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Garueña

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Garueña
lugar poblado
Iglesia parroquial de Garueña.jpg
Garueña ubicada en EspañaGarueñaGarueña
Ubicación de Garueña en España.
Garueña ubicada en la provincia de LeónGarueñaGarueña
Ubicación de Garueña en la provincia de León.
País Bandera de España.svg España
• Com. autónoma Flag of Castile and León.svg Castilla y León
• Provincia Bandera de León.svg León
• Comarca Omaña
• Municipio Riello
Ubicación 42°48′04″N 6°03′34″OCoordenadas: 42°48′04″N 6°03′34″O (mapa)
• Altitud 1.120 msnm
Población 9 hab. (INE 2017)
Gentilicio Garueñés
Código postal 24132
Pref. telefónico 987
Alcalde (2011) Manuel Rodríguez Diez (PP
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Garueña es una localidad del municipio de Riello, perteneciente a la Comarca de
Omaña, en las montañas de la Provincia de León, Comunidad Autónoma de Castilla y
León, España. Forma parte del Partido Judicial de León.

Por el casco del pueblo discurre un pequeño arroyo, proveniente del término de
Sosas del Cumbral, tributario del río Omaña.

Historia
La tradición oral ha transmitido una leyenda que vincula los orígenes del pueblo
con el paso por la zona del Apóstol Santiago el Mayor a lomos de su caballo, el
cual dejó la huella de su herradura en una roca, ubicada en la denominada "Peña de
la Patada". Esta leyenda es muy recurrente y tiene gran difusión por numerosas
localidades españolas. Estas huellas han sido conocidas, desde muy antiguo, por los
pastores, cazadores y campesinos que habitaban aquellos valles, pero, antiguamente,
nadie conocía su verdadero origen. En siglos pasados y como consecuencia de la
invención de la leyenda de la aparición milagrosa, en la batalla de Clavijo, de
Santiago Matamoros, fueron atribuidas por la gente de la comarca a marcas de
pisadas dejadas por el paso del caballo del Apóstol Santiago. Sin duda, a este
ciclo legendario hay que vincular la advocación de la iglesia parroquial de
Garueña, que no es otra que la Traslación del Apóstol Santiago. La aparición de
marcas sobre lajas de roca que tuviesen un vago parecido a la impronta dejada por
la pezuña de un caballo, es decir de tipos semilunares, redondeados u ovalados,
iniciará un proceso acumulativo, favorecido por el carácter fervorosamente
cristiano, la credulidad milagrera y la mentalidad mágica de la sociedad rural
medieval. Todo ello contribuiría a la formación de esta leyenda.

Peña de la Patada (2011)


En el Censo de Población de las Provincias y Corona de Castilla del año 1591, se
hace mención a la aldea de Santiago de Garueña, donde se constata la existencia de
una pila bautismal (sinónimo de iglesia en la época), comprendida dentro del
arciprestazgo de Omaña, el arcedianazgo de Babia y el obispado de Oviedo.

La iglesia parroquial de Garueña bien puede datar de la primera mitad del siglo
XVIII, pues ya hallamos referencias de 1746 en los libros parroquiales (conservados
en el Archivo Histórico Diocesano de León) acerca de la misma y en especial de la
"Capilla del glorioso San Antonio de Padua", propiedad en origen de la familia
Sabugo y transferida a finales de dicha centuria a la familia Valcarce (con motivo
de la unión matrimonial entre miembros de ambas familias). En dicha capilla privada
fue sepultado D. Fernando de Sabugo y Quiñones, un hidalgo garueñés que falleció en
1747 y que poseía tal privilegio seguramente por haber colaborado económicamente
con la construcción del templo parroquial. El último hombre enterrado en dicha
capilla sería D. Manuel Antonio María Valcarce Sabugo, fallecido en 1847.
Posteriormente, en torno a 1850 sería construido el cementerio de la localidad y
quedarían prohibidos los enterramientos en el interior de la iglesia.

El Catastro del Marques de Ensenada, elaborado en 1752, deja gran cantidad de


información acerca de la realidad socio - económica de la población de Garueña en
dicha época. Se cita a la localidad como enclavada dentro del concejo de Omaña,
estando bajo la jurisdicción del señor Conde de de Luna, que percibía 76 maravedíes
anuales de los vecinos de Garueña, por razón de los tributos del Yantar y el
Millar. Los cultivos que se llevaban a cabo en su término están registrados
claramente: tierras trigales que alternaban un año trigo y otro lino; tierras
centenales que dan fruto un año y descansan otro; prados cercados regados por el
arroyo, que producen hierba sin intermisión en Primavera y Otoño (segándose el
primer pelo a guadaña y dejando el segundo para el pasto de los ganados); prados
abiertos con poco riego, que las nieves y lluvias invernales fructifican; praderas
que producen un año y descansan otro; tierras incultas por desidia y naturaleza;
montes dehesa poblados de robles, cuyas maderas tenía el concejo acotadas y
reservadas para las fábricas de las casas, la construcción de puentes, cierros de
heredades y puertos del río; y pequeños huertos cercados para el cultivo de
verduras, regados a mano. Del mismo modo, consta que había un total de cinco
molinos harineros en la localidad. Todos ellos consistentes en el arroyo que
atraviesa el pueblo. Tenían una rueda de moler cada uno y su aprovechamiento duraba
ocho meses al año (los cuatro meses de verano el arroyo baja seco). Eran los
siguientes: el molino de abajo (propio de Santiago González menor), el molino nuevo
(propio de Francisco Bardón), el molino próximo a la iglesia (propio de Mateo
Suárez), el molino del Pisón (propio de Pedro Melcón) y el molino del Franco
(propiedad de Santiago González mayor). Así mismo, se alude a la existencia de una
fragua, propia de Cruz Fernández, considerado como herrero de obra gruesa. Estaba
en funcionamiento unos pocos meses al año. Las ganancias que rentaba este taller
eran de cien reales anuales. También se registran ocho pies de colmenas, propias de
dos viudas de la localidad llamadas Francisca Bardón y Catalina Manilla. El pueblo
se componía en 1752 de un total de 26 vecinos, que habitaban en 23 viviendas.
También había una taberna que era abastecida por los propios habitantes.

Para poder hacernos una idea más clara de como era el pueblo en la primera mitad
del siglo XIX, añadimos dos descripciones generales decimonónicas:

Diccionario geográfico y estadístico de España y Portugal (Sebastián Miñano), año


1826.

GARUEÑA: lugar de España, provincia y partido de León, concejo de Omaña, 32


vecinos, 141 habitantes. 1 parroquia situada a la margen derecha de un riachuelo
que desagua en el río Luna, en terreno montuoso, lindando con términos de Sosas,
Cornombre, Manzaneda y Sabugo. Produce centeno, pastos y ganados. Dista 10 leguas
de la capital. Contribuye con el concejo.
Diccionario geográfico, estadístico e histórico de España y sus posesiones de
ultramar (Pascual Madoz), año 1845.

GARUEÑA: lugar de la provincia de León (6 leguas), Partido Judicial de Murias de


paredes ( 1 \ 2 leguas), Diócesis de Oviedo, Vicaría de San Millán, Arciprestazgo
de Omaña, Audiencia territorial y Capitanía general de Valladolid, Ayuntamiento de
SOTO Y AMIO, situado en un valle con una altura al Este y otra al Oeste que le
resguardan de los vientos de estos puntos; su clima es bastante sano, pues no se
padecen mas enfermedades comunes que algunos dolores de costado. Tiene unas 16
casas, Iglesia parroquial "La Traslación del Apóstol Santiago", servida por un cura
de ingreso y patronato laical y buenas aguas potables. Confina al Norte con Sosas
del Cumbral; al Este con Villa de pan; y Oeste con Manzaneda; a 1 \ 2 leguas los
dos primeros y a 1 \ 4 el último. El terreno es de mediana calidad y lo fertiliza
un arroyo que baja de Sosas. Hay montes de roble y prados naturales. Los caminos
dirigen a los pueblos limítrofes; recibe la correspondencia de Riello. Produce
centeno, patatas, lino y pastos; cría ganado vacuno, lanar, cabrío y algún
caballar, caza de perdices, liebres y corzos y pesca de truchas. POBLACIÓN: 12
vecinos, 80 almas, contribuye con el Ayuntamiento.
El Diccionario General de Geografía de España de 1862 se refiere a Garueña como una
aldea de 90 habitantes.

En 1877 ya hallamos referencias a una escuela de primeras letras en Garueña, dotada


con unas 62 pesetas anuales. En 1912 se realiza un informe que alude a las
deficientes condiciones del local donde se impartían las clases, motivo por el cual
se clausuró el mismo en 1922 durante un breve periodo de tiempo. Se puede asegurar
que, en épocas anteriores al establecimiento de la escuela en la localidad,
prácticamente la gran mayoría de los vecinos no sabían ni leer ni escribir.

Un recorte de periódico perteneciente al diario "El Mensajero Leonés" hace alusión


a un gran incendio en el pueblo en el mes de mayo de 1904: "hace días se declaró en
el pueblo de Garueña, Ayuntamiento de Vegarienza, un voraz incendio que redujo a
cenizas cuatro casas y el mobiliario de las mismas".

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