Está en la página 1de 3

“(…) Así, podemos denotar que la participación de los sectores populares al interior del ejército

patriota se ha visto analizada desde distintos puntos de vista, pero que como tales, más de una vez,
se han desarrollado ideas similares, las cuales apuntan a una constante oposición entre elite y bajo
pueblo o entre disciplinamiento e insubordinación, lo cual podrá ser abordado en esta investigación a
través de una categoría de análisis: Resistencia, siendo esta desarrollada por aquellos soldados
reclutados desde los sectores populares.

La Resistencia es un concepto que se ha vinculado tradicionalmente al de oposición y


desobediencia civil, trayendo consigo el conflicto de si la resistencia es violenta o pacífica, lo cual
queda resuelto debido a que existen diversas formas de generar resistencia lo que depende a la vez
de a qué resisten.

En concordancia, para definir resistencia no se puede dejar de lado el contexto y el enemigo al


que se resiste, ya que puede o no traer consigo un proyecto de cambio de la sociedad, pues puede
tratarse tal como afirma Bobbio y Matteucci “más de una reacción que de una acción; de una
defensa más que una ofensa, de una oposición más que de una revolución” 1. Por otra parte, la
resistencia tradicionalmente se ha visto como la contraparte de la opresión y como una oposición al
poder, pues como expresa Foucault 2 la resistencia es coextensiva a este, existiendo en el momento
mismo en que se dan las relaciones de poder. De esta forma la resistencia como tal debe ser capaz
de organizarse y cimentarse según este mismo autor, pues propone esta categoría con dinamismo,
ya que a través de ésta se daría la posibilidad de modificar las relaciones de dominación.

Por otra parte la resistencia será apreciada mediante prácticas cotidianas de los sujetos, ya que
James Scott en Los Dominados y el Arte de la Resistencia, expone que esta se vería mediante
tácticas y estrategias cotidianas de supervivencia que resultan ser, en el fondo, rechazos e
impugnaciones de las relaciones de poder que padecen 3, siendo en esta investigación, relaciones
que la elite dirige al interior del ejército patriota.

Pero además de lo anterior, la perspectiva que queremos destacar es la de Massimo Modonesi


el cual propone dos acepciones del concepto de resistencia. La primera se entiende como
integrante de la relación de dominación, como hermana siamesa del poder, como una constante
que, para Scott, por ejemplo, se ubica en el terreno de la infrapolítica y, salvo en casos
extraordinarios, se manifiesta en un discurso oculto, relacionándola con la idea de subalternidad,
vista como un horizonte de posibilidad y, al mismo tiempo, como un límite. La segunda concepción
que plantea este autor, es la de resistencia vista desde el antagonismo, la cual implica la
incorporación de la alternativa, la alteridad, el otro, lo no dado, se trata de una construcción que
repercute en el presente, pero construye algo tendencialmente ajeno a la relación de dominación
que sugiere otra relación social, otra sociedad, prefigurando la superación del conflicto presente,
1
Bobbio Norberto y Matteucci Nicola. “ Diccionario de Política”, L-Z. Siglo XXI editores, 1982. Pp 1443.
2
Giraldo Díaz, Reinaldo. Poder y Resistencia en Michel Foucault. Tabula Rasa, enero-junio, número 004.
Colombia. Pp. 103-122.
3
Scott James. “ Los Dominados y el arte de la resistencia”.
incluyendo “una posibilidad real de cambiar el mundo, que se intuye en la construcción, en el
conflicto, del antagonismo. Alude al cambio cualitativo, en la resistencia misma, de una versión débil,
defensiva, hacia una versión fuerte que contiene la posibilidad de la ofensiva” 4. De tal modo la
resistencia entendida así permite poner la relación de dominación como el marco de las condiciones
reales, de modo que los dominados al pensar su realidad, incursionan idealmente en el pasado y en
el futuro, uniendo sus experiencias con las posibilidades, influyendo en la forma que actúan y viven
en su presente. De manera que “construyen su rechazo al mundo existente y, de alguna manera,
buscan trascenderlo”5.

Es necesario especificar que la resistencia que ejerce el soldado de bajo pueblo no es sólo hacia
la elite sino que también a la autoridad, debido a las características militares y de disciplinamiento
que asume este proceso. Ante esto Andrés Serra Rojas define resistencia a la autoridad como “el
que sin causa legítima rehúse prestar un servicio de interés público a que la ley lo obligue, o
desobedezca un mandato legítimo de la autoridad pública o de un agente de esta, sea cual fuera su
categoría”6.
En este proyecto, la resistencia será entendida bajo dos indicadores que se constituyen como
acciones que los hombres de pueblo llevan a cabo en el bando patriota dentro del contexto de la
guerra independentista. Estos indicadores son la deserción y la insubordinación. Dentro de este
contexto la deserción será entendida como el acto de fuga o evasión que protagonizan esto
reclutados, siendo, así, el acto de abandonar el bando por parte éste, a lo que Leonardo León
agrega en cuanto a las acciones desarrolladas por los soldados de bajo pueblo, que esta deserción
tiene dos componentes, el primero refleja una oposición a cualquier tipo de imposición respecto del
nuevo régimen y segundo, una forma de mostrar el descontento frente a su situación social.

Leonardo León, nos plantea que la deserción no sólo era la evasión de responsabilidades, sino
que también era una muestra de rebeldía popular frente a las estructuras de dominación 7, siguiendo
en este análisis es que podemos contraponer el anterior planteamiento con los abordados por Sara
Ortelli, quien trata sobre la problemática de la deserción en el Río de la Plata, señalando que los
desertores eran sujetos que se fugaban para eludir las responsabilidades que traía consigo la
condición de soldado8.

Por otra parte, la insubordinación será comprendida en esta investigación como el acto de un
subordinado- entendido como un sujeto dentro de una relación jerárquica de poder y autoridad-, en

4
Modonesi, Massimo. Resistencia: subalternidad y antagonismo. Universidad Autónoma de la Ciudad de
México (UACM). En
http://prdleg.diputados.gob.mx/debate_parlamentario/abril_2006/pdf/MODONESIDPABRILPDF.pdf
5
Ibídem.
6
Serra Rojas, Andrés. Diccionario de Ciencia Política. Facultad de Derecho, Universidad Autónoma de
México. Fondo de Cultura Económica. México, 1999. p. 983.
7
León, Leonardo, “Reclutas forzados..” Op. Cit.
8
Ortelli, Sara, Marginalismo y relaciones interétnicas: blancos e indios en la frontera rioplatense en el siglo
XIX, disponible en:
http://revistas.ucm.es/ghi/11328312/articulos/RCHA0000110181A.PDF
este caso el hombre de bajo pueblo que está dentro del bando independentista como soldado de
bajo rango, de no seguir, discutir o acatar las órdenes de un superior o institución. Estas órdenes se
entienden como el reflejo de un orden legal, el cual se traspasa en una línea de mando jerárquica
que tiene legitimidad dentro de la institución 9, en este caso el bando o ejército independentista.

Para explicar por qué resisten estos sujetos populares es necesario definir otra categoría, la de
autonomía, entendiéndola como la capacidad de aquel hombre de pueblo de decidir por sí mismo y
actuar bajo sus propias lógicas, lo cual de todas formas se ve sesgado por el propio contexto de
disciplinamiento que existe, pues este se transforma en la contraparte de la autonomía, y como tal
esta no puede ser total, sino, como establece Salazar y Goicovic, relativa, ya que como enuncian
estos autores la dominación que ejerce la elite sobre los sectores populares los obliga a desplegar
una estrategia de relaciones y confrontaciones signada por la ‘autonomía relativa’. “Esta opción
parte del supuesto que indica que el Estado Nacional forma parte de un proyecto histórico ajeno a
los pobres”10.
De esta forma, el hombre de pueblo que es enrolado como parte de la tropa patriota resiste por
una autonomía que se establece desde sus propias lógicas de sociabilidad, pues estos sujetos
luchaban por ser lo que siempre fueron y por mantener los grados de autonomía que poseían, es
decir, las posibilidades de actuar sin los mandatos que se imponían desde la elite al interior del
ejército, y tal como establece Leonardo León “los pobres fueron meramente pobres, hombres y
mujeres que lucharon durante la guerra civil contra los mandones con el propósito de preservar sus
ancestrales espacios de autonomía social” 11.
Asimismo, Salazar12 plantea que esta autonomía forma parte de la identidad de los sectores
populares, ya que nos dice que el bajo pueblo desarrolló una identidad social, económica y política
cuyo principal rasgo fue la autonomía, generando un mundo alterno y disfuncional de la
institucionalidad, el cual según León se desplegó con más energía e intensidad durante estos años.

La elección del periodo bajo estudio (1810-1830) responde a la comprensión de que los distintos
bandos en pugna con sus respectivos proyectos - entendidos como patriotas y realistas-
mantuvieron conflictos durante toda la temporalidad. Por lo cual la guerra de independencia es
entendida como un proceso y como un conflicto de larga data, que no termina en 1818, sino que se
mantiene durante el periodo de “ensayos constitucionales” y que llega a su final con la victoria de los
criollos independentistas (con todos los matices que existan) con la aniquilación de los últimos focos
realistas13 y el comienzo de la implantación del proyecto portaliano.(…)”

9
Comprendiéndose con las relaciones de poder, que se dan dentro de la institución, donde se reconocen
autoridades legitimadas para exigir obediencia. Del Aguila, Rafael (editor). “Manual de Ciencia Política”,
Editorial Trotta. p 23.
10
Goicovic, Igor. Sujetos, mentalidades y movimientos sociales en Chile. Disponible en el sitio Archivo Chile,
Centro de Estudios Miguel Enríquez. CEME. p. 212.
11
León, Leonardo. “Ni patriotas, ni realistas”. Op. Cit . p. 90.
12
Gabriel Salazar, Mercaderes, empresarios y capitalistas (Chile, siglo XIX). Editorial Sudamericana, 2009.
13
Contador, Ana María. Op cit. p 187.

También podría gustarte