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Filosofía antigua

Filosofía antigua

Filosofía antigua se denomina la filosofía de la época de las antiguas Grecia y Roma;


comienza su desarrollo en el siglo VI antes de nuestra era, y termina en el siglo V. La
importancia de la filosofía antigua en la historia del pensamiento humano es extraordinaria:
en sus múltiples y variadas formas “se hallan ya en embrión, en nacimiento, casi todos los
tipos posteriores de la concepción filosófica” (Engels). Ya se había manifestado
nítidamente la lucha entre el idealismo (Platón) y el materialismo (Demócrito). Los
antiguos filósofos griegos eran “dialécticos innatos, por naturaleza” (Engels), la Naturaleza
era para ellos un torrente de cambios, de nacimiento y de destrucción. Los elementos de la
dialéctica en relación con la concepción materialista ingenua del mundo están expresados
con particular fuerza en Heráclito, al enseñar que el mundo no ha sido creado por ningún
dios ni por ningún hombre, sino que es “eternamente un fuego vivo que se enciende y se
apaga con arreglo a leyes”, que en el mundo “todo fluye y todo cambia constantemente”.
Sin embargo, la concepción dialéctica de la Naturaleza de los filósofos antiguos, justa en su
conjunto, no era suficiente para explicar las particularidades, los múltiples fenómenos del
mundo, para un estudio más profundo de los diversos objetos por separado. Los filósofos
antiguos no habían llegado aún al análisis de la Naturaleza, es decir, a la investigación de
sus partes separadamente, desde que un auténtico conocimiento científico del mundo en su
conjunto sólo es posible cuando se conocen sus diversos aspectos integrantes. En el
desarrollo de la filosofía antigua pueden establecerse tres períodos: 1) la filosofía del
período de la formación de la sociedad esclavista (siglo VI antes de nuestra era). A esto
período pertenecen los miletanos (o la Escuela de Mileto (ver) –materialistas espontáneos
que buscan el principio de todas las cosas en el agua (Tales), en lo “indefinido”
(Anaximandro), en el aire (Anaxímenes); luego, los pitagóricos, que reconocen el número
como la esencia del mundo; Heráclito (ver); los eleáticos (Jenófanes, Parménides y Meliso),
que afirman que el “auténtico ser” es único e inmóvil; y otros. 2) la filosofía del período del
florecimiento y de la crisis da las Ciudades-Estados griegas (siglo V y las primeras tres
cuartas partes del siglo IV antes de nuestra era). Entonces Empédocles, enseña que sobre
las cuatro “raíces de todo lo existente” (“ elementos”, la tierra, el agua, el aire y el fuego)
gobiernan dos fuerzas: el amor y el odio; Anaxágoras, habla de la “inteligencia” como una
“materia más sutil y más fina” que pone en movimiento la “mezcla” de las partículas más
pequeñas de la materia; los sofistas trasladan el centro de las indagaciones filosóficas de la
Naturaleza al hombre; Protágoras afirma que “el hombre es la medida de todas las cosas”, y
Gorgias, supone que nada existe, que nada es posible conocer y sobre nada se puedo opinar.
Los filósofos más destacados de aquel entonces fueron: Sócrates, maestro de dialéctica en
el sentido antiguo de esta palabra, como el arte de “descubrir la verdad poniendo de
manifiesto las contradicciones implícitas en la argumentación del adversario y superando
estas contradicciones” (Stalin): Demócrito (ver), gran sabio materialista, creador de la
teoría atomista de tanta significación ulterior; el idealista objetivo Platón (ver), el filósofo
de la aristocracia, creador de la doctrina sobre las ideas como sustancias auténticas y
eternas de las cosas; Aristóteles (ver), “el pensador más grande de la antigüedad” (Marx),
que oscila entre el materialismo y el idealismo. 3) la filosofía de la época del helenismo,
cuando se promueve al primer piano el problema de la ética. En este período aparecen:
Epicuro (ver), “el educador griego más grande” (Marx), que modifica de una manera
original la filosofía de la naturaleza de Demócrito, introduciendo la noción del desvío
“casual” de los átomos; los estoicos (Zenón, Crisipo, Cleanto) que ven en el mundo la
revelación de una sola sustancia: el fuego (para ellos el fuego es también la razón y dios).
En contraposición al principio epicúreo del placer (identificado con la ausencia de
sufrimientos) enuncian la virtud como principio rector de la ética; los escépticos (Pirrón,
Carneades, Sexto Empírico) niegan la posibilidad de un conocimiento fidedigno de las
cosas y proponen “abstenerse de todo juicio” (ver: Escepticismo); por último, los
neoplatónicos (Plotino, Proclo) –místicos que llamaron a “abismarse” en la divinidad y
construyeron una escala fantástica de seres que, según ellos, se elevan por encima del
mundo sensible. Bajo la influencia del pensamiento griego, aproximadamente hacia
mediados del siglo II antes de nuestra era, aparece también la filosofía romana (Lucrecio
(ver), Cicerón, Séneca, Marco Aurelio). La desaparición de la filosofía antigua está
relacionada con la desaparición de la sociedad esclavista. La filosofía antigua ejerció una
enorme influencia sobre el desarrollo posterior de la ciencia y de la filosofía.
Diccionario filosófico marxista · 1946:116-117

Filosofía antigua

Filosofía de la época antigua, Grecia y Roma. Principio de su desarrollo: siglo VI antes


de n.e.; su fin: siglo V. de n.e. “La filosofía antigua tiene enorme significación en la historia
de la filosofía, por cuanto en sus múltiples formas se tienen en embrión y origen, casi todos
los tipos posteriores de concepción del mundo” (Engels). Así, ya se había manifestado en
ella la lucha entre el idealismo (Platón) y el materialismo (Demócrito y otros). Los antiguos
filósofos griegos fueron “dialécticos espontáneos innatos” (Engels); para ellos, la
naturaleza es un torrente de cambio, nacimiento y destrucción. Los elementos de dialéctica,
relacionados con una concepción materialista simple del mundo, son expresados, con
especial claridad, por Heráclito, quien enseñaba que el mundo, no creado por ningún dios ni
ningún hombre, es “un eterno fuego vivo”; que en el mundo “todo fluye, todo
perpetuamente cambia”. Empero, la visión dialéctica de los filósofos antiguos sobre la
naturaleza, justa en su todo, era insuficiente para la explicación de las particularidades y
fenómenos aislados del mundo, y para un estudio profundo de los objetos, por separado.
Los filósofos antiguos no habían llegado aún al análisis de la naturaleza en sus partes,
siendo que el conocimiento verdaderamente científico de la naturaleza en su todo sólo es
posible cuando conócense sus partes separadamente.

Se pueden establecer tres períodos en el desarrollo de la filosofía antigua: 1) Filosofía del


período de formación de la sociedad esclavista (siglo IV antes de n.e.); a este período
corresponden la Escuela de Mileto, Pitágoras, Heráclito, los eleáticos. 2) Filosofía del
período de florecimiento y crisis (siglo V, las primeras tres cuartas partes del siglo IV antes
de n.e.); los más destacados filósofos de este período fueron Demócrito, Sócrates, Platón,
Aristóteles. 3) Filosofía de la época del helenismo; en este período sobresalieron Epicuro,
los neoplatónicos (Plotino), los escépticos y los estoicos. Bajo la influencia del
pensamiento griego, sobre todo desde mediados del siglo II antes de n.e., aparece también,
la filosofía romana (Lucrecio, Séneca, Cicerón, Marco Aurelio). La desaparición de la
filosofía antigua está relacionada con la desaparición de la sociedad esclavista. La filosofía
antigua ejerció enorme influencia sobre el desarrollo subsiguiente de la ciencia y la
filosofía.
Diccionario de filosofía y sociología marxista · 1959:36-37

Filosofía antigua

(Siglos VI antes de nuestra era a V de nuestra era). El nacimiento y el desarrollo de la


filosofía en Grecia y en Roma están indisolublemente ligados al régimen de esclavitud que
sucedió a la comuna primitiva. El trabajo del esclavo era la base de toda la vida del mundo
antiguo. “Sin esclavitud no podía concebirse el Estado griego, ni podría concebirse el arte
ni la ciencia de Grecia…” (Engels, Anti-Dühring, p. 214, Ediciones Pueblos Unidos,
Montevideo, 1948). Paralelamente a la desintegración de la gens en la Grecia antigua,
surgían las ciudades, progresaban los oficios y el comercio. El auge de la producción, la
separación de la agricultura y de los oficios, posibles gracias a la esclavitud, la colonización
y la extensión de las relaciones comerciales con los demás pueblos, todo ello determinó el
florecimiento de la cultura griega. El desarrollo de la producción, del comercio, de la
navegación y de la vida política y social, favoreció el estudio de la naturaleza. La antigua
concepción del mundo, religiosa y mitológica, cedió, cada vez más, ante el deseo de
penetrar la realidad objetiva y las leyes de su devenir. Sobre este terreno nació la filosofía
de la Grecia antigua. Esta filosofía era una ciencia universal, la “ciencia de las ciencias”
que, debido al hecho de que los conocimientos científicos estaban todavía poco
desarrollados, englobaba todas las ramas del saber. La historia de la filosofía griega, es la
historia de la lucha de un materialismo primitivo, ingenuo, contra las diferentes teorías
idealistas; la historia de la línea materialista de Demócrito contra la línea idealista de
Platón. Esta lucha enfrentaba la ideología de la democracia a la de la aristocracia
reaccionaria.
Se distinguen tres períodos. El primero (siglo VI a.n.e.) es de formación de la sociedad
esclavista. El materialismo primitivo, ingenuo, espontáneamente dialéctico, está
representado por la Escuela de Mileto (ver) y Heráclito (ver). Tales (ver), Anaxímenes,
Anaximandro, concebían un elemento original de naturaleza material perpetuamente en
movimiento: el agua (Tales), el aire (Anaxímenes), el “apeirón”, materia infinita e
indeterminada (Anaximandro). Heráclito estima que todo lo que existe tiene por origen el
fuego que, por la lucha de los contrarios, engendra todas las formas de la realidad. Heráclito
hablaba del flujo universal de las cosas, y reducía la esencia del desarrollo universal a las
transformaciones necesarias de la materia eterna. La dialéctica de Heráclito representa una
de las cimas de la filosofía griega antigua. Las escuelas materialistas de Mileto y de Efeso
se alzaban contra las concepciones idealistas y antidialécticas de las escuelas de Pitágoras y
de Elea. Los discípulos de Pitágoras (ver Pitagóricos) profesaban la doctrina mística del
“número” considerado como el principio de todas las cosas, así como la teoría de la
“armonía” en la naturaleza. Por su tesis metafísica del ser inmutable, que excluye la
variedad de los fenómenos y los cambios de la naturaleza, los eleatas abrían una puerta al
idealismo.
El segundo período (siglo V a.n.e.) corresponde al florecimiento de la democracia
esclavista de la Grecia antigua. El objeto de la filosofía se amplía y se profundiza. Las
cuestiones de la estructura de la materia, la teoría del conocimiento, los problemas de la
vida social son colocados en primer plano. La estructura de la materia provoca la atención
profunda de tres escuelas materialistas del siglo V a.n.e., vinculadas a los nombres
de Anaxágoras (ver), Empédocles (ver) y Demócrito. Para Anaxágoras, el ser está
constituido por partículas materiales, los “gérmenes de las cosas” (“homeomerías”) que, al
combinarse, forman cuerpos cuyas cualidades se les asemejan. El movimiento se explica
por una fuerza exterior, el “nous” (la inteligencia universal) la materia más fina y sutil.
Empédocles enseña que los cuatro “elementos” que componen el mundo (el fuego, el aire,
el agua y la tierra) son puestos en movimiento por dos potencias materiales: la “amistad” y
el “odio”. En la teoría atomista de Demócrito el materialismo antiguo alcanza su desarrollo
más elevado. Demócrito fue “el primer cerebro enciclopédico entre los griegos”
(Marx/Engels, Obras, Ed. alem.), el representante más eminente de la ciencia única, no
diferenciada, de la antigüedad. Según Demócrito, dos principios constituyen el fundamento
del ser: los átomos y el vacío. Los átomos, vale decir, las partes indivisibles de la materia,
son eternas e inmutables. La aparición y la extinción de los mundos infinitos y de todas las
cosas de la naturaleza, son el resultado de la combinación de los átomos que se mueven en
el vacío. La teoría atomista de Demócrito es mecanicista. Entre los sofistas (ver), primeros
maestros de “sabiduría” y de elocuencia, el hombre y su comportamiento están en lo
profundo de las investigaciones filosóficas. La mayor parte de ellos se sitúan junto a la
democracia esclavista y al campo materialista. Las concepciones reaccionarias
antidemocráticas son características de otro grupo de sofistas. El sofista más notorio es el
materialista Protágoras para quien el hombre es la “medida de todas las cosas” y las
sensaciones, la única fuente de los conocimientos. La filosofía de Platón (ver), jefe del
campo idealista, portavoz de la reacción aristocrática, se alza frente al materialismo de
Demócrito. Platón continúa la enseñanza de la filosofía idealista, religiosa y ética
de Sócrates (ver). Opone un mundo imaginario de ideas eternas e inmutables a un mundo
de cosas cambiante e imperfecto que no es, según él, más que la sombra del primero.
Adversario de la ciencia antigua, Platón sostiene que el mundo fue creado por un dios, y
reduce el saber a la reminiscencia de las ideas que el alma, inmortal y migratoria,
contemplaba antes de habitar el cuerpo. Al igual que su filosofía, sus concepciones sociales
y políticas eran reaccionarias. La lucha entre la filosofía materialista de Demócrito y la
filosofía idealista de Platón es el punto fundamental de toda la historia de la filosofía griega
antigua. Esta oposición refleja ya, y en forma neta, el alcance progresivo del materialismo,
y el papel reaccionario del idealismo en la historia de la ciencia. Es la expresión del
antagonismo político entre la democracia y la aristocracia en la sociedad esclavista. El
“saber enciclopédico de Aristóteles” (Ibid.) constituía el resultado de la filosofía y de la
ciencia antiguas. Aristóteles (ver) refutó la teoría platónica de las ideas. En lo que concierne
a la cuestión fundamental de la filosofía (ver), vacilaba entre el materialismo y el idealismo.
Consideraba la materia como una substancia inerte y estancada, y la forma inmaterial era
para él el principio creador y dinámico. Aristóteles desempeñó un papel importante en el
progreso de la dialéctica y de la lógica. Fue el primero en analizar las formas del
pensamiento.
El tercer período, llamado helenístico, corresponde al período de crisis y decadencia de
la sociedad esclavista. Las diversas ciencias positivas que elaboran los métodos de estudio
de la naturaleza, comenzaron a separarse de la filosofía universal. Epicuro (ver) y su
escuela, continuaron la orientación materialista de la filosofía antigua. Materialista y ateo,
Epicuro retoma la doctrina atomista de Demócrito y la defiende contra el misticismo y la
religión. Introduce en ella algunos cambios, de los cuales el principal es el de la
“desviación” espontánea (debida a causas intrínsecas) de los átomos con relación a la línea
recta, gracias a lo cual pueden encontrarse de nuevo. Enseña que la filosofía tiene por
finalidad la felicidad de los hombres; para ser feliz es preciso librarse de las supersticiones
religiosas y dominar las leyes de la naturaleza. Lucrecio (ver) (siglo I a.n.e.) fue el
discípulo y vulgarizador de la doctrina de Epicuro en la Roma antigua. A partir de los
siglos III y II a.n.e., la crisis general y la decadencia del régimen esclavista arrastran tras sí
la decadencia de la filosofía. Las diferentes escuelas de la época helenística (académicos,
estoicos, escépticos y otros) expresan la degradación evidente del pensamiento filosófico
que se desliza hacia el idealismo y el misticismo.

En su lucha contra el materialismo y la ciencia, los ideólogos reaccionarios de nuestro


tiempo falsifican la filosofía antigua. Declaran que Demócrito, Epicuro y los demás
materialistas de la antigüedad son inmorales e indignos del nombre de filósofos. Intentan
resucitar la doctrina reaccionaria de las ideas y el Estado “ideal” platónico, de acomodarlo
para servir la causa del misticismo religioso y justificar así la política de las clases
explotadoras.

Los clásicos del marxismo-leninismo han apreciado profundamente a los representantes


del materialismo y la dialéctica en la Grecia antigua. Engels dice que los filósofos griegos
de la antigüedad eran “dialécticos natos” que consideraban la naturaleza sin anteojeras
idealistas. Lenin, en sus notas sobre las Lecciones de historia de la filosofía de Hegel,
fustiga las tentativas del idealista Hegel de disminuir el alcance de las ideas materialistas de
Demócrito y de Epicuro. En su Materialismo y Empiriocriticismo (ver), Lenin opone la
línea materialista de Demócrito al idealismo de Platón.
Diccionario filosófico abreviado · 1959:194-196

Filosofía antigua

Nombre dado al conjunto de doctrinas filosóficas desarrolladas en la antigua sociedad


griega esclavista desde fines del siglo VII a.n.e. y en la antigua sociedad esclavista romana
a partir del siglo II a.n.e. hasta principios del siglo VI d.n.e. La filosofía antigua constituye
un fenómeno peculiar, pero no aislado en el desarrollo de la conciencia filosófica de la
humanidad. Se formó sobre la base de los rudimentos de astronomía, matemática, física,
&c., que llegaron a las ciudades griegas desde el Oriente; como resultado de la elaboración
de la mitología antigua en arte y poesía, y también a consecuencia de la liberación del
pensamiento filosófico en lo que respecta a las representaciones mitológicas sobre el
mundo y el hombre, representaciones que habían mantenido prisionero a dicho
pensamiento. Ya en el siglo V a.n.e. surgieron sistemas filosóficos y cosmológicos en los
cuales el mito se presenta no tanto como idea fundamental cuanto como recurso expresivo
para formular el pensamiento. En el siglo VI a.n.e., e incluso en el V, la filosofía y el
conocimiento de la naturaleza aún no había delimitado sus esferas. Como faltaban recursos
de comprobación experimental: el número de hipótesis ideadas era grande. Para la filosofía,
tal multiplicidad de hipótesis significaba diversidad de tipos de explicación filosófica del
mundo. Esta diversidad y el nivel de la elaboración, convirtieron la filosofía antigua en
escuela del pensamiento filosófico para los tiempos posteriores. «...En las múltiples formas
de la filosofía griega –escribió Engels– se contienen ya en germen, en génesis, casi todas
las concepciones posteriores» (t. XX, pág. 369 - «Anti-Dühring» E.P.U., 1961, pág. 405).
El punto de partida de la filosofía antigua fue el materialismo
filosófico. Tales, Anaximandro, Anaxímenes, Heráclito, pese a todas las diferencias
existentes entre ellos, suponían que todas las cosas proceden de un principio único y,
además material. No obstante, sobre esta base ingenuamente materialista, se perfilaron
pronto ciertas concepciones que condujeron más tarde al nacimiento del idealismo. Los
brotes de escisión entre las corrientes materialistas y las idealistas se dieron ya en los
pensadores griegos más antiguos. En la segunda mitad del siglo V y en la primera del IV
a.n.e., se convirtieron en la oposición entre materialismo e idealismo. Con no menor
claridad se presenta en la filosofía antigua la oposición entre el método dialéctico y el
método metafísico del pensar. En esencia, muchos de los primeros filósofos griegos eran
dialécticos, concebían la naturaleza como un todo y, por consiguiente, la veían en la
interacción y concatenación de sus fenómenos. Durante el desarrollo de la filosofía antigua,
que pasó de los mil años, el materialismo y el idealismo, la dialéctica y la metafísica
constituidos en la antigua filosofía griega, experimentaron una compleja evolución que
reflejaba, en última instancia, la dialéctica del desarrollo de la sociedad antigua. Fueron
materialistas, en la filosofía antigua, Empédocles, Anaxágoras, Leucipo, y Demócrito. En
las enseñanzas de Sócrates y, sobre todo, de Platón se formó la doctrina del idealismo
filosófico, que se contrapuso en primer lugar al materialismo de los atomistas. Desde
entonces, en la filosofía antigua se dibujan netamente dos líneas principales de desarrollo,
en pugna: el materialismo y el idealismo (o bien, por decirlo con palabras de Lenin, la
«línea de Demócrito» y la «línea de Platón»). Oscilando entre el materialismo y el
idealismo, Aristóteles expuso también sus ideas en polémica con las doctrinas anteriores y
contemporáneas a su tiempo. Resulta singularmente enérgica e ingeniosa la crítica
aristotélica de la teoría de las «ideas» capital en el idealismo de Platón. En la época del
helenismo, como reflejo de la crisis inicial de la polis en el sistema de esclavitud, la lucha
de escuelas de la filosofía antigua vuelve a acentuarse. En aquel entonces se hizo
particularmente intensa la pugna entre la escuela materialista epicúrea y la escuela estoica,
en cuyas doctrinas, materialistas en el fondo, habían penetrado ampliamente elementos de
idealismo. Se sitúan en primer lugar, entre los problemas filosóficos, los que conciernen a
la ética, aunque basados en la concepción de la naturaleza y en la doctrina concerniente al
saber y al pensar. Las escuelas filosóficas se convierten en comunidades cerradas de
personas unidas por su indiferencia respecto a los acontecimientos exteriores y por un
acentuado interés por las cuestiones éticas y la educación. Al mismo tiempo, cambia la
relación entre la filosofía y las ciencias especiales, aparece un nuevo tipo de hombre culto y
un nuevo tipo de literatura docta, especializada, al alcance sólo de los iniciados. En la época
del Imperio Romano, período en que se agudiza la crisis de la sociedad esclavista, cobra
mayores vuelos la búsqueda religiosa de la abnegación y de la resignación. De este a oeste
penetra y se difunde una ola de cultos, doctrinas y misterios religiosos. La propia filosofía
se vuelve religiosa y, en algunas escuelas, incluso mística. Tal ocurre con
el neoplatonismo y el neopitagorismo. El primero influyó sobre el desarrollo de las
doctrinas filosóficas del cristianismo. En el año 529, el emperador Justiniano decretó el
cierre de las escuelas filosóficas de Atenas. Pero antes ya de este decreto e
independientemente de él, el ciclo fundamental de las ideas de la filosofía antigua había
llegado ya al término de su desarrollo.
Diccionario filosófico · 1965:177-178

Filosofía antigua

Conjunto de doctrinas filosóficas que se desarrollaron en las sociedades esclavistas de la


Grecia Antigua (desde fines del siglo 7 a.n.e.) y de la Roma Antigua (a partir del siglo 2
a.n.e. hasta comienzos del siglo 6 d.n.e.). La filosofía antigua es un fenómeno único y
peculiar, pero no aislado, en el desarrollo de la conciencia filosófica de la humanidad. Se
formó sobre la base de los gérmenes de los conocimientos astronómicos, matemáticos, &c.,
llegados desde el Oriente a las ciudades griegas, así como gracias a la liberación del
pensamiento filosófico de la dominación de las ideas mitológicas sobre el mundo y el
hombre. En el siglo 5 a.n.e. surgieron ya los sistemas filosóficos y cosmológicos, en los que
el mito desempeña no tanto el papel de concepción fundamental como el de medio figurado
de expresión del pensamiento. En el siglo 6 y hasta en el siglo 5 a.n.e., la filosofía y el
conocimiento sobre la naturaleza aún no estaban separados entre sí. Al faltar los métodos
de verificación experimental, aparecían numerosas hipótesis. Para la filosofía, la
multiplicidad de hipótesis significaba diversidad de tipos de explicación filosófica del
mundo. Esta diversidad y el nivel de elaboración convirtieron la filosofía antigua en una
escuela del pensamiento filosófico para los tiempos posteriores. “En las múltiples formas
de la filosofía griega –decía Engels– se contienen ya en gérmen, en génesis, casi todas las
concepciones posteriores” (t. 20, p. 369). El punto de partida del desarrollo de la filosofía
antigua fue el materialismo filosófico. Tales, Anaximandro, Anaxímenes, Heráclito, no
obstante todas las diferencias entre sus doctrinas, suponían que todas las cosas procedían de
un solo principio que, además, era material. Sin embargo, dentro de esta base materialista
ingenua se esbozaron tempranamente algunas concepciones que más tarde condujeron al
surgimiento del idealismo. No es menos evidente en esta filosofía la contraposición de los
métodos dialéctico y metafísico de pensamiento. En el fondo, muchos de los primeros
filósofos griegos eran dialécticos y enfocaban la naturaleza como una integridad y, por
tanto, en la interacción y concatenación de sus fenómenos. En más de mil años del
desarrollo de la filosofía antigua, el materialismo y el idealismo, la dialéctica y la
metafísica, formados en la filosofía antigua griega, experimentaron una compleja evolución
que, en definitiva, reflejaba la dialéctica del desarrollo de la sociedad de aquel entonces.
Desarrollaron el materialismo en la filosofía
antigua Empédocles, Anaxágoras, Leucipo y Demócrito. Sócrates y
particularmente Platón formularon la doctrina del idealismo filosófico que se opuso ante
todo al materialismo de los atomistas. Desde aquel período, en la filosofía antigua se
manifiestan evidentemente dos líneas fundamentales de desarrollo en pugna: el
materialismo y el idealismo (o, al decir de Lenin, la “línea de Demócrito” y la “línea de
Platón”). Aristóteles, que oscilaba entre el materialismo y el idealismo, también exponía sus
ideas en polémica con las doctrinas anteriores y contemporáneas a él. Es particularmente
enérgica y aguda su crítica de la teoría de las “ideas”, que es central en el idealismo
platónico. En la época del helenismo, que reflejaba el comienzo de la crisis del sistema
esclavista de las polis, la lucha entre las escuelas de la filosofía antigua vuelve a enconarse.
La más intensa era a la sazón la lucha entre la escuela del epicureísmo y la del estoicismo
(Estoicos), en las doctrinas de las cuales, materialistas en su base, penetraron ampliamente
elementos del idealismo. Entre las cuestiones de la filosofía se promueven al primer plano
los problemas de la ética, que se apoya, empero, en la doctrina de la naturaleza y en la del
saber y el pensamiento. Las escuelas filosóficas se convierten en comunidades cerradas de
hombres, unidos por la indiferencia hacia los acontecimientos exteriores y un interés
elevado por los problemas de la ética y la educación. En la época del Imperio Romano y de
la agravación de la crisis de la sociedad esclavista aumenta la aspiración al olvido de sí
mismo y la consolación religiosa. Desde el Oriente penetra en el Occidente y se extiende
allí una ola de cultos y doctrinas religiosos. La filosofía misma se vuelve religiosa, y en
algunas doctrinas, incluso mística. Tales son las doctrinas del neoplatonismo y del
neopitagoreísmo. La primera de ellas ejerció influencia sobre el desarrollo de las doctrinas
filosóficas del cristianismo. En 529, el emperador Justiniano promulgó el decreto sobre la
clausura de las escuelas filosóficas en Atenas. Pero ya antes de dicho decreto e
independientemente del mismo, la principal gama de ideas de la filosofía de la Grecia
Antigua y de la Roma Antigua había culminado su desarrollo

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