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El capitalismo es un sistema económico en el que los individuos privados y las

empresas de negocios llevan a cabo la producción y el intercambio de bienes y


servicios mediante complejas transacciones en las que intervienen los precios y los
mercados.
Surgido en Europa en el siglo XVI y concebido principalmente, al menos, de tres
formas diferentes dependiendo del énfasis en la consideración de ciertas
características como determinantes o intrínsecas desde enfoques respectivamente
políticos, culturales y sociales, sin que esto implique necesariamente una exclusión
mutua de las diferentes definiciones.
En cada caso existe una referencia en el origen etimológico de la palabra
"capitalismo" a la idea de capital, y estas referencias son codependientes: quienes
crean o adquieren capital permanecen como sus propietarios (capitalistas) durante
el proceso de producción, la rentabilidad del capital invertido en un libre mercado
de productos y servicios es el eje central de la vida económica.
Estas definiciones serían:

El régimen económico en el cual la titularidad de los medios de producción es


privada, entendiéndose por esto su construcción sobre un régimen de bienes de
capital industrial basado en la propiedad privada.
La estructura económica en la cual los medios de producción operan principalmente
en función del beneficio y en la que los intereses directivos se racionalizan
empresarialmente en función de la inversión de capital y hacia la consecuente
competencia por los mercados de consumo y trabajo asalariado.
El orden económico en el cual predomina el capital sobre el trabajo como elemento
de producción y creación de riqueza, sea que dicho fenómeno se considere como
causa o como consecuencia del control sobre los medios de producción por parte de
quienes poseen el primer factor.
Salvo en su específica combinación ninguna de las siguientes características es
exclusiva del capitalismo: la motivación basada en el cálculo costo-beneficio dentro
de una economía de intercambio basada en el mercado, el énfasis legislativo en la
protección de un tipo específico de apropiación privada (en el caso del capitalismo
particularmente lockeana), o el predominio de las herramientas de producción en la
determinación de las formas socioeconómicas. Así, sólo el conjunto codependiente
de tales características puede ser considerado un sistema capitalista,
organizativamente en torno a las relaciones sociales que produce en determinados
espacios, independientemente se vea de forma favorable o no, sería:
El sistema económico en el cual las relaciones sociales de producción y el origen de
la cadena de mando –incluyendo la empresaria por delegación– se establece desde
la titularidad privada y exclusiva de los accionistas de una empresa en función de la
participación en su creación en tanto primeros propietarios del capital. La propiedad
y el usufructo queda así en manos de quienes adquirieron o crearon el capital
volviendo interés su óptima utilización, cuidado y acumulación, con independencia
de que la aplicación productiva del capital se genere mediante un trabajo colectivo
y conjunto, material e inmaterial, por cada uno de los actores de la misma
empresa.
Por extensión se denomina capitalista a la clase social más alta de este sistema
económico ("burguesía"), o bien a la forma común que tendrían los intereses
individuales de los propietarios de capital en tanto accionistas y patrones de
empresas; también se denomina capitalismo a todo el orden social y político
(legislación, idiosincrasia, etc.) que orbita alrededor del sistema y a la vez
determina estructuralmente las posibilidades de su contenido

CAPITALISMO EN VENEZUELA
La revolución bolivariana, entre otros principios plantea que lo económico se
subordina a lo político, y pone a la política al servicio del soberano, del pueblo.
Debido al profundo respeto que en Venezuela se tiene por la libertad, las
transformaciones se han hecho en medio de las más amplias libertades
democráticas. No ha sido casual que el gobierno se haya relegitimado varias veces,
mostrando un profundo respeto por el pueblo y coherencia entre el discurso y la
acción política

En Venezuela, y bajo la revolución bolivariana, el nivel del gasto social no tiene


precedentes. Mediante las misiones se reorienta el gasto y la inversión hacia la
salud, la educación, el trabajo, la infraestructura y el desarrollo industrial, buscando
generar una nueva cultura de pequeños empresarios integrados en redes
cooperativas y no cooperativas bajo un concepto de desarrollo endógeno que
satisfaga las necesidades de la comunidad y desde la comunidad hacia el país y
hacia el mundo, eliminando paulatinamente la dependencia.

Hoy el mundo entero sigue de cerca el proceso venezolano, esperanzados en


nuestro éxito, porque el nuestro es el éxito de la libertad, y la libertad plena, siendo
un fin común para todos los pueblos, ha sido diferida por mucho tiempo.

¿Cual es la ideología Venezolana. En qué ideas hemos inspirado nuestras


transformaciones? Nuestra constitución recoge la visión, principios y valores
bolivarianos, nuestra historia de revoluciones libertadoras, la visión de nuestros
indígenas, la de nuestros académicos, nuestros estudiantes, el pueblo, los
empresarios y nuestros líderes comunitarios, entre otros sectores, todos ellos
consultados y recogidos en la carta magna.

Francisco de Miranda, una vez escribió “…cuanto se haga prosperará, por el interés
que les resulta de consolidar un gobierno de leyes que sea protector de la
propiedad y libertad personal, base de toda felicidad civil, y que en la utilidad
general de todos se encuentra precisamente reunida…” Bolívar se despojó de toda
su riqueza personal para financiar sus actividades libertarias, mientras firmaba
medidas administrativas para pagar con justeza servicios, bienes, expropiaciones,
sueldos y demás derechos de propiedad de sus conciudadanos, sin pensar jamás en
abolir esos derechos. Somos herederos de Miranda y Bolívar

Mientras tanto, el mundo entero sufre la agonía del capitalismo y también del
socialismo. En ambos sistemas, y en esto subyace su talón de Aquiles, lo
económico está por encima de lo político y la política ha sido tergiversada en su
concepción antigua de servicio al colectivo, convirtiéndola en un mecanismo para
manejar a la gente, sin verdadero respeto a ideales, leyes y derechos.

El capitalismo que se desarrolló en los siglos XIX y XX estuvo muy influido por
Adam Smith, el padre de la “mano invisible” y del “hombre económico”. Según
éste, se asume que el hombre actúa de forma egoísta buscando su propio interés, y
que la sociedad funciona mejor cuando se permite a todos ir tras sus intereses
egoístas en un mercado libre en el cual interviene, para armonizarlo, una mano
invisible. La constitución de Estados Unidos se centra en el individuo, no en el
pueblo, desarrollando al máximo el egoísmo. Para Estados Unidos la teoría del Sr.
Smith calza como un guante.

La teoría capitalista, fundamentada en la superestructura ideológica del egoísmo, se


impuso por encima del socialismo marxista y ya conocemos los resultados.

Hoy la mayoría de la humanidad sostiene con su trabajo y pobreza a una minoría


rica y descansada. Para sostener el capitalismo tal como se implementó, se hizo
necesario retroceder en la historia a la época de los imperios coloniales, los cuales
invaden países militarmente para saquearlos y llevarse a casa el botín de guerra.
( Veamos Irak donde se desarrolla idéntico el fenómeno imperial de la colonia, con
violaciones de mujeres, asesinatos de civiles y destrucción de ciudades a sangre y
fuego)

Los países que más han desarrollado el capitalismo, se unen en un club de terror,
para invadir países débiles y descuartizarlos, en una vorágine de sangre y lodo que
apesta. Ni el hombre económico ni la mano invisible del mercado han podido
evitarlo.

La teoría marxista, fundamentada en la superestructura ideológica de las relaciones


de producción y la propiedad del estado, y como contrapeso al capitalismo,
prometía alcanzar la utopía de repúblicas democráticas igualitarias y justas. Sin
embargo, quienes implementaron el marxismo, cometieron errores graves. El
mundo conoce los métodos y los resultados del marxismo que se implementó en
Europa, Asia y Latinoamérica. Sabemos que este sistema tampoco logró la justicia,
la igualdad y la libertad que prometieron. Para lograr justicia se aplicaron principios
injustos, por “igualdad” se entendió que todos los hombres son iguales, no en
cuanto a la paternidad de Dios, sino en cuanto a intereses, capacidades y desarrollo
individual, igualándolos por la fuerza porque se resistían; uniformizándolos,
adoctrinándolos, obligándolos a comer ciertos alimentos nada más,
atemorizándolos, fanatizándolos…y en cuanto a la libertad, bueno, eso era para
después de la transición socialista. Los países socialistas no fueron países libres ni
sus pueblos soberanos.

¿Qué pasó con el Marxismo, por qué también se arruinó, por qué el socialismo real
produjo un balance desafortunado, en medio de innegables logros? Mientras Smith
desarrolló la errada noción del Hombre Económico ( El hombre movido
fundamentalmente por intereses egoístas ) Marx desarrolló la también errada
noción del hombre fabril ( El hombre hecho para producir ) y sustituyó, tal vez sin
preverlo, la tiranía del capital por otra tiranía, la de las relaciones de producción,
las fuerzas productivas y la inconveniencia de la propiedad privada.

Cuando los comunistas implementaron el marxismo, sustituyeron la tiranía del


capital ( la tiranía del egoísmo humano ) por la tiranía del trabajo burocrático
basado en las coordinación de las relaciones de producción, la propiedad colectiva
forzada, y las fuerzas productivas integradas en una inmensa línea de producción
en serie. Países convertidos en inmensas fábricas, donde seres humanos movidos
por su deseo de producir, y nada más, lograban la supuesta utopía.

Las resistencias fueron eliminadas por fuerza y adoctrinamiento. Ingenuamente,


creo, pretendieron crear un mundo justo sin considerar que estaba lleno de gente
injusta, gente que en sus raíces éticas, morales, religiosas, psicológicas, sociales e
históricas, todavía se comportaba de un modo tal que demostraban no estar aun
listos para vivir en la utopía comunista tal como fue concebida.

Ambos, socialismo y capitalismo llegaron a la misma encrucijada por caminos


diferentes. Los primeros aplicaron la fuerza desde el principio, los segundos lo
hacen ahora, por las mismas razones, es lo mismo. Tal vez el daño del socialismo
real sea menor a escala, que el producido a los seres humanos y al planeta por el
capitalismo, pero ninguno de los dos sistemas es sustentable. Ambos sistemas
están caducos y han tenido largos ensayos con resultados negativos. Ambos
sistemas aplican además, supuestos equivocados e idénticos: que a la gente puede
forzársele siempre e indefinidamente a obrar de un modo determinado. Pero la
gente siempre, en medio de su creatividad y resistencia, termina evadiéndose,
sustrayéndose de toda opresión

Smith aparentemente no previó que la gente se corrompería acumulando capitales,


enriqueciéndose y justificando el asesinato y el saqueo para sostener su
endemoniado sistema capitalista. Marx probablemente no previó que el mundo se
resistiría a la Utopía porque no estaba preparado aun para ella, y que sus
seguidores más fervientes y honestos, sin quererlo tal vez, la intentarían por la
fuerza creyendo que el enemigo era el sistema capitalista y no la resistencia de la
gente misma

Venezuela muestra el camino exhibiendo el más profundo respeto por la libertad,


profundizándola.

El sistema capitalista y sus salidas

La debacle del sistema capitalista obedece a la inescrupulosa acción especulativa


que ejercen los centros de poder económico mundial en la que están sujetos las
economías de los pueblos dirigidos al hoyo de la libre competencia.
La demanda y la oferta, el superfluo de los intereses en la bolsa bursátil y la
incrementaciòn de la superproducción de los oligopolios sobre la cotización de los
precios de los productos en las bolsas del mercado internacional y mundial donde la
demanda del mercado están puestos en la especulación de la inversión mercantil
que rigen la esfera de las finanzas globalizadas, el precio de la moneda como
mercancía (dollar, yens, euro) y el petróleo.
Se trató de otra crisis de sobreproducción, acompañada de una significativa
reducción de las ganancias de los grandes consorcios, de perspectivas de
agotamiento de las fuentes propias de energía, minerales estratégicos, agua,
biodiversidad; extensión del desempleo, grandes flujos migratorios procedentes de
los países del Sur y otros síntomas alarmantes.
El colapso del capitalismo no ha ocurrido porque las empresas, la banca y el
gobierno han trasladado a las espaldas del salario y de las clases asalariadas toda
la carga de adaptar el capitalismo estadounidense a las demandas del mercado. Lo
que se llama la "crisis del capitalismo" es en realidad la crisis del trabajo, es decir,
la reducción absoluta y relativa de los niveles de vida, evidente en la eliminación
de:
a) planes de pensión con fondos de las empresas e incremento en la aportación de
los trabajadores a esos planes.
b) eliminación o reducción de pagos a planes de salud y mayores deducciones a los
salarios para gastos en salud, o bien pérdida total de la protección a la salud.
c) crecimiento de dos dígitos en los costos de energía, salud, educación y medicinas
que no están calculados en el índice de precios al consumidor.
d) la ola creciente de concesiones de líderes sindicales escleróticos que ganan
sueldos excesivos, los cuales degradan los niveles de vida e incrementan las
ganancias de las corporaciones.
Además, la desregulación de las dependencias ambientales, laborales y de
protección al consumidor ha conducido a problemas de salud y pérdida de ingreso
para los asalariados y en mayores ganancias para las empresas.
Para una resurrección del radicalismo, de la toma del poder por parte de la clase
trabajadora es importante concentrarse no en la tesis del derrumbe, sino en la
intensificación y extensión de la explotación de los trabajadores, del medio
ambiente y de los consumidores por el capital corporativo, la cual permite a la
economía estadounidense continuar creciendo y sobreponiéndose a cualquier
tropiezo momentáneo.
Las predicciones de un colapso del capitalismo se construyen sobre un espacioso
conjunto de argumentos, que es fácil volver de revés y que desvían nuestra
atención de las verdaderas tareas de unirse a la lucha en los lugares de trabajo, en
el medio ambiente y en los sitios de consumo.
De todo esto ha resultado un capitalismo y un imperialismo más moderno en sus
áreas de gran acumulación, pero a la vez más bárbaro y brutal respecto a la gran
mayoría de la humanidad.
Las recetas del gran capital para salir de su crisis estructural han creado una crisis
mayor; una crisis de existencia de la humanidad, una crisis civilizatoria, realmente
insoportable.
Y el empobrecimiento masivo de seres humanos y naturaleza, la inseguridad de
vida, los sufrimientos potenciados, las guerras desatadas, el elevado nivel de la
crisis moral, el auge de la mentira y de la delincuencia de Estado, los abusos contra
el acervo cultural y la diversidad, el aplastamiento de identidades nacionales y las
discriminaciones por género,,razas y edad…han dado lugar a una resistencia
creciente y a una contrapartida de luchas y rebeldías de profundo contenido social,
anticapitalista, antiimperialista.
En América Latina y el Caribe esto se ha transformado en una nueva oleada
revolucionaria con características muy originales.
Es la primera ola de este siglo XXI y la cuarta en los últimos 50 años del Siglo XX.
(1-Revolución Cubana y su entorno, Abril 65 en República Dominicana, proceso
torrijista en Panamá.
2-Auge de las luchas en el Cono Sur y victoria de la Unidad Popular en Chile
3- Revolución Sandinista en Nicaragua e insurgencias centroamericanas
4-Revolución Bolivariana de Venezuela con su onda expansiva, insurgencia
colombiana y auge progresista en Suramérica).
Y esta cuarta ola pinta ser la mas difícil de aplastar y contener tanto por medios
políticos como por la vía militar.
Es detestablemente lamentable la situación que cruza la que hace pocos momentos
es considerada la súper poderosa potencia económica de Estados Unidos.
Las noticias internacionales en este instante reflejan que hoy son 32 millones de
estadounidenses los que están tratando de sobrevivir con cupones de comida que
esta entregando el Estado.
PROBLEMAS SOCIOECONOMICO EN VENEZUELA
No cabe duda que la política económica es el argumento fundamental del Estado
para justificar la función reguladora y estabilizadora que este cumple en las
naciones que poseen economías modernas; fijando las políticas impositivas,
monetarias y cambiarias, así como diseñando las reglas del juego; permitiendo que
el mercado actúe libremente pero respetando estas reglas.
Es la intención de este material representar de la forma más sencilla posible lo que
representa la política fiscal, económica, social la cual comprende la función
impositiva y reguladora del estado en las economías modernas; y especialmente
nos referiremos a la política fiscal aplicada en Venezuela.
Durante los períodos de bonanza petrolera que vivía el país y hasta la llegada del
viernes negro, la costumbre por parte de los gobiernos; era tener un enorme gasto
público producto de un abultado número de subsidios y regalías; y una política de
endeudamiento demasiado arriesgada, y como los ingresos por concepto de
exportaciones petroleras eran suficientes para cubrir el gasto público, realmente no
se desarrollo nunca una política económica y menos una política tributaria eficiente
y adaptada a la realidad del país y modernizada. La modernización llegó muy tarde,
hace apenas unos 15 o 20 años los instrumentos fiscales utilizados en las políticas
económicas eran pocos, mal implantados y muy difíciles de controlar, obteniéndose
una gran pérdida por los altos niveles de evasión fiscal que se presentaban.
Se ha intentado aplicar serias medidas en materia económica pero han perdido
efecto; primero por falta de continuidad en las políticas aplicadas, es decir, muchas
veces dentro de un mismo periodo gubernamental hemos visto cambios en las
políticas aplicadas, y apenas toman control los nuevos gobiernos inmediatamente
son cambiados los planes económicos, con esto solo se logra un sistema inestable
que no es capaz de asimilar un lineamiento cuando se le impone una nueva
dirección.
En Venezuela, la posibilidad de un Estado como el que tuvimos en las últimas
décadas ya no es viable, por la sencilla razón de que el país no se puede permitir
ese lujo. La sinceración de la economía es y seguirá siendo la única salida. Las
políticas económicas que caracterizaron la política económica venezolana entre
1974 y 1994 arrojaron una hiperinflación alimentada por un drástico y continuado
deterioro en el valor de nuestro signo monetario.
2. Perspectiva para una salida a la crisis social y económica de Venezuela
Disminución de la Calificación de Venezuela al profundizarse la crisis
Económica y política:
la Perspectiva es Negativa
La perspectiva de las calificaciones en moneda extranjera continúa siendo negativa.
La disminución de calificación refleja el empeoramiento y el tenso estancamiento
político y la profundización de la crisis económica. La fuerte desconfianza que existe
entre el gobierno, impide una solución a la crisis de gobernabilidad, habiendo
resultado en una contracción interanual del 9,9% en el segundo trimestre de 2002
afirmó un analista de Standard & Poor's Bruno Boccara. A pesar de los elevados
precios del petróleo, el desempleo y la inflación están incrementándose, reflejando
la falta de efectividad de las políticas económicas del gobierno.
Aunque la depreciación de casi un 100% del peso bolivariano con respecto al dólar
estadounidense en un año contribuyó significativamente a reducir el déficit fiscal
Standard & Poor's espera que el déficit del presupuesto del gobierno central
ascienda a 1,1% del PIB para el año 2002 el gobierno se encuentra enfrentando
agudas dificultades en su autofinanciamiento, como queda reflejado en su intención
de modificar las reglamentaciones de redistribución de las ganancias del Banco
Central de Venezuela.
Standard & Poor's considera que el servicio de deuda para lo que resta del año
puede cubrirse vendiendo los activos líquidos del sector público. Será difícil cumplir
con los pagos de capital e intereses que vencen en el año 2003, debido
fundamentalmente a que los vencimientos de los bonos denominados en pesos
bolivarianos. Los mercados de capitales externos continúan cerrados a la deuda de
Venezuela, y los bancos locales se han mostrado renuentes a renovar los préstamos
existentes aun a elevadas tasas de interés.
Las calificaciones de Venezuela se encuentran limitadas por Serias limitaciones de
financiamiento. Los recursos del FIEM, contrariamente a lo que se esperaría de un
fondo de estabilización de petróleo, se han agotado a pesar de que los precios del
petróleo son elevados. La administración de la crisis de liquidez durante el año
2003 presentará desafíos significativos.

La crisis fiscal y financiera en Venezuela


La política fiscal es el conjunto de medidas e instrumentos que toma el estado para
recaudar los ingresos necesarios para la realización de la función del sector público.
Se produce un cambio en la política fiscal, cuando el Estado cambia sus programas
de gasto o cuando altera sus tipos impositivos. El propósito de la política fiscal es
darle mayor estabilidad al sistema económico, al mismo tiempo que se trata de
conseguir el objetivo de ocupación plena. Como hemos dicho anteriormente la
Política Fiscal tiene 2 componentes, el gasto público y los ingresos públicos.
Política Fiscal Actual
El actual gobierno venezolano, según su propuesta económica propone una
reducción del gasto público, y una modificación al tratar de reducir el gasto
corriente, a través de reestructuraciones en todos los organismos oficiales para
hacerlos más eficientes y menos costosos, y por su parte aumentar el gasto de
capital, para crear la infraestructura necesaria para comenzar la reactivación
económica. El presupuesto fiscal del año 2000, tiene un nivel de gasto total
acordado de Bs. 17.878 Millardos, equivalente al 24,2% del PIB, aumentando su
nivel en 1,5 puntos del PIB con respecto al presupuesto de 1999.
En referencia a la clasificación económica del gasto, el mismo presenta una
orientación que está en sintonía con los lineamientos estratégicos de este Programa
Económico. Los gastos corrientes se ubican en monto de Bs. 12.718 Millardos,
equivalentes al 17,3% del PIB, creciendo en tan sólo 0,3 puntos del PIB con
respecto al año precedente. Los de capital, se sitúan en Bs. 2.967 Millardos,
equivalentes al 4,0% del PIB, superando en más de 1,1 puntos del PIB al gasto
presupuestado del año 1999, y por último, las aplicaciones financieras, dentro de
las cuales se encuentran la amortización de préstamos, alcanzan un monto de Bs.
2.192 Millardos, equivalentes al 3% del PIB, presentando una variación con
respecto al año pasado de 0,1 puntos del PIB.
Por otra parte, en materia de gestión tributaria propone una reestructuración del
actual Servicio Nacional Integrado de Administración Tributaria (SENIAT), para
aumentar la recaudación y evitar la evasión de impuestos. Así como la aplicación de
una serie de instrumentos de recaudación que permitan reducir el déficit fiscal. En
este sentido, el presupuesto fiscal para el año 2000, fija como meta en los ingresos
ordinarios de origen no petrolero un monto de Bs. 8.561 Millardos, equivalente al
47,8% del total de ingresos, mejorando su participación en 5,7 puntos porcentuales
con respecto al nivel alcanzado en 1999. Los ingresos fiscales originados por la
actividad petrolera, excluyendo las transferencias al Fondo de Inversión para la
Estabilización Macroeconómica (FIEM), se estiman en Bs. 4.211 Millardos,
equivalentes al 23,6% del total de ingresos fiscales.

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