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Los expertos evalúan el riesgo desde estos tres conceptos, los dos primeros (amenaza y
vulnerabilidad) denominados factores de riesgo y el tercero como lo que se pretende
anticipar. “La magnitud de los impactos esperados de un evento, si el mismo ocurriera,
y la probabilidad del evento y sus consecuencias asociadas, se evalúan en el contexto de
los controles existentes. Las consecuencias y probabilidades se combinan para producir
un nivel de riesgo. Estos impactos y probabilidades se pueden estimar utilizando
análisis y cálculos estadísticos o alternativamente estimaciones subjetivas que reflejan el
grado de convicción de un individuo o grupo de que podrá ocurrir un evento o resultado
particular” (Estándar Australiano de Administración de Riesgos, AS/NZS 4360:1999).
Peligro y riesgo
Las acepciones de peligro y riesgo son controvertidas. En el campo que nos concierne los
intentos de definición de riesgo y peligro empiezan de modo paralelo al nacimiento en los años
50 de la nueva subdisciplina del riesgo social.
La mayoría de las idiomas (por ejemplo en inglés :hazard y risk) así como de los investigadores
sociales (Kaplan y Garrick; Kates y Kasperson; etc.)les diferencia entre sí, identificando el
peligro con la fuente de daño, y el riesgo como la probabilidad potencial de materialización de
ese daño. En esta misma línea, las Naciones Unidas aconsejan tratar el riesgo como concepto
estadístico de frecuencia o probabilidad de daños o efectos indeseados.
En el uso común del español, se permite tratarlos como sinónimos, pero no porque signifiquen
lo mismo, sino por una licencia de extensión semántica debido a su contigüedad o continuidad.
De hecho, el término riesgo en su forma verbal puede ser reflexivo y auto-referente al propio
sujeto (arriesgarse); esta posibilidad gramatical no se contempla para el peligro porque este
tiene su origen siempre fuera del sujeto.
En una inter-relación entre dos existencias, los peligros son efectos indeseados o dañinos para
una de ellas producidos por cualidades o atributos de la otra.
En el mundo de lo vivo o social, las existencias han desarrollado instrumentos sensibles para la
detección de carga de daño potencial derivado de fenómenos, acontecimientos o presencias
infaustas. Dichos instrumentos sensoriales pueden ser innatos o culturales.
La percepción del potencial daño, que una existencia puede sufrir en su ser o sus bienes, a
través de estos órganos o instrumentos sensibles, es el peligro.
Existen pues dos tipos de peligro. El peligro subjetivo como resultado de la percepción propia
de la existencia afectada y el peligro real de daño que existe por si mismo en las relaciones de
naturaleza, con independencia de que la existencia expuesta lo perciba o no.
El peligro es un efecto indeseado derivado de la relación con algo externo al sujeto, es por
tanto heterónomo. Tiene su génesis fuera del sujeto.
Esta fase del proceso secuencial que estamos analizando es lo que conocemos por riesgo.
Mientras el peligro como percepción se presenta en las inter-relaciones entre elementos en los
tres estadios de la naturaleza, el riesgo como evaluación o calculo es potestativo del orden de
lo racional, y en el campo que nos ocupa es decir el riesgo social será además potestativo de lo
político.
- Una, que el riesgo no es una percepción, sino una evaluación. Lo que se percibe es el peligro.
Es curioso que esta distinción entre riesgo y peligro sea aceptada por la mayoría de los
investigadores del tema para a renglón seguido utilizarlos como sinónimos y confundirlos. Esta
libre y confusa utilización que hacemos de los términos peligro y riesgo en su acepción literaria
como sinónimos, sin decantarlas en el lenguaje científico como significantes de dos fases
distintas de un proceso conlleva que gran parte de las investigaciones teóricas y de campo
realizadas como estudios de la "percepción del riesgo", lo que estudian en realidad es la
percepción del peligro (Kaplan y Garrick, "On the Quantitative Definition of Risk". 1981)
- Otra conclusión, es que la fuente u origen del peligro y del riesgo no son coincidentes sino
que son respectivamente fenómeno y existencia expuesta, es decir los dos extremos de la
relación. El origen o la causa de un peligro como fuente potencial de daño es un fenómeno
determinado, es externo al sujeto. Pero el riesgo o probabilidad de que ese peligro suponga un
daño, no depende ni es consecuencia directa del fenómeno, sino del nivel voluntario de
exposición al mismo, es interno al sujeto.
En las primeras, las sociedades son expuestas a peligros ineludibles donde no existe la
posibilidad de renunciar a su afrontamiento y por tanto no ha lugar a calculo de riesgo alguno.
En las segundas el afrontamiento de los peligros es voluntario y su asunción depende de una
evaluación de riesgo y en su caso, su aceptabilidad.
La asunción de un riesgo es una situación en la que la sociedad se pone en peligro a sí misma
(Ulrich Beck: La sociedad del riesgo). Esto es importante para poder entender algunas de las
claves del rechazo social a algunos aspectos del desarrollo de la energía nuclear así como
hacernos ver los déficit de las metodologías de investigación más comunes, como por ejemplo
los estudios comparativos entre radioactividad natural y radioactividad industrial: La primera es
un peligro exclusivamente, está ahí y punto, mientras que la segunda al ser un peligro eludible
supone un riesgo. Intentamos comprender y estudiar la aceptabilidad del riesgo en base a las
fuentes de peligro, incluso confundiéndolo con el mismo, lo que se llama clasificación
fenotípica, por lo que no solo adelantamos poco en su esclarecimiento, sino que además se ha
embolicado de forma farragosa su comprensión. Actuamos como el despistado que busca sus
gafas sin percibirse que las lleva puestas; el riesgo es una cualidad intrínseca a las existencia
que se exponen a si mismas en situaciones de peligro.
Ante esta situación de desencuentro, las ciencias se han explicado argumentando que las
decisiones de la sociedad y los individuos son subjetivas, erróneas e irracionales, que es lo
mismo que decir , que si la realidad no coincide con la teoría, es porque la realidad está
equivocada. Pero lo cierto es que los pretendidamente racionalistas "objetivos" trabajan con un
numero muy restringido de variables mensurables lo que nos lleva a un reduccionismo del
problema, mientras que individuos y sociedad incorporan variables culturales, de justicia,
equidad, de status y roles, etc., muy difíciles de incorporar al pensamiento racionalista de los
ciencias objetivas ( Douglas 1985, Fischoff 1980, Kasperson 1980, etc.).