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UNIVERSIDAD NACIONAL DANIEL ALCIDES

CARRION
FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD

ESCUELA DE FORMACION PROFESIONAL DE ENFERMERIA –


TARMA

TEMA : Patologías inmunocomprendedidas

CURSO : Taller de Masoterapia

DOCENTE : Lic.Espinoza Coronado Andree

ESCUELA:

Enfermería

ALUMNO:

 VILLAR MICHO Michael Jefri


DEDICATORIA

DEDICADO A TODOS LOS DOCENTES DE LA


PRESTIGIOSA UNIVERSIDAD NACIONAL
DANIEL ALCIDES CARRION - FILIAL TARMA
QUIENES SE ESFUERZAN POR UNA MEJOR
EDUCACION SOBRE TODO LA MAESTRA DE
ESTA AREA QUE NOS DA SU TIEMPO DE
ENSEÑANZA.

2
INDICE

Contenido
DEDICATORIA……………………..........................................................................................................2
INDICE ……………………………………………………………………………………………………………………………..3
2. INTRODUCCIÓN ……………………………………………………………………………………………………………………………..4
3. MARCO TEORICO..............................................................................................................................5
3.1 CAUSAS DE LAS PATOLOGÍAS INMUNOCOMPROMETIDOS ………………………..6

3.2 PELIGRO DE LAS INFECCIONES EN PACIENTES


INMUNOCOMPRENDIDOS………………………………………………………………………….....7

3.3 PREVENCIÓN DE LAS INFECCIONES INMUNOCOMPROMETIDOS……………….8

3.4 VACUNACION EN PASCIENTES INMUNOCOMPROMETIDOS …………….…….…12

3.5 FACTORES DE RIESGO Y PATÓGENOS COMUNES EN PASCIENTES


INMUNOCOMPRENDID………………………………………..……………………………………...18

BIBLIOGRAFIA………………………………………………………………………………………... 19

CONCLUSIONES …………………………………………………………………………………………………………………………..20

2. INTRODUCCIÓN

3
Tener un sistema inmunitario debilitado. Los pacientes inmunodeprimidos tienen
disminución de la capacidad para combatir infecciones y enfermedades. Las
causas incluyen ciertas enfermedades o afecciones, como el SIDA, el cáncer, la
diabetes, la desnutrición y ciertos trastornos genéticos. Otra causa es el uso de
ciertos medicamentos o tratamientos, como los medicamentos contra el cáncer,
la radioterapia y el trasplante de células madre o de órganos. También se llama
inmunodeficiente.

Un huésped inmunocomprometido es un paciente que ya sea por su enfermedad


de base (por ej. tumores sólidos o líquidos) o por su tratamiento (por ej.
quimioterapia o radioterapia) presenta alteraciones en su sistema inmunológico y
es susceptible de adquirir infecciones, especialmente intrahospitalarias.

Además de las Precauciones Estándar, el paciente debe ser tratado siguiendo


las recomendaciones especiales denominadas "Precauciones para pacientes
neutropénicos o transplantados".  El objetivo de las Precauciones para pacientes
neutropénicos o transplantados es reducir el riesgo de infecciones hospitalarias
en pacientes inmunocomprometidos (neutropénicos, con transplante de órganos)
debidas a hongos como Aspergillus sp. , Phycomycetes, Trichosporum y otras
especies.

Las mismas son necesarias para algunos huéspedes inmunocomprometidos:

-Pacientes con granulocitopenia prolongada y severa (más de 7 días)

-Pacientes con síndrome de inmunodeficiencia combinada y severa

-Pacientes receptores de transplante de órganos con altas dosis de drogas


inmunosupresoras, que son normalmente usadas en los tratamientos de
rechazo.

Se sugiere colocar en la puerta de la habitación alguna señal o cartel (Tarjeta de


aislamiento),  consignando los cuidados especiales  que estos pacientes
requieren. Los pacientes con inmunosupresión o neutropenia deben ser
ubicados en una habitación privada.

Ejemplo de inmunosupresión :

Paciente en la etapa previa al transplante, a partir del inicio de la


inmunosupresión, y durante el post transplante inmediato.

Ejemplo de neutropenia:

Paciente con un conteo absoluto de neutrófilos inferior a 500.

Cuando el paciente tiene un conteo absoluto de granulocitos que excede los


1000 por mm3, las precauciones pueden suspenderse

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3. MARCO TEORICO

El sistema inmunitario del cuerpo utiliza una serie de defensas para evitar o
eliminar las infecciones. Las infecciones pueden ser causadas por una variedad
de organismos, tales como bacterias, virus u hongos. El sistema inmunitario
puede verse debilitado (inmunocomprometido) por una serie de enfermedades y
sus tratamientos. Estos son algunos ejemplos de lo que puede debilitar las
defensas inmunitarias del cuerpo:

 Lesiones en la piel, el revestimiento de la boca o el resto del tracto


gastrointestinal. Esto puede ocurrir como efecto secundario de un
medicamento, por la radiación usada para tratar el cáncer o por otros
motivos.
 Bajos recuentos de células que combaten las infecciones, como glóbulos
blancos. Esto puede ser provocado por determinados tipos de cáncer o
como efecto secundario de los medicamentos usados para tratar el
cáncer.
 Presencia de objetos extraños como catéteres venosos (en una vena) o
urinarios (sondas). Los pacientes que tengan estos dispositivos deben
tener mucho cuidado de evitar infecciones.
 Es posible que no se presenten los síntomas habituales. Los
pacientes con sistemas inmunitarios débiles tal vez no muestren los
signos clásicos de infección tales como enrojecimiento e hinchazón en el
sitio de infección. A veces el único síntoma de infección puede ser la
fiebre.
 La infección puede avanzar rápidamente. En ausencia de glóbulos
blancos que combatan la infección, la misma puede avanzar rápidamente
de una simple fiebre a sepsis y muerte. Por este motivo, se pide a los
pacientes con sistemas inmunitarios débiles que tienen bajos recuentos de
glóbulos blancos que informen de inmediato si tienen fiebre. En caso de
tener fiebre es común que se hospitalice al paciente para que pueda
recibir tratamiento con antibióticos intravenosos (IV).
 Es posible que sus sistemas no respondan rápidamente a la
infección. Los pacientes con sistemas inmunitarios débiles pueden tener
problemas para eliminar la infección de sus cuerpos. Por ejemplo, una
infección viral como la “gripe” puede tardar más en curarse en un paciente
con sistema inmunitario débil en comparación con una persona con
sistema inmunitario sano.

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3.1 CAUSAS DE LAS PATOLOGÍAS
INMUNOCOMPROMETIDOS
El sistema inmunitario está compuesto por el tejido linfoide del organismo, lo
cual incluye:

 La médula ósea

 Los ganglios linfáticos

 Partes del bazo y del tubo digestivo

 El timo

 Las amígdalas
Hay proteínas y células en la sangre que también son parte del sistema
inmunitario.

El sistema inmunitario ayuda a proteger al organismo de sustancias dañinas,


llamadas antígenos. Ejemplos de antígenos incluyen bacterias, virus, toxinas,
células cancerígenas y la sangre o los tejidos extraños de otra persona o
especie.

Cuando el sistema inmunitario detecta un antígeno, responde produciendo


proteínas llamadas anticuerpos, que destruyen las sustancias dañinas. La
respuesta del sistema inmunitario también involucra un proceso llamado
fagocitosis. Durante este proceso, algunos glóbulos blancos ingieren y destruyen
bacterias y otras sustancias extrañas. Las proteínas llamadas complemento
ayudan en este proceso.
Los trastornos por inmunodeficiencia pueden afectar cualquier parte del sistema
inmunitario. Casi siempre, estas afecciones se presentan cuando glóbulos
blancos especiales, los llamados linfocitos T o B (o ambos), no funcionan de
manera normal o cuando el cuerpo no produce anticuerpos suficientes.

Los trastornos hereditarios por inmunodeficiencia que afectan los linfocitos B


incluyen:

 Hipogammaglobulinemia, que generalmente lleva a


infecciones respiratorias y gastrointestinales
 Agammaglobulinemia, que provoca infecciones graves en las primeras
etapas de la vida, y es a menudo mortal
Los trastornos hereditarios por inmunodeficiencia que afectan los linfocitos T
pueden causar infecciones repetitivas por cándida (levaduras). La
inmunodeficiencia hereditaria combinada afecta tanto las células T como las

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células B. Puede ser mortal dentro del primer año de vida si no se trata
oportunamente.

Se dice que las personas están inmunodeprimidas cuando experimentan un


trastorno por inmunodeficiencia debido a medicamentos que debilitan el sistema
inmunitario (como los corticosteroides). La inmunodepresión también es un
efecto secundario común de la quimioterapia administrada para tratar el cáncer.

La inmunodeficiencia adquirida puede ser una complicación de enfermedades


tales como la infección por VIH/sida y la desnutrición (especialmente si la
persona no consume suficiente proteína). Muchos cánceres también pueden
producir inmunodeficiencia.
Las personas a quienes se les ha practicado una esplenectomía tienen
inmunodeficiencia adquirida y están en mayor riesgo de infección por ciertas
bacterias que el bazo normalmente ayudaría a combatir. Las personas con
diabetes también están en mayor riesgo de sufrir ciertas infecciones.
A medida que usted envejece, el sistema inmunitario se vuelve menos eficiente.
Los tejidos del sistema inmunitario (especialmente los tejidos linfoides como el
timo) disminuyen de tamaño, y se presenta una reducción en la actividad y la
cantidad de glóbulos blancos.

Las siguientes afecciones y enfermedades pueden hacer que se presente un


trastorno por inmunodeficiencia:

 Ataxia-telangiectasia
 Deficiencias del complemento

 Síndrome de DiGeorge

 Hipogammaglobulinemia

 Síndrome de Job
 Defectos de la adhesión leucocitaria

 Agammaglobulinemia

 Síndrome de Wiscott-Aldrich

3.2. PELIGRO DE LAS INFECCIONES EN PACIENTES


INMUNOCOMPRENDIDOS
 Es posible que no se presenten los síntomas habituales. Los
pacientes con sistemas inmunitarios débiles tal vez no muestren los
signos clásicos de infección tales como enrojecimiento e hinchazón en el
sitio de infección. A veces el único síntoma de infección puede ser la
fiebre.

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 La infección puede avanzar rápidamente. En ausencia de glóbulos
blancos que combatan la infección, la misma puede avanzar rápidamente
de una simple fiebre a sepsis y muerte. Por este motivo, se pide a los
pacientes con sistemas inmunitarios débiles que tienen bajos recuentos de
glóbulos blancos que informen de inmediato si tienen fiebre. En caso de
tener fiebre es común que se hospitalice al paciente para que pueda
recibir tratamiento con antibióticos intravenosos (IV).
 Es posible que sus sistemas no respondan rápidamente a la
infección. Los pacientes con sistemas inmunitarios débiles pueden tener
problemas para eliminar la infección de sus cuerpos. Por ejemplo, una
infección viral como la “gripe” puede tardar más en curarse en un paciente
con sistema inmunitario débil en comparación con una persona con
sistema inmunitario sano.

3.3. PREVENCIÓN DE LAS INFECCIONES


INMUNOCOMPROMETIDOS

Estos son los principios generales de prevención de infecciones en pacientes


con sistemas inmunitarios débiles:

 Mantener una buena higiene de manos. Muchas infecciones se


propagan a partir de bacterias o virus que nos quedan en las manos al
tocar a las personas u objetos que nos rodean. Lavarse las manos a
menudo (con agua y jabón o con desinfectantes para manos a base de
alcohol) es la mejor manera de prevenir la propagación de infecciones.
 Evitar contacto con personas enfermas. Incluso un virus de resfrío
común puede hacer que un paciente con un sistema inmunitario débil se
enferme gravemente.
 Vacunarse. Las personas que cuidan de pacientes con sistemas
inmunitarios débiles deben darse todas las vacunas recomendadas,
incluidas las vacunas contra la gripe y la tos ferina. Los pacientes también
deben vacunarse siempre y cuando sus médicos así lo recomienden.

 Como son tantas las distintas enfermedades, afecciones e infecciones que


puede contraer un paciente con sistema inmunitario débil, no hay índices
de supervivencia realmente útiles a disposición.

 En general, las perspectivas de supervivencia para pacientes con


sistemas inmunitarios débiles que desarrollan una infección dependen del
motivo por el cual el sistema inmunitario resultó comprometido y el tipo de
infección presente.

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 Evitar y tratar agresivamente las infecciones son medidas fundamentales
para asegurar un tratamiento oncológico exitoso.
 El Programa de enfermedades infecciosas de St. Jude comenzó cuando el
hospital abrió sus puertas a los pacientes por primera vez, en 1962. Desde
entonces, el programa ha crecido: de tener un único médico especialista
en enfermedades infecciosas a contar con nueve médicos consultantes de
tiempo completo especializados en enfermedades infecciosas. Son
expertos en el manejo de infecciones en niños gravemente
inmunocomprometidos, incluidos aquellos sometidos a trasplantes de
células madre o médula ósea.
 Los científicos del Centro pediátrico de defensa contra infecciones
(Children’s Infection Defense Center) de St. Jude trabajan para desarrollar
nuevos agentes y descubrir nuevas terapias para prevenir y tratar
infecciones y enfermedades infecciosas.
 Como St. Jude es un hospital de investigación, sus médicos tienen acceso
a las terapias más actualizadas y pueden ofrecer tratamientos diseñados
específicamente para cada paciente.

3.4. Ejemplo de patología en pascientes


inmunocomprometidos.
 Neumonías en pacientes inmunodeprimidos
Las neumonías en pacientes inmunodeprimidos a menudo son causadas por
patógenos infrecuentes, pero también pueden ser causadas por los mismos
patógenos que los que causan la neumonía extrahospitalaria. Los signos y
síntomas dependen del patógeno y de las condiciones que compromenten el
sistema inmunitario. El diagnóstico se basa en los hemocultivos y en la toma de
muestras broncoscópicas de las secreciones respiratorias, a veces con cultivos
cuantitativos. El tratamiento depende del grado de eficiencia del sistema
inmunitario y del patógeno.

Son innumerables los patógenos probables en pacientes con alteraciones en las


defensas del sistema inmunitario; incluyen los que causan neumonía
extrahospitalaria y patógenos inusuales. En el ver Neumonías en pacientes
inmunodeprimidos figuran los patógenos probables según el tipo de deficiencia
en las defensas del sistema inmunitario. Sin embargo, los síntomas respiratorios
y los cambios en las radiografías de tórax en los pacientes inmunodeprimidos
pueden deberse a varios procesos distintos de los de la infección, como una
hemorragia pulmonar, el edema pulmonar, las lesiones por radiación, la
toxicidad pulmonar por fármacos citotóxicos y los infiltrados tumorales.

 Signos y síntomas

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Los síntomas y signos pueden ser iguales a los encontrados en la neumonía
extrahospitalaria en pacientes inmunocompetentes. Los síntomas pueden
consistir en malestar general, escalofríos, fiebre, rigidez, tos, disnea y dolor
torácico. Sin embargo, los pacientes inmunocomprometidos pueden no tener
fiebre ni signos respiratorios y son menos propensos a tener esputo purulento si
son neutropénicos. En algunos pacientes, el único signo es la fiebre.

 Diagnóstico
-Radiografía de tórax

-Evaluación de la oxigenación

-Inducción o broncoscopia para obtener esputo

-Hemocultivos

-Patógenos predichos por los síntomas, los cambios radiográficos y el tipo de


inmunodeficiencia

-La radiografía de tórax y la evaluación de la oxigenación (generalmente por


oximetría de pulso) se realizan en pacientes inmunocomprometidos con
síntomas o signos respiratorios, o fiebre. Si se detecta un infiltrado o hipoxemia,
se deben hacer estudios de diagnóstico. La radiografía de tórax puede ser
normal en las neumonías por Pneumocystis jirovecii, pero suele haber hipoxia.

-Se realizan pruebas de esputo y hemocultivos. Las pruebas de esputo deben


incluir la tinción de Gram, tinción y cultivos micobacterianos y micóticos, y en
ocasiones pruebas para virus (p. ej., PCR para citomegalovirus en un paciente
trasplantado o con sida). Si los signos, síntomas o factores de riesgo para
la infección por Aspergillus están presentes, se debe realizar la detección de
galactomanano en suero.

-En condiciones óptimas, el diagnóstico se confirma por el esputo inducido o la


broncoscopia, sobre todo en pacientes con neumonía leve, graves defectos en la
función inmunitaria o falta de respuesta a los antibióticos de amplio espectro.

 Identificación del patógeno


A menudo, pueden predecirse los patógenos probables según los síntomas, las
alteraciones radiográficas y el tipo de inmunodeficiencia. En pacientes con
síntomas agudos, el diagnóstico diferencial incluye una infección bacteriana,
hemorragia, edema pulmonar, reacción de las aglutininas de leucocitos a la
transfusión de hemoderivados y embolia pulmonar. La presentación asintomática

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indica con mayor frecuencia una infección micótica o micobacteriana, infección
viral oportunista, neumonía por P. jirovecii, tumores, reacciones por fármacos
citotóxicas o lesiones por radiación.

Las radiografías que revelan consolidación localizada suelen indicar una


infección por bacterias, micobacterias, hongos o especies de Nocardia. Un
patrón intersticial difuso es más probable que represente una infección viral, una
neumonía por P. jirovecii, lesiones por fármacos o radiación o edema pulmonar.
Las lesiones nodulares difusas sugieren micobacterias, especies de Nocardia,
hongos o tumores. La enfermedad cavitaria sugiere micobacterias, especies
de Nocardia, hongos o bacterias, particularmente S. aureus.

En receptores de trasplante de órganos o médula ósea con neumonía intersticial


bilateral, la causa habitual es el citomegalovirus o la enfermedad es idiopática.
Una consolidación con base pleural suele ser una infección por aspergilosis. En
pacientes con sida, la neumonía bilateral en general se debe a P. neumonía por
P. jirovecii. Alrededor del 30% de los pacientes con infección por HIV tienen
neumonía por P. jirovecii como diagnóstico inicial que define el sida, y > 80% de
los pacientes con sida tienen esta infección en algún momento si no se
administra la profilaxis

 Tratamiento
Tratamiento con antibióticos de amplio espectro

La terapia antimicrobiana depende del defecto del sistema inmunitario y los


factores de riesgo para patógenos específicos. Se suele indicar una
interconsulta con un especialista en enfermedades infecciosas. En pacientes con
neutropenia, el tratamiento empírico depende de la deficiencia del sistema
inmunitario, los hallazgos en las radiografías y la gravedad de la enfermedad. En
general, se necesitan antibióticos de amplio espectro eficaces contra los bacilos
gramnegativos, Staphylococcus aureus y anaerobios, al igual que para
las neumonías intrahospitalarias. Si los pacientes con enfermedades distintas de
la infección por HIV no mejoran con 5 días de tratamiento con antibióticos, a
menudo se agrega en forma empírica tratamiento antimicótico.

Las terapias para mejorar la función del sistema inmunitario (ver Neumonías en


pacientes inmunodeprimidos : Prevención) son un complemento importante para
el tratamiento de la neumonía en pacientes inmunocomprometidos.

 Prevención

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Las terapias para mejorar la función del sistema inmunitario están indicadas para
la prevención de la neumonía en los pacientes inmunocomprometidos. Por
ejemplo, los pacientes con neutropenia inducida por quimioterapia deben recibir
factor estimulante de colonias de granulocitos (filgrastim), y los pacientes con
hipogammaglobulinemia debido a una enfermedad hereditaria o adquirida (p. ej.,
mieloma múltiple, leucemia) deben recibir inmunoglobulina IV.

Los pacientes con HIV y recuento de linfocitos T < 200/μL deben recibir


tratamiento profiláctico diario con trimetoprima/ sulfametoxazol u otra terapia
apropiada.

La vacunación también es importante en estos pacientes. Por ejemplo, los


pacientes con riesgo de neumonía por bacterias encapsuladas

3.5. VACUNACION EN PASCIENTES


INMUNOCOMPROMETIDOS

En los últimos años se ha producido un importante aumento en el número de


individuos con alteraciones inmunitarias. Esto es atribuible, entre otros factores, a
un mejor conocimiento del sistema inmune, al reconocimiento de deficiencias
inmunitarias inespecíficas asociadas a algunas enfermedades crónicas (p.ej.
diabetes, cirrosis, alcoholismo, enfermedad renal) y a las edades extremas, al
aumento de personas con ausencia o disfunción esplénica, a la expansión de las
terapias inmunomoduladoras (como tratamiento, p.ej., de enfermedades
inflamatorias autoinmunes), a la infección por virus de la inmunodeficiencia
humana (VIH), al incremento en el desarrollo y uso de terapias para enfermedades
neoplásicas, trasplantes de médula ósea y otros órganos y al aumento de la
esperanza de vida de los pacientes afectados por estas patologías.

Las personas con inmunocompromiso tienen, en general, un mayor riesgo de


infecciones que, además, pueden ser más graves o cursar con más
complicaciones que en los inmunocompetentes. La falta de tratamiento
adecuado para gran cantidad de virus y el desarrollo de resistencias

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antimicrobianas de muchos patógenos, ha dirigido la atención hacia la
vacunación como medida fundamental para prevenir enfermedades infecciosas.

En muchos pacientes, el grado de inmunodeficiencia varía con el tiempo, por lo


que la decisión de recomendar o no una determinada vacuna dependerá de un
análisis riesgo-beneficio individualizado y muy cuidadoso.

La eficacia de la mayoría de las vacunas autorizadas en la actualidad ha sido


claramente establecida en receptores inmunocompetentes; sin embargo, no existe
gran experiencia sobre la acción de las vacunas en individuos
inmunocomprometidos, aunque como norma general se acepta que:

- Las vacunas inactivadas, las anatoxinas y las vacunas polisacarídicas no


plantean problemas de tolerancia y seguridad.

- Las vacunas vivas generalmente están contraindicadas.

- La eficacia de muchas de las vacunas usadas comúnmente no ha sido


establecida en personas con alteraciones inmunitarias, aunque su uso sea
generalmente seguro. La mayoría de las vacunas son menos inmunogénicas
que en personas con sistema inmune normal, por lo que pueden ser
necesarias dosis mayores de vacuna o mayor frecuencia de refuerzos.

A continuación se comentan las peculiaridades de las recomendaciones de


vacunación de pacientes inmunocomprometidos crónicos frecuentes en la práctica
clínica diaria.

Personas con inmunosupresión grave no asociada con infección por VIH

En este grupo se incluyen pacientes con inmunodeficiencia congénita, leucemia,


linfoma, tumores generalizados o terapia con quimioterapia, radiaciones o
corticoides, entre otros.

La terapia con esteroides normalmente no contraindica la administración de


vacunas vivas si se administra durante un corto periodo de tiempo (menos de 2
semanas), si son dosis bajas o moderadas, si es un tratamiento largo pero a
días alternos y con preparados de corta actividad, si son dosis fisiológicas de

13
mantenimiento (como la corticoterapia sustitutiva en las insuficiencias
suprarrenales) o la administración de corticoides por aerosol, tópica (en ojos o
piel) o inyección intraarticular en tendón. La dosis exacta de corticoides
sistémicos y la duración de su administración necesarias para suprimir el sistema
inmune no está bien definida, ya que los efectos inmunosupresores de un
tratamiento esteroideo varían, pero puede considerarse que una dosis igual o
superior a 2 mg/Kg de peso corporal o una dosis total igual o superior a 20 mg/día
de prednisona es suficientemente inmunosupresora para alterar la seguridad de la
inmunización con vacunas vivas.

La administración de vacunas debería preceder al tratamiento con


inmunosupresores en dos o más semanas. Pacientes vacunados mientras reciben
terapia inmunosupresora o en las dos semanas previas al comienzo de ésta,
deben considerarse como no inmunizados y deberían ser revacunados al menos
tres meses después de haber finalizado el tratamiento (o cuando los
inmunosupresores estén a los niveles más bajos posibles). Las vacunas vivas
generalmente están contraindicadas, porque estos pacientes pueden no ser
capaces de limitar la replicación del microorganimos vacunal.

Personas con infección por VIH

La respuesta a las vacunas generalmente es subóptima en personas infectadas


con el VIH, por lo que pueden ser necesarias mayores dosis de vacuna o mayor
número de dosis. Además, generalmente se recomienda el control serológico
posvacunal para monitorizar la respuesta a la vacuna y su duración y guiar la
administración de dosis de refuerzo.

Como resultado de la mejora en su salud y pronóstico, cada vez es más frecuente


que las personas infectadas con VIH realicen viajes u otras actividades que
suponen un riesgo de exposición a enfermedades para las que existen vacunas
vivas, normalmente contraindicadas en personas inmunocomprometidas. Sin
embargo, la restauración de la inmunidad inducida por el tratamiento antirretoviral
de alta eficacia (TARGA) es esperable que reduzca el riesgo de efectos adversos

14
derivados de la administración de estas vacunas y, en muchos casos, inclina el
balance riesgo-beneficio a favor de la vacunación, aunque por supuesto, haya que
administrar las vacunas con ciertas precauciones. Es el caso de las vacunas triple
vírica, frente a varicela y frente a fiebre amarilla. Otras vacunas vivas están
contraindicadas, bien porque existe una alternativa más segura, p.ej. en el caso de
la fiebre tifoidea que se recomienda la vacuna inactivada, o porque no se dispone
de datos de seguridad y se duda de la eficacia de la vacuna, como es el caso de la
BCG.

En general, antes de administrar una vacuna a estas personas, habría que


considerar:

1) Riesgo y severidad de la enfermedad que pretende prevenirse con la


vacunación.

2) Tipo de vacuna.

3) Estado inmunitario (recuento de CD4, carga viral).

Personas asintomáticas y recuentos de CD4 >400-500/mm 3 generalmente


se consideran como suficientemente inmunocompetentes y los que tienen
recuentos de CD4 entre 200 y 400-500/ mm 3 se cree que tienen una
inmunodeficiencia limitada. En general, pacientes infectados con recuentos
de CD4 inferiores a 200/mm3 es menos probable que tengan una
respuesta adecuada a una vacuna, aunque las vacunas inactivadas
pueden administrarse si están indicadas y repetir la vacunación después
de la reconstitución del sistema inmune tras el tratamiento con TARGA.

Personas con infección sintomática por VIH o recuentos de CD4 <200/mm 3


no deben recibir vacunas vivas. En caso de pacientes susceptibles, la
vacuna triple vírica se recomienda a personas asintomáticas con recuentos
de CD4 >200/mm3. La vacuna frente a varicela está recomendada en VIH
asintomáticos y recuentos de CD4 >400/mm3, aunque también puede
considerarse su administración a pacientes con CD4 entre 200 y 400/mm 3,
en tratamiento con TARGA y con situación clínica estable. En cualquier

15
caso, la inmunocompetencia de un paciente debe evaluarse en su contexto
clínico.

4) Riesgo de incrementar la replicación del VIH después de la vacunación


como consecuencia de la activación del sistema inmune. Generalmente
este incremento es transitorio, volviendo a los niveles prevacunales tras
cuatro a seis semanas, o incluso antes si el paciente está recibiendo
tratamiento antirretroviral, y no tiene significación clínica.

5) Los convivientes y otros contactos estrechos de personas infectadas con


VIH con inmunosupresión severa no deben recibir la vacuna frente a polio
oral de virus atenuados, pero sí pueden vacunarse con la triple vírica, la
vacuna frente a varicela y la vacuna frente a fiebre amarilla.

Pacientes con Enfermedades inflamatorias autoinmunes

El término de enfermedad inflamatoria autoinmune (EIA) incluye un grupo de


enfermedades, aparentemente no relacionadas, que afectan a varios órganos y
sistemas, como la artritis reumatoide, enfermedad inflamatoria intestinal o
soriasis. Sin embargo, estas patologías comparten cierta predisposición genética
y mecanismos inflamatorios caracterizados por una disrregulación de las
citoquinas y para tratarlas se usan tratamientos antiinflamatorios similares, que
incluyen la administración de corticoides, inmunosupresores y terapias
biológicas como los anti-TNF. La terapia biológica ha revolucionado el
tratamiento de las EIA, pero su efecto sobre la respuesta inmune que condiciona
su beneficio terapéutico, produce también un incremento en el riesgo de
infección.

Por tanto estos pacientes tienen un riesgo incrementado de infección, en parte


por su propia enfermedad, pero principalmente por el tratamiento con estos
fármacos. El grado de inmunosupresión depende del tipo y dosis de medicación
usada. La inmunoterapia altera fundamentalmente la inmunidad celular, mientras
que la respuesta humoral permanece más o menos intacta.

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Es importante definir estrategias de vacunación adecuadas para estos pacientes
porque el uso de vacunas es muy bajo en ellos, probablemente por la falta de
conciencia sobre el riesgo de infección y las dudas sobre la seguridad y eficacia
de las vacunas en estos casos. El temor a que las vacunas provoquen
reagudizaciones de la enfermedad basal también influye en la infrautilización de
las vacunas, pero la evidencia clínica muestra que la inmunización de estos
pacientes no altera los parámetros clínicos o de laboratorio que reflejan la
actividad de la enfermedad.

El estado vacunal de estos pacientes debería comprobarse antes del inicio del
tratamiento inmunomodulador, ya que en ese momento todavía no están
contraindicadas las vacunas vivas y las inactivadas inducirán una mejor
respuesta. En general, se recomiendan la vacuna frente a gripe, neumococo,
hepatitis B, hepatitis A y Hib.

Aunque la alteración de la respuesta inmune en pacientes con inmunoterapia puede tener un


impacto negativo en la eficacia de las vacunas, hay estudios que demuestran una respuesta
humoral adecuada en pacientes con EIA vacunados frente a hepatitis B, gripe y neumococo.

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3.6. FACTORES DE RIESGO Y PATÓGENOS COMUNES EN
PASCIENTES INMUNOCOMPRENDIDOS

18
19
BIBLIOGRAFIA

https://www.intramed.net/contenidover.asp?contenidoid=24688

https://medlineplus.gov/spanish/ency/article/000818.htm

https://www.stjude.org/es/cuidado-tratamiento/enfermedades-que-
tratamos/infecciones-en-pacientes-inmunocomprometidos.html

http://formacion.sefh.es/dpc/framework/atf-infecciosas/paciente-
inmunocomprometido/tema01_menu02_submenu01_diapo01.php

CONCLUSIONES

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Las infecciones son causa frecuente de morbimortalidad en huéspedes
inmunocomprometidos. La frecuencia y diversidad de infecciones en esta
población dependerá del tipo de inmunocompromiso, tratamiento recibido y
aspecto epidemiológico. Los huéspedes con neutropenia desarrollan infecciones
por bacterias extracelulares no encapsuladas y hongos levaduriformes y
filamentosos; el diagnóstico precoz y tratamiento oportuno de las mismas son
considerados una emergencia por su severidad y gran mortalidad asociada. El
compromiso de la inmunidad humoral se relaciona con infecciones por
microorganismos encapsulados (bacterias extracelulares y hongos); la
secuencia clínica presentada en estas infecciones es neumonía aguda-
bacteremia/fungemia-meningoencefalitis aguda/crónica. Muchas de estas
infecciones son inmunoprevenibles.

Los huéspedes con compromiso de la inmunidad celular desarrollan infecciones


por microorganismos intracelulares y también por algunos extracelulares;
muchas de las infecciones ocurren por reactivación; a menudo requieren
profilaxis antimicrobiana tanto primaria como secundaria. El tratamiento
medicamentoso (quimioterapia, drogas inmunosupresoras, etc.) y los
procedimientos invasivos facilitan el desarrollo de determinadas infecciones. El
aspecto epidemiológico, que incluye el estilo de vida, ocupación, viajes previos,
etc. permite evaluar y determinar el riesgo de potenciales infecciones. En
conclusión, la prevención de las infecciones y el uso racional de antimicrobianos
son los pilares fundamentales en el manejo efectivo de los huéspedes
inmunocomprometidos.

Intervenciones de enfermería

-Lavarse las manos antes y después del contacto con el paciente ya sea
después de recolectar apósitos en las heridas y de aplicar succión entre otros.
Esta es la intervención numero uno para prevenir infecciones.

-Ingresar al paciente a un cuarto privado con presión positiva o flujo laminar para
protegerlo de los patógenos de otros pacientes.

-Valorar todas las líneas invasivas en busca de edema y eritema, retirarlas y


realizar cultivos si hay signos de infección.

-Vigilar al personal y a los visitantes para evitar infecciones de ser posible


enseñar al personal sobre el uso de equipo de protección esto evita que el
paciente se contagie de otras personas.

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