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“Si la esperanza que tenemos en Cristo fuera sólo para esta vida, seríamos los más desdichados de todos
los mortales” (1ª de Corintios 15:19 NVI).
Como cristianos, nuestra vista mira más allá del horizonte de este mundo. Anhelamos el momento de la
Segunda Venida de Jesús y la resurrección de los muertos. Anhelamos también el momento en el que
Dios hará justicia y establecerá un mundo mejor.
La esperanza activa
Isabel Gonzales
Podemos pensar que, como cuando Jesús venga terminará con la pobreza y la opresión, no es
necesario que hagamos nada ahora por remediar estas situaciones.
Sin embargo, se nos pide que vivamos en este mundo con justicia. Es nuestro deber
preocuparnos por aquellos que necesitan nuestra ayuda, y suplir sus necesidades según
nuestras posibilidades.
Recuerda: si quieres vivir con Jesús por la eternidad, debes vivir hoy como Él vivió (Hechos
10:38).
Sin esperanza de justicia, sin esperanza de juicio, sin esperanza de que las cosas se
hagan bien, nuestro mundo sería un mundo absurdo.
Las injusticias cometidas en este mundo no caen en el olvido. Un día, Jesús pondrá todas
las cosas en orden. Él “pagará a cada uno conforme a sus obras” (Mateo 16:27).
Ésta es una buena noticia para todos los que padecen a causa de las injusticas cometidas
en este mundo.
“Aférrate del bienestar, de la fe, de la esperanza que Dios te ha dado por su Palabra. Nunca te
desanimes… Debemos “aferrarnos” y vivir a la altura de toda la luz que hemos recibido del cielo. ¿Por
qué? Porque Dios desea que nos aferremos fuertemente de la verdad eterna, y actuemos como su mano
ayudadora, para comunicar la luz a aquellos que no se han dado cuenta del amor que siente hacia ellos…
Hemos de esperar vigilantemente la venida del Señor… Cada momento ha de ser fielmente empleado”.
Elena G. White (Hijos e hijas de Dios, 10 de diciembre).