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Desarrollo Nacional

Se denomina desarrollo nacional a aquella circunstancia mediante la cual puede decirse que una
determinada nación a mejorado sus estándares de vida como consecuencia de una mejora en la
economía. Toda nación aspira a lograr una evolución en las condiciones de vida de sus integrantes
y desde esta perspectiva, aspira a lograr algún grado de crecimiento en su desarrollo. Para ello
establece políticas que intenta favorecer al conjunto de la población y lograr mejoras que se
muestren sustentables. En tanto y en cuanto el mercado requiere de algunas circunstancias que
solo el ámbito público puede brindar, se necesitan de instituciones fuertes y creíbles para que una
mejora en las condiciones de vida de la población se torne notoria. A este conjunto de
disposiciones, políticas y bienes públicos que garantizan un contexto adecuando para que la
economía se desarrolle por cauces convenientes y sustentables se denomina calidad institucional.

Para que en una nación todos sus habitantes gocen de una buena calidad de vida, es necesario que
la economía produzca una cantidad de bienes y servicios acorde y esta circunstancia se propague a
todos. Este tipo de circunstancia solo puede garantizarla una economía de mercado que garantice
la libertad en lo que respecta a la actividad mercantil. Este tipo de política posibilita que allí donde
exista una necesidad se generen negocios y la posibilidad de proveer de bienes y servicios que la
cubran. Es por ello que una teoría harto difundida en el ámbito académico hace referencia a una
eficiencia de los mercados. Estos garantizarían la satisfacción más plena de necesidades con el
gasto mínimo de recursos posibles. Así, el desarrollo nacional estaría fuertemente cimentado.

No obstante, este tipo de postura no está totalmente aceptada y hay quienes toman demasiado
en cuenta el rol que el estado debe tener. Así, la necesidad de garantizar una correcta distribución
de recursos solo podría ser garantizada por une estado que tenga como objetivo que ningún
ciudadano quede sin un mínimo de necesidades cubiertas. No obstante, más allá de lo atractivo
que este tipo de postura pueda tener, lo cierto es que un intervencionismo en la economía puede
tornarse nocivo en demasiadas ocasiones y conllevar a más problemas que los que intentan
resolver. Este tipo de circunstancia puede generarse por el mero hecho que una planificación que
intente centralizar algunas decisiones en materia económica tiende a fallar por el hecho de que
resulta imposible procesar centralizadamente toda la información que el mercado emite, por lo
que los errores no tardarían en aparecer, como asimismo los problemas.

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