ARQUITECTURA FI NE ART Y COMERCIAL I AL 1992 La pregunta solía ser si la arquitectura, si un edificio, podía albergar arte o

no. Solía ser si la arquitectura y el arte eran compatibles. Esta ya no es la

cuestión. La realidad ahora es que toda la arquitectura conocida es un
enemigo mortal del mejor arte. Esta generalización se aplica también al
resto de la sociedad; la arquitectura es enemiga del pueblo. No es excusa
suficiente que la gente esté dispuesta a dejarse engañar, pero este conflicto
es menor si se compara con la abrumadora construcción en todas partes,
que poco tiene que ver con la arquitectura y el arte reconocidos. el contexto
para el pequeño logro de la arquitectura y el arte en este siglo, que, tomado
fuera de contexto, parece glorioso. El único arquitecto que mejoró la vasta
construcción comercial fue Mies van der Rohe. Posteriormente, la
construcción comercial ciega influyó en la arquitectura de renombre de las
revistas de arquitectura. La arquitectura se unió a la construcción comercial;
el arte durante un tiempo siguió siendo arte.

La arquitectura actual explota el arte de al menos dos formas. Toma formas y

el uso de materiales del arte pasado y presente, así como de la arquitectura
pasada, especialmente, incluso de manera más mezquina, en la construcción de
museos. En segundo lugar, la exposición de arte, que es la razón para construir
museos, es una practicidad ignorada por los arquitectos y evidentemente por
quienes los encargan. Se supone que la arquitectura tiene una función y la
función de un museo es exhibir arte. una función es ridícula, una costosa
frivolidad. Cuanto menos función, más extravagante es el edificio; la falta de
forma sigue a la disfunción.

La derivación del arte y la arquitectura anteriores es una

consecuencia de la revolución industrial, ya que, en parte, quienes
tienen poder y dinero se niegan a reconocer la fuente de estos y, por
lo tanto, rechazan la sociedad. La derivación fue rechazada por
muchos arquitectos de este siglo, que con sensatez
Quería una nueva arquitectura para un nuevo tiempo, una sociedad
industrial que todavía está comenzando, pero que está comenzando
cada vez más, drásticamente mal. La sociedad industrial está
reemplazando a la sociedad agrícola. Ésta es la única revolución. Se
está formando una nueva sociedad, principalmente por acreción
desastrosa. Si no se hace nada para introducir el pensamiento, éste
se hará cada vez más grande y cada vez más primitivo hasta que la
naturaleza y la guerra hagan que comience de nuevo. Pero la
sociedad industrial continuará; Esto es sólo los primeros doscientos
años. La arquitectura derivada del siglo XIX fue por lo menos bien
hecha y seriamente intencionada, excepto en lo último para los
extremos victorianos. La actual reintroducción de la derivación es
altamente reaccionaria, como conviene a la política de los últimos
años. veinte años, y en su imposición al público, su aislamiento y
simbología, su afirmación de estatus, poder y dinero, su apropiación
del pasado como estatus, su pretensión de superioridad, en su
incapacidad para comprender el pasado o el presente, que degenera
en generalidad, es fascista. No es casualidad que gran parte de la
arquitectura fascista, especialmente la de los Estados Unidos, de las
décadas de 1920 y 1930, fuera la arquitectura de los museos.Como
escribí una vez, hay poca diferencia entre la antigua Galería Nacional
de los Estados Unidos y la nueva. uno por IM Pei. El propósito es el
mismo, mostrar el poder del gobierno central dignificado por la cultura.
Se apropia del arte diferente y disidente pero aclamado. Esta
hipocresía inquietante produce mala arquitectura. El nuevo museo de
Hans Hollein en Frankfurt es muy fascista en su apariencia externa:
no he estado adentro porque los animales tienden a evitar el dolor.
Evitando el dolor, me negué a volver al museo de Hollein
en Mönchengladbach cuando un amigo tenía un espectáculo allí. Evito el Museo de
Arte Moderno de NuevaYork, una fuente originaria de poder como estilo, ahora
también la parte trasera de M. Pompidou, el héroe industrial. El nuevo edificio de
Hollein cerca de la Catedral de San Esteban en Viena debería ser destruido, como lo
será, como Ahora unos pocos quieren destruir la complicada arquitectura de
hormigón de los años sesenta iniciada por Paul Rudolph, el bruto del brutalismo. Los
errores y la falta de acumulación de buena arquitectura desperdician mucho dinero y
esfuerzo, que como siempre vienen de todos. El Guggenheim corporativo ahora
quiere que la ciudad de Salzburgo financie otro museo de Hollein, por cien millones
de dólares, derivado del Museo Guggenheim de NuevaYork. Creo que el nuevo
museo de Mario Botta
en San Francisco, que parece estúpido como modelo, también costará cien millones. La
Corporación Guggenheim también está convirtiendo a la ciudad de Bilbao en un museo
de Frank Gehry, por más de cien millones. Una centésima parte de esto para un par de
buenos artistas. haría infinitamente más; la discrepancia es enorme. La fuente principal
del aspecto lindo y decorativo está en la arquitectura comercial, especialmente en las
franjas de carreteras alabadas por Venturi (es difícil designar al peor arquitecto) y en la
renovación barata de viejos hoteles y edificios de oficinas. Se ha continuado con el
estilo una apariencia de baratura que pretende ser cara, tal como está. La mayoría de
los edificios nuevos se ven endebles, parecen baratos y están mal construidos; por
ejemplo, el museo de James Stirling en Stuttgart, decorado a la moda y con
pretensiones con rejas de colores, una bonita boutique. La ternura también se debe a
que la derivación está muy lejos de su origen. En el centro de Bruselas se están
construyendo varios edificios de apartamentos y oficinas nuevos, que parecen estar
destinados a encajar con las casas antiguas cercanas, algunas de las cuales
probablemente fueron demolidas para las nuevas, la imitación es muy lejana. En Santa
Mónica o El Paso hay una imitación de Disneyland con un "Pueblo belga". Las nuevas
casas de Bruselas parecen ser una imitación de las
en el "Pueblo Belga", generalizado, modernizado e igual de lindo. Al otro lado de la
plaza, a imitación del edificio de AT&T en Nueva York, un edificio de oficinas está
coronado por un campanario gótico hecho de vigas de aluminio. En Suiza junto a
la multa
casas de campo antiguas hay casas de apartamentos que imitan a granjas suizas
lejanas. En cuanto a los "clientes", hace diez años un empresario de Houston
responsable de varios de sus rascacielos me dijo que nunca miró los planos de los
arquitectos. Simplemente les dijo que siguieran adelante. Ese es el motivo cero, hablar
como George Bush, quien dijo recientemente: "Nunca un tema ha sido más
demagogado por sus oponentes". Esta ignorancia es relevante para la situación en
arquitectura. Es obvio que la derivación en la arquitectura, o en el arte, no es una
nueva libertad, como se dice, sino ignorancia y cinismo y también lo es el cierre, la
represión. Un gran edificio de oficinas en Dallas imita una pequeña casa antigua de
Nueva Orleans con decoración de hierro fundido. Este absurdo es de Philip Johnson
quien, después de Venturi, popularizó la derivación. Es imposible adivinar la actitud
definitiva detrás de este edificio. Quizás solo esté demagogiando. Los frecuentes
comentarios cínicos de Johnson incluso parecen insuficientes. El cinismo es un factor
importante en la arquitectura reciente. Johnson, todos los arquitectos cínicos, parecen
convencidos de que el oportunismo y el cinismo harán el trabajo, que parecerá
sofisticado y realista y los mantendrá en el negocio. Johnson cree que el cliente lo
reconocerá
como un colega duro de negocios. Esta actitud es obviamente destructiva, pero
también ingenua. No permite la enormidad del presente y del futuro, lo
desconocido, la condena de quienes no están interesados en una broma en
Dallas. La gente no es un grupo adorable, pero la actitud y el edificio son un
insulto para ellos, una blasfemia hacia ellos, como la destrucción de la
naturaleza es para el mundo.
Los arquitectos son delicados sobre si están haciendo arte
En una conferencia en Santa Mónica hace varios años, César Pelli estaba muy
preocupado de que su arquitectura fuera considerada arte. Ésta es una ambigüedad del
uso europeo. Como una de las "artes",
la arquitectura es un arte. El arte visual es otro "arte", pero en el uso
ordinario en América del Norte, el arte es la pintura y la escultura. La
función y un uso necesariamente público definen en parte la
arquitectura. Es un gran y elemental error tratar de convertir la
arquitectura en arte, en escultura. Casi todos los edificios públicos
construidos como símbolos de estatus (museos, salas de conciertos,
edificios olímpicos, ferias, aeropuertos, hoteles) pretenden ser
esculturas, ser “creativos, “Individual”, “imaginativo”, “único”, todo lo
que se supone que es el arte. Un edificio como escultura es una mala
idea para empezar, pero los arquitectos saben muy poco sobre la
historia reciente de la escultura. La derivación es tan ignorante que
nunca ocurriría en el arte de primer orden. Las formas antiguas que
son consideradas terminadas por los primeros artistas son revividas
por los arquitectos como si no hubiera historia, como si la escultura no
tuviera significado. Un edificio de oficinas en Dallas de Henry Cobb,
que está bastante bien hecho, lo cual es inusual, es un ejemplo de
arquitectura como escultura: dos formas enormes, verticales y
ahusadas se cruzan parcialmente. . Se trata de una versión muy
grande de un tipo de gran escultura que en los años 30 era pequeña y
particular. La gran escultura siempre ha sido generalizada y sosa. Es
el tipo que suele estar en la plaza frente a un rascacielos, que siempre
ha sido obsoleto e insuficiente, que nunca tuvo que hacerse. Algunas
de las esculturas de Tony Smith son así: el trabajo de Clement
Meadmore es el mejor o el peor ejemplo. La arquitectura de Peter
Eisenman es la más derivada del arte. Hace veinte años sus casas
fueron diseñadas a partir de De Stijl,
Los edificios anteriores. La escuela de arte es un insulto a los artistas
principiantes que estudian allí.
Un principio temprano de la arquitectura moderna era no tener decoración,
que era un aspecto conspicuo de la arquitectura victoriana ecléctica. Este
principio fue mantenido por Mies van der Rohe, el último arquitecto capaz de la
elegancia en
un sentido tradicional, y Louis Kahn. Antes de su muerte algunos muebles,
especialmente muebles italianos, los peores, se habían convertido en decoración,
por lo que se observó el principio de no decoración aplicada, pero se subvirtió la
intención, que es una de las principales Después de Kahn, todos los muebles y la
mayoría de los edificios se convirtieron en decoración. Un edificio de Hans Hollein,
Michael Graves, Peter Eisenman, Frank Gehry, casi todos los arquitectos de
renombre internacional, es
Una decoración enorme. Las excepciones son arquitectos
convencionales como Ed Barnes y Arthur Erickson, desgracias
aburridas y anodinas. No voy a Asia Society en NewYork por la
arquitectura y por los mejores edificios que fueron derribados. El
edificio como decoración entra en conflicto con todo, ciertamente el
arte, que no es decoración. ¿Cómo se puede trabajar dentro de una
decoración? ¿Cómo puede sobrevivir el arte dentro de una
decoración? ¿Cómo se puede entender algo? La nueva sede de la
empresa Tadao Ando en Osaka es también una escultura decorativa
algo grande, típicamente complicada, pero simple en parte, lo que es
inusual ahora. Una complicación salvaje y un horror vacui más allá de
toda explicación es normal. Una explicación social es que los ricos
son siempre nuevos y Necesita casas abarrotadas y complicadas,
complejos de oficinas y sedes corporativas.
El mejor arte y la peor arquitectura están completamente opuestos. A diferencia
de la mayoría de las situaciones del arte y la arquitectura en el pasado, en las que
podían ser enemigos lejanos, la constante construcción de museos de arte, lo peor
de lo peor,
hace de la arquitectura para un artista un enemigo cotidiano. Se puede decir que
esto no es arquitectura, que no lo es, que es lo mismo que la construcción comercial
más sórdida, pero eso no ayuda. Casi todos los museos de Europa y América del
Norte de la última década son ofensivos. Las actitudes y propósitos que dan lugar a
los museos no son los que dan como resultado el arte que contienen. Un análisis de
las dos caras sería un libro de análisis de la sociedad, pero, rápidamente, el aspecto
más llamativo es la estupidez: el coche no funciona porque el motor está en el
medio por simbolismo y las ruedas están arriba por estilo. En segundo lugar, todos
los museos y la mayoría de los edificios diseñados por arquitectos afirman estatus,
poder y dinero. Es imposible tomarse esto en serio. Para el arte son cosas
infantiles. Y de todos modos, en el presente, aquellos en el poder con dinero no
pueden afirmar inteligentemente su estatus. No entienden el contexto. Esta
ambigüedad se manifiesta en la ternura, la timidez, la malicia, el coqueteo, el
esnobismo de los edificios. Se puede argumentar que, en contraste con un comité
de empresarios, un gobierno es más poderoso que los individuos, que es,
y que su estatus es real, pero los gobiernos tampoco entienden el
contexto. Expresan estatus en carreteras, bombas y aviones para
presidentes. Al diseñar edificios están atrapados en su demagogia. ¿Cómo
se puede expresar superioridad en los edificios gubernamentales y también
ser un gobierno democrático del pueblo? ¿Cómo se puede construir un
museo para educar al público en un arte superior al público? ¿O al arte?
Tienes que ser lindo como Ronald Reagan, un mentiroso como Bush.
Antes de esta superficialidad está el hecho de que no existen realmente
instituciones públicas, creadas cooperativamente por el público, deseadas
por el público, o al menos inteligentemente reconocidas por el público
como necesidades de la civilización, como deben ser los laboratorios de
ciencia, y posiblemente “museos”. ”Del arte contemporáneo. Si la sociedad
quiere estas actividades, si dice seriamente ser civilizada,
pero la libertad necesaria. La ciencia que no es libre albedrío se convierte solo en la
tecnología de una sociedad industrial organizada medievalmente. Esta vez, después
de ser libre, no habrá buen arte. Está sucediendo.
La principal razón de la superficialidad es que todo está dominado por un
gobierno central que ha negado la democracia y que esto debe ser
encubierto ya que la excusa para el gobierno central es el bien del pueblo
determinado por el pueblo, cuando el verdadero motivo de la estructura es el
bien del gobierno. Por lo tanto, sonría y salude al público y hágale trampa en
el Despacho Oval. Los museos deben expresar estatus, pero no pueden
hacerlo en serio. No lo tienen y parecería antidemocrático. La situación está
tan lejos de ser honesta que no pueden comenzar a tener el estatus
moderado y relativamente no social que proviene de estar en el estado de
conocimiento en un momento determinado. El museo no es el mejor edificio
que se puede construir con las mejores obras de arte. porque esa idea de
seriedad práctica es casi desconocida entre los involucrados en el arte.Casi
nadie reconoce la integridad del mejor arte que se está haciendo.
en el arte lo están usando en una variedad de formas destructivas e irrelevantes;
hay demasiados usuarios. Mi abuela en Missouri solía decir que había demasiados
jefes y muy pocos indios.
Los museos dicen ser como son porque están educando al público en el
arte, un público ignorante, pero ¿quién enseña a leer volviéndose analfabeto?
La suposición razonable de que el público es ignorante está incorporada en el
estilo del museo. La supuesta superioridad del museo, que es dudosa, su
actitud condescendiente, se muestra en la arquitectura. Y nuevamente,
eventualmente el público es grande y desconocido y
es presuntuoso utilizar su naturaleza, como hacen Venturi y Johnson, como
justificación de un estilo arquitectónico. Es demagogia pretender saber lo que
quiere la gente. El pretendiente siempre reclama para sus propios fines.
Evidentemente se asume que el público no vendrá al museo sin algún familiar
kitsch como guía La imitación de laberintos de entretenimiento
se supone que atrae al público. Pero el espacio confinado y
enrevesado es opresivo. Por lo general, te pierdes al instante. El mejor
ejemplo de esto es en el Museo Nacional de Arte Moderno y
Contemporáneo de Seúl.
un corto tramo de escaleras, estás perdido. Es un logro. Además, como ejemplo, las
escaleras son de granito pulido y resbaladizo, mientras que las paredes adyacentes son de
granito aserrado y rugoso, lo cual es una impracticabilidad y perversidad típica de los
materiales. Aquí, en todas partes, las habitaciones o tienen techos demasiado bajos.
instalar
el arte bien o son tan altos que la obra se pierde. Todo museo debe tener una gran sala,
como en el museo de Pei en Washington, como el vestíbulo de un nuevo hotel, garantizado
para empequeñecer el arte. Los espacios en los museos nunca son simples y nunca están
libres de puertas y ventanas adicionales, enchufes eléctricos, maquinaria, basura. Rara vez
hay luz natural y, a menudo, como en Berna, el techo es la arquitectura, la última superficie
de extravagancia en el interior. Esta romantización de la construcción industrial es ajena al
arte. También lo es la alfombra doméstica en la mayoría de los pisos. También lo están todas
las referencias planeadas para evitar que el personal del museo y el público se pierdan
socialmente, varados entre el arte no identificable. No quiero que mi trabajo se convierta en
parte de la falsa elegancia mullida
de la clase alta; No quiero que se quede en la alfombra gris de clase media de pared a
pared; Tampoco quiero unirme a la clase baja, que solo quiere realismo social, como
todos los demás. Todas las referencias son obvias para la mayoría de los artistas, que se
han abierto camino a través de los clichés de la sociedad. arte que se les ha escapado
¿Por qué el espacio y los materiales no pueden concordar con las actitudes del arte? La
ignorancia no puede contener conocimiento. Incluso se argumenta que los museos son
principalmente para la educación en el arte y no principalmente para el arte. Esto es un
absurdo y una negación seria de la integridad del arte. ¿Debe el arte estar siempre
subordinado a su propia enseñanza? Eso es estasis. Los edificios más antiguos en los
que he mostrado trabajo tienen planos y salas mucho mejores y algo de dignidad cívica,
por ejemplo, los museos.
en Eindhoven y Baden-Baden y el Museum für angewandte
Kunst de Viena.
El mal diseño de los museos enseña mal diseño. El público, incluidos los
estudiantes, seguramente verá el estilo de un edificio como una autoridad, aunque solo
sea una autoridad que sugiere cinismo. El edificio de Frank Gehry para Vitra dice que
no se tomen demasiado en serio los muebles que se muestran, no se tomen nada en
serio. Diviértete, como él define la diversión. Este es el arquitecto de un museo de cien
millones de dólares en Bilbao, como mencioné. El CEO de Guggenheim Corporation,
Thomas Krens, dice: “Queremos darle una identidad cultural a Bilbao”. Esto es
arrogante. y condescendiente. Acaba con el arte y con Bilbao a la vez, como si el
primero fuera un producto y el segundo una ciudad en auge. El Guggenheim corporativo
está vendiendo la identidad en el exterior, que llamativamente él mismo no tiene. Este
es el uso del arte, y
acuerdo, no hay espacio público, en los Estados Unidos, no hay política en
absoluto. No se le ha permitido hacer nada, ni siquiera estar en desacuerdo. El
museo contemporáneo es nuevo y dudoso. Hay acuerdo suficiente para
financiar el edificio como símbolo cultural pero no hay opinión sobre la
realidad.
están proliferando cara en una nueva sociedad sin que nadie haya
pensado mucho en su propósito.
una institución dañina. Suelen ser una institución tentativa para las poderosas
instituciones centrales, hasta ahora sin mucho de su propio arte. Hay artistas
dispuestos a brindar este arte, como hay arquitectos. Una vez que ambos
sirven al gobierno central y al capitalismo corporativo, habrá una versión
universal
del realismo social, que no será mejor que la arquitectura de un pastel de bodas y las

estatuas de Lenin que se derrumban. Estas instituciones no pueden hacer buen arte y

arquitectura, al igual que la religión no pudo hacerlo después del rechazo de las creencias

del público y del dinero del público. ¿Qué piensan de Vitra los estudiantes de por parte de los mejores intelectuales. El arte de primer nivel, el arte en el que creen los

diseño de mobiliario? El edificio niega todo artistas, el arte que es creíble ahora, el arte que el futuro creerá que era creíble ahora, se

El edificio es un revoltijo de la escultura muerta mencionada anteriormente, coloca en edificios increíbles en los que es fácil ver que sus arquitectos no creen.

trillada y muerta. La entrada es un revoltijo. Los muebles están colgados en las

paredes, “en el cielo”, como pinturas en un museo victoriano. Allí se mostró el
mobiliario de Erich Dieckmann en plataformas altas inclinadas hacia el
espectador. Ninguno de los muebles se muestra como mueble. Todo es parte de
la escultura decorativa banal de Gehry. Esto ni siquiera puede ser educación.
Gehry y Eisenman argumentaron en Santa Mónica que el conflicto entre la
arquitectura de un museo y el arte que contiene es bueno, que esto es un
diálogo. Es solo agresión, solo confusión, solo fracaso, como todo conflicto
violento.

La arquitectura de las sedes corporativas no puede ser seria porque todas

las grandes corporaciones son explotadoras. La arquitectura de los gobiernos
centrales tiene que ser engañosa por la misma razón, la de los estados y las
ciudades no puede ser seria porque su poder aparente no es real.

el público, incluidos los museos, fracasa porque no hay Donald Judd Texto © Fundación Judd