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Bienvenidos al programa de Edificación y Crecimiento espiritual de la Iglesia Palabra Viva las naciones.

Trabajamos
junto con el Espíritu Santo para presentar perfecto a todo hombre en Cristo Jesús. Deseamos que cada creyente pueda
tener la visión de ser conformado a la imagen del Hijo de Dios. Presentamos este material como un apoyo y ayuda
para alcanzar este maravilloso propósito.

Nuestra Clase # 4 lleva como título: La Visión de Sion.

Te invitamos a escuchar los diferentes audios en cada diapositiva y que tomes nota de los puntos que consideres
importantes. Al final si deseas puedes escribirnos para solicitar tu examen de opción múltiple vía correo electrónico
y así poder evaluar tu aprendizaje. Que el Señor te bendiga grandemente. Atentamente el Rev. Raúl Aguilar, Pastor
General de Iglesia Palabra Viva a las Naciones y Director Internacional del Instituto Bíblico Sion.

La Visión de Sion.

Llamados al monte de Sion.

El monte de Sion espiritual, es la visión de Dios para la iglesia del Señor Jesucristo. La Palabra de Dios en Hebreos
12 22 y 23 nos dice:

…sino que os habéis acercado al monte de Sion, a la ciudad del Dios vivo, Jerusalén la celestial, a la compañía de
muchos millares de ángeles, a la congregación de los primogénitos que están inscritos en los cielos, a Dios el Juez de
todos, a los espíritus de los justos hechos perfectos.

En estos versos, nuestro Dios revela el monte de Sion, como el propósito de Dios para su pueblo en cuatro
dimensiones muy especiales:

1. Habla de Sion como la Jerusalén la celestial que es comparada con la esposa del Cordero.
2. A la compañía de muchos millares de ángeles por cuanto Sion es la habitación de Dios.
3. La congregación de los primogénitos que representa a aquellos que alcanzan la doble porción de la herencia.
4. A los espíritus de los justos hechos perfectos, que representa a los santos, que no sólo fueron redimidos, sino que
también alcanzaron la madurez espiritual, la medida del varón perfecto, la estatura de la plenitud de Cristo.

La Jerusalén celestial.

Al monte de Sion se le llama la Jerusalén celestial, que representa a la esposa del Cordero. Esto lo podemos leer en
Apocalipsis 21 1 y 2:

Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más. Y
yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para
su marido.

La salvación que Cristo Jesús otorga por medio del perdón en Su sangre, hace posible el nuevo nacimiento que
permite la entrada al reino de Dios. Pero, para llegar a ser parte del grupo que será la Esposa del Cordero, se necesita
crecer, madurar espiritualmente y calificar para esta posición de honor y sitio de honra.

Es la voluntad de Dios levantarnos desde el polvo y el muladar para hacernos sentar con los príncipes de Su pueblo.
Primera de Samuel 1 8 dice:

Él levanta del polvo al pobre, Y del muladar exalta al menesteroso, Para hacerle sentarse con príncipes y heredar un
sitio de honor.

Ser la Esposa del Cordero, ser parte de la nueva Jerusalén, es una alta posición reservada para aquellos que han de
reinar con Cristo en sitios de honor. Es una posición destinada para los vencedores.
No todos los cristianos llegarán a ser la Esposa del Cordero debido a que no todos los cristianos alcanzan la madurez
espiritual. Aquellos que no maduren espiritualmente, no perderán su salvación, pero llorarán por no haber alcanzado
las posiciones de gloria que Dios tenía para ellos.
Ellos serán parte del pueblo de Dios y Dios habitará con ellos, pero no serán Su Esposa. Al darse cuenta de lo que
han perdido llorarán delante del Señor, pero el Señor los consolará.

Apocalipsis 21 2 al 4 dice:

Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo de Dios, dispuesta como una esposa ataviada
para su marido. Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará
con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios. Enjugará Dios toda lágrima de los
ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron.

El propósito de Dios para Su pueblo, comienza con la salvación. El perdón de pecados y el nuevo nacimiento son el
inicio de la carrera, pero la meta es ser perfeccionados y alcanzar la gloria de Dios. Hebreos 2 10 nos dice:

Porque convenía a aquel por cuya causa son todas las cosas, y por quien todas las cosas subsisten, que habiendo de
llevar muchos hijos a la gloria, perfeccionase por aflicciones al autor de la salvación de ellos.

Dios quiere perdonar nuestros pecados y además impartirnos Su naturaleza. Dios quiere derramar su gracia para
perfeccionarnos y llevarnos a alcanzar la gloria de nuestro Señor Jesús.

Primera de Pedro 5 10 dice:

Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de
tiempo, él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca.

El Señor Jesús nos salvó para que alcancemos Su gloria, la medida del varón perfecto. La estatura de la plenitud de
Cristo. La Palabra de Dios nos dice:

Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros, hermanos amados por el Señor, de que Dios
os haya escogido desde el principio para salvación, mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad, a lo
cual os llamó mediante nuestro evangelio, para alcanzar la gloria de nuestro Señor Jesucristo.

Dios, por medio de los dones del ministerio quiere perfeccionarnos y llevarnos a la madurez espiritual.

Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de
perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos
lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de
la plenitud de Cristo; para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por
estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error.

El monte de Sion es el lugar de la perfección de Dios, es el lugar de la hermosura de Dios. El Salmo 50 2 dice

De Sion, perfección de hermosura, Dios ha resplandecido.

Aquellos que alcancen el monte de Sion espiritual alcanzarán la belleza de Cristo, la hermosura de Dios, la
perfección en Cristo Jesús, serán Su Esposa. Serán su iglesia gloriosa, sin mancha ni arruga que viene a levantar para
reinar con Él como reyes y sacerdotes.

El monte de Sion Celestial.

Los 144 mil que están parados en el monte de Sion celestial es un grupo de redimidos que por la gracia del Señor
fueron transformados y llegaron a ser sin mancha delante del trono. Apocalipsis 14 1 al 5 dice:
Después miré, y he aquí el Cordero estaba en pie sobre el monte de Sion, y con él ciento cuarenta y cuatro mil, que
tenían el nombre de él y el de su Padre escrito en la frente. Y oí una voz del cielo como estruendo de muchas aguas,
y como sonido de un gran trueno; y la voz que oí era como de arpistas que tocaban sus arpas. Y cantaban un cántico
nuevo delante del trono, y delante de los cuatro seres vivientes, y de los ancianos; y nadie podía aprender el cántico
sino aquellos ciento cuarenta y cuatro mil que fueron redimidos de entre los de la tierra. Éstos son los que no se
contaminaron con mujeres, pues son vírgenes. Éstos son los que siguen al Cordero por dondequiera que va. Éstos
fueron redimidos de entre los hombres como primicias para Dios y para el Cordero; y en sus bocas no fue hallada
mentira, pues son sin mancha delante del trono de Dios.

Este grupo de vencedores tienen varias características muy importantes que vale la pena enumerar:

1. Tienen el nombre de Cristo y del Padre escrito en la frente por cuanto llegaron a ser uno con el Padre y con el
Hijo.
2. Cantaban un cántico nuevo delante del trono que nadie podía aprenderse, que nos habla del carácter de Cristo
que fue desarrollado en sus vidas.
3. Son vírgenes. Que nos habla de tener un solo amor, Dios.
4. Siguen al Cordero por donde quiera que va.
5. Fueron redimidos de entre los hombres para Dios y para el Cordero.
6. En sus bocas no fue hallada mentira.
7. Son sin mancha delante del trono.

Las 7 características de los 144 mil del monte de Sion celestial revelan las 7 calificaciones para que los santos por la
gracia de Dios puedan alcanzar el monte de Sion espiritual y puedan llegar a ser perfectos y ser uno con el Padre y
con el Hijo.

Sion es la habitación de Dios.

Dios escogió a Sion como Su habitación, tanto en el cielo como en la tierra. La Palabra de Dios nos dice:

Porque Jehová ha elegido a Sion; La quiso por habitación para sí. Éste es para siempre el lugar de mi reposo; Aquí
habitaré, porque la he querido. En Salem está su tabernáculo, Y su habitación en Sion.

Hermosa provincia, el gozo de toda la tierra, Es el monte de Sion, a los lados del norte, La ciudad del gran Rey. Ama
Jehová las puertas de Sion Más que todas las moradas de Jacob.

Es interesante que Dios eligió morar en Sion en el cielo, como también escogió morar en Sion en la tierra, cuando
David llevó el arca del pacto al monte de Sion.

El monte de Sion en la tierra, es un tipo del monte de Sion en el cielo, que es la habitación de Dios. Por cierto,
Satanás lo que quería era morar en Sion en el cielo y tomar el lugar que le correspondía a Dios. Isaías 14 12 al 15 nos
dice:

¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, tú que debilitabas a las naciones. Tú
que decías en tu corazón: Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono, y en el monte
del testimonio me sentaré, a los lados del norte; sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo.
Mas tú derribado eres hasta el Seol, a los lados del abismo.

Lo que quería Satanás era sentarse en el trono de Dios que está en el monte de Sion celestial a los lados del norte.
Pero en Su rebelión fue derribado y con él la tercera parte de los ángeles que le siguieron.

Sion es la visión de Dios para su pueblo, porque el deseo de Dios es que lleguemos a ser Su morada, por cuanto Sion
es la habitación de Dios. Juan 13 23 nos dice:

Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos
morada con él.
El propósito de Dios es que lleguemos a ser uno con el Padre y con el Hijo. Y así lleguemos a ser Su morada. Juan
17 20 al 24 dice:

Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos, para que todos
sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que
tú me enviaste. La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno. Yo en ellos,
y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado a
ellos como también a mí me has amado. Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, también ellos
estén conmigo, para que vean mi gloria que me has dado; porque me has amado desde antes de la fundación del
mundo.

Aquellos que llegan a ser uno con el Padre y con el Hijo, son los que llegan a al Monte de Sion espiritual, son los que
llegarán a ser Su morada, como los 144 mil que están en monte de Sion Celestial junto con el Cordero de Dios.

El propósito de Dios para Su pueblo Israel fue llevarlos al monte de Sion, al lugar de Su habitación. Moisés recibió la
revelación de llevar e introducir al Pueblo al monte de Su heredad, el lugar de habitación de Dios. Éxodo 15 17 dice:

Tú los introducirás y los plantarás en el monte de tu heredad, En el lugar de tu morada, que tú has preparado, oh
Jehová, En el santuario que tus manos, oh Jehová, han afirmado.

Moisés en su canto al cruzar el mar rojo expresó el plan de Dios de llevar a Su pueblo a su santa morada. Éxodo 15
13 dice:

Condujiste en tu misericordia a este pueblo que redimiste; Lo llevaste con tu poder a tu santa morada.

La congregación de los primogénitos.

Sion es el lugar de la congregación de los primogénitos, que representan a aquellos que reciben la doble porción de la
herencia. Un ejemplo de hombres de Dios que alcanzaron la primogenitura fueron: Eliseo, quien recibió la doble
porción del espíritu de Elías. Job, quien recibió el doble de lo que tenía después de la prueba. José, quien por medio
de Efraín y Manasés recibió una herencia doble en Israel.

Los primogénitos en la ley recibían la doble porción de la herencia, ya que en ausencia del Padre ellos son los que
quedaban a cargo de su madre y sus hermanos en lugar de su padre. Por tanto los primogénitos representan a aquellos
que tienen la autoridad sobre sus hermanos para cuidar de ellos. José es un buen ejemplo, quién no solo cuidó a su
familia en los años de hambre que vino sobre la tierra, sino también fue de bendición para Egipto y las naciones.

Los primogénitos de Dios, son los santos en quienes se cumplirán las palabras: En ti serán benditas todas las familias
de la tierra. Los que alcancen ser parte de la congregación de los primogénitos serán quienes reinarán con Cristo en
el milenio y por la eternidad.

La congregación de los primogénitos son aquellos que llegan a ser padres espirituales y alcanzan la madurez para
poder ejercer su autoridad como reyes y sacerdotes, ministros suficientes del nuevo pacto.

Las promesas hechas a Abraham son bendiciones que experimentarán aquellos que lleguen a ser parte de la
congregación de los primogénitos. Entre estas promesas hechas a Abraham se encuentran:

1. Y te multiplicaré en gran manera, y haré naciones de ti, y reyes saldrán de ti.


2. Y estableceré mi pacto entre mí y ti, y tu descendencia después de ti en sus generaciones, por pacto perpetuo,
para ser tu Dios, y el de tu descendencia después de ti.
3. Y te daré a ti, y a tu descendencia después de ti, la tierra en que moras, toda la tierra de Canaán en heredad
perpetua; y seré el Dios de ellos.
4. De cierto te bendeciré, y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena que está a la
orilla del mar; y tu descendencia poseerá las puertas de sus enemigos.
Aquellos que alcancen la madurez espiritual, la primogenitura en Cristo Jesús, serán participes de la doble porción de
la bendición de Dios y experimentarán espiritualmente, las promesas que en lo natural fueron hechas a Abraham.
Gálatas 3 29 dice:

Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa.

Apocalipsis 5 9 y 10 dice:

Y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado,
y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación; y nos has hecho para nuestro
Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra.

Aquellos que sigan los pasos de fe de Abraham y sean obedientes a la voz de Señor para obedecer todos sus
mandamientos serán los que experimentarán las bendiciones de los primogénitos de Dios. Génesis 22 15 al 18 dice:

Y llamó el ángel de Jehová a Abraham por segunda vez desde el cielo, y dijo: Por mí mismo he jurado, dice Jehová,
que por cuanto has hecho esto, y no me has rehusado tu hijo, tu único hijo; de cierto te bendeciré, y multiplicaré tu
descendencia como las estrellas del cielo y como la arena que está a la orilla del mar; y tu descendencia poseerá las
puertas de sus enemigos. En tu simiente serán benditas todas las naciones de la tierra, por cuanto obedeciste a mi
voz.

Los espíritus de los justos hechos perfectos.

Cuando nacemos de nuevo somos hechos nuevas criaturas en Cristo Jesús, iniciamos nuestra carrera como niños en
Cristo. Nuestra meta es crecer y madurar para convertirnos en la iglesia gloriosa sin mancha ni arruga que nuestro
Señor Jesucristo viene a levantar para llevarla a las bodas del Cordero.

Es necesario por tanto que de niños en Cristo, pasemos a la juventud espiritual y luego alcancemos la madurez en
Cristo Jesús y lleguemos a ser padres espirituales. Primera de Juan 2 12 al 14 dice:

Os escribo a vosotros, hijitos, porque vuestros pecados os han sido perdonados por su nombre. Os escribo a vosotros,
padres, porque conocéis al que es desde el principio. Os escribo a vosotros, jóvenes, porque habéis vencido al
maligno. Os escribo a vosotros, hijitos, porque habéis conocido al Padre. Os he escrito a vosotros, padres, porque
habéis conocido al que es desde el principio. Os he escrito a vosotros, jóvenes, porque sois fuertes, y la palabra de
Dios permanece en vosotros, y habéis vencido al maligno.

El apóstol Juan nos revela tres niveles de crecimiento espiritual: hijitos, que representa a los niños espirituales, los
jóvenes, que representa a los jóvenes espirituales, y padres que representa a los padres espirituales.

Podemos ver estos niveles en las siguientes tríadas:

1. En las tres partes del tabernáculo de Moisés: atrio, lugar santo y lugar santísimo.
2. Los tres tipos de cosecha: al 30, al 60 y al ciento por uno. También como hierba, espiga, y grano lleno en la
espiga.
3. En cuanto a los galardones: galardón, grande galardón, y galardón sobremanera grande.
4. Fe, esperanza y amor.

Niños espirituales.

Los niños espirituales tienen dos características:

1. Han conocido al Padre.


2. Sus pecados han sido perdonados.
El conocimiento de Dios que tienen los niños espirituales es muy básico. Ellos llegaron a conocer a Dios como Padre
por medio del nuevo nacimiento, gracias a la predicación del evangelio y a la decisión personal de recibir a
Jesucristo como Su Señor. Juan 1 12 y 13 dice:

Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los
cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.

Para los niños en Cristo, Dios es su Padre, por cuanto sus pecados han sido perdonados al creer y recibir a Cristo
Jesús como su Señor y Salvador. Pero, no tienen un conocimiento más profundo del carácter de Dios, ni tampoco
conocimiento de los caminos de Dios. Solo han experimentado algunas de sus obras como: salvación, sanidad,
liberación, llenura del Espíritu Santo.

Los niños espirituales, aunque han recibido el perdón de sus pecados, todavía no han logrado vencer algunas áreas en
su carácter. Primera de Corintios 3 1 al 3 dice:

De manera que yo, hermanos, no pude hablaros como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo.
Os di a beber leche, y no vianda; porque aún no erais capaces, ni sois capaces todavía, porque aún sois carnales; pues
habiendo entre vosotros celos, contiendas y disensiones, ¿no sois carnales, y andáis como hombres?

Los niños espirituales, piensan como niños, hablan y actúan como niños. Pablo dijo:

Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño; mas cuando ya fui hombre, dejé lo
que era de niño.

Los niños deben beber la leche espiritual no adulterada, para poder crecer espiritualmente. Primera de Pedro 2 2 dice:

Desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación.

Nuestro Dios desea que dejemos la infancia espiritual, porque cuando somos niños podemos ser engañados por
vientos de doctrina, por medio de artimañas del error, siendo que nuestra meta es alcanzar la medida del varón
perfecto. Efesios 4 11 al 14 dice:

Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de
perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos
lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de
la plenitud de Cristo; para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por
estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error.

Los niños en Cristo que se alimentan con la leche de la Palabra de Dios son inhábiles para la palabra de justicia, por
cuanto no han ejercitados sus sentidos en el discernimiento del bien y del mal. Hebreos 5 13 y 14 dice:

Y todo aquel que participa de la leche es inexperto en la palabra de justicia, porque es niño; pero el alimento sólido
es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento
del bien y del mal.

La justicia de Dios tiene niveles, se revela por fe y para fe. Los niños en Cristo no pueden entender niveles mayores
de justicia por cuanto necesitan crecer en su fe y tener la habilidad de comer alimento sólido. Aquellos que son
alimentados solamente con las doctrinas leche o rudimentos de Cristo, deben proseguir a hacia la perfección para
poder madurar y no quedarse estancados en las doctrinas fundamentales. Hebreos 6:1 al 3 dice:

Por tanto, dejando ya los rudimentos de la doctrina de Cristo, vamos adelante a la perfección; no echando otra vez el
fundamento del arrepentimiento de obras muertas, de la fe en Dios, de la doctrina de bautismos, de la imposición de
manos, de la resurrección de los muertos y del juicio eterno. Y esto haremos, si Dios en verdad lo permite.
El fundamento de las doctrinas fundamentales debe ser establecido en la vida de cada creyente, pero luego debe
proseguir hacia la perfección, con la ayuda del la gracia del Señor, hasta alcanzar la gloria de Cristo, la medida del
varón perfecto, la estatura de la plenitud de Cristo.

La parte del tabernáculo de Moisés, que corresponde a los niños espirituales es el atrio. El atrio tenía dos muebles: el
altar del holocausto, que nos habla del sacrificio de Cristo, para perdonar y limpiar nuestros pecados. La fuente de
bronce, que nos habla de ser lavados y limpiados por medio de la Palabra de Dios.

Dios nos solo quiere perdonar nuestros pecados, Él quiere cumplir su propósito en nosotros, desea conformarnos a la
imagen del Hijo de Dios. Pero para ello, es necesario llevarnos por varios procesos, con el fin de darnos un nuevo
espíritu y un nuevo corazón, para que podamos guardar sus mandamientos, como lo muestra Ezequiel 36 del 25 al 27
que dice:

Esparciré sobre vosotros agua limpia, y seréis limpiados de todas vuestras inmundicias; y de todos vuestros ídolos os
limpiaré. Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de
piedra, y os daré un corazón de carne. Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y
guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra.

Los Jóvenes espirituales.

Las características que el apóstol Juan nos da de los jóvenes espirituales son:

1. Son fuertes.
2. La Palabra de Dios permanece en ellos.
3. Han vencido al maligno.

En cuanto a ser fuertes en el Señor, la Palabra de Dios nos dice:

Para que os dé, conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos con poder en el hombre interior por su
Espíritu.

Guardad, pues, todos los mandamientos que yo os prescribo hoy, para que seáis fortalecidos, y entréis y poseáis la
tierra a la cual pasáis para tomarla.

Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos
del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual,
Para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el
conocimiento de Dios; fortalecidos con todo poder, conforme a la potencia de su gloria, para toda paciencia y
longanimidad.

Tú, pues, hijo mío, esfuérzate en la gracia que es en Cristo Jesús. Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el
Señor, y en el poder de su fuerza. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece. Pero recibiréis poder, cuando haya
venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo
último de la tierra.

Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me
gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo.
Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en
angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.

En base a todos estos versos, nos damos cuenta que nos volvemos fuertes en el Señor cuando:

1. Crecemos en la gracia y en el conocimiento de nuestro Señor Jesucristo.


2. El Espíritu Santo fortalece nuestro hombre interior.
3. Recibimos poder por medio del bautismo en el Espíritu Santo cuya manifestación inicial es hablar en nuevas
lenguas.
4. Obedecemos los mandamientos de Dios según la revelación y el entendimiento que el Espíritu Santo nos da.
5. En la debilidad, dificultad y adversidad, no confiamos ni nos apoyamos en nuestra carne ni en ninguna habilidad
humana, sino que nos refugiamos en la gracia de Dios.

En la medida que nos alimentemos de la Palabra de Dios, caminemos en comunión con nuestro Dios y obedezcamos
su voz, nos iremos fortaleciendo en el Señor y en el poder de Su fuerza.

Los jóvenes espirituales no solo creen la palabra de Dios, ellos la estudian y la obedecen, y permanecen caminando
en ella. Esdras es un ejemplo perfecto de todo esto. Esdras 7 10 nos dice:

Porque Esdras había preparado su corazón para inquirir la ley de Jehová y para cumplirla, y para enseñar en Israel
sus estatutos y decretos.

Los jóvenes espirituales ya no son solo creyentes en Cristo, ahora ellos se han vuelto: discípulos, siervos, soldados
del ejército del Señor. La Palabra de Dios nos dice:

Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y
sígame. Entonces llamando a sus doce discípulos, les dio autoridad sobre los espíritus inmundos, para que los
echasen fuera, y para sanar toda enfermedad y toda dolencia.

En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros. Dijo entonces Jesús a los
judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos. En
esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos.

Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a
otros. Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la
santificación, y como fin, la vida eterna.

Los jóvenes espirituales, además de ser discípulos del Señor, son siervos de Dios, soldados de la cruz que viven para
llevar a cabo la gran comisión y trabajan junto con el Espíritu Santo para deshacer toda obra del diablo. Ellos han
vencido al maligno por la sangre del Cordero, por la Palabra de su testimonio y porque menospreciaron sus vidas
hasta la muerte.

En el tabernáculo de Moisés, el lugar santo corresponde a los jóvenes espirituales. Los muebles que el lugar santo
tenía eran: La meza de los panes de la Proposición. Que nos habla de la Palabra de Dios que se hace carne por medio
de la aflicción y el fuego divino. El Candelabro de 7 brazos. Que nos habla de los 7 Espíritus del Señor, que son las 7
unciones para poder operar efectivamente en el Ministerio. Y el altar del Incienso. Que nos habla de una vida de
oración e intercesión, alabanza y adoración.

El lugar santo con sus muebles son tipos de características que revelan que el joven espiritual:

1. Sufre penalidades como fiel soldado de Jesucristo.


2. Se niega a sí mismo, toma su cruz cada día y sigue a Jesucristo.
3. Soporta las aflicciones por causa de la Palabra de Dios y de Cristo.
4. Sirve en la obra del Señor y trabaja arduamente para el reino de Dios.
5. Es un adorador en Espíritu y en verdad.
6. Lucha en oración e intercesión para establecer el reino de Dios en su propia vida y en la vida de los demás.
7. Está en el proceso de ser pan partido y vino derramado para ser de bendición para otros.

Los jóvenes espirituales pasan por la experiencia de Crucifixión y la circuncisión de sus sentidos, que les permite
poder ir a luchar contra sus enemigos para poder conquistar Su herencia en Cristo Jesús.

Los padres espirituales.

Es el deseo de Dios ser conocido y entendido por sus hijos. La Palabra de Dios nos dice:
Así dijo Jehová: No se alabe el sabio en su sabiduría, ni en su valentía se alabe el valiente, ni el rico se alabe en sus
riquezas. Mas alábese en esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y conocerme, que yo soy Jehová, que hago
misericordia, juicio y justicia en la tierra; porque estas cosas quiero, dice Jehová.

Y ésta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado.

El apóstol Pablo, comprendió que había niveles de conocimiento acerca de Dios. Pero él no quería un conocimiento
superficial de Dios, él quería la excelencia del conocimiento de Cristo. Filipenses 3 7 y 8 dice:

Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo. Y ciertamente, aun
estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual
lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo.

La transformación en nuestras vidas, está íntimamente relacionada con la revelación y conocimiento que tengamos
de Dios. Dios imparte de su naturaleza, a aquellos a quienes Él se les revela. Por ejemplo, aquellos que aman, han
conocido a Dios porque Dios es amor.

Los padres espirituales han alcanzado la madurez, porque han conocido íntimamente al Padre y debido a esto han
sido transformados en la medida que han contemplado la gloria de Dios. Segunda de Corintios 3 18 dice:

Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de
gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor.

El conocimiento de Dios es muy importante para el crecimiento espiritual del creyente. En la medida que le
conozcamos y le obedezcamos por gracia a Su gracia, iremos dejando todo pecado e inmundicia. Segunda de Pedro 2
20 nos dice: Ciertamente, si habiéndose ellos escapado de las contaminaciones del mundo, por el conocimiento del
Señor y Salvador Jesucristo.

Nuestro Dios es el Dios de toda gracia, en la medida que le conocemos, vamos desarrollando confianza en Él, y por
medio de Su gracia vamos siendo transformados a Su imagen y semejanza. La Palabra de Dios nos dice:

En ti confiarán los que conocen tu nombre, Por cuanto tú, oh Jehová, no desamparaste a los que te buscaron.

Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo,
agradable a Dios, que es vuestro culto racional. No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la
renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.

Conocer a Dios renueva nuestra mente. En la medida que cambiamos nuestros pensamientos por los pensamientos de
Dios, aún nuestra alma será transformada, de tal manera que, no solo llegaremos a pensar como Dios piensa, sino que
también llegaremos a sentir como Dios siente. Y es allí, cuando nos volveremos siervos y sacerdotes de Dios
conforme a Su corazón y a Su alma. Es decir, hombres y mujeres de Dios, que piensan como Dios piensa, y sienten
como Dios siente. Que viven para hacer la voluntad de Dios.

Dios no desea que nos quedemos niños en Cristo, el quiere que seamos padres espirituales y por medio nuestro,
demos a luz hijos espirituales que llegarán a ser reyes y sacerdotes, como Dios le prometió a Abraham.

Y no se llamará más tu nombre Abram, sino que será tu nombre Abraham, porque te he puesto por padre de
muchedumbre de gentes. Y te multiplicaré en gran manera, y haré naciones de ti, y reyes saldrán de ti. Y estableceré
mi pacto entre mí y ti, y tu descendencia después de ti en sus generaciones, por pacto perpetuo, para ser tu Dios, y el
de tu descendencia después de ti. Y te daré a ti, y a tu descendencia después de ti, la tierra en que moras, toda la
tierra de Canaán en heredad perpetua; y seré el Dios de ellos.

Abraham y Sion.

Abraham, es un modelo y ejemplo para tanto el cristianismo como para el pueblo de Israel. Isaías 51 2 dice:
Mirad a Abraham vuestro padre, y a Sara que os dio a luz; porque cuando no era más que uno solo lo llamé, y lo
bendije y lo multipliqué.

Es el deseo de Dios que cada creyente conozca el llamado de Dios, experimente Su bendición y Su multiplicación, ya
que es Su deseo bendecir a todas las familias de la tierra.

Abraham es nuestro padre en la fe, tanto para los judíos como para los gentiles, los circuncidados y los incircuncisos.
Pablo nos dice:

Bienaventurados aquellos cuyas iniquidades son perdonadas, Y cuyos pecados son cubiertos.
Bienaventurado el varón a quien el Señor no inculpa de pecado. ¿Es, pues, esta bienaventuranza solamente para los
de la circuncisión, o también para los de la incircuncisión? Porque decimos que a Abraham le fue contada la fe por
justicia. ¿Cómo, pues, le fue contada? ¿Estando en la circuncisión, o en la incircuncisión? No en la circuncisión, sino
en la incircuncisión. Y recibió la circuncisión como señal, como sello de la justicia de la fe que tuvo estando aún
incircunciso; para que fuese padre de todos los creyentes no circuncidados, a fin de que también a ellos la fe les sea
contada por justicia; y padre de la circuncisión, para los que no solamente son de la circuncisión, sino que también
siguen las pisadas de la fe que tuvo nuestro padre Abraham antes de ser circuncidado.

Gracias a Cristo Jesús, ahora somos herederos de las promesas hechas a Abraham. Gálatas 3 29 dice:

Si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa.

Debemos comprender que Abraham tuvo dos simientes: la simiente terrenal: representada por el polvo de la tierra y
la arena del mar, que se refiere a Israel, y la simiente espiritual, representada por las estrellas en el cielo, que
representa a la iglesia del Señor. Por tanto, las promesas en lo natural para Israel, tienen un significado espiritual para
la iglesia del Señor. Enumeremos12 de estas promesas:

1. Y haré de ti una nación grande.


2. Te bendeciré.
3. Engrandeceré tu nombre.
4. Serás bendición.
5. Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré.
6. Serán benditas en ti todas las familias de la tierra.
7. Y te multiplicaré en gran manera, y haré naciones de ti.
8. Reyes saldrán de ti.
9. Y estableceré mi pacto entre mí y ti, y tu descendencia después de ti en sus generaciones, por pacto perpetuo,
para ser tu Dios, y el de tu descendencia después de ti.
10. Y te daré a ti, y a tu descendencia después de ti, la tierra en que moras, toda la tierra de Canaán en heredad
perpetua; y seré el Dios de ellos.
11. Te bendeciré, y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena que está a la orilla del
mar.
12. Tu descendencia poseerá las puertas de sus enemigos.

Abraham recibió la visión de Sion, de tal manera que esperaba la ciudad que tiene fundamentos y cuyo arquitecto y
constructor es Dios. Abraham esperaba la ciudad de Sion, la nueva Jerusalén, la Esposa del Cordero. Hebreos 11 9 y
10 dice:

Por la fe habitó como extranjero en la tierra prometida como en tierra ajena, morando en tiendas con Isaac y Jacob,
coherederos de la misma promesa; porque esperaba la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor
es Dios.

Si pudiésemos resumir las promesas de Abraham, que incluyen heredar Sion, podemos decir que por la gracia de
Dios en Cristo Jesús, es la voluntad de Dios que seamos la descendencia que Dios está buscando. Hijos e hijas
conforme a Su imagen y semejanza, que conquisten las puertas de sus enemigos y lleven su gloria a las naciones.
Reyes y sacerdotes, que reinen con Cristo en el milenio y por toda la eternidad.
Dios desea santificar su nombre por medio de nuestro y que nuestra descendencia, hijos naturales y espirituales,
teman a Dios y santifiquen al Santo de Jacob. Que nuestra descendencia, sea conocida como linaje bendito de
Jehová, sacerdotes del Dios Altísimo, ministros suficientes del nuevo pacto.

Es por tanto la voluntad de Dios, que judíos y gentiles, todo creyente en Cristo Jesús, sigamos los pasos y la fe de
Abraham, que esperaba la ciudad de Sion, que representa a la esposa del Cordero, que ha de gobernar a las naciones
juntamente con el Rey de Reyes y Señor de Señores, nuestro Señor Jesucristo. Es por ello que cada creyente debe
presionar y luchar por alcanzar el monte de Sion espiritual. Debe alcanzar la gloria de nuestro Señor Jesucristo, y ser
la iglesia gloriosa sin mancha ni arruga, la Esposa del Cordero que Jesucristo viene a levantar para ir a las Bodas del
Cordero y luego gobernar con ella sobre toda la tierra.

Moisés y Sion.

El viaje de Israel de Egipto hacia la tierra prometida y finalmente el monte de Sion, fue anunciado por Dios a
Abraham, quien le dijo:

Entonces Jehová dijo a Abram: Ten por cierto que tu descendencia morará en tierra ajena, y será esclava allí, y será
oprimida cuatrocientos años. Mas también a la nación a la cual servirán, juzgaré yo; y después de esto saldrán con
gran riqueza. Y tú vendrás a tus padres en paz, y serás sepultado en buena vejez. Y en la cuarta generación volverán
acá; porque aún no ha llegado a su colmo la maldad del amorreo hasta aquí.

Dios le prometió a Abraham la tierra de Canaán como herencia para Israel y estableció la circuncisión como señal
del pacto de esta promesa.

En aquel día hizo Jehová un pacto con Abram, diciendo: A tu descendencia daré esta tierra, desde el río de Egipto
hasta el río grande, el río Éufrates; la tierra de los ceneos, los cenezeos, los admoneos, los heteos, los ferezeos, los
refaítas, los amorreos, los cananeos, los gergeseos y los jebuseos.

Y estableceré mi pacto entre mí y ti, y tu descendencia después de ti en sus generaciones, por pacto perpetuo, para
ser tu Dios, y el de tu descendencia después de ti. Y te daré a ti, y a tu descendencia después de ti, la tierra en que
moras, toda la tierra de Canaán en heredad perpetua; y seré el Dios de ellos. Dijo de nuevo Dios a Abraham: En
cuanto a ti, guardarás mi pacto, tú y tu descendencia después de ti por sus generaciones. Éste es mi pacto, que
guardaréis entre mí y vosotros y tu descendencia después de ti: Será circuncidado todo varón de entre vosotros.
Circuncidaréis, pues, la carne de vuestro prepucio, y será por señal del pacto entre mí y vosotros.

Moisés fue elegido por Dios para sacar a Israel de Egipto para luego llevarlo hasta el monte de Sion. Sabemos que el
Monte de Sion fue elegido por Dios para ser su morada. El Salmo 132 13 y 14 dice:

Porque Jehová ha elegido a Sion; La quiso por habitación para sí. Éste es para siempre el lugar de mi reposo; Aquí
habitaré, porque la he querido.

Moisés recibió la revelación del propósito de Dios de llevar a Su pueblo a santa morada al monte de Sion y profetizó
acerca de ello y lo expresó en su canto cuando Dios venció a los egipcios y los sepulto en el mar Rojo. Éxodo 15 17
dice:

Tú los introducirás y los plantarás en el monte de tu heredad, En el lugar de tu morada, que tú has preparado, oh
Jehová, En el santuario que tus manos, oh Jehová, han afirmado.

El propósito de Dios fue revelado a Moisés. Moisés entendió que el propósito, para Su pueblo no solo era sacarlo de
la esclavitud Egipto, el entendió que Dios quería llevar a Su pueblo a su santa morada que es Sion. Éxodo 15 13 dice:

Condujiste en tu misericordia a este pueblo que redimiste; Lo llevaste con tu poder a tu santa morada. Isaías 4 5
habla de la morada del monte de Sion:

Y creará Jehová sobre toda la morada del monte de Sion, y sobre los lugares de sus convocaciones, nube y oscuridad
de día, y de noche resplandor de fuego que eche llamas; porque sobre toda gloria habrá un dosel.
El viaje de Israel a la tierra de Canaán y finalmente al monte de Sion, es tipo de la carrera que debemos correr hasta
alcanzar la gloria de nuestro Señor Jesucristo. La meta de cada creyente es alcanzar el monte de Sion, que es el lugar
de la congregación de los primogénitos. El viaje de Israel nos muestra las etapas y batallas, que hemos de librar para
poder conquistar Su santo monte y llegar a Su santa morada.

David y Sion.

David fue llamado por Dios el hombre conforme a Su corazón. Hechos 13:22 dice:

Quitado éste, les levantó por rey a David, de quien dio también testimonio diciendo: He hallado a David hijo de Isaí,
varón conforme a mi corazón, quien hará todo lo que yo quiero.

David fue el hombre de Dios que llevó a cabo el cumplimiento de la visión de Dios para Su pueblo, que era llevarlos
hasta el monte de Sion, Su santa morada. El tomó el arca del pacto, símbolo de la presencia de Dios, y la colocó en
una tienda sobre el monte de Sion, que llegó ser conocida como el tabernáculo de David.

David hizo de la fortaleza de Sion la ciudad de David, y colocó el arca del pacto en el monte de Sion, permitiendo a
aquellos que cumplieran con los requisitos del Salmo 24 y 15, pudieran llegar y subir para encontrarse con la
presencia del Señor.

Segunda de Samuel 5 del 4 al 10 dice:

Era David de treinta años cuando comenzó a reinar, y reinó cuarenta años. En Hebrón reinó sobre Judá siete años y
seis meses, y en Jerusalén reinó treinta y tres años sobre todo Israel y Judá. Entonces marchó el rey con sus hombres
a Jerusalén contra los jebuseos que moraban en aquella tierra; los cuales hablaron a David, diciendo: Tú no entrarás
acá, pues aun los ciegos y los cojos te echarán (queriendo decir: David no puede entrar acá). Pero David tomó la
fortaleza de Sion, la cual es la ciudad de David. Y dijo David aquel día: Todo el que hiera a los jebuseos, suba por el
canal y hiera a los cojos y ciegos aborrecidos del alma de David. Por esto se dijo: Ciego ni cojo no entrará en la casa.
Y David moró en la fortaleza, y le puso por nombre la Ciudad de David; y edificó alrededor desde Mílo hacia
adentro. Y David iba adelantando y engrandeciéndose, y Jehová Dios de los ejércitos estaba con él.

Segunda de Samuel 6 12 al 17 dice:

Fue dado aviso al rey David, diciendo: Jehová ha bendecido la casa de Obed–edom y todo lo que tiene, a causa del
arca de Dios. Entonces David fue, y llevó con alegría el arca de Dios de casa de Obed–edom a la ciudad de David.
Y cuando los que llevaban el arca de Dios habían andado seis pasos, él sacrificó un buey y un carnero engordado.
Y David danzaba con toda su fuerza delante de Jehová; y estaba David vestido con un efod de lino. Así David y toda
la casa de Israel conducían el arca de Jehová con júbilo y sonido de trompeta. Cuando el arca de Jehová llegó a la
ciudad de David, aconteció que Mical hija de Saúl miró desde una ventana, y vio al rey David que saltaba y danzaba
delante de Jehová; y le menospreció en su corazón. Metieron, pues, el arca de Jehová, y la pusieron en su lugar en
medio de una tienda que David le había levantado; y sacrificó David holocaustos y ofrendas de paz delante de
Jehová.

Antes de David, nadie podía ver el arca, ni entrar al lugar santísimo en el tabernáculo de Moisés, excepto el sumo
sacerdote descendiente de Aarón. Quien entraba una vez al año para rociar la sangre sobre el propiciatorio para
expiar los pecados propios y los de Israel. Pero en los tiempos de David, Dios a través del Tabernáculo de David,
permitió que todo aquel que cumpliera con los requisitos del Salmo 24 y Salmo 15 pudiera entrar y morar en Su
Tabernáculo.

David por tanto, es figura del creyente que alcanza el monte de Sion espiritual, y luego lleva Su gloria a las naciones.
Primera de Pedro 2 9 nos dice:

Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las
virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable.
Hoy por la sangre de Cristo, tenemos acceso y entrada al lugar Santísimo. El propósito de Dios es que podamos
morar en el Lugar Santísimo, en el monte de Sion espiritual y luego anunciar sus virtudes y llevar así Su gloria a las
naciones.

Hebreos 6 17 al 20 dice:

Por lo cual, queriendo Dios mostrar más abundantemente a los herederos de la promesa la inmutabilidad de su
consejo, interpuso juramento; para que por dos cosas inmutables, en las cuales es imposible que Dios mienta,
tengamos un fortísimo consuelo los que hemos acudido para asirnos de la esperanza puesta delante de nosotros. La
cual tenemos como segura y firme ancla del alma, y que penetra hasta dentro del velo, donde Jesús entró por
nosotros como precursor, hecho sumo sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec.

Hebreos 10 19 dice:

Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, por el camino
nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne, y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de
Dios, acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia,
y lavados los cuerpos con agua pura. Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel
es el que prometió.

Hebreos 12 22 al 24 dice:

Sino que os habéis acercado al monte de Sion, a la ciudad del Dios vivo, Jerusalén la celestial, a la compañía de
muchos millares de ángeles, a la congregación de los primogénitos que están inscritos en los cielos, a Dios el Juez de
todos, a los espíritus de los justos hechos perfectos, a Jesús el Mediador del nuevo pacto, y a la sangre rociada que
habla mejor que la de Abel.

La Conquista de Sion.

La salvación es el inicio de la carrera, la meta es alcanzar el monte de Sion, pero para ello, al igual que David,
debemos conquistar y vencer a todos nuestros enemigos. Para que Israel pudiera conquistar la tierra de Canaán y
finalmente conquistar el monte de Sion tuvieron que vencer 31 reyes y 7 naciones, que representan hoy en día, áreas
no rendidas de nuestro corazón, que debemos vencer de tal manera, que Cristo sea formado y seamos conformados a
la imagen y semejanza de nuestro Señor Jesucristo.

Para nosotros los creyentes en Cristo, alcanzar el monte de Sion espiritual significa, ser conformados a la imagen del
Hijo de Dios. Es alcanzar la medida del varón perfecto, la estatura de la plenitud de Cristo. Es recibir un nuevo
corazón donde el Señor escriba sus mandamientos y vivamos para hacer toda Su voluntad. Es permitir que el Espíritu
Santo nos transforme y pueda desarrollar y madurar el fruto del Espíritu Santo en nosotros.

Es por ello que el Viaje de Israel nos muestra las etapas, procesos y batallas que hemos de librar para poder
conquistar nuestra herencia en Cristo Jesús. El pueblo de Dios debe:

1. Celebrar la pascua: que representa la experiencia de Salvación por medio de la sangre de Cristo Jesús.
2. Cruzar el mar rojo: que representa el bautismo en agua.
3. Llegar al monte Sinaí: que representa el bautismo en el Espíritu Santo.
4. Cruzar el desierto: que representa las 10 lecciones a aprender para poder vencer a nuestros enemigos y poder
conquistar el monte de Sion.
5. Cruzar el Jordán: que representa la experiencia de Crucifixión que nos da el poder para vencer el pecado.
6. Circuncisión en Gilgal: que representa la circuncisión de nuestros sentidos y corazón. Es cortar la carne en
nosotros y quitar el oprobio que hemos traído de Egipto, que representa a este mundo, a fin de poder amar a
nuestro Dios con todo el corazón, con toda nuestra alma y con todas nuestras fuerzas.
7. Vencer los 31 reyes, que representan áreas no rendidas de nuestro corazón en donde Cristo Jesús no ha sido
formado.
8. Vencer a las 7 naciones: que representan 7 pecados de este mundo que debemos vencer para poder heredar.
9. Conquistar el monte de Sion: que representa vencer a todos nuestros enemigos para morar en Su Santo monte, y
llegar a ser la morada de la gloria de Dios.

Debemos comprender que es nuestro Dios quien nos introducirá en Sion, es nuestro Dios con Su gracia, quien nos
conformará a la imagen de Su Hijo. Primera de Tesalonicenses 5 23 y 24 dice:

Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado
irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo. Fiel es el que os llama, el cual también lo hará.

Judas 24 dice:

Y a aquel que es poderoso para guardaros sin caída, y presentaros sin mancha delante de su gloria con gran alegría, al
único y sabio Dios, nuestro Salvador, sea gloria y majestad, imperio y potencia, ahora y por todos los siglos. Amén.

Recordemos que Dios le prometió a Abraham dar la tierra de Canaán por herencia a sus descendientes, como
también le prometió que de él saldrían reyes, y esto nos incluye a nosotros, que somos su simiente espiritual.

Estas promesas hechas a Abraham para nosotros significa: Que Dios hará, que lleguemos a ser reyes y sacerdotes, Él
hará que conquistemos el monte de Sion. Debemos recibir por fe, que es Dios quien cumplirá las promesas de
Abraham en nosotros, y que por Su poder y gracia, nos permitirá conquistar y poseer las puertas de nuestros
enemigos, para conquistar y tomar posesión de nuestra herencia en Cristo Jesús.

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