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RESPETABLE LOGIA

“LUZ Y PERSEVERANCIA” N° 43
VALLE DE CURICÓ

“Giordano Bruno, personificación de las Gradas del

Compañero”

QH Ramón Fernández Guzmán

Grado Tercero

Valle de Curicó, a 24 días del mes de mayo de año 2018 ev

Bibliografía

- Cámaras de Instrucción para el Segundo Grado Simbólico; Óscar Ortega


Sepúlveda
- Ritual de Aumento de Salario. Gran Logia de Chile
- Revisa Masónica N°3/4 Mayo/Junio 2010, páginas 46 y 47)
- Apuntes de Internet, https://es.wikipediaorg/wiki/Giordano_Bruno
- Giordano Bruno, el hereje impenitente, Michael White, Buenos Aires
Trad. Albert Solé. Javier Vergara. Ed. Barcelona, 2002.
- Videos en youtube
- Giordano Bruno ¿Quién fue y qué hizo? Universo OVR
ALGDGADU
Introducción:
En muchas etapas de la historia, personajes brillantes y sobresalientes han
sido silenciados, torturados y ejecutados por la ignorancia e indiferencia de la
sociedad en el tiempo que les tocó vivir, o en su defecto, porque sus atributos y
pensamientos amenazaban con trastocar intereses de poder que de alguna forma
influyeron en el ordenamiento político, económico y/o religioso hasta nuestros
días.
En la historia de la ciencia, muchos personajes han dejado su impronta para
la posteridad con sus hallazgos y sus ideas. Desde los antiguos filósofos
presocráticos, observadores acuciosos como Empédocles de Agrigento y
Demócrito, sacaron conclusiones que luego de dos milenios nos asombran por su
precisión. La invitación hoy es a que conozcamos a uno de estos personajes,
Giordano Bruno.
Antes de introducirnos al tema que hoy nos convoca, y para una mejor
comprensión de él, nos remontaremos a la historia. Han trascurrido más de 400
años desde que nuestro personaje, Giordano Bruno hizo oír su voz en la Sorbona
de París para exponer sus teorías acerca del Universo ilimitado, de la vida
universal, de la inmortalidad del espíritu y de la vida heroica, que conduce a la
perfección humana. Retrocedamos por unos instantes al siglo XVI. Europa asistía
a cambios relevantes; la reforma religiosa desembocaba en la tragedia de las
guerras de religión; el descubrimiento de América abría paso a la empresa
depredadora de la colonización; el Estado moderno proseguía su difícil obra de
construcción, al tiempo que el sistema del saber y la imagen del mundo
dominantes durante siglos entraban en una crisis irreversible de la que surgiría el
pensamiento de la modernidad. Existía en esa época una dura lucha ideológica
donde el progreso de las ideas se enfrentaba con la represión religiosa del saber.
Fines del Renacimiento, segunda mitad del siglo XVI, época en estado de cambio
sin precedentes. La civilización sentía sed de innovar y posaba su mirada en el
futuro. Una inmensa mayoría de seres humanos se veían acosados por el hambre,
las enfermedades y la ignorancia y solo unos pocos impulsaban el progreso
intelectual. Contra estos intentos de avance del conocimiento se levantaba un
férreo cerco de medievalismo mantenido por una Iglesia Católica represiva y anti
intelectual. Giordano Bruno se enfrenta a estos problemas, a la vez que lleva a
cabo una revisión crítica del conjunto de la tradición filosófica y religiosa de
Occidente.
El desafío es entonces descubrir: ¿cómo relacionamos la persona y obra de
Giordano Bruno con las Gradas del Compañero?

Desarrollo:
Nuestro personaje es de tal importancia que, paralelamente, al presentar
sus principales atributos, su obra y su legado, haremos un somero desarrollo,
estudio y recordatorio de las gradas del compañero que, por lo demás, han sido
ampliamente estudiadas año a año.
Giordano Bruno, fue un filósofo, matemático, científico, físico, teólogo,
astrónomo, astrólogo, erudito, místico y poeta renacentista italiano cuya dramática
muerte, quemado en la hoguera por la Inquisición, dio un especial significado a su
obra. Nació en la villa de Nola, cerca de Nápoles, en 1548. Esta población, que se
hallaba casi en ruinas, tuvo antiguamente gran importancia. Sobre estas ruinas
aún campeaba la sombra de Pitágoras, siendo la villa baluarte de la filosofía
griega, de las ideas de la escuela de Alejandría y de la filosofía neoplatónica. Aquí
nace Giordano rodeado de ilustrados conocedores y amantes del espléndido
idealismo de la antigua Grecia. Hombre de fuego, caballero errante de la ciencia,
de espíritu ardiente, sutil y orgulloso, orador inspirado. Con apenas 15 años de
edad, repleto ya de las ideas de Pitágoras, de Plotino y de Proclo, entró en un
convento de Domínicos.
Las Gradas del Compañero: Antes de proseguir con Giordano, repasemos
brevemente las Gradas del Compañero
En la Ceremonia de Aumento de Salario, el Aprendiz, luego del Cuarto
Viaje, y ya habiendo conocido los instrumentos que necesitará para la
construcción material de un edificio, y dentro del mismo simbolismo usado en
desbastar la piedra bruta, se le indica que deberá edificar las 5 gradas de un
Templo inmaterial en su propia personalidad. Estas gradas serán edificadas por el
mismo a medida que vaya ascendiendo, encerrando la idea de autorrealización en
que los medios para ascender están concretados en las cualidades que
estructuran, refuerzan y realzan la personalidad. Estas 5 gradas, que observamos
en la decoración del Templo del Compañero son: la Inteligencia, la Rectitud, el
Valor, la Prudencia y la Filantropía, las que el Compañero deberá incorporar a su
personalidad, teniéndolas presente en todos sus actos, tanto en el mundo
masónico como profano.
Con la Inteligencia y el entendimiento se servirá el Compañero para lograr
alcanzar la Verdad universal. Ella es la base de todo raciocinio, pensamiento,
discurso o explicación. Dice el Ritual: “El estudio de la filosofía, de las ciencias y
las artes es tributo que debéis a vuestra inteligencia, que en ellas encuentra su
finalidad natural, por más que digan lo contrario los que se aprovechan de la
ignorancia común. Con ellas, esclareced vuestra razón, si queréis comprender el
mundo que os rodea; con ellas, disciplinad vuestros actos, si queréis ser un
hombre verdaderamente bueno”.
La Rectitud es un distintivo del masón que tiene perfecta conciencia del
Bien y del Mal. Es un conocimiento práctico que permite hacer y decir cosas
correctas y justicieras yendo a los hechos directamente, sin desviaciones ni
dobleces. Del Ritual: “La verdad debe ser patrimonio universal; propagadla con
rectitud. Si tenéis razón para comprenderla, tened también el propósito de civilizar
con ella a vuestros semejantes”
El Valor es la tercera grada. El masón defiende su causa o propaga sus
ideas con el mismo valor que la proyección y continuación de la actitud heroica de
todos los que nos precedieron en la lucha contra el error y la mentira, fuesen o no
iniciados. Dice el Ritual: “Tened valor para luchar contra el error, la barbarie y la
mentira”. Imponer y propagar la Verdad, la Justicia y el Bien no es una tarea fácil
en este mundo tan lleno de odios, resentimientos, fanatismo e ignorancia.
La Cuarta Grada es la Prudencia. Para el masón justo, recto y valiente, la
Prudencia jamás será el equivalente de debilidad y cobardía. Traduce la
discreción, el cuidado y la cautela que debe tener toda mente reflexiva que induce
a actuar con buen juicio y discernimiento. Del Ritual: “Enseñoread con la
Prudencia vuestros nobles ímpetus. Es verdad que todo apostolado requiere
intransigencias, a veces supremas; pero es verdad también que la evolución
sabiamente encauzada, es más provechosa para las sociedades y los individuos,
que los impetuosos y desmedidos arrebatos”.
La quinta y última grada es la Filantropía, o amor al hombre y a la
Humanidad. Es la suprema razón de la existencia en sociedad. El masón debe
utilizar todas las cualidades conseguidas en su perfeccionamiento para el
beneficio de los demás. Las virtudes, como el progreso de la ciencia, son el
resultado natural solidario del avance de las generaciones. La historia nos provee
de innumerables ejemplos edificantes cuyas lecciones debemos repetir
constantemente. La libertad de pensar ha sido la renovada empresa en que han
rendido sus vidas infinidad de masones y por la cual siguen batallando sin
descanso en todos los puntos en que nuestra Orden tiene vida y desarrollo.
Retomemos nuestro personaje. Por su temperamento, su insistencia en la
libertad de pensamiento y sus opiniones radicales, desde temprano entró en
conflicto con la Iglesia, aún cuando comenzó siendo sacerdote. Debió huir de la
vida monástica y se convirtió en un pensador errante, un fugitivo ilustrado, un
eterno perseguido por la intolerancia y el oscurantismo. Debió pagar el precio de
ser un librepensador y un incansable buscador de la verdad en una época
dominada por un credo que no admitía el debate de las ideas ni la luz de la razón.
De entre sus tesis cosmológicas destacan la Idea de la infinitud del universo
entendida como expresión de la infinita potencia de Dios, así como su descripción
de las estrellas: soles rodeados de planetas parecidos a la tierra. 
Siguió los pasos de Leonardo da Vinci y abrió los senderos del
conocimiento que después recorrería Newton, arrojando la luz de la razón en una
época de oscuridad. Bruno, sediento de saber, cuándo imperaba la ignorancia,
puso en cuestión los dogmas de la Iglesia pero, sobre todo, lanzó una hipótesis
que despertó la ira de las autoridades eclesiásticas: la posible existencia de
infinitos mundos en los que criaturas como nosotros vivirían y rendirían culto a su
propio Dios.
Pensamiento Filosófico de Giordano Bruno: Desde que Aristóteles al
igual que Platón, promulgaran su teoría geocéntrica, es decir, que es la estrella la
que se mueve alrededor de la Tierra y no al contrario, como sucede realmente, la
ciencia asumió como un dogma esta idea, sin que pudiera ser refutada por ningún
pensador hasta los albores de la edad moderna, excepto por Aristarco de Samos.
Durante la Edad Media, con el ascenso del cristianismo al poder del Imperio
Romano, las teorías escolásticas que apoyaban el geocentrismo, condenaban a
todo aquel que pensara de manera diferente y se atreviera a divulgarlo.
Nicolás Copérnico en el siglo XVI, fue el primer científico en proponer,
después de Aristarco, que era el Sol el centro de un sistema planetario del que la
Tierra formaba parte.
Bruno daría un enorme vuelco a la concepción geocéntrica y a la
astronomía anquilosada en las tinieblas del Medioevo. Fue un filósofo
neoplatónico partidario de la libertad de pensamiento que, a su vez, estaba
convencido de que el universo es infinito y que la pluralidad de mundos similares a
la Tierra (incluso habitados) debe ser la norma y no la excepción. Estas creencias
lo llevaron a abrazar el sistema heliocéntrico de Nicolás Copérnico (1473- 1543) y
proclamarlo a los cuatro vientos durante años en su recorrido por diferentes
lugares de Europa. Estas nuevas ideas, se sabe, afirmaban que la Tierra es la que
gira en torno al Sol, tal y como lo hacen los demás planetas. Pero dicho sistema
tenía una frontal discrepancia con la cosmología diseminada desde la Antigua
Grecia por el peso de Aristóteles y sellada a fuego por la doctrina cristiana
medieval, donde la Tierra, inmóvil, ocupa el centro del universo, por ende, la
centralidad en la creación de Dios. A Bruno, sin duda, le esperaban tiempos
tormentosos.
Bruno tuvo a lo largo de su vida una gran conexión con las tradiciones del
ocultismo derivadas de filosofías primitivas vinculadas a la figura del emblemático
Hermes Trismegisto: "consideraba lo oculto como un patrón de ideas, una red de
conceptos a la cual se podía acceder para adquirir una mayor comprensión del
universo."
Legado para la cultura moderna: Su opinión significaba "la aniquilación
de la ortodoxia y el desmantelamiento de una visión universal basada en la fe".
Ofrecía una ruta sólo parcialmente basada en la ciencia. Ofrece un paradigma
multifacético que incorporaba una extraña unión de contrarios, fusionando lo
infinito y lo finito, lo macrocósmico y lo microcósmico, la religión y la ciencia, lo
oculto y los modelos racionales, el simbolismo y el ritual, la mente y el cuerpo, el
alma y el cerebro. No fue un científico en el sentido moderno y durante mucho
tiempo, de hecho varios siglos, su conceptualización de la filosofía natural no
estuvo nada a tono con la Nueva Ciencia.
Bruno concluye la tarea con sus propias palabras, escritas proféticamente
cuando partía en su último viaje a Roma: "mucho he luchado. Creía que sería
capaz de salir vencedor...Y tanto el destino como la naturaleza reprimieron
mi celo y mi fortaleza (...) no obstante, había algo en mí que yo era capaz de
hacer y que ningún siglo futuro negará me pertenece: no haber temido
morir, no haberme inclinado ante mi igual y haber preferido una muerte
valerosa a una vida sumisa."
Bruno, mártir de la modernidad. Culpable: la Iglesia católica romana, su
siniestra Inquisición, sus no menos siniestros personajes y su tenaz
oscurantismo. Culpable además de tantísima falta de libertad que el pensamiento
ha padecido. 
Su postura respecto a la religión es muy crítica, no solo con el catolicismo,
sino también con las religiones reformadas. Las consideraba un conjunto de
creencias absurdas y arbitrarias, así como de prácticas supersticiosas, cuando no
repulsivas, enseñanzas dogmáticas útiles para pueblos rudos e incultos, pero
carentes totalmente de utilidad para un espíritu cultivado y filosófico.
Los últimos 7 años de su vida, producto de sus dichos, acciones y
pensamientos, censurados por la Iglesia Católica, los vivió en prisión. El 20 de
Enero de 1600 el Papa Clemente VIII ordenó que Bruno fuera llevado ante las
autoridades seculares, el 8 de febrero fue leída la sentencia en que se le
declaraba herético impenitente, pertinaz y obstinado. Fue expulsado de la iglesia y
sus trabajos fueron quemados en la plaza pública con el veredicto final de pena
capital. La madrugada del 17 de febrero del año 1600, encadenado y con grilletes,
Bruno fue llevado al Campo dei Fiori (Roma) para ser quemado en la hoguera. La
tosca hoguera que consumió su cuerpo no pudo con sus ideas que remontaron las
centurias.

Conclusiones:
Giordano Bruno fue uno de los grandes herejes de la historia del
catolicismo, uno de los grandes heterodoxos del siglo, que terminó quemado vivo
por la Inquisición romana tras siete años de prisión. Autor fecundo que se mueve
entre la antigua sabiduría hermética y el más moderno o adelantado racionalismo.
Fue un panteísta que soñó en mundos infinitos (probablemente habitados) y en
una religión que sin negar expresamente el cristianismo cambiase su ortodoxia y
sus viejos conceptos aristotélicos
En sus últimos años se enfrenta en una lucha desigual contra la Inquisición,
y rebelde, defiende sus teorías aunque ello le cueste la vida, situación que lo
enaltece y alimenta nuestro espíritu.
Conocimos y recordamos de Giordano Bruno sus ilusiones, sus inquietudes
y su trágica muerte causada por la Inquisición. Su verdadera esencia, la de un
adelantado a su tiempo, que nos dejó un legado para hoy y para el futuro, y con
una historia real, estremecedora, y eterna en busca de la verdad.
La mención a Giordano Bruno resulta ineludible para cualquier relato de
historia de la ciencia. Algunos escritores reivindican su papel de propagador de las
ideas que revolucionarían la historia del conocimiento y otros discuten sus aportes
a la evolución del pensamiento científico. Su aporte al pensamiento científico
moderno, estriba en sus concepciones adelantadas a las ideas derivadas de los
dogmas de la Edad Media y el oscurantismo en que la Inquisición sumía al
pensamiento filosófico y científico. Lo cierto es que la figura de este filósofo del
Renacimiento es emblemática y sobre ello sí que no hay dudas posibles. En su
haber cuenta una peculiar obstinación para sostener sin doblegarse ideas
radicales que iban a contramarcha de las doctrinas establecidas; un profundo
sentido religioso y respeto por el Dios creador cristiano; el esfuerzo por articular
ideas científicas modernas con antiguas tradiciones místicas; pero, también, el
atroz encierro en las cárceles de la Inquisición de Roma que privaron de libertad
durante siete años a quien defendía, justamente, la libertad y pluralidad de
pensamiento; finalmente, un horrendo desenlace con llamas devorando su cuerpo.
Bruno es un personaje de lo más fascinante y difícil de trazar. Es sinónimo
de pasión y tragedia, un mártir defensor de las ideas científicas ante la cerrazón
del dogma. Una mente privilegiada y de espíritu libre.
A pesar de no ser un iniciado, podemos personificar las gradas del
Compañeros en sus innumerables acciones y pensamientos. Con la Inteligencia
esclareció su razón para comprender el mundo que lo rodeaba. Propagó con
rectitud la verdad para civilizar a sus semejantes. Defendió su causa y propagó
sus ideas con actitud heroica y mucho valor para luchar contra el error, la barbarie
y la mentira en una época llena de fanatismo e ignorancia. Con la Prudencia,
confiere al Valor para propagar la Verdad un sello de moderación y una táctica que
caracteriza al hombre tolerante que respeta el pensamiento ajeno pero que opone
con firmeza su poderoso y saludable convencimiento a todos. Finalmente, la
Filantropía, supremo valor de la existencia en sociedad donde utiliza lo
conseguido en su perfeccionamiento para beneficio de los demás, en especial, la
libertad de pensar, empresa en la que rindió su propia vida.
El haber conocido y estudiado la vida, la obra y el pensamiento científico y
filosófico de Giordano Bruno nos deja una gran tarea: ser persistentes luchadores
y defensores de la libertad de conciencia y de pensamiento pues por su intermedio
es como ha ido avanzando la ciencia en épocas de oscurantismo para la
ilustración del pueblo en beneficio de la Humanidad.

SFU
ANEXO:
He querido compartir un bello Poema de Giordano Bruno a sus verdugos
pese a que su autoría es dudosa. Hay quienes aseguran haber sido escrito por
Bruno y otros, que es un anónimo. Lo importante es su contenido y el mensaje
entregado.

POEMA DE GIORDANO BRUNO A SUS VERDUGOS

Decid, ¿cuál es el crimen? ¿Lo sospecháis siquiera?


Y me acusáis, ¡sabiendo que nunca delinquí!
Quemadme, que mañana, donde encendáis la hoguera,
levantará la historia una estatua para mí.
Yo sé que me condena vuestra demencia suma.
¿Por qué?... Porque las luces busqué de la verdad.
No en vuestra falsa ciencia, que el pensamiento abruma
con dogmas y con mitos robados a otra edad,
sino en el libro eterno del Universo mundo,
que encierra entre sus folios de inmensa duración
los gérmenes benditos de un porvenir fecundo,
basado en la justicia, fundado en la razón.
Y bien sabéis que el hombre, si busca en su conciencia
la causa de las causas, el último porqué,
ha de trocar muy pronto la Biblia por la ciencia,
los templos por la escuela, la razón por la fe.
Yo sé que esto os asusta, como os asusta todo,
todo lo grande, y quisierais poderme desmentir.
Más aún, vuestras conciencias, hundidas en el lodo
de un servilismo que hace de lástima gemir...
aún allá, en el fondo, bien saben que la idea,
es intangible, eterna, divina, inmaterial...
Que no es ella el Dios y la religión vuestra
sino la que forma con sus cambios, la historia universal.
Que es ella la que saca la vida del osario,
la que convierte al hombre, de polvo, en creador;
la que escribió con sangre la escena del Calvario,
después de haber escrito con luz, la de Tabor.
Mas sois siempre los mismos, los viejos fariseos,
los que oran y se postran donde los puedan ver,
fingiendo fe sois falsos llamando a Dios, ateos,
¡chacales que un cadáver buscáis para roer!...
¿Cual es vuestra doctrina? Tejido de patrañas;
vuestra ortodoxia, embuste; vuestro patriarca, un rey;
leyenda vuestra historia, fantástica y extraña;
vuestra razón, la fuerza; y el oro vuestra ley.
Tenéis todos los vicios que antaño los gentiles,
tenéis las bacanales, su pérfida maldad;
como ellos sois farsantes, hipócritas y viles,
queréis, como quisieron, matar a la verdad;
Mas... ¡Vano es vuestro empeño!... Si en esto vence alguno,
soy yo, porque la historia dirá en lo porvenir:
"Respeto a los que mueren como muriera Bruno"
Y en cambio vuestros nombres... ¿quién los podrá decir?
¡Ah!... Prefiero mil veces mi muerte a vuestra suerte;
morir como yo muero... no es una muerte ¡no!
Morir así es la vida; vuestro vivir, la muerte.
Por eso habrá quien triunfe, y no es Roma ¡soy yo!
Decid a vuestro Papa, vuestro señor y dueño,
decidle que a la muerte me entrego como un sueño,
porque es la muerte un sueño que nos conduce a Dios…
Más no a ese Dios siniestro, con vicios y pasiones
que al hombre da la vida y al par su maldición,
sino a ese Dios-Idea, que, en mil evoluciones,
da a la materia forma y vida a la creación.
No al Dios de las batallas, sí al Dios del pensamiento,
al Dios de la conciencia, al Dios que vive en mí,
al Dios que anima el fuego, la luz, la tierra, el viento,
al Dios de las bondades, no al Dios de ira sin fin.
Decidle que diez años, con fiebre, con delirio,
con hambre, no pudieron mi voluntad quebrar;
que niegue Pedro al Maestro Jesús, que a mí ante el martirio,
de la verdad que sepa, no me haréis apostatar.
¡Más basta!... ¡Yo os aguardo! Dad fin a vuestra obra.
¡Cobardes! ¿Qué os detiene?... ¿Teméis al porvenir?
¡Ah!... Tembláis... Es porque os falta la fe que a mí me sobra...
Miradme... Yo no tiemblo... ¡Y soy quien va a morir!..

(Publicado el viernes 17 de febrero de 2012 por Juan Nadie en su blog)

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