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En 1992, la comunidad internacional se reunió en Río de Janeiro, Brasil, para discutir

los medios para poner en práctica el desarrollo sostenible. Durante la denominada Cumbre de la
Tierra de Río, los líderes mundiales adoptaron el Programa 21, con planes de acción específicos
para lograr el desarrollo sostenible en los planos nacional, regional e internacional.

Cabe mencionar que este programa se enfocó principalmente a la protección atmosférica, a la


deforestación, degradación del suelo y la desertificación; a la contaminación del aire y el agua; la
reducción de la pesca clandestina no regulada; y al manejo y gestión de los desechos tóxicos.
También toma en cuenta las necesidades enfocadas al desarrollo sostenible de los seres humanos
en todos sus ámbitos políticos, sociales, culturales, económicos y de educación. Toma como
prioridad a las necesidades morales y sociales en la erradicación de la pobreza, ya que genera un
vínculo con la calidad ambiental.

A este programa se le añade la Comisión de Desarrollo Sostenible, con el fin de apoyar la


ejecución del programa la cual se constituye por 53 miembros que se comisionaran de supervisar
e informar la ejecución de acuerdos para el programa, emprender diálogos con los gobiernos,
sociedad civil y organizaciones internacionales, coordinar las actividades ambientales y
desarrollo en las naciones unidas.

Esta comisión toma como secretaria a la División de Desarrollo Sostenible del Departamento de
Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas, la cual le apoya en supervisar en los
avances logrados del programa 21 y Plan de Aplicación de las Decisiones de Johannesburgo, así
como dar respuesta a solicitudes con recomendaciones normativas y prestación de servicios, así
como servicios de análisis e información.

La Cumbre para la Tierra convino en que la Asamblea General de las Naciones Unidas,
en un período extraordinario de sesiones que se celebraría en 1997, llevaría a cabo un examen de
los adelantos alcanzados al cabo de cinco años. En ese período extraordinario de sesiones se
evaluará en qué medida han respondido los países, las organizaciones internacionales y la
sociedad civil al reto de la Cumbre para la Tierra.
En la Cumbre para la Tierra + 5, Jefes de Estado y autoridades gubernamentales, en consultas de
base amplia en todos los planos, desde el local hasta el internacional, llevarán a cabo una
evaluación amplia y honesta de nuestra posición en relación con los objetivos establecidos en la
Cumbre para la Tierra.

El objetivo consiste en determinar y reconocer los adelantos alcanzados en la aplicación de los


acuerdos concertados en la Cumbre para la Tierra y en promover acuerdos similares en todo el
mundo. También se tratará de identificar errores y omisiones y de proponer medidas correctivas.
Mediante el examen se promoverá la asociación mundial necesaria para alcanzar el desarrollo
sostenible y se tratará de renovar el compromiso de los gobiernos, las organizaciones no
gubernamentales, los representantes de grupos principales y la ciudadanía en general en relación
con los retos del siglo que se acerca. Un propósito importante del período de sesiones consiste en
determinar las prioridades y los objetivos y esbozar un plan de trabajo para la siguiente etapa de
aplicación de los instrumentos de la Cumbre para la Tierra, que nos llevará al siglo XXI.
La Asamblea General aprobó la resolución 53/202 por la que se decidió convocar, como
parte integrante de la Asamblea del Milenio, una Cumbre del Milenio de las Naciones Unidas,
Nueva York el 6 de septiembre 2000.
Este documento está compuesto por 8 objetivos, 18 metas y más de 40 indicadores entre los
objetivos de desarrollo del Milenio son los siguientes:
Erradicar la pobreza extrema y el hambre.
Lograr la enseñanza primaria universal.
Promover la igualdad entre los géneros y el empoderamiento de la mujer.
Reducir la mortalidad de los niños menores de 5 años.
Mejorar la salud materna.
Combatir el VIH / SIDA, la malaria y otras enfermedades
Garantizar la sostenibilidad del medio ambiente.
Fomentar una alianza mundial para el desarrollo.

Sobre la protección del medio ambiente, la Declaración del Milenio señaló que no deben
escatimarse esfuerzos para contrarrestar la amenaza de que el planeta se estropee de forma
irremediable por las actividades humanas. Por lo tanto, los participantes en la Cumbre decidieron
adoptar una nueva ética de conservación y cuidado del medio ambiente.

Los gobiernos junto con los representantes de todos los sectores de la sociedad, se
reunieron en la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible. Los representantes de los
pueblos del mundo, reunidos en dicha Cumbre en Johannesburgo (Sudáfrica) del 2 al 4 de
septiembre de 2002, reafirman el compromiso político y la determinación, para ejecutar el plan
de acción sobre el desarrollo sostenible, mediante nuevas iniciativas prácticas basadas en
asociaciones

Se expusieron temas de economía mundial, población, pobreza y marginación. Se habló de la


tasa promedio de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB), comercio internacional, flujos de
inversión extranjera, subsidios gubernamentales, el exponencial crecimiento de la población, el
consumo mundial, el agotamiento del agua potable, el hambre y temas de salubridad referente a
enfermedades infecciosas como el VIH/SIDA.

Se expusieron los temas propios de la gestión de los ecosistemas como la degradación del suelo y
los trabajos de reforestación, la pérdida de arrecifes coralinos, las emisiones de substancias que
destruyen la capa de ozono, el consumo mundial de combustibles fósiles, la extinción de las
especies, el uso de la energía, la sobreexplotación agrícola y la pesca indiscriminada.
Por tal razón, considerando la situación mundial, las tendencias emergentes y la globalización, se
requiere dar pasos eficaces para impulsar la agenda del desarrollo sostenible. En lugar de un
recinto para negociar o volver a negociar otro abanico de principios, se espera que la Cumbre
Mundial sobre el Desarrollo Sostenible constituya un foro en el cual los diversos actores de los
diferentes sectores de la sociedad puedan definir programas de acción y proyectos con metas
viables, dentro de un marco de tiempo razonable.

Protocolo de Kyoto. Este Protocolo hace parte de la Convención Marco de las Naciones
Unidas sobre el Cambio Climático y representa un acuerdo internacional que pretende reducir las
emisiones de seis gases de efecto invernadero que están causando el calentamiento global como
el dióxido de carbono, el gas metano y el hexafluoruro, entre otros.

Este acuerdo se fijó el 11 de diciembre de 1997 en Kioto, Japón y su meta era que para el 2012
se debía reducir el 95% de la emisión de estos gases. Sin embargo, solo hasta el 2005 entro en
vigor, razón por la cual los países aún siguen trabajando para buscar soluciones que ayuden a
combatir la contaminación.

La decimoctava Conferencia de las Partes sobre cambio climático (COP18) ratificó el segundo
periodo de vigencia del Protocolo de Kioto desde enero de 2013 hasta diciembre de 2020.

El protocolo ha logrado:

Que los gobiernos que se encuentran en este, establezcan leyes y políticas para cumplir
sus compromisos ambientales.
Que las empresas tengan al medio ambiente en cuenta al tomar decisiones de inversión.
Fomentar la creación del mercado del carbono, cuyo fin es lograr la reducción de
emisiones al menor costo.

Cumbre del Clima de París 2015. 195 naciones alcanzaron un acuerdo histórico para
combatir el cambio climático e impulsar medidas e inversiones para un futuro bajo en emisiones
de carbono, resiliente y sostenible.

El objetivo principal del acuerdo universal es mantener el aumento de la temperatura en este


siglo muy por debajo de los 2 grados centígrados, e impulsar los esfuerzos para limitar el
aumento de la temperatura incluso más, por debajo de 1,5 grados centígrados sobre los niveles
preindustriales.

Para lograr estos objetivos ambiciosos e importantes, se pondrán en marcha flujos financieros
apropiados para hacer posible una acción reforzada por parte de los países en desarrollo y los
más vulnerables en línea con sus propios objetivos nacionales.
El Acuerdo de París y los resultados de la conferencia de la ONU sobre el clima (COP 21)
cubren áreas cruciales consideradas esenciales para una conclusión emblemática:

Mitigación: reducir las emisiones lo suficientemente rápido como para lograr el objetivo
de temperatura.
Un sistema de transparencia y de balance global; una contabilidad para la acción
climática.
Adaptación: fortalecer la habilidad de los países para hacer frente a los impactos
climáticos.
Pérdidas y daños: fortalecer la habilidad para recuperarse de los impactos climáticos.
Apoyo: incluido el apoyo financiero para que las naciones construyan futuros limpios y
resilientes.

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