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CAMBIO
Principio 3: conscientemente decido comprometer toda mi vida y voluntad al
cuidado y control de Cristo.
“Dichosos los humildes, porque recibirán la tierra como herencia.” (Mateo 5:5)
Introducción
El principio 3 declara que decidimos entregar nuestra voluntad y nuestras vidas al
cuidado de Cristo. En el paso 3 de los 12 Pasos de Alcohólicos Anónimos dice:
“Volver nuestra voluntad y vidas.” Creo que Bill W., fundador de los Alcohólicos
Anónimos puso este paso al revés. Creo que primero debemos entregar y rendir nuestras
vidas al Poder Superior, Jesucristo, y luego seremos capaces de volver nuestra voluntad a
Él. ¿Están todos ustedes de acuerdo con eso?
Cuando usted elige vivir este principio, conscientemente elige entregar toda su vida y
voluntad al cuidado y control de Cristo.
¿Cómo hacer eso? ¿Cómo volver su vida y voluntad a su Poder Superior,
Jesucristo?
Cambio
Veamos el acróstico de esta noche para responder a esa pregunta.
Confiar
Arrepentirse
Mente de Cristo
Buenas Nuevas
Iniciar la Nueva Vida
Obedecer
Uno de los pasos es Vida Nueva, pero necesita hacer varias cosas antes de que esa vida
sea suya. Debe confiar, entender y arrepentirte
¿Ha estado alguna vez tras un camión por una carretera de doble carril en una
montaña? El verano pasado Cheryl y yo estábamos viajando por la autopista 1 hacia el
norte de California. Estábamos en las montañas y la vista era bellísima. En cierto lugar,
nos aproximamos a una parte bastante inclinada y creo que delante de nosotros habían
diez carros y todos estábamos detenidos tras un camión de 18 llantas que era muy
lento.
¿Por qué, entonces, es tan difícil para nosotros confiar nuestras vidas al cuidado de
Dios, cuyo ojo está siempre sobre nosotros? No sé usted, pero yo prefiero caminar
en el valle de la oscuridad con Dios, que solo, o con un extraño en la luz.
En el principio 3, tomó la decisión de comprometer toda su vida al cuidado y
control de Dios. Es su elección, no su oportunidad, la que determina su destino. Y esa
decisión sólo requiere confianza, ¡poniendo su fe en acción!
Para alguna gente esta forma es muy simple. Ellos quieren hacer de la salvación algo
mucho más difícil. ¡Pero no lo es! Nuestra salvación, gracias a Dios, depende del
amor de Dios por nosotros, no de nuestro amor por Él.
La segunda letra en nuestro acróstico, A, ARREPENTIMIENTO. Algunos se
arrepienten de sus pecados agradeciéndole al Señor que no son ni la mitad de malos
que sus vecinos. ¡Eso no es un verdadero arrepentimiento! El arrepentimiento es como
comienza a disfrutar la libertad de su relación de amor con Dios. El verdadero
arrepentimiento afecta nuestra nuestro ser y cambia nuestra visión de vida.
Para arrepentirse verdaderamente usted necesita dos cosas: primero, alejarse de sus
pecados. Segundo, volverse a Dios. La Biblia tiene mucho que decir acerca del
arrepentimiento:
“¡Vuélvanse a Dios y acepten con fe sus buenas noticias!” (Marcos 1:15 DHH)
“Arrepiéntanse y apártense de todas sus maldades, para que el pecado no les acarree
la ruina. Arrojen de una vez por todas las maldades que cometieron contra mí, y
háganse de un corazón y de un espíritu nuevos.” (Ezequiel 18:30–31)
“No imiten la conducta ni las costumbres de este mundo; sean personas nuevas,
diferentes, de novedosa frescura en cuanto a conducta y pensamiento. Así aprenderán por
experiencia la satisfacción que se disfruta al seguir al Señor.” (Romanos 12:2 LBAD)
Parece que la mayoría de la gente se arrepiente de sus pecados más por temor a un
castigo que por un verdadero cambio de corazón. Pero, el arrepentimiento no es
aborrecerse a uno mismo, sino amar a Dios. ¡Dios no está buscando castigarle! Él está
ansioso esperando y anticipando con sus brazos abiertos que usted regrese a Él.
El tercer paso es buscar la MENTE DE CRISTO.
El confiar solamente en nuestro propio entendimiento es lo que nos hizo a
la mayoría de nosotros ¡necesitar recuperación en primer lugar! Después que
usted decide pedirle a Jesús que entre en tu vida, necesita comenzar a buscar Su voluntad
en todas las decisiones. Necesita llegar a conocerle y entenderle y saber lo que él quiere
para usted.
Como pastor, he escuchado algunas definiciones tristes de la vida. Estas son algunas
de ellas:
“La vida es una enfermedad hereditaria.”
“La vida es una sentencia que debemos seguir por haber nacido.”
“La vida es un apuro que precede a la muerte.”
“La vida es un asunto difícil; y los primeros cien años son los más duros.”
Estas palabras deprimentes que quizás usted considere ciertas, si su vida no incluye a
Jesucristo. ¡Después que aceptó a Cristo en su corazón, tendrá una vida nueva! Y ya no
estará más atado a su vieja naturaleza pecadora. Recibirá una nueva naturaleza amorosa
de parte de Cristo que morará en usted.
¡Dios lo ha declarado “sin culpa,” y ya no tiene que vivir bajo el poder del pecado!
Romanos 3:22 lo dice bien: “Dios dice que nos aceptará, purificará y llevará al cielo si
dejamos por fe que Jesucristo nos limpie de pecados.” (Romanos 3:22 LBAD)
Segunda Corintios 5:17 (LBAD) dice: “Al volverse cristiano, uno se convierte en una
persona totalmente diferente. Deja de ser el de antes. ¡Surge una nueva vida!”
Obedecer lo que Dios nos manda es la mejor garantía para una Vida Nueva
segura, bajo Su guía y protección.
Otra vez, el “cambio” del principio 3 incluye acciones muy importantes para
caminar hacia una nueva vida en Cristo: confiar, entender y arrepentirse.