En un lugar muy muy lejano donde la nieve lo cubre todo
y detrás de unas montañas rocosas existe un bosque lleno de grandiosos árboles, sonoros ríos y animales de todo tipo viven alegremente superando las dificultades diarias. Kid es un pequeño castor de pelaje castaño y ojos grises que nació a finales del invierno. Sus primeros días transcurriendo en la pequeña madriguera de palitos y barro construida por sus padres el otoño anterior. Esta tenía una gran alfombra de virutas y dos agujeros que eran las salidas hacia el mundo exterior poco a poco Kid aprendió a moverse, una mañana nada mas abrir los ojos, noto como una pequeña brisa se colaba en la madriguera y tuba una necesidad imperiosa de ver que había fuera, cuando se disponía a salir se escurrió por un agujero llegando a un montón de ramitas de abedul, buceo hacia la superficie y cuando salió vio un enorme roble reflejado en el agua. El primer baño del pequeño castor fue maravilloso, jugaba y nadaba contemplando el mundo que le rodeaba. Cuando se cansó exploro el estanque, que era enorme, una de las orillas estaba llena de robles y la otra orilla del estanque estaba repleta de sauces. Cuando los grandes castores vieron a los demás castores le invitaron a ir al bosque y al ver la cara de asombro de kid, los castores le explicaron cómo se viví en el. --Nuestra vida depende de este gran bosque—dijo Lekes—de él nos alimentamos, al igual que otros animales. --¿de estos grandes palos? – pregunto kid. -- si, de estos árboles. También los utilizamos para hacer nuestras madrigueras. --¡ah! Ahora comprendo, aquel montículo de trozos de madera que sobresale del estanque, es nuestra acogedora madriguera. --¿y esos troncos que van de orilla a orilla son también madrigueras? El gran castor sintió por la ocurrencia del pequeño castorcillo: --no, eso es un presa, o dique, la cual sirve para retener el agua y mantenerla al mismo nivel durante todo el año. Hace ya algún tiempo que la construimos entre todos nosotros, cuando formamos la Colonia. Lekes les explico lo que era una presa mientras kid contemplaba el estanque. Por la parte baja se encontraba la presa y por el otro estaba el rio que alimentaba de agua el estanque. --¿y esa agua tan larga, que es? Pregunto kid --es el rio, nuestro Gran Hermano. Gracias a él los castores podemos vivir, y no solo nosotros, si no todos nuestros hermanos, los animales y las plantas del bosque. Cuando volvieron estaban todos trabajando en equipo --¿Qué están haciendo? Pregunto kid, sorprendido, al ver que todos trabajaban juntos alegremente-- ¿y por qué todos trabajan juntos? --Aquí en la Colonia, compartimos todo, el trabajo, los juegos y hasta la comida, somos una gran familia a la que ahora también perteneces tú—le contestó Keeo. Todos los demás castores cuando vieron al nuevo miembro enseguida fueron a recibirle y a enseñarle lo que estaban haciendo. Así fue como el pequeño castor comenzó a conocer la Colonia y el bosque. A su vez todos los castores se alegraron de tener un nuevo amigo con quien compartir los juegos y aventuras.