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LA LUNA Y MI POESIA

El día que te haga el amor, lo voy hacer en poesía, iniciando en prosa perturbando tus labios
gruesos y desafiando a tu lengua estridente y juguetona, recorriendo lento y pausado con
mimos en tu cuello, acomodando tu larga cabellera, buscando llegar a tus pezones para gozar
del elíxir de haber amamantado a un bello ser humano.

Recorreré cada centímetro de tu cuerpo esbelto y sazonado, me detendré en tu vientre que ha


gestado, gozando del arte que ha tallado en tu piel esa madurez de madre, penetrare
primeramente el meollo de tu estructura física buscando satisfacer mi fantasía hasta llegar a
comprender la fuerza de la energía universal, como quien desea introducir la fe en tu espíritu.

Seguiré deleitándome en ese recorrido lento y pausado por tus muslos largos como camino
zigzagueante que conduce a la “pakarina” de la vida hasta llegar a ver la flor cóncava de tu
cuerpo, esa parte intima que muchos pistilos la desean.

De seguro estoy que es de color rojo pasión con pinceladas oscuras que se asemejan a la
semilla sagrada del ande el “hayruro”. Con olor del gozo sufrido orientado al deseo de crear
nuevas sensaciones que se traduzcan en la bendición de la persona amada.

Terminare en verso, cuando inicie el ritual de allanar tu templo creador al ritmo de un devoto
consternado buscando perdón de sus pecados, comprendiendo la ingenuidad en sus miedos de
la vida. Cada segundo que lo convexo se introduzca en lo cóncavo, estoy seguro que
incrementara los movimientos cadenciosos corporales que van a humedecer el conducto que
lleva a la matriz del inicio de la vida.

Seguiré en ese ritual de implantación buscando que explotes de placer al entender que el amor
es la fuerza que une a toda la creación entre sí y toda ella con la fuente que le dio la existencia
a la que voy a denominar Diosa del éxtasis.

Llegaran momentos de monotonía, ese rato juntos buscaremos una nueva forma de seguir
explotando en la excitación mutua, trazando un mapa de retorno a esa postura, a esos
gemidos, a esos labios de explosión de deseo, a esos fluidos que lubrican el momento, a la
resurrección... por si se nos antoja volver.

Terminare amordazando a los testigos: tu luna, mi poesía y a la fiera que reposa en mi ser.

Observare al detalle las sábanas que sirvieron de receptores de líquidos y movimientos furtivos
como campo minado; nuestras lenguas danzantes descansaran como guerreros después de una
batalla victoriosa. Tus gotas de sudor quedaran tatuadas en mi ser.

Al término de este momento de bendición hare un pacto con la eternidad o la amnesia de ese
instante, recordando por siempre comprenderé que del amor no hay poemas malos... solo los
que se deben repetir.

Después de vaciar mi energía fluida masculina buscare entender al verdadero amor que da la
libertad absoluta, pues si Dios nos dio el libre albedrío, nadie puede forzar a no hacer lo que
hemos decidido. Aceptare amar todo como es, sin tratar de cambiar nada de tu personalidad,
sólo ver tu esencia divina que es perfecta; cuando me vuelva a dirigir a ti, se producirá una
elevación de vibración en mí, hecho que en mi conducta oscura se aclare mi deseo.

A cambio de ese momento mi meta serás volver a la conciencia de la unidad, porque, mientras
este estancado en mi ego no podré practicar el amor incondicional. Buscare entender que no
sólo es necesario deshacerme del ego separatista para obtener la suficiente energía amorosa
que se transformará en amor puro al Todo.

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