestiguado por una legislación erróneo basada en teorías
incorrectas del dinero y aplicadas a la nación en interés de los traficantes de dinero como Overstone y compañía. Pero la
base para ello es provista por la base del modo de producción mismo. Una desvalorización del dinero de crédito (por no
hablar de una pérdida completa de su carácter monetario (Entgeldung), que en cualquier caso es puramente imaginario)
destruiría todas las relaciones existentes. De este modo, se sacrifica el valor de las mercancías para garantizar la fantástica y
autónoma existencia del valor en el dinero. En cualquier caso, un valor monetario sólo es garantizado mientras el dinero
mismo esté garantizado. Esta es la razón por la que deben sacrificarse muchos millones de mercancías por unos pocos
millones en dinero. Esto es inevitable en la producción capitalista, y forma una de sus encantos particulares,” (ibid. pp. 648-
9)

Vimos anteriormente que el capital, para asegurar su valorización, tendía a limitar sus propios límites
de desarrollo geográfico, y, que sólo la lucha de clases en una escala internacional la obligó a
desarrollarse en una zona más extensa. El elemento fundamental de esta coacción fue el proletariado,
que apareció como el límite real de la autonomización del valor del capital. Acabamos de ver el aspecto
objetivo de esta crisis; ahora podemos ver el aspecto subjetivo, el de los productores:

“Son simplemente las necesidades del modo de producción capitalista, además, las que conducen a incrementar
absolutamente el número de trabajadores asalariados, a pesar de este descenso relativo. En cuanto a este modo de
producción se refiere, la fuerza de trabajo es superflua en el momento en que ya no es necesario ocuparla de 12 a 15 horas
por día. Un desarrollo de las fuerzas productivas que reduciría el número absoluto de trabajadores, y permite que toda la
nación logre toda su producción en un periodo de tiempo más corto produciría una revolución, ya que pondría a la mayoría
de la población fuera de su actividad35.Aquí tenemos una vez más la barrera característica a la producción capitalista, y
vemos cómo ésta no es en modo alguno una forma absoluta de desarrollo de las fuerzas productivas y de la creación de
riqueza, sino que entra en conflicto con esto en un cierto punto de su desarrollo. Se presenta un aspecto de este conflicto por
las crisis periódicas que surgen cuando uno u otro sector de la población activa se ha hecho superfluo en su antiguo empleo.
La barrera a la producción capitalista es el excedente de tiempo de los trabajadores. El tiempo libre absoluto que gana la
sociedad es irrelevante para la producción capitalista. El desarrollo de la productividad sólo es importante para él en la
medida en que aumenta el tiempo de plustrabajo de la clase trabajadora y no sólo reduce el tiempo de trabajo necesario para
la producción material en general; de esta manera se mueve en contradicción.” (Capital III pp. 372-3)

Hay vanos intentos de suavizar estos límites, pero durante las crisis asumen un carácter insuperable.

“… con el desarrollo del sistema de crédito, la producción capitalista constantemente se esfuerza por superar esta barrera
metálica, que es a la vez barrera material e imaginaria a la riqueza y su movimiento, mientras una y otra vez se rompe la
cabeza.” (ibid. p. 708)

Todo el capital ficticio colapsa durante la crisis. Esto muestra que la producción capitalista no ha
podido eliminar la ley de la caída tendencial de la tasa de ganancia, o lo que es lo mismo, la crisis es
sólo un medio catastrófico para superar esta contradicción. Ha logrado manejar la ley sobre la base en
la cual se desarrolló (la ley del valor), pero no puede convertirse en el amo de la ley que lo gobierna.
Esta es la razón de por qué la caída tendencial de la tasa de ganancia esta aquí:

“en todos los aspectos la ley más importante de la economía política moderna, y la más esencial para comprender las
relaciones más difíciles. Es la ley más importante desde el punto de vista de la historia. Es una ley que, a pesar de su
sencillez, nunca antes había sido comprendida y mucho menos articulado conscientemente.” (Grundrisse p. 748)

b) Guerras

La naturaleza transitoria del modo capitalista de producción, enmascarada por su desarrollo en tiempo
de prosperidad, y que los economistas burgueses intentaron negar, cantando salmos a la eternidad del
capital, se revela por la crisis:

“De ahí que sea evidente que el poder productivo material ya presente, ya elaborado, existente en la
forma de capital fijo, como poder científico, junto con la población, etc., resumiendo en todas las
condiciones de riqueza, que las mayores condiciones para la reproducción de la riqueza, es decir, el
desarrollo abundante del individuo social – que el desarrollo de las fuerzas productivas provocadas por

35 Esto es lo que está sucediendo ya en Estados Unidos, en preparación para la gran sacudida de 1975. Desde 1956 el
número de trabajadores ha caído por debajo del número de los que trabajan en el sector terciario.
el desarrollo histórico del propio capital, cuando alcanza cierto punto, suspende (aufhebt) la
autovalorización del capital, en lugar de posicionarlo más allá de cierto punto, el desarrollo de los
poderes de producción se convierten en una barrera para el capital; he ahí la relación del capital una
barrera para el desarrollo de las fuerzas de trabajo productivas. Cuando ha alcanzado este punto, el
capital, es decir, el trabajo asalariado, entra en la misma relación hacia el desarrollo de la riqueza social
y de las fuerzas productivas como sistema gremial, servidumbre, esclavitud, y es necesariamente
despojado como un grillete. La última forma de servidumbre asumida por la actividad humana, el del
trabajo asalariado por un lado, el capital por el otro, es así desechado como una piel; y este
desprendimiento (Abhäutung) en sí mismo es el resultado del modo de producción correspondiente al
capital; las condiciones materiales y mentales del trabajo asalariado y del capital, ellos mismos ya
negaron las formas tempranas de producción social no libres, son ellos mismos resultado de su proceso
de producción. La creciente incompatibilidad el desarrollo productivo de la sociedad y sus relaciones
de producción existentes hasta ahora se expresa a sí mismo en contradicciones amargas, crisis,
espasmos. La destrucción violenta del capital no por relaciones externas a él, sino más bien como una
condición de su autoconservación (como se explicó anteriormente -NDE) es la forma más llamativa en
la que se le aconseja que se vaya y deje espacio para un estado superior de producción social. No es
sólo el crecimiento del poder científico, sino la medida en el que ya se plantea como capital fijo, el
alcance y amplitud en que se realiza y ha conquistado la totalidad de la producción. Es, asímismo, el
desarrollo de la población etc., en definitiva, de todos los momentos de la producción; en que la el
poder productivo del trabajo como la aplicación de la maquinaria, se relaciona con la población; cuyo
crecimiento en sí y para sí es ya la presuposición como también el resultado del crecimiento de los
valores de uso a reproducir y de ahí también para ser consumidos36.

“Dado que esta disminución de la ganancia significa lo mismo que la disminución del trabajo inmediato en relación con el
tamaño del trabajo objetivo que reproduce y postula nuevamente, el capital intentará todos los medios para comprobar la
pequeñez de la relación entre el trabajo vivo y el tamaño del capital en general, por lo tanto, también de la plusvalía, si se
expresa como ganancia37, relativo al capital presupuesto, reduciendo la asignación hecha al trabajo necesario y ampliando
aún más la cantidad de trabajo excedente con respecto a todo el trabajo empleado. De ahí el más alto desarrollo del poder
productivo junto con la mayor expansión de la riqueza existente coincidirá con la depreciación del capital, la degradación
del trabajador y el agotamiento más angustioso de sus poderes vitales. Estas contradicciones conducen a explosiones,
cataclismos, crisis, en la que la suspensión momentánea del trabajo y la aniquilación de una gran porción del capital (una
descripción de las guerras de 1914-1918 y 1939-1945, y la crisis de 1929 -NDE) este último es reducido violentamente
hasta el punto en que puede continuar. Por supuesto, estas contradicciones conducen a explosiones, crisis, en que la
suspensión momentánea de todo trabajo y la aniquilación de una gran porción del capital violentamente regresa a un punto
en el que está habilitado para continuar completamente empleando sus poderes productivos sin suicidarse. (Esta frase fue
escrita por Marx en alemán, el anterior en inglés, de ahí la repetición- NDE). Sin embargo, regulares recurrentes catástrofes
conducen a su repetición en ua escala superior, y finalmente a su violento derrocamiento (1975 – NDE). Hay momentos en
el desarrollo del movimiento del capital que retrasan este movimiento que no sea por crisis; como por ejemplo la constante
desvalorización de una porción del capital existente; la transformación de una gran parte del capital en capital fijo que no
sirve como agente directo de producción; desperdicio inproductivo de una gran parte del capital, etc.” (Grundrisse pp. 749-
50)

Entonces aquí está la contradicción más clamorosa del modo de producción capitalista: no puede haber
valorización excepto a través de la destrucción y desperdicio del valor existente. Ya hemos notado esta
característica del capitalismo38, mostrando que mientras originariamente disminuye el desperdicio

36 Cabe recordar que los Grundisse no es una obra terminada, sino un borrador con las diferentes ideas expresadas a
menudo simplemente yuxtapuestas y no rigurosamente coordinados. En estas dos frases, Marx especifica y agrega lo
que a falta en la oración anterior donde señala la importancia del poder científico y de la población (cf. el comienzo de
la cita). Tampoco hay que olvidar que todo esto aparece concomitantemente con la caída tendencial de la tasa de
ganancia. (Nota de Mayo de 1972)
37 Esto confirma lo que dijimos antes sobre la relación v/k: la valorización del capital.
social, más tarde, cuando alcanza su fase senil, lo eleva a un nivel nunca antes alcanzado. Además este
desperdicio indica la necesidad del comunismo, su existencia real ya presente dentro de la sociedad.

Marx explica esto de manera más concisa en Volumen III de El Capital, capítulo 15 “Desarrollo de la
Ley de las Contradicciones Internas”:

“Para expresar esta contradicción en los términos más generales, consiste en el hecho de que el modo de producción
capitalista tiende hacia un desarrollo absoluto de las fuerzas productivas independientemente del valor y la plusvalía que
contenga, e incluso con independencia de las relaciones sociales dentro de las cuales tiene lugar la producción capitalista;
mientras que por otro lado su propósito es mantener el valor del capital existente y valorizarlo en la mayor medida posible
(es decir, un aumento cada vez más acelerado de este valor). En su carácter específico se dirige hacia utilizar el valor del
capital existente como medio para la mayor valorización posible de este valor. Los dos métodos a través de los cuales
alcanza este fin implican una disminución en la tasa de ganancia, la desvalorización, la desvalorización del capital existente
y el desarrollo de las fuerzas productivas del trabajo en el costo de las fuerzas productivas ya producidas.” (ibid. Pp- 357-8)

Marx expresa esto en los mismo términos que los Urtext y en los Resultados; el punto central es
claramente las contradicciones implícitas en la valorización del capital, valor en proceso. Aquí
indicaremos sólo las consecuencias del movimiento de autonomización del valor cuya etapa final es el
capital. La contradicción entre valorización y desvalorización requeriría un estudio profundo, aquí
podemos entregar los principales esbozos que son indispensables para nuestro argumento. Los datos se
pueden rastrear en todas la obras, pero es en los Grundisse donde mejor se estudió. Sin embargo,
algunos pasajes de El Capital aclaran el punto final alcanzado por el desarrollo del valor.

“La verdadera barrera a la producción capitalista es el capital mismo. Es que el capital y su autovalorización aparecen como
el punto de partida y final, como el motivo y el propósito de la producción; la producción es producción sólo para el capital
y no al revés, es decir, los medios de producción no son simplemente medios para un patrón de vida en constante expansión
para la sociedad de productores. Las barreras dentro de las cuales la mantención y valorización del valor del capital
necesariamente para moverse – y esto a la vez depende del despojo y empobrecimiento de la gran masa de productores – por
lo tanto entran en constante contradicción con los métodos de producción que el capital debe aplicar a su propósito y que
marca su rumbo hacia una expansión sin límites de la producción, a la producción como sin en sí misma, a un desarrollo sin
restricciones de los poderes productivos sociales del trabajo. Los medios sin restricciones del desarrollo de la fuerzas de
producción social – entran en conflicto persistente con el fin restringido, la valorización del capital existente.” (Capital III
pp. 358-9)

Este es el aspecto objetivo del fenómeno autonomizados – el capital. Pero, como vimos, su valorización
sólo puede suceder si hay intercambio entre trabajo vivo y trabajo muerto. Por lo tanto, podemos
analizar el mismo fenómeno, pero desde el punto de visto subjetivo, el punto de vista que permite la
valorización – el proletariado.

“El valor de una mercancía está determinado por el tiempo de trabajo total contenido en ella, tanto pasado como vivo. El
aumento en la productividad del trabajo consiste precisamente en el hecho de que la proporción del trabajo vivo es reducido
y de que la proporción del trabajo pasado aumenta, pero de tal manera que la suma total del trabajo contenido en la
mercancía declina; en otras palabras, el trabajo vivo disminuye más que lo que el trabajo pasado aumenta. El trabajo pasado
encarnado en el valor de una mercancía – la porción de capital constante de capital – consiste en parte en el desgaste del
capital fijo y en parte del capital constante circulante que se destina completamente a la mercancía: materiales crudos y
auxiliares.” (ibid. p. 369)

38 Cf. il programma comunista no. 13, 1960, Bordiga analiza especialmente las relaciones entre los desperdicios y el
proceso e circulación: en los números 1 y 2 de 1962, la cuestión se analiza de manera global buscando “establecer todos
los componentes del derroche capitalista y la destrucción de las fuerzas productivas saludables, planteando nuestro
programa como el polo opuesto al insano que asigna al proletariado la tarea de competir con sus enemigos por la
gestión lunática de la multiplicación de las masas de productos para falsas necesidades, que son execrables e
inhumanos, un sistema que tiene el único objetivo de aumentar la producción de plusvalía, que es esclavitud y
alienación del hombre mismo, que vivirá como capital, mercado y dinero.” Bordiga
Por eso podemos decir que el verdadero límite del capital es el proletariado. El capital busca liberarse
del proletariado, subsumiéndolo bajo su poder, desarrollando inconmensurablemente la productividad
del trabajo, que significa el aumento del poder del trabajo muerto pasado, lo que resulta en la caída
vertiginosa en la cantidad de trabajo vivo incorporado en el proceso de producción. Pero cuanto más
capital crece a gran escala de producción, y así trata de cortar los lazos con su antagonista, cuanto más
se prepara para el momento de violencia cuando se confirme su vínculo directo, la dependencia del
trabajo. Esta es la crisis mencionada en la cita anterior sobre los Grundisse aquí hay un reajuste de la
economía. Acciones y oro, signos de propiedad del trabajo de otros 39, se conviertan en garantías para
las nuevas apropiaciones de trabajo impago, porque el capital no puede emanciparse del trabajo
asalariado, que era una de las condiciones esenciales para su nacimiento. Pero significaría una negación
del capital si, en un momento determinado, el proletariado pudiera adquirir en el mercado de los
medios de subsistencia necesarios para la vida sin necesidad de mediación del dinero. El capital no
puede liberarse de esta base restringida, es decir, la propiedad privada, que es la apropiación del
trabajo, más exactamente, del trabajo impago de otros. La ley de la caída tendencial de la tasa de
ganancia expresa tendencia del capital a superara sus propios límites y, por tanto, conseguir plena
autonomía, pero, al mismo tiempo, sus límites históricos lo convierten en un modo transitorio de
producción. Ha logrado manejar la ley del valor, pero no puede destruirla.

8) Eternidad del capital y la autonomización de las formas derivadas del valorice

Así hemos llegado al final del ciclo histórico de la autonomización del valor de cambio. La primera
etapa fue el dinero (el movimiento se efectuó frente al valor de uso); el segundo fue el capital, donde el
movimiento se efectuó a expensas del valor de cambio; el tercero es la autonomía del capital mismo
(valor se transforma en precio de producción); de éste se pasa a la cuarta etapa en la que los productos
del capital, las diversas formas de plusvalía, aparecen como ganancia autónoma, interés, renta. El
capital ahora no hace nada más que presuponer estos elementos, lo que demuestra claramente que ha
alcanzado el dominio sobre la sociedad. La sociedad se ha convertido en capital. Esta transformación se
acompaña por la siguiente inversión fundamental: el trabajo asalariado (compra y venta de la fuerza de
trabajo) ya no aparece como condición previa sino, también como resultado. Así el valor del capital es
expresado por la suma de los diferentes productos salarios + ganancia + renta. Esta es la fórmula
trinitaria del capital. Ya hemos mostrado que esto es falso, por su carácter demagógico y antiproletario.
El capital es valor en proceso, pero la fórmula anterior lo convierte en una suma de valores. Si uno no
tiene claro el crecimiento de k en k + Δk, el valor en proceso no se puede entender. Pero tiene el
aspecto útil – útil para el capitalista para enmascarar las contradicciones en el proceso de producción.

Los economistas sólo les interesa interpretar:

“la afirmación de su autonomía entre si por las diversas relaciones de producción que están ligadas a los diferentes
elementos materiales del proceso de producción.” (ibid. p. 968)

El trabajo al nivel de las apariencias porque:

“La forma determinada en la que los componentes del valor se enfrentan unos a otros es presupuesta porque se reproduce
constantemente porque constantemente se presupone.” (ibid. p. 1012)

39 En la medida en que hemos considerado hasta ahora la forma específica de acumulación de capital dinero, y la riqueza
dineraria en general, esto se reduce a la acumulación de derechos de propiedad del trabajo.” (Capital III p. 607)
Ya no se trata de formas de valor, sino de formas de plusvalía. La necesidad de paz social hace que los
salarios ser asimilados con la ganancia y la renta, que se presentan como ingresos. La fórmula del valor
= salarios + ganancia + renta es un medio útil para explicar un hecho dado, algo que ya ha sido
producido, es decir, el valor agregado por la fuerza de trabajo durante el proceso de producción. Es solo
esto lo que le interesa a la burguesía y a sus acólitos, los economistas. A continuación, ¿cómo se
dividirá este valor? ¿Quien tiene el derecho de apropiarse del valor añadido A = v + s? Simplemente
mostrando que esto se resuelve automáticamente – los salarios van hacia los trabajadores, las ganancias
a los capitalistas, la renta a los terratenientes – enmascarando así la relación fundamental proletariado-
capital. Además, se niegan a ver que es así porque el capital es igual a la totalidad de los medios de
producción (capital fijo) que la división se hace mientras se tiende constantemente a reducir los salarios
en relación a la plusvalía. Los economistas esconden la siguiente realidad: el capital se ha apropiado de
los medios de producción y debe perpetuarse como capital, por lo tanto, valorizar al máximo (o al
menos conservar su valor). Si el valor desapareciera, también desaparecería el capital. Los elementos
materiales necesarios del proceso de producción (c) deben por tanto utilizarse y conservarvarse su
valor. Es este valor el que – a través del intercambio con el trabajo vivo (capital variable) – posibilitó la
aparición de A, valor agregado. Aquí c vuelve automáticamente al capital. Este fenómeno, que no da
lugar a ninguna división, hizo que los economistas cometieran errores:

“La relación básica de capital constante y variable no se comprende, por lo que tampoco la naturaleza de la plusvalía y con
ella toda la base del modo de producción capitalista. El valor de cada producto parcial del capital, cada mercancía
individual, incluye una porción de valor de capital constante, una porción de valor = capital variable (que se transforma en
salarios para el trabajador) y una porción de valor = plusvalía (luego separada en renta y ganancia). Entonces, ¿cómo es
posible que el trabajador con su salario, el capitalista con su ganancia y el terrateniente con su renta, para comprar
mercancías que contengan no sólo uno de estos componentes, sino los tres, y cómo es posible que la suma de valor de los
salarios, la ganancia y la renta, es decir, las tres fuentes de ingresos tomadas en conjunto, que son para comprar mercancías
que son para entrar en el consumo total de los recipientes de estos ingresos, contienen un componente de valor adicional por
encima de estos tres, es decir, capital constante? ¿Cómo se puede comprar un valor de 4 con un valor de tres?”. (ibid. p.
982)

Básicamente, para los economistas c (capital fijo o constante) no tiene importancia desde este punto de
vista. Entonces, los capitalistas pueden usarlo como mejor les parezca. Tratan el capital fijo – el valor
socializado, como tratan a la tierra, lo explotan sin la menor consideración para las generaciones
futuras. Los economistas están interesados en esta forma social par excellence solo en la medida en que
puedan influir en la creación de valor añadido y, por encima de todo, sobre la plusvalía en su forma
mistificada de ganancia.

Para el proletariado, por el contrario, el estudio de la relación entre capital fijo (o constante) y el valor
agregado es absolutamente necesario. Porque al comprender el movimiento efectuado entre estos dos
elementos uno puede arrojar luz sobre la vida de este ser impersonal, el capital, y así revelar quién es
realmente el dictador, es decir, quién decide la división. Del mismo modo, el análisis finalmente vuelve
a centrar el fenómeno en torno al trabajo (desmitificación).

Sin embargo, los economistas vuelven a poner c en juego para justificar la ganancia, mirando las cosas
de la siguiente manera: el capitalista adelanta un valor determinado (salarios, medios de producción,
etc.); es normal que recupere el valor, más el incremento que aparece en el transcurso del ciclo
productivo, el famoso valor agregado por el trabajo. Es una de sus contradicciones teóricas inherentes a
su justificación de la producción capitalista. Marx refutó categóricamente esta teoría en los Resultados,
una teoría que ahora vuelve a estar de moda junto con el corolario de una política de ingresos.
La fórmula trinitaria provee otra prueba de que los actuales defensores del capital permanecen fieles al
método de la economía vulgar en su análisis superficial de la circulación. Además, gracias a esta
fórmula, tratan de demostrar que la producción capitalista es producción para el hombre, el problema
entonces debería simplemente reducirse a encontrar una correcta división del valor agregado por el
trabajo entre todos “operativos”, es decir, una restitución de salarios, ganancia y renta a cada
participante. De ahí la necesidad:

a) Presentar los salarios como ingresos

b) Excluir la fracción constante del valor

Pero, como hemos visto, esto parece ser real, porque c no está dividido, es propiedad del capital. En
otras palabras, c no es un ingreso, es capital en todo momento, y esto marca el punto en el que el capital
se posiciona como una fuerza autónoma. Entonces, no puede existir para los hombres. Por esta razón,
para enmascarar la apropiación privada, los economistas incluso llegan a hacer desaparecer este
componente fundamental del valor.

Entonces, al hacer desaparecer el verdadero sujeto que controla, determina, presupone la división, es
posible probar que la producción capitalista es para los hombres. Actualmente esto se ha realizado
completamente. El fascismo se ha generalizado en todas las naciones donde las relaciones capitalista de
producción se han desarrollado. El Estado del capital es presentado como garante de la división
equitativa entre todos. Ya no se hacen demandas en nombre de una política ideal, sino de una social. Ya
no se plantea la cuestión del poder, sino en su lugar una cuestión de estructuras – estas estructuras
deben reformarse para permitir que todos puedan beneficiarse del crecimiento económico. ESTA ES
LA SOCIAL DEMOCRACIA, QUE ES LA RESOLUCIÓN ADECUADA DEL FASCISMO. Estas
afirmaciones no pueden ser desarrolladas en detalle en este nivel del análisis. Por ahora es suficiente
señalar que las diversas que las diversas justificaciones de la sociedad capitalista que fueron refutadas
arriba derivan de la autonomización y reificación de las relaciones sociales. Pero:

“Son las crisis las que ponen fin a esta aparente autonomía de los distintos elementos en los que el proceso de producción se
disuelve continuamente y que reproduce continuamente.” (TSV III p. 518)

Nota sobre la dominación formal y la dominación del del capital

En la nota sobre el proceso de producción inmediato del capital, notamos que, contrariamente a los
expresado en 1966, Marx habla de dominación formal del capital y subsunción formal del trabajo bajo
el capital, como también de dominación y subsunción real, ya en el Volumen I de El Capital, Parte 3,
Capítulo 10 “La Jornada Laboral”. Pero es sólo en la Parte 5, Capítulo 16, Plusvalía Absoluta y
Relativa” que Marx define los dos momentos. (El pasaje no aparece íntegramente en la traducción
francesa de Roy de El Capital).

“La prolongación de la jornada laboral más allá del punto en que el trabajador produjo un equivalente exacto del valor de su
fuerza de trabajo, y la apropiación de ese plustrabajo por el capital – este el proceso que constituye la base general del
sistema capitalista y el punto de partida para la producción de la plusvalía relativa. Esto último presupone que la jornada
laboral ya es dividida en dos partes, trabajo necesario y plustrabajo. Para prolongar el plustrabajo, el trabajo necesario se
acorta mediante métodos para producir el equivalente del salario en un tiempo más corto. La producción de plusvalía
absoluta depende exclusivamente de la duración de la jornada laboral, mientras que la producción de la plusvalía relativa
revoluciona el proceso técnico del trabajo y las agrupaciones en que la sociedad está dividida.”
“Por tanto40, requiere un modo de producción específicamente capitalista, un modo de producción que, junto con sus
métodos, medios y condiciones, surge y se desarrolla espontáneamente sobre la base de la subsunción formal del trabajo
bajo el capital. Esta subsunción formal luego es reemplazado por la subsunción real.”

“Bastará con referirnos simplemente a determinadas formas híbridas 41, en las que, aunque el plustrabajo no es arrancado por
la coacción directa del productor, el trabajo no ha de volverse subordinado formalmente al capital. En estas formas, el
capital no ha adquirido aún un control sobre el proceso laboral. Junto a los productores independientes, que continúan con
sus artesanías o agricultura en la forma heredada tradicional, allí pasa el comerciante con su capital usurario o capital
comercial, que se alimenta de ellos como un parásito. El predominio de esta forma de explotación en una sociedad excluye
el modo capitalista de producción, aunque puede constituir la transición al capitalismo, como en la última Edad Media, por
último, como en el caso de la moderna “industria doméstica”, aquí se reproducen ciertas formas híbridas y allí contra el
contexto de la industria a gran escala, aunque su fisionomía haya cambiado totalmente.”

“Una subsunción meramente formal del trabajo bajo el capital es suficiente para la producción de plusvalía. Basta, por
ejemplo, que los artesanos que antes trabajaban por cuenta propia, o como aprendices de un maestro, deben convertirse en
trabajadores asalariados bajo la dirección directa de un capitalista. Pero hemos visto cómo los métodos de producción de
plusvalía relativa son, al mismo tiempo, métodos de producción de plusvalía absoluta. De hecho, la prolongación sin
restricciones de la jornada laboral resultó ser un producto muy característico de la gran industria. El modo de producción
específicamente capitalista deja de ser en general un mero medio de producir plusvalía relativa tan pronto como haya
conquistado toda una rama de producción; esta tendencia es todavía más poderosa cuando ha conquistado todas las ramas
importantes de producción. Entonces se convierte en la forma universal socialmente predominante del proceso de
producción. Sólo continua como un método especial de producir plusvalía relativa en dos aspectos, primero en la medida en
que se apodera de industrias que antes sólo estaban subordinadas formalmente al capital, es decir, en la medida en que
continúe haciendo proselitismo, y, segundo, en la medida en que ya se ha apoderado de las industrias siguen siendo
revolucionadas por los cambios en los métodos de producción.”

“Desde un punto de vista, la distinción entre plusvalía absoluta y plusvalía relativa parece ilusoria. La plusvalía relativa es
absoluta, porque requiere la prolongación absoluta de la jornada laboral más allá del tiempo de trabajo necesario para la
existencia del propio trabajador. La plusvalía absoluta es relativa, porque requiere un desarrollo de la productividad del
trabajo que permitirá que el tiempo de trabajo necesario se restrinja a una porción de la jornada laboral. Pero, si tenemos en
cuenta, el movimiento de la plusvalía, esta apariencia de identidad desaparece. Una vez que el modo de producción
capitalista se convierte en el modo de producción establecido y universal, la diferencia entre plusvalía absoluta y relativa se
hace sentir siempre que se trate de elevar la tasa de plusvalía. Asumiendo que la fuerza de trabajo se paga por su valor, nos
enfrentamos a esta alternativa: por u lado, si la productividad del trabajo y su grado normal de intensidad está dado; la tasa
de plusvalía sólo puede aumentarse prolongando la jornada laboral en términos absolutos; por el otro lado, si la duración de
la jornada laboral está dada, la tasa de plusvalía sólo puede aumentarse por un cambio en las magnitudes relativas de los
componentes de la jornada laboral, es decir, trabajo necesario y plustrabajo, y si los salarios no caen por debajo del valor de
la fuerza de trabajo, este cambio presupone un cambio en la productividad o en la intensidad del trabajo.” (Capital I pp.
645-6)

El establecimiento de esta periodización está indisolublemente ligado al estudio del proceso de


producción inmediato. Sólo existe una dominación real del capital cuando el proceso de trabajo se ha
convertido en el proceso de trabajo del capital, donde el hombre ya no es un elemento determinante, y
esto sólo puede ocurrir después de un derrocamiento completo de la relación entre el hombre y la
naturaleza, hombre y herramienta, hombre e instrumento de trabajo, etc.; he ahí la inversión
(Verkehrung) de la que hablamos en la nota del capítulo anterior.

Después de este capítulo, Marx se ocupa del trabajo asalariado – el otro polo del capital. Sólo con el
trabajo asalariado existe el capital, y sólo separándose de sus instrumentos de trabajo pueden los
hombres convertirse en proletarios. El trabajo asalariado es la forma que media la reconstitución de la
unidad de los medios de producción y el hombre, sin cuya producción es imposible. El trabajo
asalariado es también el medio utilizado por el capital para domesticar al hombre, como se muestra en

40 Aquí es donde comienza la sección que falta en la traducción de Roy. El primer párrafo se ha incluido para permitir una
mejor comprensión del resto.
41 Cf. sobre este tema TSV I p. 389 ff. “Productividad del capital, trabajo productivo e improductivo”.
el Volumen I de El Capital, Parte 7 “El Proceso de Acumulación del Capital”. Esto se muestra
claramente en las páginas 768, 776, 785, 789 y 896, mientras que en la página 900 encontramos la
reaparición del concepto de subsunción formal:

“La clase de los trabajadores asalariado, que surgió en la segunda mitad del siglo XIV, se formó entonces en el siglo
siguiente sólo una parte muy pequeña de la población, bien protegida en su posición de campesinos propietarios
independientes en el campo y de la organización de gremios en las ciudades, Maestros y artesanos tampoco estaban
separados por una gran distancia social en la campo o en la ciudad. La subordinación del trabajo al capital era solo formal,
es decir, el modo de producción en sí no tenía un carácter específicamente capitalista. El elemento variable en el capital
preponderaba mucho sobre el elemento constante. La demanda de trabajo asalariado por lo tanto creció rápidamente con
cada acumulación de capital, mientras que la oferta sólo siguió lentamente detrás. Gran parte del producto nacional que
luego se transformó en un fondo para la acumulación de capital todavía entraba en ese momento en el campo de consumo de
los trabajadores.” (Capital I p. 900)

Este párrafo sigue inmediatamente después del que citamos en las “Observaciones” de 1970, en el que
Marx presenta el resultado del triunfo del capital – la domesticación de la clase trabajadora (cf. la
sección final de este libro). De ahí la importancia de un conocimiento preciso de estos modos de
dominación del capital para el estudio del desarrollo de las clases y sus luchas, especialmente en lo que
respecta a la clase trabajadora. Esto confirma simultáneamente nuestra afirmación de que la
periodización según estos dos modos de dominación sustenta la totalidad del capital.

Marx también muestra en esta sección cómo el Estado facilitó la subsunción del trabajo bajo el capital,
incluso aunque era el Estado de una sociedad fundada en otro modo de producción. Así que al final del
Volumen I de El Capital notamos que el trabajador está dominado por el proceso de trabajo que se ha
convertido en el proceso (tecnológico, científico) del capital. En los Volúmenes II y III, muestra cómo
el capital no puede contentarse con dominar en el corazón del proceso de producción, sino que tiene
que convertirse en el maestro del antiguo proceso de circulación y hacerlo suyo (por ejemplo, la
creación del crédito); mientras que a su vez impone un cambio en los medios de transporte. El uso de la
ciencia requiere una reorientación de la educación, incluso si esto ocurre tardíamente. El capital ya no
puede contentarse con el Estado como colaborador, tiene que convertirse en un Estado capitalista, una
empresa capitalista. Esto significa que el capital debe derrocar todos los presupuestos sociales y
capitalizarlos todos. Esto es lo que dijimos en las páginas anteriores, enfatizando la dominación real del
capital. Sin embargo, omitimos especificar que, al hacerlo, ampliamos la gama de conceptos de Marx
desde la fábrica a toda la sociedad, basándonos en este asunto en el conjunto de su obra.

Esta necesidad implícita de ampliar el rango de validez de los conceptos de dominación formal y real
es resentido por otros, como Dagenville. Esto puede verse en la oración citada en la nota del capítulo
anterior, así como en esta que viene un poco antes:

“Es decir, que las estructuras ideológicas o políticas no son un simple reflejo de la economía, sino su compleja prolongación
en las esferas de las actividades (política, militar, administración, religión, educación, poder judicial), que sirven para
mantener y perpetuar la dominación burguesa en todos los campos. Es en este sentido, que la violencia o el Estado es un
agente económico (Engels).” (Dangeville op. cit. p. 56)

Aquí se omite todo el movimiento de acceso del capital a la dominación real de la sociedad porque el
capital utiliza el Estado y la “sociedad política” tal como existen sobre la base de la dominación formal
cuando el proceso de producción inmediato aún no ha sido suplantado y está enmascarado en el
proceso de circulación. Así de ninguna manera puede haber un “reflejo de la economía”. Es el capital el
que organiza toda la actividad humana en la etapa final. Entonces es tan absurdo hablar de
“prolongación compleja” como de “reflejo de la economía”, el Estado ya no es un simple agente
económico. Este salto es totalmente coherente con el resto del análisis de Dagenville de los Resultados
“La dominación formal implica (presupone mejor, ya que entonces sólo puede ocurrir después) la ruptura de la unidad entre
productores y medios de producción, es decir, la expropiación, de artesanos y pequeños propietarios. Esta unidad será
restablecida por el capital en su proceso de producción real, en sus condiciones y en sus beneficios.” (ibid. p. 58)

¿Cuál es el proceso real? ¿Implica, presupone, la existencia de un proceso formal? ¿Al igual que la
subsunción real presupone la subsunción formal? Marx, como vimos, opuso el proceso total de
producción al proceso de producción inmediato, el primero siendo la unidad del segundo con el proceso
de circulación. Pero demostró que incluso en el proceso de producción inmediato, por ejemplo, en una
cooperación, hay una reformación en la unidad, lo que significa que se reforma mediante la dominación
formal. Si las cosas hubieran sido de otra manera, ¿cómo podría haberse desarrollado el capital?

En conclusión, podemos señalar que nosotros, como otros, traducimos Unterordnung como
subordinación y Subsumtion como subsunción. Subsumtion significa algo más que sumisión.
Subsumieren significa realmente “incluir en algo”, “subordinar”, “implicar”, por lo que parece que
Marx quiso indicar que el capital hace su propia sustancia fuera del trabajo, que el capital incorpora el
trabajo dentro de sí mismo y lo convierte en capital. Esto es completamente coherente con lo que
dijimos sobre el paso del proceso de trabajo al proceso de trabajo del capital es decir, que el capital
adquiere forma corporal, se encarna. Sólo puede hacer esto apropiándose de la fuerza de trabajo para sí
mismo, y aquí, como en alemán, “apropiarse de sí mismo” (sich aneignen) debe tomarse literalmente,
en su sentido más fuerte. En el periodo de la dominación formal, el capital no logra subyugar, y por lo
tanto incorporar, la fuerza de trabajo, que queda fuera de ella, se rebela contra ella hasta el punto de
poner en peligro el desarrollo del proceso, ya que el capital depende completamente de ella. Pero la
introducción de maquinaria transforma todo. El capital se vuelve dueño de toda la actividad que el
proletario realiza en la fábrica. El capital incorpora el cerebro humano, se lo apropia, con el desarrollo
de la cibernética; con la informática crea su propio lenguaje, en el que el ser humano debe modelarse,
etc. Ya no son sólo los proletarios - quienes producen plusvalía – los que están subsumidos bajo el
capital, sino todos los hombres, el devorador de la parte de quien es proletarizado. Es la dominación
real del capital sobre la sociedad, una dominación en que todos los hombres se convierten en esclavos
del capital (= esclavitud generalizada y por tanto convergencia con el modo de producción Asiático).

Así, ya no es meramente el trabajo, un momento definido y particular de la actividad humana, la cual es


subsumida e incorporada al capital, sino todo el proceso vital del hombre. El proceso de encarnación
del capital (Einverleibung), que comenzó en Occidente hace unos cinco siglos, está completo. El
capital ahora es el ser común, el opresor del hombre.

(Marzo 1972)
Capítulo 4: Trabajo productivo e improductivo

a) Trabajo productivo e improductivo durante el periodo de dominación formal


b) Producto bruto y neto
c) Las clases medias; productos del capital
d) Teoría de las necesidades y tiempo libre
e) Trabajo productivo y las clases medias
f) Productividad – Tiempo libre – Ocio
g) Movimiento del capital – Fijación de gente
Nota sobre el trabajo asalariado y su función (1972)

Hemos visto que para que haya capital, también debe haber un intercambio de dinero con un valor de
uso particular, un valor de uso cuyo contenido no puede ser indiferente, es decir, la fuerza de trabajo.
Esto se debe a que la fuerza de trabajo se consume productivamente y genera plusvalía durante el
proceso de producción. Entonces, ¿cómo aparece el trabajo en el curso de los diferentes periodos de
dominación del capital? Por tanto, debemos ocuparnos de la cuestión del trabajo productivo e
improductivo. Marx lo hizo en el Volumen I de El Capital, Parte 5, que ya hemos discutido, donde
simplemente dio una definición y declaró que el concepto de trabajo productivo asumió un significado
diferente cuando el capital alcanzó su pleno desarrollo (es decir, en el periodo de la dominación real, y
esto muestra claramente que la periodización de los Resultados subyace en el conjunto del Volumen I
de El Capital). El problema se abordó plenamente en los Resultados y en las Teorías de la Plusvalía
cuando escribió sobre Adam Smith, sus seguidores y oponentes, quienes fueron los primeros en
plantear el problema. Por último, hay una exposición casi idéntica a la de los Resultados en los
“Apéndice” de la Parte 1 de las Teorías de la Plusvalía titulada “Productividad del capital; Trabajo
productivo e improductivo”. Aquí indicaremos brevemente lo esencial del problema.

A. Trabajo Productivo e Improductivo Durante el Periodo de Dominación Formal

Uno no debe dejarse engañar por la forma de trabajo asalariado. Uno no es un trabajador productivo
(para el capital) simplemente por ganar un salario. De hecho, un trabajador es productivo si:

“Este trabajo se objetiva directamente, en el curso del proceso de producción, como magnitud de valor
fluida.” (Resultados p. 80)

Permite que se lleve a cabo el proceso de valorización y, por tanto, el ciclo D – M – D’. El trabajo
improductivo es un servicio, y lo importante en este caso:

“… el valor de uso particular del trabajo, en la medida en que éste no es útil como cosa sino como actividad.” (ibid. p. 87)

“Se consume su trabajo a causa de su valor de uso, no como trabajo que pone valores de cambio.” (ibid. p. 80)

En otras palabras, en la página 88:

“La diferencia entre el trabajo productivo y el improductivo consiste tan sólo en si el trabajo se intercambia por dinero
como dinero o por dinero como capital.” (ibid. p. 88)

“… con el desarrollo de la producción capitalista todos los servicios se transforman en trabajo asalariado y todos sus
ejecutantes en asalariados,…” (ibid. p. 81)
Esto se debe a que el capital tiende a subsumir todos los valores de uso y todo lo que existía para el
hombre se convierte en capital. Este es el periodo de la dominación real del capital. Hay otras dos
características del trabajo productivo que derivan de esto:

1. “La afirmación de que el trabajo productivo es trabajo que inmediatamente se intercambia con el capital abarca todos
estos momentos, y es sólo una fórmula derivada que expresa el hecho de que es el trabajo el que transforma dinero en
capital, que se intercambia con las condiciones de producción como capital que, por tanto, en su relación con estas
condiciones de producción, el trabajo no se enfrenta a ellas como trabajo en general que no tiene una especificación social
determinada.” (TSV I p. 399)
2. “Se puede decir que es una característica de los trabajadores productivos, es decir, trabajadores que producen capital, que
su trabajo se realiza a sí mismo en mercancías (productos del trabajo) en riqueza material.” (ibid. p. 410)

Finalmente, hay sectores de la actividad humana donde el capitalismo no ha echado raíces y, por tanto,
en la que la noción de trabajo productivo no tiene sentido. La exposición del problema concluye en los
Resultados como en el “Apéndice” de la Parte 1 de las Teorías de la Plusvalía, con la misma
observación:

“Aquí sólo nos hemos ocupado del capital productivo, es decir, el capital empleado en el proceso de producción inmediato.
Llegamos luego al capital en el proceso de circulación. Y sólo después de eso, al considerar la forma especial que asume el
capital como capital mercantil, se puede responder la pregunta de hasta qué punto los trabajadores empleados por él son
productivos o improductivos.” (TSV I p. 413)

Entonces, ¿qué sucede con el trabajo cuando el capital se autonomiza, es decir, cuando tiende
progresivamente a liberarse, del valor de uso que estaba en la fundación de su ser, cuando permite la
valorización: la fuerza de trabajo? Para responder esta pregunta, debemos analizar primero la tendencia
general del capitalismo frente a los proletarios. Esto fue hecho por Marx en los Resultados bajo el título
“Producto bruto y producto neto”.

B. Producto Neto y Bruto

Se debe comentar que:

“Como ideal supremo —correspondiente al crecimiento relativo del produit net (es decir, plusvalía -NDE)— de la
producción capitalista, [se presenta] la mayor disminución posible de los que viven del salario, el mayor aumento posible de
los que viven del produit net.” (Resultados p. 93)

Esto concuerda perfectamente con lo dicho sobre la autonomización y desvalorización.


Simultáneamente refuta a todos aquellos que afirmaron que la caída relativa e incluso absoluta del
número de proletarios (como en Estados Unidos, por ejemplo) constituiría una negación del marxismo.
Pero lo que acabamos de citar no es un comentario fortuito, porque en las Teorías de la Plusvalía, Parte
2 en el capítulo “La miscelánea de Ricardo”, Marx llegó a la misma conclusión analizando las
contradicciones del capital en su relación con el trabajo:

“Hay dos tendencias que se cruzan constantemente; (en primer lugar) emplear tan poco trabajo como sea posible, para
producir la misma o una mayor cantidad de mercancías, con el fin de producir el mismo o mayor producto neto, plusvalía,
ingreso neto; en segundo lugar para emplear el mayor número posible de trabajadores (aunque el menor número posible en
proporción a la cantidad de mercancías producidas por ellos), porque – a un nivel dado de productividad la masa de
plusvalía y del plusproducto crece con la cantidad de trabajo empleado.” (TSV II p. 573)

Entonces, aquí esta la misma afirmación que la de los Resultados. Pero Marx agrega aquí:
“Una tendencia arroja a los trabajadores a las calles y hace de una parte de la población superflua, la otra los absorbe de
nuevo y extiende la esclavitud asalariada absolutamente, de modo que la suerte del trabajador es siempre fluctuante pero
nunca se escapa de ella. El trabajador, por tanto, considera justificadamente el desarrollo de las fuerzas productivas de su
propio trabajo como hostil a él mismo; el capitalista, en cambio, siempre lo trata como un elemento a eliminar de la
producción. Estas son las contradicciones con las que Ricardo lucha en este capítulo. Lo que se olvida de enfatizar es el
número cada vez mayor de clases medias, esas que se interponen entre el obrero , por un lado, y el capitalista y el
terrateniente, por el otro. Las clases medias se mantienen en un grado cada vez mayor directamente fuera de los ingresos,
son una carga que pesa mucho sobre la base del trabajo y aumentan la seguridad y el poder de los diez mil de la parte
superior.” (ibid.)

Marx especifica así el tema del consumo de los ingresos netos mencionados anteriormente. Ahora se
trata de determinar qué son las clases medias y cómo consumen la plusvalía.

Las clases medias – otro obstáculo para el oportunismos. No sólo su existencia, sino también su
crecimiento sería una demostración de la falsedad del marxismo. Marx simplemente habría declarado
que la sociedad capitalista debería haber ayudado a su desaparición y que sólo debería haber
capitalistas y proletarios. Excepto que, como muestran las dos citas anteriores, estamos tratando con un
tejido de mentiras y errores. Es mejor tratar de establecer las verdaderas declaraciones marxistas al
respecto.

a) Desaparición del capitalista como persona

Marx explicó la desaparición de algunos individuos de la sociedad burguesa que fueron sus
despiadados defensores: los capitalistas individuales.

“Pero, dado que, por un lado, el funcionamiento del capitalista se enfrenta al mero propietario del capital, el capitalista
monetario, y con el desarrollo del crédito este capital monetario mismo asume un carácter social, siendo concentrado en
bancos y prestado por éstos, ya no por sus propietarios directos; y puesto que, por otro lado el mero administrador, que no
posee capital bajo ningún título tampoco por préstamo ni de ninguna otra forma, se encarga de todas las funciones reales
que incumben al funcionamiento del capitalista como tal, sólo queda el funcionario, y el capitalista desaparece del proceso
de producción como alguien superfluo.” (Capital III p. 512)

Cada vez aparecen más personas que no se caracterizan por una posesión directa de capital, sino que
poseen el derecho de expropiar el trabajo ajeno, la explotación realizada por el capital social. Por eso
deben gestionar mejor la producción para estar siempre en condiciones de tener la posibilidad de
apropiarse de una sección de la plusvalía. Estamos ante lo que ahora se llama, por ejemplo, los
tecnócratas.42

b) ¿Cuáles son las clases medias que están desapareciendo?

Para responder a esta pregunta, tenemos que referirnos a la fórmula que indica el movimiento del
capital D – D’ (M=D):

42 Los operadores económicos, los promotores y variados especuladores que no poseen capital como el capital es social,
pero participan en la explotación. Realmente forman parte de la clase capitalista durante la dominación real del capital.
y así ver las características del capitalismo y sus tendencias en relación al tema que aquí nos interesa.

1. D ←→ C(v)

El capital se presenta en un principio, como la tendencia a reducir la pérdida del tiempo de trabajo ya
que une a los productores previamente dispersos (cooperación). También elimina al comerciante, que
recolectaba los productos de los productores para venderlos en el mercado. El capital incorpora el
comercio y así se convierte en capital comercial.

En la agricultura, el capital expropia a los pequeños propietarios, quienes son reemplazados por
trabajadores asalariados que trabajan en grandes empresas agrícolas, o por agricultores que arriendan,
que explotan intensivamente una finca agrícola de mediano tamaño. Esta expropiación ciertamente
encuentra muchas dificultades, pero en cualquier caso hay una disminución absoluta de la población
agrícola.

2. C ←→ D’

El capital elimina a los artesanos que compiten con él, aunque este trabajo puede reaparecer sobre una
base capitalista como trabajo doméstico.

Y, como se incluyó en el primer punto, el capital elimina a los pequeños comerciantes pari passu con la
concentración de la venta por menor.

De modo que las viejas clases medias, un residuo de modos de producción anteriores, son destruidas
porque constituía un obstáculo para la valorización del capital. El modo de producción capitalista se
vuelve más puro y más puro debido a su eliminación durante su desarrollo. Hemos definido un índice
de pureza del capital en esta base (Cf. la reunión de Asti).43

c) Las clases medias, productos del capital

El capitalismo tiende a reemplazar a los trabajadores por máquinas, aumentando así la productividad
del trabajo y, por tanto, la escala de la producción. Además, cada producto llega a contener cada vez
más plusvalía y trabajo impago. ¿Cómo puede ser esto realizado? Este problema se ha confundido con
el problema de la creación de plusvalía; de ahí la observación de Marx en el Volumen I de El Capital:

“Los defensores constantes de que la plusvalía tiene un origen en el aumento nominal de los precios o en el privilegio que
tiene el vendedor de vender más caro asume, por consiguiente, que existe una clase de compradores que no venden, es decir,
una clase de consumidores que no producen. La existencia de tal clase es inexplicable (nuestro énfasis -NDE) desde el
punto de vista que hemos alcanzado, el de la circulación simple.” (Capital I p. 264)

Entonces, Marx afirma que no puede ocurrir sobre la base de la circulación simple, pero no que no
pueda ocurrir en absoluto. Además, no tiene el rol que los apologistas desearían para él. Es, finalmente,
una consideración metodológica que nos permitirá captar el surgimiento de estrato de hombres.

“El consumo también es inmediatamente producción, al igual que en la naturaleza el consumo de los elementos y sustancias
químicas es la producción de la planta.” (Grundrisse p. 90)

43 El resumen de esta reunión celebrada por Bordiga es Vulcano della produzione palude del mercato? (in il programma
comunista nos. 13-19, 1954) (Republished in Economia Marxista ed economia controrivoluzioriaria (Iskra, Milano,
1976)
Marx después indica:

“La producción es consumo, el consumo es producción. Consumo productivo. Producción consumista. Los economistas
políticos llaman a ambos consumos productivo. Pero, luego hacen una mayor distinción. La primera figura como
reproducción, la segunda como consumo productivo. Todas las investigaciones sobre la primera se refieren al trabajo
productivo o improductivo; investigaciones sobre la segunda al consumo productivo o no productivo.” (ibid. p. 93)

Hemos analizado el trabajo productivo e improductivo (con la restricción indicada) y también el


consumo productivo . La utilización de la fuerza de trabajo (y por tanto el rol del proletariado a nivel
social en el proceso de producción del capital); sólo queda por considerar el consumo improductivo.
Las clases medias son su sujeto. La plusvalía existente en la forma de mercancías deben ser
transformadas en dinero, por lo que deben consumirse. ¿Quién puede hacer esto? Ciertamente no el
capitalista, porque en ese caso la producción sería para el disfrute, por lo que el capital no existiría,
como hemos visto. Tampoco el proletariado, porque si el proletariado consumiera toda la plusvalía,
sería una negación del trabajo asalariado. Ahí permanece la posibilidad de un estrato de personas que
son consumidores improductivos y, que deben tener precisamente ese carácter, porque, si produjeran
algo, entrarían en competencia con la producción capitalista específicamente. Entonces se puede ver
que estas clases ya no pueden corresponder a los viejos grupos sociales de los que hablamos, ya que
deben estar ligados al capital de la siguiente manera: deben permitir la realización del incremento del
capital, la realización de la plusvalía.

Marx trata este problema en las Teorías de la Plusvalía, Parte 1, en la Sección “Sobreproducción,
‘Consumidores Improductivos’, etc.” Al igual que en el Volumen II de El Capital contempla dos
secciones: i) que producen los medios de producción; ii) que producen bienes de consumo. También
considera subsecciones, como la que produce los medios de producción para fabricar artículos de lujo y
el que produce artículos de lujo.

Habiendo analizado en detalle los intercambios entre estas diversas secciones, escribe:

“Es difícil entender cómo se puede obtener alguna ganancia si aquellos que participan en intercambios mutuos venden sus
mercancías a través de cobrar de más una a otra al mismo tasa y engañar uno a otro en la misma proporción.”

“Esta incongruencia se remediaría además del intercambio de una clase de capitalistas con sus trabajadores y el intercambio
mutuo entre los diferentes capitalistas de las diferentes clases, también existía una tercera clase de compradores – un deux
ex machina – una clase que pagaba el valor nominal de las mercancías sin vender ella misma ninguna mercancía, sin jugar
ella misma el mismo truco de regreso; esta es una clase que negociaba sólo en una fase: D – M, pero no D – M – D; (una
clase) que compraba no con el fin de recuperar su capital más una ganancia, sino con el fin de consumir las mercancías; una
clase que compra sin vender. En este caso, los capitalistas realizarían la ganancia no por intercambio entre ellos mismo sino
i) por intercambio entre ellos y los trabajadores, vendiéndoles una porción del producto total por la misma cantidad de
dinero que pagaron los trabajadores por el producto total (después de deducir el capital constante) y 2) de la porción de lujos
y necesidades vendidas al tercer tipo de comprador. Dado que éstos pagan 110 por 100 sin vender 100 por 110 a su vez, se
obtendría una ganancia de 1 se haría de hecho, y no simplemente nominal. La ganancia se obtendría de forma dual
vendiendo la menor cantidad posible del producto total vuelta a los trabajadores y lo más posible a la tercera clase, que
pagan con dinero disponible sin que ellos mismos vendan, sino con el fin de consumir.”

“Pero los compradores que no son al mismo tiempo vendedores, deben ser consumidores que no son al mismo tiempo
productores, estos son consumidores improductivos y es esta clase de consumidores improductivos que, según Malthus,
resuelve el problema.” (TSV III pp. 49-50)

Esta es la clase mencionada por Marx que sólo puede aparecer cuando el capital está realmente
desarrollado, y no puede hacerlo sobre la base de la producción simple de mercancías, o serían una
clase de parásitos del capital, no una clase que permite la realización de la plusvalía. Esto es lo que
veremos.

En primer lugar, Marx caracteriza a esta clase con mayor precisión:

“Pero estos consumidores improductivos deben, al mismo tiempo, ser consumidores capaces de pagar, que constituyen la
demanda real, y la suma de valor (Wertsummen) que poseen y gastan anualmente debe, además, ser suficiente para pagar no
sólo el valor de producción de las mercancías que compran y consumen, sino también la ganancia nominal que recarga la
plusvalía, la diferencia entre el valor de mercado y el valor de producción. Esta clase representará el consumo por el
consumo mismo en la sociedad de la misma manera que la clase capitalista representa la producción por la producción
misma, una representa la “pasión por el gasto”, la otra la “pasión por la acumulación”.” (ibid. p. 50)

Marx no afirma en esta etapa de la demostración que esta clase existe, que realmente tiene un rol que
desempeñar. Se queda en la etapa de refutar a Malthus, porque, como decíamos, esta clase sólo puede
ser producida por el capital, y no se puede emplear por un modo de producción previo. Sólo vemos la
apariencia de la necesidad del momento.

“Por un lado, por tanto, (está) la clase trabajadora, que, según, el principio de población, es siempre redundante en relación
con los medios de vida que dispone, la sobrepoblación derivada de la subproducción; luego (está) la clase capitalista, que,
como resultado de este principio de población, siempre es capaz de venderles el propio producto de los trabajadores a tales
precios que ellos sólo pueden obtener lo suficiente para mantener el alma y el cuerpo juntos44; entonces (hay) una enorme
sección de la sociedad que consiste en parásitos y zánganos glotones, algunos de ellos amos y algunos de ellos sirvientes,
que se apropian, en parte bajo el título de renta y en parte bajo títulos políticos, una considerable masa de riqueza gratis de
la clase capitalista, cuyas mercancías pagan por encima de su valor con dinero extraído de los mismos capitalistas; la clase
capitalista, conducida a la producción por el impulso de la acumulación, las secciones económicamente improductivas
representan la prodigalidad, el mero impulso de consumo.” (ibid. p. 52)

¡Así que esto es lo que quiere Malthus! Pero una clase de este tipo, producida por el desarrollo del
capital, una clase que no fija valor (tomando la renta, por ejemplo, los que constituyen esta clase
terminan por terminar de obstaculizar el movimiento de la valorización del capital; no es casualidad
que por eso el capitalista luchó contra los terratenientes), pero por el contrario permite su movimiento,
facilitándole su propia metamorfosis de mercancía a dinero; ¿tal vez exista una clase de este tipo en la
sociedad capitalista? Uno se acerca a la solución del problema cuando Marx establece un paralelo entre
Ricardo y Malthus, haciendo evidente dos aspectos complementarios y contradictorios del capitalismo
(Marx al mismo tiempo indica la contribución concreta de Malthus en la discusión respectiva).

“Por todo eso, Ricardo defendió la producción burguesa en la medida en que (significaba) el desarrollo sin restricciones de
las fuerzas productivas sociales, indiferente al destino de los que participan en la producción, sean capitalistas o
trabajadores. Insistió en la justificación histórica y necesidad de esta etapa de desarrollo. Su misma falta de sentido histórico
del pasado significó que consideraba todo desde el punto de vista histórico de su tiempo. Malthus también desea ver el
desarrollo lo más libre posible de la producción capitalista, pero sólo en la medida en que la condición de este desarrollo es
la pobreza de su base principal, las clases trabajadoras, pero al mismo tiempo quiere que se adapten a las “necesidades de
consumo” de la aristocracia y sus ramas en el Estado y la iglesia (su clase de consumidores improductivos encargados de
reabsorber la sobreproducción – NDE), para que sirva de base material para las afirmaciones anticuadas de los intereses
representativos heredados desde el feudalismo y la monarquía absoluta. Malthus quiere la producción burguesa, mientras no
sea revolucionaria, no constituye un momento histórico de su desarrollo sino meramente crea una base material más amplia
y cómoda para la “vieja” sociedad.” (ibid. p. 52)

Esto entonces en su aspecto reaccionario. Pero en la medida en que describe un movimiento real, es
importante porque esta sobreproducción existe y la necesidad de esta clase se hace sentir pari passu
con el desarrollo del capitalismo. Entonces, la sobreproducción creciente, negada por Ricardo, con el

44 Um Leib und Seele zusammenhalten.


devenir del capital, crea una clase supernumeraria. Representa el aspecto subjetivo del desperdicio
social que es objetivamente expresada por la existencia de una gran cantidad de mercancías inútiles.

Marx agrega:

“Hemos visto cuán infantilmente débil, trivial y sin sentido es Malthus cuando, basándose en el lado débil de Adam Smith,
busca construir una contra-teoría a la teoría de Ricardo, que se basa en el lado más fuerte de Adam Smith. Difícilmente se
puede encontrar un esfuerzo más cómico de impotencia que el libro de Malthus sobre el valor. Sin embargo, tan pronto
como llegue a las conclusiones prácticas, y de ese modo entra de nuevo en el campo… se siente bastante a gusto. Por todo
eso, el no abandona su plagio innato ni siquiera aquí.” (ibid. p. 53)

Marx lo prueba inmediatamente citando y comentando las obras de Sismondi. Todo esto es interesante
ya que muestra que el problema no se originó recientemente, y que Marx, como sus predecesores,
atribuyó una gran importancia a ello. Así, Malthus examina correctamente las consecuencias del
sistema capitalista, del proceso de valorización llevado siempre al límite. SI el capital no quiere que se
fije el valor y que la valorización se vea impedida, debe realizar un aumento en la superficie del área
del intercambio en el que la metamorfosis del valor puede efectuarse: para ello es necesario que los
individuos que consumen pero no producen se multipliquen. Para Malthus, esta es una oportunidad
para defender la existencia de una clase vinculada a un modo de producción anterior. Por eso es
reaccionario. Pero una vez más, esto no significa que las bases para esta clase no existan.

“La esperanza suprema (de Malthus), que el mismo describe como más o menos utópico, es que la masa de la clase media
debería crecer y la de la del proletariado (aquellos que trabajan) deberían constituir una proporción en constante declive
(aunque aumente absolutamente) del total de la población. Este es, de hecho, el curso que sigue la sociedad burguesa.”
(ibid. p. 63)

Aquí Marx afirma exactamente lo contrario de lo que sus oponentes desearían que dijera: el
crecimiento de las clases media. Sólo que la cuestión teórica más delicada no era tanto arrojar luz sobre
la existencia de la clase media, la observación misma permitiría su identificación, como explicación de
su rol en la sociedad.

El punto de partida de la polémica Malthus-Ricardo fue el de saber si, en la sociedad capitalista, podría
o no podría haber sobreproducción. Malthus opinaba que podría haber, y Marx estaba de acuerdo con
él. Sin embargo, la sobreproducción existe no porque haya subconsumo, como muchos los dirían, por
los trabajadores, de hecho este subconsumo ya está incluido en las características del trabajo asalariado
(Cf. Volumen III de El Capital pág. 358 y 363-4). La sobreproducción está determinada por el hecho de
que hay producción por la producción misma, y no para el consumo de quienquiera que sea. La
producción es producción de plusvalía. Las mercancías son sólo vectores de ella y no presentan interés
excepto en la medida en que preservan este carácter en el proceso total del capital. Pero entonces, si se
puede hablar de consumo, es consumo por el capital en sí. Este fenómeno apareció sólo débilmente en
el origen del capitalismo, simplemente porque las bases de la nueva sociedad aún no estaban seguras.
Por ejemplo, el desarrollo del capital fijo, que puede absorber una gran parte de la sobreproducción, a
penas había comenzado. Pero desde el momento en que domina el capital fijo a la sociedad, la
sobreproducción se vuelve crónica y luego plantea la necesidad de una clase de hombres que consuman
sin producir. Sin embargo, no puede ser cualquier tipo de consumo, debe, por el contrario, ser útil para
el capital, y no, como Malthus quería, satisfacer simplemente a una multitud de parásitos vinculados a
la vieja sociedad. Esto tomará lugar a través de la intermediación del trabajo asalariado que es una de
las bases del capitalismo. Pero para entender lo dicho, necesitamos especificar las bases sobre las que
surge esta clase.
1. Las clases medias por estar situadas entre el proletariado y el capital, constituyen la representación
viva del plustrabajo social. Esta afirmación se deriva del análisis teórico de la plusvalía:

“En una etapa baja del desarrollo de la productividad social del trabajo, es decir, donde el plustrabajo es relativamente
pequeño, la clase de aquellos que viven del trabajo de otros generalmente es pequeña en relación con el número de
trabajadores. Puede crecer considerablemente (proporcionalmente) en la medida que la productividad y por consiguiente
plusvalía relativa se desarrolla.”45 (TSV II pp. 406-7)

Cuanto más crecen las fuerzas productivas y aumenta la plusvalía relativa, por tanto, también aumenta
el número de individuos que viven a su costa. Debido a la mistificación del capital, este estrato de
hombres parecen no intervenir prima facie en el modo de producción capitalista.

2. La existencia de estas clases está ligada a la disminución del tiempo de trabajo necesario, que se
expresa correspondientemente en la caída del número de productores. Como hemos visto, esto tiene un
aspecto contradictorio:

“El capital en sí es la contradicción en movimiento, (en) que presiona para reducir para reducir el tiempo de trabajo a un
mínimo, mientras que plantea el tiempo de trabajo, por otro lado, como única medida y fuente de riqueza. Por lo tanto,
disminuye el tiempo de trabajo en la forma necesaria para aumentarlo en la forma superflua; por tanto, aumenta lo superfluo
en medida creciente como una condición – cuestión de vida o muerte para el necesario.” (Grundrisse p. 706)

El trabajador sólo puede obtener su salario, es decir, el mínimo requerido para mantener su existencia
física, sobre la condición de que provea el máximo de plustrabajo. No obstante, con la creciente
reducción del tiempo de trabajo necesario para la producción del producto total, el capital crea tiempo
disponible. Pero es evidente, llevado al extremo, que esto implicaría su propia negación porque, si no
hubiera necesidad de trabajo vivo, la valorización se volvería imposible:

“Pero su tendencia siempre, por un lado, para crear tiempo disponible, por otro, para convertirlo en plustrabajo. Si tiene
demasiado éxito al principio, entonces sufre de producción excedente, y luego se interrumpe el trabajo necesario, porque
ningún plustrabajo puede ser valorizado por el capital.” (ibid. p.708)

En otras palabras, la tendencia del capitalismo es reducir al proletario a tal dependencia que la mayor
parte de su actividad es realizada en plustrabajo. A pesar de esto, el capitalismo aún lo encuentra
superfluo. El trabajador es expulsado de la producción. Entonces se hace necesario encontrar nuevas
ramas productivas para este capital variable liberado, no sólo para extraerle plusvalía, sino también
para detener su rebelión. El capital así se ve obligado a crear industrias artificiales para poder
garantizar un proceso de producción.

“Este alejamiento del suelo natural debajo de los cimientos de cada industria y esta transferencia de sus condiciones de
producción fuera de sí misma, en un contexto general – de ahí la transformación de lo que antes era superfluo en lo
necesario, como una necesidad históricamente creada – es la tendencia del capital.” (ibid. p. 528)

Es así que el capital anexa un enorme número de ramas productivas, originariamente de bienes de lujo
y cayendo más allá de su control. Sin embargo, también aquí la ley de reducción al mínimo de tiempo
de trabajo necesario procederá al paso de la liberación de los trabajadores. Estos son los elementos que
pueden ser utilizados por otra función importante del capital; en la circulación.

3. Otra base que favorece el surgimiento de la clase media la proporciona el aumento en el tiempo de
circulación, en el periodo de realización del valor. Esto se presenta en realidad en dos aspectos: el

45 Cf. TSV III p. 449 para la misma afirmación.


aumento del número capital-mercancía, y el aumento en el número de hombres cuya actividad consiste
en posibilitar la transformación, la metamorfosis del capital de la forma mercancía a la forma dinero.

(a) El capital produce tal cantidad de mercancías que satura el mercado. Correspondientemente resulta
un aumento de la competencia para que se consuman. De ahí el crecimiento de los puntos de venta,
cadenas de distribución, que debe dar a conocer las mercancías. Además, el enorme desarrollo de la
publicidad que, en la inversión, reemplaza al capital fijo como un expediente a remover una parte del
producto del proletariado. Una fracción de capital se desperdicia para hacer circular otra parte (como
indica Marx en el pasaje citado relativo a la defensa de la autonomía del valor de cambio). El capital ha
subsumido la ciencia para incorporarla en el proceso de producción; lo mismo hace con el arte para
incorporarlo en el proceso de circulación. Todas las formas artísticas son utilizadas para hacer circular
el capital. Esto expresa la falta de esencia de estas producciones. Así que todos los que se dedican a
esta actividad viven de la circulación de plusvalía. Y ganan salarios tanto más altos cuanto más
próspera es la situación económica.

(b) Para cumplir las múltiples funciones de su proceso total, el capital necesita un aparato que se
incluye dentro de los costos improductivos de producción: contabilidad, sistema bancario, gran parte de
los servicios postales, etc.. De esta forma tenemos todo lo que ahora se llama sector terciario. Una gran
cantidad de hombres empleados ahí, que son trabajadores asalariados, son súper-explotados, ya que el
capital no puede permitir la inmovilización de una parte excesiva de la plusvalía. Si la plusvalía en su
totalidad pudiera ser el alimento de un estrato social, esto volvería a expresar la posibilidad del disfrute
humano. Pero por un tiempo de trabajo necesario dado, el capital requiere el máximo de plustrabajo,
sólo con esta condición la plusvalía escapa de su propia fijación. La misma forma en que se pagan sus
salarios, en transferencias bancarias, es ya un síntoma de esta necesidad. Este sistema significa que se
retira cada vez más la menor cantidad de dinero posible. Si sucediera lo contrario, podría provocar
perturbaciones en la circulación monetaria, un epifenómeno de la circulación del valor, y también de la
plusvalía. Los depósitos y retiros de dinero se reemplazan por transacciones de cuentas, lo que permite
que el dinero se conserve la forma de capital a disposición de los bancos, y por lo tanto, de los
capitalistas.

Cuando ha alcanzado una cierta etapa de desarrollo, el capital ya no puede permitirse una fijación
parcial similar del valor46, y reemplaza a los hombres por máquinas, aumentando nuevamente el trabajo
gratuito. Pero, como de costumbre, esto se hace para apropiarse mejor de la plusvalía, aumentando la
dependencia de los hombres frente al capital y favoreciendo la competencia entre ellos. Al igual que en
la industria, se ha formado gradualmente un ejército de reserva de trabajadores. En un periodo
próspero, un número creciente de hombres pueden obtener empleo; en una crisis vuelven a caer en el
desempleo: mercancías invendibles. Además, la tendencia del capital de reducir el trabajo complejo al
simple es cierto también en esta etapa. El desarrollo de la cibernética es desde todos los puntos de vista
comparable al de la máquina. En ambos casos hubo 1) división intensiva del trabajo y aumento
poblacional, 2) estudio de los movimientos básicos a los que los hombres fueron reducidos, 3)
producción de máquinas capaces no sólo de realizarlos, sino también de integrarlos en una totalidad
mayor. El origen social de la cibernética es, pues, idéntico al de la máquina.47

D. Teoría de las Necesidades y Tiempo Libre

46 Hay fijación ya que una fracción de la plusvalía se consume para pagar el trabajo necesario de estos hombres. Dejamos
aquí el rol que pueden jugar los impuestos.
47 Este análisis de la formación de las nuevas clases medias sólo es válido en un momento dado de la vida del capital. En
la actualidad, con el dominio real pleno del capital sobre la sociedad, está totalmente superado. (Nota de Mayo de 1972)
El aumento de la productividad del trabajo se traduce en un aumento del tiempo libre, pero también en
un aumento cada vez mayor de la masa de productos. Este tiempo de trabajo social disponible ha sido
absorbido por las necesidades de circulación del capital. Pero en este campo a su vez el tiempo
disponible a sido producido de modo que siempre se le planteen dos problemas: 1) cómo consumir
todos estos productos, 2) cómo utilizar el tiempo disponible. Esto significa que el capital regenera
incesantemente los estratos que viven de la circulación de plusvalía. Ellos incluso crecen durante este
proceso. Estos dos elementos han dado lugar a dos teorías complementarias, de necesidades y de
tiempo libre.

Ambos parecen estar en contradicción con las necesidades del capital. En realidad, como hemos
intentado explicar, el capital se presenta como defensor de la abstinencia y del trabajo forzado. Esto
corresponde al periodo en el que todavía tenía que formarse y asegurar su dominio. El valor de uso
tuvo que ser sacrificado para obtener la máxima valorización48. Ahora que la valorización ha alcanzado
este punto: la cantidad de valor es tanta que inhibe nuevos movimientos de valorización; la masa de
mercancías es tal que, para hacer posible la valorización, el consumo es imperativo a cualquier costo.

Los seguidores de la teoría de las necesidades pretenden tener como justificación la felicidad del
hombre. Pero de hecho es una doctrina del capital. En realidad, los objetos que se proponen para el
consumo humano se vuelven cada vez menos necesarios para la especie por ser artificiales o peligrosos,
mientras aquellos que los que son realmente necesarios se vuelven cada vez más caros. El capitalismo
abandona la esfera de la satisfacción de las necesidades materiales del hombre:

“En nuestra época es más fácil producir algo superfluo que algo que es necesario.” (Miseria de la Filosofía en MECW 6
p.???)

Y, esto es lógico, ya que el capital es la negación del tiempo de trabajo necesario y, por tanto, de ese
tiempo de trabajo durante el cual el proletario produce para reemplazar el valor que representa su
salario.

Los más fervientes defensores de esta teoría se encuentran entre las clases medias. Esta es la razón por,
en consecuencia, exigen una planificación democrática, es decir, una mayor proporción de la plusvalía
social para poder satisfacer sus propias necesidades. Estas clases, que viven de la realización de la
plusvalía, son, por tanto, sólo manifestación de su propia realidad reclamando una división de la
plusvalía que sería más favorable para ellos mismos. En este sentido, los partidarios de esta teoría
siguen siendo malthusianos. Al igual que Malthus, quieren la producción burguesa para garantizar “una
base material más amplia y más cómoda” para sus clases. Y, polemizan, contra los defensores de la
producción capitalista integrada quienes mantienen que la plusvalía debería ser utilizada para producir
nueva plusvalía, y que son muy conscientes de que si este movimiento se detiene, todo el sistema
estaría en duda. Por tanto, son partidarios de su uso en aquellas ramas de la producción donde el
consumo es directo y la circulación es reducida a cero: el sector armamentista. De este manantial alto “
los anatemas lanzados por los portavoces de las clases medias contra la carrera armamentista, las
diversas fuerzas de ataque.

48 Luego, todo es valor, incluso el hombre porque es una mercancía… Si mantiene el aspecto de valor de uso para el
capital, es realmente un valor en el pleno sentido del término, sólo que su valor se realiza en la producción, en el uso.
Los demás sólo pueden realizarse en la circulación. Entonces, todas las diferencias tienden a volverse confusas. Los
valores parecen tener diferentes funciones. Se puede decir que la fuerza de trabajo ya no parece ser un valor, su aspecto
humano ha desaparecido, ya que ha sido subyugado por el valor.
Nuestros malthusianos modernos nunca atacan la relación capitalista básica: el trabajo asalariado.
Quieren la producción burguesa, pero sin las graves consecuencias que implican y que conduce a crisis,
el sustrato de la revolución. Sólo sirven a la reacción por mucho que se agiten y se quejen sobe el poder
del capital. Quieren arrastrar al proletariado a esta débil disputa. También es cierto que encuentran una
base para su maniobra: la situación del capital es similar en apariencia, ya que básicamente el
proletariado como los individuos pertenecientes a las clases medias son todos trabajadores asalariados.
En resumen, en la actualidad los malthusianos conservan la misma actitud de Malthus sobre la
sobreproducción. Él mantuvo que una clase ociosa era necesaria para resolverla. Consideran que el
crecimiento de la población es una panacea. Se requieren más personas para consumir el excedente
agrícola, por ejemplo.

Pero al capital no le importan sus observaciones. Así como eliminó a las viejas clases medias, no va a
tener la más mínima vacilación en sacrificar a las nuevas para su proceso de valorización, y garantizar
su autonomización. En el análisis final, el capital resuelve los problemas de la caída tendencial de la
tasa de ganancia a través de las guerras, como vimos en la larga cita de Marx. Cabe señalar que en el
curso de las crisis reaparece el carácter inesencial de las nuevas clases medias. El capital las sacrificará
por su propia autonomía. Por otro lado, la actitud del capital frente al proletariado es diferente, ya que
es precisamente el proletariado el que aporta el aumento del valor que es la fuente de vida del capital.
En el curso de la crisis, es preferible que el proletariado pueda amenazar al capital con la revolución.

Entonces, si la crisis es violenta, nada más queda para salvar al capital que la guerra. Esto se presenta al
mismo tiempo como rama de la producción y como consumo par excellence. No sólo son productos
inútiles consumidos, sino también son hombres que a su vez se han vuelto inútiles, porque fueron
producidos en el periodo del plustrabajo de la especie, lo que significa que son superfluos. Así, las
clases medias serán sacrificadas. De ahí su terror a la guerra, terror en el que intentan hacer participar
al proletariado. Pero, éste último sabe bien que, junto con toda la historia de la lucha de clases con la
burguesía, la guerra puede facilitar el acto liberador, la explosión revolucionaria, como en octubre de
1917.

E. Trabajo productivo y Clases Medias

Una vez que hemos llegado a esta etapa de la generalización del trabajo asalariado, y de ahí la
dominación sobre el valor de uso y sobre la humanidad, desde el momento en que todo servicio se ha
transformado en un servicio para capital, la diferencia entre trabajo productivo e improductivo tiende a
tornarse confusa, no tanto en lo que respecta al proletariado, ya que no hay duda de que su trabajo es
productivo, sino desde el punto de vista del capital y de las clases medias. En realidad, el trabajo que
permite la realización de la plusvalía parece útil y por tanto productivo, ya que, gracias a ello, puede
surgir otro ciclo productivo. Marx escribió en “La Concepción Apologista de la Productividad de todas
las Profesiones”:

“Un filósofo produce ideas, un poeta poemas, un clérigo sermones, un profesor compendios, y así. Un criminal produce
delitos. Si miramos un poco más de cerca la conexión entre esta última rama de la producción y la sociedad en su conjunto,
nos libraremos de muchos prejuicios. El criminal no sólo produce delitos sino también derecho penal, y con ello también el
profesor imparte conferencias sobre derecho penal y, además, el inevitable compendio en el que este mismo profesor lanza
sus conferencias al mercado general como una “mercancía”. Esto conlleva el aumento de la riqueza nacional, aparte del
disfrute personal que – como testigo competente, Herr Professor Roscher, (nos cuenta) el manuscrito del compendio lleva a
su creador mismo.”

“El criminal produce además el conjunto de la policía de y la justicia penal, policías, jueces, verdugos, jurados, etc.; y todas
estas diferentes líneas de negocio, que forman igualmente muchas categorías de la división social del trabajo, desarrollan
diferentes capacidades del espíritu, creando nuevas necesidades y nuevas formas de satisfacerlas (aquí, en forma concisa,
hay una definición de la teoría moderna de las necesidades -NDE). La tortura por sí sola ha dado lugar a la mayor cantidad
de inventos mecánicos ingeniosos, y empleó a muchos artesanos honorables en la producción de sus instrumentos.”

“El criminal produce una impresión, en parte moral y en parte trágica, según sea el caso, y de esta manera presta un
“servicio” al despertar los sentimientos morales y estéticos del público. Él produce no sólo compendios de derecho penal,
no sólo códigos penales y junto con ellos legisladores en este campo, sino también el arte, las bellas letras, las novelas e
incluso las tragedias, ya que no sólo como Müllner's Schuld y Schiller's Räuber muestra, sino también Edipo y Ricardo
Tercero. El criminal rompe la monotonía y la seguridad cotidiana de la vida burguesa. De esta manera lo salva del
estancamiento, y da lugar a esa inquieta tensión y agilidad sin la cual incluso el acicate de la competencia se embotaría. Así
da un estímulo a las fuerzas productivas. Mientras la delincuencia saca una parte de la población superflua, del mercado
laboral y así reduce la competencia entre los trabajadores – hasta cierto punto evitando que los salarios caigan por debajo
del mínimo – la lucha contra el crimen absorbe a otra parte de la población. Por lo tanto, el criminal entra como una de esos
“contrapesos” naturales que conllevan un correcto balance y abre toda una perspectiva de ocupaciones “útiles”.”

“Los efecto del criminal en el desarrollo del poder productivo se puede mostrar en detalle. ¿Las cerraduras habrían
alcanzado su grado actual de excelencia si no hubiera habido ladrones? ¿Habría alcanzado la fabricación de billetes su
actual perfección si no hubiera habido falsificadores? ¿Habría encontrado el microscopio su camino hacia la esfera del
comercio ordinario (ver Babbage) sino por los fraudes de comercio? ¿No debe tanto la química práctica a la adulteración de
mercancías y los esfuerzos por mostrarla como el sincero celo por la producción? Crimen, a través de sus constantemente
nuevos métodos de ataque a la propiedad, constantemente llama a nuevos métodos de defensa, por lo que es tan productivo
como las huelgas para la invención de nuevas máquinas. Y si uno abandona la esfera de la delincuencia privada: ¿Habría
existido el mercado mundial sino a través del crimen nacional?” (TSV I pp. 387-8)

Este fragmento refuta irónicamente la pretensión de los intelectuales de producir valores superiores, o
valores tout court. Mutatis mutandis conviene a todos los apologistas contemporáneos del capital, que
justifican todas sus manifestaciones por medio de una teoría de las necesidades. Además, en otro pasaje
de las Teorías de la Plusvalía, Marx explica el devenir de ciertos tipos de trabajo que se habían
presentado como necesarios:

“Si el hombre atribuye una existencia independiente, revestida de una forma religiosa, a su relación con su propia
naturaleza, a la naturaleza externa y a otros hombres de modo que esté dominado por estas nociones, luego requiere
sacerdotes y su trabajo. Con la desaparición de la forma religiosa de la conciencia y de estas relaciones, el trabajo de los
sacerdotes dejará igualmente de entrar en el proceso social de producción. El trabajo de los sacerdotes terminará con la
existencia de los sacerdotes mismos y, del mismo modo, el trabajo que realiza el capitalista como capitalista, o causas a ser
realizadas por otras personas, terminarán juntas con la existencia de los capitalistas.” (TSV III p. 496)

Lo mismo vale para el capital y las clases medias.

El capital produce una enorme cantidad de mercancías. Por tanto, cualquier actividad será productiva si
es capaz de deshacerse de ellas y que sean consumidas. 49 La producción crea necesidades, aunque
inmediatas. Entre los consumidores potenciales y las mercancías acumuladas en el mercado, los
intermediarios son necesarios para estimular en el hombre el deseo de consumir, para esclavizar
también la vida cotidiana a sus exigencias. Los hombres son necesarios para garantizar todas estas
funciones, otro origen complementario de las clases medias.

Pero no es suficiente para hacer que la gente compre, deben comprar una y otra vez. Una propensión al
consumo debe ser preservada. Aquí la teoría de las necesidades se transforma en una teoría del
progreso indefinido, y nuestro hombre de clase media en un progresista, y esto sólo puede ser realizado

49 Marx muestra en los Grundisse que todo el tiempo que hay que dedicar a la circulación del valor es tiempo de trabajo
necesario, que reduce la cantidad de tiempo de plustrabajo. Entonces esta es una nueva contradicción que el capital
supera aparentemente haciendo del trabajo humano a partir del trabajo necesario para él mismo. Podemos simplemente
indicar este hecho aquí ya que su desarrollo sería bastante prolongado.
por el aumento indefinido continuamente renovado de la riqueza material 50 (este es el otro aspecto
subjetivo de la desvalorización analizada anteriormente). El hombre es transformado en un acaparador
de riqueza que se desvanece y que se desvaloriza inmediatamente después de su adquisición. Si fuera
de otra forma, significaría que por pequeña que sea la producción seguiría siendo producción para el
hombre, Pero, por el contrario, no se le pide que consuma valores de uso, sino que realice valores de
cambio y habilite su valorización. Y esto sólo es posible a través de las metamorfosis de las mercancías,
cuyo valor de uso ralentiza su movimiento, hacia el dinero, donde el valor vuelve a encontrar toda su
mobilidad.

“Con el capital el consumo de la mercancía no es un fin en sí mismo; cae dentro del proceso de producción; ella misma
aparece como un momento de la producción, es decir, de la postula como valor (Wertsetzen).” (Grundrisse p. 536)

Así, como Marx afirma:

“… debajo de la medida invisible del valor se esconde el dinero duroe.” (Contribución p. 70)

Luego, detrás del consumo de mercancías, acecha el capital duro. Esto se ve claramente cuando el
hombre no desea consumir. El capital recurre a la violencia para obligarlo a hacerlo, obviamente
utilizando la violencia económica, ya que actúa conforme a su propio ser. Actualmente, este es el caso
de la construcción: los hombres se ven obligados a gastar un cierto porcentaje de su salario en alquilar
o comprar un lugar para vivir. El capital no puede tolerar una fijación de valor, no puede tolerar que el
proletariado tenga reservas, ni siquiera en la engañosa forma de dinero. Por tanto, trata por todos loe
medios posibles de quitarle al proletariado lo que se le ha pagado en la forma de salarios.

El “trabajo” al que se dedican los individuos que “viven del producto neto” se dedican al incremento
del consumo para aumentar la velocidad de la circulación de mercancías y, por tanto, del capital. Marx
se burló de los intelectuales mostrándoles que incluso el crimen era productivo. Los apologistas
actuales del capital, en la medida en que defienden una productividad ilusoria de las clases medias,
defienden así el crimen mismo. ¿No es un crimen contra la humanidad condenarlos a vivir en una
sociedad como ésta?

F. Productividad – Tiempo Libre – Ocio

El capital crea tiempo libre, disponible que es realmente tiempo dedicado al consumo del capital. Los
trabajadores que, durante el año producen once meses u once meses y una semana, acumula una mayor
o menor cantidad de dinero para el mes o tres semanas de vacaciones. Durante este periodo se
comportará como cualquier otro consumidor improductivo y perderá la reserva que aparentemente
acumuló en los meses previos. Esto implica, sin embargo, otras consecuencias:

a) Planificación de la producción. Esto se ralentiza en el curso de un periodo determinado. Permitiendo


la disminución de la tensión que podría producirse en el mercado y, al mismo tiempo, los trabajadores
no pueden intervenir, hacer reclamos, etc., ya que están dispersos. El capital hace transformaciones en
este periodo, reorganización de negocios, que usualmente son perjudiciales para el proletariado.

50 “La industria moderna nunca ve o trata la forma existente de un proceso de producción como la forma definitiva.”
(Capital I p. 617)
Ésta es la base de la renovación constante de productos y también del consumo repetido.
b) La posibilidad de hacer “industrias” funcionales completamente parasitarias, como el turismo y la
llamada cultura de masas. Y el trabajador, ni más ni menos, que el hombre de las clases medias, se
convierte en la dócil presa de los ideólogos del capital.

c) El trabajador se vuelve receptivo a la ideología de la clase dominante durante estas vacaciones. Marx
dijo en los Manuscritos Económicos Filosóficos que el burgués está muy interesado en que el
trabajador ponga su dinero en una cuenta de ahorros para que actúe como un burgués, reaccione como
un burgués, y no ponga en duda la producción de plusvalía, sino que en su lugar defienda la
valorización del capital51. El capitalismo es ahora más exigente, su deseo es ahora ahogar al
proletariado en las clases medias y proclamar que ya no existe. La base de esta negación es la
generalización del trabajo asalariado.

A decir verdad, esta tendencia no es nueva. Pero dado la dominación real del capital, aparece con
mayor virulencia. En realidad los economistas burgueses del siglo pasado exaltaron el desarrollo de la
maquinaria que, al mismo tiempo aumentaba la productividad del trabajo, habría conducido al feliz
resultado:

“El terrateniente y el capitalista se beneficiará, no por un aumento de la renta y la ganancia, sino por las ventajas resultantes
del gasto de la misma renta y ganancia, en mercancías, muy considerablemente reducidas en su valor, mientras que la
situación de las clases trabajadoras también será considerablemente mejorada; esto, de la creciente demanda de sirvientes
serviles; 2do, desde el estímulo a los ahorros provenientes de los ingresos, que proporcionará un producto neto tan
abundante; y 3ro, del bajo precio de todos los artículos de consumo en los que se gastarán su salario.” (Ricardo On the
Principles of Polical Economy and Taxation Second Edition, -London, 1815 pp. 474-5; citado en TSV II pp.)

Marx comenta sobre este pasaje de la siguiente forma:

“Esta transformación progresiva de una parte de los trabajadores en sirvientes es una buena perspectiva. Para el trabajador
es igualmente consolador que debido al crecimiento del producto neto, se abren más esferas para los trabajadores
improductivos, que viven de su producto y cuyo interés en su explotación coincide más o menos con las de las clases
directamente explotadoras.” (TSV II p. 571)

Los dueños de la tierra y los capitalistas como individuos han sido ignorados de la producción, pero la
tendencia sigue siendo la misma: reducir a los trabajadores a sirvientes del capital. La actividad de las
clases medias es justamente ésta; es cierto que realizan servicios para el capital, pero no realizan
ningún trabajo productivo. El interés de estas clases ligada directamente a las del capital: transformar a
los trabajadores en sirvientes, es decir, destruir la fuerza revolucionaria del proletariado.

Por tanto, es fácil comprender por qué la cuestión de la concesión del tiempo libre tiene hoy tanta
importancia. Sin embargo, cabe señalar aquí que las necesidades del desarrollo del capital pueden
llevarlo a negar el mañana precisamente por lo que proclama hoy, y por tanto reducir de nuevo este
tiempo libre, ya que en determinados campos requerirá más plusvalía. El uso del tiempo libre tiene
interés solo si es bueno para los negocios del capital, lo que implica que el trabajador no se le permite
relajarse libremente: su tiempo de descanso debe ser un tiempo para consumir capital. El día en que
esto ya no sea posible, el capital intentará retomar lo que dio antes.

G. Movimiento del capital – Fijación de los hombres

51 Para la burguesía: “El trabajador puede tener sólo lo suficiente para que él quiera vivir, y sólo puede querer vivir para
tener eso.” (MECW 3 p. 309)
Entonces podemos ver cómo el aumento de la productividad del trabajo, el aumento del tiempo
disponible y el corolario consecuente – desvalorización de la fuerza de trabajo y disminución del
número de proletarios . Está acompañado por la generalización del trabajo asalariado. El capital
reproduce artificialmente la relación sobre la cual está basada, ya que no puede destruir la apropiación
privada. Por otro lado, la actividad humana, dominada por el capital, se ordena de la siguiente manera:

A. Un grupo de hombres productivos: los proletarios.

B. Otro grupo ligado al capital como sigue:

(a) Una parte directamente interesada en su desarrollo, ya que pone sus manos sobre un
cuanto de plusvalía social. Maneja el capitalismo y es, de hecho, la clase capitalista.

(b) Aquellos que viven del consumo de la plusvalía, ya que ellos habilitan su realización:
estas son las clases medias.

(c) Aquellos que defienden la apropiación del trabajo impago, tabién viven del consumo
de la plusvalía – y que garantizan su perpetuación policía, ejército, etc., en una palabra,
el Estado.

Esto es comprensible porque hemos visto que el capital dominó en primer lugar el proceso de
producción inmediato: despotismo fabril (El Capital Volumen I); como posteriormente llega a dominar
todos los valores de uso (el estudio del capital fijo en el Volumen II y en los Grundisse) luego asegura
el comercio y alcanza autonomía en la forma de capital financiero (Volumen III y los Grundisse) Como
viene a presuponer valores individuales (precios de producción), por lo tanto, tiende a presuponer todas
las actividades que los producen o que permitan su realización. Esto significa que el capital ha
subordinado a sí mismo a toda la sociedad y se ha convertido en el dueño del Estado, su herramienta de
dominación y, por lo tanto, una herramienta para la dominación del proletariado. Todo el mundo acaba
asumiendo una función útil al capital, esta función está mediada por él, esto siendo la generalización
del trabajo asalariado: “podemos, por consiguiente, comprender la importancia decisiva de la
transformación del valor y el precio de la fuerza de trabajo en la forma de salarios, o en el valor o
precio del trabajo mismo.” (Capital I p. 680) Esto es, por tanto, una mistificación generalizada y un
enmascaramiento de la relación social fundamental que crea plusvalía: la que hay entre los trabajadores
y el capital.

“Todas las nociones de justicia sostenidas tanto por el trabajador como por el capitalista, todas las mistificaciones del modo
de producción capitalista, todas las ilusiones del capitalismo sobre la libertad, todos los trucos apologéticos de la economía
vulgar, tienen como base la forma de la apariencia discutida anteriormente, que hace invisible la relación real y, de hecho,
presenta a la vista el opuesto exacto de esa relación.” (ibid. p. 680)

Pero tal generalización de la forma trabajo asalariado es, al mismo tiempo, una afirmación negativa
mistificada del comunismo.

Además, esto sólo expresa otra contradicción: el capital, valor en proceso y en perpetuo movimiento,
siente la necesidad de fijar al hombre en determinadas situaciones para garantizar la autonomía de su
propio proceso. Así también tiende a comportarse como la:

“… tendencia mostrada por sociedades anteriores a hacer que los oficios sean hereditarios.” (ibid. p. 459)
Éste es uno de los aspectos del feudalismo industrial del que habla Fourier. Afirma la dominación
absoluta del capital sobre la sociedad humana. En la misma medida en que el capital tiende a negar su
valor, tiende a negar las clases, aunque no pueda destruirlas. En este intento reside la expresión más
profunda de la mistificación del capital: forma la base de la socialdemocracia contemporánea, es decir,
el fascismo. Será posible realizar la democracia cuando ya no existen clases. Para los marxistas, este es
el momento en que desaparece. (Cf. Lenin, El Estado y la Revolución)

Nota sobre el trabajo asalariado & función

La traducción francesa del Volumen I de El Capital de Roy entrega la cita al pie de la página anterior
como sigue:

“Por tanto, podemos comprender la importancia decisiva que en la práctica este cambio de forma posee, que permite la
apariencia del pago por la fuerza de trabajo como trabajo asalariado, el precio de la fuerza de trabajo como el precio de su
función.” (Le Capital Livre I, t. 2, p. 211)

El término función no existe en el original; en consecuencia, parecería que hemos hecho decir a Marx,
a través de Roy, lo que no deseaba. Dado que esto es muy importante para el resto de este estudio,
debemos verificar para ver si ha habido o no una deformación del pensamiento de Marx. Se puede leer
en la siguiente página:

“Finalmente, el valor de uso proporcionado por el trabajador al capitalista no es de hecho su fuerza de trabajo pero su
función (Funktion) es una forma específica de trabajo útil…” (ibid. p. 681)

Esto es absolutamente lógico porque lo que le interesa al capital en la fuerza de trabajo es su valor de
uso, su aptitud para ser consumido, y esto sólo puede tener lugar cuando comienza a funcionar. De
nuevo en la página siguiente:

“Además, el movimiento real de los salarios presenta fenómenos que parecen probar que no es el valor de la fuerza de
trabajo que se paga, sino el valor de su función, del trabajo mismo.” (ibid. p. 682)

Ampliando el campo de investigación, podemos señalar que aquí es posible presentar la teoría de Marx
como no reducible a un estructuralismo, sino a un funcionalismo. Se podría apoyar esta “presentación”
con los siguientes argumentos: Marx considera que el capitalista tiene una función que cumplir en el
proceso de producción y en consecuencia, cuando ocurre una separación entre la propiedad del capital
y la función del capitalista, describe el redimensionamiento de éste último en el rango de funcionario;
examina las diferentes figuras del capital capital-mercancía, capital-dinero, etc., en la medida en que
tengan una función en el proceso de producción total, etc..

Es muy cierto que una empresa teórica como ésta sería testigo de una cierta dosis de estupidez,
simplemente tan pronunciada como la de quienes ahogan a Marx en el estructuralismo. Aún así, cada
intento de investigación, incluso si cae en la locura, tiene un datum real. En cuanto ser, el capital tiene
una estructura determinada: el modo de producción capitalista – la eficacia de esta estructura es el
capital mismo – y el capital es un ensamble de funciones.

El pensamiento del crimen organizado necesita originalidad y alienabilidad (no basta con producir,
también hay que vender), por lo que autodenomina ciertos aspectos parciales en los que fundamenta un
argumento adecuado para enfrentar la competencia de los otros, ahora acusados de ideología, en el
“espacio teórico”, el espacio de la locura del capital.
(Nota de Mayo de 1972)
Capítulo 5: Mistificación del capital: alienación y reificación

Los Resultados arrojan luz sobre el trabajo económico de Marx incluso en este aspecto. Realmente no
se trata de una novedad, una idea anotada apresuradadamente y luego olvidada, fruto de una fantasía
imaginativa del autor, sino, al contrario, un concepto importante, incluso esencial, de la crítica
marxiana del sistema capitalista de producción. Marx desarrolló a veces este concepto, definiéndolo,
sin embargo, de otra manera, como fetichismo. Así, por ejemplo en los Manuscritos Económicos
Filosóficos:

“En la medida en que la solución a los acertijos teóricos sea tarea de la práctica y efectuada a través de la práctica, en la
medida en que la verdadera práctica es la condición de una teoría real y positiva, se muestra, por ejemplo, en el fetichismo.”
(MECW 3 p. 312)

Después, también en el Volumen I de El Capital en el famosos capítulo “El Fetichismo de la Mercancía


y su Secreto”. En el Volumen III de El Capital, sin embargo, Marx volvió a adoptar el término
mistificación. Como mostraremos, aunque no es una prerrogativa del capital, si logra su pleno
desarrollo en él.

“El hecho de que una relación social de producción se presente como un objeto existente fuera de los individuos, y el de que
las relaciones determinadas que los individuos entablan en el proceso de producción de su vida social se presenten como
atributos específicos de un objeto, esta reversión y esta mistificación, que no es imaginaria, sino prosaicamente real,
caracteriza todas las formas sociales del trabajo que crea valor de cambio.” (Contribución p. 33)

La obra de Marx es esencialmente desmitificadora. Descubrió que detrás del velo de las cosas se
esconden relaciones entre hombres. La mistificación se vinculó así con la alienación en su forma más
aguda: la reificación, que surge de la autonomización del valor de cambio. La exposición de la
mistificación supone, por tanto, de los otros dos. Ya hemos hablado de la autonomización, ahora nos
ocuparemos sobre todo de la mistificación y la reificación.

“En la mercancía, esta mistificación es aun muy sencilla.” (ibid. p. 17)

Esta fue desarrollada y ampliada en el capital:

“Como el trabajo vivo —dentro del proceso de producción – está ya incorporado al capital, todas las fuerzas productivas
sociales del trabajo se presentan como fuerzas productivas del capital, como propiedades inherentes al mismo, exactamente
al igual que en el dinero el carácter general del trabajo, en la medida en que éste forma valor, aparecía como propiedad de
una cosa.” (Resultados p. 93)

De ahí todos los aspectos mistificadores del capital. Los hemos visto durante la subsunción del valor de
uso par excellence el trabajo vivo, bajo el capital fijo, durante la transformación del trabajo coexistente
en capital coexistente, etc.. No volveremos a esto. Simplemente diremos que la mistificación crece pari
passu con la autonomización del capital, es decir, como el proceso de valorización suplanta al proceso
de trabajo. Esto ocurre cuando la plusvalía se transforma en ganancia y el valor en precio.

1. “La diferencia entre capital fijo y capital circulante, en relación con el cálculo del precio de costo, así sólo confirma el
origen aparente del precio de costo en el valor del capital gastado, o el precio que los elementos de producción gastados,
incluido el trabajo, cuestan al mismo capitalista. Sin embargo, en lo que respecta a la formación del valor, la porción
variable del capital, que se distribuye en la fuerza de trabajo, se identifica aquí expresamente con el capital constante (una
parte del capital que consiste en materiales de producción), bajo el título de capital circulante, y así el proceso de
valorización del capital está completamente mistificado.” (Capital III pp. 123.24)
2. “Dado que todas las secciones del capital aparecen igualmente como fuentes de exceso de valor (ganancia), la relación
del capital está mistificada. Sin embargo, donde el capital es la categoría dominante y forma específica de las relaciones de
producción, este mundo embrujado y vuelto al revés se desarrolla mucho más.” (ibid. pp. 965-6)

Luego analiza esto durante la dominación formal:

“Si vemos al capital primero en el proceso de producción inmediato, como un bombeo de plustrabajo, esta relación es
todavía muy simple; la conexión real se impresiona a sí misma en los portadores de este proceso, los capitalistas mismos, y
todavía está en sus conciencias. La feroz lucha por los límites de la jornada laboral muestra esto en una manera
sorprendente. Pero incluso dentro de esta esfera inmediata, la esfera del proceso inmediato entre el trabajo y el capital, la
materia no descansa en esta simple etapa.” (ibid. p. 966)

Ahora vamos a la fase de la dominación real:

“Con el desarrollo de la plusvalía relativa (que es lo que vimos en los Resultados – NDE) en el modo de producción
específicamente capitalista, que implica el crecimiento de las fuerzas productivas del trabajo social, estas fuerzas
productivas y el contexto social del trabajo aparecen el proceso de trabajo inmediato como trasladado del trabajo al capital.
El capital, por consiguiente, se convierte ya en un gran ser místico, ya que todas las fuerzas productivas del trabajo social
parecen atribuibles a él y, no al trabajo como tal, como un poder que brota de su propio vientre. Entonces el proceso de
circulación interviene, con todas las secciones del capital, incluso el agrícola, participando en el mismo grado, y así
desarrolla el modo de producción específicamente capitalista.” (ibid. p. 966)52

“Aunque esto funciona simplemente como un límite negativo sobre la formación de valor y plusvalía, da la apariencia de ser
un fundamento tan positivo como el trabajo mismo y de envolver una determinación independiente del trabajo que surge de
la naturaleza del capital.” (ibid.)53

Finalmente la última etapa:

“Además, no obstante, el proceso de producción real, como la unidad del proceso de producción inmediato y el proceso de
circulación, produce nuevas configuraciones (Gestaltungen) en las que los hilos de la conexión interna pierden cada vez
más, las relaciones de producción deviniendo independientes entre sí y los componentes del valor se osifican en formas
independientes.” (ibid. p. 967)

Esto aparece brillante y claro en la fórmula trinitaria del capital:

“En el capital-ganancia (o mejor aun en el capital-interés), la renta de la tierra, y el trabajo-salario, esta trinidad económica
como la conexión entre los componentes del valor y la riqueza en general y, sus fuentes, la mistificación del modo
capitalista de producción se completa, la reificación de las relaciones sociales, y la fusión inmediata de las relaciones de
producción materiales con su especificidad histórica y social: lo embrujado, vuelto al revés del mundo perseguido por
Monsieur Le Capital y Madame La Terre, que son al mismo tiempo caracteres sociales y meras cosas.”

“Esta fórmula corresponde también al propio interés de las clases dominantes, ya que predica la necesidad natural y la
justificación perpetua de sus fuentes de ingresos y erige esto en un dogma.” (Capital III pp. 968-9)

La autonomización acaba por eternizar las relaciones sociales. El capital quiere presentarse como un
hecho natural que ha existido por toda la eternidad y que simplemente ha seguido mejorando a lo largo
de los siglos para alcanzar su perfecta forma presente. De ahí la reificación de las relaciones sociales
expresas, como hemos visto, es en la misma fórmula trinitaria la que aparece como la justificación de la

52 De ahí la importancia del estudio de la circulación.


53 Aquí podemos encontrar la respuesta a la pregunta formulada en los Grundisse de que el tiempo de circulación no
interviene en la creación de valor. Esta respuesta, que se encuentra en el Volumen III de El Capital, se explica en detalle
en los Grundisse. Ya hemos demostrado la importancia de la circulación en el sistema capitalista. (El capital es
esencialmente capital circulante), pero tendríamos que ir más allá de los límites de este trabajo para desarrollar este
tema.
existencia de las clases. En una etapa más desarrollada, el capital media todas las relaciones entre los
hombres y niega las clases. Esto también está incluido en su definición de valor que se valoriza a sí
mismo, se vuelve el amo de todos los valores de uso junto con la “expropiación de todos los individuos
de sus medios de producción”. Negando las clases, esto es , disolviendo al proletariado en las clases
medias, enmascara el antagonismo fundamental. Todos los hombres son esclavos del capital. Esta
esclavitud se expresa en un orden jerárquico de las funciones de los hombres con respecto al capital. El
capital los fija en situaciones sociales determinadas para asegurar la reproducción de su valor en
proceso. Esta es la forma actual en la que la división del trabajo social ahora aparece.

La dominación se expresa finalmente en la siguiente inversión histórica; originariamente el hombre


explota la tierra, a través de relaciones sociales que expresan su alienación; explota la riqueza natural.
Hoy el hombre aparece como la única riqueza que es explotada por las relaciones sociales reificadas
que han alcanzado autonomía en la forma de capital:

“Permito que otra persona por medio del dinero etc., se apropie de la plusvalía. Por lo tanto, es bastante para que yo reciba
parte de esta plusvalía. Así como la tierra tiene valor porque me permite interceptar una parte de la plusvalía y, por
consiguiente, pago por esta tierra sólo la plusvalía que se puede interceptar gracias a ella,…” (TSV III p. 455)

El capital y la tierra tienen valor en la medida en que son medios de explotación del proletariado para
que, a través de él, el valor se valorice y produzca un incremento. La vida del capital presupone la
continua apropiación del trabajo vivo. Cuanto más la socialización del trabajo se manifiesta su
tendencia para fijar el trabajo en la forma muerta, cristalizada, trabajo objetivado, y así desvalorizarlo,
cuanto más el capital busca nuevos medios para apropiarse de nuevas cantidades de trabajo vivo. De
esto se deriva, por un lado, la profundamente mistificada teoría de las necesidades propagada por los
teóricos modernos y, por la otra, la reducción de toda la humanidad a la esclavitud. Plantear todo el
trabajo de la humanidad como una necesidad vital del modo de producción capitalista, es sólo otra
forma de negar las clases.54

Pero este intento de negar las clases no habría tenido ninguna posibilidad de éxito si no hubiera habido
otra causa para su nacimiento: la derrota del proletariado mundial en el periodo 1926-28. 55 La
mistificación significa el poder del capital más la derrota del proletariado. La sociedad actual vive de
una revolución momentáneamente derrotada.

Mistificación y sociedad moderna: el capitalismo disfrazado de comunismo

Obligada a tener en cuenta la fuerza del proletariado, la Rusia estalinista tuvo que disfrazarse y realizar
el triunfo del capital bajo la máscara del socialismo. Este enmascaramiento era un requisito de la
burguesía, como Lenin había comentado en 1905:

“… los señores burgueses no pueden llamarse a sí mismo por su nombre real aun, como tampoco pueden salir a la calle
desnudos.”

54 Esta transformación de todo el trabajo humano en trabajo necesario para el capital se trata de manera exhaustiva en los
Grundisse. Los abordamos en el capítulo 4 “Trabajo Productivo e Improductivo”, porque está ahí, a nivel teórico, que la
mistificación del capital opera con más fuerza. De hecho el trabajo de las clases medias – consumidores improductivos
– no tiene nada que ver con el trabajo productivo para el hombre; existe sólo porque es requerido por el movimiento del
capital.
55 Estas fechas corresponden a:
1926: Victoria de la teoría del socialismo en un sólo país dentro del Partido Bolchevique
1928: Victoria de la misma teoría en la internacional comunista
“Pero sus intereses en este momento exigen libertad, y la libertad no se puede ganar sin el pueblo y el respaldo del pueblo
no se puede asegurar a menos que uno se llame a sí mismo “demócrata”. (= un adherente del gobierno del pueblo), a menos
que uno oculte su monarquismo.” ('Revolutionary Struggle and Liberal Brokerage', (June 1905) in Collected Works Vol. 8 p.
489)

Usaron una máscara democrática a principio de siglo como las clases en la sociedad Rusa precapitalista
no estaban bien definida aun, y la revolución burguesa estaba por llegar. La máscara fue comunista
después de 1926, era vital para evitar una revolución, la revolución proletaria; el adversario que tenía
que ser utilizado: el proletariado.56

La mistificación es bastante real y tiene este carácter de realidad porque el capitalismo y el comunismo
tienen dos características comunes que les dan una base común:

a) Cooperación

“Como todas las formas desarrolladas del proceso de producción capitalista son formas de cooperación, nada es más fácil,
por supuesto, que hacer abstracción de su carácter específicamente antagónico, y, simplemente por alteraciones verbales
hacen que suenen como formas de asociación libre. Esto es lo que hace el Conde A. de Laborde en De l'esprit d'association
dans tous les interets de la communaute, Paris, 1818. H. Carey, el yanqui, realiza ocasionalmente este truco de magia, con
un éxito similar,incluso con las relaciones imperantes bajo la esclavitud.” (Capital I p. 671 fn. 3)

¡Carey ha tenido innumerables emuladores desde entonces!

b) La socialización de la producción. El capital aparece desde el comienzo como el periodo de la


producción social. De acuerdo con Marx:

“Si entonces, es modo de producción capitalista es una condición necesaria histórica para la transformación del proceso de
trabajo en un proceso social, por otro lado, esta forma social del proceso de trabajo es un método empleado por el capital
para la explotación más rentable del trabajo, aumentando su poder productivo.” (Capital I p. 453)

“La cooperación sigue siendo la forma fundamental del modo de producción capitalista, aunque en su forma simple
continúa apareciendo como una forma particular junto con las más desarrolladas.” (ibid. p. 454)

“Sin embargo, sobre las bases de la producción capitalista, las operaciones prolongadas de larga duración requieren mayores
adelantos de capital-dinero durante más tiempo. Por tanto, la producción en estas ramas depende de los límites que dispone
el capitalista individual de capital-dinero. Esta barrera es superada por el sistema de crédito y las formas de asociación
relacionadas con él, por ejemplo, las sociedades por acciones.” (Capital II p. 433)

El capital desarrollado ya no puede aguantar más esta mascarada y debe afirmarse de acuerdo con su
propio ser. Por eso la categoría de ganancia se está volviendo preponderante en Rusia. Sin embargo, los
rusos continúan hablando de comunismo por razones de conservación de clases. Sólo el proletariado
será capaz de desenmascarar esto. Ahora, durante la espera, es innecesario discutir esta mistificación,
porque es inherente a las relaciones capitalistas de producción. Tomó esta forma extrema en Rusia
simplemente porque la lucha de clases alcanzó allí una altura desconocida en otros lugares. Uno no
tiene que discutir esta mistificación, sino en cambio, hay que mostrar cómo el capital la engendra a
diario, y esto para lograr el trabajo desmitificador del partido que es el único que puede prepararse para
el asalto a las fortalezas del imperialismo.

56 Lenin escribió en 1915: “Para influir en los trabajadores, el burgués debe asumir la apariencia de socialistas,
socialdemócratas, internacionalistas, y similares, porque de lo contrario no pueden ejercer ninguna influencia.” ('Social
Chauvinist Policy behind a Cover of Internationalist Phrases' in Collected Works Vol. 21 p. 432)
Este es también el caso de los ex-países coloniales que han logrado la independencia. Han completado
su revolución burguesa en una manera más o menos secundaria, en un periodo histórico en que la única
revolución necesaria para la humanidad es la revolución comunista. Todos estos países, especialmente
aquellos donde la lucha armada ha sido importante, y donde, por consiguiente, el proletariado jugó un
rol determinante, incluso si no sobre la base de sus propios objetivos, se ven obligados a emplear esta
mistificación, si quieren construir su capitalismo en oposición al imperialismo mundial. La única forma
en que pueden realizar acumulación primitiva es presentándola como la construcción del socialismo.
Estos nuevos estados no pueden luchar contra el imperialismo al pedir capitalismo; si lo hicieran, cómo
podrían ser capaces de movilizar las masas en la lucha contra el monstruo del mundo. Sus máscaras es
el reconocimiento del hecho de que la sociedad capitalista ha tenido su día y que el comunismo es la
forma necesaria del futuro social humano. El proletariado debe proclamar el poder y la necesidad del
comunismo, muestra como el desarrollo del capital aumenta su poder y, lo unifica, formando la base
misma de su organización en una clase y, por lo tanto, en un partido.
Capítulo 6: Capital & comunidad material

(a) Disolución de la comunidad y movimiento del valor


(b) Comunidad y las formas de apropiación del plusproducto
(c) Oro y comunidad material
(d) Capital y comunidad material
- Nota sobre las formas de valor (1972)
- Nota sobre la alienación (1972)

A. Disolución de la Comunidad y Movimiento del Valor

Hemos indicado al comienzo que los dos puntos esenciales de la obra de Marx son:

- El origen del valor, sus determinaciones y sus formas

- El origen del trabajador libre, el trabajo asalariados

Estos dos problemas están, de hecho, estrechamente conectados, ya que tanto la autonomización del
valor de cambio como la producción del trabajador libre dependen igualmente de la disolución de la
comunidad antigua. De esto deriva otro aspecto de la obra marxiana: la exposición de la formación de
una comunidad material, que reemplaza a la comunidad preexistente. En realidad, el movimiento de
producción apareció como la expropiación del hombre y su atomización (producción de individuos) y
simultáneamente como autonomización de las relaciones sociales y de los productos de la actividad
humana, que se convierten en una fuerza opresiva: autonomización y reificación. Entonces el hombre
fue separado de su comunidad, o más precisamente ésta última fue destruida. Originariamente ésta era
una comunidad directa y natural, basada sobre relaciones aristocráticas puramente humanas; más tarde
una comunidad mediada por la tierra, pero en que las relaciones personales aun mantenían gran
importancia, en la que el valor de uso – por tanto, lo que es útil para el hombre – todavía tenía un rol
protagónico. A su vez, esto fue destruido por el desarrollo del dinero. Las diferentes comunidades
habían intentado marginar el dinero de las relaciones sociales, en cuanto ajenas a las mismas
comunidades. De ahí el anatema de la corrupción del oro. Con el capitalismo, una etapa ahora
completada por la autonomización del valor de cambio, los últimos residuos de las comunidades fueron
destruidos. La forma de producción Asiática, que había sobrevivido en América, Asia y África
colapsaron. Por lo tanto, debemos hacer la siguiente pregunta: ¿puede el dinero reemplazar la
comunidad natural o mediada por la tierra; y si el dinero no puede hacer esto, puede el capital?

Podemos decir de inmediato que, desde el punto de vista político superestructural, este problema
obsesionó a los revolucionarios de 1789. ¿Cómo unificar a los hombres que han sido separados por el
proceso de producción? ¿Cómo se puede reemplazar la vieja comunidad? Encontraron una solución
constitucional, institucional: las instituciones deberías ser creadas, un contrato social acordado. Pero
estas instituciones, basadas en la producción simple de mercancías y en el desarrollo muy débil del
capitalismo, podría en en realidad no ser el principio constitutivo de esas porciones de humanidad que
eran las naciones. Querían tratar definitivamente formas que eran simplemente transicionales. De ahí la
mistificación57.

57 Esta mistificación de los revolucionarios franceses por el movimiento histórico es tratada por Marx en sus obras
filosóficas, en los Urtext y en los “Fragmentos aislados” de los Resultados. Cf. también el estudio sobre el movimiento
obrero francés. (Este estudio, iniciado en 1959, quedó incompleto. Solo la primera parte fue terminada y publicada en
Invariance Serie I, no. 10. Debemos tener en cuenta que la clase dominante estaba tan mistificada durante la llegada del
fascismo presentándose como un hombre armado, el operador de una transformación social para llevar a los hombres
Antes de analizar la correlación entre la producción de mercancías y las relaciones sociales que
preceden al capitalismo, debemos indicar el movimiento general que ya hemos mencionado.

a. Transformación de los productos de objetos útiles para el hombre, en mercancías. Originariamente


esto es episódico y contingente. Los intercambios tienen lugar entre las comunidades. Existe la forma
simple de valor: x mercancía A ←→ y mercancía B: trueque. Marx insistió mucho en el hecho de que
los primeros intercambios no fueron entre los individuos, por la sencilla razón de que los individuos
como sujetos de intercambio no existían.

b. Multiplicación de los intercambios totales o desarrollo de la forma valor: x mercancía A ←→ y


mercancía B ←→ z mercancía C. Los intercambios tienen lugar dentro de la comunidad, no sólo entre
comunidades. La autonomización de las distintas unidades que componen la sociedad feudal. Pero
luego la autonomización se reanudó en los márgenes de la sociedad, contra los deseos del hombre.

“No bien el oro y la plata (o cualquier otra mercancía) se han desarrollado como medida del valor y medio de circulación
(en cuanto este último, sea en su forma corpórea o sustituidos por un símbolo) se convierten en dinero, al margen de la
participación y la voluntad de la sociedad. Su poder aparece como una fatalidad y la conciencia de los hombres,
particularmente en las condiciones sociales que sufren un desarrollo más profundo de las relaciones del valor de cambio, se
rebela contra el poder que con respecto a ellos adquiere un material, una cosa; contra la dominación, que parece demencia
pura, del metal maldito.” (Urtext pp. 257-8)

B. Comunidad y Formas de Apropiación del Plusproducto

Así se genera una oposición entre el movimiento de la sociedad y el movimiento económico, una
oposición entre éste último y las formas de propiedad, reflejos jurídicos superestructurales de las
relaciones económicas58. Son las relaciones jurídicas que las expresan la comunidad de los hombres y
al mismo tiempo indican en qué medida la comunidad se ve más o menos perjudicada por el desarrollo
del valor. Anticipando, se puede decir que éste último subordinará las relaciones de propiedad. Esto
implica que, en un momento determinado, el vínculo entre el movimiento de la sociedad y el

más allá del capitalismo; asímismo, originariamente se levantó contra el capitalismo como fenómeno mundial. De
hecho permitió la perfecta realización de la dominación real del capital y fue uno de los elementos esenciales para la
generalización de esta dominación en escala planetaria. (Nota de Mayo de 1972)
58 Cf. los Grundisse y el texto incompleto de Bordiga Proprieta e capitale sobre este asunto. (Proprieta e capitale
apareció en Prometeo serie I, nos. 1013, serie II nos. 1-4 (1948-52)).
Los elementos esenciales de este trabajo son:
a) El análisis de la evolución del sur de Italia, que Bordiga no caracterizó por la continuación de las formas
precapitalistas de producción y por un regreso al feudalismo; para él Nezzogiorno es un área en que el capitalismo se ha
desarrollado desde hace mucho tiempo, y es de hecho el área, como Engels también observó, donde primero se
desarrolló.
b) El monopolio no es un fenómeno reciente en la vida del modo de producción capitalista: “El capitalismo es una clase
monopolista, y todo el capital acumulado y se acumula cada vez más como la dotación de una clase dominante, y no la
de determinadas personas y firmas.”
c) La tendencia moderna de la empresa sin propiedad: “El Estado moderno realmente no tiene una actividad económica
en absoluto, sino que siempre la delega a través de contratos y concesiones a grupos capitalistas.”
d) No se trata de una subordinación parcial del capital al Estado, sino de una subordinación ulterior del Estado al
capital.
e) “… hoy ya no existen las clases nacionales burguesas, sino una burguesía mundial… Hay Estado nacionales de una
clase capitalista mundial.”
Además, también puede haber un modo de producción capitalista sin una clase capitalista. Este problema fue resuelto
con especialmente a propósito de la evolución económica y social de la URRS (este tema fue más tarde el centro de
otros estudios de Bordiga)
f) Indicación de las características fundamentales del comunismo. (Nota de Mayo de 1972)
movimiento económico se producirá dentro la forma de apropiación del plustrabajo, y que más tarde
será el movimiento económico el que subyace en el movimiento de la sociedad. Los dos movimientos
coinciden en el acto del intercambio entre la fuerza de trabajo y el capital, que es simultáneamente una
relación económica y social. Este es el momento cuando un acto particular de intercambio determina el
carácter universal de la forma social. Entonces el intercambio produce dos resultados: la formación del
dinero, el equivalente general que tiende a la autonomía; y la autonomización de una única relación.
Estas son las dos precondiciones para el capital; la primera es válida para periodos históricos de
producción previos, el segundo es absolutamente característica del capitalismo.

El análisis del intercambio es muy importante, pues el intercambio juega un rol determinante en la
forma asumida por la propiedad. En realidad, en sociedades estables, la apropiación es propiedad en el
sentido de que la apropiación de plusvalía deriva de la tierra (esto es también válido para el caso de la
esclavitud). Con el desarrollo de la producción y de las necesidades, como con el desarrollo de la
división del trabajo, la propiedad no puede realizarse en una manera directa, sino sólo a través de un
intercambio a mediano plazo. La propiedad pierde así su fijeza y se vuelve apropiación. Marx analizó
este fenómeno en los Urtext59.

No examinaremos todo el movimiento histórico. Basta con limitarnos al periodo de la producción


simple de mercancías y el capitalismo. Con el primero, la comunidad feudal se destruye, incluso si sus
vestigios pueden persistir (es raro encontrar formas puras). Nos enfrentamos a individuos separados por
el proceso de trabajo y que producen independientemente los unos de los otros, dominados por la
autonomía del valor de cambio:

“Es ante todo en el dinero, y precisamente en la forma más abstracta, y por ende la más carente de sentido, la más
incomprensible — una forma en la que se ha abolido toda mediación— , en donde se hace visible la transformación de las
relaciones sociales recíprocas en una relación social fija, anonadante, que subsume a los individuos. Y precisamente el
fenómeno es tanto más duro, por cuanto brota del supuesto de que estamos ante particulares libres, personas aisladas como
átomos, que actúan a su arbitrio y sólo se relacionan entre sí, en la producción, en virtud de sus necesidades recíprocas.”
(ibid. p. 258)

De hecho es en el periodo de la producción simple de mercancías cuando se crearon las bases de la


libertad y la igualdad, ya que es en este periodo que la ley del valor se manifiesta en toda su pureza:
libertad para intercambiar mercancías, comercio libre, sin el cual las mercancías no podrían enfrentarse
entre sí, y por lo tanto no tendrían posibilidad de realizar el valor en el centro del proceso de
intercambio; igualdad, ya que solo las mercancías que contienen cantidades iguales de trabajo pueden
ser equivalentes. La revolución burguesa ha hecho nada más que generalizar estos hechos, ya que la
misión histórica de la burguesía era instaurar el capitalismo que, en primera instancia, fue simplemente
la generalización de la producción de mercancías, y más tarde su dominación y sumisión a la ley del
valor60. Todo esto implica que la riqueza se basa en el trabajo. Así la apropiación de la riqueza podría
tener lugar cuando la comunidad ya no pudiera mediar en ella;

“Los sujetos del intercambio se presentan en un primer momento como propietarios de mercancías. Como sobre la base de
la circulación simple existe únicamente un método por el cual alguien se convierte en propietario de una mercancía — a
saber por. medio de un nuevo equivalente— , la propiedad de la mercancía, propiedad que antecede al intercambio — es
decir la propiedad de la mercancía que no ha sido apropiada por medio de la circulación, la propiedad de la mercancía que,

59 También debe notarse que en Marx la apropiación (Aneignung) es muy similar a lo que otros llaman asimilación, es
decir, en un cierto modo el movimiento que transforma la cosa exterior en una cosa para el sujeto, lo que implica
posesión (Besitz) no propiedad (Eigentum). (Nota de Mayo de 1972)
60 Nótese la diferencia: en el capitalismo, la comparación de mercancías es una forma de realizar una ganancia, una vez
que la plusvalía ha sido arrancada del proletariado.
antes bien, debe primeramente entrar en la circulación— , se presenta como dimanando inmediatamente del trabajo de su
poseedor y el trabajo como el modo original de la apropiación.” (ibid. p. 227)

“Por consiguiente, el proceso de surgimiento de las mercancías, por tanto también el de su apropiación originaria, se
ubican más allá de la circulación. Pero como sólo por intermedio de la circulación, por tanto de la enajenación del
equivalente propio, es posible apropiarse de uno ajeno, el trabajo propio está supuesto necesariamente como proceso
originario de la apropiación, y la circulación, en realidad, sólo como intercambio recíproco de trabajo que se ha encarnado
en múltiples productos.” (ibid. p. 227)

“La propiedad fundada en él trabajo propio constituye, en al marco de la circulación, la base de la apropiación de trabajo
ajeno.” (ibid. p. 227)

“Y como desde su punto de vista sólo es posible apropiarse de mercancías ajenas, en consecuencia de trabajo ajeno,
mediante la enajenación del propio, el proceso de apropiación de la mercancía, previo a la circulación, aparece
necesariamente desde su punto de vista como apropiación efectuada por intermedio del trabajo. Dado que la mercancía en
cuanto valor de cambio es únicamente trabajo objetivado… La circulación muestra tan sólo cómo esa apropiación
inmediata, gracias a la mediación de una operación social, transforma la propiedad sobre el trabajo propio en propiedad
sobre el trabajo social.” (ibid. p. 228)

Esta es la base en la que la sociedad burguesa se levantó:

“Una vez supuesta la ley de la apropiación por el trabajo propio — y es este un supuesto que surge del análisis mismo de la
circulación, en modo alguno un supuesto arbitrario— , se deduce de suyo la vigencia en la circulación de un reino de la
libertad e igualdad burguesas, fundado en dicha ley.” (ibid. p. 229)

“Si la apropiación de mercancías por el trabajo propio se presenta como la primera necesidad, aparece como la segunda el
proceso social por medio del cual debe ponerse primeramente ese producto como valor de cambio y, en cuanto tal,
reconvertírsele en valor de uso para los individuos. Después de la apropiación por el trabajo o la objetivación del trabajo, su
enajenación o la transformación del mismo en forma social se presenta como la ley siguiente. La circulación es el
movim[iento] en que el producto propio es puesto como valor de cambio (dinero), o sea como producto social, y el producto
social como propio (valor de uso individual, objeto del consumo individual).” (ibid. p. 229)

Se llega así a la total parcelación de los hombres, y la simultánea socialización de su producto, ya que
el producto del individuo sólo puede intercambiarse en la medida en que posea un carácter social. La
contradicción es tanto mayor cuanto que el aspecto social ya no se deriva de la organización de la
sociedad, sino del movimiento económico. Ya no es la asociación de los hombres, sino más bien su
división, lo que conduce a la socialización de sus productos.

“El intercambiante ha producido mercancías, y precisamente para productores de mercancías. Esto implica: por una parte,
ha producido mercancías como individuo privado independiente, por propia iniciativa, determinado tan sólo por su propia
necesidad y sus capacidades propias, por sí mismo y para sí mismo, no como integrante de una entidad comunitaria natural
(Gemeinwessen) ni como individuo que participa en forma inmediata —en cuanto ser social— en la producción y que por lo
tanto no se comporta con su producto como con una fuente inmediata de subsistencia. Por otra parte, empero, ha producido
valor de cambio, un producto que sólo se convierte en producto para sí mismo luego de pasar por determinado proceso
social, determinada metamorfosis. Por consiguiente ha producido ya, dentro de un contexto, bajo condiciones de producción
y relaciones de intercambio que deben su existencia a un proceso histórico, pero que se le presenta a él como necesidad
natural. La independencia d[e la] producción] individual se complementa de esta suerte con una dependencia social, que
encuentra su correspondiente expresión en la división del trabajo.” (ibid. p. 231)

El individuo no ha producido como miembro de una “comunidad natural”, y aun a través del
intercambio y de la división del trabajo, su producto se vuelve social. Él debe la posibilidad de
apropiarse de un producto no por la participación en una comunidad, sino más bien al hecho de que él
mismo ha producido uno también. Este es el comienzo de la comunidad material creada por medio de
la producción, o, más exactamente, por medio de sus productos. Una comunidad como esta ya no puede
resultar de la unión o la reunión de los hombres, sino de las de cosas, mientras que al mismo tiempo
debe también estabilizar los vínculos entre ellos. La apropiación o la no apropiación del producto, y por
tanto del plusproducto, debe derivar de la pertenencia o no pertenencia de la comunidad, ya que debe
constituir el elemento mediador una vez sostenido por la comunidad natural. Estas son cuestiones que
deben tratarse con precisión si queremos comprender la realización histórica de esta comunidad.

“El carácter privado de la producción del individuo productor de valores de cambio, se presenta incluso como producto
histórico; su aislamiento, su conversión en un punto autónomo en el ámbito de la producción, están condicionados por una
división del trabajo que a su vez se funda en una serie de condiciones económicas, por obra de las cuales el individuo está
condicionado, desde todos los puntos de vista, en su vinculación con otros y en su propio modo de existencia.” (ibid. p. 231)

Además:

“Los individuos se enfrentan sólo como propietarios de valores de cambio, en cuanto individuos que gracias a su producto,
la mercancía, se han conferido mutuamente una existencia social.” (ibid. p. 234)

La separación del hombre alcanza un máximo; la circulación aun destruye su aislamiento, pero de
manera que su comunidad derivada de una reunificación permanece externa a ellos. Su duración
depende de la duración del intercambio. Tan pronto como la serie de intercambios termina, tan pronto
como el individuo consume o vuelve a la producción, la comunidad también está abolida.

“(Los individuos) carecen de toda relación recíproca, desde el punto de vista del proceso metabólico social que se opera en
la circulación. Mutuamente existen sólo como cosas, lo que en la relación monetaria — donde la entidad comunitaria
(Gemeinwesen) misma se presenta ante todo como una cosa extrínseca y por tanto fortuita— no hace más que seguir
desarrollándose. El hecho de que la vinculación social, que surge de la colisión de los individuos autónomos, aparece a la
vez como una necesidad objetiva y como un vínculo que les es exterior, representa precisamente su independencia, para la
cual la existencia social es ciertamente una necesidad, pero sólo un medio, de modo que a los individuos mismos se les
presenta como algo extrínseco, y, en el dinero incluso como una cosa tangible…. Como no están subsumidos en una entidad
comunitaria (Gemeinwesen) de origen natural, ni, por otra parte, subsumen a ellos, como seres conscientemente colectivos,
la entidad comunitaria, ésta debe existir frente a ellos — los sujetos independientes— como un ente que para esos sujetos es
como una cosa, igualmente independiente, extrínseco, fortuito. Es ésta precisamente la condición para que esas personas
privadas e independientes estén a la vez en una interconexión social.” (ibid. pp. 234-5)

La comunidad material es requerida para superar esta fragmentación humana. Además, el complejo
social determina el elemento individual:

“Cuando el individuo produce como individuo, individuo privado — de esta suerte su posición misma en modo alguno es
un producto natural, sino el resultado refinado de un proceso social— el carácter social se revela en que él está
determinado, en el contenido de su trabajo, por la interconexión social 61, y en que sólo trabaja como miembro de la misma,
…” (ibid. pp. 236)

Aquí la relación se invierte: en la antigua comunidad se permitió que el individuo se desarrollara, ahora
es el individuo quien explota la comunidad, para expandirse.

“La división del trabajo concebida así como reproducción social de la individualidad particular — que con ello es, a la vez,
un eslabón en el desarrollo total de la humanidad y al mismo tiempo habilita al individuo, por medio de su actividad
particular, para el disfrute de la producción general, el disfrute social omnilateral; esta concepción, tal como resulta de la
circulación simple, que confirma por tanto la libertad de los individuos en lugar de suprimirla, es aún la que está en boga en
la economía burguesa.” (ibid. p. 237)

61 Zusammenhang, que anteriormente traducimos como relación, también significa vinculación, conexión, etc., y debe
incluirse en un conjunto de relaciones de dependencia entre seres. Conjunto social o complejo social utilizado para
traducirlo en la edición Ediciones sociales parece válido. (Nota de Mayo de 1972)
La comunidad natural ha sido definitivamente destruida, mientras que la comunidad material tiene una
existencia accidental; además, existe una distorsión entre el elemento material y las diversas formas
superestructurales de la disolución de la comunidad natural; entre la vida social, el hombre y el
movimiento de la riqueza material. Y aún así, paralelamente al desarrollo histórico, las relaciones
económicas se vuelven cada vez más importantes y se autonomizan; el movimiento del valor de cambio
finalmente se impone sobre el hombre. Ahora, ¿podrían las relaciones económicas reemplazar a la
comunidad natural? O, ¿podría esta comunidad realizarse a través del oro, es decir, a través del valor de
cambio autónomo?

C. Oro y Comunidad Material

El oro tiende efectivamente a constituirse como comunidad material: permite la universalización de los
intercambios materiales en la sociedad, sin que los individuos entren en contacto.

“Aquí el dinero aparece de hecho como la comunidad existente efectiva fuera de ellos,” (ibid. p. 881)

Marx hace la siguiente observación en los Grundisse:

“Es la condición previa elemental de la sociedad burguesa es que el trabajo debe producir
inmediatamente valor de cambio, por lo tanto dinero, y de manera similar que el dinero debe comprar
inmediatamente trabajo, y por consiguiente al trabajador, pero no en la medida en que enajena su
actividad en el intercambio. El trabajo asalariado por un lado, el capital por el otro, son por tanto
otras formas del valor de cambio desarrollado, y el dinero como su encarnación. El dinero, por lo tanto,
inmediatamente y simultáneamente se convierte en la comunidad real, ya que es la sustancia general
para la sobrevivencia de todos, y al mismo tiempo el producto social de todos. Pero, como hemos visto,
en el dinero la comunidad es al mismo tiempo una abstracción, una simple cosa externa, accidental para
el individuo, y al mismo tiempo meramente un medio para su satisfacción como individuo aislado. La
comunidad antigua presupone una relación muy diferente para, y por parte del individuo. El desarrollo
del dinero en su tercera determinación por lo tanto rompe esta comunidad. Toda producción es una
objetivación del individuo. En el dinero (valor de cambio), sin embargo, el individuo no está objetivado
en su determinación natural, sino en una determinación (relación) social que es, al mismo tiempo,
externa a él.” (Grundrisse pp. 225-6)

La incapacidad del dinero para fundar una comunidad estable se debe al hecho de que, con el dinero, el
valor de cambio tiende a la autonomía total, pero sin alcanzarla ya que aún no ha logrado subordinar el
movimiento social. Sin embargo, la constitución del valor de cambio en comunidad material es la
mejor garantía de su autonomía.

D. Capital y Comunidad Material

1) Predominancia del elemento social sobre el elemento material

Esta incapacidad del dinero está ligada directamente a la producción simple de mercancías. En esta, el
elemento material predomina sobe el movimiento social; el proceso de trabajo sigue siendo dominante:

“En el movimiento M-D-M lo material se presenta como el motivo real del movimiento; el movimiento social sólo como
mediación evanescente destinada a satisfacer las necesidades individuales.” (Urtext p. 254)
La búsqueda del valor de uso es todavía demasiado determinante en este periodo histórico de
producción, por lo que el dinero sólo es un simple medio. Es, sin duda, la riqueza general, social contra
la que la riqueza individual puede ser medida, pero no es ni la meta, ni el contenido del movimiento:

“La forma M-D-M, esa corriente de la circulación en la cual el dinero sólo figura como medida y moneda, aparece, pues,
únicamente como forma mediada del trueque, en cuya base y contenido no se ha modificado nada.” (ibid. p. 256-7)

Además, esta es una forma rígida, ya que cada elemento excluye al otro. La mercancía particular
excluye al dinero, la mercancía general, la que, a su vez, debe ser reemplazada por otra mercancía
particular. De hecho, el dinero sólo puede tener una autonomía negativa: el atesoramiento. Así como
observamos en el primer capítulo, Marx define la transformación del dinero en capital de la siguiente
manera:

“En el capital el dinero ha perdido su rigidez, y de cosa palpable que era, ha pasado a ser proceso.” (ibid. p. 268)

De manera paralela, el elemento social tiende a dominar al elemento material. Así es como Marx
caracteriza el movimiento D-M-D.

“En el intercambio efectivo del dinero por la mercancía, tal como lo expresa la forma D-M-D — por tanto cuando el ser real
de la mercancía es su valor de uso, y la existencia real del valor de uso su consumo— , el valor de cambio mismo debe
resurgir de la mercancía que se realiza como valor de uso, y el dinero y el consumo de la mercancía tienen que aparecer
tanto en cuanto forma de la conservación del valor de cambio como en cuanto forma de su autovalorización. Ante él, la
circulación se presenta como momento del proceso de su propia realización.” (ibid. p. 271)

Esta realización requiere, como hemos visto, la completa subyugación de una valor de uso particular: la
fuerza de trabajo. El carácter social del movimiento se revela en este punto. El intercambio del dinero
por la fuerza de trabajo determina todo el carácter del modo de producción capitalista. Por tanto, es una
determinada relación social, la relación capitalista-proletario (hombre sin reservas), que domina la
relación de la riqueza material. Tal relación, por tanto, no será fortuita o inesencial, sino más bien,
fundamental.

“En la circulación simple el contenido del valor de uso era indiferente, estaba excluido de la determinación formal
económica. Aquí dicho contenido es un momento económico esencial de la misma. Entonces, el valor de cambio tiene
primeramente la determinación de valor que se conserva en el intercambio, sólo porque se intercambia con el valor de uso
que se le opone con arreglo a su propia determinación formal.” (ibid. p. 277)

“Es solamente la naturaleza específica del valor de uso que se ha comprado con dinero — esto es, que su consumo, el
consumo de la capacidad de trabajo, es producción, tiempo de trabajo objetivante, consumo que pone valor de cambio, o
dicho de otro modo, que su existencia real como valor de uso es la creación de valor de cambio— , la que convierte el
intercambio entre dinero y trabajo en el intercambio específico D-M-D, en el cual está puesto como objetivo del intercambio
el valor de cambio mismo, y donde el valor de uso adquirido es de manera inmediata valor de uso para el valor de cambio,
esto es, valor de uso que po[ne] valor.” (ibid. p. 279)

El valor de cambio ha subyugado al movimiento social. Los hombres entran en relaciones de


producción cuyo objetivo ya no es el valor de uso, sino el valor de cambio. Ahora puede establecer una
comunidad material estable, es decir, ya no resultante de relaciones accidentales.

2) Circulación y Comunidad Material

La comunidad material, obviamente, condiciona las relaciones entre la circulación y la producción. La


producción ya no se plantea simplemente al lado de la circulación; al contrario, se convierte en uno de
sus momentos. Las mercancías se habían producido previamente como valores particulares, y la
socialización fue posible gracias a la circulación, por lo tanto, se encontró una unidad común (dinero).
Ahora es el capital el que las posiciona socialmente, y la circulación ya no es como antes una etapa de
su socialización, sino más bien un momento de su realización, de su metamorfosis, que, en realidad, es
la metamorfosis del propio capital, que se transforma de CM a CD, de hecho, es a través de la
circulación que es fundada la comunidad material – que se hace necesaria. Hemos visto el primer
momento: la autonomización del dinero, que apareció como un proceso teórico sin contacto con la
realidad, de modo que el movimiento económico parecía divergir del movimiento social.

“El producto se convierte en mercancía; la mercancía se convierte en valor de cambio; el valor de cambio de la mercancía es
su inmanente propiedad dineraria; ésta, su propiedad dineraria, se separa de ella en la forma de dinero, y alcanza una
existencia social general separada de todas las mercancías particulares y su modo natural de existencia.” (Grundrisse pp.
146-7)

Pero esta abstracción es absolutamente necesaria para preparar el otro proceso práctico: la formación
real de la Gemeinwessen; de hecho, sobre todo, es vital que se rompan las viejas relaciones sociales:

“En el caso del mercado mundial la conexión del individuo con todos, pero al mismo tiempo también la independencia de
esta conexión con respecto al individuo se ha desarrollado a un nivel tan alto de la formación del mercado mundial ya
contiene al mismo tiempo las condiciones para ir más allá. Comparación en el lugar de la comunalidad62 y generalidad
real.” (ibid. p. 161)

Es el periodo de la producción generalizada y mercantil: la edad de oro de la ley del valor y de los
conceptos de libertad e igualdad, por tanto de democracia (política). La democracia es comparación
par excellence. Sin embargo, su estándar es el hombre abstracto, mientras que el contenido real del
hombre - la fuerza de trabajo – entra en el movimiento económico.

Esto último durante el periodo de dominación formal del capital, en el que el capital variable es el
elemento fundamental. No se trata aun de estructurar una nueva Gemeinwessen, sino:

“… ciertamente esta relación reificada es preferible a la falta de cualquier conexión, o a la simple conexión local que
descansa en los lazos de sangre, o en relaciones primitivas, naturales, o relaciones amo-sirviente. Igualmente cierto es que
los individuos no pueden dominar sus propias interconexiones sociales antes de que ellas los haya creado.” (ibid. pp. 161-2)

Además:

“El extrañamiento63 y la independencia en la que (es decir, la conexión -NDE) existe frente a ellos, sólo muestra que todavía
están ocupados en la creación de las condiciones de su vida social en lugar de haberlo iniciado sobre la base de esta
condiciones.” (ibid. p. 162)

Antes de que puedan transformarse, las relaciones sociales deben, en cierto sentido, alcanzar su pleno
desarrollo. El devenir, por tanto, será la universalización de la alienación de los individuos y de las
relaciones sociales, para que al final:

“Estas relaciones de dependencia reificadas también aparecen, en antítesis de las de dependencia personal (la relación de
dependencia reificada no es más que relaciones sociales que se han vuelto independientes y ahora entran en oposición a los
individuos aparentemente independientes; es decir, las relaciones recíprocas de producción separadas y autónomas de los

62 Gemeinschaftlichkeit implica la idea de la posibilidad de formar la comunidad (Gemeinschaft) (Nota de Mayo de 1972)
63 Fremdartigkeit literalmente significa alienación (Fremd = alienación) por naturaleza, por lo tanto, bizarrerie, naturaleza
diferente, heterogeneidad, etc. (cf. ¡diccionario!) Marx quiso decir que el ensamble de las relaciones forma algo externo
a los individuos, que este ensamble está alienado a ellos, hay una especie de hiato entre los individuos y esas relaciones.
La externalidad es un Estado, lo distinguimos de extrañamiento (=Entfremdung) que la mayoría traduce como
alienación.
individuos) en tal manera en que los individuos ahora son gobernados por abstracciones mientras que antes dependían entre
sí.” (ibid. p. 164)

Pero volvamos a la circulación propiamente tal. Precisamente durante su estudio, Marx muestra como
se erige el cuerpo material de la comunidad. Se ha visto que una notable diferencia entre dinero y
capital reside precisamente en su comportamiento diferente con respecto a la circulación. El primero
está abandonado y perdido allí, el segundo se conserva y multiplica.

“La circulación del dinero, como la de las mercancías, comienza en una infinidad de puntos diferentes, y regresa hacia una
infinidad de puntos diferentes. Salido de un sólo centro hacia los diferentes puntos de la periferia y el regreso desde todos
los puntos en la periferia hacia un solo centro no tiene lugar en el proceso de circulación en la etapa que aquí está siendo
examinada, es decir, su etapa inmediata; pertenecen, más bien a un sistema circulatorio “mediado por un sistema de
bancario.”… Sin embargo, la circulación propiamente dicha, no obstante, comienza sólo donde el oro y la plata dejan de ser
mercancías.” (ibid. p. 186)64

En otras palabras, en el periodo de circulación simple de mercancías, el movimiento del valor se


dispersa a lo largo de todo el cuerpo social donde es capaz de penetrar. Evidentemente su falta de
estructura y mediación significa que se puede interrumpir, fragmentar y así inhibir. Con el capital, el
movimiento del valor resulta en la formación de una estructura centralizada; hay un movimiento desde
el punto central hacia la periferia, y un movimiento de retorno. La circulación está mediada por el
sistema bancario. Esto implica que el capital genera órganos que regulan y controlan su vida, su
proceso vital, paralelo a su progresión. El proceso no puede separarse de la vida social, ni puede
simplemente ser sobreimpuesto a ella; debe controlarlo para asegurar su propia eternidad, ya que deriva
de una relación fundamental: el trabajo asalariado, es decir, el intercambio con el trabajo vivo. La
historia del capital claramente muestra esta progresión, desde las asociaciones primitivas hasta las
grandes sociedades anónimas, que implican la existencia de bancos que centralizan la vida del capital,
bolsas de valores, donde diversos valores del capital se encuentran. Finalmente, el capital financiero
comprende la concentración más avanzada y por consiguiente la construcción de la unidad. Aparecen
institutos económicos junto al capital financiero, que se ocupan del análisis del mercado, planes de
recuperación y desarrollo, etc.. Esto indica que este ser impersonal ha terminado por crear órganos que
secularizan las bases para una cierta conciencia de los problemas fundamentales. Aquí se comprende
plenamente lo que Marx vislumbró en los Grundisse en una etapa determinada de su estudio del
capital:

“… nos abrió la perspectiva, que todavía no puede definirse con precisión en este punto, de una relación específica del
capital con las condiciones generales comunales de la producción social como distintas de las condiciones de un capital
particular y su proceso de producción particular.” (ibid. p.
533)

El proceso teórico del intercambio ahora tiene un contenido, ya no está formado, porque es intercambio
de capital; aunque en diferentes formas, en cada movimiento puntual del intercambio, el capital
siempre aparece: capital-dinero (CD), capital-mercancía (CM), capital productivo (CP). Es una
verdadero metabolismo de capital (cf. Grundisse). El intercambio ya no resulta de la dominación de
una elemento extraño que es posicionado negativamente contra el movimiento en el sentido de que se
pierde en él, mientras se abandona, allí (es decir, la formación del dinero), sino resulta más bien en el
crecimiento del valor adelantado, es decir, del capital.

64 Esta es una observación fundamental, renovada por Marx en su estudio: “La circulación del dinero comenzó en un
número infinito de puntos y regresó a un número infinito de puntos. El punto de regreso no se planteó en modo alguno
como el punto de partida. En la circulación del capital, el punto de partida es planteado como el punto terminal y el
punto terminal como el punto de partida.” (Grundrisse p. 516)
3) Capital Fijo y Comunidad Material

Pero esto sólo puede ocurrir porque el capital ha creado su propia base, reemplazando las bases de las
sociedades previas; capital fijo. Este puede ser valor que ha dejado de circular y, en cierto sentido, es
depositado, porque el peso del valor de uso es demasiado grande para el valor de cambio (al igual que
un partícula se convierte en sedimento, y así se deposita desde el momento en que su peso se hace
efectivo, cuando ninguna otra fuerza es capaz de obstaculizarlo), o valor que circula muy lentamente.
En el primer caso, es toda la infraestructura productiva construida a los largo de los siglos; en el
segundo, las máquinas que permiten incrementar la productividad del trabajo. En todo caso, es la
socialización que realiza el capital, como tuvimos ocasión de ver en el curso del estudio del capital fijo
durante el periodo de la dominación real. Marx observa que:

“… este capital fijo es el hombre mismo.” (ibid. p. 712)

Este es el momento exacto en que el capital se constituye en comunidad. El intercambio fundamental


ya no aparece como un intercambio entre el trabajo vivo y el trabajo objetivado, pero es un intercambio
nutritivo (Grundisse) entre el capital circulante, que incluye la fuerza de trabajo, y el capital fijo. Así
los economistas pueden ahora teorizar que se requiere un equilibrio entre estos dos elementos para
evitar la crisis. Tal teoría sólo puede interpretar la necesidad de vínculos entre el centro y la periferia,
entre la superficie y el interior de la comunidad material; porque así es cómo se plantea el capital ahora.

“Sin embargo, el capital efectivamente existe desde el principio como Uno o Unidad en oposición a los trabajadores como
como Muchos. Y así aparece como la concentración de trabajadores como distinto del trabajo, como una unidad que cae
fuera de ellos. En este aspecto, la concentración está contenida en el concepto de capital – la concentración de muchas
capacidades de trabajo vivo para un propósito; una concentración que no necesita de ninguna manera haber sido establecida
en la producción, o penetrado en la producción, en el origen. El efecto centralizador del capital sobre las capacidades de
trabajo, o postulación de la misma como la existencia de la unidad independiente y externa de estos muchos.” (ibid. p. 590)

El movimiento completo ahora se puede resumir de la siguiente manera. Durante la producción simple
de mercancías, el intercambio era el medio de expropiar valores. Durante el capitalismo, la circulación
permite la apropiación de una mercancía particular, y la apropiación del valor presupone su consumo.
Pero este consumo sólo puede ser realizado productivamente (existen vínculos entre el movimiento
social – el trabajador libre – el movimiento del intercambio de valor – producción y consumo), de ahí
la necesidad del proceso de producción inmediato. Como fuerza de trabajo, el hombre debe volverse
una mercancía, para que no haya sólo apropiación, sino también creación de plusvalía. Además, la
apropiación ya no puede ser directa, sino indirecta y mediada por el proceso de producción, cuya
subordinación fue al principio innecesaria, mientras ahora es la condición primordial para la génesis del
valor. Por eso también el acto del intercambio, la relación social, adquiere una materialidad profunda,
o, recíprocamente, por eso la forma social domina el aspecto material.

Los Resultados permitieron esclarecer la propia naturaleza del capital, su proceso de trabajo y su
proceso de valorización. Este último se convierte en el elemento esencial y en la propia naturaleza del
capital, es decir, intenta liberarse del proceso de trabajo, para que no sea otra cosa que valorización:
autonomización del capital. A medida que esto se realiza, el capital aparece:

“… un poder social externalizado, autonomizado…” (Capital III p. 373)


El capital ha crecido a expensas del trabajo humano, no sólo de los proletarios, sino también de los
trabajadores pasados. Ahora es un monstruo animado65.A través del movimiento social, el capital se ha
apoderado de toda la materialidad del hombre, que ahora no es más que un sujeto de explotación, un
determinado tiempo de trabajo:

“El tiempo lo es todo, el hombre no es nada; él es, a lo sumo, la carcasa del tiempo.” (La Miseria de la Filosofía en MECW
6 p. 127)

Así, el capital se ha convertido en la comunidad material del hombre. Ya no hay ninguna distorsión
entre los movimientos sociales y económicos, ya que éste último ha subordinado completamente al
primero. Vimos cómo, en las formas precedentes, las diversas comunidades intentaron limitar el
desarrollo del valor de cambio, porque socavaba sus cimientos. En el capitalismo, por el contrario, es
precisamente el movimiento del valor lo que asegura la dominación de la comunidad. Esto significa
que se ha convertido en el amo del Estado, la comunidad de los hombres alienados, o si se prefiere,
intenta conciliar antagonismos hasta tal punto que el Estado ya no aparece como el poder de una clase,
ya que no se necesita asegurar su propia dominación; incluso la clase dominante está dominada. Por
ahora, el capital sólo necesita esclavos.

“En la sociedad burguesa, el trabajador, por ejemplo, permanece allí subjetivamente puramente sin objetividad; pero lo que
se encuentra frente a él se ha convertido ahora en la verdadera comunidad, que intenta hacer una comida de, y que lo
convierte en una comida de él.” (Grundrisse p. 496)

4) Capital, Comunidad y Política

Cómo podría construirse una comunidad así, sino partiendo del elemento esencial de la sociedad
capitalista: la relación entre trabajo objetivado (capital) y trabajo vivo (el proletariado), porque esta
constituye el punto de encuentro de los dos movimientos: la autonomización del valor y la
expropiación de los hombres, un punto de convergencia que sólo podría realizarse en el momento en
que el hombre se convierte en mercancía (por tanto un valor que ya no puede constituir un obstáculo
para el movimiento del valor en sí mismo), y entra en el proceso de producción no como una operador
esencial, que domina este proceso, sino como un objeto que entra en el movimiento. Y de hecho, como
vimos anteriormente, en primera instancia, el capital puede definirse por esta relación, pero esto fija su
realidad. Hay que decir, por el contrario, que el capital es valor en proceso. Esta relación social ha
perdido su rigidez, esta en movimiento, y su punto de llegada es la constitución del capital en
comunidad. Esto se realiza mediante la profundización de la dominación del trabajo muerto sobre el
trabajo vivo. Las relaciones sociales son totalmente reificadas en esta etapa; la inversión final es
cuando las relaciones sociales se plantean como constituyendo la comunidad material.

Además, esto explica los elogios amontonados de los capitalistas y sus epígonos sobre el trabajo. El
periodo capitalista ve la glorificación del trabajo, un trabajo que es enteramente para el capital. Es el
reconocimiento de la realidad que se esconde bajo el velo mistificador: el tiempo de trabajo es el
creador del valor. Finalmente, en las diversas teorías de la asociación del capital y el trabajo, reside ahí
la expresión de la conciliación necesaria entre los polos opuestos de la sociedad, para que pueda
perpetuarse. Todas estas teorías se basan en el tour de force de Carey que mencionamos en el capítulo
“La Mistificación del Capital”; presentando formas antagonistas como formas de asociación.

65 Este aspecto se estudió con la ayuda de extractos de los Grundisse publicados en il programma comunista no. 20,
1957. (Traducción al francés en Invariance Série I, no3, pp. 82-110)
Realmente tales teorías sólo traducen este hecho: una relación social se ha convertido en un proceso; es
decir, el valor que se valoriza, y funda la comunidad en que los hombres son esclavos. Sin embargo,
esta esclavitud debe hacerse tolerable, siendo presentada no por lo qué es, sino como una asociación
necesaria y benéfica con el monstruo opresor, que obviamente nunca se presenta como tal. Durante el
análisis del trabajo productivo e improductivo, establecimos este resultado al que llega el desarrollo
capitalista, y mostramos cómo se hace jerárquica por el capital: feudalismo industrial. De esto, sin
embargo, se sigue una muy importante consecuencia: la subyugación de la política por el desarrollo del
capital. De hecho, la política es el arte de organizar a los hombres, pero ¿no los organiza el capital,
puesto que los fija en determinadas situaciones?

Parece que ahora el capitalismo se da cuenta de lo que Marx llamó comunismo vulgar, excepto por la
igualdad de salario:

“La comunidad es sólo una comunidad de trabajo, y la igualdad de salarios pagados por el capital comunal – por la
comunidad como capitalista universal. Ambos lados de la relación se formulan a una universalidad imaginada: el trabajo
como la categoría en la que se coloca a cada persona, y el capital como universalidad reconocida y poder de la comunidad.”
(MECW 3 p. 295)

Esta es la razón por lo que esta pregunta está claramente ligada a la de la comunidad. Como ocurre con
muchos otros problemas, es considerado a lo largo de la vasta obra de Marx.

Ya hemos indicado el vínculo que Marx establece entre la ley del valor y la democracia. La producción
de mercancías sólo podría desarrollarse con la generalización de las ideas de libertad e igualdad. El
propio capitalismo originariamente hizo triunfar la democracia:

“La esfera de la circulación o del intercambio de mercancías, dentro de cuyos límites la venta y compra de la fuerza de
trabajo continúa, es de hecho un verdadero Eden de los derechos innatos del hombre. Es el reino exclusivo de la Libertad,
Igualdad, Porpiedad y Bentham. Libertad, porque ambos comprador y vendedor de una mercancía, digamos de la fuerza de
trabajo, están determinados sólo por su propia libre voluntad. Establecen contratos como personas libres e iguales antes la
ley. Su contrato son el resultado final en la que sus voluntades conjuntas encuentran una expresión jurídica común.
Igualdad, porque cada uno entra en relación con el otro, como un simple propietario de mercancías, e intercambian
equivalente por equivalente. Propiedad, porque cada uno dispone sólo de lo suyo. Y Bentham, porque cada uno busca su
propio beneficio. La única fuerza que los junta y pone en relación entre sí es el egoísmo, la ganancia y el interés privado de
cada uno. Cada uno sólo se presta atención a sí mismo, y nadie se preocupa por los demás. Y precisamente por eso, ya sea
de acuerdo con la armonía preestablecida de las cosas, o bajo los auspicios de una providencia omnisciente, todos trabajan
juntos para su mutua ventaja, para el bien común y el interés común.” (Capital I p. 280)

Pero, como explicamos anteriormente, el capital tiende a dominar la ley del valor y, por lo tanto, los
proletarios (tan pronto como se pasa a la esfera de la producción, donde el capital ahora penetra, el
proletario sólo puede esperar “un curtido”). ¿Cómo se presenta la democracia ahora?

Por tanto, hay una antinomia, de derecho contra derecho, ambos simétricamente estampados con la ley del intercambio de
mercancías. Entre derechos iguales, la fuerza decide. Por tanto, la historia de la producción capitalista, el establecimiento de
una norma para la jornada laboral se presenta como una lucha sobre los límites de esa jornada, una lucha entre los
capitalistas colectivos, es decir, la clase capitalista y los trabajadores colectivos, es decir, la clase trabajadora.” (ibid. p. 344)

La historia del capitalismo es la historia de la constitución de estos dos poderes; el capital, que funda su
comunidad, y se dota de una superestructura de poder: el Estado capitalista; y el proletariado, que se
constituye en fundando una comunidad que se injerta en el comunismo, aprisionada por el capitalismo.
Marx lo hace evidente e indica en qué se convierte la democracia:
“Pero cuando se concluyó la transacción (el contrato de trabajo -NDE), se descubrió que él ‘no era agente libre’, que el
periodo de tiempo durante el cual es libre de vender su fuerza de trabajo es el periodo de tiempo durante el cual se ve
obligado a venderlo, que de hecho el ‘vampiro’ no lo dejará ir ‘mientras le quede un sólo músculo, tendón, o gota de sangre
para ser explotado’. Para ‘protección’ contra la serpiente de sus agonías, los trabajadores tienen que juntar sus cabezas y,
como clase, obligar a la aprobación de una ley, una barrera social todopoderosa por la que pueden ser presentados de
venderse a sí mismos y a sus familias como esclavos y morir por contrato voluntario con el capital. En el lugar del pomposo
catálogo de los ‘derechos inalienables del hombre’ hay pasos de la modesta Carta Magna de la jornada laboral limitada
legalmente, que por fin deja claro ‘cuando el tiempo que el trabajador vende termina, y cuando empieza el suyo’. Quantum
mutatus ab illo. (ibid. pp. 415-6)

Lo que no interesa aquí es la formación del poder capitalista66. La cta anterior muestra la insuficiencia
de la democracia política en relación al movimiento real. De hecho, se basa en la soberanía ilusoria del
hombre como un individuo aislado, supuestamente capaz de dominar las relaciones sociales, mientras
que son precisamente éstas últimas las que se se están volviendo determinantes. Esto se desarrolla
durante el periodo de la dominación real del capital, durante la transformación de la ley del valor en la
ley de precios de producción. Por tanto, es necesario que el capital mismo organice a los hombres, o lo
que es lo mismo, que la organización impuesta en la producción es generalizada sobre la sociedad en su
conjunto: básicamente es la generalización del despotismo de la fábrica. Para entender este fenómeno,
hay que tener en cuenta todo el movimiento histórico. Se ha visto que el movimiento de la economía,
hasta el capital, tiende a dividir y separar a los hombres; el capital, por el contrario, los unifica para
ponerlos bajo su dominación. Esto significa que la política fue necesaria durante siglos para reunir lo
que se había fragmentado, o mejor, para limitar los efectos del movimiento económico. Con la
dominación del capital, la política ya no asume el mismo rol. Debe convertirse en la expresión de esta
dominación. En otras palabras, después de este doble movimiento – autonomización del valor y
separación del hombre de su comunidad – el movimiento político buscaba cada vez más un contenido y
el movimiento económico una forma. Con la apariencia del trabajo asalariado, y por tanto del capital, la
forma adquiere un contenido, el hombre se convierte en mercancía. Aún así, el capital sólo puede
tolerar esta situación de forma transitoria: creará su propia forma. Esto se realiza con el fascismo, que
es la generalización del despotismo de la fábrica sobre el conjunto de la sociedad.

Esta afirmación debe ser más precisa. En los albores de la producción capitalista, el capital es sólo un
hecho en la sociedad junto con otros, por ejemplo, la propiedad de la tierra y la producción artesanal. El
capital debe luchar contra éstos para afirmarse. Es el momento en el que tolera la democracia política,
ya que se requiere durante la conquista del Estado. Se establece una especie de división antagónica del
trabajo. El capital regimienta a los hombres dentro de determinadas relaciones que los someten a un
determinado modo de producción; el Estado trata de gobernar a los mismos individuos en el nombre de
los principios que, en su mayoría, están en contradicción con la realidad socio-económica, ya que han
sido heredados de formas previas.

Tal distorsión no puede durar. El concepto de democracia política llevó a plantear la necesidad de una
constitución del pueblo para promulgar leyes y gobernar la sociedad, y el poder ejecutivo delegado para
hacerlas efectivas. Pero, ¿quién constituía realmente al pueblo? O, ¿si las personas fueran realmente los
autores de su constitución, no podría la evolución social haber producido, en cierto punto, una
contradicción entre la constitución del Estado del pueblo? Hegel resuelve este problema afirmando que
el pueblo es necesariamente el principio mismo de la constitución67. Marx declaró aquí Hegel es un
66 Considerando qué forma el poder proletario, Marx siempre insistió en la organización de la clase como la única fuerza
real contra el capital. La clase se organiza constituyéndose en partido. (Cf. Discursos y Reglas Provisionales de la
Asociación Internacional de Trabajadores (1864) y Consideraciones sobre el Programa del Partido Obrero Francés
(1880), por ejemplo.)
67 “Que la constitución que fue el producto de una conciencia pretérita puede convertirse en una grillete pesado en una
conciencia avanzada, etc., etc., estas son seguramente verdades triviales. Lo que realmente seguiría sería simplemente la
sofista. De hecho, la realidad es completamente diferente. ¿Quién constituye el pueblo – este
conglomerado de clases si no, como hemos visto, el capital? Entonces ya no se trata del pueblo sino del
proletariado, las clases medias, etc.. Pero si el capital es el verdadero ser constitutivo, es todavía y
siempre el capital el que debe animar la constitución. El viejo dualismo se absorbe en la dominación
del capital. Esto es el fascismo. El capital definitivamente ha conquistado el Estado, y con él, el
movimiento político asume una forma determinada por el contexto económico. Las verdaderas
unidades reconocidas como efectivas ya no son los individuos, sino las empresas, con su dualidad
democrática empresarios-trabajadores, o capital-trabajo. El capital quiere enfatizar con esto un aspecto
de la cooperación con el fin de negar la lucha de clases. Básicamente el fascismo se puede definir como
una forma política que gestiona una sociedad que niega el comunismo, mientras que al mismo tiempo
lo engendra. Es el poder político del capital. Por tanto, no puede destruir el dualismo del que hemos
hablado, sino al contrario, lo materializa y constituye. No es, como se supone la destrucción de la
democracia, sino más bien su cumplimiento en la forma de la socialdemocracia. Finalmente, es el
medio idóneo para conciliar el antagonismo entre el capital social y el capital particular.

El proletariado se opone al capital que completa su dominación constituyéndose en una comunidad


material. El poder del proletariado lo crea el propio capital. El capital es la causa de su crecimiento y
unificación, y es también el capital el que crea la base objetiva de la nueva forma social: el comunismo.
Así el partido aparece como la nueva comunidad humana, la superestructura de poder de la nueva
forma social, que debe ser liberado de la dominación del capital68. Por tanto, el partido es el fin de la
política. La única cuestión que se plantea es la cuestión social: pero esta sociedad requiere un acto
político para ser liberada: la toma del poder por el proletariado, como inicio de la dictadura del
proletariado y, por tanto, del comunismo69.

demanda de una constitución que contiene en sí misma la designación y el principio de avanzar junto con la conciencia,
de avanzar como el avance real de los hombres, esto sólo es posible cuando el ‘hombre’ se ha convertido en el principio
de la constitución. Hegel aquí es sofista. (Contribución a la Crítica de la Filosofía del Derecho de Hegel, en MECW 3
p. 19) “Si la constitución no está simplemente para sufrir cambios; si, por lo tanto, esta apariencia ilusoria no ha de
romperse finalmente con violencia; si el hombre ha de hacer conscientemente lo que de otro modo se ve obligado a
hacer sin conciencia por la naturaleza de la cosa, se hace necesario que el movimiento de la constitución, que se
progrese en el principio de la constitución y que, por tanto, el verdadero portador de la constitución, el pueblo, sea el
principio de la constitución. El progreso mismo es entonces la constitución.” (ibid. p. 57)
¡Ahora bien, esto es en una forma diferente, la ilusión del progreso indefinido que es el principio básico de la
constitución actual!
68 Marx insistió varias veces en el hecho de que el capitalismo engendra el comunismo. Esta exposición se alargaría
demasiado para mostrar esto en detalle con los hechos del desarrollo capitalista reciente. Las dos citas siguientes son
suficientes para confirmar nuestra afirmación:
“Por un lado, si no nos encontramos invisibles en la sociedad como están las condiciones materiales de producción y las
correspondientes relaciones de intercambio son un requisito previo para la sociedad sin clases, entonces todos los
intentos de hacerla explotar serían quijotescos.” (Grundrisse p. 159)
“Respecto a las ideas fundamentales sobre la cosa creo que no me equivoco cuando detecto una aparente omisión en las
consideraciones expuestas en su prefacio, es decir, la falta de prueba de que las condiciones materiales para la
emancipación del proletariado se generan espontáneamente a través del movimiento de la producción capitalista.”
(Marx a Cafiero 29.7.1879. in MEW B. 34 p. 384)
69 Puede parecer que nuestro análisis anterior ha omitido un poco al Estado. Eso sería, sin embargo, restringido a la
superficie de los fenómenos, porque hemos mostrado el lugar del Estado en el proceso total de la vida social, dominada
por el capital, al final del capítulo “Trabajo Productivo e Improductivo”. También está implícito en todo el trabajo sobre
los Resultados que el Estado se convierte en una empresa capitalista. Sin embargo, esto requiere especificaciones
complementarias, que daremos más adelante. Nosotros no lo hicimos en ese momento porque queríamos retomar toda la
obra de Marx y Engels sobre el Estado. Respecto a esto último, parece que su teoría del Estado, tal como se presenta en
el Anti-Dühring, es válida sólo para la dominación formal del capital sobre la sociedad; “El Estado moderno, cualquiere
que sea su forma, es esencialmente una máquina capitalista, el Estado de los capitalistas, el capitalista colectivo ideal.”
(Anti-Dühring, London n.d., p. 313) Engels sólo proporciona pruebas sobre el proceso de concentración de tal tipo que
concibió de alguna manera de una sociedad capitalista unitaria dominada por el Estado capitalista. Pero la comunidad
Nota sobre las formas de valor

Contrario a lo que afirmamos en 1966 (cf. p. ii), para Marx el problema no era el de exponer
históricamente las formas de valor, sino simplemente exponerlas. Esta afirmación fue demasiado
historicista. En el Volumen I, Parte 1, de El Capital, hay un análisis a partir de la mercancía –
fenómeno aparente que yace en la superficie de la sociedad burguesa – que saca a la luz la mercancía y,
en cierto sentido, produce el concepto de valor. Ahora bien, todo concepto real contiene un proceso, por
lo que es el proceso de valor que Marx expone y desarrolla, abstrayéndolo del concepto ya producido.
De ahí, las formas como una muñeca rusa: la forma dinero se incluye en la forma total o desarrollada
de valor, y ésta última es la forma simple o accidental 70 que hemos presentado intencionalmente en el
orden inverso al de Marx. Es absolutamente evidente que, para ampliar las formas de valor, no es
necesario recordar la historia. Marx utilizó la Ciencia de la Lógica de Hegel. En el análisis del valor de
cambio, en el capítulo dos, por el contrario, opera la historia. Las formas de valor todavía se explican,
sin embargo, como se dice hoy, en un orden diacrónico. Cada ser produce, incluye en sí mismo, su
propia diacronía. No trataremos este problema aquí de forma exhaustiva, pero para comprender aún
mejor nuestra vía de desarrollo de la forma valor, que es idéntica a la de Marx, podemos citar este
pasaje de los Grundisse:

“Por otro lado, mucho más importante para nosotros es que nuestro método indique los puntos donde debe entrar la
investigación histórica, o dónde la economía burguesa como una forma simplemente histórica del proceso de producción
apunta más allá de sí mismo a modos de producción históricos anteriores. Para desarrollar las leyes de la economía
burguesa, por consiguiente, no es necesario escribir la historia real de las relaciones de producción.” (Grundrisse p. 460)

Respecto al capítulo anterior, deseamos cuidadosamente que se tenga en cuenta que de ninguna manera
estamos exponiendo una sucesión de modos de producción, que no puede basarse únicamente en el
devenir histórico del valor. Deseamos sólo especificar los momentos históricos en los que determinadas
formas de valor podrían ser efectivas, y cómo las comunidades resistieron o sucumbieron a su
movimiento, hasta que el valor se constituyó en la comunidad material en la forma de capital.

El capítulo sobre “La Mercancía” en el Volumen I de El Capital especialmente la sección 3 es de


primordial importancia para comprender la obra de Marx en su totalidad. Sólo la estupidez
Althusseriana puede proclamar que no hay en absoluto necesidad de leerla. Pero volveremos a estos
problemas más adelante.

(Nota de Mayo de 1972)

Nota sobre la alienación

El desarrollo de los dos capítulos anteriores son suficientes para demostrar lo que deseábamos
demostrar en el momento. Sin embargo, dada la inflación del significado y el sinsentido experimentado
por el concepto de alienación, y todos los conceptos vinculados a él, debemos hacer algunas adiciones.

del capital es antagónica. Por un lado, está la comunidad material que reemplaza a las comunidades antiguas; por otro
lado, diferentes cuantos de capital, cada uno de los cuales tiende a hacerse pasar por la comunidad. El Estado también
es un cuanto de capital que, como los otros, desea ser la comunidad. El devenir de la comunidad se ve favorecido por la
instalación de un despotismo del capital sobre la sociedad y porque el Estado es la mediación esencial para la
realización del capital ficticio: materializa la “ficción” del capital y, por lo tanto, hace perenne su dominación. Lo que
está mal en la posición de Engels es que autonomiza demasiado al Estado. (Nota de Mayo de 1972)
70 “Todo el misterio de la forma valor se esconde en esta forma de valor simple.” (Capital I p. 139)
La cuestión de la alienación sólo puede tratarse de forma exhaustiva si se vincula con la cuestión de la
Gemeinwessen. Nos limitaremos a algunas observaciones que nos permitirán precisar ciertos términos
y justificar nuestras traducciones.

No hay alienación excepto cuando el ser humano ha sido separado de su natural Gemeinwessen; desde
el tiempo en que hay individuos y clases que se autonomizan a sí mismos. De hecho, el concepto de la
alienación implica el proceso, a la vez histórico y contemporáneo, o, si se quiere, diacrónico y
sincrónico, a través del cual el ser humano (ser para sí mismo) se vuelve otro ser, que no es o que ya no
está presente como Gemeinwessen. Ya que si pudiera ser capaz de serlo, la alteración efectuada no sería
incompatible con su Gemeinwessen y, por lo tanto, la alienación sería bloqueada. Esto significa que la
Gemeinwessen ya no existe en una forma inmediata, sino que es representada; el individuo, además, ya
no tiene una actividad total, sino una particular. Se comporta, por ejemplo, como trabajador.

Más precisamente, la existencia de la alienación, un concepto marcado por un juicio de valor (el otro
ser es uno caído, mutilado, abusado con respecto al ser inicial) significa necesariamente que se ha
producido una ruptura en los mecanismos de re-inserción constante del ser en su propia comunidad,
para evitar perderlo. Así esto sólo puede producirse con el inicio de un movimiento sobre el que los
hombres no tendrán control, que se autonomizará y los dominará, a pesar del hecho de que nació en
medio de ellos, a pesar del hecho de que es producto de su propia actividad – el movimiento del valor
de cambio.

A partir de esto, podemos establecer las relaciones entre los distintos momentos de alienación,
momentos que con frecuencia se han presentado de forma independiente. El movimiento de la
autonomización (Verselbständigung)71 del producto generado por la actividad humana, y las relaciones
sociales que resultan de ella, está ligada al movimiento de separación-escisión. Además, la alienación
también procede junto con la de la desposesión-expropiación (Enteignung), mientras que la
externalización (veräusserung) de las capacidades en el curso de la manifestación (Ausserung) del ser
humano es en realidad privación (Entäusserung). Simultáneamente, hay un extrañamiento
(Entfremdung) debido al hecho de que los productos se volvieron extraños (ajenos, externos) a los
productores, y estos últimos extraños (ajenos, externos) a su propia comunidad. El movimiento
consecuente es una inversión-reversión (Verkehrung) que significa que las cosas se vuelven sujetos
(Versubjektivierung) y los sujetos se vuelven cosas (Versachlichung) que constituye una mistificación,

71 Rubel traduce la frase "So wächst die Macht des Kapitals die im Kapitalisten personifizierte Verselbständigung der
gesellschaftlichen Produktions bedingungen gegenüber den wirklichen Produzenten." (MEW B. 25 p. 2714.) de la
siguiente forma:
“Ainsi grandit la puissance du capital c'est a dire l' alienation personifiée dans le capitaliste des conditions social es de
la production vis-a-vis des producteurs réels.” (Así crece el poder del capital, que es la alienación personificada en el
capitalista de las condiciones sociales de producción frente a los productores reales.) (Oeuvres; Economie II p. 1044) , y
notas en la página 1769 que “Verselbständigung significa separación y alienación”. Debería haber dicho lo que
presupone la separación del capital vis-à-vis al proceso de producción que lo engendró, e implica la alienación del
productor o del capital, ya que éste último puede convertirse en otro. Esto significa que si hay autonomización, existe la
posibilidad de convertirse en otro, por lo tanto una alienación – de antemano, los productores estaban unidos con sus
condiciones de producción, el capital los separa – de tal naturaleza que preferiríamos traducir la frase como: “Así como
el poder del capital crece frente a los productores efectivos, también lo hace la autonomización (verselbständigung)
personificada por el capitalista – de las condiciones sociales de producción.” La autonomización es un momento
mediador fundamental de la exteriorización y reificación, y así también de la alienación efectiva. Lo que sigue en Marx
confirma nuestra propuesta:
“El capital se muestra cada vez más como un poder social, con el capitalista como su funcionario, un poder que ya no
está en cualquier relación posible con lo que puede crear el trabajo de un individuo particular, sino un poder social
alienado y autonomizado, como una cosa, que enfrenta a la sociedad, y como el poder que el capitalista tiene a través de
esta cosa.” (Capital III p. 373)
cuyo resultado es el fetichismo de la mercancía o del capital que hace que las cosas asuman las
propiedades-cualidades de los hombres.72

Entonces, al principio hay seres que dominan las cosas; al final las cosas se convierten en seres. Este es
el movimiento total, que surgió a lo largo de los milenios, del movimiento de alienación. No obstante,
este es sólo un aspecto negativo del fenómeno: la pérdida total del hombre. Hay un aspecto positivo, el
crecimiento de las fuerzas productivas que, en cierto nivel, crean la “posibilidad” de un ser
emancipado, o de otra forma social – comunismo; al igual que al comienzo del movimiento de
alienación, el lado positivo fue la producción del individuo.

Así, el devenir del fenómeno no se plantea de manera simplista, siguiendo una sola determinación. Esto
diferencia la posición de Marx sobre la alienación de las posiciones de los teólogos o de ciertos
filósofos, que sólo conciben un desarrollo regresivo, una pérdida, que la hace necesaria, en un punto
dado, para que Dios intervenga con su redención para restaurar el ser. La posición de Marx es clara e
igualmente diferenciada de la teoría de la ilustración, operativa especialmente entre los filósofos
franceses del siglo XVIII, según la cual el devenir del hombre es un progreso indefinido (en última
instancia, saltándose la cuestión).

Otra diferencia resulta del hecho de que lo posible sólo puede convertirse en realidad a través de una
revolución. Sólo la intervención activa de los hombres puede bloquear el movimiento de la alienación.
También la existencia de este posible, desde hace unos cincuenta años, lleva a pensar que el desarrollo
de los hombres también tiene otro camino hacia su realización; su destrucción, y también lleva a
intentar ver cómo la autonomización del capital, su constitución en comunidad material, etc., inhibe la
realización de lo posible, es decir, obstaculiza la llegada del comunismo.

Los presupuestos de la alienación plantean otro problema: ¿cómo la comunidad y los miembros
individuales aparecieron? Ciertamente deben haber tenido elementos sobre los cuales el proceso de
alienación se podría haber injertado. Marx observa que el hombre es una actividad sensible, que tiene
una naturaleza externa a sí mismo y que es a la vez individuo y Gemeinwessen (individuo inmerso en
ella, no independiente, inicialmente no autonomizado, ya que el movimiento histórico en Occidente es
su producción). Para satisfacer plenamente sus necesidades, el hombre desarrolla una actividad que le
permita apropiarse de la naturaleza externa. Marx también define la propiedad como siendo
originariamente un modo de comportamiento. Es la escisión de la comunidad lo que permitirá la
autonomización de los distintos elementos (sobre todo, la formación de la propiedad privada), y los
hombres, ya sea como Gemeinwessen, o como individuos, ya no estarán en posición de dominar su
proceso de vida. La actividad humana estará cada vez más dividida, y esto procede junto con la
división del trabajo, aumentando con ella. Los hombres se vuelven trabajadores (y no-trabajadores),
separados por sus trabajos, etc..

Incluso si todos estamos de acuerdo en que Marx tiene un discurso coherente sobre la alienación
humana, muchos sostienen que él se equivoca cuando aplica los mismos conceptos a las mercancías.
Ahora, cuando Marx analiza las mercancías – en el comienzo de la Contribución y en el comienzo de
El Capital no lo hace al abstraerlas de sus soportes, los hombres. Estos últimos ya no son los sujetos
afectados por la alienación, sino en su lugar las mercancías son afectadas, de lo contrario, la inversión

72 “Pero esta relación de aislamiento recíproco y de extrañamiento no existe para los miembros de la Gemeinwessen
natural ya sea que adopte la forma de la familia patriarcal, una antigua comuna India, o un Estado Inca.” (Capital I p.
182) Este extrañamiento implícito en la apariencia de la mercancía, que es a la vez valor de uso y valor de cambio, es el
punto de partida de la alienación. Debemos señalar que los Manuscritos Económicos Filosóficos y El Capital son
complementarios.
de la que hemos hablado no tendría realidad. El fenómeno que hemos descrito para los hombres se
repite para las mercancías, pero integrando a los primeros, que son, como si fueran “superados” del
movimiento.

Marx observa:

“Las cosas son en sí y para sí externas a los hombres y, por lo tanto, externalizables (veräusserlich).” (Capital I p. 182)

Aquí está la apariencia clara de la relación entre exterior (ausser) y externalización (veräusserung) que
también puede traducirse como alienación en el sentido estricto de la palabra. Es una cuestión de ceder
a otro, pero se puede observar que el que cede es privado, y el que recibe se enriquece. Por tanto, hay
un devenir diferente. Si hay un intercambio entre equivalentes, finalmente hay una nivelación de
pérdidas y ganancias, pero también hay un cambio cualitativo que permanece. En cualquier caso,
volvemos a nuestra afirmación: los hombres están dominados por las mercancías. En cuanto a éstas
últimas, el movimiento que cristaliza las potencialidades del individuo ya no existe, sino en su lugar el
movimiento que distancia y coloca los productos fuera de la esfera en la que fueron producidos, fuera
de la esfera del hombre que ha trabajado. Esto es porque las mercancías son externas a él, que otras
personas pueden tomar posesión de ellas. De nuevo volvemos al proceso de separación.

El movimiento de la alienación de la mercancía es posible por su doble naturaleza: valor de uso y valor
de cambio. Estas dos determinaciones son separadas y luego recompuestas en su unidad durante el
proceso de intercambio. Esto es lo que explica Marx en El Capital Volumen I, Capítulo 2, ‘El Proceso
de Intercambio’.

Todas las mercancías pierden inmediatamente su carácter de valor de uso, son privadas de él
(Entäusserung) y éste se transfiere al equivalente general, que adquiere un valor de uso universal, a
través del cual las mercancías afirman su propio carácter de intercambio como el continuo de
intercambialidad. Pero este movimiento es doble, porque las mercancías también pierden (son privadas
de) su posibilidad de ser equivalente, y esta determinación se fija en la mercancía excluida, que se
convierte en la mercancía universal, el equivalente general. En el primer caso, se anulan las
particularidades; en el segundo, reaparecen de la misma manera en que el valor de uso, al inicio del
intercambio, fue negado para reaparecer al final:

“Por lo tanto, las mercancías deben realizarse como valores antes de que puedan realizarse como valores de uso.” (Capital I
p. i)

De ahora en adelante, su alienabilidad (Veräusserlichkeit) se afirma completamente. Es decir que, con


la realización de la posibilidad de salir de la esfera en la cual fueron producidas, y ser transferidas a
otra, hay alienabilización (Veräusserlichung) o, el mismo acto de hacerse alienable. Por lo tanto hay
ciertamente una relación entre el proceso de separación y el de alienabilización, de la misma manera en
que la teoría de la ruptura en Marx llevó a Althusser a producir su alienación y locura.

Este fenómeno continúa durante la génesis del dinero. Marx afirma en particular:

“La forma precio, por lo tanto, implica la alienabilidad de las mercancías frente al dinero y la necesidad de esta alienación.”
(Capital I p. 198)

Es inútil reproducir toda la demostración; basta con indicar lo esencial. El resultado del proceso de
intercambio de mercancías es la formación de algo diferente: el dinero, que claramente está en
continuidad con las mercancías, aunque contrapuestas a ellas. Además, el dinero tenderá a reemplazar
el simple mundo de las mercancías (mercancías como totalidad) y convertirse, a partir de su
determinación como moneda universal, la comunidad material que también tiende a reemplazar la
comunidad de los hombres, porque debe ser la representación de los movimientos de los hombres como
seres, y la representación de los movimientos de sus productos autonomizados, las mercancías. Las
mercancías deben reconocerse mutuamente como valor para que pueda haber un movimiento
ininterrumpido de valor, es decir, para que el valor no se pierda debe ser capaz de reconocerse a sí
mismo en una comunidad continua. Las mercancías entonces deben ser reflejadas de alguna manera, en
su ser común, el dinero.

Vimos que era posible para el oro realizar una comunidad material estable. No insistiremos en este
punto, sino en su lugar indicar otro resultado del movimiento analizado anteriormente: el fetichismo, al
que volvemos. Proponer el fetichismo del capital.

El capital permite la formación de la comunidad material. El movimiento del valor ya no está


bloqueado, porque el capital es el valor-sustancia que se ha convertido en sujeto. El concepto de
alienación, con los conceptos que implica, ya no deberían ser operativos al nivel del capital. Pero
aquellos que afirman esto no han entendido, entre otras cosas, el desarrollo del capital como comunidad
material y su antropomorfosis.

En primer lugar debemos tener en cuenta las nuevas determinaciones vinculadas al capital entendidas
como valor en proceso, antes de analizar rápidamente las relaciones entre capital y alienación. El
capital se valoriza en el proceso de producción inmediato. Pero desde el momento en que abandona
esta esfera, la posibilidad de desvalorización aparece, que se manifiesta en el hecho de que el capital
asume una materialidad, se convierte en capital-mercancía. En otros términos, esto expresa la
alienación derivada de la objetivación, como lo haría Hegel. El capital objetivado se niega a sí mismo.
Pero, como hemos visto, es una negación temporal, ya que abandona esta forma para volver a la del
dinero, que es su forma adecuada, y a redescrubrir una existencia conforme a su concepto, así que
podrá ser capaz de efectuar su realización de c a c + Δc, a condición de que nada obstruya su entrada en
otro proceso de producción. Sin embargo, la desvalorización ocurre de otra manera: el capital pierde su
sustancia, es desvalorizado, durante el movimiento de circulación y durante el paso de un proceso a
otro, supera esta pérdida deviniendo en la forma reificada (sachlich) autonomizada. Por tanto se ha
convertido en otro, ya que fue originariamente sustancia-objeto con su forma adecuada de
representación en el dinero.

El momento inusual de este devenir es cuando toma la forma de capital que devenga interés, el
momento cuando, como la mercancía, asume el carácter doble de valor de uso y valor de cambio; así se
vuelve alienable (es su alienabilización = Veräusserlichung). Esto es así porque es un capital particular
que debe pasar de una esfera a la otra. Todo lo que se dijo sobre los hombres, luego sobre las
mercancías, es nuevamente válido. La alienación será real en la medida en que el capital particular sea
incapaz de reconocerse a sí mismo, se redescubre a sí mismo en el capital como la comunidad total.
Además, la comunidad no existe en una manera inmediatamente unitaria, y los movimientos de los
diferentes capitales, junto con el proceso de desvalorización, pérdida de sustancia de valor 73, se corre el
riesgo de desagregarla. La formación del capital ficticio permite estas diferentes formas de existencia
mantenerse unidas; se convierte en su representación común. Podemos afirmar una vez más que esto es
claramente alienación. Aquí comienza un movimiento indefinido. El capital se lanza a una creciente
73 Recordemos lo que anteriormente se ha dicho, que la socialización, que es la meta del proceso total de producción, es
una negación incluso del capital. Este devenir en otro tiene que ser constantemente negado para que el capital continúe
desarrollándose.
ficción para evitar convertirse en otro, su negación, y las bases del fenómeno progresivamente tienden
a desaparecer ya que, como Marx dijo, se convierte en la forma conceptual que ha perdido todo proceso
mediador. La mistificación es el movimiento de la desaparición de las mediaciones. En el extremo, es
posible que aparezca un hiato entre el capital en la forma de cosa socializada, en la forma de valor, y el
capital ficticio; por lo tanto ya no sería posible llevar a cabo el proceso, que sería la verdadera “crisis”
del capital, los síntomas que se están haciendo sentir.

El devenir del capital sólo exacerba todas las características alienantes anteriores de los hombres. El
proceso de separación, una de las condiciones de la alienación que se ha convertido en su resultado, es
nuevamente agravada. El hombre es primero separado de su comunidad, luego de sus medios de
producción y de su porción de actividad, el trabajo es quitado (él es expropiado de su realidad). Más
tarde, esto implica su vida fuera de la esfera de la producción. También se debería recordar que, en este
nivel, la apropiación ya no se realiza a través de un elemento intermedio, el trabajo, porque influye en
el trabajo de otros. De ahí que se refuerce el proceso de externalización:

“La dominación del capitalista sobre el obrero es por consiguiente la de la cosa sobre el hombre, la del trabajo muerto sobre
el trabajo vivo, la del producto sobre el productor, ya que en realidad las mercancías, que se convierten en medios de
dominación sobre los obreros (pero sólo como medios de la dominación del capital mismo), no son sino meros resultados
del proceso de producción, los productos del mismo. En la producción material, en el verdadero proceso de la vida social —
pues esto es el proceso de la producción— se da exactamente la misma relación que en el terreno ideológico se presenta en
la religión: la conversión del sujeto en el objeto y viceversa. Considerada históricamente, esta conversión aparece como el
momento de transición necesario para imponer por la violencia, y a expensas de la mayoría, la creación de la riqueza en
cuanto tal, es decir, el desarrollo inexorable de las fuerzas productivas del trabajo social, que es lo único que puede
constituir la base material de una sociedad humana libre. Es necesario pasar a través de esta forma antitética, así como en un
principio el hombre debe atribuir una forma religiosa a sus facultades intelectuales, como poderes independientes que se le
enfrentan. Se trata del proceso de enajenación de su propio trabajo.” (Resultados pp. 18-19)

El proletario (en lo que se ha convertido el hombre) ya no puede reconocerse en una comunidad


humana, desde que ya no existe, o más bien, ha sido absorbido por el fetiche del capital acabado, ya
que el fetichismo es exactamente la atribución de cualidades humanas a una cosa. Esto se debe al hecho
de que ya no sólo está dominado por el resultado de su actividad, sino también por la condición de
realizarla, los medios de producción que se han convertido en capital. Gracias a esto, el capital puede
extraer de los hombres proletarizados todo su poder y capacidades. Los hombres que se han convertido
en espíritus puros pueden redescubrirse en la forma capital sin contenido. Podemos ver en esto hasta
qué punto son precisamente las mediaciones, dios, dinero, capital, lo que aleja a los hombres unos de
otros y unirlos en una comunidad distinta, porque las mediaciones se plantean como hechos
inmediatos: tangibles, seres intangible.

Debemos examinar brevemente cómo los hombres luchan contra la alienación para percibir mejor qué
es la alienación. Inmediatamente debemos recordar que, dentro de las comunidades primitivas, sólo
existe la posibilidad de una alienación, de un devenir otro, que sería una mutilación, porque la
comunidad logra mantener la cohesión y permanencia por medio de muchos mecanismos. Para el caso,
es importante señalar que el mito en estas sociedades permiten el pensamiento y la dominación de la
discontinuidad como también de la continuidad. Originariamente los mitos tendían a mantener la
permanencia del salto de la naturaleza a la naturaleza humana (de la naturaleza a la cultura, como dicen
algunos), es la permanencia de la discontinuidad; además, los mitos dominan todo lo que puedan alterar
a los individuos durante su propio devenir, porque el mito es el paradigma de la vida; y en este sentido
aparece como una restricción o, en el extremo, se plantea como el verdadero sujeto o sustancia en la
que el hombre es sólo el accidente. Las bases materiales de esto es debido al hecho de que la
comunidad o intenta al máximo aniquilar los efectos de cualquier evento que pueda ser el punto de
partida de su descomposición, o integra y asimila estos efectos (realmente en el sentido biológico del
término), así que lo que era extraño (ajeno), distinto, se convierte en el cuerpo de la Gemeinwessen.
Este poder de asimilación, de resistencia, de las comunidades primitivas todavía se puede ver en India,
donde, por ejemplo, todas las religiones han sido generalmente absorbidas por los viejos cultos del
comunismo primitivo. Ninguno de ellos ha surgido realmente como vencedor de estas viejas
representaciones a lo largo del sub-continente. Estas sociedades tienden a dominar su historia, que
conduce a teorías sobre la naturaleza cíclica del tiempo que se produjeron para explicar su modo de ser.

Creemos que el mito es la representación de la Gemeinwessen y el ser individual de la comunidad se


redescubre a sí mismo en esta representación (que es más o menos inmediata), soldándolo así
efectivamente a la comunidad.

Más precisamente, diríamos que el hombre como actividad sensible y con una naturaleza fuera de sí
mismo (esto es claro inmediatamente con la nutrición, la comida está fuera del hombre) necesita
apropiarse de los elementos externos para lograr su ciclo de vida. Originariamente el ser individual lo
hacía como miembro de su comunidad, y es más correcto decir que es la comunidad la que se
reproduce a sí misma y, al hacerlo, reproduce a todos sus miembros. Pero la representación nace de esta
separación y sensibilidad. Se puede decir que, en esta época histórica, el hombre individual depende de
la naturaleza, pero que, gracias a su comunidad, esta dependencia no puede ser transformada en
alienación.

La posibilidad de redescubrimiento, de reconocerse a sí mismo, se pierde cuando las comunidades son


destruidas, y de ahí la necesidad de reformarla en otras formas: la religión 74, Estado, literatura, arte. De
una manera muy esquemática, se puede decir que los hombres utilizaron todos los recursos de su
actividad para obstaculizar los resultados de la alienación. Los hombres ya estaban en el campo de la
alienación, de modo que la autonomización de sus actividades tendía a oponerse a aquellos que las
subyugaron, conduciendo a una alienación redoblada. Esto significa que es un absurdo imaginar una
alienación particular, o buscar por la base material de la alienación: es el resultado de un proceso total.

Los hombres contemplaban dominar el movimiento de la alienación incluso en el nivel material, en el


campo de la economía y de las relaciones sociales. Pero los efectos se sintieron cada vez con más
fuerza al final. Si los hombres se rindieran al movimiento de intercambio y se beneficiaran de las
riquezas que pudieran recuperar, asumiendo que la separación también significa reunirse, pero a partir
de eso reconocieron la necesidad de someterse al movimiento que deseaban bloquear, con el fin de
obtener estas riquezas. Podrían tender hacia el mismo objetivo lanzándose al atesoramiento: un intento
de dominar el oro como comunidad, como representación general. De ahora en adelante, como Marx
remarcó, todos los sentimientos y aspiraciones (más que sólo su actividad) son movilizadas para lograr
este objetivo. El hombre se engaña a sí mismo con el atesoramiento haciéndole creer que aprisiona el

74 La religión, como sugiere la palabra, une a los seres; sólo aparece cuando la actividad de los hombres ha sido
fragmentada, como su comunidad estaba fragmentada. Se re-adoptan los rituales, la magia y los mitos de las sociedades
anteriores. Antes no había religión. Las sectas religiosas también manifiestan la voluntad de establecer una comunidad
previa, y son principalmente clandestinas y secretas. El Estado, por otra parte, favorece una religión que pueda unir a
las diferentes clases de la sociedad. De ahí la relación especial entre el Estado y esta religión, y las diversas herejías,
que son representaciones más adecuadas para las clases oprimidas. La lucha de clases así se manifiesta también como
una lucha religiosa entre las religiones establecidas y las herejías.
Si uno acepta como correcta la etimología para la palabra religión dada por E. Benveniste, quien afirma que la religión
“está vinculada a retie, recordar, re-adoptar una nueva elección, volver a una síntesis anterior para recomponerla” (Le
vocubulaire des institutions indo-europeennes, Ed., de Minuit, t. 2, p. 266), esto no se opone a lo que hemos dicho. Sin
embargo, con el tiempo, la religión realmente ha significado: atar a los fieles a su dios y, esto también, vincular a los
fieles entre sí.
poder social y el espejo de las cosas. Finalmente, el hombre puede rechazar pura y simplemente todas
las producciones del mundo para evitar, a través de la renuncia total, la maldición del dinero. Esto
conduce simultáneamente al rechazo de todo disfrute, al hundirse en el ascetismo generalizado, tan
alienante como el goce desenfrenado de Don Giovanni, por ejemplo. Además, tales hombres solo son
posibles sobre la base de una sociedad aún no dominada por el capital.

Con el desarrollo del modo de producción capitalista, las representaciones que tendían a colocarse
fuera del dominio material, el dominio de las relaciones socio-económicas, ellas mismas dominadas por
el movimiento del valor son apoderadas por el capital. El capital realiza la filosofía y el arte, así como a
la religión, como Marx demuestra en particular en las Teorías de la Plusvalía, Tercera Parte (p. 448).

El momento en que esta absorción es posible ocurre con el desarrollo del crédito:

“En el crédito, el hombre mismo, en lugar del metal o el papel, se ha convertido en el mediador del intercambio, sin
embargo, no como hombre, sino como el modo de existencia del capital y el interés. (…) - Con la relación del crédito, no es
el caso de que el dinero sea abolido (aufgehoben) en el hombre, sino que el hombre mismo se convierte en dinero, o el
dinero se incorpora a él.” (Comments on James Mill Elements de l'Economie politique en MECW 3 p. 215)

El hombre está totalmente perdido, y cuando piensa que puede redescubrirse en las representaciones
del capital, es absorbido aún más por su enemigo, que se ha convertido en el espejo de todas las
representaciones y también se ha convertido en mito. La capitalización de lo que parecía por su
naturaleza ser irreductible a tal transformación, implica la formación y generalización del capital
ficticio. Esto actúa como la mediación unificando todos los momentos del capital y, como un proceso
de asimilación, de apropiarse de todo lo externo, extraño (ajeno), a ella. Es por eso que la dominación
real del capital es simultáneamente como un “más allá” del capital (ha ido más allá de sus límites).

Los proletarios crearon sindicatos y partidos en los que pudieron redescubrir una cierta comunidad
fuera del capital. Ahora es el capital el que organiza los hombres y todas las organizaciones se vuelven
pandillas-rackets directamente subordinadas al capital. Esto es delincuencia y demencia en su extremo.
Ambos son los momentos finales de la especulación inherente en el capital. Además, la demencia está
ligada al hecho de que el hombre está completamente alienado, se ha vuelto otro, sólo puede estar
presente volviéndose demente, en el sentido puramente médico del término. La locura ha huido ante la
realidad del capital. El hombre encarcelado en su otro ser no puede, por consiguiente, redescubrir, ni
volver al ser original. La locura es una especie de reabsorción del devenir.

Los movimientos de escisión-separación y de autonomización están ahora en su apogeo. La escisión


que tomó lugar en el exterior (separación de los medios de producción) se vuelve interno. Los
proletarios que rechazan la actividad-trabajo (aunque todavía lo hagan) llevan a una doble vida y
tienden a la esquizofrenia. Están despojados de su actividad, que se le restituye en forma de
representaciones; el movimiento de la alienación ya no se refiere al ser o al tener, sino al parecer: su
vida está organizada para ellos, y así ellos cada vez más tienden a percibirse como arrojados a la no-
vida. Nuevamente la esquizofrenia se desarrolla sobre la base de la ruptura (Spaltung) que el hombre
no puede dominar; los elementos separados por ella tienden a autonomizarse y buscar hacerse pasar por
el verdadero ser.

Además, ya no hay ninguna posible identificación en hombres determinados, ya que el capital ha


destruido la comunidad humana, que llevan al conflicto de diferentes generaciones: los jóvenes ven en
sus familiares las personas alienadas que ellos rechazan en convertirse; sienten en ellos la reificación y
la mecanización, de ahí el aspecto de la revuelta de la vida, de la revuelta universal de los jóvenes que
asumen toda lucha contra el capital como una totalidad, de ahí la rebelión de la naturaleza a través del
hombre como tal contra el despotismo del capital. Esto lleva a aspectos cada vez más irracionales (en
relación a las normas de esta sociedad) que esta revuelta adopta. Tal vez lo es sólo en un acto de
“locura”, que la humanidad será capaz de liberarse a sí misma. En cualquier caso, la locura es sólo un
problema cuando el capital ha llegado, como puede verse al leer Historia de la Locura en la Edad
Clásica de Foucault; ¡los problemas de la representación pueden ser traducidos bien como la confusión
de las palabras y las cosas!

Sin embargo, a pesar de volverse ficticio, el capital solo logra dominar su antropomorfosis con
dificultad. Se ha convertido en hombre para dominar al hombre. Así, se ve obligado en una manera
contradictoria a reintroducir algo que había expulsado: el deseo humano. Nuevamente hay un tipo de
irracionalidad, es el devenir del capital. Marx muestra donde el capital que devenga interés es
irracional, pese a todo es generalizado. Por tanto, no es sólo lo racional en el capital lo que se vuelve
efectivo, sino también lo irracional.

Entonces, no hay referencia humana, racional o irracional, todo ha sido corporizado por el capital, de
ahí el profundo desorden de nuestra época. Sin embargo, eso no obstaculiza la manifestación siempre
presente de la emergencia del comunismo (también es un elemento importante de lo irracional) y los
proletarios pueden encontrar una palanca para su lucha contra el capital en la percepción de esto.
También es posible dibujar la forma de la fuerza analizando cómo se llegó a esta situación. Aquí
interviene el estudio histórico. Para Marx, la historia no es un deux ex machina, pero es importante
comprender los movimientos que son abolidos en la producción del dinero y del capital, por ejemplo, y
han creado su propia magia. El estudio de la historia permite disolver la mistificación y, por tanto, para
permitir la reemergencia de los verdaderos autores-actores, los hombres definieron cada época por el
modo de producción en que vivían. Actualmente, el estudio de la dominación real del capital sobre la
sociedad pone al descubierto la realidad de los proletarios y su lucha contra el capital y el trabajo,
contra las ideologías que son las funciones ideales del fetiche del capital, porque abstrayéndose de la
historia de los hombres, son ideas reducidas al estado de fetiche (así el estructuralismo es la teorización
del fetiche concebido como realidad, de no-historia, de su desaparición; la estructura es lo que puede
explicar todo por sí misma; es una cosa neutra, inocente, tangible-intangible; es la alienación congelada
de los hombres correlacionada con la eternalización del capital).

Así, colocando correctamente cada concepto, podríamos rechazar la reducción de la teoría de Marx a
un simple economicismo de buscar la base económica de la alienación, así como la reducción de la
reducción ideológica-ideal (la primera siendo ideología material) que quiere hacer de la alienación un
proceso relativo al espíritu solo o que podría ser consustancial al hombre.

En el comunismo, la humanidad75 domina su producción y reproducción así como su historia; habrá


devenir y devenir otro, pero ya no más alienación. El hombre social, que simultáneamente serán
Gemeinwessen (que serán el ser humano) encontrará al final, en los resultados, de su proceso de
actividad global las presuposiciones del proceso por venir; se redescubren, entonces, como
Gemeinwessen e individualidades, en sus múltiples actividades, e integrarán sus objetivizaciones y

75 Evidentemente, no se pueden evitar las trampas del lenguaje. La terminología de nuestra exposición está marcada por
un momento muy antiguo de alienación humana: la subyugación de la mujer. Pero una vez que el lector sabe que
estamos completamente convencidos de la necesidad de su liberación y que no las conviertan en hombres, sino para que
puedan florecer según sus propias determinaciones que siempre han sido inhibidas, puede corregir mentalmente lo que
es parcelario en nuestra exposición debido a este hecho. La especie emancipada producirá un nuevo lenguaje donde
hombres y mujeres podrán decirse, entenderse, percibirse, y reconocerse en la plenitud de su liberación finalmente
realizada.
externalizaciones; ya no habrá una inhibición para su devenir humano. Se reconocerán en la
transparencia de sus relaciones, actividades y productos. Su Gemeinwessen (ser humano) será su propia
mediación.

(Mayo de 1972)

Capítulo 7: Comunismo y las fases intermedias entre el capitalismo y el comunismo

I. Características generales de la transición entre las dos formas de producción


II. Dominación formal del comunismo
III. Dominación real del comunismo
i. Nota sobre la periodización del comunismo (1972)
ii. Nota sobre el comunismo y la sociedad Rusa (1972)
iii. Nota sobre el imperialismo y la dominación formal del comunismo (1972)

El capital tiende a negar el valor, es decir, la base sobre la que se ha levantado a sí mismo; a la
negación de las clases, ahoga al proletariado – el productor de la plusvalía – en la masa de quienes la
realizan; tiende a la autonomía y hacer creer a la gente durante su dominación, que su producción tiene
como objetivo el hombre mismo (la teoría de las necesidades). Es una mistificación total, en la que el
hombre esclavo que produce y consume se presenta como el amo; pero esto se debe a que, en realidad,
el verdadero amo, el capital, no puede liberarse y hacerse totalmente autónomo con respecto a la fuerza
de trabajo. De ahí las crisis. Durante ellas, el capital ataca a su base restringida y así hace rebotar la
realidad que ha sido mistificada: sólo el proletariado produce plusvalía. Entonces puede redescubrir
nuevamente su fuerza revolucionaria y, dirigida por el partido de la clase, que desde hace tiempo ha
sabido descifrar las vicisitudes del proceso vital del capital, llevar a la ofensiva: la destrucción del
capitalismo, expropiación de los expropiadores…, la revolución comunista. Pero el comunismo no se
puede lograr de un día para otro. Por tanto, conviene señalar las fases entre el capitalismo y el
comunismo.

La transición de una a otra no puede ser representada por una fórmula, como en el caso del capital,
porque la transformación supone la destrucción de la fórmula: el comunismo se realiza mientras la
especie humana se unifica y explota el planeta. Cualquier fórmula sería una fórmula en su devenir, una
contradicción en los términos.

i. Características generales de la Transición entre las Dos Formas de Producción

En el curso de la fase inmediatamente pos-revolucionaria (la dictadura del proletariado), el comunismo


no se puede desarrollar libremente porque el proletariado todavía debe luchar contra la reacción
capitalista. Va a tener que pelear guerras más largas o más cortas. Aún, a partir de este momento, el
comunismo puede más fácilmente manifestarse cuanto más hay una zona geo-social en la que el
capitalismo esté altamente desarrollado. Por lo que está claro que en los Estados Unidos el capitalismo
ya realiza un cierto número de medidas que tendrían que haberse efectuado por la dictadura del
proletariado en una época en que el desarrollo capitalista apenas se iniciaba. Por otro lado, en las zonas
en la que ha involucrado sólo una parte del país (ej. India), en la que las formas capitalistas aún no se
han realizado, las medidas de la dictadura del proletariado serán distintas, incluso si tienden hacia el
mismo fin. Además, cualquiera que sea la zona geo-social considerada, puede ocurrir una mayor o
menor aceleración del proceso dependiendo de la situación internacional. Una rápida victoria sobre la
reacción del capital permitirá acortar la fase de transición, con la enorme ayuda de elementos de los
países más avanzados. El comunismo es un fenómeno mundial, no nacional.
El comunismo no es sólo la negación del capitalismo, sino también de todas las sociedades de clases
que lo precedieron. Así el movimiento que ha recibido el impulso del partido de la clase, y se libera de
los estorbos de la sociedad actual, es la inversión de lo que la comunidad humana ha experimentado
después de dejar el comunismo primitivo. La expropiación y atomización de los hombres es
reemplazada por su reunificación y por la apropiación de la especie humana unida de los productos de
su actividad – la especie humana no es autónoma, sino reconciliada con la naturaleza – la valorización
del conjunto con la destrucción del valor. Los productos vuelven a adquirir su carácter de elementos
necesarios para el hombre como un ser social y están ahora a su disposición. El hombre ya no es una
mercancía – el fin de la prehistoria humana. Liberación de la fuerza productiva más grande: la especie,
que hoy se deja sin cultivar, desperdiciada y destruida.

El movimiento se injerta en el que opera en la sociedad, pero es desacelerado por el capital. La política
es en el presente un medio para contener el comunismo. Llegar allí está, por consiguiente, vinculado a
dos elementos: destruye la barrera de su desarrollo y es su propio desarrollo. Durante la dictadura del
proletariado y el socialismo inferior, el aspecto destructivo es predominante en la erosión de la forma
antigua. Actividad político-militar = la liberación del comunismo predomina durante la dictadura del
proletariado, como Trotsky explicó (según otro teóricos marxistas) en su discurso sobre la Nueva
Economía Política76.

ii. Dominación Formal del Comunismo

A. La dictadura del proletariado

La mistificación del capital radica en el enmascaramiento de todas las contradicciones, dando así la
impresión de que han sido superadas. Se ha visto que el capitalismo tiende a negar las clases y el
comunismo, presente dentro de él. El periodo abierto por la crisis y por la revolución proletaria es, en
cambio, la época en el que las contradicciones aparecen en toda su intensidad. Deben ser llevadas a sus
consecuencias extremas, generalizadas y suprimidas.

El proletariado toma y destruye el Estado capitalista, pero el Estado es sólo la expresión


superestructural de la comunidad material en la que el capital se constituye en el último periodo de su
desarrollo histórico. Esta comunidad, el ser impersonal, se renueva por el proceso vital de la
valorización del valor. Esto debe ser destruido si la humanidad quiere ser liberada del capital. De
hecho, la destrucción del Estado y la expropiación de una clase sería insuficiente si el mecanismo que
hemos estudiado hasta ahora se dejara intacto, lo que significa que una suma de valor x tiene la
posibilidad de transformarse en x + Δx.

La toma de poder puede detener la regeneración de esta comunidad y facilitar el desarrollo del
comunismo presente en la sociedad. Pero la comunidad del capital no puede ser reemplazada
inmediatamente por una comunidad humana. De ahí la necesidad de un órgano transitorio, el Estado
proletario, que ejerza su dictadura. Este Estado está dirigido por el partido comunista el portador de la
solución histórica: proporcionando una forma humana para la sociedad.

El proletariado se levanta, por tanto, como Estado proletario. Las bases de la sociedad no son
modificadas inmediatamente, pero todo el movimiento socio-económico que tiende al comunismo tiene
ahora un liderazgo que lo facilita en lugar de inhibirlo. Este es el comienzo de la dominación formal del
76 Cf. il programma comunista nos. 6-10 8 12, 1966 – una traducción del discurso de Trotsky por Ludovico Tarsia, con un
comentario de Amadeo Bordiga. (London, 1972).
comunismo. Dominación formal, porque es necesario que haya un derrocamiento total de las bases de
la sociedad antes de que la comunidad humana realmente pueda dominar 77. Por el momento la
comunidad representada por el partido sustituye a la del capital, que aún tiene raíces profundas.

Exceptuando medidas inmediatas vinculadas a la lucha armada contra el retorno de las clases
desposeídas, que pretenden retomar el poder y frenar el movimiento de la sociedad, todas las demás son
tomadas de acuerdo con el comunismo plenamente desarrollado, que es el objetivo final. Por el
momento, el comunismo domina sólo formalmente, ya que sólo ha habido la destrucción de los
obstáculos más importantes para su desarrollo. La dominación también se expresa, sin embargo, en la
siguiente inversión: mientras que originariamente la socialización de la producción y de los hombres
fue el resultado del desarrollo capitalista a pesar de ser continuamente puesto en duda, ahora se
convierte en el presupuesto de la nueva forma social. Se impone como la fuerza dominante y el resto
del proceso social es modelado a su imagen. Al mismo tiempo, esto implica que el gobierno no hace
más apelaciones al viejo individuo, el esclavo de la comunidad material, sino a la comunidad humana
captada en su devenir; la especie, que evidentemente, al menos al principio, sólo puede ser representada
por el partido.

El punto esencial es la destrucción del proceso de valorización. La dictadura del proletariado ataca con
dos medidas estrechamente vinculadas:

a) Todo el mundo tiene que trabajar, el que no trabaja no come; esta es la generalización de la
condición del proletariado, del trabajo manual.

b) Acortamiento de la jornada laboral.

Así, la nueva sociedad afirma que sólo la persona que trabaja es un hombre. Por tanto, el trabajo
reasume su posición fundamental, y el hombre vuelve a ser el sujeto de la producción. El capital, por el
contrario, especialmente en su forma como capital fijo, lo elimina, haciéndolo superfluo.

La dictadura del proletariado no tiene constitución instituciones o reglas para definir al hombre,
contrariamente al caso de la revolución burguesa. En su lugar, es el acto productivo, la participación en
la producción humana, lo que define al hombre en la sociedad, la revolución comunista. El hombre, sin
embargo, no puede ser encarcelado en una definición, ni en un acto determinado, ni en el proceso de
producción, especialmente cuando aún no está libre de los límites y del carácter deformado heredado
del capitalismo (la sociedad comunista apenas ha comenzado su emergencia y el rechazo a la vieja
sociedad). Reconoce sólo al trabajador y rechaza al holgazán como no-humano, inesencial para su
transformación78.

Existe, en cierto sentido, la formación de una comunidad basada en el trabajo. En el capitalismo, la


existencia del hombre fue mediada por el capital, ahora es mediada por su trabajo. Llegar a esta etapa
significa infligir una destrucción decisiva sobre la comunidad del capital, incluso si los cimientos no
están aún destruidos, ya que el trabajo mismo lleva el estigma de la sociedad de clases anterior 79. El
77 “Entre la sociedad capitalista y la comunista se encuentra el periodo de transformación revolucionaria de una en otra. A
esto corresponde también un periodo de transición política, en el que el Estado no puede ser más que la dictadura
revolucionaria del proletariado.” (Crítica del Programa de Gotha en MESW 3 p.26)
78 Debido a que la comunidad del trabajo ahora está realizada (otra expresión de la dominación real efectiva del capital), la
ociosidad ahora adquiere un contenido diferente, aunque es simplemente una determinación negativa y no una positiva
del comunismo, y merece ser reexaminado. (Nota de Mayo de 1972)
79 Se puede ver toda la diferencia del mundo entre esta comunidad, que realiza un cierto igualitarismo, ya que no existe
otros medios para alcanzar una etapa más desarrollada, y la comunidad del comunismo tosco mencionado en el capítulo
trabajo ya no debe tener un carácter antagónico, ya no contiene la oposición trabajo necesario-
plustrabajo, si vamos a llegar a este resultado. Incluso si la mistificación ha sido destruida, lo que
parece todavía, por el momento, alienado y contradictorio en su proceso. Pero a partir del acortamiento
de la jornada laboral y la generalización del trabajo, es posible para el trabajo que pierda su carácter
forzado y antagónico.

Volvamos a la medida que hace obligatorio el trabajo para todos. Esto socava totalmente el antiguo
orden de cosas.

“Al proclamar la disolución del orden mundial hasta ahora existente, el proletariado simplemente declara el secreto de su
propia existencia porque de hecho es la disolución de ese orden mundial.” (Contribución a la Crítica de la Filosofía del
Derecho de Hegel, Introducción en MECW 3 p. 187)

El capitalismo ha captado este aspecto revolucionario del proletariado: de ahí el intento de dotarlo con
una reserva, por mínima que sea, y por tanto impregnarla con la mentalidad burguesa; finalmente busca
su negación, como hemos visto. Aquí, por otro lado, la situación del proletariado reaparece y es
generalizada sobre el conjunto de la sociedad. Esto provoca la disolución del capitalismo.
Simultáneamente existe la destrucción de enormes desperdicios diariamente perpetuados de la fuerza
de trabajo por el capitalismo, ya que todo esto presupone la negación de un sinfín de actividades
inútiles o perjudiciales para el hombre.

Sin embargo, esta generalización todavía cae dentro de la forma del trabajo asalariado. Siempre implica
la presencia de un intermediario entre el producto y sus consumidores. Pero la base del fenómeno no es
la misma. En la sociedad capitalista, el trabajo asalariado es un medio para evitar devolver la totalidad
del producto al individuo que lo produjo. En la fase de transición, el trabajo asalariado es el resultado
del hecho de que no es posible destruir la economía de mercado de un día para otro.

En el capitalismo, el trabajador considera su fuerza de trabajo como un valor de cambio; le permite


cobrar salarios por medio de los cuales puede adquirir valores de uso. Para el capitalista, en cambio, la
fuerza de trabajo es un valor de uso que es utilizada para generar productos que se vuelven cada vez
menos esenciales para los hombres. El capitalismo abandona la esfera de la satisfacción de las
necesidades materiales del hombre; el comunismo vuelve a entrar en ella. Pero si esto implica que todo
el trabajo humano es, por tanto, útil para la especie todavía no es posible prevenir que esta actividad se
presente al individuo como una actividad para el intercambio (Erwertätigkeit). Sin embargo, este es el
punto de partida para la destrucción de la ley del valor80.

Tras la toma del poder, la revolución comunista manifiesta su espíritu social; lo que cuenta ya no son
las medidas políticas, sino mas bien el fin que ellas prefiguran: la unificación de la especie y la
anterior.
80 “Sin embargo, si los salarios se reducen a su base general, es decir, la parte del producto de su trabajo que se destina al
propio consumo individual del trabajador; si esta parte se libera de su límite capitalista y se expande a la escala de la
producción que es a la vez permitido por la productividad social existente (es decir, la productividad social de su propio
trabajo como trabajo genuinamente social) y requerido para el pleno desarrollo de la individualidad; si el plustrabajo y
el plusproducto son también reducidos, en el grado necesario dadas las condiciones de producción, por un lado para
formar un seguro y un fondo de reserva, por el otro lado para la expansión constante de la reproducción en el grado
determinado por la necesidad social; si, finalmente, tanto (1) el trabajo necesario, como (2) el plustrabajo son tomados
para incluir el cuanto de trabajo que los capaces de trabajar deben realizar siempre para aquellos miembros de la
sociedad que aún no son capaces, o ya no son capaces de trabajar, es decir, si tanto los salarios como la plusvalía son
despojados de su carácter específicamente capitalista – entonces no queda nada de estas formas, sino simplemente los
cimientos que son comunes a todos los modos de producción.” (Capital III pp. 1015-16)
Especifiquemos que Erwertätigkeit significa una actividad con la autovalorización en mente.
abolición de los viejos antagonismos. La revolución comunista emite y hace cumplir una ley según la
cual “el que no trabaja no come”, por lo que tiende a acabar con la competencia entre los hombres. Lo
mismo ocurre cuando el antagonismo se suprime entre el trabajo manual y el intelectual; esto
presupone la generalización del primero, vinculado a la generalización del acortamiento de la jornada
laboral:

“La barrera absoluta para el acortamiento de la jornada laboral es, desde este punto de vista, la generalización del trabajo,”
(Capital I p. 667)81

Así la mistificación del capital es destruida y el trabajo – como el verdadero agente del proceso de
producción – vuelve al centro del fenómeno. La destrucción de la mistificación, sin embargo, no
elimina automáticamente el carácter mercantil asumido por el trabajo después del nacimiento del
capital. Además, todavía existe la necesidad de destruir otra mistificación vinculada al trabajo
asalariado. El capitalismo, de hecho, lo generaliza. Ahora no es sólo el proletario, el productor de la
plusvalía, que es un trabajador asalariado, sino también aquellos que hacen circular la plusvalía. No
realizan trabajos que sean productivos para la especie humana, sino sólo para el capital. La
generalización del trabajo manual, del trabajo realmente utilizado con propósitos productivos, hace que
el trabajo asalariado recupere un contenido real. Pierde su mistificación y la generalización de la
condición proletaria sobre la sociedad en su totalidad se convierte en una realidad.

Ahora hay una sociedad caracterizada por la comunidad del trabajo que, sin embargo, no es aún una
sociedad humana en que la especie emancipada medie la vida de todo individuo82. El trabajo debe
volver a ser la vivificante, no alienante, actividad del hombre si no hay necesidad de ningún otro
intermediario que no sea el propio ser humano. El trabajo debe librarse totalmente de las últimos
características mercantiles impresas en él por la sociedad burguesa.

B. Socialismo inferior

“Lo que tenemos que afrontar aquí es una sociedad comunista, no como se ha desarrollado en sus propios fundamentos,
sino, por el contrario, tal como surge de la sociedad capitalista; que es así en todos los aspectos, económicamente,
moralmente e intelectualmente, todavía estampada con las marcas de nacimiento de la vieja sociedad de cuyo vientre
emerge.” (Crítica del Programa de Gotha en MESW 3 p. 17)

Todavía hay sólo una dominación formal del comunismo.

En el socialismo inferior, como en el capitalismo, la producción es social, pero la apropiación también


tiende cada vez más a ser socializada. Los medios de producción son completamente socializados; los
medios de circulación son controlados por el Estado proletario, de modo que el proletariado, a través de
la mediación de su partido, tiende a hacer que la máquina económica funcione a favor de los
trabajadores en su conjunto. El primer acto es, por consiguiente, completado: la reunificación de la
máquina colectiva con el trabajador colectivo para la producción colectiva en beneficio de los hombres
en su totalidad.

El capital, como valor de cambio que ha alcanzado la autonomía total, puede fácilmente destruirse. Ya
está (el acto de la dictadura del proletariado) cuando el objetivo de la producción es invertido: ya no
hay producción por ganancia, sino para satisfacer el consumo del hombre. Y sin embargo, mientras
permanece en esta etapa, es evidente que el valor tarde o temprano pueda regenerar el capital. Por

81 La edición francesa concluye esta frase con “la generalización del trabajo manual.” (Nota de Mayo de 1972)
82 No es la actividad particular de un ser la que puede desempeñar este rol, sino su totalidad.
tanto, es necesario atacar las formas inferiores de valor, desarraigarlas completamente, para privar al
capital de cualquier posibilidad de reaparición.

Los socialistas ingleses que se quedaron en el terreno de Ricardo, deseaban que la ley del valor
realmente operara, y a favor del proletariado. De ahí que sugirieran el “bono de trabajo” 83. Marx
demuestra como es utópico un “bono de trabajo o dinero-trabajo” en la esfera actual de la producción.
Según Gray:

“Los productos deben ser producidos como mercancías, pero no intercambiados como tales.” (Contribución p. 71)

En el socialismo, los productos no se producen como mercancías y no se pueden intercambiar. El bono


de trabajo puede, por tanto, asumir una función histórica.

1) Bono de trabajo y producción

Si se quiere que los productos dejen de producirse como mercancías, se debe destruir el proceso de
valorización, por lo tanto, eliminar el carácter de mercancía de la fuerza de trabajo, y esto es posible:

“Sin embargo, sabemos de hecho que la conservación como también la reproducción del valor de los productos del trabajo
pasado es sólo el resultado de su contacto con el trabajo vivo; y en segundo lugar, que el comando que los productos del
pasado ejercen sobre el plustrabajo vivo dura sólo mientras dure la relación del capital, la relación social específica en la
que el trabajo pasado enfrenta al trabajo vivo como independiente y superior.” (Capital III p. 524)

Para que el hombre deje de ser una mercancía, es necesario que ya no esté obligado a venderse, a
alienar su fuerza de trabajo para tener “derecho a vivir”. Entonces es necesario que los medios de
producción ya no sean controlados por una clase, y ni siquiera por el Estado, sino por la sociedad.

Como vimos, todo debe funcionar desde el inicio de la fase de la dictadura del proletariado y que los
controles estatales son esferas productivas. Anticipa lo que se requiere para el consumo, por lo tanto, se
establece un plan de consumo, la producción se realiza de acuerdo a esto, y, a su vez, el tiempo de
trabajo socialmente (necesario) se calcula según la producción. Todo hombre debe cumplir parte de
esto:

“La distribución (del tiempo de trabajo) de acuerdo con un plan socialmente definido mantiene la proporción correcta entre
las diferentes funciones del trabajo y las diversas necesidades. Por otra parte, el tiempo de trabajo también sirve como
medida de la participación de cada individuo en el trabajo común…,” (Capital I p. 172)

Los medios de producción ya no son instrumentos que bombean plusvalía, que absorben trabajo
humano para extraer plustrabajo. Se utilizan para realizar un proceso de trabajo requerido para producir
una determinada cantidad de productos que la sociedad necesita.

La transformación gira en torno a dos puntos: trabajo y medios de producción. De hecho, como vimos,
el trabajo es trabajo asalariado porque está enfrentado con los medios de producción controlados por
una clase. Y los medios de producción son capital sólo en la medida en que exista el trabajo asalariado,
es decir, una fuerza de trabajo cuyo consumo productivo permite, por un lado, el restablecimiento del
valor establecido en los medios de producción, pero también, por otro lado, la creación y un incremento
– la plusvalía, que, una vez reificada, se convertirá en capital y se opondrá a los proletarios como un

83 Para quitar cualquier aspecto demagógico del asunto, sería mejor hablar de tarjeta de provisiones. Sobe esto, ver
Amadeo Bordiga Lezioni delle contrarivoluzion (1951).
poder hostil en otros procesos de producción. Destruir el trabajo asalariado significa eliminar el
carácter de capital de los medios de producción.

En consecuencia, debemos enfatizar aquí la diferencia con el trabajo asalariado. La medida que tiende a
reunir las dos fases separadas (la fuerza de trabajo y los medios de producción) por la toma definitiva
del hombre de la máquina productiva, suprime el intercambio entre el trabajo vivo y trabajo muerto.
Desde que ya no se plantean como fuerzas antagónicas, sino más bien se reagrupan en un proceso
armonioso de trabajo, su unión, que en cualquier caso es necesario para que la producción tenga lugar,
ya no requiere un término medio – el intercambio. Existe el cumplimiento de una función, cuya base ya
no es el mínimo necesario para mantener la vida del individuo, pero cuyo punto de partida es asegurar
al hombre la vida más adecuada a su propia naturaleza. Este tiempo de trabajo representa una
contribución individual al trabajo necesario para el funcionamiento de la sociedad. Esto presupone que
todo el trabajo es necesario para la especie.

En otras palabras, parece que con el bono de trabajo el trabajador todavía está sujeto a la ley del
intercambio, pero, con respecto al capitalismo, su contenido cambia. El bono ya no es la condición para
trabajar el tiempo necesario, en su lugar, es una parte de la cuota del trabajo social total. Además, el
bono simultáneamente indica la medida en la que la actividad del hombre individual es útil, aunque
sólo en un aspecto cuantitativo. Se requiere su participación en el proceso productivo social, y ahora
solo este proceso es considerado, de modo que, aunque todavía en forma embrionaria, surge la
posibilidad de que todo hombre considere su propio trabajo ya no como una actividad que permite la
valorización, sino como un valor de uso inmediatamente útil para la sociedad. Las barreras creadas por
la existencia del individuo independiente comienzan a colapsar, aunque lleve mucho tiempo llegar a su
conclusión. En esta etapa, el tiempo de trabajo todavía puede oponerse al tiempo libre en el caso del
individuo (una contraposición del aspecto social al aspecto individual). Por tanto, es necesario
proseguir el análisis de las características del trabajo.

En primer lugar, la determinación del tiempo de trabajo es social.

“Sobre la base de la producción comunal (Gemeinschaftliche), la determinación del tiempo sigue siendo, por supuesto,
esencial. Cuanto menos tiempo requiera la sociedad para producir trigo, ganado, etc. cuanto más tiempo gana para otras
producciones, materiales o mentales. Al igual que en el caso del individuo sólo, la multiplicidad de su desarrollo, su disfrute
y su actividad depende de la economización del tiempo. Economía del tiempo, a esto se reduce en última instancia toda
economía. Asimismo la sociedad tiene que distribuir su tiempo de manera intencionada, para lograr una producción
adecuada a sus necesidades generales. La economía del tiempo, junto con la distribución planificada del tiempo de trabajo
entre las diversas ramas de la producción, sigue siendo la primera ley económica sobre la base de la producción comunal.”
(Grundrisse pp. 172-3)

En segundo lugar, para alcanzar el comunismo, se debe:

a) Reducir todo el trabajo a trabajo abstracto. Sólo así la sociedad podrá tener en cuenta los esfuerzos
necesarios para la producción. Además, el capital tiende a realizar esta reducción.

b) Crear tiempo disponible,nuevamente el capital realiza esto:

“La creación de una gran cantidad de tiempo disponible aparte del tiempo de trabajo necesario para la sociedad en general
y cada uno de sus miembros (es decir, el espacio para el desarrollo de las fuerzas productivas plenas del individuo, de ahí las
de la sociedad también), esta creación de tiempo de no-trabajo aparece desde el punto de vista del capital como de todos los
anteriores, como tiempo de no-trabajo, tiempo libre, para unos pocos.” (ibid. p. 708)
Estos son los dos elementos vitales que permiten el funcionamiento del bono de trabajo; una medida de
la actividad que el hombre debe desarrollar para producir los elementos necesarios para su propia vida.
Gracias al desarrollo del tiempo disponible, que se debe a un gran aumento de las fuerzas productivas –
disminuyendo el tiempo de trabajo y aumentando el tiempo disponible, el hombre podrá transformarse
a sí mismo y escapar de la esfera de la necesidad dominándola.

“El tiempo de trabajo como medida de la riqueza plantea que la riqueza misma se basa en la pobreza, y el tiempo disponible
existente en, y debido, a la antítesis del tiempo de plustrabajo o, la postulación de todo el tiempo del individuo como
tiempo de trabajo y su degradación, por tanto, a mero trabajador, subsunción bajo el trabajo.” (ibid. p. 708)

En el socialismo inferior, la naturaleza contradictoria del trabajo se destruye con la generalización del
tiempo disponible y, por tanto, con la emancipación de los hombres de la esclavitud del trabajo
asalariado. Aún así, se debe recordar que es el capital mismo el que crea esta base. Anteriormente se
demostró cómo las clases medias no son otra cosa que la representación viva de este tiempo disponible
y, por tanto, la personificación del plustrabajo de la clase trabajadora.

“Pero su (es decir, del capital – NDE) tendencia siempre, por un lado, a crear tiempo de trabajo disponible por otro,
convertirlo en plustrabajo. Si tiene demasiado éxito al principio, sufre de producción excedente, y luego el trabajo necesario
es interrumpido, porque ningún plustrabajo puede ser valorizado por el capital. Cuanto más se desarrolla esta
contradicción, cuanto más se vuelve evidente que el crecimiento de las fuerzas productivas ya no puede estar ligado a la
apropiación del trabajo alienado, sino que la masa de los trabajadores debe ella misma apropiarse de su propio plustrabajo.
Una vez que lo ha hecho – y el tiempo disponible deja de tener una existencia antitética – entonces, por un lado, el tiempo
de trabajo será medido por las necesidades del individuo social y, por otro lado, el desarrollo del poder de la producción
social crecerá tan rápidamente que, aunque la producción se calcula ahora para la riqueza de todos, el tiempo disponible
crecerá para todos. La medida de la riqueza ya no es en modo alguno el tiempo de trabajo, sino más bien el tiempo
disponible.” (ibid. p. 708)84

El trabajo debe perder todo aspecto antagónico para convertirse en nada más que una actividad
puramente humana. Conserva la primera característica siempre que deba medirse en tiempo de trabajo,
y esto ocurre necesariamente mientras una actividad deba ser impuesta a los hombres. Una actividad
social que ellos consideran como externa y de la que quieren diferenciar su propia actividad, que se
desarrolla en el tiempo disponible. Pero ya, en la misma base del capitalismo, la medición de la riqueza
por medio del tiempo de trabajo aparece como una base estrecha para el desarrollo social.

“Tan pronto como el trabajo en su forma inmediata haya dejado de ser la gran fuente de la riqueza, el tiempo de trabajo cesa
y debe dejar de ser su medida y, por tanto, el valor de cambio (debe dejar de ser la medida) del valor de uso. El plustrabajo
de la masa ha dejado de ser la condición para el desarrollo de la riqueza general, así como el no-trabajo de unos pocos, para
el desarrollo de los poderes generales de la cabeza humana. Con eso, la producción basada en el valor de cambio se
descompone, y el proceso material inmediato de producción se despoja de la forma de penuria (Notdürftigkeit) y antítesis
(Gegensätzlichkeit).El desarrollo libre de las individualidades y, por tanto, no la reducción del tiempo de trabajo necesario
con el fin de plantear un plustrabajo, sino más bien la reducción del trabajo necesario de la sociedad al mínimo que,
entonces, corresponde al desarrollo artístico, científico, etc., desarrollo de los individuos en el tiempo liberado, y con los
medios creados, para todos ellos.” (ibid. pp. 705-6)

En el capitalismo, el trabajo inmediato, el trabajo de los vivos, entra en la producción en una


proporción decreciente, mientras que el trabajo de los muertos entra en una proporción creciente. Este
último es trabajo mediado o social; es desvalorizado y puede volver adquirir valor sólo con la ayuda del

84 Esto significa que cuando la esfera de la necesidad ha sido dominada, los hombres deben redescubrirse a sí mismos en
su tiempo disponible. Tras la dominación real del capital, que ha sufrido la antropomorfosis, los hombres deben ir hacia
atrás a través del ciclo y reconquistar una actividad despojada de ellos, o deben crear otra y crearse a sí mismos como
hombres que se han convertido en hombres. La revolución aparece como el comienzo de una enorme creación humana.
(Nota de Mayo de 1972)
primero. El capital está, por consiguiente, interesado en el trabajo vivo, porque sólo él es valorización,
creación de plusvalía.

“Si ahora comparamos el proceso de creación de valor (Wertbildungsprozess) con el porceso de valorización
(Verwertungsprozess) vemos que este último no es más que la continuación del primero más allá de un punto definido. Si el
proceso no se lleva más allá del punto donde el valor pagado por el capitalista por la fuerza de trabajo es reemplazado por
un equivalente exacto, es simplemente el proceso de creación de valor; pero si continúa más allá de este punto, se convierte
en el proceso de valorización.” (Capital I p. 302)

Al desarrollar las fuerzas productivas, el capital tiene el efecto de que una pequeña parte del trabajo
vivo evoca a la vida una gran cantidad de trabajo muerto. Este es su aspecto social y contradictorio:

“Sin embargo, sabemos de hecho que la conservación como también la reproducción del valor de los productos del trabajo
pasado es sólo el resultado de su contacto con el trabajo vivo; y en segundo lugar, que el comando que los productos del
pasado ejercen sobre el plustrabajo vivo dura sólo mientras dure la relación del capital, la relación social específica en la
que el trabajo pasado enfrenta al trabajo vivo como independiente y superior.” (Capital III p. 524)

La fuente de riqueza ya no es inmediata, sino mediada por el capital. En el socialismo inferior, es la


sociedad la que la media: todo el producto de las generaciones pasadas se ofrece como un regalo a la
colectividad. El comunismo es la resurrección del trabajo muerto. Sólo la actividad humana – no sólo la
inmediata, sino también la pasada – es reconocida como necesaria. Primero, hay destrucción de la
mistificación – la dominación formal del comunismo – luego una afirmación cada vez más
preponderante de la actividad humana. Esto es posible en la medida en que los medios de producción
ya no estén separados de la fuerza de trabajo; o cuando el proceso de trabajo sea unitario. Aquí el
capitalismo nuevamente crea la base de esta situación:

“En las sociedades por acciones, la función está separada de la propiedad del capital por lo que el trabajo es también
separado completamente de la propiedad de los medios de producción y del plustrabajo. El resultado de la producción
capitalista en su máximo desarrollo es un punto de transición hacia la transformación del capital en propiedad de los
productores, aunque ya no como propiedad privada de los productores individuales, sino más bien como su propiedad como
productores asociados, como propiedad inmediatamente social. Además, es un punto de transición hacia la transformación
de todas las funciones anteriormente vinculadas a la propiedad del capital en el proceso de reproducción en funciones
simples de los productores asociados, en funciones sociales.” (Capital III p. 568)

Por tanto, ya no hay intercambio entre trabajo vivo y trabajo muerto. Sólo queda el proceso de trabajo,
porque el proceso de valorización ha desaparecido.

“Con la producción social, el capital-dinero se desvanece. La sociedad distribuye la fuerza de trabajo y los medios de
producción entre las distintas ramas de la industria.” (Capital II p. 434)

Esto implica que los medios de producción ya no pueden aparecer en la forma de capital fijo.

Destrucción del capital fijo.

“Una vez que prescindimos de la forma capitalista de reproducción, todo el problema se reduce al hecho de que la magnitud
de la parte del capital fijo que se vuelve caduco y ha, por tanto, ser reemplazado en forma variable en los años sucesivos
(aquí estamos tratando simplemente con el capital fijo funcionando en la producción de medios de consumo). Si es muy
largo el año (si la mortalidad está por encima del promedio, al igual que con los seres humanos), entonces en los siguientes
años ciertamente será mucho menor. La masa de materias primas, productos semielaborados, y auxiliares necesarios para la
producción anual de los medios de consumo asumiendo que las otras circunstancias permanecen igual – no disminuye por
esta razón; y entonces la producción total de los medios de producción tendría que aumentar en un caso, y disminuir en el
otro. Esto sólo puede remediarse mediante una sobre-producción relativa perpetua; por un lado, se produce una mayor
cantidad de capital fijo de la que se necesita directamente; por otro lado, y esto es particularmente importante, un stock de
materias primas, etc. se produce que supera la necesidad anual inmediata (esto es particularmente cierto en el caso de los
medios de subsistencia). La sobre-producción de este tipo es equivalente al control por la sociedad sobre los medios
objetivos de su propia reproducción. Dentro de la sociedad capitalista, sin embargo, es un elemento anárquico.” (Capital II
pp. 544-5)

Este control es posible cuando se suprime el intercambio, es decir, cuando los medios de producción ya
no son capital fijo. Estos medios de producción servirán:

“… como moldeadores de valor de uso, sin servir como moldeadores de valor de cambio.” (Capital I p.
312)

El asunto del intercambio es que la empresa es la reproducción capitalista actual. Entonces las
empresas deben ser destruidas: la sociedad comunista no tiene necesidad de restaurar las barreras entre
los capitales privados, por lo que se libera de una amplia gama de desechos sociales. La abolición de la
división del capital entre empresas es un postulado del comunismo (ligado naturalmente a la
destrucción del capital social. cf. il programma comunista no. 13, 1963).

“Si tuviéramos que considerar una sociedad comunista en lugar de una capitalista, entonces el capital-dinero desaparecería
inmediatamente y, también los disfraces que adquieren las transacciones a través de él. El asunto simplemente sería
reducido al hecho de que la sociedad debe tener en cuenta de antemano cuánto trabajo, medios de producción y medios de
subsistencia se pueden gastar, sin dislocación, en ramas de la industria que, como la construcción de ferrocarriles, por
ejemplo, no suministrar medios de producción ni medios de subsistencia, ni ningún tipo de efecto útil, por un largo periodo,
un año o más, aunque ciertamente retiran el trabajo, los medios de producción y medios de subsistencia del producto total
anual. En la sociedad capitalista, por otro lado, donde cualquier tipo de racionalidad social se afirma sólo post festum
grandes perturbaciones pueden y deben producirse constantemente.” (Capital II p. 390)

Tiempo de trabajo y valor.

Parece que todavía tenemos que lidiar con valores y que el tiempo de trabajo siempre definirá estos
valores. Pero dado que el propósito ya no es aumentar el tiempo de trabajo, significa que el tiempo de
trabajo ya no necesita aparecer bajo la envoltura del valor para asumir una función social: afirma su rol
inmediatamente. Lo que importa ahora es sólo su característica de utilidad. Se puede decir que ahora
juega el rol de medida. Mide los productos de la actividad humana y la actividad humana en su
movimiento real. Marx también observa:

“El tiempo de trabajo no puede ser inmediatamente dinero (una exigencia que es la misma, en otras palabras, como
exigiendo que cada mercancía sea inmediatamente su propio dinero).” (Grundrisse p. 168)

El tiempo de trabajo puede convertirse en dinero sólo a través del intercambio, que, al llevar a las
mercancías al enfrentamiento mutuo, las hace llegar a esta determinación de valor y por lo tanto de
dinero.

“Una mercancía es un valor de cambio sólo si se expresa en otra, es decir, como una relación:” (ibid.
p. 205)

Mientras que la determinación social esta presupuesta en el socialismo inferior, en el capitalismo entra
en vigor post festum (cf. la cita anterior), y es por esta razón que en la sociedad capitalista el tiempo de
trabajo requiere el intercambio para ser socializado, de ahí su metamorfosis en valor. La transformación
se debe al hecho de que la transformación no comienza de hechos particulares, sino de hechos sociales.
El presupuesto es social, es la comunidad la que determina los cuantos de tiempo necesarios para poner
en movimiento.
“El carácter comunal de la producción hace del producto un producto comunal, general desde el principio. El intercambio
que originariamente tiene lugar en la producción – que no sería un intercambio de valores de cambio sino de actividades,
determinados por las necesidades comunales y los propósitos comunales – incluiría desde el principio la participación del
individuo en el mundo comunal de los productos. Sobre la base de los valores de cambio, el trabajo es postulado como
general sólo a través del intercambio. Pero sobre esta base se plantearía como tal antes del intercambio; es decir, el
intercambio de productos no sería en modo alguno el medio por el cual la participación del individuo en la producción
general está mediada. La mediación debe, por supuesto, tomar lugar. En el primer caso, que procede de la producción
independiente de individuos – no importa cuántas de estas producciones independientes se determinan y se modifican entre
sí post festum a través de sus inter-relaciones – la mediación se lleva a cabo a través del intercambio de mercancías,
mediante del valor de cambio y mediante el dinero; todas estas son expresiones de una y la misma relación. En el segundo
caso, la presuposición está mediada en sí misma, es decir, una producción comunitaria, la comunalidad, se presupone como
la base de la producción. El trabajo del individuo se postula desde el principio como trabajo social. (…) En el primer caso el
carácter social de la producción es postulado sólo post festum con la elevación del producto a valores de cambio y el
intercambio de estos valores de cambio. En el segundo caso, el carácter social de la producción está presupuesto, y la
participación en el mundo de los productos, en el consumo, no está mediado por el intercambio de los trabajos mutuamente
independientes o de los productos del trabajo.” (Grundrisse pp. 171-2)

Entonces, ya no se trata de los costos de producción, ya que ya no hay ganancia; ya no es una cuestión
de valor, porque el intercambio ya no tiene lugar, los productos inmediatamente adquieren un carácter
social como son producidos por la sociedad por el trabajador colectivo utilizando la máquina
productiva social. Es simplemente una cuestión de productos que deben crearse en función de
determinadas cantidades. La consideración es la utilidad para el hombre. Pero debemos saber que
esfuerzo social e individual es necesario para producirla, y el tiempo de trabajo permite medir esto.

Con el bono de trabajo, por tanto, el tiempo de trabajo se convirtió en tiempo necesario para la
sociedad. Ahora sólo está contrapuesto al tiempo disponible. Pero para asegurarse de que este tiempo
no albergue una doble naturaleza, que sea sólo opuesta a algo más allá de sí misma y por tanto la
oposición no la constituye, como en el caso de la jornada laboral bajo el capitalismo que comprendía la
dualidad: trabajo necesario, plustrabajo, tenemos que saber cómo los productos producidos durante un
periodo, cuya medida está escrita en el bono de trabajo, son consumidos.

2) Bono de trabajo y consumo de los productos.

El consumo es social, determinado por la sociedad:

“Cualquier distribución de los medios de consumo es sólo una consecuencia de la distribución de las propias condiciones de
producción mismas. La última característica, sin embargo, es una característica del propio modo de producción. El modo de
producción capitalista, por ejemplo, descansa sobre el hecho de que las condiciones de producción reificadas (sachlichen)
están en las manos de los no-trabajadores en forma de propiedad en capital y tierra, mientras que las masas son sólo dueñas
de la condición personal del producción, de la fuerza de trabajo. Si los elementos de la producción se distribuyen así,
entonces la distribución actual de los medios de consumo resulta automáticamente. Si las condiciones de producción
reificadas están en propiedad cooperativa de los propios trabajadores, entonces también resulta una distribución de los
medios de consumo diferente del actual.” (Crítica del Programa de Gotha cit. Pp 19-20)85

85 Marx describe el socialismo inferior en El Capital y trata la misma cuestión de la siguiente manera: “Imaginemos
finalmente, por un cambio, una asociación de hombres libres, trabajando con los medios de producción en común, y
gastando sus diversas formas de fuerzas de trabajo en plena conciencia como una fuerza social de trabajo. Todas las
determinaciones de Robinson se repiten aquí, pero con la diferencia de que son sociales más que individuales. Todos los
productos de Robinson fueron exclusivamente el resultado de su propio trabajo personal y, por tanto, fueron
inmediatamente objetos de utilidad personalmente para él. El producto total de nuestra asociación imaginaria es un
producto social. Una parte de este producto sirve como nuevo medio de producción y sigue siendo social. Pero otra
parte es consumida por los miembros de la asociación como medios de subsistencia. Esta parte debe, por tanto, dividirse
entre ellos. La forma en que esta división será hecha variará con el tipo particular de organismo social de producción y
el nivel histórico correspondiente de desarrollo social alcanzado por los productores.” (Capital I pp. 171-2)
Porque sólo la producción para un consumo definido tiene lugar, sólo se produce lo necesario. El
mundo de la necesidad sólo puede ser dominado cuando la producción puede – con un mínimo de
esfuerzo humano – satisfacer un conjunto de necesidades humanas que van más allá de las inmediatas.
El bono de trabajo tiene, pues, otro rol, la de medir la porción destinada a cada individuo:

“… en la parte del producto total destinada al consumo individual.” (Capital I p. 172)

Primero que todo una observación que está orgánicamente conectada con lo que precede:

“Dentro de la sociedad cooperativa basada en la propiedad común de los medios de producción, los productores no
intercambian sus productos; sólo que el poco trabajo que se emplea en los productos aparece aquí como el valor de estos
productos, como una cualidad reificada que poseen, puesto que, a diferencia de la sociedad capitalista, ya no existe el
trabajo individual de manera indirecta, sino inmediatamente* como una parte componente del trabajo total.” (Crítica del
Programa de Gotha cit. p. 17) (* Nuestro énfasis -NDE)

Así como la jornada social determina la jornada laboral de cada individuo, de modo que el producto
total determina la fracción disponible para cada persona. Sin embargo, uno no puede simplemente
dividir la totalidad del producto social por el número de individuos, como quisieran los inmediatistas,
que desean dar al trabajador los ingresos no disminuidos del trabajo.

“De esto ahora debe deducirse:

Primero, cobertura para la sustitución de los medios de producción utilizados.

Segundo, una parte adicional para la expansión de la producción.

Tercero, fondos de reserva o de seguros para hacer frente a los accidentes, dislocaciones causadas por calamidades
naturales, etc.

Estas deducciones de “el producto no disminuido del trabajo” son una necesidad económica y su magnitud debe
determinarse de acuerdo con el medio disponible, y las fuerzas, y en parte por cálculo de probabilidades, pero de
ninguna manera son calculables por equidad.

Queda la otra parte del producto total destinada a servir como medios de consumo.

Antes de que esto se divida entre los individuos, debe deducirse nuevamente de él:

Primero, los costos generales de la administración que no pertenecen directamente a la producción.

Esta parte, desde el principio, estará muy restringida en comparación con la actual sociedad y disminuye en
proporción a medida que se desarrolla la nueva sociedad.

Segundo, lo que está destinado a la satisfacción común de necesidades como escuelas, salud, servicios, etc.

Desde el principio esta parte crece considerablemente en comparación con la sociedad actual y crece a medida que
se desarrolla la nueva sociedad.

Tercero, fondos para los que no pueden trabajar, etc., en resumen, por lo que se incluye bajo el llamado socorro
oficial de los pobres de hoy.” (ibid, pp. 16-17)

El bono de trabajo sirve como un medio de reparto, es un derecho a la participación en el consumo:


“En consecuencia, el productor individual recibe de la sociedad – después de que las deducciones se hayan realizado –
exactamente lo que él… le da. Lo que le ha dado es su cuanto individual de trabajo. Por ejemplo, la jornada laboral social
consiste en la suma de las horas individuales de trabajo; el tiempo de trabajo individual del productor individual es parte de
la jornada laboral social aportado por él, su parte en él. Recibe un certificado de la sociedad que ha proporcionado tal y tal
cantidad de trabajo (después de deducir su trabajo para los fondos comunes), y con este certificado extrae del stock social de
los medios de consumo tanto como cuesta la misma cantidad de trabajo. El mismo cuanto de trabajo que él ha entregado a la
sociedad en una forma la recibe en otra.” (ibid. pp. 17-18)

Aquí hay que considerar dos cosas: una jurídica, la cuestión de la igualdad de derechos, y una
económica, la cuestión del intercambio.

a) Igualdad de Derechos

El bono de trabajo implica una mediación entre el individuo y la sociedad, pero más decidida que
durante la dictadura del proletariado. El trabajo, no el capital, es el presupuesto. El bono de trabajo es el
reconocimiento de la participación en la vida social. Deriva de una división, pero esta es secundaria,
ligada al carácter limitado de la producción. No es un tener lo que presupone, sino un acto, una
manifestación. La realización de este acto conduce a la obtención de un determinado número de
productos. La igualdad de derechos se deriva de la igualdad de participación

Por tanto, puede parecer que el socialismo inferior es sólo la realización de la democracia. Así es, de
hecho, cómo aparece. Pero es una realización que en cualquier caso es sólo transitoria; deriva de una
limitación impuesta por la debilidad de las fuerzas productivas y de la conciencia de los productores.
Es una etapa que debe ser despejada. Su desaparición está ligada a la extinción del Estado proletario.
Pero ¿qué puede imponer esta igualdad de derecho además del Estado? En el comunismo plenamente
desarrollado, el derecho ya no existe, ni el problema de la división del reparto. Los socialdemócratas de
todos los matices insisten en una etapa del movimiento y lo han fijado como una meta, cuando la meta
real está mucho más allá de una sociedad tan estrecha86.

Pero esta medida igualitaria deriva su importancia no de su contenido inmediato, sino del resultado que
ella debe ayudar a alcanzar: la destrucción de la competencia entre los hombres, ya aludida a esta
cuestión en el estudio de la dictadura del proletariado. Aquí tiene una dimensión excepcional porque las
condiciones para su realización están ahí. La desaparición de esta competencia es la base misma de la
verdadera unificación de la especie, que es incompatible con la democracia, que florece sólo en la
división de la sociedad, dado que incluso en su forma más airada es simplemente una conciliación de
opuestos.

b) Intercambio

Marx escribió después de la cita anterior:

“Aquí, obviamente prevalece el mismo principio que regula el intercambio de mercancías, en la medida en que se trate de
un intercambio de valores iguales. El contenido y la forma se cambian, porque bajo las circunstancias cambiadas nadie
puede dar nada excepto su trabajo, y porque, por un lado, nada puede pasar a la propiedad de los individuos excepto los
medios de consumo.” (ibid. p. 18)

86 “La representación de la sociedad socialista como el reino de la igualad es una idea francesa parcial modelada sobre la
vieja ‘libertad, igualdad, fraternidad’ – un concepto que se justificó como una etapa de desarrollo en su tiempo y lugar
pero que, como toda la parcialidad de las tempranas escuelas socialistas, debería haber sido superada a estas alturas,
porque sólo produce confusión en la mente de la gente y se han encontrado modos más precisos de presentación del
asunto.” (Engels a Bebel 18-28.3.1875 in MESC p. 276)
Por tanto, necesitamos una visión analítica más cercana de la relación entre el bono de trabajo y la
cantidad de productos, no de manera congelada, es decir, considerándolo como un hecho inalterable,
válido en esta forma para toda una fase de la vida de la humanidad, pero en su devenir.

Aquí se requiere una observación. Originariamente el capitalismo se caracterizó por la puesta en


marcha de las relaciones sociales que, por tanto, pierden su rigidez. Posteriormente fija estas relaciones
para asegurar la valorización del valor (capital) y su autonomización. El movimiento se reinicia en la
dominación formal del comunismo, pero no para facilitar el acceso a la autonomía del valor, sino para
llevar a la humanidad a su total liberación.

La relación puede ser presentada como sigue:

Bono de trabajo ←→ Cuanto de productos


(Cuanto de trabajo) (Alícuota de la cantidad social)

Esta parece ser la fórmula simple para el valor, que se manifestó en el origen del movimiento
económico que vio el desarrollo del valor de cambio. Fue accidental; aquí la relación será transitoria.
Es mejor especificar esta forma simple de valor aparente. El bono de trabajo juega varios roles en él.

1) Medida

Pero esto viene determinado desde el principio por la sociedad y no tras un movimiento de mediación,
de mayor o menor longitud, después de una serie de intercambios. Esto es lo que limita cualquier
parecido con la forma simple de valor.

“La primera forma de dinero corresponde a una etapa baja de intercambio y de trueque, en el cual el dinero aparece más en
su determinación de medida que como un instrumento real de intercambio.” (Grundrisse p. 166)

Sólo que aquí también se ve el presupuesto del socialismo reside en el desarrollo más elevado del valor
de cambio, su socialización.

2) Es el equivalente

Pero este rol está estrictamente limitado en que, por un lado, está determinado por la sociedad y, por
otro, no hay autonomía, porque es la forma relativa la que es esencial; la cantidad del producto. Hay un
equivalente que se desarrolla como no equivalente. De hecho, pari passu con el crecimiento de la
producción, el individuo, por el mismo cuanto de trabajo, podrá recibir una mayo cantidad del producto
social – una característica que distingue el bono del salario – hasta el momento en que el bono de
trabajo pierde su razón de ser a través de la llegada de la abundancia.

3) Permite una sola transacción

“Pero esos tokens no son dinero, no circulan.” (Capital II p. 434)

Así, la relación que hemos descrito del token (bono de trabajo) y la cantidad de productos a los que
obtiene un derecho es sólo aparentemente la forma simple de valor. El token permite un “intercambio”,
y sólo uno. La forma desarrollada de valor realmente es destruida. Pero Marx muestra que la forma
simple de valor contiene la semilla del desarrollo posterior de la forma desarrollada. Claramente la
forma simple de valor también debe ser destruida para evitar que reaparezca el capital. Eso también
significa que incluso la semejanza con la forma simple de valor debe también desaparecer. Ahora, el
token no puede ser acumulado, ningún movimiento de valor puede originarse en él. Además, como
hemos visto, el capitalismo sólo podría aparecer en una sociedad donde un determinado cuanto de valor
que se ha vuelto autónomo se acumuló; un cuanto que puede comprar, puede subsumir la fuerza de
trabajo para permitir la realización del proceso de valorización, que es el proceso del capital.

El token es válido por un periodo limitado y se pierde al final de este periodo si no se consume.
Entonces ningún monopolio de poder puede aparecer en el sociedad, un poder que al subyugar una
cierta cantidad de productos podría más tarde apoderarse de los medios de producción y restaurar el
capitalismo.

En conclusión, la relación indica una equivalencia (con la especificación mencionada anteriormente),


pero no una reversabilidad y, por tanto, en este sentido, es una forma relativa sobre todo. De hecho, no
se puede escribir:

Cuanto de productos ← → Cuanto de trabajo (tokens)

No se puede asimilar con la forma simple de valor que implica la polaridad: la forma relativa, la forma
equivalente. Realmente indica una relación cualitativa. La cantidad depende exclusivamente de la
producción misma. La equivalencia en así determinada, externamente y no por el enfrentamiento de
dos elementos, como las mercancías en la forma simple de valor. Es el Estado el que determina, impone
la cantidad que el token proporciona como un derecho a tomar. Por tanto, no hay un intercambio, sino
una transferencia de los productos por la autoridad. La cantidad variará en el transcurso del tiempo
hasta que ocurra la última negación. La última apariencia de valor ha desaparecido, el bono de trabajo
realiza la destrucción del valor. La sociedad, como Engels escribió en el Anti-Dühring, ya no da valor a
los productos. La ley del valor está enterrada87.

Socialismo y la ley del valor

Si se dice que, por el contrario, la ley del valor operará durante el socialismo inferior, como hacen
ciertos teóricos analizando superficialmente el fenómeno, que se reduce a plantear la democracia como
una forma necesaria para todo ese periodo. Observamos que el socialismo inferior sólo aparentemente
tiene un contenido democrático. Además, hacer tal afirmación es tomar la posición de los socialistas
franceses que consideraban que el capital desvirtúa la ley del valor, obstruyendo su funcionamiento,
destruyendo así la igualdad y la libertad. Así, según ellos, el capital ha de ser destruido para permitir
que la igualdad y la libertad funcionaran en la sociedad.

“De ahí deriva el error de esos socialistas, principalmente de los franceses, que quieren mostrar el socialismo como
realización de las ideas burguesas — ideas que no fueron descubiertas por la revolución francesa sino, históricamente,
lanzadas a la circulación por ella— , y que se afanan por probar que el valor de cambio, inicialmente (en el tiempo) o con
arreglo a su concepto (en su forma adecuada) es un sistema de libertad e igualdad para todos, pero que habría sido
adulterado por el dinero, el capital, etc. O también que la historia, hasta el presente, no habría realizado más que tentativas
malogradas de poner en práctica esas ideas, en la forma correspondiente a la verdad de las mismas, y que ahora pretenden,
como por ejemplo Proudhon, haber descubierto una panacea que habrá de proporcionar la historia auténtica de esas
relaciones en lugar de su historia tergiversada.” (Urtext p. 243)

Nuestros teóricos no tienen el mismo punto de partida, pero sí buscan el mismo lugar88.

87 “En el socialismo, no hay medidas de valor ni valor. No hay intercambio entre hombres. Sólo un intercambio
permanece: entre la sociedad humana y la naturaleza.” Amadeo Bordiga en il programma comunista no. 20 1957.
De hecho, decir que la ley del valor funciona en el socialismo implica el reconocimiento de que el
capital lo falsifica, de lo contrario, no sería una característica de este periodo histórico. La dictadura del
proletariado, el partido, tendría entonces la misión de ganarse el respeto por la ley del valor. ¡Una
buena perspectiva! Además, esto es exigir una etapa anterior antes que el capitalismo; así que es
reaccionario. Esto es lo que los socialistas franceses no comprendieron:

“El sistema del valor de cambio, y aún más el sistema monetario, son en realidad el sistema de la libertad e igualdad. Las
contradicciones, no obstante, que se revelan en un análisis más profundo, son contradicciones inmanentes, intrincamientos
de dicha propiedad, libertad e igualdad, las que ocasionalmente se trastruecan en su contrario. Es un deseo tan piadoso como
necio pretender, por ejemplo, que el valor de cambio no prosiga su desarrollo, a partir de la forma de la mercancía y el
dinero, hasta la forma del capital, o que el trabajo que produce valor de cambio no se desenvuelva hasta llegar a ser trabajo
asalariado.” (Urtext pp. 243)

Ellos no vieron las nuevas condiciones creadas por el capital. El capital, al negar la ley del valor,
tratando de superarla, dándole bases distintas, otros presupuestos, forma la base misma de su propia
supresión que se verifica cuando la humanidad alcanza el socialismo inferior.

¿Doble naturaleza del bono de trabajo?

Al afirmar que la ley del valor está enterrada, parece que se ha respondido al mismo tiempo la
pregunta: ¿tiene el bono de trabajo una doble naturaleza? La pregunta es importante porque la
posibilidad de la producción de plusvalía reside – en el capitalismo – en la doble naturaleza de la
jornada laboral. Pero si la ley del valor ha sido destruida, y si el bono de trabajo mide el tiempo de
trabajo realizado por cada individuo, el bono no puede de ninguna manera ocultar tal dualidad. Pero,
¿no aparecería ésta de otra forma? La cantidad de productos recibidos gracias al bono de trabajo sería
la medida del trabajo necesario, las deducciones, el plustrabajo.

De hecho, las cosas son como sigue: todo trabajo puede considerarse como necesario para la especie, o,
dialécticamente hablando, se puede considerar que el individuo es liberado del trabajo necesario y
proporciona sólo plustrabajo para la sociedad ahora. La sociedad lo usa y lo divide.

“El plustrabajo de alguna forma debe permanecer siempre, como trabajo más allá de la medida de las necesidades dadas.”
(Capital III p. 958)

Pero Marx inmediatamente señala:

“Es sólo que en el capitalista, como en el sistema esclavista, etc., tiene una forma antagónica y su lado anverso es pura
ociosidad por parte de un sector de la sociedad.” (ibid.)

El socialismo destruye esta ociosidad, ya que el tiempo de trabajo se ha generalizado para todos. Por
eso no puede haber realización del derecho a ser perezoso, que deseaba un Lafargue.

La oposición entre un trabajo necesario y plustrabajo es reemplazada, como ya ha sido subrayado, por
la oposición entre tiempo de trabajo y tiempo disponible, la última forma antagónica legada por el
capital.

88 “Lo que distingue de los apologistas burgueses a estos socialistas es, por un lado, su sensibilidad para captar las
contradicciones del sistema, y por el otro su utopismo, el no comprender la diferencia necesaria entre la conformación
ideal y la conformación real de la sociedad burguesa, lo cual los mueve a acometer la estéril empresa de querer
efectivizar, en cambio, la expresión ideal, la imagen aureolada, que la realidad misma, en cuanto tal, refleja, arroja de sí
misma.” (Urtext pp. 243-4)
El socialismo desarrolla la contradicción de una manera total para poder eliminarla. Todavía indica la
medida a la cual la sociedad no ha podido satisfacer de manera ilimitada las necesidades humanas; la
medida en que el hombre – el individuo consumidor – se ve a sí mismo como una partícula que es más
o menos autónoma en el complejo social; cuando no siente que su actividad individual es directamente
social, porque se basa en la actividad general y es un elemento necesario de la misma. La contradicción
desaparece cuando el trabajo pierde su aspecto coercitivo.

“La capacidad de consumir es una condición del consumo, de ahí su medio primario, y esta capacidad es el desarrollo de
una potencia individual, una fuerza de producción. El ahorro de tiempo de trabajo (es) igual a un incremento del tiempo
libre, es decir, el tiempo para el pleno desarrollo del individuo, que a su vez reacciona retrospectivamente sobre el poder
productivo del propio trabajo como la mayor potencia productiva. Desde el punto de vista del proceso de producción
directo, debe considerarse como la producción de capital fijo, siendo el propio hombre el capital fijo. (De hecho, es sólo a
través del crecimiento del capital fijo que es posible que una pequeña cantidad de trabajo vivo permita la producción de una
gran cantidad de productos, por lo que parece que es el capital fijo que produce un hombre social tan grande; este es el
aspecto de la desvalorización y el de la socialización del capital -NDE) No hace falta decir, por cierto, que el tiempo de
trabajo directo mismo no puede permanecer en la antítesis abstracta del tiempo libre en la que aparece desde la perspectiva
de la economía burguesa. El trabajo no puede convertirse en juego, como Fourier quisiera, aunque sigue siendo su gran
contribución el haber expresado la suspensión no de la distribución, sino del modo de producción mismo, en una forma
superior, como objetivo último. El tiempo libre – que es tanto tiempo de ocio como tiempo para actividades más elevadas –
ha transformado naturalmente a su poseedor en un sujeto diferente, y luego entra en el proceso de producción directo como
este sujeto diferente. Este proceso, entonces, es tanto disciplina, en lo que respecta al ser humano en el proceso del devenir
y, al mismo tiempo, práctica, ciencia experimental, ciencia materialmente creativa y objetivante, en lo que respecta al ser
humano que se ha convertido, en cuya cabeza existe el conocimiento acumulado de la sociedad. Para ambos, en la medida
en que el trabajo requiera el uso práctico de las manos y movimiento corporal libre, como en la agricultura, al mismo tiempo
el ejercicio.” (Grundrisse pp. 711-12)

El socialismo empuja la contradicción entre el tiempo de trabajo y el tiempo disponible hasta su límite
final; pero con el desarrollo social (con la educación y la instrucción) y porque las relaciones sociales
ahora son cristalinas para los hombres89, sin mistificación, el tiempo disponible entrará en la actividad
productiva del hombre, que es la socialización. El tiempo de trabajo ya no existe, ya que que no existe
limitación, por lo que no se deben tomar ninguna medida para controlarlo. La actividad espontánea y
consciente de los hombres proporciona todos los trabajo necesarios y, por tanto, también todas las
nuevas producciones.

“La riqueza real de la sociedad y la posibilidad de una expansión constante en su proceso de reproducción no depende de la
duración del plustrabajo sino más bien de su productividad y en las condiciones de producción más o menos abundantes en
las que se realiza. El reino de la libertad realmente comienza donde el trabajo determinado por la necesidad y la
conveniencia externa termina; se encuentra por su propia naturaleza más allá de la esfera de la producción material
propiamente dicha,… ” (Capital III pp. 958-9)

Siempre existe un proceso de trabajo:

“Así como el salvaje debe luchar contra la naturaleza para satisfacer sus necesidades, para mantener y reproducir su vida,
también debe hacerlo el hombre civilizado, y debe hacerlo en todas las formas de sociedad y bajo todos los modos de
producción. Este reino de la necesidad natural se expande con su desarrollo, porque sus necesidades también lo hacen; pero
las fuerzas productivas para satisfacerlas se expanden al mismo tiempo.” (ibid. p. 959)

En el socialismo inferior, el proceso de trabajo permite la satisfacción de un número creciente de


necesidades humanas y, además, no domina al hombre, sino que éste es dominado por él; el hombre ya
no es su esclavo.

89 “Las relaciones sociales de los hombres, tanto hacia su trabajo como hacia los productos de su trabajo, son aquí
transparentes en su sencillez, tanto en la producción como en la distribución.” (Capital I p. 172)
“La libertad, en esta esfera, sólo puede consistir en esto, que el hombre socializado, los productores asociados, gobiernan el
metabolismo humano con la naturaleza de una manera racional, poniéndola bajo su control comunal en lugar de ser
dominado por ella como un poder ciego; lograrlo con el menor gasto de energía y en las condiciones más dignas y
apropiadas para su naturaleza humana. Pero esto sigue siendo siempre un reino de la necesidad.” (ibid. p. 959)

Por lo tanto, esto debe ser dominado y el tiempo de trabajo, como una determinada duración del tiempo
en el día del hombre, opuesto al resto de ese día, debe ser abolida. En este momento, el hombre ya no
es el sujeto del tiempo en el sentido que escribió Marx:

“El tiempo lo es todo, el hombre no es nada; es como mucho, la carcasa del tiempo.” (La Miseria de la Filosofía en MECW
6 p. 127)

El hombre redescubre su sustancia perdiendo la necesidad de la medida del trabajo, el trabajo ya no es


algo externo a él, sino que es su manifestación más profunda e íntima. Sus actividades ya no están
separadas en campos más o menos antagónicos: ciencia, arte, etc., sino que son integradas en una sola
actividad que es la manifestación de la naturaleza humana en su devenir.

Por lo tanto:

“El verdadero reino de la libertad, el desarrollo de los poderes humanos como un fin en sí mismo, comienza más allá de él,
aunque sólo puede florecer con este reino de la necesidad como su base,…” (Capital II p. 959)

Marx termina este magnífico pasaje indicando la condición primordial para la producción de este
movimiento emancipatorio; un movimiento que hemos detallado anteriormente:

“La reducción de la jornada laboral es el requisito previo básico.” (ibid. p. 959)

Al llegar a esta etapa del florecimiento, la noción del tiempo de trabajo no tiene más razón de ser, el
bono de trabajo se vuelve inútil y el individuo, que ya no es sujeto de intercambio, como en el modo
capitalista de producción, sino de una transferencia, también desaparece.

En tercer lugar, los faux frais de producción y la contabilidad social. Las formas de trabajo.

Dijimos que hay que determinar los cuantos físicos a producir según la población y su crecimiento, y,
vinculado a eso, la determinación del tiempo de trabajo y el bono de trabajo, etc.. Todo esto requiere
una contabilidad. Esto existe en un Estado hipertrófico en la sociedad capitalista. Registra el
movimiento del valor sobre todo. El sector que se desarrolló anteriormente: la previsión, planificación,
programación, ha vuelto a abrumar al aparato económico. Nace en el terreno inmediato del
antagonismo entre el capital y el comunismo. Esto da como resultado el crecimiento de los faux frais de
producción, como lo describe Marx en el Volumen II de El Capital.

Durante la dominación formal del comunismo, habrá una organización que se ocupará principalmente
de los pronósticos de las cantidades a producir, a fabricar, y la determinación del tiempo de trabajo que
habría de ser empleado para esta producción.

“En segundo lugar, incluso después de la abolición del modo de producción capitalista, aunque la producción social
permanece, la determinación del valor aún persiste en el sentido de que la regulación del tiempo de trabajo y la distribución
del trabajo social entre varios grupos de producción se vuelve más esencial que nunca, así como la contabilidad de éste.”
(Capital III p. 991)90

90 Podría parecer que este pasaje muestra que Marx considera que la ley del valor podría seguir jugando – o jugar áun más
– un rol en la sociedad post-capitalista. De hecho, usa el término determinación del valor por la determinación del
Este trabajo será realizado por un grupo de hombres que, al principio, pueden estar separados del resto
de los trabajadores, que son realmente productivos. Serán los trabajadores improductivos, como en el
sistema capitalista; esto muestra que todavía estamos tratando con sólo la dominación formal del
comunismo. Sólo, dada la inversión de la meta de producción, su trabajo es también trabajo necesario
para la especie. Son faux frais de producción sin la cual la producción en el sentido deseado por la
sociedad sería imposible. Además, ya que la sociedad ya no atribuye valor a los productos, no es una
cuestión de faux frais. Lo queda son las diferentes formas de trabajo, porque el proceso de trabajo total
está todavía fragmentado y dividido. No constituye un todo (la división del trabajo aún no ha sido
superada) donde la actividad del hombre se desarrolla por un momento a nivel intelectual: pronóstico
del proceso, por otro en el nivel práctico: experimentación y realización del trabajo previsto.

Sin embargo:

“La contabilidad, sin embargo, como la supervisión y la recapitulación ideal del proceso, se vuelve cada vez más necesario
cuanto más toma lugar el proceso a escala social y pierde su carácter puramente individual; por tanto, es más necesario en la
producción capitalista que en la producción fragmentada de artesanos y campesinos, más necesaria en la producción
comunal que en la capitalista. Sin embargo, los costos de la contabilidad son reducidos con la concentración de la
producción y en proporción a su creciente transformación en contabilidad social.” (Capital II p. 212)

Así que es precisamente en este momento cuando el Estado proletario se extingue. Ya no hay distintos
grupos sociales en la sociedad. Hay una especie unificada que realiza un proceso de trabajo unificado
que es su producción y reproducción. El bono de trabajo y la igualdad de derechos también se han ido.

Por tanto, todas las formas de valor quedan enterradas; por ello el trabajo ya no tiene una forma
determinada, no hay alienación. Pasamos al socialismo superior, al comunismo.

El capitalismo tenía una forma personal de negar el valor, la de convertirse en su presuposición; las
formas de valor luego fueron reemplazadas por las de la plusvalía. La mistificación se rompe y las
formas de trabajo se manifiestan durante la fase de la dominación formal del comunismo. Ya no
necesita un rodeo para manifestar su carácter social. Debe hacerlo para evitar estar en el terreno dond el
el valor puede nuevamente manifestarse, el trabajo ya no debe aparecer en formas que siempre son
formas antagónicas. Hemos comentado que, en cierta medida, la expresión de la determinación del
valor es sinónimo de la determinación del cuanto de tiempo de trabajo. Esto se debe a que nos
encontramos en un punto de inflexión en la historia donde el trabajo debe perder su envoltura de valor,
la época inversa a aquella durante la cual el trabajo adquirió esta envoltura. Entonces es el momento en
que la sociedad conoce sólo formas de trabajo, cuando el movimiento del valor se acaba y la liberación
del hombre comienza; la liberación del hombre porque es la liberación de su actividad esencial. En
consecuencia, hay que remontarse a todo el movimiento de la historia.

La actividad humana sufrió diferentes leyes que le dieron su forma durante las diferentes formas
sociales de producción. Comenzando con un cierto periodo, se desarrolló la propiedad privada y se

tiempo de trabajo. El resto de la cita también se ajusta a esta interpretación. Se podría decir que, efectivamente, en la
medida en que uno debe evaluar el cuanto de tiempo de trabajo, de hecho se está haciendo una especie de determinación
del valor. Pero, en primer lugar, esto se hace antes de la producción, no post festum; así como hemos mostrado el tiempo
de trabajo ya no requiere su envoltorio de valor para manifestarse socialmente; en segundo lugar, la edición francesa es
mucho más afirmativa que la alemana. La traducción francesa dice “la determinación del valor sigue siendo dominante
porque…” En la alemana se lee: “Bleibt ...die Wertbestimmung vorherrschend in dem sinn, das... wird.” Es decir, la
determinación del valor sigue siendo predominante en el sentido que (como en la edición inglesa). Hay de todos modos
un ligero matiz. Marx usa una frase adverbial, el traductor indica una consecuencia.
desarrollaron las clases; el trabajo fue alienado y el valor apareció. Como hemos visto, los productos de
antemano eran útiles o simplemente no existían. El trabajo humano aún no estaba desvinculado de su
función puramente biológica de la actividad para mantener la vida. Por lo que correspondía a la
satisfacción de pequeñas necesidades. A partir de entonces, el valor pasó a tener diferentes formas; el
tiempo de trabajo llegó a ser la medida más o menos adecuada, medida más o menos social; las leyes
que dieron forma al valor también dio forma al trabajo, subyugando al trabajo 91. Posteriormente, todo el
tiempo de trabajo se dedica a la producción de valor; existe una coexistencia – como Marx lo hubiera
querido – del trabajo necesario y el trabajo social dentro de la jornada laboral. Esta dualidad
originariamente no tenía razón de ser, ya que el individuo dedica toda su actividad a la producción de la
vida de la comunidad, por tanto, también de la suya propia; no se produce una separación, no surge
división entre el trabajo y otra actividad. Esta oposición se profundiza más tarde, la mercancía domina
la actividad que lo produjo y confiere un carácter mercantil del trabajo (nacimiento del capital). En una
etapa más tardía de éste último, el trabajo muerto, acumulado, se convierte en el poder dominante sobre
el trabajo vivo y todo el trabajo se vuelve abstracto y social. La coexistencia entre las dos partes de la
jornada laboral ya no existe, en su lugar el plustrabajo domina el trabajo necesario, pero:

“Uno de los aspectos civilizadores del capital es que exprime este plustrabajo de una manera y en condiciones más
ventajosas para las relaciones sociales y para la creación de una nueva y superior formación que en el caso de las formas
anteriores de esclavitud, servidumbre, etc..” (Capital III p. 958)

En el socialismo inferior, la contradicción entre el trabajo necesario y el plustrabajo madura en una


entre el tiempo de trabajo y el tiempo disponible, éste último se generaliza y la especie se libera. Sólo
en el comunismo el trabajo ya no es un constreñimiento, ya no está sujeto a las leyes porque ya no
existe la cuestión de producir valores. No más forma valor, no más forma trabajo. El hombre domina el
proceso de trabajo y por tanto las leyes que regulan su desarrollo. El trabajo se convierte en una
actividad que permite el intercambio con la naturaleza, que adapta la materia a uno u otro fin:

“… toda la actividad productiva del hombre, a través del cual su intercambio metabólico con la naturaleza está mediado.
Pero no sólo se despoja de cualquier forma social y carácter específico; incluso en su mera existencia natural, independiente
de la sociedad, se levanta de la sociedad por completo y definida como la externalización y confirmación de la vida
igualmente para un hombre que aún no es social en cuanto a un hombre socialmente determinado de una manera u otra.”
(ibid. p. 954)

No más valor, el hombre ya no es la “carcasa del tiempo”. Ya no es oprimido por el, sino que lo
domina. Subjetivamente, vuelve a ser la duración aparentemente inconmesurable. El trabajo, como
explica Engels en la Dialéctica de la Naturaleza transformó al hombre. El trabajo liberado y
emancipado provocará una posterior transformación de la humanidad, permitiéndole entrar de lleno en
la sociedad comunista.

_________________________________

El estudio de la dominación formal del comunismo anterior es válido sólo para el periodo durante el
cual la revolución comunista debería tener lugar sobre la base de la dominación formal del capital sobre
la sociedad, y también, hasta cierto grado, para el periodo de transición de la dominación real. Pero,
desde la generalización de la dominación real mundial (1945) esto ha sido totalmente superado. Sin

91 “El valor de cambio, que presupone una división del trabajo más o menos desarrollada, según el nivel del intercambio
mismo, presupone que, en lugar de que un individuo (la sociedad) realice diferentes tipos de trabajo y empleando su
tiempo de trabajo en diferentes formas, el tiempo de trabajo de cada individuo se dedica exclusivamente a las funciones
particulares necesarias.” (Grundrisse p. 527)
embargo, este estudio tiene la ventaja de presentar cómo el proletariado tiene que destruir la ley del
valor, cómo podría usar el bono de trabajo para hacerlo; por tanto, muestra la importancia del trabajo de
Marx sobre las formas de valor. Además, dado que el capital es a la vez un proceso que tiene lugar en el
espacio que, una vez ganada la autonomía, parece no tener presuposiciones fuera de sí mismo, y un
proceso con presuposiciones históricas, todo lo que esto implica espacial y temporalmente para el
proceso capitalista de producción tiene que ser dado como evidencia para ser destruido. El
mantenimiento de las formas simples de valor puede, de hecho, servir como soportes para la
regeneración de modo de producción capitalista. De esto se derivan las funciones de la clase
establecida como partido.

Lo que hemos dicho en este capítulo también se aplica al interesante estudio de los comunistas
holandeses (Grupo de Comunistas Internacionales de los Países Bajos): Principios Básicos de la
Producción y Distribución Comunista que fue reeditado, en alemán por Rowolht Verlag en 1971, y
fueron publicados extractos en francés por Informations et Correspondance Ouvrier: Fondements de l'
economie communiste (Febrero, 1972). Una exposición y crítica del trabajo de los comunistas
holandeses fue realizada por Hennaut (que no era un concejal ni un partidario de la izquierda italiana)
en Bilan (boletín mensual teórico de la fracción de izquierda del PCI) a lo queMitchell (de izquierda
italiana) respondió en una serie de artículos Problemas del Periodo de Transición. Más adelante
volveremos a todas estas contribuciones al estudio del paso al comunismo.

(Nota de Mayo 1972)

iii. La dominación real del comunismo

La dominación real del comunismo es la etapa descrita por Marx como socialismo superior o
comunismo. Normalmente nuestro estudio, que se centra en el movimiento del valor, debería terminar
con el análisis del socialismo inferior, que ve el final de este movimiento y el comienzo de uno de la
reapropiación de la naturaleza humana. En esta sociedad, la meta de la producción es el hombre mismo.
De todos modos, indicaremos algunas características del comunismo para presentar una sociedad que
ya no está dominada por el valor.

La adhesión de la humanidad al comunismo supone una revolución pacífica 92 que cambia totalmente
los fundamentos básicos de la sociedad y de la naturaleza humana. Esto se logra durante la fase anterior
por el gran desarrollo de la producción para el hombre y la modificación hecha a su naturaleza después
de la destrucción del trabajo forzoso, mercantil. Además, la dominación real del capital supone una
revolución en la forma que se lleva a cabo la producción – una revolución repetida como indicó Marx –
lo que significa que el capital continuamente tendía a derribar las bases sobre las que descansaba.

Para que exista el comunismo, el mundo de la necesidad debe ser dominado, porque es más allá de este
mundo que el verdadero dominio del desarrollo humano yace. Entonces el hombre toma su evolución
en sus propias manos.

El dominio del reino de la libertad se realiza con la desaparición paralela de los antiguos antagonismos
sociales:

92 Queremos decir con esto que hay una transformación total que tiene lugar como durante una revolución, pero sin
requerir ninguna violencia, porque los cimientos de esta habrán sido erradicados en la fase anterior. Necesitará muchos
años para lograrlo.
- no más clases o Estado, así que no más propiedad privada.

- sin oposición entre la ciudad y el campo, la humanidad se extiende armoniosamente sobre la


superficie de la tierra.

- desaparición de la división entre trabajo manual e intelectual, reflejo de la lucha de clases. El hombre
social utiliza la máquina productiva para crear un producto social.

- disolución de la oposición entre vida privada y pública. El hombre social no tiene nada que ver con la
política, ya no hay hombre para gobernar. Está la administración de las cosas. Consecuentemente no
hay más antagonismos entre el hombre social (un ser humano) y la especie. La humanidad ha
redescubierto su unidad orgánica; no más dualismo entre líderes y masas, que es lo mismo que el
dualismo entre materia y espíritu.

“En una fase superior de la sociedad comunista, después de la esclavizante subordinación del individuo a la división del
trabajo, y con ello, también la antítesis entre el trabajo mental y físico, se ha desvanecido; después de que el trabajo se haya
convertido no sólo en un medio de vida, sino en la primera necesidad de la vida; después de las fuerzas productivas también
han aumentado con el desarrollo integral del individuo, y todas las fuentes de la riqueza cooperativa fluyen más
abundantemente; sólo entonces el estrecho horizonte del derecho burgués se puede cruzar en su totalidad y la sociedad
escribir: de cada cual según su capacidad, a cada cual según su necesidad.” (Crítica del Programa de Gotha p. 19)

El estrecho horizonte del derecho burgués es también el horizonte democrático que supone un hombre
dividido enfrentado con la riqueza que hay que dividir. El comunismo no tiene nada que ver con la
democracia. Es por eso que no tiene conocimiento de la

“… lucha entre existencia y esencia, entre objetivación y autoconfirmación, entre la libertad y la necesidad, entre el
individuo y la especia. El comunismo es el enigma de la historia resuelto, y sabe ser esta solución.” (Economic and
Philosophic Manscripts en MECW 3 p. 296)

Para dar una caracterización más precisa, hemos transcrito tres fragmentos de la obra de Marx que
arrojan luz en tres de sus aspectos:

1. Producción

“Supongamos que hubiéramos realizado la producción como seres humanos. Cada uno de nosotros se habría afirmado
doblemente a sí mismo y a la otra persona. 1) Mi producción hubiera objetivado mi individualidad, su carácter específico, y
por lo tanto disfrutaba no sólo de una externalización de mi vida individual durante la actividad, pero también al mirar el
objeto tendría el placer individual de conocer mi personalidad para ser objetiva, sensualmente contemplativa y por lo tanto
un poder sublime fuera de toda duda. 2) En su disfrute o uso de mi producto tendría el disfrute inmediato tanto de
ser consciente de haber satisfecho una necesidad humana por mi trabajo, esto es, de haber objetivado la naturaleza esencial
del hombre, y de haber creado así un objeto correspondiente a la necesidad de la necesidad de la naturaleza esencial de otro
hombre. 3) Yo habría sido para ti el mediador entre tú y la especie, y por lo tanto sería reconocido y sentido por ti mismo
como una culminación de tu propia naturaleza esencial y como una parte necesaria de ti mismo y, en consecuencia, sabría
yo mismo estar confirmado tanto en tu pensamiento como en tu amor. 4) En la expresión individual de mi vida habría
creado inmediatamente tu expresión de tu vida, y por lo tanto en mi actividad individual habría confirmado y realizado
directamente mi verdadero ser humano, el ser común (Gemeinwesen).” (Comentarios sobre James Mill Elements
d'Economie Politique en MECW 3 pp. 227-8)93

93 Este magnífico pasaje fue comentado durante una reunión general del Partido Comunista Internacionalista, el tema de
que era la descripción de la sociedad comunista. Cf. el resumen en il programma comunista no. 21, 1958. Fue publicado
de nuevo en Bordiga Testi sul comunismo (Ed. La Vecchia Talpa - Crimi, 1972) (Edición francesa Bordiga et la passion
du communisme, Spartacus, Paris, 1974)
2. Riqueza y necesidades

“Se verá cómo en el lugar de riqueza y pobreza de la economía política llegan los seres humanos ricos y la rica necesidad
humana. El ser humano rico es simultáneamente el humano necesitado de una total externalización humana de la vida – el
hombre en quien su propia realización existe como una necesidad interior, como su condición (No). No sólo la riqueza, sino
también la pobreza del hombre – bajo el supuesto del socialismo – recibe en igual medida un significado humano y, por
tanto, social. La pobreza es el vínculo pasivo que hace que el ser humano experimente la necesidad de la mayor riqueza – el
otro ser humano. El dominio del ser objetivo en mi, el estallido sensual de mi actividad vital, es la pasión, que así se
convierte aquí en la actividad de mi ser.”

3. Relación entre los hombres

“Suponga que el hombre es hombre y que su relación con el mundo es humana: entonces puede intercambiar amor sólo por
amor, confianza por confianza, etc..” (Manuscritos Económicos Filosóficos en MECW 3 p. 304 & 326)

El comunismo es la verdadera comunidad humana donde la mediación es el hombre mismo. El ser


humano es la verdadera Gemeinwessen del hombre (Marx).94

NOTAS

i. La periodización del comunismo

Las tres fases post-capitalistas: dictadura del proletariado, socialismo inferior, comunismo, fueron, en
el fondo, percibidas, concebidas sucesivamente por diversos teóricos que describieron una sociedad que
suceda a la dividida en clases. Solo que, a excepción del comunismo científico, sus descripciones
estaban teñidas de un error fundamental: la premisa igualitaria. Porque, para los socialistas utópicos, la
igualdad era el objetivo del movimiento social. A esto podemos agregar la incapacidad de comprender
verdaderamente el valor. Marx en los Manuscritos Económicos Filosóficos presenta las diferentes
posiciones comunistas, indicando en primer lugar lo que caracteriza al comunismo en general:

“Finalmente, el comunismo es la expresión positiva de la propiedad privada abolida, y en primer lugar la propiedad privada
general.” (MECW p. 294)

Es en el cómo de esta abolición que yace la diferencia entre las múltiples doctrinas, ligadas a diferentes
momentos de la evolución social.

“Al captar esta relación en su universalidad, el comunismo es;


1) En su primera forma es sólo una generalización y finalización de esta relación; como relación completa, aparece en un
doble aspecto; por un lado, el dominio de la propiedad reificada (sachlίche) es tan grande con respecto a él que quiere
destruir todo lo que no es susceptible de ser poseído por todos como propiedad privada; desea ignorar el talento, etc.. La
posesión física inmediata es para él el único objetivo de la vida y la existencia; la determinación del trabajador no se
elimina, sino que se extiende a todos los hombres; la relación de la propiedad privada persiste como la relación de la
comunidad con el mundo de las cosas.” (ibid. p. 294)

94 En cambio, en la sociedad capitalista: dominación de la materia inerte sobre los hombres (cf. Manuscritos Económicos
Filosóficos p.???)
(Lo que indicamos sobre la dominación formal del comunismo es en parte válido aquí. Para empezar, la periodización
pierde su vigencia hoy; también la rapidez de la realización del comunismo será más devoradora de lo que se pensaba
anteriormente. Finalmente debemos especificar que el comunismo no es un modo de producción, ni una sociedad. (Nota
de Mayo de 1972))
Aquí se indica una medida que realizará efectivamente la dictadura del proletariado: “la categoría del
trabajador no se elimina, sino que se extiende a todos los hombres”, con la especificación de que el
proletariado se niega a sí mismo como tal al generalizar su condición de proletariado al nivel de toda la
sociedad. Sólo las limitaciones teóricas de las que hemos hablado significan que la comunidad que
vislumbran es en realidad sólo una comunidad de capital (cf. “Capital y Comunidad Material”). Marx
agrega:

“La primera abolición positiva de la propiedad privada – el comunismo burdo – es por tanto sólo una forma de
manifestación fenoménica95 de la ignominia de la propiedad privada que quiere presentarse como la comunidad positiva.”
2) El comunismo todavía de naturaleza política, democrática o despótica.” (ibid. p. 296)

Es por ejemplo el recomendado por A. Blanqui, teórico de la lucha política y de la dictadura del
proletariado.

“(b) con la supresión del Estado, pero al mismo tiempo aún incompleta y quedando bajo la influencia de la propiedad
privada, es decir, de la alienación del hombre. En estas dos formas, el comunismo ya se conoce como la reintegración o el
retorno del hombre en sí mismo, como la abolición del auto-extrañamiento humano; pero debido a que aún no se ha captado
la esencia positiva de la propiedad privada, y del mismo modo que ha comprendido poco la naturaleza humana de la
necesidad, la propiedad privada todavía lo obstaculiza y contamina. Ciertamente ha captado su concepto, pero aún no su
esencia.” (ibid. p. 296)

Aquí, en el fondo, es el contenido del socialismo inferior que se indica. Sólo que, como sabemos, el
Estado no sólo está suprimido. De hecho, el Estado burgués está destruido, pero el Estado proletario se
marchitará. Lo esencial es la manifestación del odio al Estado y la proclamada necesidad de su
desaparición.

“3) El comunismo, la supresión positiva de la propiedad privada (como auto-extrañamiento humano) y, en consecuencia, la
apropiación real de la esencia humana por el hombre y para el hombre; por tanto, el retorno total del hombre para sí mismo
como hombre social, es decir, humano, retorno consciente y que está operando conservando toda la riqueza del desarrollo
anterior. Este comunismo, como naturalismo completado = humanismo, como humanismo completado = naturalismo; es la
solución real del antagonismo entre hombre y naturaleza, entre hombre y hombre, la solución real de la lucha entre
existencia y esencia, entre objetivación y autoafirmación, entre libertad y necesidad, entre individuo y género. Es el enigma
resuelto de la historia y se conoce como esta solución.” (ibid. pp. 296-7)

En cualquier caso, Marx habla de comunismo, porque el objetivo es el mismo para todos: la
destrucción de la propiedad privada y la formación de una comunidad humana. Las diferentes teorías
han sido aproximaciones hasta la solución real del enigma. Reflejan la etapa más o menos desarrollada
de la sociedad. Los hombres solo pueden imaginar lo que hay de real en él. Por el contrario, las
anticipaciones solo son posibles en la medida en que existe un sustrato real. Por eso, Marx agrega:

“Todo el movimiento de la historia es, por tanto, por un lado, el acto real de procreación de este comunismo – la partida de
nacimiento de su existencia empírica – y, por otro lado, es para su conciencia pensante, el movimiento comprendido y
conocido de su devenir. Por otro lado, este otro comunismo aún inconcluso busca para sí una prueba histórica en
formaciones históricas aisladas que se oponen a la propiedad privada, busca una prueba en lo que existe separando
momentos apartados del movimiento.” (ibid. p. 297)

Siempre que la solución sea solo una aproximación, debe estar justificada. Lo mismo es cierto – a fin
de cuentas – para todos los socialismos que surgen sobre la base de la mistificación del capital y a los
que ya hemos aludido: siempre deben estar justificados. Reconocen, así, de esta manera, que a pesar de
sus grandes pretensiones, sólo pueden ser una solución aproximada de una cuestión histórica que sólo

95 Erscheinung realmente indica la idea de la manifestación de un fenómeno; que como tal lo hace aparecer. (Nota de
Mayo de 1972)
puede ser resuelta por el proletariado organizado en partido poseedor de la resolución del enigma: el
comunismo. Marx termina este pasaje con la observación:

“… con esto hace que parezca precisamente que la parte incomparablemente más grande de este movimiento contradice sus
afirmaciones, y que si alguna vez existió, su pasado refuta su pretensión de la esencia.” (ibid. p. 297)

Sería fácil demostrar la validez de este movimiento por el “comunismo ruso”; pero esa no es – por el
momento – nuestra preocupación. Simplemente queríamos enfatizar que era absolutamente correcto
agrupar las dos fases de la dictadura del proletariado y del socialismo inferior en la – más amplia y
abarcadora – de la dominación formal del comunismo.

ii. Comunismo y Sociedad rusa

El análisis de la relación entre la sociedad rusa y el comunismo es una ilustración notable del capítulo
anterior, en particular del punto en el que se trata de la dominación formal del comunismo. La sociedad
rusa estaba marcada por la siguiente pregunta: ¿podría haber un salto sobe el capitalismo, podría haber
un injerto del comunismo científico sobre el comunismo primitivo (mir)? Marx y Engels respondieron
a esta pregunta en función del desarrollo histórico del área eslava. Sabemos que en los últimos años de
su vida consideraron que se había perdido la oportunidad histórica: la economía de mercado ya estaba
demasiado desarrollada (señalaba, en ciertas zonas, en un capitalismo poderoso) para que el trasplante
pudiera tener éxito96. Pero, el capitalismo mismo como resultado de la inercia de las formas de
descomposición del mir, las contradicciones del capitalismo internacional así como el miedo que sentía
la burguesía rusa frente a su proletariado, estaba demasiado desarrollado para que hubiera un brinco,
salto, pero no lo suficiente para generalizar el capitalismo a toda la sociedad rusa y sobre su base,
entonces, establecer el comunismo. De ahí la necesidad de la intervención del proletariado.

Luego vino la guerra imperialista, la revolución, la guerra civil. La producción fue aniquilada, la
infraestructura económica desmantelada, el capitalismo débil destruido. Entonces surgió la cuestión del
salto sobre la forma capitalista, en diferentes condiciones. Es por la forma en que fue abordado y
resuelto por los Bolcheviques en los años anteriores a la contrarrevolución estalinista, que vemos la
adecuación entre la teoría general del proletariado, el marxismo, y el caso concreto de la revolución
rusa. Ilustremos brevemente esto.

A. La revolución de octubre de 1917 es una doble revolución, burguesa y proletaria, comunista, porque
se llevó a cabo contra el capital internacional.

B. ¿Hasta que punto podríamos hablar de comunismo, aunque nos encontráramos en una zona
fundamentalmente capitalista?

(a) Por la perspectiva internacional. En 1919, se formó la Tercera Internacional. Rusia es el bastión
avanzado de la Revolución Comunista. Si la revolución estalla en Alemania, la cuestión económica se
resuelve rápidamente. Véase sobre este tema la parábola de Lenin sobre los dos polluelos en el mismo
huevo.

96 Cf. Ιl programma comunista de 1954 a 1957: Russia e rivoluzione nella teoria marxista (republicado por Edizioni il
Formichiere, Milano, 1975); Dialogato coi morti (republicado por il Filo del Tempo, Roma, 1977); Struttura
Economica e Sociale della Russia d'oggi (republicado por ed. il programma comunista, Milano, 1976) (obras de A.
Bordiga)
(b) En Rusia, existe la dictadura del proletariado. El poder estatal controlado por el Partido
Bolchevique toma medidas para facilitar el desarrollo socialista. En los primeros años, incluso fueron
más allá de las posibilidades económicas y sociales de la sociedad rusa (ver el Discurso de Trotsky
sobre la N.E.P.). Tenemos una dominación formal del comunismo.

(c) En el momento de la N.E.P. - retirada del comunismo frente a la ofensiva del capitalismo mundial –
esta afirmación sigue siendo válida. La sociedad rusa debe generar capitalismo a partir del campo
(como fue el caso de todo capitalismo nacional) 97. No puede haber ningún injerto beneficioso con la
economía alemana. Pero este capitalismo está controlado por el proletariado gracias a su Estado a
través del partido. Además, la Internacional, de la que el Partido ruso es el elemento fundamental, es la
expresión superestructural de la fuerza y la idea del comunismo como fenómeno mundial. En Rusia,
tiene su base de partida y retirada, para llevar el asalto al capital. Regenerar la economía rusa
permitiendo que el capitalismo se desarrolle es traer una fuerza – obviamente muy peligrosa – al
proletariado internacional.

Los bolcheviques y comunistas de la época sostienen uno de los arcos del puente por el que debe pasar
la gran transformación social. Solo la fuerza puede desalojarlos. No podían pensar que al final de
luchas más o menos largas no habría la victoria final y, por tanto, la realización de algo que afirmaron
entonces y en virtud de lo cual estaban determinados: el comunismo.

De la dominación formal a la mistificación

La fuerza desalojó a los comunistas, pero se manifestó en una situación en la que podía ser
enmascarada. Excepto en Rusia, su liquidación se llevó a cabo mediante la lucha contra el fascismo. De
ahí un primer elemento de mistificación. Por otro lado, en Rusia, se afirmó que el objetivo no había
cambiado: el comunismo, pero que sólo se había modificado los datos de su realización: el desarrollo
interno propio de Rusia podría facilitarla; el comunismo ya no se injertaría en la sociedad rusa, esta
última ya no estaría condenada a dejar desarrollar el capitalismo controlando, pero dentro de sus límites
geográficos, el socialismo se construiría y luego se le daría al mundo. La verdadera conmoción fue en
la dirección política, en la perspectiva histórica, y no en el desarrollo económico, porque no podía
haber inversión98: las fuerzas productivas imponían sus realidades. Fue entonces, debido a que el
capitalismo y el comunismo tienen una base común, que fue posible operar la mistificación de la que
hemos hablado.

Aparte de esta base objetiva, hay otra causa que explica la sólida implantación de esta mistificación. Es
el hecho de que el proletariado mundial se hizo cargo, en un momento dado, del desarrollo de la
sociedad rusa. Para él, la generalización del capitalismo en el área eslava representó una ventaja
considerable. De modo que fue fácil, entonces, con la propaganda oficial, presentar todas las mejoras
relativas (frente al orden social anterior) como mejoras absolutas (en comparación con todos los modos
de producción, incluido el capitalismo) y su realización en una escala cada vez más amplia, como para
favorecer el movimiento de emancipación del proletariado.

La afirmación del comunismo tras la toma del poder en Rusia estaba plenamente justificada, pero solo
podía ser formal, lo que implicaba la inmediata inexistencia del comunismo en Rusia, así como su
potencial existencia en los países occidentales. La contrarrevolución solo tuvo que invertir los datos
97 Tendremos que volver a esta cuestión agraria rusa en detalle más adelante. De hecho, la posición de Marx con respecto
a la Obchtchina ha sido bastante falsificada y, por otro lado, se ha subestimado la importancia que aún tenía en 1917 –
(Nota de Mayo de 1972)
98 Esta fue fundamentalmente la posición de A. Bordiga – (Nota de Mayo de 1972)
para operar la mistificación. Con ello se condenó a tener que hacer potencial el comunismo en Rusia,
mantuvo alejada la revolución, pero debe darle bases más fuertes.

Finalmente, esta afirmación sólo podía ser válida porque el partido, punto de llegada de todos los
motores de la sociedad mundial, previó claramente todo el curso histórico, porque tendía a ser cada vez
más la comunidad de una forma social cuyo nacimiento debía ser facilitado. Podía haber dominación
formal mientras el partido formal fuera la expresión real del programa. Ésta es la mejor prueba de su
función fundamental, así como la necesidad de precisar en detalle los vínculos dialécticos que la unen a
la sociedad futura.

iii. Imperialismo y dominación formal del comunismo

En ningún caso se trata aquí de manera exhaustiva el surgimiento del imperialismo y su expansión
mundial, sino simplemente de hacer la pregunta: ¿cuál puede ser el vínculo con la forma superior, el
comunismo? En su obra fundamental: Imperialismo, etapa suprema del capitalismo, Lenin lo
caracterizó de la siguiente manera:

“Pero el capitalismo solo se convirtió en imperialismo capitalista en una etapa definida y muy alta de su desarrollo, cuando
algunas de las características fundamentales del capitalismo comenzaron a transformarse en sus opuestas, cuando se han
formado y revelado plenamente los rasgos de una época de transición del capitalismo a un régimen económico y social
superior.” (Imperialismo, etapa suprema del capitalismo en Collected Works Vol. 22 p. 265)

El imperialismo no es una fase de transición, pero manifiesta su proximidad 99. La primera


interpretación fue la de los socialdemócratas acompañada del inevitable corolario: la perspectiva
evolutiva. Es decir, según ellos, esta sociedad transitoria se transformaría paulatinamente en
socialismo. La segunda, por tanto, niega este gradualismo, pero no es menos cierto que el imperialismo
existe cuando “se han revelado los rasgos de una época de transición”. A decir verdad, Lenin no
profundizó en esta cuestión. Él titula, por otra parte, su obra: “Ensayo de divulgación”. Permaneció en
el plano de los fenómenos aparentes, sin llegar a captar el movimiento real que los determina. Esto,
como hemos visto, resulta de las contradicciones más profundas del capital: valorización-
desvalorización, fijación-circulación, socialización-privatización. Sin embargo, Lenin los interpretó de
manera magistral, de modo que la explicación que da, si es superficial – en el sentido literal del término
– sigue siendo fundamental. Su validez se rompe cuando se consideran las consecuencias políticas que
extrae de ellas. De hecho, se puede considerar que su obra permanece en la superficie de los fenómenos
porque el autor desarrolla una polémica inmediata, y tiene en vista una aplicación política inmediata: la
lucha contra el revisionismo. El imperialismo no genera paz, sino guerra, más aún:

“Que este imperialismo abre la era de la revolución social, también es un hecho evidente para nosotros y del que debemos
hablar claro.” (Extraordinary 7th. Congress of the RCP (B) March 6-8, 1918 en Collected Works Vol. 27 p. 131)

Con el imperialismo “ha comenzado la era de la revolución social”. Como proclamó en el VII
Congreso del Partido Comunista (b), de marzo de 1918, en su Informe sobre la Revisión del Programa
y el Cambio de Denominación del Partido (ibid. pp. 126-39).
99 “Debemos considerar las sociedades anónimas por acciones capitalistas y, de la misma forma, las fábricas cooperativas
como las formas de transición del modo de producción capitalista al modo colectivista, con la diferencia de que en el
primero la contradicción se resuelve negativamente, y en el segundo positivamente” (Capital III p. 572) “Este carácter
social del capital sólo está mediado y realizado en su totalidad gracias al pleno desarrollo del sistema crediticio y del
sistema bancario (…) Con esto, suprimen el carácter privado del capital y contienen en potencia, pero en potencia
solamente, la supresión del capital mismo (…) el sistema crediticio será una palanca poderosa durante la transición del
modo de producción capitalista al sistema de producción basado en la asociación del trabajo.” (ibid. pp. 72-3) “El
sistema crediticio constituye la forma de transición a un nuevo modo de producción.” (ibid. p. 572)
El mérito de Lenin fue haber comprendido esta gran implicación político y haber destruido la
mistificación pacifista, para finalmente haber proclamado que la Revolución Rusa debía dirigirse ante
todo contra este imperialismo personificado en ese momento por Inglaterra, Alemania y Estados
Unidos. Al triunfar en Rusia, iba a conseguir una victoria sobre este último, porque Rusia era su
eslabón más débil, pero necesario. ¿Cómo era la situación en ese momento?

“Cualesquiera fueran las vicisitudes posteriores de la lucha, por numerosos que sean los zigzags que tendremos que
atravesar (y serán muchos, vemos por experiencia que la historia de una revolución hace gigantescos desvíos, y sólo en
nuestra casa por el momento; los acontecimientos serán rápidos y complejos de otra manera, su ritmo será vertiginoso, sus
giros serán complicados cuando la revolución se convierta en europea), no debemos perdernos en estos zigzags y estos
desvíos de la historia, para mantener la perspectiva general, para ver el hilo conductor que atraviesa tanto el desarrollo
capitalista como el camino del socialismo, un camino que, naturalmente, nos parece recto y que debemos imaginar como tal
para ver su principio, su continuación y su fin – cuando en realidad nunca será recto, sino de una complejidad inverosímil –
debemos, para no perdernos, en los desvíos, para no desorientarnos en los periodos de repliegue, de retirada, derrotas
momentáneas, cuando la historia o el enemigo nos rechazaría, es importante en mi opinión, y está será la actitud teórica
correcta, no renunciar a nuestro viejo programa fundamental. Porque todavía estamos en Rusia sólo en la primera etapa de
la transición del capitalismo al socialismo.” (ibid. pp. 129-30)

Lenin ve, pues, el inicio de una fase caótica donde habrá desvíos, las derrotas sembradoras de
desorientación y dudas, pero no nos asegura que si el hilo histórico – el hilo del tiempo, como decimos
– se ha mantenido (Sul Filo del Tempo) seremos capaces de lograr la transformación total de la
sociedad. Él Añade:

“Los marxistas nunca pierden de vista el hecho de que la violencia acompaña inevitablemente al colapso total del
capitalismo y al nacimiento de la sociedad socialista. Y esta violencia se extenderá durante todo un periodo histórico, un
periodo de guerras en múltiples formas: guerras imperialistas (la de 1939-1945 - NDE), guerras civiles dentro de un país
determinado (Finlandia, Hungría y, con magnitud sin igual Rusia y Alemania - NDE); guerras que combinan las dos
categorías (guerra en España que comenzó como una guerra civil, guerra de clases, y terminó como una guerra imperialista -
NDE), guerras nacionales por la emancipación de las nacionalidades aplastadas por los imperialistas (las que tuvieron lugar
en la época de la Revolución Rusa y fracasaron antes de la Segunda Guerra Mundial, para reanudarse al final de la misma y
triunfar 1945/1962 - NDE), por diversas combinaciones de potencias imperialistas llamadas a entrar en diversas coaliciones
en nuestra época de inmensos trust y cárteles del capitalismo de Estado y militares. Esta era, una época de formidables
quiebras, de violentas soluciones militares masivas, de crisis (¡1929! - NDE) se ha abierto, lo podemos ver claramente, pero
estamos sólo en el comienzo.” (Ibid. p. 130)

El diagnóstico de Lenin era absolutamente correcto: intencionalmente entre paréntesis, ilustramos sus
afirmaciones. La condición esencial para que todos estos eventos constituyan tantas vías directas o
desvíos hacia el socialismo fue el mantenimiento del poder proletario en Rusia. No era. Pero esta
observación implica una serie de consideraciones que simplemente indicaremos sin explicación para
resaltar el vínculo entre el imperialismo y la dominación formal del comunismo.

1) Triunfo total del imperialismo, que es la generalización del capitalismo a escala mundial, incluso en
las áreas que, en el pasado, fueron ocupadas con miras al saqueo: las colonias. El capital reinaba más
bajo una forma de “tierra” y por tanto no en función de su ser, es decir, en función de mecanismos
económicos. El mundo entero está maduro para la revolución proletaria pura, especialmente a medida
que la dominación capitalista se ha profundizado en las viejas metrópolis y ha aumentado el índice de
pureza del capitalismo.

2) Realiza, aunque las mistifica, un cierto número de medidas que habría aplicado la dictadura del
proletariado, como la planificación, ya necesaria en tiempos de Engels (Crítica del Programa de
Erfurt), la generalización del trabajo asalariado, etc. que manifiestan con rara evidencia, la cercanía a la
sociedad futura.

3) El imperialismo triunfo porque logró evitar la unión de las dos grandes fuerzas a él antagónicas: el
proletariado y el movimiento por la emancipación de los pueblos colonizados. 1917-1926, el
proletariado es derrotado antes de que intervenga el segundo. Después de la guerra de 1935-1945, el
debilitamiento del imperialismo permitió reanudar el movimiento de emancipación (convirtiéndose en
ejecutor testamentario de la Tercera Internacional, Congreso de Bakú y Tesis de 1920). Pero el
proletariado no emerge de la derrota cuyo último acto sangriento fue la propia guerra imperialista. El
movimiento revolucionario se detuvo finalmente (1962) y se integró cada vez más al imperialismo. La
revolución sólo puede triunfar como revolución proletaria pura.

Cuando se traza el cuadro de todas estas magníficas luchas que, sin embargo, parecen no tener
resultados positivos – todavía estamos bajo el dominio del capital – automáticamente viene a la mente
el extraordinario análisis de Marx sobre el fenómeno revolucionario:

“La revolución social del siglo XIX no puede sacar su poesía del pasado, sino solamente del futuro. No puede empezar por
ella misma hasta que haya liquidado por completo toda superstición con respecto al pasado (la superstición democrática, la
del progreso, por ejemplo -NDE). Las revoluciones anteriores necesitaban reminiscencias históricas para esconderse su
propio contenido100. La revolución del siglo XIX debe dejar que los muertos entierren a sus muertos para lograr su propio
objetivo. Antiguamente, la frase desbordaba el contenido, ahora es el contenido lo que desborda la frase.” (El 18 Brumario
de Luis Bonaparte MECW 1.1 p. 106)

Esta cita expresa, en otro lenguaje, el mismo contenido que las de Lenin. Siguiéndolas, podemos
observar lo siguiente: las revoluciones que finalmente se consolidaron como revoluciones burguesas-
capitalistas sólo podían aparecer históricamente sacando su poesía del futuro; ninguna que no se haya
reclamado del socialismo afirmando con ello la muerte potencial del capitalismo. Los muertos han
enterrado a sus muertos. Reprocharles esta mistificación sería querer invertir la historia; querer borrar
del mundo la potencia del comunismo que hace que TODO lo que ocurre a escala planetaria está
controlado por él (todo el movimiento social está polarizado por su proximidad); ¡Quejarse de tal
mistificación sería querer resucitar a los muertos!

Por otro lado, la revolución proletaria sí se ha retirado, pero la contrarrevolución al realizar todas sus
tareas intermedias transitorias (el desarrollo del capitalismo en Rusia, en China, en las antiguas
colonias) significa que ahora la revolución es empujada de nuevo en el escenario y, esta vez, se
encuentra en una situación que le impide “volver atrás”.

“Las revoluciones burguesas, como las del siglo XVIII, pasan rápidamente de un éxito a otro, sus efectos dramáticos se
superan, los hombres y las cosas parecen atrapadas en fuegos de diamantes, el entusiasmo extático es el estado permanente
de la sociedad, pero son de corta duración. Rápidamente alcanzan su punto culminante y un largo malestar se apodera de la
sociedad antes de que haya aprendido a apropiarse de una manera calma y de los resultados de su periodo tormentoso. Las
revoluciones proletarias, en cambio, como las del siglo XIX, se critican constantemente a sí mismas, interrumpen a cada
momento su propio rumbo, vuelven a lo que parece ya realizado para volver a empezar (los retrocesos y desvíos que Lenin
mencionaba en 1918 -NDE), que se mofan despiadadamente de las vacilaciones, debilidades y miserias de sus primeros
intentos, parecen derribar a su adversario sólo para permitirle sacar nuevas fuerzas de la tierra (el resurgimiento capitalista
de los últimos años, ligado a la consolidación del capitalismo en Rusia, obra del proletariado – NDE) y volver a pararse
formidablemente frente a ellos, retroceder constantemente ante la inmensidad infinita de sus propios objetivos, hasta que
finalmente se crea la situación, lo que hace imposible volver atrás, y que las propias circunstancias griten: Hic Rhodus, hic
salta” (ibid. pp. 106-7)
100 Es el movimiento económico y social el que manda. Antes, el movimiento político trataba de forzarlo. Ahora bien, es él
quien recibe la forma del primero, de ahí la reducción de su importancia. La revolución comunista es la revolución
política con alma social.
4) Paradójicamente, este retroceso es el triunfo del revisionismo de Bernstein, luego de Kautsky, Bauer
y compañía. La crisis de 1914 tomó por sorpresa al imperialismo – aunque fue producto directo de él –;
el proletariado tiene una perspectiva: la revolución social de la que hablaba Lenin. ¿Cuál podría ser la
solución para el capitalismo? Evidentemente la destrucción de la fuerza proletaria, de ahí el papel de la
socialdemocracia, luego del fascismo – en su vertiente violenta, militar –. Pero, ¿cómo organizar la
sociedad cuando es evidente que está madura para pasar a un “régimen económico y social superior”,
que la futura forma social trata poderosamente de emerger? La solución la dan los discípulos directos o
tardíos de Bernstein: Bauer, Kautsky, Hilferding, por ejemplo. Este último declaró en 1927101:

“Lo decisivo es que nos encontramos actualmente en el periodo del capitalismo donde la era de la libre competencia durante
la cual el capitalismo estaba dominado puramente por la violencia de las leyes ciegas del mercado está esencialmente
obsoleta; llegamos a una organización capitalista de la economía; por tanto, estamos pasando de una economía de libre
juego de fuerzas a una economía organizada. (…) Lo característico es, en segundo lugar, que la industria capitalista, en la
que se pone en funcionamiento un método científico empleado con nueva energía, se esfuerza desde el principio por utilizar
las nuevas posibilidades de forma organizada. (…) Es muy interesante ahora ver que en el desarrollo de la ciencia
empresarial moderna, estamos buscando métodos para reemplazar la libre competencia del interés privado por métodos
científicos, utilizando un plan.”

“Organización política de la economía”, es cierto, es incluso la de toda la sociedad, lo que significa el


fascismo que Hilferding describe exactamente, a pesar de sí mismo.

“El capitalismo organizado significa, por tanto, la sustitución principal del principio capitalista de libre competencia por el
principio socialista de la producción planificada. Esta economía conscientemente controlada, según un plan, supone en el
punto más alto la posibilidad de intervención consciente de la sociedad, es decir, nada más que la intervención de la única
organización consciente dotada de una fuerza vinculante autorizada, la intervención estatal. (…) Lo nuevo y más importante
es la regulación estatal en el área que afecta de manera inmediata el destino del proletariado, es decir, el área del mercado
laboral. Tenemos, gracias a la revolución, un seguro de desempleo. Esto significa una regulación bien definida de la oferta y
la demanda en el mercado laboral. Hoy, gracias a nuestros convenios colectivos, a nuestros tribunales arbitrales, contamos
con regulación política del tiempo de trabajo. El destino personal del trabajador ahora está determinado por la política
estatal. Si logramos, con aproximadamente más de dos millones de desempleados, mantener los salarios reales de los
trabajadores, entonces podremos lograr esta garantía del salario real, sobre todo porque la influencia política de la clase
trabajadora es lo suficientemente grande como para, al menos, prevenir con estos métodos de convenios colectivos y
tribunales arbitrales, debe entrar en la cabeza de todo trabajador que el salario semanal es un salario político 102, porque la
cantidad que alcanzará el salario al final de la semana depende de la fuerza de representación parlamentaria de la clase
trabajadora, la fuerza de su organización y el equilibrio social de poder fuera del parlamento. En particular, a las esposas de
los trabajadores se les debe decir: cuando vayan a votar, también hablen sobre el pan y la carne y sobre el nivel de los
salarios. Esto, naturalmente, es algo nuevo en la economía capitalista, es un elemento de gran importancia económica, social
y política.”

Finalmente, define con rigor el camino reformista = el camino fascista = el triunfo de la


socialdemocracia.

“Esto significa nada más que: nuestra generación se enfrenta al problema de transformar, con la ayuda del Estado y la
regulación social consciente, esta economía organizada y dirigida por los capitalistas en una economía dirigida por el Estado
democrático. De ello se desprende que el problema que se le plantea a nuestra generación no puede ser otro que el
socialismo. Si nosotros, la socialdemocracia, alguna vez luchamos por los derechos políticos, por establecer y expandir la
política social, es a través del propio desarrollo económico que se plantea el problema del socialismo 103.”

101 Capitalismo organizado, Discurso en el Congreso del SPD, Kiel, 1927.


102 Potere Operaio reinventará la fórmula con un contenido ligeramente diferente pero con la misma exaltación de la
política. (Nota de 1972)
103 Hilferding también describe lo que se será en forma mistificada el proletariado clase dominante. “Esto significa (la
política económica de la clase obrera, NDE): someter cada vez más a la sociedad capitalista a la creciente influencia de
la clase obrera, haciendo siempre triunfar el principio político de la clase obrera, es decir, utilizar el Estado como medio
¡Camino fascista dijimos! No olvidemos que el nacionalsocialismo triunfó en Rusia antes del triunfo
del nacionalsocialismo en Alemania. El primero indica el retroceso de la revolución dentro de las
fronteras nacionales, el segundo, la imposibilidad de salvar a la nación si no está teñida de socialismo.
El primero portador de una ilusión original: las formas antagónicas del capital son formas de
asociación, el segundo, de una ilusión final: la socialización de la producción, resultado del desarrollo
capitalista, podría secretar inmediatamente el socialismo. Por eso los teóricos del fascismo =
socialdemocracia, forma política de la comunidad material capitalista, se encuentran entre los
socialdemócratas.

En los años 1925-1930, la sociedad conoció un momento particular. El capitalismo utilizó medidas
económicas y políticas (control draconiano de la economía) para contener la revolución comunista.
Fueron los socialdemócratas mencionados anteriormente quienes llevaron a cabo este tour de force. El
capitalismo por sí sólo no podría tomar conciencia de su propio ser y de las medidas a tomar para
garantizar su supervivencia. Robó sus armas de la revolución proletaria, sólo porque él mismo, en la
etapa más alta de su desarrollo, secreta una sociedad transicional en la que basta con destruir el poder
organizado del capital mediante una acción militar cuidadosamente preparada y dirigida por el partido
de la clase de modo que la dominación formal el comunismo pueda ejercerse automáticamente. Como
declaró Marx, la revolución proletaria “parece derribar a su adversario (en Rusia en 1917) sólo para
permitirle sacar nuevas fuerzas de la tierra (Alemania de los años 1925 a 1933, para generalizar a todo
el mundo capitalista con el triunfo del fascismo en la Segunda Guerra Mundial) y una vez más estar
formidablemente frente a ellos.”

5) ¿Qué representa el imperialismo en la actualidad sino esta activa comunidad material de la que
hemos hablado? Es ella la que hace presagiar la futura fase de dominación formal del comunismo. Por
tanto, es necesario analizar con más detalle cómo el movimiento real del valor que se constituye en esta
comunidad genera el movimiento aparente. De hecho, el análisis de Lenin sigue siendo válido, pero
primero, para superar la desventaja de cincuenta años de derrota; segundo, para intervenir de forma
correcta posteriormente con medidas adecuadas en el movimiento económico, un nuevo análisis es
fundamental. Sin él, es imposible prever la crisis. Por otro lado, hasta qué punto este ser impersonal no
logra controlarse a sí mismo, lo que plantea la necesidad de buscar las contradicciones más profundas
que hagan estallar este tipo de autorregulación que aleja la crisis. Sin una comprensión de este
fenómeno, la crisis es impredecible. Sin embargo, un partido incapaz de prever no es un partido
revolucionario.

para la dirección y dominación de la economía en el interés general. (Nota de 1972)


Capítulo 8: Conclusiones

(a) Cuestión de Método


(b) Importancia de los Resultados
(c) Programa Revolucionario y anti-democracia, importancia del Volumen I de El Capital

A. Cuestión de Método

1) Abstracción y Realidad

Al final de este estudio sobre la obra económica de Marx – forzosamente un estudio fragmentario, sólo
por los siguientes motivos: no han aparecido todas sus obras – es bueno hacer algunas observaciones
sobre el método.

El análisis de El Capital ha llevado a algunos a decir que Marx pasó de la abstracción a lo concreto, del
fenómeno abstracto deducido de la realidad, iríamos, por sucesivas integraciones en la realidad
concreta de una sociedad cambiante. Por otro lado, Lenin dijo que era necesario estudiar a Hegel para
comprender El Capital, en particular para comprender la transformación del dinero en capital. Sin
embargo, a la luz de otras obras (los Grundisse, por ejemplo) parece que no es estrictamente así104. No
vamos a tratar este tema en profundidad, simplemente indicaremos algunos puntos de referencia. De lo
contrario, tendríamos que repasar en detalle toda la Introducción, lo que acabaría dando a nuestro
trabajo una extensión desproporcionada.

En lo que respecta a la abstracción, a menudo hemos observado que Marx había razonado sobre un
modelo de sociedad en el que hay tres clases:

Terratenientes, capitalistas, proletarios.

Sin embargo, sabemos que este modelo nunca se realiza en la realidad, porque existen, además, las
clases impuras105. Por otro lado, insistió en la diferencia entre apariencia y realidad, reflejándose la

104 Marx habló del método de investigación y de la exposición en el Prefacio del Primer Libro de El Capital. El método de
investigación es un análisis despiadado, que no deja en la sombra ningún aspecto del fenómeno, pero es un análisis que
no se congela. El método de exposición es dialéctico. Sin embargo, esto requiere una aclaración, porque podría parecer
que podría haber una división entre las dos.
(Agreguemos que rechazamos los términos materialismo histórico y materialismo dialéctico porque no son aptos para
definir la teoría de Marx y por lo tanto el comunismo como teoría. Estos términos sufren de una delimitación inmediata
del materialismo mecanicista de la burguesía, durante su emergencia histórica. Como otros han hecho antes que
nosotros, afirmamos que el materialismo histórico es en última instancia una teoría engelsiana (nacida después de
1870). Podemos agregar que corresponde a la transformación de la teoría en ideología. Es la ideología del proletariado
en un periodo de la dominación formal del capital; del proletariado que disputa el poder al último para dirigir el
desarrollo de las fuerzas productivas que crearán las condiciones para la sociedad comunista. Es una justificación –
representación de un momento particular de la vida del proletariado. (Nota de 1972)
105 Cf. A. Bordiga, Estudio sobre la Cuestión Agraria en Il programma comunista del n° 23/1953 al n° 15/1954, 1ra
Reunión de Asti de 1954 (Informe en la misma revista); Elementos de Economía Marxista publicado en el volumen por
la Ed. Il programma comunista, Milán 1972. Cf. El mismo Marx: “Ricardo comete todos estos errores porque quiere,
mediante abstracciones forzadas, mantener la identidad de la plusvalía y la tasa de ganancia. El vulgo ha llegado a la
conclusión de que las verdades teóricas son abstracciones en contradicción con la realidad. Por el contrario, deberíamos
haber concluido que Ricardo sólo llegó a la abstracción falsa porque no llevó la verdadera abstracción lo
suficientemente lejos.” (TSV II p. 4)
primera inmediatamente en el entendimiento, la segunda, debe ser descubierta por la ciencia. (cf. El
Capital I, p. 682)106

También hay un dato histórico que subyace a la obra, esto es lo que hemos llamado “los tres
momentos”.

1) Nacimiento del capitalismo

2) La sociedad capitalista plenamente desarrolladas

3) La descripción del comunismo107

No se exponen de forma lineal, sino que en función de determinadas cuestiones bien definidas y sin
transición alguna, sin avisar, pasamos de un momento a otro.

El método histórico se presenta más claramente cuando Marx explica, por ejemplo, primero la
plusvalía, luego sus formas derivadas. Aquí, la abstracción se fusiona con el análisis histórico. Es sobre
el valor y la plusvalía que reprocha a Ricardo y Smith de querer dar la ciencia antes que la ciencia, para
explicar las segundas formas antes de haber aclarado la original.

Sin embargo, esto todavía no es suficiente para caracterizar el método. De hecho, inicialmente, no parte
de una abstracción sino del fenómeno tal como aparece; revela la contradicción que oculta. Es entonces
cuando pasa del fenómeno a la realidad (sustrato) explicando al mismo tiempo la mistificación que
pudo haber ocurrido108. Esto es lo que comentamos sobre el Capítulo 6, durante el estudio del origen
del capital.

Por tanto, desnuda la realidad e indica el vínculo entre el movimiento aparente y el movimiento real.
Pero el fenómeno aparente se vuelve autónomo y parece no tener ya ningún vínculo con lo que se
señalaba como su realidad (mistificación), de ahí que sea necesario estudiar este movimiento como tal,
de lo contrario no se comprenderían en absoluto todas las manifestaciones modernas del capital.
Solamente la autonomización no ha suprimido el fenómeno real que es necesario estudiar en su
evolución, es decir, la profundización de su carácter de valor que se valoriza, valor en proceso.

Por tanto, Marx analiza el capital en su conjunto, para luego considerar aspectos particulares de la vida
de este ser impersonal. Si consideramos la obra, no solo en términos de explicar la naturaleza y
evolución del capital, sino en términos de todas las formas de producción, vemos que el método es el
mismo. Así, por el valor, su génesis, sus diferentes formas, etc. el fenómeno no es simplemente

106 “Sabemos, además, en todas las ciencias, aparte de la economía política, que debemos distinguir entre las apariencias de
las cosas y su realidad.” (El Capital I p. 677)
107 Cf. Sobre este tema el texto de A. Bordiga (en Invariance, n.º 7 pp. 119-130, para la traducción francesa): “La ciencia
económica marxista como programa revolucionario”, y el volumen Amadeo Bordiga: Testi sul communismo, pp. 188,
Ed. Crimi - La Vecchia Τalpa. Firenze- Napoli, 1972. (Publicado en francés en el libro Bordiga et la passion du
communisme)
108 “Finalmente hemos llegado a las formas fenoménicas, que sirven como punto de partida para el economista vulgar:
renta de la tierra, ganancia (interés) del capital, salario del trabajo. Pero en este punto, el asunto ahora aparece bajo una
luz completamente nueva. El movimiento aparente se explica” (…) El movimiento del sistema visto en esta forma
aparente. Finalmente, dado que estos tres elementos (salario del trabajo, renta de la tierra, ganancia-interés) son las tres
fuentes de ingresos de las tres clases, a saber, la de los terratenientes, la de los capitalistas y la de los trabajadores
asalariados – como conclusión la lucha de clases en el que el movimiento se quiebra y que es el resultado de toda esta
mierda.” (Marx a Engels 30.4.1868, en MEW B 32 pp. 74-5)
abstracto sino dado en conexión con los otros dos fenómenos: disolución de la comunidad, aparición de
la propiedad privada, del individuo, etc.

2) Dialéctica del capital y movimiento económico

En los Urtext comenta:

“En este punto se advierte con certeza hasta qué grado la forma dialéctica de la exposición sólo es correcta cuando conoce
sus límites.” (Urtext p. 278)

La exposición del movimiento del valor presupone el conocimiento del comunismo primitivo y del
comunismo científico.

(a) Insistió largamente en el hecho de que los primeros intercambios se produjeron entre comunidades.
El individuo supone un largo desarrollo histórico que tiene como corolario la destrucción de éstas. Pero
fue debido a una falsa presuposición individual que los economistas clásicos y los primeros socialistas
llegaron a un callejón sin salida. Partían de un elemento que se produjo y querían que el proceso social
volviera allí. Por eso lo máximo que podían imaginar para el futuro humano era la sociedad igualitaria
que Marx tan violentamente criticaba en los Manuscritos de 1844 y en los Urtext. El presupuesto real
es la comunidad y la solución el comunismo. Sólo la teoría del proletariado se basa en este presupuesto
histórico y social, de ahí su originalidad109.

(b) Por otro lado, es de la visión material y precisa de la sociedad futura de donde extrae su
comprensión de las tendencias profundas de la sociedad capitalista:

“La anatomía del hombre es una clave para la anatomía del mono. Por el contrario, los indicios de las formas superiores en
las especies animales inferiores pueden ser comprendidos sólo cuando se conoce la forma superior.” (Ibid. p. 306)

Conocer los límites significa que hemos determinado las bases y el resultado final del movimiento. De
lo contrario, la dialéctica es un movimiento desprovisto de materia, lo que implica que los datos
materiales reales no se captan en su movimiento. Aquí se parte de la comunidad estrecha y limitada
dominada por la naturaleza para llegar a la comunidad humana universal que domina la naturaleza. El
sujeto es el hombre real, la especie que produce y consume.

3) Relaciones sociales y dialéctica

En los Grundisse, Marx indica que con el capital, las relaciones sociales han perdido su rigidez y se han
convertido en procesos. Este es uno de los aspectos fundamentales de la explicación del capital. El
límite de Ricardo es no haber “captado en su movimiento vivo la relación entre trabajo materializado y
trabajo vivo”. (Grundisse p. 553)

“El capital es capital circulante porque es el sujeto que domina el movimiento conservándose y multiplicándose en él, sujeto
de estas metamorfosis que se dan en forma circular, espiral en círculo que se expande.” (ibid. p. 620)

Podemos notar que la sociedad ha vivido dos momentos privilegiados en los que las relaciones sociales
también estaban en movimiento. Durante la destrucción del comunismo primitivo y la formación de la
sociedad de clases, de ahí la dialéctica de los primeros filósofos griegos. Vieron claramente el
109 “Cuanto más lejos nos remontamos en la historia, tanto más aparece el individuo — y por consiguiente también el
individuo productor— como dependiente y formando parte de un todo mayor.” (Contribución a la Crítica de la
Economía Política (Introducción a la Crítica de la Economía Política) p. 283)
movimiento en su devenir. Lo sintieron en conexión con el mundo social, pero no lo entendieron. Así
que lo interpretaron utilizando datos del pasado (antiguas concepciones naturales) mientras intentaban
explicar el devenir. Por eso buscaron la conciliación o la reconciliación de las fuerzas naturales, en la
naturaleza. El segundo momento tiene lugar durante la destrucción del feudalismo que, por así decirlo,
había restaurado la vieja comunidad (se detuvo el movimiento del valor) pero con relaciones personales
de dependencia. Este periodo fue teorizado por Hegel:

“La grandeza de la Fenomenología de Hegel y de su resultado final – la dialéctica de la negatividad como principio motor y
creativo – consiste, por un lado, en que Hegel capta la producción del hombre por sí mismo como proceso, la objetivación
como desobjetivación, como enajenación y supresión de esta enajenación; en esto pues, que capta la esencia del trabajo y
concibe al hombre objetivo, verdadero porque es real, como el resultado de su propio trabajo.” (Manuscritos Económicos
Filosóficos, MECW 3 pp. 332-3)

En esta concepción, podemos ver que lo que funda al hombre ya no es una mediación natural, materia,
terrena o personal, sino el trabajo. Esto implica que el hombre ha sido aislado de su comunidad.

“Por eso la Fenomenología es la crítica oculta, todavía oscura para sí misma y mistificante; pero en la medida en que
conserva la alienación del hombre – aunque el hombre sólo aparece en ella en la forma de espíritu – encontramos
escondidos en ella todos los elementos de la crítica, y estos ya suelen estar preparados y elaborados de una manera que
supera con mucho el punto de vista hegeliano.” (ibid. p. 332)

Hegel individualiza claramente el movmiento, pero no percibe su contenido; sólo captó la apariencia.
Su filosofía es una descripción en forma abstracta, del paso de la sociedad feudal a la burguesa:

“La lógica es el dinero de la mente, el pensamiento el valor especulativo del hombre y de la naturaleza.” (ibid. p.330)

Para Hegel, el devenir es manifiesto, pero sólo ver su ser en el trabajo abstracto alienado; no descubre
su ser real. Las relaciones sociales se han puesto en marcha y tienden a consolidarse en una nueva
estructura, ¿cuál? ¿Qué será? La base del desarrollo capitalista es demasiado débil; también lo es el
proletariado. Por eso busca el fin de la alienación en el pensamiento: “Por eso todo movimiento termina
en el conocimiento absoluto.” (ibid. p. 331) 110 Pero la destrucción de esta alienación resulta, en última
instancia, una conciliación. En efecto, en el nivel más alto del desarrollo de la Idea, el Estado, hay una
acomodación, como decía Marx, entre el movimiento percibido por Hegel y la sociedad antigua. Con él
tenemos la teoría fundamental del oportunismo que no consigue resolver ningún problema pero que,
para hacerlo, recurre a los expedientes, a los trucos de la razón. Así, el ser de la dialéctica es el hombre
abstracto; la mediación entre hombres abstractos es el Estado, con las instituciones.

El ser real aún no se ha encontrado. El choque entre capital y proletarios era necesario para que
apareciera el sentido de este movimiento y para que la dialéctica tuviera una realidad. Para Marx, el
movimiento tiende hacia el comunismo; el capitalismo en sí mismo sólo una fase de transición entre la
destrucción de la comunidad feudal y la formación de la comunidad humana.

Las luchas de clases e principio del siglo XIX le muestran el tema de la transformación de la sociedad
de clases en una sociedad sin clases: el proletariado (1843). Se encuentra el ser real, el enigma resuelto
se encuentra: el comunismo. Por tanto, ya no hay conciliación de interpretación, de acomodación. El
proletariado es el fin de la filosofía.
110 “He aquí por qué Hegel cayó en la ilusión de concebir lo real como resultado del pensamiento que, partiendo de sí
mismo, se concentra en sí mismo, profundiza en sí mismo y se mueve por sí mismo, mientras que el método que
consiste en elevarse de lo abstracto a lo concreto es para el pensamiento sólo la manera de apropiarse lo concreto, de
reproducirlo como un concreto espiritual.” (Contribución a la Crítica de la Economía Política (Introducción a la
Crítica de la Economía Política) p. 301)
Con Hegel, la dialéctica era una frase sin contenido:

“El método de desarrollo no es el del idealista Hegel. La dialéctica hegeliana es la forma fundamental de cualquer
dialéctica, pero sólo después de haber sido despojada de su forma mística, y esto es precisamente lo que distingue a mi
método.” (Marx a Kugelman, 6.3.1868, en MESC p. 187)

Adquirió contenido con el marxismo. Pero para entonces las presuposiciones mismas fueron anuladas.
Esto explica, por otro lado, que al final de su primer borrador de El Capital (los Manuscritos de 1844),
Marx abordó una crítica detallada del sistema de Hegel.

Aparece así el vínculo entre la teoría que habría quedado fuera de la realidad y la práctica. Una viene a
fertilizar a la otra. De hecho, como resultado de su misma protesta, el proletariado tenía que plantear la
cuestión social con un título humano. Es lo que subraya Marx desde el inicio de su actividad (Crítica
de la Filosofía del Derecho de Hegel), que indica cómo el proletariado manifiesta un ser universal y
revela una visión amplia del devenir social. (Cf. la polémica de Marx con Ruge sobre el tema de la
revuelta de los trabajadores de Silesia).

El movimiento, en épocas anteriores, parecía externo al hombre, lo oprimía, lo aplastaba con la


ineroxabilidad de una fatalidad exterior. De ahí la dialéctica de los primeros filósofos griegos que,
aunque tenían el presupuesto materialista, eran idealistas, porque su base no era social. Con el capital,
el hombre está en el corazón del movimiento, ya que, como hemos visto, es sólo en el momento en el
que el movimiento del valor, forma sin contenido, y el de la expropiación de los hombres, sustancia sin
forma, fusión que tenemos en la autonomización del valor (es decir, del capital)111.
111 “A medida que la forma de la ganancia vela el fondo mismo el capital se convierte cada vez más en algo material,
concreto, pero donde se incluye la relación social, algo real e irreal a la vez, dotado de una vida y una autonomía
ficticias. Es en esta forma de capital y ganancia que el capital aparece como una entidad delimitada, es la forma de su
realidad o más bien, su verdadera forma de existencia.” (TSV III p. 483)
(Esta traducción de J. Molitor distorsiona totalmente el pensamiento de Marx, por lo que aquí indicamos una traducción
más fiel y por otro lado, por la importancia del tema tratado repetiremos algunas frases más).
“Y en esta forma de ganancia totalmente extrañada y en la misma medida que la forma de ganancia oculta su núcleo
interno, el capital adquiere cada vez más una forma reificada (sachliche), de una relación siempre se vuelve más una
cosa, pero una cosa que tiene la relación social en el cuerpo, que lo ha tragado, una cosa que se relaciona consigo
misma con una vida ficticia y una autonomía, un ser (Wesen) sensible y suprasensible; y en esta forma de capital y
ganancia aparece en la superficie como un presupuesto completo. Es la forma de su efectividad, o mejor, su forma de
existencia efectiva, y es la forma en que vive la conciencia de sus agentes (soportes), los capitalistas, que se producen
en sus representaciones.
Esta forma osificada (metamorfoseada) de ganancia (y por lo tanto del capital como su creador, porque el capital es la
razón, la ganancia es la consecuencia; causa el capital, produce la ganancia; sustancia del capital ganancia accidental; el
capital es sólo como capital que crea ganancias, como valor que crea ganancias, valor adicional)… (cf. Werke, t. 26, 3,
p. 474).
Por tanto, al razonar a partir de la traducción de J. Molitor nos hemos mantenido por debajo de la perspectiva de Marx.
Esto muestra, de hecho, que el capital realiza el proyecto hegeliano (la sustancia se convierte en sujeto) e incluso lo
supera; es la realización y superación de la filosofía de Hegel. La cita de la página 228 lo prueba. La forma inmediata en
que aparece el capital D – D’ es, por tanto, la forma absoluta a la que llega, así como el conocimiento absoluto está ya
en lo inmediato de éste y de su fin (comienza de la Fenomenología del Espíritu). Por tanto, hay una sustitución de
conocimiento por forma. Sin embargo, esta forma ya no es la forma simple del principio, se reifica (sachliche indica el
resultado, mientras que Versachlichung expresa el movimiento de reificación) ya que la forma es el capital que al
principio era la sustancia sujeto y esto es concomitante con otra inversión: el capital no era una cosa sino una relación
social; ahora se ha convertido en una cosa que implica que el capital de hecho ha incluido su relación con el trabajo
asalariado, al igual que incluye el fetichismo de la mercancía ya que, como ella, es sensible y suprasensible.
Marx muestra entonces hasta qué punto el capital realiza y destruye la filosofía, ya que puede presentarse como
inmanencia y sustancia, como forma y trascendencia, etc.. Esto nos recuerda las diferentes filosofías, incluidas las de
los filósofos del Renacimiento, Espinoza y, obviamente Hegel. El capital se ha convertido en la representación absoluta:
Esto está sujeto a una relación social que entra en su proceso Hegel no había visto el aspecto social de
este contenido material (el aumento de la riqueza, como decían en los albores del capitalismo);
describió el movimiento sin su contenido, de ahí su dialéctica del trabajo alienado – que es sólo trabajo
intelectual alienado –. En cambio, con el marxismo, la dialéctica ya no está vacía, su presupuesto no es
un hecho material, sino social. Ya no es una forma que pueda tener contenido. Pero es este, el ser, quien
se lo da. Este ser es el proletariado cuya emancipación es la de la humanidad.

B. La importancia de los Resultados

Los Resultados aborda temas no tratados en otros trabajos o concluye una investigación iniciada en
ellos; a veces es el desarrollo alternativo de un descubrimiento detallado en un escrito diferente. Tiene
una unidad propia aunque presupone una clarificación particular de los orígenes del valor. Es una
síntesis pero, como suele suceder con Marx, sobrepasa el marco que engloba y plantea elementos o
incluso conclusiones que muchos desarrollos tendrán que ser aclarados posteriormente. A veces, tal
síntesis da los resultados de la ciencia antes que la ciencia. Quizás por eso no se publicó. Estaba
anticipando demasiado. Por otro lado, el método utilizado allí tiene una ventaja extraordinaria: presenta
el hilo histórico saliente sobre la historia. Los hechos esenciales toman su relieve y lo no esencial se
pone en el “fondo”, todo lo demás es forma luminosa. Tras tal atajo, Marx retoma su análisis
incansable, como un verdadero topo teórico.

El rigor de expresión que capta el movimiento en su devenir muestra que el método de exposición de
los Grundisse y la Crítica de la Economía Política – en particular, de los Urtext – con sus antítesis
jaspeadas, sus intuiciones “filosóficas” no eran una secuela hegeliana, sino una forma adecuada de
transmitir la realidad en sus múltiples aspectos. Es en los Resultados y en los Grundisse donde
aparecen con mayor claridad el vínculo íntimo entre los dos aspectos del métodos: la investigación y la
exposición. La primera de estas dos obras es la clave de toda la obra económica de Marx.

C. Programa revolucionario y anti-democracia. Importancia del Libro I de El Capital

Marx había completado su investigación fundamental en la década de 1860 (Grundisse), pero una
pequeña parte de su trabajo se publicó durante su vida: El Libro I de El Capital. Solo las dificultades de
exhibición le impidieron hacer aparecer la totalidad. Se había dado cuenta de que el mundo de su
tiempo no respondía en absoluto a sus poderosos descubrimientos. La Contribución fracasó. Buscó ser
más didáctico. Y, sin embargo, en la actualidad, los Resultados, en todo su ardor dialéctico nos parece
más claro que el Libro I de El Capital. En lugar de presentar el capital como un todo, lo disoció en un
proceso de producción y un proceso de circulación. Aunque afirmó que los dos forman el proceso total
real del capital, esta disociación provocó errores, en particular la subestimación del segundo proceso, o
la investigación que se desvió hacia callejones sin salida 112 la creencia en una contradicción latente
entre la plusvalía y la ganancia en Marx, en particular la teoría de los precios de producción, sería una
avenencia para resolver. En los Grundisse analiza los dos elementos desde el principio, lo que destruye
toda especulación sobre su acomodación.

todo lo que pueden hacer se relfeja en él; puede ser el espectáculo del mundo en la medida en que refleja, remite a
todos los seres sus diversas acciones integradas en su proceso de vida. Ya no puede haber una actividad dada con su
representación que, en el terreno de la sociedad del capital, puede ser antagónico, amenazarlo… El movimiento de
negación debe tener lugar fuera de ésta, el rechazo debe ser el del capital y del trabajo. (Nota de 1972)
112 Este es el caso de Rosa Luxemburgo.
Nuestra intención no es agotar la cuestión, sino plantearla en sus verdaderos términos. No se trata de
saber por qué Marx sólo publicó el Libro I, sino de entender como esto fue suficiente para la lucha
proletaria del la época. Es, como se afirmó en la Introducción, el programa revolucionario de la clase.
Su autor expone la génesis de esta última, su lucha contra el capital; allí señala las armas de los dos
adversarios: la economía máquina de guerra contra el proletariado, mientras éste tiene su organización
(partido político), el asalto del proletariado al capital, la destrucción de éste y la descripción de la
sociedad comunista.

“El monopolio del capital se convierte en un obstáculo para el modo de producción que ha crecido y prosperado con él y
bajo sus auspicios. La socialización del trabajo y la centralización de sus resortes materiales llegan a un punto en el que ya
no pueden encajar dentro de su envoltura capitalista. Esta envoltura se rompe. Ha llegado la hora de la propiedad capitalista.
Los expropiadores son a su vez expropiados.” (El Capital I, p. 929)

El Capital apareció en 1867, la Asociación Internacional de Trabajadores data de 1864. El Manifiesto


del Partido Comunista señalaba las líneas generales amplias de la evolución de la sociedad y de la
sociedad burguesa en particular, así como la solución del conflicto. Burgueses-proletarios, pero los
datos teóricos y prácticos para la lucha contra el enemigo de clase y para la transformación social no
son suficientes. Con El Capital, el proletariado tiene un programa.

En los Libros 2 y 3 tenemos la explicación de la democracia 113. Allí, ya no se trata de saber quien
produjo la plusvalía, sino de cómo se distribuye, ¿quién domina la distribución? Explican la
autonomización del capital y el triunfo de la mistificación democrática, ligado a la derrota de la
revolución de 1848. En ese momento, sobre la base de las relaciones capitalistas ya ampliamente
desarrolladas, el socialismo podría haber tomado impulso. Este fue nuevamente derrotado en 1871.
Pero los revolucionarios nunca hubieran pensado que la contrarrevolución podría triunfar durante tanto
tiempo… el estudio de las formas fenoménicas del capital no parecía urgente, necesario…
lamentablemente no pasó nada. Por otro lado, los socialdemócratas y los diversos elementos que se
pretendían marxistas en lugar de recurrir a la obra de Marx para la explicación del desarrollo del capital
y de los fenómenos secundarios que aparecían en relación con él, fueron víctimas del fenómeno
aparente que interpretaron. Tuvimos el revisionismo. Bernstein es el primer teórico del capital que llega
a la etapa en la que parece resolver sus contradicciones, porque las supera momentáneamente
organizándose en un ser cuya tendencia es la autorregulación, así como de las clases medias, ¡cuyo
desarrollo sería la absoluta invalidación del marxismo! Asimismo, un poco más tarde, para explicar la
fase de la alta concentración del capital con el desarrollo de los monopolios, hablamos del
imperialismo. Nos quedamos en la superficie, mientras Marx ya estaba dando una explicación en
profundidad del fenómeno114.

El propio Lenin no fue – o no pudo ir (estaba ocupado con otras tareas) – a la raíz del problema. Tuvo
el gran mérito de afirmar que él era solo la manifestación de una etapa (la última) del capitalismo y no
algo cualitativamente diferente.

113 Teniendo en cuenta que se trata de una democracia en este nivel fundada por el capital, cuyas antiguas determinaciones
puramente políticas se han superado. (Nota de Mayo 1972)
114 Por ejemplo, con respecto al capital que devenga interés (capital financiero), la forma absoluta de capital: D -D’, valor
que se valoriza. “Por otro lado, ya no existe el mediano plazo que aún existe en el capital comercial: D – M – D’. Ya no
es otra cosa que la relación de D consigo mismo y medida contra sí mismo. Es capital expresamente retirado y separado
del proceso como presupuesto de un proceso del que es resultado, en el cual y por el cual es capital.” (TSV III p. 486)
La comunidad material se ha desarrollado y tiende a preservar su existencia, a congelar las relaciones
sociales cada vez más reificadas115, de tal manera que las contradicciones parecen superadas, porque
están encerradas en una esfera opaca. Pero el Partido, portador de la resolución del enigma, ve bajo la
apariencia fija de las cosas, el movimiento real. La lucha de clases detenida se reanudará ferozmente
tan pronto como la crisis haya destrozado la esfera en la que el proletariado está prisionero. Entonces
volverá a ser el sujeto del movimiento histórico, que la mistificación democrática ha podido detener,
pero cuyo impacto nunca podrá abolir:

El Comunismo

115 “… la personificación de las cosas y la cosificación de las relaciones de producción es esta religión de la vida
cotidiana.” (El Capital III, p. 969)
Postfacio

Este breve estudio, cuyo punto de partida fue el intento de situar el Capítulo VI inédito en la obra de
Marx, de hecho se refiere a todo el trabajo de nuestro partido en su intento de esclarecer y sistematizar
nuestro cuerpo doctrinal enfrentándolo al movimiento económico-social. El marxismo no solo tiene
que luchar contra los adversarios directos e insidiosos, sino sobre todo, contra aquellos que se pusieron,
en un momento dado, en el corazón del movimiento obrero. Los revisionistas, mucho antes que los que
teóricamente se manifestaron tratando de socavar los fundamentos de la doctrina, fueron los que,
durante la vida de Marx y Engels, encerraron o falsificaron importantes fragmentos de su obra. La
Crítica del Programa de Gotha o el Prefacio de 1895 o la Lucha de Clases en Francia son los ejemplos
más conocidos. Pero, está el Libro IV, que fue redactado por Kautsky, están los Grundisse y el Capítulo
VI que tuvieron que esperar a que la revolución de 1917 llamara la atención del proletariado.

Es evidente, como se indicó en la Conclusión del presente trabajo, que sólo con el Libro I de El
Capital, el proletariado estaba suficientemente armado para realizar su revolución. Lamentablemente
1871, luego el periodo de 1917-1926 mostró la dificultad de la lucha y, cada vez más, la
contrarrevolución planteó dudas sobre la doctrina dentro de la clase obrera. La reanudación sólo pudo
producirse precedida de un intenso trabajo de recuperación doctrinal.

En nuestra sociedad donde la contrarrevolución triunfa como nunca antes 116, necesitamos todas nuestras
armas para resistir la embestida del revisionismo, la duda, el derrotismo. Todos los llamados fenómenos
nuevos sobre los que proliferan estos tres virus ya han sido descritos por Marx. Así con la creciente
importancia del periodo de circulación en la vida del capital, la desvalorización. Abordar todo esto
puede parecer una empresa sin esperanza, vistas nuestras débiles fuerzas, pero ya se ha logrado. Solo
debemos ir a descubrirlo en las obras inéditas.

La historia le da al movimiento revolucionario una fase de respiro en la que puede criticarse a sí mismo
y poner fin a las secuelas del pasado. Si sabemos utilizarlo para concretar colectivamente el trabajo
iniciado por Marx y Engels, habremos logrado una victoria colosal, garantía de certeza para la lucha de
clases venidera.

En su notable lucha contra el revisionismo, Rosa Luxemburgo intentó aclarar la relación entre la teoría
marxista y las necesidades del proletariado para conducir su lucha de clases:

“Pero la creación de K. Marx, una obra gigantesca en sí misma, va más allá de las demandas inmediatas de la lucha de
clases proletaria para la que fue creada. Tanto en el análisis preciso y concluyente de la economía capitalista como en el
método de investigación científico y su inmenso campo de aplicación, K. Marx proporcionó una obra muy superior a las
necesidades inmediatas de la práctica de la lucha de clases.”

“Pero a medida que nuestro movimiento alcanza una etapa superior y plantea nuevos problemas, recurrimos al pensamiento
de K. Marx para estudiar y utilizar nuevas partes de su obra. Pero nuestro movimiento retiene y conservará durante mucho
tiempo, como cualquier lucha práctica, las directivas que utilizó en el pasado pero ya no son válidas; y por eso los progresos
teóricos en el sentido de que K. Marx nos ha estimulado avanzan muy lentamente.”

“El estancamiento del desarrollo de la teoría que estamos viendo actualmente en el movimiento no se debe a que la teoría
marxista de la que nos nutrimos sea incapaz de desarrollarse o habría ‘sobrevivido’, sino que proviene de lo contrario de lo
que ya hemos utilizado, durante las luchas pasadas, las armas ideológicas más importantes de la reserva marxista, sin por
ello agotarla. No es que la lucha práctica nos haya hecho ‘superar’ a K. Marx, sino, al contrario, que K. Marx nos ha

116 El lector debe tener en cuenta que esto fue escrito a fines de 1966. El fin del periodo contrarrevolucionario data de 1968
como afirmamos en mayo-junio del 68: teoría y acción. Serie Invariance I n°3 traducción italiana en Invarianza,
Florencia 1969. (Nota de 1972)
precedido en la concepción de un partido que lucha en la práctica. No es que K. Marx no sea suficiente para nuestras
necesidades, sino que las necesidades aún no nos obligan a hacer pleno uso del pensamiento marxista.”

“Así, las condiciones de vida social del proletariado, cuyo descubrimiento teórico se debe a K. Marx, se vengan en la
sociedad actual sobre el destino de la teoría marxista misma. Instrumento incomparable del cultivo de la mente, permanece
en barbecho porque es inservible para la cultura de la burguesía y al mismo tiempo va mucho más allá de las actuales
necesidades de armamento del proletariado. Al mismo tiempo que la clase obrera se libera de sus actuales condiciones de
vida, al mismo tiempo que se reorganizan los medios de producción, se producirá la socialización del método marxista de
investigación, desarrollo de tal manera que pueda ser plenamente utilizado para el bien de la humanidad.” (Estancamiento y
progreso en el marxismo)

En la actualidad, “las necesidades” nos obligan a utilizar la totalidad de la doctrina marxista. Es porque
ocurre lo contrario, o porque no podemos lograr eso, que parece haber un estancamiento del marxismo,
de su fijación estereotipada en la explicación de un fenómeno que, entre tanto, ha evolucionado, pero
cuya evolución se describe en el trabajo de Marx.

Tenemos fenómenos complejos derivados de la autonomización del capital. Queremos explicarlos con
la ayuda del análisis del Libro I de El Capital, a lo sumo se recurre a la ley de la caída tendencial de la
tasa de ganancia. Sin embargo, el Libro I explica un proceso desvinculado de los fenómenos aparentes
y se trata de comprender estos últimos en relación con el movimiento real. La caída tendencial de la
tasa de ganancia es en sí misma sólo la expresión de la contradicción valorización-desvalorización,
socialización-privatización analizada en detalle en los Grundisse. Vemos cada vez más un desajuste
entre la realidad a estudiar y los medios de estudio, no por la debilidad del marxismo, sino porque se
deja en barbecho. Otro ejemplo lo proporciona la automatización explicada en el mismo trabajo. En
cierto sentido, el marxismo fue momificado en su explicación del capitalismo liberal y, se agregó,
Lenin complementando con el imperialismo. El marxismo congelado, eso no significa que debamos
enriquecerlo. Está congelado porque las propias relaciones sociales se han podido “estabilizar”, la
comunidad material del capital encierra todo y limita en la medida de los posible el movimiento de su
desintegración. Como resultado, el marxismo, la teoría del movimiento social, se transforma en una
metafísica del capital, una teoría del capital, pero no, al mismo tiempo, pronóstico y descripción de la
sociedad futura. Para poder hacer esto, sería necesario, supuestamente, de antemano, construir el
comunismo. Por eso usamos generalmente sólo la parte de esta doctrina que expone el nacimiento del
capital y su desarrollo, y esto en la forma didáctica que inmoviliza, en la que Marx se vio obligado a
presentarla para hacerse entender. No utilizamos aquella en el que se muestra el ser en su devenir (el
valor en proceso); el ser impersonal que se convierte en hombre mismo: comunidad material. Marx ha
descrito varias veces al comunismo como el punto de culminación de la evolución del movimiento real
capitalista, así como el periodo de transición en el que la forma comunista es tan poderosa que el
capital apenas logra rodearlo, contenerlo. Este periodo de transición es del que habló Lenin, y es el que
estamos viviendo.

Finalmente, el hilo histórico – el hilo del tiempo – que se encuentra en todas las obras de Marx ha sido
enmascarado, tapado y perdido. Es el hilo que conecta los dos grandes periodos de la historia humana,
el comunismo primitivo con el comunismo científico. La comunidad humana ha sido destruida, la
misión del proletariado es dar forma humana a la sociedad. El sustrato de esta transformación está en el
movimiento real: todo el movimiento económico-social tiende hacia el comunismo. La aspiración del
proletariado es un pensamiento que va hacia la realidad porque ésta viene al frente de la idea. La
sociedad sólo puede emanciparse con la revolución proletaria. La cuestión de la comunidad es, por
tanto, la cuestión CENTRAL del movimiento proletario. En resumen, se presenta así:

(a) Comunidad humana primitiva.


(b) Destrucción de la misma con el desarrollo de dos movimientos; el del valor y el de la expropiación
de los hombres.

(c) Formación de la comunidad material durante la fusión de los dos movimientos previamente
separados: capital – valor en proceso.

(d) Comunismo científico, la comunidad humana redescubierta, que integra todos los logros de
periodos anteriores. ¿Cómo pasar de (c) a (d) si el proletariado no se constituye como partido,
comunidad comprometida en el movimiento real, comunismo prisionero del capitalismo?

Al invocar el marxismo, el movimiento proletario puede parecer reivindicar un armamento irrisorio y


ridículo, sólo porque no utiliza la totalidad de su campo teórico, que es otra forma de resignación a su
tarea histórica. El enorme esfuerzo de su enemigo obliga al proletariado a TRAER EL MARXISMO
EN SU TOTALIDAD. En otras palabras, no restauramos estos últimos simplemente corrigiendo los
errores de los estalinistas, los jruschovistas o los trotskistas; sino volviendo a la OBRA INTEGRAL y
enfrentándola con la realidad. Esto permite explicar y refutar el esqueleto del marxismo que es
cualquier teoría oficial difundida bajo este nombre.
Notas

El trabajo sobre el VI Capítulo inédito de El Capital fue abordado en 1964 y finalizado en 1966. No se
publicó hasta 1968 en el n.º 2 de Invariance. Hasta ese momento (1966) éramos miembros del Partido
Comunista Internacional. La introducción a la obra anterior (las primeras 6 Páginas) apareció en
traducción italiana en el n.º 19 de 1966 de il programma comunista. Esto explica las referencias al
trabajo del partido, al partido117. Sin embargo, creíamos (como A. Bordiga) que el verdadero partido,
actuando efectivamente, sólo podría surgir en un futuro lejano. Lo esencial para nosotros no era la
organización contingente que quería establecerse como partido formal, sino el partido en su amplia
aceptación histórica. Allí nos diferenciamos de todos modos de A. Bordiga que daba demasiada
importancia al PCI (Partido Comunista Internacional), como tal y se engañó acerca de sus capacidades
de intervención práctica. Esto explica por qué no pensamos que fuera necesario, a este respecto,
introducir modificaciones en el cuerpo del texto.

Uno de nuestros objetivos, cuando abordamos este trabajo, era sintetizar el trabajo de A. Bordiga sobre
el tema de la crítica de la economía política e integrarlo en el conjunto de la teoría. De ahí las
numerosas referencias a sus obras aunque, en su momento, las dejamos en el anonimato. La mayoría de
los textos que sirvieron de base para nuestra investigación han sido traducidos y publicados en
Invariace; algunos otros fueron publicados en el Le fil du temps118 (el más importante de ellos es el
relativo a la cuestión agraria).

Otro objetivo era poner de relieve la cuestión de la Gemeinwessen (comunidad) ya afrontada en 1961
en Origen y Función de la Forma Partido (publicado en Invariance n.º 1, serie I. 1968) y en 1964 en el
estudio sobre el movimiento obrero francés (publicado en el n.º 10 de Invariance, serie I. 1971) que fue
el punto de divergencia entre nosotros y la mayoría de los miembros del PCI.

Por otro lado, ya estábamos profundamente convencidos de la insuficiencia y superficialidad del


trabajo de los marxistas sobre el desarrollo reciente del modo de producción capitalista, en particular en
los que respecta a los de Lenin y, más aún, en lo que se refiere a las pocas observaciones a las que se
reduce la contribución de Trotsky sobre este tema. Por tanto, tuvimos que retomar en primer lugar el
comportamiento teórico de Marx frente a la economía.

Desde la publicación de este n.º 2 de Invariance han aparecido cierto número de traducciones de la
obra de Marx así como estudios sobre su obra económica. Debemos señalarlos brevemente para situar
mejor nuestro propio trabajo.

En primer lugar, hay que señalar que el VI Capítulo, que apareció en alemán y ruso en 1933, pasó
desapercibido en un principio. En Alemania no fue hasta 1969 para tener una edición verdaderamente
difundida. Apareció bajo el título Resultate des unmittelbaren Producktionsprozesses Archίv
Sozialistischer Literatur 17: Verlag Neue Kritik. Frankfurt. Desde entonces, este texto ha sido
ampliamente citado en varias revistas (cf. en particular, Sozialistische Politik. n° 8. 1970).

En Italia se produjo por primera vez la publicación de un resumen de este capítulo en il programma
comunista n.º 5 y 6, 1966, en el que A. Bordiga concluye con lo que considera lo más importante:

117 De ahí también la presencia de un gran número de términos inadecuados que hemos eliminado desde entonces: doctrina,
capitalismo senil, materialismo histórico, materialismo dialéctico, etc.
118 C/Ο Jacques Angot. B.P. 24. Paris 19°.
“La importancia de este capítulo inédito de la obra de Marx radica, como hemos tratado de demostrar, en el hecho de que
hace un siglo había desarrollado la teoría del valor agregado en la producción de tal manera, consistente con el programa
revolucionario, y diametralmente opuesta al oportunismo moderno de la política de los ingresos.
Incluso un siglo después, K. Marx es siempre más actual.” (Rapporto sugli argomenti trattati nel
Capitolo VI inedito di Carlo Marx in il programma comunista no. 6 1966, p. 3)

Posteriormente, La Nuova Italia, 1969, publicó una traducción completa con el título Il Capitale: libro
Ι, capitolo VI, inédito. La traducción es de B. Maffi quien también hizo una introducción que muestra
hasta qué punto se puede traducir un texto sin entenderlo.

En Francia, además de la traducción del resumen italiano que apareció en Programme communiste n°
35, hubo en primer lugar una traducción incompleta en 1967, debida a M. Rubel: Resultados del
Proceso de Producción Inmediato en Cahiers de l'ISEA, sección marxología.

En 1968, la traducción de los Grundisse apareció bajo el título Fundamentos de la Crítica de la


Economía Política, Ed. Anthropos. En el Invariance n.º 3 señalamos y criticamos el absurdo que afirma
el traductor en su prefacio: la ley del valor sería destruida por el capital. También se señaló en qué
medida utilizó, al escribir sus notas, la obra de A. Bordiga sobre la crítica de la economía política (cf.
Invariance n.º 3 pp. 111-115). En 1971 apareció una completa traducción francesa del VI Capítulo. Ya
lo hemos mencionado en las páginas anteriores y hemos hecho algunas observaciones críticas a la
presentación del traductor, R. Dangeville. Agreguemos que lo mejor de este se debe en realidad a A.
Bordiga. Esta es la tabla de las páginas 30-31 y que se publicó primero en il programma comunista n.º
6, 1966, luego en Programme communiste n° 35, page 70. Lo que es peor, esta es la reducción de la
obra de Marx a un catecismo leninista que se exhibe ostentosamente en todas las obras de R.
Dagenville. Esto llega al cretinismo hiperbólico en la colección Le syndicalisme (Petite collection
Maspero. 69 – 1972) donde, lleno de brío mágico, nos da un discurso sobre la eternidad del capital, no
evidentemente el capital como aparece según su polo de valorización, sino como se manifiesta según su
polo de trabajo. Unas cuantas citas bastarán para “iluminar” a todos:

“la cuestión sindical, por tanto, sigue surgiendo después de la conquista del poder.” (t.1 p. 62)

Esto no nos impide reconocer que puede haber

“integración de los sindicatos en las instituciones capitalistas estatales.” (t. 2 p. 192)

“La consigna de la reducción general y masiva de la jornada laboral es también inseparable de la lucha contra las
direcciones sindicales que subordinan los intereses de los trabajadores a los de la producción nacional, la democracia y la
legalidad. Implica, por tanto, la conquista de la dirección sindical por parte del partido marxista revolucionario, que vincula
todas sus reivindicaciones, incluso las inmediatas, al objetivo de la destrucción violenta del Estado y de la forma de
producción capitalista. Si el sistema capitalista es incapaz de satisfacer estas demandas, es simplemente hay que sustituirlo
por el socialismo, es decir, plantear clara y enérgicamente el problema de la revolución.” (ibid. p. 98)

La revolución, por tanto, se convierte “simplemente” en la solución a la cuestión sindical; aparece


como el castigo “simplemente” infligido al capitalismo por su mala gestión. Es el compendio de
galimatías lenin-trotskista.

Tales aberraciones se derivan del hecho de que R. Dagenville como todos sus congéneres, no loghra
pensar en la dominación real del capital y la revolución comunista a partir de este momento de la vida
del capital. En el siglo pasado, Marx tenía toda la razón al plantear como tareas prácticas la
generalización de la condición del proletario, el aumento de las fuerzas productivas, la reducción de la
jornada laboral, etc. No sólo los proponía a los proletarios sino que, en lo que se refiere a la reducción
de la jornada laboral, quería que fuera el propio Estado quien lo aplicara, lo que consistía en utilizar la
coacción tanto sobre los capitalistas como sobre los proletarios. El objetivo era doble: unificar a la
clase proletaria, ya que el día tenía que ser el mismo para todos, e impulsar el desarrollo del capital.
Esta actitud de Marx es lo que hemos llamado, siguiendo a A. Bordiga, su reformismo revolucionario,
que define un momento de su obra pero que ya no tiene ninguna relación con la situación actual.

A finales de 1968, M. Rubel publicó el Volumen II de las obras de Marx sobre la economía, que
también presentó bajo el nombre Économie porque M. Rubel piensa que el objetivo de Marx era
escribir tal obra. Pero, si bien es cierto que el trabajo económico de éste último no se limita al capital,
es incorrecto decir que quería escribir una Économie. Esta interpretación, en cambio, está cargada de
censura porque su autor, para constituir la Économie, ha excluido gran parte de determinadas obras con
el pretexto de evitar repeticiones. Esto lo llevó, por ejemplo, a publicar sólo algunos fragmentos del VI
Capítulo y los Grundisse. Ahora bien, es falso que sólo haya tales repeticiones que no tendrían interés
para llegar a una comprensión más profunda del pensamiento de Marx. El mismo método llevó a M.
Rubel a condensar los Libros II y III, lo que no da en absoluto una versión superior a la proporcionada
por Engels.

M. Rubel tiene razón al criticarlo:

“Por lo tanto, podemos decir, queEngels hizo a la vez demasiado y demasiado poco por el Libro II,
como por otra parte, para el Libro III de El Capital: demasiado, dándole la apariencia de una obra
definitiva, también poco, al excluir de su elección manuscritos cuya publicación completa hubiera
revelado aspectos importantes de la empresa científica de Marx, al mismo tiempo que hubiera
comprendido mejor las razones de su incompletitud.”

Sin embargo, debería haber sacado las verdaderas conclusiones de su revisión y haber publicado todos
los manuscritos en los Libros II y III.

En la Économie tenemos a lo sumo una yuxtaposición de textos pero no la obra como sugiere el título.
La introducción no logra borrar esto: impresión, a causa – de una 1° interpretación global del
pensamiento de Marx que no queremos discutir aquí: la ética; - 2° de la comprensión profunda de la
investigación de Marx y su teoría. Este modo de entender se revela claramente en un capítulo de la
Introducción (“Una leyenda: el cambio de plan de la Economía”). Rubel quiere mostrar que El Capital
es sólo una parte de ésta última. Es innegable, sin embargo, que Marx cambió su plan, aunque tuvo que
tratar con él las mismas cuestiones que antes. El 1er plan data de los Manuscritos de 1844. Fue a partir
de este momento cuando realmente profundizó su estudio del capital de modo que en la década de
1860, siguiendo todo el trabajo del que resultaron los Grundisse, se da cuenta de que el futuro del
capital es constituirse como un todo, como un ser, que todas las presuposiciones antiguas sean
reemplazadas gradualmente por él. En consecuencia, ya no tiene sentido exponer el capital, el trabajo
asalariado, la propiedad de la tierra, el Estado, el comercio exterior, el mercado mundial en datos
separados. Marx expone, en lugar de El Capital en el que se encuentran precisamente los mismos
elementos. El título de la obra pasa a ser El Capital, el título anterior, subtítulo: Crítica de la Economía
Política. Esta última no es una afirmación formal para establecer una continuidad entre la obra
publicada en 1859 y la aparecida en 1867. En efecto, para Marx, el futuro de esta ciencia es inseparable
del capital. Al principio, cuando éste último entró en el escenario social, la economía política fue
revolucionaria; luego se convierte, en forma de economía vulgar, en una apología acrítica del capital;
más tarde tenemos la economía profesoral, forma en la que todavía sobrevive hoy en día. Dado que el
capital se ha convertido en capital ficticio, la economía política se convierte, cada vez más, por un lado,
en ficción, por otro, en una ciencia de la gestión y, al mismo tiempo, los antagonistas integrados al
capital, los socialistas, se convierten en gestores.

Lo que M. Rubel enfatiza, muy raramente, es que El Capital es una descripción del comunismo, una
negación positiva del capital y la economía política. Por el contrario, se trataba de una afirmación
fundamental de la izquierda comunista de Italia (A. Bordiga) cuya verdad emergería en toda su plenitud
si tuviéramos a nuestra disposición los manuscritos inéditos conservados en Moscú.

Para terminar con esta edición de las obras de Marx, debemos señalar que M. Rubel restaura en sus
notas muchas páginas censuradas, lo que dificulta la comprensión de la secuencia de demostraciones.
Por otro lado, tiene el mérito de mostrar toda la estupidez de quienes, tanto de derecha como de
izquierda (especialmente los trotskistas), hablan del socialismo en la URSS. Los comentarios de Rubel
tiene cierta conexión con la teoría de Marx que no es el caso de la obra de E. Mandel, que se
caracteriza por un cretinismo pronunciado (cf. sobre todo su tratado de economía marxista).

Existe otra categoría de autores que proponen sumar a la teoría de Marx, modificarla o corregirla pero
que parten, en todo caso, de ella como dato válido para un análisis de la sociedad actual. Nos referimos
a Emmanuel, Palloix, Baran, Sweery etc... Nuestra opinión es que en realidad no tienen relación con
esta teoría, parte integrante del comunismo. Sólo los señalamos como expresión de la dominación real
del capital, que necesita teorizaciones materialistas para ocultar su inmaterialidad, su ficción. Por otro
lado, una vez absorbido en el mundo de la representación capitalista, el marxismo, después de haber
sido reducido a una ideología, se transforma, gracias a ellos, en una galimatía escolástica capaz de
conquistar la universdad. He aquí una muestra de este marxismo universitario, capitalizado:

“Lo característico del enfoque marxista de la teoría del valor son los ‘lugares’ de abstracción donde surgen los diferentes
componentes del valor: el proceso de producción en sí mismo (valor de cambio), proceso de circulación en sí mismo (valor
de uso), proceso global de producción capitalista (precio de producción)” (Palloix L'economie mondiale capitaliste p. 52)

La facilidad con la que se exponen estos lugares lleva a pensar que estos lugares son lugares de
tranquilidad llenos de espíritu althusseriano, pero donde todo “ver” está prohibido.

Finalmente, mencionemos un interesante estudio, publicado por primera vez en 1968 en Frankfurt: Zur
Entstehungsgeschichte des marxschen Kapital de Roman Rosdolsky (Por la Historia de la Génesis de
El Capital de Marx), Europaïsche Verlag119. Su análisis detallado es imposible aquí. Digamos que el
autor defiende a un Marx no disfrazado de estalinista, trotskista, post-estalinista, etc.… que muestra
una fina comprensión de los diversos conceptos fundamentales, sin embargo, no logra captar la
afirmación, para nosotros, fundamental: el capital es el valor en proceso, deviene humano.

Marzo 1972

119 Fue editado en italiano por Laterza, Bari, 1971 con el mismo título.
Para apreciar mejor el impacto de los dos estudios anteriores120, es importante señalar el punto de
llegada de nuestra investigación sobre el tema del desarrollo del capitalismo, investigación realizada
con miras a profundizar simultáneamente el trabajo económico de Marx. Este punto final se expuso en
parte en el número 8 de Invariance (Transition). Debería agregar algunas observaciones.

El capital integra al proletariado a través de un doble movimiento:

1° - Capitaliza al proletario, es decir, crea en este último el siguiente comportamiento: considerarse


como un capital que debe dar frutos; el trabajo debe ser una actividad con miras a la ganancia y sólo
eso. Este fenómeno ocurre simultáneamente con el de la antropomorfosis del capital: el capital deviene
humano. De ahí que su dominación se torne no sólo natural:

“En el curso del desarrollo de la producción capitalista se forma una clase obrera que, como resultado
de la educación, la tradición y el hábito, admite las demandas de este modo de producción como leyes
de la naturaleza. La organización del proceso de producción capitalista plenamente desarrollado rompe
todas las resistencias; la constante creación de sobrepoblación relativa mantiene la ley de la oferta y la
demanda del trabajo, y por lo tanto los salarios, dentro de límites conforme con las necesidades de
valorización del capital; la restricción silenciosa de las relaciones económicas completa el dominio del
capitalista sobre el trabajador.” (Capital I p. 899)

Sino humano. Y a través de esta generalización ulterior de su ser, parece desaparecer. En el momento
en que esto ocurre, el capital deviene apologista de lo que fue su principal enemigo: el trabajo
productivo de la plusvalía (es decir, la ganancia).

En la época de la dominación formal, el trabajo productivo en la forma del trabajador existía, como una
determinación esencial de la vida del capital, del otro, como su posible negación; la ambigüedad estaba
presente en el ser mismo del obrero (cf. Grundisse).

En la medida en que el capital se afirma como un ser total, logra resolver esta ambigüedad
reduciéndolo a una división interna del proletariado mismo, que luego se divide en dos partes que
inmediatamente se manifiestan como heterogéneas. Por un lado, una parte cada vez más importante de
lo que queda del trabajo productivo que se eleva al rango de sujeto estable del proceso de valorización
al ser particularizado como actividad “cualificada” en niveles jerárquicamente diferentes pero
unificados como “potencias intelectuales” del valor autonomizado; expropiación-extrañamiento, de otra
parte, dentro de la producción de estos proletarios cuya actividad aparece aparentemente insignificante
desde el punto de vista de la valorización global y constituirán algo “no cualificado”, intercambiable.
Los restos del “ser clásico” del proletariado quedan así separados y opuestos, y la “cantidad de
plusvalía creada” deja de determinar el grado de extrañamiento frente al capital.

A nivel social global, este trabajo de escisión y destrucción se completa con la expropiación de una
creciente masa de proletarios “potencialmente productivos” de la producción misma, en armonía con la
tendencia incontenible del capital a reducir la relación entre trabajo productivo de plusvalía y el trabajo
total necesario para su vida (todo esto expresa también lo que fue la terrible derrota del proletariado
durante el paso de la dominación formal a la dominación real del capital, 1914-1945).

120 El siguiente texto debía servir como postfacio de la traducción italiana del n.º 2 de Invariance, más las tesis sobre el
capitalismo del n.º 6, serie I. Finalmente apareció bajo el título Nota aggiuntiva a Tsansizione dans Antologia di
Invariance. Ed. La Vecchia Τalpa, Napoli, 1971, con algunos añadidos sobre los caracteres del proletariado en la
dominación formal y en la dominación real del capital.
Así, lo que cualquier burro define como “subproletariado” no es otra cosa que el proletariado absoluto,
producto de la última e insuperable contradicción del valor en proceso, la que existe entre la
valorización y desvalorización; sus luchas son la primera afirmación del comunismo como necesidad
inmediata.

En los Estados Unidos, donde este proceso ha llegado a su fin, la escisión entre los trabajadores
“productivos” como sujetos del capital y el proletariado expropiado-extrañado en y la producción es
inmediatamente perceptible, dado que se manifestó a través de factores raciales y nacionales; que es
también la última manifestación de un proceso iniciado con la falta de constitución en clase del
proletariado americano después de la Guerra de Secesión.

La exaltación del obrero se convierte así en una apología del capital y en una ira vehemente contra los
proletarios que rechazan cada vez más la ley del trabajo.

2° - Generalización del trabajo (trabajo necesario para el capital) aunque no sea productivo pero sirva
para la realización del capital (formación de las nuevas clases medias) o del trabajo como tendiente a
proteger, a mantener el proceso de producción del capital. Hay un proceso de proletarización
(formación sin reservas), aunque los proletarios están disminuyendo en número. En otras palabras,
ahora estamos tratando con una clase de trabajadores donde el proletariado en su sentido antiguo se ha
convertido en minoritario. Todo el mundo está sujeto a un trabajo “reducido a pura abstracción”
(Grundisse) y, según la ideología oficial: el que no trabaja no es humano. El contenido del trabajo no
importa. Él se presenta como un medio de opresión, de represión para mantener la sociedad en su lugar,
es decir, para asegurar el proceso del capital. Debe investir todo el campo de “conciencia” para hacer
nacer en cada uno la motivación a adquirir que lanza al individuo en el círculo vicioso y la infamia:
trabajar (ganar dinero) para vivir, vivir para trabajar (para ganar dinero).

Así, en la actualidad, la sociedad del capital domina en nombre del trabajo y no en nombre del valor.
Paradójicamente, esta es la realización de las demandas socialistas ricardianos, de Proudhon, de todos
aquellos que quieren el triunfo del trabajo (I.W.W, Consejistas diversos, todas las patologías trotskistas
y leninistas, etc.). Lo cual no era el objetivo de Marx, independientemente de lo que piense M. Rubel:
“La conclusión de este Libro I es la conclusión de toda la Economía de la cual Marx no ha disimulado
la ‘tendencia subjetiva’. El triunfo del trabajo sobre el capital.” Para Marx, sólo puede tratarse del
triunfo de la humanida. Trabajo significa aquí, en el momento histórico en que razonamos, el de la
revolución, el trabajo asalariado, la otra cara del capital. Sólo podemos hablar del triunfo de los
proletarios en la medida en que afirmamos simultáneamente que no lo realizan como proletarios, sino
negándose a sí mismos, colocando al humano.

Asistimos hoy – de forma mistificada – a la dominación del proletariado en tanto que clase.
Mistificación, porque es el ser inmediato del proletariado el que domina y sostiene al capital: “Al
añadir un nuevo valor a lo antiguo, el trabajo conserva y perpetúa al capital” (Grundisse). Para Marx
esta dominación sólo podía ser la de la mediación, es decir, la clase para sí misma, la clase que tiende a
dominar el proceso económico-social para facilitar su desarrollo comunista.

Es gracias al fascismo que el capital ha logrado su acceso a la dominación real, aquella en la que
domina en su aspecto laboral. El fascismo fue el movimiento necesario para que el capital destruyera la
fuerza del proletariado, un ser que el capital necesita para realizar su proceso vital, de ahí la exaltación
del proletariado y la glorificación del trabajo por parte de los fascistas (el trabajo hace libre, escrito a la
entrada del campo de Auschwitz). Es por eso que el lenguaje fascista se ha generalizado a pesar de que
el fascismo es ahora un hecho del pasado.
El resultado del movimiento total es la producción de una clase universal, un proletariado numeroso,
proletariado en el sentido de: conjunto de hombres sin reservas (viejo proletariado + nuevas clases
medias). Es una clase universal porque forma la mayor parte de la población y porque ya no puede
reclamar un título particular sino un título humano. Es la clase universal de la que hablaba Marx en La
Ideología Alemana. El capital hace todo lo posible para evitar la unificación de esta clase al tender a
oponer a los trabajadores que tienen trabajo a los que no lo tienen, a los trabajadores extranjeros
(verdaderos proletarios) a los proletarios integrados de las metrópolis (en ambos casos se hace uso del
racismo), el de las nuevas clases medias a los obreros, finalmente impidiendo que los estudiantes, que
no forman una clase, jueguen un rol de enlace entre las nuevas clases medias y los proletarios.

En oposición, no se tratará de proclamar un frente único de todos los trabajadores, porque eso llevaría a
ahogar la pequeña minoría verdaderamente contestataria formada por quienes están fuera del proceso
productivo y que implícitamente plantean el comunismo, en la masa de quienes no tienen, por el
momento, la revolución comunista. Sólo mediante el choque entre estos dos elementos puede moverse
el segundo en el campo de la lucha del primero; desplazamiento facilitado por una crisis del capital y
que lo acentuará. Durante este choque, se producirá la conciencia de la fase revolucionaria.

El rechazo del trabajo, el trabajo asalariado, los medios de opresión, el modo de capitalización de los
hombres y la perpetuación del capital, es el elemento fundamental de la unificación de la clase
universal. Ya no se trata de reconstituir la vieja clase proletaria. Querer esto sería querer detener lo que
Marx consideraba la gran tarea del siglo XIX: la destrucción del proletariado. En este sentido, El
Derecho a la Pereza de P. Lafargue, como rechazo del derecho al trabajo, es el primer momento
esencial en la demanda de actividad humana liberada, obrando a partir de la apropiación de los
productos de todo el mundo, la actividad humana pasada.

En un periodo de la dominación formal del capital, la revolución apareció dentro de la sociedad misma:
la lucha del trabajo contra el capital; ahora se está manifestando, y lo hará cada vez más, afuera. La casi
totalidad de la sociedad capitalista, es la lucha tanto contra el capital como contra el trabajo; los dos
aspectos de la realidad; es decir, el proletariado debe luchar contra su propia dominación para poder
destruirse a sí mismo como clase y destruir el capital y las clases.

Una vez asegurada la victoria a escala mundial, la clase universal que realmente se constituyó
(formación del partido según Marx) durante el vasto proceso que precedió la revolución, en la lucha
contra el capital y que fue psicológicamente transformada y transformada la sociedad, desaparece, ya
que deviene humanidad. No hay más grupo aparte de ella. El comunismo se desarrolla entonces
libremente. Ya no existe un socialismo inferior y la fase de la dictadura del proletariado se reduce a la
lucha por destruir la sociedad capitalista, el poder del capital121.

Diciembre 1970

121 He conservado el título original de este último capítulo aunque no es el adecuado. Hubiera sido mejor poner Adiciones
en lugar de Notas. De hecho, lo planteado tiene como objetivo completar y aclarar el contenido de lo que precede. (Nota
de Mayo de 2009)

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