Karen Paola Monterrosa Barranco CC. 1.118.821.904.

Universidad Santo Tomas,

Maestría Planeación para el Desarrollo.

Presentación: Naciones unidas (2012). Documento final de la conferencia de

Rio+20: “El futuro que queremos” Rio de Janeiro. Brasil

En el documento final de 59 páginas aprobado en Río+20 titulado “El futuro que

queremos” se reafirman o se recuerdan las cuestiones acordadas hace veinte
años en la Cumbre para la Tierra (en donde se proclamaron los Principios de Río y
se aprobó el programa de acción para el desarrollo sostenible) o hace diez en la
Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible de Johannesburgo (que
conmemoraba el décimo aniversario de la primera cumbre, y en donde se aprobó
el Plan de Aplicación de las Decisiones de Johannesburgo).

En el documento final se insta también a continuar las negociaciones en las

Naciones Unidas en Nueva York para fortalecer las instituciones dedicadas al
desarrollo sostenible y al medio ambiente, a examinar la posibilidad y la manera
de proporcionar recursos financieros y tecnología a los países en desarrollo y a
establecer nuevos objetivos de desarrollo sostenible.

El documento final de Río+20 reconoce que los progresos desde 1992 han sido
insuficientes, especialmente en la integración de las tres dimensiones del
desarrollo sostenible agravados por las múltiples crisis financieras, económicas,
alimentarias y energéticas. Manteniendo el compromiso de “no regresión” para
evitar dar marcha atrás en los compromisos de la Cumbre de la Tierra del 92, el
documento identifica dificultades conocidas y emergentes a las que se deben
hacer frente para alcanzar el desarrollo sostenible:

Que es imperativo atender las necesidades y vulnerabilidad de África, los países

menos adelantados, los países en desarrollo sin litoral y los pequeños Estados
insulares en desarrollo.
Que es necesario adoptar métodos más amplios de medir los avances que
complementen al producto interior bruto con el fin de sustentar mejor las
decisiones políticas.

Que es necesario adoptar enfoques holísticos del desarrollo sostenible que lleven
a la humanidad a vivir en armonía con la naturaleza.

En ese sentido el texto resume los principales resultados de Rio+20 en:

1. La economía verde se presenta como una herramienta para alcanzar el

desarrollo sostenible. No la única, pero una de las vías.

2. Establecimiento de un proceso para la adopción de unos Objetivos de

Desarrollo Sostenible en el año 2015.

3. Establecimiento de un lenguaje común sobre economía verde.

4. Establecimiento de un Foro de Alto nivel para el seguimiento de Río+20 y los

acuerdos alcanzados.

5. Fortalecimiento del PNUMA. No será una Agencia independiente, pero tendrá

un presupuesto regular y buscará la participación efectiva de la sociedad civil en el
mismo.

6. Impulso de la incorporación de valores de sostenibilidad en el sector privado,

señalando los informes de sostenibilidad corporativa.

7. Necesidad de incorporar en la medición del desarrollo los valores de

prosperidad y bienestar.

8. Establecimiento de un mecanismo para asegurar medios para la

implementación financiera y tecnológica.

9. Reafirmación de los principios de Río 1992.

10. Compromiso político para el futuro que queremos.

11. Marco de trabajo sobre consumo y producción sostenibles.

12. Avances en objetivos y metas en áreas prioritarias, especialmente en océanos
(gestión sostenible de las pesquerías, conservación de la biodiversidad en alta
mar…).

13. Reconocimiento de la importancia de los compromisos voluntarios.

14. Reconocimiento del papel de la sociedad civil.

De acuerdo con esto, el texto reconoce la importancia de vincular las agendas de

desarrollo y sostenibilidad, especialmente en el marco post-2015 sin concretar
cómo se alcanzará dicho vínculo. La erradicación de la pobreza es el mayor
problema que afronta el mundo en la actualidad y una condición indispensable del
desarrollo sostenible. (Artículo 2).

En conclusión se puede afirmar que según el texto, la economía verde en el

contexto del desarrollo sostenible y la erradicación de la pobreza fue planteada en
Río+20 como el instrumento necesario para alcanzar el desarrollo sostenible.