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Staff

Dirección
Lic. Marcelo Oscar Delgadillo Vargas

Redacción
Vidal Ramiro Achu Villegas

Apoyo de redaccion
Zacarias Humberto Hilaquita Mamani

Diseño y Diagramación
Zacarias Humberto Hilaquita Mamani
Vidal Achu Villegas

Ilustración de portada e imágenes


Lic. Marcelo Oscar Delgadillo Vargas
Zacarias Humberto Hilaquita Mamani

La Paz, abril, 2021

Revista Digital N° 4
¡BOLIVIA DE PIE!

Índice
Editorial

“LA POLÍTICA SALARIAL, UNA HERRAMIENTA


pág. 1 PARA LA INDUSTRIALIZACIÓN”
(Por: Roddy Martínez Villarroel)

RENÉ ZAVALETA MERCADO Y ÁLVARO GARCÍA


pág. 9 LINERA COMO EXPONENTES DEL MARXISMO
HERÉTICO1
(Por: Tomás Torres López2)

JOSÉ CARLOS MARIÁTEGUI Y EL PROBLEMA


pág. 21 DE LAS RAZAS Y LA COMUNIDAD
(Por: Victor Hugo Pacheco Chávez)

LAS RESPONSABILIDADES HISTÓRICAS DE EVO


pág. 35 MORALES
(Por: Eduardo Paz Rada)

CLASE MEDIA PROFESIONAL EN CUESTIÓN


pág. 38 (Por: Danilo Paz Ballivián)

MIGUEL ENRÍQUEZ Y EL DESAFÍO DE LAS


pág. 42 NUEVAS GENERACIONES
(Por: Néstor Kohan)

CONTRA EL FEMINISMO LIBERAL Y LAS FORMAS


DE DOMINACIÓN.FEMINISMO COMUNITARIO Y
pág. 52 DESPATRIARCALIZACIÓN
(Por: Mishka Iturri)

SOBRE EL CAPITAL DE MARX, DESDE LOS


pág. 57 ANDES
(Por: Carlos Macusaya)

TRABAJO PRODUCTIVO Y CLASE OBRERA


pág. 63 ACTUAL
(Por: Antoni Puig Solé)

ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE LA


RUPTURA DEL ORDEN CONSTITUCIONAL EN
pág. 77 BOLIVIA ANTE LOS INTENTOS DE CERRAR LA
DISCUSIÓN SOBRE EL GOLPE DE ESTADO
(Por: C. Ernesto Peñaranda Sánchez)

Revista Digital N° 4
¡BOLIVIA DE PIE!

RENÉ ZAVALETA, HISTORIADOR DE LO


POLÍTICO SEIS PROPUESTAS PARA LEER LO
pág. 90 NACIONAL-POPULAR EN BOLIVIA
(Por: Diego Giller)

ÉDGAR “HURACÁN” RAMÍREZ (1946-2021).


LÍDER CONSECUENTE, SOBREVIVIENTE DEL
pág. 111 PLAN CÓNDOR
(Por: Luis Oporto Ordóñez)

EL SINDROME DE DOÑA FLORINDA


PROLETARIOS QUE SE CREEN OLIGARCAS EN
pág. 116 BOLIVIA
(Por: Salinas M. Eduardo)

CONCEPTUALIZACIONES URGENTES DESDE


LOS FEMINISMOS PARA LA CRISIS POLÍTICA:
pág. 120 CAPITALISMO, INTERSECCIONALIDAD Y
SORORIDAD
(Por: María José Gordillo Kempff)
LA ALIANZA ENTRE EL PACHAMAMISMO Y LA
pág. 123 ULTRA DERECHA
(Por: Felipe Kohler)

TERRITORIO, PETRÓLEO Y DEMOCRACIA EN


AMÉRICA LATINA: LA FIGURA DE MARCELO
pág. 127 QUIROGA SANTA CRUZ
(Por: Ana Maria Rivadeo)

REFUNDACIÓN DE COMIBOL - TEXTO PÓSTUMO


pág. 134 DE EDGAR HURACÁN RAMIREZ

RESULTADOS ELECTORALES SUB-NACIONALES


2021 O ACUMULACIÓN DEL PROCESO DE
pág. 143 CAMBIO
(Por: Raúl García Linera )

GOLPE DE ESTADO: PODER Y HEGEMONÍA


pág. 148 (Por: Marcelo Oscar Delgadillo Vargas)

JUAN YUNPA: EL PRIMER FILÓSOFO ANDINO


pág. 159 REGISTRADO DURANTE LA DOMINACIÓN
COLONIAL ESPAÑOLA
(Por: Víctor Mazzi)

Revista Digital N° 4
Editorial
Bolivia vive en momentos cruciales, claramente, el tipo de democracia, modelo
económico y estabilidad social se definirán a partir de las acciones que se tomen ahora.
Nuestro país tiene grandes desafíos, empezando por la desarticulación de los aparatos
golpistas que son serios riesgos para el orden democrático y la integridad nacional.
No habrá estabilidad ni plena recuperación económica hasta que no se desarticulen
las instancias que patrocinaron y ejecutaron el Golpe de Estado. Ni la economía ni la
salud, que son problemas acuciantes en la actualidad, podrán solucionarse en tanto y
en cuanto lo político no se resuelva.

El desmonte de las estructuras golpistas implica, ciertamente, la acción de los órganos


jurisdiccionales para la sanción de aquellos que perpetraron el Golpe de Estado; pero, al
mismo tiempo, conlleva la movilización popular para poner fin a los intentos golpistas
que pretenden recolonizar nuestro país. Solamente la organización y movilización
popular son la garantía última de la consecución de justicia para el pueblo boliviano.

Está claro, que para poder desmontar los intentos y aprestos golpistas, el elemento
esencial es la unidad inquebrantable del campo popular, sólo la unidad podrá poner fin a
los aparatos del golpismo y garantizar la continuación de las grandes transformaciones.
A todas luces, se quiere desplazar a los más consecuentes con la lucha del pueblo
boliviano y resquebrajar al bloque nacional popular, ahí el libreto del golpismo y el caldo
de cultivo para la recolonización de nuestro país. La pérdida de la unidad del campo
popular es el más serio riesgo para la unidad boliviana.

La derecha busca generar un manto de impunidad para que la banda golpista no sea
desarticulada y así volver a perpetrar un Golpe de Estado que amenace seriamente la
integridad nacional. En este sentido, no puede haber reconciliación que consolide la
impunidad y de tiempo valioso para la preparación de una nueva ruptura del orden
democrático por la vía violenta. Solo puede haber reconciliación con justicia, los demás
son discursos funcionales al golpismo, de hecho, son su continuación por otros medios.
Estamos en un momento histórico donde lo que se requiere es ser enérgico y firme,
como se lo fue con la nacionalización de los hidrocarburos y la lucha por la nueva
Constitución Política del Estado.

La revista, entonces, busca responder a este momento histórico para consolidar


la unidad popular en base a un conjunto de ideas fuerza que coadyuven, al mismo
tiempo al empoderamiento de lo nacional - popular. No hay unidad allí donde no hay
comunión de ideas y la revista, precisamente, busca generar una comunión de ideas
que profundicen las grandes conquistas del pueblo boliviano.

Revista Digital N° 4
Dedicamos este número de la revista a la figura histórica de Edgar “Huracán” Ramírez,
enorme dirigente del movimiento obrero y popular boliviano, cuya consecuencia y
honestidad a toda prueba es digna de conocerse y seguirse por las nuevas generaciones
que apuestan por Bolivia, por una ¡Bolivia de pie!

Revista Digital N° 4
¡BOLIVIA DE PIE!

“LA POLÍTICA SALARIAL, UNA HERRAMIENTA PARA LA


INDUSTRIALIZACIÓN”
Por: Roddy Martínez Villarroel

La pregunta es: ¿Una política salarial expansiva puede generar crecimiento económico,
distribución del ingreso y disminución de la tasa de desempleo? La política salarial
expansiva no generó efectos sensibles y directos sobre la inflación y el desempleo, lo
que permitió estabilidad macroeconómica en el modelo. Se recomienda impulsar el
salario mínimo nacional que no solo genera distribución del ingreso sino que impulsa un
consumo básico que permite iniciar un proceso de Industrialización nacional paulatino.

GRAFICO 1: EVOLUCION DEL SALARIO MINIMO NACIONAL


(En bolivianos y porcentajes)

Fuente: Elaboración propia con datos del INE

En Bolivia existe el salario mínimo nacional como una variable de la política salarial, éste
ha tenido comportamientos variados durante los últimos 30 años en función al modelo
económico vigente.

La política económica de los 90’s exigió una política salarial contractiva que utilizaba al
salario mínimo nacional como una forma de minimizar costos de producción, conseguir
mano de obra barata y controlar la inflación. En los 2000 Bolivia sufrió cambios sociales
y políticos profundos, advino un nuevo gobierno y la política económica implantada
desde el 2005 exigió una política salarial expansiva que utilice ahora al salario mínimo
nacional como forma de distribuir la riqueza, mejorar los ingresos de las familias y
fomentar la demanda interna.

SALARIO Y GASTO EN CONSUMO DE HOGARES.

El salario incide en el consumo de los hogares, debido a que el salario representa gran
parte del ingreso que reciben las familias, la otra porción más pequeña pero no menos
importante son las transferencias condicionadas (bonos), este ingreso que para la

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¡BOLIVIA DE PIE!

gran mayoría de la población trabajadora es el Salario, según la teoría keynesiana del


Consumo se destina para consumir, ahorrar y pagar impuestos.

Ante un incremento del Salario en términos reales, el consumo de los hogares se


incrementa, éste incremento no será en la misma proporción debido a que una parte
de ese ingreso las familias lo destinaran al ahorro, calcular ese margen que se destina al
ahorro dependerá de la propensión marginal a ahorrar que tengan las familias bolivianas,
pero no es el objetivo de esta investigación por lo que no nos concentraremos en ello;
lo que si nos compete en esta situación es ver que el incremento de salarios nos lleva
a empujar un componente de la demanda interna como lo es el Gasto de Consumo de
Hogares.
GRAFICO 2: INCREMENTO SALARIAL Y CONSUMO DE HOGARES
(En porcentajes)

Fuente: Elaboración propia con datos del INE y el BCB

Las dos variables Salario y Consumo de Hogares tienen relación en el tiempo, para el
periodo 92-2005 de política salarial contractiva vemos que el consumo de los hogares
va creciendo cada vez menos teniendo tendencia negativa hasta hallar su tope el 2001
donde aún con la reducción de salarios que llegara a 0% de incremento el 2004 y 2005
recupera una tendencia positiva e incrementa en 7% para el año 2005. ¿Cómo se explica
este fenómeno? ¿Incremento de consumo desde el 2001 hasta 2005 con incrementos
salariales nulos en 2003, 2004 y 2005?. Pues que las familias usaron sus ahorros para
sobrevivir.

En el ciclo de la política salarial expansiva 2005 - 2018 vemos que el incremento salarial
vuelve a tener pendiente positiva, incrementa el ingreso de los hogares y el consumo
de las familias se recupera.

POLÍTICA SALARIAL, INVERSIÓN PRIVADA, DESEMPLEO E INFLACIÓN.

Mucho se ha hablado sobre los efectos negativos que puede generar una política salarial
expansiva con incrementos constantes al salario, éste puede traer mayor consumo y

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ahorro si pero a costa de disminuir la ganancia de las empresas lo que traería como
consecuencia la disminución de la inversión privada, por tanto el crecimiento económico
se desaceleraría y el desempleo crecería ley de Okun.

Otro y no menos importante efecto de la política salarial expansiva es la inflación, que


lleva a desestabilizar al conjunto de la economía nacional.

Pareciera que un incremento salarial ya sea por incremento de masa monetaria (Fisher) o
por incremento del costo laboral de producción (Friedman), traería como consecuencia
inflación pero lo que se olvidan al hacer esta afirmación para el caso boliviano es que
ésta afirmación está ligada necesariamente a una economía sin crecimiento, con niveles
muy bajos de crecimiento en la producción, o por debajo de su frontera de posibilidades.
Por lo tanto no es mecánica la aplicación de la teoría económica, si la cantidad de dinero
se incrementa y no así la producción, entonces tendremos que cada uno de nuestros
billetes que van aumentando, perseguirán la misma cantidad de productos, por lo que
los precios subirán efectivamente, pero si crece en mayor proporción la producción este
efecto no existirá.

SALARIO E INVERSIÓN PRIVADA.

El desempleo muchas veces está ligado a la inversión, ahora bien un incremento salarial
se dice trae mayor consumo y ahorro sí, pero a costa de disminuir la ganancia de las
empresas, disminuir la inversión privada. Veremos si estas afirmaciones realizadas por
varios economistas es válida para el caso boliviano.
GRAFICO 11: INCREMENTO SALARIAL E INVERSION PRIVADA
(en porcentajes y Millones de $us

Fuente: Nota de prensa publicada por el MEFP el 2015/03/25: Ministerio de Economía y


Finanzas Publicas, Vice ministerio de Inversión Pública y Financiamiento Externo.

Como se evidencia en el cuadro, los años donde la política salarial fue contractiva y
se fue disminuyendo paulatinamente los incrementos salariales hasta llegar a 0% de
incremento los años 2004 2005, la inversión privada fue cayendo vertiginosamente, la
idea central del incremento salarial es que hace huir la inversión privada, que salarios

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altos necesariamente significan altos costos de producción, pero en el periodo donde


se congelan los salarios la inversión privada disminuye y paradójicamente en el periodo
de política salarial expansiva la inversión privada sube, es decir el argumento de a mayor
incremento salarial menor inversión no es del todo cierta los datos lo demuestran. Ahora
bien nos hablaron que la inversión no vendría tanto de la demanda interna (inversión
privada nacional) sino de la demanda externa (inversión extranjera directa “IED”) y si
teníamos altos costos laborales la inversión extranjera también iba a huir del país por
eso había q congelar salarios, veamos:

GRAFICO 12: FLUJO DE INVERSION EXTRANJERA DIRECTA BRUTA


(En millones de Dólares)

Fuente: Adaptación de la Publicación de la Asesoría Económica de la Vicepresidencia del Estado Plurina-


cional de Bolivia, “¿Porque la economía boliviana crece más que el resto del continente?, Pág. 62.

En promedio la inversión extranjera directa en el periodo de política salarial expansiva


fue más alto que en el periodo de política salarial contractiva. Exceptuando 3 años el
2006, 2009 y 2010. Los otros 10 años del periodo 2006-2015 la IED estuvo por encima del
periodo 95- 2005 en términos absolutos.

¿Por qué entonces vemos que existe mayor inversión privada nacional o extranjera?
es porque la inversión privada en Bolivia se mueve más por la tasa de ganancia, ese
margen de ganancias que aun teniendo costos elevados sigue siendo atractivo para la
inversión, es lo que determina el incremento de las inversiones privadas nacionales y
extranjeras. Veamos las ganancias del sector privado en el País.

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GRAFICO 13: INCREMENTO SALARIAL Y GANANCIAS DEL SECTOR


PRIVADO, 2005 A NOV DE 2018
(En porcentaje y en millones de Bolivianos)

Fuente: Ministerio de Economía y Finanzas Públicas

La ganancia privada paso de 6.766 millones el 2005 a 29.392 millones de bolivianos el 2018
cuadriplicando las ganancias del sector privado en 13 años de aplicación de la política
salarial expansiva, ojo ganancias después del pago de salarios, costos de producción
impuestos, etc.

Para el año 2011, existe un incremento salarial de un 20% y la ganancia del sector privado
lejos de disminuir se incrementó aproximadamente en un 37%, es decir mientras exista
generación de riqueza, la política salarial expansiva redistribuye un porcentaje de la
riqueza generada vía incremento salarial, esto incentiva a su vez el consumo de las
familias de los trabajadores, dinamizando la economía en su conjunto, que sin esos
incrementos salariales la ganancia privada hubiese sido mucho más está bien, pero
no hubiera subido el consumo de hogares, por eso el enfoque de oferta de producción
(reducir costos de producción laborales) no traía resultados positivos para la economía,
no servía solo producir, quien iba a comprar esos productos si los salarios de las familias
estaban por los suelos?.

Al incrementarse la capacidad adquisitiva de los hogares, al crecer el mercado interno, las


empresas tienen una población que puede y demanda mas bienes y servicios. Cuando
se incrementó la demanda interna ahí si la producción se estimuló en algunos sectores
como el sector de alimentos y bebidas, el de textiles y el de vivienda que fueron los que
más crecieron en estos últimos años, pero como vimos en la estructura de consumo
de los hogares bolivianos, ante la falta de protección del mercado nacional el consumo
se focalizo en los estratos medios y altos en consumo de bienes y servicios importados
y no tanto de la economía nacional, lo que hizo crecer el capital comercial pero no el
capital productivo.

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SALARIO Y DESEMPLEO
GRAFICO 14: INCREMENTO SALARIAL Y DESEMPLEO
(En porcentajes)

Fuente: Elaboración propia con datos del INE y Banco Central de Bolivia

En el periodo de política salarial expansiva los incrementos salariales del 5% 12% 20%
y 23% hasta el año 2012 no guardan relación con el desempleo lejos de aumentar el
desempleo con la política salarial expansiva éste disminuyó, se incrementó la demanda
agregada, se dinamizo más la economía, el sector privado invirtió generando empleo en
la economía, por tanto la afirmación de que el incremento salarial generará desempleo
no se cumple de forma directa y mecánica ya que el salario no es la única variable
que explica el crecimiento de la tasa de desempleo abierto en Bolivia, este es más una
cuestión estructural de la economía.
SALARIO E INFLACIÓN
GRAFICO 15: INFLACIÓN E INCREMENTO SALARIAL
(En porcentajes)

Fuente: Elaboración propia con datos del INE

La teoría económica (Fisher) nos indica que ante cualquier aumento en la masa
monetaria, sobrevendría inflación en la economía, pero en el caso boliviano vemos
que no es así, la mayor cantidad de dinero fruto de una política salarial expansiva no
necesariamente derivo en mayor inflación, puede ser a causa de estar situada por

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debajo de su frontera de posibilidades, o que la producción haya crecido más que la


masa monetaria, pero de igual forma esto nos demuestra que la variable inflación en
Bolivia en los últimos años depende de otros aspectos, no tanto del incremento salarial
como se plantea a veces de forma muy ligera en estos temas de política salarial, o si
bien el incremento salarial explica en parte la inflación ésta parte no es determinante
en relación a otras variables que inciden en ella.

En el periodo 2001 - 2005 pese a tener una política salarial contractiva y de ir restringiendo
cada vez más el salario se presentó un cuadro de inflación creciente pasando de 0.92%
el 2001 a 4.62% el año 2004 sin haber incremento salarial. En el periodo 2005 - 2018 la
política salarial expansiva hizo que en el año 2011 exista un crecimiento del 20% y que la
inflación sea de 6.9% al siguiente año el incremento salarial se dio en 23% pero contrario
a lo que muchos creerían que existiría una presión más fuerte hacia la inflación, ésta
disminuyo a 4.54%.

CONCLUSIONES

La aplicación de una política salarial expansiva dentro el marco del modelo económico
plural, fue beneficioso, al incrementar el ingreso de las familias se generó consumo,
ahorro, e inversión, esto permitió potenciar la demanda Interna que fue el principal motor
del crecimiento económico dentro el modelo, paralelamente al estudiar el dinamismo
de la demanda interna y sus componentes en el tiempo, se mostró los resultados
negativos de una política salarial contractiva bajo la lógica neoliberal de los 90’s de
potenciar la demanda atrayendo inversión extranjera vía reducción de costos laborales,
esto daba como resultado que Bolivia dependiese en demasía del sector externo. Como
segunda conclusión vimos que la política salarial expansiva incidió de manera efectiva
en la distribución del ingreso del País, se mejoraron los niveles de equidad e igualdad,
se disminuyó la pobreza extrema bajando de 45% el 2000 a 17% el 2017, se incrementó el
consumo y se generó bienestar con equidad en las familias. Como tercera conclusión, al
analizar la supuesta relación negativa existente entre incremento salarial con inversión
privada, desempleo e inflación, vimos que la inversión tanto nacional como extranjera
creció en el periodo de política salarial expansiva, se evidencio que el salario no generó
efectos sensibles y directos sobre la inflación y el desempleo, lo que permitió estabilidad
macroeconómica en el modelo. Al potenciar la demanda interna e incrementar el
consumo, la inversión privada respondió con la creación de más empresas y por tanto
en la generación de más empleo, disminuyendo la tasa de desempleo urbano que es
donde se encuentran la mayor cantidad de asalariados. El proceso de nacionalización
fue piedra angular para capitalizar la economía boliviana en un primer momento,
ahora Bolivia debe recorrer el proceso de industrialización y diversificación de su matriz
productiva.

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¡BOLIVIA DE PIE!

RENÉ ZAVALETA MERCADO Y ÁLVARO GARCÍA LINERA


COMO EXPONENTES DEL MARXISMO HERÉTICO1
Por: Tomás Torres López2
La presente ponencia se propone abordar algunos elementos conceptuales de René
Zavaleta Mercado y Álvaro García Linera, tratando de relevar las prácticas de traducción
del marxismo realizadas por estos autores. Asimismo, pretendo introducir la discusión
sobre las formas en las que las lecturas del texto marxiano, en nuestro continente, han
buscado ser críticas sobre las potencialidades revolucionarias de nuestras formaciones
sociales particulares.

Sostengo que ambos autores han realizado contribuciones importantes al campo del
marxismo latinoamericano, cada uno con sus particularidades, pero que en conjunto
contribuyen a lo que Omar Acha y Debora D´antonio, (2010) denominan “el programa
en construcción” del marxismo en nuestro continente. Ahora bien, la ponencia parte
de un supuesto y es que hay una particularidad constitutiva de ciertas corrientes de
la producción marxista que pueden ser catalogadas como heréticas, pues bien, cabría
preguntarse contra qué se rebelan y si es que acaso es posible denominarla una
corriente como tal. De este modo nos acercaremos al primer punto de la presentación,
lo que entiendo por marxismo herético.

EL MARXISMO HERÉTICO O CRÍTICO

El marxismo en nuestro continente tiene larga data y vastos estudios. Conocidos son
los momentos de mayor creatividad en la producción intelectual de nuestro continente
quienes, identificándose con los postulados de Marx, han desarrollado propuestas
teóricas que permitieron la comprensión particular, de una manera creativa, de nuestro
continente.

Hay una complejidad inicial respecto de esta ponencia y es aproximarse a una definición
de lo que es el ‘marxismo crítico’, sobre todo porque no hay una sistematización o sistema
de pensamiento que permita abordar, desde las ciencias sociales, la genealogía de una
tradición que, con marcadas diferencias, permite hacer uso del concepto. No obstante,
el vínculo entre marxismo y América Latina ha sido analizado de manera permanente,
aunque no deje de ser llamativo que autores connotados como, Eric Hobsbwam
(1980), dediquen tan poco de sus reflexiones a ello. Independiente de lo anecdótico de
esto último, las relaciones entre Marx y América Latina pueden ser abordados desde
diferentes perspectivas.

Stefan Gandler (2007) propone una cuando dice que el pensamiento crítico debería
transgredir 9 presupuestos que se han inscrito en la construcción social de toda teoría.
Más allá de mencionarlos todos, me interesa destacar dos: “1) Cuídate de pensamientos
1
Ponencia para el Seminario chileno-boliviano “Estado y sociedad en América Latina”, Iquique, 2019.

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¡BOLIVIA DE PIE! COMO EXPONENTES DEL MARXISMO HERÉTICO1

que no estén aliados al poder reinante en cada caso y, 2) Cuídate de pensamientos que
no estén aliados a ningún poder” (p. 29). Bajo estos dos enunciados, podríamos decir
que ya con José
Carlos Mariátegui se inicia el camino crítico de la herejía, dado que en diferentes textos
del amauta es posible hallar rasgos críticos al desarrollo que iba adoptando el marxismo
oficial, aquel ligado a la ortodoxia soviética, y que el peruano lleva a su extremo al
momento de plantear un socialismo indoamericano. También identificamos en su
análisis a la crisis del marxismo (Mariátegui, 1978), un cuestionamiento al desarrollismo
histórico que comenzaban a imprimirse en los discursos oficiales del comunismo.

Sobre esto último, José María Aricó (2010), propuso que: “(…) Fue el conocimiento de los
textos tales como el manifiesto comunista, el prólogo a la contribución a la crítica de la
economía política, el anti-dühring – y (…) el primer tomo de El Capital -, leídos todos desde
una perspectiva fuertemente positivista, el sustento teórico de la constitución de una
ideología sistematizadora del pensamiento de Marx, de nítidos perfiles cientificistas” (p.
97-98). De este modo, el problema de Gandler, puede ser leído como el problema de la
recepción del marxismo en nuestro continente.

El mismo Aricó plantea algo que Fernández Buey (1998) propuso como un Marx sin
ismos, cuando el intelectual argentino menciona que: “Para Marx, la clave de los
fenómenos sociales debe ser buscada a través de un estudio particularizado de cada
uno de ellos (…)” (2010, p. 109). En este sentido, la propuesta marxiana como tal no es
una construcción transhistórica que, cual manual, puede ser adecuada a cualquier
realidad sin ser entendida, estudiada y analizada. De esta forma, la célebre tesis XI sobre
Feuerbach que propone que los filósofos han interpretado el mundo de diferentes
maneras, pero de lo que se trata es de transformarlo, no está renunciando al análisis
propio de la situación concreta, sino a una conexión indisoluble entre teoría y práctica,
por ende, contingente al terreno desde donde se posicionan los intelectuales marxistas.

Ahora bien, no se trata de reivindicar un particularismo extremo que deseche cualquier


pretensión explicativa de la totalidad histórica, sino más bien, adoptar prácticas de
traducción que sean capaces de hacer una unidad compleja entre los presupuestos
teóricos e históricos, en palabras de Martín Cortés (2015): “[El ejercicio de traducción es]
un trabajo que hace dialogar a autores, conceptos o debates en contextos (históricos,
pero también teóricos) que inicialmente le son heterogéneos. Consiste en un trabajo
que pone a disposición esos materiales y los torna fructíferos para pensar una nueva
realidad.” (p. 18).

Por otro lado, este ejercicio no sólo desecha el particularismo teórico, sino también el
universalismo abstracto, ya que: “La traducción implica la restitución del vínculo entre
los conceptos y sus condiciones de producción, ya que eso permite “comprenderlos
2
Sociólogo, académico de la Escuela de Sociología de la Universidad Católica Silva Henríquez, Doctorando en
Sociología por la Universidad Alberto Hurtado, Becario CONICYT Doctorado Nacional 2019, Folio: 21190039, contacto:
tom.torres.lopez@gmail.com

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¡BOLIVIA DE PIE! COMO EXPONENTES DEL MARXISMO HERÉTICO1

mejor” y, a su vez, precisar sus límites, esto es, evitar una universalización abstracta”
(Cortés, 2015, p. 34).

Una tercera característica de la traducción es su condición imperfecta, que además,


denota el punto más importante de él, a saber, su capacidad creativa. La traductibilidad,
no puede ser literal, sin embargo, el ejercicio supone dos cosas: “Una fina articulación
entre el “fondo esencial” – lo común, aquello que hace a las realidades reductibles entre
sí – y las particularidades históricas nacionales, porque no existe transparencia posible.
De allí que en toda traducción se realice un esfuerzo (…) de producción” (Cortés, 2015, p.
33).

El marxismo herético, en consecuencia, no sólo cuestiona los pensamientos


hegemónicos, sino también produce lo que podríamos denominar una generalidad
particular, es decir, contrasta lo común entre realidades (por ejemplo, el capitalismo) con
las formaciones sociales particulares, rehuyendo de esta manera, a los excepcionalismos
y universalismos. Diremos, finalmente, que el marxismo crítico presupone un acto de
traducción que rechace los dogmatismos de los pensamientos oficiales y que se alía
a las formulaciones de las clases subalternas, posicionándose en su espacio social. En
otras palabras, transgrediendo las dos normas que propone Gandler (2007), por medio
del ejercicio de la traductibilidad, es posible la emergencia de un marxismo herético.

Esto último, es lo que realizan los autores que analizaremos, un acto de producción
creativo, de pensar un marxismo para nuestro continente a partir de eso que Cortés
(2015) llama el fondo esencial, pero que mediante un análisis a sus tiempos históricos
no descuidan las particularidades nacionales.

EL PROYECTO HISTÓRICO DE LAS CLASES NACIONALES DE ZAVALETA MERCADO

René Zavaleta Mercado es un autor que nos aporta, desde diferentes perspectivas,
categorías y conceptos, que nos permiten considerarlo parte de lo que he denominado
marxismo herético.

Diferentes documentos de trabajo han contribuido a desentrañar el complejo pensamiento


político, sociológico y teórico de esta connotada figura intelectual boliviana. Algunos
como, por ejemplo, Zemelman (1985) en la década de los 80 dedicó con su acusiocidad
característica, importantes reflexiones sobre su pensamiento histórico-político como
creación epistémica novedosa de nuestro continente. Además del pensador chileno,
en la actualidad, vemos un importante número de ensayos dedicados a analizar la
obra de Zavaleta. Quizás, los conceptos mayormente estudiados, son los de formación
social abigarrada (Antezana, 1991; Tapia, L., 2002; García Linera, et., al., 2008; Pacheco, V.,
& Ortega, J., 2018) y la noción de democracia como autodeterminación (Viaña, J., 2006;
Cabaluz, F., 2018 & Salamanca, K. 2015).

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RENÉ ZAVALETA MERCADO Y ÁLVARO GARCÍA LINERA
¡BOLIVIA DE PIE! COMO EXPONENTES DEL MARXISMO HERÉTICO1

Sin embargo, hay otros, en el período “nacionalista”, denominado así por Mauricio
Sousa Crespo (2011), que parecieran pasar inadvertidos y que, siguiendo las reflexiones
de Hernan Ouviña (2016), se encontrarían diseminados a lo largo de sus reflexiones de
los diferentes “momentos” de su obra. En otras palabras, su período “nacional-popular”
nunca sería dejado de lado, ni en sus conceptualizaciones de madurez que lo han
vinculado a las corrientes del marxismo crítico.

A partir de ello, entonces, es que me he propuesto desentrañar genealógicamente


algunos aspectos teórico-políticos en el dispositivo conceptual que el joven Zavaleta va
proponiendo. Sin embargo, ese trabajo excede los márgenes de la presente exposición
y sólo nos centraremos en un concepto que ha le ha otorgado una particularidad
inicial a sus reflexiones desde el marxismo que, si se me permite, podría ser uno de
los elementos que vincula sus analisis entorno a las formaciones sociales abigarradas
y a los problemas relacionados a la determinación dependiente, estas son: las clases
nacionales.

Sin duda, las clases nacionales son el centro de las primeras reflexiones de Zavaleta.
Esto, por el contexto socio-histórico que implicaba el desarrollo de la revolución iniciada
en 1952 por el Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR). Nuestro intelectual,
militante de dicho movimiento, analizaba las maneras de defensa del proceso a la
vez que su profundización desde una perspectiva marxista que considerara el análisis
concreto de la situación concreta. Las influencias leninistas en textos como: El asalto
Porista o Estado Nacional o pueblo de Pastores, dan cuenta de la manera en la que el
revolucionario ruso se colaba constantemente en los análisis zavaletianos.

Teniendo eso en consideración, la idea de la autodeterminación nacional leninista,


implicaba pensar en una teoría capaz de formular un sujeto. En este sentido, las críticas
de Zavaleta al Trotskismo, representado por el POR, como al estalinismo, encarnado
por el PCB, serán el blanco predilecto, no por un afán exclusivo de distinción de
proyectos históricos, es decir, una diferenciación en el campo político, sino también por
el fundamento de las lecturas que se hacían del marxismo. Por ejemplo, el sociólogo
boliviano dice del POR: “Lora [quien era dirigente de ese partido] considera, por ejemplo,
que la metrópoli imperialista “depende de la periferia colonial en mayor grado que esta
de aquella” y que esta periferia podría “paralizar inmediatamente todo el monstruoso
aparato productivo de la metrópoli”. Se trata, como se ve, de un monstruo sumamente
frágil, propenso a mortales resfríos” (Zavaleta, 2011, [1959] p. 42). El cuestionamiento hacia
la corriente trotskista, entonces, sería la de su débil caracterización del imperialismo
como dependiente de la periferia, es decir, en un ejercicio intelectual de inversión de las
relaciones dependientes.

Ahora bien, esto no es el único punto de crítica al trotskismo, sino también, parafraseando
a Zavaleta, su desenfrenado proletarismo, que no permitía entrever el verdadero meollo
de la Revolución Latinoamericana, a saber, las revoluciones nacionales.

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¡BOLIVIA DE PIE! COMO EXPONENTES DEL MARXISMO HERÉTICO1

Es bajo la unidad dialéctica Imperialismo-soberanía nacional, desde donde el sociólogo


boliviano va contorneando la necesidad de un sujeto que de cuenta de los intereses
nacionales para fomentar un tipo de desarrollo especial, uno socialista.

La particularidad boliviana, en su relación con el imperialismo, en su construcción


nacional, etc., daba a conocer una excepcionalidad expresiva de la lucha de clases
en nuestro continente, en palabras del autor estudiado: “En el caso de Bolivia, país
semicolonial y subdesarrollado, de soberanía imperfecta y disminuida, país acorralado
semi-existente a causa de la despersonalización impuesta por la invasión que dura
cuatrocientos años, esta dicotomía [haciendo referencia a la lucha de clases] se expresa
en la lucha de las clases nacionales contra el imperialismo, cuyos componentes políticos
son interesados metropolitanos y las partes demográficas de la sociedad boliviana que
le sirven y se le adjuntan, [se constituyen] en clases extranjeras de la política nacional”
(Zavaleta, 2011 [1959], p. 54).

De esta forma, la capacidad de soberanía nacional pasaría, entre otras cosas, por la
formación de un sujeto político capaz de representar los verdaderos intereses nacionales,
dado que, como dijera André Gunder Frank (1973) en la década de los 70`, las burguesías
latinoamericanas no habrían sido capaces de cumplir su rol histórico. Zavaleta no
sólo da cuenta de esa condición lumpenburguesa, sino también del vínculo colonial-
dependiente que implica que los intereses de las clases dominantes no se encuentren
en los territorios nacionales, sino en los países centrales (Zavaleta, 2011 [1963]).

Lo último, se vería reflejado en la emergencia de un Superestado minero, que


más que interesarse en el desarrollo interno de los pueblos bolivianos, lo haría para
continuar el vínculo colonial-dependiente con los centros. Ahora bien, El problema del
rentismo (Zavaleta, 2011 [1963]) no podría ser superado sino fuera por medio del sujeto
constructor de un Estado Nacional, es decir, por las clases nacionales. Pero a diferencia
de un desarrollismo huero, Zavaleta propone que la constitución de un poder soberano
nacional no podría ser una copia del proceso Europeo dado que este terminaría en la fase
superior del capitalismo, el imperialismo, por ende, el proyecto de la periferia debería
ser singular y opuesto a este, en palabras del autor: “Es interesante notar como mientras
en Europa la realización de los Estados Nacionales condujo al imperialismo, que es una
economía internacionalizada, en los países proletarios nos conducirá precisamente a
un resultado opuesto, que será el fin de ese imperialismo” (Zavaleta, 2011 [1963], p. 60).

Para esto, Zavaleta distingue entre dos tipos de desarrollo, uno que no libera y otro
que libera, este último debería ser el camino adoptado por las clases nacionales. La
liberación, del imperialismo, en consecuencia, sería una senda de desarrollo industrial
que permitiera cortar el cordón de la producción dependiente y del intercambio
desigual.

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¡BOLIVIA DE PIE! COMO EXPONENTES DEL MARXISMO HERÉTICO1

A partir de lo anterior, es posible delimitar que el proyecto histórico de las clases


nacionales sería el de construir un Estado nacional, ahora bien ¿Qué es lo herético de
esta propuesta? O ¿Dónde opera la crítica del marxismo “nacionalista” zavaletiano? En
dos elementos: El primero es que las clases nacionales suponen una alianza interclasista,
en consecuencia, la tradición clásica del marxismo, que es criticada por Zavaleta bajo las
figuras del POR y el PCB, sería desechada por la particularidad histórica que representa
la relación entre semicolonia e imperialismo. Esto, no quiere decir que el intelectual
boliviano deseche la potencia emancipadora de la clase obrera, sino más bien que
dimensiona las posibilidades de cambio y de hegemonía de esta en correlación con
otras clases, en palabras del autor: “Sabido es que el proletariado es la clase dirigente
dentro de la lucha revolucionaria de los países, pero nosotros tenemos actualmente solo
un proletariado primario y minoritario, sometido a muchos factores de desclasamiento
que son propios de una sociedad atrasada dentro de la que las propias clases están
mal definidas. De esta manera, inclusive dentro de un género de preocupaciones que
alcanza sólo a la gente que está propiamente en la Revolución, es necesario formar filas
junto a los que defienden un sentido minero e industrialista para el desarrollo nacional”
(Zavaleta, 2011 [1963], p. 66).

En segundo término, lo herético se ve en la manera no lineal de interpretar el desarrollo


histórico. En otras palabras, el desarrollo no antecede la lucha por el socialismo, sino
que es en el desarrollo industrial donde se encontrarían las formas de un socialismo
boliviano. En otro sentido, no existen fases de desarrollo con un telos (el socialismo),
sino más bien maneras prácticas de conjurar antagonismos antiimperialistas de
emancipación nacional que tengan como objetivo táctico y estratégico la construcción
del socialismo: “No es cierto que los países atrasados deban comenzar por el principio
porque eso significaría retrasar por siglos su liberación.” (Zavaleta, 2011 [1963]: 67).

Lo que he mencionado sobre el proyecto histórico de las clases nacionales, sin hablar
directamente sobre estas, no es un ejercicio estilístico, sino que obedece a la manera en
la que Zavaleta habría pensado las propias clases que se puede resumir con las palabras
de Ouviña: “(…) una clase social en Zavaleta no es una cosa ya-dada; es una formación y su
composición histórica está vigorosamente condicionada por relaciones de producción”
(Ouviña, H. 2016: 160). Es decir, sin proyecto histórico no es posible pensar las clases
sociales, pero el intelectual boliviano tampoco cae en un subjetivismo extremo, sino que
otorga a la dimensión productiva un lugar importante en su formulación de ellas. En
mi exposición, me he dedicado a la primera dimensión, puesto que ahí existen posibles
nodos de comunicación con el concepto de comunidad de Álvaro García Linera.

LA COMUNIDAD DE GARCÍA LINERA.

La comunidad para Álvaro García Linera pasa por diferentes momentos en el desarrollo
de su obra. Son pocos los autores que se han preocupado por dicho concepto político
del actual Vicepresidente de Bolivia. Por ejemplo, Dominique Temple (2010) y Sylvia de

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¡BOLIVIA DE PIE! COMO EXPONENTES DEL MARXISMO HERÉTICO1

Alarcón (2010) tratan sistemática el desarrollo del concepto a partir de lo que hemos
denominado lugares de enunciación (Torres, 2018). El primero se centra en el libro
“Forma Valor y Forma comunidad” (2015) para, desde una perspectiva antropológica,
cuestionar el “imperio de las categorías” por sobre las relaciones culturales reales en
las que se representan las relaciones de reciprocidad comunitarias. De Alarcón, por su
parte, en un análisis pormenorizado del lugar guerrillero e institucional, observa una
suerte de confusión táctico-estratégica del concepto que tiende a diluirse entre un
socialismo comunitario incompleto y un socialismo estatal imperfecto.

El concepto de lugar de enunciación, hace referencia a la forma de producción del


conocimiento vinculada al quehacer intelectual de un sujeto. Es decir, la manera en la
cual genera planteamientos teóricos vinculados a un contexto histórico-social desde el
cual se encuentra posicionado. A partir de ello, el centro de esta reflexión será la etapa
guerrillera en la biografía de García Linera, cuando militaba en el Ejercito Guerrillero
Tupak Katari (EGTK), ya que en aquel momento se encuentran los fundamentos teóricos
que posteriormente desarrolla.

Ahora bien, creo que la pregunta por la comunidad es la pregunta por el sujeto. En este
sentido, es que para describir el marxismo herético de García Linera iremos, al igual
que como hicimos con Zavaleta, a las reflexiones juveniles del autor, dado que en ellas
es más simple rastrear los cuestionamientos hacia el marxismo ortodoxo. Con esto, no
queremos decir que existan rupturas epistemológicas en la comprensión del objeto por
parte de García Linera, sino más bien que la construcción teórica está impregnada por
el sentido de época y que la teoría no es una abstracción, sino que una singularidad de
la expresividad histórica como contexto determinante de las reflexiones.

Las primeras traducciones que realiza García Linera del marxismo se vinculan a
relacionar las formaciones abigarradas bolivianas con un horizonte emancipatorio. El
punto de partida del autor analizado, es el de pensar un desarrollo no lineal, es decir, el
de la coexistencia de modos de producción a la vez que de temporalidades históricas
que se sitúan en un mismo espacio social del presente.

Esta interpretación no lineal de realiza García Linera se debe a que su objeto de análisis
es el último Marx, aquel que se vincula con el populismo ruso, que, además de la
conocida carta a Vera Zasulich, también analiza las conclusiones de Maxim Kovalevsky.
En ambos textos es posible observar a un Marx que pareciera desechar gran parte de su
arsenal conceptual para analizar el capitalismo británico, comenzando a vislumbrar la
posibilidad de un transito al socialismo sin padecer la modernidad del capital.

En esta línea, García Linera, a contrapelo de las interpretaciones ortodoxas de Marx,


observa en la comunidad un potencial capaz de subvertir las relaciones capitalistas de
producción, que, en términos estrictos, aún no desarrollan la subsunción real de todas
las relaciones sociales, de ahí la importancia de estas, ya que las formas comunitarias

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RENÉ ZAVALETA MERCADO Y ÁLVARO GARCÍA LINERA
¡BOLIVIA DE PIE! COMO EXPONENTES DEL MARXISMO HERÉTICO1

puedan ser capaces, en tanto portadoras de formas organizativas y políticas antagónicas


al capital, subvertir su lógica, en otras palabras, “lo” comunitario sería también un
locus capaz de potenciar una forma singular de comunismo que permitiría, gracias a
sus formas de propiedad y relaciones sociales de producción, dar un salto histórico en
su concreción, en palabras del autor: “(…) el comunismo, (…) representa, en parte, la
continuidad de la antigua trayectoria no capitalista, pero también su superación” (García
Linera, Á, 1989: XX). En otras palabras, la comunidad representa una potencialidad, una
posibilidad de transformación del mundo, que, dadas las particularidades históricas de
Bolivia, sería una alternativa viable para la construcción de una fuerza anticapitalista.

Ese potencial, se anidaría en la diferencia entre propiedad y posesión que García Linera
observa en las reflexiones del último Marx cuando dice que: “Para nosotros, la importancia
de ese pensamiento creativo de Marx es fundamental [refiriéndose a la diferencia entre
posesión y propiedad que desarrolla el alemán respecto de las formaciones nacionales
no- capitalistas]. Y no únicamente [para] reconocer nuestra realidad y nuestro pasado,
sino, en primer lugar para entender las fuerzas comunitarias que -junto a las que ha
creado el capitalismo para negarlo – empujan nuestra sociedad a la posibilidad del
socialismo” (García Linera, Á. 1989: XIV). En otras palabras, las relaciones comunitarias
no se vinculan a un pasado folclórico avasalladas por la forma valor, sino más bien a
subvertir la alienación capitalista.

Esta forma de entender la comunidad se refleja en que el fundamento del trabajo


en el que reposa es colectivo, donde la posesión individual, es decir, aquel uso de las
herramientas, el uso de la tierra y las formas de participación en el excedente, prima
por sobre formas de propiedad capitalista. Estas relaciones sociales de producción se
reproducirían en el presente, en palabras de García Linera: “En la actual comunidad
campesina, tanto en aquellas que conservan la propiedad colectiva de la tierra,
pero también en aquellas en las que ha sido recientemente privatizada, existen y se
reproducen formas desarrolladas de trabajo colectivo como el ayni, la minka, la jayma,
el waki, la uñara, umarga, abucalla, wayka y otros que, en conjunto, le posibilitan el paso
a formas superiores de producción colectivas y socializadas” (García Linera, Á. 1988: 166).

Sin embargo, las posibilidades emancipatorias de trabajo socializado se baten entre


la universalización o sectorización de ellas. En este sentido, al igual que lo hiciera
Zavaleta bajo la idea de clases nacionales, García Linera plantea a la nación como el eje
constitutivo no alienante para la universalidad de las relaciones comunitarias.

Lo anterior, dado que el trabajo del MNR en la revolución del 52 solo habría desarrollado
un aspecto de construcción del Estado Nacional, pero habría olvidado a la otredad, a los
indígenas: “(…) la revolución burguesa de 1952, como nunca antes, creó las posibilidades
de creación (sic) de la nación burguesa dentro de los límites territoriales de irradiación
del Estado; en otras palabras, la nacionalización del conjunto social perteneciente a
la territorialidad estatal, pero también como nunca antes, desde la invasión española

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¡BOLIVIA DE PIE! COMO EXPONENTES DEL MARXISMO HERÉTICO1

demoró temporalmente las posibilidades de nuevos tipos de unidad nacional fundadas


en la división histórico-cultural de la reproducción asociada a la comunidad” (García
Linera, 1990: 5). En otras palabras, siguiendo los planteamientos de Zavaleta, habría
triunfado el mal desarrollo.

El problema, entonces, radicaría en la posibilidad de subvertir o radicalizar la


construcción nacional como fundamento potencial del sujeto portador de cambios. En
este sentido, los vínculos sobre el sujeto entre Zavaleta y García Linera se cruzan y si
bien para el primero la respuesta sería la construcción estatal soberana con perspectiva
socialista, para el segundo se basaría en lo que el mismo ha denominado “afirmación
estatal” (García Linera, 1990), es decir, en la necesidad de devenir poder soberano de la
nación a partir de las formas multinacionales bolivianas. Esto último es descrito por el
vicepresidente de la siguiente manera: “(…) no existe ejemplo histórico de nacionalidad
que haya reivindicado su identidad social como simple suma de factores. Estas son
características que favorecen la conformación social como nacionalidades, pero nunca
son ni han sido decisiva: esto va a depender del carácter más o menos unificado del
proceso de reproducción social del conjunto y de la búsqueda de la afirmación político
estatal ya sea para reafirmarlo adecuadamente o transformarlo. De aquí que sea
equivocado hablar de clase por un lado y nación por otro” (García Linera, 1990: 20).

Comunidad, nación y clases se vuelven conceptos mutables que, a partir de la


particularidad boliviana, son centrales para pensar un marxismo herético. Sin
embargo, y como hipótesis, podríamos decir que Zavaleta se encuentra preocupado
del colonialismo como imperialismo, mientras que García Linera se interroga por el
colonialismo interno. Si bien ambos tienen expresiones en las formas de dominación
de clase, las consecuencias de las decisiones políticas parecieran tomar caminos
opuestos. Por una parte, una construcción nacional estatal a partir de la unidad contra
el imperialismo, en el caso de Zavaleta, y una construcción plurinacional mediante la
formula de afirmación estatal, en el caso de García Linera.

REFLEXIONES FINALES

La presente ponencia buscó mostrar las traducciones hechas por René Zavaleta
Mercado y Álvaro García Linera del marxismo. Si por traducción entendemos un acto
de creación, entonces vemos también la particularidad de sus propuestas. Ambos no
buscan reproducir conocimiento a partir de una validez política, ni tampoco de hallar
en los textos, escrituras sagradas dispuestas a aplicarse a cualquier realidad que pueda
ser caracterizada como capitalista.

De este modo, tanto las clases nacionales, como la comunidad, nos permiten extender
reflexiones sobre el sujeto de las transformaciones en formaciones sociales como las
nuestras, abigarradas, pero también sobre la potencia que tiene el marxismo herético,
heterodoxo o crítico, para robustecer los postulados teórico-políticos. Así, la ruptura

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¡BOLIVIA DE PIE! COMO EXPONENTES DEL MARXISMO HERÉTICO1

con el pensamiento oficial, del que habla Gandler, se puede reflejar claramente en las
posiciones de estos dos autores analizados.

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¡BOLIVIA DE PIE!

Revista Digital N° 4
¡BOLIVIA DE PIE!

JOSÉ CARLOS MARIÁTEGUI Y EL PROBLEMA DE LAS


RAZAS Y LA COMUNIDAD
Por: Victor Hugo Pacheco Chávez
Posgrado en Estudios Latinoamericanos-UNAM
INTRODUCCIÓN
El historiador peruano Alberto Flores Galindo cuenta que en la primera Conferencia
Comunista Latinoamericana celebrada en Buenos Aires, en 1929, cuando el intelectual
peruano Hugo Pesce le dio un ejemplar de los 7 Ensayos de interpretación de la realidad
peruana 1 a Vittorio Codovilla, en ese momento presidente de la Conferencia, al recibir el
libro el comunista argentino hizo un comentario sobre el escaso valor de la obra de José
Carlos Mariátegui.2 Más allá de la anécdota, y de cuál haya sido la reacción del Amauta
al enterarse de la noticia, lo cierto es que aquello que Mariátegui y los delegados del
Partido Socialista Peruano leyeron en la Conferencia mostró cierta discordancia de
la Internacional Comunista y los socialistas peruanos con respecto a cuáles eran los
problemas que debía resolver América Latina.

Pablo González Casanova señala una cuestión importante al trazar la genealogía del
“colonialismo interno”, y que se cruza con el periodo que vamos a analizar, dejando ver,
aunque no sea esa su intención, que ya para el momento en que Mariátegui escribe
“El problema de las razas en América Latina”, hay una seria dificultad del movimiento
comunista internacional, o específicamente de los núcleos duros de la Internacional
Comunista en entender el problema de lo nacional:
Los propios conceptos que tendieron a prevalecer en el Estado centralista
–enfrentado al imperialismo y al capitalismo— se complementaron con
reprimendas a las reivindicaciones concretas de croatas, eslovenos, macedonios,
etcétera. Se condenaron sus demandas como particularistas, en especial las que
reivindicaban la independencia. Así se cerró la discusión en el V Congreso de la
Internacional. A partir del VI congreso “se abandonaron las posiciones analíticas”
y se concibió “lo nacional” al margen de los derechos nacionales y étnicos. Desde
entonces prevaleció la dictadura de Stalin en el partido y en el país.
Encontrar la convergencia de la “revolución socialista” y la “revolución nacional”
siempre resultó difícil. La teorización principal se hizo en torno a las clases,
mientras etnias o nacionalidades se atendieron como sobredeterminaciones
circunstanciales. Los conceptos de etnias y nacionalidades como los de alianzas
y frentes oscilaron más que los de la luchas de clases, en función de categorías
abstractas y de posiciones tácticas. Clase y nación, socialismo y derechos de las
etnias, enfrentamientos y alianzas, se defendieron por separado y se juntaron
según los juicios coyunturales del partido sobre las “situaciones concretas”. 3
1
De aquí en adelante nos referiremos al libro como 7 Ensayos.
2
Flores Galindo, Alberto. La agonía de Mariátegui. La polémica con la Komintern. Lima: DESCO, 1980, p. 27.
3
González Casanova, Pablo. “Colonialismo interno (una redefinición)”. En Revista Rebeldía, No. 12, octubre 2003. En
http://www.revistarebeldía.org/revistas/012/art.html [julio 2017].

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¡BOLIVIA DE PIE! JOSÉ CARLOS MARIÁTEGUI Y EL PROBLEMA DE LAS RAZAS Y LA COMUNIDAD

Esta diferencia no sólo se encuentra en la táctica que se debía de seguir en América


Latina, también en cuanto a cómo formular el problema fundamental que se tendría
que resolver. Mariátegui propone de manera novedosa para la discusión continental el
problema de la raza. Tema polémico y difícil de asumir por un comunismo internacional
que veía este aspecto como una cuestión puramente ideológica. El texto al que
aludimos, “El problema de las razas en América Latina” y que tomamos para el trabajo,
está incluido en el libro de Ideología y política. El texto se escribió para ser leído en
la Conferencia Sindical Latinoamericana, mayo de 1929; y en la Primera Conferencia
Comunista Latinoamericana, junio ese mismo año, e intervino en su elaboración Hugo
Pesce.4 Este último personaje era un joven miembro del Partido Socialista Peruano
al cual el historiador Flores Galindo describe de la siguiente manera: “hombre de una
cultura amplia, que trascendiendo a la propia medicina, sustentaba una detenida y
sólida formación marxista. Había nacido con el siglo en la ciudad de Tarma; realizó sus
estudios en Italia y se graduó en la Universidad de Génova”.5 A esa Conferencia también
asistió como aparte de la delegación peruana el sindicalista Julio Portocarrero.

En este trabajo más que centrarnos en la discusión con la III Internacional Comunista,
lo que nos interesa mostrar es la importancia que Mariátegui le concede al tema
de la raza y de la comunidad como elementos de configuración de la problemática
latinoamericana.
EL MARXISMO DE MARIÁTEGUI

El texto que envió Mariátegui como presentación al Congreso de la Confederación


Sindical Latinoamericana de Montevideo y a la primera Conferencia Comunista
Latinoamericana de Buenos Aires es revelador en el sentido de que se puede decir que
muestra una unidad de su pensamiento con dos obras suyas emblemáticas, hablamos
de los 7 Ensayos -al que califica como un texto de aplicación del método marxista-
y el otro que estaba preparando en ese momento y que no logró concluir, Defensa
del marxismo. En una presentación que elaboró para dichas Conferencias, y que está
escrita en tercera persona, afirma que tiene una gran influencia de lo que él llama la
“singular importancia del aporte soreliano” al método marxista.6

Aunque Mariátegui no ahonda en la manera en la cual utiliza a Sorel en el texto de “El


problema de las razas en América Latina”, se puede ver su influencia en lo siguiente:

4
Vale la pena tener en cuenta la nota que los editores del libro de Mariátegui, Ideología y política, ponen
al inicio del texto de “El problema de las razas en América Latina”, en donde mencionan las partes
que escribieron Mariátegui y Pesce. Además señalan las partes que se leyeron tanto en la Conferencia
Sindical Latinoamericana como en la Primera Conferencia Comunista Latinoamericana; a la vez que
nombran las publicaciones del momento en donde el texto fue reproducido. Ver Mariátegui, José
Carlos. Mariátegui total, Tomo I, Lima: Empresa Editorial Amauta, 1994, p. 167.
5
Galindo, La agonía, p. 24.
6
Mariátegui, Mariátegui, p. 163.

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¡BOLIVIA DE PIE! JOSÉ CARLOS MARIÁTEGUI Y EL PROBLEMA DE LAS RAZAS Y LA COMUNIDAD

Un gran sector de los curas, aliados a las burguesías nacionales, sigue


empleando sus armas, basado en el fanatismo religioso que varios siglos de
propaganda han logrado hacer arraigar en los espíritus sencillos de los indios.
Sólo una conciencia de clase, sólo el ‘mito’ revolucionario con su profunda
raigambre económica, y no una infecunda propaganda anticlerical, logrará
sustituir los mitos artificiales impuestos por la ‘civilización’ de los invasores y
mantenidos por las clases burguesas, herederas de su poder.7
De los textos que revisan la influencia de Sorel en Mariátegui se encuentra el trabajo
de José A Mazzotti, el cual nos da algunas claves para entender la noción del mito que
elabora el socialista francés y que recoge Mariátegui. Por una parte, analiza el hecho de
que Sorel nunca califica el mito como una idea en la cual se recurra al pasado, sino que
en el socialista francés el mito o la idea movilizadora es siempre presente. Aunque nos
dirá Mazzotti que esta es la parte que Mariátegui retoma, advierte que no hay que perder
de vista que la integración que el Amauta pensaba de los indios, como un elemento
primordial de lo nacional, también conllevaba asumir cierto milenarismo que las luchas
indígenas habían puesto en movimiento. Aunque, señala Mazzotti, quizá Mariátegui no
fuese tan consciente de ese milenarismo si intuía que había un elemento cultural que
impedía la expansión de la ideología capitalista, de una manera más profunda, en el
Perú de su momento.8

Mariátegui no sólo será atípico por esa manera de entender el marxismo sino también
por el planteamiento que se puede percibir desde el título del texto: el problema de las
razas en América Latina.
ENFOQUE DE LA RAZA

Resulta sumamente interesante cómo para Mariátegui el problema de las razas es una
cuestión que la teoría marxista no podía desatender. El marxista peruano señala que las
maneras en las cuales se ha enfocado el problema son erróneas. Cinco son las maneras
equivocas en las cuales se ha basado la explicación de las razas: naturaleza, acto civilizador,
inferioridad racial, fatalismo histórico cultura. Así comenzará el texto apoyándose en
Wilfrido Pareto para señalar que el imperialismo ha utilizado la cuestión de la diferencia
civilizatoria para imponer la idea de que es una situación natural que haya pueblos que
manden y otros que obedezcan. También de la misma manera el colonialismo utiliza la
idea de que sus acciones están justificadas porque detrás del dominio que ejercen se
encuentra una actitud salvadora: “La explotación de los indígenas en la América Latina
trata también de justificarse con el pretexto de que sirve a la redención cultural y moral
de las razas oprimidas”.9

7
Mariátegui, Mariátegui, p. 183.
8
Mazzotti, José A., “La fuerza del mito (andino): apunte sobre los 7 ensayos… y la deconstrucción de
Sorel por Mariátegui”. Intermezzotropical no. 6-7, año, 6, 2009, pp. 114-120.
9
Mariátegui, Mariátegui, p. 168.

Revista Digital N° 4 23
¡BOLIVIA DE PIE! JOSÉ CARLOS MARIÁTEGUI Y EL PROBLEMA DE LAS RAZAS Y LA COMUNIDAD

También echando mano de Bujarin señala que se ha querido ver cierto fatalismo
histórico en el sentido de que hay pueblos que pueden adaptarse de una mejor manera
al desarrollo de las fuerzas productivas y otros que no, prueba de ello es la pujanza
que se ha destacado en la raza blanca. Sin embargo, Mariátegui el problema de la raza
no puede reducirse a esos fatalismo o determinismos, y mucho menos a una cuestión
puramente cultural sino que es un asunto que se debe de mirar desde una totalidad,
pues en ello intervienen problemas económicos, políticos y sociales. Esta manera de
observar el fenómeno de las razas es similar a la forma en la cual ya había enfocado el
asunto indígena en los 7 Ensayos, como un problema de la tierra. Recordemos que el
modo en el cual Mariátegui establece este asunto en los 7 Ensayos: “Colocando en primer
plano el problema económico-social, asumimos la actitud menos lírica y menos literaria
posible. No nos contentamos con reivindicar el derecho del indio a la educación, a la
cultura, al progreso, al amor y al cielo. Comenzamos por reivindicar categóricamente, su
derecho a la tierra”.10 Aún más, al igual que en los 7 Ensayos, en el texto de “El problema
de las razas en América Latina” apunta que este asunto implica que en esta región no
se ha resuelto el problema de la feudalidad, es decir, sigue existiendo el latifundio y la
servidumbre, debido a que el capitalismo que se ha desarrollado en Latinoamérica se
ha desplegado de una manera distinta a la europea.11

Pero también señala que al lado del factor económico se encuentra el factor social que,
para nuestro autor, está expresado en ese desprecio que el blanco tiene sobre las otras
razas. Desprecio que logra transmitir no solo a los mestizos, sino incluso entre los propios
negros e indígenas: “Con iguales fines, la feudalidad y la burguesía ha alimentado entre
los negros un sentimiento de honda animadversión para los indios”. Más adelante dirá,
“Otra ocasión que los explotadores nunca han despreciado, es la de crear rivalidades
entre grupos de una misma raza”.12

RAZA Y CLASE

Las tres razas de las que habla Mariátegui son la del blanco, la del indio y la del negro, estas
son las que para él constituyen el núcleo fundamental de la cultura latinoamericana. Los
mestizos son más bien parte de una de estas tres razas. Para Mariátegui el problema del
dominio y la explotación no es únicamente clasista, pues este está ligado al problema
de la raza:
En la América Latina, que encierra más de 100 millones de habitantes, la mayoría
de la población está constituida por indígenas y negros. Pero hay más: ¿Cuál es la
categoría social y económica de éstos? Los indígenas y negros están en su mayoría,
incluidos en la clase de obreros y campesinos explotados, y forman casi la totalidad
de la misma […]
10
Mariátegui, Mariátegui, p. 24.
11
Mariátegui, Mariátegui, pp. 24 y 165.
12
Mariátegui, Mariátegui, p. 183.

Revista Digital N° 4 24
¡BOLIVIA DE PIE! JOSÉ CARLOS MARIÁTEGUI Y EL PROBLEMA DE LAS RAZAS Y LA COMUNIDAD

Las razas aludidas se encuentran presentes en todos los Estados y constituyen


una inmensa capa que con su doble carácter común, racial y de explotados, está
extendida en toda América Latina, sin tener en cuenta las fronteras artificiales
mantenidas por las burguesías nacionales y los imperialistas. 13
Mariátegui es consciente que la problemática de las razas debe de considerar también
las diferencias dentro de cada Estado-nación, pues no es lo mismo el problema
indígena en Perú, Bolivia, Ecuador y México, que la cuestión del negro en Brasil o el
Caribe, así como aquellos países donde la cuestión es distinta como Chile o Argentina.
Además de que también pone de manifiesto la obviedad de que puede haber darse
el caso de que los indígenas y negros ocupen lugares preponderantes en la burguesía
nacional. Sin embargo, va a insistir en la importancia de no ver el fenómeno de la raza
y de la clase como cuestiones separadas, o peor aún, dejar la problemática de la raza
como un aspecto meramente cultural, pues la lucha de clases está atravesada en su
óptica por esa doble condición: “La lucha de clases, realidad primordial que reconocen
nuestros partidos reviste indudablemente características especiales cuando la inmensa
mayoría de los explotados está constituida por una raza, y los explotadores pertenecen
casi exclusivamente a otra”.14 De esta manera queda señalado uno de los rasgos
fundamentales de la obra de Mariátegui, el cual Pablo González Casanova expone de la
siguiente manera:
Mariátegui plantea por su parte, la imposibilidad de una política en Perú en que los
principales contingentes no sean los pueblos indios. Si generalizamos su reflexión,
Mariátegui plantea que en cada país o Estado-nación pluriétnico la imposibilidad
de una política alternativa que no tome en cuenta entre los actores centrales a sus
etnias o pueblos oprimidos, aliados e integrados a los trabajadores y a las demás
fuerzas democráticas y socialistas. Yendo más allá de los planteamientos populistas
de su tiempo y de su país. Propone una lucha nacional e iberoamericana en que
lo nacional y lo indoamericano se inserte en la realidad mundial de la lucha de
liberación y de clases. 15
LA MULTILINEALIDAD

Algunos estudiosos como Aníbal Quijano16 y Nelson Manrique 17 han señalado la


ambigüedad en la que Mariátegui utiliza los términos de raza y etnia, en donde ambos
términos aparecen cruzados por rasgos biológicos como culturales. Para ambos autores
esto se debe a que el problema de la raza y la etnia no solo no estaba bien delimitado al
momento en que escribe el Amauta, sino que tampoco era una discusión generalizada
en el ámbito intelectual latinoamericano. Para otros autores como Enrique Dussel la
ambigüedad de Mariátegui impide tomar las categorías de clase social, etnia, pueblo y
13
Mariátegui, Mariátegui, p. 181.
14
Mariátegui, Mariátegui, p. 184.
15
González, “Colonialismo”.
16
Quijano, Aníbal. “‘Raza’, ‘etnia’ y ‘nación’ en Mariátegui: Cuestiones abiertas”. En José Carlos Mariátegui
y Europa: La otra cara del descubrimiento. Lima: Empresa Editorial Amauta, 1992.
17
Manrique, Nelson. “Mariátegui y el problema de las razas”. En Gonzalo Portocarrero, Eduardo Caceres
y Rafael Tapia (Eds.). La aventura de Mariátegui. Nuevas perspectivas. Lima: Pontificia Universidad
Católica del Perú, 1995.

Revista Digital N° 4 25
¡BOLIVIA DE PIE! JOSÉ CARLOS MARIÁTEGUI Y EL PROBLEMA DE LAS RAZAS Y LA COMUNIDAD

nación 18 (que aparecen en su obra de los 7 ensayos, fundamentalmente, pero también


en textos como el de “El problema de las razas en América Latina”), en su literalidad
y señala que más bien de lo que se trata es de desarrollar las intuiciones que de ellas
se pueden derivar en la perspectiva del marxismo. Quizá a partir de lo planteado por
Dussel haya que intentar un ejercicio de comprensión de los elementos que están ya
puestos en juego. Uno de esos elementos ya lo mencionamos, es el asunto de lo que
ahora se debate como intersección o como el eje del patrón colonial del poder, es decir,
la relación de la raza y de la clase como elementos configurativos de la dominación
capitalista. El otro elemento tiene que ver con lo que podemos discutir como el aspecto
multilineal de las civilizaciones, y que trataremos de esbozar enseguida.

Nelson Manrique señala que no se debe de perder de vista ciertos prejuicios que
Mariátegui tendría con los “negros”:19
El “primitivismo” y la “sensualidad” de los negros son recurrentemente invocados
en varios de sus textos. Estos rasgos, que bien podrían caracterizar simplemente
un estadio del desarrollo socio-económico cultural de los pueblos de origen de los
esclavos africanos, adquieren ciertamente otro sentido cuando terminan siendo
asumidos casi como transmisibles por herencia. Ciertamente Mariátegui rechaza
los “inverosímiles razonamientos zootécnicos” de los críticos que levantan la
cuestión racial, que él considera artificial. Pero el problema vuelve a plantearse
en un terreno sumamente complejo y equivocado cuando aborda el problema
del mestizaje, como una cuestión de índole sociológica. Es, sin embargo, difícil
separar lo sociológico de lo biológico en sus proposiciones.20
Sin embargo, pensamos que esta cuestión debe de ser matizada pues, como ya hemos
visto, Mariátegui no sólo niega ese primitivismo por causas de naturaleza, sino que
también lo ve como un producto del dominio imperialista. Aníbal Quijano nos aclara el
uso de las categorías de raza y etnia:

18
Dussel, Enrique, “El marxismo de Carlos Mariátegui como ‘Filosofía de la revolución’”. En Enrique
Dussel. Materiales para una política de la liberación. México: Facultad de Filosofía-UANL/Plaza y Valdés
Editores, 2007, pp. 49 y 50.
19
Sin duda este es un tema que requiere una discusión aparte y que nos alejaría de las intenciones de
este trabajo. La manera en la cual Mariátegui se posiciona con el legado afroperuano no deja de estar
a discusión hay quienes como Christine Hunefeldt (“Los negros y la esclavitud en las reflexiones de
Mariátegui”. Anuario Mariateguiano no. 5, Vol. V. 1993) ven una actitud no sólo de no entendimiento sino
sumamente cuestionable, y hay para quienes como Roland Forgues (“Mariátegui y la cuestión negra”.
Anuario Mariateguiano no. 6, Vol. VI, 1994) esta cuestión cambió en la medida en que su pensamiento
fue madurando. Sin duda, la temática afroperuana es una cuestión que se ha ido ganando un lugar
en las reflexiones culturales del Perú y que hay mucho que debatir. Un estudio que muestra la amplia
influencia afro en Perú es el de Humberto Rodríguez Pastor (Negritud. Afroperuanos: resistencia y
existencia. Lima: Centro de desarrollo Étnico, 2008).
20
Manríquez, “Mariátegui”, p. 449.

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¡BOLIVIA DE PIE! JOSÉ CARLOS MARIÁTEGUI Y EL PROBLEMA DE LAS RAZAS Y LA COMUNIDAD

Antes de 1930 la categoría de “etnia” recién estaba haciendo su ingreso en el


debate antropológico, por medio de los franceses, y sobre todo respecto de las
poblaciones africanas colonizadas. Probablemente en la atmósfera intelectual
de entreguerras, el olor colonialista de la categoría era muy intenso, puesto
que era entonces más patente que hoy que el término servía para marcar las
desigualdades, en términos de “inferioridad”/”superioridad”, y no tanto las
diferencias culturales entre colonizados y colonizadores, entre europeos o
“blancos” y africanos o “negros” […] En esta atmósfera intelectual, Mariátegui no
podía dejar de sentirse lejos de los atractivos del concepto de “etnia”. En cambio la
idea de “raza”, no era exactamente recusada, pero había llegado a ser en algunos
medios intelectuales y políticos europeos de entonces, suficientemente equívoca
como para admitir, sino una equivalencia, sí una vecindad o un parentesco con
la idea de civilización” […]

“Raza” parece ser, pues, en Mariátegui una categoría que se refiere


simultáneamente a las características biológicas y a la historia civilizacional
particulares de un grupo humano. En estos términos puede hablar de la “raza
blanca” y de las “razas indígenas”. 21
Antes de 1930 la categoría de “etnia” recién estaba haciendo su ingreso en el debate
antropológico, por medio de los franceses, y sobre todo respecto de las poblaciones
africanas colonizadas. Probablemente en la atmósfera intelectual de entreguerras,
el olor colonialista de la categoría era muy intenso, puesto que era entonces más
patente que hoy que el término servía para marcar las desigualdades, en términos de
“inferioridad”/”superioridad”, y no tanto las diferencias culturales entre colonizados y
colonizadores, entre europeos o “blancos” y africanos o “negros” […] En esta atmósfera
intelectual, Mariátegui no podía dejar de sentirse lejos de los atractivos del concepto de
“etnia”. En cambio la idea de “raza”, no era exactamente recusada, pero había llegado a
ser en algunos medios intelectuales y políticos europeos de entonces, suficientemente
equívoca como para admitir, sino una equivalencia, sí una vecindad o un parentesco
con la idea de civilización” […]

“Raza” parece ser, pues, en Mariátegui una categoría que se refiere simultáneamente
a las características biológicas y a la historia civilizacional particulares de un grupo
humano. En estos términos puede hablar de la “raza blanca” y de las “razas indígenas”. 21

Captar este asunto de la relación entre raza y civilización nos parece muy importante,
pues acá no solo tenemos ese cruce de raza y clase, sino que las razas son también, o
tienen, las características de una civilización. La cuestión de la civilización en Mariátegui
es múltiple. Por ello, no sólo hablará de razas blanca, negra, indígena sino también de las
asiáticas, europeas, africanas. O incluso muchas veces hablará de la división Occidente-
Oriente.

Quijano, “Raza”, p. 11.


21

Revista Digital N° 4 27
¡BOLIVIA DE PIE! JOSÉ CARLOS MARIÁTEGUI Y EL PROBLEMA DE LAS RAZAS Y LA COMUNIDAD

Vale la pena recordar cómo en otro texto que se elaboró con la intención de ser
presentado también en la primera Conferencia Comunista Latinoamericana de 1929, al
señalar la descalificación de la lucha del APRA como un anti imperialismo burgués que
centraba todo el problema únicamente en la soberanía nacional, apunta lo siguiente:
La colaboración con la burguesía, y aún de muchos elementos feudales, en la
lucha anti-imperialista china, se explica por cuestiones de raza, de civilización
nacional que entre nosotros no existen. El chino noble o burgués se siente
entrañablemente chino. Al desprecio del blanco por su cultura estratificada y
decrépita, corresponde con el desprecio y el orgullo de su tradición milenaria. El
antiimperialismo en la China puede, por lo tanto, descansar en el sentimiento y
en el factor nacionalista. En Indo-América las circunstancias no son las mismas.
La aristocracia y la burguesía criollas no se sienten solidarizadas con el pueblo
por el lazo de una historia y de una cultura comunes. En el Perú, el aristócrata
y el burgués blancos, desprecian lo popular, lo nacional. Se sienten ante todo
blancos. El pequeño burgués mestizo imita este ejemplo.22
Para Mariátegui la crítica al capitalismo no es sólo una crítica económica sino que es
también una crítica a una manera determinada de situarse en el mundo, una crítica a un
proyecto histórico social, recordemos aquello que ya había apuntado en los 7 Ensayos:
Sorel ha reconocido a Santo Tomás los servicios prestados a la civilización
occidental por el realismo con que trabajó por apoyar el dogma de la ciencia.
Ha hecho resaltar particularmente su concepto de que “La ley humana no
puede cambiar la naturaleza jurídica de las cosas, naturaleza que deriva de su
contenido económico”. Pero si el catolicismo, con Santo Tomás, arribó a este
grado de comprensión de la economía, la Reforma forjó las armas morales de
la revolución burguesa, franqueando la vía al capitalismo. La concepción neo-
escolástica se explica fácilmente. El neo-tomismo es burgués; pero no capitalista.
Porque así como el socialismo no es la misma cosa que proletariado, capitalismo
no es exactamente la misma cosa que burguesía. La burguesía es la clase, el
capitalismo es el orden, la civilización, el espíritu que de esta clase ha nacido.
La burguesía es anterior al capitalismo. Existió mucho antes que él, pero sólo
después ha dado su nombre a toda una edad histórica. 23

La discusión sobre la civilización es interesante pues para Mariátegui el primitivismo


(sin omitir las contradicciones que esta palabra pueda generar en su discurso) que a
veces les adjudica a los indígenas y a los negros es una cuestión que fue impuesta
por el colonialismo y por el imperialismo. 24 Cabe tener en cuenta la manera en la
cual Ricardo Melgar Bao acota el sentido en que nuestro autor utiliza la categoría de
civilización, aunque ello no deje de presentar la ambigüedad misma del término:

22
Mariátegui, Mariátegui, p. 196.
23
Mariátegui, Mariátegui, p. 81.
24
Mariátegui, Mariátegui, p. 170.

Revista Digital N° 4 28
¡BOLIVIA DE PIE! JOSÉ CARLOS MARIÁTEGUI Y EL PROBLEMA DE LAS RAZAS Y LA COMUNIDAD

La civilización, en Mariátegui, opera como una categoría con múltiples sentidos,


apareciendo las más de las veces con una función totalizadora internacional,
aunque marcada por los signos de la economía como de una clase hegemónica
en una época determinada. La civilización capitalista y burguesa que estudia
Mariátegui comprende a los diferentes órdenes sociales, y es sin lugar a dudas
pensada como una categoría histórica. Y enmarca tres grandes embates
occidentales que signan la historia continental: la conquista, la Independencia y,
en su tiempo, el influjo de la Revolución Rusa. 25

El desarrollo histórico que Mariátegui observa en las civilizaciones está lejos de


enmarcarse en una visión lineal o evolutiva de la historia. El desarrollo que plantea
implica una simultaneidad de lo no simultáneo, no sólo son historias diferentes cada
una con su evolución propia, sino que son historias sí particulares, pero ligadas a una
totalidad llena de interrupciones, saltos o quizá, lo más interesante, de clausuras pero
también de aperturas y reaperturas. La historia mundial no tiene así un hilo en el cual
todo parte de Occidente, ni necesariamente sólo Occidente influye en los destinos de
las demás civilizaciones dominadas, sino que también estas juegan en las posibilidades
de desarrollo de la cultura hegemónica, aunque los intercambios no sean equivalentes:
El occidente blanco y capitalista perfecciona e intensifica la explotación
tradicional de los negros. En la gran guerra, las potencias imperialistas de la
Entente emplearon en gran escala el material humano que podían suministrarle
sus colonias negras. Y hoy, desarrollada técnicamente a un grado inverosímil
la explotación del trabajo, el consumo y la producción de los negros, nada más
natural que la explotación de su arte. El negro continúa proveyendo de material
a la civilización blanca. Disminuida, empobrecida, la fantasía artística de los
europeos busca en los negros un rico filón para la industria literaria y artística. 26
LA COMUNIDAD

Otro tema que Mariátegui destaca en el texto sobre “El problema de las razas en América
Latina”, es el asunto de la comunidad. Esta es una problemática muy sugerente en
el marxista peruano que también lo aleja de una visión mecánica y lineal en la que
a veces se ha querido enmarcar el desarrollo histórico-social del Perú. Es verdad que
este problema de la comunidad ya aparece en los 7 Ensayos, pero el hecho de que en
este texto le otorgue una dimensión continental revela el sentido de la potencia que le
otorgaba a este elemento más allá de las fronteras peruanas.

Se ha señalado mucho cierta conexión que habría entre la posición de Marx y la de


Mariátegui en cuanto a que en ambos sustentarían la misma tesis, aquella que afirmaría la
posibilidad de pasar de manera directa de la comunidad al socialismo sin intermediación
25
Melgar, Bao, Ricardo. “Oriente y Occidente en el pensamiento de José Carlos Mariátegui”. En Liliana
I. Weinberg y Ricardo Melgar Bao (Eds.). Mariátegui entre la memoria y el futuro de América Latina.
México: UNAM, 2010, p. 268.
26
Mariátegui, citado en Melgar, “Oriente”, p. 272.

Revista Digital N° 4 29
¡BOLIVIA DE PIE! JOSÉ CARLOS MARIÁTEGUI Y EL PROBLEMA DE LAS RAZAS Y LA COMUNIDAD

del capitalismo. Sin embargo, creo que esta posibilidad de transitar de la comunidad
hacia el socialismo Mariátegui la tomaría más del Lenin de Imperialismo fase superior
del capitalismo que del Marx de las cartas a Vera Zasulich, por más atractiva que sea
esa conexión.27 Recordemos que la tesis principal de ese libro de Lenin es plantearse la
posibilidad de la revolución socialista en Rusia, como efecto de esa “cadena imperialista”
donde justamente Rusia sería el “eslabón más débil”. Recordemos la siguiente cita en el
texto “El problema de las razas en América Latina”:
El VI Congreso de la I. C. ha señalado una vez más la posibilidad, para pueblos de
economía rudimentaria, de iniciar directamente una organización económica
colectiva, sin sufrir la larga evolución por la que han pasado los otros pueblos.
Nosotros creemos que entre las poblaciones “atrasadas”, ninguna como la
población indígena incásica, reúne las condiciones tan favorables para que el
comunismo agrario primitivo, subsistente en estructuras concretas y en un
hondo espíritu colectivo, se transforme, bajo la hegemonía de la clase proletaria,
en una de las bases más sólidas de la sociedad colectivista preconizada por el
comunismo marxista. 28
Nos parece que no incurrimos en un error al señalar la conexión de lo rudimentario
con la idea del eslabón más débil de la cadena del texto de Lenin. Y nos parece que esa
cuestión no sólo está cruzada por un aspecto económico sino que, como señala Nicos
Poulantzas:
De hecho, cuando Lenin analiza Rusia designándola como el eslabón más débil
de la cadena, no se refiere a elementos exclusivamente económicos. Descubre
en Rusia, en tanto que eslabón más débil, una acumulación de contradicciones
en que intervienen lo económico, la política y la ideología. Y es que el desarrollo
desigual de la cadena imperialista repercutía, en el seno mismo de la formación
social rusa, en un desarrollo desigual de lo económico (las diversas formas de
producción coexistentes en Rusia), de lo político (el Estado) y de la ideología (la
crisis ideológica). Si esta acumulación era la que hacía de Rusia el elemento más
débil, se debe a que la cadena misma no tenía de ninguna manera por único
elemento de cohesión los lazos económicos. 29
Esta coexistencia de diversas “contradicciones” como las refiere Poulantzas se hallan de
manera manifiesta no sólo en los 7 Ensayos, sino en el texto de “El problema de las razas
en América Latina”, como ya lo hemos señalado desde el principio. Además de que
también se deja ver el rechazo de Mariátegui a un desarrollo lineal de la comunidad:

27
Esta coincidencia lo han señalado varios estudiosos de la obra de Mariátegui pero ninguno ha
demostrado que efectivamente él conocía esa discusión. Entre los que destacan esa coincidencia esta
Dussel, Enrique. El último Marx (1863-1882) y la liberación latinoamericana: un comentario a la tercera
y a la cuarta redacción de El capital. México: Siglo XXI, 1990, pp. 278-283.
28
Mariátegui, Mariátegui, p. 188.
29
Poulantzas, Nicos. Fascismo y dictadura. México: Siglo XXI, 2005, pp. 13 y 14.

Revista Digital N° 4 30
¡BOLIVIA DE PIE! JOSÉ CARLOS MARIÁTEGUI Y EL PROBLEMA DE LAS RAZAS Y LA COMUNIDAD

Evidentemente, es sugestiva toda esa serie de hipótesis; hay hechos que parecen
confirmarlas. Pero ¿cómo podemos extender a todas las colectividades incásicas
estas conclusiones? ¿cómo podemos explicar, dentro del violento proceso de
conquista, de la formación de “reducciones”, la persistencia de las comunidades?
¿Cuál momento más preciso tuvieron estas, después, para evolucionar en el
sentido indicado, que los decretos de las nuevas repúblicas, tendientes todos,
directamente a la formación de la propiedad privada? Verdaderamente, no creo
que se pueda afirmar que el carácter del colectivismo primitivo ha sido el de
evolucionar a la propiedad privada, cuando las comunidades, que han seguido
siendo atacadas y fragmentadas por todas partes, por un siglo más de explotación
burguesa republicana, subsisten en un número tan grande que asoma su cuerpo
vigoroso y joven a los albores de una nueva etapa colectivista. 30
La comunidad vigorosa es aquella que ha podido sobrevivir no sólo a la etapa del imperio
incaico, sin aquella que ha permanecido a pesar de los embates de la conquista y de la
república, es una comunidad que quizá reducida mantiene ese espíritu colectivista que
le dota de un “cuerpo joven y vigoroso”. Por supuesto, para Mariátegui eso es el ayllu:
Del ayllu antiguo no queda sino uno que otro rasgo fisonómico, étnico,
costumbres, prácticas religiosas y sociales, que con algunas pequeñas variaciones,
se le encuentran en un sin número de comunidades que anteriormente
constituyeron el pequeño reino o “curacazgo”. Pero si de esta organización,
que entre nosotros ha sido la institución política intermediaria entre el ayllu y
el imperio, han desaparecido todos sus elementos coactivos y de solidaridad,
el ayllu o comunidad, en cambio, en algunas zonas poco desarrolladas, ha
conservado su natural idiosincrasia, su carácter de institución casi familiar en
cuyo seno continuaron subsistiendo después de la Conquista los principales
factores constitutivos. 31
Mariátegui lo que está observando es la fortaleza de la comunidad para mantenerse.
No piensa que la comunidad sea la misma; ahí tampoco ve ninguna linealidad, lo que
sí percibe es que hay cierto “espíritu” que no sólo se ha podido mantener sino que sería
también lo que permite una confluencia entre la comunidad y el socialismo. E, incluso
va todavía más allá, como señala Miguel Mazzeo, si es posible enraizar el socialismo es
porque hay elementos prefigurativos que ya operan en la realidad latinoamericana.32
Constantemente en el texto “El problema de las razas en América Latina”, y a lo largo de
su obra, Mariátegui va a apelar a la cuestión de la solidaridad y de la cooperación como
elementos característicos de ese espíritu de la comunidad.

30
Mariátegui, Mariátegui, p. 186.
31
Mariátegui, Mariátegui, p. 187.
32
Mazzeo, Miguel. Invitación al descubrimiento de Mariátegui y el socialismo de Nuestra América. Lima:
Minerva, 2009, p. 165 y 166

Revista Digital N° 4 31
¡BOLIVIA DE PIE! JOSÉ CARLOS MARIÁTEGUI Y EL PROBLEMA DE LAS RAZAS Y LA COMUNIDAD

La comunidad vista así no sólo tiene alcances económicos, una propiedad colectiva,
sino también tiene alcances políticos porque en ella se juegan no sólo los aspectos de
una reciprocidad, sino también se vuelve un ámbito de democratización de la política.
Pues, lo que está de fondo en la distribución de los bienes es la democratización del
poder en base a la manera en la cual se dispone de esos bienes y se logra que dicho
poder de decisión recaiga en los sujetos que integran la comunidad. 33

Nos gustaría terminar señalando que Mariátegui es un autor que sin duda debe ser
leído y discutido con la mirada fija en los problemas que actualmente cruzan la región
latinoamericana. Toda la problemática que se desprende del cruce entre clase y raza
es fundamental para entender la manera en la cual los movimientos indígenas y afros
están dirimiendo no sólo las dinámicas de explotación y control del trabajo sino también
las posibilidades de configurar un nuevo terreno de la lucha por las reivindicaciones
históricas. Sin embargo, tampoco se debe reducir el legado de Mariátegui a la cuestión
de las identidades, sino que hay que verlo en su totalidad y en las posibilidades de
pensar creativamente el marxismo. Un uso creativo que como señalara Flores Galindo,
fue un marxismo que “nunca aspiró a constituirse en una ‘marxología’, ni le interesó la
fidelidad a la cita o a la rigurosidad en la interpretación. Utilizó a Marx, en el sentido más
egoísta de la palabra, lo empleó como un instrumento, sin temer nunca derivar en una
herejía o infringir alguna regla”.34

33
Germana, César. El socialismo indo-americano de José Carlos Mariátegui: proyecto de reconstrucción
del sentido histórico de la sociedad peruana. Lima: Amauta, 1995.
34
Flores, La agonía, p. 53.

Revista Digital N° 4 32
¡BOLIVIA DE PIE! JOSÉ CARLOS MARIÁTEGUI Y EL PROBLEMA DE LAS RAZAS Y LA COMUNIDAD

BIBLIOGRAFÍA

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tercera y a la cuarta redacción de El capital, México, Siglo XXI.

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Revista Digital N° 4 33
¡BOLIVIA DE PIE!

Revista Digital N° 4
¡BOLIVIA DE PIE!

LAS RESPONSABILIDADES HISTÓRICAS DE EVO


MORALES
Eduardo Paz Rada*
En la actualidad política boliviana se presenta una interrogante fundamental sobre las
responsabilidades de Evo Morales Ayma, Jefe Nacional del Movimiento Al Socialismo
(MAS), en relación al futuro del proceso de liberación nacional y de la Revolución
Boliviana tomando en cuenta los procesos electorales nacionales y sub-nacionales,
la fuerza del movimiento nacional-popular organizado en la Central Obrera Boliviana
(COB), el Pacto de Unidad (PU) y otras manifestaciones de organizaciones de base, las
iniciativas del gobierno de Luis Arce y David Choquehuanca para enfrentar las crisis
económica, sanitaria y educativa y la situación regional de recuperación de las fuerzas
nacionales y antiimperialistas.

Después del Golpe de Estado de noviembre de 2019, el desastre causado por el gobierno
de facto en apenas un año, las grandes movilizaciones populares de agosto de 2020
para recuperar la democracia, el triunfo electoral del MAS en octubre del mismo año
y el reacomodo de la fuerzas sociales, políticas y económicas, se hace imprescindible
replantear y/o reactualizar las acciones que permitan profundizar los avances
estratégicos implementados durante los 14 años de gobierno de Morales de 2006 a
2019 que transformaron radicalmente las estructuras del poder, la cultura colonial y
racista, el orden social, el rol del Estado en la economía, el protagonismo soberano en
las relaciones internacionales y la autoestima y dignidad del pueblo boliviano.

EL LIDERAZGO POPULAR DE EVO MORALES

Evo Morales no solamente representa una trayectoria de lucha sindical y popular, tiene
el liderazgo de las masas más postergadas y empobrecidas del país, la dirección política
del MAS, la capacidad articuladora de movimientos sociales y populares diversos o
de regiones geográficas diferenciadas, siendo un referente mundial de las luchas de
los pueblos indígenas. Es el caudillo nacional que representa al conjunto de la nación
boliviana y ha conseguido dirigir el proceso nacional-popular. Al mismo tiempo las
oligarquías neoliberales y conservadoras y sus manifestaciones políticas y sus medios
de comunicación, en concordancia con las políticas imperialistas intervencionistas en
la región, lo consideran su enemigo central.

A inicios del siglo XXI, entre 2000 y 2003, se produjeron la guerra del agua y la guerra
y rebelión del gas que, con grandes movilizaciones sociales, expulsaron a los partidos
neoliberales y entreguistas de los recursos naturales y su representante Gonzalo
Sanchez de Lozada.

Posteriormente en las elecciones sucesivas de 2005, 2009. 2014 y 2019 el MAS ganó por
amplia mayoría, lo que permitió que se realicen profundas reformas estructurales como
la nacionalización de los hidrocarburos, la recuperación de las empresas estatales, la

Revista Digital N° 4 35
¡BOLIVIA DE PIE! LAS RESPONSABILIDADES HISTÓRICAS DE EVO MORALES

industrialización, el papel central del Estado en la economía, el fortalecimiento del


mercado interno, la redistribución de la riqueza, la reducción sostenida a la pobreza
y la extrema pobreza, la integración geográfica interna o el rechazo a la intervención
política de la embajada de Estados Unidos en Bolivia, todo esto bajo el liderazgo de Evo
Morales, quien contó con un contexto bolivariano y latinoamericanista de los gobiernos
de Hugo Chavez, Fidel Castro, Lula Da Silva y Nestor Kirchner, entre otros.

LAS TAREAS HISTÓRICAS DE LIBERACIÓN

En este momento histórico las responsabilidades de Morales residen en dos grandes


campos:

Por una parte las tareas de construir una organización política sólida, articulada,
politizada y movilizada en la confluencia del MAS con las organizaciones sociales y
populares que se agrupan alrededor de la COB, el Pacto de Unidad, las Juntas Vecinales,
los Autoconvocados, los intelectuales y profesionales así como los militares y policías
comprometidos con la patria, para ejercer el poder popular y la democracia participativa.

Por otra parte, el estudio, debate, formulación e impulso de un programa político y


proyecto nacional-popular de liberación en coordinación con el gobierno encabezado
por Arce y Choquehuanca con alcances estratégicos de la lucha por un socialismo
comunitario articulado con la integración emancipadora de América Latina y el Caribe
y con el Socialismo Nacional Latinoamericano.

Esto significa establecer acciones para el control pleno y soberano de los recursos
naturales fortaleciendo YPFB (hidrocarburos), COMIBOL (minerales) y YEB (litio) y su
consiguiente industrialización; el control del Comercio Exterior para evitar la exportación
de capitales, particularmente de los grandes agroindustriales de la soya y de las
transnacionales mineras y petroleras; la fiscalización y control del sistema bancario y
financiero; la aplicación de tasas reales de aportación del oligopolio de las operadoras
de telecomunicaciones que están multiplicando sus ganancias en la actual crisis; el
impulso del mercado interno con el impulso y fomento a las manufacturas y la industria
liviana y con la imposición de aranceles a las importaciones que hacen competencia
a la producción nacional y a los productos suntuarios; todo esto acompañado del
fortalecimiento del Estado Nacional y de la integración económica con los países de la
región.

La implementación de un proyecto de liberación nacional y de soberanía impedirá las


acciones intervencionistas del imperialismo norteamericano que con Biden, al igual que
con Trump, pretende controlar América Latina, en tanto que la geopolítica internacional
está cambiando vertiginosamente con el ascenso y presencia mundial de Rusia, China,
India y la Unión Europea.

*Sociólogo y docente de la UMSA. Escribe en publicaciones de Bolivia y América Latina.

Revista Digital N° 4 36
¡BOLIVIA DE PIE!

Revista Digital N° 4
¡BOLIVIA DE PIE!

CLASE MEDIA PROFESIONAL EN CUESTIÓN


Por: Danilo Paz Ballivián
Independientemente de la poderosa influencia que tienen las encuestas de opinión
anteriores a la elección, en este caso de gobernaciones y municipios, particularmente
de las ciudades del eje (La Paz, El Alto, Cochabamba y Santa Cruz), que inducen a la
población a votar por una opción que tenga posibilidades antioficialistas, las clases
sociales sub alternas sorprenden siempre con un voto por los representantes nacional
populares.

La secular presión que ejerce la oligarquía nativa y el capital transnacional, a través


de un sector de la clase media profesional, presente en las instituciones como medios
de comunicación (conductores y analistas de radio, prensa, televisión y redes sociales),
sistema educativo (maestros y docentes de primaria, secundaria y universidad), jerarquía
de la Iglesia, comités cívicos, partidos políticos y asociaciones ciudadanas conservadoras
y liberales, colegios profesionales (particularmente el de médicos), ONGs el invertido
CONADE, los sectores subalternos se empoderan en las gobernaciones y municipios en
distintos grados.

Por de pronto, el MAS gano en 3 gobernaciones (Cochabamba, Oruro y Potosí), quedando


pendientes de una segunda vuelta 4 departamentos (Pando, La Paz, Chuquisaca y
Tarija), en los que se enfrentaran otra vez el MAS con la oposición. A nivel de municipios
el MAS gano en el 70% de ellos, sin embargo, pierde en 8 de las ciudades capitales,
fenómeno que muestra el dominio territorial del MAS, por un lado, pero por el otro, que
el discurso conservador y liberal de este sector de la clase media profesional logro cierta
unidad de la oposición en torno a candidatos no deseados ni por ellos mismos, como
veremos más adelante.

Esta clase media profesional, cuantitativamente mínima en relación a la clase media


que vive de su economía, que con propiedad se denomina pequeña burguesía
(Pierre Bourdieu), tienen el poder de influir en la opinión pública creando un discurso
estereotipado sobre el régimen nacional popular que gobierna por una década y media
Bolivia, con una interrupción de un año del régimen de facto, que pretendió liquidar
lo avanzado en 14 años del Proceso de Cambio. Este discurso o narrativa de oposición,
en síntesis, califica al gobierno del MAS como autoritario, centralista y corrupto, con el
añadido de antiecológico, machista y de racista a la inversa, para justificar su accionar
político antioficial y tratar de involucrar a otras fracciones de la clase media citadina.

Lo cierto es que esta clase media profesional de viejo cuño, que vive de sus conocimientos
y especialidades y no de su economía (Pierre Bourdieu), estuvo relegada y perdió su
poder de influencia política por más de una década, al mismo tiempo que fue sustituida
progresivamente por una nueva generación comprometida con el Proceso de Cambio.
La reacción de esta fracción de la clase media desplazada va cambiando en este largo

Revista Digital N° 4 38
¡BOLIVIA DE PIE! CLASE MEDIA PROFESIONAL EN CUESTIÓN

proceso: Primero, el discurso opositor estaba centrado en señalar que no existió una
verdadera nacionalización del gas, que se quebró la seguridad jurídica y en consecuencia
se liquidó la posibilidad de la inversión extranjera. Por lo demás, el gobierno estaba en
manos de inexpertos, por lo que su poder seria efímero (2006 - 2009).

Segundo, posterior a la aprobación de la nueva Constitución Política del Estado (2009),


la narrativa opositora señala que la Constitución era del MAS y que el gobierno destruyo
el Sistema de Partidos y el país paso a conformar el bloque del Socialismo del Siglo XXI,
con los riesgos del bloqueo y el monopartidismo, en fin, el peligro de la venezuelizacion
del proceso (2009 - 2016). Tercero, a partir del extemporáneo referendo de 2016, el
discurso opositor se radicaliza y el portavoz sigue siendo esta clase media profesional.
Sus consignas son la de inexistencia de la independencia de poderes, incluido el
Tribunal Supremo Electoral, el incumplimiento del Art. 168 de la Constitución Política
del Estado y, sistemáticamente se muestra solo los gastos “suntuarios” de la bonanza
económica (Casa del Pueblo, museo de Orinoca, Avión Presidencial, Sedes Sindicales
y las canchitas de futbol), sin mencionar que estos representan menos del 5% de las
inversiones, ocultando que el 95% restante fue invertido en caminos, prospección e
industrialización del gas, hidroeléctrica, agua para consumo y riego, infraestructura de
educación y salud y subsidios a la producción nacional (2016 - 2019).

Cuarto, un año antes de las elecciones generales de 2019 el antioficialismo se extrema,


aflora un anticomunismo parecido al de la década de los 60, con una lógica anterior a
la caída del Muro de Berlín y, un racismo discriminatorio absurdo en un país de indios y
mestizos, que no es denunciado por esta clase media profesional, al contrario son ellos los
que magnifican el papel de las plataformas 21F, el bloqueo de “pititas” y la intervención
de la juventud cruceñista y la resistencia cochala, al grado de atribuirles la caída de Evo
Morales, cuando lo que ocurrió fue un golpe de Estado de los representantes de los
Comités Cívicos de Santa Cruz y Potosí (Fernando Camacho y Marco Pumari) facilitado
por las Fuerzas Armadas y la Policía.

El año 2019, no se centra en la discusión de propuestas electorales, se da por establecido


que el MAS tiene para ello la Agenda 20 – 25 con una supremacía del Estado y, la
oposición con variantes, el desarrollo del libre mercado con la supremacía de la inversión
privada. La clase media profesional en cuestión, directa o indirectamente, abierta o
veladamente, simulando una neutralidad o denunciando sin pruebas, difunde una
narrativa antigubernamental más agresiva. Los calificativos de autoritarismo se elevan
a dictadura, el centralismo a anti autonomista, la reelección a prorroguismo, la inversión
pública a gasto discrecional, las empresas estatales a elefantes blancos, los poderes del
Estado a serviles al gobierno, el padrón electoral a la base del fraude, en fin, que pese a
la bonanza económica habríamos tenido una década y media perdida.

La contundente victoria del MAS del 18 de octubre del 2020, hecha por tierra todo el
discurso conservador y liberal de esta clase media profesional. El fraude del 2019 nunca

Revista Digital N° 4 39
¡BOLIVIA DE PIE! CLASE MEDIA PROFESIONAL EN CUESTIÓN

existió, la dictadura, corrupción y prorroguismo se mostró al desnudo en el gobierno


de Jeanine Añez, que ellos mismos contribuyeron a establecerlo. Una cosa lleva a la
otra, ahora en pleno proceso de elección de gobernaciones y municipios, que por fin
concluirá con la segunda vuelta en 4 gobernaciones el 11 de abril, esta clase media se
ve obligada a mantener un discurso político que no creen ni ellos mismos. Contra toda
lógica y evidencia empírica, siguen manteniendo que el año 2019 existió un monumental
fraude y que el gobierno de Jeanine Añez es resultado de una sucesión constitucional.
Como si esto fuera poco, tienen que reconocer que, hoy por hoy son representados por
Jhonny Fernández, Manfred Reyes Villa e Iván Arias, minimizar las masacres de Sacaba
y Senkata y callar sobre el separatismo de Fernando Camacho.

27 de Marzo del 2021

Revista Digital N° 4 40
¡BOLIVIA DE PIE!

Revista Digital N° 4
¡BOLIVIA DE PIE!

MIGUEL ENRÍQUEZ Y EL DESAFÍO DE LAS NUEVAS


GENERACIONES
Por: Néstor Kohan

LA FAMILIA REVOLUCIONARIA

Nuestra América vive un tiempo nuevo. El régimen chileno, mitad neoliberal, mitad
pinochetista, cruje. La resistencia crece. Y toda resistencia se fortalece y consolida en
la medida en que aprende de su propia historia. Nada mejor, entonces, que recuperar
enseñanzas para los tiempos porvenir.

Miguel Enríquez [1944-1974], como tantos otros militantes de Nuestra América,


constituye una de las principales fuentes de inspiración para las nuevas rebeldías.
Hijo político del Che Guevara y, por eso mismo, hermano de nuestros Mario Roberto
Santucho, John William Cooke, Alicia Eguren y Daniel Hopen; Miguel pertenece a esa
gloriosa familia continental que también integran Luis Emilio Recabarren, José Carlos
Mariátegui, Julio Antonio Mella, Farabundo Martí, Fidel Castro, Carlos Fonseca, Roque
Dalton, Carlos Marighella, Fabricio Ojeda, Silvio Frondizi, Rodolfo Walsh, Turcios Lima,
Inti Peredo, Tamara Bunke, Raúl Sendic, Camilo Torres, Raúl Pellegrín y Cecilia Magni,
entre muchísimos más.

Que el recuerdo de su caída sirva no sólo para rememorarlo con cariño y orgullo en su
querido país —hoy en plena ebullición popular, tras medio siglo de neoliberalismo—
sino también para aprender de él, de su pensamiento, de su ejemplo y de su lucha en
toda Nuestra América y el mundo.

UN JOVEN REBELDE QUE INTERVIENE SIN PEDIR PERMISO

Miguel vivió la lucha revolucionaria de su pueblo como un joven rebelde. No solamente


por su corta edad sino además por su mente abierta, su antiimperialismo visceral y su
desafío de las jerarquías establecidas.

Su vida política juvenil fue meteórica. Vivió joven y, lamentablemente, murió joven.
Apenas había cumplido los 30 (treinta) años cuando la muerte en combate lo encontró
dignamente donde tenía que estar. Del lado del pueblo, de cara al enemigo, enfrentando
la dictadura contrainsurgente del general Pinochet, quien inauguró —Milton Friedmann
mediante— el neoliberalismo a escala mundial. Incluso antes que la Inglaterra de
Margaret Thatcher y los Estados Unidos de Ronald Reagan.

¡Sí, Miguel tenía apenas treinta años! Parece mentira. (No olvidemos que Julio Antonio
Mella, el fundador del primer partido comunista cubano, fue asesinado en su exilio
mexicano cuando apenas tenía 25 años...). Y pensar que ya a esa edad había desarrollado
todo un pensamiento teórico propio y una acción política encaminada a concretarlo.

Revista Digital N° 4 42
¡BOLIVIA DE PIE! MIGUEL ENRÍQUEZ Y EL DESAFÍO DE LAS NUEVAS GENERACIONES

Deberían tenerlo en cuenta algunos ex revolucionarios, arrepentidos o quebrados,


cansados de luchar y de confrontar, que apelando a su prestigio del pasado hoy se
pliegan al poder subestimando con soberbia a las nuevas generaciones de militantes
rebeldes que en el Cono Sur de Nuestra América y en otras latitudes se están formando
con el objetivo de sembrar la simiente de una nueva y futura oleada revolucionaria. Esos
mismos que, tan lejanos de la humildad de Miguel Enríquez y de Robi Santucho, de Fidel
y el Che, de Sendic y Marighella, en lugar de acompañar a las nuevas generaciones en la
recuperación de la tradición revolucionaria “olvidada”, de alentarlas en la rebelión contra
el sistema imperialista y en el rechazo de sus múltiples estrategias contrainsurgentes
(las “duras” y las “blandas”), de transmitirles la experiencia del pasado (incluso si fue
derrotada), están más preocupados por lustrar su propio ego y exaltar su propio ombligo.

La tarea urgente de nuestros días presupone revertir lo que el genocidio de las dictaduras
militares (y las metafísicas “post” que las sucedieron durante las décadas subsiguientes
en el campo de las formaciones ideológico-políticas) intentaron implementar: el olvido
sistemático de las insurgencias y la “deconstrucción” de identidades antimperialistas
y anticapitalistas en los movimientos juveniles del continente. Si a comienzos del siglo
XX ser de vanguardia implicaba romper con todo pasado y toda tradición, actualmente,
en el siglo XXI, después del genocidio y las metafísicas “post” (postestructuralismo,
posmodernismo, posmarxismo, estudios postcoloniales, etc.), no hay nada que sea
políticamente más urgente y radical que recuperar la tradición revolucionaria olvidada
y superar el vacío artificialmente inducido entre aquella generación de Miguel Enríquez
y la actual.

En el año en que se funda el Movimiento de Izquierda Revolucionaria-MIR de Chile,


Miguel Enríquez tenía 21 años. Cuando se convierte en su secretario general contaba
con 23. Su hermano argentino, Mario Roberto [“Robi”, “el negro”] Santucho, tenía 29
años cuando se funda el Partido Revolucionario de los Trabajadores-PRT y apenas
llegaba a 40 cuando muere a manos del Ejército argentino. Ernesto Guevara ni
siquiera había cumplido los 40 cuando fue asesinado, desarmado y a sangre fría, por
el Ejército boliviano bajo órdenes de la CIA en La Higuera, Bolivia. Toda una generación
latinoamericana de jóvenes que no pidieron permiso para pensar, para cuestionar, para
hablar, para estudiar, para militar y actuar, para amar. Hay que aprender de su ejemplo...

EL DOBLE DESAFÍO (DE LENIN Y GRAMSCI EN CLAVE LATINOAMERICANA)

La práctica política del MIR y de Miguel Enríquez ubicaron en el centro del debate
la doble tarea que los movimientos revolucionarios tienen por delante si pretenden
lograr eficacia en su accionar contra el imperialismo capitalista como sistema mundial:
crear, construir y desarrollar la independencia política de clase y, al mismo tiempo, la
hegemonía socialista.

En la historia latinoamericana, quienes sólo pusieron el esfuerzo en la creación y

Revista Digital N° 4 43
¡BOLIVIA DE PIE! MIGUEL ENRÍQUEZ Y EL DESAFÍO DE LAS NUEVAS GENERACIONES

consolidación de la independencia política de clase, muchas veces quedaron aislados


y encerrados en su propia organización. Generaron grupos aguerridos y combativos,
militantes y abnegados, pero que no pocas veces cayeron en el sectarismo (en el mejor
de los casos, cuando no, en el burocratismo). Una enfermedad recurrente y endémica
por estas tierras del Cono Sur. Quienes, en cambio, privilegiaron exclusivamente la
construcción de amplísimas alianzas políticas e hicieron un fetiche de la unidad y “el
diálogo” a toda costa, con cualquiera y sin contenido preciso, soslayando o subestimando
la independencia política de clase y sobre todo el antiimperialismo, terminaron
convirtiéndose en furgón de cola de la burguesía y el empresariado, cuando no fueron
directamente cooptados por alguna de las múltiples instituciones del imperio.

Una de las grandes enseñanzas políticas de Miguel Enríquez y de todos aquellos y


aquellas que entregaron su vida por el sueño más noble de todos los que podamos
imaginar, la creación del socialismo, es que hay que combinar ambas tareas. No
excluirlas sino articularlas en forma complementaria y hacerlo de modo dialéctico, si se
nos permite el término —que ha sido vituperado y denostado a rabiar por las metafísicas
“post” e incluso por los neokantianos que en nombre de la Ilustración nos invitan a
resucitar el reformismo oxidado del abuelo Eduard Bernstein y su nieto vergonzante, el
eurocomunismo—.

Es decir, que nuestro mayor desafío consiste en ser lo suficientemente claros,


intransigentes y precisos como para no dejarnos arrastrar por los distintos proyectos
imperialistas y mercantiles en danza —sean neofascistas o se disfracen de “tolerantes”
y “progresistas”— pero, al mismo tiempo, tener la suficiente elasticidad de reflejos
como para ir quebrando el bloque geopolítico de poder del capital y sus alianzas,
mientras vamos construyendo nuestro propio espacio de poder, antimperialista y
anticapitalista. Al interior de cada sociedad y cada país pero apuntando hacia una
perspectiva integradora, de escala y alcance continental. Y eso no se logra sin construir
alianzas contrahegemónicas con las diversas fracciones de clases explotadas, pueblos
oprimidos y movimientos antisistémicos, articulando en un horizonte común el arcoíris
multicolor junto a la bandera roja, símbolo del proyecto más radical que la humanidad
ha podido crear hasta el momento.

NO CONFIAR EN EL IMPERIALISMO «PERO... NI UN TANTITO ASÍ»

Miguel Enríquez y sus compañeros y compañeras también contribuyeron a esclarecer


la necesaria e íntima imbricación entre las luchas populares de los movimientos
sociales latinoamericanos —desde las reivindicaciones más elementales que laten
en las poblaciones, villas miseria, favelas y cantegriles hasta las más elevadas como la
lucha continental por el socialismo— con la cuestión del antiimperialismo. No puede
haber en Nuestra América ni ejercicio real de la democracia sustantiva (basada en la
participación directa del pueblo en la adopción de las grandes decisiones nacionales, la
gestión comunal y el sistema presupuestario de financimiento), ni autodeterminación

Revista Digital N° 4 44
¡BOLIVIA DE PIE! MIGUEL ENRÍQUEZ Y EL DESAFÍO DE LAS NUEVAS GENERACIONES

nacional y soberana ni socialismo auténtico que no se planteen al mismo tiempo la


resistencia y la lucha antiimperialistas. No son “etapas” rígidas y distintas ni aspectos
escindibles de la vida política. Constituyen fases de un mismo proceso de lucha.

Ese pensamiento tan característico de Miguel Enríquez también resulta aleccionador y


goza de abrumadora actualidad para los debates teóricos y políticos contemporáneos.
Tanto frente a quienes reducen las luchas latinoamericanas actuales únicamente
a la contradicción entre imperialismo y nación (negando cualquier otro tipo de
contradicciones en el medio) como frente a quienes, en el polo opuesto, pretenden
enterrar por decreto filosófico posmoderno la existencia de la dependencia, del
imperialismo y de su dominación guerrerista y genocida.

Un buen ejemplo de la primera posición lo constituyen aquellas corrientes que apoyan


el actual proceso de lucha y resistencia antiimperialista de Venezuela bolivariana,
pero tratando por todos los medios de frenar y moderar hasta el límite dicho proceso,
de “aconsejar”, primero a Hugo Chávez y luego al presidente Nicolás Maduro, que lo
mejor sería de aquí en más optar por la estrategia de una supuesta “tercera vía” —ni
capitalismo neoliberal ni tampoco socialismo—. Como el término específico “tercera
vía”, popularizado por el sociólogo británico Anthony Giddens en su libro de 1999 La
tercera vía. La renovación de la socialdemocracia cayó ya en descrédito, se utilizan otras
denominaciones y rótulos, pero con idéntico contenido. (Cabe aclarar que Giddens no
inventó nada, sólo un nombre, pero el contenido de su propuesta y su “programa” tiene
como mínimo un siglo de existencia).

Un ejemplo sumamente expresivo del otro polo de la ecuación lo constituyen aquellos


que, seducidos por la promoción mediática de libros como Imperio (2000) de Negri y
Hardt (y otros autores menos difundidos como los anglosajones Bill Warren, Nigel Harris
y John Weeks, etc), creen ilusoriamente que hoy las identidades nacionales, las banderas
históricas y las tareas antimperialistas se encuentran caducas, se han tornado inservibles
y están démodé pues pertenecerían al museo arqueológico de los dinosaurios de la
izquierda tercermundista. Supuestamente hoy habitaríamos un mundo “poscolonial”,
plano y homogéneo, donde todos los estados-naciones serían equivalentes, en tanto
“narrativas” ficcionales basadas en el “mito del origen”. (Curiosamente ninguna
bandera nacional tendría vigencia, con excepción de la estadounidense de las barras y
las estrellas, que en las películas de Hollywood —consumidas, según Fredric Jameson,
por el 90% del público mundial— aparecen hasta en la sopa).

Lejos de haber quedado aprisionado en las páginas amarillentas de una antigua


enciclopedia o un libro viejo de historia, el pensamiento político de Miguel Enríquez
nos enseña —no sólo a las hermanas y hermanos chilenos sino a todas y todos los
latinoamericanos— que no habrá “democracia radical” ni democracia sustantiva, ni
socialismo ni autodeterminación nacional duradera sino se lucha y confronta al mismo
tiempo contra el imperialismo en sus mútiples caras y caretas. Este último sigue

Revista Digital N° 4 45
¡BOLIVIA DE PIE! MIGUEL ENRÍQUEZ Y EL DESAFÍO DE LAS NUEVAS GENERACIONES

existiendo, está vivito y coleando a pesar de su crisis sistémica multidimensional y su


ocaso crepuscular, y cada día, más allá de la frivolidad de la literatura posmoderna y
posestructuralista a la moda, se vuelve más agresivo y guerrerista que nunca antes en
la historia. (El reciente ataque al Capitolio en Washington y las escandalosas elecciones
estadounidenses no son una simple anécdota “color” de una novela de las tres de la
tarde sino el síntoma de una crisis medular extremadamente profunda).

¿BURGUESÍAS PROGRESISTAS? ¿CAPITALISMOS NACIONALES?

Miguel Enríquez, siguiendo fielmente las enseñanzas del Che, siempre descreyó del
“progresismo” discursivo de las burguesías vernáculas y de su supuesta capacidad para
enfrentar realmente al imperialismo. Él había llegado a la conclusión, como muchos
de los compañeros y compañeras de su generación, que las burguesías autóctonas de
Nuestra América son parte funcional del engranaje mundial de dominación, aun cuando
utilicen los fuegos de artificio verbales, seudo nacionalistas y seudo democráticos, para
institucionalizar las protestas y neutralizar toda rebelión radical.

Enfrentando ideológicamente a quienes se proponían tejer alianzas con la burguesía


“nacional” y sus expresiones institucionales, Miguel creía que los sujetos de las
transformaciones sociales latinoamericanas pendientes no podían ni debían ser los
“empresarios buenos”, aquellos que producen, por oposición a los “empresarios malos”,
los que especulan. No hay capitalismo bueno y capitalismo malo, capitalismo con
rostro humano y capitalismo con cara monstruosa. Hay capitalismo. Hay imperialismo.
Ambos son partes de un sistema mundial, plagado de asimetrías y dependencias,
superexplotación, desarrollo e intercambio desigual, geopolíticas de guerra y opresión
de la gran mayoría de la humanidad por un puñado restrigido de firmas y empresas,
protegidos por estados imperialistas (para quien crea que las líneas precedentes
constituyen una descripción “romántica” de nostalgia izquierdista, completamente
desactualizada, sugerimos consultar el libro de 2016 del marxista británico John
Smith: Imperialism in the Twenty-First Century. Globalization, Super-Exploitation, and
Capitalism’s Final Crisis [El imperialismo en el siglo XXI: globalización, superexplotación
y crisis final del capitalismo. 2016, New York, Monthly Review Press. Se puede descargar
gratis en inglés de la web].

En su época, Miguel Enríquez lo sabía perfectamente. Nunca se confundió.

Polemizando con quienes promovían un proceso rígido de etapas separadas para las
transformaciones sociales chilenas y latinoamericanas, Miguel Enriquez sostenía que
la lucha por el socialismo no podía quedar relegada para un futuro y lejano “más allá”…
inescrutable y difuso, como el famoso “deber ser” kantiano. Si bien el socialismo no
puede crearse por decreto y en forma repentina, ni fabricarse según el capricho y el
mero arbitrio incondicionado, cuando a cada quien le aparezcan las ganas, tampoco
debería ser reemplazado únicamente por “La Democracia” (así, a secas y en mayúsculas,

Revista Digital N° 4 46
¡BOLIVIA DE PIE! MIGUEL ENRÍQUEZ Y EL DESAFÍO DE LAS NUEVAS GENERACIONES

sin historia, tiempo ni lugar, sin determinaciones sociales específicas ni contenidos de


clase), ni por “La República” (igualmente con mayúsculas y en abstracto, como el título
de aquel viejo y clásico libro de Platón, por más que se intente engordarla atribuyéndole
derechos sociales y conquistas puntuales que en la historia terrenal y mundana los
diversos republicanismos más bien los han negado). Formulaciones que muchas veces
se presentan como “novedades” en el colorido mercado de las ideologías pero son tan
viejas como el eurocomunismo (¡por no ir más atrás!).

Para quien crea que los párrafos anteriores “le hacen decir” al MIR chileno algo que
los miristas jamás pensaron ni tuvieron elaborado, sugerimos consultar las críticas
al eurocomunismo formuladas pocos años después (en 1979) por Ruy Mauro Marini,
miembro orgánico del comité central del MIR chileno, máximo pensador de la teoría
marxista de la dependencia y uno de los principales teóricos que acompañó desde la
ciudad chilena de Concepción a Miguel Enríquez en los años de su apogeo revolucionario
[Se puede consultar en la web en el siguiente LINK: http://www.marini-escritos.unam.
mx/230_eurocomunismo.html [Consultado el 24 de enero de 2021]).

Para Miguel Enríquez y la corriente colectiva de pensamiento político de la que él


se nutrió y por la cual dio su vida, la lucha por el proceso de democratización de las
relaciones sociales es inseparable de la lucha por el poder revolucionario y el socialismo.
Dimensiones distintas pero jamás separables. Todas ellas, además, inescindibles
de la confrontación antiimperialista. Quien pretenda obviar o dejar de lado la lucha
antiimperialista, jamás nos traerá más democracia ni nos permitirá avanzar hacia
el socialismo. Más bien todo lo contrario. Terminaremos sometidos, humilladas y
colonizados, tanto en lo social, como en lo nacional y cultural.

CON EL CORAZÓN Y LAS ENTRAÑAS EN CUBA


Y LA CABEZA EN EL PROPIO PAÍS

Miguel Enríquez, como muchos otros y otras integrantes de esa familia revolucionaria
continental que mencionamos al comienzo, también nos dejó una lectura creadora,
inteligente y antidogmática de la Revolución Cubana. Amaba a Cuba —tanto como
nosotros— y visitó numerosas veces la isla rebelde que todavía hoy desafía a Goliat.
Por eso mismo, se negó a transformar la adhesión al proceso de lucha y resistencia
continental abierto por la Revolución Cubana en una fórmula cristalizada. Nada más
ajeno al pensamiento político de Fidel, el Che y la dirección de la Revolución Cubana
que un dogma cosificado.

Al mismo tiempo el MIR, bajo liderazgo de Miguel, supo combinar la defensa intransigente
de la herencia insumisa de Fidel y el Che con una política específica para el propio país,
que tuviera en cuenta la dinámica que asume la lucha de clases interna y la batalla
antiimperialista en la propia sociedad.

Revista Digital N° 4 47
¡BOLIVIA DE PIE! MIGUEL ENRÍQUEZ Y EL DESAFÍO DE LAS NUEVAS GENERACIONES

Miguel Enríquez y sus compañeros y compañeras fueron entusiastas en la defensa


internacionalista a ultranza del socialismo. Jamás se dejaron arrastrar, pero ni por un
solo segundo, por el anticomunismo disfrazado de … “progresismo”. Tenían la brújula
bien puesta y en su lugar.

Desde ese ángulo y esa óptica, marcaron serias distancias frente a los regímenes del
llamado “socialismo real” del Este europeo. Un buen ejemplo de esto puede corroborarse
leyendo la declaración que el MIR publica rechazando en 1968 la invasión soviética a
Checoslovaquia.

La solidaridad internacionalista no podía ser motivo para apoyar posiciones sumamente


cuestionables que, a largo plazo, generaron un descrédito enorme para la propia Unión
Soviética (aunque desde hoy en día podemos agregar que a su vez las posiciones
checoslovacas completamente a favor del Mercado, promovidas en nombre de “la
Democracia” y “el socialismo con rostro humano”, precursoras de la Perestroika
gorvachoviana, tampoco eran ninguna alternativa para nuestros pueblos).

La mejor manera de defender a Cuba y su hermosa revolución frente al imperialismo


es… luchando contra el imperialismo y por la revolución en cada país y en todo el mundo.
¿POR QUÉ CAYÓ EL COMPAÑERO SALVADOR ALLENDE?

“Yo no me muevo de aquí [Palacio de la Moneda,


día del golpe de estado], cumpliré hasta mi muerte
la responsabilidad de presidente que el pueblo me
ha entregado. Ahora es tu turno Miguel…”.
Salvador Allende
(Testimonio de su hija Beatriz Allende)
Uno de los elementos más polémicos y discutidos que han rodeado el nombre del MIR
y de Miguel Enríquez tiene que ver con el derrocamiento de Allende.

Miguel Enríquez explicaba pacientemente que la caída del compañero Salvador Allende
—ambos se tenían un profundo y merecido respeto personal— no fue obra de dos
supuestos “extremos”. O, para decirlo en el típico lenguaje de la derecha argentina, de
“dos demonios”. Por un lado, el demonio de la extrema derecha autoritaria: Pinochet
y sus Fuerzas Armadas, comandados por Estados Unidos. Por el otro, el demonio de la
extrema izquierda, impaciente e infantil: el MIR, los cordones obreros industriales, las
tomas de tierras, etc.

¡No! ¡Rotundamente: No! Esa leyenda que algunos segmentos de la izquierda europea
se encargaron interesadamente de propagandizar —para así legitimar el “compromiso
histórico”, por ejemplo en Italia, con la Democracia Cristiana y el eurocomunismo, como
corriente con mayores pretensiones aún— no era realista.

Revista Digital N° 4 48
¡BOLIVIA DE PIE! MIGUEL ENRÍQUEZ Y EL DESAFÍO DE LAS NUEVAS GENERACIONES

Las fuerzas revolucionarias que empujan y actúan para profundizar los procesos
populares no son la causa de la represión o las derrotas cuando ellas ocurren. Miguel
Enríquez, como el Che Guevara, no se cansaba de repetirlo: las transformaciones que
no avanzan, retroceden y caen. La Revolución Cubana pasó a la historia porque eligió
el camino inverso de la claudicación. Cuando en Cuba la derecha presionaba y el
imperialismo se endurecía, Fidel Castro apretó el acelerador. Hoy Venezuela bolivariana
se encuentra ante similar disyuntiva histórica y no muy distinto es el dilema de la
Bolivia indígena, obrera y popular. Errónea lectura realizan aquellos que quieren extraer
como corolario de Venezuela y Bolivia la peregrina idea de que se debe recurrir a un
tercer camino intermedio entre el neoliberalismo y una perspectiva antiimperialista de
socialismo.

Miguel Enríquez planteaba, una y otra vez, que la verdadera fuerza del gobierno
de Allende, radicaba en el poder autónomo de la clase obrera y el pueblo pobre. Grave
equivocación —trágica, sangrienta, incluso para los mismos que la propiciaban— la de
creer que cediendo terreno a los militares chilenos, incluso incorporándolos al gabinete
de la Unidad Popular, se iba a detener el golpe. Hoy ya todo está claro. Pero Miguel
Enríquez y su corriente lo plantearon en aquella época, mientras estaba sucediendo. Y el
propio Fidel Castro, al hacer el balance, coincidió completamente. (Pueden consultarse
la Carta de Fidel Castro a Salvador Allende del 29/7/1973, enviada a Chile un mes y medio
antes del golpe de Estado del general Pinochet y la CIA; así como también el discurso-
balance de Fidel Castro sobre lo sucedido en Chile, tan solo dos semanas después del
golpe de Estado, del 28/9/1973).

Cabe aclarar que cuando Miguel Enríquez hablaba de “poder autónomo” no quería
decir poder contra Allende, todo lo contrario. Poder autónomo significaba poder
independiente del estado burgués y sus instituciones políticas de dominación
“democrática” y “republicana”.
¿CAMBIAR EL MUNDO SIN PODER REVOLUCIONARIO?

A lo largo de su corta e intensa vida política Miguel Enríquez siempre destacó en primer
plano la cuestión del poder. Ese es el primer problema de toda revolución. En tiempos
de Allende y en nuestra época.

¡Cuánta vigencia tienen hoy sus reflexiones! Sobre todo cuando en algunas corrientes
del movimiento de resistencia mundial contra la globalización capitalista han calado las
erróneas ideas de que “no debemos plantearnos la toma del poder”. Equívocas ideas que
vuelven a instalar, con otro lenguaje, con otra vestimenta, con otras citas prestigiosas de
referencia, la añeja y desgastada estrategia de la “vía pacífica al socialismo” que tanto
dolor y tragedia le costó al pueblo de Chile. En primer lugar, al heroico y entrañable
compañero Salvador Allende, honesto, generoso y leal propiciador de aquella estrategia,
aún siendo amigo personal de Fidel y el Che.

Revista Digital N° 4 49
¡BOLIVIA DE PIE! MIGUEL ENRÍQUEZ Y EL DESAFÍO DE LAS NUEVAS GENERACIONES

Existe un hilo de continuidad entre: (a) aquella doctrina soviética promocionada desde
Moscú a partir de 1956 de la “transición pacífica al socialismo” (nacida junto con la doctrina
de la “coexistencia pacífica” con el imperialismo); (b) la doctrina eurocomunista del
“compromiso histórico” con el estado burgués y sus instituciones que se inicia en Italia,
Francia y el estado español a comienzos de los años ‘70; (c) la estrategia del “camino
pacífico —sin tomar el poder— al socialismo” experimentada en Chile entre 1970 y 1973;
(d) la renuncia de algunos ensayistas autonomistas de las últimas dos décadas a toda
estrategia de poder que se escudan, sin representarlo, en el nombre prestigioso del
zapatismo mexicano (o hablan en su nombre… sin hacerse cargo de que son planteos
propios, no necesariamente representativos de la práctica política y el pensamiento
zapatista).

Entre (a), (b), (c) y (d) hay matices notorios pero predominan los denominadores comunes.
No obstante sus diferencias específicas, las consecuencias políticas son convergentes.
Aunque, si la comparamos con la tosca y rudimentaria doctrina soviética de 1956 o la
endeble doctrina institucional italiana de los ’70, en las últimas dos décadas esa vieja
doctrina se presenta en una bandeja teóricamente más atractiva, de modo más pulido
y seductor (cargada de engañosos términos libertarios, por ejemplo, o apelando a la
indeterminación de una gelatinosa “sociedad civil”, supuestamente sin lucha de clases
en su seno).

(No incluimos en esta zaga, como quinta corriente, a la orientación “perestroika” porque
nunca llegó, siquiera, a formular un pensamiento sistemático propio. Fue simplemente
una capitulación en todos los terrenos, que no redujo un milímetro la burocracia ni
trajo más democracia ni más socialismo, sino, sencillamente, la restauración brutal
del capitalismo con toda su fiereza. Por algo una extremista neoliberal como Margaret
Thatcher premió y alabó hasta el paroxismo al patético Gorvachov).

MIGUEL ENRÍQUEZ Y LAS NUEVAS GENERACIONES

Volver entonces a rescatar la reflexión política de Miguel Enríquez sobre el problema del
poder y la revolución, realizada no desde un Estado burocrático envejecido ni desde un
cómodo sillón académico universitario, sino desde una práctica política vivida al máximo
de intensidad en los años de la gran esperanza chilena, constituye un elemento de
aprendizaje insustituible e imprescindible para las nuevas generaciones de militantes,
del hermano pueblo de Chile y de toda Nuestra América.

Seguimos creyendo, sintiendo y pensando que otro mundo es posible y necesario: el


mundo socialista. Un mundo radicalmente distinto y antagónico al sistema capitalista.
Un mundo por el que Miguel Enríquez, sus compañeros y compañeras del MIR (en sus
múltiples variantes), así como también sus hermanos y hermanas del Frente Patriótico
Manuel Rodríguez (FPMR, en todas sus tendencias) y el conjunto de la Resistencia
Mapuche han dado y continúan entregando generosamente su vida.

Revista Digital N° 4 50
¡BOLIVIA DE PIE!

Revista Digital N° 4
¡BOLIVIA DE PIE!

CONTRA EL FEMINISMO LIBERAL Y LAS FORMAS


DE DOMINACIÓN.FEMINISMO COMUNITARIO Y
DESPATRIARCALIZACIÓN
Por: Mishka Iturri Avendaño-Feminista comunitaria
Este artículo es producto de asambleas entre 2019 y 2020, y formación con compañeras
con base en los textos escritos por Julieta Paredes y el FeminismoComunitario de
Abya Yala

Quizá el reto más grande que trae consigo este 2021 no sea la grave crisis económica con
que nos dejó el golpe de Estado del 2019, la pandemia y el gobierno de facto del 2020. Es
cierto, lo urgente es cuidar la economía para que las familias bolivianas no pasen carencia
ni hambre, que los millones de bolivianos y bolivianas podamos planificar nuestro
futuro con la conciencia tranquila porque vemos un futuro con certeza. Sin embargo,
el mayor reto ante el cual nos encontramos es reconfigurar, repensar y profundizar los
fundamentos ideológicos que dieron luz al modelo económico que confiamos traiga
bienestar a Bolivia. Y es que; sin replantearnos las verdaderas bases del accionar Estatal,
sin discutirlas cotidianamente y ponerlas en práctica de manera consciente, sin recordar
las luchas históricas de las que proviene, sólo tenemos un plan administrativo. Este
artículo pretende aportar a esta discusión desde la reflexión de la despatriarcalización,
explicando algunos elementos de la propuesta del FeminismoComunitario como
vertiente del Proceso de Cambio y cómo se diferencia con otros feminismos.

Es común que la primera idea que acude a la mente de la gente al oír la palabra
“feminismo” sea la lucha de las mujeres por derechos, contra los accionares que
nos dañan, oprimen y perjudican. Los inicios del feminismo están en la revolución
Francesa, cuando Olympe de Gouges plantea la “Declaración de derechos de la mujer
y la ciudadana” a la par de “los derechos del hombre”. Luego, Simone de Beauvoir se
preguntará qué es ser mujer, de dónde viene esta noción que se ha construido sobre
la mitad de la humanidad. Ella encuentra respuestas estudiando los fenómenos que
configuran a las mujeres desde lo mítico, simbólico e histórico entre otros. Luego, Silvia
Federici hará su aporte con su estudio desde el materialismo histórico de la explotación
de las mujeres en Europa a lo largo de la historia europea, haciendo incluso importantes
críticas a Marx por su negligencia a la hora de ver la realidad de las mujeres. Michel
Foucault hará su aporte con la historia de la sexualidad que ayudará a entender las
etapas en que se construye lo que hoy en cuenta tomamos como heteronormatividad
(que la relación que se de por norma sea hombre-mujer) y cómo eran las sociedades
antes de esta configuración. Hoy están teóricas del post feminismo como Judith Butler
que retan los actuales conceptos de género, sexo y sexualidad como categorías para
categorizar lo humano.

Todas estas académicas han inspirado el feminismo occidental que vemos hoy en día.
La lucha por la ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo en Argentina, las protestas

Revista Digital N° 4 52
CONTRA EL FEMINISMO LIBERAL Y LAS FORMAS DE DOMINACIÓN.
¡BOLIVIA DE PIE! FEMINISMO COMUNITARIO Y DESPATRIARCALIZACIÓN

de Pusy Riot en Europa y las manifestaciones de mujeres contra los abusos sexuales
en Hollywood son claros ejemplos de lo lejos que ha llegado esta corriente. En Bolivia
también existen movimientos feministas en el sentido clásico, movimientos anarco-
feministas, eco-feministas y un largo etcétera. Sin embargo, la crítica a estas corrientes es
que quedan tuertas a la hora de fijarse simplemente en el abuso y en sus perpetradores,
fallan a la hora de ver que la violencia es la forma más brutal y clara de los síntomas
de un SISTEMA que las ha construido sobre nuestros cuerpos. Es así, que se tiene por
único culpable al violento de las atrocidades que comete (y no es afán de disculpar a los
individuos, pues cada uno de ellos debe responder por sus acciones) pero no se ve la
estructura, el sistema, que sigue produciendo a este tipo de fenómenos en masa.

Si bien el Feminismo Comunitario conoce estas teorías y corrientes, y recoge el término


“feminismo”, no se reconoce simplemente “feminista”, pues es una categoría burguesa
y occidental. Para el FeminismoComunitario, el feminismo es “La lucha de cualquier
mujer, en cualquier tiempo de la historia, en cualquier parte del mundo, que lucha o se
rebela ante un patriarcado que la oprime o la quiere oprimir.” (Paredes, 2013 :67). Pues
la propuesta fundamental del FeminismoComunitario es “las mujeres somos la mitad
de cada pueblo”. Parece simple y hasta obvia, pues la población mundial por simple
estadística debería cumplir con el enunciado. Sin embargo, al decir que somos la mitad
de cada pueblo, no nos referimos a porcentajes ni cantidades, sino que reclamamos
nuestro espacio en la mitad de las decisiones, esperanzas, soluciones, discusiones y
hasta problemas de nuestros pueblos. La lucha del FeminismoComunitario no se
construye, pues, como una lucha purista que plantea que las mujeres somos perfectas
y no cargamos con sesgos y taras, sino como la lucha contra el Patriarcado que es “el
sistema de todos las sistemas, de todas las opresiones, todas las explotaciones, todas las
violencias y discriminaciones que vive toda la humanidad (mujeres, hombres y personas
intersexuales) y la naturaleza, históricamente construidas sobre el cuerpo sexuado de
las mujeres”. (Paredes, 2013: 77)

Nuestra lucha es pues contra el capitalismo, la colonialidad y el machismo como


partes integrales de este patriarcado. No concebimos a estas formas de opresión como
dicotomías separadas y, por tanto, destinadas a ser resueltas una por una o con alguna
jerarquía de importancia, sino como un entramado de dominaciones y desigualdades
que conforman al sistema del Patriarcado. Por tanto, debemos destruirlo en su integridad.

Nuestra propuesta entonces, no pasa por la equidad o la igualdad de género. Estas


categorías propuestas por el neoliberalismo pasan por cambios de comportamiento
muy superficiales. Está bien que los hombres también cocinen o que ejerzan su
paternidad, pero el feminismo burgués comete el error de quedarse en la superficie
nuevamente. Para el FeminismoComunitario el género es la cárcel de los cuerpos, que
además plantea que el cuerpo masculino tiene más valor que el femenino. Esta cárcel
nos asigna roles y estos roles son lo único que plantea modificar el neoliberalismo al
decir que “las mujeres deben empoderarse y asistir al ámbito público de la sociedad”.

Revista Digital N° 4 53
CONTRA EL FEMINISMO LIBERAL Y LAS FORMAS DE DOMINACIÓN.
¡BOLIVIA DE PIE! FEMINISMO COMUNITARIO Y DESPATRIARCALIZACIÓN

Con este tipo de visiones, que no salen del capitalismo explotador, es que se crea la
doble y triple jornada laboral que muchas veces sufrimos las mujeres. Porque nosotras
asistimos al ámbito público de la sociedad al ser obreras (o hasta jefas) dentro del
sistema productivo, para volver a nuestra casa y seguir con todas las labores de cuidados
de las infancias y las adultas mayores de nuestra familia. Dejamos la comida cocinada
antes de salir a trabajar y regresamos para limpiar todo. Si tenemos un compañero
de vida, normalmente somos nosotras las que absorbemos su desgaste laboral y
el nuestro, porque ambos debemos salir a trabajar con las prendas, con el alimento
y los instrumentos necesarios. Pero somos sólamente las mujeres quienes lavamos,
planchamos, cocinamos y vamos al mercado a comprar para que estas condiciones
se den. Todo esto con un salario menor por el mismo trabajo y con el doble o triple de
trabajo en casa.

La solución propuesta por el neoliberalismo es proponer que nos “ayuden”. Pero nuestra
explotación no se va a resolver con algo de ayuda. ONU mujeres plantea la igualdad
salarial, y está muy bien, pero no basta con alcanzar las condiciones de los varones, no
queremos adaptarnos al sistema de explotación y tener mejores condiciones dentro de
él. Cuando una mujer asciende a jefa y tiene más dinero y menos tiempo, normalmente
contrata a otra mujer para hacerse cargo de las tareas que el género nos ha impuesto.
No queremos ser explotadoras de nuestras compañeras ni queremos ser explotadas.
Queremos deconstruir y destruir el sistema de injusticias.

¿Cuál es nuestra propuesta entonces? La despatriarcalización es planteada por el


Feminismo Comunitario dentro del proceso de cambio. Despatriarcalizar es pararse
frente al patriarcado, pero también entender los otros sistemas de dominación y las
INTERSECCIONES QUE HAY ENTRE TODOS.

Desde esa perspectiva y tomado en cuenta de esa manera, se plantea la


despatriarcalización del Estado como política pública transformadora de las relaciones
de poder, opresión, discriminación y violencia hacia las mujeres, los hombres y la
naturaleza. Pero en especial énfasis de reconocer el aporte históricamente realizado
por las mujeres a lo largo de nuestra historia. Nuestro fin es regresar a la comunidad
de comunidades, aportar al vivir bien con la propuesta de despatriarcalización, con
reflexiones vivas, con participación como comunidad y como organización social.

Esto nos diferencia de las ONGs que se sienten por encima de las compañeras de
organizaciones sociales y de comunidades por su capacidad técnica y creen que tienen
la atribución de tutelarlas y “enseñarles” sobre igualdad de género con ejemplos y
terminología que no corresponden a nuestras realidades. También nos diferencia del
feminismo burgués y los feminismos occidentales que solamente tocan la superficie
del patriarcado, nos plantean como un problema, un sector y nos enfrentan con la otra
mitad de los pueblos para que no entendamos que todo es parte de un sistema que se
perpetua con las violencias que sufrimos como mujeres.

Revista Digital N° 4 54
CONTRA EL FEMINISMO LIBERAL Y LAS FORMAS DE DOMINACIÓN.
¡BOLIVIA DE PIE! FEMINISMO COMUNITARIO Y DESPATRIARCALIZACIÓN

No nos planteamos perfectas, puras ni creemos que tenemos todas las respuestas, pero
intentamos desentrañar el sistema que nos oprime a nosotras y a nuestros pueblos.

BIBLIOGRAFÍA

Paredes, Julieta y Mujeres Creando Comunidad. (2010). Hilando Fino desde el Feminismo
Comunitario. La Paz-Bolivia. Mujeres Creando Comunidad

Paredes, Julieta y Feminismo Comunitario. (2013). El tejido de la rebeldía ¿Qué es el


feminismo Comunitario? La Paz-Bolivia. Mujeres Creando Comunidad

Revista Digital N° 4 55
¡BOLIVIA DE PIE!

Revista Digital N° 4
¡BOLIVIA DE PIE!

SOBRE EL CAPITAL DE MARX, DESDE LOS ANDES [1]


Por: Carlos Macusaya
Marx, al referirse a los profesores alemanes de economía política de su época dice: “La
expresión teórica de una realidad extraña se convertía en sus manos en un catálogo de
dogmas, que ellos interpretaban, a tono con el mundo pequeñoburgués en que vivían”
[2].Lo mismo se puede decir de quienes, a titulo de ser marxistas y en nombre de “la
ciencia”, han enseñado y enseñan a repetir manuales en las carreras de ciencias sociales
en Bolivia. Hablamos de quienes se conforman con manuales que brindan un material
escolar, para “menores de edad” y esto condicionado por el afán de ganar militantes
que tenían y tienen los grupos marxistas.

La panfletaria y no la investigación, es lo que ha caracterizado a los grupos


autodenominados “revolucionarios”. La ciencia en sus labios se redujo a una palabra
de ornamentación en las actividades docentes, pues “sabido es que: ‘a falta de ideas, se
sale al paso con una palabreja’” [3]. Fascinados por los manuales, no es raro que temas
vinculados a la condición colonial en estas tierras, no hay sido preocupación de los que
dicen manejar “la teoría científica por excelencia”, pues primero era el acto de fe en el
manual y después se buscaban algo que confirme esa fe. No es de extrañar, por tanto,
que los movimientos Indianistas y Kataristas hayan estrellado su crítica, muchas veces
visceral, contra estos grupos.

Leer la obra de Marx no es occidentalizare como muchos indianistas e indigenistas


creen. No se puede confundir la obra de Marx con lo que han hecho de ella los marxistas
(y esto con mayor razón en Bolivia) aunque ciertamente hay relación, pero no identidad.
En el reto de superar las condiciones de dominación coloniales que aún se viven en estas
tierras, el nutrirse de trabajos intelectuales de otras latitudes, es, no solo saludable, sino
necesario. Se trata de buscar elementos que nos sean útiles para pensar lo que muchos
simplemente viven. Estos elementos no solo se pueden encontrar en el trabajo de
grandes pensadores, pero por ahora solo tomare algunas referencias que se encuentran
en la obra de Marx.

Pensar la colonización implica pensar el fenómeno como parte de “La biografía moderna
del capital” que “comienza en el siglo XVI, con el comercio y el mercado mundiales”[4]
El mundo empieza a ser redondeado en cuanto a relaciones económico-políticas. La
expansión colonial de Europa está condicionada por este fenómeno. El capital comercial,
predominante en aquella época, empieza a unificar diferentes espacios en su avance,
materializándose en los lugares colonizados como violencia político-militar.

El Capital en su avance “empieza sometiendo a su imperio al trabajo en las condiciones


técnicas históricas en que lo encuentra”[5]. Esto fundamental, pues la idea más vulgar
y popularizada en las universidades es que primero cambian las fuerzas productivas
y después la relaciones de producción, como consta en los manuales. Pero la idea de

Revista Digital N° 4 57
¡BOLIVIA DE PIE! SOBRE EL CAPITAL DE MARX, DESDE LOS ANDES

que el Capital toma el trabajo, lo subordina, como lo encuentra, implica que las fuerzas
productivas no cambian de inmediato, por acción del capital, sino que, aun no siendo
producto del capital, son funcionalizadas a su metabolismo. En Bolivia, como en otras
latitudes, se puede constatar que existen modos de producción no capitalistas, pero
que son parte de la reproducción del capital. Es decir que las fuerzas productivas no son
capitalistas, por esta subordinación, sirven al capital.

El carácter del régimen colonial no es algo que haya sido conceptualizado


apropiadamente, pues hay quienes creen que se trató de un régimen feudal trasplantado
a estas tierras y hay otros que piensan que se trato de un régimen esclavista. Marx no
dice conceptualmente lo que fue la colonia, pero nos dice que fue “un régimen directo
de despotismo y servidumbre, que es casi siempre un régimen de esclavitud”[6]. Entre
despotismo, servidumbre y esclavitud queda fuera la forma en que las relaciones
sociales previas influyeron en la nueva configuración. Como explicamos que, no solo en
las áreas rurales, sino en los espacios urbanos, se siga practicando el ayni, por ejemplo. La
servidumbre se trataba de una sujeción personal, la esclavitud opera sobre el individuo,
pero en los Andes las formas de dominación colonial subsumieron elementos de los
Ayllus. Eran los Ayllu reducido a comunidades y luego a haciendas, con las relaciones
internas que implica, los que sufrían ese “despotismo y servidumbre, que es casi siempre
un régimen de esclavitud”.

En el orden colonial, la clasificación política era racial y era asumida por unos y otros.
La identidad, el como uno se veía estaba relacionado al cómo veía al otro. Algo así
como que “el individuo B no puede asumir ante el individuo A como ante el titular
de la majestad sin que para A los atributos de la majestad sin que al mismo tiempo la
majestad revista a los ojos de este la figura corpórea de B, los rasgos fisonómicos, el
color del pelo y muchas otras señas personales del soberano reinante en un momento
dado”[7]. Pero acá, en los Andes, hablamos de atributos, no de la majestad, sino que se
supone expresan “superioridad racial”: forma de los ojos, color de piel clara, pómulos,
etc. y estos son asumidos como superiores, no solo por los que los tienen, sino por los
que no los tienen. El “indio”, de esto modo, asume “su” inferioridad.

Las diferenciaciones de los grupos en la colonia, se reproducían por prácticas de


endogamia. Marx dice: “las castas y los gremios nacen de la misma ley natural que
informa la diferenciación de plantas y animales en especies y subespecies, con la
diferencia de que, al llegar a un cierto grado de madurez, el carácter hereditario de las
castas o el exclusivismo de los gremios son decretados como ley social”[8]. Esta ley social
funciona y está vigente en el siglo XXI. No solo se trata de que los que se antes se creían
“blancos” y ahora se dicen “mestizos” no se casen con las “indias” o con los “indios”,
sino que además se dan al interior de estos grupos. Entre los Aymaras comerciantes, es
común las alianzas económico-matrimoniales.

Un aspecto muy importante, es el que se refiere al capital comercial que fue predominante

Revista Digital N° 4 58
¡BOLIVIA DE PIE! SOBRE EL CAPITAL DE MARX, DESDE LOS ANDES

en los tiempos de la colonización y hoy vemos que ese tipo de capital es el que manejan
los comerciantes Aymaras. Vale la pena preguntarnos lo que implico este tipo de capital,
ya que, “Históricamente, el capital empieza enfrentándose en todas partes con la
propiedad inmueble en forma de dinero, bajo la forma de patrimonio dinero, de capital
comercial y de capital usurario”[9]. Con que se enfrentan los comerciantes andinos en
sus desplazamientos territoriales? Dejo la pregunta planteada.

Marx diferencia entre tres tipos de capital: capital usurario, capital comercial y capital
productivo. El capital comercial se enfrentó a las barreras arancelarias de los feudos
y fue resistido por los gremios. “El comerciante podía comprar todas las mercancías;
lo único que no podía comprar como mercancía era el trabajo”[10]. Los comerciantes
aymaras en Bolivia, Chile, Perú y Argentina, mueven importantes sumas de este capital,
pero no pasan de comerciar lo que se produce en otros lugares, como China o Corea del
Sur. Marx entiende que el capital productivo es determinante en el régimen capitalista.

El capital productivo, como dominante sobre los otros tipos de capital, es algo que
ha sido cuestionado por Lenin en su libro “Imperialismo, última fase del capitalismo”.
Asegura que el capital financiero es el que domina en lo que él considera es la última
etapa del sistema capitalista. Sin embargo, Marx dice: “la producción de plusvalía o
extracción de trabajo excedente constituye el contenido específico y el fin concreto
de la producción capitalista, cuales quiera que sean las trasformaciones de régimen
mismo de producción que pueda brotar de la supeditación del trabajo al capital”[11].
Lo determinante del capitalismo y lo que lo define es la producción de plusvalía, que
el “genial moro” estudia desde proceso de producción, mientras que Lenin enfoca la
circulación[12].

He tratado de resaltar algunos aspectos del libro de Carlos Marx, vinculándolos a


acontecimientos y sucesos que han pasado y pasan en Bolivia, esto con la intensión de
“acercar” por “chispazos” este libro tan influyente a personas interesadas en estudiar
lo que llamamos “nuestra realidad”. Dejo de lado muchos aspectos, como el complejo
análisis de la mercancía y dentro de ella el análisis del doble carácter del trabajo (trabajo
concreto y trabajo abstracto), que es “el eje en torno al cual gira la compresión de la
economía política” [13].

Hay pequeños “detalles” que valen la pena mencionar. Mientras Marx es considerado
el padre del “socialismo científico”, él, en las glosas marginales al “Tratado de economía
política”de Adolfo Wagner dice: “Como yo no he construido jamás un “sistema
socialista”, tratase evidentemente de una fantasía”[14]. Además de este detalle, hay que
hacer notar que, en el prologo a la primera edición del Capital, el autor dice: “Los países
industrialmente más desarrollados no hacen más que poner delante de los países
menos progresivos el espejo de su propio porvenir”[15], esta idea es reconsiderada en
un comentario respecto de un crítico de su obra. “A todo trance quiere convertir mi
esbozo histórico sobre los orígenes del capitalismo en Europa occidental en una teoría

Revista Digital N° 4 59
¡BOLIVIA DE PIE! SOBRE EL CAPITAL DE MARX, DESDE LOS ANDES

filosófico-histórica sobre la trayectoria general a que se hallan sometidos fatalmente


todos los pueblos, cuales quiera que sean las circunstanciaos históricas que en ellos
concurran”[16]

La última cita muestra que Marx no entiende su teoría como basada en un fatalismo, si
no que su estudio, su trabajo y esfuerzo teórico es un “esbozo histórico sobre los orígenes
del capitalismo en Europa occidental”. Este apunte es importante para estudiar la obra
de este autor y debería ser tomado muy en cuenta, no solo por quienes se sienten
atraídos por el marxismo, sino por quienes, en nombre de la “descolonización” rechazan
lo que es occidental o lo que sea hecho por europeos o “blancos”.

Pienso que la actitud de rechazar la obra de autores “blancos” y “europeos” es una


reacción muy defensiva, como de gato huraño, y a la vez un intento de “valernos por
nosotros mismos sin ayuda de nadie”. Esta actitud está condicionada por racialización
como experiencia vivida y callada que luego es gritada. Se asume una posición defensiva,
que se expresa con gran agresividad contra aquello que se entiende es de “blancos” u
“occidentales”. Pero hay que ir más allá de este gesto, que es un intento de afirmación
que depende de lo negado para poder existir; su determinación es negativa y se pierde
con facilidad en el resentimiento.

El rechazo a lo occidental no es accidental, responde varios factores como la


inferiorización que es constitutiva en la dominación. Esta actitud nos empuja a
buscarnos en el aislamiento. No es malo dudar de lo que lo “otros” dicen; hay una duda
sana que nos empuja a ser inquisitivos, pero llevada a un sentido de desconfianza total,
deja de ser duda y se vuelve en nación absoluta. Esta nos encierra en una actitud de
ensimismamiento, un aislamiento que nos deja con un estrecho horizonte, atrapados
en nuestros prejuicios.

Para finalizar, debo decir que, no creo que en la obra de Marx encontremos la solución
a nuestros problemas o a los problemas del mundo, pero si pienso que es una tarea
importante estudiar sus trabajos. El proceso que vive Bolivia, en particular, pero que
trasciende a otras latitudes de los Andes y donde se han posicionado los andinos, nos
obliga a pensar las posibilidades y limitaciones con las que nos encontramos. Se trata de
construir modelos de análisis, herramientas teóricas y otros insumos, que nos permitan
guiar nuestras acciones de lucha, tratando de que culmine con éxito.

Revista Digital N° 4 60
¡BOLIVIA DE PIE! SOBRE EL CAPITAL DE MARX, DESDE LOS ANDES

BIBLIOGRAFÍA

[1] Carlos Macusaya escribió el presente artículo en el semanario Pukara cuando era
miembro del Movimiento Indianista Katarista (MINKA); E-mail: c.macusaya@gmail.com

[2] Prólogo a la segunda edición alemana del Capital, 1783, en El Capital I, pg. XVIII,
Fondo de Cultura Económica, tercera edición, 1999. Traducido por Wenceslao Roces.

[3] Carlos Marx, ob. cit. pg. 34, nota 27. La Frase completa que cito es la siguiente:
“Jamás ninguna escuela ha prodigado la palabra “ciencia” más a troche y noche que la
proudhoniana”, pues sabido es que: ‘a falta de ideas, se sale al paso con una palabreja’”.

[4] Ídem. pg. 103.

[5] Ídem. pg. 248.

[6] Ídem. pg. 270.

[7] Ídem. pg. 18-19.

[8] Ídem. pg. 275.

[9] Ídem.

[10] Ídem. pg. 292.

[11] Ídem. pg. 237. En la nota nº 120, en la página 228, dice el autor: “El carácter del capital
es idéntico en todas partes, lo mismo bajo sus formas primitivas y rudimentarias que
sus manifestaciones más progresivas”.

[12] Jorge Veraza hace notar este aspecto. Véase Del Rencuentro de Marx con América
Latina del autor mencionado.

[13] Carlos Marx, ob. cit. pg. 9.

[14] Ob. cit., apéndice II, pg.713.

[15] Ídem. pg. XIV.

[16] Marx a la redacción de la revista rusa ‘Otietschestwenie Sapiski’, 1877. Ob. cit.,
apéndice I, pg. 772

Revista Digital N° 4 61
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Revista Digital N° 4
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TRABAJO PRODUCTIVO Y CLASE OBRERA ACTUAL


Por: Antoni Puig Solé
EL TRABAJO PRODUCTIVO EN GENERAL

Al hablar de trabajo productivo empleamos dos palabras que parece que siempre deben
unirse, pues todo trabajo pretende producir algo. Trabajamos y producimos porque la
naturaleza, por si sola, no nos garantiza la subsistencia y reproducción, lo que nos obliga
a transformarla para disponer de valores de uso. En este trabajo empleamos tecnologías,
que con el tiempo mejoran y establecemos distintas relaciones sociales, dando lugar a
uno u otro modo de producción. Pero las maneras de trabajar, la tecnología, la división
del trabajo y las características de los productos mutan. Y en los últimos tiempos lo han
hecho a tal extremo que a veces ni se sabe qué producto final se va a crear.

Tomemos de ejemplo de estos cambios la edificación de viviendas. En el pasado se


partía de un diseño mental, que se materializaba empleando herramientas sencillas y lo
que la naturaleza suministra (barro, cañas, piedras, pieles, madera, etc.). Hoy, en cambio,
al construir un bloque de pisos participan personas de variadas profesiones y algunas
ni pisan la obra. Los arquitectos hacen un trabajo intelectual y una parte lo suelen
subcontratar. Los obreros que levantan la obra pertenecen a varias empresas y algunos
son autónomos. Los materiales y la tecnología salen de procesos de trabajo realizados
en otras partes. También participan trabajadores púbicos y empresas “de servicios”
habilitando el entorno y facilitando que llegue electricidad, agua o gas, dando paso a
empresas que suministran “estos servicios”. Al desplazarse a la obra, los trabajadores
utilizan “servicios” de transporte, públicos o privados, detrás de los cuales también hay
actividad productiva. No sería de extrañar que la comida les llegara a través de una
empresa de catering que a su vez deriva el transporte de forma externa a una plataforma
que desplazará algún joven en precario en bicicleta o moto. Y podríamos extendernos a
otras actividades productivas.

Todo esto que nos parece tan nuevo, Marx ya lo tenía en cuenta cuando afirmaba:
“El producto, antes fruto directo del productor individual, se transforma
en general en el producto colectivo de un personal combinado de trabajo,
cuyos miembros están más cerca o más lejos del manejo del objeto de
trabajo. Al ampliarse el carácter cooperativo del proceso laboral mismo,
se amplía necesariamente, por consiguiente, el concepto de trabajo
productivo y de su portador, el obrero productivo.” (Marx) {Todas la citas
que, como esta, vamos a reproducir, corresponden a alguno de los tres
libros de El Capital, al VI capitulo “inédito” y a las Teorías sobre la plusvalía}
Lo que aquí se dice es que el trabajo productivo toma el rostro del obrero colectivo, con
una profunda división de tareas que hay que contextualizar en el sistema de relaciones
sociales vigente.

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EL TRABAJO PRODUCTIVO SEGÚN EL CAPITAL

Bajo el modo de producción capitalista, el capital organiza y domina la producción y


este capital opera como dinero que se valoriza, o sea, que crece con la explotación del
trabajador. De ahí que Marx añada:
“Pero, por otra parte, el concepto de trabajo productivo se vuelve más
restringido. La producción capitalista no sólo es producción de mercancía;
es, en esencia, producción de plusvalía. El obrero no produce para sí, sino
para el capital. Por tanto, ya no basta con que produzca en general. Tiene
que producir plusvalía. Sólo es productivo el trabajador que produce
plusvalor para el capitalista o que sirve para la autovalorización del
capital.” (Marx)
Al contextualizar, Marx agrega que el capital considera subsidiario y a veces innecesario
o incluso despreciable, todo trabajo que no aporta plusvalía, ya que la plusvalía es lo
que lo mueve. Por consiguiente, un programador de ordenadores, un artista de un
gran circo internacional, un ayudante que cocina en una cadena de restaurantes, o
un obrero de una empresa armamentística pueden considerarse por el capital, como
productivos, siempre que con sus tareas produzcan plusvalía. Por contra, una médica o
un enfermero de un hospital público, que atienden gratis y salvan vidas, para el capital
no serán productivos.

Así, pese a que la definición de trabajo productivo, desde la óptica del capital sigue siendo
aplicable para el obrero colectivo, ya no se cumple para cada uno de sus miembros y la
producción capitalista ya no se basa en la simple creación de valores de uso, sino que se
basa, fundamentalmente, en la generación de plusvalía.

Trabajo productivo en general Produce valores de uso


Trabajo productivo para el capital Produce mercancías
Produce plusvalía

Este punto de vista no responde a los intereses de los trabajadores y las trabajadoras ni
está arraigado en la mayoría de la población. Debe ser eliminado a la hora de construir
una sociedad alternativa, no sujeta al dominio del capital, en la cual la producción tenga
como objetivo satisfacer las necesidades de la gente. Sin embargo, bajo el capitalismo:
“...el trabajo productivo e improductivo se conciben desde el punto de
vista del poseedor del dinero, des del punto de vista del capitalista, no
desde el del obrero”. (Marx)
TRABAJOS PARA LA REPRODUCCIÓN Y CIRCULACIÓN DEL CAPITAL

Esto no significa que el trabajo que no produce directamente plusvalía, pierda influencia
en el capitalismo actual. Como se verá más adelante, el capital queda obligado a
potenciar actividades que, si bien no contribuyen directamente a la producción de
mercancías, son necesarias para la realización de la plusvalía o para la reproducción

Revista Digital N° 4 64
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de la relación social capitalista. Con algunas de ellas, los capitalistas que las impulsan,
valorizan su inversión.

Cabe recordar que cuando Marx habla del capital, establece una diferencia entre
capital industrial, capital comercial y capital bancario. Este último se incrementa con
el cobro de intereses. Si bien sólo es el capital industrial el que genera plusvalía, todos
ellos operan bajo el modo de producción capitalista y se apropian de fracciones de la
plusvalía producida.

Del capital industrial se desprende la primera característica del modo de producción


capitalista, pero no la única. Lo que ocurre es que la definición marxista de capital
industrial no va asociada, en exclusiva, a la actividad fabril o a la industria de tipo
fordista, como a veces se cree. Es más amplia. Entender su amplitud es necesario en
unos momentos en los que las actividades denominadas servicios han pasado a ocupar
un espacio cuantitativamente notorio en la producción mercantil.

EL CAPITAL INDUSTRIAL

En el desarrollo del capital industrial fueron relevantes las grandes fábricas cuando la
energía motriz era el vapor, especialmente en las primeras acumulaciones de capital y
en la creación del mercado interior que favoreció la formación del estado-nación. Esto
explica que en ocasiones -pero no siempre- Marx tome la fábrica para ejemplificar los
supuestos teóricos. Tal ejemplificación ocasiona que muchos asocien el capitalismo
con los países llamados industriales -antaño con grandes fábricas- olvidando que el
capitalismo va más allá. Olvidan también que la fábrica y los centros de trabajo mutan y
cambian su ubicación al hacerlo la tecnología y la organización del trabajo. No debemos
interpretar estos cambios como la desaparición del capitalismo sino todo lo contrario:
su expansión. Lo mismo acontece con la clase obrera que también muta, se diversifica
y se expande a la sombra del capital que la explota.

Marx, para ejemplificar la figura del trabajador productivo, no elige a un trabajador


fabril, sino a uno de los que ahora se incluye en el llamado “sector servicios”.
“Si se nos permite ofrecer un ejemplo al margen de la esfera de la
producción material, digamos que un maestro de escuela, por ejemplo,
es un trabajador productivo cuando, además de cultivar las cabezas
infantiles, se mata trabajando para enriquecer al empresario. Que este
último haya invertido su capital en una fábrica de enseñanza en vez de
hacerlo en una fábrica de embutidos, no altera en nada la relación. El
concepto de trabajador productivo, por ende, en modo alguno implica
meramente una relación entre actividad y efecto útil, entre trabajador
y producto del trabajo, sino además una relación de producción
específicamente social, que pone en el trabajador la impronta de medio
directo de valorización del capital. De ahí que ser trabajador productivo
no constituya ninguna dicha, sino una maldición.” (Marx)

Revista Digital N° 4 65
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Este ejemplo adquiere ahora más relevancia cuando “los servicios” de educación se
están mercantilizando cada vez más como ocurre con otros valores de uso. Prueba
de ello son las campañas para convencer a las familias que la universidad pública no
garantiza una formación adecuada ni un futuro prometedor. Y lo mismo podríamos
decir, por ejemplo, de la sanidad.

EL CAPITAL INDUSTRIAL EN MARX

Marx puso el acento sobre el capital industrial en los dos primeros libros de El Capital. El
primero se centra en el proceso de producción del capital industrial, desvelando como
se extrae plusvalía. El segundo se centra en el proceso de circulación de este mismo
capital industrial, analizando sus mutaciones. El estudio del capital comercial y del
capital bancario corresponden al Libro 3º, que también aborda el capital ficticio y la
renta de la tierra.

¿Qué es para Marx el capital industrial? De entrada, hay que señalar que no es lo mismo
capital industrial que capital productivo. Como veremos, el capital productivo es un
momento del capital industrial en el cual opera el trabajo productivo. Para alcanzar
este momento, el capital industrial debe dar unos pasos previos y otros posteriores.
En ambos, este capital industrial aparece bajo sus formas elementales de dinero y
mercancía.

El Libro segundo de El capital describe el capital industrial y su necesaria mutación a


partir del siguiente recorrido: D – M [mP+fT] ... P ... M’ - D’.
Este recorrido del capital industrial, involucra la siguiente secuencia:
1.El capitalista aporta una determinada suma de dinero (D).

2.Este dinero permite comprar las mercancías (M) fuerza de trabajo (fT) y medios d e
producción (mP). Con ello, el dinero es intercambiado tanto por la capacidad de trabajo
como por las condiciones objetivas para su utilización.

3.A partir de este momento puede prosperar el proceso productivo del que salen
mercancías. Este proceso es la unidad de proceso de trabajo y proceso de valorización
y se sitúa en el momento en el cual el capital se transmuta en capital productivo (P).

4.Una vez producidas, las mercancías (M’) ya incorporan la plusvalía (m) producida
en el momento de la producción, siendo M’= M+m, donde M representa el valor de las
mercancías fuerza de trabajo y medios de producción empleadas y m la plusvalía.

5.Finalmente, las mercancías, que una vez producidas ya son capital mercantil, al
venderse reportarán un monto de dinero (D’) por encima del inicial, ya que, D’= D +
d, siendo d la monetización de la plusvalía, monetizándose con ella el capital inicial
consumido (D).

Revista Digital N° 4 66
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EL CICLO DEL CAPITAL INDUSTRIAL

1 2 3 4 5
Capital Capital Capital Capital Capital
DINERARIO MERCANTIL PRODUCTIVO MERCANTIL DINERARIO
D M (mP+fT) …P… M’ D’
Esfera de la circulación Esfera de la producción Esfera de la circulación

Prescindir conceptualmente del capital industrial y referirse al capital productivo,


sin ubicarlo como momento del capital industrial, impide ver que las explotación del
trabajo productivo no es posible sin la relación social capitalista y sin una sociedad
mercantilizada y monetizada.

De manera resumida, podemos decir que es capital industrial el dinero destinado a la


compra de fuerza de trabajo, productora de plusvalía con producción mercantil. Este
capital industrial debe transitar el recorrido antes descrito.
LA MERCANCÍA

Llegados a este punto cabe hacer una aclaración sobre la mercancía. Como que Marx a
veces habla del “cuerpo de la mercancía” o de “la producción material”, ha prosperado
una visión que la limita a los valores de uso producidos que podemos ver y tocar. Al resto
se los excluye y tipifica como servicios o se los asocia al mal llamado “trabajo inmaterial”.
Se trata de una visión equivocada, ya que, a fin de cuentas, el trabajo siempre se hace
con la materialidad del cuerpo y una mercancía satisface necesidades, sean naturales o
construidas socialmente, sean corporales o imaginarias, sean materiales o espirituales.

En este sentido, el enfoque de Marx difiere del de los fisiócratas y de Smith, Malthus y
Ricardo, que equiparan la producción con los valores de uso físicos y definen el trabajo
productivo como trabajo dedicado a producir este tipo de valores de uso. Tal definición
fisicalista excluye actividades que, como veremos, Marx considera productivas.

No se trata, pues, de dedicarse a observar la mercancía y darle vueltas para definir el


trabajo como productivo o improductivo, o como material o inmaterial, en función de
su cuerpo visible, lo cual es una manifestación más del fetichismo de la mercancía.

“El valor de uso de la mercancía en que se encarna el trabajo de un obrero


productivo puede ser del tipo más inútil. (…)la forma material determinada
del trabajo y. por consiguiente de su producto, nada tiene que ver en si
misma con esta distinción entre trabajo productivo e improductivo.”(Marx).

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EL SECTOR TERCIARIO

Estamos habituados a la división convencional de los sectores productivos entre primario,


secundario y terciario. Marx no utilizó tal división; se centró en poner al descubierto cuál
es la función del capital, si bien también hizo menciones puntuales a los servicios.

El “sector terciario” abarca actividades heterogéneas, incluidas aquellas donde se


producen directamente plusvalía, también las que facilitan la producción de plusvalías
en otros lugares, aquellas necesarias para la realización de la plusvalía y actividades
ajenas al circuito del capital.

La concepción del capital industrial de Marx es aplicable, por tanto, a muchas de estas
actividades, incluyendo parte de las que reúnen la condición de servicios. Otras tienen
que ver con el capital dinerario y el comercial. Hay un tercer bloque que, ciertamente,
corresponde a servicios no productivos y que, en la época de Marx eran muy numerosos.
Veamos tres casos particulares de actividades insertadas en el sector terciario que
pueden ser consideradas como actividades propias de capital industrial y que presentan
características extensibles a otros supuestos de este mismo sector terciario.

HOTELERÍA, RESTAURACIÓN Y TURISMO

Hotelería, restauración y turismo vienen experimentando un gran crecimiento desde


hace décadas y se han convertido en uno de los grandes motores de la llamada
tercerización. Son sectores muy fragmentados, integrados en su mayor parte por
pequeñas y medianas empresas, pero también incorporan a grandes centros de trabajo,
especialmente en la hotelería, por lo que, con buen criterio, se habla de industria hotelera.
Algunas lumbreras les atribuyen la condición de “sectores con amplia intensidad de
mano de obra y bajo valor añadido”, lo cual es un oxímoron. Ello pone al descubierto
su incomprensión de la ley del valor, lo que los lleva incuso a avergonzarse por lo que
ocurre en los países donde estas actividades ocupan a mucha población trabajadora
y a tratarlas como actividades de “orden inferior”. Estamos ante un sector que mueve
mucha mano de obra y que, por ello, produce mucho valor añadido y plusvalía. Todo lo
contrario de lo que algunos sostienen. El trabajo en estos sectores, por lo general, es
altamente productivo.

TRANSPORTE Y COMUNICACIONES

El transporte no afecta a las propiedades físicas de la mercancía, salvo si durante el


traslado se trabaja en ellas. La validación de la mercancía como valor de uso requiere su
movimiento de un lugar a otro (por ejemplo, desde la fábrica asiática hasta los estantes
de la gran superficie de los EE.UU.), acercándola a los lugares de su consumo.

Marx considera el transporte como una rama de producción y como un componente

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particular del capital industrial y, por consiguiente, tipifica como productivo al trabajo
de este sector. Su actividad da continuidad al proceso de producción, aunque ello tiene
lugar sobre la circulación y forma parte de ella. El circuito del capital que impulsa esta
actividad tiene unas particularidades que lo abrevian: D-M [mP+fT] ... P ... D’.

Este circuito se acopla a los supuestos específicos donde no se obtiene un producto


objeto, como ocurre en el transporte de todo tipo (moviendo mercancías y personas,
con trenes, aviones, camiones o bicicletas) o en la comunicación (envío de cartas y
telegramas,...). Lo mismo ocurre con los servicios (un corte de pelo, una representación
teatral, una visita turística, etc.). En estos supuestos la producción y el consumo se
superponen y el producto se paga en el momento en que se origina (o por adelantado).
De ahí que el último paso no sea M’-D’, sino que quede reducido a D’ ya que, ciertamente,
M’ es inmaterial, sin que por ello el trabajo que la produce lo sea.

Sin embargo, el valor de estos productos, como en las otras mercancías, viene de la suma
del valor de los elementos (muchos de ellos materiales) utilizados en su producción y la
plusvalía obtenida. Por ello, D’= D+d, siendo D=M . En cuanto al consumo de este valor, si
es individual, el valor desaparece con el acto de consumo; si es productivo, se transfiere
al bien producido, con lo que el proceso se asemeja al del resto de mercancías.

LOS GASTOS DE ALMACENAMIENTO

Con las nuevas formas de organización del trabajo, el almacenamiento de materias


primas y productos acabados se ha externalizado en mucho supuestos. Las empresas
que lo llevan a cabo son movidas por el capital industrial.

El almacenamiento no modifica ni agranda las mercancías. En todo caso evita que


disminuyan debido a robos, roturas o deterioros. Su función consiste en conservar, en
la medida de lo posible, valor ya creado. Aunque la mercancía ni cambia ni aumenta,
el almacenamiento le añade trabajo vivo al que se destina una parte del capital
variable. Se trata de un caso particular de trabajo, que pese a no modificar el producto y
aparentemente no aportarle nada, puede catalogarse, al igual que el transporte, como
productivo.

LOS SERVICIOS

Marx define la producción de servicios como un tipo de trabajo que no permite que
los productos existan de manera independiente de los trabajadores que los producen
y que, por lo tanto, existan como mercancías autónomas de forma separada de estos
trabajadores. Es decir, la concepción de Marx no parece girar en torno a la forma final
del producto (si es o no material), sino en torno a la relación social específica a través
de la cual el producto se crea y circula. Esta no separación, esta no autonomía de los
productos respecto de sus productores y respecto a la forma como se consumen, no

Revista Digital N° 4 69
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impide que dichos productos adquieran carácter mercantil y que con su producción se
arranque plusvalía.

Sin embargo, cuando Marx habla de “servicios” con frecuencia se refiere a las actividades
no capitalistas y a las actividades capitalistas que ponen en movimiento trabajo no
productivo, ambas predominantes en su tiempo.

Como ya se ha explicado, Marx se ocupó del transporte y las comunicaciones y con ello
dejó muchas pistas.

Hemos visto más arriba el ejemplo del maestro que puede ser productivo o no para
el capital, en función de si trabaja en una escuela pública o privada. Al observar los
transportes y las comunicaciones, hemos observado que las particularidades de su
circuito del capital son extensibles a los servicios. Otro ejemplo que pone Marx es el
del actor.
“Un actor, incluso un clown, puede ser, por tanto, un obrero productivo si
trabaja al servicio de un capitalista, de un patrón, y entrega a éste una
cantidad mayor en trabajo de la que recibe de él en forma de salario.
En cambio, un sastre que trabaja a domicilio por días, para reparar los
pantalones del capitalista, no crea más que un valor de uso y no es, por
tanto, más que un obrero improductivo. El trabajo del actor se cambia
por capital, el del sastre por renta. El primero crea plusvalía; el segundo
no hace más que consumir renta” (Marx).
También amplía sus ejemplos con referencias a la cantante y al escritor, sea o no
asalariado:
“Una cantante que vende su canto por su propia cuenta es un trabajador
improductivo. Pero la misma cantante si recibe de un empresario el
encargo de cantar con el fin de hacer dinero para él, es un trabajador
productivo, pues produce capital.” (Marx) .

“Un escritor es un trabajador productivo, no en la medida en que produce


ideas, sino en la medida que enriquece al editor que comercia con sus
libros, o cuando es un trabajador asalariado al servicio de un capitalista.”
(Marx)
Los ejemplos, especialmente el que contrapone el clown al sastre, permiten ver las
determinaciones que llevan al capital a distinguir entre trabajo producto o improductivo,
y que, de hecho, amplían lo que avanzó Adam Smith: un trabajador es productivo cuando
produce capital, o sea, si agranda la inversión inicial con una plusvalía. No es productivo,
cuando su actividad no hace otro cosa que absorber renta, limitándose a suministrar un
valor de uso a quien lo adquiere.
“Los cocineros y los camareros de un hotel serán obreros productivos
siempre y cuando su trabajo se traduzca en capital para su patrón,

Revista Digital N° 4 70
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y obreros improductivos si sus servicios representan simplemente la


absorción de renta.” (Marx).

Siendo cierto que Marx da poca relevancia a estos servicios e indica que en su época
sólo un número minúsculo podía considerarse productivos, advierte que a medida que
entramos en una sociedad cada vez más monetizada y mercantilizada, la cosa cambiará.
“cuanto más prospera la producción en general como producción de
mercancías, tanto más cada uno quiere y debe convertirse en vendedor
de mercancías, hacer dinero, sea con su producto, sea con su servicios
—cuando su producto, debido a su naturaleza, sólo existe bajo la forma
de servicio— y ese hacer dinero aparece como el objetivo último de todo
género de actividad”. (Marx)

SERVICIOS DE EDUCACIÓN Y SALUD. REPRODUCCIÓN DE LA RELACIÓN SOCIAL

La pandemia evidencia de nuevo que el servicios de salud - y en menor grado de


educación- son imprescindibles. Su privatización, movida por la ambición de plusvalía,
al igual que las campañas para recortar los costes a ellos asociados, son perversas. Tal
perversión es difícil de entender sin entender a su vez, la concepción del capital sobre
el trabajo productivo. Cuando estos servicios los prestan empresas capitalistas y son
rentables para el capital, se los considera trabajo productivo. Cuando se prestan de
manera gratuita por el sector público, incluso si son producidas por asalariados, no son
considerados productivos.

¿Qué ocurre con la profesora que da clases particulares o con el personal sanitario que
trabaja por cuenta propia?

La primero presenta pocas dudas. Para el capital, no es productivo, al no aportarle


plusvalía. Sus ingresos salen de la remuneración pagada con la renta de quienes lo
contratan. Eso no niega su función positiva en la reproducción de la relación social
capitalista: las clases al obrero o su prole, mejoran su formación y el coste de ello recae
sobre el salario del propio obrero, con lo que al capital le sale gratis. La diferencia,
con las actividades públicas, como la sanidad o la educación, radica en que, en estos
últimos casos, el capital puede verse obligado a financiarlas parcialmente con pago de
impuestos.
Lo del personal sanitario por cuenta propia es más delicado y coincide con las
particularidades de otros trabajadores autónomos. Entre ellos hay trabajo de todo tipo.
Unos subsumidos al capital, otros no. Los primeros realizan un trabajo que “coagula”
más tiempo de trabajo socialmente necesario que el que coagula lo que cobran por
su prestación. La diferencia revierte a favor del capital, operando, así como trabajo
productivo. Por esta razón, no resulta acertado decir que estos trabajadores se auto
explotan. Lo que hacen es gestionar directamente las condiciones de su trabajo para su
explotación por el capital.

Revista Digital N° 4 71
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LOS SERVICIOS FINANCIEROS Y LA ACTIVIDAD COMERCIAL

En la época de Marx la organización capitalista de los servicios estaba poco avanzada.


Las ramas más consistentes eran las improductivas tales como el comercio y la banca.
Estas ramas se han seguido desarrollando y se han modificado con celeridad, con igual
o incluso mayor intensidad que las vinculadas directamente al capital industrial.

Al tratar estos servicios, abandonamos el terreno del capital industrial, pese a estar
vinculados indirectamente a él y vamos al capital comercial y al que se valoriza con
intereses. Se trata de dos modalidades del capital previas al capital industrial. Marx
las definió como prediluvianas, insinuando que el diluvio (capitalista) cayó una vez el
capital penetró en la esfera de la producción, dando lugar a la aparición del modo de
producción capitalista y al capital industrial. Llegados aquí, las actividades prediluvianas
del capital, se amoldan a la situación propiciada “por el diluvio universal” que las ha
“regado” y agrandado continuamente, mientras el capitalismo, también se agranda.

En tiempos de Marx, la actividad bancaria consistía en prestar dinero con interés. En


estos casos el capital se valoriza sin mutar en capital productivo y su circuito (D-D’) se
acorta. El milagro está en la absorción de plusvalía procedente de otras modalidades del
capital, a las que facilita liquidez, o con el arrebato de parte de los ingresos salariales,
a cambio de préstamos. A esta actividad, se destina un tiempo de trabajo superior al
de la reproducción de los trabajadores asalariados (y algunos falsos autónomos) que la
realizan. Así, a los capitales que con ella se valorizan, les sale a cuenta llevarlas acabo
con asalariados.

Ahora las entidades financieras realizan una variedad de tareas (ventas de seguros,
asesoramiento financiero, cobros de recibo, gestión de salarios, etc.), operando como
un puzle con actividades, algunas de las cuales ya corresponden al trabajo productivo,
mientras otras siguen ubicadas en el trabajo improductivo.

El circuito del capital comercial (D-M-D’) es más simple que el del capital industrial, pero
incorpora una mutación (D-M), que el capital dinerario se salta. Su actividad corresponde
a gastos de circulación que en este caso el capital industrial pone en manos de este
capital comercial. A cambio entrega una fracción de plusvalía.

“El cambio de estado[M-D y D-M]cuesta tiempo y fuerza de trabajo,


pero no para crear valor, sino para provocar la conversión del valor de
una a otra forma, y esto no cambia en nada por el intento recíproco de
apropiarse, en este caso, de una cantidad extra de valor. Este trabajo,
acrecentado por las malas intenciones de ambas partes, no crea valor,
así ́como el trabajo que se lleva a cabo en un proceso judicial no aumenta
la magnitud de valor del objeto litigioso”. (Marx)

Revista Digital N° 4 72
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Al igual que el capital dinerario, estas actividades requieren tiempo de trabajo. De nuevo,
el tiempo que los asalariados les dedican sobrepasa al necesario para su reproducción.
“Del mismo modo que el trabajo no retribuido del obrero crea directamente
plusvalía para el capital productivo, el trabajo no retribuido de los obreros
asalariados comerciales crea para el capital comercial una participación
en aquella plusvalía”
Marx acota la consideración de esta actividad como improductiva, a la transmisión del
derecho de propiedad sobre la mercancía. La mayoría de empresas que hoy tipificamos
como capital comercial realizan varias tareas. Los obreros de una gran superficie, por
ejemplo, se encargan de trabajos previos al cambio de propiedad: trasladan mercancías
a los almacenes, las mueven hacia las estanterías, limpian el pescado, cortan, pesan
y envasan los embutidos, entregan mercancías a domicilio, etc… Son actividades
vinculadas al traslado de las mercancías o a su mantenimiento o modificación. Se trata,
en la mayoría de los casos, de trabajo productivo, como lo es la fabricación de papel para
embalar las mercancías compradas, la de las bolsas de plástico o de papel dentro de la
cuales los clientes colocan la mercancía, o la de los palés sobre las cuales las mercancías
se mueven.

Por contra, un abogado privado o un notario serán trabajadores no productivos.

TRABAJOS NO SUBSUMIDOS AL CAPITAL

Hay trabajos que quedan al margen de la relación social capitalista. Su particularidad


es que, si bien producen valores de uso mercantilizados, no lo hacen para el capital. Por
lo tanto, para el capital no son trabajadores productivos, sin que ello los sume al listado
de los improductivos. Participan en el mercado, en condición de vendedores, pero no
como vendedores de fuerza de trabajo. Su venta, por consiguiente, no corresponde al
intercambio entre trabajo y capital, por lo que no les son de aplicación las categorías
de trabajadores productivos e improductivos. Como trabajadores, son productores de
mercancías, a través de una actividad que no corresponde directamente a la forma
capitalista de producción. No obstante, no operan en el limbo, sino en un mercado
capitalista donde, la mayoría de ellos -salvo los artesanos, quizás- deben competir con
las mercancías producidas de forma capitalista, lo que los coloca en una posición difícil.

¿QUÉ ES TRABAJO ASALARIADO?

Marx relaciona el trabajo productivo con el trabajo asalariado:


“... podemos pues suponer que todo el mundo de las mercancías, todas
las ramas de la producción... están sujetas (formal o realmente) al modo
de producción capitalista (una tendencia que cada día se hace más
real...). De acuerdo con ese presupuesto, que denota el límite y tiende a ser
cada vez más la expresión exacta de la realidad, todos los trabajadores
ocupados en la producción de mercancías son asalariados...” (Marx)

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Marx añade que no todo el trabajo asalariado es productivo, con lo cual, el número
de asalariados supera al de los trabajadores productivos. Parecería que lo dicho puede
resumirse diciendo que trabajo productivo es aquel que produce plusvalía con trabajo
asalariado explotado directamente por el capital industrial, si bien, en nuestros días
puede serlo por lo que se tipifica como capital comercial e incluso por el capital bancario,
ya que todos estos capitales se interrelacionan y se implican en actividades variopintas.
El resto caería en la categoría de trabajo improductivo.

¿Tiene sentido esta teorización marxista sobre el trabajo productivo cuando en la


producción capitalista hay partes del trabajo productor de mercancías donde la relación
entre el capital y el trabajo asalariado no existe de manera transparente y aparecen a
diario nuevas modalidades de trabajo, lejanas de las tradicionales?

Un exponente del alejamiento lo tenemos en algunos trabajos por cuenta propia.


Por ejemplo, un autónomo que hace trabajo de carpintería en un bloque de pisos en
construcción, opera con sus herramientas, compra los materiales que emplea y al final
cobra “el servicio” parece no confrontarse con el capital. Sin embargo, lo contrata el
capitalista propietario del bloque que vende los pisos con el trabajo de carpintería
incluido. Este trabajador, pese a llevar acabo una actividad directamente no organizada
por el capital, está subsumido a él. Muchos autónomos son tan productivos como
los asalariados con contrato de trabajo directo. El suyo es un trabajo con los aspectos
perversos del trabajo asalariado, sin los positivos derivados de la negociación colectiva
laboral y de otros derechos. De ahí que el movimiento sindical de clase, los tipifique de
“falsos autónomos” y los podamos considerar como perceptores de salario “por piezas”.

Como es sabido, el tema del trabajo asalariado Marx no lo abordó con la amplitud que
deseaba. Quería dedicarle un libro aparte, pero la muerte, que le llegó a los 64 años, lo
impidió. Sin embargo, dejó muchas páginas y folletos sobre el tema.

Hoy prosperan nuevas formas de empleo, pero en muchos supuestos, se trata de trabajo
asalariado (informal), que además es trabajo productivo.

La clase obrera, como clase, agrupa tanto a los trabajadores productivos como a los
improductivos. Un trabajador de un banco, una empresa de seguros o un comercio
son tan proletarios como burgués es el patrono que los contrata. Como se ha visto, este
patrón se enriquece gracias a su trabajo. Está clase obrera, formada por trabajadores
productivos e improductivos, incluyendo a una parte considerable de los trabajadores
públicos, no desaparece, sino que crece y se diversifica. Todo ello complica la defensa de
sus intereses, su unidad y su lucha y exige percatarse bien de cada uno de los aspectos
de su diversidad y también de todos los elementos que inciden sobre su subjetividad. La
burguesía no sólo esta interesada en explotarla. Necesita reproducirla para perpetuar
la relación social capitalista. Para subsumirla al completo, empela estímulos de todo

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tipo, incluyendo los tratos diferenciados, si bien la tendencia general que hoy impulsa
el capital, va hacia la precarización generalizada de la mayor parte de la clase.

¿HACIA DONDE VA LA RELACIÓN SOCIAL CAPITALISTA?

Para acabar, quiero señalar que Marx, en cierto momento se interroga sobre un mundo
con toda la producción subsumida al capital. Concluye que, en este extremo, todo el
trabajo podría reunir ya la condición de trabajo asalariado, añadiendo que esto puede
ser formal o realmente:
“... podemos pues suponer que todo el mundo de las mercancías, todas
las ramas de la producción... están sujetas (formal o realmente) al modo
de producción capitalista (una tendencia que cada día se hace más
real...). De acuerdo con ese presupuesto, que denota el límite y tiende a ser
cada vez más la expresión exacta de la realidad, todos los trabajadores
ocupados en la producción de mercancías son asalariados...” (Marx)
En otro momento, también se interroga sobre un mundo previsiblemente subsumido
por completo al capital, con prácticamente todo el trabajo productor de valores de usos
mercantilizando, incluidos los servicios personales y a domicilio. En este estadio, para
el capital, prácticamente todo el trabajo podría ser productivo, siendo subsidiario el
improductivo:
En la misma proporción que el capital domina toda la producción, es
decir, en la misma proporción en que desaparece la forma de industria
a pequeña escala y doméstica, dirigida al consumo personal que no
produce mercancías, está claro que los trabajadores improductivos, cuyos
servicios son cambiados directamente por renta, realizarán gran parte
de los servicios personales exclusivamente, y exclusivamente la mínima
parte de ellos (como cocineras, costureras, sastres, etc.) producirán
valores de uso objetivos. El hecho de que no produzcan mercancías está
en la naturaleza de las cosas. Pues la mercancía en cuanto tal no es
nunca la manera inmediata objeto de consumo, sino soporte de valor
de cambio. En consecuencia, sólo una parte totalmente insignificante de
estos trabajadores improductivos puede participar de manera inmediata
en la producción material de un modo de producción capitalista más
desarrollado. Únicamente mediante el cambio de sus servicios por
renta participan en este. Esto no es obstáculo para que, como observa
A. Smith, el valor de los servicios de estos trabajadores improductivos
sea determinado o determinable del mismo (o análogo) modo en que
lo es el de los trabajadores productivos. A saber: mediante los costes de
producción que cuesta el mantenimiento o producción de los mismos.”.

La pregunta final que podríamos formular, y que dejo abierta, sería: ¿Nos acercamos a
una realidad como la que Marx sitúa como tendencia?

Revista Digital N° 4 75
¡BOLIVIA DE PIE!

Revista Digital N° 4
¡BOLIVIA DE PIE!

ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE LA RUPTURA DEL


ORDEN CONSTITUCIONAL EN BOLIVIA
ANTE LOS INTENTOS DE CERRAR LA DISCUSIÓN SOBRE EL GOLPE DE ESTADO
Por: C. Ernesto Peñaranda Sánchez

Se denomina Golpe de Estado


a la toma del poder político
de una nación de modo
repentino y –usualmente,
pero no siempre– de manera
violenta dejando de lado las
normas contempladas en
el ordenamiento jurídico,
es decir, violentando
la legitimidad de las
instituciones de un Estado,
por el cual, su mandato es
asumido como gobierno de
facto.

Un Golpe de Estado es entonces un evento intempestivo que pone en jaque las normas
y las instituciones del Estado, cambia las reglas de juego sin previo aviso, en beneficio
de los golpistas.

En el presente trabajo plantearemos algunas consideraciones sobre la actual polémica


nacional en torno a la pregunta ¿Hubo o no Golpe de Estado en Bolivia?; en ese
sentido, para ordenar la exposición, plantearemos de principio Elementos de Hecho y,
posteriormente, Elementos de Derecho sobre los acontecimientos que desembocaron
en el Golpe de Estado de 2019.
ELEMENTOS DE HECHO:

20 de octubre de 2019 se realizan las elecciones generales en Bolivia.

23 de Octubre la Comisión de Observación de la Organización de Estados Americanos


(OEA) emite un informe “preliminar” sobre el corte de la Transmisión de Resultados
Preliminares (TREP) y dando a entender que existirían “irregularidades” al 83.7% del
conteo.

Revista Digital N° 4 77
ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE LA RUPTURA
¡BOLIVIA DE PIE! DEL ORDEN CONSTITUCIONAL EN BOLIVIA

– Se generan hechos de violencia en las protestas contra los resultados electorales que
terminan con la quema de los Tribunales Electorales de cinco departamentos.

•10 DE NOVIEMBRE, la OEA emite informe preliminar (auditoria de la votación del 20


de octubre) dos días antes del plazo establecido, en el que muestra sus “hallazgos
preliminares” señalando que sería improbable estadísticamente la victoria del
Movimiento al Socialismo (MAS) en primera vuelta y se “recomienda una nueva
convocatoria a elecciones”.
– Aquella mañana, atendiendo a las recomendaciones de la OEA, Evo Morales emite
un mensaje a la nación convocando a nuevas elecciones generales, renovación de
los miembros del Tribunal Supremo Electoral y apertura para otros candidatos.

Revista Digital N° 4 78
ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE LA RUPTURA
¡BOLIVIA DE PIE! DEL ORDEN CONSTITUCIONAL EN BOLIVIA

Fuente: TeleSur, Evo Morales convoca a nuevas elecciones generales en Bolivia


(10/11/2019).
– Horas más tarde, los altos mandos de las Fuerzas Armadas (Williams Kaliman) y la Policía
Boliviana (Vladimir Calderón), llaman a conferencia de prensa donde “recomiendan” la
renuncia al Presidente.

Fuente: Unitel, Fuerzas Armadas sugieren al presidente Morales renunciar a su mandato


(10/11/20219) y ANF (Agencia de Noticias Fides), El comandante de la Policía Boliviana,
general Vladimir Calderón pide la renuncia del presidente Evo Morales para pacificar al
país (10/11/2019).
– En Potosí, manifestantes incendian la casa de Víctor Borda (Presidente de la Cámara
de Diputados) y secuestran a su hermano, lo que provocaría su renuncia.

Fuente: Unitel, Borda renuncia y denuncia la quema de casa y la desaparición de su


hermano (10/11/2019).

Revista Digital N° 4 79
ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE LA RUPTURA
¡BOLIVIA DE PIE! DEL ORDEN CONSTITUCIONAL EN BOLIVIA

Fuente: Notivision, Evo Morales renuncia a su cargo (10/11/2019).


– A horas de la noche, Adriana Salvatierra renuncia a la presidencia de la cámara de
Senadores en una entrevista telefónica a través de Unitel.

Fuente: Unitel, Salvatierra decide no continuar y renuncia como


presidente del Senado (10/11/2019).
– A hrs. 18.49 en entrevista con Unitel, Jeanine Añez señalaria que le correspondería,
constitucionalmente, la presidencia por ser ella la 2 da. Vicepresidenta del Senado

Fuente: Unitel, Jeanine Añez asumiría la presidencia del Estado,


convocará a una asamblea (10/11/2019).

Revista Digital N° 4 80
ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE LA RUPTURA
¡BOLIVIA DE PIE! DEL ORDEN CONSTITUCIONAL EN BOLIVIA

Fuente: Unitel, Salvatierra decide no continuar y renuncia como


presidente del Senado (10/11/2019).
• 11 de noviembre– En horas de la mañana, Jeanine Añez (2da. Vicepresidenta de la
Cámara de Senadores) se dirige a La Paz desde el Beni para sesión de la Asamblea
Plurinacional, cuya finalidad era tratar las renuncias de presidente y vicepresidente.
Ella señalo en ese momento: “lo que tenemos que hacer es esperar que las renuncias
lleguen (a la Asamblea), ponerlas en consideración y a partir de eso se verá la sucesión
constitucional”[1].
– En horas de la tarde, Añez llama a sesión del Senado, sin ninguna atribución, para tratar
las renuncias de la presidenta y 1er. Vicepresidente de la Cámara de Senadores. Declaró:
“La mitad más uno, con que tengamos quórum puede funcionar (el Senado y luego la
Asamblea) para verificar el tema de las renuncias del presidente y del vicepresidente”.
Al final de la tarde, convoca a sesión extraordinaria de la Asamblea Plurinacional para
tratar las renuncias.
– En horas de la noche, asumiendo las atribuciones de presidenta del Senado, mediante
un mensaje reproducido en los medios de comunicación, convoca a las Fuerzas Armadas
(porque la policía fue rebasada), señalando expresamente que: “En caso de que no lo
hagan será su responsabilidad las muertes que se puedan ocasionar”.

Fuente: Unitel, Jeanine Añez pide y convoca a las Fuerzas


Armadas a apoyar a la Policía (11/11/2019).

Revista Digital N° 4 81
ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE LA RUPTURA
¡BOLIVIA DE PIE! DEL ORDEN CONSTITUCIONAL EN BOLIVIA

– A las 23 hrs. Evo Morales y Álvaro García Linera, desde el aeropuerto de Chimore,
después de muchas horas de zozobra, dejan el país en un avión de la fuerza aérea
mexicana acogiéndose asilo político.

Fuente: C5N, Problemas para autorizar el paso el avión de Evo Morales


(11/11/2019).
• 12 DE NOVIEMBRE

– A las 16.00 hrs., la sesión extraordinaria de la Asamblea se suspende por falta de


quórum, no asisten los asambleístas del MAS, arguyendo los mismos, la inexistencias
de garantías físicas y jurídicas.

– A las 18.51, los asambleístas opositores se auto convocan en la Cámara de Senadores.


“No existe el quórum suficiente para instalar la presente sesión”, señala el senador
secretario. Añez la suspende.

– 37 segundos después, Jeanine Añez se autoproclama presidenta del senado.

Fuente: Todo Noticias (TN), Sin quórum: el hueco que Áñez llenó en el
Senado y que la convirtió en presidenta (13/11/2019).

Revista Digital N° 4 82
ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE LA RUPTURA
¡BOLIVIA DE PIE! DEL ORDEN CONSTITUCIONAL EN BOLIVIA

– Un grupo minoritario de oposición baja por las gradas y se junta en el hemiciclo de


Diputados. Añez lee un comunicado, declara “vacancia” y en 269 segundos después
se autoproclama, “ipso facto”, “presidenta del Estado” sin quórum, sin tratar las
renuncias del presidente y vicepresidente, sin votación, sin debate.

Fuente: TeleSur, Bolivia: Jeanine Áñez se autoproclama presidenta del


Estado (12/11/2019 y EuroNews (En Español), Áñez, la nueva presidenta
interina de Bolivia, se compromete a “convocar elecciones” (13/10/2019).
– A minutos de su autoproclamación, se da a conocer mediante un “comunicado” que
el Tribunal Constitucional Plurinacional valida la posesión de Añez sin formalidades
amparándose en una sentencia del año 2001.
ELEMENTOS DE DERECHO:

I. Sobre la Sucesión Constitucional ¿A quién le corresponde?

– En la Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia (CPE), en su Título II


(Órgano Ejecutivo), Capitulo Primero (Composición y Atribuciones del Órgano Ejecutivo),
Sección II (Presidencia y Vicepresidencia del Estado), en su Art. 169, parágrafo I, señala:
“En caso de impedimento o ausencia definitiva de la Presidenta o del
Presidente del Estado, será reemplazada o reemplazado en el cargo por la
Vicepresidenta o el Vicepresidente y, a falta de esta o este, por la Presidenta
o Presidente del Senado, y a falta de esta o este por la Presidenta o el
Presidente de la Cámara de Diputados. En este último caso, se convocaran
nuevas elecciones en un plazo máximo de noventa días”.
Comentario: La constitución nos indica que la sucesión constitucional solo tiene alcance
y se opera, después del Vicepresidente, a la Presidenta de la Cámara de Senadores hasta
el Presidente de la Cámara de Diputados, y no así, a las Vicepresidencias de las cámaras.
II. Sobre la lectura de la carta de renuncia del presidente para su posterior aceptación
o negación en la Asamblea Legislativa Plurinacional ¿Se debe respetar la formalidad
jurídica establecida en la CPE?

Revista Digital N° 4 83
ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE LA RUPTURA
¡BOLIVIA DE PIE! DEL ORDEN CONSTITUCIONAL EN BOLIVIA

– En la Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia, en su Segunda Parte


(Estructura y Organización Funcional del Estado), Título I (Órgano Legislativo), Capitulo
Primero (Composición y Atribuciones de la Asamblea Legislativa Plurinacional), en su
Art. 161, inciso 3, señala:
“Las cámaras se reunirán en Asamblea Legislativa Plurinacional para ejercer
las siguientes funciones, además de las señaladas en la Constitución:
…3. Admitir o negar la renuncia de la Presidenta o del Presidente del Estado,
y de la Vicepresidenta o del Vicepresidente del Estado.”

“La Presidenta o el Presidente del Estado cesará en su mandato por muerte;


por renuncia presentada ante la Asamblea Legislativa Plurinacional; por
ausencia o impedimento definitivo; por sentencia condenatoria ejecutoriada
en materia penal; y por revocatoria de mandato”.
Comentario: Frente a la renuncia de Salvatierra y Borda correspondía que las cámaras
por separado consideraran sus renuncias (para rechazarlas o aceptarlas), se eligieran
nuevas directivas camarales de donde debería emerger un nuevo presidente del
Senado y de Diputados, para posteriormente, considerar las renuncias del Presidente
y Vicepresidente (para rechazarlas o aceptarlas) para después aplicar la sucesión
constitucional como establece la CPE.

A pesar de esto, debe considerarse que las renuncias del Presidente, Vicepresidente
y Presidentes de las Cámaras de Senadores y Diputados, no son voluntarias sino por
presión de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional, quienes son los únicos que tienen
el monopolio legal de las armas.

III. Sobre la Composición de la Cámara de Senadores, el Quórum y la Instalación de la


Sesión del Pleno Camaral.

– En el Reglamento General de la Cámara de Senadores, Título III (Estructura Orgánica


y Funciones), Capítulo III (De la Directiva), en su Art. 35 (Composición y Elección),
parágrafo I, señala:
“La Directiva Camaral está conformada por una Presidenta ó un Presidente,
dos Vicepresidentas ó dos Vicepresidentes y tres Secretarias ó Secretarios,
que durarán en funciones un período legislativo.”
En el mismo artículo, en su parágrafo II, señala:

“Para asegurar la participación y pluralidad política de la Cámara,


la Presidencia, Primera Vicepresidencia, Primera y Tercera Secretaria
Corresponderán al bloque de mayoría; y la Segunda Vicepresidencia y la
Segunda Secretaria al bloque de minoría”.

Revista Digital N° 4 84
ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE LA RUPTURA
¡BOLIVIA DE PIE! DEL ORDEN CONSTITUCIONAL EN BOLIVIA

Comentario: Jeanine Añez era Segunda Vicepresidenta del Senado, por minoría, razón
por la cual no le corresponde asumir la Presidencia del Senado, ni mucho menos la
Presidencia del Estado. Incluso; dentro de esa lógica con la que actuaron, a quien le
tendría que haber correspondido asumir la Presidencia del Senado es a Rubén Medinaceli
Ortiz (Primer Vicepresidente del Senado), quien renuncio tras los actos violentos en
su domicilió en Oruro, y luego a Susana Rivera, que en ese momento era la Primera
Vicepresidenta de Diputados, quien no había renunciado hasta ese momento.

– En el Reglamento General de la Cámara de Senadores, Título IV (De las Sesiones),


Capítulo I (Clasificación de las Sesiones), en su Art. 75 (Quórum) señala:
“Para instalar válidamente una sesión del Pleno Camaral será necesaria la
presencia de la mayoría absoluta de sus miembros”.
Posteriormente, en el Art. 76 (Instalación) señala:

“I. La instalación del Pleno Camaral deberá contar con la presencia de la


Presidenta o Presidente o Vicepresidenta o Vicepresidente, con la asistencia
de por lo menos dos miembros de la Directiva, uno de los cuales deberá ser
Secretaria o Secretario.

II. Previa verificación del quórum por Secretaría, el Presidente o la Presidenta


de la Cámara instalará la sesión a la hora señalada en la convocatoria.

III. De no existir quórum, se postergará el inicio de la sesión por treinta


minutos, al cabo de los cuales se verificará nuevamente el quórum.

IV. Si luego de la postergación persiste la falta de quórum, la sesión será


suspendida”.
Comentario: Comentario: Jeanine Añez se declara a sí misma como Presidenta
del Senado en una sesión sin quórum respectivo y, de la misma manera, se declara
Presidenta del Estado sin un quórum en la Asamblea Plurinacional y sin contar con
un proceso constitucional que avalara aquel hecho. Posteriormente, pasó al Palacio de
Gobierno para que un militar le impusiera la banda presidencial, ante la presencia de un
grupo reducido de sus seguidores y familiares.

Revista Digital N° 4 85
ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE LA RUPTURA
¡BOLIVIA DE PIE! DEL ORDEN CONSTITUCIONAL EN BOLIVIA

IV. Sobre la justificación de Jeanine Añez de dejar de lado la formalidad jurídica e ir


en contra lo establecido en el ordenamiento jurídico para autonombrarse, primero
Presidenta del Senado y, posteriormente Presidenta del Estado Plurinacional de
Bolivia.

El 12 de noviembre, a minutos de que Jeanine Añez se autoproclamara Presidenta del


Estado, el Tribunal Constitucional Plurinacional dio su respaldo legal a la “sucesión
constitucional” a través de un “comunicado” en el marco de la Declaración Constitucional
0003/01 del 31 de Julio de 2001, que se sustenta en la “vacancia” del presidente.

– La Ley del Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP), Parte Segunda (Procedimientos


Constitucionales), Título I (Disposiciones Generales, Excusas, Recusaciones y Comisión
de Admisión), Capitulo I (Disposiciones Generales), en su Art. 39 (Resoluciones), señala:
“El Tribunal Constitucional Plurinacional emite las siguientes resoluciones:

1. Sentencias constitucionales. Resuelven demandas, recursos y revisión de


las acciones constitucionales.

2. Declaraciones constitucionales. Son adoptadas en caso de consultas


realizadas al Tribunal Constitucional Plurinacional.

3. Autos constitucionales. Son decisiones de admisión o rechazo, subsanación,


desistimiento, caducidad y otras que desarrollan el procedimiento.”
Posteriormente, en su Art. 40 (Publicación), señala:

“Las sentencias, declaraciones y autos constitucionales se publicarán


en un medio especializado que se llamará Gaceta Constitucional, cuya
periodicidad será mensual.”
– En el Código Procesal Constitucional, Titulo I (Disposiciones Generales, Facultades
Especiales del Tribunal Constitucional Plurinacional, Resoluciones, Efectos y Ejecución),
Capitulo Tercero (Resoluciones del Tribunal Constitucional Plurinacional, Efectos y
Ejecución), en su Art. 10 (Resoluciones), señala:
“I. El Tribunal Constitucional Plurinacional emitirá las siguientes resoluciones:

1. Sentencias Constitucionales. Resuelven las acciones, demandas y


recursos, así como en revisión las acciones de defensa.

2. Declaraciones Constitucionales. Son adoptadas en caso de control previo


o consultas realizadas al Tribunal Constitucional Plurinacional.

3. Autos Constitucionales. Son decisiones de admisión o rechazo,


desistimiento, cumplimiento y otras que se emitan en el desarrollo del
proceso.
Revista Digital N° 4 86
ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE LA RUPTURA
¡BOLIVIA DE PIE! DEL ORDEN CONSTITUCIONAL EN BOLIVIA

II. La Sala Plena del Tribunal Constitucional Plurinacional resolverá los


procesos sujetos a su conocimiento por mayoría absoluta de votos de sus
miembros presentes.

III. Las Magistradas y los Magistrados podrán formular voto disidente o en su


caso aclaración de voto, debidamente fundamentado cuando sus criterios
jurídicos no sean coincidentes con los de la mayoría.”
Comentario: Tanto la Ley del Tribunal Constitucional Plurinacional como el Código
Procesal Constitucional son claros al respecto. Se emiten sentencias, declaraciones y
autos constitucionales los cuales tienen la característica de ser vinculantes y decisiones
tomadas en conjunto por los magistrados. En ninguna parte habla de “comunicados”.
Al respecto, el ministro de justicia Iván Lima declaro que “Nunca existió una sentencia,
una declaración o una resolución, hubo un comunicado y lo que dijo Petronilo Flores,
en su condición de presidente (del TCP), es que el comunicado no era un acto de
reconocimiento a la legalidad y constitucionalidad de la señora Jeanine Añez, ese
comunicado no tiene firmas, además tiene la objeción de una magistrada (Georgina)
Amusquivar, y no tiene el acuerdo de Sala Plena”[2].

A modo de conclusión:

El procedimiento constitucional, es una serie de actos jurídicos vinculados entre sí en


cumplimiento a lo estipulado en la constitución. Para el derecho procesal constitucional,
los actos jurídicos constitucionales son formales; es decir, que son aquellos actos en
los cuales la eficacia (validez y vigencia) está atada a las formalidades establecidas y
contempladas por ley.

Para que un acto jurídico exista como tal, es decir, que la expresión de voluntad de
quien lo realiza se encuentre amparada por ley, es necesario que reúna una serie de
elementos de existencia y de validez.

En ese sentido, el momento que Jeanine Añez, en su calidad de Segunda Vicepresidenta,


se autoproclama como Presidenta del Senado incurre en una usurpación de funciones,
pero cuando se autoproclama como Presidenta del Estado bajo la figura de “sucesión
constitucional”, se vulnera la CPE y se produce la ruptura del orden constitucional, es
decir, se consuma un Golpe de Estado.

Todo esto sin aceptar o rechazar la renuncia del Presidente y Vicepresidente, o la de los
Presidentes de las Cámaras de Senadores y Diputados. Sin quórum respectivo para dar
inicio a una sesión, sin votación, ni debate en la Cámara de Senadores y en la Asamblea
Legislativa Plurinacional y sin un sustento legal, pues, ningún “comunicado” del Tribunal
Constitucional Plurinacional (sin valor vinculante), está por encima de la Constitución
Política del Estado. Además, tomando en cuenta que el “comunicado” hace referencia a
la declaración constitucional 0003/01 del 31 de Julio de 2001 la cual está bajo la anterior

Revista Digital N° 4 87
ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE LA RUPTURA
¡BOLIVIA DE PIE! DEL ORDEN CONSTITUCIONAL EN BOLIVIA

constitución e incluso trata de una situación completamente diferente. Por motivos de


salud el ex dictador y presidente de ese entonces, Hugo Banzer Suarez, renuncia y a
quien le correspondía la sucesión constitucional era a Jorge Quiroga en su calidad de
Vicepresidente constitucional, es decir, no había donde perderse.

Un elemento paradójico de todo esto, es que el “comunicado” bajo el cual Añez y quienes
apoyaron esta vulneración a la CPE, no está disponible en la Gaceta Constitucional, lo
cual se puede verificarse.

La Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia es clara al respecto cuando


señala en su Quinta Parte (Jerarquía Normativa y Reforma de la Constitución), Título
Único (Primacía y Reforma de la Constitución), en su Art. 410:
“I. Todas las personas, naturales y jurídicas, así como los órganos públicos,
funciones públicas e instituciones, se encuentran sometidos a la presente
Constitución.

II. La Constitución es la norma suprema del ordenamiento jurídico boliviano


y goza de primacía frente a cualquier otra disposición normativa. El
bloque de constitucionalidad está integrado por los Tratados y Convenios
internacionales en materia de Derechos Humanos y las normas de Derecho
Comunitario, ratificados por el país. La aplicación de las normas jurídicas
se regirá por la siguiente jerarquía, de acuerdo a las competencias de las
entidades territoriales:

1. Constitución Política del Estado.

2. Los tratados internacionales.

3. Las leyes nacionales, los estatutos autonómicos, las cartas orgánicas y el


resto de legislación departamental, municipal e indígena.

4. Los decretos, reglamentos y demás resoluciones emanadas de los órganos


ejecutivos correspondientes”.
En ese sentido, no se puede atribuir a ningún representante, funcionario público u otro
particular –como una Segunda Vicepresidenta de la Cámara de Senadores en base a un
“comunicado” del TCP, que no es vinculante–, la libertad de interpretar en función de
sus intereses la carta magna para llevar a cabo una “sucesión constitucional” fuera de la
normativa que adolece e incurre en la ruptura del orden constitucional.
*Trabajo presentado en la asignatura de Oratoria y Argumentación Jurídica, Carrera de Derecho –
Universidad Franz Tamayo (Cochabamba, Marzo-2021).
[1] Véase Plan A, Plan B, en: https://www.la-razon.com/voces/2021/03/20/plan-a-plan-b/
[2] Véase Lima afirma que no existió sentencia del TCP que avale a Añez como presidenta, en: https://
www.paginasiete.bo/nacional/2021/3/16/lima-afirma-que-no-existio-sentencia-del-tcp-que-avale-anez-
como-presidenta-287664.html

Revista Digital N° 4 88
¡BOLIVIA DE PIE!

Revista Digital N° 4
¡BOLIVIA DE PIE!

RENÉ ZAVALETA, HISTORIADOR DE LO POLÍTICO


SEIS PROPUESTAS PARA LEER LO NACIONAL-POPULAR
EN BOLIVIA
Por: Diego Giller

Clásico no es un libro (lo repito) que necesariamente posee


tales o cuales méritos; es un libro que las generaciones
de los hombres, urgidas por diversas razones, leen con
propio fervor y con una misteriosa realidad
Jorge Luis Borges, 1952

En febrero de 1983, Eduardo Galeano tomó el diario personal de René Zavaleta y


escribió: “Tus compatriotas, los chiriguanos, llamaron al papel ‘piel de Dios’, cuando lo
descubrieron y descubrieron que servía para enviar palabras a los amigos que están
lejos” . En algún lugar de El malestar en la cultura, Freud pensó a la escritura como el
lenguaje del ausente. Papel, escritura, lejanía y ausencia. ¿Acaso no se traman allí las
coordenadas por las cuales un escrito sale en busca de sus lectores? ¿No son también los
medios por los cuales nos relacionamos con los escritos del pasado? La palabra escrita en
el papel fue uno de los modos elegidos por Zavaleta para enviar señales teórico-políticas.
Lo nacional-popular en Bolivia fue tal vez la más enigmática, y por ello, profunda, de
esas señales. Enigmática, porque cuando creemos haberlo comprendido todo, sobre
sus eternos pliegues se siguen precipitando elementos novedosos e insospechados.
Porque como decía Calvino (1993), los clásicos -y vaya que Lo nacional-popular lo es-,
nunca terminan de decir lo que tienen que decir.

1
Agradezco enormemente a Alma Reyles por habernos facilitado -a Elvira Concheiro y a mí-, ésta y otras
informaciones. Respecto del escrito de Galeano, en 1984 se publicó la versión completa en Memorias del fuego II.
Las caras y las máscaras. Decía así: “Los indios chiriguanos, del pueblo guaraní, navegaron el río Pilcomayo, hace
años o siglos, y llegaron hasta la frontera del imperio de los incas. Aquí se quedaron, ante las primeras alturas
de los Andes, en espera de la tierra sin mal y sin muerte. Aquí cantan y bailan los perseguidores del paraíso. Los
chiriguanos no conocían el papel. Descubren el papel, la palabra escrita, la palabra impresa, cuando los frailes
franciscanos de Chuquisaca aparecen en esta comarca, después de mucho andar, trayendo libros sagrados en
las alforjas. Como no conocían el papel, ni sabían que lo necesitaban, los indios no tenían ninguna palabra para
llamarlo. Hoy le ponen por nombre piel de Dios, porque el papel sirve para enviar mensajes a los amigos que están
lejos” (Galeano, 1990: 15)

Texto cedido para su publicación por el autor, presentado originalmente en: Trabajos y Comunicaciones, 2da.
Época, Nº 46, e045, octubre 2017. ISSN 2346-8971 Universidad Nacional de La Plata. Facultad de Humanidades y
Ciencias de la Educación. Departamento de Historia.

Revista DigitalN°
Revista Digital N°44 90
RENÉ ZAVALETA, HISTORIADOR DE LO POLÍTICO
¡BOLIVIA DE PIE! SEIS PROPUESTAS PARA LEER LO NACIONAL-POPULAR EN BOLIVIA

Introducción y culminación. Tal vez, Lo nacional-popular en Bolivia pueda ser leído de


esas dos maneras al mismo tiempo. Culminación, porque fue el intento de consumar
el programa de investigación de toda una vida. Allí se buscó sintetizar e integrar los
diversos núcleos problemáticos que siempre lo obsesionaron: el Estado, la nación, las
clases sociales, la historia, la sociología, la política. Introducción, porque los “momentos
constitutivos” escogidos “sacrificialmente” para hacer una contra-historia de Bolivia se
ofrecen, en términos cronológicos, como una “explicación causal” de todos sus escritos
previos. Mayormente ausentes en su obra publicada, o al menos tratados sin la hondura
con la aquí fueron abordados, ellos se entregan como la clave político-analítica para
descifrar el arcano de la llamada Revolución Nacional, ese gran evento en torno del cual
gravitó toda su vida.

¿Cómo leer una pieza como Lo nacional-popular en Bolivia? Como le sucedió a Oscar
Masotta (2008) cuando intentó escribir sobre Roberto Arlt, la respuesta a ese interrogante
sólo puede ser una respuesta frustrada. O tal vez, seis.

I.
-¿Qué es? –me dijo.
-¿Qué es qué? –le pregunté.
-Eso, el ruido ese.
-Es el silencio.
Juan Rulfo, 2017
Tesis doctoral. La anécdota, tan breve como desconocida, dice así: Lo nacional-popular
en Bolivia fue el trabajo de investigación con el que Zavaleta imaginaba obtener el
título de Doctor. El manuscrito original llevaba por título “Elementos para una historia
de lo nacional-popular en Bolivia: 1879-1980”, e iba a ser presentado en la Universidad
de Vincennes, mejor conocida como París 8. Pero cuando se encontraba trabajando en
ella, aconteció una fatalidad y Zavaleta murió, fulminado por un cáncer cerebral2. Era
diciembre de 1984 y la investigación quedaba inconclusa. El resto es conocido: en 1986,
a instancias de su familia, Siglo XXI México publicó la primera edición. Un prólogo, tres
capítulos y muchas promesas quedaban grabados en sus más de doscientas páginas.

Mucho más que una nota de color, el dato del destino doctoral resulta interesante porque
permite leer la obra desde el punto de vista del género. Se sabe, toda tesis demanda el
respeto de ciertas pautas de elaboración y el cumplimiento de un conjunto de requisitos
formales, muchos de los cuales Zavaleta parecía dispuesto a cumplir. Por eso, en el
prólogo nos anuncia los objetivos y antecedentes de investigación, las hipótesis sobre
el tema y las cuestiones de método. Así, nos enteramos que su propósito era estudiar
2
Tras su muerte, Galeano escribió: “Creen los Mayas que al principio de la historia, cuando los dioses nos dieron
el nacimiento, nosotros los humanos éramos capaces de ver más allá del horizonte. Entonces estábamos recién
fundados, y los dioses nos arrojaron polvo a los ojos para que no fuéramos tan poderosos. Yo pensé en esa envidia de
los dioses, cuando supe que había muerto mi amigo René Zavaleta. René, que tenía una inteligencia deslumbrante,
fue fulminado por un cáncer al cerebro. De cáncer de garganta, había muerto, medio siglo antes, Enrico Caruso”
(Galeano, 1993: 162)

Revista Digital N° 4 91
RENÉ ZAVALETA, HISTORIADOR DE LO POLÍTICO
¡BOLIVIA DE PIE! SEIS PROPUESTAS PARA LEER LO NACIONAL-POPULAR EN BOLIVIA

la formación de lo “nacional-popular” en Bolivia y participar, de ese modo, “(…) en las


discusiones recientes acerca del problema del Estado en base al análisis de un caso
concreto” (Zavaleta, 2013a: 150). También, que el problema de investigación iba a estar
delimitado por el período que va de 1952 a 1980, esto es, entre la llamada Revolución
Nacional y el golpe de Estado de Luís García Meza Tejada. Pero como había escogido
el “método de explicación causal”, nos decía, el estudio retrocedería hasta la Guerra
del Pacífico (1879-1883). La explicación causal permitiría, entre otras cosas, realizar un
análisis comparado entre dos formaciones estatales: el “Estado oligárquico”, surgido
con la Revolución Federal de 1899, y el llamado “Estado del ’52”.

Una de las conjeturas que recorre a Lo nacional-popular en Bolivia, pero también a buena
parte de su obra, dice que la relación entre desarrollo del capitalismo y el conocimiento
de una sociedad es directamente proporcional. A mayor desarrollo, mayor posibilidad
de conocimiento. A diferencia de los países centrales, en los que sí hubo un modelo
de desarrollo “normal” del capitalismo y, por lo tanto, el margen de cognoscibilidad
siempre fue mayor, en las sociedades periféricas no se profundizaron los procesos de
totalización y homogeneización propios del capitalismo. Por eso, en las sociedades
“abigarradas” el margen de conocimiento es escaso y el “horizonte de visibilidad”,
difuso. El abigarramiento según Zavaleta implicaba la superposición inarticulada y no
combinada de modos de producción, la presencia de varias formas de diferenciación
social, de visiones alternativas del mundo y de estructuras locales de autoridad que
compiten con la forma estatal. Son sociedades donde pareciera “(…) como si el feudalismo
perteneciera a una cultura y el capitalismo a otra y ocurrieran sin embargo en el mismo
escenario” (Zavaleta, 2013b: 105). Como ya se dijo en otro lugar (Giller, 2016a), conviene
tener cuidado ante las interpretaciones que celebran el abigarramiento: no se trata de
una conmemoración acrítica de la diferencia, sino de una tragedia, no es el resultado de
la convivencia pacífica, sino el producto de una imposibilidad. En lugar de una nación,
lo que hay son diversas temporalidades y culturas que se mezclan de un modo variado y
desarticulado; en lugar de un territorio nacional, muchos espacios que se viven regional
y fragmentariamente; en lugar de una articulación del modo productivo, muchos
modos de producción desconociéndose los unos a los otros, a cada instante.

¿Cómo hacer para que en formaciones abigarradas el conocimiento se vuelva posible?


Esa es una de las grandes preguntas de Zavaleta y una de sus más importantes
apuestas epistemológicas. Porque en ella está contenida toda una crítica contra una
concepción del conocimiento como mera reproducción, que supone la importación
acrítica de modelos de conocimiento. Zavaleta, que había tomado prestadas muchas
de las novedades gnoseológicas de un texto como Dialéctica de lo concreto de Karel
Kosik (1967), defendió la idea del conocimiento como actividad creadora: cuando se
conoce, se crea. Son esas las premisas que le permitieron formular una sentencia que,
aunque ya había sido expuesta en “Las masas en noviembre” (Zavaleta, 2013b), ahora,
en Lo nacional-popular en Bolivia, aparecía con más fuerza que nunca: “Es la propia
necesidad la que hace que cada modo de ser convoque a una forma de conocimiento”

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(Zavaleta, 2013a: 159) porque “No hay, en efecto, una manera más absurda de conocer
una formación como la boliviana que a través de los indicadores que tienen pretensiones
de validez general” (Zavaleta, 2013a: 163).

La resolución de este problema metodológico estaba en la “selección simbólica”, la cual


consistía en aislar determinados acontecimientos susceptibles de explicar la historia.
¿Podían encontrarse esos momentos de revelación en medio de la bruma abigarrada? Sí,
pero a condición de atender a los relámpagos generados por esas verdaderas “escuelas
de conocimiento” que son las crisis sociales. Momentos “patéticos” de reconocimiento
del todo social, en ellas “(…) las cosas no se presentan como son en lo cotidiano y se
presentan en cambio como son en verdad” (Zavaleta, 2013a: 159). Las crisis descubren el
funcionamiento de la totalidad incompleta. O dicho a la inversa: la totalidad de lo real
visible sólo puede aparecer como totalidad porque está incompleta, porque no muestra
aquello que le da su existencia (Grüner, 2005). Pero también, y aquí hay otro dato de
su magnitud epistemológica, la crisis nacional general es fundadora de “momentos
constitutivos”, esto es, de “(…) ciertos acontecimientos profundos, ciertos procesos
indefectibles, incluso ciertas instancias de psicología común que fundan el modo de
ser de una sociedad por un largo período” (Zavaleta, 2013a: 179). Allí se establece el tono
ideológico, las formas de dominación y se fijan la relación de las clases consigo mismas,
con las otras y con el Estado. En condiciones de abigarramiento, decía Zavaleta, la
historia es un puñado de crisis.

Mediante el “método del sacrificio”, que es otra forma de llamar a la “selección simbólica”,
se aíslan los momentos de crisis, que son, como se verá, los que ordenan la obra. Cada
capítulo está referido al análisis de diferentes crisis profundas, de nuevos “momentos
constitutivos”. En “La querella del excedente” se trabaja sobre la Guerra del Pacífico,
en “El mundo del temible Willka” sobre la Revolución Federal y en “El estupor de los
siglos” sobre la Guerra del Chaco (1932-1935). Cada uno de ellos estará recorrido por tres
hipótesis-conceptos: la relación entre excedente y “momento constitutivo”, el problema
de la “paradoja señorial” y los procesos de democratización social.

Pero, ¿y el capítulo sobre la Revolución Nacional y el Estado del ´52? ¿Acaso Zavaleta
no nos había anunciado que allí se afincaba el centro del análisis? ¿No iba a realizar una
comparación entre el “Estado oligárquico” y el “Estado del ’52”? Una mirada apresurada,
demasiado apresurada, dirá que ese capítulo no fue escrito y que ninguno de esos
problemas fue trabajado. Hay un “momento de verdad” en esa enunciación, cuyo
referente empírico, paradójicamente, es una ausencia, porque lo “único” que quedó de
ese cuarto capítulo fue un título que hacía alusión a la heroína de la Masacre de Catavi
en 1942: “La canción de María Barzola” –volveremos, a su turno, sobre los problemas que
presenta una lectura de este tipo.

Sin proponérselo, Zavaleta incumplió sus promesas: aquello que se fijó como objetivo
principal no fue realizado. Se sabe, una investigación que “fracasa” en sus objetivos,

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no puede siquiera aspirar a presentarse a la instancia de la defensa. De modo que la


incompletitud termina por demoler cualquier posibilidad de leer Lo nacional-popular en
Bolivia al interior del género tesis. Pero los infortunios suelen guardar giros inesperados
y fascinantes. Y eso que fue fracaso se transformó en su contrario: la muerte de Zavaleta
impidió que una obra que hace ya largo tiempo reclama el carácter de clásico fuese
sometida a las lógicas burocratizadas del género tesis. Por fortuna, ese infausto destino
fue reprimido.

II.

La primera propuesta de lectura terminó negándose a sí misma. Si comenzaba diciendo


que Lo nacional-popular en Bolivia debía ser leído como parte del siempre tedioso
género tesis, luego afirmaba que la inconclusión de la obra rechazaba esa posibilidad.
No se pretendía aludir a la sospecha de que todo libro es por definición inconcluso,
sino a una cuestión mucho más discreta: que la investigación propuesta, el plan de
trabajo y los objetivos no se habían llevado a término. ¿Cómo leer una obra incompleta?
¿Cómo posicionarse en tanto lectores frente a la angustia del vacío? En La producción
del conocimiento local. Historia y política en la obra de René Zavaleta, Luís Tapia (2002)
sugirió el siguiente juego de imaginación teórica: ¿con cuál de los escritos de la obra
publicada de Zavaleta podría completarse Lo nacional-popular en Bolivia? ¿Cuál de
ellos ocuparía el sitio que iba a estar dedicado a la Revolución Nacional y el Estado del
’52? La respuesta de Tapia estaba en “Las masas en noviembre”.

Zavaleta había escrito ese texto como un intento de explicación de la huelga y el paro
general de noviembre de 1979, cuando las masas bolivianas acabaron con la dictadura de
Natush Busch. Bajo la convicción de que el “Estado del ‘52” y el “Pacto Militar-Campesino”
habían ingresado en su fase de replegamiento, vaciamiento y deslegitimación, Zavaleta
leyó a esas jornadas como las del surgimiento de una intersubjetividad democrática,
confiando en que esa emergencia iría a derivar en un proceso de autodeterminación
nacional-popular, vía superación de la acumulación en el seno de la clase. Pero si
esto es así, ¿por qué elegía Tapia colocar en el capítulo que iba a estar dedicado a la
Revolución Nacional un trabajo que trataba acontecimientos enteramente diferentes
y que sucedieron casi treinta años después? Según él, porque “(…) con el propósito de
explicar la crisis del estado en 1979, [Zavaleta] retrocede para analizar sus causas en la
historia del estado del 52” (Tapia, 2002: 336).

Pero si se sigue el hilo narrativo de Lo nacional-popular en Bolivia y se atiende al método


de explicación causal, ¿acaso ese cuarto capítulo no debería comenzar con el análisis
de la Revolución Nacional para luego retroceder hasta la Guerra del Chaco, que es
justamente donde termina “El estupor de los siglos”? Junto a ese acontecimiento que
despertó la conciencia nacional en las masas, ¿no debería explicarse el surgimiento
del “socialismo militar”, la emergencia del nacionalismo revolucionario, el gobierno
y asesinato de Gualberto Villarroel y el sexenio de luchas campesinas 1946-1952?

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Si así fuera, entonces “La canción de María Barzola” debería ser completado con las
“Consideraciones generales sobre la historia de Bolivia” (2013c). ¿Pero ahí culminaría la
obra? ¿No nos seguiría faltando algo? Si se interpretan las señales temporales presentes
en el título del manuscrito original, podría hipotetizarse que el proyecto de investigación
incluía un quinto capítulo. Y que ese sí, por las mismas razones que expuso Tapia, sería
llenado con un trabajo similar a “Las masas en noviembre”.

¿Es esta la única forma de interpretar los vacíos y las regiones incompletas? La respuesta,
obviamente, es no. Porque la falta, en el sentido aproximado de Lacan (2008), antes que
un continente a completar, es algo que produce, que crea. Es, en definitiva, estructurante
del discurso. Pero en el mismo movimiento en el que otorga sentido, la falta imposibilita
toda sutura que pretenda una clausura. Como decía Ricardo Piglia sobre Kafka: “Lo que
se posterga, lo que siempre es interrumpido y desviado es, para él, lo real mismo” (Piglia,
2015: 228). La hipótesis, entonces, podría ser la siguiente: Lo nacional-popular en Bolivia
se constituyó como tal gracias a, y no impedido por, su incompletitud. Se trata, como
arriesgaba del Barco (2008) sobre El Capital, no de un libro incompleto sino “incerrable”,
porque su objeto de estudio –y de acción-, la realidad, siempre se escapa, está en fuga.

Leer Lo nacional-popular en Bolivia desde la falta y no desde la incompletitud requiere


el gesto del detective: buscar sentidos múltiples, recolectar huellas infinitas, descifrar
los enigmas que permitan armar un rompecabezas teórico imposible. Parafraseando a
Masotta (2008), es siempre una lectura frustrada.

III.
…el “historiador materialista”, (…) no encuentra las ruinas del pasado,
sino que transforma el pasado en ruinas, lo ‘mortifica’, para edificar
con esos restos, con esos fragmentos, el presente fulgurante, urgente,
que movilice la experiencia en un hacer la historia, además de narrarla.
Eduardo Grüner, 2005.

Como sucede con todo aquello que es reprimido, la falta también retorna. Pero en esta
tercera propuesta de lectura no emergerá para discutir sobre lo inconcluso, como en la
segunda propuesta, sino para repensar la obra a partir de un corte.

Publicar un libro significa realizar un conjunto de elecciones. Y toda elección, se sabe,


supone efectuar un corte, fijar una diferencia. ¿Qué sucede cuando se trata de una
publicación póstuma? Esa pregunta que persiguió a Max Brod, también acosó a los
editores de Lo nacional-popular en Bolivia, sobre todo al momento de escoger un título.
Si se establece una comparación entre el título tentativo que Zavaleta había escogido
para su tesis doctoral y el definitivo, no será difícil advertir que entre y uno otro se produjo
un corte. Sintomáticamente, un elemento fue perimido, desaparecido, reprimido. Y ese
elemento faltante no es otro que el significante historia. No se trata de un dato menor,
mucho menos marginal, porque la historia, y esto es lo que intentaremos justificar, es
la que dota de sentido a la investigación. El libro se articula y ordena a través de ella.

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Para decirlo de un modo más contundente: Lo nacional-popular en Bolivia es un libro


de historia. Más precisamente, de historia de lo político, de eso que se establece entre el
Estado y la sociedad civil. Como señaló Omar Acha (2016): aquí la teoría es historia.

Vaya una aclaración más: como escribió Eduardo Grüner (2005) sobre los estudios
históricos de Marx, tampoco acá se trata de la tradicional perspectiva que entiende a
la Historia como una ciencia fáctica, lineal, positivista, dominada por la pretensión de
reconstruir los hechos tal cual sucedieron, no es la Historia como ruina o como romántica
acumulación de saber. Se trata, por el contrario, de una perspectiva que asume que
los hechos del pasado no son hechos pasados, que la historia sigue sucediendo y
latiendo en el barro del presente y que, como quería Zavaleta, se continúa produciendo
y acumulando en el seno de la clase. Por eso, aquí no se narra los hechos sino el efecto
de los hechos (Piglia, 2013). La historia es, en definitiva, “(…) un paso gigantesco en la
autocomprensión del hombre acerca de lo que hace, y por consiguiente de lo que
puede hacer en el presente y en el futuro” (Grüner, 2005: 2). El conocimiento de ella
tanto como la disputa por su sentido son una herramienta política imprescindible en
la búsqueda de la autodeterminación y la (auto)transformación de las masas. Porque
“(…) tarde o temprano, cada sociedad aprende que conocerse es casi vencer” (Zavaleta,
2013a: 160).

No está de más recordar aquellas palabras con las que Augusto Céspedes afirmaba
que “La revisión de la historia es una de las formas de liberación nacional” (Céspedes
citado Oblitas Fernández, 1997: 531). Céspedes, decía Zavaleta (2011a), había completado
la revisión de la historia de Bolivia iniciada con el clásico libro de Carlos Montenegro
(2016), Nacionalismo y coloniaje. Posicionado sobre la antinomia nación/anti-nación o
nación/colonia, Montenegro intentó rescribir esa “(…) historia de Bolivia escrita contra
Bolivia” (Montenegro, 2016: 46), ofreciendo “(…) un esquema conjunto del pasado
boliviano” (Montenegro, 2016: 49) desde las luchas por la independencia hasta la Guerra
del Chaco. La perspectiva histórico-política de Nacionalismo y coloniaje, fundadora del
nacionalismo revolucionario, recorrerá cada una de las líneas de Bolivia. El desarrollo de
la conciencia nacional (2011b). Si nos dejamos llevar por el ejercicio de contra-historia
tanto como por los acontecimientos narrados, Lo nacional-popular en Bolivia puede
ser leído como una re-reescritura de esa saga3. La historia ya no se interpreta desde la
maniquea perspectiva nación/anti-nación, como se hace en Nacionalismo y coloniaje
y en El desarrollo de la conciencia nacional, sino a partir de la lucha de clases y del
concepto de lo “nacional-popular”, esto es, de “(…) la conexión entre lo que Weber
llamó la democratización social y la forma estatal (…) la relación entre el programa y la
factualidad” (Zavaleta, 2013a: 147).

3
Fernando Mayorga sugiere que Zavaleta tomó el título de su libro del siguiente pasaje de Nacionalismo y coloniaje:
“Fue la conciencia de las masas la que les hizo perceptible el desbarate causado por el cordovismo tanto en lo que a
ellas mismas atingiera cuanto en lo que afectase a la tendencia nacional-popular alentada por Belzu” (Montenegro,
2016: 145)

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En el conjunto de los estudios históricos de Zavaleta, Lo nacional-popular en Bolivia


representa la ruptura de la ruptura. La primera re-reescritura había comenzado con La
caída del MNR y la conjuración de noviembre (2011c). Esa pieza alucinante, en la que las
intrigas y la psicología de los personajes que protagonizaron la noche del 4 de noviembre
de 1964 en la que se consumó el golpe de Estado contra Víctor Paz Estenssoro son
narradas junto a acontecimientos de la “historia larga”, significó el primer momento de
ruptura: Zavaleta deja el nacionalismo revolucionario para asumir una clara perspectiva
marxista. Bajo la óptica epistemológica del Lukács de Historia y conciencia de clases, la
historia comienza a ser leída desde el punto de vista de la lucha de clases 4. Lo nacional-
popular en Bolivia fue una ruptura respecto de esta perspectiva exclusivamente
marxista. Porque allí, como nunca antes, logró instalarse desde el punto de vista de la
tensión entre los elementos políticos de su etapa como nacionalista revolucionario y su
etapa marxista, esto es, entre la nación y la clase, el problema de la nación y la lucha de
clases, el mundo indígena y la lógica de la fábrica, la democracia como representación y
como autodeterminación de las masas. Y lo hace, a diferencia de sus anteriores trabajos,
a través de las crisis como “escuela de conocimiento”. Pero todavía hay otra novedad,
que tiene que ver con el modo de narrar la historia: ni puro relato coyuntural ni pura
historia larga, sino la tensión entre esos dos modos de contar –y de hacer- la historia.

Lo que se descubre en Lo nacional-popular en Bolivia es el país profundo. ¿Cómo se


hace una historia de lo político en una formación social abigarrada? La respuesta está
en el título, pero no en el de la tesis, sino en el que eligieron sus editores: lo nacional-
popular. No deja de llamar la atención que el primer nombre con el que Zavaleta liga
a esta categoría sea el de Max Weber y no el de Antonio Gramsci5. Y más si se tiene en
cuenta lo mucho que se ha escrito sobre la influencia del sardo en su obra y lo poco,
por no decir lo nulo, de la que ejerció Weber. No obstante, para ver la entrada en escena
de Gramsci no habrá que esperar demasiado: el epígrafe del primer capítulo llevará su
firma para ofrecer una cuestión de método para historiar lo político, muy similar a la de
la “selección simbólica”: “Es necesario, en suma, hacer un esbozo de toda la historia de
italiana, sintético, pero exacto” (Gramsci en Zavaleta, 2013a: 159).

Aquí es necesario hacer una breve digresión. El gramscismo de Zavaleta no se define


a partir de la glosa o el comentario de su obra, mucho menos por un exhaustivo
análisis de sus categorías, sino por algo epistemológicamente más radical: Zavaleta es
gramsciano porque incorpora su arsenal analítico como traducción y reinvención y no
como mera aplicación. Lo nacional-popular en Bolivia evidencia, tal vez como ningún
otro de sus trabajos, un método de trabajo inequívoco: la creación de conceptos en el
momento mismo del análisis. A priori, el concepto existe y no existe; vale decir, existe

4
Se puede encontrar una profundización de las relaciones entre Zavaleta y Lukács en Ortega Reyna (2016).
5
Sin ir más lejos, la presencia de Weber fue una constante en el curso “Teoría sociológica 1”, dictado por Zavaleta en
el marco de la Maestría en Sociología y Ciencias Políticas de la sede mexicana de la Facultad de Latinoamericana
de Ciencias Sociales (FLACSO), de la cual fue su primer director. En Lo nacional-popular en Bolivia, también recurrió
a conceptos weberianos como “esfera estimativa” y “estado racional”.

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como universal, pero al enfrentarse con la realidad se reinventa y el concepto original


desaparece. Como había señalado Fernando Ortiz (1983) en su análisis de los impactos
de la conquista de América para el caso cubano, en todo proceso de intercambio las
categorías sufren una transculturación por el cual los términos que intervienen en la
ecuación resultan modificados. Lo que emerge no es una simple mezcla de elementos
prestados, sino un fenómeno nuevo y original. Zavaleta sabía que el marxismo no podía
ser trasladado de una geografía a otra sin sufrir severas modificaciones. Tal vez en ese
sentido haya que interpretar la caracterización de José Aricó sobre Zavaleta como un
“(…) frecuentador de Gramsci como el que más” (Aricó, 2005: 44). Porque el Gramsci de
Zavaleta se descubre leyendo las entrelíneas de una obra empeñada en ocultar toda
huella.

Regresemos sobre la tercera propuesta de lectura: Lo nacional-popular en Bolivia como


un libro de historia de lo político. Si con Acha (2016) se había dicho que en Zavaleta la
teoría es historia, también con él se dirá lo inverso: la historia es teoría, “(…) pues en este
caso la “historia” es el proceso histórico generador de conceptos”. Como se expuso más
arriba, Zavaleta hace una historia de Bolivia a través de la categoría de lo “nacional-
popular”, entendido como aquello que vaga entre la democratización social y la forma
estatal. Si bien la trama del libro se instala sobre la tensión que se produce entre esos dos
elementos, en algunos momentos se dará prioridad a las formas estatales y en otros a los
procesos de democratización social. Así, mientras en el capítulo 1 la Guerra del Pacífico
es leída “(…) como un asunto de Estado o materia estatal, es decir, algo que ganó o perdió
la clase dominante, por cuanto entonces no estaba diferenciada del Estado” (Zavaleta,
2013a: 160), en el capítulo 2 se analiza a la Revolución Federal como un conflicto clásico
de la sociedad civil con consecuencias nacionales, cuyo resultado es el surgimiento del
“Estado oligárquico”. Y en el capítulo 3, la Guerra del Chaco es interpretada a partir
de los dos elementos en tensión, esto es, como un asunto de un “Estado aparente”,
no hegemónico, que contra su propia voluntad termina transformando a la guerra en
un momento nacionalizador. En el Chaco, ese “(…) lugar sin vida, donde Bolivia fue a
preguntar en qué consistía su vida” (Zavaleta 2013c, 37)6, ya se pueden encontrar las “(…)
causas hondas de la multitud del 52 y el ordenamiento de las clases que concurrirán a
la formulación de la fase estatal siguiente, que es la del estado del 52” (Zavaleta, 2013a:
363).

Si se lee con atención, se advertirá que el problema del Estado atraviesa todo el libro,
desde la primera hasta la última frase. Se trata, en rigor, de la condensación de una
preocupación teórica que Zavaleta traía desde su exilio en Chile en los primeros años
setenta. A finales de 1972, la revista Cuadernos de la realidad nacional anunciaba la
apertura de un curso titulado “Teoría del Estado subdesarrollado”, que Zavaleta dictaría
en el Centro de Estudios de la Realidad Nacional (CEREN) de la Universidad Católica en
6
Esta formulación, que es propia del nacionalismo revolucionario en la versión de Montenegro, también aparece
en Lo nacional-popular en Bolivia: El amor, el poder, la guerra, en eso consiste la verdad de la vida. Pero fue en el
Chaco donde Bolivia fue a preguntar en que consistía su vida” (Zavaleta, 2013a: 344).

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el primer semestre de 1973. A pesar de que finalmente el curso nunca comenzó,7 los
objetivos de la asignatura ya dejaban adivinar ese interrogante que lo persiguió por
el resto de sus días: ¿por qué América Latina fracasa en la construcción de “Estados
burgueses”? (Zavaleta, 1972). Espectralmente, esa pregunta se proyecta en la escritura
de El poder dual en América Latina. Estudios de los casos de Bolivia y Chile (2011d)8, tanto
como en las clases de “Problemas de la teoría del Estado en América Latina”, dictadas
como parte de la Maestría en Ciencia Política y Sociología de la (FLACSO)-México, y en
artículos como “Notas sobre la cuestión nacional en América Latina” (2013d) y “El Estado
en América Latina” (2013e).

Una de las primeras aproximaciones al problema de las formas estatales en Lo nacional-


popular en Bolivia se produjo a través del concepto de ecuación social. En su análisis
sobre la Guerra del Pacífico se preguntó por qué Bolivia y Perú habían sido derrotados
por Chile. Como en aquel célebre dictum de Clausewitz que decía que “la guerra es la
continuación de la política por otros medios”, Zavaleta señaló que “(…) la política es el
comercio del poder, la guerra es la crisis de la política y la política es la distribución de
la crisis en tanto que la guerra es la violencia del comercio” (Zavaleta, 2013a: 344). La
Guerra del Pacífico fue definida como la del conflicto del excedente, entendiéndolo
como un problema no meramente económico sino político-estatal. La respuesta al
interrogante se encontraba en el resultado de esa ecuación social compuesta por la
relación entre Estado y sociedad civil. La ecuación social, decía Zavaleta, es un índice
de la hegemonía: cuando hay reciprocidad o conformidad entre Estado y sociedad civil,
cuando sus componentes son más homogéneos entre sí, se alcanza el óptimo. Pero
cuando esa relación es de alejamiento, la ecuación social resulta “frustránea”, y en lugar
de producir hegemonía en sentido clásico, es decir, la “(…) transformación de la furia del
oprimido en una parte del programa del opresor” (Zavaleta, 2013ª: 177), lo que se obtiene
es una “hegemonía negativa”.

En el caso de Bolivia, el bajo resultado de su ecuación social estuvo determinado por


el desenvolvimiento invariante de aquello que Zavaleta denominó “paradoja señorial”.
Este concepto remitía a un tipo de clase dominante que “(…) resulta incapaz de reunir
en su seno ninguna de las condiciones subjetivas ni materiales para autotransformarse
en una burguesía moderna, quizá porque es una burguesía que carece de ideales
burgueses o porque todos los patrones de su cultura son de grado precapitalista”
(Zavaleta, 2013a: 153). Se trataba de una burguesía con “cabeza preburguesa” que,
incapaz de producir una ideología de Estado, una mayoría de efecto estatal, devenía en
“burguesía incompleta” (2013f). Sin embargo, el hecho de que ejerciera su dominación
por vía autoritaria y que, por ello, careciera de proyecto hegemónico, no implicaba per
se que no estuviera produciendo algún tipo de hegemonía. De hecho, lo hacía, pero de
manera “negativa”, porque el autoritarismo, decía Zavaleta, también genera creencias.

7
A comienzos de 1973 Zavaleta fue contratado por la ONU para un trabajo que se dividía entre Guatemala y México,
siendo esos los motivos por los cuales el cursó finalmente no se dictó.
8
Para un análisis de la dualidad de poderes en Zavaleta, ver Oliver (2016).

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Pero si la guerra es un “(…) campo de nacionalización ideológica” (Zavaleta, 2013a: 151),


¿cómo podía una clase que era “(…) doblemente no nacional: porque no lo es su proyecto,
porque no lo es tampoco su existencia” (Zavaleta, 2013g: 480-481), asumir como propia
una guerra? En verdad, no podía. Por eso, aquella pregunta que rodeó a “La querella del
excedente” encontró una inequívoca respuesta: Chile triunfó en la Guerra del Pacífico
porque la relación de su ecuación social era más alta que la de Perú y Bolivia. También
por eso pudo realizar algo que los otros dos países no pudieron: internalizar el excedente
económico.

IV.
…nos lleva a la certeza de que todos los conjuntos
del presente no hacen más que traducir la presencia
perturbada o irreconocible de los despojos antepasados
Horacio González, 1999, pp. 211

La tercera propuesta de lectura ofreció la imagen de un Zavaleta historiador de lo


político. Y lo hizo a través de uno de los dos elementos que componen al concepto de
lo “nacional-popular”: las formas estatales. Para no caer en un exceso de estatalismo,
la cuarta propuesta tendrá que partir, forzosamente, del otro elemento del axioma:
la democratización social. La hipótesis de esta cuarta propuesta es la siguiente: Lo
nacional-popular en Bolivia también es un estudio histórico sobre los procesos de
democratización social.

Si se acepta esa hipótesis, se verá que Lo nacional-popular en Bolivia traza un pequeño


desvío frente a la propia obra de Zavaleta. Se trata, en definitiva, de un desvío frente
a sí mismo. ¿En qué consiste? En la introducción de una problemática poco atendida,
o más bien ausente, en sus trabajos previos: la centralidad del sujeto indio. Si bien no
se está ante una “ruptura epistemológica” a la Althusser (1965), la inserción del indio sí
supone un desplazamiento en el sujeto de cambio. Con ello no se está postulando a un
Zavaleta indianista o indigenista, sino el corrimiento del análisis desde el proletariado
minero hacia la alianza obrero-campesina. O mejor, desde la centralidad proletaria
hacia la masa en acción.

¿Por qué y cómo se produce ese desplazamiento? ¿Por qué el sujeto indio comienza a
ser mirado como parte necesaria de todo proyecto de autodeterminación? Cuando en
noviembre de 1979 estallaron las huelgas y las jornadas populares que depusieron la
dictadura de Busch, la tradición indianista en su vertiente katarista ya tenía suficiente
fuerza y protagonismo. Tras esos hechos, la mirada de Zavaleta dejaba de posarse
exclusivamente en el proletariado minero para comenzar a atender las novedades
políticas que emergían con el vigoroso sujeto indígena-campesino. Si “noviembre” fue
referente material, premisa “preteórica” y condición de posibilidad para construir ese
proyecto de narrativa histórica para la autodeterminación que fue Lo nacional-popular
en Bolivia, en términos teóricos fueron los trabajos de Silvia Rivera (1981, 1983) -entre

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otros, claro está- los que produjeron una interesante interferencia en su perspectiva9. El
campesinado ya no era ese sujeto pasivo que con la Revolución Nacional había recibido
una liberación por la cual no había luchado, como había señalado en El desarrollo de
la conciencia nacional, ni tampoco ese sujeto dependiente del aparato estatal de El
poder dual en América Latina. Ahora, el campesinado era reinterpretado a partir de su
identidad india y juzgado como parte necesaria en la conformación de un bloque de
poder con el proletariado minero: “No decimos tan tajante: Bolivia será india o no será,
pero, al menos, entre todos los estatutos de su viabilidad no figura el de un país sin
indios. Lo menos que se podrá hacer es otorgarles un status indiscutible dentro de la
nación” (Zavaleta, 2013a: 305). Porque “(…) nada ocurre en Bolivia sin la participación de
los indios” (Zavaleta, 2013a: 261).

La crisis nacional general del ’79 parecía inaugurar un nuevo “momento constitutivo”
caracterizado por la emergencia de una intersubjetividad democrática tanto como por
la agonía del “Pacto militar-campesino”. A pesar de que la historia terminó por negar esa
hipótesis –recordemos que la derrota de la “Marcha por La Vida” en 1985, con la que el
proletariado minero intentó frenar el decreto de la “relocalización” de los trabajadores,
significó el principio de la larga hegemonía neoliberal-, el análisis de Zavaleta no puede
tacharse de irreflexivo. Para comprender sus observaciones se podría parafrasear lo
que Grüner (2005) dijera de Marx: lo que parecieron ganar las clases populares –y muy
fundamentalmente el proletariado minero- fue la demarcación del terreno para su
emancipación revolucionaria, pero de ninguna manera la emancipación misma.

Por lo menos desde “De Banzer a Guevara Arze: La fuerza de la masa”, su relectura
del sujeto indígena-campesino en la historia de Bolivia supuso el desplazamiento de
la centralidad proletaria a la autodeterminación de las masas, de la “forma clase” a
la “forma multitud”. No se trata de un abandono típicamente posmoderno de la idea
de clase, sino de una disputa con cierto marxismo que asume que la clase obrera se
conforma exclusivamente por su colocación estructural en el acto productivo:
(…) se debería dar por sentado que el marxismo habría reducido la historia,
con una vulgaridad aberrante, a una suerte de destino manifiesto de la
clase obrera stricto sensu o sea de los productores de plusvalía y que, en
consecuencia, el socialismo no habría devenido sino una especie de teoría
del desarrollo económico. Es cierto que, en sus parodias más exasperantes,
lo que podemos llamar el universo político de lo marxista llegó a reducirse
a eso. De hecho, aquel marxismo de ukase negaba casi todo papel en
la constitución del sujeto revolucionario a los sectores oprimidos no
9
Los estudios de Rivera sobre la emergencia del movimiento katarista y los efectos políticos de la estrategia con
la que la Revolución Nacional pretendió desindianizar al indio y transformarlo en campesino, salieron publicados
en dos proyectos editoriales dirigidos y coordinados por Zavaleta. “Memoria colectiva y movimiento popular: notas
para un debate” formó parte del único número de la revista Bases. Expresiones del pensamiento marxista boliviano
y “Luchas contemporáneas en Bolivia: El Movimiento ‘Katarista’, 1970-1980” , que era una anticipación de lo que
luego sería Oprimidos pero no vencidos, apareció en Bolivia, hoy. Para una profundización de la historia que se tejió
en torno de Bolivia, Hoy, recomendamos Dunkerley (2016).

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proletarios, teniendo por ellos a los campesinos, a los marginales, a los asalariados
no productivos y a las mujeres (Zavaleta, 2013h: 597)
En todo caso, antes que algo dado de una vez y para siempre, la clase es una construcción,
una elección consciente que se alimenta de una acumulación en el seno de la clase,
esto es, de la retención en la memoria colectiva, por medio de una selección positiva y
negativa, de las situaciones insurreccionales previas.

El desplazamiento supone una itinerancia y no una desaparición. La centralidad


proletaria sigue presente, pero bajo la forma del efecto de irradiación, que no es más
que la capacidad de una fuerza social para construir unidad hegemónica con los otros
sectores oprimidos:
No puede conocerse sin conocer la sociedad en su conjunto y, por
consiguiente, invadiendo a las clases supérstites, a los grupos no
clasistas en rigor, es decir, practicando su propia irradiación. Lo de la
irradiación (…) como es obvio, se localiza sobre todo en el momento
de la crisis revolucionaria (Zavaleta, 2013i: 389)
En Zavaleta la idea de “multitud” y de “masa” no alude a una alianza de clases
típicamente leninista, sino a un conocimiento social compartido que se forja en una
intersubjetividad construida en las experiencias sociales de autodeterminación
(Antezana, 2009). Los sucesos de noviembre evidenciaron una tendencia de las masas
bolivianas a “(…) rebasar y desordenar un Estado político capaz de oprimirlas, pero nunca
de contenerlas” (Zavaleta, 2013g: 472). La construcción del socialismo dejaba de ser una
tarea exclusivamente proletaria para irradiarse hacia otros sectores populares como el
campesinado-indígena:
(…) la noción del yo o individuo moderno, de la autodeterminación de
lo humano, de la fuerza de la masa como aplicación de una experiencia
ancestral a la eficacia productiva y también histórica, del ejercicio
constante del acto humano, que por tanto es un argumento de la multitud,
todo ello, generará sin duda formas de intersubjetividad o totalización (o
sea que aquí la segunda proposición ha construido a la tercera) que si se
potencian con su autoconocimiento se consuman en un término que se
ha convenido en llamar el socialismo (Zavaleta, 2013a: 223).

Decimos indigenismo y no indianismo, porque las reflexiones de Zavaleta a este respecto fueron mucho más
próximas a propuestas como la de José Carlos Mariátegui que a las de Fausto Reinaga. En Lo nacional-popular en
Bolivia, esa contraposición fue expuesta a través de los proyectos de Tupak Amaru y Tupak Katari. Julián Apasa
–Katari- encarnaba un proyecto radical, “milenarista”, “militarista” y “etnocéntrico”, cuya fiereza y violencia lo
tornaban impracticable. Según Zavaleta, este proyecto demostraba que lo que es eficiente en lo militar no lo es
necesariamente en lo estatal, esto es, no siempre es hegemónico. Por su parte, Gabriel Condorcanqui –Amaru-
representó una línea campesina o “ecuménica”, que le hablaba a todo el pueblo y no sólo al indio. Amaru tenía un
programa unificador con el cual se aspiraba a interpelar incaicamente a toda la sociedad, teniendo por centro al
indio. Se trataba de un proyecto “(…) muchísimo más temible porque contenía el proyecto concreto de abolición
del sistema señorial en la forma en que había existido” (Zavaleta, 2013a: 215). En suma, para la construcción de una
voluntad nacional-popular, Amaru representaba una fuente más legítima porque la relación entre programa y
factualidad era mucho más estrecha que en Katari.

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La autodeterminación de las masas fue leída como es ese resto que asedia al Estado
“aparente” y a la nación falaz. De ahí que la nación socialista se transforme en el proyecto
de los excluidos de la nación incompleta. De alguna manera, Zavaleta comprendía que
en Bolivia ya no se podía ser marxista sin ser, también, indigenista.10 Y viceversa.
V.
Yo percibo en el “Pierre Menard…” de Borges una veta más
literaria. A mi entender, lo que el cuento plantea es una
formulación colosal de lo que toda lectura implica: apropiarse
en cierta manera del texto leído, de modo que, siendo el mismo,
exactamente el mismo, parezca convertirse en otro, llegue a
ser efectivamente otro. Así resulta que todo lector es en cierta
forma un autor, creador del texto que lee Martín Kohan, 2017
Martín Kohan dice que escribir es reescribir, porque “(…) se escribe a partir de lo que se
lee. La invención no es sino transformación, intervención en lo ya existente, lo nuevo no
se produce sino volviendo sobre la tradición, trazando en ella un desvío” (Kohan, 2017).
Como señala el epígrafe de este acápite, el acto de la lectura es también un acto de
apropiación, donde el texto original se vuelve otro. La lectura aquí refiere a los textos,
pero también a la realidad política. Es en ese sentido que debe leerse la hipótesis con la
que finalizaba la cuarta propuesta de lectura: Zavaleta sabía que en Bolivia no se podía
ser marxista sin ser indigenista. Porque él también conocía esa insistencia de Grüner:
“(…) el marxismo, por sí solo, no basta para explicar la historia. El mejor marxismo lo supo
siempre. El mejor marxismo –los mejores marxismos, puesto que hay tantos- nunca
fueron solamente marxismo” (Grüner, 2005: 13). Entonces, ¿en que tradición de los
marxismos se inscribe la obra de Zavaleta en general y Lo nacional-popular en Bolivia
en particular? ¿En qué tradición se inscribe una escritura?

Por lo general, Zavaleta es ubicado al interior de la siempre esquiva y compleja tradición


marxista latinoamericana. Esa colocación, que, como todas, es política, tiene por objetivo
disputar el legado de su obra: se afirma su marxismo para negar su nacionalismo
revolucionario, como si allí hubiera algo pérfido, algo que es necesario de expulsar fuera
de la vista. No es difícil advertir que para ese marxismo ese “algo” es el huidizo problema
de la nación, ese que Zavaleta definió como la “(…) centralidad explicativa de la Bolivia
de este tiempo” (Zavaleta, 2013a: 170) y que junto con la clase y el Estado conforman
“(…) los grandes eventos de la época” (Zavaleta, 2013a: 225). Pero como dijera Horacio
González sobre John William Cooke, Zavaleta “(…) con este concepto, mostraba no ser
un intelectual de la nación o de un proyecto jacobino estatal, todo lo quimérico que
fuese (…) [porque] es un intelectual de exilios, vive desestatizado y sin lengua específica.
Su lengua es la del sujeto agonal revolucionario” (González, 1999: 383).

En un diálogo con Ricardo Piglia, Juan José Saer se preguntaba: “¿Por qué definir la
tradición a priori con una serie limitada, y tener que elegir una sola cuando tenemos
a nuestra disposición muchas series que podemos aprovechar y pueden ayudar a

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enriquecernos?” (Piglia, 2015: 33). La historia de las lecturas con las que Zavaleta tejió la
trama de Lo nacional-popular en Bolivia tal vez sirva para pensar otra colocación de su
obra. Una que no sea antagónica con su ubicación al interior del marxismo, sino que pueda
leer en sus pliegues la presencia de otras tradiciones. En Lo nacional-popular en Bolivia
Zavaleta lee a través de un conjunto de tríadas: Walter Guevara Arze, Carlos Montenegro
y Augusto Céspedes; Gabriel René Moreno, Alcides Arguedas y Franz Tamayo; Guillermo
Lora, Tristán Marof y Marcelo Quiroga Santa Cruz; Ernesto Ayala Mercado, Sergio
Almaraz y Luís Antezana; Ramiro Condarco Morales, Fausto Reinaga11 y Silvia Rivera;
Marx, Lenin y Gramsci 12; Clausewitz, Foucault y Althusser; Hegel, Tocqville y Marc Bloch;
E. P. Thompson, Toynbee y Tulio Halperín Donghi; Weber, Durkheim y Habermas; Ernst
Bloch, Karel Kosik y Paul Barán; Mariátegui, Aníbal Quijano y André Gunder Frank. Esas
lecturas, con las que Zavaleta volvió otros a los textos originales, muestran la presencia
de tradiciones superpuestas, como la nacional, la latinoamericana y la europea. Y al
interior de cada una aparecen otras como el nacionalismo revolucionario, el marxismo,
la historia, la sociología, la política y el ensayo.

Frente a todas ellas, Zavaleta traza desvíos. Se instala en la tensión entre una teoría
universal (el marxismo) y una teoría local (el nacionalismo revolucionario) y de ese
modo las reinventa (Giller, 2016b). Dicho con sus propias expresiones: hay en su obra
una “centralidad” marxista que se “irradia” hacia otras tradiciones y que hace surgir
lo que Tapia (2002) llamó proyecto de nacionalización del marxismo. Y es ahí cuando
aparece el mejor Zavaleta, el analista de lo político, el intelectual que sale del mundo
de las abstracciones y las tranquilizadoras taxonomías para poner en movimiento su
propia acumulación político-intelectual.

Decía Saer que el hecho de que la tradición nacional se enmarqué en un “(…) ámbito
lingüístico, histórico, social” (Saer en Piglia, 2015: 32) no implica, necesariamente,
aceptar el inmovilismo o la eterna repetición temática. Porque una tradición nacional
es la disputa interior entre varias tradiciones nacionales, pero también, es el modo de
apropiación de los textos extranjeros. Zavaleta, que también podría ser colocado en la
larga tradición de la ensayística boliviana, nada de un modo diferente las mismas aguas
que Gabriel René Moreno –en su opinión, el más grande de los escritores bolivianos- y
Alcides Arguedas, Franz Tamayo y Fausto Reinaga, Jaime Sáenz y Tristán Marof.

En suma, Lo nacional-popular en Bolivia se inscribe en esa tradición de los marxismos


latinoamericanos que no hace sino buscar los restos dispersos e irredentos de las fuerzas
nacional-populares en el pasado nacional, aquellos que fueron ocluidos por la historia
oficial. Como dice Horacio González (1999) que hace Lévi-Strauss en El pensamiento
salvaje, se procede reutilizando los residuos de acontecimientos para fabricar nuevos
objetos y sujetos culturales y políticos.

Un análisis de las relaciones entre Zavaleta y Reinaga se encuentra en Viaña (2016).


11

Para ver las resonancias de Marx, Lenin y Gramsci en Zavaleta, recomendamos Tapia (2016), Concheiro (2016) y
12

Ouviña (2016) respectivamente.

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VI. Pero al volver a mirar esos escritos comprendí demasiado bien


aquello que expresaba Bourdieu al decir que un libro cambia
por el sólo hecho que no cambia mientras el mundo cambia…
Oscar Terán, 1995

Tesis doctoral que se niega a sí misma, lectura de la incompletitud desde la falta, libro
de historia de lo político, “fuerza de la masa” como desvío al interior de la trayectoria de
Zavaleta y escritura inscripta en el universo de los marxismos. Esas fueron, hasta aquí,
las propuestas de lectura de Lo nacional-popular en Bolivia. Resta, entonces, formular
la última y más obvia de ellas: la lectura que se pregunta por su actualidad.

Cualquier pregunta por la actualidad no puede desatender el hecho de que el momento


de producción y recepción de una obra no siempre es coincidente. O mejor, para evitar
cualquier proposición de pasividad asociada a la idea de recepción: lo que no siempre
es concurrente son las condiciones de producción de una obra y las condiciones
de producción de la lectura de una obra. Si esto es así, en publicación póstuma esa
coincidencia será siempre frustrada. En el caso de Lo nacional-popular en Bolivia, ese
corte es demasiado evidente como para que pueda ser soslayado. Probablemente
escrito entre 1983 y 1984, el libro se puso en circulación en 1986. Es decir, entre la
escritura y la publicación se produjo el decisivo y fatídico 1985, el de la profundización
del neoliberalismo y la derrota del movimiento minero en la Marcha por la Vida. Entre
un momento y otro se produjo, para decirlo con Zavaleta, el nacimiento de un nuevo
“momento constitutivo” en la historia de Bolivia. Por lo que la lectura que se hubiese
hecho de esta obra –pero también la lectura que hubiese hecho esta obra- en 1984, antes
de que cayera la noche neoliberal, no podría ser nunca la misma que en 1986. Y eso, en
rigor, vale para cualquier época. Así, los peligrosos y apáticos tiempos neoliberales en los
que un Luis Antezana (1991a; 1991b) realizaba el primer acercamiento profundo a la obra
de Zavaleta no podían reclamar la misma clase de lectura que los años de esperanzas,
movilizaciones y revueltas populares que rodearon la escritura de un Luis Tapia (2002).
De igual modo, la manera de leer a Zavaleta hoy tampoco puede ser coincidente con
esos dos momentos. Porque el presente –cualquiera este sea- siempre tiene sus propias
urgencias.

¿Qué significa, para una obra del pasado, estar en el presente? La primera tentativa de
respuesta debería comenzar por su productividad para pensar e interrogar el tiempo-hoy,
sin que ello implique una exclusiva búsqueda del enigma de nuestro tiempo en los textos
del pasado. ¿Cómo leer, entonces, los textos del pasado? Una contestación aproximada
a este interrogante puede estar en el empleo de dos cuestiones metodológicas
aparentemente contradictorias: de un lado, la lectura que pretende ceñirse al contexto
de producción, esto es, al estudio y comprensión de las condiciones de posibilidad de
emergencia de un tipo de discurso teórico-político; del otro, la que asume que la lectura
también se produce en un contexto determinado, el cual condiciona los modos en los

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que se lee. Dicho de otro modo: la lectura que asume que el presente modifica la lectura
de los textos del pasado, pero también, como ya se dijo, que el propio ejercicio de la
lectura transforma esos mismos textos hasta volverlos otros.

Con Lo nacional-popular en Bolivia, Zavaleta nos lega la incomodidad de la pregunta por


el secreto de nuestra época, por los grandes hombres en los que ella se reconoce, por
sus momentos constitutivos, por las premisas ideológicas del Estado, por los problemas
de la nación y los grandes problemas nacionales, por cómo construir una profunda y
decisiva relación entre autodeterminación y democracia; en suma, nos deja el siempre
perentorio interrogante sobre cómo descubrir y realizar el socialismo en los actuales
tiempos latinoamericanos.

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¡BOLIVIA DE PIE!

Revista Digital N° 4
¡BOLIVIA DE PIE!

ÉDGAR “HURACÁN” RAMÍREZ (1946-2021). LÍDER


CONSECUENTE, SOBREVIVIENTE DEL PLAN CÓNDOR
Por: Luis Oporto Ordóñez

Hoy nos informaron de la devastadora noticia que da cuenta del deceso de Edgar
“Huracán” Ramírez, el último dirigente histórico de la gloriosa Federación Sindical de
Trabajadores Mineros de Bolivia. El compañero, amigo, camarada, maestro y defensor
de la minería nacionalizada y de los recursos naturales de Bolivia, sucumbió a la Covid-19,
luego de una lucha denodada en una batalla que perdió frente a la Parca.

En noviembre de 2019, el ing. Joaquín Orlando Andrade, circunstancial presidente de la


Comibol del gobierno de facto de Jeanine Añez ordenó su despido. Personalmente aquel
funcionario llevó el agraviante memorándum, satisfecho de ser él quien destituyera al
legendario líder minero. De inmediato se desarrolló “la batalla por los Archivos”, que
desplegó la combativa hueste archivística del Archivo Histórico de la Minería Nacional
en particular secundada por los archivistas de Bolivia en general, con una contundente
campaña mediática que sacudió los cimientos del régimen golpista que se vio obligado
a ordenar la reposición de Edgar Ramírez en el cargo de Director del Sistema de Archivo
Minero.

UNA TRAYECTORIA DE LUCHA SINDICAL CONSECUENTE

Dirigente sindical minero, político de izquierda y archivista. Nació en Potosí el 28 de


octubre de 1946. Estudió hasta quinto de primaria en la Escuela “Alonso de Ibáñez”, en

Revista Digital N° 4 111


ÉDGAR “HURACÁN” RAMÍREZ (1946-2021).
¡BOLIVIA DE PIE! LÍDER CONSECUENTE, SOBREVIVIENTE DEL PLAN CÓNDOR

Potosí (1952-1960). Para apoyar a su familia tuvo que trabajar a temprana edad como
sastre (1960). Después ingresó a la COMIBOL, como peón de interior mina en la Empresa
Minera Unificada de Potosí (1969); fue apresado y despedido (1971), reincorporado en
1973. Se desempeñó como “carrero” de interior mina (1973) y perforista en la Sección IV
Kéller (1974-1985).

Fue delegado de interior mina (1974) y secretario general del Sindicato de Unificada
(1976-1978). Pasó a la Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia, en la que
ocupó las secretarías de Prensa (1978), Cultura (1980), Organización (1982), Relaciones
(1986) y Secretaría General (1988-1994). Organizó el Programa de Abastecimiento
Minero, especie de pulpería sindical para paliar el cierre de pulperías y abastecimiento
de víveres en las minas nacionalizadas (1988) como consecuencia del DS 21060 del
29 de agosto de 1985. Militante (1960) y dirigente nacional de la Juventud Comunista
de Bolivia (1966). Su trabajo político motivó su detención durante el régimen del Gral.
Barrientos (1967), saliendo al exilio a Londres, Inglaterra. Fue reincorporado a su fuente
laboral con la amnistía de enero de 1969, pero fue nuevamente detenido en septiembre
de 1971, durante el régimen del Cnel. Banzer, por lo que fue desterrado a las islas del
sur de Chile (1976). La Cruz Roja Internacional y ACNUR lograron gestionar su asilo en
Ámsterdam, Holanda (1977).

SOBREVIVIENTE DEL PLAN CÓNDOR.

Es uno de los sobrevivientes del Plan Cóndor. Permaneció en la clandestinidad en


Bolivia después del golpe de Estado de 1980 junto a otros siete dirigentes, para dirigir
la Federación de Mineros Clandestina. Fue primer secretario del Comité Regional de
Potosí, miembro del Comité Central y de la Comisión Política (máxima dirección) del
Partido Comunista de Bolivia, del que fue expulsado el 9 de noviembre de 1982, pues
no estaba de acuerdo con la estrategia de la Unidad Democrática y Popular (UDP) que
buscó apoyo en la correlación de fuerzas en un parlamento adverso, planteando más
bien el apoyo en la correlación de fuerzas del pueblo, como sustento social del gobierno
del Dr. Hernán Siles.

El régimen neoliberal trató de doblegar la resistencia del máximo líder sindical del país
enviándolo como “sereno” a una inexistente Empresa Minera Mutún en Santa Cruz
(1998), donde contrajo una enfermedad hepática crónica. El régimen buscó humillarlo
con cargos de “barredor”, “secretario” (en la agencia de COMIBOL en Tupiza) (1999),
“estibador” (q’epiri) en los almacenes generales de COMIBOL-Oruro y Almacenes de
COMIBOL-El Alto (2000), pero consecuente con sus ideales y principios no se doblegó y
defendió los intereses de los trabajadores y de la patria.

Inclaudicable en su lucha por la defensa de la minería nacionalizada, integró la Comisión


Codificadora del Código de Minería (1986-1987), fue coordinador del equipo técnico de
la FSTMB para el Proyecto de Rehabilitación de la COMIBOL, conformado por gerentes

Revista Digital N° 4 112


ÉDGAR “HURACÁN” RAMÍREZ (1946-2021).
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de 14 empresas mineras de COMIBOL (1991). Con Víctor López buscó financiamiento


para rehabilitar la COMIBOL en Bélgica, Holanda, Francia, Italia, Suiza, Suecia, Noruega,
Dinamarca, Alemania e Inglaterra y se entrevistó con Yasser Arafat y los ministros de
Finanzas y del Trabajo de la Organización para la Liberación de Palestina en Túnez (1991).
Renunció a la secretaría general de la FSTMB, reincorporándose a sus bases (1995). Fue
secretario ejecutivo de la Central Obrera Boliviana (1996), a la que renunció en 1997. Su
actividad política fue intensa, siempre en el ojo de la tormenta. Afirma: “No fui víctima
de violencia política porque siempre fui conspirador contra las dictaduras, por lo que no
solicité el resarcimiento económico que fija la ley del 11 de marzo de 2004. Solo cumplía
con mi deber, mi obligación con las bases que me eligieron”. Por esa misma razón no se
acogió, en 1987, a los beneficios extralegales del “tres por uno”, con los que el gobierno
neoliberal de Paz Estenssoro cooptó a la dirigencia sindical y liquidó al movimiento
minero revolucionario de Bolivia. Fue uno de los pocos dirigentes mineros, junto a
Víctor López, que no aceptó los extralegales con las que el neoliberalismo, destruyó
la organización sindical de la clase obrera. Por eso miraba con altura a los “dirigentes”
mineros que se acogieron a la relocalización con los bonos“extralegales”, financiados
por el Banco Mundial.

UN AUTODIDACTA COMUNISTA

A pesar de haber estudiado solo la primaria, es un notable intelectual autodidacta


con proverbial dominio sobre política minera, historia política, social y sindical de
Bolivia y Latinoamérica. Participó en reuniones y congresos de sindicatos mineros
internacionales en Suecia-Kiruna (1988), Ginebra (1990), Checoslovaquia (1985), Egipto
(1989), Perú (1992), Colombia (1989), Ecuador (1993), y en la Asamblea Anual de la
Organización Internacional del Trabajo (1997). Disertó en sindicatos e instituciones del
Perú, Ecuador, Colombia y Venezuela. Fue docente de la Universidad Nacional Siglo XX
de Llallagua (1995), conferencista en la UMSA (La Paz), UTO (Oruro), Tomás Frías (Potosí)
y San Francisco Xavier (Sucre) y en temas sindicales en la Federación de la Prensa, de
Maestros Rurales, Centrales Obreras Departamentales. Es autor de “Fundamentos
teóricos y realidad histórica de la cogestión obrera en COMIBOL” (1986); Estrategia de
dominación imperialista. Un ensayo inicial (1997), “Movimiento sindical y neoliberalismo”
(1998), “Neoliberalismo y movimiento sindical en Bolivia” (1999), “El decreto del despojo y
la dependencia”. Movimientos sociales e instituciones locales y nacionales reconocieron
su obra. Los sindicatos mineros de Catavi y Siglo XX le confirieron el Diploma por la
Defensa de las Minas Nacionalizadas (1989), la Alcaldía de Potosí lo declaró Hijo Grato
(1993), la Alcaldía de El Alto lo condecoró con la presea Prócer “Bartolina Sisa” en Mérito
al Servicio Cívico Personal (2008) y la Asamblea Legislativa Plurinacional le otorgó la
condecoración Orden Parlamentaria al Mérito Democrático “Diputado Marcelo Quiroga
Santa Cruz”, por “su aporte y vocación de servicio inconmensurable en defensa de la
democracia de Bolivia” (2010) y el Gobierno Municipal de La Paz le confirió la “Tea de
la Libertad”, por su obra en el rescate de la documentación minera (2015). El escultor
Ramiro Luján inmortalizó la trayectoria de Ramírez, Víctor López, Juan Lechín, Domitila

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de Chungara y César Lora, en la plaza del Minero de Villa Santiago II (El Alto).
LA BIBLIOTECA Y EL ARCHIVO COMO INSTRUMENTOS PARA LA REVOLUCIÓN Y EL
DESARROLLO

Cultivó una biblioteca especializada en ciencias sociales y políticas, que sobrepasan


los 8.000 ejemplares. En 1980 gestionó el salvamento de tres murales y seis cenefas
que Miguel Alandia Pantoja pintó en 1958. Su faceta archivística ha sido igualmente
descollante: impulsó la creación del Sistema de Documentación e Información Sindical
(SiDIS), proyecto que logró reconstruir el Archivo de la FSTMB; rescató el Archivo de la
Compañía Aramayo Franke y la escasa documentación de COMIBOL en Tupiza (1998). A
fines de los 90s fue enviado por la administración neoliberal de la Comibol a la sección
de Almacenes, con el propósito de humillar al más grande líder obrero, replicando el
método que emplearon en el Mutún y en Tupíza. Su mayor proeza archivística es la
titánica labor de salvataje de la documentación histórica de la COMIBOL, que fue la
base para la creación del moderno Archivo Histórico de la Minería Nacional, avalado
por DS 27490 del 14 de mayo de 2004. Fue el director del Sistema Nacional de Archivo
de la COMIBOL. En las postrimerías del gobierno de Evo Morales fue designado
vicepresidente de la Comisión de la Verdad, un cargo honorífico por el cual no percibió
ninguna suma de dinero. Fue la condición que puso para asumir esa responsabilidad.
El Archivo de la Comisión de la Verdad, se encuentra en la Biblioteca y Archivo Histórico
de la Asamblea Legislativa Plurinacional, por mandato legal. Su última función pública,
junto de Nila Heredia, fue entregar el Informe de la Comisión de la Verdad, en la que
se encuentra la historia de las dictaduras militares desde 1964 a 1982. Paz en su tumba.
Gloria al compañero Edgar “Huracán” Ramírez. Hasta la victoria siempre.

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EL SINDROME DE DOÑA FLORINDA:


PROLETARIOS QUE SE CREEN OLIGARCAS EN BOLIVIA
Por: Salinas M. Eduardo

Día a día veo, leo y escucho con incrédula y sorprendida atención, comentarios de la gente
que seguramente se replican a lo largo y ancho del territorio nacional, (sin generalizar),
pero estos comentarios provienen de algunas personas de una clase social media y baja
en especial; comentarios despectivos como: “ese indio”, “que se cree esa gente igualada”,
etc.

En una coyuntura política, la cuestión va empeorando ya que esas expresiones van


tomando un tinte mucho más despectivo y va cargado con un buen porcentaje de
odio. No podemos negar que esos comentarios provienen en primer lugar de personas
con una relación laborar de dependencia, es decir de servidores públicos estatales y
funcionarios de empresas privadas; así mismo de personas de clase baja que pertenecen
al proletariado y con rasgos o ascendencia indígena que es lo peor.

¿Negación a su clase social?, ¿Odio y resentimiento a su clase?, ¿Falta de identidad de


clase?, ¿Negación de sus orígenes?, ¿Cómo podemos explicar este fenómeno social?

En 2015 el argentino Rafael Ton, publica un ensayo titulado “El síndrome de Doña Florinda”
que nos ayuda en parte a comprender este fenómeno y que incluso, fue utilizado por el
ex presidente Rafael Correa en varias intervenciones:

https://youtu.be/RfiaEQtcfgQ

Ton, Inspirado en la serie mexicana “El chavo del ocho”, realiza una analogía de los
personajes y la sociedad de su contexto, que casualmente se equipara con las sociedades
latinoamericanas y obviamente la nuestra, al momento de describir sus actitudes sacando

Revista Digital N° 4 116


¡BOLIVIA DE PIE! EL SINDROME DE DOÑA FLORINDA

las siguientes conclusiones:

• Estas personas, porque tienen algo más de dinero se creen superiores al resto que es
la “chusma” menospreciando a los demás incluso su actividad laboral (don Ramón y
sus trabajos)

• Prefiere que el chavo siga viviendo en un barril y se molesta si éste pretendería


superarse ya que constituiría una competencia para ellos.

• Se sube a un púlpito que ella (Florinda) solo lo ve y carece de reconocimiento cultural


ya que es solo una más “del montón”, pero cuando mucho con algo más de dinero.

• Educa a su hijo de la misma manera ya que no puede ver feliz a los demás (chavo) y
por eso va por juguetes nuevos y busca la pelota cuadrada queriendo demostrar que
es superior; existen muchos Kikos en el país, Luis Fernando Camacho y Tuto Quiroga
son los que se me vienen a la mente.

• Florinda vive de una pensión de viudez que le dejo Federico y alquila en una vecindad,
no pertenece a una clase alta, solo aparenta.

• El chavo representa a las clases más desposeídas que todos quieren, pero no hacen
nada por él y en algunos casos lo juzgan y lo desprecian.

• Seguramente vota por gente que no representa su clase social, sino por oligarquías
y élites queriendo reflejar cierta identidad con ellos y creer que son iguales,
apoyándolos. Los policías de origen indígena que cortaron la Wiphala (símbolo patrio
constitucionalizado) son también personas sin identidad social añorando el retorno
del republicanismo que los excluía:

https://youtu.be/VPDoCKsdWOk

• Doña Florinda ve novelas en la tv, en consecuencia, nos hace presumir que se


adoctrina mediante los medios de comunicación y solo repite lo que escucha, ve y
oye, no investiga.

• Don Ramon no tuvo oportunidades económicas ni sociales - es de clase baja-, pero


siempre intenta buscar cosas nuevas actividades (ropavejero, vendedor de paletas,
de globos, etc.) a lo cual las Florindas y Florindos desprecian.

• Barriga representa al capitalista “compasivo” (así lo conceptualiza y Correa además


lo llama “gente de bien” lo que para nosotros seria “gente bien”), aunque no está en
una escala muy alta, pero de vez en cuando le da al pobre Chavo una torta de jamón.

• Jirafales representa a la oportunidad de estabilidad que busca Florinda, seguramente


sabe que sin su renta estaría perdida.

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¡BOLIVIA DE PIE! EL SINDROME DE DOÑA FLORINDA

Como mencionamos al principio, éste ensayo nos da muchas luces para poder comprender
las actitudes de ciertas personas en referencia a su propia clase social, incluso negando
sus orígenes y quizá exteriorizando su frustración.

- Describe a un sector de la clase media latinoamericana.

- El pobre tiene la idea de estar por encima de otro pobre.

- Están convencidos de estar por encima de los demás (ilusión).

- Si viene un gobierno que ayuda al pobre, esta clase se alarma ya que vera competencia
en ellos y ya no podrá destacarse por lo que no permite que esa clase progrese.

Por las redes sociales escriben de todo y es una vía de expresión de odio y frustración
de las Florindas y Florindos existentes, que generalmente lo hacen desde cuentas falsas,
trolls y bots, por el miedo que se los identifique publicando insultos irónicamente a gente
de su misma clase social.

Tienen una doctrina de que “lo de afuera es mejor”, consumen y “visten fino” pero a
crédito en especial en los bancos e instituciones que les brinda un trabajo asalariado
formal, o con ropa americana adquirida de la feria. En las fiestas pagano-religiosas,
personas que se prestan del banco solo para aparentar y pasar el “preste” o traer a un
grupo internacional que anime su fiesta, para luego estar en la ruina económica, claro,
eso solo lo saben ellos. Asalariados que piensan que son capitalistas tan solo por tener
algo más de ingresos, a lo que denomino “capitalistas sin capital”.

Piensan y se creen lo mejor, por ejemplo, el caso de las vacunas que los privados tenían
la intención de comprar solo para “su sector” y debían ser de la mejor marca y más cara,
por que no se vacunan con las de la chusma; no les interesa la historia de su país, no tiene
cultura política, es perezoso a la lectura y aficionado a la tv basura y a los memes.

Los políticos, saben muy bien todo esto y sacan provecho de la situación, con el afán de
dividir a las clases y lograr adhesiones que podrían favorecerle, quizá es por eso que un
pobre vota a la derecha. En fin, es un tema muy interesante para profundizar y usted,
¿Conoce a alguna Florinda o Florindo en su medio laboral y social?

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¡BOLIVIA DE PIE!

CONCEPTUALIZACIONES URGENTES DESDE LOS


FEMINISMOS PARA LA CRISIS POLÍTICA: CAPITALISMO,
INTERSECCIONALIDAD Y SORORIDAD
Por: María José Gordillo Kempff 1
Últimamente he apreciado que se han dado discusiones sobre los enfoques de los
feminismos plurales en Bolivia que tienen tendencias a la desinformación. Por lo que
me ha surgido la necesidad de contribuir con aclaraciones cortas sobre conceptos,
específicamente los de capitalismo, interseccionalidad y sororidad para tener discusiones
ideológicas más claras en el feminismo boliviano.

El primer concepto sería el capitalismo. Este es un sistema económico que se base en la


acumulación de capital desmesurada por medio de los dueños y dueñas de los medios
de producción, todo a costa de la explotación de la mano de obra de la clase obrera y
campesina. Este sistema económico que permea todas las relaciones de producción se
opone principalmente a la economía de subsistencia.

Es importante aclarar que el capitalismo no es lo mismo que comercio, intercambio de


bienes y servicios, y peor aún, no es lo mismo que producción a baja escala. El capitalismo
es un sistema que —facilitado por el Estado— prioriza la producción a gran escala, la
formación de monopolios y tiene de síntomas la precarización laboral, la división desigual
del trabajo y la precarización del mismo.

Por ende, cuando se hace una crítica al sistema capitalista desde los feminismos, no
se hace una crítica a las mujeres emprendedoras (de pymes por ejemplo), o peor a las
que por la precarización de la vida necesitan inventarse maneras alternativas de generar
ingresos para sostenerse a si mismas, a sus familias y/o comunidades.

En ese sentido, el segundo concepto que quiero aclarar —la interseccionalidad— es una
categoría de análisis muy útil porque cuando se la aplica se contemplan las opresiones
sociales al mismo tiempo y se entiende que hay complejidades (por ejemplo, el cruce
entre opresiones de género, clase, etnicidad, sexualidad, etc.) Así se rompe con la idea de
que todas las mujeres son igual de violentadas por el sistema patriarcal.

Cuando hablamos de interseccionalidad tenemos que aceptar que el género no es una


categoría pura y universal que pueda aglutinar a todas las mujeres bajo las mismas
luchas contra el sexismo. Puesto que para luchar contra la opresión de todas las mujeres,
se tiene que luchar contra todos los sistemas de dominación al mismo tiempo.

Esto significa que todas las mujeres sufren de violencia patriarcal, pero en distintos niveles
y con distintos matices. Las cuestiones de clase y etnia son específicamente importantes

1
María José Gordillo Kempff es boliviana y licenciada en Estudios de Género y Diversidad. Actualmente se encuentra
realizando la maestría en Estudios Latinoamericanos Interdisciplinarios en la Universidad Libre de Berlín.

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CONCEPTUALIZACIONES URGENTES DESDE LOS FEMINISMOS PARA LA
¡BOLIVIA DE PIE! CRISIS POLÍTICA: CAPITALISMO, INTERSECCIONALIDAD Y SORORIDAD

de entender, especialmente en un país con una historia de colonialismo y con una fuerte
preponderancia del racismo como es Bolivia.

Por consiguiente, tener una perspectiva interseccional es entender estas complejidades


y no poder reducir todas las opresiones como si estas fueran causadas por el patriarcado
únicamente. La interseccionalidad jamás será reduccionista, y es un instrumento útil y
necesario para el feminismo contemporáneo, especialmente para los feminismos que
lucha por las reivindicaciones sociales y populares desde el Sur del Mundo.

Para cerrar, el último concepto sería el de la sororidad, el cual se vuelve un concepto que
suele ser vaciado de contenido y utilizado para seguir las reglas del sistema eurocéntrico,
racista y capitalista cuando no se contemplan las opresiones desde una perspectiva
interseccional. Me gustaría especialmente resaltar que el feminismo ampliamente
burgués y privilegiado puede utilizar la sororidad como una herramienta para encubrir o
justificar agresiones, violencias u opresiones porque las que las ejecutó es una mujer. En
ese sentido, existe una necesidad de feminismos más politizados e interseccionales para
hacerle frente a todo el entramado de dominaciones que violentan a todas las mujeres:
y para finalmente, no seguir perpetuando más opresiones en nombre del “feminismo”.

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¡BOLIVIA DE PIE!

Revista Digital N° 4
¡BOLIVIA DE PIE!

LA ALIANZA ENTRE EL PACHAMAMISMO Y LA ULTRA


DERECHA
Por: Felipe Kohler 1
La alianza entre el pachamamismo y la ultra derecha en el país toma dinámicas sin
precedentes, después del perfilarse Yaku Pérez como el candidato predilecto del
anticorreísmo. Tras la candidatura de Pérez confluyen posiciones y sujetos políticos
antagónicos, los cuales parecen articularse alrededor de la identidad anticorreísta, y la
fuerza movilizadora tras el pachamamismo fascistoide, el cual ha cooptado a grupúsculos
sectarios de la pseudoizquierda ecuatoriana.

Las élites empresariales se alían con el pachamamismo oenegero, el cual lleva más de
cuatro décadas cooptando movimientos sociales en el Ecuador. La agenda dictada desde
Washington e impuesta por estos movimientos, representa uno más de los tentáculos de
poder del imperialismo yanqui. El imperialismo bien podría dar su segundo golpe político
institucional en el Ecuador en cuatro años, después de la injerencia y la colocación de
Lenín Moreno en el poder. En caso de una victoria de Pérez, se impondría un proyecto
político ideado desde el gran vecino del norte, y aupado por los representantes de las
agencias de inteligencia estadounidenses en el país. Recordemos también el golpe de
Estado en Bolivia, orquestrado con el apoyo implícito de EE.UU., por medio del rol de la
OEA. Este mismo golpe fue aupado y celebrado abiertamente por Yaku Pérez.

La llegada de Pérez como el candidato “alternativo” que se disputa el Ejecutivo frente al


progresismo es una jugada maestra de la ultra derecha continental y nacional: posicionar
una figura que relatan cómo “de avanzada” como la de Yaku Pérez, que representa un
proyecto pseudoecologista, con un manto que aparenta el cuidado de la naturaleza.
Sectores fascistoides pretenden enunciarse desde el ecologismo, al esencializar y
tergiversar la identidad y cosmovisión indígena, desde la pureza racial. Grupos neonazis en
Europa hace décadas que han utilizado ONGs ambientalistas para encubrir sus acciones
y organizaciones. Los grupos de poder en torno a la maquinaria imperialista, han logrado
desarrollar e identificar ámbitos que puedan instrumentalizar para ser cooptados, como
el feminismo y el ecologismo liberales. Los movimientos de juventudes democráticas y
su creación de cuadros, aupados por ONGs como el National Endowment for Democracy,
produjeron personajes de la talla de Juan Guaidó, y entre sus filas, también figura el
personaje de Yaku Pérez.

El ecologismo sin marxismo, siempre será jardinería, ya que no reconoce la problemática


estructural detrás de la depredación a la naturaleza. Por su parte, la lógica intrínseca
del ecologismo liberal, intenta justificar las lógicas del capitalismo, y ahora al personaje
político de Yaku Pérez. Cuando detrás del apoyo al supuesto proyecto indigenista, se
encuentra a banqueros, oeneges con agendas impuestas, e incluso el potencial de

1
Artículo cedido por el autor aparecido originalmente en la Revista Crisis

Revista Digital N° 4 123


¡BOLIVIA DE PIE! LA ALIANZA ENTRE EL PACHAMAMISMO Y LA ULTRA DERECHA

captar el voto fascista de hispanistas y supremacistas blancxs, y la oligarquía local; y en


la misma medida el apoyo de sectores de la ultra izquierda, el discurso debería entrar
en tela de duda de inmediato. El hilo que unifica todas estas enunciaciones políticas,
termina siendo el anticorreísmo, discurso e identidad política hegemónica durante los
últimos cuatro años de gobierno de Moreno.

Ante la carencia de una creación de sentidos y sujetos políticos con raíz ideológica, y la
descontextualización de las luchas y reivindicaciones históricas, con una visión carente
de horizonte histórico, un candidato como Yaku termina siendo atractivo en términos
políticos. En una suerte de “final de los tiempos”, con las crisis múltiples provocadas por
el capitalismo, entre las cuales constan la ecológica, la social y política, además de la crisis
humanitaria de la pandemia del Covid-19, se multiplican también los personajes que se
disfrazan como profetas.

Estos mismos intentan posicionar un discurso superficial y supuestamente antisistema,


para cooptar identidades políticas para su beneficio, para sostenerse en el rol de pagos de
agencias injerencistas. Pérez, el cual niega la existencia de una derecha y una izquierda,
pretende representar la integración capitalista de las nacionalidades indígenas en las
lógicas de mercado, y continuará con la subyugación total al imperialismo yanqui. Con
la diferencia de que esta vez el injerencismo se justifica desde el propio Movimiento
Indígena.

Así, el capitalismo vuelve a ocupar y cooptar espacios e identidades políticas para vaciarlas
de sentido. En esta segunda vuelta, el capitalismo salvaje se viste de indigenismo burgués
conservador, aupado por las élites económicas y los grupos de poder en torno al feriado
bancario. Las élites oligárquicas harán todo lo que les sea posible para evitar un retorno
de los progresismos al poder político en el Ecuador. Yaku Pérez es el personaje que unifica
a la derecha, los cuadros políticos oenegeros y el ultraizquierdismo, para evitar el triunfo
progresista.

Yaku combina extremos, como la ultraizquierda pachamámica, y la ultra derecha


supremacista, al mismo tiempo de plantear un ecologismo descontextualizado, siendo
el mismo un defensor y abogado de empresas que manejaban concesiones mineras.
Personajes de ultra derecha como Fidel Egas y Martín Pallares, ya han posicionado sus
intereses de clase a favor de Pérez, bajo el manto del necesario “ecologismo y la justicia
social”. El apoyo de Leonidas Iza a Yaku denota además un continuo fraccionamiento
interno de la dirigencia del Movimiento Indígena, en un claro contraste frente a figuras
como la de Jaime Vargas.

Los movimientos enmarcados en la lógica del greenwashing, que se posicionan como


“alternativos” en la disputa por la hegemonía, entre el progresismo y el neoliberalismo;
cooptando a la pequeño burguesía pseudoizquierdista, y complaciendo a la oligarquía. La
pequeño burguesía romántica, ve en Yaku la escencialización de los clichés de izquierda:
ser indígena, defensor de la “pacha mama”, la desvirtualización de los discursos de la
cosmovisión andina, y el ecologismo y feminismo liberales. Está de moda el ponerse
Revista Digital N° 4 124
¡BOLIVIA DE PIE! LA ALIANZA ENTRE EL PACHAMAMISMO Y LA ULTRA DERECHA

un poncho encima de la camiseta del Ché, para tomar té de coca, y al mismo tiempo,
declarar la muerte de toda ideología. Esta pseudoizquierda termina siendo parte del
complot imperialista para ocupar el centro del poder político institucional.

En esta segunda vuelta, se encuentran en disputa dos modelos de Estado: el neoliberalismo


representado por Yaku Pérez, en un continuismo disfrazado de ecologismo liberal
oenegero, aupado por la CIA, frente al progresismo de Andrés Arauz. El anticorreísmo como
identidad política coopta a sectores de la ultra izquierda, para convergir en una alianza
con la ultra derecha, y las corrientes fascistoides representadas por el pachamamismo
reaccionario. Esta vez, el progresismo se enfrenta con el candidato del imperialismo por
excelencia.

Revista Digital N° 4 125


¡BOLIVIA DE PIE!

Revista Digital N° 4
¡BOLIVIA DE PIE!

TERRITORIO, PETRÓLEO Y DEMOCRACIA EN AMÉRICA


LATINA: LA FIGURA DE MARCELO QUIROGA SANTA
CRUZ
Por: Ana Maria Rivadeo
Homenaje a Marcelo Quiroga Santa Cruz (1931-1980)
Pasado y presente de la democracia y el socialismo en Bolivia
Facultad de Estudios Superiores Acatlan
División de Estudios de Posgrado, Facultad de Economía.
Universidad Nacional Autónoma de México
11-12 de Octubre de 2005

Hace 25 años, el 17 de julio de 1980, Marcelo fue secuestrado en la sede de la Confederación


Obrera Boliviana. Convertido en un desaparecido del terrorismo de Estado de los
regímenes dictatoriales del Cono sur de la época, habría sido torturado, descuartizado e
incinerado bajo el asfalto de la avenida de Los Leones.

Diputado interpelante del dictador René Barrientos y la intervención de la CIA en el


asesinato del Che Guevara; nacionalizador del petróleo como Ministro de Minas en 1969;
pensador incansable de lo nacional en su obra teórica en torno a los recursos nacionales
bolivianos –El saqueo de Bolivia (1972) y Oleocracia o patria (1977)-; exiliado en Argentina
y México; maestro de la UNAM en Acatlan en el tiempo de su fundación. Desaparecido,
asesinado, Marcelo vuelve a convocarnos hoy aquí, como presencia imprescindible, a
esta otra hora de la larga lucha del pueblo boliviano por la nación y la democracia.

Porque la confrontación en carne viva de la Bolivia de hoy condensa esas dos tensiones
estratégicas que articulan tanto la vida de Marcelo Quiroga Santa Cruz como la de nuestros
pueblos latinoamericanos a lo largo de su historia. Esto es, la pugna por la recuperación
del territorio como fundamento indispensable de la comunidad nacional, y la lucha por
la democracia en cuanto construcción y ejercicio de la voluntad popular en la toma de
las decisiones políticas. Esas luchas que desde muy atrás nos fundan y nos heredan a
Marcelo desde nuestro porvenir, porque para las clases y grupos subalternos su historia
no es sino la historia de sus luchas.

No al despojo del territorio y la memoria, que amenaza con instituir el pánico colectivo
en el único vínculo social disponible. No a la ficción de democracia, que acaba en la
masacre o en la mesa de torturas. No al secuestro de la posibilidad, defendida a pulso,
de una comunidad humana digna, libre y justa. Estos son algunos de los ¡no! con que
el pueblo boliviano inauguró el siglo XXI, a lo largo de un quinquenio de insurrecciones
ininterrumpidas desde la “guerra del agua” en 2001. La empresa Bechtel, con sede en
California, había recibido por cuarenta años la concesión de toda el agua de Cochabamba,
incluida el agua de las lluvias. Una vez instalada, triplicó las tarifas. El pueblo boliviano
autoorganizado la obligó a irse –para consuelo de Bechtel, hay que agregar, Bush le

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TERRITORIO, PETRÓLEO Y DEMOCRACIA EN AMÉRICA LATINA:
¡BOLIVIA DE PIE! LA FIGURA DE MARCELO QUIROGA SANTA CRUZ

otorgó el agua de Irak cuya aniquilación, a la vista de esto, no sólo es producto de su


fabulosa riqueza petrolera sino también de que, regado por el Eufrates y el Tigris, es la
más rica fuente de agua dulce de Medio Oriente-

La conquista de la formalidad democrática tuvo un elevado costo en luchas, tiempo y


sacrificio para las organizaciones sindicales y populares bolivianas a lo largo los años 70,
en la resistencia a los reiterados golpes militares en La Paz y El Alto –donde la composición
étnica indígena es mayor-, y en las minas durante el régimen de García Meza. Pero, al
mismo tiempo, en esas luchas fue constituyéndose una densidad, una coherencia y
una fuerza populares sin parangón en nuestro continente, que se expresa no sólo en la
inédita combinación entre luchas obreras, campesinas, indígenas y urbano populares,
sino esencialmente en la articulación entre la dirección ideológico política y el control del
territorio. Por eso, la protesta social boliviana cuida la democracia como una conquista
histórica y un proyecto propios. Pero al mismo tiempo, desde la fuerza de su organización,
levanta reivindicaciones vitales básicas contra la demolición social producto de 20 años
de políticas neoliberales: dos terceras partes de la población boliviana sobrevive hoy con
menos de 2 dólares diarios.

En tales condiciones, el desencadenamiento de la crisis actual puede remontarse al


“impuestazo” de 12.5 % a los salarios decretado en febrero de 2003. Orientado a descargar
sobre la población la reducción del déficit fiscal exigida por el FMI, esa medida desata
enérgicas resistencias populares. El presidente ordena al ejército la masacre, otra vez en
El Alto, y anuncia su decisión de aniquilar las protestas a balazos, comenzar a gobernar
mediante decretos directos, y vender el gas boliviano a empresas trasnacionales . La
confrontación estratégica con el pueblo boliviano estaba lanzada, y apuntaba directo
al corazón: a la democracia y el territorio. La “guerra por el gas” había comenzado. Era
Octubre de 2003. Las luchas populares sacarían de madre a los poderes dominantes, y el
Goni acabaría por huir. Esos poderes habían sido derrotados temporalmente, abriendo
un proceso de confrontaciones que llega hasta hoy, en el que la crisis del capitalismo
neoliberal es tan grande como la fuerza material y simbólica de la insurrección y las
organizaciones populares que lo asedian. A partir de ese momento, las luchas populares se
unifican e instituyen en torno a aquellas dos matrices articuladas, territorio y democracia,
y se anudan en la reivindicación de una refundación popular democrática de la nación
boliviana.

La pugna por el territorio, compleja y densa, enlaza aquí la lucha por el espacio y por
el tiempo de la comunidad nacional. Como sabemos, lejos de todo carácter natural o
esencial, el espacio y el tiempo sociales constituyen construcciones políticas colectivas.
El lugar de la nación no es sino la historización de un espacio, así como la historia nacional
no otra cosa que una espacialización de la memoria. Al punto que la nación moderna
misma puede definirse por ese complejo cruce entre historia y espacio, que hace de
ella una campo siempre abierto, vivo, complejo e inestable, irreductible a alguna de las
configuraciones específicas en que corporiza como correlación de fuerzas en el Estado.
Como tal, la nación es siempre, por ello, un campo de luchas.

Revista Digital N° 4 128


TERRITORIO, PETRÓLEO Y DEMOCRACIA EN AMÉRICA LATINA:
¡BOLIVIA DE PIE! LA FIGURA DE MARCELO QUIROGA SANTA CRUZ

La pugna por el territorio condensa así en Bolivia todas las luchas materiales y culturales
por el alzamiento de una comunidad nacional otra frente al Estado-nación neoliberal.
La defensa de los bienes naturales es la defensa de las condiciones objetivas y subjetivas
básicas de la vida colectiva : del agua, los bosques, la coca y la tierra. Pero también acuerpa
la defensa de una historia: la tierra materializa la memoria, todo el pasado y todos sus
muertos, desde las luchas indígenas anticoloniales, pasando por las antiimperialistas y
antidictatoriales, hasta las del genocidio económico y las masacres neoliberales. Y algo
más: la tierra también corporiza la defensa de la historia como futuro de una comunidad
nacional alternativa, en cuanto incluye en el presente colectivo a las generaciones aún
por venir. De ahí que la lucha popular nacional por el territorio como cruce entre espacio e
historia ubique su matriz política hoy en la reivindicación de una industrialización propia
del gas -a contracorriente del modelo primario extractivo-, y en la re-nacionalización de
los hidrocarburos privatizados por las políticas neoliberales.

No obstante, al mismo tiempo, es claro que ese proyecto nacional alternativo es


indisociable de una torsión democrática de fondo, capaz de conferir poder a la voluntad
popular, y por ende a la democracia. En las actuales relaciones de fuerza, la puerta de
entrada a ese proceso se ubica hoy en la materialización de las elecciones de diciembre,
y en la convocatoria de una Asamblea Constituyente como vía de un proceso de
refundación de una nación boliviana soberana, popular, democrática, plural, incluyente,
y multicultural. Por todo eso hoy en El Alto, quizás a esta hora, los muertos de la guerra
por el gas, exhumados de sus sepulturas, están marchando en hombros de sus vivos y de
los aún no nacidos, como Marcelo entre nosotros, en la lucha por unas elecciones que los
poderes des-democratizadores de la democracia neoliberal se empeñan en volatilizar.

Las luchas populares por la democracia y la nación en la Bolivia de hoy ponen de manifiesto
para todos nuestros pueblos, por una parte, la magnitud de las transformaciones inducidas
por el capitalismo neoliberal en el plano económico-social, en el Estado-nación y en la
democracia. Pero exponen también, de otra parte, hasta qué punto la democracia y la
nación resultan irreductibles a sus capturas neoliberales, por profundas y extendidas que
sean aquellas transformaciones. Esto es, irreductibles a medios para combatir a los “otros”,
o a mecanismos para administrar el terror, la explotación, el desprecio y el fratricidio. En
esta línea, las multiplicadas luchas democráticas de las clases y grupos subalternos y
excluidos ponen de manifiesto, de modo radical y perentorio, la necesidad de reformular
una teoría y una política democráticas en las condiciones de las nuevas configuraciones
de lo nacional estatal y lo mundial.

Uno de los rasgos sobresalientes que destacan esas luchas es el de que, sin duda, ellas
no pueden limitarse a una vinculación sin más con las instituciones liberal democráticas
vigentes, o a un mero reforzamiento de éstas. En lo fundamental, una política democrática
efectiva está obligada hoy a un emplazamiento independiente del aparato estatal y de las
instituciones establecidas de la democracia neoliberal. Y sin embargo, al mismo tiempo,
tampoco pueden colocarse en los términos de una contraposición abstracta entre
sociedad civil y Estado, toda vez que ésta constituye una fortaleza decisiva del poder

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mismo del Estado. Así, es cierto que las transformaciones democráticas dependen de la
construcción y el fortalecimiento de estructuras sociales independientes del Estado en
sentido estricto. Pero también lo es que la democracia depende de un desarrollo de esas
construcciones del poder social en un sentido contrapuesto a las condiciones sociales
existentes. Las transformaciones democráticas no se siguen del mero despliegue de la
sociedad civil existente, sino que involucran luchas y conflictos orientados a su propia
transformación, en cuanto ésta es una condición de la transformación de los aparatos
estatales, del estado y la política misma.

La prioridad política de esta autotransformación social democrática se enlaza a las


múltiples fracturas existentes hoy entre los aparatos políticos y las mayorías sociales,
producidas por el capitalismo global y el Estado neoliberal. Esas fracturas exponen el
vaciamiento actual de la política y de la democracia, pero también dan cuenta de una forma
hoy dominante del ejercicio estatal de la política, consistente en el rechazo sistemático
de los conflictos sociales fuera de la esfera de los aparatos políticos, y su apilamiento
como conflictos irresolubles y masivos. Aparejada a la fragmentación y la exclusión
social generalizadas, esta forma de la política neoliberal intensifica las divisiones de la
sociedad entre sectores “modernos” y “periféricos”, produciendo nuevas modalidades
del emplazamiento de los conflictos sociales. Los conflictos sociales son hoy, más que
nunca, producto del contexto de la explotación capitalista. Pero, simultáneamente, no
se expresan en los marcos clasistas tradicionales –que cubrieron el último siglo y medio
del desarrollo capitalista y de las luchas anticapitalistas, en especial las socialistas. En
cuanto esos conflictos tampoco encuentran cauce dentro del sistema actual de aparatos
políticos, el resultado es una inédita recondensación de los conflictos propios de la
explotación capitalista en las nuevas condiciones abiertas por el capitalismo neoliberal.
Y son justamente estas recondensaciones las que hoy promueven nuevas formas de la
lucha de las clases y los grupos sociales, nutren las categorías generales de sociedad civil,
movimientos sociales, organizaciones y redes autónomas, y reclaman una redefinición
de lo político, la política y la democracia.

De este modo, lejos de la defunción de sus sujetos o sus significados, lo que se produce
es una inmensa expansión de las luchas sociales y políticas, de sus formas, sujetos y
programas. Ello abre un horizonte radicalmente nuevo, centrado en una pugna radical
por la democracia como proyecto de largo alcance, orientado a la reconformación de lo
social, lo político y la política. Ese horizonte se nutre, por una parte, de luchas marcadas
por la derrota y la disgregación de las constelaciones obreras precedentes. Y por otra, de
la peculiaridad de los nuevos movimientos que nacen de la condensación actual entre el
universalismo y las viejas y nuevas fragmentaciones. Todas estas luchas confluyen en el
ancho cauce de una redefinición de la democracia, concentrada en torno a la autogestión
social de la política. Esta elaboración emergente pugna por un desciframiento de la
política y de la democracia alternativo al ciframiento tecnocrático y oligárquico propio de
los poderes dominantes. Y perfila, de ese modo, una contraofensiva social de largo aliento,
tan epocal como los propios procesos abiertos por la globalización capitalista neoliberal.
Como luchas por la ciudadanía, lo público, la igualdad, las diferencias, la libertad, la

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autonomía y la justicia, ellas trazan nuevos ámbito y modalidades de la universalidad, la


particularidad y el pluralismo que desbordan las elaboraciones previas de lo nacional, lo
popular y la democracia.

Las luchas democrático nacionales actuales defienden lo nacional-popular producido


hasta los años 70, pero lo enlaza a la demanda de una indispensable reconfiguración de la
política. Esta reconfiguración se nuclea en torno a una nueva construcción democrática
de lo humano-social, puesto en peligro desde su base por el capitalismo neoliberal
dominante. La defensa de las condensaciones nacional populares precedentes tiene
hoy, por eso, un sentido civilizatorio de largo alcance histórico, y al mismo tiempo una
significación muy precisa: resguardar las formas materiales e ideales de la presencia
popular en el cuerpo social, económico, jurídico, político y cultural. Esto es, preservar y
heredar lo que la nación y la democracia llegaron a ser y a esbozar históricamente para
las clases y los grupos subalternos. En violenta confrontación con las reconversiones
capitalistas neoliberales, y en sus entrelazamientos múltiples, esas luchas adquieren hoy,
por tanto, el carácter de un desafío político estratégico. Se trata de dislocar el proyecto
de liquidación de toda posibilidad de otra historia que no sea la del poder, que es hoy
propio del bloque dominante. Por eso, en su desenvolvimiento, esas luchas perfilan una
disputa contrahegemónica por el terreno y la textura de la democracia y la nación. Y de
su desenlace depende hoy, en sentido fuerte, la supervivencia misma de la democracia
y la nación.

Pero dislocar el proyecto de liquidación de toda historia otra que la del poder no es algo
que pueda producirse hoy en el plano exclusivo de las luchas democráticas nacionales.
De ahí que estas luchas, más directamente que nunca antes, se enlacen a la necesidad
de una mundialización alternativa y, por ende, a la superación de los particularismos
y nacionalismos excluyentes, dentro y fuera de los estados nación existentes. En esta
línea, la cuestión nacional se configura como el proyecto expansivo de una democracia
y una patria grande y con todos. Esta patria recupera, resignifica, simboliza y amarra
las formas y los contenidos de lo democrático popular producido a lo largo de toda la
historia de los grupos subalternos. Y contrasta a la que, como espacio e historia de los
poderes dominantes, se objetiva hoy en las “patrias” financieras del capital trasnacional
en los planos nacional y global.

En esa patria grande y con todos, la dinámica de la democracia apunta a adquirir un


carácter expansivo tal que la habilite para desbordar todas las demarcaciones excluyentes.
Sólo esa dinámica permitiría rehusar todo cierre particularista en la definición de lo
nacional o lo mundial, cierre sobre el que se alzan todos los nacionalismos y globalismos
neoliberales –el imperialismo y la recolonización. En esa patria como proyecto y como
lucha se articula y organiza ya hoy, como nos lo muestra el pueblo boliviano, una nueva
identidad democrática de la nación en la que despuntan, al mismo tiempo que una
nación otra, otro mundo posible. Esos en los que, como dicen los zapatistas en México,
caben todos los mundos.

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NOTAS
1
Cfr Steinsleger, J., “ Marcelo Quiroga Santa Cruz (1931-1980)”, en La Jornada, Mexico, 20 de Julio de 2005.
2
Cfr Galeano, E., “Las guerras mienten”, en La Jornada, Mexico, 17 de Septiembre de 2005.
3
Cfr Rodas, Hugo, “Una imagen económico política del FMI en Bolivia”, en Problemas del Desarrollo, N° 134, Instituto
de Investigaciones Económicas, Universidad Nacional Autónoma de Mexico, Mexico, 2003
4
Cfr Rivadeo, A.M., Lesa Patria. Nación y Globalización, Fes Acatlan UNAM, Mexico, 2003.
5
Cfr Aviles, J., “Exhumarán restos de asesinados por policía y ejército bolivianos”, en La Jornada, Mexico, 9 de
Octubre de 2005.

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¡BOLIVIA DE PIE!

Revista Digital N° 4
¡BOLIVIA DE PIE!

EL SIGUIENTE TEXTO, PUBLICADO CON EL CONSENTIMIENTO DE LA FAMILIA, ES


UN DECRETO SUPREMO PROYECTADO POR EDGAR “HURACÁN” RAMIREZ EN EL
CUAL SE FORMULA SU VISIÓN SOBRE LA REFUNDACIÓN DE LA CORPORACIÓN
MINERA DE BOLIVIA.

REFUNDAR COMIBOL
Que los recursos mineros han sido el factor esencial que removió los cimientos del
mundo transformándolo todo. Por la explotación de los minerales, Europa fue capaz de
modificar su estructura económica y sustituir el poder de reyes, condes y duques por el
de poderosos banqueros, comerciantes, surgiendo luego una burguesía industrial. Los
minerales extraídos del suelo boliviano dieron origen a inmensas fortunas, entre las más
grandes del mundo y convirtieron a los empresarios mineros en el sector más arrogante
e insolente del aparato colonizador. El poder económico los convirtió en eficientes y
descarados agentes del saqueo, cuyo efecto perverso hizo que el pueblo fuera confinado
al polo de la miseria; y en el otro extremo se concentraron exorbitantes fortunas que
salían al exterior.

Que la explotación colonial de las minas de plata continuó con la de estaño, sin que el país
incorpore en su economía ningún aporte importante como resultado de la explotación de
sus recursos minerales; más por el contario, esa extracción dejó miseria y atraso secular.
El fenómeno no cambió durante las coyunturas favorables con la subida de precios en
el mercado internacional. Los escombros de la depredación, ahora sólo permanecen en
medio del cerro, prontos al derrumbe, silenciosos socavones, desolados campamentos
mineros y las poblaciones en ruinas, como Aullagas y Colquechaca, Portugalete y
Huanchaca, Socavón Patlño y Pulacayo; nombres que al pronunciarlos estremecen la
conciencia quedaron a lo largo de toda la historia de Bolivia, como mudos testigos del
saqueo y la explotación.

Que los llamados Barones del Estaño hicieron crecer sus arcas colosalmente como
consecuencia del alto valor comercial que adquirió el estaño desde fines del siglo XIX,
motivando adelantos técnico-científico-industriales que, sin el estaño no tendrían
explicación alguna. Los minerales del subsuelo boliviano, una vez arrancados y saqueados
de sus cálidas y portentosas entrañas, transformaron la industria del automóvil, de las
armas de la primera y la segunda guerra mundiales, la conservación de alimentos que
inundan los mercados del mundo y en una cantidad casi infinita de usos y aplicaciones
que sirvieron para alimentar las fauces del capitalismo que, gracias a esos recursos
naturales no renovables, se acrecentó hasta tener todo el poder en sus manos.

Que el poder económico proveniente de ia posesión de los mejores yacimientos mineros


transformó el poder político, cuya base material fueron las riquezas extraídas de las
minas, que originaron una base ideológica que sustentó la política colonialista y legalizó

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DECRETO SUPREMO PROYECTADO POR EDGAR “HURACÁN” RAMIREZ EN EL CUAL SE
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el saqueo, la depredación y el empobrecimiento de la patria. Ese poder, forjado sobre el


sudor y sangre de miles de hombres y mujeres, fue tan omnipotente y autoritario que
sojuzgó a los habitantes de esta tierra por siglos. Ese colonialismo se apoyó en huestes
de abogados, gerentes y gobernantes, que cumplieron con la tarea, no sólo de explotar y
expoliar a los seres humanos, sino de hacer creer que los únicos culpables de la miseria
nacional fueron los propios bolivianos. Muchos de esos ciudadanos se cubrieron de
oropeles y pasaron a la historia “oficial” como ilustres y filantrópicos personajes, al mismo
tiempo implantaron en la conciencia colectiva la alucinación de que su bondad y riqueza
provenían de su esfuerzo y trabajo, lo que constituye un insulto al pueblo boliviano que lo
único que ha hecho durante toda su vida es trabajar hasta morir en la miseria.

Que la lucha de los hombres y las mujeres de Bolivia en contra del saqueo y la dependencia
colonial, fue tenaz y heroica, no pudo ser derrotada ni con la guerra de la independencia,
ni con la llamada revolución federal, o con la insurrección de 1952. La encomienda feudal
dio lugar al latifundio y el sistema de reparto, al pongueaje. Los mitayos modernos dieron
continuidad al saqueo, despojo, explotación de nuestros recursos mineros con lo que la
dependencia colonial del poder extranjero continuó vigente.

CONSIDERANDO:

Que la Nacionalización de las Minas, aspiración suprema de varias generaciones de


bolivianos, fue consumada por la lucha del pueblo cuya vanguardia colectiva fueron las
masas de mineros, quienes durante toda la historia sobrepusieron el interés superior de
la patria saqueada, por encima de intereses sectoriales y de grupo, con el único objetivo
de enterrar la miseria. Los grupos de marcado poder económico estrangularon la
nacionalización de las minas desde el primer día en que fueron revertidos al patrimonio
nacional yacimientos mineralógicos, negociando una millonaria indemnización en favor
de los Barones del Estaño, como si se tratara de un reconocimiento por la opresión y
explotación inmisericordes a las que sometieron al pueblo boliviano por más de medio
siglo. Los montos de la indemnización pactada entre las ex empresas con los usurpadores
de la conquista de 1952, incrementaron desmesuradamente las faltriqueras de Patiño,
Hochschild y Aramayo, poniendo al borde de la bancarrota a la empresa estatal minera
y a la patria misma.

Que los que se encaramaron en el poder desde 1952, nunca estuvieron conformes
con una empresa estatal pujante. Para detener las aspiraciones del pueblo boliviano,
concibieron una política minero-metalúrgica de estrangulamiento y de desjerarquización
de la minería estatal, convirtiéndola en simple herramienta de intervención del Estado
antinacional, con el objetivo de despojarle de los medios que le hubiesen permitido
existir; sus actores buscaron enlazar sus intereses con las empresas transnacionales. Esa
política se constituyó en parte fundamental de ia política económica, ajena al interés de
los bolivianos.

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Que con el argumento de crear nuevas empresas se despojó a la entidad estatal minera,
de la posibilidad de reposición de los yacimientos mineros, separando del circuito minero
metalúrgico la fase de fundición. Esta realidad impidió que el valor agregado del producto
metálico beneficie al productor de minerales, arrinconándolo tan solo en actividades
extractivas, situación que le arrastró al destino inevitable del agotamiento y la muerte.
Esa medida fue tomada también para despojarle de su palanca financiera, sin la cual las
minas nacionalizadas se debilitaron hasta quedar ahogadas en una crisis financiera que
no pudieron superarla.

Que a pesar de las arteras componendas de los llamados nacionalistas con el imperialismo,
las minas nacionalizadas se convirtieron en el principal sector estratégico de la economía
boliviana del que vivió el país por décadas. De ellas dependía la generación de divisas
extranjeras, esenciales para el emprendimiento de obras de envergadura nacional
como la construcción de la carretera asfaltada Cochabamba- Santa Cruz, como parte
del llamado Plan Decenal de Desarrollo Económico, proceso documentado en los libros
de balance de la COMIBOL. La empresa estatal petrolífera, que emergió de la Guerra del
Chaco, fue fortalecida con precios preferenciales fijados por encima de los precios de
venta por la compra de hidrocarburos, dotándola del vigor que requería.

Que como parte de las medidas contrarias a la nacionalización de las minas, se crearon
diferentes mecanismos convertidos en verdaderos cordones umbilicales para alimentar
a la llamada minería mediana, entroncada con empresas transnacionales, con una
diferencia en contra de la COMIBOL de hasta un 35 % en los contratos de fundición,
causando daño económico irreparable al Estado boliviano, imposibilitando el desarrollo
de otros sectores como el agropecuario e industrial.

CONSIDERANDO:

Que el Decreto Supremo No. 21060 de 29 de agosto de 1985 y la Ley 1777 del 7 de marzo
de 1997 fueron engendrados por los mismos usurpadores de la conquista del pueblo
boliviano, esas medidas neoliberales fueron la culminación de la obra de destrucción de
la minería nacionalizada. Provocaron el cierre de las minas, la entrega de yacimientos al
capital transnacional, la devolución por COMIBOL de las concesiones otorgadas después
de Octubre de 1952, (con el fútil argumento de que no se podía pagar la patente minera),
la supresión de funciones de producción, la imposición de una estructura holding sólo
para realizar cobro de alquileres y Contratos de Riesgo Compartido, la liquidación de
pasivos y activos, la creación de unidades administrativas de repliegue y transferencia de
activos de la COMIBOL a la empresa privada y las cooperativas, la entrega de las minas
y yacimientos mineros a emprendimientos privados y transnacionales poniendo a su
disposición estudios de importantes trabajos de prospección, exploración y evaluación
de yacimientos mineros; y el despido de decenas de miles de trabajadores. Estos
devastadores efectos son algunas de las medidas antinacionales y pro imperialistas en el
sector de la minería.

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Que las medidas neoliberales favorecieron a los mineros medianos y a las empresas
transnacionales, ocasionando la libre exportación de los excedentes al exterior, a cambio de
impuestos que ellos mismos establecieron en ínfimos montos de saqueo y dependencia
vergonzosa. La fuga de capitales determinó el empobrecimiento progresivo del país y
anuló las posibilidades de creación y desarrollo de un mercado interno, con funestas
consecuencias sobre la agricultura, la industria, el comercio y el transporte.

Que en contraste con el desmedido e irracional enriquecimiento de los nuevos dueños


de Bolivia, la pobreza asoló al país, generando otros males económicos endémicos como
el cierre de la industria fabril, el déficit presupuestario, la importación de automotores
en desuso y, como única forma de buscar la sobrevivencia, generó la informalización
de la economía con la consiguiente destrucción del medio ambiente. A ello se sumó la
agravante de que la minería en manos de sus nuevos dueños bajó su contribución al
Estado a niveles de limosna.

CONSIDERANDO:

Que la imposición del neoliberalismo en la minería significó la Implantación de eficaces


sistemas de corrupción, como una de las formas de mantener lealtad de quienes operaban
en contra de Bolivia. El soborno, el halago, la apropiación de los bienes de la COMIBOL por
dirigentes y militantes de partidos políticos neoliberales que protagonizaron masacres
como la de Navidad, encarcelamiento de dirigentes y militantes anti neoliberales, y
persecuciones a quienes se atrevieron a defender la patria pisoteada, se convirtieron en
prácticas cotidianas.

Que el Estado neoliberal dejó el libre mercado y la libre competencia sólo para la empresa
privada, interviniendo, interfiriendo y disminuyendo el desarrollo estatal, convirtiéndose
en un efectivo y eficiente instrumento de opresión colonial que permitió el saqueo de los
recursos naturales del pueblo boliviano.

CONSIDERANDO:

Que los recursos minerales son de valor estratégico para el desarrollo nacional, sin los
cuales es imposible que Bolivia se erija como Estado Plurinacionai libre, soberano y que
se constituya en el cimiento del vivir bien.

Que pese a los esfuerzos que hizo el Estado Plurinacionai con Leyes y Decretos que
restituyeron funciones productivas a la Corporación Minera de Bolivia, existen pocos
resultados positivos, al extremo que las entidades minero metalúrgicas del Estado
participan con un esmirriado 7% de la actividad y el restante 93% aún es controlado por
el sector privado, del cual un 80% corresponde a empresas transnacionales o empresas
privadas nativas ligadas a ellas.

Que a pesar de los esfuerzos realizados para que la Corporación Minera de Bolivia, desde
la visión administrativa, establezca una política minero metalúrgica institucional y adopte
una estructura adecuada y coherente en concordancia con la política económica del

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Estado Plurinacionai, los resultados objetivamente palpables muestran que la empresa


estatal no ha logrado los objetivos planificados.

Que los esfuerzos de los primeros años por reconstruir la COMIBOL fueron anulados
por el anquilosado funcionamiento organizacional, anclado en atribuciones y funciones
determinadas por la normativa neoliberal de menor rango rectora de la minería estatal,
que provoco laparalización de proyectos, inviabilizó nuevos emprendimientos minero
metalúrgicos y operaciones productivas. Su estancamiento se debió también a la
inmovilización de recursos presupuestarios que no se ejecutaron por los engorrosos
procesos y procedimientos burocráticos, que se arrastran desde las imposiciones
neoliberales en la Corporación Minera de Bolivia.

Que la COMIBOL, mantiene una estructura de empresa Holding encargada de administrar


recursos provenientes de los contratos de arrendamiento y contratos de riesgo compartido
establecidos por la Ley No. 1777 Código de Minería, ya abrogada. Su Directorio mantiene
y efectúa las mismas labores que fueron impuestas por el neoliberalismo, sus gerencias y
unidades operativas realizan sus actividades en esa misma dirección, lo que ha impedido
que la entidad estatal minera supere su condición de simple exportadora de algunas
materias primas, sin que haya hecho esfuerzo alguno para vincular la producción de
minerales con la industria nacional o con otros proyectos u operaciones de industrialización
de los recursos naturales. Tampoco ha logrado al presente mlgrar los contratos de riesgo
compartido y arrendamiento, a Contratos de Asociación, tal cual lo establece la Ley N°
535 de 28 de mayo de 2014, Ley de Minería y Metalurgia.

Que la actual Corporación Minera de Bolivia no ha respondido a las expectativas del pueblo
boliviano ni ha tomado en cuenta los cambios que se introducen en el país más, por el
contrario, mantiene políticas institucionales, estrategias y objetivos que no condicen con
la política económica del Supremo Gobierno. Constituye un sistema empresarial que se
desploma debido a que se han agotado las posibilidades de reestructuración que se le
confió a la propia institución estatal minera, a extremos que no se conmueve con los
riesgos que se presentan a futuro por la baja de las cotizaciones de los minerales que la
propia COMIBOL exporta.

Que la COMIBOL no hizo esfuerzo alguno por suprimir unidades propias de la privatización
como la Unidad de Transferencia de Activos en beneficio de la actividad privada y las
cooperativas, y la Unidad de Repliegue, con una tendencia sistemática a mantenerlas y
fortalecerlas, anulando los esfuerzos positivos que había realizado el Supremo Gobierno
en los primeros años del proceso de cambio.

Que la COMIBOL como entidad estatal no aplica en toda su extensión las leyes y decretos
supremos promulgados por el actual Supremo Gobierno, que devuelven a Bolivia los
recursos naturales y el derecho a explotarlos y transformarlos.

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Contrariamente demuestra una pertinaz persistencia de continuar actuando en contra


de dichas disposiciones legales, realizando la planificación del proceso productivo con
manejo deficiente de factores de rentabilidad minera, de desarrollo de reservas, de
recuperación metalúrgica, de producción, de productividad y de costo puesto mercado.

Que mantener la actual COMIBOL Holding, descontextualizada de la Constitución


Política del Estado y las leyes vigentes, es absolutamente ilegal, y pone en riesgo todo
intento de reactivar la minería estatal en el propósito de articular las actividades minero
metalúrgicas con la industrialización, y la consolidación de la soberanía sobre los recursos
naturales mineralógicos que son de propiedad del pueblo boliviano.

Que la renacionalización del núcleo principal del sector minero no fue acompañada por
la investigación del proceso de privatización, ni incorporó auditorias técnicas, financieras,
legales y administrativas a minas como Bolívar, Porco, Colquiri y otros yacimientos y
empresas como la Planta de Fundición de Vinto, que fueron objeto de suscripción de
contratos de arrendamiento y de riesgo compartido con la entrega de concesiones del
Estado a terceros, violando todas las normas legales que rigen en materia minera. Todas
esas auditorias y acciones son necesarias para establecer el nivel de daño ocasionado al
país.

CONSIDERANDO:

Que la ciencia y la tecnología minero metalúrgica sufrieron también las consecuencias


de la imposición de medidas de libre mercado, a extremos de que muchas universidades
del país abandonaron la formación de nuevos profesionales en los campos de la minería,
el petróleo y la industria en general. Los detentadores del poder económico y político,
limitaron toda formación profesional que no estuviese a su servicio, con un efecto perverso
que derivó en la falta del desarrollo científico y tecnológico boliviano.

CONSIDERANDO:

Que el pueblo boliviano ha luchado denodadamente en contra de las imposiciones


coloniales con el heroísmo y la inquebrantable convicción de defender los sagrados
intereses de la patria. En ese propósito miles de bolivianos regaron con su sangre y sacrificio
el bendito suelo de la patria motivo por el cual su memoria debe ser eternamente honrada,
a la par de devolvérsele al país aquellos recursos naturales por los cuales ofrendaron su
vida.

Que el Supremo Gobierno de la revolución cultural y democrática, frente al pueblo


boliviano y a los trabajadores, tiene el deber de enterrar la vieja estructura de COMIBOL
que se organizó para el saqueo e imponer el colonialismo, devolviéndole a Bolivia su
genuina e histórica empresa estatal minera metalúrgica, de acuerdo con lo establecido
en la Ley 466 de 27 de diciembre de 2013, Ley de la Empresa Pública y la Ley 535 de 28 de
mayo de 2104, Ley de Minería y Metalúrgica.

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CONSIDERANDO:

Que el Artículo 175 de la Constitución Política del Estado señala que las Ministras y Iqs
Ministros tienen, entre sus atribuciones, la de proponer y coadyuvar en la formulación
de políticas generales del Gobierno, asimismo, proponer y dirigir las políticas
gubernamentales en su sector.

Que el numeral 12 del Parágrafo I del Artículo 298 de la Constitución Política del Estado
señala que una de las competencias privativas del nivel central del Estado es la creación,
control y administración de las empresas públicas estratégicas del nivel central del
Estado.

Que el Parágrafo I del Artículo 349 de la Constitución Política del Estado establece que todos
los recursos naturales son de propiedad y dominio directo, indivisible e imprescriptible
del pueblo boliviano, y corresponderá al Estado su administración en función del interés
colectivo.

Que la Ley N° 466 de 27 de diciembre de 2013, Ley de la Empresa Pública, tiene por
objeto establecer el régimen de las empresas públicas del nivel central del Estado,
que comprende a las empresas estatales, empresas estatales mixtas, empresas
mixtas y empresas estatales intergubernamentales, para que con eficiencia, eficacia y
transparencia contribuyan al desarrollo económico y social del país, transformando la
matriz productiva y fortaleciendo la independencia y soberanía económica del Estado
plurinacional de Bolivia, en beneficio de todo el pueblo Boliviano.

Que el inciso c) del parágrafo I de la Disposición Transitoria Primera de la Ley 466, Ley de
la Empresa Pública, incluye a la Corporación Minera de Bolivia determinando que ella
adopte la tipología de empresa estatal.

Que en el marco de la Ley No. 466, el Parágrafo I del Artículo 61 de la Ley No. 535 de
28 de mayo de 2014, Ley de Minería y Metalurgia, señala que la Corporación Minera de
Bolivia - COMIBOL, en calidad de empresa pública estratégica corporativa de carácter
público, ejercerá en nombre del Estado y el pueblo boliviano, el derecho de realizar las
actividades de prospección, exploración, explotación, concentración, función, refinación,
comercialización de industrialización de minerales, metales, piedras preciosas y
semipreciosas existentes en las áreas mineras bajo su administración y las de sus
empresas filiales y subsidiarias.

Que pese a lo determinado por estas disposiciones legales, la actual Corporación Minera
de Bolivia - COMIBOL aún se enmarca en la anterior Ley No. 1777 de 17 de marzo de
1997, no efectuando actividades mineras de manera directa, sino a través de terceros
constituyéndose en simple facilitador del otorgamiento de derechos y controlador de
intereses particulares, pudiendo transferir concesiones mineras al dominio de empresas
incluso internacionales en contra de los derechos y expectativas del pueblo boliviano y
del Estado.

Revista Digital N° 4 140


EL SIGUIENTE TEXTO, PUBLICADO CON EL CONSENTIMIENTO DE LA FAMILIA, ES UN
DECRETO SUPREMO PROYECTADO POR EDGAR “HURACÁN” RAMIREZ EN EL CUAL SE
¡BOLIVIA DE PIE! FORMULA SU VISIÓN SOBRE LA REFUNDACIÓN DE LA CORPORACIÓN MINERA DE BOLIVIA.

Que consecuentemente la estructura organizacional de la vigente Corporación Minera


de Bolivia, contrasta con los nuevos roles y responsabilidades en materia minero
metalúrgica, siendo por ello imperioso e imprescindible proceder a su cierre para crear
en su reemplazo una nueva empresa pública nacional estratégica, que inicie y desarrolle
con éxito sus tareas acorde a las profundas transformaciones que necesariamente deben
hacerse realidad asumiendo la nueva visión de Estado.

Que es necesario asimismo que la COMIBOL, como Empresa Corporativa, en cumplimiento


a lo que disponen la Ley N° 466 de 27 de diciembre de 2013 y la Ley No. 535, Ley de
Minería y Metalurgia, fortalezca la relación con sus empresas filiales: Empresa Minera
Huanuni, Empresa Metalúrgica Vinto, Empresa Minera Colquiri, Empresa Metalúrgica
Karachipampa, Empresa Minera Corocoro, estableciendo su estructura organizativa,
sus atribuciones, funciones y responsabilidades, además de su régimen económico
financiero.

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¡BOLIVIA DE PIE!

Revista Digital N° 4
¡BOLIVIA DE PIE!

RESULTADOS ELECTORALES SUB-NACIONALES 2021


O ACUMULACIÓN DEL PROCESO DE CAMBIO
Por: Raúl García Linera
Estas semanas muchos opinólogos y analistos se pasearon por los medios de comunicación
para asegurarnos que el gobierno masista de Luis Arce debiera leer en los resultados
electorales el descontento de la población con las políticas públicas emprendidas.

Monumental mentira a la que nos quiere acostumbrar la oposición golpista, encabezada


por Mesa y sus secuaces, ensayo que nace con la narrativa del “monumental fraude” y
aún no para.

Si leemos los resultados electorales Sub-Nacionales últimos, con relación a los obtenidos
en la elección Nacional correlativa, no quepa la menor duda que va a ser el 2021 cuando
menor diferencia en contra tuvo el MAS (12,61%), mientras la del 2005 fue la de mayor
diferencia. Es importante recordar que el 2005 los dos actos electorales fueron el mismo
día.

La derecha nos quiere vender la idea que el MAS salió derrotado en los últimos comicios,
los analistos en coro replican la afirmación. Lo perverso es que hay algunos compañeros
que lo repiten o se la creen y se encuentran bajoneados.

Todos los militantes tenemos la obligación de recordar que el fenómeno del Proceso de
Cambio presenta esta característica. La disputa del gobierno central contra la derecha
colonialista y neoliberal unifica su identidad étnica y clasista para votar por ellos mismos,
por el MAS, por Evo 5 veces y ahora por Luis Arce; la concurrencia a los comicios Sub-
Nacionales incorpora otros elementos valorativos que vuelven diferentes los resultados.

Cuadro N° 1

Es en abril de 2010, después de una cadena de procesos electorales (Referendo Revocatorio


en agosto de 2008, Referendo de la Nueva Constitución en enero de 2009, elecciones
nacionales en diciembre de 2009) y victorias sociales sobre los separatistas, cuando se
logra la mayor proximidad entre los dos procesos, con tan solo 14,12 % de diferencia. Pero
será el 2021 el momento de mucha mayor proximidad, por eso es una potente victoria
alcanzada en estos comicios.

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RESULTADOS ELECTORALES SUB-NACIONALES 2021
¡BOLIVIA DE PIE! O ACUMULACIÓN DEL PROCESO DE CAMBIO

Los analistos pititas afirman que el gobierno redujo su aprobación en casi 13 puntos
porcentuales. Son tan listos que contrastan dos procesos completamente diferentes
en contenidos y horizontes, así como ningún productor agrícola comparara papas con
gallinas.

Señoritos, lo que corresponde es comparar procesos similares, es decir, el comportamiento


del voto entre los diferentes comicios Sub-Nacionales: en 2005 se vota los dos eventos el
mismo día; en 2010, las Sub-Nacionales son 4 meses después; en 2015, 5 y medio meses
después; por último, en estos últimos comicios, hubo casi 5 meses de distancia.

Cuadro N° 2

El comportamiento electoral en los cuatro procesos nos muestra que es el 2010 el


momento electoral de punta, porque se logró 6 gobernaciones y más del 50% del voto
y casi 60% del voto en el Resto del Departamento (ver Cuadro 1). Pero, sin duda, en 2021
los resultados son mejores que en 2015. El Cuadro 1 nos muestra que en el cómputo
general, el Total, el MAS obtuvo mejor votación en 0.7%, pues de 41,79% logró 42,49%.
Otro tanto ocurrió con el voto en el Resto del Departamento, con 1,5% a favor. Es en el
porcentaje obtenido en las ciudades capitales donde se tiene un retroceso de 0,8% y es
en las ciudades de Sucre (-12,5%), Potosí (-23%) y Trinidad (-22,6%) donde se fundamenta
este retroceso.

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RESULTADOS ELECTORALES SUB-NACIONALES 2021
¡BOLIVIA DE PIE! O ACUMULACIÓN DEL PROCESO DE CAMBIO

Cuadro N° 3

En el eje central, el comportamiento es por demás interesante. En el departamento


de Cochabamba, el que en muy poco se parece a los deseos de los analistos pititas, se
retrocede 4 puntos en total, 7,5 en la ciudad capital y 3 en el resto departamento. En
Santa Cruz ocurre lo contrario: se crece 6,3 en el total, 4,4 en la ciudad y 8,3 en el resto
departamento; para rematar a los analistos, La Paz les da en la torre: crecemos 9% en el
total, 9,4% en la ciudad Nuestra Señora de La Paz, 10,3 % en El Alto y 5,7 % en el Resto del
Departamento.

Medir la realidad por el comportamiento de Cochabamba o las ciudades de Sucre y Potosí


peca de ignorancia. Lo acontecido en Beni y Pando responde a otra serie de factores que
no se apega a los deseos de los golpistas, allá no es la estructura golpista de Carmen Eva
o Añez las que tienen peso político, no son estructuras golpistas las que tienen apoyo
popular.

Lo que acontece en el Resto del Departamento en Oruro, Potosí y Chuquisaca no se


despliega en la contradicción Proceso de Cambio /Golpismo.

Cuando observamos el número de votos obtenidos en los cuatro comicios, se hace más
que evidente la acumulación del Proceso de cambio.

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RESULTADOS ELECTORALES SUB-NACIONALES 2021
¡BOLIVIA DE PIE! O ACUMULACIÓN DEL PROCESO DE CAMBIO

Cuadro N° 3

El MAS siempre obtuvo mayor cantidad de votos totales. Entre 2005 y 2010, duplicó
su votación; entre 2010 y 2015, aunque se redujo más de 8%, obtuvo 39.000 votos más.
En cuanto a 2021, con respecto a 2015, logró incrementar en más de 450.000 votos, lo
que representa 23,7% más de votos. Incluso en las Ciudades Capitales, su votación se
incrementó en más de 100.000 votos, lo que representa un 14% más de votos. En cuanto
a toda la población que vive fuera de las ciudades Capitales el comportamiento del voto
es muy potente, porque se incrementó en 350.000 votos, lo que implica que aumentó en
un 30% con respecto a la votación obtenida en 2015.

Podemos concluir con certeza que el Proceso de Cambio sigue acumulando y ello no sólo
se manifiesta en el incremento de votos sino también en el incremento del porcentaje
obtenido. Si hubo algún momento de reflujo ese fue entre 2010 y 2015, no por el número
de votos sino por la reducción en más de 8%. Este 2021 crecimos en casi medio millón de
votos, que es más que lo obtenido por el partido golpista de Mesa en todo el país: sólo
nuestro incremento es mayor que todos los votos logrados por el partido cabeza de la
oposición en el Estado Plurinacional.

A seguir acumulando en el horizonte de profundizar el Proceso de Cambio. Esa es la


tarea de todos nosotros, los masistas, desde donde estemos.

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¡BOLIVIA DE PIE!

GOLPE DE ESTADO: PODER Y HEGEMONÍA


Por: Marcelo Oscar Delgadillo Vargas
El objeto del presente artículo es analizar los eventos en torno al Golpe de Estado de
2019, haciendo abstracción de algunos hechos para centrarnos en ciertas condicionantes
del Golpe y de la imposibilidad de la burguesía señorial de generar una forma de poder
duradera, sin dejar de considerar, al mismo tiempo, su capacidad para reconstituirse y
desafiar al proyecto nacional-popular.

CONTRACCIÓN HEGEMÓNICA Y AFIRMACIÓN ESTATAL

El poder es siempre monopolio de clase, solo en determinados momentos entra en


disputa y este, precisamente, es uno de esos momentos. Aquello que define el campo
político boliviano en los últimos dos años es la lucha por el poder entre el bloque nacional-
popular articulado en torno al Movimiento Al Socialismo y el bloque conservador que
se mueve principalmente en función a fracciones de la burguesía, cuadros del aparato
militar-policial y la embajada norteamericana como expresión del capital trasnacional. En
efecto, todo acto y toda declaración de índole política se definen a partir de este hecho
irreductible y cuyo desenlace marcará los próximos años o décadas.

La titularidad del poder entró en discusión cuando se produjo una contracción en la


hegemonía del bloque nacional-popular, lo cual implicó la oportunidad para que
ciertas fracciones de la burguesía más parasitaria y con un pasado de corte dictatorial
se levanten,de la mano del imperialismo y junto a la manu miltari propicien un golpe
de Estado que buscaba poner fin a la Revolución que el pueblo boliviano emprendió
exitosamente estos últimos años.

El Golpe de noviembre del 2019 es el reflujo hegemónico que habilitó las condiciones
para la perdida de la centralidad del bloque nacional-popular en el Estado. En los hechos,
el Estado se bifurcó en dos bloques y esto podía haber sido el germen de una guerra
civil de incalculables proporciones. El Golpe de Estado representó la autonomización
del aparato represivo militar y policial cuya expresión formal se cristalizó en el Órgano
Ejecutivo, por un lado; y por otro, la Asamblea Legislativa Plurinacional que articulaba la
representación del movimiento popular. Estos dos fueron los ejes cardinales en torno
a los cuales gravitaron los gobiernos subnacionales y el restante de los aparatos del
Estado. Por lo general, una clase o un bloque dominante es quien tiene la centralidad y
unifica al Estado, por tanto, la bifurcación no podía durar mucho.

El telón de fondo de este proceso es un progresivo reflujo de la hegemonía nacional-


popular, producto de un corrosivo proceso de burocratización que diezmo su capacidad
generar de consensos tanto en la sociedad civil como al interior de la estructura estatal
(policía-fuerza armada).La lógica burocrática del Estado, silenciosa pero eficazmente,
se fue apoderando del MAS y de las organizaciones sociales que lo sustentaban y lo
defendían. En realidad, es un proceso de burocratización que no llegó a cristalizarse
en una burocracia por fuera y en contra del pueblo, como sucedió en la historia de

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¡BOLIVIA DE PIE! GOLPE DE ESTADO: PODER Y HEGEMONÍA

otros países, pero si debilitó la capacidad del bloque nacional-popular de representar y


convocar a la sociedad civil. Para la izquierda se producían grandes éxitos económicos
y se vencía continuamente a una derecha sin proyecto y fragmentada; sin embargo, la
lógica burocrática del Estado avanzaba imparablemente.

En Bolivia, a la cabeza del bloque nacional-popular, se produjeron grandes transformaciones


en la estructura del Estado, como ser: a) Indianización y democratización del poder y
los aparatos del Estado; b) Articulación de la estructura estatal como la mayor fuerza
productiva mediante el control de recursos naturales, empresas nacionalizadas al capital
transnacional o fundación de otras en oposición al proyecto neoliberal; c) Constitución
de una estructura estatal con soberanía, es decir, un desafío abierto al imperialismo. A
todas luces, los cambios producidos son los más importantes en nuestra historia, mucho
más profundos que los resultantes de la Revolución del 52; sin embargo, la historia es
siempre más compleja, y si no se avanzan en mayores trasformaciones, el Estado colonial
tiende a su reconstitución.

En definitiva, el Estado es un entramado de relaciones sociales que si no son


modificadas, estas terminan subsumiendo a su lógica, total o parcialmente, los procesos
de emancipación social. Hay una lógica del Estado capitalista que tiende en sí y para sí
a la burocratización y hacia el monopolio de la toma de decisiones; en este sentido, el
Estado capitalista es una forma de privatización de lo público. Aquello que llamamos
burocratización es una característica de lo estatal, no es un hecho fortuito o contingente.
Y, por lo demás, la burocratización es más acentuada en momentos de reflujo social,
cuando la sociedad tiende a despolitizarse y a delegar un conjunto de iniciativas, que
podían gestionarse socialmente, hacia el Estado.

Precisamente, hubo un proceso de burocratización del MAS y de las organizaciones


sociales, que junto a un contexto de reflujo y despolitización social, habilitaron las
condiciones para el golpe y la reconstitución del Estado colonial. Este fue un proceso
más peligroso porque se dio de manera continua y sin sobresaltos. Ni la derrota en el
referéndum de 2016 hizo cambiar en gran medida al MAS en relación a sus mecanismos
y procedimientos para generar márgenes de consenso, se siguió con las mismas recetas
y, en buena parte, porque los éxitos económicos, la debilidad aparente de la derecha y el
embelesamiento con las propias victorias nublaron su visión.

El resultado fue la contracción temporal, pero riesgosa de la hegemonía del bloque


nacional-popular, la cual describimos, brevemente, en clave gramsciana:

a) En la Sociedad Civil el desfase ético-político del MAS se expresó en:

• Cohesión de fracciones de la burguesía al proceso de Golpe de Estado; con


anterioridad el MAS logró contener con éxito dentro de su proyecto a gran parte de la
burguesía, pero esto se rompió al articularse determinadas fracciones empresariales a
sus sectores más parasitarios y reaccionarios antes y después del golpe.

• Creciente conservadurismo de las denominadas “clases medias” con capacidad de

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¡BOLIVIA DE PIE! GOLPE DE ESTADO: PODER Y HEGEMONÍA

atracción o irradiación cultural conjugada con una temporal capacidad de movilización


territorial.

• Pérdida parcial del caudal electoral del MAS, en particular, en ciudades capitales
de departamento. La atmósfera ideológica de ciertas ciudades todavía representa un
desafío para el MAS.

• Cortocircuitos entre las bases y dirigencias del movimiento popular y, por


consiguiente, perdida de representatividad y capacidad de convocatoria.

• Transformismo o derechización de cuadros y militantes del campo popular hacia


posiciones funcionales al golpe de Estado.

• Resquebrajamiento en la unidad del bloque histórico con la participación de


sectores populares -como fue el caso de ciertas fracciones del cooperativismo minero-
en la ejecución del Golpe de Estado.

• Relativo quiebre generacional en torno al proyecto que expresa el MAS.

b).-Sociedad Política o el Estado en términos oficiales:

• Pérdida de la cadena de mando del ejército y la policía; los sectores más reaccionarios,
que siempre existieron al interior de ambas fuerzas, lograron ganar la mayoría dentro de
sus pares y encabezar de manera cohesionada el Golpe de Estado. Las fuerzas represivas
del Estado se autonomizaron progresivamente del liderazgo nacional-popular y fueron
el núcleo articulador de toda la estructura golpista.

• Sistema educativo disfuncional en todos sus niveles (primaria, secundaria y


Universidad) en relación a la hegemonía que expresa el proyecto nacional-popular, y que
se cristalizó en un corto circuito relativo con ciertos sectores de la juventud.

Lo cierto es que producto de este reflujo en el liderazgo moral e intelectual del campo
popular, no se concentró a tiempo la movilización de masas para enfrentar al Golpe de
Estado; y, por su parte, la derecha pudo movilizar cohesionadamente a todas sus fuerzas
(militares, policías, paramilitares y parte de la movilización clase-mediera) logrando
imponerse y abrir un periodo de restauración neoliberal.

Llegados a este punto abra que señalar, también, que el MAS modernizó y perfeccionó la
maquinaria del Estado y, en particular, su aparato represivo; por ello, la policía y el ejército
tuvieron una mayor eficacia y cohesión para vencer temporalmente al campo popular en
noviembre de 2019.La situación era distinta a las movilizaciones de principios de los años
2000, al frente se tenía una estructura estatal más fuerte y robusta.

A su modo, el golpe expresó a un Estado que se imponía nuevamente a su sociedad civil.


En efecto, desde la Guerra del Agua del 2000, vimos a una potente sociedad movilizada
que transformaba las estructuras estatales y, precisamente, el golpe del 2019 representó
la respuesta del Estado que restablecía su principio de irresistibilidad o principio de

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¡BOLIVIA DE PIE! GOLPE DE ESTADO: PODER Y HEGEMONÍA

autoridad que es, por cierto, el dogma del Estado. A decir de Zavaleta (1983), “todo Estado
en último término niega a las masas, aunque la exprese o la quiera expresar, porque
quiere insistir en su ser que es el ser del Estado”.

En este sentido, el Estado es un conjunto de relaciones sociales que tiene una lógica hacia
la concentración y monopolización de la toma de decisiones en oposición a las masas
que representan una peligrosa democratización de lo público. Por eso, el Estado buscó
imponerse a la sociedad civil y, en el momento oportuno, restablecer viejas formas de
dominación, volviendo a la subalternidad a las clases sociales trabajadoras y de mayoría
indígena que habían osado tomar el poder; “tenían que poner en su lugar a estos indios”,
esa fue la lógica última y decisiva del Estado colonial en proceso de reconstitución, eso
simboliza la vejación y la quema de la Wiphala.

IMPOSIBILIDAD DE CLASE

Senkata y Sacaba representaron la victoria militar del bloque conservador y un


peligro mortal sobre la revolución en curso en nuestro país; se trató, sin duda, de una
contrarrevolución emprendida desde fracciones de la burguesía, la burocracia militar y
policial y una base social compuesta por una extendida clase media que se movilizaron
en torno a la toma del poder del Estado. Calles pintarrajeadas con el lema “fuera indios”
sintetiza esta articulación reaccionaria. Noviembre implicó la galvanización y unión de
todas las fracciones de la derecha; sin embargo, eso demostró ser una alianza efímera,
porque tan pronto el MAS fue desplazado del Órgano Ejecutivo, se dividieron en tres
grupos con características y matices que hay que señalarlos:

a.-Fracción Camacho, representó la tendencia de derecha más decidida y con mayor


articulación a policías, militares y paramilitares para perpetrar el golpe al costo que fuere.
Expresa a fracciones de la burguesía que quieren retomar el poder del Estado y disponer
sórdidamente de sus bienes, se trata de un tipo de burguesía que quiere reactualizar su
vinculación con el Estado y sus “favores”. Camacho es la expresión de un empresariado
gansteril. Son sectores burgueses menos articulados a la producción directa y su accionar
tiende al parasitismo social y, por ello, están dispuestos a todo.

El éxito conseguido por esta fracción se debe a que Santa Cruz es la región donde el
peso organizativo e ideológico de la burguesía es tradicionalmente más fuerte y donde la
constitución de las clases subalternas es menos homogénea y estructurada. Asimismo,
el MAS no proyectó una reforma intelectual y moral que desafié el liderazgo regional a
las viejas élites locales; hasta ahora la cruceñidad es definida en función a los criterios y
directrices de las élites políticas y empresariales. En efecto, en lo cotidiano se reproducen
y sedimentan, sin discusión alguna, las relaciones económicas, políticas e ideológicas
que apuntalan y afianzan a los sectores más conservadores y oligárquicos de Santa Cruz.

Sumando a esto el MAS se había abocado al trabajo con el sector empresarial agrícola,
descuidando su vinculación con otros sectores como ser el ámbito de los servicios,
construcción, sectores intermedios, etc. Esa falta de ligazón con otros sectores fue, en

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¡BOLIVIA DE PIE! GOLPE DE ESTADO: PODER Y HEGEMONÍA

cierta medida, crucial para el ascenso del golpismo en la región. La hegemonía debe
gestionarse permanentemente, su validez siempre está en disputa.

Camacho como expresión del sector burgués más parasitario, emergente de las
dictaduras, solo concibe y puede llevar adelante su proceso de acumulación capitalista
con el apoyo y financiamiento prebendal del Estado; esa es su lógica, por eso su accionar
está permanentemente dirigido a hacerse cargo del poder y la estructura del Estado, y
ha demostrado que está dispuesto a lo que sea; por ello, las fuerzas internas y externas
de la reacción lo utilizarán, como lo utilizaron en el pasado, para convulsionar el país y
generar nuevos conflictos que reaviven proyectos separatistas.

b). -La fracción Añez, expresó a los sectores burgueses más vinculados al lumpen y,
ciertamente, compartió mucha de las características de Camacho; su gobierno fue
principalmente la coalición contrarrevolucionaria del ejército, la policía, el capital
financiero y el capital agroindustrial a la cabeza del capital trasnacional representado
por la embajada norteamericana. Sin duda alguna, su gobierno fue la entropía, todo
el tejido institucional y social se derrumbaba bajo su dirección, progresivamente todo
dejó de funcionar: la economía, la salud, la educación,etc. En su inconstitucional gestión
gubernamental se tendía del Golpe de Estado a una crisis de Estado cada vez más
corrosiva.

En rigor, Añez-Mesa-Camacho representan a una clase social que tiene una concepción
instrumental del Estado, es decir, el uso de estructuras estatales para el beneficio
unilateral e inmediato de una clase o fracción de clase; en oposición, a las formas más
avanzadas de dominación en base a la articulación en el Estado de los intereses de
distintas clases y fracciones de clases, esto es lo que Marx (1973) llamaba “autonomía
relativa del Estado”, como expresión de formas desarrolladas de integración de intereses
en función a la dominación duradera de la burguesía como clase. Ciertamente, fue este
uso instrumental del Estado que no le permitió a esta clase generar mediaciones con
la sociedad civil y alianzas necesarias para dirimir la cuestión del poder a su favor; al
contrario, hizo un uso sórdido y unilateral del aparato del Estado en beneficio de sectores
del capital agropecuario y financiero, al mismo, tiempo que jaqueaba las empresas del
Estado para entregarlas a la voracidad del capital trasnacional; todo ello en un marco
de corrupción generalizada que acabó deslegitimando no sólo el gobierno de facto de
Jeanine Añez sino a todo el bloque de derechas.

El resultado crucial del cada vez más ilegitimo gobierno de facto fue la pérdida de la
cohesión y la unidad del aparato represivo que ya no se movilizó cuando en agosto
pasado el movimiento popular logró que el Estado pierda soberanía sobre su territorio en
el marco de las protestas para la convocatoria a elecciones que los golpistas no querían
y no podían afrontar. La herencia del gobierno de Añez-Murillo es la pérdida de la
unidad de acción de las fuerzas represivas del Estado, vale decir, que perdieron la ventaja
estratégica que viabilizaba su gobierno y la restauración de lo señorial en Bolivia.

Revista Digital N° 4 152


¡BOLIVIA DE PIE! GOLPE DE ESTADO: PODER Y HEGEMONÍA

C.-Fracción Mesa, representó el sector de derecha que tenían las mayores posibilidades
de dirigir la vuelta al modelo neoliberal en 2019, puesto que había logrado articular
temporalmente a la mayoría del bloque conservador y, además, sumando el voto de ciertos
sectores intermedios que con anterioridad habían votado por el MAS. Claramente, no le
faltó mucho para forzar una segunda vuelta, pero su carencia de proyecto; improvisada
estructura partidaria; reducida capacidad de generar alianzas duraderas y un liderazgo
timorato limitaron sus posibilidades de hacerse con el gobierno.

Camacho rebasó a Mesa e implicó el uso torpe de la fuerza, lo que necesitaba la derecha
en esos momentos era habilidad y astucia para dirimir la cuestión del poder. Mesa
dejaba que otros tomen la iniciativa y eso inviabilizó su proyección irremediablemente.
En la mañana del 10 de noviembre del 2019, cuando el MAS cedió y declaró nulas las
elecciones, llamando a conformar un nuevo Tribunal Electoral a medida de las exigencias
de la derecha, se estaba ante una derrota de envergadura en lo territorial, dado que la
derecha controlaba el país; pero, fundamentalmente, el MAS estaba ante una derrota
moral. En esas condiciones, la derecha unida podía haber llevado al país rápidamente a
elecciones donde, sin duda, se hubiese impuesto y con la legitimidad del voto empezar
la restauración neoliberal; pero esto requería no solo lucidez, sino una auténtica voluntad
de poder, cosa de lo cual carecía y carece Carlos Mesa.

En el fondo, el gobierno de facto y las distintas fracciones de la derecha representan la


incapacidad de toda una clase para manejar y dirigir el aparato del Estado, lo demostró
en momentos cruciales, donde la cuestión del poder no estaba aún definida y ni
resuelta. En realidad, se trata de una clase social que a decir de Zavaleta Mercado (2009)
representa una “burguesía incompleta” incapaz de producir un mercado interno, es decir,
su propio espacio de acumulación y constituir un Estado Nacional con soberanía como
su espacio político de desarrollo. Precisamente, porque es una burguesía constituida
colonialmente a partir de la dependencia de mercados externos no puede articular un
proyecto de desarrollo interno involucrando los intereses de otras clases sociales. Por eso,
también, no puede cohesionarse como clases porque sus diversas fracciones dependen
de determinados intereses externos, contrarios muchas veces entre sí o contrarios
a la formación de un mercado interno que articule los intereses de clase. La posición
dependiente que ocupa en el capitalismo periférico representa una menor captura
del plusvalor y ello lleva,entonces,a una lucha intestina por apropiarse de las rentas del
Estado, esto aviva el faccionalismo y su forma de reproducción endogámica. En el ámbito
de la autonomía de lo político, tampoco sus intelectuales orgánicos cohesionan a la clase;
al contrario, no superan esta atávica enajenación señorial y reproducen formas de poder
febles.

DE LA RESTAURACIÓN

No obstante, las estructurales fallas y limitaciones en el ejercicio del poder por parte
del bloque señorial, su ubicación y predominio clasista en lugares estratégicos de la
reproducción cultural, de la formación de cuadros policiales y militares y, principalmente,

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¡BOLIVIA DE PIE! GOLPE DE ESTADO: PODER Y HEGEMONÍA

en la división del trabajo hacen que tenga capacidad de reconstituirse y disputar el poder
político.

Claramente, hay que señalar que la reconstitución de las clases sociales frente a las
derrotas es muy distinta, a las clases populares puede costarles muchas décadas llegar
a recuperarse después de grandes derrotas, a diferencia de la burguesía que detenta-en
sentido bourdiano- una serie de capitales económicos, sociales y simbólicos que habilitan
su restitución.

Si bien es cierto que la derecha no es portadora de una reforma intelectual y moral


que se planteé como alternativa al proyecto nacional-popular; sin embargo, conserva
un decisivo predominio en ámbitos simbólicos o culturales. El ascenso social en Bolivia
en estos últimos años es producto del modelo económico implementado por el MAS,
pero el estatuto simbólico del ascenso social está dominado por los significantes del
bloque conservador. En efecto, hacia donde se asciende socialmente es hacia una “forma
de vida” que no es neutral en modo alguno, sino que reproduce y afianza el poder de
la burguesía señorial. El MAS es el motor del ascenso social en términos económicos,
pero dentro una forma de enclasamiento social que no domina y que en el fondo le es
hostil. En Bolivia, la pesada formación colonial heredada articula el ascenso social con
el blanqueamiento, es decir, con un “dejar de ser indígena” para asimilarse a un nuevo
estatus de mayor bienestar económico y reconocimiento social.

En términos de Paulo Freire, si no se discute de manera cada vez más englobante y


liberadora el orden ideológico, a la larga, por muchos avances económicos que existan,
el sueño del oprimido no será más que convertirse en el opresor. En el caso Boliviano,
blanquearse a imagen y semejanza de aquellos que están en la cumbre del ascenso social.
Se trata, ciertamente, de una forma de enclasamiento social enajenante y naturalizada
en múltiples ámbitos. En realidad, no se trata de conquistar a la clase media, sino de
visibilizar y cuestionar los mecanismos ideológicos que la constituyen como tal. Solo así
se podrá resquebrajar el dominio de lo señorial sobre ella y atraerla de manera duradera
a la hegemonía del bloque nacional-popular.

En el ámbito militar y policial esto es, por lo demás, particularmente importante en la


medida que sus efectivos se forman en esta denominada “clase media” y comparten
sus aspiraciones y prejuicios. Y si sumado a esto, no se trastocan las estructuras de
formación policiaco-militar estamos ante un combo reaccionario, cuyas consecuencias
las conocemos de sobremanera. Está claro, entonces, que aún son muchos los hilos que
mueve la burguesía señorial en el terreno ideológico y, frente a ello, hay que contraponer
una profunda reforma intelectual y moral en todos los niveles de formación policiaco-
militar. No basta, lo vimos, tener una Escuela Antimperialista para los militares, que
constituyó un avance, pero fue como una aguja en un pajar; es necesario encarar un
proceso de formación de alcance transversal y global, una cuestión inédita en nuestra
historia y para nada fácil, por cierto, pero vital.

Revista Digital N° 4 154


¡BOLIVIA DE PIE! GOLPE DE ESTADO: PODER Y HEGEMONÍA

Ahora bien, llegados a este punto, es necesario reconocer que la burguesía tiene y tendrá
alta capacidad de reconstitución debido a que detenta un estratégico predominio en
la división del trabajo y desde allí siempre buscará restaurar su poder. En efecto, en las
fábricas y diversos centros productivos prevalecen las determinaciones de la burguesía
señorial y esto tiene hondas repercusiones en el conjunto de relaciones sociales. En
realidad, en torno a la división del trabajo se mueven un conjunto de jerarquías sociales
y, en países como Bolivia, jerarquías raciales. No por casualidad, Gramsci (2005) afirmaba
que la “hegemonía nace de la fábrica”.

Hay un ámbito incuestionado de la dominación blancoide en Bolivia que se asienta en


la subalternización de las poblaciones indígenas en la división del trabajo. El capitalismo
en Bolivia se basa secularmente en un proceso de valorización gestado a partir de la
explotación de la fuerza de trabajo indígena. Dicho de otro modo, aquello que define
el colonialismo boliviano es la subsunción racializada de la fuerza de trabajo. En este
proceso recae el poder de las tradicionales clases dominantes bolivianas.

En efecto, la división del trabajo no es solo una forma a través de la cual se generan
excedentes económicos, sino una forma de disciplinamiento social, porque en la misma
se entablan y desarrollan relaciones de mando y obediencia que son, por lo demás,
políticas en sí mismas y que tienen hondas repercusiones en la estructuración de
jerarquías sociales.

Por consiguiente, tratar de erosionar el racismo, que es el dogma de la burguesía


señorial, sin modificar la división racializada del trabajo es una ilusión conservadora. Por
lo general, los estudios de racismo en Bolivia gravitan en torno a imaginarios o análisis
de subjetividades; sin embargo, muestran enormes limitaciones para dar cuenta de la
constitución y reproducción de las relaciones sociales racializadas. Como si el racismo
podría enmendarse con un “sana sana discursivo”.Como muy bien señala Ellen Meiksins
Wood (1998), hay en las últimas décadas interpretaciones de lo social que autonomizan
la ideología y la política de la reproducción del capital y quiebran el análisis de la
totalidad; en particular, al racismo se lo concibe como si fuera una cuestión únicamente
de creencias o subjetividades. Lo cierto es que el racismo está fuertemente anclado
en la división del trabajo y es un problema de clase en sí mismo, ahí está el quid de la
cuestión. Quizás, por ello mismo se quiera invisibilizar su real dimensión, fragmentando
la realidad con análisis basados unilateralmente en “imaginarios o subjetividades”. Son
prejuicios, ciertamente, los que gobiernan y nublan la mente de la oligarquía boliviana,
pero son prejuicios funcionales a un tipo de reproducción racializada del capital. Atrás de
los prejuicios de casta hay toda una lógica.

El poder blancoide en Bolivia tiene que ver con una forma específica de capitalismo
periférico que sobreexplota1 la fuerza de trabajo indígena, y mientras más lo hace,

El concepto de sobreexplotación fue desarrollado por Ruy Mauro Marini y hace referencia al pago por debajo del
1

valor de la fuerza de trabajo, es decir, un salario tan exiguo que no permite que la clase obrera (que en Bolivia
es mayoritariamente indígena) pueda solventar el conjunto de sus necesidades materiales y culturales.Ver Ruy
Mauro Marini, “Dialéctica de la Dependencia”, Ediciones Era, México, 1974.

Revista Digital N° 4 155


¡BOLIVIA DE PIE! GOLPE DE ESTADO: PODER Y HEGEMONÍA

más reactualiza el racismo. Por ello, la existencia misma del gobierno y movimiento
indígena es un desafío total, no importa si se generan mejores condiciones económicas
momentáneas para la burguesía, esta tarde o temprano tenderá a restablecer las viejas
jerarquías raciales que son la fuente primera de su acumulación.

En suma, frente a las condiciones que proyectan la reconstitución oligárquica, la respuesta


estructural es, por tanto, la modificación sustancial de estas condiciones que habilitan
nuevos Golpes de Estado.

A MANERA DE CONCLUSIÓN

Bolivia vive la Revolución más profunda de toda su historia, pero como toda Revolución
necesita radicalizarse para seguir existiendo y esto, a nuestro modo de ver, se logrará
con una modificación de la forma partido en el MAS, vale decir, articular mecanismos
que mantengan y profundicen la participación popular, y, paralelamente, generando
procesos solidos de formación de sus cuadros sin lo cual ya no es posible avanzar. Son
dos, entonces, los desafíos del MAS: continuar con el empoderamiento popular en la
organización partidaria y generar una estructura de formación de sus cuadros para
proyectar y afianzar su hegemonía.

Asimismo, es necesario avanzar en formas de autogestión como ser las Empresas Sociales
dirigidas por trabajadores, reconocidas por nuestra Constitución Política del Estado y
normativa vigente. En realidad, no es que no existan experiencias de autogestión, ya hay
varias fábricas recuperadas, aquí el Estado podía y puede hacer más, mucho más. El
Estado, ciertamente, no puede inventar la autodeterminación popular, pero si puede
potenciarla; y eso es lo que no se ha hecho a cabalidad con las Empresas Sociales que
ya existen y luchan por sobrevivir. En cada Empresa Social está la hidra de la revolución.

A su modo, esto también puede apostarse a los territorios indígenas que recibieron
millones de hectáreas de manera colectiva con el gobierno de Evo Morales, ahí el reto es
pasar de la propiedad colectiva a la producción colectiva. O, del mismo modo, potenciar
las formas de cooperativismo minero que en su fragmentación interna son funcionales
a formas de explotación impuestas por las empresas exportadoras y comercializadoras
de minerales.

Vale decir, que hay ciertos atisbos de autodeterminación económica que pueden llegar
a desafiar, si insistimos en ello, el predominio de la burguesía señorial en la división del
trabajo. Es cierto, que es un proceso que tiene sus contradicciones y tiempos, pero es
ineludible si se quiere radicalizar el presente.

Ahora bien, llegados a este punto, habrá que reconocer que no se podía haber derrotado
al golpismo, hasta donde se lo hizo, sin la unidad del campo popular y la visión estratégica
de su dirección .Que nadie se confunda, sin unidad y dirección era imposible triunfar.
Por eso, no se equivoca la derecha al atacar tanto la unidad como a los miembros de la

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¡BOLIVIA DE PIE! GOLPE DE ESTADO: PODER Y HEGEMONÍA

dirección histórica del bloque nacional-popular; no se equivoca en modo alguno, como


no son portadores de un proyecto alternativo, solo les queda fragmentar y decapitar al
bloque nacional-popular. Por ello, hay que insistir en la unidad y la cohesión entorno al
liderazgo probado y forjado en lucha, no hacerlo es la antesala de la derrota.

Definitivamente, solo la unidad y la dirección estratégica demostrada en todos estos


años de lucha es la única garantía del avance y profundización de la Revolución Política
que vive hoy Bolivia.

BIBLIOGRAFÍA

Gramsci Antonio (2005), Escritos Pedagógicos.Madrid.Editorial Fontamara.

Marx Karl & Friedrich Engels (1974), Obras Escogidas .Moscú. Editorial Progreso.

Meiksins Wood Ellen, (1998),The Retreat from Class,London.Verso.

Marini Ruy Mauro (1973).Dialéctica de la Dependencia. Editores Era.

Zavaleta Mercado René (1983). Las masas en Noviembre. La Paz. Editorial Juventud.

Zavaleta Mercado René (2009). La autodeterminación de las masas.Bogota. Clacso.

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¡BOLIVIA DE PIE!

Revista Digital N° 4
¡BOLIVIA DE PIE!

JUAN YUNPA: EL PRIMER FILÓSOFO ANDINO


REGISTRADO DURANTE LA DOMINACIÓN COLONIAL
ESPAÑOLA
Por: Víctor Mazzi

Filósofo mencionado por Felipe Guamán Poma


de Ayala en su Nueva Crónica y Buen Gobierno.
(1613) p. 883 [897]. A referencia del cronista, nuestro
filósofo nació en Uchuccmarca, Lucanas - Ayacucho.
No sabemos la fecha exacta de su nacimiento,
probablemente nació entre 1520 ó 1530, debido a
los conocimientos que adquirió, le fue trasmitido
mediante el vínculo del ayllo (comunidad-
familia). Probablemente sus familiares fueron
hamutay (Amautas) y quipocamacayocs yarovilcas,
desplazados desde Huanucopampa a tierra de
los Rucanas, durante el gobierno de Túpac Inca
Yupanqui.El cronista informa que vivió 150 años,
“sólo le faltaba leer y escribir” (reflexionar bajo los
códigos de la escritura hispana). Es el primer filósofo
andino registrado durante la dominación colonial
española.

CONOCIMIENTOS ASTRONÓMICOS
Muestra dominio del conocimiento
de la astronomía. Llevaba registro de
las fases de la luna y los periodos que
presentó en cada calendario agrícola.
Versado en seguir los periodos de las
salidas y puestas del sol, registrando el
solscistio de invierno Inti Raymi (21 de
junio) y solscistio de verano o Capac
inti raymi quilla (21 de diciembre).
Siguió la tradición de registrar las
puestas y salidas del sol mediante la
observación de “ceques” y “suqanqas”,
marcas de referencia que presenta la morfología geográfica de los andes que permitían
registrar una regularidad observable con mucha precisión. La medida del tiempo se
registró mediante la observación del Intihuatana “reloj de sombras”. Tuvieron en cuenta
dividir el tiempo en partes: suc huaycucuy (una hora); hunca hunac (una semana) suc
quilla (un mes); chicta quilla (medio mes); Suc huata (un año). El año se determinaba
observando el único día cuando el sol no produce sombra alguna en el intihuatana, esto

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JUAN YUNPA: EL PRIMER FILÓSOFO ANDINO REGISTRADO
¡BOLIVIA DE PIE! DURANTE LA DOMINACIÓN COLONIAL ESPAÑOLA

sólo ocurre el 21 de junio, celebrándose el inti raymi (fiesta del sol); el mes se determinada
mediante las fases de la luna, indicando que quilla puran marca una nueva fase lunar.
El cultivo de la sabiduría astronómica sirvió para determinar el calendario agrícola y
determinar los periodos de lluvias en los andes. El registro numérico de las regularidades
astronómicas le permitió predicción de eclipses, tanto solares, como lunares. Los eclipses
se registraban en el quipo que llevaba en sus manos. Realizó registro de los periodos
con que los cometas aparecían en los andes. Registró las regularidades de aparición del
planeta Venus (Coyllor) tanto en el amanecer (pacari coyllor), como en el atardecer (Caza
coyllor) Llevaron un registro de constelaciones en el cielo: Yutu (Perdiz), wara wara (Las
pleyades). Ñawi paco (ojo de la llama). Observaron el fondo de la vía láctea y compararon
el movimiento de los cielos como willkamayu (gran río sagrado) que discurre arrastrando
a las constelaciones. Consideraban que la ruptura de la armonía natural con la pacha
(universo) causaba onqoy (enfermedades) y pachacuti (cataclismos); guardar armonía
indicaba seguir normas morales muy estrictas, evitando aparición de enfermedades que
afectasen al ayllo.
MATEMÁTICAS
Fue un formidable matemático. El
quipo le sirvió como herramienta de
registro y para llevar “quentas”. Las
operaciones aritméticas las realizaba
mediante el uso de la Yupana, singular
ábaco andino que permite realizar
cálculo de cifras muy altas. Estableció
el concepto numérico Pantacac
hunu (incontable-infinito), utilizó
el sistema numérico decimal para
establecer jerarquías cuantitativas.
Aplicó el control estadístico estatal
Inca para registrar población, tributos,
producción agrícola, guerrreros,
ganadería de camélidos, entre otros.
Este registro estadístico se realizaba
cuidando “no errar cifra alguna”,
para lo cual utilizó dos sistemas de
registro numérico que al compararse
completaban un valor determinado.
En el sistema yana (negro) las cifras
son valores resultantes de la adición;
mientras que en el sistema t’iuspa son
valores resultantes de la sustracción.
Para establecer con exactitud una
cifra, había que comparar cuentas
entre dos quipocamayocs.

Revista Digital N° 4 160


JUAN YUNPA: EL PRIMER FILÓSOFO ANDINO REGISTRADO
¡BOLIVIA DE PIE! DURANTE LA DOMINACIÓN COLONIAL ESPAÑOLA

REFLEXIÓN
Establecieron el concepto “pacha” para designar el
universo y sus respectivas categorías de existencia.
Pacha como tiqse (principio, fundamento) designa
Cay pacha (este mundo) existente, inmediato. Pacha
también es tiempo, se le asoció con las observaciones
astronómicas y sus regularidades. El conocimiento
de pacha (universo) fue manifiesta a través de yachay
(sabiduría), la búsqueda de armonía de pacha dentro
de su inagotable movimiento, permitía acceder a
la condición de Pachayachachiq (el que enseña y
aprende sobre el universo). Tuvieron tres condiciones
para establecer yachay (saber verdadero). Una
condición “caman” lo justo, lo recto que viene a
nosotros por vía del uso del oficio, saber o talento.
La condición opuesta es “Ccaci simi” palabras vanas,
sin fundamento. La segunda condición de verdad es
Sullul o Checca: “verdad o cosa verdadera”, la verdad
se asume con mucha confianza, Sullulmantapas
(verdaderamente y con toda la verdad). La condición máxima fue de sullulmanta yachaq
(Sapientisimo). La tercera condición es hamutay yachaq (el que inventa conocimientos
nuevos), también designado como el que genera huamac hamuttay (invención, novedad).
Estos sabios conjeturaban mediante huatuni “soltar enigmas o preguntas buenas y
oscuras”, generaban conocimientos complejos, huatunacta rimani “hablar por enigmas
o por palabras oscuras de adivinar o entender”. Hamu hamu soncoyoc, designaba al
“universal versado y entendido en todo lo que penetra y da razón de todo”. Entendían el
error como forma natural del manifestarse en el no-conocimiento, matuctam huatuni,
“errar y adivinar falso” fue el riesgo de presentar tuquini “dudar, no determinar el
conocimiento, estar perplejo”. Tuvieron una filosofía moral de trabajo, todo el sistema de
valores tornó en ayni “reciprocidad” y çumayniyoq “honrado”. Capac runa fue el modelo
moral más usual, se refiere al hombre alegre y gracioso en el trabajo, el que es bien
gobernado y va con gusto adelante, no se cansa de trabajar.

BIBLIOGRAFÍA

GUAMAN POMA DE AYALA, Felipe (1936) [1613]. Nueva Corónica y Buen Gobierno (Codex péruvien illustré).
París: Institut d’Ethnologie.

(1980). Nueva Crónica y Buen Gobierno. México D.F. Siglo XXI Editores. 3 vol. Edición crítica Rolena Adorno
y John Murra. Traducción del quechua por Jorge Urioste.

(1991)Y no hay remedio. Lima: Edición CIPA. Presentación Mons. Elías Prado y Alfredo Prado.

"El sitio de Guamán Poma" [898]. Link: www.kb.dk/permalink/2006/poma/info/es/frontpage.htm

KUSCH, Rodolfo (1970). El pensamiento indígena y popular en América Latina. Buenos Aires. Editorial
Hachette.

MAZZI, Víctor (1994). Presentación de Juan Yunpa. Lima: Editorial Kollana

Revista Digital N° 4 161


¡BOLIVIA DE PIE! LA ALIANZA ENTRE EL PACHAMAMISMO Y LA ULTRA DERECHA

Revista Digital N° 4 162

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