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CAPITULO I

En el libro de Jorge Semprúm ha realizado en su libro “ aLa escritura o la vida”


unavida –una de las obras más extraordinarias acerca del testimonio en el cual
podremostestimonio– podemos encontrar un conmovedor ejemplo de la función del
extranjero. Sobre el final del libro, Semprúm relata que había sido invitado a volver a
lasya ruinas del campo de concentración en el cual había estado secuestrado por la
maquinaria nazi. Invitaciónnazi; invitación que había rehusado en varias oportunidades.
Ya había muerto P.LeviPrimo Levi –y ese dato no resultaba menor para el autor– que
cuenta que la noche anterior a aceptar la visita guiada al horror, nuevamente tiene un
sueño que a modo de pesadilla lo acompañaba desde la salida de Buchenwald. La
pesadillaen cuestión transcurría en el campo de concentración, él estaba allí y escuchaba
la voz del nazi que gritaba: Apaguen los hornos!¡Apaguen los hornos!, grito que
indefectiblemente lodespertaba

despertaba. Pero esa noche ocurrió el milagro,milagro: en lugar de la voz del nazi
comenzó a sonar la voz femenina de una cantante también alemanacantante, también
alemana, interpretando una canción de amor. Esa sustitución de una voz por otra le
permitió a Semprúm no solo seguir durmiendo sino además aceptar a la mañana siguiente
la amable invitación. Una sustitución que le posibilitó al sujeto desprenderse de un goce
al que aún seguía aferrado.

La visita a Buchenwald le deparó a nuestro héroe una mayúscula sorpresa,sorpresa: el


anfitrión del evento le acercó su ficha de entrada al campo. Semprún recuerda de
inmediato aquella oscura escena ya por otro lado relataescena, relatada anteriormente
en el libro.

Cuando el joven había ingresado su receptor había resultadoingresó a Buchenwald,


su receptor, un viejo obrero militante del Partido Comunista, este le había preguntado
al joven entrante su oficio al que este respondióle preguntó su oficio. Semprún, con
la soberbia de los años mozos, "estudiante”.mozos respondió estudiante. La reacción
del viejo militante comunista pareció extemporánea, ya que hizo alusión a que eso no
servía para nada, provocando la ira y la indignación del joven intelectual bilingüe.

Ahora, habiendo leído la ficha de ingreso escrita por aquél viejo extranjero aquel
“estudiante”extranjero, aquel estudiante sufre una verdadera conmoción aya que en
lugar de “estudiante”estudiante aquél había escrito “estucador”estucador, palabras que
en alemán guardan cierta homofonía, pequeño juego del significante que ha Semprún le
había salvado la vida ya que los “estudiantes”estudiantes, como no servían para nada,
eran de inmediato asesinados mientras que los “estucadores”estucadores no, porque
servían para la construcción de la máquina de matanza inspirada en los mataderos
deChicago.
Chicago. He allí que un extranjero de quién el sujeto no puede casi recordar su rostro y
mucho menos su nombre era de golpe el referente de una deuda que el autor honra
plasmándola para siempre en su maravilloso libro.

La sustitución de una voz por otra en el sueño con la consabida feminización que
engendra, da lugar al rechazo de un goce mortífero y da paso a que el sujeto vuelva al
mismo lugar y advertíaadvierta que no es el mismo y es másmismo. Es más, que
advierta aún, que el hecho de no haber sido él mismo durante su estancia en el horror le
había salvado su vida.

Veamos que podemos extraer de esto.


Luego de un tiempo en que J.Lacan utilizara sus grafos para la enseñanza y transmisión
del psicoanálisis estepsicoanálisis, comenzó a echar mano a la topología de
superficies. Así entonces la banda de Moebius, la botella de Klein y el toro entre otras
superficies le sirvieron para continuar con la construcción de la topología del sujeto.

El toro es una superficie que se puede imaginarizar como una cubierta de auto: tiene su
agujero central y un agujero interior llamado el alma del toro es el agujero que esta
en el interior de la cubierta por dar un ejemplo.Esta superficie tiene dos
generadores unogeneradores: el paralelo y el otro el meridiano, enmeridiano. En
estos dos ejespor decirlo así se concentran los generadores de la superficie. Estando en
el interior del toro, podemos decir que lo recorremos en el sentido del paralelo
haciendo un primer bucle. Si la operación se detiene allí y volvemos al punto de
partida: no habremos tenido una “experiencia “experiencia de la estructura porque
solo habremos “experimentado”experimentado uno de sus generadores.
Ahora bien, de no ser así, esto esasí –esto es, que sigamos recorriendo el “alma del
toro”alma del toro con sucesivos bucles hasta nuestro punto de partida– entonces sí
habremos hecho la “experiencia” de la superficieexperiencia de la superficie, porque
habremos recorrido los dos generadores de la misma.

recorrido interrumpido, recorrido completo, experiencia


anulación desestimiento. de los dos generadores
Experiencia de un solo experiencia de la estructura
generador
Esta simple operación da cuenta de la experiencia de Semprún, ya que la posibilidad de
seguir desatando el bucle hasta llegar al mismo lugar, esto es, Buchenwaldlugar –
Buchenwald– hace que él vuelva al mismo punto de partida, pero él mismo ya no es él
mismo.

Tomemos otro sesgo.

En su seminario sobre “La angustia” J.LacanLa angustia Lacan dice:


¿”Dónde“¿Dónde es que Aristóteles trata mejor sobre Ias pasiones?
pasiones?” Pienso que Inclusoincluso hay unos cuantos que ya lo saben: en el libro
2Libro II de su Retórica. Lo mejor sobre las pasiones está tomado en la referencia, en el
hilo, en la red de la Retórica. No es casualidad.' Es el hilo.
Por eso les hablé del hilo a propósito de los primeros señalamientos lingüísticos que traté
de ofrecerles. No he seguido el dogmático camino de hacer preceder por una teoría
general de los afectos lo que tengo que decirles acerca de la angustia. ¿Por qué? Porque
aquí no somos psicólogos, somos psicoanalistas. No les desarrollo una psicosis directa,
lógica, un discurso de esa realidad irreal llamada psiquis, sino una praxis que merece un
nombre: erotología. Se trata del deseo, y el afecto...”
Tomando el riesgo de convertirnos en psicólogos, visitemos a Aristóteles.

AristótelesAristóteles afirmaba en su Retóricaafirmaba que ella no tiene como”


misióncomo ”misión persuadir, sino ver los medios de persuadir que hay para cada cosa
particular”.
La retórica es una arte y como todas las artes no tiene como fin curar sino más bien
conducir hacia esa cura en cuanto sea posible. EnDe hecho, en el caso de la medicina de
hechomedicina, también es posible que los incurables sean bien atendidosbien.

Es decir que la retórica, esta. La retórica está destinada a encontrar los medios de
persuadir, pero, ¿ particularmente en que casos?.
¿en qué casos? En el paradojal mundo de las leyes, en la defensa de los contrarios o en el
incalculable del goce con el que un gran auditorio puede seguir la argumentación
científica. Entonces, la retórica busca los medios de persuadir allí donde la garantía falla.

Aristóteles en su Retórica trata las pasiones humanas, entre ellas la indignación, la


vergüenza y la ira como venganza. Estas afecciones que están presentes en nuestras vidas
cotidianas muchas veces sin saberlo, son viscisitudes de la angustia neurótica, aquellas
que vemos surgir de la amenaza de la pérdida del amor.
EstaSabemos que esta angustiasabemos que surge de la culpa ante el deseo como una
defensa a otra angustia que con S.Freud llamamos “indefensión”.indefensión. A raíz de
esta pequeña diferenciación podremos decir que todas las dificultades humanas respecto
del acto se encuentran regidas por la relación que se tenga con la posibilidad de esa
indefensión.
La prevención, la huída, el “patear para adelante”, buscar la angustia del otro para
alejarse de la propia o pretender instituirse en ese gran Otro, son algunas de las
estrategias para eludir el poder ser vulnerable.

Cada vez que hay indecisión, hay culpa. Pero, ¿culpa de qué?. Culpa de la pérdida que
supone toda decisión. Esa pérdida será testigo de que no hay acto exitoso, correcto,
completo, sin falla. La angustia por culpa entoncesculpa, entonces, es el tapón a la
angustia por indefensión, ya que está última es la constatación subjetiva de que no hay
garantía.

De la indignación dice Aristóteles dice que la indignación se contrapone a la


compasión, ya que mientras ésta última es el sentir pena por las desgracias inmerecidas,
aquella es el sentir pena por las fortunas inmerecidas.
Ambas pasiones son propias de un carácter noble, y se diferencian de la envidia, porque
la envidia es una pena con turbación que se siente por el bien ajeno, mas allá de lo
merecido o no.

Es remarcable que la diferencia fundamental diferencia conentre la envidia que tieney


la indignación es, que la envidia es una pasión “contra la persona igual o
semejante”semejante, mientras que la indignación pores contra el desigual, el que no
pertenece al orden antiguo, en fin, existe indignación por el “recién llegado”.

El “recién llegado, objetollegado” objeto siempre presente en los celos– es aquel al que
se le supone ser el que goza de fortuna inmerecida, ya que inevitablemente vendrá a
ocupar el lugar donde uno alguna vez estuvo. La afrenta que se sufre a manos del “recién
llegado” es la de la usurpación de un lugar que por estructura se cree propio por
naturaleza. Lo antiguo, entonces, parece más próximo a lo que es la natural. De allí lo
antiguo obtiene su oscura autoridad, como los primeros dichos, que legizlan y aforizan
etc.PP
La lógica de Aristóteles es una lógica de clases y en esta lógica de clases, propia del
fantasma, se organizan jerarquías y poderes atados al orden paterno.
La “ventaja de pertenecer”ventaja de pertenecer a la clase, participar de lela esencia
del rico, de la jerarquía, del clan o de los jefes. Esta lógica rechaza a
cualquiera,cualquiera: no solo al extranjero como ciudadano de otra ciudad, sino a
cualquiera que aparezca por sorpresa, cualquiera que pueda por su deseo y ambición
realizar una diferencia a lo establecido. La indignación crecerá entonces hasta la ira y la
venganza proporcionalmente al fracaso de las técnicas de seducción o amenaza para con
aquél que se sostiene en la insolencia de su extranjeridad.

De la vergüenza Aristóteles, afirma también que en principi la vergüenza, en principio,


que es una turbación que se siente ante el hecho de haber realizado algún vicio esto
sívicio, siempre ante la mirada, fundamentalmente, de aquellos que admiramos y
respetamos, “enrespetamos. “En los ojos está la vergüenza”. Pero más allá de estas
consideraciones, Aristóteles afirma más adelante; “...se tiene vergüenza que por primera
vez han pedido algo, porque ante ellos nunca uno ha desmerecido; tales son los que están
comenzando a querer ser amigos de uno”. Es claro que para Aristóteles, el pedir no es
demandar. Ya que el pedir supone el derecho del “no” del otro, contrario a la demanda
que exige como si se tratara de un derecho propio.
Tal es el caso del melancólico que exige con una demanda algo que de ser otorgado sería
rechazado por él mismo.

Contrariamente al melancólico la vergüenza según Aristóteles, es una vergüenza por la


falta y no en el sentido moral del término falta. Es la vergüenza también de aquellos que
hacen algo, porque son aquellos que quieren algo.

Más adelante Aristóteles continúa, “Se tiene vergüenza no sólo de lo que se llama
vergonzoso, sino también de los signos, por ejemplo, no-solo del acto amoroso, sino
también de sus signos. Y no solo de cometer acciones torpes sino también de palabras”.

“Un piojo tu muerte “, era la proclama que traducida a varios idiomas colgaba en los
barracones de Buchenwald, delatando,Buchenwald adelatando el terror al contagio de
los mandos SS. En francés la proclama estaba escrita con una falta gramatical: un poux ta
mort - un piojos tu muerte, un lapsus calami que denuncia en plural la vocación de
exterminar a esos que por homofonía se los consideraba unos pocos –peu, por el peux-
poder del peuh-desprecio que deja en claro puajjj!!!.

Por el contrario, para aquellos a los que apuntaba el tú mortal, según cuenta Jorge
Semprún, la situación en el barracón era muy otra…
,”pese”Pese al vaho mefítico y al olor pestilente... las letrinas del Campo pequeño eran
un lugar convencional, una especie de refugio donde encontrarse con compatriotas,
compañeros de barrio o de maqui:maqui, un lugar donde intercambiar noticias, briznas
de tabaco, recuerdos, risas, un poco de esperanza: algo de vida en suma. Las letrinas
inmundas
inmundas del Campo Pequeño eran un espacio de libertad: por su propia naturaleza, por
los olores nauseabundos que desprendían, a los SS y a los Kapos les repelía acudir al
edificio, que se convertía así en el sitio de Buchenwald donde el despotismo inherente al
funcionamiento mismo del conjunto concentracionario se hacía sentir
menos...lasmenos... Las letrinas se convertían en mercado... en ágora donde
intercambiar unas palabras, calderilla de un discurso de fraternidad, de resistencia.”

El relato de esta experiencia nos puede enseñar la otra vergüenza de la que nos habla
Aristóteles en su Retórica. EsRetórica, es la vergüenza que se puede tener, portener.
Por otro lado, la mierda, presente en el cagadero, tiene allí la función de separación que
podemos atribuirle con J.Lacan al objetoresto.

resto. La mierda llevándose sobre sí el goce mortífero, fabrica un tiempo de comprender,


ya que sustrae de la mirada que objetaliza.
objetaliza. Los sujetos reconquistan su posición de sujetos, ven renacer la función de la
palabra. En fin, por esta función separadora del resto, por esta parcialidad que rompe el
Todo propuesto, existe una vida y no una muerte que compartir.
compartir. El objeto como resto es sostén del Otro como lugar de la diferencia. La
presencia de este objeto irreductible, no especularizable sostiene la desarmonía esencial
que debe permanecer entre el Uno y el Otro.

Resulta conmovedor observar como, la existencia del cagadero y el “barracón de


contagiosos”barracón de contagiosos constituían un exterior en el interior de la esfera
del encierro. Este resguardo de lo Otro en lo Mismo tiene allí una función paterna. Es el
objeto el que asegura esa función por restablecer allí el lugar de lo irrepresentable que se
encontraba forcluído.
Esta operación convierte a la superficie de esfera que el encierro constituía, en una otra
superficie, botella de Klein. Y presta a su vez testimonio de una separación.

Separar, decía J.Lacan, se presta en lengua francesa al equívoco con “se parer”,se parer,
vestirse, defenderse, abastecerse de lo necesario para que los demás se cuiden de uno. De
este modo, entonces, nadie se separa sin perder su inocencia ante el otro. En castellano
existe una hermosa palabra con la cual puede traducirse el “se parer”se parer :
engalanarse, que designa muy bien la función del pudor de toda separación.

Hannah Arendt - cuenta–cuenta Elisabeth Young-Bruehl-Young-Bruehl– insistió en


que sus compañeras de barracón en Gurs, conservaran el mejor aspecto posible, pues su
moral se resentiría si se entregaban a la fealdad de su entorno. ¡Lavarse es resistir! era la
consigna más difundida entre las prisioneras de los campos. En esta perspectiva, la
vergüenza cobra otro sentido de aquel que tiene junto al asco como efecto de la represión.

MES.Freud, estableció la vergüenza como efecto de la represión sexual secundaria. Es


que se reprime todo aquello que puede conducir a un deseo sexual inconciente de carácter
incestuoso, de allí también el asco. Tanto en los varones como en las mujeres, esta
represión invoca la presencia de un Padre del que se teme quedar feminizado.-
Otro modo que J.Lacan nos ha enseñado de esta función de la vergüenza, es decir,
vergüenza es tener en cuenta la necesidad de poder morir de vergüenza. Morir de
vergüenza, decía en 1970, “es un efecto que raramente se consigue”, para ello hay que
analizarse. “Morir de vergüenza es el único afecto de la muerte. que la merece”... ya que
la muerte es algo que puede merecerse.

“en Gurs, escribía Hanna Arendt,“En Gurs –escribía Hanna Arendt– me planteé que la
pregunta sobre el suicidio se trataba de algo serio y me la contesté algo en broma”. Ella
no sentía simpatía alguna por los compañeros que evitaban la cuestión como una broma
lúgubre. De ellos decía: “estas personas, tan pronto volvían a sus problemas
aparentemente individuales adoptaban ese insano optimismo que es vecino de la
desesperación”.- Ese insano optimismo, alimentado por el “espíritu del getho”espíritu
del gheto fue, quizás, la trampa mortal de muchos que no pudieron escapar de la máquina
nazi de exterminio..-

”Pocas semanas después de nuestra llegada al campo, continúa Hanna Arendtcampo –


continúa Hanna Arendt– Francia fue derrotada y todas las comunicaciones se
colapsaron... Ninguno de nosotros podía “describir” lo que les esperaba a los que se
quedasen atrás. Todo lo que pudimos hacer es decirles lo que creíamos que sucedería, es
decir, que el campo sería entregado a los alemanes. (Se marcharon 200 mujeres de un
total de 7.000). La profecía se cumplió.
...Después de unos días caóticos, las aguas volvieron a su curso y la huida se hizo casi
imposible. Predijimos correctamente este retorno a la normalidad. Era una posibilidad
única, pero significaba que uno tenía que marcharse sin nada más que un cepillo de
dientes, pues no existían medios de transporte”.
transporte”.-

Las que no se marcharon y resistieron a las condiciones del campo fueron


transportadostransportadas en 1942 y 1943 por los alemanes a los centros de
exterminio. Gurs para ellas era un lugar, una dirección en donde podían ser localizadas
por sus maridos. Las que decidieron marcharse y no tuvieron la suerte de encontrar
hospedaje como la tuvo Hanna Arendt, simplemente erraron de una parte a otra. La
población las llamaban “le Gursiennes”,le Gursiennes, parecían desnutridas, exhaustas,
pero aseadas. Todas llevaban un pañuelo colorido á la
mode en la cabeza”. Muchos años después otras mujeres en nuestro país, también
caminaban errantes dando vueltas a una plaza, exhaustas, aseadas y con un pañuelo
blanco en sus cabezas enfrentando por sus hijos a una nueva versión de ese discurso del
amo pervertido, esa nueva puesta en acto de la lógica concentracionaria nazi, que fue la
práctica de la desaparición de personas asesinadas en la Argentina.

Ahora bien, una pregunta se desgaja de este testimonio brindado por Hannah Arendt. Una
pregunta que es necesario relevar y sostener aunque no encuentre respuesta definitiva.
definitiva. ¿Cómo pudo pasar que un porcentaje tan pequeño de internas decidieran optar
por la salida en la prisa?. Cualquier referencia a alguna supuesta relación torturado,
torturadortorturado-torturador resulta, además de un automatismo mental, falsa. Ya que
semejante interpretación desconoce el borramiento de ciertas coordenadas de tiempo y
espacio, cuando es el Terror el que domina la escena o cuando el absolutismo explota el
fantasma de amenaza de fuera de discurso.

¿A qué "nosotros"nosotros se refiere Hannah Arendt cuando dice :“Ningunodice:


“Ninguno de nosotros podía describir lo que les esperaba a los que quedasen tras.”. En
principiotras.” En principio, ese nosotros designa a aquellos que habían tomado la
decisión de partir y con ello partir en el sentido de dividir el Todo allí concentrado.
concentrado. ¿Pero con qué contaban quienes constituían ese nosotros que“partía?

En principio, algopartía? Algo se deja leer en el hecho de que existiera esa consigna de
no abandonar la belleza, digamos la vergüenza de ser bellas. En efecto, esta posibilidad
del paso al semblante da cuenta de la articulación entre el falo como significante y la
muerte. Un punto de resistencia a la identificación identificación
mimética se hace presente produciendo, no la suma de un atributo sino la exclusión de un
goce, de una acumulación. Esta posibilidad, junto con el hecho de haber considerado en
serio la posibilidad del suicidio, hace pensar que la decisión de dejarlo todo, incluida la
referencia por la cual poder ser localizadas, ya había sido tomada.

Las que pudieron salir del marasmo y la perplejidad, lo hicieron, perplejidad lo hicieron
porque pudieron conjeturar en un plano de tensión temporal y de angustia.

Paradojalmente se puede acertar solo si se puede no saber. Lo que supone una distancia
con el Ideal sostenido como referente. por elloPor eso los griegos tenían, además de
Kronos –el tiempo de la cronología y del Aioncronología– y del Aion, el del período el
Kairos, el tiempo de la oportunidad propio de las artes como la caza, la navegación.

La incertidumbre del referente, constituye un conjunto vacío entre verdadero y falso y


forja una estrategia para salir del impasse. Lugar vacío,impasse, lugar vacío que
engendra la posibilidad de inferir, no sólo acerca de uno y otro, sino también acerca de la
probable inferencia de otro.
Como en el tiempo lógico, aquellas que pudieron mantenerse a cierta distancia de su
marca del Ideal, pudieron inferir que “si yo fuese x, el otro hubiera podido inferir: si yo
también fuese x etc.”. Movimiento propio del conocimiento paranoico, que encuentra su
límite, en el corte que supone la exigencia de concluir. Quizás por esto H.Arendt le
dedicaba muchas horas de lectura a las novelas policiales de Simenon, para entender la
lógica de la policía de Vichy.

Por lo tanto, la función del corte, encorte –en este caso la decisión ética de concluir-
concluir– es lo que vuelve periódica la serie convergente, extrayendo al sujeto de los
efectos infinitizantes al que lo somete toda convergencia.

Estas mujeres pudieron pensar bien, porque allí pensar bien era pensar a tiempo. Una vez
más, vemos como la función del resto, constituidaresto –constituida en este caso de otro
modo que en el ejemplo anterior– hace a la separación y a la constitución de un tiempo de
comprender que prepara el momento de concluir. concluir.-
El objeto decía J.Lacan–decía Lacan en su seminario Encore– comentando una vez
más su escrito sobre el tiempo lógico, presiona la salida en la prisa.

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