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CASO PRÁCTICO

MARÍA, DOCTORANDA EN PSICOLINGÜÍSTICA

María es una doctoranda de Chile que acaba de llegar a España. Cuando llega a la universidad, está
encantada con realizar una gran investigación en el área de psicología lingüística. Empieza a conocer a
gente del departamento y se entusiasma con el ambiente de investigación en la universidad.

Queda con su director de tesis para fijar el tema, que estará centrado en los procesos cognitivos
relacionados con la resolución de problemas. Su director le proporciona una abundante bibliografía y le
anima a leer todo el tiempo posible para hacerse con el estado de la cuestión. Durante las primeras
semanas María se siente ilusionada con su condición de doctoranda. Acude a la biblioteca con ganas y se
enfrasca en la lectura de artículos y libros. Pero a la cuarta semana, María se empieza a sentir bastante
aislada y aburrida. Le resulta duro leer todo el tiempo, y cumplir con sus 7 h y media de trabajo (horario al
que está obligada por la beca PIF que percibe). De hecho con frecuencia llega tarde, se va antes, etc. Trata
de quedar con su director de tesis, pero le dice que siga leyendo un par de meses y luego hablan. No hay
doctorandos en su área a tiempo completo. Los que están trabajan y solo de vez en cuando pasan por la
universidad a ver a su director.

María empieza a engancharse cada vez más en redes sociales cuando está en la biblioteca. Conecta
por Instagram, whatsapp y Facebook con sus amigos de Chile, lee las noticias, rastrea vídeos de Youtube.
Esto hace que cada vez le cueste más concentrarse.

Después cuando vuelve a casa y se siente un poco culpable, piensa: Total, aún me quedan 3 años de
doctorado. Tengo tiempo para todo.

Un día realiza un curso de doctorado y conoce a otros doctorandos. Toman café juntos y le comentan
que tienen un grupo con el que quedan para comer de vez en cuando y hacer algunos planes juntos. Queda
a comer varias veces con ellos, toma confianza con algunos y en algún momento le comenta a David,
doctorando de educación que está en su tercer año, su situación de falta de motivación y pereza. David le
anima a volver a hablar con su director de tesis, y pedirle un mayor seguimiento, o al menos empezar a
formular un posible esquema de tesis. Le sugiere tomar notas de cada libro o artículo consultado y hacer
una base de datos de la bibliografía consultada. María vuelve a casa ese día más contenta, se siente más
motivada y sobre todo comprendida.

Vuelve a la carga con más ilusión a la tesis, queda con su director y concreta mejor las metas.
Quedarán cada mes con metas concretas y cuantificables.

Sigue trabajando y cada vez va centrando mejor el tema. Un día su director de tesis le anima a que se
presente a un congreso de jóvenes investigadores. A María le pilla con poco tiempo porque ese año le han
pedido que colabore impartiendo clase en el grado de psicología y ha tenido que dedicar mucho tiempo a la
preparación de clases. De hecho se siente tan escasa de tiempo que decide tomar prestadas algunas ideas
de otros artículos. Su comunicación en el congreso resulta un poco plagiada. Aunque introduce algunas
citas, lo cierto es que muchas ideas las parafrasea, de modo que da a entender que las ideas son suyas,
utiliza otras palabras, pero prácticamente siguiendo la misma estructura y contenido.

Acude al congreso, expone su ponencia y conoce a muchos otros investigadores en su misma


situación. La verdad es que queda encantada y admirada del nivel de otros investigadores y en el fondo se
siente un poco avergonzada de haber copiado un poco su ponencia. Pero como no le da mucho la vida para
reflexionar, sigue adelante.

Su director de tesis le anima a publicar artículos para ir poco a poco labrándose un currículum
además de trabajar en la tesis. Poco a poco, cada vez se siente más presionada de tiempo, porque además
tiene más encargos en el departamento y cada vez conoce a más gente en la universidad y sus relaciones
sociales aumentan. El caso es que María va tomando la costumbre de ir copiando las ideas de otros de
forma solapada. Pero un día le entrega uno de sus artículos a un profesor para que se lo revise y él le
comenta que se nota que las ideas no son suyas, y que el estilo que utiliza no es homogéneo, es decir, que
claramente parece un puzzle, un “corta y pega” de artículos distintos. Se lo dice con amabilidad pero con
claridad. María se siente descubierta y profundamente humillada y decide empezar a romper con esa mala
práctica.

Pasados unos meses, su director de tesis le pide si puede ayudarle con la realización de unos
experimentos con la prueba WRAT, la cual mide las habilidades matemáticas. María accede; no tiene
mucha confianza con su director pero sabe que tiene que tenerle contento, porque depende de él para
poder defender su tesis y tener carrera académica. Así que María le hace los experimentos. Acude durante
varias semanas al laboratorio de psicolingüística de la universidad. Allí realiza una serie de ejercicios con
niños comprobando sus habilidades matemáticas a través de una serie de pruebas. Después su director le
pide si puede hacerle el estudio de los resultados, la presentación de los resultados en gráficas, y aplicar la
estadística. Le explica que lo necesita en una semana porque tiene que presentarlo en un congreso y le
urge. María lo hace aunque por dentro se siente un poco “utilizada” pero piensa que quizás sea una
oportunidad para promocionarse a nivel académico. Da por hecho que ella acompañará a su director de
tesis en el congreso ya que está participando en la ponencia. Al realizar las gráficas, encuentra algunos
resultados que no le cuadran por completo y decide omitirlos para que queden mejor los resultados y la
hipótesis quede mejor probada. Total, piensa, es solo “retocar” un poco la gráfica. Cuando le entrega su
parte, su director se lo agradece pero no le menciona la posibilidad de participar en el congreso. Pasa el
tiempo y un día descubre en la biblioteca las actas del congreso publicadas y el artículo de su director
firmado exclusivamente por él y sin que la mencione. María entra en ira, pero no se atreve a enfrentarse
con él porque se siente en desventaja. Si se enfada, puede que no quiera seguir dirigiéndole la tesis, y ya
está en un momento avanzado como para cambiar de director. María queda para tomar café con su grupo
de doctorandos y cuenta todo a sus amigos añadiendo unas cuantas críticas más de otros miembros del
departamento. Momento en el que cada doctorando empieza a desahogarse con sus dificultades con sus
directores de tesis respectivos.

PREGUNTAS:

1. ¿Cómo crees que María debería haber afrontado el problema con su director de tesis?

2. ¿Te parece que es una dificultad real el aislamiento durante la época de doctorado?

3. ¿Qué valoración te merece el caso de plagio o el de modificación de los resultados modificando las
gráficas? ¿Qué otras malas o buenas prácticas te parecen que deben de tenerse en cuenta en la
investigación?

4. ¿Qué aconsejarías a un doctorando de primer año con mucho tiempo por delante?

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