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Reglas del juego

5.1. Al empezar se da a cada jugador dos cartas de Paso.
5.2. Cada jugador elige un peón y lo coloca en uno de los cinco soles son-
rientes situados en el tablero del juego.
5.3. El jugador más pequeño comienza el juego lanzando el dado y mo-
viendo su peón a partir del punto de comienzo hacia la punta más
próxima de la estrella en el sentido de las agujas del reloj.
5.4. Cuando un jugador llega a una casilla en blanco, toma una carta, la
lee y responde a lo que en ella se plantea. Si el jugador está en la zona
verde de la estrella (Afrontar) toma una carta verde, y así sucesiva-
mente. Cualquier tentativa de responder por parte del jugador se le
recompensa con una ficha del mismo color. El objeto del juego es ga-
nar tres fichas de cada punta de la estrella (3 fichas de cada color) y
después terminar el recorrido del sendero de la estrella que hay en el
centro del tablero para conseguir una estrella plateada.
5.5. Cuando un jugador llega a una estrella fugaz puede saltar hasta otra
estrella fugaz o permanecer en el lugar.
5.6. Las cartas de Paso se pueden utilizar para saltar un turno o para saltar
a un sol sonriente en otro punto de la estrella si el jugador ha ganado
ya tres fichas de recompensa en su punta actual de la estrella.
5.7. Cuando un jugador ha ganado tres fichas en cada punta de la estre-
lla, mueve su peón al principio del sendero de la estrella que hay en
el centro del tablero del juego. Cada vez que lanza el dado mueve su
peón y toma una tarjeta púrpura de Afirmación, que es leída en voz
alta por el terapeuta o por otro jugador. Cuando un jugador termina el
sendero de la estrella central, recibe una estrella brillante plateada,
que sirve como un recordatorio de las nuevas habilidades de afronta-
miento que ha adquirido.

6 Observaciones
Adiós tristeza se juega en grupo. Pueden jugar un terapeuta y entre uno
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y tres niños. Cuando se juega con niños pequeños es conveniente que las
cartas sean leídas por el propio terapeuta en vez de dejar que lo hagan los
niños.

El juego dura aproximadamente 45 minutos y requiere el uso de lápices

y papel para dibujar. El juego puede acortarse o alargarse según lo que el
terapeuta considere conveniente, simplemente reduciendo o aumentando
el número de fichas que deben ganarse en cada punta de la estrella. Copyright original © 1998 by WPS, Western Psychological Services, Los Angeles, CA, USA.
Copyright de la adaptación española © 2005 by TEA Ediciones, S.A.U., Madrid, España.
Todos los derechos reservados. Prohibida la reproducción total o parcial.
Este juego contiene algunas piezas pequeñas y, por tanto, debe conser-
varse fuera del alcance de los niños menores de 4 años.

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1 Materiales necesarios
• Tablero
• 6 juegos de cartas (entre 30 y 33 cartas cada uno)
• 16 cartas de Paso
• 1 dado
• 100 fichas de premio
• 4 peones
• 1 hoja de estrellas brillantes
2 Edad
El juego está previsto para niños y adolescentes de 6 a 18 años.
En algunos casos será conveniente que el terapeuta adapte algunos
aspectos del juego a la edad y nivel cultural de los sujetos participantes
en cada grupo de terapia, por ejemplo, el lenguaje de algunas de las
cartas, los juegos a desarrollar, la duración del juego, etc.
3 Objetivo del juego
La vida es cambio, evolución, y el cambio a menudo implica pér-
didas. Para los niños, la pérdida puede presentarse en forma de la
enfermedad o la muerte de un miembro de la familia, de un amigo o de
un animal doméstico. Puede también deberse a un cambio en la for-
ma de vida, como en el caso de un cambio de residencia, un divorcio o
un cambio en la situación de custodia. Cualquiera que sea la causa, la
pérdida de un niño no debe ser desconocida ni menospreciada.
La pena en los niños es a menudo menos obvia que en los adul-
tos. Los niños tienden más a buscar compensaciones en la acción, a
bromear sobre el asunto, a negar la realidad y a ocultar sus sensacio-
nes. Por lo tanto, es especialmente importante que los niños tengan la
oportunidad de expresar y de entender las sensaciones relacionadas
con la pérdida.
El juego Adiós tristeza ha sido concebido para facilitar a los niños
tal oportunidad. El tablero del juego representa el ciclo básico de la
naturaleza que, como el ciclo de la pena, evoluciona desde una inten-
sidad tempestuosa a una calma relativa.
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Las tarjetas del juego tratan varias de las facetas del duelo y ofre-
cen a los niños diversas vías para explorar sus sentimientos y trabajar
sobre los procesos relacionados con el duelo y la pérdida. El juego les
ayuda a superar su pena en un ambiente abierto, de apoyo y de aten-
ción personal.
La experiencia acumulada con el tratamiento del duelo en grupos
de niños demuestra que tanto los participantes como los terapeutas
han considerado que este juego es de gran utilidad.
4 Las cartas
• RECUERDOS. Estas tarjetas azules ayudan a que los niños compar-
tan sus recuerdos, apoyándose en los agradables y estudiando
con la ayuda del terapeuta los que puedan implicar sentimientos
de culpa, remordimientos u otros sentimientos conflictivos no bien
resueltos.
• IMAGINACIÓN. Estas tarjetas amarillas proporcionan al terapeuta
la oportunidad de enseñar las habilidades básicas de la relajación
y la visualización, introduciendo a los niños en las conexiones bá-
sicas existentes entre el cuerpo y la mente.
• AFRONTAR. Estas cartas verdes sirven de ayuda a los niños para
analizar sus sentimientos e identificar sus propias estrategias de
afrontamiento.
• JUEGOS. Estas tarjetas rojas están pensadas para dar a los niños
una ocasión de distraerse del trabajo intenso, y muchas veces
doloroso, que implica el proceso de duelo, y de disfrutar con los
efectos terapéuticos de la risa.
• SENTIMIENTOS. Estas tarjetas anaranjadas permiten que los niños
expresen cualesquiera sensaciones que puedan tener sobre su
pérdida. Cuando esas emociones se reconocen y se aceptan, la
pena resulta más manejable.
• AFIRMACIÓN. Estas tarjetas de color púrpura están destinadas a
reconocer los esfuerzos hechos por los niños para compartir su
pena. Los niños aprenden a reforzarse unos a otros mediante el
elogio verbal.
• PASO. Estas cartas blancas permiten que los niños salten determi-
nadas preguntas que no desean contestar. El empleo de las cartas
de “Paso” puede alertar al terapeuta sobre problemas que el niño
trata de ocultar o a los que opone resistencia.
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