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Características Psicométricas de un Cuestionario de Estilo de Afrontamiento

Psychometric characteristics of the coping style questionnaire

Article · June 2010

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 Tipica, Boletín Electrónico de Salud Escolar
Julio-Diciembre 2010, Volumen 6, Número 2

Características Psicométricas de un Cuestionario de Estilo de

Afrontamiento
Psychometric characteristics of the coping style questionnaire
Carolina Rueda Pérez @
& Helena Vélez-Botero
Universidad Nacional de Colombia

Resumen
El objetivo de este estudio fue establecer las propiedades
psicométricas del Cuestionario de Estilo de Afrontamiento
(Flórez-Alarcón, 1993), una adaptación de la Ways Coping
Checklist revisada (Vitaliano et. al., 1985), que evalúa
diferentes maneras de hacer frente al estrés. Para tal fin,
participaron 200 adultos trabajadores de una empresa
estatal de Bogotá-Colombia y sus familiares. Se analizaron
las propiedades psicométricas relacionadas con la dificultad
y discriminación de los ítems a través de la prueba t, la
validez factorial mediante un análisis de componentes
principales con rotación varimax y la confiabilidad a través
del coeficiente de Cronbach e intercorrelaciones (ítem-
escala, escala-escala), estableciendo la comparación con los
datos de la prueba original (Vitaliano et. al., 1985). Los
resultados indican que el Cuestionario de Estilo de
Afrontamiento posee alta confiabilidad (α = 0.87) y
homogeneidad en cada una de las cinco escalas que lo
componen. El análisis factorial muestra que el cuestionario
explica el 39% de la varianza total en el comportamiento de
afrontamiento. Se concluye que el Cuestionario de Estilo de
Afrontamiento es un importante acercamiento a la
evaluación de estilos de afrontamiento.
Palabras claves: Calidad de vida, rendimiento académico,
educación, adaptación escolar.
@ Psicóloga. Investigadora Asociada, Grupo de Investigación “Estilo de Vida y Desarrollo Humano”, Universidad Nacional de Colombia. E-mail:
helena.velez@gmail.com. Recibido: 08/04/2010, Enviado a pares: 12/04/2010 & Aceptado: 22/06/2010
Abstract
The goal of this study was to establish the psychometric
properties of the Coping Style Questionnaire (Flórez-
Alarcón, 1993), adapted from the Revised Ways Coping
Checklist (Vitaliano et. al., 1985), which evaluates
different ways of coping with stress. Two hundred
employees from a public company, as well as their
families, participated in the study. We analyzed the
psychometric properties related to the difficulty and
discrimination of the items using a t test and factorial
validity using a principal components analysis with
varimax rotation and reliability through Cronbach's
coefficient and intercorrelations (item-scale, scale-scale),
establishing a comparison with the original test
(Vitaliano et al., 1985). The results indicate that the
Coping Style Questionnaire has high reliability (α =
0.87) and homogeneity in each of its five scales. Factor
analisys show the test explains 39% of the total variance
in coping behavior. We conclude that the Coping Style
Questionnaire is an important approach in the
assessment of coping styles.
Keywords: Stress, coping, coping styles, validity,
reliability.

de estrés con sus investigaciones. Selye (1960) postuló que “el

E l término estrés se utiliza habitualmente para

referirse a una variedad de sensaciones y
emociones que están directamente relacionadas con
presiones y exigencias a las que se enfrenta un
organismo. Sin embargo, existen varias orientaciones
del concepto de estrés: como estímulo ambiental, como
una respuesta a las condiciones ambientales, o como
una forma de interacción entre las exigencias
ambientales y la capacidad de adaptarse a ellas por parte
del individuo (Sue, Sue & Sue, 1996; Barra, 2003;
Monroe, 2008).
En la orientación como estímulo ambiental, Selye es
uno de los precursores del origen histórico del concepto
estrés es el común denominador de todas las reacciones de
adaptación del organismo”. Este autor definió el estrés como el
estado que se manifiesta por un síndrome específico el cual
denominó Síndrome General de Adaptación (SGA), consistente
en cambios inespecíficos provocados dentro de un sistema
biológico y psicológico (Butcher, Mineka & Hooley, 2007).
Este síndrome consta de de tres fases: a) reacción de alarma, en
la cual el cuerpo experimenta activación del sistema nervioso
autónomo ante un agente nocivo; se produce una movilización
de las defensas del organismo caracterizada por el incremento
de su funcionamiento sobre los niveles basales (Schejtman,
2001); b) estado de resistencia, en el que el organismo se
moviliza para defender, enfrentar o adaptarse al estresor (Barra,
2003) y; c) estado de agotamiento, cuya aparición esta ligada a

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la prolongación de la exposición a estímulos estresores
y la disminución consecuente de la capacidad para
resistirla y recuperar el estado de homeostasis (Selye,
1960; Lazarus, 2000).
Según Barra (2003), el estrés como una respuesta a
las condiciones ambientales se fundamenta en la idea de
que los eventos ambientales (estresores) juegan el rol
protagónico, puesto que tienen la capacidad de afectar o
amenazar el equilibrio del individuo; de forma tal que
los estresores pueden ser clasificados por áreas, de
acuerdo con su fuente o contexto: a) personal, b)
social/familiar, c) laboral y, d) ambiental. De forma
similar, Lazarus y Cohen (1977 citado por Lazarus &
Folkman, 1986) proponen que los estímulos
generadores de estrés son acontecimientos con los que
se encuentra el individuo, así como también pueden ser
originados en el interior del sujeto, clasificados en tres
tipos: a) eventos cataclísmicos, cambios mayores,
estresantes universales; b) estresores personales,
cambios mayores que afectan a una persona o a pocas y
que están fuera de control del individuo y; c)
agitaciones diarias o problemas cotidianos. Al respecto,
Holmes y Holmes (1970, citado por Sue, et. al., 1996)
proponen que cualquier cambio de vida tanto positivo
como negativo es potencialmente estresante, sobretodo
aquellos que alteran el estilo de vida o las actividades
comunes de la persona; de tal suerte que la acumulación
de cambios pequeños puede ser más estresante que un
estresante mayor (Sue et. al., 1996; Lazarus, 2000;
Barra, 2003). Sin embargo, lo que hace a una situación
o estímulo estresante depende en algún grado de las
características de la persona expuesta al mismo. De
manera que, se necesitan tanto un estímulo estresante
como una persona vulnerable para generar una respuesta
de estrés (Lazarus, 2000).
La última orientación del concepto de estrés
formulada por Lazarus y Folkman (1986) se basa en la
relación individuo-entorno y examina el equilibrio de
las fuerzas entre demandas ambientales y recursos
psicológicos del individuo para manejarlas. Según
Lazarus (2000) si las demandas ambientales exceden los
recursos de la persona, se produce una relación
estresante; y si la proporción de estas demandas es muy
superior puede producir trauma. Por el contrario, si los
recursos de la persona son mayores o exceden las
demandas se presenta una situación desprovista de
estrés, lo cual puede llevar al individuo a sentir
aburrimiento o tedio por falta de implicación hacia la
situación. De acuerdo con Lazarus y Folkman (1986),
dos procesos críticos están presenten en la relación
individuo-entorno: la evaluación cognitiva y el
afrontamiento. La evaluación o valoración cognitiva se
refiere al proceso evaluativo que determina por qué y
hasta qué punto una relación determinada resulta
estresante. Por su parte, el afrontamiento es el proceso a
través del cual el individuo maneja las demandas de la
282
relación individuo-ambiente las cuales evalúa como estresantes,
y las emociones que ello genera.
Existen dos tipos de valoración, primaria y secundaria. La
evaluación primaria se relaciona con la relevancia motivacional
de lo que está pasando; si hay interés el encuentro es relevante
para las metas de la persona por lo que la calidad e intensidad
de la emoción variará con el tipo y la cantidad de interés, de lo
contrario no ocurre ninguna reacción emocional. Esta
evaluación contempla tres valoraciones: a) de daño (análisis de
los efectos negativos ya acontecidos), b) de amenaza
(estimación de peligros futuros) y c) de desafío (fuerzas
necesarias para lograr superar el evento estresor (Lazarus &
Folkman, 1987; Barra, 2003). Por su parte, la evaluación
secundaria, se refiere a los juicios evaluativos requeridos acerca
de si algunas acciones pueden ser tomadas para mejorar la
relación persona-ambiente problemática, y si es así, cuáles
opciones de afrontamiento podrían funcionar para afrontar el
daño, la amenaza o el desafío que presenta el evento (Lazarus &
Folkman, 1987).
Según Lazarus (2000), existe una interacción entre variables
ambientales (demandas, limitaciones, oportunidades y cultura)
y personales (objetivos, creencias y recursos) antecedentes, que
influyen en el proceso de valoración. De tal suerte que diversas
investigaciones han logrado resaltar que el estrés continuo
resultante de estresantes psicológicos y sociales puede hacer a
una persona más susceptible a la enfermedad y alterar el curso
de una enfermedad (Schneiderman, Ironson & Siegel, 2005).
Se sabe que el estrés afecta el sistema inmunológico, la
función cardiaca, los niveles hormonales, el sistema nervioso y
los índices metabólicos. Así, el estrés puede contribuir a
enfermedaded tales como hipertensión, úlceras, dolor crónico,
ataques cardiacos, cáncer, resfriado común exacerbaciones de
enfermedad autoinmune y progresión más rápida del síndrome
de inmunodeficiencia adquirida (SIDA) (Sue, et. al., 1996;
Lazarus, 2000; Kiecolt-Glaser, Maguire, Robles & Glaser,
2002; Sapolsky, 2004; Schneiderman, et. al., 2005).
La respuesta al estrés implica la liberación de
neurohormonas tales como catecolaminas, corticosteroides y
endorfinas, las cuales pueden deteriorar progresivamente el
funcionamiento inmunológico (Sue, et. al., 1996; Sapolsky,
2004). Así mismo debe tenerse en cuenta el efecto indirecto que
el estrés ejerce sobre los hábitos de salud, desmejorándolos y
sustituyéndolos por hábitos que reducen el funcionamiento
inmunológico (Sue, et. al., 1996) y por factores de riesgo para
contraer enfermedad coronaria e hipertensión (Schneiderman,
et. al., 2005). De la misma manera, el estrés juega un papel
sobresaliente en la contribución de problemas psicológicos,
entre los que se cuentan el abuso de sustancias, el suicidio
(Magaya, Asner-Self & Schreiber, 2005), la depresión, la
ansiedad y la enfermedad médica mayor (Schneiderman, et. al.,
2005).
Ahora bien, las acciones que realizan una persona para
enfrentarse a una situación evaluada como estresante
(Hernández, Cerezo & López, 2007), configuran el
comportamiento que Lazarus y Folkman (1986) denominan
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afrontamiento, entendido como “aquellos esfuerzos
cognitivos y conductuales constantemente cambiantes
que se desarrollan para manejar las demandas
específicas externas y/o internas que son evaluadas
como excedentes o desbordantes de los recursos del
individuo” (p. 164). De tal forma que en el estudio del
afrontamiento debe tenerse presente que: a) el
afrontamiento es un proceso y no un resultado, sujeto a
variaciones de acuerdo a situaciones y contextos
particulares y; b) la dinámica que caracteriza al
afrontamiento depende de las evaluaciones y
reevaluaciones de la relación individuo-ambiente con
respecto a qué esta sucediendo, cuál es la importancia y
qué se puede hacer para afrontarlo (Lazarus & Folkman,
1986).
Es conveniente diferenciar entre función y resultado
del afrontamiento. De acuerdo con Lazarus y Folkman
(1986), la función tiene que ver con el objetivo que
persigue cada estrategia de afrontamiento y el resultado
del afrontamiento se refiere al efecto que cada estrategia
tiene. En este sentido, existen dos funciones del
afrontamiento, una dirigida a manipular o alterar el
problema y la otra dirigida a regular la respuesta
emocional a que el problema da lugar. Por consiguiente
el afrontamiento se agrupa en dos grandes categorías:
estrategias de afrontamiento enfocadas en el problema y
estrategias de afrontamiento enfocadas en la emoción.
Los esfuerzos por resolver el problema suponen
cambiar las condiciones de la relación persona-ambiente
problemática y se presentan cuando las condiciones que
producen estrés son evaluadas como susceptibles de
cambio (Folkman, Lazarus, Dunkel-Schetter, DeLongis
& Gruen, 1986; Folkman, Lazarus, Pimley & Novacek,
1987). Estas estrategias de afrontamiento están
relacionadas con la definición del problema, la
búsqueda de soluciones alternativas, la consideración de
costos, beneficios, elección y aplicación de las posibles
alternativas; dependen también de los tipos de
problemas a afrontar, de forma tal que cuanto más
específicas las situaciones mayor cantidad de estrategias
centradas en el problema emergen (Lazarus & Folkman,
1986).
Las estrategias enfocadas en la emoción incluyen
regular la aflicción o angustia emocional producida por
el encuentro estresante y suelen aparecer cuando la
evaluación del evento estresante ha sido la
imposibilidad de modificar las condiciones lesivas,
amenazantes o desafiantes del entorno (Folkman, et. al.,
1986; 1987). Algunas formas de afrontamiento
enfocado en la emoción son buscar soporte social a
través de la simpatía, guía moral y comprensión
(Magaya, et. al, 2005), evitación, minimización,
distanciamiento, atención selectiva, comparaciones
positivas y extracción e valores positivos a los
acontecimientos negativos (Lazarus & Folkman, 1986).
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Las personas utilizan ambas estrategias para enfrentar los
eventos estresantes, de manera que en determinados contextos y
acontecimientos específicos unas estrategias pueden ser más
funcionales que otras (Lazarus & Folkman, 1986; 1987). La
forma como el individuo afronta una situación estresante
determinada depende principalmente de los recursos de los que
disponga y de las limitaciones que dificultan el uso de los
mismos. Dichos recursos pueden agruparse en las siguientes
categorías: a) salud y energía, b) creencias positivas, c) técnicas
para la resolución del problema, d) habilidades sociales, e)
apoyo social (Lazarus & Folkman, 1986; Taylor & Stanton,
2007) y, f) materiales (Lazarus & Folkman, 1986).
Se han identificado otros recursos de afrontamiento que
mejoran la habilidad para manejar eventos estresantes, los
cuales están relacionados con menos angustia y mejores
condiciones de salud y entre los cuales se pueden mencionar: a)
el optimismo, b) control psicológico o maestría y, c) autoestima
(Taylor & Stanton, 2007).
Evaluación de Afrontamiento
El amplio interés en una aproximación contextual al estrés y
afrontamiento de 1970’s y 1980’s motivó el desarrollo de
nuevas mediciones para evaluar el afrontamiento en situaciones
estresantes específicas. La mayor parte de estas medidas eran
listas de control de pensamientos y comportamientos que la
gente utiliza para manejar los encuentros estresantes. Algunas
de las principales limitaciones de los inventarios para medir
afrontamiento son la gran extensión, inadecuado muestreo de
afrontamiento inherente en aproximaciones de lista de control y
soluciones de respuesta que son difíciles de interpretar,
variaciones en el periodo de recuerdo, cambios en el significado
de una estrategia de afrontamiento particular dependiendo de
cuando esto ocurrió, falta de fiabilidad del recuerdo y confusión
de ítems con sus consecuencias (Folkman & Moskowitz, 2004).
Como se describió anteriormente, Lazarus y Folkman (1980,
citado por Lazarus & Folkman, 1987) distinguieron dos
principales funciones del afrontamiento. Con base en dicho
sustento teórico y el diseño ipsativo, los autores desarrollaron el
Cuestionario de Modos de Afrontamiento (del inglés Ways of
Coping Checklist, WCCL) para evaluar los modos de
afrontamiento normativo, el cual permite comparaciones intra e
interindividuales. Análisis intraindividuales permiten investigar
aspectos como los antecedentes del individuo y de la situación,
del afrontamiento, su variabilidad y estabilidad y su efectividad
o inefectividad. Así mismo, los datos recogidos por medio de
estos análisis pueden utilizarse para realizar comparaciones
interindividuales.
El Cuestionario de Modos de Afrontamiento (The ways of
Coping Scale) fue elaborado por Folkman y Lazarus en 1980,
para evaluar los pensamientos, sentimientos y acciones de la
gente para ocuparse en manejar encuentros estresantes. La
versión original de 68 ítems representaba 4 categorías básicas:
búsqueda de información, acciones directas, inhibición de la
acción, e intrapsíquica. Posteriormente, Aldwin y cols. (1980,
citados por Vitaliano, et. al., 1985; Vitaliano, Maiuro, Russo &

Becker, 1987; Folkman & Lazarus, 1980; 1985) por
medio de un análisis de componentes principales,
hallaron 7 subescalas de afrontamiento: afrontamiento
enfocado en el problema, pensamiento fantasioso,
crecimiento, minimizar la amenaza, búsqueda de
soporte social, autoculpa y una subescala mixta
compuesta por evitación y búsqueda de ayuda.
El Cuestionario de modos de afrontamiento
nuevamente fue reformulado por Folkman y Lazarus
(1985) con un amplio rango de pensamientos y acciones
que los individuos usan cuando lidian con eventos
estresantes. El cuestionario incluye 66 ítems con cuatro
opciones de respuesta: (0) en absoluto, (1) en alguna
medida, (2) bastante, (3) en gran medida. La
confiabilidad y validez fue reportada utilizando los
datos de 100 individuos entre 45 y 64 años y ocho
subescalas fueron producidas a través de un análisis
factorial con rotación oblicua (Folkman & Lazarus,
1980, 1985). Estas subescalas con sus respectivos alpha
de confiabilidad son: afrontamiento enfocado en el
problema (0.88), pensamiento fantasioso (0.74),
distanciamiento (0.74), búsqueda de soporte social
(0.82), centrado en lo positivo (0.70), autoculpa (0.76),
reducción de la tensión (0.59) y limitarse a si mismo
(0.65) (Manfredi & Pickett, 1987).
La mayoría de los cuestionarios que existen
actualmente sobre el afrontamiento del estrés derivan
directa o indirectamente del Cuestionario de Modos de
Afrontamiento. Entre los cuestionarios más nombrados
se encuentran el COPE de Carver, Scheier y Weintraub
(1989), el Indicador de Estrategias de Afrontamiento
(del ingles The Coping Strategy indicador, CSI) de
Amirkhan (1990; Manrique, Angulo & Isla, 2007), El
Coping Response’s Inventory para Adultos (CRI-Adult)
(Moos, 1993 citado por Kirchner, Forns, Muñoz &
Pereda, 2008), la Escala Multidimensional Coping
Inventory (MCI) de Endler y Parker (1990 citado por
Londoño, Henao, Puerta, Posada, Arango & Aguirre-
Acevedo, 2006).
Varias investigaciones se han desarrollado en torno a
estos instrumentos y se han modificado como producto
de adaptaciones para diferentes poblaciones. Se ha
reportado alta confiabilidad y validez en estas pruebas y
consistencia en su estructura factorial original (Clark et.
al., 1995, citado por Londoño et. al., 2006). Al mismo
tiempo se ha confirmado su correlación positiva con
diferentes criterios clínicos como depresión, ansiedad y
enfermedades físicas (Londoño, et. al., 2006).
El COPE (Cuestionario Multifactorial de
Afrontamiento) fue desarrollado a partir de una muestra
de 978 estudiantes universitarios de la Universidad de
Miami. Las respuestas al cuestionario diseñado fueron
sujetas a análisis factorial utilizando rotación oblicua.
Este análisis produjo 13 factores con un coeficiente
alpha entre 0.45 y 0.85 (Carver, et. al, 1989). El
284
cuestionario contiene cinco escalas que miden estrategias de
afrontamiento centradas en el problema (afrontamiento activo,
planeación, supresión de actividades competitivas,
afrontamiento restringido, búsqueda de apoyo social
instrumental), cinco escalas de afrontamiento orientado a la
emoción (búsqueda de apoyo social emocional, reinterpretación
positiva, aceptación, negación y refugio en la religión) y tres
que evalúan las respuestas de afrontamiento (enfocado en la
ventilación de emociones, desenganche comportamental y
desenganche mental) (Carver, et. al, 1989; Londoño et. al.,
2006).
Perczek, Carver, Price y Pozo-Kaderman (2000, citado por
Londoño et. al., 2006) realizaron una traducción al español del
COPE y la correlacionaron con la prueba original, dando como
resultado un coeficiente de correlación alto de 0.72. Por otra
parte, Muller y Spitz (2003) validaron el COPE en población
francesa, en donde se reportan 14 escalas con una sólida
estructura factorial y buenas características psicométricas,
además de demostrar correlaciones significativas entre
afrontamiento activo y alta autoestima, bajo estrés percibido y
bajo distrés psicológico; lo cual ocurre inversamente con las
estrategias menos adaptativas como la negación y la culpa
(Londoño et. al., 2006).
El Indicador de Estrategias de Afrontamiento (CSI) fue
construido por Amirkhan en 1990. Es un instrumento
psicométricamente sólido con elevada consistencia interna y
validez de constructo con tres dimensiones de afrontamiento:
resolución de problemas, búsqueda de apoyo y evitación. La
consistencia interna oscila entre coeficientes iguales a 0.92,
0.89 y 0.83 para búsqueda de apoyo, resolución de problemas y
evitación respectivamente (Amirkhan, 1990; Merino, et. al.,
2007).
Merino y cols. (2007) evaluaron las características
psicométricas del Indicador de Estrategias de Afrontamiento en
una muestra de estudiantes de primer ciclo de enfermería de
Lima-Perú. El análisis factorial oblicuo mostró una leve
complejidad factorial puesto que los índices de ajuste a la escala
para Solución de Problemas (0.95), Búsqueda de Apoyo (0.97)
y Evitación (0.90) mostraron cargas de magnitud moderada solo
en algunos ítems; además los coeficientes alpha reportados en
dicho estudio fueron 0.77, 0.86 y 0.60 respectivamente.
El Coping Response’s Inventory (CRI), por su parte, está
basado en un modelo transaccional donde las estrategias de
afrontamiento actúan como variables mediadoras entre la crisis
grave de la vida y la consecuencia sobre la salud y el bienestar.
El instrumento original posee 8 escalas con coeficientes alpha
que fluctúan entre 0.74 y 0.61 para hombres y entre 0.71 y 0.58
para mujeres, por otra parte la validez convergente mostró
coeficientes de correlación entre escalas que oscilan entre 0.95
(Búsqueda de guía y soporte) y 0.56 (Descarga emocional)
(Kirchner, et. al., 2008).
Kirchner y cols (2008) realizaron un estudio con el objetivo
de analizar las propiedades psicométricas de la versión en
español del Inventario de Respuestas de Afrontamiento para
Adultos (CRI-Adult), teniendo en cuenta diferencias de género.
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Este instrumento mostró adecuadas propiedades
psicométricas que permiten ser usado en población
española con garantías de bondad psicométrica. Los
coeficientes alpha reportados oscilan entre 0.70
(resolver problema) y 0.52 (búsqueda de guía) para
hombres y entre 0.66 (reevaluación positiva) y 0.50
(Aceptación-Resignación) para mujeres (Kirchner, et.
al., 2008).
La Escala Multidimensional Coping Inventory
(MCI) fue desarrollada por Endler y Parker en 1990
para evaluar tres estilos de afrontamiento: estrategias
orientadas a la tarea, orientadas a la emoción, orientadas
a la evitación. Los coeficientes alpha reportados de esta
prueba van de 0.76 a 0.91 (Endler y Parker, 1990 citado
por Martín, Jiménez & Fernández-Abascal, 1997).
Vitaliano y cols. (1985) arguyeron problemas
metodológicos en el Cuestionario de Modos de
Afrontamiento (WCCL) (Aldwin, et. al., 1980 citado
por Vitaliano, et. al., 1985; 1987) tales como la reducida
muestra (100 individuos) en la cual se analizó los 68
ítems por factor, lo cual provocó cuestionamientos con
relación a la estabilidad de los factores, la
generalización y validez de constructo de las escalas.
Problemas de este tipo han sido mencionados por
Sandin y Chorot (2003) al expresar que el principal
problema del Cuestionario de Modos de Afrontamiento
es la baja consistencia factorial.
Vitaliano y cols. (1985) encontraron que algunas
escalas contenían ítems sin validez, en particular la
escala mixta (compuesta por ítems de evitación y
búsqueda de soporte social), al examinar las
propiedades psicométricas de la WCCL. Además, las
interrelaciones entre las escalas fueron en muchos casos
muy altas haciendo difícil la evaluación
multidimensional del afrontamiento. Por tal razón, fue
desarrollada una versión del Cuestionario de Modos de
Afrontamiento a la cual se llamó Ways of Coping
Checklist Revised (WCCL-R).
Con el objetivo de construir una versión Revisada
del WCCL con propiedades psicométricas más
satisfactorias, se utilizaron tres muestras: pacientes
psiquiátricos externos, esposas de pacientes con
demencia senil de tipo Alzheimer, y estudiantes de
primer y segundo año de medicina. El análisis de
componentes principales dio como resultado cinco
factores, teniendo como criterio cargas iguales o
mayores a 0.35. Las cinco subescalas resultantes fueron
afrontamiento enfocado en el problema, búsqueda de
soporte social, autoculpabilización, evitación y
pensamiento fantasioso, las cuales obtuvieron alfas de
0.88, 0.81, 0.81, 0.76 y 0.87 para la muestra de
pacientes psiquiátricos, alfas de 0.85, 0.79, 0.73, 0.80 y
0.85 para esposas de pacientes con Alzheimer y alfas de
0.88, 0.75, 0.78, 0.74 y 0.85 para estudiantes de
medicina, respectivamente. Así mismo, el análisis
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indicó que las escalas revisadas tuvieron sustancialmente menos
solapamiento que las escalas originales (Vitaliano, et. al., 1985).
Las propiedades de confiabilidad y validez del instrumento
fueron consistentemente demostradas a través de las muestras,
mostrando alfas más altos y compartiendo menos varianza entre
escalas que el cuestionario original. De esta manera, la WCCL
Revisada fue estimada como una prueba valiosa para medir
afrontamiento en respuesta a estresores ambientales (Vitaliano,
et. al., 1985).
Posteriormente, con el propósito de analizar e interpretar los
esfuerzos de afrontamiento de manera más adecuada, Vitaliano
y cols. (1987) crearon una forma de puntuación llamada
relativa. Esta puntuación se obtiene mediante la división entre
el promedio de cada escala y la suma de los cinco promedios,
dando como resultado una proporción de uso de cada estilo de
afrontamiento. Vitaliano y cols. (1987) propusieron que los
puntajes relativos podían proveer más entendimiento entre las
relaciones de angustia y afrontamiento que los puntajes brutos,
hipótesis que comprobaron mediante la compararon de puntajes
relativos y crudos de la WCCL Revisada.
El patrón de las diferencias y el número de diferencias de
afrontamiento observadas a través de las muestras sugirió una
ventaja de utilizar puntajes relativos. Cuando los puntajes
brutos fueron utilizados las diferencias fueron menos
consistentes y claras para los pacientes externos psiquiátricos
que las otras dos muestras (Vitaliano, et. al., 1987). Una razón
que argumentaron estos autores para explicar tales diferencias
es que los puntajes brutos no toman en cuenta las diferencias
individuales en los esfuerzos de afrontamiento totales, de
manera que ignoran las relaciones entre estrategias específicas
(escalas) y total.
Vitaliano y cols. (1987) concluyeron que los puntajes
relativos pueden ser más adecuados para evaluar empíricamente
la interacción dinámica de los esfuerzos de afrontamiento y
angustia y pueden ser especialmente útiles a la hora de estudiar
el modelo transaccional del estrés. El uso de puntajes relativos
se compromete a delimitar o aclarar las relaciones entre los
estilos de afrontamiento y la relación con el comportamiento de
salud.
El Cuestionario de Modos de Afrontamiento Revisado ha
sido utilizado en diferentes investigaciones particularmente
relacionadas con problemas de salud mental (Vitaliano, Maiuro,
Russo, Kanton, DeWolfe & Hall, 1990a; Vitaliano, Dewolfe,
Maiuro, Russo & Katon, 1990b; Giles & Moure, 2006). Ha sido
traducida y adaptada a población colombiana (Flórez-Alarcón,
1993) para medir el impacto de un programa de autocontrol
comportamental para la promoción de la salud y a población
mexicana (Quintanilla, Figueroa, Abundiz & González, 2005)
para identificar estrategias de afrontamiento que utilizan
personas que cometieron tentativa suicida.
Flórez-Alarcón (1993) realizó una adaptación de la WCCL
Revisada (Vitaliano, et. al. 1985; 1987) a la cual asignó el
nombre de Cuestionario de Estilo de Afrontamiento y
posteriormente la utilizó para medir los 5 estilos de

afrontamiento (centrado en solución de problemas,
centrado en búsqueda de soporte social, evitación,
autoculpabilización y fantasioso) propuestos en la
versión original en población colombiana adulta
participante de un programa de autocontrol
comportamental para la promoción de la salud llamado
SCIENCE (PRISA-NO) propuesto por Mahoney y
Mahoney (1981 citado por Flórez-Alarcón, 1997).
Este programa tenía como objetivo, fomentar el
compromiso de modificación del estilo de vida de los
participantes que los llevara a modificar
comportamientos de riesgo. El Inventario de Evaluación
del estilo de afrontamiento fue una de las medidas
utilizadas para evaluar el impacto a nivel psicológicos
en dicho programa (Flórez-Alarcón, 1997).
Los resultados del estudio, principalmente
relacionados con mejorar la salud física en los
participantes, estuvieron asociados con los compromisos
de cambio para manejar el estrés. Los cambios más
significativos se vieron en la disminución de las cifras
globales de colesterol total trajeron beneficios
realizados por los sujetos tuvo consecuencias en la salud
de las participantes tales como la disminución de la
cifras globales de colesterol total. Así mismo, las
personas que se propusieron incrementar el ejercicio, lo
cual se puede ver como una forma de disminuir el
estrés, presentaron una tendencia global a la
disminución del colesterol de baja densidad, porción
más dañina del colesterol (Flórez-Alarcón, 1997).
Con relación a los resultados a nivel psicológico, los
participantes disminuyeron levemente las frecuencias de
eventos estresantes percibidos como resultado de
técnicas de modificación de pensamiento, al igual que
hubo una disminución muy significativa de la magnitud
de la perturbación emocional y física que la persona
experimenta como reacción a los eventos estresantes,
por medio de la modificación de su estilo atribucional,
dirigido por consiguiente al afrontamiento enfocado en
el problema más que en la emoción, lo cual como han
expuesto varios autores redunda en el mejoramiento
tanto de la salud física como psicológica (Riquelme,
Buendía & Rodríguez, 1993).
Según Flórez-Alarcón (1997), es conveniente para
mejorar los resultados en la disminución del estrés en
futuras aplicaciones de dicho programa, dar campo
explicito al tema del estrés dentro del contenido del
taller, en especial a lo referente al afrontamiento, la
solución de problemas y otros procedimientos de
relajación. Lo que sugiere el papel preponderante del
modo en que el individuo hace frente al estrés,
mediando entre las situaciones estresantes y la salud
(Sandín & Chorot, 2003).
Puesto que, el afrontamiento y ciertas estrategias
como la solución de problemas y la relajación son
286
importantes en la disminución del estrés, es entonces, también
de suma importancia contar con un instrumento que evalué los
estilos o modos de afrontamiento, que posea propiedades
psicométricas adecuadas que garanticen la posibilidad de
intervención pertinente y qué además sirva para medir el
impacto sobre la disminución del estrés en el programa de
autocontrol comportamental señalado por Flórez-Alarcón
(1997).
Tal y como lo argumentan Merino y cols. (2007) una
manera de aumentar la posibilidad de medir efectivamente el
uso individual de las diferentes estrategias de afrontamiento es
tener la seguridad que el instrumento presenta aspectos que
conceptual y métricamente sean ortogonales. Por tanto, las
medidas de afrontamiento enfrentan dos desafíos: a) mantener
un contenido sustancial, detallado pero parsimonioso que revele
el tipo de estrategia de afrontamiento que la persona usa y; b)
que la medida posea buenas características psicométricas, tales
como consistencia interna, confiabilidad test-retest y
ortogonalidad entre sus subescalas (Amirkhan, 1990; Merino,
et. al., 2007).
Planteamiento del Estudio
Dada la variedad de instrumentos para evaluar los estilos de
afrontamiento, así como la carencia de adaptaciones de dichas
herramientas con cualidades de confiabilidad o coherencia y
validez (Campbell & Stanley, 1995; Salkind, 1997), para la
población Colombiana; es pertinente preguntarse si el
Cuestionario de Estilo de Afrontamiento (Flórez-Alarcón, 1993)
es confiable y válido para evaluar estilos de afrontamiento en
una población adulta de trabajadores y familiares de una
empresa estatal en el contexto sociocultural colombiano.
Responder al interrogante planteado, requiere un
parsimonioso análisis estadístico del Cuestionario de Estilo de
Afrontamiento (Flórez-Alarcón, 1993), sobre bases
conceptuales solidas y a través de criterios objetivos de
valoración del instrumento; a saber: validez y confiabilidad.
Entendiendo la validez como el grado en que la prueba puede
medir realmente el constructo pretendido en su diseño y; la
confiabilidad como la capacidad del instrumento para medir un
mismo aspecto más de una vez en condiciones especificas, sin
que se vean afectados los resultados (Campbell & Stanley,
1995; Herrera, 1999; Kerlinger & Lee, 2002)
De acuerdo con lo anterior, la hipótesis rectora del estudio
indica que: si las características psicométricas del Cuestionario
Estilo de Afrontamiento son estadísticamente fuertes; entonces,
este instrumento será apropiado para evaluar estilos de
afrontamiento en población adulta trabajadora y familiares en el
contexto sociocultural colombiano de las empresas públicas.
Método
Diseño
Julio-Diciembre 2010 © Tipica

El presente es un estudio transversal descriptivo
(Salkind, 1997; Hernández, Fernández & Baptista,
2003) con el cual se pretende identificar y describir las
características psicométricas del Cuestionario de Estilo
de Afrontamiento adaptado por Flórez-Alarcón (1993),
utilizado para evaluar estilos de afrontamiento en una
muestra de trabajadores de una empresa pública de
Bogotá, Colombia y sus familiares.
Participantes
En este estudio participaron 200 personas, trabajadores
de una empresa estatal de Bogotá y sus familiares, con
una rango de edad entre 17 y 85 años; quienes fueron
reclutados por medio de remisión realizada por médicos
generales de la División de Salud de la empresa y a
quienes se les aplicó el Cuestionario de Estilo de
Afrontamiento, en el marco de un programa de
autocontrol comportamental implementado por Flórez-
Alarcón (1997).
Instrumento
Se utilizó el Cuestionario de Estilo de Afrontamiento,
traduccion al español y adaptacion por Flórez-Alarcón
(1993; 1997) de la prueba WCCL Revisada por
Vitaliano y cols. (1985; 1987). Es una escala tipo likert,
con respuestas que van desde “0 en absoluto” hasta “3
en gran medida”, consta de 42 ítems distribuidos en 5
escalas, estilo de solución de problemas (15 ítems) y
centrado en búsqueda de soporte social (6 ítems) miden
afrontamiento enfocado en el problema; las escalas de
evitación (10 ítems), autoculpabilización (3 ítems) y
pensamiento fantasioso (8 ítems) miden afrontamiento
enfocado en la emoción.
Con la finalidad de identificar el estilo
predominante, se obtienen puntajes relativos, tal como
lo propone Vitaliano y cols. (1987). Adicional a esto,
Flórez (1993) basado en la teoría transaccional del
estrés propuesta por Lazarus y Folkman (1986) propone
proporciones óptimas en que se debe hacer uso de cada
uno de los estilos de afrontamiento (Ver Tabla 1).
Tabla 1.
Escalas y puntuaciones optimas del Cuestionario de
Estilos de Afrontamiento
Tipo de Escala Proporciones
Afrontamiento optimas
Solución de 0.5
Enfocado en el
problemas
problema
Soporte social 0.2
Evitación 0.1
Enfocado en la
Autoculpabilización 0.1
emoción
Fantasía 0.1
Tabla 2.
Julio-Diciembre 2010 © Tipica
Vol. 6, No. 2. Descargado de: http://www.tipica.org
287
Procedimiento
Inicialmente se contactó al autor de la adaptación
colombiana del Cuestionario de Estilo de Afrontamiento, con el
fin de recuperar los resultados de la aplicación del instrumento
durante la implementación del programa de autocontrol
comportamental. Cabe anotar, que aunque se recuperaron los
datos de la aplicación en su sistematización original, no fue
posible recuperar los datos sociodemográficos de la muestra que
participo en el programa.
Teniendo los datos en un archivo de Excel, se procedió a
depurar la información reemplazando los datos perdidos por la
mediana del ítem al cual pertenecía el dato perdido (Carracedo-
Martínez & Figueiras, 2006). Después se procedió a realizar el
análisis estadístico de los datos usando SPSS (versión 15), y
tras una revisión de los resultados de dicho análisis, se realizo
una comparación entre algunas propiedades psicométricas del
instrumento original y el adaptado.
Análisis estadístico
Con la base de datos depurada en Excel se realizaron
los análisis psicométricos de confiabilidad y validez del
instrumento con 5 escalas y 42 ítems, utilizando el programa
estadístico SPPSS versión 15. Se realizaron análisis univariados
para determinar medidas de tendencia central como la media y
moda de los puntajes relativos y análisis multivariados para
analizar el grado de dificultad y discriminación, consistencia
interna y validez de constructo del instrumento.
La consistencia interna u homogeneidad se obtuvo por
medio del coeficiente Alpha de Cronbach para la prueba total y
para cada una de las escalas (estilos de afrontamiento).
Adicionalmente, se realizaron intercorrelaciones ítem-escala y
entre escalas para conocer el nivel de correlación y
solapamiento entre ellas.
Para determinar si los datos eran susceptibles para realizar
análisis factorial se halló el índice de Kaiser-Meyer-Olkin, el
cual debía ser mayor o igual a 0.7. También se calculó la prueba
de esfericidad de Bartlett, la cuál debía ser significativa (p <
0.05) para justificar el análisis factorial. Posteriormente, se
realizó un análisis factorial confirmatorio con 5 componentes
principales bajo el método de rotación ortogonal de tipo
varimax con los 42 ítems. Para la elección de los ítems que
conforman cada uno de los factores, se tomaron como criterios
el valor propio de cada factor mayor a 1 y saturaciones para
cada ítem mínimas de 0.30, o en su defecto la carga factorial
más alta, en caso de que el ítem presentara saturaciones más
bajas de lo esperado.
Resultados
Dificultad, Discriminación y Confiabilidad
El grado de dificultad y discriminación, se puede observar
en los resultados de la prueba t, Tabla 2, los cuales demuestran
que los ítems discriminan correctamente, puesto que en todos
los ítems se obtuvo significación estadística de p ≤ 0.05.
 288
Análisis de dificultad y discriminación de los ítems con base en la prueba ta Variables predictoras: (Constante), Total
Ítem Media DE t GL Significación*
Ítem 1 1,66 0,985 23,754 199 0
Ítem 2 1,1 1,003 15,517 199 0
Ítem 3 1,94 1,03 26,626 199 0
Ítem 4 1,55 1,079 20,323 199 0
Ítem 5 1,28 1,065 16,925 199 0
Ítem 6 1,47 0,935 22,244 199 0
Ítem 7 0,96 1,151 11,794 199 0
Ítem 8 0,97 1,048 13,016 199 0
Ítem 9 1,44 1,026 19,858 199 0
Ítem 10 1,92 0,934 29 199 0
Ítem 11 0,72 0,953 10,61 199 0
Ítem 12 1,48 1,178 17,775 199 0
Ítem 13 1,86 0,902 29,147 199 0
Ítem 14 1,14 1,218 13,175 199 0
Ítem 15 1,79 0,913 27,66 199 0
Ítem 16 0,99 0,969 14,372 199 0
Ítem 17 1,71 0,995 24,294 199 0
Ítem 18 1,15 0,928 17,519 199 0
Ítem 19 1,05 1,004 14,72 199 0
Ítem 20 1,71 0,923 26,119 199 0
Ítem 21 1,51 1,156 18,471 199 0
Ítem 22 0,51 0,902 7,994 199 0
Ítem 23 1,4 1,007 19,591 199 0
Ítem 24 1,7 0,913 26,323 199 0
Ítem 25 0,73 1,012 10,13 199 0
Ítem 26 0,88 0,905 13,746 199 0
Ítem 27 1,42 1,048 19,095 199 0
Ítem 28 1,23 1,111 15,664 199 0
Ítem 29 1,63 1,058 21,795 199 0
Ítem 30 1,71 1,096 22,058 199 0
Ítem 31 2,16 0,914 33,349 199 0
Ítem 32 0,75 0,962 10,957 199 0
Ítem 33 1,57 0,911 24,295 199 0
Ítem 34 1,39 1,006 19,472 199 0
Ítem 35 1,78 0,983 25,606 199 0
Ítem 36 1,79 1,027 24,588 199 0
Ítem 37 1,76 0,931 26,735 199 0
Ítem 38 1,18 1,188 13,987 199 0
Ítem 39 1,73 1,037 23,532 199 0
Ítem 40 1,23 1,149 15,073 199 0
Ítem 41 1,9 1,134 23,691 199 0
Ítem 42 0,81 1,092 10,423 199 0
* p ≤ .05

La tabla 3 muestra medidas de tendencia central, medias y desviaciones estándar, de los puntajes en las escalas que
conforman la prueba de 42 ítems. La escala general mostró confiabilidad alta (Alfa= 0.87). Los Alfas de Cronbach para
cada subescala mostraron alta y media consistencia interna, alfas altos las escalas de solución de problemas (Alfa = 0.81),
búsqueda de soporte social (Alfa = 0.80) y estilo fantasioso (Alfa = 0.78); y alfas medios, las escalas de evitación (Alfa=
0.56) y autoculpabilización (Alfa= 0.68).

Tabla 3.
Estadísticas descriptivas y análisis de confiabilidad

Escalas de Ítem para Alfa al eliminar

Ítems que la conforman Media DE Alfa
afrontamiento eliminar el ítem
Solución de problemas 1,3,6,10,15,17,18,20,23,24,30,31,33,34,37. 0,26 0,08 0,81
Soporte social 4,13,14,21,27,29. 0,22 0,09 0,8
Evitación 2,8,9,11,12,22,25,26,28,32. 0,15 0,06 0,56 12 0,58
Autoculpabilización 5,16,19. 0,16 0,09 0,68 5 0,69
Fantasioso 7,35,36,38,39,40,41,42. 0,21 0,07 0,78

La Tabla 4 muestra las correlaciones entre las cinco escalas del Cuestionario de Estilo de Afrontamiento. Los
coeficientes de correlación positivos fueron r = 0.07 (Evitación con Autoculpabilización) y r = 0.029 (Evitación con
Pensamiento Fantasioso); sin embargo dichas correlaciones fueron débiles y no significativas. Las demás correlaciones
entre escalas mostraron relaciones desde muy débiles hasta moderadas. Entre las correlaciones moderadas significativas (0.4

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 289
a 0.6) se encuentran las relaciones soporte social con evitación (r = -.60), solución de problemas con autoculpabilización (r
= -.45), Soporte social con autoculpabilización (r = -.45)

Tabla 4.
Correlaciones Pearson entre escalas

ESTILO DE
1 2 3 4 5
AFRONTAMIENTO
1. Solución de problemas
2. Soporte social -0,003
3. Evitación -0,133 -,604(**)
4. Autoculpabilización -,456(**) -,455(**) 0,07
5. Fantasioso -,354(**) -,232(**) 0,029 -,270(**)
** p<.001

La Tabla 5 muestra el análisis de las relaciones entre ítems y escalas de afrontamiento. Los resultados muestran que
todos los ítems de la escala de solución de problemas, excepto los ítems 1, 18, 24, y 30, correlacionan positiva y
significativamente con la escala a la cual pertenecen. También obtuvieron correlaciones positivas y pocas significativas con
la escala de soporte social, contrario a lo que sucedió con las escalas orientadas a la emoción, puesto que la correlaciones
con estas escalas fueron negativas moderadas y significativas en su mayoría con la escala de evitación.

Los ítems de la escala de búsqueda de soporte social tuvieron correlaciones positivas moderadas y significativas con
dicha escala. Estos ítems obtuvieron correlaciones negativas con la escala de solución de problemas a pesar de que esta
mide la misma función de afrontamiento (afrontamiento enfocado en el problema), así como con las escalas de evitación y
autoculpabilización, algunas de ellas significativas. Por su parte los ítems de la escala de evitación tuvieron coeficientes de
correlación negativos significativos con la mayoría de los ítems de las escala de solución de problemas y soporte social.
Mantuvo correlaciones aunque débiles, positivas con las escalas enfocadas en la emoción y positivas moderadas
significativas con la escala a la cual pertenecen a excepción del ítem 22.

Tabla 5.
Correlaciones ítem-escala, todas las escalas todos los ítems
AFRONTAMIENTO ÍTEM ESCALAS
SP SS EV AC FA
Ítem 1 0,035 ,190(**) -,220(**) -0,084 0,002
Ítem 3 ,261(**) 0,049 -,209(**) -0,042 -0,115
Ítem 6 ,153(*) 0,085 -,157(*) 0,008 -,156(*)
Ítem 10 ,148(*) 0,09 -,170(*) -0,072 -0,043
Ítem 15 ,230(**) 0,059 -,234(**) -0,031 -0,09
Ítem 17 ,246(**) ,228(**) -,297(**) -0,092 -,198(**)
CENTRADO EN
Ítem 18 -0,01 -0,017 -0,065 0,084 -0,022
SOLUCIÓN DE
Ítem 20 ,329(**) ,149(*) -,209(**) -,189(**) -0,129
PROBLEMAS
Ítem 23 ,237(**) -0,069 -0,009 -0,071 -0,06
(SP)
Ítem 24 0,122 -0,003 -0,103 -0,02 -0,014
Ítem 30 0,124 ,143(*) -0,137 -,143(*) -0,023
Ítem 31 ,251(**) ,146(*) -,225(**) -0,116 -0,123
Ítem 33 ,173(*) 0,029 -,184(**) -0,083 0,036
Ítem 34 ,177(*) -0,059 0,006 -0,063 -0,033
Ítem 37 ,156(*) -0,035 -,171(*) -0,06 0,098
Ítem 4 -0,137 ,554(**) -,440(**) -0,096 -0,1
CENTRADO EN Ítem 13 -,204(**) ,465(**) -,341(**) -0,134 0,056
BÚSQUEDA DE Ítem 14 -0,078 ,531(**) -,386(**) -0,109 -,160(*)
SOPORTE SOCIAL Ítem 21 -,247(**) ,473(**) -,360(**) -0,034 -0,024
(SS) Ítem 27 -,268(**) ,518(**) -,366(**) -0,082 0,006
Ítem 29 -,261(**) ,586(**) -,329(**) -,270(**) 0,122
Ítem 2 -0,05 -,158(*) ,272(**) 0,096 -0,084
Ítem 8 -0,081 -,247(**) ,310(**) 0,13 -0,01
Ítem 9 -,157(*) -,321(**) ,453(**) ,152(*) 0,022
Ítem 11 -,224(**) -,163(*) ,288(**) 0,138 0,037
EVITACIÓN Ítem 12 -,146(*) -0,087 ,181(*) 0,047 0,06
(EV) Ítem 22 -,198(**) 0,006 0,12 0,067 0,017
Ítem 25 -,293(**) -,177(*) ,317(**) 0,076 ,185(**)
Ítem 26 -,238(**) -,189(**) ,211(**) ,198(**) 0,072
Ítem 28 -,212(**) -,239(**) ,342(**) 0,103 0,127
Ítem 32 -,416(**) -0,104 ,234(**) 0,115 ,238(**)
AUTO Ítem 5 -,522(**) -,204(**) -0,065 ,669(**) 0,007

Julio-Diciembre 2010 © Tipica

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CULPABILIZACIÓN Ítem 16 -,475(**) -,233(**) 0,019 ,678(**) -0,083
(AC) Ítem 19 -,291(**) -,256(**) -0,023 ,652(**) -,180(*)
Ítem 7 -,363(**) 0,001 -0,035 0,06 ,332(**)
Ítem 35 -,327(**) 0,001 -,226(**) 0,052 ,459(**)
Ítem 36 -,290(**) 0,011 -,141(*) -0,059 ,481(**)
FANTASIOSO Ítem 38 -,342(**) -0,062 -0,082 -0,023 ,537(**)
(FA) Ítem 39 -,368(**) -0,098 0,011 0,014 ,489(**)
Ítem 40 -,334(**) -0,097 -0,072 0,023 ,508(**)
Ítem 41 -,385(**) -0,04 -0,021 -0,037 ,522(**)
Ítem 42 -,314(**) -0,098 0,046 0,05 ,357(**)

Los ítems que componen la escala de autoculpabilización obtuvieron correlaciones positivas moderadas y significativas
con su escala, y negativas significativas con las escalas enfocadas en el problema. Las correlaciones con las escalas de
evitación y fantasioso son débiles. Por ultimo los ítems de las escala de pensamiento fantasioso obtuvieron correlaciones
moderadas positivas y significativas con su propia escala y otras débiles con las escalas de soporte social, evitación y
autoculpabilización, cabe notar que estos ítems consiguieron correlaciones negativas y todas significativas con la escala de
solución de problemas.

Comparación con la prueba original

Para efectos de este estudio se tomaron los resultados de confiabilidad de la versión original (Vitaliano, et. al., 1985) con
el propósito de comparar la versión adaptada con la versión original. Vitaliano y cols. (1985) tomaron como participantes
tres muestras diferentes: estudiantes de medicina, esposas de pacientes con Alzheimer y pacientes psiquiátricos externos. En
la Tabla 6 se pueden observar los alfas de Cronbach por escalas, para cada una de las muestras, así como los alfas de la
muestra de trabajadores y sus familiares del presente estudio.

Tabla 6.
Alfas de Crombach por escalas para escalas de afrontamiento, original y adaptada
Vitaliano y cols. Flórez-Alarcón
Escalas
Estudiantes medicina Esposas de pacientes Alzheimer Pacientes psiquiátricos externos Trabajadores y familiares
Solución de Problemas .88 .85 .88 .81
Soporte Social .75 .79 .81 .80
Evitación .74 .73 .81 .56
Autoculpabilización .78 .80 .76 .68
Fantasioso .85 .86 .87 .78

Aunque la prueba adaptada mostró en la escala de solución de problemas un alfa alto, es decir mayor a 0.80, este no fue
más alto que los alfas para cada una de las muestras en la prueba original. Por el contrario, en la escala de soporte social el
alfa de la prueba adaptada en relación con el alfa de la muestra de pacientes psiquiátricos fue muy similar y en comparación
con dos de las muestras (estudiantes de medicina y esposas de pacientes con Alzheimer) el alfa estuvo por encima.

Por otra parte, las escalas de evitación y autoculpabilización adaptadas presentaron consistencia interna media (Alfa =
0.56) en comparación con la consistencia interna alta con alfas entre 0.73 y 0.81 para las tres muestras en el estudio de
Vitaliano y cols. (1985). Finalmente, con respecto a la escala de estilo fantasioso, el alfa de la prueba adaptada aunque fue
medio alto (Alfa = 0.78), fue menor que los alfas en la escala original, puesto que los alfas obtenidos para las tres muestras
oscilaron entre 0.85 y 0.87.

En la tabla 7 se muestran los coeficientes de correlación entre escalas de afrontamiento tanto para el instrumento original
como para el adaptado. El Cuestionario de Estilo de Afrontamiento (Flórez-Alarcón, 1993) presentó menor solapamiento
entre escalas dado que los coeficientes mostraron relaciones más débiles entre escalas o relaciones negativas moderadas
entre ellas, lo que significa que la presencia o utilización de un estilo de afrontamiento afecta a otro estilo de manera débil o
disminuye moderadamente la presencia del otro.

Tabla 7.
Comparación intercorrelaciones entre escalas para escalas de afrontamiento, original y adaptada
Escala Vitaliano y cols. Flórez-Alarcón
Estudiantes de medicina Esposas pacientes Alzheimer Pacientes psiquiátricos externos Trabajadores y familiares
P,S* 0,7 0,66 0,63 0,00
P,E 0,32 0,11 0,47 -0,13
P,A 0,35 0,11 0,6 -0,46
P,F 0,38 0,34 0,45 -0,35
S,E 0,32 0,04 0,36 -0,60
S,A 0,31 0 0,38 -0,46
S,F 0,44 0,43 0,47 -0,23

Julio-Diciembre 2010 © Tipica

 291
E,A 0,72 0 0,66 0,07
E,F 0,87 0,62 0,72 0,03
AF 0,6 0,02 0,61 -0,27
* P, solución de problemas; S, soporte social; E, evitación; A, autoculpabilización y F, fantasioso

Análisis Factorial
Para determinar si los datos se ajustaban a un análisis factorial se aplicó la prueba de la medida de adecuación de la
muestra de Kaiser-Meyer-Olkin (KMO), el cual fue de 0.78, superior a 0.7. Además, se efectuó la prueba de esfericidad de
Bartlett que estuvo por debajo de 0.05, aceptando el procedimiento del análisis factorial para la prueba.

Se realizó un análisis de componentes principales con rotación varimax con cinco factores de manera que se pudiera
confirmar la agrupación de los ítems en cada factor con relación a la escala original. Se tomó la carga factorial más alta
como condición para conformar cada factor. El valor Alfa de Cronbach de la prueba fue alto (Alfa = 0.87), la varianza total
explicada fue de 39% y las cargas en su mayoría significativas e importantes oscilaron entre 0.22 y 0.70.

El primer factor mostró un valor propio de 4.31 y explicó el 10.3% de varianza. Todos los ítems (8) de la escala original
del estilo fantasioso conformaron el factor con cargas entre 0.42 y 0.61. Este factor también incluyó tres ítems de la escala
original de evitación con cargas de 0.29, 0.40 y 0.58.

El segundo factor fue denominado como búsqueda de soporte social, por poseer todos los ítems de la escala original de
búsqueda de soporte social con cargas entre 0.47 y 0.70. Dos ítems de la escala original de solución de problemas tuvieron
altas cargas en este factor (0.44 y 0.33) y un ítem de la escala original de evitación con una carga de 0.22. Este factor obtuvo
un valor propio de 3.88 y explica un 9.2 % de la varianza.

La escala original del estilo centrado en la solución de problemas se dividió en dos factores. El tercer factor con un valor
propio de 3.28 y un 7.8% de varianza explicada, comprendió nueve ítems de la escala original de solución de problemas con
cargas entre 0.40 y 0.62 y tres ítems de la escala original de evitación con cargas mayores a 0.30.

En el cuarto factor estuvieron incluidos los tres ítems que conformaban la escala original de autoculpabilización por lo
que se denominó con el mismo nombre, obtuvo un valor propio de 2.60 y un porcentaje de varianza explicada del 6.2%. Los
tres ítems obtuvieron cargas significativas mayores a 0.5 y los dos ítems adicionales de la escala original de evitación
obtuvieron la carga de 0.44.

Tabla 8.
Estructura factorial con rotación varimax del cuestionario de estilo de afrontamiento
DIMENSIONES
1 2 3 4 5
Valor propio 4,31 3,88 3,28 2,60 2,30
Varianza
10,3 9,2 7,8 6,2 5,5
Explicada (%)
Ítem 7 0,42
Ítem 25 0,40*
Ítem 28 0,29*
Ítem 32 0,58*
Ítem 35 0,58
Ítem 36 0,59
Ítem 38 0,58
Ítem 39 0,61
Ítem 40 0,59
Ítem 41 0,59
Ítem 42 0,51
Ítem 1 0,44 *
Ítem 4 0,70
Ítem 6 0,33*
Ítem 13 0,47
Ítem 14 0,67
Ítem 21 0,61
Ítem 22 0,22*
Ítem 27 0,65
Ítem 29 0,51
Ítem 2 0,32*
Ítem 3 0,40
Ítem 8 0,49*
Ítem 9 0,39*
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Ítem 10
Ítem 15
Ítem 20
Ítem 23
Ítem 24
Ítem 31
Ítem 34
Ítem 37
Ítem 5
Ítem 11
Ítem 16
Ítem 19
Ítem 26
Ítem 12
Ítem 17
Ítem 18
Ítem 30
Ítem 33
*Ítem reubicado en otro factor diferente al original
El último factor lo conformaron 5 ítems, 4 de la escala original de centrado en la solución de problemas y 1 de evitación.
Las cargas fueron significativas a excepción de un ítem con una carga de 0.27; las demás obtuvieron cargas por encima de
0.50. El valor propio de este factor fue de 2.30 y la varianza explicada de 5.5%. (Ver Tabla 8).
Cabe notar que todos los factores a excepción del estilo de solución de problemas y evitación mantuvieron todos sus
ítems originales. La escala de solución de problemas se dividió en dos grupos y los ítems de la escala de evitación se
disperso por diferentes factores.
Discusión
El objetivo de este estudio ha sido explorar las
propiedades psicométricas del Cuestionario de Estilo de
Afrontamiento adaptado por Flórez-Alarcón (1993;
1997), con el fin de asegurar que se trata de una medida
con unas características apropiadas para la evaluación
del constructo de estilo de afrontamiento para una
población colombiana de trabajadores en edad adulta.
Considerando el valor relativamente elevado de las
desviaciones típicas de los ítems (Ver tabla 1) y los
niveles de significancia p < 0.05, es posible concluir una
alta capacidad discriminativa de los reactivos, siendo
sensibles a las diferencias individuales en el grado de
utilización de los diferentes tipos de afrontamiento.
Dado que los resultados señalan que los ítems que
componen el instrumento muestran un adecuado
comportamiento respecto a la escala total y sus
subescalas, se deduce que el contenido de los mismos
refleja aspectos relevantes de los estilos de
afrontamiento, lo cual estaría relacionado con la
utilidad, relevancia y conveniencia que poseen los ítems
para medir el constructo subyacente.
El instrumento presenta una confiabilidad general
alta con un alfa de Crombach de 0.87. Así mismo, las
escalas que representan cada estilo de afrontamiento
presentaron una fiabilidad entre aceptable y alta. El
valor de alfa para la escala de afrontamiento centrado en
la solución de problemas fue de 0.81; para la escala de
búsqueda de soporte social, 0.80; para la escala de
evitación, 0.56; para la escala de autoculpabilización,
292
0,52
0,62
0,53
0,51
0,48
0,45
0,36
0,49
0,52
0,44*
0,70
0,68
0,44*
0,65*
0,52*
0,27*
0,58*
0,57*
0.68 y; para la escala de pensamiento fantasioso, 0.78. La
eliminación de cualquier ítem no supondría una mejora
significativa de las propiedades de la prueba ni de escalas que lo
componen, y dada la cantidad de reactivos no es recomendable
eliminar ítems.
La confiabilidad comparada entre la prueba original y la
adaptada, mostró que aunque en algunas escalas adaptadas la
confiabilidad es menor que en las escalas originales, éstas
presentan una adecuada confiabilidad teniendo en cuenta que la
prueba original estaba diseñada para población de un contexto
sociocultural diferente al colombiano.
Los resultados de confiabilidad se ratifican con los
resultados obtenidos en las intercorrelaciones entre escalas e
ítem-escala. Las correlaciones entre las escalas son moderadas
negativas y muy débiles positivas, con valores r entre -0.604 y
0.07. Las correlaciones significativas se evidenciaron entre la
escala de solución de problemas y autoculpabilización (r = -
0.456), solución de problemas y fantasioso (r = -0.354), lo que
sugiere que en presencia de un estilo de afrontamiento enfocado
en el problema, los estilos de autoculpabilización y pensamiento
fantasioso serán menos utilizados puesto que el individuo
centrado en solucionar el problema mediante un proceso
cognitivo conductual principalmente dirigido al entorno buscará
las maneras más adecuadas para solucionar el problema
(Lazarus & Folkman, 1986), lo cual resulta opuesto a lo que
sucede en afrontamiento enfocado en la emoción, en el que el
individuo realiza procesos cognitivos con el propósito de
disminuir el grado de trastorno emocional como el pensamiento
fantasioso, o bien aumentar el grado de trastorno emocional, ya
sea por la necesidad de sentirse mal o como forma de
autodesafiarse a sí mismo (Lazarus & Folkman, 1986).
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Este mismo tipo de relaciones se presentaron entre la
escala de búsqueda de soporte social y las escalas de
evitación, autoculpabilización y pensamiento fantasioso.
La correlación más fuerte (aunque negativa) se presento
entre soporte social y evitación (r = -0.604), lo cual es
acorde con la teoría, en tanto que el estilo de soporte
social maneja procesos opuestos al de evitación, ya que
un individuo que busque la manera de hacer frente a
situaciones estresantes con ayuda de otros, ya sea por
medio de la adquisición de información o por la
regulación de la emoción, excluirá por lo menos durante
el afrontamiento de la situación estresante un estilo de
evitación (Amirkhan, 1990).
Se presentó una relación negativa significativa entre
las escalas de estilo de autoculpabilización y estilo
fantasioso con un r de -0.27. Al respecto, es interesante
ver como dos estilos enfocados en la emoción poseen
una relación inversa. Lo cual se podría explicar
apelando al hecho de que aunque estos dos estilos
constituyen un afrontamiento centrado en la emoción,
no necesitan de los mismos recursos para llevarse a
cabo. El estilo de autoculpabilización se centra en el
reproche del individuo hacia él mismo, sin dejar espacio
para pensar acerca de posibles soluciones ante el
problema sean estas fantasiosas o no. Por otro lado, el
optimismo es un recurso de afrontamiento evidenciado
algunas veces en un pensamiento fantasioso, pero no en
un afrontamiento de autoculpabilización. Así, cuando la
persona tiene expectativas favorables de el futuro,
creerá que las cosas irán mejor (Carver, et. al., 1989;
Lazarus, 1999; Kubzansky, et. al., 2002, citado por
Taylor & Stanton, 2007); contario a lo que sucede con
un estilo de autoculpablización, en donde el individuo
expresara sentimientos de incapacidad para resolver la
situación, se resignará y asumirá que las cosas suelen
salir mal (Contreras, Esguerra, Espinosa & Gómez,
2007; Quintanilla, et. al., 2005).
La comparación entre correlaciones de las escalas
adaptadas con las correlaciones de las escalas originales,
indica que las escalas adaptadas muestran menos
solapamiento entre escalas en comparación con las
escalas originales puesto que las primeras mostraron
correlaciones débiles positivas o moderadas negativas lo
que sugiere que las escalas adaptadas presentan aspectos
conceptuales y métricamente ortogonales; es decir, son
independientes entre sí, lo que según Merino y cols.
(2007) sugiere una manera de aumentar la posibilidad
de medir efectivamente el uso individual de las
diferentes estrategias de afrontamiento.
Las correlaciones de cada ítem con la puntuación
total de cada escala entre débiles y moderadas,
demuestran coeficientes de correlación hasta de 0.678.
Los ítems 1, 18, 24 y 30 de la escala de solución de
problemas mostraron correlaciones débiles no
significativas con la escala a la cual pertenecen, estos
ítems a excepción del ítem 24 mostraron mayores cargas
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293
en otros factores diferentes al original por medio del análisis
factorial.
Aunque es de suponer relaciones negativas entre estilos de
afrontamiento enfocados en el problema y estilos de
afrontamiento enfocados en la emoción, no era de esperarse
relaciones negativas entre los estilos de solución de problemas y
soporte social los cuales miden una misma función del
afrontamiento. Sin embargo, podría suponerse que el
afrontamiento de solución de problemas se basa en un proceso
cognitivo conductual principalmente individual carente de
agentes sociales explícitos que procuren la consecución de
planes o alternativas de solución, (Lazarus & Folkman 1986,
Carver, et. al, 1989; Londoño et. al, 2006). No obstante las
personas que dan el soporte social facilitan al individuo
recursos para afrontar la situación y atenuar la experiencia del
estrés (Riquelme, Buendía & Rodríguez, 1993; Londoño et. al,
2006); lo que podría explicar algunas correlaciones aunque
débiles, positivas entre los ítems de solución de problemas y la
escala de soporte social. Los ítems del factor de soporte social
correlacionaron positivamente con su propia escala y se
mantuvieron en este mismo factor después del análisis factorial,
dicha escala mostró una muy buena consistencia interna y
validez de constructo.
Los ítems de la escala de evitación, tal como se observó en
las relaciones escala-escala, mantienen relaciones negativas con
el puntaje total de las escalas de solución de problemas y
soporte social; presentando correlaciones en su mayoría
significativas. Lo que confirma la idea de que el estilo de
evitación tiende a ser excluyente con los estilos enfocados en la
solución de problemas en especial con el estilo de búsqueda de
soporte social (Carver, et. al, 1989; Amirkhan, 1990; Kirchner
et. al, 2008). Las correlaciones ítem con su propia escala
resultaron positivas significativas a excepción del ítem 22, el
cual mostró una relación muy débil, no significativa.
Las correlaciones existentes entre los ítems de
autoculpabilización y los puntajes totales de las demás escalas
muestran relaciones moderadas negativas con los estilos
enfocados en el problema (r entre -0.522 y -0.204) todas
significativas; y muy débiles positivas y negativas con los
estilos enfocados en la emoción (r entre -0.180 y 0.019), a
excepción de las relaciones positivas, fuertes y significativas
con la escala a la cual pertenecen.
Referente a las correlaciones entre los ítems de la escala de
estilo fantasioso con otras escalas, se observo que relaciones
moderadas significativas negativas con la escala de solución de
problemas. Con la escala a la cual pertenecen todas las
correlaciones fueron positivas y significativas.
En general, los coeficientes de correlación entre ítem-
subescala muestran correlaciones positivas significativas, a
excepción de algunos ítems en las subescalas de solución de
problemas y evitación, lo cual indica una correcta construcción
de cada escala con referencia a sus contenidos, mostrando la
pertinencia de los reactivos para evaluar el constructo de estilo
de afrontamiento ante el estrés. Así mismo la variabilidad de los

grados de correlación manifiestan que los ítems evalúan
distintos aspectos o distintas maneras para llevar a cabo
uno u otro estilo de afrontamiento del estrés.
En cuanto a la validez factorial, es posible decir que
la prueba explica el 39% de la varianza del constructo
referente a las diferentes estrategias de afrontamiento
utilizadas por trabajadores de una empresa estatal de
Bogotá-Colombia y sus familiares.
El primer factor está compuesto por la totalidad de
los ítems de la escala de estilo fantasioso y tres ítems de
escala de evitación. Los ítems mostraron saturaciones
significativas no menores de 0.3 y mayores a 0.4. Cabe
resaltar que los ítems de evitación anteriormente en el
análisis de Vitaliano y cols, (1985) pertenecían a dos
escalas, pensamiento fantasioso y mixta (constituida por
estrategias de evitación y búsqueda de ayuda), lo que
sugiere su pertinencia dentro del primer factor, el cuál
asumirá el mismo nombre de estilo fantasioso.
El segundo factor esta constituido por todos los
ítems de la escala de búsqueda de soporte social,
además de dos ítems de la escala de solución de
problemas y uno de la escala de evitación con cargas
factoriales de 0.2 a 0.4, dos de los tres ítems no
correlacionaron significativamente con sus propias
escalas. Aunque el ítem de evitación tiene una carga
baja y podría mejor eliminarse, se puede tener en cuenta
que un explicación es que el sentirse mejor comiendo,
bebiendo, fumando o tomando drogas, podría estar
asociado a la búsqueda de compañía para llevar a cabo
tal estrategia (Hagihara, Miller, Tarumi & Nobutomo,
2003; Waters, Harris, Hall, Nazir & Waigandt, 2006).
Los ítems de solución de problemas se refieren más a la
moderación del afrontamiento (Carver, et. al, 1989),
afrontamiento enfocado en el problema que se
caracteriza por esperar una oportunidad apropiada para
actuar, conteniéndose, y no actuando prematuramente;
sin embargo, dichos ítems tienen cargas importantes que
corroboran la inclusión de estos ítems en tal factor.
El tercer factor esta compuesto por nueve ítems de la
escala de afrontamiento centrado en la solución de
problemas y por tres de la escala de evitación. Los ítems
obtuvieron cargas factoriales importantes entre 0.320 y
0.617, por lo que se corrobora que estos ítems poseen
una variabilidad común que los agrupa en dicho factor.
Dos de los ítems de evitación en el análisis de Aldwin y
cols. (1980 citado por Vitaliano, et. al., 1985; 1987)
pertenecían al estilo de minimización y el tercero, a la
escala a pensamiento fantasioso. Sin embargo, en
algunas oportunidades el volcarse en otras actividades y
seguir la vida como si nada hubiese pasado, puede ser
una estrategia funcional, dadas las diferencias en
afrontamiento determinadas por el medio social y
cultural (Aliaga, & Capafóns, 1996; O’Connor &
Shimizu, 2002). Por ejemplo, la población colombiana
esta expuesta constantemente al peligro y la violencia,
294
lo que fomenta en las personas comportamientos de falta de
compromiso mental y/o comportamental (Carver, et. al, 1989),
lo que resulta adaptativo en algunas circunstancias; así mismo
la baja controlabilidad percibida por los individuos con respecto
a dichos estresores (Folkma, et. al., 1986), incita a las personas
a utilizar estrategias alternativas que si bien no son
necesariamente activas si son adaptativas. Es conveniente por
otra parte, tener en cuenta que la muestra utilizada para el
presente estudio, esta compuesta por trabajadores, los cuales
están expuestos a estresores que o no pueden controlar
directamente o su control depende de agentes externos con
estatus social y laboral superior.
El cuarto factor resultante del análisis factorial esta
compuesto por los tres ítems de la escala de
autoculpabilización, más dos de la escala de evitación. Los
ítems poseen saturaciones entre moderadas y buenas (0.437 y
0.702), por lo que se estima que miden el mismo constructo. En
el análisis de Aldwin y cols. (1980 citado por Vitaliano, 1985;
1987) los ítems de evitación formaban parte al igual que en este
estudio, de estilos de afrontamiento centrados en la emoción, lo
cual sugiere una relación conceptual importante. Por otro lado,
tales ítems se podrían referir a estrategias adyacentes a la
autoculpabilización en las que se puede presentar el dormir más
de lo habitual y rehusar pensar en el problema o en otras formas
de solucionar el mismo. Cabe mencionar que se ha reportado
una relación positiva entre la autoculpabilización y la depresión
(Vitaliano, et. al., 1985; 1987); caso en el cual tales estrategias
podrían verse como algunos síntomas propios de la depresión
cuando la persona opta por un estilo de afrontamiento de
autoculpabilización preponderante.
El quinto factor esta conformado por los 4 ítems restantes de
la escala de solución de problemas y uno de evitación. Las
saturaciones para dicho factor son significativas, entre 0.2 y 0.6.
Los ítems que componen este factor se asocian conceptualmente
a un estilo de afrontamiento enfocado en el problema
denominado planeación (Carver, et. al., 1989), caracterizado por
pensar acerca de cómo afrontar un estresor que involucra crear
estrategias de acción, pensar que pasos tomar y cómo manejar
el problema de la mejor manera, lo cual difiere de ejecutar una
acción, puesto que ocurre durante la evaluación secundaria
antes de la fase de afrontamiento. El ítem de evitación aunque
se refiere más a la expresión de la emoción, es una estrategia
que implica el expresar las emociones producidas por la
situación estresante y resolver el problema, lo que según
Londoño y cols. (2006), es una estrategia previa a otras con el
propósito de dar solución a situaciones estresantes a través de
otros recursos, planteamiento congruente con la propuesta de
Carver y cols. (1989) al referirse a un afrontamiento propio de
la evaluación secundaria.
Ahora bien, los resultados obtenidos en este estudio indican
que el Cuestionario de Estilo de Afrontamiento (Flórez-
Alarcón, 1993) tiene varias características importantes de un
instrumento de medición apropiado. En primer lugar, el
cuestionario evidencia niveles favorables de dificultad y
discriminación; así mismo, se observa homogeneidad en las
escalas que lo componen y una confiabilidad media-alta de la
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escalas. La validez factorial no arrojó todos los factores
iniciales propuestos por Vitaliano y cols. (1985), la
mayor parte de los factores se mantuvieron con los ítem
originales a excepción de la escala de afrontamiento de
evitación, la cuál se disperso por los 5 factores; sin
embargo, estos resultados no son definitivos dado que la
aceptación final de un factor depende de los resultados
que se obtengan en repetidos estudios (Yela, 1997); lo
cual indica la necesidad de realizar acercamientos
posteriores a este estudio, para profundizar en el análisis
de las características psicométricas del cuestionario de
afrontamiento adaptado por Flórez-Alarcón (1993;
1997), aplicándolo a una muestra mayor de la población
colombiana y abogando por analizar otros tipos de
confiabilidad y validez que también son importantes
para realizar una validación objetiva. Dichos estudios
permitirán rechazar o confirmar, con mayor soporte, la
variación común de los ítems que componen la prueba.
En este primer acercamiento, el cuestionario se
muestra como una medida fiable, sensible a las
diferencias individuales, que podría mostrar los estilos
de afrontamiento que utilizan los trabajadores de
empresas estatales colombianas y sus familiares.
Teniendo en cuenta que esta prueba es sensible a
diferencias individuales, resulta de gran relevancia la
realización de estudios que permitan comprobar las
proporciones óptimas de uso de cada estilo de
afrontamiento propuestas por Flórez (1993), así como
para establecer de forma clara los criterios de
baremación para la interpretación del cuestionario, de
tal forma que sea posible hacer uso de sus resultados en
la planeación de intervenciones para moderar los estilos
de afrontamiento con base en criterios precisos.
Adicionalmente, este estudio posee algunas
limitaciones que merecen ser tenidas en cuenta en
posteriores investigaciones. En primer lugar, los datos
recuperados de la aplicación del instrumento de estudio
carecía de información relevante referente a variables
sociodemográficas, las cuales probablemente habrían
facilitado un análisis más profundo de las características
psicométricas del cuestionario, puesto que se han
reportado diferencias en el afrontamiento con relación al
género, la edad y la educación (Folkman, et. al., 1987;
Manfredi & Pickett, 1987; Aliaga, & Capafóns, 1996;
Lindqvist, Carlsson & Sjödén, 2000; Stefani &
Feldberg, 2006). En segundo lugar, es conveniente para
efectos de una adecuada validación realizar un análisis
de contenido, de carácter inter-lenguaje de manera que
se pueda comprobar que el contenido de los ítems es el
propuesto originalmente en la versión en inglés
(Arribas, 2006). En tercer lugar, dado que el propósito
de desarrollar una prueba confiable y válida para
evaluar estilos de afrontamiento en población
colombiana es de importancia para la psicología; es
recomendable tener como objetivo la realización de
análisis de validez convergente y de criterio, de tal
forma que el cuestionario pueda adquirir
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295
progresivamente evidencia acerca de sus propiedades
psicométricas.
Finalmente, a pesar de las limitaciones mencionadas, es
evidente el potencial del cuestionario analizado; con lo cual es
posible concluir que la adaptación realizada por Flórez-Alarcón
(1993) es una aproximación importante en el estudio de los
estilos de afrontamiento ante situaciones de estrés en población
trabajadora colombiana. Dadas las múltiples situaciones
estresantes a las que se ve expuesta la población colombiana,
sería conveniente que la psicología interviniera en la formación
de estrategias de afrontamiento ante los estresores
característicos del contexto socio-cultural colombiano, con
efectos evaluados por medio de medidas objetivas; carencia
ante la cual surge como respuesta potencial el Cuestionario de
Estilo de Afrontamiento (Flórez,1993).
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