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Asignaturas: Legales FCEyT

COSAS BIENES PATRIMONIO


Bienes y cosas

En el art. 16 CCyC se legisla sobre bienes y cosas. En su segunda oración define cosas. Los
bienes materiales se llaman cosas. Por ejemplo una masa, un hacha, una cosecha, una silla,
una casa, un terreno, etc. Vale decir que las cosas, como objetos materiales pueden verse,
palparlas, agarrarlas, transportarlas, etc. Pero además deben tener un valor, que por
supuesto es económico.
En su tercera oración completa con el concepto de energías, ya presente en el anterior CC
Las disposiciones referentes a las cosas son aplicables a la energía y a las fuerzas naturales
susceptibles de ser puestas al servicio del hombre. Se equipara al concepto de cosas, sin ser
idénticas a ellas, la energía eléctrica y las demás fuerzas naturales susceptibles de captación
por el hombre, siempre que tengan un valor económico y sean materia de negociación. Por
ejemplo la energía eléctrica, térmica, lumínica, la radioactividad o energía atómica, el
magnetismo, etc. Incluso dentro del concepto de fuerzas naturales susceptibles de
apropiación está incluida la energía hidráulica, la provisión de fuerza motriz, luz y calor,
etc. Todas ellas pueden ser objeto de prestaciones de hacer en contrato de obras.
En consecuencia, la energía eléctrica como las demás fuerzas de la naturaleza susceptibles
de apropiación por el hombre, quedan equiparadas al concepto de cosas, en tanto ellas
pueden ser objeto de apropiación con valor económico para su negociación.

Como no expresa el concepto de bienes, para comprenderlo, se puede utilizar el anterior


CC, que establecía: los objetos inmateriales susceptibles de valor, e igualmente las cosas, se
llaman bienes. O sea que el término bienes es de carácter genérico, en primer lugar, que
abarca a los bienes propiamente dichos como a las cosas.

Habría una especie dentro del género de los bienes que serían los bienes propiamente
dichos, o sean los objetos inmateriales susceptibles de valor económico, tales como las
cesiones de créditos o derechos. Por ejemplo: el pagaré, el cheque, la letra de cambio, la
cesión de un derecho de uso; derecho de cesión de locación de cosas, de servicios, o de
obra. Es un bien el crédito que tiene un ingeniero contra aquella persona para la cual ha
realizado una labor profesional.

El patrimonio
Su composición. Derechos creditorios, reales e intelectuales. El patrimonio como prenda
común de los acreedores. Distintas clases de acreedores. Vías de ejecución y liquidación.

El CCyC establece (art. 15): “Las personas son titulares de los derechos individuales sobre
los bienes que integran su patrimonio conforme con lo que se establece en este Código.”

Luego de esto, en la primera oración del art. 16, es que se hace la aclaración del valor
económico: Los derechos referidos en el primer párrafo del artículo 15 pueden recaer sobre
bienes susceptibles de valor económico.

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Como da por supuesto que se conoce el concepto de patrimonio, enunciemos lo que


establecía el CC: el conjunto de los bienes de una persona constituye su patrimonio (tanto
persona física como persona jurídica), comprendiéndose dentro de ella tanto al activo o
haber como al pasivo o las deudas que pudiera tener la persona.

El patrimonio de una persona es la universalidad jurídica de sus derechos reales y de sus


derechos personales (obligaciones), bajo la relación de un valor pecuniario, es decir, como
bienes. Hay patrimonio como universalidad jurídica, o sea todos los bienes que posee una
persona, sean muebles, inmuebles, créditos, títulos de rentas, etc. Y se llama universalidad
jurídica porque abarca la totalidad de los bienes y la ley le dá ese carácter de universal. En
cambio existen la universalidad de hecho, tales como los libros de una biblioteca, un rebaño
de ovejas, vacunos, caballar, etc., o sean cosas o bienes que son creadas por la voluntad de
las personas, que pueden ser aumentadas, disminuidas, destruidas, etc.. La universalidad
jurídica del patrimonio es permanente e indestructible, desde el momento que toda persona
tiene un patrimonio que es único, indivisible e inseparable de su persona. Una
universalidad de derecho puede ser transformada en una universalidad de hecho por la
voluntad del propietario, por ejemplo, cuando un testador lega, a título singular, una parte
de su sucesión.

Se puede expresar en términos completos que el patrimonio como conjunto de bienes con
valor económico, está integrando por los derechos creditorios u obligacionales; los
derechos reales y los derechos intelectuales.

En los derechos creditorios hay un acreedor o sujeto activo del derecho; un deudor que es
el sujeto pasivo o sea el que debe la prestación; y un objeto del derecho que puede ser una
prestación de dar, de hacer o de no hacer. Por lo tanto, los derechos creditorios son aquellos
que tenemos contra una persona determinada que se ha comprometido a entregarnos una
cosa, o bien a cumplir un hecho o bien a abstenerse en hacer alguna cosa.

Los derechos reales son aquellos que crean una relación directa e inmediata entre el titular
del derecho y la cosa objeto de él. Son derechos absolutos, oponibles contra cualquier
persona, que tiene la característica o ventaja de tener el derecho de persecución o bien el
derecho de preferencia. Si yo tengo un derecho de dominio y es ocupado por algún intruso
u otra persona que pretenda igual o mejor derecho, tengo la facultad para iniciar la acción
reivindicatoria para obtener que mi carácter de propietario sea respetado y reconocido. Del
mismo modo, si se ha hipotecado un inmueble, por más que el deudor hipotecario lo venda
o lo transfiera a otra persona, el nuevo propietario tiene la obligación de respetar la hipoteca
constituida. De modo que por el derecho de persecución, la hipoteca sigue al inmueble
gravado.

Los derechos intelectuales integran el patrimonio en tanto y en cuanto las obras


científicas, literarias, artísticas, inventos, marcas o patentes de fábricas, industria, comercio,
etc., pueden ser objeto de negociación por venta, permuta, donación, cesión de derechos,
etc., vale decir cuando el derecho intelectual represente un valor económico que produzca
un beneficio o utilidad a su creador o dueño. Los derechos intelectuales, bajo el aspecto
económico, integran los derechos patrimoniales porque confieren a su dueño una potestad
exclusiva y temporaria sobre la obra que ha creado la inteligencia humana, pudiendo su
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autor explotarla en provecho propio, como así la de ejercitar las acciones civiles y penales
contra todos aquellos que pretenden desconocerla, vulnerarla, falsificarla, mutilarla, etc.

Cabe excluir del patrimonio a los derechos de la personalidad o personalísimos y los


derechos de familia; aunque puedan derivar en cuestiones de contenido económico. El
CCyC legisla sobre los derechos sobre el cuerpo humano, tienen otros valores, pero no
comercial: Los derechos sobre el cuerpo humano o sus partes no tienen un valor comercial,
sino afectivo, terapéutico, científico, humanitario o social y sólo pueden ser disponibles por
su titular siempre que se respete alguno de esos valores y según lo dispongan las leyes
especiales.

Patrimonio, insolvencia y acreedores

Existe estado de insolvencia desde el momento en que el monto del pasivo supera el valor
del activo, y estado de cesación de pagos, desde el momento en que se deja de pagar las
deudas vencidas y exigibles, con independencia del estado de solvencia de la persona, pues
se puede ser solvente, pero carecer de la liquidez para afrontar las deudas líquidas y
exigibles, y caer en estado de cesación de pagos.

El patrimonio de una persona, física o jurídica, constituye la prenda común de los


acreedores, o sea la garantía que podrán cobrar sus créditos en los bienes que posea
esa persona. Esta función de garantía está perfectamente establecida en el art. 242 del CCyC,
que expresa que: Garantía común. Todos los bienes del deudor están afectados al cumplimiento
de sus obligaciones y constituyen la garantía común de sus acreedores, con excepción de
aquellos que este Código o leyes especiales declaran inembargables o inejecutables. Los
patrimonios especiales autorizados por la ley sólo tienen por garantía los bienes que los
integran. Rescatemos el aspecto que no se debe olvidar, el concepto de TODOS los bienes.

Hay tres categorías de acreedores, llamados privilegiados, hipotecarios y prendarios y


acreedores comunes o quirografarios.

Los acreedores privilegiados son aquellos que tienen un privilegio otorgado por la ley
para ser pagados con preferencia a otro/s.
Privilegio es la calidad que corresponde a un crédito de ser pagado con preferencia a otro.
Puede ejercitarse mientras la cosa afectada al privilegio permanece en el patrimonio del
deudor, excepto disposición legal en contrario y el supuesto de subrogación real en los
casos que la ley admite. El privilegio no puede ser ejercido sobre cosas inembargables
declaradas tales por la ley. Los privilegios resultan exclusivamente de la ley. El deudor no
puede crear a favor de un acreedor un derecho para ser pagado con preferencia a otro, sino
del modo como la ley lo establece
Hay privilegios generales que se aplican sobre todos los bienes del deudor, como son los
gastos de justicia, los gastos funerarios, los privilegios generales sólo pueden ser invocados
en los procesos universales.
Los privilegios especiales son aquellos que recaen sobre ciertos bienes, tales como los del
constructor de una casa sobre el valor de ella; también mencionemos como privilegio
especial los gastos de mejora o conservación de una cosa (casa), sobre ésta; se incluye el

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crédito por expensas comunes en la propiedad horizontal. Los privilegios tienen un


orden de prelación entre ellos y tanto los privilegios como su orden solo pueden surgir de la
ley. Los acreedores con igual grado de privilegio cobran a prorrata.

Los acreedores con garantía real (hipotecarios o prendarios), también son acreedores
con Privilegio Especial, por su particularidad e importancia los mencionamos aparte; son
aquellos cuyo crédito está garantizado por un bien preciso y determinado (los que tienen un
hipoteca o prenda sobre un inmueble o cosa mueble, respectivamente, para ejecutar la cosa
hipotecada o prendada con preferencia a cualquier acreedor común). Estos derechos se
rigen por el principio de la especialidad, que significa que tanto el crédito, como su monto y
el bien que lo garantiza deben estar perfectamente determinados, para evitar que los
terceros sean sorprendidos en su buena fe. La parte que exceda el valor de realización del
bien que lo garantiza pasará a ser quirografario. Los acreedores con garantía real en igual
grado cobran a prorrata entre ellos.

Los acreedores comunes o quirografarios son aquellos cuyos créditos carecen de


privilegios otorgados por ley. No tienen derecho de preferencia, pueden embargar cualquier
bien mueble o inmueble del deudor para lograr el pago de su crédito. Cobran sus créditos a
prorrata si no alcanzan los bienes del deudor para cubrirlos.

Bienes excluidos de la garantía común


Si bien el patrimonio es la prenda común de los acreedores, por razones morales y de
subsistencia del deudor y de su familia, para que no queden en la indigencia, existen ciertos
bienes excluidos de esa prenda común:
Los de carácter alimentario: el 20% de los haberes.
Las jubilaciones y pensiones. (Para estos dos hay excepciones que son embargos por
créditos de alimentos).
Las cuotas o pensiones por alimentos.
Las indemnizaciones laborales y por accidentes de trabajo.
El lecho, los muebles de uso cotidiano y necesario, los elementos, herramientas y útiles
para el trabajo del deudor.
Los sepulcros no pueden ser embargados, salvo que el crédito provenga de su construcción
o reparación.

El tan conocido y nombrado bien de familia se hallaba regulado hasta Julio del 2015 por
la norma: Ley 14.394; actualmente en el CCyC se establece el concepto de “afectación de
vivienda”, en el art 244 y ss.
Algunas consideraciones para tener en cuenta serán que: puede afectarse al régimen
previsto legalmente, un inmueble destinado a vivienda, por su totalidad o hasta una parte de
su valor. Esta protección no excluye la concedida por otras disposiciones legales.
La afectación se inscribe en el registro de la propiedad inmueble según las formas
previstas en las reglas locales, y la prioridad temporal se rige por las normas contenidas en
la ley nacional del registro inmobiliario.
No puede afectarse más de un inmueble. La afectación puede ser solicitada por el titular
registral; si el inmueble está en condominio, deben solicitarla todos los cotitulares
conjuntamente. La afectación puede disponerse por actos de última voluntad. La afectación
también puede ser decidida por el juez, a petición de parte, en la resolución que atribuye la
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vivienda en el juicio de divorcio o en el que resuelve las cuestiones relativas a la conclusión


de la convivencia.
Se puede enunciar quienes se benefician con la afectación, ellos serán:
a) el propietario constituyente, su cónyuge, su conviviente, sus ascendientes o
descendientes;
b) en defecto de ellos, sus parientes colaterales dentro del tercer grado que convivan con el
constituyente.
Si la afectación es peticionada por el titular registral, se requiere que al menos uno de los
beneficiarios habite el inmueble y en todos los casos, para que los efectos subsistan, basta
que uno de ellos permanezca en el inmueble.
La afectación es inoponible a los acreedores de causa anterior a esa afectación.
La vivienda afectada no es susceptible de ejecución por deudas posteriores a su inscripción,
excepto:
a) obligaciones por expensas comunes y por impuestos, tasas o contribuciones que gravan
directamente al inmueble;
b) obligaciones con garantía real sobre el inmueble, constituida de conformidad a la ley;
c) obligaciones que tienen origen en construcciones u otras mejoras realizadas en la
vivienda;
d) obligaciones alimentarias a cargo del titular a favor de sus hijos menores de edad,
incapaces, o con capacidad restringida.
El inmueble afectado no puede ser objeto de legados o mejoras testamentarias, excepto que
favorezcan a los beneficiarios de la afectación prevista. Si el constituyente está casado o
vive en unión convivencial inscripta, el inmueble no puede ser transmitido ni gravado sin la
conformidad del cónyuge o del conviviente; si éste se opone, falta, es incapaz o tiene
capacidad restringida, la transmisión o gravamen deben ser autorizados judicialmente.
Son embargables y ejecutables los frutos que produce el inmueble si no son indispensables
para satisfacer las necesidades de los beneficiarios.

Acciones subrogatoria, de fraude y de simulación


Son las llamadas acciones patrimoniales que se le otorgan al acreedor para proteger su
crédito.
La acción subrogatoria se le otorga al acreedor cuyo deudor no accione para cobrar un
crédito que a su vez el deudor tenga contra otra persona y por lo tanto no ingresa en el
patrimonio del deudor impidiendo al acreedor cobrar su acreencia. En el caso de prosperar,
el bien percibido ingresa en el patrimonio del deudor y beneficia a todos los acreedores por
igual con la única preferencia, para el acreedor que accionó, de cobrar primero los gastos
que tal acción le ocasionó.
La acción de fraude o revocatoria se le da al acreedor para accionar frente a la insolvencia
que el deudor provocó o agravó mediante un acto de disposición. Como el acto es
verdadero y no reingresa el bien en el patrimonio del deudor, el acto de disposición solo
resulta inoponible al acreedor que lo inició y solo a él beneficia.
La acción de simulación se le otorga al acreedor cuyo deudor simuló la enajenación de un
bien para ocultarlo de la acción de sus acreedores. Como en este caso el bien en realidad
nunca salió del patrimonio del deudor, la acción beneficia a todos los acreedores, salvo la
preferencia que tiene el acreedor que sacó a la luz el acto simulado por los gastos que ello
le ocasionó.

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Medidas cautelares o precautorias


Son las medidas tendientes a preservar el patrimonio, las más comunes son:
El embargo, consiste en prohibir la enajenación de uno o más bienes determinados del
deudor. En el caso de bienes inmuebles o registrables, se traba mediante la inscripción en el
respectivo registro (Registro General de la Propiedad Inmueble, antes se hacía una
anotación marginal en los protocolos, en las Matrículas Folio Real tienen su casillero
especial para ello, nunca hay que olvidarse de controlar este aspecto al realizar un estudio
de títulos, también se anota su cancelación), respecto de los muebles, se lo hace labrando el
acta el oficial de justicia y dejando aquellos en depósito de alguna persona, que puede ser el
deudor.
La inhibición general de bienes consiste en una medida genérica por la cual se le prohibe
al deudor toda enajenación de sus bienes o gravarlos. Se anota en los registros respectivos.
Cundo el Ingeniero Agrimensor pide un informe al RGPI, en forma detallada, este nos debe
informar si el titular de dominio se halla inhibido o no para disponer de sus bienes. (Para
los muebles no registrables la medida también es válida, pero su aplicación práctica es casi
ineficaz).
La anotación general de litis consiste en que el juez ordena inscribir en los registros de la
propiedad (Inmueble o nó) la existencia de un juicio sobre determinado bien. No impide
enajenarlos ni gravarlos; pero el tercero que intervenga, puede ser como adquirente, toma
conocimiento de la existencia de ese juicio y no podrá oponer su derecho al que surja de ese
juicio. Por ejemplo en los casos de una expropiación de un/varios terreno/s para obra
pública, se inicia el juicio y el juez ordena inscribir la litis en el Registro General de la
Propiedad Inmueble, a partir de allí como ello tiene publicidad, cualquier acto de
disposición queda supeditado al juicio (luego el juez puede ordenar efectuar la toma de
posesión y empezar la obra aunque el juicio no esté finalizado).

Estas medidas pueden ser preventivas o definitivas. En el primer caso son para impedir
que el deudor se insolvente y en el segundo, para proceder a la ejecución de la sentencia
judicial y cobrar sobre dichos bienes la acreencia.

Las vías de ejecución y liquidación son aquellas que tienen por objeto la venta de los
bienes del deudor para pagar a sus acreedores (en el supuesto de que el deudor no
cumpla su obligación). Pueden ser individual cuando se ejecuta a una persona, se la
embarga, se vende la cosa en remate público, y con su producido se paga al acreedor
ejecutante. En cambio la acción colectiva de los acreedores es cuando algún acreedor pide
la quiebra (comerciante) o el concurso civil (no comerciante) del deudor, o bien cuando el
deudor que ha incurrido en cesación de pago; se presenta en concurso y llama a todos sus
acreedores para pagar sus créditos con el producido de sus bienes una vez que ellos sean
vendidos judicialmente. Hay Concurso Comercial reservado para los comerciantes
matriculados y que llevan su contabilidad en forma legal. El Concurso Civil es para la
persona no comerciante, que contrae deudas y no puede pagar.

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Clasificación de los bienes


Con relación a si mismas y a las personas. Bienes públicos. Destino y caracteres.
Enumeración. Bienes privados del estado y de los particulares.

Los bienes y cosas con relación a si mismas se clasifican en cosas inmuebles y muebles;
divisibles (e indivisibles); principales y accesorias; consumibles y no consumibles;
fungibles (y no fungibles), fuera del comercio (o en el comercio).

Los inmuebles, a su vez se clasifican en inmuebles por su naturaleza y por accesión.

Los inmuebles por su naturaleza están definidos por el art. nº 225 del Código Civil y
Comercial. Son inmuebles por su naturaleza el suelo, las cosas incorporadas a él de una
manera orgánica y las que se encuentran bajo el suelo sin el hecho del hombre. Por ejemplo
las piedras y arenas que constituyen las distintas capas del suelo, las aguas que se
encuentran en su superficie o en su interior; los árboles, arbustos, yerbas o pastos siempre
que estén adheridas al suelo en una forma estable y permanente.

Los inmuebles por accesión son las cosas muebles que se encuentran inmovilizadas por su
adhesión física al suelo según la definición del art. nº 226 del Código Civil y Comercial,
que define: Son inmuebles por accesión las cosas muebles que se encuentran inmovilizadas
por su adhesión física al suelo, con carácter perdurable. En este caso, los muebles forman
un todo con el inmueble y no pueden ser objeto de un derecho separado sin la voluntad del
propietario.
O sea, que esa adhesión tenga el carácter de perpetuidad, tales como los edificios, pozos,
canales y los materiales empleados en esas construcciones una vez incorporados a la
construcción fija, estable y permanente.
Hace la salvedad en el segundo párrafo del art. 226: No se consideran inmuebles por
accesión las cosas afectadas a la explotación del inmueble o a la actividad del propietario.

Con respecto a las cosas muebles, el CCyC las define en el art. 227, donde expresa: Son
cosas muebles las que pueden desplazarse por sí mismas o por una fuerza externa.
Por ejemplo una mesa, una silla, un animal, un automóvil, etc., también son muebles todas
las partes sólidas o fluidas separadas del suelo, como las piedras, tierra, metales, etc., como
las construcciones asentadas en el suelo con un carácter provisorio; los tesoros, monedas y
otros objetos puestos bajo el suelo; los materiales reunidos para la construcción mientras no
estén empleados, los materiales de una demolición de edificios, etc.

Hay cosas divisibles, definidas en el art. 228, primer párrafo: las que pueden ser divididas
en porciones reales sin ser destruidas, cada una de las cuales forma un todo homogéneo y
análogo tanto a las otras partes como a la cosa misma. . Por ejemplo la tierra, el dinero, etc.
En el segundo párrafo hace una salvedad que ya figuraba en el anterior CC: Las cosas no
pueden ser divididas si su fraccionamiento convierte en antieconómico su uso y
aprovechamiento. En materia de inmuebles, la reglamentación del fraccionamiento
parcelario corresponde a las autoridades locales.

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El CCyC no enuncia esta denominación, pero se entiende que hay cosas indivisibles, son
aquellas que no pueden dividirse sin destruirse en sí mismas. Por ejemplo una casa, una
moneda, una naranja, etc.

Hay cosas principales y accesorias. Definidas en los artículos CCyC 229 y 230. Son cosas
principales las que pueden existir por sí mismas. Por ejemplo un bargueño o un traje. Son
cosas accesorias aquellas cuya existencia y naturaleza son determinadas por otra cosa de la
cual dependen o a la cual están adheridas. Por ejemplo las incrustaciones de bronce en los
muebles, etc. Su régimen jurídico es el de la cosa principal, excepto disposición legal en
contrario.

Si las cosas muebles se adhieren entre sí para formar un todo sin que sea posible distinguir
la accesoria de la principal, es principal la de mayor valor. Si son del mismo valor no hay
cosa principal ni accesoria.

Hay cosas consumibles y no consumibles, se hallan tratadas en el artículo 231 CCyC: Son
cosas consumibles aquellas cuya existencia termina con el primer uso. Por ejemplo el trigo,
el vino, los comestibles, el dinero, etc. Son cosas no consumibles las que no dejan de existir
por el primer uso que de ellas se hace, aunque sean susceptibles de consumirse o
deteriorarse después de algún tiempo. Por ejemplo la ropa, los muebles de una casa, etc...

Son cosas fungibles, definidas en el art. CCyC 232, aquellas en que todo individuo de la
especie equivale a otro individuo de la misma especie, y pueden sustituirse por otras de la
misma calidad y en igual cantidad. Por ejemplo, un préstamo de $ 1.000,00 puede ser
sustituido por papel moneda de igual valor; 100 bolsas de azúcar pueden ser sustituidas por
otras 100 bolsas de azúcar.
El CCyC no caracteriza cosas no fungibles, serían aquellas que no pueden sustituirse las
unas por las otras. Por ejemplo una pieza de moneda antigua y fuera de la circulación, no
puede ser sustituida por otra moneda aunque sea del mismo metal y peso. Un traje o vestido
no puede ser sustituido por otro, aunque se trate de la misma calidad de tela, porque puede
haber diferencia en el color de la tela, hechura, adornos, calidad de mano de obra, etc...

Con relación a sí mismas, el CCyC en el artículo 233 enuncia “frutos y productos”. Frutos
son los objetos que un bien produce, de modo renovable, sin que se altere o disminuya su
sustancia.
Frutos naturales son las producciones espontáneas de la naturaleza.
Frutos industriales son los que se producen por la industria del hombre o la cultura de la
tierra.
Frutos civiles son las rentas que la cosa produce.
Las remuneraciones del trabajo se asimilan a los frutos civiles.
Productos son los objetos no renovables que separados o sacados de la cosa alteran o
disminuyen su sustancia.
Los frutos naturales e industriales y los productos forman un todo con la cosa, si no son
separados.

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El CCyC establece que hay: Bienes fuera del comercio. Están fuera del comercio los bienes
cuya transmisión está expresamente prohibida:
a) por la ley;
b) por actos jurídicos, en cuanto este Código permite tales prohibiciones.
Ello determinado en el artículo 234. No determina, pero es obvio que hay bienes dentro del
comercio y son todos aquellos sobre los que no obra una prohibición.

Las cosas en el comercio son aquellas que pueden ser objeto de enajenación, porque la
enajenación no está expresamente prohibida o dependiente de una autorización pública. Las
cosas fuera del comercio lo están por su inenajenabilidad absoluta o relativa.
Son absolutamente inenajenables cuando su venta fuera expresamente prohibida por la
ley, o por actos entre vivos o disposiciones de última voluntad. Por ejemplo no se puede
negociar sobre una indemnización del trabajo, ni se puede vender cuando se ha consentido
que no se venda a determinada persona. Los padres no pueden comprar los bienes de sus
hijos menores bajo su patria potestad.
Son relativamente inenajenables las cosas que necesitan una autorización previa para su
enajenación. Por ejemplo los bienes de los menores o de las personas incapaces. Los bienes
públicos, necesitarían la desafectación, para recién transformarse en bienes privados que
pueden ser materia de negociación.

Las cosas con relación a las personas propietarias se dividen en: bienes de dominio
público; bienes de dominio privado del Estado (Nacional, provincial o municipal), y
bienes de los particulares.

Los bienes públicos constituyen el dominio público, y están enumerados en el art. nº 235
del Código Civil y Comercial, tales como los mares territoriales, las aguas interiores,
bahías, ensenadas, puertos, ríos o cauces; playas del mar y las riberas internas del río; los
lagos navegables y sus lechos; las islas que se forman en el mar territorial o en toda clase de
ríos o en los lagos navegables; las calles, plazas, caminos, canales, puentes y cualquier
otra obra pública construída para utilidad o comodidad común; los documentos
oficiales de los poderes del Estado; las ruinas y yacimientos arqueológicos y
paleontológicos.
Se establece en el Código Civil y Comercial que las personas particulares tienen el uso y
goce de los bienes públicos (sujetos a disposiciones que pueden ser según el caso, generales
y locales, como por ejemplo que en una fracción del Rio Dulce y parte de su orilla, se limite
su acceso con motivo de seguridad)
Tienen carácter de inenajenables, imprescriptibles (no caer en la torpeza o delito los
profesionales, de colaborar en un intento de prescribirlos), inembargables y se encuentran
fuera del comercio.

Los bienes de dominio privado del Estado. Pertenecen al Estado nacional, provincial o
municipal. Se hallan enumerados en el art. nº 236 del Código Civil y Comercial.

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Los inmuebles que carecen de dueño; las minas de oro, plata, cobre, piedras preciosas y
substancias fósiles (Normado por el Código de Minería); los lagos no navegables que
carecen de dueño, las cosas muebles de dueño desconocido (que no sean abandonadas,
excepto tesoros); y todos los bienes adquiridos por el Estado ya sea nacional, provincial o
municipal, por cualquier título.

Según se establece en el artículo nº 238, los bienes que no fuesen bienes del Estado, de las
Municipalidades son bienes de los particulares.
Sin distinción de las personas que tengan derecho sobre ellos, salvo aquellas establecidas
por leyes especiales.

En este nuevo CCyC se otorga mucha importancia al agua y legisla sobre ella. Enunciemos:
Aguas de los particulares. Las aguas que surgen en los terrenos de los particulares
pertenecen a sus dueños, quienes pueden usar libremente de ellas, siempre que no formen
cauce natural. Las aguas de los particulares quedan sujetas al control y a las restricciones
que en interés público establezca la autoridad de aplicación. Nadie puede usar de aguas
privadas en perjuicio de terceros ni en mayor medida de su derecho.
Pertenecen al dominio público si constituyen cursos de agua por cauces naturales. Los
particulares no deben alterar esos cursos de agua. El uso por cualquier título de aguas
públicas, u obras construidas para utilidad o comodidad común, no les hace perder el
carácter de bienes públicos del Estado, inalienables e imprescriptibles.
El hecho de correr los cursos de agua por los terrenos inferiores no da a los dueños de éstos
derecho alguno.

Conforme a la manera de ver la situación de quienes redactaron el proyecto, el CCyC establece


un límite al ejercicio de los derechos, los relaciona con los derechos de incidencia colectiva y
establece en el art. 240: Límites al ejercicio de los derechos individuales sobre los bienes. El
ejercicio de los derechos individuales sobre los bienes mencionados en las Secciones 1ª y 2ª
(que son los que hemos enunciado en ambas clasificaciones) debe ser compatible con los
derechos de incidencia colectiva. Debe conformarse a las normas del derecho administrativo
nacional y local dictadas en el interés público y no debe afectar el funcionamiento ni la
sustentabilidad de los ecosistemas de la flora, la fauna, la biodiversidad, el agua, los valores
culturales, el paisaje, entre otros, según los criterios previstos en la ley especial.

DISTINCION O DIFERENCIA ENTRE LOS DERECHOS REALES Y LOS


PERSONALES.

1) Los derechos reales establecen entre su titular y la cosa sobre la que se ejercita una
relación directa e inmediata. En los derechos personales en cambio, no existe esa
relación directa entre titular (acreedor) y objeto de la prestación; existe un segundo
sujeto, el deudor. En los derechos personales si el deudor no da cumplimiento

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espontáneo a su obligación, es menester la intervención de la justicia, la que


ordenará su cumplimiento forzado en los casos que son posibles, o su cumplimiento
indirecto por medio de una indemnización.
2) Los derechos reales existen contra todos. Su titular puede ejercerlos contra cualquier
persona que quisiere perturbarlo en él. Por ejemplo: el propietario de un inmueble
tiene acción contra cualquiera que le pretenda interferir en el ejercicio de su
dominio.
Los derechos personales, en cambio, solo pueden ser ejercitados contra personas
determinadas, sea una o varias. El acreedor solo puede accionar para obtener el
cumplimiento de la obligación contra el deudor. El empresario que contrata con un
ingeniero la realización de un trabajo solo puede accionar contra este para que lo
ejecute.
3) Los derechos reales solo pueden tener por objeto una cosa. Por ejemplo: el derecho
al dominio que se tiene sobre un inmueble. Los derechos personales, pueden obligar
a prestaciones de dar una cosa, de realizar un hecho o una abstención (no hacer).
4) En cuanto a las ventajas que engendran a favor del titular. Los derechos reales
engendran una doble ventaja que no se encuentran en los derechos personales.

* El derecho de persecución. El titular de un derecho puede hacerlo valer contra quien


quiera que haya sucedido en la posesión de la cosa. Por ejemplo: si yo tengo un derecho de
usufructo sobre una cosa y esta es enajenada, yo puedo invocar mi derecho contra el
adquirente.
* El derecho de preferencia. En el caso de concurrir varias personas investidas de un mismo
derecho, hay entre ellas un cierto derecho de preferencia. En los derechos personales por lo
mismo que se trata de un derecho que solo puede ser reclamado contra el deudor, ninguna
de estas ventajas puede existir.

Para la adquisición de un derecho real el contrato o la ley no son suficientes para


perfeccionarla. Es menester además la tradición o apropiación material de la cosa. Por
ejemplo: la compra de un inmueble, no se perfecciona con la escritura pública que la
documenta, necesita además para ello la entrega de dicho inmueble, es decir que el tenedor
ponga en posesión del mismo al comprador.
En cambio en los derechos personales basta con el acuerdo de voluntades reflejado en un
contrato o la realización de algunos de los hechos que el Código considera como fuente de
las obligaciones. Por ejemplo: el contrato mediante el cual un ingeniero se obliga a realizar
un proyecto queda formalizado por el simple acuerdo de las voluntades, sin necesidad de
ningún otro requisito.

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PRESCRIPCIÓN
Este concepto afecta a los derechos personales y los derechos reales.
Es legislación de carácter IMPERATIVO. Las normas relativas a la prescripción no pueden
ser modificadas por convención.
Los derechos reales y personales se adquieren y se pierden por la prescripción. La
prescripción es un medio de adquirir un derecho o de liberarse de una obligación por el
transcurso del tiempo”.
Cuando se trata de adquirir un derecho, se llama prescripción adquisitiva y cuando el
tiempo hace liberar de la obligación se denomina prescripción liberatoria.
La prescripción tiene plazos legales. Modificación de los plazos por ley posterior. Los
plazos de prescripción en curso al momento de entrada en vigencia de una nueva ley se
rigen por la ley anterior. Sin embargo, si por esa ley se requiere mayor tiempo que el que
fijan las nuevas, quedan cumplidos una vez que transcurra el tiempo designado por las
nuevas leyes, contado desde el día de su vigencia, excepto que el plazo fijado por la ley
antigua finalice antes que el nuevo plazo contado a partir de la vigencia de la nueva ley, en
cuyo caso se mantiene el de la ley anterior.

La prescripción liberatoria consiste en la extinción de la acción para exigir el


cumplimiento de una obligación civil en virtud del transcurso del tiempo. El paso del
tiempo y la pérdida de la exigibilidad judicial convierten la obligación civil en natural. Es
de orden público y el Código Civil y Comercial contiene los plazos de liberación.
Plazo genérico. El plazo de la prescripción es de cinco años, excepto que esté previsto uno
diferente en la legislación local.
Se enuncian a continuación algunos otros plazos.
Plazos especiales. El reclamo de la indemnización de daños derivados de la responsabilidad
civil prescribe a los tres años.
Plazo de prescripción de dos años. Prescriben a los dos años:
El pedido de declaración de nulidad relativa y de revisión de actos jurídicos;
El reclamo de derecho común de daños derivados de accidentes y enfermedades del
trabajo;
El reclamo de todo lo que se devenga por años o plazos periódicos más cortos,
excepto que se trate del reintegro de un capital en cuotas;
El reclamo de los daños derivados del contrato de transporte de personas o cosas;
El pedido de revocación de la donación por ingratitud o del legado por
indignidad;
El pedido de declaración de inoponibilidad nacido del fraude.
Plazo de prescripción de un año
El reclamo por vicios redhibitorios;
Las acciones posesorias;
El reclamo contra el constructor por responsabilidad por ruina total o parcial,
sea por vicio de construcción, del suelo o de mala calidad de los materiales, siempre
que se trate de obras destinadas a larga duración. El plazo se cuenta desde que se
produjo la ruina;

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Recordemos entonces que el transcurso del tiempo es un medio para extinguir los efectos
de un contrato, por el cual el deudor se libera de la obligación, por inacción del acreedor.

Su fundamento consiste en que una obligación no debe subsistir indefinidamente en el


tiempo, para lograr así una cierta tranquilidad para los deudores ante la falta de acción de
los acreedores.

Requisitos:
 inacción del acreedor.
 cumplimiento del plazo legal.

La prescripción adquisitiva o usucapión, el transcurso del tiempo establecido por la ley,


produce la adquisición de un derecho real (dominio, usufruto, uso habitación), por parte de
un poseedor.
Es una institución de orden público. Están capacitados para usucapir todas las personas
capaces de adquirir.
Pueden adquirirse de esta forma las cosas muebles e inmuebles.
No pueden prescribirse las cosas de dominio público, pero sí las de dominio privado del
Estado.

Su fundamento es la necesidad de afianzar el derecho de quien ha poseído un bien, lo ha


mejorado durante largos años, frente a su propietario que negligentemente, lo ha
abandonado, desinteresándose de él.

Requisitos:
 El poseedor debe tener la posesión con animus dominus.
 Posesión exigible. La posesión para prescribir debe ser ostensible y continua.

Llama la atención que antes, la sabia ley, exigía que la posesión debe ser pública y
pacífica. Actualmente no menciona nada de pacifica

En materia de inmuebles existen dos clases de usucapión.


Prescripción adquisitiva breve. La prescripción adquisitiva de derechos reales con justo
título y buena fe se produce sobre inmuebles por la posesión durante diez años. (Si la cosa
es mueble hurtada o perdida el plazo es de dos años.)
Si la cosa es registrable, el plazo de la posesión útil se computa a partir de la registración
del justo título.
Prescripción adquisitiva larga. Si no existe justo título o buena fe, el plazo es de veinte
años.

Unión de posesiones. El heredero continúa la posesión de su causante.


El sucesor particular puede unir su posesión a la de sus antecesores, siempre que derive
inmediatamente de las otras. En la prescripción breve las posesiones unidas deben ser de
buena fe y estar ligadas por un vínculo jurídico.

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