Domingo

de ramos

Los seguidores
de Cristo
“Evangelización Digital”
objetivo

Sensibilizar a los jóvenes para tener un en-

cuentro con Cristo Vivo en esta Pascua Juve-
nil, para ser sus seguidores y anunciarlo con
valentía, a través de las redes sociales
Oración
inicial
En ambiente de oración ver el video del canto:
¡Viva Cristo Rey!
https://www.youtube.com/watch?v=YrgOiOzFIEo
Leer Marcos 11, 1-10.
Se propone un momento de silencio para reflexio-
nar acerca de las veces que hemos estado cerca
de Jesús y lo hemos alabado, y las veces que con
nuestras, palabras o actitudes lo hemos traiciona-
do y crucificado como aquellas personas en Je-
rusalén.
VER CON LOS OJOS DEL PADRE
La Semana Santa es un tiempo privilegiado para
el encuentro con Cristo, pues se celebra nuestra
redención, por medio del Misterio Pascual: pa-
sión, muerte y resurrección de Nuestro Señor Je-
sucristo.
Muchos jóvenes se disponen y viven con fe y
devoción estos días, otros, en cambio, viven dis-
traídos, de vacaciones o en otras actividades sin
detenerse a reflexionar sobre lo que celebramos.
¿Hemos pensado que las vacaciones surgieron
precisamente como un espacio favorable para
poder participar y vivir la Semana Santa?
-¿Cómo viven los jóvenes la Semana Santa?
¿Cómo quieres vivirla tú?
-¿Qué actitudes, externas o internas, te ayuda-
rán para vivirla de la mejor manera?
-¿Qué esperas de esta Pascua Juvenil?
Es importante darnos el tiempo para celebrar es-
tos días, y también es muy importante la disposi-
ción que tengamos para que nos dejemos encon-
trar por el Señor.
Por otra parte podríamos preguntarnos sobre una
realidad en la que están inmersos gran parte de
los jóvenes: Las redes sociales.
Dinámica:
Se reparten las siguientes palabras entre los par-
ticipantes para buscarlas en Google y observar lo
que les parezca significativo: Iglesia, Cristo Vive,
vocación, católicos, testimonio, sacerdotes, santi-
dad, matrimonio.
Compartir con los demás:
-¿Qué te llamó la atención de la palabra que
buscaste?
-¿Hay más aspectos positivos o negativos so-
bre estas palabras en las redes?
-¿Es verdadera siempre la información? ¿Es
parcial o tendenciosa?
- ¿Qué tiene mayor reacción en los jóvenes?
Una imagen, video, audio, canción ¿Por qué?
-¿Procuramos ser selectivos en aquello que
vemos?
-¿Qué publicas en tus redes sociales?
-Con lo que encontraste ¿qué te gustaría pu-
blicar?
-¿Qué aportarías en tus redes sociales sobre
Cristo?
-¿Qué valores puedes incluir en tus publica-
ciones?
Estamos iniciando la Pascua Juvenil 2021 y es una
buena ocasión para renovar tu fe y tu amor a Je-
sús, además es una oportunidad para compartir
tu fe con los demás, tanto en el trato personal
como en tu presencia en las redes. Como jóvenes
hemos de ser coherentes y dar testimonio en los
diversos ámbitos.
Los jóvenes, por su habilidad en las redes, y por
su fe, pueden colaborar para transmitir el mensaje
de Jesús y propiciar que lo conozcan, lo amen y lo
sigan, especialmente por el propio testimonio con
valentía, alegría y creatividad.
¿Qué tendencias hay en las redes sociales sobre la
mayor influencia en los jóvenes? Reproduce el si-
guiente video: Las Top 3 tendencias en Marketing
de Redes Sociales en 2020
h t t p s : / / w w w. y o u t u b e . c o m / w a t c h ? v = S S -
Ho_1h3tZ8
-¿En qué te ayuda esta información para com-
partir los valores del Evangelio?
5
 JUZGAR CON LOS CRITERIOS
DEL HIJO
El fin de toda Pastoral se concentra en el encuen-
tro personal con Cristo vivo que transforma la
vida, es un camino de profundización permanen-
te. Por esto se ha propuesto el siguiente proceso
para las Pascuas Juveniles 2020, 2021, 2022:
Pascua Juvenil 2020 – Dar a conocer que somos
llamados a la santidad suscitando un encuentro
personal con Cristo Resucitado, iluminados por la
Exhortación apostólica postsinodal Christus vivit,
desde el amor. El gran anuncio para todos los jó-
venes: Kerigma.
Pascua Juvenil 2021 - El encuentro con el Resu-
citado, nos lleva a descubrir la vocación para una
realización personal desde Dios por medio de una
misión, es la ruta que nos proponen las Bienaven-
turanzas para una donación hacía los demás, des-
de la Exhortación apostólica postsinodal Christus
vivit.
Pascua Juvenil 2022 - Tender hacía la santidad es
la principal respuesta a los desafíos del mundo
contemporáneo, en cuanto vivir y testimoniar el
Evangelio, es la meta más alta, el llamado a la san-
tidad iluminado desde la Exhortación apostólica
Gaudete et Exsultate.
De este modo, para la Pascua Juvenil 2021 tene-
mos como Lema: Cristo ¡Vive! Con valentía acepto
su llamado.
En un primer momento es fundamental tener una
propia experiencia con Jesús resucitado. A lo lar-
go de esta semana habrá diferentes ocasiones
para escucharlo, hablarle, experimentar su pre-
sencia, su amor incondicional. Es importante cen-
trarnos en este aspecto que es lo fundamental.
De este encuentro brotará un cambio en nuestro
interior que se manifestará en nuevas actitudes y
formas de vivir. Pero si no cultivamos nuestro en-
cuentro con Cristo, iremos quedando vacíos y no
podremos compartir con los demás un testimonio
creíble.
Todos podemos utilizar las redes sociales para
realizar «El gran anuncio para todos los jóvenes».
Actividad.
Se hacen 4 equipos y se les distribuye para leer el
Capítulo IV de Christus Vivit, de la siguiente ma-
nera:
6
-Equipo 1: Un Dios que es amor: Números
111-117.
-Equipo 2: Cristo te salva: Números 118-123.
-Equipo 3: ¡Él vive!: Números 124-129.
-Equipo 4: El Espíritu da vida: Números 130-133.
Se comparten las siguientes preguntas:
-¿Cuáles son las tres grandes verdades que to-
dos necesitamos escuchar siempre, una y otra vez?
-¿Cuáles son las ideas principales de cada ver-
dad?
-¿Qué te llamó más la atención de los números
leídos?
¿Quieres anunciar CRISTO VIVE?
Para anunciar a Cristo en las redes sociales debes
de ser seguidor de Él. ¿Cómo podrá un joven vivir
santamente?” (Sal 119,9), el escritor sagrado se lo
pregunta. Seguramente tú te lo habrás cuestiona-
do más de una vez.
Y es que en la sociedad en la que nos ha toca-
do vivir está llena de luces llamativas pero que
no siempre son verdadera «Luz». Y así, pensar en
ser un joven santo, desear la santidad, y luchar por
vivir en la pureza de una vida limpia y libre para el
Señor, se vuelve más complicado.
Sin embargo, ¡Es posible! El autor del Salmo que
citábamos responde en seguida a la pregunta que
se hace: “¿Cómo podrá un joven vivir santamen-
te? Obrando de acuerdo a tu Palabra…”
¿Quieres un ejemplo de que esto es posible?
¿Quieres ver cómo un chico de nuestros días
puede vivir santamente? Tenemos al Beato Carlo
Acutis de tan solo 15 años que recientemente fue
beatificado por el Papa Francisco, y que en los
próximos días podremos profundizar en su vida y
testimonio. Un santo posmoderno. Un santo que
nos enseña la santidad en los tiempos de las re-
des sociales. Alguien que en su tiempo puso de
moda la santidad. Un joven que supo dar el salto
de la computadora… ¡al Paraíso! A ejemplo de
este beato seamos capaces de seguir a Cristo y
proyectar la evangelización, incluso en el plano
digital.
ACTUAR BAJO EL IMPULSO DEL
ESPÍRITU SANTO
Invitar a los jóvenes a que adquieran un compro-
miso delante de Jesús para seguir fortaleciendo
su vida espiritual.
Se puede motivar a responder: ¿Qué actitud ten-
drás ante las redes a partir de hoy?
Se sugiere realizar un video con el gran anuncio
para los jóvenes que contenga los elementos
principales que menciona el Papa Francisco. Rea-
lizarlo de una manera alegre, creativa. Subirlo a
Instagram (video en vertical, duración máxima
1min.) o a Facebook (video en horizontal máximo
1minuto y medio). Etiquetar a pastoraljuvenilgdl

Oración final
Tomemos un momento para hablar con Jesús,
que nos invita a ser jóvenes valientes.
Señor, amadísimo Jesucristo,
mira a estos tus jóvenes
que te buscan incansablemente.
Ayúdanos a encontrar esa valentía,
que tanto nos hace falta.
Abre Señor nuestro entendimiento,
para poder ver más allá de nuestros actos,
mirar las consecuencias y
asumir con valor la responsabilidad
de mis acciones.
Queremos Señor
que ese llamado a la santidad que nos haces,
sea contestado con un sí valiente.
Y que ese llamado personal
sea respondido con el mismo valor
que tu amado Hijo Jesucristo,
y compartido con alegría a los demás.
Amén.

7
 Jueves
Santo
TEMA 1

La Eucaristía, autopista
a la santidad
objetivo

Animar al joven a descubrir nuevas

formas de dar testimonio a ejemplo
de Carlo Acutis, para que responda al
llamado que Dios le hace.
 TEMA
Oración
inicial
-Padre Nuestro y Ave María
-Lectura orante: Juan 6, 44-51
-Oración escrita:
Señor Jesús: Danos el valor de aceptar el llama-
do que nos haces para vivir en santidad. Que tú
Cuerpo y tu Sangre presentes en la Eucaristía, y el
ejemplo de vida cristiana de otros jóvenes, como
el beato Carlo Acutis, nos ayuden a seguir el ca-
mino para llegar al Padre. Amén
VER CON LOS OJOS DEL PADRE
El año pasado reflexionamos en torno al amor de
Cristo resucitado y nuestro deseo de ser santos
(Lema 2020: Cristo vive y por su amor quiero ser
santo). Este año queremos dar un paso más en
esta invitación que Dios nos hace, por lo que el
lema para nuestra Pascua 2021 es: “Con valentía
acepto su llamado”.
Hoy reflexionaremos en torno al Jueves Santo,
por medio de este primer tema titulado: “La Eu-
caristía, «autopista» a la santidad”, inspirado en
el testimonio del joven Carlo Acutis, beatificado
por el Papa Francisco en Octubre del año pasado.
-¿A qué nos referimos cuando decimos «dar
testimonio»?
Dar testimonio significa “afirmar algo”, y esto se
puede realizar de múltiples fozrmas. Por ejemplo:
Una persona que se fue de vacaciones puede dar
testimonio de su viaje narrando su experiencia,
compartiendo sus fotos y souvenirs. Hay muchas
formas de dar testimonio de algo, como veremos
a continuación.
Dinámica: Dar testimonio
Todos nos presentaremos dando testimonio de
alguna cosa que nos ha sucedido, que tenemos
o que hemos vivido, y lo haremos de la siguiente
manera:
Digo mi nombre, doy una afirmación sobre mi
persona y doy testimonio de lo que digo con al-
guna evidencia. Por ejemplo:
-Yo me llamo Chencho y cuando tenía 5 años
rodé por las escaleras y se me cayó un diente
(muestra la ventana chimuela).
-Yo me llamo Pancracia y tengo un perrito chi-
huahua que se llama “Killer” (muestra una foto-
grafía de Killer).
-Yo me llamo Doroteo y soy fan de Billi Eilish
(Muestra su tatuaje).
-Yo me llamo Teófila y me gusta bailar (Hace
un zapateado).
Inician los animadores para poner el ejemplo, ha-
ciendo lo posible por ser creativos pero auténticos.
Se invita a que cada joven de forma voluntaria se
presente ante los demás con la misma dinámica.
Si el grupo es numeroso o algunos no participan,
se puede variar proponiéndolo de forma grupal:
“Que levanten la mano los que le van a las chi-
vas… demuéstrenlo con una porra” etc. (Convie-
ne tener propuestas preparadas en este caso).
Con la dinámica anterior, además de conocernos
un poco entre nosotros, pudimos ver que los jóve-
nes damos testimonio de nuestros gustos, ideas,
experiencias y sentimientos, de diversas maneras.
Reflexionemos al respecto:
-¿De qué forma dan testimonio los jóvenes de
nuestra escuela, nuestra comunidad y nuestros
amigos?
En la actualidad podemos ver cómo la juventud
muestra diversas formas de testimonio: La chica
que llena su cuaderno de corazones y garabatos,
el chico que se tatúa, el hombre que vive aislado
con sus gafas y audífonos, etcétera. Todas esas
son formas de dar testimonio de algo, que a ve-
ces se dice y se entiende de forma clara, pero
otras veces no nos detenemos a ver el mensaje
que hay detrás de ese testimonio.
-¿Qué ideas, gustos, experiencias y sentimien-
tos están detrás de esas marcas, de esas acciones,
actitudes y expresiones?
-¿Cuál es nuestra actitud ante la gran variedad
de testimonios que manifiestan los jóvenes?
Es interesante detenernos a analizar lo que los de-
9
 más están afirmando con sus testimonios. Cada
uno de nosotros puede estar de acuerdo o no con
estas expresiones, pero es natural que sucedan y
todos tenemos derecho de expresarnos, de dar
testimonio de lo que nos gusta, de lo que quere-
mos y de lo que creemos.
-Si te analizas a ti mismo, ¿De qué estás
dando testimonio en tu vida?
-¿Estás dando testimonio de tu fe?
Hoy se nos invita a buscar nuevas formas de dar
testimonio cristiano, fortalecidos e inspirados por
la Eucaristía, a ejemplo de Carlo Acutis.
JUZGAR CON LOS CRITERIOS
DEL HIJO
Material de apoyo para animadores: Breve reseña
del testimonio de Carlo Acutis:
h t t p s : / / w w w. v a t i c a n n e w s . v a / e s / i g l e -
sia/news/2020-10/italia-carlo-acutis-fra-
ses-que-han-hecho-famoso.html)
Carlo Acutis es un joven de nuestra época, que
el año pasado (2020) fue beatificado por el Papa
Francisco.
-¿Habían escuchado hablar de él?
-¿Qué sabemos sobre su vida y testimonio?
El siguiente video nos ilustrará mejor la vida de
Carlo: (duración 5:50)
https://www.youtube.com/watch?v=3IQF38Icrgw
-¿Qué nos parece este testimonio de vida?
-¿En dónde encontraba Carlo su fuerza?
-¿A qué nos inspira esto?
El ejemplo de Cristo siempre joven, animó a Carlo
Acutis a transmitir su fe con autenticidad, con en-
tusiasmo, con energía y con convicción. Así como
este joven, también nosotros estamos llamados a
dar testimonio de Cristo, de una forma auténtica,
acorde a nuestra fe y nuestra vida. Pidamos al Es-
píritu Santo que nos ilumine y nos muestre cómo
podemos nosotros vivir su amor y compartirlo con
los demás.
-¿De qué manera se relaciona la Eucaristía con
10
nuestro llamado a la santidad?
-Hoy, nosotros los jóvenes, ¿De qué formas
podemos dar testimonio de Cristo?
Veamos a continuación el siguiente video: (dura-
ción 2:52)
https://www.youtube.com/watch?v=4T61ib-
vu-SE&t=29s
-¿A qué nos invita el video anterior?
-¿A qué nos referimos cuando hablamos de
“ser santos”?
Un santo es una persona que va al cielo cuando
Dios lo llama de regreso a casa, pero para noso-
tros, llegar al cielo no es solo posible, sino que
debe ser la principal motivación. Si miramos la
vida de muchos santos nos daremos cuenta que
esto puede ser muy simple. Los quehaceres dia-
rios, que parecen triviales, sin sentido o algo que
solo pasa y ya, cuando son ofrecidos a Dios como
oraciones, pueden convertirse en vehículos hacia
nuestra santidad. Como lo vimos en el video, la
santidad empieza desde cosas insignificantes y
pequeñas que crecen inmensamente para direc-
cionar nuestra vida al plan de Dios.
A.Presencial: En parejas o equipos de tres
personas, se comentan las siguientes preguntas.
B.Virtual: Si la misma plataforma lo permi-
te, en parejas o en equipos de tres personas, se
comentan las siguientes preguntas, asignando 5
minutos para ello. Si no, se contestan de forma
voluntaria.
-¿Conoces o conociste a alguien cuyo testimo-
nio de fe te haya inspirado?
-¿De qué manera anuncia/anunciaba a Cristo?
-¿Cómo es/fue su relación con la Eucaristía?
-¿A qué te inspira su ejemplo?
ACTUAR BAJO EL IMPULSO DEL
ESPÍRITU SANTO
Hoy, nosotros los jóvenes, ¿De qué formas pode-
mos dar testimonio de Cristo? En un momento de
diálogo, analicemos lo que hemos reflexionado y
vivido el día de hoy. Se sugiere que cada una sea
respondida por tres personas distintas.
-¿Qué he descubierto con ayuda de este tema?
-¿Qué es lo que más me ha agradado?
-¿Cómo me ayuda a crecer como cristiano?
-¿A qué te compromete esto?

Oración final
Si hay oportunidad de exponer al Santísimo Sa-
cramento:
Ahora, nos disponemos a compartir un momen-
to con Cristo, que es nuestra inspiración, nuestro
hermano y nuestro amigo. Recibámosle con nues-
tro corazón abierto, como quien recibe a un ami-
go amado.
-Exposición del Santísimo Sacramento
Pidámosle al Señor que su Santo Espíritu nos ins-
pire, nos anime, nos dé el valor y nos impulse a
compartir el amor de Dios Padre en nuestra vida
diaria. Pregúntale: ¿Qué quieres de mí Señor?
¿Cómo puedo compartir mi amor por ti?
-Momento de oración personal.
-Bendición con el Santísimo.
Si no hay oportunidad de exponer al Santísimo
Sacramento:
Terminamos este momento de reflexión, compro-
metidos y animados por nuestro amor a Cristo
Eucaristía y nuestra fe, damos testimonio ante el
mundo y nuestros hermanos, alabando al Señor y
aceptando su envío.
-Peticiones espontáneas.
-Canto de misión/envío: Alma misionera, Es
hora de abrir, etc.

11
 TEMA

Jueves
Santo
TEMA 2

La Eucaristía, encuentro
personal con Jesús
y misión
objetivo

Vivificar en el joven el Amor de Jesucris-

to Eucaristía, propiciando un encuentro
personal con Él, para que con la fuerza
renovadora del Espíritu viva la misión con
valentía.
 Oración
inicial
-Preparar un pequeño altar con un crucifijo que
ayude a sentir un ambiente de paz y oración.
-Padre nuestro y Ave María.
-Lecturas: Juan 6,51-52; Juan 6,35 y 1
Corintios 10,17.
VER CON LOS OJOS DEL PADRE
Se les invitará a los jóvenes a hacer un momento
de silencio y tomar una postura cómoda para re-
flexionar.
Estamos viviendo un tiempo en que no es tan fácil
participar en la Sagrada Eucaristía, por la pande-
mia. Existe un límite de personas para participar
en las celebraciones o se realizan de manera vir-
tual. Aun así hay jóvenes que buscan poder parti-
cipar ya sea presencialmente cuando es posible,
o por las transmisiones que se realizan. Otros jó-
venes se han involucrado en sus parroquias para
apoyar en las redes a sus sacerdotes.
Sin embargo, constatamos que muchos jóvenes
se han alejado, incluso antes de la pandemia.
Además, es cierto que la participación en la San-
ta Misa desde una pantalla se presta a muchas
más distracciones, o sentirse ajeno a la celebra-
ción. Algunos otros participan en la Eucaristía por
costumbre, o por obligación. En ocasiones están
distraídos, o lo ven como algo rutinario y tal vez
hasta pesado. ¿Cuántas veces hemos escuchado
las frases: «que larga estuvo la misa», «que abu-
rrido», «ese padre no me cae bien», «no entiendo
lo que significa», «para qué vas a misa si sigues
igual», «siento que Dios no me escucha», «yo voy
a misa cuando me nace»?
Estas frases reflejan que falta conocer más a pro-
fundidad la grandeza de la Eucaristía, y tener
un verdadero encuentro con Cristo vivo en cada
Misa. Además, manifiestan que algunos partici-
pan como meros espectadores, sin involucrarse,
ni dejarse amar y transformar por Jesús, mucho
menos sentirse enviados por Él a la misión.
Preguntas para responder de manera individual:
-¿Con qué frecuencia participas en la Santa Misa?
-¿Cuál es tu actitud al disponerte y al participar en
la Eucaristía?
-¿Descubres que Dios te habla en su Palabra?
-¿Experimentas a Jesús que dio su vida por ti en
la cruz y se quiso quedar por amor a ti en la Sa-
grada Comunión?
-¿Procuras estar en gracia y unirte a Él en cada
Misa, sobre todo en el momento de comulgar?
-¿Te has dejado amar por Dios en las celebracio-
nes?
-¿En cada Eucaristía renuevas tu propósito de te-
ner una vida nueva?
-¿Descubres como Jesús te envía a la misión des-
pués de haberte encontrado con Él?
En momento de silencio mientras responden sus
preguntas pueden poner algún canto:
* Jesús Eucaristía - Mayra Alejandra Barajas:
https://www.youtube.com/watch?reload=9&-
v=k1sT9SarM24
* Eucaristía - Kairy Márquez: https://youtu.be/fo-
6qIo0WwuY
* Jesús Eucaristía - Jésed: https://www.youtube.
com/watch?v=Y8Tz1pgpZNg
JUZGAR CON LOS CRITERIOS
DEL HIJO
Lectura: Mateo 26, 26-28.
Al contemplar a Jesús en el sacramento de la Eu-
caristía recordamos aquellas palabras que él dijo
en la Última Cena con sus discípulos: «Haced esto
en memoria mía» (Lc 22,19). Meditaremos espe-
cialmente los siguientes verbos: TOMÓ, BENDI-
JO, PARTIÓ y DIO.
Tomó: Así como Jesús tomó el pan, quiere tomar
todo aquello que hoy sientes, todos los proble-
mas que día a día presentas, quiere tomar tu mi-
seria y todo aquello que hoy te hace daño, pero
13
 también toma tu vida llena de alegría, de sueños,
de ilusiones. Ser tomado es un acto de confianza
en Dios, en sus manos.
Bendijo: En esa realidad Dios se hace presente y
te da todo su amor y fortaleza para convertir las
heridas o tristezas en grandes alegrías. Bendecir
es signo de la presencia de Dios en ti, en lo que
ha sido tomado por sus manos. También, bende-
cir significa: «decir bien de…», y Dios es el pri-
mero que nos bendice para bendecir a los demás
con nuestra vida y palabra.
Partió: Jesús es el Pan vivo que se parte y com-
parte, que alcanza para todos y a todos sacia.
Nuestra vida se plenifica en Jesús y en compartir
lo que somos con los demás. Además, al recibirlo
sucede un parte aguas en la propia vida, un antes
de Cristo y después de Cristo, en tu existencia,
creando un proceso en el cual renovará tu vida.
Es el momento de la conversión, quien conoce a
Jesús, lo ama y lo sigue, no puede seguir igual.
Este momento puede ser «doloroso», por las exi-
gencias que se desprenden, pero llena, te hace
pleno, es redentor. Ejemplo claro de Jesús en la
Eucaristía que se parte para dar vida plena a to-
dos.
Dio: Dios es tan misericordioso con cada uno,
que nos ha dado la vida y junto con ella muchos
dones, aun cuando caemos, nos busca para que
volvamos a Él, nos recibe con los brazos abier-
tos, nos perdona y nos da su gracia para tener
una vida nueva. Además, nos hace participes de
su misión, de tal manera que nos llama constan-
temente a la gran misión de evangelizar compar-
tiendo su amor. Sin embargo, nadie da lo que no
tiene, por eso hemos de acercarnos cada vez más
a Él, para como jóvenes dar a Jesús a los demás,
contagiar de la nueva vida que Él nos da.
Necesitamos ser valientes para escuchar la voz de
Dios y dejarnos transformar. Y esa valentía nace
de la cercanía y amor a Jesucristo. Compartiendo
su modo de vida que se sintetiza en la Eucaristía.
Aprendamos de nuestro Maestro: amar, entregar-
nos y anunciarlo en la misión.
Como nos invita el Papa Emérito, Benedicto XVI
en su Exhortación Apostólica Sacramentum Cari-
tatis, n° 84: «Nada hay más hermoso que haber
sido alcanzados, sorprendidos, por el Evangelio,
por Cristo. Nada más bello que conocerle y co-
municar a los otros la amistad con él». Esta afir-
mación asume una mayor intensidad si pensamos
14
en el Misterio Eucarístico. En efecto, no podemos
guardar para nosotros el amor que celebramos
en el Sacramento. Éste exige por su naturaleza
que sea comunicado a todos. Lo que el mundo
necesita es el amor de Dios, encontrar a Cristo y
creer en Él. Por eso la Eucaristía no es sólo fuente
y culmen de la vida de la Iglesia; lo es también de
su misión: «Una Iglesia auténticamente eucarística
es una Iglesia misionera». También nosotros po-
demos decir a nuestros hermanos con convicción:
«Lo que hemos visto y oído os lo anunciamos para
que estéis unidos con nosotros» (1 Jn 1,3).
Verdaderamente, nada hay más hermoso que en-
contrar a Cristo y comunicarlo a todos. Además, la
institución misma de la Eucaristía anticipa lo que
es el centro de la misión de Jesús: Él es el envia-
do del Padre para la redención del mundo (cf. Jn
3,16-17; Rm 8,32). En la última Cena Jesús confía
a sus discípulos el Sacramento que actualiza el sa-
crificio que Él ha hecho de sí mismo en obedien-
cia al Padre para la salvación de todos nosotros.
No podemos acercarnos a la Mesa Eucarística sin
dejarnos llevar por ese movimiento de la misión
que, partiendo del corazón mismo de Dios, tien-
de a llegar a todos los hombres. Así pues, el im-
pulso misionero es parte constitutiva de la forma
eucarística de la vida cristiana.
Los cristianos seguimos los pasos de Jesús, cele-
brando la Eucaristía y estando al servicio de los
demás, especialmente de los más vulnerables y
necesitados. Jesús nos invita a salir de nosotros
mismos y entregarnos con amor al llamado que
Dios nos hace. La Eucaristía ha de ser fuente de
caridad, generosidad y misericordia para con
nuestros hermanos.
ACTUAR BAJO EL IMPULSO DEL
ESPÍRITU SANTO
Dinámica: ¿Te comprometes?
Objetivo: Fortalecer la conciencia del joven sobre
el valor de la Eucaristía en la actualidad, de mane-
ra que se sienta uno mismo con Jesús Eucaristía,
comprometiéndose a cumplir la misión a la que
es llamado.
Desarrollo:
Presencial: Material: Hojas blancas, plumas, car-
tulinas, tijeras, plumones, cinta adhesiva. Formar
equipos (según el número de asistentes), el anima-
dor les pide que escriban en distintas papeletas el
compromiso que adquieren de hoy en adelante en San Alfonso María de Ligorio
participación de la Eucaristía y vivencia de la mi-
sión. Una vez que concluyan realizarán en la car- * Canto: Milagro de amor tan infinito.
tulina un dibujo grande de Jesús Eucaristía en el * https://www.youtube.com/watch?v=UaD_R0Fk5Mo
cual pegarán lo que escribieron. Algunos pueden * Se puede considerar hacer un pequeño gesto
compartir con los demás lo que escribieron. de entregarles a los jóvenes una Cruz o algún otro
signo de envío misionero, para que recuerden
Virtual: Pedirles que cada uno realice en una hoja que cada vez que salen de la Eucaristía están lla-
blanca un dibujo de Jesús Eucaristía grande, des- mados a la misión.
pués que escriba el compromiso que adquieren
de hoy en adelante en la participación de la Eu-
caristía y vivencia de la misión, una vez que con-
cluyan, algunos pueden compartir con los demás
lo que escribieron. En un momento de silencio,
reflexionemos las veces que no hemos valorado
la Eucaristía y hagamos un compromiso de amor
con Él, para llevar a cabo la misión que tiene para
cada uno de nosotros.

Oración final
* Oración de San Alfonso María de Ligorio:
Señor mío Jesucristo, que por amor a los hom-
bres, estás de día y de noche en este Sacramento
lleno de piedad y de amor, llamando y recibiendo
a todos los que vienen a Ti: Creo que estás pre-
sente en el Pan Consagrado oculto en este humil-
de Sagrario. Te adoro desde el abismo de mi nada
y te doy gracias por todo lo que Tú me has dado;
te doy gracias de un modo especial, por haberte
dado Tú mismo a mí en este Sacramento; te doy
gracias por haberme dado por Madre espiritual a
tu propia Madre; te doy gracias por haberme lla-
mado a tu Presencia para estar ahora aquí, junto
a Ti. Adoro tu Divino Corazón; de quien proceden
tus amorosos dones; y desde aquí quiero adorar-
te en tu presencia Eucarística, que envuelve toda
la tierra. Jesús mío, te amo de todo corazón; me
arrepieto de haberte ofendido. Prometo serte fiel
en adelante; y, miserable como soy, me consagro
todo a Ti: te entrego mi voluntad, mis afectos, mis
pensamientos, y todas mis cosas; haz lo que quie-
ras de mí y de todo lo mío; sólo te pido y deseo
tu infinito amor, y tu ayuda para cumplir siempre
la voluntad de Dios y perseverar así hasta el final
de mi vida. Amado Salvador mío, uno mi corazón
a tu Corazón,y así reunidos los ofrezco al Eterno
Padre, en amorosa oblación y entrega total.

Amén.

15
 VIERNES
Santo
TEMA 1

La Cruz, signo de
misericordia y perdón
objetivo

Reconocer el amor y la misericordia de

Jesús mediante el perdón emanado desde
la Cruz, para atender su llamado hacia la
conversión y la santidad.
Oración
inicial
- Padre Nuestro y Ave María.
- Lectura: 2 Corintios 12, 6-10.
-Breves peticiones espontáneas.
VER CON LOS OJOS DEL PADRE
Recientemente, se ha promovido en nuestra Dió-
cesis la “Gran misión de la misericordia”. La con-
memoración del Viernes Santo es un momento
muy especial para reflexionar en torno a la mise-
ricordia de Dios.
-¿Habías escuchado sobre esta gran misión?
-¿Será importante vivirla y promoverla de forma
especial en estos tiempos?
-¿Cómo estamos en eso de practicar la misericor-
dia?
En ocasiones, vamos recorriendo nuestra vida
rompiendo corazones: Ya sea con nuestras pa-
labras, con nuestros actos o nuestras omisiones.
Hay veces que ni siquiera nos damos cuenta del
daño que le hacemos a los demás, porque nues-
tro corazón se vuelve menos sensible hacia el pró-
jimo. Estas acciones y actitudes nos van metiendo
en las sombras y nos impiden llegar a la felicidad.
-¿Cuántas veces he pecado de omisión? (veo,
pero no hago nada)
-¿Cuántas veces he dejado de hacer lo que me
corresponde? (mi casa, escuela, grupo juvenil)
-¿Cuándo fue la última vez que ayudé a otros por
amor?
Dinámica: “Corazones rotos”
Materiales: Un corazón grande de cartulina, pre-
viamente recortado en pedazos (Sólo si el tema es
presencial).
(Se inicia distinto dependiendo del formato del
tema)
A. Presencial: Repartir entre los integrantes del
grupo los pedazos del corazón.
B. Virtual: Pedir a los participantes que apaguen
la luz del lugar donde se encuentran (No la cáma-
ra), para vernos en penumbra.
Cada uno de nosotros ha roto el corazón de otros.
Piensa en un momento en alguna persona a la que
hayas lastimado con tus palabras, actos u omisio-
nes, y contesta en tu interior las siguientes pre-
guntas:
-¿A quién le he roto el corazón? ¿De qué forma
le lastimé?
-¿Qué habrá sentido esa persona?
-¿Cómo me hace sentir esto?
Imagina ahora que Dios se hace presente ante ti.
Él sabe todo esto que has pensado, todo lo que
has hecho. Pero Él no te mira con severidad. Él se
acerca a ti. Y abrazándote, te repite las mismas pa-
labras que dijo a San Pablo: «Mi gracia te basta».
-¿Cómo nos hace sentir esto? (Invitarlos a compar-
tir su respuesta libremente)
Dios nos ama a pesar de nuestros errores, nos
regala el perdón y eso nos debe impulsar a dos
cosas:
* Primero, a perdonarnos a nosotros mismos de
corazón.
* Segundo, a pedir perdón a los demás y sanar los
corazones que hemos roto.
(Se termina distinto dependiendo del formato del
tema)
A. Presencial: Invitarlos a armar el corazón juntan-
do todas las piezas.
B. Virtual: Invitarlos a encender la luz de la estan-
cia, como símbolo de la cercanía de Dios.
A continuación reflexionaremos en torno a la prác-
tica del perdón, de acuerdo a lo que Jesús nos
enseña.
JUZGAR CON LOS CRITERIOS
DEL HIJO
Se leen en voz alta las siguientes citas bíblicas y
se invita al diálogo y la reflexión con ayuda de las
preguntas.
Sugerencia para grupos presenciales: Realizar una
17
 representación dramática de las citas bíblicas.
Sugerencia para grupos virtuales: Acompañar la
lectura con imágenes.
* Parábola del Buen samaritano: Lucas 10, 25-37.
-¿Alguna vez has actuado como los ladrones, hu-
millando a tu hermano? ¿Por qué?
-¿Has actuado como el levita o el sacerdote, sa-
cando la vuelta para ayudar? ¿Por qué?
-¿A quién nos parecemos más: A los que lastiman
e ignoran al hermano, o al samaritano? ¿Cómo
crecer en esto?
Jesús nos pone el ejemplo con sus palabras, pero
también con sus actos. Escuchemos los siguientes
ejemplos:
La mujer adúltera: Juan 8, 1-11.
Zaqueo: Lucas 19, 1-10.
-¿Con qué personas Jesús se muestra misericor-
dioso?
-¿Cuál es la invitación que te hace Jesús con su
ejemplo?
A través de la vida de Jesús, podemos ver las
obras buenas de amor y misericordia, para los
desamparados, los maltratados, los ultrajados e
incluso para los hombres con poder. La misión sal-
vífica de Jesús los incluye a todos, nunca excluyó
a nadie. El inmenso amor que venía del Padre,
lo multiplicó. Jesús en su caminar les daba a los
demás todo ese amor, esa tranquilidad, esa paz
espiritual, y todos se saciaban de infinita bondad
y misericordia.
-¿Habrá un límite para la misericordia?
Para contestar esta última pregunta, Jesús también
nos contesta con sus palabras y con sus obras.
Jesús crucificado entre los ladrones: Lucas 23, 32-43.
-¿Qué es lo que más te impresiona de este pasa-
je? ¿A qué te llama?
Muchas veces ese rostro de Cristo que buscamos
día a día, se encuentra más cerca de lo que pen-
samos: Se halla en las cosas ordinarias y dentro de
las injusticias emanadas de la sociedad. Sigamos el
ejemplo de Cristo para ser capaces de perdonar,
no importa a quién y bajo qué circunstancia sea.
18
ACTUAR BAJO EL IMPULSO DEL
ESPÍRITU SANTO
Dinámica
Materiales: Cruz vacía, linterna.
En un ambiente de silencio y meditación, enfo-
quemos nuestra atención en la Cruz (Se coloca a
la vista de todos una cruz vacía, de pie. Se sugiere
apagar las luces y dejar una sola linterna ilumi-
nándola).
Trae a tu mente a la persona que más has lasti-
mado, maltratado o despreciado injustamente.
Colócala en la cruz (Momento de silencio). Mírale
allí, crucificado(a) por tu desprecio, tu indiferencia
y tus malos tratos. Hoy Jesús te llama a pedirle
perdón y bajarle de la cruz.
Redacta tu disculpa para esa persona.
Ahora, trae a tu mente a la persona que más ren-
cor le guardas. Colócalo en la cruz (Momento de
silencio). Mírale allí, crucificado(a) por tu odio y
por tu rencor. Hoy Jesús te llama a perdonarlo, y
bajarle de la cruz.
-Redacta una frase, donde le ofrezcas tu perdón.
A continuación, piensa en ti mismo y en los erro-
res de los que más te arrepientes. Colócate en la
cruz (Momento de silencio). Mírate allí, crucifica-
do(a) por tu severidad contigo mismo, por tu falta
de amor propio. Hoy Jesús te llama a perdonarte
a ti mismo, y te ayuda a bajar de la cruz.
-Redacta una frase que comience con “Hoy me
perdono a mí mismo por…”
Ahora, es Jesús mismo, quien toma tu lugar en la
cruz. También toma el lugar de quien te ha lasti-
mado. Y el lugar de quien tú has lastimado. Ya no
hay necesidad de crucificar a nadie, porque Jesús
se ofrece voluntariamente por ti, por todos noso-
tros. Mírale a Jesús allí, crucificado por el amor
que te tiene. Esa es su más grande prueba de
amor por ti y por mí.
Hoy el Señor te invita a que esa muestra de mise-
ricordia que has escrito con palabras, la pongas
en práctica contigo mismo y con tu prójimo, que
no se quede solo en el papel. ¡Practica y vive la
misericordia de Dios! (Si hay sacerdote confesan-
do, también se invita a acercarse al sacramento
de la Reconciliación).
Oración final
* Alabanza: “Al contemplarte en la cruz” de Athenas.
* https://www.youtube.com/watch?v=Edo-aLuOL5o
* Padre Nuestro y Ave María.
19
 VIERNES
Santo
TEMA 2

Las Últimas palabras

una experiencia
objetivo

viva
Reflexionar las últimas palabras de
Jesús e interiorizarlas mediante la
experiencia personal, para despertar
la valentía de aceptar su llamado.
 TEMA
Oración
inicial
-Padre Nuestro y Ave María.
-Lectura: Efesios 4, 29-32.
-Breves peticiones espontáneas.
VER CON LOS OJOS DEL PADRE
La capacidad de expresarnos con palabras es un
regalo que Dios nos ha dado como seres huma-
nos. Las palabras pueden animar dar esperanza,
ofrecer consuelo, demostrar amor, expresar nues-
tras emociones, alabar a Dios… pero también
pueden lastimar, desanimar, ofender, menospre-
ciar…
-¿Qué otros efectos descubres en las palabras?
-¿Recuerdas las palabras de alguien, que se hayan
grabado en tu corazón? ¿De quién?
-¿Qué te dijo, y en qué circunstancias se dieron?
Si las palabras de las personas que consideramos
importantes en nuestra vida producen estos efec-
tos, ¡Cuánto más no nos impulsarán las últimas
palabras de Jesús, si las escuchamos con el co-
razón! Hoy reflexionaremos en torno a las últimas
palabras o frases que mencionó Jesús antes de
entregar su vida por nosotros. ¡Y descubriremos
que son un verdadero tesoro!
JUZGAR CON LOS CRITERIOS
DEL HIJO
(Las actividades en torno a cada palabra constan
de dos momentos: Un ejercicio y una meditación.
Se sugiere que se cuente con carteles/diapositi-
vas que anuncien cada palabra en su momento)
A. Presencial: Se puede organizar un circuito de 7
estaciones, en cada una de las cuales se reflexio-
ne en torno a una de las siete palabras.
B. Virtual: Se pueden alternar los ejercicios y me-
ditaciones de cada palabra con diapositivas que
refuercen las actividades (Intercalar la vista grupal
y la vista de presentación según sea necesario).
Primera Palabra: «Padre, perdónalos, porque no
saben lo que hacen». Lucas 23, 34.
Ejercicio: Reflexionar acerca del perdón. Se dará
un momento a que cada quien conteste de forma
escrita las siguientes preguntas:
-¿Qué tanto me cuesta pedir perdón?
-¿Cuando alguien comete una falta contra mí,
-¿Soy rápido al perdonar?
-¿Qué consideras más importante, pedir perdón,
o dar el perdón? ¿Por qué?
Posteriormente, se pide que de forma espontá-
nea se compartan con los demás algunas de las
respuestas a cada pregunta.
Meditación: Sabemos que el perdón y la miseri-
cordia de Dios hacia nosotros es infinita, debido
a que aún en la Cruz, nos mira con misericordia,
amor y perdón. Así sigue actuando el Señor: Aún
cuando erramos, Él nos mira con amor y nos ofre-
ce la reconciliación, ya que sin ella no es posible
escuchar su voz y entender a lo que nos llama.
Dios nos invita a reconocer cuando le hemos fa-
llado a Él y cuando hemos lastimado a nuestro
prójimo, y con sus palabras, nos ofrece la oportu-
nidad del perdón. A nosotros solo nos toca pedir
perdón a Dios y a nuestros hermanos.
-¿A qué te invita esto?
Segunda palabra: «Mujer, ahí tienes a tu hijo»
Juan 19, 26-27.
Ejercicio: Mostrar la imagen de una madre con
su hijo graduado y preguntar a algunos jóvenes
al azar:
-¿Qué te transmite esta imagen?
-¿Cómo se sentirá un joven en estas circunstan-
cias? ¿Por qué?
Meditación: Las esperanzas que Dios ha puesto
en nuestro corazón, se ven alimentadas al dejar-
nos a su Madre, que se convirtió en madre nues-
tra. La posibilidad de cumplir nuestra misión nos
parece más sencilla, si nos dejamos acompañar y
ayudar por nuestra madre María Santísima.
-¿A qué te invita esto?
Tercera palabra: «¡Dios mío, Dios mío!, ¿por qué
me has abandonado?» Mateo 27, 47.
21
 Ejercicio: Invitar a los jóvenes a recordar una ex-
periencia triste de sus vidas: Un momento de so-
ledad, abandono o dolor. Posteriormente, invitar-
los a reflexionar en silencio la siguiente pregunta:
-¿Qué le dirías a un joven que pasa por una expe-
riencia similar a la tuya?
Si el formato es presencial, pedirles que anoten
en un post-it su respuesta, tal como se la dirían a
alguien más, y pedirles que intercambien su frase
con otra persona. Si el formato es virtual, pedirles
que cada quien escriba su frase en el chat grupal.
Meditación: En ocasiones, los momentos de so-
ledad, tristeza o angustia pueden hacer que nos
sintamos abandonados. Esto lo experimentó el
mismo Cristo, cuya parte humana se sintió aban-
donada. Es válido tener sentimientos parecidos,
sin embargo, al igual que Cristo estamos llamados
a vencer esos momentos con ayuda del amor y de
Dios. Una gran manera de lograrlo, es consolar a
otros cuando necesitemos consuelo.
-¿A qué te invita esto?
Cuarta palabra: «Yo te aseguro que hoy estarás
conmigo en el Paraíso» Lucas 23, 43.
Ejercicio: Mostrar un cartel o diapositiva que diga
“Yo me prometo a mí mismo que…” y cada joven
debe completar la frase de acuerdo a la experien-
cia 3. La invitación es realizar una promesa consi-
go mismos de acuerdo a esa experiencia triste o
de abandono, con el fin de superar esas circuns-
tancias. Hacerlo de forma personal y escrita. Se
comparte con los demás solo si alguien volunta-
riamente quiere hacerlo.
Meditación: Normalmente, nos esforzamos más
en cumplir las promesas que le hacemos a las
personas que amamos. Dios nos ama con infini-
to amor y nos ha dejado esta promesa, que es
alcanzable por todos nosotros ¡Dios siempre cum-
ple sus promesas! En cuanto a la promesa que te
haces a ti mismo, podrás esforzarte en cumplirla
en función del amor que te tengas a ti mismo. El
Señor nos invita a amarnos como Él nos ama, y a
enfrentar las adversidades y problemas tomados
de su mano y confiando en Él; de este modo di-
chas experiencias serán más fructíferas para nues-
tra vida y nuestra fe.
-¿A qué te invita esto?
Quinta palabra: «Tengo sed». Juan 19, 28.
Ejercicio: Si el formato es digital, ofrecer a cada
joven un vaso de agua refrescante. Si el forma-
22
to es virtual, solicitar a que vayan por un vaso de
agua, esperarlos y beber juntos. Dialogar en torno
a las respuestas a las siguientes preguntas:
-¿Qué necesidades cubre el agua?
-¿Qué pasa si tratamos de saciar la sed con algo
distinto?
-Espiritualmente, ¿Qué necesidades tiene el ser
humano?
-¿Qué ocurre si intentamos llenar las necesidades
del alma con cosas finitas?
Meditación: Si tenemos una necesidad del alma
con una sed infinita y buscamos saciarla con algo
finito (dinero, el trabajo, el alcohol, el sexo, etc.),
puede ser que momentáneamente nos sintamos
bien, sin embargo, al final quedaremos con un
mal sabor de boca y no lograremos saciar esa sed
del alma. El único que puede saciar nuestras ne-
cesidades del alma, esa sed infinita, es Dios. Él es
el agua viva que viene a saciar nuestra sed. Lle-
nándonos de Él es más sencillo descubrir nuestro
llamado a la felicidad en Dios.
-¿A qué te invita esto?
Sexta palabra: «Todo está cumplido». Juan 19, 30.
Ejercicio: Invitar a los jóvenes a pensar en algún
logro, reto o meta importante de su vida que ha-
yan alcanzado, y del cual estén orgullosos, por
más pequeño que sea. Invitarlos a compartir libre-
mente sus respuestas a las siguientes preguntas:
-¿Cuál es el logro del que te enorgulleces?
-¿Cómo te sentiste al lograrlo?
-¿Qué sentimientos te quedan para tu vida?
Meditación: Estos sentimientos de satisfacción,
felicidad y realización también podemos vivirlos
al escuchar, aceptar y hacer la voluntad de Dios.
La clave está en imitar a Jesús: Para cumplir la vo-
luntad del Padre, a Él no lo movió el deber, sino el
amor. El Padre nos llama a que en nuestra oración
del final de cada día, digamos con gozo, al igual
que su Hijo: “Todo está cumplido”. Pidámosle a
Dios la gracia de vivir la felicidad al cumplir su vo-
luntad.
-¿A qué te invita esto?
Séptima palabra: «Padre, en tus manos enco-
miendo mi espíritu». (Lc 23, 46)
.
Ejercicio: En ocasiones, por alguna circunstancia,
necesitamos confiar nuestra vida a alguien más:
Por ejemplo al sufrir un accidente, al padecer una
incapacidad o enfermedad, o al exponernos a un
peligro.
-¿A qué personas podríamos confiar nuestra vida?
-¿Qué características debe tener la persona a la
que se hace esta encomienda? Hagan una lista
entre todos.
-¿Será posible que una persona cumpla a la per-
fección con todas estas características?
-¿La vida nos garantiza que siempre estará dispo-
nible para nosotros una persona así?
Meditación: Debido a nuestra naturaleza humana
y a nuestras limitaciones, no existe persona que
cumpla a la perfección todas las características
que mencionamos, y que pueda estar allí para
nosotros en cualquier momento de toda nuestra
vida. Pero analicemos cada una de esas caracte-
rísticas:
-¿Cuáles de esas tiene Dios?
-¿Somos conscientes de esas características de
Dios?
Al igual que Jesús, estamos llamados a confiar en
nuestro Padre amado, y a encomendarle nuestra
vida entera, nuestros proyectos y nuestros sueños.
-¿A qué te invita esto?
ACTUAR BAJO EL IMPULSO DEL
ESPÍRITU SANTO
A partir de la meditación realizada, se nos invita a
elegir la palabra que más haya tocado nuestro co-
razón este día, y convertirla en un compromiso o
reto personal (Pueden colocarse las siete palabras
juntas, a la vista de todos).
-¿Cuál palabra me llegó más al corazón?
- ¿A qué me llama esta palabra de Jesús? ¿A qué
me comprometo?
Alternativamente, se proponen los siguientes re-
tos, a partir de la palabra elegida y en el contexto
de la “Gran misión de la misericordia”:Palabra
Reto
“Padre, perdónalos, porque no saben lo que
hacen”.
Pedir perdón a alguien que consideres que hayas
ofendido. Hacerlo en el transcurso de este mismo
día.
“Yo te aseguro que hoy estarás conmigo en el Pa-
raíso”.
Mostrarle tu apoyo y compartirle un mensaje de
esperanza a alguien que sepas que pasa una si-
tuación difícil. Hoy mismo.
“Mujer, ahí tienes a tu hijo.”
Ofrecer un Rosario por alguien que pase momen-
tos de oscuridad. De ser posible orar con él/ella.
En esta semana.
“¡Dios mío, Dios mío!, ¿por qué me has abando-
nado?”.
Ofrecer abrazos y muestras de tu apoyo a todos,
especialmente a quienes se sientan solos. Al me-
nos durante esta semana.
“Tengo sed”.
Invitar a alguien que tenga un vacío espiritual a
vivir contigo una experiencia de Dios: Misa, ora-
ción, alabanza, grupo, etc. En esta semana.
“Todo está cumplido”.
Estar atento a las necesidades de quienes te ro-
dean y realizar una obra de misericordia cada día,
al menos durante una semana.
“Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”.
Mostrarle todo tu apoyo a alguien que lo necesi-
te, y animar a ese alguien a encomendar su perso-
na y sus intenciones a Dios. En esta semana.
Oración final
Oración escrita:
“Señor Jesús: Te damos gracias por la meditación
que nos dejaste en las siete palabras. Reconoce-
mos nuestras limitaciones y pecados, que nos im-
piden entenderte, escucharte y aceptar tu llama-
do. Ayúdanos a cumplir los retos y a aceptar con
valentía el llamado que nos haces. Al igual que tú
en la cruz, queremos morir a nuestros pecados, a
nuestras faltas. Concédenos la gracia de tu mise-
ricordia, ayúdanos a perdonar, a aumentar nuestra
esperanza en tus promesas, a sentir tu presencia
en los momentos difíciles, a saciar la sed de nues-
tra alma con tu amor y a confiar en las promesas
del Padre.”
Amén.
-Padre Nuestro y Ave María.
23
 viacrucis
“El camino del
amor”
objetivo

Reconocer el amor de Dios por nosotros,

manifestado en el camino de la Cruz, para
seguir el ejemplo de entrega y caridad de
Jesucristo

24
Se propone preparar una mesita por estación (14
en total) donde se tenga la imagen respectiva de
dicha estación.
Material por participante:
• 1 pluma.
• 14 post-it.
• 1 copia de la Guía (Física o virtual).
Indicar que en cada estación, se deja el post-it
que se elabore.
Se propone presentar videos en sustitución de las
imágenes del Viacrucis, de modo que al llegar a
la estación, primero se vea el video y luego se
siga la guía.
Invitar previamente a los participantes a contar
con el siguiente material:
• 1 pluma.
• 14 post-it o pedazos de hojas.
• 1 copia de la Guía (Física o virtual).
Así mismo, se propone que la lectura de la parte
que corresponde a “Todos” sea guiada por una
persona distinta en cada estación, para evitar que
todos los micrófonos estén encendidos al mismo
tiempo.
Materiales adicionales en la estación
Lista de videos propuestos
Primera estación:
Imágenes de acoso escolar o bullying.
Segunda estación:
Imágenes de personas con problemas. (Soledad,
sufriendo…)
Tercera estación:
Imágenes de los siete pecados capitales.
Cuarta estación:
Imágenes de manifestaciones por personas des-
aparecidas.
Quinta estación:
Imágenes del personal de salud, cubrebocas, gel
antibacterial.
Sexta estación:
Imágenes de rostros sufrientes: Familias, jóvenes,
tejido social, sacerdotes, ancianos y enfermos.
Séptima estación:
Imágenes de católicos no siendo católicos (Liber-
tinaje, incongruencia…)
Octava estación:
Imágenes alusivas al aborto y al bebé en el vientre
materno.
Novena estación:
Imágenes de tentaciones como redes sociales, al-
cohol, drogas, etc.
Décima estación:
Imágenes de personas despojadas (Del dinero,
de lo material, de su dignidad)
Onceava estación:
Imágenes alusivas al perdón (personas reconci-
liándose, sacramento de la reconciliación)
Doceava estación:
Un crucifijo.
Treceava estación:
Fotografías de personas que han partido a la casa
del Padre. Un moño negro.
Catorceava estación:
Un crucifijo iluminado con una lámpara. Alrededor
imágenes de guerra, muerte y dolor en el mundo.
Primera estación: https://www.youtube.com/
watch?v=nKpCO4N5yS4
Segunda estación: https://www.youtube.com/
watch?v=pkf6gNZozuM
Tercera estación: https://www.youtube.com/wat-
ch?v=SJDQ8A-hUjM
Cuarta estación: https://www.youtube.com/wat-
ch?v=q1AjxT_o1UQ
Quinta estación: https://www.youtube.com/wat-
ch?v=H4o57pB5zHs
Sexta estación: https://www.youtube.com/wat-
ch?v=MIbypyg4vnk
Séptima estación: https://www.youtube.com/
watch?v=mnAzWKR3JIc
Octava estación: https://www.youtube.com/wat-
ch?v=7frxvhfGvUE
Novena estación: https://www.youtube.com/
watch?v=NXLeoq70ASU
Décima estación: https://www.youtube.com/wat-
ch?v=-hnjBco46u0
Onceava estación: https://www.youtube.com/
watch?v=5YYkA-3xJTc
Doceava estación: https://www.youtube.com/
watch?v=IX_K_qfr0YQ
Treceava estación: https://www.youtube.com/
watch?v=dCHaCnQESds
Catorceava estación: https://www.youtube.com/
watch?v=JlbG0w1CM_o
Nota 1: Algunos de los videos contienen esce-
nas de la película “La pasión de Cristo”y pueden
ser fuertes para personas sensibles. Nota 2: Cada
video dura de 1 a 3 minutos, y juntos tienen una
duración aproximada de 26 minutos.
25
 guía del
viacrucis
Introducción
Lector: Dispongamos nuestra mente y nuestro
corazón para contemplar en este Viacrucis, el mis-
terio del martirio y muerte de Nuestro Señor.
Primera estación: Jesús es condenado a muerte.
Lector: Te adoramos, Cristo y te bendecimos.
Todos: Porque por tu Santa Cruz redimiste al
mundo y a mí, pecador.
Lector: El actuar de Judas sigue en nuestros
tiempos. Lo podemos notar en muchas realida-
des: Cuando se condena injustamente a tantos
jóvenes a la muerte. Cuando nosotros mismos los
condenamos por nuestros juicios.
Todos: Señor, te pedimos perdón por todas las
veces que hemos juzgado a nuestros hermanos
sin miramientos, cuando al condenarlos a ellos,
te condenamos a ti. Ayúdanos a verte en nuestro
prójimo, a no perderte de vista. Perdónanos, por
todas las veces que, por no tener los ojos en ti,
también te hemos juzgado en el hermano.
Lector: Cada uno piense en las personas que in-
justamente han sufrido maltrato o violencia por
causa nuestra. Escribamos una oración por ellos.
(Breve momento de silencio).
Todos: Padre Nuestro…
Segunda estación: Jesús carga la cruz.
Lector: Te adoramos, Cristo y te bendecimos.
Todos: Porque por tu Santa Cruz redimiste al
mundo y a mí, pecador.
Lector: Cuántas veces le hemos echado a Jesús
la cruz encima, la cruz de todos y cada uno de
nosotros: Cada vez que nos quejamos de nuestras
circunstancias, cada vez que dejamos aflorar en
nuestros corazones sentimientos de rencor y co-
raje, porque renegamos de la voluntad del Padre.
Todos: Señor, te pedimos que nos ayudes y nos
enseñes a cargar nuestra cruz diaria: Nuestras en-
fermedades, nuestras dolencias, nuestros proble-
mas. Es una cruz que no podemos cargar solos,
pero contigo, Señor, podemos llevarla con amor.
Lector: Cada uno piense en aquellos problemas
o situaciones de los que ha renegado, y pidámos-
le en una oración a Dios que nos ayude a cargar
nuestra cruz, para seguir adelante.
(Breve momento de silencio).
Todos: Padre Nuestro…
26
Tercera estación: Jesús cae por primera vez.
Lector: Te adoramos, Cristo y te bendecimos.
Todos: Porque por tu Santa Cruz redimiste al
mundo y a mí, pecador.
Lector: No es fácil llevar la cruz. Muchas veces
caemos vencidos bajo el peso de nuestras fallas,
cansados de repetir el mismo error, de prometer
mejorar, de querer ser mejores y no poder. Pero no
dejemos que estas heridas se vuelvan incurables.
Todos: Señor, te pedimos perdón por las ocasio-
nes que hemos caído presas del mismo pecado,
por todas las veces que hemos tenido la cruz a
cuestas y que hemos pensado en rendirnos. Ayú-
danos a soportar las cruces de la vida, queremos
que nos enseñes a levantarnos y a superar esos
errores por los que recurrentemente caemos.
Lector: Cada uno piense en un pecado en el que
caiga recurrentemente, y pida a Dios la fortaleza
para levantarse de ello.
(Breve momento de silencio).
Todos: Padre Nuestro…
Cuarta estación: Jesús se encuentra con su madre.
Lector: Te adoramos, Cristo y te bendecimos.
Todos: Porque por tu Santa Cruz redimiste al
mundo y a mí, pecador.
Lector: Tuviste Jesús, el apoyo de tu Madre en la
subida del Calvario. Ella no se quejó, sino que te
acompañó en ese penoso camino. Aceptó siem-
pre obediente la voluntad de Dios, con humildad.
Todos: Perdón, Señor, por todas las veces en las
que he fallado a mi propia madre, ya sea con mis
acciones, mis palabras o mis actitudes. También
te pedimos por todas las mujeres y todas las per-
sonas desaparecidas, por todas las madres que
han tenido que enterrar a un hijo o hija, víctima de
la inseguridad y de la violencia de nuestro país. Te
pedimos por su dolor, por sus corazones y almas
heridas, para que les ayudes a continuar.
Lector: Cada uno piense y escriba una oración al
Señor, por las personas desaparecidas y por sus
familiares que sufren.
(Breve momento de silencio).
Todos: Padre Nuestro…
Quinta estación: Simón de Cirene ayuda a Jesús.
Lector: Te adoramos, Cristo y te bendecimos.
Todos: Porque por tu Santa Cruz redimiste al
mundo y a mí, pecador.
Lector: El Cirineo era como muchos de nosotros,
que no queremos ayudar. Cuántas veces dejamos
con su cruz de desnudez y de abandono a tantos
hermanos, cuando podríamos haberlos ayudado
a llevarla.
Todos: Te pedimos perdón, Señor, por todas las
veces que hemos mirado con asco, con miedo o
con indiferencia a los que sufren por causa de la
pandemia. Perdón por las veces que hemos omiti-
do nuestra ayuda a quienes cuidan a los pacientes
contagiados. Enséñanos a ser valientes y verte en
el herido. Te pedimos protejas a todo el personal
de salud que combate la pandemia.
Lector: Cada uno escriba una oración pidiendo a
Dios por los enfermos que sufren, y por el perso-
nal de salud que los atiende.
(Breve momento de silencio).
Todos: Padre Nuestro…
Sexta estación: La Verónica limpia el rostro de
Jesús.
Lector: Te adoramos, Cristo y te bendecimos.
Todos: Porque por tu Santa Cruz redimiste al
mundo y a mí, pecador.
Lector: Aquella mujer supo descubrir el rostro de
Jesús bajo aquella capa de sangre, sudor, polvo
y salivazos.
Todos: Señor Jesús, perdónanos por no haberte
descubierto en el dolor de tantas personas, y por
no haber enjuagado tus lágrimas en los rostros
sufrientes de nuestros hermanos. Te pedimos por
las familias y los jóvenes en crisis, por la descom-
posición del tejido social, por nuestros sacerdo-
tes olvidados, por nuestros ancianos y enfermos
abandonados.
Lector: Cada uno piense en un rostro sufriente
concreto, y escriba una oración a Dios por esa fa-
milia o persona.
(Breve momento de silencio).
Todos: Padre Nuestro…
Séptima estación: Jesús cae por segunda vez.
Lector: Te adoramos, Cristo y te bendecimos.
Todos: Porque por tu Santa Cruz redimiste al
mundo y a mí, pecador.
Lector: Cuántas veces, con nuestro ejemplo y con
nuestros actos, hemos hecho que otros tropiecen.
Todos: Te pedimos perdón por las veces que he-
mos sido falsos apóstoles, por las veces que con
nuestro ejemplo, hemos hecho que otros caigan,
y por las veces en las que, empujando a nuestro
hermano, te hemos tumbado a ti.
Lector: Cada uno piense en las personas a las que
ha inducido a caer en el pecado, y pida a Dios
por ellas, para que nuestro Padre les ayude a le-
vantarse.
(Breve momento de silencio).
Todos: Padre Nuestro…
Octava estación: Jesús habla a las hijas de Jeru-
salén.
Lector: Te adoramos, Cristo y te bendecimos.
Todos: Porque por tu Santa Cruz redimiste al
mundo y a mí, pecador.
Lector: Ellas lloraban al ver a Jesús en medio de
tanto dolor; más Él les dijo: “No lloren por mí;
lloren por ustedes y por sus hijos”. Cuántas veces
ignoramos al Inocente, al que cargó con nuestros
pecados en la cruz. Y aún ahora, seguimos igno-
rando a los inocentes.
Todos: Te pedimos perdón por el pecado del
aborto, por los bebés que no tuvieron la opor-
tunidad de nacer, que han fallecido víctima de la
ideología. Perdón por las almas que no pudimos
proteger.
Lector: Cada uno escriba una oración por los ino-
centes abortados, y por la conversión de quienes
promueven este pecado.
(Breve momento de silencio).
Todos: Padre Nuestro…
Novena estación: Jesús cae por tercera vez.
Lector: Te adoramos, Cristo y te bendecimos.
Todos: Porque por tu Santa Cruz redimiste al
mundo y a mí, pecador.
Lector: Jesús vuelve a caer, y por tercera vez
hace un esfuerzo supremo y se levanta, por amor
a nosotros. Y tú, ¿Perseveras en tu entrega a los
demás?
Todos: Señor Jesús, perdón por esas ocasiones
en las que no hemos perseverado en la ayuda a
nuestros hermanos. Perdón por nuestra falta de
compromiso y perseverancia. Perdón por que-
darnos adormecidos, en nuestra zona de confort,
ajenos a las necesidades de nuestros hermanos.
Lector: Cada quien piense en los vicios o tenta-
ciones que le impiden ayudar a los demás, y pida-
mos al Señor que nos libre de esas cadenas para
ser capaces de ayudar a nuestros hermanos.
(Breve momento de silencio).
Todos: Padre Nuestro…
Décima estación: Jesús es despojado de sus
vestiduras.
Lector: Te adoramos, Cristo y te bendecimos.
Todos: Porque por tu Santa Cruz redimiste al
mundo y a mí, pecador.
Lector: Antes de ponerlo en la cruz, lo despoja-
ron de sus vestiduras. Nosotros, ¿A quiénes he-
mos despojado injustamente de lo que era suyo?
En lo material, en lo espiritual, en lo emocional,
en lo psicológico…
27
 Todos: Te pedimos perdón, Jesús, por las veces
en las que, movidos por la envidia, hemos despo-
jado a los otros de su fama, de sus bienes, de sus
derechos, de sus ilusiones.
Lector: Cada quien piense en un hermano al que
ha perjudicado con sus actos, y escriba una ora-
ción para pedir perdón por nuestro proceder, y
por el bien de esta persona.
(Breve momento de silencio).
Todos: Padre Nuestro…
Onceava estación: Jesús es clavado en la cruz.
Lector: Te adoramos, Cristo y te bendecimos.
Todos: Porque por tu Santa Cruz redimiste al
mundo y a mí, pecador.
Lector: Desde la cruz, Jesús pidió a su Padre que
perdonara a sus verdugos, y a nosotros, dicien-
do “Padre, perdónales, porque no saben lo que
hacen”. Jesús, que ha sido víctima inocente por
causa de nuestros pecados, nos muestra el máxi-
mo ejemplo de perdón, e intercede por nosotros
ante el Padre.
Todos: Señor nuestro: Ten piedad de nosotros,
por los tantos perdones que hemos negado. Por
las veces que la ira nos ha cegado, y por las repre-
salias o venganzas que hemos tomado. Te pedi-
mos que nos enseñes a perdonar de corazón. Te
damos gracias porque siempre nos sigues perdo-
nando, por medio de la confesión.
Lector: Cada quien reflexione en torno a alguna
ofensa o daño que no hemos sabido perdonar. Pi-
damos a Jesús que inspirados por su amor y su
ejemplo, nos ayude a perdonar de corazón eso
que nos daña.
(Breve momento de silencio).
Todos: Padre Nuestro…
Doceava estación: Jesús muere en la cruz.
Lector: Te adoramos, Cristo y te bendecimos.
Todos: Porque por tu Santa Cruz redimiste al
mundo y a mí, pecador.
Lector: Ante la Cruz nos hincamos o unimos nues-
tras manos en señal de oración.
(Breve momento de silencio)
Lector: No hay amor más grande que dar la vida
por los amigos. Jesús se entrega por ti y por mí,
por todos nosotros. Él ofrece su vida por amor.
Todos: Señor Jesucristo, perdona la facilidad con
la que olvidamos que nos amas, y restituye las
consecuencias de nuestros pecados. Te pedimos
especialmente por los jóvenes que, apartados de
tu amor, cometen suicidio, sintiéndose olvidados
por todos, renunciando a lo más preciado que tú
nos has dado, que es la vida.
Lector: Oremos desde nuestro corazón, por las
almas de los jóvenes que han caído en la tenta-
28
ción del suicidio, y por quienes se sienten empu-
jados a ella, para que Jesús, que murió por ellos,
les dé nueva vida.
(Breve momento de silencio).
Todos: Padre Nuestro…
Treceava estación: Jesús es bajado de la cruz.
Lector: Te adoramos, Cristo y te bendecimos.
Todos: Porque por tu Santa Cruz redimiste al
mundo y a mí, pecador.
Lector: El cuerpo de Jesús es devuelto a su Ma-
dre. Ese Niño que María nos dio en la Nochebue-
na, esa tarde se lo devolvimos muerto.
Todos: Señor, oramos por toda la humanidad que
ha sufrido a causa de la pandemia, por la humani-
dad que está doliente, por cada persona enferma,
que se encuentra postrada, por aquellos que han
muerto y por aquellos que siguen partiendo, por
quienes han perdido a alguien amado.
Lector: Cada quien, ofrezca su oración por los
que se han ido, y por quienes han experimentado
el dolor de la partida de sus seres amados.
(Breve momento de silencio).
Todos: Padre Nuestro…
Catorceava estación: Jesús es sepultado.
Lector: Te adoramos, Cristo y te bendecimos.
Todos: Porque por tu Santa Cruz redimiste al
mundo y a mí, pecador.
Lector: Aquel que los judíos esperaban que fuera
el libertador de Israel, el Mesías, fue sepultado.
Hoy, muchos siguen empecinados en sepultarte
a ti y tu Evangelio, en sepultar la verdad que nos
hace libres, en sepultar el camino que nos lleva a
la vida.
Todos: Perdón, Señor, por las injusticias del mun-
do, por todas las veces que no te tomamos en
cuenta, por las veces que pretendemos enterrarte
en la vida de nuestras familias, de nuestras comu-
nidades y de nuestras naciones.
Lector: Cada quien, pida perdón por los pecados
sociales que claman Justicia, que promueven la
muerte y que obstaculizan la construcción del Rei-
no de Dios en la Tierra.
(Breve momento de silencio).
Todos: Padre Nuestro…
Conclusión
Lector: Hoy hemos recorrido al lado de Jesús el
camino de su calvario. Que esta experiencia sea
de provecho para nuestras almas y las de nuestros
hermanos.
Todos: Gracias, amado Señor Jesús, por haber
tomado el camino del amor, movido por tu amor
a todos nosotros. Ante el misterio de tu muerte,
enséñanos a hacer silencio. Pero no un silencio va-
cío, sino un silencio lleno de oración, de respeto y
de esperanza. Ayúdanos para que este momento
de encuentro contigo, nos mueva a la conversión
y nos impulse a ser testigos de tu amor en nues-
tras familias, en nuestra comunidad, en nuestra
nación y en todo el mundo. Amén.
Lector: Les invitamos a seguir meditando sobre
el misterio de la muerte de Jesús, y sobre todo, a
celebrar la fiesta más importante de los cristianos:
La Resurrección de Cristo, este próximo Domingo.

29
 Sabado
Santo
TEMA 1

María, Modelo
de Valentía
objetivo

Reconocer un modelo de santidad en la

entrega y fidelidad de la Virgen María,
para responder con valentía al llamado de
Dios.
 Oración
inicial
-Padre Nuestro y Ave María
-Lectura: Lucas 1, 26-38.
VER CON LOS OJOS DEL PADRE
La realidad pandemia actual, ha sido un escenario
de mucho dolor y sufrimiento, que constatamos
en las noticias, con nuestros vecinos, amigos e
incluso dentro de nuestras familias. Sin ninguna
duda, a todos nos ha impactado en mayor o me-
nor medida; ninguno de nosotros ha quedado in-
diferente ante esta situación.
Sin embargo, ante este panorama adverso, tam-
bién hemos sido testigos de personas valientes,
cuya entrega, solidaridad y misericordia han dado
esperanza, consuelo y auxilio a muchos de noso-
tros.
-¿Te ha tocado encontrarte con alguna persona así?
-¿Cómo fue esa experiencia?
-¿Qué virtudes destacarías de esta persona?
Muchas de las virtudes que hemos encontrado
entre estos hombres y mujeres valientes y mise-
ricordiosos, son un verdadero ejemplo de inspira-
ción cristiana. Hoy queremos reflexionar sobre las
virtudes de María, que es para todos los cristianos
un modelo de respuesta valiente y generosa al lla-
mado de Dios, gracias a su Sí.
-¿Consideran que María es un ejemplo de valentía
cristiana?
-¿En qué lo descubren?
JUZGAR CON LOS CRITERIOS
DEL HIJO
Reflexión: “Las Virtudes de María”
A. Presencial: Se elabora previamente un corazón
grande de cartulina, que se parte en 6, y en cada
pedazo se coloca el título de una de las virtudes.
Conforme se reflexionen, se pide a un joven al
azar que pase y tome uno de los pedazos rotos, y
que trate de explicar qué significa esa virtud para
él/ella. Acto seguido, pega la pieza en la pared y
se prosigue con la explicación de la virtud corres-
pondiente.
B. Virtual: Preparar la reflexión de forma creativa,
alternando entre imágenes, diapositivas y vistas
grupales. La pregunta “¿Qué entendemos por
esta virtud?” la podemos realizar cada vez que va-
yamos a hablar de una virtud distinta
.
1. El AMOR que se encarnó en su vientre virginal
y dio a luz al Salvador de mundo.
2. La HUMILDAD, María, fue siempre una mujer
servicial. Desde el primer momento estuvo dis-
puesta a servir a Dios y a aceptar lo que tenía pre-
parado para ella.
3. Una mujer FUERTE, no una fortaleza física,
sino de Espíritu. Durante toda su vida fue capaz
de afrontar con fortaleza las dificultades y mo-
mentos duros. Superó todos los momentos que
se le presentaron, dio a luz a Jesús en un establo,
no dudó en afrontar un duro viaje y huir a Egipto
para proteger al recién nacido.
4. La SENCILLEZ de María, era la madre del hijo
de Dios y llevó a cabo esa tarea con gran naturali-
dad. En ningún momento de su vida buscó privile-
gios especiales, prefería pasar inadvertida, como
una más entre las mujeres de su pueblo.
5. Mujer de FE FIRME, la fe que siempre tuvo
nuestra Madre María es una de sus virtudes más
ejemplares. Aceptó todo lo que Dios había pensa-
do para ella sin dudar, nunca exigió a Dios alguna
prueba para justificar su fe.
6. Un modelo de VALENTÍA, guardaba en su co-
razón un secreto que ni ella misma conocía, el ser
la Madre de Jesús. Cuando le fue revelado en la
Anunciación no dudó ni un instante en volcarse en
esa tarea. En los momentos más difíciles mantuvo
31
 la fe en Dios y en su Hijo Jesús y continuó ejer-
ciendo su vocación de Madre.
Reflexionemos en torno al “Sí” de María y su ca-
pacidad de respuesta a Dios. El Papa Francisco
nos invita a descubrir en la Virgen, un modelo de
vida joven, de entrega valiente y generosa.
* Christus Vivit 43:
En el corazón de la Iglesia resplandece María.
Ella es el gran modelo para una Iglesia joven, que
quiere seguir a Cristo con frescura y docilidad.
Cuando era muy joven, recibió el anuncio del án-
gel y no se privó de hacer preguntas. Pero tenía
un alma disponible y dijo: “Aquí está la servidora
del Señor.
* Christus Vivit 44:
Siempre llama la atención la fuerza del “sí” de Ma-
ría joven. La fuerza de ese “hágase” que le dijo al
ángel. Fue una cosa distinta a una aceptación pa-
siva o resignada. Fue algo distinto a un “sí” como
diciendo: bueno, vamos a probar a ver qué pasa.
María no conocía esa expresión: vamos a ver qué
pasa. Era decidida, supo de qué se trataba y dijo
“sí”, sin vueltas. Fue algo más, fue algo distinto.
Fue el “sí” de quien quiere comprometerse y el
que quiere arriesgar, de quien quiere apostarlo
todo, sin más seguridad que la certeza de saber
que era portadora de una promesa. Y yo pregun-
to a cada uno de ustedes. ¿Se sienten portadores
de una promesa? ¿Qué promesa tengo en el cora-
zón para llevar adelante? María tendría, sin dudas,
una misión difícil, pero las dificultades no eran una
razón para decir “no”. Seguro que tendría com-
plicaciones, pero no serían las mismas complica-
ciones que se producen cuando la cobardía nos
paraliza por no tener todo claro o asegurado de
antemano. ¡María no compró un seguro de vida!
¡María se la jugó y por eso es fuerte…! El “sí” y las
ganas de servir fueron más fuertes que las dudas
y las dificultades.
-¿Qué ideas de lo dicho por el Papa Francisco nos
llaman la atención?
-¿Qué edad tendría María cuando se le anunció
su misión?
-Y tú, ¿Te atreverías a responder de forma valien-
te a Dios como lo hizo la Virgen y muchos otros
jóvenes santos?
-¿Qué actitudes nos ayudan o nos estorban para
lograrlo?
32
María fue una mujer capaz de ver distinto. Donde
tantos se hubiesen estremecido ante la perspec-
tiva y hubiesen exigido más pruebas, más seguri-
dades o más garantías, ella exclamó: “Hágase”.
Donde la ley era la referencia y la condena, ella
fue capaz de cantar la grandeza del Dios que está
con los más pequeños y da la vuelta a todos las
ordenes establecidas. Donde todo era convencio-
nal, María, con una acogida hecha al tiempo de
fe y valentía, de confianza y entrega, fue capaz
de colaborar con Dios de un modo radical. Joven:
hoy el Señor te llama, no temas…aún en medio
de las realidades y del mundo en que vivimos, se-
guirlo sigue siendo una opción viva y real.
-¿A qué nos invita esto?
Dinámica:
El regalo (Presencial)
Materiales:
• Dos cajas forradas con papel de regalo.
• Un espejo.
• Tiras de papel con cualidades o virtudes escritas.
• Una imagen de la Virgen María.
1. Habrá un espacio dispuesto con la imagen de
la Virgen y dos cajas de regalo.
2. Se invita a cada uno a descubrir los regalos
que les presenta María. Cada uno de los partici-
pantes se levantará (uno por uno) e irá pasando a
descubrir que hay dentro de dichas cajas, se les
indica que deben tomar de la caja número 1 lo
que encuentren, la gran sorpresa estará en la caja
número dos (se pueden identificar con números
para que la dinámica no se pierda).
CAJA No. 1: Tiras de papel con una cualidad o
virtud. Este será el regalo de Jesús y María para
el joven.
CAJA No. 2: Un espejo que encaje en dicha
caja, donde descubrieran que ellos mismos son
un gran regalo, llenos de virtudes y llamados por
Dios desde lo que son, don para sí y para los de-
más.
3. En silencio y con la alegría de saberse amado
y llamado por Dios, desde su propio ser, con sus
cualidades, virtudes, fortalezas y debilidades, el
joven se retira a su lugar, donde escribirá y tomará
nota de lo que surja en su corazón.
Tú eres un regalo para ti, para la humanidad y
para todos los que te rodean. Estás lleno de vi-
tudes y cualidades como la Virgen María o como
aquellos jóvenes santos que siguen hablándonos
Oración final
de entrega, servicio y amor. Lectura de algunas oraciones escritas por los jó-
venes.
-¿Qué cualidades y virtudes descubres en tu per-
sona? Oración escrita:
Madre nuestra, ayúdanos a ser jóvenes valientes,
-¿Cómo ponerlas al servicio de los demás, a ejem- capaces de dar una respuesta de amor como lo
plo de María? hiciste tú, enséñanos a estar al pie de la cruz de
Jesús y de tantos que sufren; despierta nuestros
ojos, nuestro corazón; rescátanos de la parálisis y
ACTUAR BAJO EL IMPULSO DEL de la confusión, del miedo y de la desesperación.
María, enséñanos a decir: “Aquí estoy” junto a tu
ESPÍRITU SANTO Hijo, y junto a tantos hermanos amados que su-
fren. Que el ejemplo de tu amor, fuerza y valentía
En nuestra Diócesis, hemos identificado 5 grupos nos inspire para dar el Sí a la voluntad de Dios.
de Rostros sufrientes, algunos de los cuales se han Amén
agravado con la pandemia:
Canto: “Salve Regina” de Jésed.
• Jóvenes en crisis. Ave María y la Salve.
• Familias en crisis.
• Víctimas de la descomposición del tejido social.
• Sacerdotes solos y enfermos.
• Ancianos, enfermos y abandonados.
Pensemos en una persona conocida, que sea uno
de estos Rostros sufrientes. Como una primera
acción que podemos realizar hoy mismo, invita-
mos a cada uno a lo siguiente: Compartir con esa
persona una imagen, oración y/o frase alusiva a la
Virgen María, ya sea desde el celular o de forma
física, acompañada de un mensaje nuestro que
muestre apoyo y esperanza.
Así mismo, inspirados por nuestra Madre Santísi-
ma, meditemos la siguiente pregunta e intercam-
biemos ideas al respecto:
-A ejemplo de María, ¿Qué más puedo hacer por
esta persona?
Después de toda la experiencia vivida, hoy Dios
espera de nosotros una respuesta generosa.
Para cerrar la catequesis, se nos invita a escribir
una oración personal a María. Las siguientes pre-
guntas pueden ayudarnos a enfocar nuestra ora-
ción:
-¿Qué cualidades queremos imitar de ella?
-¿A qué nos comprometemos con María y con
nuestros hermanos?

33
 Sabado
Santo
TEMA 2

Joven, a ti te digo
!Levántate!
objetivo

Reflexionar y analizar nuestra historia de vida

personal, para que, al recibir la noticia de
Cristo Resucitado, con valentía aceptemos el
llamado y nos encaminemos a una vida de
Santidad.
Oración
inicial
-Padre Nuestro y Ave María.
-Lectura: Isaías 60, 1-2.
-Oración escrita:
Señor: Levántanos de nuestro letargo que nos
mantiene adormecidos y líbranos de las tinieblas
que nos impiden acercarnos a ti. Levántanos y re-
vístenos de tu gracia para brillar y resplandecer
de alegría y santidad. Levántanos y transfórmanos
para ser testimonios vivientes de tu amor. Amén.
VER CON LOS OJOS DEL PADRE
Actividad: “Mi historia de vida”
1. Solicitar que en una hoja de papel, cada joven
conteste las siguientes preguntas por medio de
dibujos, un esquema, una línea de tiempo, o bien,
un texto alusivo a su propia experiencia:
-¿Cuál ha sido mi historia de vida?
-¿Qué experiencias me han marcado?
-¿Quién soy ahora?
-¿Cómo me veo en 5 años?
-¿Dónde me gustaría estar?
En caso de ser presencial, se puede entregar una
ficha similar a la siguiente:
Mi historia de vida:
Yo actualmente:
Yo dentro de 5 años:
2. Mientras los jóvenes redactan/dibujan, el coor-
dinador puede orientarlos sugiriendo algunos
tips: Para la primera pregunta, puede ser que re-
presenten a su familia, algún logro o algún acon-
tecimiento importante que hayan experimentado
hasta el día de hoy. En la segunda, pueden enfo-
carse en sus características, en su forma de ser, en
sus cualidades y defectos. En la tercera, pueden
pensar en sus aspiraciones, objetivos y sueños.
3. Una vez que han terminado, se dará a cada
joven un minuto para que nos cuenten sus tres
cuadros, a manera de “mini película”. La inten-
ción es que todos compartan, de modo que si el
grupo numeroso (+10) se elaboren equipos para
compartir. Solo en caso de que no sea viable, se
solicitan participaciones voluntarias para cada
pregunta.
4. Una vez que cada joven ha compartido su his-
toria de vida, se les invita a comentar las siguien-
tes preguntas:
-¿De qué nos sirve reflexionar sobre lo que hemos
hecho a lo largo de nuestra vida?
-¿Es importante saber de dónde venimos y dónde
estamos, para definir a dónde vamos? ¿Por qué?
El día de hoy, se nos invita a analizar nuestra his-
toria de vida, y a ejemplo de la vida de otros
santos, aceptemos el llamado de Cristo hacia la
santidad.
JUZGAR CON LOS CRITERIOS
DEL HIJO
Actividad: “Llamados a ser santos”
* Nota: Si el formato de la reunión lo permite, se
elaborarán 3 equipos para realizar la actividad. Si
esto no es posible, se omite el trabajo en equi-
pos y se expone directamente la vida de 3 santos
distintos, procurando hacerlo de forma amena y
creativa.
1. Dividir al grupo en 3 equipos y a cada uno per-
mitirle elegir un santo distinto. Como sugerencias,
se proponen los siguientes, pero pueden selec-
cionarse otros (por ejemplo el santo de la Parro-
quia o comunidad):
* Santa María Goretti
* San Juan Bosco
* Santa Teresa de Calcuta
* San Pablo
* San Agustín
* Beato Carlo Acutis
2. Cada equipo tendrá un tiempo determinado
(se proponen 10 a 15 minutos) para preparar una
presentación del santo elegido, con base en lo
que saben de su vida y lo que puedan investigar
con ayuda del Internet. Se propone que la inves-
tigación se enfoque en contestar las siguientes
preguntas:
35
 - ¿En qué circunstancias recibió el llamado de
Dios?
- ¿Cómo fue su proceso de conversión?
¿Cuál fue la respuesta de este santo/beato?
- -¿A qué te invita esto?
-¿Qué acciones concretas le encaminaron a la
santidad?
3. En plenario, cada equipo comparte la investi-
gación realizada y las respuestas a las preguntas
anteriores.
* Si se considera necesario, se comparten los si-
guientes enlaces para facilitar la investigación/
exposición:
San Pablo: https://www.youtube.com/watch?-
v=YrdXu8w0OYI
San Agustín: https://www.youtube.com/watch?-
v=o9NiTrOQ8dY
Beato Carlo Acutis: https://www.youtube.com/
watch?v=S6DlBqrAoA4
Santa María Goretti: https://www.youtube.com/
watch?v=eN_C2R5Lut0
San Juan Bosco: https://www.youtube.com/wat-
ch?v=x-XyGT47ksI
Santa Teresa de Calcuta: https://www.youtube.
com/watch?v=MnQAsL9jbUg
Una vez que hemos recordado la vida y el proceso
de conversión de estos santos, comentemos:
-¿Cómo es la vida de estos personajes, antes y
después de recibir el llamado a una vida nueva?
-¿Qué acciones realizaron cada uno de ellos para
encaminarse a ser santos?
-¿Qué testimonio de vida te parece más intere-
sante? ¿Por qué?
-¿Con qué santo/beato te sientes identificado?
-¿Cristo también nos llama como a ellos? ¿Cuál es
nuestra respuesta a su llamado?
Imagínate por todas la dudas y momentos que
tuvieron que pasar las personas de las que habla-
mos en el punto anterior, ellos también tuvieron
36
su proceso y sintieron miedo de seguir el camino
al que Dios les llamaba, pero siempre tuvieron
presente a Jesús porque ellos al igual que tú re-
cibieron una gran noticia: ¡Él vive! Y todos somos
llamados a resucitar con Cristo.
Reflexionemos en torno a los siguientes mensa-
jes, del Papa Benedicto XVI y Francisco:
• Deus Cáritas Est 1:
“No se comienza a ser cristiano por una decisión
ética o una gran idea, sino por el encuentro con
un acontecimiento, con una persona, que da un
nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orienta-
ción decisiva”.
• Christus Vivit 129:
“Si alcanzas a valorar con el corazón la belleza de
este anuncio y te dejas encontrar por el Señor; si
te dejas amar y salvar por Él; si entras en amistad
con Él y empiezas a conversar con Cristo vivo so-
bre las cosas concretas de tu vida, esa será la gran
experiencia, esa será la experiencia fundamental
que sostendrá tu vida cristiana. Esa es también la
experiencia que podrás comunicar a otros jóve-
nes”.
-¿Qué nos llama la atención de esto?
Piensa en tu vida, en tus alegrías, tus logros, tus
tristezas y desilusiones. En lo que has hecho en
todos estos años, en el camino que has recorrido
y las decisiones que has tomado.
-¿Estás conforme con la persona que eres ahora?
Todos en algún momento nos hemos sentido
tristes, perdidos o desconsolados, pero siempre
hay alguien: Un amigo, tus papás, tus hermanos
o incluso el mismo Jesús, que está para ti y no te
deja caer, te aconseja, te orienta y trata de hacer-
te sentir lo mejor posible. Es ahí donde podemos
encontrar también el amor de Dios.
-¿Habrá algo más a lo que Jesús te está llaman-
do?
-¿Es Jesús un buen ejemplo del pasado, o su lla-
mado y salvación siguen vigentes para ti? ¿En qué
lo descubres?
Si tomamos a Jesucristo sólo como un buen ejem-
plo del pasado, como un recuerdo, como alguien
que nos salvó hace dos mil años, no nos serviría
de nada, nos dejaría iguales, eso no nos liberaría.
El que nos llena con su gracia, el que nos libera, el
que nos transforma, el que nos sana y nos consue-
la es alguien que vive. Es Cristo resucitado, lleno
de vitalidad sobrenatural. Escuchemos el llamado
que Él nos hace, identificándonos con el pasaje
siguiente:
Lectura: Lucas 7, 11-17.
-¿Qué nos llamó la atención de este texto?
-¿Por qué crees que no se menciona el nombre
de este joven?
Lucas no dice el nombre del muchacho que Jesús
resucitó en Naín, sino que le llama “Joven”. Jesús
te habla a ti, a mí, a cada uno de nosotros, y nos
dice: ¡Levántate!, pues todos caemos y nos levan-
tamos frecuentemente. Sólo quien no camina no
cae, pero tampoco avanza y se estanca en un solo
lugar.
-¿Qué es lo primero que debemos hacer para le-
vantarnos?
El primer paso para poder levantarse es aceptar
la caída, pero con la ayuda de Jesús, dejándonos
Resucitar por Cristo y con Cristo. La nueva vida
que él nos dará será buena y digna de ser vivida,
porque estará sostenida por él mismo, que nos
acompañará hoy, mañana y siempre, sin dejarnos
nunca.
-¿Reconoces tus fallas y lo que te mantiene ten-
dido?
-¿Qué hizo el joven una vez levantado?
El joven empezó a hablar. La primera reacción
de una persona que ha sido tocada y restituida
a la vida por Cristo, es expresarse, manifestar sin
miedo y sin complejos lo que tiene dentro de su
corazón, su personalidad, sus deseos, sus necesi-
dades, sus sueños.
-Y tú, ¿Qué necesidad o sueño de tu corazón te
sientes llamado a expresar sin miedo? ¡Compár-
telo!
Así mismo, en nuestra nueva realidad juvenil y
nuestro mundo virtual nos invita a que hagamos
circular esta palabra de Jesús: “¡Levántate!” y
hacerle saber a los jóvenes que viven incrusta-
dos en una silla viendo el monitor, el teléfono
celular, pantallas inteligentes que Jesucristo le
dice:
“Despierta” y le invita a ocuparse de las cosas
que de verdad valen la pena.
-¿A qué llamarías hoy a los jóvenes que te rodean?
Recuerda que podemos abrirnos camino hacia la
Santidad incluso por medio de las redes, así como
el Beato Carlo Acutis, el ciber-apóstol de la Eu-
caristía.
ACTUAR BAJO EL IMPULSO DEL
ESPÍRITU SANTO
Si Jesús hubiese sido un joven al que solo le im-
porta lo suyo, el hijo de la viuda no habría resu-
citado. Como hemos reflexionado, el llamado de
Jesús nos dice: “¡Levántate!”
-¿Qué significan para ti estas palabras de Jesús?
¿A qué te llama?
“Levántate” significa también: Sueña, arriesga,
comprométete para cambiar el mundo, enciende
de nuevo tus deseos; contempla el cielo, las es-
trellas, el mundo a tu alrededor. Levántate y sé lo
que eres. Sé un Joven protagonista de tu propia
vida, vida que puedes dar abundantemente para
los demás, así como Jesús nos entregó la suya,
para que tuviéramos vida y la tuviéramos en abun-
dancia.
-¿Tienes Sueños y Pasiones? ¿Puedes compartir
algunos?
¡Síguelos! proponte a ti mismo y al mundo entero,
a la Iglesia, a todos los jóvenes, algo hermoso en
el campo espiritual, artístico o social.
Si tú te apasionas por algo, o por alguien, leván-
tate y haz cosas grandes. Escucha las palabras de
Jesús:
“Joven a ti te digo: ¡Levántate! Y al igual que los
santos que te inspiran,
lucha por tu Santidad”.
-¿A qué te comprometes para responder a ese
llamado?
-¿Qué estás dispuesto a realizar para seguir ese
camino que te lleve a levantarte y vivir la santi-
dad?
37
 Actividad: “Mi compromiso”
Si se considera conveniente, se termina con esta
actividad para afianzar el compromiso.
1. Pedir (o repartir) a cada joven una hoja de pa-
pel y si es posible unas tijeras, para elaborar un
cuadro de aproximadamente 20x20 cm.
2. Una vez que tienen el cuadro de papel, se les
pedirá hacer un corazón, siguiendo las instruccio-
nes del siguiente video:
* https://youtu.be/ALFd1QKTm0o
Como alternativa, se pueden usar las tijeras para
elaborar el corazón.
3. En el corazón, escribir su compromiso personal.
Al momento de la oración final, ponerlo en su pe-
cho mientras rezamos.
38
Oración final
Canto: “Quebrántame” de Jésed.
Oración escrita: “Oración del llamado”
Señor, desde la eternidad le tienes un puesto
asignado a cada persona. Te pido, Señor, que me
des luz para ver y reconocer el camino que tú
quieres para mí, de manera que te pueda servir
como tú quieres, a través del trabajo de mis ma-
nos. Tómame de la mano y guíame, sé mi camino
y mi luz. Tú que conoces todo, que conoces el
futuro, guíame por el camino correcto. Hazme co-
nocer tu voluntad y entonces, dame la fuerza y el
coraje para seguirla.
Amén.
-Padre Nuestro y Ave María.