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Gestión de Procesos de Comunicación

Unidad 3 – Paso 4 – El animal comunicante


 
 
 
 
 
Entregado por: Ana María Torres Jiménez - 52515028
 
 
 
 
 
 
 
Tutor: Fredy Alexis Rodríguez
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Universidad Nacional Abierta y a Distancia UNAD
Maestría en Comunicación
Bogotá, noviembre de 2020
 
Contenidos:

1. Preliminares

1.1.  Título: Cómo se perpetua la discriminación verbal hacia la mujer por


medio del uso comúnmente aceptado de refranes que incluyen estereotipos de
género por parte de los bogotanos. 

1.2. Autor y filiación institucional.

1.3. Palabras clave: Estereotipo de género, discriminación, discurso histórico,


estereotipo sexual, discriminación sexual. 

2. Introducción

En la cultura colombiana es común el uso de refranes por parte de las personas para
explicar sus puntos de vista, enfatizar ideas o sencillamente para generar un ambiente
distendido en las conversaciones. Sin embargo, en algunas ocasiones estas expresiones
contienen estereotipos de género que afectan a las mujeres en sus derechos.

El uso comúnmente aceptado por los bogotanos de refranes que incluyen estereotipos de
género perpetúa la discriminación verbal hacia la mujer, debido a que los mensajes que
contienen se transmiten de persona a persona y se difunde su utilización en diversos
contextos. Los estereotipos de género que están inmersos en estos mensajes son
introducidos de manera irónica o con supuestas “frases sabias” que complejizan la
visibilización del fenómeno violento y contrarrestan la respuesta. 

Por esta razón, las paremias, proverbios o frases que contienen estereotipos de género
son utilizadas por hombres y mujeres, sin precaución sobre el contenido del mensaje o
la afectación que pueda generar. La falta de el reconocimiento necesario sobre los
efectos del estereotipo de género que conlleva cada frase y sus efectos es lo que
incrementa la aceptación y la utilización de este. El reconocimiento de la presencia de
violencia sexual en los contenidos cotidianos es necesario para eliminar o reducir el uso
de paremias, proverbios o frases que discriminan a las mujeres.

Para comprender el alcance del presente trabajo es importante establecer: (i) que
estamos comprendiendo por refranes y (ii) a qué nos referimos con ese uso comúnmente
aceptados de los mismos. Todo ello con la finalidad de (iii) fijar la pregunta de
investigación que guía este trabajo y nuestro objetivo.

2.1. De los refranes

Las paremias, refranes o proverbios son propios de todas las sociedades a lo largo de la
historia. La llamada “filosofía vulgar” o “sabiduría popular” es atribuida a las clases
más humildes, que traían consigo mensajes de tipo práctico en cuanto a elementos
laborales o instrumentales, y también de tipo moral, que son los que más han
permanecido en las comunidades y los individuos a través de la tradición oral (Combet,
2020). Su objetivo es informar al oyente sobre situaciones cotidianas o entregar
precauciones que le sirvan de soporte sobre la vida práctica. Adicionalmente, también se
les atribuye la función de entregar un mensaje de rebeldía frente a hechos políticos,
sociales, económicos, religiosos entre otros temas de similar importancia. 

Los humanistas, en el siglo XVI, los elevaron al nivel de evangelios breves, con el fin
de contrarrestar el poder de la iglesia. Sin embargo, en el siglo de las luces fueron
menoscabados por el pensamiento materialista, racional y lógico de los filósofos y
estudiosos de la época. Desde entonces se le atribuye el uso de paremias al vulgo y a las
personas ignorantes, indicando que estos tienen como fin tergiversar el conocimiento y
dañar la mente del pueblo. 

“Para el espíritu de las luces, el adversario, ciertamente, sigue siendo la iglesia


católica; pero también, en adelante, lo que se designa con el nombre de
oscurantismo, o sea las falsas creencias y las supersticiones siempre vivas en la
mente de la masa ignorante.” (Combet, 2020)

Esto debido a la informalidad y el lenguaje simple en el que se construyeron los


refranes, a los que además se les reconoce como anónimos, tradicionales, verdaderos,
vulgares, metafóricos, y tienen características métricas libres, de rima y acento. Son
construcciones verbales de la tradición lingüística que se transmiten de forma oral y se
van transformando para responder a la realidad actual de cada cultura. (Fernández
Poncela, 2011). Aunque en diferentes periodos de la historia, como el siglo de las luces,
las revoluciones de Marx, Hegels, los Zares y otras formas de gobierno dictatoriales en
todo el planeta, se luchó por erradicar el uso de refranes, su vigencia no se ha perdido.
(Combet, 2020) Según los datos encontrados por Ana Fernández Poncela, algunos se
han modificado para incorporar el lenguaje actual, sin dejar de lado el estereotipo de
género.  

“Pero además para quien considere que los refranes ya no se usan tanto les
mostramos algunos de nueva data donde se percibe cierta reiteración del
estereotipo y rolfemenino tradicional en perfecto estado de salud actual.

“Esposa con blog no hace comida”

“La esposa con chat, el marido a Pizza Hut”

Nos detenemos aquí, sin embargo, los ejemplos en el mismo sentido son
innumerables.” (Fernández Poncela, 2011)

Así, de un país a otro también sufren modificaciones para que sean comprendidos y
aceptados. La tradición oral es un elemento fundamental de la formación del hombre,
que alrededor del conocimiento de los mayores van tejiendo redes de conocimiento que
serán retransmitidas posteriormente a las nuevas generaciones. 

“Pero este interés por instruir, formar o adoctrinar tiene su origen en la literatura
oral, la literatura tradicional que se ha transmitido a lo largo de los años de
padres a hijos, a través de cuentos, refranes, sentencias, canciones... que se oían
tanto en las plazas como alrededor del fuego en las cocinas.” (Etxaniz, 2011)

Los cambios realizados a estas expresiones del conocimiento popular, que fueron
adoptadas en cada comunidad, responden a la necesidad de eliminar elementos violentos
o de contenido explícito en temas sexuales, para que tuviera una mayor aceptación por
los individuos más educados. (Etxaniz, 2011). Sin embargo, con el paso del tiempo, la
minimización de ese carácter violento u ofensivo ha disminuido y las paremias se han
tornado nuevamente violentas y vulgares, pero como las expresiones verbales cotidianas
que ofenden o discriminan a las mujeres son consideradas parte de la cultura popular y
utilizadas de forma frecuente, se van normalizando en las narrativas de la comunidad.
Esta situación se refleja en todas las regiones del país, como es el caso particular de los
habitantes de la región caribe y sus “piropos”.  

“Dado que, en el panorama de su habla, virtudes y defectos del hombre caribe,


subyacen expresiones de la cultura popular tipo grafiti, que reflejan en alguna
medida su identidad mítica en torno al trato con la mujer, la expansión
desmedida del espíritu o incluso una desbordada emoción, podría pensarse que
son manifestaciones de los estados de ánimo o de la personalidad. La identidad,
según Araujo (2005), tomando las palabras de (Hall, 1990) se articula en el plano
discursivo, en el lenguaje, pues “Las identidades culturales son los puntos de
identificación, los inestables puntos de identificación o sutura, los cuales se
constituyen dentro de los discursos de la historia y la cultura. No una esencia,
sino una posición” (pp. 225-226). La identidad en el lenguaje se puede percibir
en expresiones como estas: 

Un piropo callejero caribeño:

¡“Plancho, barro, trapeo y aguanto cacho”! Con esta expresión se quiere decir
que el hombre soportaría cualquier clase de oficio con tal de tener a la mujer. 

¡“Uy, flaca regálame un hueso”! Cuando la mujer es esbelta y alta de estatura se


le expresa lo siguiente:

¡“Te equivocaste, el reinado de la belleza es en Cartagena”! 

¡“Uy, nena que pocotoooón”! Aquí́ el hombre se refiere a los glúteos de la


beldad que pasa al lado suyo.” (Mejía Mendoza & Espinosa Patrón, 2012)

Sin embargo, el contenido discriminador y violento contra las mujeres es considerado


lúdico y jocoso, como lo observamos en diferentes estudios. El autor Mario García-Page
se refiere a refranes que fueron estudiados por él, con estereotipos de género, como
“paremias convertidas en chanzas”. Entre ellas encontramos: 

“(…) La mujer es pavo real en paseo; pega reborda en familia; y paloma en


cuchicheo, 42805; La mujer y el horno, por la boca se calientan,42848; A la
mujer y al can, el palo en una mano y en la otra el pan, 42918; De quince [años],
codorniz; de veinte, perdiz; de treinta, vaca, y de cuarenta, caca [piltraca,
urraca], 42972; La mujer en la iglesia, sania; ángel, en la calle; búho, en la
ventana; en el campo, cabra; y en su casa, urraca,43068; La media y la mujer,
por un punto se suelen perder, 43182; Muchas hay de los brazos mancas y ágiles
de las ancas, 43280; Ir romera, y volver ramera, 43298; La mujer y la picaza,
cuanto oye echa en la plaza, 43527; Más trazas inventa en cinco minutos una
mujer, que el diablo en un mes,(...)” (García-Page, 1993)

Los refranes, paremias, proverbios o adagios son catalogados como elementos con un
“valor cultural incalculable” (Manzanedo, 1962), que pueden transmitir conocimientos,
experiencias y esa “sabiduría popular” que aplicada en la práctica resulta útil y
constructiva. 

2.2. Uso Comúnmente aceptado

Común es un término que proviene del latín commünis, cuya etimología se refiere a lo
que es “compartido” y a aquello que es “comunal” o comunitario, según la Real
Academia de la Lengua Española. Es decir, lo común es algo que integra a más de un
individuo, o que es compartido por diferentes personas de una misma agrupación. El
elemento de aceptación común es una afirmación del imaginario colectivo de las
concepciones culturales que se desarrollan al interior de una sociedad. Esto implica
actividades, conceptos, costumbres y escenarios comunes, en los que se desarrolla la
vida de dicha comunidad. 

Los refranes, como lo vimos anteriormente, se construyen al interior de las comunidades


y son aceptados como parte de la “sabiduría popular” que mana de la experiencia y el
conocimiento de sus individuos. Esa aceptación común de frases, dichos, refranes o
paremias, integran un significado de la expresión que puede no ser aceptado de forma
general. 

“Es aceptada, comúnmente, la afirmación de que el ser humano es un ser


consciente de sus acciones, no obstante, por más que se comprenda que es el
único inmerso en un contexto histórico, social y cultural, en donde surgen
sentidos y significados, existen corrientes de pensamiento que no pocas veces
entran en conflicto con esta opinión, alegando que los motivos biológicos son la
mejor explicación para una comprensión científica del comportamiento
humano”. (Orrú, 2012)

La creación de un mensaje busca recepción, aceptación y uso por parte del emisor
(Mata, 1985). Si el mensaje logra estos tres elementos en medio de una comunidad, será
replicado de un individuo a otro, lo que hace que su uso se acepte y replique. De la
repetición del mensaje dependerá que sea aceptado y adherido al imaginario cultural.

“Es por esto por lo que, en las conversaciones cotidianas, la emisión de mensajes
orales tiene un alto grado de redundancia, es decir, el mismo mensaje es
formulado varias veces con pequeños cambios, hasta que el receptor lo reciba
completamente.” (Amodio, 2006)
  
Cuando se habla de uso común y aceptación de mensajes, esto se fundamenta en la
tradición oral que se alimenta de mensajes utilizados por los individuos de una
comunidad y que hacen parte de la cultura popular de esta. Estos mensajes se
transforman con los individuos y van formando parte de la memoria colectiva, que
trasciende los tiempos y se arraiga en el acervo cultural de las sociedades. 

“La tradición combina la reproducción y la mutación. La variabilidad de la


tradición oral es actualización y creación continua mnémica. La memoria tanto
colectiva como individual a la que se refiere es una memoria también activa que
revela un funcionamiento cambiante y creador. En ese sentido el pasado no es
estático, está siempre en permanente reelaboración.” (Zires, 1999)

Si los refranes son, de suyo, mensajes de creación propia de las comunidades, que
buscan expresar esa llamada “sabiduría popular”, y son de uso comúnmente aceptado,
podemos decir entonces que estas paremias o refranes se convierten en un elemento
tradicional de los pueblos, y, por tanto, su utilización trasciende las generaciones y las
modernizaciones lingüísticas. Con parte del folclore y se arraigan en el lenguaje
colectivo, que pasará de una generación a otra. 

2.3. Pregunta de investigación

En este marco de comprensión se ubica el presente trabajo, el cual busca entender cómo
los estereotipos de género que están presentes en los refranes usados comúnmente por
los bogotanos ayudan a perpetuar los ciclos de discriminación verbal hacia las mujeres.

Así, la pregunta central puede sintetizarse: ¿La discriminación verbal hacia las mujeres
se perpetua por medio del uso culturalmente aceptado de refranes que contienen
estereotipos de género?

3. Resultados

3.1. Resultados encuesta

A partir de los instrumentos de investigación utilizados, especialmente de la encuesta y


la investigación documental, encontramos como resultados: (i) comparativos sobre uso
de refranes y percepción de discriminación – Datos aunitativos) (ii) debate teórico de
cómo se llega a los estereotipos de género; y (iii) documentación de la violencia verbal
a traves de dichos populares, como forma de violencia contra la mujer.

Los encuestados fueron 56 personas del género masculino y 54 del género femenino. En
la primera pregunta encontraron 4 refranes y frases que utilizan estereotipos de género.
Se les preguntó si las han utilizado o han escuchado que otras personas las utilicen.
El 53,6% de los encuestados afirman haber escuchado o dicho la primera frase de la
encuesta: “a las mujeres les gusta que les peguen”; el 24,5% han escuchado o utilizado
la segunda “No le pegue tanto a su mujer, porque después no se la puede quitar de
encima”; el 85,4% utilizaron o escucharon la tercera frase: “porque te quiero te
aporreo”, 62,7% ha escuchado o dicho la cuarta frase: “las mujeres se visten como
cualquiera, por eso se ganan lo que les pasa”. Solo una de las frases está por debajo del
50% de reconocimiento, es decir que más de la mitad de los encuestados ha escuchado o
dicho frases con estereotipo de género.

Aunque la mayoría de los encuestados (89 personas) consideran que estos refranes o
dichos no pueden ser atribuidos a la sabiduría popular, aún existe un grupo de personas
(21 participantes) que atribuyen mensajes con estereotipos negativos al conocimiento
que una comunidad transmite a sus afiliados. Sin embargo, cuando frente a la pregunta:
“En una escala de 1 a 5 califique si estos dichos tienen un mensaje discriminador” el
85,5% de los encuestados, es decir, 94 personas, consideran que estos mensajes son una
forma de violencia, y el 14,5% restante va restando gradualmente importancia al
estereotipo de género que está implícito en el mensaje.

En la siguiente pregunta se utilizaron 7 refranes más. La respuesta frente al primero de


ellos: “Caballo, mujer y escopeta a nadie se le presta” indica que el 71,8% de los
encuestados no lo ha utilizado o escuchado; el segundo: “animales ingratos, las mujeres
y los gatos” no es reconocido por el 84,5% de los encuestados; Frente a la tercera frase:
“cuando no hay más con mi mujer me acuesto”, el 81,8% de los encuestados manifiesta
haberla escuchado o utilizado; la cuarta frase: “eso fue que se lo dio al jefe” es
reconocida por el 75,4% de los entrevistados, quienes afirman haber escuchado o dicho
esta expresión; el 91,8% de los encuestados ha escuchado o dicho la frase: “mujer que
no jode es hombre”; frente a la frase “mujer tenías que ser” un 72,7% de los
encuestados manifiesta conocerla o haberla utilizado; el 35,4% de los encuestados
expresa que han escuchado o utilizado la frase “mujer tenías que ser”.

Consistente con los resultados de la pregunta anterior, hay 21 personas que le atribuyen
estas frases a la sabiduría popular.
Sin embargo, se reduce el número de personas que consideran que estas paremias tienen
estereotipos de género negativos y que pueden prestarse para discriminar a las mujeres.
El 80% de los encuestados piensa que el mensaje discrimina, 5% menos que en la
pregunta anterior, y quienes consideran que no genera ningún tipo de discriminación se
eleva de una a dos personas. Ante este grupo de frases, un 20% de los encuestados van
reduciendo paulatinamente su opinión frente a la discriminación que podrían generar
estos mensajes.

Con este nuevo grupo de frases encontramos un mayor reconocimiento por parte de los
entrevistados, y al mismo tiempo una mejor resistencia frente al mensaje.
Ante la primera frase: “Si sabe cocinar, ya se puede casar” , el 81,8% de los encuestados
manifiesta conocerla o haberla utilizado; la segunda frase: “Los hombres en la cocina
huelen a rila de gallina”, el 61,8% expresan que la utilizan o la han escuchado en otras
personas; el 93,6% escucharon y utilizaron la frase “Lloras como niña”; el 97,2% han
escuchado o utilizado la frase “Detrás de un gran hombre hay una gran mujer”; con
respeto a la frase “Deberías ser un poco más femenina”, el 78,1% de los encuestados ha
dicho o escuchado que se menciona; con respecto a la frase "No hay como la mamá para
criar los niños”, 76,3% de los encuestados expresa que la ha escuchado o dicho.

31 personas del total de encuestados creen que estas frases provienen de la sabiduría
popular, 7 personas más que en la pregunta anterior. Puede notarse una reducción en la
en el número de personas que catalogan estos mensajes como discriminadores, (73
frente a los 88 que afirmaron que el mensaje discrimina en la pregunta anterior) y que
los encuestados que van reduciendo su percepción frente a la discriminación del
mensaje aumenta.
Solo 14 de los encuestados (12,7%) afirman no haber escuchado alguna frase que tiene
implícito un estereotipo de género. Significa que 96 personas si tuvieron algún tipo de
acercamiento a este tipo de mensajes que se introducen por medio de paremias, refranes
o dichos.

El 56,3% de los encuestados afirma que es frecuente o muy frecuente el uso de refranes
con mensajes específicos hacia la población femenina en la capital del país. Tan solo 9
personas consideran que no es frecuente su uso. En cuanto a la afectación que producen
estos mensajes, las cifras son interesantes.
Aunque el 49% de los encuestados son mujeres, el 64,5% se ha sentido afectado de
alguna forma por comentarios con estereotipos de género. 17 hombres afirman que ellos
se sienten maltratados cuando se utilizan este tipo de mensajes.
 

Se le pidió a los encuestados una breve explicación frente a la sensación de afectación


que producen estos mensajes en ellos y estas son las respuestas que aportaron:

- Siempre ponen a la mujer en desventaja o menos valor.


- Porque muchas veces generalizan a las mujeres, como si todo el tiempo
estuvieramos solo para cocinar y estar en la casa
- Convivimos en una sociedad machista, donde la mujer es vista como objeto,
donde es subestimada en el ámbito profesional cultural, deportivo y sobretodo
en el familiar. Aun se ven las familias donde el hijo hombre es mas importante
que la mujer
- Nada justifica ninguna expresión de maltrato
- El que anoté lo recuerdo porque me parece especialmente ofensivo contra las
mujeres
- Los he escuchado y leído en diversos contextos
- No me gusta la forma en que tratan a las mujeres en Colombia, las denigran de
una forma terrible y están muy arraigadas las costumbres machistas y los
comportamientos que debe tener. Esto debe cambiar para que haya una
igualdad.
- No me ha afectado
- Porque mi padre nunca se refirió así con mi mamá ni con nadie, por esto nunca
el irrespeto hacia mi esposa ni a ninguna mujer.
- Se minimiza al género
- Cuando manejan mal carro y dicen: tenía que ser mujer
- Es discriminatorio, y está normalizado en la sociedad
- Se reprochan la autonomía para tomar decisiones personales
- Es incómodo
- Dado la violencia de la manifestación y la inactividad del sujeto receptor del
refrán.
- Por que creo respetarlas mucho
- No dejo que me afecte
- “Muy inteligente para ser mujer”
- Son solo refranes, no me siento afectada por lo que digan
- Genera humillacion e impotencia sin importar si se es objeto directo o no del
refrán.
- Porque aunque los escucho, entiendo que son generalidades de gente
ignorante
- Son agresivos y discriminatorios
- Porque siempre he sabido responder a esos comentarios
- La mujer es para la casa
- Con mi hija
- algunas veces, generalmente los negativos los desoigo
- Cuando tiene una connotación vulgar o marchistas
- Porque todos tenemos los mismos derechos.
- No he sentido discriminación por eso
- Porque expone la inferioridad asumida por mis semejantes al ser mujer, y
también demuestra la misoginia inmiscuida en la educación y cultura a la cual
pertenecemos.
- Porque tengo madre y hermana, además (sic) de compañeras y amigas
- Considero que no hay tanto maltrato como se quiere indicar
- Cuando son ofendosos (sic)
- El lenguaje recoge momentos históricos y tiene argots, regionalismos y
nacionalismos, etc., pretender ESTANDARIZARLO, es una forma agresiva de
totalitarismo.
- Soy mujer y me han dicho cosas discriminatorias por ser mas hábil que un
hombre.
- No las comparto
- No siento que me afecten
- Simplemente por ser mujer lo catalogan a uno como bruta o cansona. Lo
utilizan para reprimir las emociones y sentimientos de las mujeres.
- El hecho de fumar debe ser solo para hombres
- Nunca he escuchado las frases que denoten justificación de violencia o
postulados inferiorizantes hacia las mujeres en conversaciones en las que yo
haya tomado parte. Las más violentas las escuché cuando yo era niño y en ese
entonces no me sentía afectado porque no había tomado conciencia sobre lo
normalizadoras de la violencia que pueden llegar a ser.
- Soy mujer, y me siento atacada
- Mi ambiente que me rodea no comparte refranes.
- A pesar de saber que no son ciertos, la forma despectiva, la intención y el
contexto logran afectar.
- Es incómodo escuchar esas palabras.
- En mi sentir, el refranero concibe a la mujer como un objeto o un complemento
del hombre, no como dadora y compañera de vida que merece admiración y
respeto
- Porque tengo madre e hija y no quiero que las traten así.
- Generalmente son refranes que degradan la existencia de la mujer como ser
humano.
- la sociedad es machista
- La crianza de mis padres fue muy machista, sin embargo, han hecho una
transición e intentan tratarnos como iguales a mi hermano y a mi. No
obstante, tienen más preocupaciones de que algo me suceda a mi por ser
mujer.
- Si, ya que en mi nucleo familiar hacen parte mujeres
- Una cosa es lo que las personas piensen o expresen y otra lo que yo siento
como mujer
- Muchas veces son comentarios en busca de un argumento cómico
- Algunas veces, porque son discriminatorios.
- El de severa niña, severa mujer
- Muchas veces son comentarios en busca de un argumento cómico
- No, ya que pienso que el hombre que actual mente piense y se dirija de esta
manera a una mujer tiene un pensamiento retrógrado, le faltan valores y por
eso mismo me da es pesar este tipo de personas
- No es personal pero si he visto que algunas personas usan esas palabras para
tener excusas a sus acciones o por tradiciones antiguas las cuales eran
machistas, siempre en los casos malos cuando un hombre agrede a una mujer,
el hombre usa excusas como: venía sola, se veía provocativa, tenía ropa corta, y
cosas como esas...
- Siento que las traten despectivamente
- Me he sentido Discriminada
- Me incomoda que estigmaticen a quienes comenten errores como que son
mujeres, por malas conductoras. Igualmente que juzguen a las mujeres como
fáciles por su forma de vestir.
- No es por descriminar en genero femenino pero las mujeres tiene (sic) un genio
que aveces no se controlan ellas mismas
- Porque puede ser que uno no se lleve bien con alguna persona y especialmente
de una mujer se le debe respeto.
- Son misogenos (sic)
- La exageración de genero (sic) también es un punto determinante que afecta
seriamente el relacionamiento social.
- Tengo hermana y mamá
- En el ámbito (sic) laboral, académico y personal
- No le presto atención a lo que dicen o piensan los demás, yo sé quién soy
- Cuando estoy con mis amigas o mi hermana, hay hombres que suelen decir
algunos de estos refranes que denotan una clara violencia contra la mujer. A
parte de ser incómodo para ella, me llena de ira y frustración el trato de
algunos hombres con ellas
- Muchas veces me han dicho que el estudio solo es para los hombres, pues
porque uno como mujer no necesita nada de eso porque lo único que debemos
hacer, es lavar.. (sic) planchar...cocinar...tener hijos, etc.
- Acosada
- No presto atención a esos comentarios
- Discriminada o sencillamente maltratada
- Me han obligado a ser más femenina no sé con qué finalidad, he tenido que
vivir subordinada por la sociedad laboral de mis padres porque para ellos vale
más la fuerza masculina y en la familia por el patriarcado además de ser
excluida por mis ideas independientes respecto a vanidad, familia y hombres
- Soy criado en una familia de una madre separada se lo fuerte, valiente, integro
(sic) e intelitente (sic) q son las mujeres. vi en los dichos uno q decia algo asi
como. los hijos son para las madres..... (sic) Como padre de una hija siento q
haría (sic) lo q fuera por su bienestar.... Pero he visto q mi esposa esta
dispuesta y presta hacer muchas mas cosas que yo pensaria q no son
necesarias.... Pero que solo una madre lo nota lo sabe y son capaz de luchar por
hacerlo…
- Es una forma despectiva de hablar de las mujeres, perpetua (sic) si estereotipos
- Todas las mujeres se han ganado su valor y respeto en muchas sociedades con
su ezfuerzo y grandes capacidades, no hay porque denigrar de ellas, y no me
gustaría que a mis amigas, a mi hermana o mi mamá, a ellas les debemos
muchas cosas y así a muchos les cueste, las mujeres son fundamentales en
cualquier sociedad.
- La codificación (sic) de la mujer como un objeto del que se puede hablar, sobre
el que se puede tomar decisiones o como si uno no estuviera de frente
escuchando, es una práctica normalizada por las mismas mujeres. No sólo lo he
vivido con "piropos" o "refranes" sino que probablemente yo haya reflicado
alguno de ellos sin percatarme. Ahora posiblemente cambio esos
comportamientos cada vez que los percibo, pero antes era algo más normal,
como si la violencia verbal no fuera violencia y como si la normalización del
machismo no fuera una responsabilidad de todos para acabarlo.

Se incluirá además la respuesta de los encuestados a la pregunta “Escriba algún "refrán"


que recuerde sobre las mujeres”. Eliminamos solo aquellos que se repiten o que
expresan no recordar ningún refrán en particular. El contenido de algunos de ellos
resulta ofensivo o vulgar. Estas son las frases que recuerdan los entrevistados:
- Si como cocina picha, qué rico pa' mi salchicha
- Si se viste así es porque algo está buscando
- Mujer que no jode es hombre
- Las mujeres son como las bolas de squash, entre más duro se les dé, más rápido
regresan
- La mujer es para cocinar.
- Cuando se ve un accidente de transito o pasa algun tipo de imprudencia ...dicen
eso debe ser una mujer
- Detrás de un gran hombre hay una gran mujer
- Si giraba la izquierda y pone la direccional a la derecha es mujer la que va
manejado
- La mujer no se toca ni con el pétalo de una rosa
- Mujer precabida (sic) vale por dos
- Deje de ser niñita
- No tengo presente
- Si como camina cosina (sic) me cómo hasta la pega
- Sea macha
- Mujer cotorra, celosa y regañona
- Las mujeres no saben conducir solo saben pitar
- si es chiquita y tetona o es puta o es ladrona
- Mucha bruta
- Con razón maneja como bestia, es una mujer
- Madre solo hay una, la mía! (sic)
- Del cielo cayó una rosa mi mujer la recogió, se la puso en la oreja y que linda le
quedó.
- Con razón maneja así. Es mujer
- Tenía que ser mujer.
- Amaneció en sus días
- La mujer del Cesar debe ser y parecer
- Si no sabe cocinar no se puede casar
- Se le está yendo el tren
- Jode como mujer
- La esposa debe ser dama en sociedad y puta en la cama
- Casa donde manda una mujer, no vale un alfiler
- Quién la manda a vestirse así.
- Mujer ociosa no puede ser virtuosa
- las mujeres son como las flores
- Mujer callada es que está muerta
- No hay mujer fea sino sin plata
- Los hombres manejan mejor que las mujeres
- Mujer virtuosa quien la hallara
- Las mujeres tienen cabello largo ideas cortas
- Calladita te ves mejor
- La mujeres (sic) no debe oler a cigarrillo
- Mujer que no jode, hombre que no progresa
- Mujer borracha suelta la cucaracha.
- No habiendo mas, con mi mujer me acuesto.
- Mujer al volante, peligro constante.
- Las mujeres en la casa y los hombres en la calle
- Olla destapada, mujer descarada! (sic)
- Las mujeres en el portón huelen a mierda de ratón
- Mujer que no jode es porque tiene otro
- "severa niña" vale ? (sic)
- ' Actúe más femenino (sic) que parece hombre''
- No parquea, ni al frente del campin
- Mujer fea y gorda es agradecida
- Juega como niña
- Está donde está, xq (sic) se acostó con el jefe
- Las mujeres son mas machistas que los hombres
- Por eso les pasa lo que les pasa
- mona que no pelee es mona teñida
- mi mujer vale su peso en oro
- Las q comparan a las suegras con las brujas

3.2. Cómo se llega a los estereotipos de género

Para entender este tema, queremos remontarnos a un estudio desarrollado por Blanca
González Gavaldón: 

“El concepto de estereotipo es uno de los más controvertidos y en revisión


actualmente a causa de su vinculación con los prejuicios y la discriminación.
Entendemos por «estereotipo», aceptando la propuesta de Mackie (1973),
aquellas creencias populares sobre los atributos que caracterizan a un grupo
social (por ejemplo, los alemanes, los gitanos, las mujeres), y sobre las que hay
un acuerdo básico.” (González-Gabaldón, 1999)

En el caso particular de análisis, el grupo social de mujeres existe un acuerdo básico


sobre el cual se generan dichas creencias populares, como también hay un estereotipo
creado sobre la masculinidad o las personas que desarrollan una u otra profesión. Los
estereotipos, como afirma González, ayudan a afianzar conductas y fortalecen la
conciencia social. En este sentido, hay estereotipos positivos (las madres son cuidadosas
y dulces) que pueden conducir a estereotipos negativos (las mujeres son débiles), lo que
lleva a reducir sus oportunidades en algunos campos o a limitar sus derechos.  

La creación de estereotipos es un proceso de comprensión e interiorización de la


realidad personal y del entorno social. Inicia desde el momento mismo en que la
persona reconoce su realidad familiar, pues por medio de las palabras y las acciones que
enfrenta en su entorno entiende la realidad y la describe en su mente para generar
conceptos.

“Para la comprensión social cada persona se estudia a sí misma, a las personas
con las que nos relacionamos, las relaciones que vinculan a unas personas con
otras y las representaciones de los sistemas e instituciones sociales. Las personas
no construyen sus teorías cotidianas sobre el mundo como un ejercicio
intelectual de aproximación a la verdad, ni como una muestra del nivel de
comprensión del conocimiento alcanzado en un determinado dominio; es una
tarea que constituye a las personas en agentes activos, ya que introduce
transformaciones en el mundo que le rodea.” (Ros García, 2012)

Con la comprensión de la realidad se establecen conceptos aceptados por la comunidad,


que van integrándose a la visión personal de la realidad, entre ellos los estereotipos de
género. Estos se basan en diferencias biológicas, en roles sociales, características físicas
y psicológicas, comportamientos sexuales, entre otros elementos (Fernández Poncela,
2011). La forma en que se ha desarrollado la relación entre masculinidad y feminidad,
entendiendo a una de las partes como superior y a la otra, inferior, establece
comportamientos negativos. 

“Estos estereotipos sobre los deseos de las mujeres y los mandatos de los
hombres crean prejuicio hacía unos y otras, y por lo tanto en cierta manera
originan comportamientos de aceptación o rechazo, según sea el caso.”
(Fernández Poncela, 2011)

La generación de “etiquetas” relacionadas con el estereotipo de género integra además


los roles, actitudes y respuestas conductuales entre géneros, que se van expresando en
diversas formas. Estas expresiones conllevan, en muchos de los casos, prejuicios y
socavan la condición de las mujeres, afianzando las características negativas del género
femenino y universalizando la percepción de una o varias personas. Con esta utilización
de los estereotipos de género se induce a la discriminación y al prejuicio, conceptos que
se relacionan directamente. 
  
“La relación entre los conceptos «estereotipo», «prejuicio» y «discriminación»
es muy estrecha. Este modo de abordar la relación existente entre estos términos
parte de una concepción clave: la consideración de que están íntimamente
unidos al concepto de actitud como un fenómeno compuesto por tres
componentes: cognitivo (lo que sé del asunto), afectivo (las emociones que me
suscita) y conductual (la conducta que, como consecuencia, desarrollo).”
(González-Gabaldón, 1999)

En este sentido, el uso de estereotipos “positivos” con respecto a la mujer, se puede


evidenciar cómo son utilizados para hacer que en ellas recaigan labores específicas. La
ONU afirma que, entre otros ejemplos, con base en la cualidad protectora de las mujeres
se deduce que son ellas quienes deben desarrollar todas las labores de cuidado de los
hijos ("ACNUDH | Los estereotipos de género y su utilización", 2020). Este tipo de
usos dados a los estereotipos de género, debido a funciones específicas que deben
realizar las mujeres, pueden limitar los derechos y las libertades fundamentales de la
población femenina. 

Así las cosas, aunque los estereotipos juegan un papel importante en la socialización y
la comprensión del universo social de todo ser humano, también desempeñan funciones
negativas, permitiendo que las personas sean catalogadas según rasgos generalizados,
produciendo prejuicios y discriminación. Esto afecta a las mujeres, por medio de
afirmaciones que buscan menoscabar su desempeño, sus cualidades, sus capacidades o
sus conocimientos. De esta manera, los estereotipos se convierten en herramientas para
la violencia verbal, que afecta directamente a la población femenina.  
Entonces, por medio de los estereotipos se produce un reconocimiento y un sentimiento
frente a un acuerdo de percepciones, que, en el caso de los estereotipos de género,
refieren a condiciones y características de las mujeres. Al producirse un significado
negativo que se desprende de este estereotipo, las personas los utilizan para acentuar el
reconocimiento de estas condiciones o características de forma despectiva o vejatoria, lo
que lleva a la discriminación y a prejuicios. Se puede decir que, al utilizar comentarios,
frases, chistes, refranes, proverbios y otros elementos de la cultura popular, en los que
se integran estereotipos de género, se difunde el reconocimiento de estos aspectos
negativos y se induce a perpetuar la discriminación. 
II. Violencia verbal 

3.3. Violencia verbal 

El fenómeno de la violencia verbal hacia la mujer comprende la utilización de


elementos propios de la comunicación para ejercer un efecto de perjuicio o menoscabo a
su propia valoración o a la que de ella tengan las personas. 

“La violencia, entendida como el intento de infligir daño a una o varias


personas, puede manifestarse a través de actos físicos, mentales y verbales
(García Galera, 2000). En el caso concreto del lenguaje, este perjuicio,
identificado con el deterioro de la imagen social de la persona afectada, la
imagen que el interlocutor crea y va mostrando a lo largo del proceso de
comunicación, se logra gracias al empleo de elementos verbales altamente
descorteses.” (Brenes Peña, 2010)

Este tipo de violencia se puede manifestar en dos momentos: ante las tensiones o las
situaciones que desatan la violencia, con manifestaciones verbales de odio y desprecio,
entre otras. Otro tipo de violencia verbal, que motivo de este análisis, es aquella que se
da por medio de expresiones cotidianas en las que se expresa este mismo odio,
resentimiento, rencor o molestia frente a las condiciones o las características propias de
la mujer, que se vuelven habituales y generan afectaciones psíquicas y psicológicas. 

“Para adentrarnos en la discriminación y la violencia verbal acudimos primero a


una definición de dominación simbólica, según la cual ésta no tiene lugar desde
la lógica de la conciencia y el conocimiento, “sino a través de los esquemas de
percepción, de apreciación y de acción que constituyen los hábitos y que
sustentan, antes que las decisiones de la conciencia y de los controles de la
voluntad, una relación de conocimiento profundamente oscura para ella misma”
(Bourdieu, 2000:53-4). Es más, la violencia simbólica es “amortiguada,
insensible, e invisible para sus propias víctimas, que se ejerce esencialmente a
través de los caminos puramente simbólicos de la comunicación y del
conocimiento o, más exactamente, del desconocimiento, del reconocimiento o,
del sentimiento” (Bourdieu, 2000:12). Según Sigmund Freud (2008) el humor y
los chistes -y en concreto los de tendencia ofensiva- provienen del inconsciente. 

Hernández (2003) afirma que no se debe considerar la mente como un


instrumento en el que se depositan los significados sino, más bien, como
creadora de ellos y esta creación no puede desligarse del mundo circundante en
el que se encuentra inmerso el sujeto. Expresado en otros términos, la función de
la mente no se debe comprender de forma pasiva, pues ella es productora de los
significados.” (Arcila Mendoza P. Mendoza Ramos Y. Jaramillo J. Cañón Ortiz
Ó. 2010).

Esa violencia simbólica, que es expresada en la comunicación natural, es la que produce


un reconocimiento y aceptación de la percepción generalizada de un fenómeno, en este
caso de imputaciones negativas contra las mujeres, y que termina siendo un elemento
común en la conversación, sin que nadie se percate del fondo violento del mensaje. La
creación de significados basados en elementos de violencia verbal produce una
aceptación tácita del contenido del mensaje y una permanente utilización del mismo. La
mujer, afectada por este tipo de aseveraciones, no puede luchar fácilmente contra este
fenómeno, pues la forma velada como se presenta impide que se entienda su carácter
violento, y por el contrario, se entiende como un “conocimiento compartido” que debe
ser aceptado por todos. Esto es lo que reduce la prevención o el rechazo que generarían
hechos de violencia más evidentes. 

“A diferencia del ataque directo, que constituye una amenaza abierta y puede
por tanto ser rápidamente advertido y contrarrestado por el interlocutor, la
verdadera intención desprestigiadora que se esconde tras una aserción irónica
suele pasar desapercibida para este, que disminuye su actitud defensiva,
resultando así más vulnerable a la agresión verbal.” (Mancera Rueda, 2009) 

La violencia verbal contra la mujer está presente en todo tipo de contenidos, desde el
cine (Morera Hernández, 2014), contenidos televisivos como noticieros o telenovelas, la
publicidad y hasta la literatura, haciendo frecuente su presencia en la vida de cada
individuo y dificultando su erradicación. Esto se debe a que no se tiene una clara
conciencia de la implicación violenta del contenido narrativo, y por ende se normaliza
dentro del lenguaje natural. En todos estos contenidos se reconoce el uso continuo de
estereotipos de género, perpetuando así las condiciones de violencia verbal que tiene un
efecto en las relaciones sociales y el inter-reconocimiento de los individuos y sus roles.
La comunicación, en términos de violencia y prejuicio está presente en la vida cotidiana
y no siempre el uso de esta es conciente.  

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