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Voces: - RECURSO DE PROTECCIÓN - ACTO ILEGAL Y ARBITRARIO - DERECHO A LA


EDUCACIÓN - ESTABLECIMIENTOS EDUCACIONALES - ARRENDAMIENTO DE
SERVICIOS INMATERIALES - CLÁUSULAS CONTRACTUALES - AUTONOMÍA DE LA
VOLUNTAD - PRINCIPIO DE NO DISCRIMINACIÓN - IGUALDAD ANTE LA LEY -
RECHAZO DEL RECURSO - DISIDENCIA -

Partes: López Pugh, Sergio y otra c/ Colegio The Southern Cross School | Recurso de
protección

Tribunal: Corte Suprema

Fecha: 10-nov-2008

Cita: MJCH_MJJ18658 | ROL:4406-08, MJJ18658

Producto: MJ

Por mayoría, la Corte Suprema entendió que la exclusión de un alumno de un establecimiento


educativo basada en la no obtención de ciertas calificaciones mínimas requeridas como
condición en el contrato de prestación de servicios educacionales que unía a las partes.

Doctrina:

1.- Corresponde confirmar la sentencia de alzada por la que no se hizo lugar al recurso de
protección deducido, habida cuenta que no se consideran conculcadas las garantías
constitucionales denunciadas por el recurrente.

2.- No es razonable la exclusión de un menor de un establecimiento educativo en base a no


haber obtenido determinadas calificaciones, no tan sólo porque la diferencia de calificaciones
se reduce a décimas sino porque es insuficiente para justificar la imposibilidad de la
continuación de su proceso educativo. (Del voto en disidencia del Ministro Sr. Haroldo Brito y el
abogado integrantes Sr. Benito Mauriz)

3.- El contrato de prestación de servicios educacionales, no obstante contener una cláusula


que permite la exclusión de quien no obtenga determinadas calificaciones, no justifica la
desvinculación del estudiante, porque en razón de lo que se trata, «educación» en el sentido
del artículo 2º de la Ley de Enseñanza , esa estipulación es impertinente; y aunque con dicha
cláusula se pretende estimular la dedicación al estudio y generar condiciones generalizadas en
tal sentido, lo cierto es que respecto del menor de que se trata su aplicación es claramente
injustificada, toda vez que este alumno recibió buenas calificaciones en todas sus mediciones,
siendo descalificado sólo por dicha pretensión de excelencia fundamentada únicamente en la
referida cláusula contractual. (Del voto en disidencia del Ministro Sr. Haroldo Brito y el abogado
integrantes Sr. Benito Mauriz)
4.- La autonomía de la voluntad y la aceptación la cláusula que permite excluir a un alumno de
un establecimiento educativo en razón de sus calificaciones no legitiman la decisión reclamada
atendido el contenido moral del contrato, por la especial naturaleza de lo regulado. (Del voto en
disidencia del Ministro Sr. Haroldo Brito y el abogado integrantes Sr. Benito Mauriz)

5.- La decisión de excluir al menor en razón de sus calificaciones no es aceptable desde la


perspectiva de la garantía constitucional de la igualdad. no obstante entender que la
diferenciación es objetiva -porque no es consecuencia de criterios sujetos a interpretación y
porque nada indica un proceder selectivo tenido corrientemente como forma de
desconocimiento- a juicio de los disidentes no es razonable o proporcional. (Del voto en
disidencia del Ministro Sr. Haroldo Brito y el abogado integrantes Sr. Benito Mauriz)

6.- La solidaridad ha de ser tenida en cuenta para interpretar la garantía de la igualdad,


atendida su condición de valor moral justificante de los derechos; y es desde su sentido no
egoísta, esto es desde que los demás nos importan y que siempre han de integrar la
comunidad, que corresponde desestimar la solución contractual y preferimos esta que implica
entender que no han concurrido razones aceptables para separar al menor del establecimiento
educativo en razón de sus calificaciones. (Del voto en disidencia del Ministro Sr. Haroldo Brito
y el abogado integrantes Sr. Benito Mauriz)

Santiago, 10 de noviembre de 2008.-

Vistos:

En el motivo duodécimo del fallo en alzada se suprime la oración desde donde dice
"consecuencialmente" hasta "se estiman conculcadas".

Se confirma la sentencia apelada de diez de julio pasado, escrita a fojas 126.

Acordada contra el voto de los señores Brito y Mauriz, quienes fueron de parecer de revocar la
sentencia apelada y hacer lugar al recurso de protección disponiendo el reintegro del
estudiante por quien se ha accionado, atendidas los siguientes fundamentos:

1ª.- No obstante existir un contrato de prestación de servicios educacionales, el conflicto


jurídico derivado de la no renovación de la matrícula de estudios no es de naturaleza
contractual. Esta cuestión está vinculada al derecho a la educación y al derecho de los padres
de escoger el establecimiento de enseñanza para sus hijos que previenen los numerales 10º y
11º inciso 4º del artículo 19 de la Constitución Política de la República y, como se explicará, ha
de ser resuelta desde la garantía de igualdad; por todo lo cual han de aplicarse criterios
jurídicos relativos a esta clase de derechos constitucionales.

A juicio de los disidentes la exclusión del estudiante es arbitraria, y vulnera la ya mencionada


garantía de igualdad.

2ª.- Es sabido que los derechos fundamentales tienen una pretensión moral que llega a ser
recepcionada por el Derecho positivo para que la finalidad de estos pueda ser alcanzada
plenamente. Esto es así porque su fundamentación es de orden moral, mientras que el
concepto es de índole jurídica.De lo anterior deriva que una acertada comprensión de esta
clase de materia sólo puede ser resultado del escrutinio de la moralidad implícita de lo que se
trata y de su correspondencia con la legalidad -y la arbitrariedad en esta clase de acción-, esto
es, dicho de otro modo, el análisis no ha de hacerse sólo desde la juridicidad que deriva de la
ley secundaria como son las normas contractuales sino también a partir de los valores jurídicos
y del contenido de la norma constitucional eventualmente vulnerada.

3ª.- El recurso de autos obliga a resolver si la referida exclusión importa una negación
injustificada de la igualdad de acceso a la educación que la Constitución Política de la
República asegura, en este caso por la imposibilidad de que el menor continúe su proceso
formativo en el colegio al que se integró en las anualidades precedentes.

Es un problema de igualdad de oportunidades porque, como se ha dicho, la decisión del


educador impide que el estudiante conserve la calidad de integrante del establecimiento
educacional y obtenga los beneficios educativos que su desarrollo requiere y que se espera
sea completo, en circunstancias que estos son proporcionados a los demás alumnos.
Planteadas así las cosas, los disidentes se preguntan si tal discriminación a resultas de no
haber obtenido el niño en algunas asignaturas nota igual o superior a cinco sino una levemente
inferior, queda suficientemente justificada.

En concepto de los disidentes el contrato de prestación de servicios educacionales, no


obstante contener una cláusula en tal sentido, no justifica la desvinculación del estudiante,
porque en razón de lo que se trata, educación en el sentido del artículo 2º de la Ley Nº 18.962
, ésa estipulación es impertinente.Si bien la lectura de su texto puede conducir a que con ella
se pretende estimular la dedicación al estudio y generar condiciones generalizadas en tal
sentido, lo cierto es que respecto del menor de que se trata su aplicación es claramente
injustificada, toda vez que este alumno recibió buenas calificaciones en todas sus mediciones,
siendo descalificado sólo por dicha pretensión de excelencia fundamentada únicamente en la
referida cláusula contractual.

Además, en nuestro criterio, la autonomía de la voluntad y la aceptación de aquella cláusula no


legitiman la decisión reclamada atendido el contenido moral del contrato, por la especial
naturaleza de lo regulado.

En esta parte, en que los términos del contrato no sirven para la solución del conflicto, es útil
tener en cuenta la opinión de Gregorio Peces-Barba Martínez en el sentido que el valor
solidaridad actúa "como exigencia moral para crear una relaciones de convivencia más
integradas, más comunitarias, donde la libertad sea menos aislacionista y más comunicativa",
lo que afirma luego de indicar que no es posible aceptar que en las relaciones actuales prime
el contrato como una forma generalizada de las relaciones interpersonales (Lecciones de
Derechos Fundamentales. Colección Derechos Humanos y Filosofía del Derecho. Dykinson.
Madrid. 2004).

4ª.- Para el análisis de la garantía de la libertad es indispensable tener en consideración que la


igualdad supone que todas las personas deben ser tratadas igualitariamente, y que un trato
diferenciado es concebible únicamente a resultas de razones valederas, porque de no existir
estas o ser inaceptables las que sean entregadas se está en presencia de
discriminación.También es útil recordar la Observación General Nº 18 de 11 de septiembre de
1989 sobre no discriminación del Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas, que
señaló por discriminación debe entenderse "toda distinción, exclusión, restricción o preferencia
que se basen en determinados motivos, como la raza, el color, el sexo, el idioma, la religión, la
opinión política o de otra índole, el origen nacional o social, y que tengan por objeto o resultado
anular o menoscabar el reconocimiento, goce o ejercicio, en condiciones de igualdad, de los
Derechos Humanos y libertades fundamentales de todas las personas".

5ª. La decisión de excluir al menor no es aceptable desde la perspectiva de la garantía


constitucional de la igualdad. En efecto, no obstante entender que la diferenciación es objetiva
- porque no es consecuencia de criterios sujetos a interpretación y porque nada indica un
proceder selectivo tenido corrientemente como forma de desconocimiento-, a juicio de los
disidentes no es razonable o proporcional. La razonabilidad, o la justificación razonable de lo
que se trate es un indicador al cual debe recurrirse para constatar la presencia de objetivos
válidos o conformes con la Constitución, y la inferencia en algún sentido ha de ser
consecuencia de un proceso intelectivo en el que los valores han de ser ponderados y
sopesados, el que también otorga posibilidades de control por terceros (En este sentido Robert
Alexy. "Teoría del Discurso y Derechos Constitucionales". Distribuciones Fontanamara.
México. 2005).

Es claro, y no es necesario justificar la afirmación, que el Derecho aceptaba discriminaciones,


y que el limite de las mismas han de ser los valores que sirven de base a los Derechos
Fundamentales y a la organización del estado democrático de Derecho. En la especie se trata
de una segregación a consecuencias de un resultado académico considerado insuficiente.
Esta exigencia está directamente relacionada con la inherente condición de menor en pleno
proceso educativo.En concepto de los disidentes ha de tenerse en consideración que ha sido
formulada no obstante que la naturaleza del proceso educativo que el colegio aceptó
desarrollar implica la posibilidad del fracaso, y que la objeción de la educadora consiste sólo en
la obtención de calificaciones levemente menores a las esperadas en una de las áreas del
conocimiento, porque en la integralidad no hay reparos.

En estas condiciones la separación del menor no es razonable, no tan sólo porque la diferencia
de calificaciones se reduce a décimas sino porque es insuficiente para justificar la
imposibilidad de la continuación de su proceso educativo. Hay que preguntarse si tales notas
determinan una convicción en el sentido que el menor está irremediablemente impedido de
continuar en ése colegio. La misma pregunta hay que hacerla en relación con los demás
estudiantes; tampoco resulta justificado que éstos resultarían afectados de continuar la
relación condiscipular, puesto que no se trata de muchachos descalificados para la educación
regular sino, por el contrario, claramente pertenecientes al grupo etario del que se le separa.
Todo indica que la referida exigencia no está vinculada al proceso educativo del menor, y que
opera como un mecanismo descalificador encaminado a generar condiciones grupales de
excelencia formal. No hay, en consecuencia, proporcionalidad entre la discriminación y algún
legítimo objetivo recogido por la Constitución, y esta sola convicción hace procedente acoger la
acción.

Pero es precisamente en esta parte de la argumentación que la solidaridad ha de ser tenida en


cuenta para interpretar la garantía de la igualdad, atendida su condición de valor moral
justificante de los derechos; y es desde su sentido no egoísta, esto es desde que los demás
nos importan y que siempre han de integrar la comunidad, que optamos por desestimar la
solución contractual y preferimos esta que implica entender que no han concurrido razones
aceptables para separar al menor. 6ª. Por todo lo anterior, los disidentes entienden que ha
existido arbitrariedad en el obrar de la recurrida, y que se ha vulnerado la garantía
constitucional de la igualdad; condiciones que en su criterio son suficientes para hacer lugar al
recurso de protección.
Regístrese y devuélvase, con sus agregados.

Redacción a cargo del Ministro señor Brito.

Nº 4406-2008.

Pronunciado por la Tercera Sala de esta Corte Suprema, integrada por los Ministros Sr. Adalis
Oyarzún, Sr. Héctor Carreño, Sr. Haroldo Brito y los Abogados Integrantes Sr. Benito Mauriz y
Sr. Ismael Ibarra.

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