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iI SOC 09 - 01d
21 copias
MAX WEBER
*

ECONOMIA Y SOCIEDAD
.
Esbozo de sociologí a comprensiva
Traducció n de *
[os¿ MEDINA ECHAVARR í A, JUAN ROURA PARELLA, EUCENIO í MAZ,
EDUARDO GARCí A M á YNEZ y JOSé FERRATER MORA

I
EDICIóN PREPARADA POR

'. JOHANNES WINCKELMANN


i '
NOTA PRELIMINAR DE
JOS É MEDINA ECHAVARRIA

FONDO DE CULTURA ECONÓMICA


MÉXICO
s

2 5 8- --6 -I
KD ^
0| )
A

I. CONCEPTOS SOCIOLÓGICOS FUNDAMENTALES

Advertencia preliminar : El m é todo de esta introductoria definició n de conceptos,


de la que no puede presdndirse f ácilmente no obstante ser de modo inevitable
abstracta y lejana, al parecer, de la realidad, no pretende novedad en modo alguno

— —
Al contrario, sólo desea formular teniendo la esperanza de haberlo consegui
do en forma m ás conveniente y correcta ( quizá por eso con cierta apariencia -
pedante ) , lo que toda sociología empí rica entiende de hecho cuando habla de las
mismas cosas. Esto aun all í donde se empleen expresiones al parecer no habitua
* les o nuevas. En relació n con mi articulo en Logos ( IV, 1913, pp. 253 ».) la -
terminología ha sido simplificada en lo hacedero, y modificada muchas veces con
el propósito de hacer f á cil su comprensión en la mayor medida posible. Desde
luego, la exigencia de una vulgarizació n absoluta no es siempre compatible con la
de una má xima precisió n conceptual y ésta debe predominar sobre aquélla.
Sobre el concepto "comprender” ( Verstehen ) cf. la obra de K . [aspen: Alí jeme
ine Psychopathologie 'Vsicopatología general’* ( también algunas observaciones -
^
de í j¿j£rt en la segunda edici ón de Crenzen der naturwissenschaftlichen Be
griffsbildung, " Lí mites de la formación conceptual de las ciencias naturales", y
-
particularmente de Simmel en Probleme der Geschichsphilosophie, "Problemas
de filosof ía de la historia", corresponden a la cuestión ) . Metodológicamente
remito aqu í, como se ha hecho con frecuencia, al antecedente de F. Gottl en su
obra Die Herrschaft des Worts, "El imperio de la palabra", escrita ciertamente
en un estilo dif ícil y que quizá no lleva hasta su plenitud el pensami en to en ella
encerrado. Y por lo que respecta al contenido, al bello libro de F. Tónnies,
Cemeinschaft und Gesellschaft , "Comunidad y sociedad". Por último, a la equi
vocada obra de R. Stammler: Wirtschaft und Recht ("Econom ía y Derecho**.
-
Trad. esp. Reus ) y a su crí tica contenida en mi artículo dd Archiv f ür Sozialwis
scnschaft ( XXIV, 1907 ) , que ofrece en gran medida los fundamentos de lo que -
va a ser expuesto. De la metodología de Simmel ( en la Sociología [ trad . esp. Rev.
Occ. ) y en Filosof ía del dinero ) difiero en la separación que llevo a cabo, siempre
que ha sido factible, entre "sentido** mentado y "sentido" objetivamente válido.
los cuales Simmel no solamente no distingue siempre, sino que con frecuencia
permite de modo deliberado que se deslicen confundidos.

.
§ 1 Concepto de la sociolog ía y del •i
l
Debe entenderse por sociología ( en el sentido aqu í aceptado de esta palabra,
empleada con tanjjiversosdignificados ): una ciencia que pretende entender;
interpret á ndola , la acción social para de esa manera explicarla causalmente
en su desarrollo y refcctogrTóf ^’acción" debe entenderse una conducta hu-
^

mana ( bien consista en un hacer externo o interno, ya en un omitir o permi-


5F) siempre que el sujeto o los su jetos de la acción enlacen a elia un sentido
'

subjetivo. La "acción social", por tanto, es una acció n en donde el sentido


mentado por su sujeto o sujetos está referido a la conducta de otros, orien-
t á ndose por ésta en su desarrolla

2 58- - -6
6 CONCEPTOS SOCIOLÓGICOS FUNDAMENTALES
I FUNDAMENTOS METODOLOGICOS 7
I. FUNDAMENTOS METODOLÓGICOS circunstancias, captarlos intelectualmcnte; mas tropezando con dificultades cre
cientes para podftr “ revivuTos por medio de la jaajfroa endopá tica a medida-en
-
*
-
1. Por ¡"sentido') entendemos ~ el sentido mentado Ysú bjctivgE de los sujetos de
la acci5nfT)Icn a ) existente de hccKCfT"q ) en uoci» mstóncá mente diáo ~p ) .
que se álegñ niá s radicalmente de nuestras^ propias valoraciones últimas. Tenemos
entonces que contentamos, segú n el caso, con su interpretación exclusivamente
como promedio y de un modo_ aproximado, en una determinada masa de casos:
bien b ) como construido en un tipo ideal con actores de este cará cter. En modo

intelectual o. en determinadas circunstancias si bien esto puede fallar . con
aceptar aquellos fines o valores sencillamente como datos para tratar luego de

alguno se trata de un sentido “objetivamente justo" o de un sentido “ vadadejo" hacemos comprensible el desarrollo de la acció n por ellos motivada por la mejor
mctaf ísicamente fundado. Aqu í radica precisamente la diferencia entre las eicn - interpretació n intelectual posible o por un revivir sus puntos de orientación lo
cias empí ricas de la acció n , la sociologí a y la historia , frente a toda ciencia dog-
má tica, jurisprudencia , l ógica , é tica , esté tica , las cuales pretenden investigar ai
cercano- posible
-
. A esta clase pertenecen , por ejemplo, muchas acciones vir
"

tuosas, religiosas / caritativas, para el insensible a ellas; de igual suerte, muchos


-
fanatismos de racionalismo extremado ( “derechos del hombre" ) para quien abo-
~
sus objeto el sentido " justó" v “ vaíidoT “ “
^
2. Los limites entre una acción con sentido y un modo de conducta simple- nece de ello. Muchos afectos reales ( miedo, cólera, ambició n, envidia , celos, amor,
mente reactivo ( cómo aqu í le denominaremos ) , no unido a un sentido subjeti
vamente mentado, son enteramente clá sticos. Una parte muy importante de los
- entusiasmo, orgullo, venganza , piedad , devoción y apetencias de toda suerte ) y las
reacciones irracionales ( desde el punto de vista de la acció n racional con arreglo
modos de conducta de intaés para la sociología , especialmente la acció n p uramen
te tradicional, se halla en la frontera entre ambos. Una acció n con sentido, es
- a fines ) derivadas de ellos podemos " revivirlos" afectivamente de modo tanto
m á s evidente cuanto m á s susceptibles seamos de esos mismos afectos: y en todo
decir, comprensible, no se da en muchos casos de procesos psicof ísicos, y en otros caso, aunque excedan en absoluto por su intensidad a nuestras posibilidades, po -
sólo existe para los especialistas; los procesos m ísticos, no comunicables, adecua
damente por medio de la palabra, no pueden ser compraididos con plenitud por
- demos comprenderlos endopá ticamente en su sentido, y calcular intdectualmente
sus efectos sobre la direcció n y los medios de la acción. ^
los que no son accesibles a ese tipo de experienrias. Pero tampoco es necesaria kt El m é todo científico consistente en la construcció n détipos) investiga y expone
capacidad de producir uno mismo una acción semejante a la ajena para la posi
bilidad de su comprensión : “ no es necesario sa un César para comprenda a
- todas las conexiones , de sentido irracionales, afectivamente condicionadas, ~Tfd
comportamiento que influyen en la acción , como "desviaciones" de un desarrollo
César". El poda " revivir" en pleno algo ajeno es importante para la evidencié de ía misma'"constrüTdo^ com pufamerife racióhá rcóñ á ricglo a fines . Tor ejem -
de la comprensi ón , pero no es condició n absoluta para la interpretació n del sen - y ^
plo, para la explicación de un ^ pá nico bursá til" seta convenicnté fijar primero
tido. A.menudo los elementos comprensibles v los no comprensibles de un pro j
ceso atan unidos y mezclados aitrc sí.
- cómo se desarrollar ía la acción fuera de todo influjo de afectos irracionales, para
introducir después, como "perturbaciones", aquellos componentes irracionales. De
3 . Toda intapretació n . como toda ricnri .i en rrnrpl flrarir n 1a ‘ VviHf *npñ ’'
La evidencia de la comprensión puede sa de cará cter racional ( y entonces, bien
igual modo proceder íamos en la explicació n de una acció n pol í tica o militar: ten
dríamos que fijar, primero, có mo se hubiera desarrollado esa acció n de haberse
-
-
lógica , biai matemá tica ) o de carácter cndopatico: afectiva Lí K -í K tivo artísb'ca. conocido todas las circunstancias y todas las intenciones de los protagonistas y de
En el dominio de la acción es racionalmente evidente, ante todo, lo que de su
“ conexión de sentido" se comprende intelectualmente de un modo diá fano y
exhaustivo. Y hay evidencia endopá tica de la acción cuando se revive plenamente
^

cia considerados por nosotros como existentes


——
haberse orientadora elección de los medios a tepor de los datos de la experien
de un modo rigurosamente ra -
-
cional con arreglo a fines. Sólo as í ser ía posible la imputació n de las desviaciones "
la "conexió n de sentimientos" que se vivió en ella . Racionalmente comprensibles
— —
es decir, en este caso: captables en su sentido intelectualmcnte de un modo
inmediato y un í voco son ante todo, y en grado m á ximo las conexiones signifi
cativas, recí procamente referidas, contenidas en las proposiciones l ógicas y mate
má ticas. Comprendemos así de un modo un í voco lo que sc da a entender cuando
-
-
rosa mente racional con arreglo a fines sirve en estos casos a la sociología en
mé ritos de su evidente inteligibilidad y, en cuanto racional, de su univocidad
'
—— Vf
a tas irracionalidades que las condicionaron. La construcción de una acció n rigu -

como un tipo ( tipo ideal ) , mediante el cual comprender la acció n real, influida
por irracionalidades de toda especie ( afectos, enures ) Lcomo una desviació n del
v

alguien, pensando o argumentando, hace uso de la proposición 2 x 2 4, o de = desarrollo esperado de la acción racional.


los teoremas pitagó ricos o extrae una conclusió n lógica --de acuerdo con nuestros
h á bitos mentales de un modo "correcto". De igual manera , cuando alguien ,
basá ndose en los datos ofrecidos por "hechos" de la experiencia que nos son “co-
nocidos" y en fines dados, deduce para su acció n las consecuencias claramente
De esta suerte, pao sólo en virtud de estos fundamentos de comenicncia me- rj
todol ógica , puede decirse (fue el m é todo de la sociología "comprensiva" es " racio- '
nalista". Este procedimiento no debe, pues, intapretarse como un prejuicio /
racionalista de la sociologí a , sino sólo como un recurso metódico; y mucho me -
in íaibles ( seg ú n nuestra experiencia ) acerca de la clase de “ medios" a emplear. nos, por tanto, como si implicara la creencia de un predominio en la vida de lo

— —
Toda interpretación de una acción con arreglo a fines orientada racionalmente de
esa manera posee para la intcligoicia de los medios empleados el grado má -
ximo de evidenciaT Con no id é ntica evidencia , pero s íTú ficiente para muestras e\ i-
gencias de explicación , comprendemos tambié n aquellos “errores" ( inclusive con -
racional. Pues nada nos dice en lo má s m í nimo hasta qué punto en la realidad
las acciones reales está n o no determinadas por consideraciones racionales de fi-
nes. ( No puede negarse la existencia del peligro de interpretaciones racionalistas
en lugares inadecuados. Toda la experiencia confirma , por desgracia, este asato. )
fusiones de problemas ) en los que somos capaces de incurrir o de cuyo nacimiento 4. Los procesos y objetos ajenos al sentido entran en el á mbito de las ciaicias
podr íamos tener una experiencia propia. Por el contrario muchos dé los “ valora"
,
de la acción como ocasió n, resultado, estí mulo u obstá culo de la acción humana .
y “ fines" de carácter último que parecen orientar la acción de un hombre no los Ser ajeno al sentido no significa "inanimado^ o o humano4*. Todo artefacto,
podernos comprender a menudo, con plena evidencia, sino tan soló, en ciertas ^
^
una m áquina, por ejemplo se comprende e interpreta , .ai fin de cuentas, por el

y
4.

:
8 CONCEPTOS SOCIOLÓGICOS FUNDAMENTALES J
FUNDAMENTOS METODOLÓGICOS 9
sentido que a su producción y empleo le presta (o quisiera prestar ) la acción a cuya conexi ó n total pertenece aquella proposición por el sentido que vemos
humana ( con finalidades posiblemente muy diversas ) ; sin d recurso a ese sentido
permanece completamente incomprensible. Lo comprensible es, pues, su jefe- .
vinculado a ella; es decir , esa proposición logra una "conexió n de sentido” com
prensible para nosotros ( comprensió n racional por motivos ) . Comprendemos al
-
renda a la acción humana, ya como "medio”, ya como él "fin ” imaginado por el leñador o al que apunta con un arma, no sólo de un modo actual , sitio por sus
actor Tractores- estas categor í as tiene lugar
una comprensíóüTdé-sémqá nTes objetos. Por d contrario, permanecen ajenos al motivos, cuando sabemos que> el primero ejecuta esa acd ó n por ganarse un salario
— o para cubrir sus necesidades o por diversió n ( radonal ) o porque " reaccionó de


sentido todos los procesos o estados animados, inanimados, humanos y extra -
humanos en que no se mienta un sentido, en tanto que no aparezcan en la
acció n en la relad ón de "medio” o de "fin ”, y sólo sean , para la misma, ocasió n ,
estímulo u obstá culo. La formad ón del Dollart en el a ño 1277 tiene (¡quizá!)
tal modo a una excitad ó n ” ( irracional ) , o que el que dispara el arma lo hace por
una orden de ejecutar a alguien o de defensa contra el enemigo ( racional ) o bien
por venganza ( afectiva y, en este sentido, irTadonal ). Comprendemos, por últi-
significació n "histó rica ” como provocadora de ciertos asentamientos de conside- mo, un acto de cólera por sus motivos cuando sabemos que detrás de él hay celos,
rable alcance histórico. El ritmo de la muerte y d ciclo orgá nico de la vida: desde vanidad enfermiza u honor lesionado ( afectivamente condicionado: comprensió n
d desvalimiento dd -niñ o al desval imiento del anciano, tienen naturalmente .
irradonal por motivos ) Todas éstas representan conexiones de sentido compren -
-
sibles, la comprensión d las cuales Tenemos por ú iía explicac¡orr át\ desarrollo”
^
~ ~
alcance sodológico de primera fuerza por los diversos mddos en que la acci ó n
humana se ha orientado y orienta por esos hechos. Otra clase de categor reaHfc la acció n. (^Explicar}’ significa, de esta nianera, parxlrdcnd que~flrucu - U .
ías está
constituida por ciertos conodmientos sobre d desarrollo de algunos fenómeno»
f ísicos o psicof ísicos ( cansando, há bito, memoria, etc.; y también, por ejemplo,

-
pa del sen fado de la acción , algo así como : captaci ó n de la conexión de sentido
.
en que se incluye una acdón, va comprendida de~~modcT actual á~ tenor de su
euforias tí picas en determinadas formas de mortificadó n, diferencias t í picas de sentido "subjetivamente
~ .
mentado” ( Sobre la significació n causal de este "expíi -
car” cf . n9 6l ) En todos estos casos, también en los procesos afectivos, entende-
los modos de reaedó n segú n ritmo, modo, claridad, etc.) que si se apoyan en la
experiencia no implican comprensión. La situación es, sin embargo, la misma que mos por sentido subjetivo del hecho, incluso de la conexión de sentido, el sentido
" mentado” (
la existente en otros hechos opacos a la comprensió n : la "actitud comprensiva ' apartá ndonos del uso habitual, que suele hablar ú nicamente de "men
tar”, en la significadón aludida, con respecto a las acciones racionales e intencio -
los acepta en igual forma que lo hace cualquier actividad prá ctica, como "datos”
con los cuale hay q ue contar. nalmente referidas a fines ) . -
Cabe b posibilidad de que la invetigadón futura encuentre regularidade 6. Comprensi ón equivale en todos estos casos a: captación interpretativa dd il
sentidó o conexió n de sentido: a ) mentado realmente en la acción particular ( en 1(>
~
no sujetas a comprensión para determinadas conductas con sentido, por escasa
b consideraci ó n histó rica ) ; ¿>) mentado en promedio y de modo aprpximativo »
4/
que haya sido hasta ahora semejante cosa . Diferencias en b herencia biológica \

( de bs "razas” ) por qemplo cuando y en la medida en que se aportara la
prueba estad ística de su influjo en los modos de conducta de alcance sodológico;
(en la consideradón sociol ógica en masa ) ; c) construido cient íficamente ( por el
m é todo tipológico ) para la elaboración del tifo ideal de un fenómeno frecuente.
Semejantes construcciones í t pico-ideales se dan , por ejemplo, en los concep-

especialmente en la acción social por lo que respecta a la manera de estar referida
a su sentido se aceptar ían por la sodologb como datos, ni má s ni menos que
los hechos fisiol ógicos del tipo de la necesidad de alimentación o de los efectos
de la senectud sobre la acción humana. Y el reconodmiento de su J significadón
tos y leyes de la teor ía econ ómica pura. Exponen có mo se desarrollar ía una
forma especial de conducta humana, sí lo hidera con todo rigor con arreglo
al fin, sin perturbadón alguna de errores y afectos, y de estar orientada de un
causal para nada alteraría b tarea de la sodologb ( y de bs ciencias de la acdón modo unívoco por un solo fin ( d econ ó mico ) . Pero la acción real sólo ren casos
en general ) : comprender, interpretá ndolas, bs acdones orientadas por un sentido. raros ( Bolsa ) , y eso de manera aproximada, transcurre tal como fue
No har ía sino insertar en determinados puntos de sus conexiones de motivos, en el tipo ideal ( respecto a la finalidad de tales construcciones, cf . construida
Archiv. { .
comprensibles e interpretables, hechos no comprensibles ( asi: conexiones í Sozialmiss., XIX, pp. 64 ss., e infra, d n9 8).
t picas Toda interpretación persigue la evidencia. Pero ninguna interpretaci
de la frecuencia de determinadas ñ nalidades de la acd ón o del grado de su racio - sentido, por evidente que sea , puede pretender, en m é ritos de ese cará cter ó n de
nalidad í t pica con el índice craneano, el color de b piel o cualesquiera obras cuali
dades fisiol ógicas hereditarias ) , como ya hoy db ocune en esa materia.
- dencia, ser también la interpretació n camal vá lida. En sí no es otra cosa -
de evi
5. Puede entenderse por comprensión : 1 , la comprensió n una hipótesis causal particularmente evidente, a) Con frecuencia "motivos que
mentado en una acció n ( inclusive de una manifestadóiLL .Comprendemos, por
sentido textados y " represiones” ( es decir, motivos no aceptados ) encubren , aun para -
” pre
el
^
ejemplo, ce un modo actual el sentido de la proposición 2 X 2 = 4, que oímos o
mismo actor, la conexión real de la tTama de su acción, de manera
pio testimonio subjetivo, aun sincero, que el pro-
leemos ( comprensió n radonal, actual , de pensamientos) , o un estallido de cólera sólo tiene un valor rdativo En este caso
ja tarca que incumbe a ja sodologia es averiguar e interpretar esa .conexi
manifestado en gestos fadales, interjecciones y movimientos irradonales ( com-
prensión irracional, actual , de afectos ) , o la conducta de un leñador o. de alguien que n0 haya sido elevada a conciencia o, lo que ocurre las m s d é ¿ ó n, aun
‘ *

lo haya sido con toda la plenitud con que fue iperitada en concretó: sunvece, no
á
-
que pone su mano en el pomo de la puerta para cerrarla o que dispara sobre un -
caso l í

animal ( comprensión radonal, actual , de acdones ) pero también: 2, la com -
prensió n explicativái Comprendemos por sus motivos qué sentido puso en ello
la interpretación de sentido, b ) Manifestaciones externas de la acd n
tenidas por nosotros como "iguale” o "semejante” pueden apoyarse en conexio
ne de sentido muy diversas en el actor o actore; y "comprendemos” tambi -
ó
quien formuló prescribió la proposidó n 2 X 2
= 4, para qué lo hizo precisa men te un actuar fuertemente diverso, a menudo de sentido
cabalmente
én
en ese momento y en esa conexión, cuando lo vemos ocupado en una operadó n a situadone que juzgamos "semejante” entre sí. ( Ejemplos en opueto, frente
mercantil, en una demostración dent ífica, en un cálculo técnico o en otra acdón der Ceschichtsphil.) c ) En situadone dadas los hombre etá
Simmd : Probl.
n sometidos en su

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10 CONCEPTOS SOCIOLÓGICOS FUNDAMENTALES FUNDAMENTOS METODOLÓGICOS 11
acción a la pugna de impulsos contrarios, todos ellos '‘comprensibles’* . Cuál sea sentido”, en la medida en que afirmamos que la reladó n entre sus"elementos
la intensidad relativa con que se manifiestan en la acción las distintas referencias constituye una "conexión de sentido" tí pica ( o, como solemos decir, correcta" )
significativas subyacentes en la "lucha de motivos”, para nosotros igualmente a tenor de los há bitos mentales y afectivos medios. Dedmos por el contrario,
comprensibles, es cosa que, según la experiencia , no se puede apreciar nunca con que una sucesió n de hechos es "causalmente adecuada" en la medida en que, se -
toda seguridad y en la mayor parte de los casos ni siquiera de un modo aproxi - gú n reglas de experiencia, exista esta probabilidad: que siempre transcurra de
mado. Sólo el resultado efectivo de la lucha de motivos nos ilustra sobre ello. igual manera. ( Adecuada por su sentido es, por ejemplo, la soludó n correcta de un
Como en toda hipó tesis es indispensable el control de la interpretación compren - problema aritmé tico, de acuerdo con las normas habituales del pensamiento y del
siva de sentidos por los resultados: la dirección que manifieste la realidad. Sólo
en los escasos y especialmente adecuados casos de la experimentación psicológica

cá lculo. Es causalmente adecuada en el á mbito del acontecer estad ístico la
probabilidad existente, de acuerdo con reglas comprobadas de la experiencia, de

puede lograrse un control de precisió n relativa. También por medio de la estad ís
tica , y con extraordinarias diferencias en la aproximació n, en los casos ( también
- —
una solució n "correcta" o "falsa" desde el punto de vista de nuestras normas

habituales y tambié n de un "error de cálculo" tí pico o de una confusión de
limitados ) de fen ómenos en masa susceptibles de cuantificación y condación. En .
problemas también tí pica ) La explicació n causal significa, pues, esta afirmación ;
los demás casos, y como tarea importante de la sociología comparada, sólo qtueda
la posibilidad de comparar d mayor n úmero posible de hechos de la vida histó - —
que, de acuerdo con una determinada regla de probabilidad cualquiera que sea
el modo de calcularla y sólo en casos raros e ideales puede ser segú n datos men -
rica o cotidiana que, semejantes entre si, sólo difieran en un punto decisivo: el
"motivo" u "ocasió n", que precisamente por su importancia práctica tratamos

surables , a un determinado proceso ( interno o externo ) observado sigue otro
proceso determinado (o aparece juntamente con él ).
de investigar. A menudo sólo queda, desgraciadamente, d medio inseguro del Una interpretación causal correcta de una acción concreta significa : que d
"experimento ideal", es decir, pensar como no presentes ciertos dementes cons- desarrollo externo y el motivo han sido conocidos de un modo certero y al mismo
titutivos de la cadena causal y "construir" entonces el curso probable que tendría .
tiempo comprendidos con sentido en su conexió n Una interpretació n causal
la acció n para alcanzar así una imputación causal. correcta de una acció n t í pica ( tipo de acció n comprensible ) significa : que el
La llamada ‘ley de Gresham", por ejemplo, es una interpretació n racional acaecer considerado t í pico se ofrece con adecuació n de sentido ( en alg ú n grado ) y
evidente de la conducta humana en determinadas condiciones y desde d supues- puede también ser comprobado como causalmente adecuado ( en alg ú n grado ) . Si
to tí pico-ideal de una acción estrictamente racional con arreglo a fines. Hasta falta la adecuación de sentido nos encontramos meramente ante una probabilidad
qué punto la conducta real concuerda con la construcción es cosa que sólo puede estad ística no susceptible de comprensión (o comprensible en forma incompleta );
enseñ amos una experiencia ( expresable, en principio, en alguna forma estad ística ) v esto aunque conozcamos la regularidad en el desarrollo del hecho ( tanto exte-
que compruebe en las rdaciones econ ómicas la desaparición efectiva de la mone - rior como psí quico ) con el má ximo de precisió n y sea determinable cuantitativa -
da de m á s valor; ello nos instruye sobre la amplia validez de la ley. En realidad , mente. Por otra parte, aun la más evidente adecuación de sentido sólo puede
la marcha del conocimiento es ésta: primero existieron las observaciones de la considerarse como una proposición causal correcta para el conocimiento socioló -
experiencia y luego vino la f órmula interpretativa. Sin esta interpretació n conse- gico en la medida en que se pruebe la existencia de una probabilidad ( determina -
guida por nosotros hubiera quedado insatisfecha nuestra necesidad causal. Pero ble de alguna manera ) de que la acció n concreta tomará de hecho, con determi -
sin la prueba , por otra parte, de que d desarrollo idealmente construido de los nable frecuencia o aproximación ( por té rmino medio o en d caso "puro" ) , la
modos de conducta encama en alguna medida también en la realidad, una ley forma que fue considerada como adecuada por el sentido. Tan sólo aquellas
semejante, tan evidente en sí como se quiera, hubiera sido una construcción sin regularidades estad ísticas que corresponden al sentido mentado "comprensible"
valor alguno para el conocimiento de la acció n real. En este ejemplo es conclu- de una acdó n constituyen tipos de acció n susceptibles de comprensió n ( en la
yente la concordancia entre adecuación de sentido y prueba empí rica, y los casos significació n aquí usada ) ; es decir, son : "leyes sodológicas”. Y constituyen tipos
son lo suficientemente numerosos para tener la prueba como sufiden temen te sociol ógicos del acontecer real tan sólo aquellas construcciones de una "conduct!
segura . La hipó tesis de Eduard Mayer sobre la significación causal de las bata - con sentido comprensible" de las que pueda observarse que suceden en la reali -
dad con mayor o menor aproximaa'ón. Ahora bien , se está muy lejos de poder afir -
la cultura helénica ( y, con ella, de la occidental )

llas de Maratón, Salamina y Platea respecto de la peculiaridad del desarrollo de
hipó tesis inferida por adecua- mar que paralelamente al grado inferible de la adecuació n significativa crezca la
probabilidad efectiva de hi frecuencia del desarrollo que le corresponde. Sólo por

dón de sentido y apoyada ingeniosamente en hechos sintomá ticos ( actitud de
los oráculos y de los profetas helénicos para con los persas ) sólo puede forta -
lecerse con la prueba obtenida de los ejemplos de la conducta seguida por los
persas en los casos de victoria ( Jerusalé n, Egipto, Asia Menor ) y, por tanto, en
la experiencia externa puede mostrarse que éste es el caso. Hay estad ísticas lo
mismo de hechos ajenos al sentido ( mortalidad, fatiga, rendimientos de máqui
nas, cantidad de lluvia ) que de hechos con sentido. Estad ística sociológica sólo
-
muchos aspectos tiene que permanecer incompleta. La evidencia racional inter- es, empero, la de los últimos ( estad ística criminal, de profesiones, de precios, de
pretativa de la hipó tesis tiene aqu í que servir forzosamente como apoyo. En otros cultivos ) . ( Casos que incluyen ambas, estad ísticas de cosechas, por qemplo, son
muchos casos de imputadón histó rica, al parecer de gran evidencia , ni siquiera naturalmente frecuentes.)
cabe la prueba del caso atado. Por consiguiente, la imputadón queda definitiva
mente como una simple hipó tesis.
- 8. Procesos y regularidades que, por ser incomprensibles en el sentido aquí
empleado, no pueden ser calificados de hechos o de leyes sociológicos, no por eso
7. Llamamos "motivo" a la conexión de sentido que para el actor o el obser
vador aparece como el "fundamento” con sentido de una conducta. Decimos
- son menos importantes. Ni tan siquiera para la sociología en el sentido por nos-
otros adoptado ( que implica la limitación a la "sociología comprensiva*' t sin que
que una conducta que se desarrolla como un todo coherente es "adecuada por el por dio deba ni pueda obligar a nadie ). Sólo que pertenecen a un lugar distinto

r
Jf
12 CONCEPTOS SOCIOLÓGICOS FUNDAM ENTAL ES FUNDAMENTOS METODOLÓGICOS 13

— y esto metodológicamente es inevitabl


las "condiciones", "ocasiones", "est
del de la acdón comprensible: al de
ímulos" y "obstáculos" de la misma.
el lenguaje cotidiano como por el de los juristas ( y también por d de otros profe-
sionales ) , son representaciones de algo que en parte existe y en parte se presenta
9. "Acdó n " como orícntadón significativamente comprensible de la propia como un deber ser en la mente de hombres concretos ( y no sólo de jueces \
conducta, sólo existe para nosotros como conducta de u ña If var
dividuales .
"

ías personas in - burócratas, sino del público en general ) , la acción de los cuales orientan real-
mente; y también debe tomar nota de que esas representaciones, en cuanto tales,
~
Tara otros fines de conodmiento puede ser ú til o necesario concebir al indi- poseen una poderosa , a menudo dominante significació n causal en el dcsanollo
viduo, por ejemplo, como una asociadón de "células", o como un complejo de
reaedones bioqu ímicas, o su vida "ps íquica" construida por varios elementos
( de cualquier forma que se les califique ) . Sin duda alguna se obtienen asi cono
dmientos valiosos ( leyes causales ). Pero no nos es posible "comprender" el
- —
de la couducta humana concreta. Sobre todo, como representadones de algo que
debe ser ( y tambié n que no debe ser ) . ( Un estado moderno como complejo de

una específica actuadón humana en com ú n subsiste en parte muy considerable
de esta forma: porque determinados hombres orientan su acció n por la represen-
comportamiento de esos elementos que se expresa en leyes. Ni aun en el caso de tación de que aquél debe existir o existir de tal o cual forma ; es decir, de que
tratarse de elementos psiquicos; y tanto menos cuanto más exactamente se les poseen validez ordenadones con ese cará cter de estar jurídicamente orientadas.
condba en el sentido de las dendas naturales; jamás es ésfc el camino pa ra una Sobre esto, cf . infra ) . Y aunque sería posible, no sin derta pedanter ía y proli-
interpretadó n derivada del sentido mentado. Ahora bien, la captadón de la jidad , que la terminología de la sociología eliminara estos conceptos del lengua -
conexión de sentido de la acción es cabalmente el objeto de la sodología ( tal je usual, que se emplean no sólo para la normatividad jur ídica, sino para el
como aquí la entendemos; y también de la historia ) . Podemos observar ( en prin - acaecer real , sustituyéndolos por palabras de nueva creadón , quedar ía, al me -
cipio, al menos ) el comportamiento de las unidades fisiológicas, las células por
q'emplo, o cualesquiera elementos psíquicos, tratar de obtener inferencias de esas
nos, excluida esta posibilidad para un hecho tan importante como el que trata -
mos. c ) El mé todo de la llamada sodología "organicista" ( tipo clá sico : el inge-
observadones, formular reglas ("leyes" ) para esos comportamientos y "explicar" nioso libro de Schá ffle, Bau und Leben des sozialen K órpers , "Estructura y vida
causalmente con su ayuda procesos particulares, es decir, incluirlos bajo esas leyes.
La interpretació n de la acció n, sin embargo, sólo se interesa en tales hechos y
del cuerpo social") pretende explicar partiendo de un "todo" ( p. q\, una econo -
m ía nadonal ) el actuar conjunto que significa lo social; por lo cual, dentro de esc
leyes en igual forma y medida en que lo hace respecto a cualesquiera otros hechos todo se trata al individuo y su acd ón aná logamente a como la fisiología trata de
( por ejemplo: hechos f ísicos, astronómicos, geológicos, meteorológicos, geográfi
cos, botá nicos, zool ógicos, fisiológicos, anató micos, psicopatológicos ajenos al
- la situadón de un "órgano" en la econom ía del organismo ( desde el punto de vista
de su "conservad ó n" ) . ( Cf . la famosa frase de un fisiólogo: "§ X. El bazo. Del
-
sentido; y condidones científico naturales de los hechos técnicos ) .
Para otros fines de conodmiento ( p. ej., jur
bazo, señores, no sabemos nada. |Es decir, del bazo propiamente y en cuanto
ídicos ) o por finalidades prá cticas
puede ser conveniente y hasta sendllamente inevitable tratar a determinadas for-
madones sociales ( estado, cooperativas, compa ñía anónima , fundad ó n ) como si

tall" En realidad la persona en cuestión sabía del bazo bastantes cosas: situad ón ,
volumen, forma, etc. tan sólo la "función" le era desconocida y a esta incapa
cidad le llamaba "no saber nada".) No puede ser dilucidado aqu í hasta qué
punto en otras disdplinas tiene que ser definitiva ( necesariamente ) esta consi
-
-
fueran individuos ( por ejemplo, como sujetos de derechos y deberes, o de deter
.
minadas acciones de alcance jurí dico ) Para la interpretadó n comprensiva de la
- deración funcional de las "partes" de un " todo"; de todos modos, es cosa conocida
sodología, por el contrar ío, esas formaciones no son otra cosa que desarrollos v que la denda bioqu í mica y biomecá nica no quisiera contentarse fundamental-
-
entrelazamientos Tie accioner espedficas-de personas -individualesr-ya-que tan
solo éstas pueden ser sujetos de una acción orientada por su sentido. A pesar de
mente con esa consideradón. Para una sodología comprensiva tal modo de
expresarse: 1 ) Puede servir para fines de orientación provisional y de ilustració n
esto, la sociolog ía tt ó puede ignorar , aun para sus propios fines, aquellas estructuras prá ctica ( siendo en esta fundó n altamente ú til y necesario, aunque también
~
conceptuales de ñ aturalcza colectiva que son instrumentos de otras maneras de
~
perjudicial en caso de una exageració n de su valor cognoscitivo y de un falso rea-
enfrentarse con la realidad. Pues la interpretadó n de la acd ó n tiene respecto a lismo conceptual ) . 2 ) En determinadas dreunstandas sólo ella puede ayudamos
esos có ncepR5s~cólec 6vos una doble reladón : a) se ve obligada con frecuencia a destacar aquella acció n sodal cuya comprensió n interpretativa sea importante
a trabajar con conceptos semejantes ( que a menudo llevan los mismos nombres) para la explicació n de una conexión dada. Mas en este punto comienza precisa-
con d fin de lograr una terminología inteligible. Lo mismo d lenguaje jur ídico mente la tarea de la sociología ( tal como aquí la entendemos ) . Respecto a las
que d cotidiano se refieren, por ejemplo, con d término estado tanto al concepto "formas sodales" ( ert contraste con los "organismos") , nos encontramos cabal-
jurídico como a aquellas realidades de la acdó n social frente a las cuales la norma mente, más allá de la simple determicttdón de sus conexiones y "leyes" funciona-
ídica deva su pretensió n de validez. Para la sociología la realidad "estado" no
jur les, en situadón de cumplir lo que está permanentemente negado a las dencias
se compone necesariamente de sus elementos jurí dicos; o, má s precisamente, naturales ( en el sentido de la formulació n de leyes causales de fen ó menos y for-
no deriva de dios. En todo caso no existe para d ía una personalidad colectiva en maciones y de la explicadó n mediante ellas de los procesos particulares ) : la
acció n. Cuando habla del "estado", de la "nad ón", de la "sociedad an ónima", comprensión de la conducta de los individuos participes; mientras que, por el con -
de la "familia ", de un "cuerpo militar" o de cualquiera otra formadó n semejante trarío, no podemos "comprender" el comportamiento, p. ej., de las células, sino
se refiere únicamente al desarrollo, en una forma determinada , de la acdó n social captarlo fundonalmente, determiná ndolo con ayuda de las leyes a que está some -
de unos cuantos individuos, bien sea real o construida como posible; con lo cual
introduce en el concepto jur
tido. Este mayor rendimiento de la explicad ó n interpretativa frente a la observa
dora tiene ciertamente como predo el carácter esencialmente más hipotético y
-
ídico, que emplea en m éritos de su precisión y uso
general, un sentido completamente distinto; b ) la interpretadón de la acdón debe fragmentario de los resultados alcanzados por la interpretad ó n . Pero es precisa-
tomar nota del importante hecho de que aquellos conceptos empleados tanto por mente lo cspedfico del conocimiento sodol ógico.

2 5 8- - -6
M CONCEPTOS SOCIOLÓGICOS FUNDAMENTALES FUNDAMENTOS METODOLÓGICOS 15

Hasta qué punto puede sernos comprensible por su sentido la conducta de los tes. En todo caso, no puede esperarse de ah í la inteligencia de la acción social
——
animales y al contrario ambas cosas en un sentido altamente impreciso y pro
blemá tico en su extensión hasta qué punto puede darse, por lo tanto, una sódo-
- humana, sino mis bien al revés: se trabaja y debe trabajarse all í con analogías
humanas. Quizá podamos esperar que esas analogías nos sean alguna vez ú tiles
logía de las relaciones del hombre con los animales ( animales domésticos, ani- en la resolució n del siguiente problema: có mo apreciar en el estadio primitivo óden
males de caza ) es un problema que no puede desarrollarse ahora ( muchos animales la diferenciación social humana la relació n entre el campo de la diferenciaci
"comprenden " ó rdenes, cólera , amor e intenciones agresivas; reaccionando ante puramente mecá nico- rnstintivd y lo que es producto de la acción individual con
esas actitudes no sólo de un modo mecá nico sino muchas veces de tal manera sentido y lo que posteriormente ha sido creado de un modo consciente. La socio-
que parece consciente del sentido y orientada por la experiencia ) . En sí la medida logía comprensiva debe tener en cuenta con toda claridad que también para el
de nuestra sensibilidad ante la conducta de los hombres primitivos no es esencial - hombre, en los estadios primitivos, predominan los primeros componentes y que
mente superior. En la fijación de la situación subjetiva dd animal los medios a en los estadios posteriores de su evolución siguen éstos cooperando siempre ( ya
nuestra disposici ón o no existen o son muy insuficientes; como es sabido, los veces de un modo decisivo ) . Toda acción tradicional (§ 2 ) y anchas zonas de la
problemas de la psicología animal son tan interesantes como espinosos. Existen carismitica ( cap. m ) en su calidad de n úcleos dd “contagio’' psíquico y porta -
y son particularmente conocidas, sociedades animales de la más varia especie: dores, por tanto, de “estímulos de desarrollo" sociol ógicos, está n muy próximas, y
“ familias" monógamas y pol ígamas, reba ños, traillas y “ estados" con división de en gradaciones insensibles, de aquellos procesos que sólo pueden ser captados
funciones. ( El grado de la diferenciació n funcional de estas sociedades animales biológicamente y que no son explicables por sus motivos, ni comprensibles, sino
no marcha en modo alguno paralelo con d grado de la diferenciación evolutiva muy fragmentariamente, por su sentido. Pero todo esto no libera a la sociología
organológica y morfológica alcanzado por las especies en cuestión. Así, la diferen - comprensiva de la tarea que le es propia y que sólo día puede cumplir, aunque
tenga conciencia de los estrechos l í mites en que se encuentra encerrada.
ciaci ó n funcional existente en los termes y, por consiguiente, la de sus artefactos,
es mucho mayor que entie las hormigas y las abejas. ) Es evidente que aqu í la
investigación tiene que contentarse, aceptá ndola por lo menos por el momento
como definitiva , con la consideración puramente funcional, es decir, con el des -
Los distintos trabajos de Othmar Spann — ccn frecuencia ricos de pensa
mientos aceptables al lado de equivocadones, sin duda ocasionales, y sobre todo
de argumentos apoyados en juirios de valor que no pertenecen a la investigadó n
-
cubrimiento de las funciones decisivas que tienen los tipos particulares de indivi-
duos ( rey, reinas, obreros, soldados, zá nganos, reproductores, reinas sustitutas ) en
la conservaci ó n de la sociedad animal, o sea en la alimentación, defensa, propa-

empí rica aciertan sin duda, al subrayar la significadón , por nadie negada, dd
cará cter previo de la problemá tica fundonal ( lo llamado por él método “ uni
versalista" ) para toda sodología . Ciertamente necesitamos saber primero cuá l
-
gaci ó n y renovació n de esas sociedades. Todo lo que excedió de esa consideració n es la importancia de una acdón desde d punto de vista funcional para la “conser -
fueron por mucho tiempo puras especulaciones o investigaciones sobre la respec-
tiva medida en que herencia y medio participan en la formación de esas “disposi-
vad ón" ( y también antes que nada para la peculiaridad cultural ) y desenvolvi -
miento en una direcdón determinada de un tipo de acdón social, antes de poder
ciones" sociales. ( Así, particularmente, las controversias entie Weisman y Gótte, preguntamos de qué manera se origina aquella acció n y cuáles son sus motivos.
en las que el primero fundamentó su “omnipotencia de la fuerza del medio" con Precisa que sepamos qué servidos presta un " rey", un "fundonario", y un “ em-
muchas deducciones extiaemp í ricas. ) Sin embargo, el acuerdo es completo entre presario", un “ rufiá n", un "mago"; o sea qué acdó n tí pica ( aquello por lo que
los investigadores rigurosos respecto al carácter forzoso, por el momento, de la se le induye en una de esas categor ías ) es importante para d análisis y merece
aludida limitació n al conocimiento funcional, esperá ndose no obstante que esto ser considerada antes de que podamos comenzar el aná lisis propiamente dicho
sea provisional ( cf . para el estado actual de las investigaciones sobre los termes ("referencia al valor" en d sentido de H. Rickert ) . Mas sólo este análisis nos
la publicaci ón de Escherich, 1909 ) . Ahora bien , sería de desear no solamente el proporciona lo que la comprensión sociológica de la acción de los individuos tí pi-
hacerse cargo del “ valor para la conservació n" de las fundones de cada uno de camente diferenciados ( y sólo de la acdó n humana ) puede y debe ofrecemos. En
— —
aquellos tipos diferendados cosa relativamente fácil y d explicar aquella
difeienciadó n, tanto si no se admite el supuesto de la herenda de las capaddades
todo caso deben eliminarse tanto d enorme equ í voco implicado al pensar que un
método individualista significa una valoración individualista ( en cualquier senti-
adquiridas, como si, al contrario, se le admite ( y en este caso, cualquiera que sea do ) como la opinió n de que una construcci ón conceptual de carácter inevitable-
el modo de interpretar ese supuesto ) , sino tambié n el poder saber: 1 ) qu é es lo mente ( en té rminos relativos ) radonalista significa una creenda en d predominio
que decide el comienzo de la diferenciación en individuos originariamente neu - de los motivos racionales o simplemente una valoración positiva del “ racionalis-
trales o indiferendados, y 2) qué es lo que ocasiona que el individuo diferenciado .
mo" También una econom ía socialista tendría que ser comprendida por la acción
se conduzca ( en el promedio ) en la forma que de hecho es ú til al interés de con
servació n del grupo diferenciado. Siempre que se ha adelantado algo en esta di-
- — —
de los individuos los tipos de "fundonarios" que en d ía existan , o sea con
igual carácter "individualista" que caracteriza la comprensión de los fen ómenos
recdón ha sido por la demostración experimental (o sospecha ) de la existencia de cambio con ayuda del mé todo de la utilidad marginal (o cualquiera otro aná-
de exdtaciones qu í micas o situaciones fisiológicas ( procesos digestivos, castradón logo en este sentido, de considerarlo mejor ) . Porque tambié n en ese caso la
parasitaria, etc. ) en los individuos en cuestión. Hasta qué punto subsiste la espe-
ranza problemá tica de mostrar como veros í mil , por medios experimentales, la
-
investigació n empí rico sociol ógica comienza con esta pregunta : ¿qué motivos de -
terminaron y determinan a los fundonarios y miembros de esa “comunidad" a
existencia de una orientad ó n “ psicológica" y "con sentido", es cosa que ni los condudrse de tal modo que ella pudo surgir y subsiste? Toda construcció n con-
mismos expertos pueden hoy dedr. Una descripdó n controlable de la psique de ceptual fundonal ( partiendo de un “ todo") sólo cumple una tarea previa a la
estos animales sociales sobre la base de la “comprensió n" de sentido, no parece auténtica problemá tica ; lo cual no significa que no se considere indiscutible su uti-
que se pueda lograr, ni aun como meta ideal, sino dentro de muy estrechos lí mi - lidad y su cará cter indispensable, cuando se lleva a cabo del modo adecuado .
r
16 CONCEPTOS SOCIOLÓGICOS FUNDAMENTALES
FUNDAMENTOS METODOLÓGICOS 17
10. Las “leyes”, como se acostumbra a llamar a muchas proposiciones de la
— —
sociologí a comprensiva por ejemplo, la “ley” de Cresham , son determinadas
probabilidades tí picas, confirmadas por la observación, de que, dadas determina -
es la univocidad acrecentada de sus conceptos. Esta adecentada univocidad se
alcanza en virtud de la posibilidad de un óptimo en b adecuación de sentido, tal
como es perseguido por b conceptuación sociológica. A su vez, esta adecuación
das situaciones de hecho, transcurran en la forma esperada ciertas acciones socia
les que son comprensibles por sus motivos tí picos y por el sentido í t pico mentado
por los sujetos de la acción. Y son claras y comprensibles, en su más alto giado,
-
hasta ahora —
puede alcanzarse en su forma más plena de lo que hemos tratado sobre todo
— mediante conceptos y regbs racionales ( racionales con arreglo a
.
valores o arreglo a fines ) Sin embargo, b sociología busca también aprehender
cuando el motivo subyacente en el desarrollo tí pico de la acción ( o que ha sido
puesto como fundamento del tipo ideal construido metódicamente ) es puramente mediante conceptos teóricos y adecuados por su sentido fenómenos irracionales
racional con anegto a fines y, por tanto, la relació n de medio a fin, segú n enseña ( m ísticos, prof é beos, pneumá ticos, afectivos ). En todos los casos, racionales como
.
la experiencia, es un í voca ( es decir, los medios son “ineludibles” ) En este caso irracionales, se distancia de b realidad, sirviendo para el conocimiento de ésta
en b medida en que, mediante b indicación del grado de aproximación de un fe-
es a dmisible la afirmación de que cuando se ha actuado de un modo rigurosa-
nó meno histó rico a uno o varios de esos conceptos, quedan tales fen ómenos
nes “ técnicas”, los part

mente racional, asi y no de otra manera ha debido de actuarse ( porque por razo

ícipes, en servicio de sus fines claramente dados , sólo
pod ían disponer de estos medios y no de otro alguno ) . Picosamente este caso
muestra lo equivocado que es suponer a una psicología cualquiera como funda
-
-
ordenados conceptualmente. El mismo fenómeno histó rico puede ser ordenado
por uno de sus elementos, por ejemplo, como “ feudal”, como “ patrimonial” por
otro, como “ burocrá tico” por alguno más todav ía , por otro como “carism á dco”.
.
mento último de la sociología comprensiva Cada quien entiende hoy por psico - Para que con estas pabbras se exprese algo univoco la sociología debe formar, por
su parte, tipos puros ( ideales ) de esas estructuras, que muestren en sí b unidad
.
logía cosa distinta Razones de mé todo justifican cumplidamente, para una di -
-
rección cient ífico naturalista, la separació n entre lo “ psíquico” y lo “ f ísico”, cosa
completamente extra ña, en este sentido, a las disciplinas que se ocupan de la
acción. Los resultados de una ciencia psicológica que ú nicamente investigue
lo ps íquico en el sentido de la metódica de las ciencias naturales y con los me-
— —
más consecuente de una adecuación de senddo lo más plena posible; siendo por
eso mismo tan poco frecuente quizá en la realidad en la forma pura absoluta
mente ideal del dpo como una reacción f ísica calcubda sobre el supuesto de
un espacio absolutamente vado. Ahora bien , la casu ística sodológica sólo puede
-
.

por su sentido con lo cual tendr íamos ya algo completamente distinto intere

dios propios de esas ciencias y no se preocupe de interpretar la conducta humana
san a la sociología, cualquiera que sea la metodolog ía particular de esa psicología ,
como pueden interesarle los de cualquiera otra ciencia, y en casos concretos pueden
alcanzar a menudo una eminente significación. Pero no existe en este caso una
-
construirse a partir de estos tipos puros ( ideales ) Empero, es de suyo evidente
-
que la sociología emplea también tipos promedio, del género de los tipos empírico
estad ísdeos; una construcdó n que no requiere aqu í mayores acia radones meto-
dológicas. En caso de duda debe entenderse, sin embargo, siempre que se hable
de casos “ í
-
t picos”, que nos referimos al tipo ideal, el cual puede ser, por su parte,
relación má s estrecha que la que guarda con otras ciencias. El error está en este tanto radonal como irradonal, aunque las má s de bs veces sea racional ( en b
concepto de lo “ psíquico”: todo lo que no es “ f ísico” es psíquico. Sin embargo, teoría econ ómica, siempre ) y en todo caso se construya con adecuadón de
el sentido de un cá lculo aritmético, que alguien mienta , no es cosa “ psíquica”. La sentido.
reflexió n racional de un hombre sobre si para el logreo de determinados intereses Debe quedar completamente en claro que en el dominio de b sociologí a sólo
está exigida o no una cierta acción, en mérito de las consecuencias que de ella se pueden constniir “ promedios” y “í t pos- promedio” con alguna univoddad ,
se esperen , y la decisió n que deriva del resultado de esa reflexión , son cosas cuya cuando se trate de diferencias d£ grado entie acdones cualitativamente semejan -
comprensión en modo alguno nos facilitan las consideraciones “ psicológicas”. tes por su sentido. Esto es indudable. En b mayor parte de los casos, sin embar-
Ahora bien, sobre tales supuestos racionales construye cabalmente la sociología go, la acción de importancia histó rica o sociológica está influida por motivos
( incluida la econom ía ) la mayor ía de sus “leyes”. Por el contrario, la psicología cualitativamente heterogéneos, entre los cuales no puede obtenerse un “ prome -
dio” propiamente dicho. Aquelbs construcciones tí pico ideales de la acció n so-
-
comprensiva puede prestar sin duda alguna decisivos servicios a la explicación so - cial , como las preferidas por la teor ía econ ó mica, son “extra ñas a la realidad” en
ciológica de los aspectos irracionales de b acció n. Pero esto para nada altera la

el sentido en que como en el caso aludido

— —
situación metodológica fundamental. se preguntan sin excepció n:
1 ) cómo se procedería en el caso ideal de una pura racionalidad econ ómica con
-
11. La sociología construye conceptos tipo como con frecuencia se da por
supuesto como evidente por sí mismo y se afana por encontrar reglas generales
arreglo a fines, con el propósito de poder comprender la acció n codeterminada
del acaecer. Esto en contraposició n a la historia , que se esfuerza por alcanzar por obstá culos tradicionales, enores, afectos, propósitos y consideraciones de ca -
rá cter no econ ómico, en la medida en que también estuvo determinada en el caso
el análisis e imputació n causales de bs personalidades, estructuras y acciones concreto por una consideración racional de fines o sude estarlo en el promedio; y
individuales consideradas culturalmente importantes. La construcción conceptual también 2) con el propósito de facilitar el conocimiento de sus motivos reales
de la sociología encuentra su material paradigmá tico muy esencialmente, aunque por medio de b distancia existente entre la construcción ideal y d desarrollo
no de modo exclusivo, en bs realidades de la acció n consideradas tambié n im
portantes desde el punto de vista de b historia. Construye también sus concep-
- real. De un modo completamente aná logo tendr ía que proceder b construcció n
tos y busca sus leyes con el propósito, ante todo, de si pueden prestar algú n -
tí pico ideal de una consecuente actitud acósmica frente a b vida ( por ejemplo,
frente a la pol í tica y a la economb ) m ísticamente condicionada. Cuanto con
servicio para la imputació n causal histórica de los fen ómenos culturalmente im- m ás precisió n y univocidad se construyan estos tipos ideales y sean má s extraños
portantes. Como en toda ciencia generalizadora , es condició n de b peculiaridad en este sentido, al mundo, su utilidad será también mayor tanto terminológica,
de sus abstracciones el que sus conceptos tengan que ser relativamente vacíos fren - clasifica toria, como heurísticamente. En realidad, no procede de otra forma b
te a la realidad concreta de lo histórico. Lo que puede ofrecer como contrapartida imputació n causal concreta que hace la historia de determinados acontecimientos:

2 58-
20 CONCEPTOS SOCIOLÓGICOS FUNDAMENTALES RELACIÓN SOCIAL 21
dez de esos casos, como el de otros varios, estriba en que la orientació n por la sideradóu a las consecuencias previsibles, obra en servicio de sus convicciones
conducta ajena y el sentido de la propia acció n en modo alguno se puede precisar sobre lo que el deber, la dignidad, la belleza , la sapienda religiosa, la piedad o la
siempre con toda claridad, ni es siempre consciente, ni mucho menos consciente trascendencia de una “causa ”, cualquiera que sea su género, parecen ordenarle.
con toda plenitud. Por esta razó n no siempre pueden separarse con toda seguri- Una acció n racional con arreglo a valores es siempre ( en el sentido de nuestra
dad el mero “influjo" y la “orientación con sentido". Pero si pueden separarse, terminología ) una acción segú n “ mandatos ” o de acuerdo con “ exigencias" que
en cambio, conceptualmente; aunque es evidente que la imitació n puramente .
el actor cree dirigidos a él ( y frente a los cuales el actor se cree obligado ) Habla -
reactiva tiene sociológicamente el mismo alcance que la “acció n social" propia- remos de una racionalidad con arreglo a valores tan sólo en la medida en que la
mente dicha. J a sociología en modo alguno tiene que ver solamente con la ac -
ció n social; sin ^embargo, ésta constituye ( parada cíase ¿¿ sociología áqiiT desarro-

acció n humana se oriente por esas exigencias lo que no ocurre sino en una frac
ció n mayor o menor, y bastante modesta las más de las veces. Como habrá de
-
llada ) el dato central, aquel que para ella , por decirlo así, es constitutivo. Con mostrarse luego, alcanza una significación bastante para destacarla como un tipo
esto nada se afirma, sin embargo, respecto de la importancia de este dato ”por particular, aunque, por lo demá s, no se pretenda dar aquí una clasificación ago-
comparación con los dem á s. tadora de los tipos de acción.
4. Actúa racionalmente con arreglo a fines quien oriente su acció n por d fin,
§ 2. La acció n social, como toda acció n, puede ser: 1 ) racional con arre
glo a fines: determinada por expectativas en el comportamiento tanto de
- medios y consecuencias implicadas en ella y para lo cual sotme racionalmente
_
loTmédios con los h ñésTTos fina con lis consecuencias implicadas y los diferen -
objetos del mundo exterior como dc~3tros hombres, y utilizando lisas expec
' "

tativas como “condiciones" o “ medios ” para el logro de ftnes propios racional -


- tes fiña pósibla entre sí; en todo caso, p úa, quien no actué ni afectivamente
'

(emotivamente, en particular ) nf con á rieglo a la tradició n. Por su parte, la de -


mente sopesados y perseguidos. 2 ) racional con arreglo a valores: determinada cisión entre los distintos fina y consecuencias concunenta y en conflicto puede

——
por la creencia consciente en el valor ético, est é tico, religioso o de-cual-
'" ser racional con arreglo a valores; en cuyo caso la acción es racional con aneglo
a fina sólo en los medios. O bien el actor, sin orientación racional alguna por
quiera otra forma como se le intérprete propio y absoluto de una determi
nada conducta, sin relació n alguna coi el resultado, o sea puramente en
- “
valora en forma de "mandatos" o “exigencias", puede aceptar esos fina concu -
m é ritos de ese valor. 3 ) afectiva, especialmente emotiva , deterinihá da-por rrenta y en conflicto en su simple calidad de daeos subjetivos en una escala
de urgencias consecuentemente atablecida, orientando por ella su acción , de tal
afectos y estados sentimentales actuales, y 4 ) tradicional: determinada po r una
" manera que, en lo posible, queden satisfechos en el orden de esa acala ( principio
costumbre arraigadiT de la utilidad marginal ). La orientación racional con arreglo a valora puede,


1. La acció n estrictamente tradicional en igual forma que la imitación pu -

ramente reactiva ( vef supra ) csfa por completo en la frontera, y má s allá , mu
chas veces, de lo que puede llamarse en pleno una acció n con sentido. Pues a
* -
púa, atar en relación muy diversa con rapecto a la racional con arreglo a
fina. Dade la perspectiva de ata ú ltima, la primera a siempre irracional, acen-
tuá ndose tal cará cter a medida que el valor que la mueve se eleve a la significa -
ción de absoluto, porque la reflexió n sobre las consecuencias de la acción a tanto
_
memid íT no es m ás que una oscura reaccióna estí mulos babiftiálK, mircrilrdiyj
en hrdirecci ó n de una actitud arraigada. La masa de todasJas acciones -coridianas.
menor cuanto mayor sea la atención concedida al valor propio del acto en su ca-
rácter absoluto. Absoluta racionalidad en la acción con arreglo a fina a, sin
habituales, se aproxima a este Gpo,~ el cual se incluyeen la sistemá tica no sólo embargo, un caso l í mite, de carácter aencialmente constructivo.
en cuanto caso l ímite sino porque la vinculació n a lo acostumbrado puede man- 5. Muy raras veca la acción , apecialmente la social, atá exclusivamente orien -
tenerse consciente en diversos grados y sentidos; en cuyo caso se aproxima este tada por uno u otro de atos tipos. Tampoco atas formas de orientación pueden
tipo al del n ú mero 2. considerarse en modo alguno como una clasificació n exhaustiva, sino como puros
2. La conducta estrictamente activa está, de igual modo, no sólo en la fron
tera , sino má s allá muchas veces de lo que es la acció n consciente con sentido;
- 1

"
tipos conceptúala, construidos para fina de la ínvahgación sociológica, rapecto
2 los cuala la acción réal sé aproxima má s o menos o, lo qu $ a más frecuente, de
puede ser una reacción sin trabas a un estí mulo extraordinario, fuera de lo coti
diano. Implica una sublimación cuando la acció n emotivamente condicionada
- cu )a mezcla se componed Sólo los resultados qu é con ellos se obtengan pueden
darnos la medida d é su conveniencia.
aparece como descarga consciente de un estado sentimental; en este caso se en -
cuentra las má s de las veces ( no siempre ) en el camino hacia la “ racionalizació n
axiológica ” o hacia la acció n con arreglo a fines o hacia ambas cosas a la vez.
3. La acció n afectiva y la racional con arreglo a valores se distinguen entre — .
§ 3 Por “ relación" social debe entenderse una conducta plural de va-
rios que, poXel sentido que encierra , se presenta como jeriprpeamente

referida, orientá ndose por esa reciprocidad. La relación social consiste, pues,
s í por la elaboració n consciente en la segunda de los propósitos últimos de la ac
ció n y por el planeamiento, consecuente a su tenor, de la misma . Por otra parte,
- plena y exclusivamente, en la probabilidad de que se actuará socialmente en
tienen de com ú n el que el sentido de la acció n no se pone en el resultado, en lo una forma ( con sentido ) indica ble; siendo indiferente, por ahora , aquello
que está ya fuera de d ía, sino en la acció n misma en su peculiaridad. Actúa en que la probabilidad descansa .
afectivamente quien satisface su necesidad actual de venganza, de goce o de en -
trega, de beatitud contemplativa o de dar rienda suelta a sus pasiones del mo
mento ( sean toscas o sublimes en su género ) .
- i . Un m í nimo de! recíproca büateralidao en la acción a, por lo tanto, una
caracteílsEca concephialr-Lf -eontenrdcTpÜec?e ser el má s diversó: conflicto, ene -
_
*

Actúa estrictamente de un modo racional con arreglo a valores quien , sin co;i - mistad , amor sexual, am ístad, píedad , cambio en el mercado, “cumplimiento, “in -.
t
i
22 CONCEPTOS SOCIOLÓCICOS FUNDAMENTALES
* USO, COSTUMBRE 23
cumplimiento", “ruptura" de un pacto, “competencia" económica, eró tica o de la base de una cierta actitud de hombres determinados, se act úe de cierta manera
otro tipo, **SBfiiufndad" nacional, estamental ó de ciase ( en estos últimos casos con arreglo a un sentido determinable en su término medio, y nada má s que esto
sí se producen “ acciones sodales" más allá de la mera situadó n com ú n, de lo
cual se hablará más tarde). El concepto, pues, nada dice sobre si entre los actores
.
cabe decir ( cf . n. 2. a E ) La alternativa inevitable en la consideración jur ídica
existe “solidaridad" o precisamente lo contrario.
de que un determinado precepto jurídico tenga o no validez ( en sentido jur ídi
co ), de que se dé o no una determinada relació n jurídica, no rige en la conside-
-
2. Siempre se trata de un sentido empírico y mentado por los part ídpes sea
en una acci ó n concreta o en un promedio o en el tipo “ puro" construido y —— ración sociológica.
.
5 El “contenido de sentido” de una relación social puede variar; por ejemplo,
nunca de un sentido normativamente “ justo" o metaf (ricamente “ verdadero". La una relació n polí tica de solidaridad puede transformarse en una colisión de inte-
relació n sociiPccmriif * sola y exclusivamente
*

unque se trate de formacíOTrer reses. En este caso es un mero problema de conveniencia terminológica o dd
sociales’' como ' estado’', "iglesia”, "corporadón", “ matrimonio", etc.

en la
probabilidad de cjue una forma determinada de conducta social, de cará cter reci-
proco por su sentido, haya existido exista o pueda existir. Cosa que d ébeTénersc
grado de continuidad en la transformación decir que se ha creado una “nueva *
relación o que contin úa la anterior con un “ nuevo sentido”. También ese conteni-
do puede ser en parte permanente, en parte variable.
*

^
siempre en cuenta para evitar la sustandahzaciórTde estos conceptos. Un “estado"
deja, pues, de existir sodológicamente en cuanto desaparece la probabilidad de
6. El sentido que constituye de un modo permanente una relació n puede ser
formulado en forma de “ má ximas" cuya incorporación aproximada o en término
.
que ocurran determinadas acdones sociales con sentido Esta probabilidad lo mis- medio pueden los part ícipes esperar de la otra u otras partes y a su vez orientar
mo puede ser muy grande que redudda casi hasta el límite. En el mismo sentido
y medida en que subsistió o subsiste de hecho esa probabilidad (segú n estimadón ),
subsistió o subsiste la relad ón social en cuestió n. No cabe unir un sentido más
claro a la afirmación de que un determinado “ estado" todavía existe o ha dejado

por ellas (aproximadamente o por término medio) su propia acción. Lo cual ocu


rre tanto más cuanto mayor sea el carácter racional con arreglo a valores o con
-
arreglo a fines de la acció n. En las relaciones eróticas o afectivas en general ( de
piedad, por ejemplo ) la posibilidad de una formulación racional de su sentido es
de existir . mucho menor, por ejemplo, que en una relación contractual de negocios.
3. No dedmos en modo alguno que en .un caso concreto los partícipes en la 7. El sentido de una relación social puede ser pactado por declaració n reri -
acdón mutuamente referida pongan el mismo sentido en esa acdón, o que adop- proca. Esto significa que los que en día participan hacen u ña promesa respecto
'

ten en su intimidad la actitud de l á otra patter-es dee¿^rrque exista " reciprocidad" .


-
en el sentido. Lo que en uno es “amistad", “amor", “ piedad ”, “ fidelidad con -

a su conducta futura ( sea de uno a otro o en otra forma ) Cada uno de los part

cipes en la medida en que procede racionalmente cuenta normalmente ( con
í -
tractual", "sentimiento de la comunidad nadonal", puede encontrarse en el otro
con actitudes completamente diferentes. Entonces unen los part ídpes a su con
ducta un sentido diverso: la reladón sodal es así, por ambos lados, objetivamente
“ unilateral". Empero no deja de estar referida en la medida en que el actor presu
-
- — ———
distinta seguridad ) con que el otro orientará su acción por d sentido de la pro-
mesa tal como él lo entiende. Así, orientará su acció n en parte con raciona -
lidad con arreglo a fines (con mayor o menor lealtad al sentido de la promesa )
en esa expectativa y, en parte con racionalidad con arreglo a valores en el
acritud de su contrano frente a é l ( erró neamente quizá, en deber de atenerse por su lado a la promesa según el sentido que puso en ella.
todo o en parte ) y en esa expectativa orienta su conducta, lo cual basta para que Con lo dicho tenemos bastante por ahora. Por lo demás, cf . §§ 9 y 13.
pueda haber consecuencias, como las hay las más dé las veces, reía ovas aT~dcsarfo i
. Naturalmente, sólo es objetívamen - § 4. Se pueden observar en la acción social regularidades de hecho; es
medias de cada uno de los part — —
büRfir1 cuando el sentido dc~TaTacdó ri~se corresponde segú n las expectativas
ídpes en ambos; por qcmplo. la actitud del hijo
con respecto a la actitud del padre tiene lugar aproximadamente como el padre
decir, el desarrollo de una acció n repetida por los mismos agentes o extendida
a muchos ( cíTócasiones se dan los dos casos a la vez), cuyo sentido mentado
t picamente homogé neo. La sociología se ocupa de estos tipos deí desarro
es í
(en el caso concreto, por té rmino medio o í .
t picamente ) espera Una acció n apo- llo de la acción, en oposición a la historia, interesada en las conexiones
-
yada en actitudes que signifiquen una correspondencia de sentido plena y sin re- singulares, m ás importantes para la imputació n causal, esto es, m ás cargadas
siduos es en la realidad un caso l ímite. Sin embargo, la ausencia de redproddad de destino. Por uso debe entenderse la probabilidad de una regularidad en la
sólo cxduye, en nuestra terminología, la existenda de una reladón cuando tenga conducta , cuando y en la medida que ¿a probabilidad, dentro de un círculo
estas consecuencias : que falte de hecho la referencia mutua de las dos acdones.
de TiombresT « t é dada :'inicjmente ~ poi el eiercido de hecho. El uso debe
En la realidad, la regla es, como siempre, que existan toda suerte de situadones
intermedias.
4. Una reladón social puede tener un carácter enteramente transitorio o bien
^
llamarse costumbre cuando el ejercicio de hecho descansa en un arraigo du-
radero. Por el contrario, debe decirse que ese uso est á determinado por una
implicar permanencia , es dear, que exista en este caso la proL .iriilidad rie la situación de intereses ( “condicionado por el interés” ), cuando y en la me-
repetici ó n continuada de una conducta con el sentido deTjuc se trate ( es dear , dida en que la existencia empí rica de su probabilidad descanse ú nicamente
la tenida como tal y, en consecuenda, esperada ). La existenda de relaciones socia - en el hecho de que los individuos orienten racionalmente su acció n con ane-

les consiste tan sólo en la presencia de esta “chance" la mayor o menor pro- glo a fines por expectativas similares.


babilidad de que tenga lugar una acdón de un sentido determinado y nada
más , lo que debe ten ene siempre en cuenta para evitar ideas falsas. Que una
“ amistad" o un “estado" existiera o exista, significa
pura y exclusivamente: nos-
otros ( observadores ) juzgamos que existió o existe una probabilidad de que, sobre
'
i . En el uso se induye la moda. La moda , por contraposició n a la costumbre,
existe cuando ( al contrario que en la costumbre ) el hecho de la novedad de la
conducta en cuestión es d punto orientador de la acción . Está pró xima a la con-

25B B
:*
• i

24 CONCEPTOS SOCIOLÓGICOS FUNDAMENTALES


25
! CONCEPTO DE ORDEN LECÍTIMO
vención, puesto que como ésta ( las más de las veces ) brota de los intereses de
prestigio de un estamento . Nada más diremos sobre ella en este momento. tivo, a costa no sólo de la costumbre, sino, además, de la acción afectiva; y,
i/ For oposición a la convención y al derecho, la costumbre aparece como todavía más, que, apareciendo como puramente racional con J :reglo a fines, lo
una norma no garantizada exteriormente y a la que de hecho se atiene el actor .
sea a costa de lo que daría un acción racional con arreglo a valores De esta
"voluntariamente”, ya sea "sin reflexi ó n alguna" o por •’comodidad”, ya poT
otros equivocidad del concepto de racionalización de la acción nos ocuparemos con cierta

_
fundamentos cualesquiera, y cuyo probable cumplimiento en virtudUe ¿les moti
- frecuencia.
4. La estabilidad de la ( mera ) costumbre se apoya esencialmente en el hecho
vos puede esperar de ó&oslíbmbres pért énecientéf al mismo círculo. La costum
-

bre, en este sentido, carece de "validez"; por nadie está erigido que se la tenga en
"
* de que quien no orienta por día su conducta obra impropiamente ; es decir,
cuenta. Naturalmente, el tránsito a la convención válida y al derecho es absolu debe aceptar de antemano incomodidades e inconveniencias, mayores o menores,
tamente fluido. Por doquier, lo que de hecho se viene haciendo es padre de lo- .A durante todo el tiempo en el cual la mayor ía de los que le rodean cuenten con
que luego pretende validez. Es costumbre hoy un determinado tipo de desayu la subsistencia de la costumbre y dirijan por ella su conducta .
- La estabilidad de una situación de intereses descansa , análogamente, en d
no; pero jamás es obligatorio (excepto para los huéspedes de un hotel ) y no
siempre fue costumbre. Por el contrario, los modos en el vestir, aunque nacieron
como "costumbre", son hoy, en gran medida, no sólo costumbre sino convenci n . con ellos

hecho de que quien no orienta su conducta por los intereses ajenos "no cuenta"
— provoca su resistenda o acarrea consecuencias no queridas ni pre -
Sobre uso y costumbre pueden todavía leerse con provecho los pá rrafos a ó vistas por él; y, en consecuencia, corre d peligro de perjudicar sus propios intereses.
dedicados en el libro de Ilienng: Zuecfc im Recht , "El fin en el derecho", tomoellos
Cf . P. Oertmann , Rechtsordnung und Verkehrssittce , 1914, y m II.
ás reciente § 5. La acción, en especial la social y tambié n singularmente la relación
E. Weigelin, Sitte, Recht und Moral, 1919 ( los cuales coinciden conmigo f\ social, pueden orientarse, por el lado de sus partícipes, en la representación
Stammler ) . frente a
de la existenda de un orden legí timo. La probabilidad de que esto ocurra de
3. Numerosas regularidades muy visibles en el desarrollo de la acci n J .¿hecho se llama "validez" del orden en cuestió n .
especialmente (aunque no sólo) de la acción económica, en modo ó social, $
cansan en una orientación por cualesquiera normas consideradas alguno des-
por la costumbre, sino sólo en esto: en que el modo de actuar de como vá lidas o
los paiticipcs .
'
/ 1en d1 .desarrollo
• "Validez de un orden significa para nosotros algo más que una regularidad
"
de la acció n social simplemente determinada por la costumbre o
corresponde por naturaleza en su término mcüio y de la mejor manera posible a / /.
por una situadón de intereses. Cuando las sociedades dedicadas al transporte de
sus intereses normales subjetivamente apreciados, orientando su acci _
mente por esa opinión y conocimientos subjetivos; así, por ejemplo, n precisa-
ó / muebles mantienen regularmente determinadas clá usulas relativas al tiempo de la
las regulari- / •

mudanza, estas regularidades está n determinadas por la situació n de intereses.


dades de la formación de precios en el mercado. Los intereses en
— - —
orientan su acción que es “ medio" por determinados
propios, Hpicos y subjetivos -que representan d~"f í n ”
"


el mercado
intereses econ ó micos
/7 Cuando un buhonero visita a sus dientes de un modo regular en determinados
d í as del mes o de la semana, esto se debe a una costumbre arraigada, o a una
expectativas tí picas que la previsible conducta de los demás
cuales aparecen conio “condiciones" de la realización del "permite
,

a fines, son más aná logas sus reacciones en la situaci


ó
y por determinadas

" —
abrigar las
la medida en que procederTcbn mayor ~ ngór en su actuación fin perseguido. En
racional con arreglo
Ir
situación de intereses ( rotadón de su zona comercial ) . Empero, cuando un fun-
donario acude todos los dias a su ofidna a la misma hora, tal ocurre no sólo por

— —
causa de una costumbre arraigada, ni sólo por causa de una situadón de intereses
que a voluntad pudiera o no aceptar , sino también ( por regla general ) por la
forma homogeneidades, regularidades y continuidades enn ladada ; surgiendo de esta "validez" de un orden ( reglamento de servido ) , como mandato cuya transgresi ón
muchas veces mucho má s estables que las que se dan cuando actitud y en la acció n , no sólo acarrear ía perjuicios, sino cjue ( normalmente ) se rechaza por el "senti-
orientada por determinados deberes y normas la conducta está miento dd deber" del propio funcionario ( efectivo, sin embargo, en muy varia
en un círculo de hombres. Este fenómeno: eltenidos de hecho por "obligatorios" medida ) .
ción de intereses escuetos; tanto propios como que una orientación por la situa - 2. Al "contenido de sentido" de una reladón social le llamamos: a) "orden"
a los que se piensa obtener coactivamente
una ordenación normativa, atrajo mucho la
de la econom ía ; es má s, fue precisamente una
— ajenos, produzca efectos aná logos
muchas veces sin resultado

atención, sobre todo en el dominio
de las fuentes del nacimiento de la
por
cuando la acdó n se orienta ( por término medio o aproximadamente ) por "máxi
mas" que pueden ser señ aladas. Y sólo hablaremos, b ) de una "validez" de este
orden cuando la orientación de hecho por aquellas máximas tiene lugar porque
en algú n grado significativo ( es decir, en un grado que pese prá cticamente ) apa -
-
ciencia econ ómica . Sin embargo, tiene validez
para todos los dominios de la ac - recen vá lidas para la acción , es decir, como obligatorias o como moddos de con-
.
ci ón de un modo aná logo Constituye en
su ácter consciente e internamente
libre la antí tesis de toda suerte de vinculaciócar .
ducta De hecho la orientación de la acción por un orden tiene lugar en los partí-
una mera costumbre arraigada; como, por otra í ntima propia de la sumisió n a
n cipes por muv diversos motivos. Pero la circunstancia de que, al lado de los otros
nadas normas en m éritos del valor que se cree parte, de toda entrega a determi - motivos, por lo menos para una parte de los actores aparezca ese orden como obli -
de la racionalizació n de la conducta es la encarnan. Un elemento esencial gatorio o como modelo, o sea, como algo que debe ser , acrecienta la probabilidad
sustitución de la í ntima sumisión a la de que la acci ón se oriente por él y eso en un grado considerable. Un orden sos
costumbre, por decirlo así hecha carne, por la -
ción objetiva de intereses . Este
racionalizació n de la acción. Pues
adaptación planeada a una
proceso no agota, ciertamente, el concepto situa
de la
- tenido sólo por motivos racionales de fin es, en general , mucho más frágil que otro
que provenga de una orientación hada él mantenida únicamente por la fuerza de la
puede suceder que ocurra, de modo positivo
en la dirección de la consciente racionalizaci , costumbre, por d arraigo de una conducta ; la cual es con mucho la forma má s
ó n de valores, pero, de modo nega
- .
frecuente de la actitud í ntima Pero todavía es mucho má s frá gil comparado con


/
r.

26 CONCEPTOS SOCIOLÓGICOS FUNDAMENTALES CONVENCIÓN Y DERECHO 27


aquel orden que aparezca con d prestigio de ser obligatorio y modelo, es decir, Stammler en la fonna más desdichada; afirmando, en particular, que es concep-
-
con el prestigio de la legitimidad . El trá nsito de la orientación por un orden, ins tualmente imposible una relación causal entre el orden y ta acción concreta. Cierto
pirada en motivos racionales de fines o simplemente tradicionales a la creencia en
su legitimidad es, naturalmente, en la realidad, completamente fluido.
-
que entre la validez normativa, dogmá tico jurídica de un orden y d hecho con-
creto no hay, en efecto, ninguna relación causal; tan sólo caben estas cuestiones:
3. No sólo puede estar orientada la acción en la validez de un orden por “cum
plimiento” de su sentido ( como por término medio se le entiende ) ; también en
- ¿está captado jurídicamente el hecho en cuestió n por d orden vigente ( recá menle
interpretado ) ?, ¿debe valer ( normativamente ) para él? Y en caso afirmativo, ¿qué
d caso en que ese sentido sea eludido o transgredido puede aduar la probabilidad
de su subsistente validez ( como norma obligatoria ) en extensión mayor o menor.
es lo que se quiere decir al declarar que para él debe valer normativamente? Em -
pero, entre la probabilidad de que una conducta se oriente por la representació n
Por lo pronto, de un modo puramente racional con arreglo a fines. El ladró n de la validez de un orden, entendido por té rmino medio de una cierta manera, v
orienta su acció n por la validez de la ley penal por cuanto la oculta. Que el orden la acció n económica, existe evidentemente ( en su caso ) una relación causal , en d
es “ válido” para un círculo de hombres se manifiesta en el hecho de tener que sentido plenamente corriente de esta palabra. Para la sociología “la” validez de
ocultar su transgresió n . Pero prescindiendo de este caso l ímite, muy frecuente- un orden “está ” ú nicamente en aquella probabilidad de orientarse por esta repre-
mente se limita la transgresió n del orden a contravenciones parciales más o menos sentación.
numerosas; o se pretende, con mayor o menor gTadoMe buena fe, presentarla
como legí tima. O existen de hecho unas junto a otras distintas concepciones del § 6. La legitimidad de un orden puede estar garantizada:
sentido del orden , siendo en ese caso para la sociología todas igualmente válidas I. De manera puramente íntima; y en este caso:
en la extensión en que determinan la conducta real. Para la sociología no presenta 1 ) puramente afectiva: por entrega sentimental;
ninguna dificultad el reconocimiento de que distintos órdenes contradidorios entre 2 ) racional con aneglo a valores: por la creencia en su validez abso-
sí puedan “ valer” unos al lado de otros dentro de un mismo círculo de hombres. luta, en cuanto expresión de valores supremos generadores de
Es más, el mismo individuo puede orientar su conducta en diversos órdenes con
tradictorios; y no sólo de un modo sucesivo, cosa de todos los d ías, sino aun en
- deberes ( morales, estéticos o de cualquier otra suerte );
una misma acción. Quien se bate en duelo orienta su conducta por el código 3 ) religiosa: por la creencia de que de su observancia depende la
de! honor, pero, tanto si oculta esta acción como si se presenta ante los tribunales, existencia de un bien de salvación .
orienta la misma conducta por el código penal. Cuando la elusión o la transgre- II. También ( o solamente ) por la expectativa de determinadas conse -
sión del sentido ( como por término medio es entendido ) de un orden se convierte cuencias externas; o sea , por una situación de intereses; pero por ex-
en regla, entonces la validez de ese orden es muy limitada o ha dejado de subsis- pectativas de un determinado género.
tir en definitiva. Entre la validez y la no validez de un orden no hay para la socio
logía, como existe, en razó n de sus fines, para la jurisprudencia, una alternativa
-
Un orden debe llamarse:

— —
absoluta . Existen más bien transiciones fluidas entre ambos casos y pueden valer
como se ha indicado uno al lado de otro ó rdenes contradictorios, en la am -
plitud en que alcance la probabilidad efectiva de una orientación real de la con -
ducta por ellos.
a ) Convención: cuando su validez está garantizada externamente por la
probabilidad de que, dentro de un determinado círculo de hombres,,
una conducta discordante habrá de tropezar con una ( relativa ) repro
bació n general y prácticamente sensible.
-
Los conocedores recordará n d papel importante que el concepto de orden des- b ) Derecho: cuando está garantizado externamente por la probabilidad
empeña en el prólogo del antes citado libro de R. Stammler, escrito por supuesto

orno todos los suyos con brillantez, pero profundamente equivocado y con
fundiendo los problemas de un modo funesto. ( Cf . la cr
-
ítica contenida en mi
de la coacción ( f ísica o psíquica ) ejercida por un cuadro de individuos
instituidos con la misió n de obligar a la observancia de ese orden o de
castigar su transgresión .
citado artículo, escrito, por cierto, en forma lamentablemente dura, en d disgusto
que me produjo la confusión aludida.) No solamente no distingue Stammler entre
la validez normativa y la empí rica, sino que desconoce ademá s que la acción social Sobre convención, cf . adem ás de Ihering, op. cit ., y Weigelin, op. cit., F.
no se orienta ú nicamente por los “órdenes”; sobre todo, convierte de modo lógica - Tonnies, Die Sitte ( 1909 ).
mente erró neo el “orden ” en una “ forma ” de la acció n social y le asigna un pape!
con respecto al “contenido” semejante al que tiene en la teor ía del conocimiento .
¡ .Convención debe llamarse a la “costumbre” que, dentro de un cí rculo de
( prescindiendo, además, de otros errores ) . Quien ante todo actúa econ ó micamen - hombres , se considera como válida y que está garantizada por la reprobación de la
te, por ejemplo, de hecho orienta su acción ( cap. n ) por la representación de la conducta discordante. En contraposición al derecho ( en el sentido en que usa-
escasez de determinados medios de que puede disponerse para la satisfacción de mos esta palabra ) falta el cuadro de personas especialmente dedicado a imponer
las necesidades en relación con la representación del conjunto de esas necesidades
y de las acciones previsibles presentes y futuras de terceros que tienen en cuenta o
su cumplimiento. Cuando Stammler pretende distinguir el derecho de la conven
ción por el carácter enteramente “libre” de la sumisión en esta última, deja de
-
piensan en los mismos medios; pero, además, se orienta en la elección de sus me
didas econó micas por aquellas ordenaciones que, como leyes o convenciones, sabe
- estar de acuerdo con d uso corriente del lenguaje y ni siquiera es exacto en el caso
de sus propios ejemplos. La observancia de la “ convención ” ( en el sentido co-
vigentes, es decir, de las que conoce dar ían lugar a una reacción de terceros en
caso de transgresión. Esta sencilla situación empí rica ha sido confundida por
— —
rriente de la palabra ) por ejemplo: del saludo en uso, dd vestido conveniente,
de los l ímites de forma y contenido en el trato humano se exige muy seriamente *

2 58- - -6
28 CONCEPTOS SOCIOLÓGICOS FUNDAMENTALES EL OROEN LEG ÍTIMO 29

——
al individuo como obligación o modelo y en modo alguno como en la simple
“costumbre'’ de preparar de cierta manera un plato culinario se le deja a su
libre elecció n . Una falta contra la convención ( costumbre estamental ) se sanciona
(§§ 157» 242 BGB.) Cf. sobre el concepto de las " buenas costumbres” ( mcrecc
r
doras de aprobació n y en cuanto tales sancionadas por el derecho ) , Max R ü rnciin
en Schwab. Heimatgabe filr Th. H áring ., 1918.
-

con frecuencia con mucha más fuerza que la que pudiera alcanzar cualquier for
- 3. No todo orden vá lido tiene necesariamente un carácter abstracto y general.
ma de coacción jur ídica, por medio de las consecuencias eficaces y sensibles del El "precepto jur ídico" vá lido y la "decisió n jurídica" de un caso concreto no
boicot declarado por los demás miembros del propio estamento. Lo que falta estuvieron en modo alguno tan separados entre sí como hoy es el caso norma!.
ú nicamente es el cuerpo de personas especialmente destinado a mantener su cum - Un orden puede aparecer también como orden ú nicamente de una situación con
ídica. Cuando no se
-
plimiento ( juez, fiscales, funcionarios administrativos, etc. ) . Sin embargo, la creta. El detalle de todo esto pertenece a la sociología jur
transició n es fluida. El caso l í mite de la garantía convencional de un orden , ya en diga otra cosa nos atendremos, por razones de conveniencia, a las concepciones
trá nsito hacia la garantía jurídica, se encuentra en la aplicación del boycot formal- modernas sobre las relaciones entre precepto jur ídico y decisión jurídica .
.
mente organizado y proclamado ( en su amenaza ) Esto, en nuestra terminología ,
sería ya un medio de coacción jurídica . No nos interesa aqu í el que la convenció n
4. Ó rdenes garantizados de un modo "externo" pueden estarlo además "inter-
namente". La sociología no tiene problema alguno respecto a las relaciones entre
pueda estar protegida por otros medios ademá s del de la simple reprobación ( em - derechos, convención y "é tica". La norma moral se impone a la conducta hu -
pleo por ejemplo, de derecho doméstico en caso de una conducta lesiva de la mana por una determinada creencia en valores, pretendiendo aquella conducta
convenció n ) . Lo decisivo es que aun en esos casos es el individuo el que emplea el predicado de "moralmente buena", de igual manera que pretende el predicado
los medios represivos ( a menudo drá sticos ) y en méritos precisamente de la repro - de lo “ bello" la que se mide por patrones esté ticos. En este sentido, rep resen -
bación convencional, pero no un cuerpo de personas encargado de esa función.
2. Para nosotros lo decisivo en d concepto del "derecho" ( que para otros fines
taciones normativas de cará cter é tico pueden influir muy profundamente laa con -
ducta y carecer, sin embargo, de toda garantía extema , Esto último ocurre
puede delimitarse de manera completamente diferente) es la existencia de un con frecuencia cuando su transgresió n roza en escasa medida intereses ajenos. Por
cuadro coactivo. Este, naturalmente, en modo alguno tiene que ser aná logo al que otra parte, está n garantizadas a menudo en forma religiosa . Y tambié n pueden
hoy en d ía nos es habitual. Especialmente, no es ni mucho menos necesaria li encontrarse garantizadas de manera convencional ( en el sentido aqu í admitido)
existencia de una instancia “ judicial”. El clan mismo puede representar ese cuadro
— —
mediante reprobación de su transgresión y boycot y aun jur ídicamente, me-
coactivo ( en los casos de venganza de la sangre y de luchas internas ) , cuando ri
gen de hecho, para las formas de sus reacciones, ordenaciones de cualquier índole.
Cierto que este caso está en el punto l í mite de lo que todaví a puede calificarse
de “compulsión jur ídica". Como es sabido, al "derecho internacional" se le ha
-

diante determinadas reacciones de tipo penal o policiaco, o por ciertas consecuen-
cias civiles. Toda moral con "validez" efectiva en el sentido de la sociologí a
suele estar garantizada ampliamente en forma convencional, o sea por la probabi
—-
lidad de una reprobació n de la transgresión . Por otra parte, no todos los ó rdenes
garantizados convencional o jur ídicamente pretenden ( o por lo menos: no nece-
disputado renovadamente su calidad de "derecho", por carecer de un poder coac-
tivo supraestatal. Desde luego, segú n la terminología aqu í aceptada ( como convc-
niente ) no puede en realidad designarse como derecho a un orden que sólo esté

sariamente ) el cará cter de normas morales; en conjunto, las normas jur —
ídicas a
menudo puramente racionales con arreglo a fines mucho menos que las conven-
cionales. Respecto a si una determinada representación normativa, dentro de un*
garantizado por la expectativa de la reprobació n y de las represalias de los lesiona -
— —
dos es decir, con venció nal men te y por la situació n de intereses y que carezca
de un cuadro de personas especialmente destinado a imponer su cumplimiento.
cí rculo de hombres, pertenece o no al dominio "moral" ( en tal caso “simple
convención o "puro" derecho ) , es cosa que la sociologí a sólo puede decidir con

— —
Para la terminología jurídica puede muy bien ocurrir lo contrario. Los medios
coactivos no hacen al caso. Aun la “admonició n fraternal" comente en muchas
sectas corno el medio m ás suave de coacción frente a los pecadores se incluye
en ellos siempre que esté ordenada por una norma y se qecute por un cuadro de
arreglo a aquel concepto de lo "moral" que haya valido o valga en el cí rculo de
hombres en cuestió n . Por eso no caben afirmaciones de carácter má s general
.
sobre este problema
personas dispuesto con ese fin. De igual manera, la reprensión del censor, por § 7. Los que act ú an socialmentc pueden atribuir validez leg í tima a un
ejemplo, como medio de garantizar el cumplimiento de normas "morales" de con - orden determinado.
ducta . Asimismo la coacción psíquica como auténtico medio disciplinario de la ó n: validez de lo que siempre existió;
Iglesia. Existe, naturalmente, “ derecho” lo mismo cuando está garantizado pol í ti-
a ) en m é ritos de horadaci
b ) en virtud de una creencia afectiva ( emotiva especialmente ) : validez
camente que cuando lo está en forma hierocrá tica; y asimismo cuando esa garant ía
se encuentra en los estatutos de una asociación, en la autoridad del patriarca o en de lo nuevo revelado o de lo ejemplar,
uniones o comunidades de compa ñ eros. De igual manera encajan en el concepto c ) en virtud de una creencia racional con arreglo a valores: vigencia de
lo que se tiene como absolutamente valioso;


aqu í admitido y valen como "derecho" las reglas de un "Komment".* El caso

del § 888, p. 2 del RZPO Ley de Procedimientos Civiles ( derecho inejecuta
bles ) cae de lleno evidentemente en nuestro concepto. Las "leyes imperfectas”
y las obligaciones naturales” son formas del lenguaje jur ídico que manifiestan,
- d ) en mé ritos de lo estatuido positivamente, en cuya legalidad se cree.

Esta legalidad puede valer como legí tima


a ) en virtud de un pacto de los interesados,
de modo indirecto, l í mites y condiciones en la aplicació n de la coacció n jur
Una norma del trato humano estatuida con fuerza obligatoria es por eso derecho
ídica.
— —
(3 ) en virtud del "otorgamiento" Oktroyierung por una autori
dad considerada como legí tima y del sometimiento correspon -
-
• Código de los osos estudiantiles. [E.J diente.

i
30 CONCEPTOS SOCIOLÓGICOS FUNDAMENTALES J CONCEPTO DE LUCHA 31
Todo detalle sobre estas cuestiones ( a reserva de definir con mayor precisió n por situaciones de intereses de toda especie, por una mezcla de vinculación a la
algunos conceptos en lo aue sigue ) pertenece a la sociología dd poder y a la so
ídica. Aqu í sólo caben estas consideraciones:
ciología jur
- tradición y de ¡deas de legitimidad. En muchos casos el sujeto cuya conducta
muestra esa adhesión no es, naturalmente, consciente en modo alguno de si se
*

1. La validez de un orden en méritos del carácter sagrado de la tradición es trata de una costumbre, de una convenció n o de un derecho. La sociología tiene
la forma más universal y primitiva. El temor a determinados perjuicios mágicos entonces que descubrir la clase tí pica de la validez en cuestión .
fortaleció la traba psíquica para toda variación en las formas habituales e invete-
radas de la conducta; y los varios intereses, que suelen estar vinculados al mante- § 8. Debe entenderse que una relación social es de lucha cuando la acció n
nimiento de la sumisión al orden vigente, cooperan en la dirección de su conser - se orienta por el propósito de imponer la propia voluntad contra la resisten -
vación. Sobre esto, véase cap. m. cia de la otra u otras partes. Se denominan “ pacíficos" aquellos medios de
2. Primitivamente, creaciones conscientes de un orden nuevo fueron debidas lucha en donde no hay una violencia física efectiva. La lucha “ pacífica” llá-
a orá culos prof é ticos o, por lo menos, se presentaron como revelaciones consagra
- mase “competencia" cuando se trata de la adquisición formalmente pacífica
das prof é ticamente y tenidas, por tanto, como santas: esto ocurre hasta con los de un poder de disposición propio sobre probabilidades deseadas también por
estatutos de los cásymnetas helénicos. El sometimiento dependió entonces de la otros. Hay competencia regulada en la medida en que esté orientada , en sus
creencia en la legitimidad de los profetas. En las é pocas dominadas por un
rigu- fines y medios, por un orden determinado. A la lucha ( latente ) por la exis-
roso tradicionalismo, la formación de órdenes "nuevos", es decir, que se consi- tencia que, sin intenciones dirigidas contra otros, tiene lugar, sin embargo,
deran como tales, sólo era posible, de no ocurrir por la revelación aludida, mediante
la consideració n de que en realidad habían sido vá lidos desde siempre pero no tanto entre individuos como entre tipos de los mismos, por las probabilidades
existentes de vida y de supervivencia, la denominaremos “selección : la cual
"
bien conocidos, o que habiendo estado oscurecidos por algún tiempo venían a
ser redescubiertos en ese momento. es "selección soetai" cuando se trata de probabilidades de vida de los vmen -
3. El tipo más puro de una validez racional con arreglo a valores está repre tes, o "selección biológica" cuando se trata de las probabilidades de super-
sentado por el derecho natural. Cualquiera que haya sido su limitación frente a - vivencia del tipo hereditario.
sus pretensiones ideales, no puede negarse, tin embargo, el influjo efectivo y no
insignificante de sus preceptos lógicamente deducidos sobre la conducta; preceptos . 1 Entre las formas de lucha existen las más diversas transiciones sin solució n
que hay que separar tanto de los revelados como de los estatuidos o de los deri
vados del derecho tradicional. - de continuidad: desde aquella sangrienta, dirigida a la aniquilació n de la vida del
contrario y desligada de toda regla, hasta el combate entre caballeros “ conven -
4. La forma de legitimidad hoy más corriente es la creencia en la legalidad: donalmente” regulado ( la invitación del heraldo antes de la batalla de Fontenoy:
la obediencia a preceptos jur _
ídicos positivos estatuidos segú n d ,procedimiento Messieurs les Angfais, tirez les premiers ) y la pugna deportiva con sus reglas; desde
usual y formalmente correctos. La contraposición entre ordenaciones pactadas y la competencia no sometida a regla alguna , por ejemplo, la competencia erótica
. por los favores de una dama, pasando por la competencia econó mica regulada por

“otorgadas" es sólo relativa Pues cuando una ordenació n pactada no


en un acuerdo por unanimidad como con frecuencia se requer
descansa
ía en la Antigüe-
dad para que existiera legitimidad auténtica , sino más bien en la sumisión de
el mercado, hasta llegar a la competencia estrictamente ordenada como la artística
o la ‘Hucha electoral". La delimitación conceptual de la lucha violenta se justifica

— ——
hecho, dentro de un círculo de hombres, de personas cuya voluntad es empero por la peculiaridad de sus medios normales y por las consecuencias sociológicas
discordante de la de la mayor

ía caso muy frecuente , tenemos en realidad
una ordenación otorgada impuesta respecto de esas minor ías. Por lo demá s,
particulares aue, por esa razón, acarrea su presencia ( ver cap. II y posteriormente ).
2. Toda lucha y competencia tí picas y en masa llevan a la larga,”no obstante
es también frecuente el caso de minor ías poderosas, sin escr ú pulos, y sabiendo a las posibles intervenciones de la fortuna y dd azar, a una “selección de los que
dónde van, que imponen un orden, que vale luego como legitimo para los que
al comienzo se opusieron a él. Cuando las votaciones está n legalmente recono-
cidas como medio para la creació n o variación de un orden, es muy frecuente que
la voluntad minoritaria alcance la mayoría formal y que la mayoría se le allane; el
carácter mayoritario es sólo una apariencia. La creencia en la legalidad de las orde

poseen en mayor medida las condiciones personales requeridas por té rmino medio
para triunfar en la lucha. Cuá les sean esas cualidades si la fuerza f ísica o la
astucia sin escrú pulos, si la intensidad en d rendimiento espiritual o meros pul-
mones y técnica demagógica, si la devoción por los jefes o el halago de las masas,
naciones pactadas llega a tiempos bastante remotos y se encuentra con frecuencia
entre los pueblos primitivos; casi siempre, sin embargo, completada por la auto
-
- —
si la originalidad creadora o la facilidad de adaptación social, si cualidades extra -
ordinarias o cualidades mediocres es cosa que sólo pueden deddir las condicio-
nes de la competenda y de la lucha; entre las cuales, aparte de todas las posibles
ridad de los oráculos.
5. La disposición a avenirse con las ordenaciones “otorgadas", sea por una
persona o por varias, supone siempre que predominan ¡deas de legitimidad y en
la medida en que no sean decisivos el simple temor o motivos de cá lculo egoísta—— — —
cualidades tanto individuales como de masa , hay que contar aquellos órdenes por
los que la conducta , ya sea tradicional, ya sea racional con arreglo a fines o con
arralo a valores se orienta en la lucha. Cada uno de ellos influye en las proba-
bilidades de la selecdón social . No toda selecdón social es una "lucha" en el
la creencia en la autoridad legítima, en uno u otro sentido de quien impone ese sentido aqu í admitido. Selección social significa, por lo pronto, tan sólo, que
-
orden; de lo que se tratará luego en particular ( §§ 13 16 y cap. ni ).
6. En todo caso, siempre que no se trate de disposiciones completamente
determinados tipos de conducta y, eventualmentc, de cualidades personales, tienen
más probabilidades de entrar en una determinada relación social ( como "amante”,
nuevas, es regla general que la adhesión a un orden esté determinada, ademá s de “ marido", "diputado", "funcionario", "contratista de obras", "director general" .
2 58- - -6
Q>

i
:s
32 CONCEPTOS SOCIOLÓGICOS FUNDAMENTALES COMUNIDAD Y SOCIEDAD 33
“empresario ’, etc. ) . Con lo cual nada se dice sobre si esas probabilidades sociales especificada ) se debe con frecuencia a causas de cará cter muy concreto, lo que
se adquirieron por medio de lucha , ni si con ellas mejoran o no las probabilidades nada nos dice en contra de la "viabilidad" general de la relació n en cuestión .
de supervivencia bioló gica del tipo en cuestión.
Sólo hablaremos de “lucha ” cuando se dé una auténtica “competencia" Se . - § 9. Llamamosjromuniddd) a una relació n social cuando y en la medida
-
gú n enseña la experiencia la lucha es ineludible de hecho en el sentido de “selec
ció n" y lo es en principio en el sentido de “ selecció n biológica". La selección es
“ eterna", porque no hay manera de imaginar medio alguno para descartarla de
— —
en que la actitud en^la aécíonsocial en el caso particular, por término me
_
dio o en el tipo puro se ins¡pjja -cozcl-sentimiento. subjetivQ (2Í£CtÍEQJ3. tra
-
-
modo total. Un orden pacifista de rigurosa observancia sólo puede eliminar ciertos didonaU de los partícipes de constituirun to]Jo>
Llamamos sociedag, a una relación social cuando y en la medida en que



medios y determinados objetos y direcciones de lucha. Lo cual significa que otros
medios de lucha llevan al triunfo en la competencia ( abierta ) o en el caso en
que se imagine a ésta eliminada ( lo que sólo ser ía posible de modo teórico y
utópico ) en la selección (latente ) de las probabilidades de vida y de supervi
vencia ; y que tales medios habrá n de favorecer a los que de ellos dispongan , bien
-
la actitud en la áccíon social se inspira en una compensación de intereses por
_
motivos racionales ,( dc fines o devajórej). Qjambléá ¿ñ im á ü níon de ínte-
resescon iguaL níóiivación. La sociedadt de un modo tí pico, puede especial
mente descansar ( pero no ú nicamente ) en un acuerdo o pacto racional, por
" _ _
-
por herencia, bien por educació n. Los l í mites de una eliminació n de la lucha se declaració n recíproca. Entonces la acción , cuando es racional, está orientada
encuentran , empí ricamente, en la selección social y por principio en la biológica. a ) racionalmente con arreglo a valores : en m éritos de la creencia en la propia
3. Hay que separar, naturalmente, de la lucha de los individuos por las proba
bilidades de vida y supervivencia, la lucha y selecció n de las relaciones sociales.
- vinculació n; b ) racionalmente con arregló a fin és? por la expectativa de la
Ahora bien , estos conceptos sólo pueden usarse en un sentido metaf órico. Pues lealtad de la otra parte.
las "relaciones'’ sólo existen como acciones humanas de determinado sentido. Por
tanto, una lucha o selección entre ellas significa que una determinada clase de 1. Esta terminología recuerda la distinció n establecida por F. Tonnies en su
acció n ha sido desplazada en el curso del tiempo por otra , sea del mismo o de otros obra fundamental: Gemeinschaft und GeseÜschaft * ("Comunidad y Sociedad " ).
hombres. Lo cual es posible de diversas maneras. La acción humana puede a ) Sin embargo, de acuerdo con sus propios fines, Tonnies dio a esta distinció n ,
dirigirse conscientemente a estorbar una relación social concretamente determi- desde un principio, un contenido especifico, que no tiene utilidad para nuestros
nada, o determinada en su generalidad específica ( es decir, a estorbar el desarrollo propósitos. Los tipos más puros de “sociedad" son: <x) el cambio estrictamente
racional con arreglo a fines y libremente pactado en el mercado: un compromiso
de la acción correspondiente a su contenido de sentido ) ; o a impedir su naci
miento o subsistencia ( un “ estado" por medio de la guerra o la revolución; una
- real entie interesados contrapuestos que, sin embargo, se complementan ; b ) la
"conjura", por una
represió n sangrienta ; el “concubinato", por medio de medidas unión libremente pactada y puramente dirigida por determinados fines ( Zweck -
policiacas; “ negocios usurarios" retirá ndoles la protecció n jur ídica y sancioná n- verein ) , es decir, un acuerdo sobre una acción permanente orientada en sus pro
pósitos y medios por la persecució n de los intereses objetivos ( económicos u
-
dolos penalmente ) ; o a favorecer conscientemente la subsistencia de una categor ía
de relaciones a costa de las dem á s: lo mismo los individuos aislados que asociados otros ) de los miembros partícipes en ese acuerdo; c ) la unió n racionalmente mo-
pueden proponerse tal fin. O también puede ocurrir b ) que el desarrollo de la tivada de los que comulgan en una misma creencia ( Gesinnungsverein ) : la sectil
acció n social y sus condiciones determinantes de toda í ndole tengan como conse - racional, en la medida en que prescinde del fomento de intereses emotivos y afec-
cuencia accesoria, no querida, el hecho de que determinadas relaciones ( es decir, tivos, y sólo quiere estar al servicio de la “ tarea" objetiva ( lo que ciertamente, en
la acció n por ellas supuesta ) disminuyan progresivamente sus probabilidades de su tipo puro, ocurre sólo en casos muy especiales ) .
persistencia o de nueva formación . Todas las condiciones naturales y culturales, 2. La comunidad puede apoyarse sobre toda suerte de fundamentos, afectivos,
cualquiera que sea su clase, dan lugar en alg ú n modo, en caso de variació n, a ese emotivos y tradicionales: una cofradía pneumática, una relación eró tica, una re-
desplazamiento en las probabilidades de las más diversas relaciones sociales. En lación de piedad, una comunidad “ nacional", una tropa unida por sentimientos
tales casos cada quien puede hablar de una selecció n de las relaciones sociales de camaradería. La comunidad familiar es la que expresa con mayor adecuación
— —
por ejemplo de los estados en la que triunfa la “ más fuerte" ( en el sentido el tipo de que se trata. Sin embargo, la inmensa mayoría de las relación© sociales
partiapan en parte de “comunidad" y en parte de la “sociedad"¡fTcoda rda -
de la “ m á s adaptable " ) . Pero, debe insistirse en que esa llamada “selecci ó n"
nada tiene que ver con la selecció n de los tipos humanos ni en el sentido social
ni en el biológico; y que, en cada caso concreto, debe uno preguntarse por la causa
^
ció n social, aun aquella más estrictamente originada en la persecució n racional
de algú n fin ( la clientela, por ejemplo ) puede dar lugar a valores afectivos que
que ha producido ese desplazamiento de las probabilidades respecto a una u otra trasciendan de los simples" fines queridos. Toda “sociedad" que exceda los tér -
forma de acción social, o ha destruido una relación social, o ha asegurado su persis minos de una mera unión para un propósito determinado y que, no estando li-
-
tencia frente a las demá s; no debiendo olvidarse, tampoco, que esas causas son
tan m ú ltiples que resulta imposible abarcarlas con una f ó rmula ú nica. También
existe en estos casos el peligTO de insertar “ valoraciones" incontroladas en la inves
tigació n empí rica y, sobre todo, de deslizar la apolog ía de un resultado , que a
-

mitada de antemano a ciertas tareas, sea de larga duració n y d é lugar a relaciones
sociales entre las mismas personas como las “sociedades" creadas dentro de un


mismo cuadro militar, en una misma clase de la escuela, en una misma oficina, en
un mismo taller tiende, en mayor o menor grado, a fomentar los afectos alu -
menudo está individualmente condicionado en el caso particular y es , por lo tanto, *
..
Hay que advertir que Max Weber emplea los términos Vcrgcsclhchsftang y Vergemeinscha/ -
puramente “casual". Los ejemplos abundan en estos últimos a ños. Debe, pues,
munión pero que generalmente nosotros traduciremos por comunidad y sociedad por exigencias del
-
tung que a la letra serian socal ración y comuniació n , o proceso de asociaci ón y proceso de co
recordarse que la eliminación de una relación social ( concreta o cualitativamente idioma y sin perjudicar la idea. [E.1

i
r
34 CONCEPTOS SOCIOLÓGICOS FUNDAMENTALES RELACIONES ABIERTAS Y CERRADAS 35
didos. Por el contrario, una relación que por su sentido normal es una comuni - manera. Crea formas de sociedad entre los contratantes particulares y una reía *

dad, puede estar orientada por todos o parte de sus part


ícipes con arreglo a ciertos d ó n sodal ( de competencia sobre todo ) entre todos los concurrentes al mercado,
fines racionalmente sopesados. Hasta qué punto un grupo familiar, por qemplo, pues orientan su conducta por referencia recí proca a la de los demá s. Pero fuera
es sentido como “comunidad" o bien utilizado como “sociedad ”, es algo que se de esto sólo surgen formas de sociedad cuando algunos partícipes se ponen de
presenta con grados muy diversos. El concepto de “comunidad" aquí adoptado acuerdo con el fin de aumentar sus probabilidades de éxito en la lucha de predos,
es deliberadamente muy amplio, por lo cual abarca situaciones de hecho muy o cuando todos se condertan a fin de regular y asegurar el cambio. ( El mercado, y
hdaocéneu . la econom ía de cambio fundada en él, es el tipo má s importante de una influenda
3. La comunidad es normalmente por su sentido la contraposició n radical de
la 'lucha ”. Esto no debe, sin embargo, enga ñamos sobre el hecho completamente tica de la moderna econom ía. )
-
recí proca de la acción por la pura y simple situación de intereses , cosa caracter
ís
normal de que aun en las comunidades más í ntimas haya presiones violentas de
toda suerte con respecto de las personas más maleables o transigentes; y tampoco § 10. Una relación social ( lo mismo si es de “comunidad” como de “so
ciedad " ) se llama “abierta" al exterior cuando y en la medida en que la par-
-
sobre que la “selección” de los tipos y las diferencias en las probabilidades de
vida y supervivencia creadas por ella ocunan lo mismo en la “comunidad" que ticipació n en la acción . sodal recí proca que, segú n su sentido, la constituye,
en otra parte cualquiera . Por otro lado, las “sociedades” són con frecuencia úni
camente meros compromisos entre intereses en pugna, los cuales sólo descartan
- no se encuentra negada por los ordenamientos que rigen esa relació n a nadie
que lo pretenda y est é en situació n real de poder tomar parte en ella. Por
(o pretenden hacerlo ) una parte de los objetivos o medios de la lucha, pero de - el contrario, llá mase “cerrada" al exterior cuando y en la medida en que aque-
-
jando en pie la contraposició n de intereses misma y la competencia por las distin lla participació n resulte excluida , limitada o sometida a condiciones por el
tas probabilidades. Lucha y comunidad son conceptos relativos; la lucha se con - .
sentido de la acció n o por los ordenamientos que la rigen El carácter abierto
forma de modo muy diverso, segú n los medios ( violentos o “ pacíficos" ) y los o cerrado puede estar condicionado tradicional, afectiva o bien racionalmente
mayores o menores miramientos en su aplicación. Y por otra parte, el orden de
la acción social, cualquiera que sea su dase, deja en pie, como sabemos, la selec
ción de hecho en la competencia de los distintos tipos humanos por sus proba
-
-
con arreglo a valores o fines. El cierre de tipo racional se basa especialmente
en la siguiente situació n de hecho: una relación social puede proporcionar
bilidades de vida. a sus partícipes determinadas probabilidades de satisfacer ciertos intereses,
4. No toda participad ó n com ú n en determinadas cualidades, de la situarión tanto interiores como exteriores, sea por el fin o por el resultado, sea a tra -
o de la conducta, implica una comunidad . Por qemplo, la partidpación en una vés de una acción solidaria o por virtud de una compensación de intereses.
— —
determinada herenda biológica los llamados caracteres “ rada les" no implica Cuando los partícipes en esa relación esperan que su propagació n les ha de
commercium y connubium frente al mundo dreundante pueden desembocar por
aislamiento frente a ese contomo en una situación homogénea. Empero, aun
que reaedonen en esta situad ón de un modo análogo, esto no es todavía “comu
— --
en sí una comunidad de los que posean tales características. Por limitación dd


aportar una mejora de sus propias probabilidades en cantidad, calidad segu-
ridad o valor, les interesa su cará cter abierto; pero cuando, al contrario, es
peran obtener esas ventajas de su monopolización, les interesa su cará cter
cerrado al exterior.
-
nidad”, ni tampoco la produce el simple “sentimiento" de la situadón com ú n y Una relación social “cerrada" puede garantizar a sus part ícipes el disfru-
sus consecuendas. Comunidad sólo existe propiamente cuando sobre la base de
——
ese sentimiento la acdó n está recí procamente referida no bastando la acdón
de todos y cada uno de ellos frente a la misma drcunstancia y en la medida en
te de las probabilidades monopolizadas: a ) libremente , b ) en forma racionada
o regulada en cuanto al modo y la medida, o c ) mediante su apropiación per
manente por individuos o grupos y plena o relativamente inalienable ( cerrada
-
que esta referencia traduce el sentimiento de formar un todo. Entre los jud íos,
— —
por ejemplo, este caso es poco abundante fuera de los dreulos sionistas y de la
acción de algunas sodedades para el fomento de los intereses jud íos y muchas
en su interior ). Las probabilidades apropiadas se llaman “derechos”. Segú n
el orden que rija la relaci ón social la apropiación puede corresponder l ) a
veces ellos mismos lo rechazan. La misma comunidad de lenguaje, originada en
una tradición homogénea por parte de la familia y la vedndad, facilita en alto
todos los miembros de determinadas comunidades y sociedades así por

ejemplo, en una comunidad doméstica , o 2 ) a individuos , y en este caso—
grado la comprensión redproca, o sea , la formadón de rdadones sodales. Pero a ) de un modo puramente personal, o b ) de manera que, en caso de muerte,
en sí no implica “comunidad" en estricto sentido, sino tan sólo la fadlitadón dd se apropien esas probabilidades uno o varios individuos, unidos al que hasta
intercambio sodal dentro dd grupo en cuestión; o sea, la formación de relaciones ese momento fue el titular por una relación social o por nacimiento ( paren -
de “sodedad”. Ante todo, entre las personas individuales y no en su cualidad de tesco ) , o designados por él ( apropiación hereditaria ) . Por último, puede
part
ídpes en d mismo idioma, sino como soportes de intereses de toda espedq la ocurrir 3 ) que el titular esté facultado para ceder a otros más o menos libre-
orientadón por las normas del lenguaje com ú n constituye primariamente sólo un mente sus derechos mediante pacto; siendo los cesionarios a ) determinados,
medio para un mutuo entendimiento, pero no “contenido de sentido" de las rela- o b ) discrecionales ( apropiación enajenable ). Los partícipes en una relació n
ciones sodales. Tan sólo la aparidón de contrastes consdentes con respecto a
social cerrada se consideran como iguales o compañeros y en el caso de una
terceros puede aear para los part
génea, un sentimiento de comunidad y formas de sodalizadón
— —
ídpes en un mismo idioma una situad ó n homo-
sodedad el
fundamento consdente de la existenda de los cuales es la comunidad lingüística .
La participadó n en un “ mercado" ( concepto en el cap. n ) se conforma de otra
regulació n de esa participación que les asegure la apropiación de ciertas pro
babilidades se consideran como compañeros jurí dicamente protegidos. Se
llama propiedad al conjunto de probabilidades hereditariamente apropiadas
-

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36 CONCEPTOS SOCIOLÓGICOS FUNDAMENTALES SOLIDARIDAD Y REPRESENTACIÓN 37
por un individuo o una comunidad o sociedad; siendo propiedad libre en el . permitir a sus miembros competir libremente entre sí por las probabilidades mo -
caso en que ésta sea enajenable. nopolizadas o pueden, al contrario, limitar rigurosamente con respecto a cada
miembro la apropiació n de determinadas probabilidades ( clientes u objetos mer -
La “ penesa ” definició n de estos hechos, aparentemente in ú til, es un ejemplo cantiles ) , bien de por vida o ( especialmente en la India ) con cará cter hereditario
de que precisamente lo “evidente por sí mismo” es aquello ( por intuitivamente y enajenable; una comunidad de la marca ( Markgenossenschaft ) puede otorgar a
vivido ) que menos suele ser “ pensado”. sus miembros el libre aprovechamiento o bien garantizar y otorgar tan sólo a cada
unidad familiar un contingente rigurosamente limitado; una asociació n de colonos
1. a ) Cerradas en \ irtud de la tradició n suelen ser aquellas comunidades la de cará cter cerrado hacia fuera puede conceder el libre aprovechamiento de la
participació n en las cuales se funda en relaciones familiares. tierra o bien otorgar y garantizar tan sólo, con carácter de apropiació n perma -

b ) Cerradas por razones afectivas suelen ser las relaciones personales fun-

dadas en sentimientos ( eró ticos o con frecuencia de piedad ) .
c) Cerradas ( relativamente ) en virtud de una actividad racional con arre-
glo a valores suden ser las comunidades de fe de cará cter estricto.
nente, un lote determinado de las tierras de labor, huerta y .pastos ( Hufsnanteile ) ;
todo ello con m últiples transiciones y grados intermedios. Histó ricamente, por
ejemplo, el cierre en el interior con relación a las “ expectativas” de feudos, bene-
ficios y cargos y su apropiación por los usufructuarios podía temar formas muy
d ) Cerradas en virtud de una actividad racional con arreglo a fines suelen diversas; e, igualmente, tanto la expectativa como la ocupació n de los puestos de
ser tí picamente las “asociaciones” econ ómicas de cará cter monopolista
o plutocrá tico.
He aqu í algunos ejemplos tomados al azar.
——
trabajo para lo cual el desarrollo de los consejos obreros podr ía ser el primer
paso pueden ir en aumento desde el closed shop hasta un derecho a determi
nados puestos ( grado previo: prohibición del despido sin aprobació n de los re
presentantes obreros ). Todos les detalles corresponden al aná lisis del problema
-
-
El carácter abierto o cerrado de una reunió n coloquial depende de su “con
tenido de sentido” ( conversació n en contraposición a un coloquio íntimo o a
- concreto. El grado más elevado de apropiación permanente existe en aquellos
casos de probabilidades garantizadas de tal modo al individuo ( o a determinados
una charla de negocios ). La relació n de mercado suele ser frecuentemente abierta. grupos de individuos, tales como comunidades domésticas, clanes y familias ) , que
Podemos observar en muchas “sociedades” y “comunidades” una oscilación en 1 ) en caso de muerte su trasmisió n a otras manos está regulada y garantizada por
los caracteres de cerrado o abierto. Por ejemplo, tanto en los gremios como en las las ordenaciones vigentes; o en que 2) el titular de las probabilidades puede
ciudades democrá ticas de la Antigü edad y del Medioevo, sus miembros muchas
veces estaban interesados en que se les diera ( por un cierto tiempo ) el mayor cre-
trasmitirlas libremente a terceros, que se convierten así en participes de la rela -
ción social; ésta, en semejante caso de una plena apropiació n en su interior, resulta
cimiento posible como medio de garantizar asi, por una mayor fuerza, sus proba-
bilidades vitales; y otras, en cambio, pugnaban por su limitació n en interés del
al mismo tiempo una relación social ( relativamente ) abierta hacia fuera ( en cuan
to que la adquisición del cará cter de miembro no depende del asenso de los
-
valor de su monopolio. Tampoco es raro encontrar este fen ómeno en ciertas co
munidades religiosas y sectas oscilantes en tie la propagació n y el hermetismo, en
- demá s ) .
4. Motivos conducentes al cierre de las relaciones sociales pueden ser: a ) el
interés del mantenimiento de una conducta é tica elevada o por causas materia - mantenimiento de una alta calidad y por tanto ( eventualmente ) del prestigio y
les. Ampliaciones del mercado, en interés de un aumento de las transacciones, y de las probabilidades inherentes, de honor y ( eventualmente ) de ganancia. Ejem -
limitaciones monopolistas del mismo, se encuentran tambié n de un modo seme- plos: comunidades de ascetas, de monjes ( en la India, muy particularmente, mon-
jante unas al lado de las otras. La propagació n de un idioma es hoy consecuencia
normal de los intereses de editores y escritores, frente al carácter secreto y esta -
jes mendicantes ) , congregaciones de sectas (|puritanos!) , sociedades de guerre -
ros, asociaciones de funcionarios, asociaciones de ciudadanos con carácter pol í tico
mentalmente cerrado de un lenguaje, no raro en otros tiempos. ( por ejemplo, en la Antigüedad ) y uniones gremiales, b) Escasez de las probabi-
2. El grado y los medios de regulación y cierre hacia fuera pueden ser muy lidades con respecto a la satisfacción ( consumo ) de las necesidades ( espacio vital
diversos, de tal manera que el trá nsito de lo abierto a lo regulado y cerrado es alimenticio ) : monopolio de consumo ( arquetipo: comunidad de la marca ) , c) Es-
fluido: pruebas de admisión y noviciados; adquisición del tí tulo, condicionada - casez en las probabilidades lucrativas ( ámbito del lucro ) : monopolio lucrativo
mente enajenable, de miembro; ballotage para cada admisión; pertenencia o ad- (arquetipo: las uniones gremiales o las antiguas comunidades de pescadores ) . Las

— —
misió n por nacimiento ( herencia ) o en virtud de participación libre en ciertos
servicios; o en caso de apropiació n y cierre de cará cter interno mediante la
adquisició n de un derecho apropiado; encontrá ndose las más diversas gradaciones
en las condiciones de la participación . “ Regulació n ” y “ hermetismo” frente al
exterior son , pues, conceptos relativos. Las transiciones que cabe imaginar son
más de las veces se combinan el motivo a con el b o el c.

§ 11. Una relación social puede tener para sus partícipes, de acuerdo con
su orden tradicional o estatuido, las consecuencias siguientes: a ) el que toda
innumerables: desde un club elegante, pasando por una representació n teatral acción de cada uno de los partícipes se impute a todos los dem ás ( solidari-
dad ) ; b ) el que la acción de un part ícipe determinado se impute a los dem ás
asequible a todo comprador del billete de entrada , hasta una reunión pol í tica in
teresada en ganar adeptos; o desde un culto pú blico al que todos pueden concurrir,- ( representación ) . O sea que tanto las probabilidades como las consecuencias,

— —
hasta los servicios religiosos de una secta o los misterios de una sociedad secreta!
3. El hermetismo de cará cter interno entre los partícipes mismos y en la
relaci ó n de unos para con otros puede también tomar las m á s diversas formas.
Por ejemplo, un gremio, una casta cercada o quizá incluso una bolsa , pueden
para bien o para mal, recaigan sobre todos. El poder representativo ( plenos
poderes ) puede, seg ú n el orden vigente, l ) estar apropiado en todos sus grados
y cualidades ( plenos poderes por derecho propio ) ; o 2 ) ser atribuido al po
seedor de determinadas características, ya temporal, ya permanentemente; o
-

r
38 CONCEPTOS SOCIOLÓGICOS FUNDAMENTALES
Jf CONCEPTO Y CLASES DE ASOCIACIÓ N 39
3 ) ser otorgado por determinados actos de los partícipes o de terceros, ya tem - .
4 Las particularidades de estos hechos no pueden formularse de una manera
.
poral, ya permanentemente ( plenos poderes otorgados ) . Respecto de las general, sino dentro de análisis sociológicos particulares El fenómeno más anti -
condiciones por las cuales las relaciones sociales aparecen como relaciones de guo y más general es el de la represalia, como venganza tanto como prenda.
solidaridad o como relaciones de representación, sólo puede decirse en tér-
minos generales que es en ello decisivo el grado en que su conducta tenga § 12. Por asociación (Verband ) debe entenderse una relación social con
como fin, bien a ) una lucha violenta, bien b ) un cambio pacífico; fuera de una regulación limitadora hacia fuera cuando el mantenimiento de su orden
esto se trata siempre de circunstancias particulares que sólo se pueden fijar está garantizado por la conducta de determinados hombres destinada en es-
en el an á lisis del caso concreto. Donde menos, naturalmente, suelen pre- pecial a ese . propósito: un dirigente y, eventualmente, un cuadro administra -
sentarse estas consecuencias es en aquellas relaciones que por medios pacíficos tivo que, llegado el caso, tienen también de modo normal el poder represen-
tativo. El ejercicio de la dirección o la participación en la acción del cuadro
persiguen bienes puramente ideales. Con el grado de hermetismo hacia
fuera marcha paralelo, aunque no siempre, el fen ómeno de la solidaridad
o de la representación .
— —
administrativo “los poderes de gobierno” pueden ser: a ) apropiados, o
b ) estar atribuidos por el orden vigente en la asociación , de modo permanen-
te, por algú n tiempo o para un caso concreto, a personas determinadas, a
1. La “ imputació n ” puede significar prá cticamente: a ) solidaridad activa y personas que reúnan ciertas caracter ísticas o a penonas que se eligen en una
pasiva: de la acció n de uno de los partícipes son todos tan responsables como él forma determinada. La acción de la asociación consiste en: a) la conducta
mismo; por su acción, por otra parte, está n legitimados todos tanto como él para legí tima del cuadro administrativo mismo que, en m éritos de los poderes de
el disfrute de las probabilidades aseguradas por esa acción . La responsabilidad gobierno o de representación, se dirige a la realización del orden de la misma;
puede existir respecto a espí ritus y dioses, es decir, estar orientada religiosamente. b ) la conducta de los partícipes en la asociación en cuanto dirigida por las
O bien respecto a otros hombres; y en este caso, convencionalmente en forma ordenanzas de ese cuadro administrativo.
activa y pasiva , respecto a los miembros de la relació n social ( venganza de sangre
contra los miembros de un clan y obligació n , a su vez, de éstos respecto a otros;
represalias contra conciudadanos y connacionales ) o jur í dicamente ( penas contra
parientes, contra miembros de la comunidad doméstica o de la comunidad vea-
nal; responsabilidad personal pOT deudas de los miembros de una comunidad do-
méstica o de una sociedad mercantil, de unos para con otros y en favor mutuo ) .

J . Es indiferente para el concepto aceptado el que se trate de “sociedades' ' o
de “comunidades”. Basta la presencia de un dirigente cabeza de familia , di-
rectiva de la unión, gerente mercantil, pr íncipe, presidente del estado, jefe de

iglesia cuya conducta se dirija a la realización del orden de la asociació n. Y esto
porque el cará cter especí fico de esa acción, no meramente orientada por el orden
La solidaridad frente a los dioses ha tenido históricamente consecuencias muy vigente en la asociación , sino dirigida a su imposición coactiva , a ñ ade sociológi-
importantes ( para las comunidades de los israelitas y cristianos primitivos y de camente al hecho de la “ relación social” cerrada una nueva caracter ística im-
los viejos puritanos) , b ) la imputación puede significar también ( en su grado portante. Pues no todas las comunidades o sociedades cerradas son una “ aso-
m í nimo ) que, para los partícipes en una relación social cerrada valga legalmente ciació n ”; por ejemplo, no lo son una relación eró tica o una comunidad de clan
como suya propia segú n sus ordenamientos tradicionales o estatuidos, toda dispo- sin jefe.
sición sobre probabilidades de cualquier especie ( especialmente económicas ) to
mada por un representante ( “ validez” de las disposiciones de la presidencia de
- 2. La “existencia” de una asociación depende por completo de la “ presencia"
de un dirigente y eventualmente de un cuadro administrativo. O sea, dicho de
una “ unió n " o del representante de una “asociación ” econó mica o pol í tica sobre un modo má s exacto: de la existencia de la probabilidad de que pueda tener lugar
bienes materiales, que segú n los ordenamientos que la rigen deben servir a los una acció n de personas dadas, cuyo sentido esté en el propósito de implantar
“ fines de la asociació n ” en cuestión ) . el orden de la asociación. Es decir, que existan determinadas personas “ puestas"
2. La situación de “solidaridad ” existe tí picamente, a ) en las comunidades para actuar, en caso dado, en esc sentido. Es, por lo pronto, conceptualmente
familiares y de vida , reguladas por la tradició n ( tipo: casa y clan ) , b ) en las indiferente aquello en que descanse esa posición, bien sea por devoción tradicio-
relaciones cerradas que mantienen por su propia fuerza el monopolio de determi -
nadas probabilidades ( tipo: asociaciones pol í ticas, especialmente en la Antigü edad ;
nal, afectiva o racional con arreglo a valores ( deberes feudales, de cargo o de
servicio ) , o por cálculo de intereses racionalmente sopesados ( interés por suel -
pero en su sentido má s amplio, especialmente en caso de guerra, existentes todavía dos, etc. ). Desde un punto de vista sociológico y segú n nuestra terminología, la
en la actualidad ) , c ) en asociaciones lucrativas cuando la empresa se lleva perso - asociación no consiste en otra cosa que en la probabilidad del desarrollo de una
nalmente por los partícipes ( tipo: la sociedad mercantil abierta ) , d ) en determi -
nadas circunstancias, en las sociedades de trabajadores ( tipo: artela ) . La situación
acción orientada de la forma expuesta. Si falta la probabilidad de esta acció n de
un cuadro dado de personas ( o de una persona individual dada ) , existe seg ú n
de “ representación ” existe típicamente en las “asociaciones” estatuidas y en las nuestra terminología una “ relació n social”, pero no una “asociación ”. Por el
“ uniones ” formadas para d logro de algú n fin, especialmente cuando se ha cons- contrario, todo el tiempo que aquella probabilidad subsista, subsiste desde la pers-
tituido y se administra un patrimonio adscrito a un fin ( sobre esto se tratará lue- pectiva sociológica la asociación, a pesar del cambio de las personas que orientan
go, en la sociología del derecho ) . su acción por el orden de que se trate. ( El tipo de nuestra definició n se propone
3. Existe una “atribución” del poder representativo segú n determinadas ca- incluir inmediatamente este hecho. )
racterísticas, por ejemplo, se atribuye siguiendo una escala de edades o una base 3. a) Además de la acción del cuadro administrativo mismo o bajo su direc-
semejante. ción, puede tambié n desarrollarse tí picamente una acción de los demás partícipes

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-*
••

40 CONCEPTOS SOCIOLÓGICOS FUNDAMENTALES r ORDEN ADMINISTRATIVO T REGULADOR 41


específicamente orientada por el orden de la asociació n y cuyo sentido radica en aparte de otras de carácter muy diverso, el asenso de determinados grupos o
la garantía de la realizació n de ese orden ( tributos y servicios lit ú rgicos de toda fracciones de los miembros de la asociació n .
especie, servicio militar, jurados, etc.) , b ) El orden vigente puede tambié n con - Las ordenaciones de una asociació n pueden imponerse con validez no
tener normas por las cuales debe orientarse en otras cosas la conducta de los
sólo para sus miembros, sino aun para aquellas personas que no lo son, siem -

miembros de la asociació n ( por ejemplo, en el estado toda acción de econom ía
privada es decir, no dirigida por la imposición coactiva del orden vigent
debe regularse por el derecho civil ) . En los casos de la letra a la acción debe
llamarse “acció n para la asociación"; en los de la letra b , “acció n regulada po r la
pre que se den determinadas circunstancias de hecho. Esas circunstancias de
hecho pueden consistir especialmente en una relación territorial ( presencia ,
nacimiento, ejecució n de determinadas acciones dentro de un determinado
asociación ". Sólo puede llamarse propiamente “acció n de la asociació n" la del territorio): o sea, “validez territorial”. Una asociación cuyas ordenaciones ten -
cuadro administrativo mismo y, adem ás, toda otra que, siendo para la asociación, gan fundamentalmente validez territorial, debe llamarse asociació n terri -
esté dirigida y plenamente planeada por el cuadro administrativo; así, por ejem - torial , siendo indiferente que también internamente tenga ese carácter, es
plo, para todos los miembros de un estado la guerra que éste “ hace"; para los de decir, que sus normas sólo tengan validez territorial incluso para sus miem -
una asociación, una contribución acordada por la presidencia, o el “contrato" bros ( lo que es posible y sucede, al menos en extensió n limitada ).
celebrado por el dirigente cuya “ validez" se impone a los miembros y se les impu-
ta (§ 11 ) ; ademá s, toda la actitud “ judicial" y “administrativa" ( ver tam- .1 “Otorgada" en este sentido es toda ordenación que no derive de un pacto
bién § 11 ) . personal y libre de todos los miembros. También, por tanto, la “decisió n mayo-
ritariá", a la que la minoría se somete. La legitimidad de esa decisión mayoritaria
Una asociación puede ser: a ) autónoma o heterónoma; b ) autocefala o ha sido por eso desconocida o problemá tica por largo tiempo ( todavía en los esta-
heterocéfala. Autonomía significa, al contrario de heteronomía, que el orden mentos durante la Edad Media, y en la época moderna en la Obschtschina rusa ) .
— —
de la asociació n no esté otorgado impuesto por alguien fuera de la misma
y exterior a ella, sino por sus propios miembros y en virtud de la cualidad de
tales ( cualquiera que sea la forma en que esto tenga lugar ). Autocefalia sig -
( Ver infra lo que se dice en la sociologí a del poder y en la sociología jur
ídica . )
2. Con frecuencia los mismos pactos formalmente “libres" son de hecho "otor
gados", como es cosa generalmente sabida ( así, en la Obschtschma ) . En este caso
lo importante para la sociología es la situación real.
-
nifica que el dirigente de la asociació n est é nombrado seg ú n el orden de la 3. El concepto de “constitución" que aquí se usa es tambié n el empleado por
asociació n y no, como en caso de heterocefalia, por alguien externo a ella Lassalle. En modo alguno se identifica con el concepto de constitució n “escrita"
(cualquiera que sea la forma del nombramiento ) .

Hay heterocefalia, por ejemplo, en el nombramiento de los gobernadores de


las provincias canadienses ( por el gobierno central del Canadá ) . Una asociación
es ú nicamente éste: cuá ndo, para qué materias y dentro de qué limites y even
tualment

o, en general , con el de constitución en sentido jur ídico. El problema sociológico

bajo qué especiales condiciones ( por ejemplo, consentimiento de


dioses o sacerdotes o aprobació n de cuerpos electorales ) se someten al dirigente
*

los miembros de la asociación y puede aquél contar con el cuadro administrativo


heterocéfala puede ser autónoma , y una autocéfala , heterónoma. También pue
de darse el caso que una asociació n, en ambos aspectos, sea en parte una cosa - y con la acció n de la asociació n , para el caso de que disponga algo y, más espe-
cialmente, para el caso en que trate de imponer sus ordenamientos.
y en parte otra . Los estados miembros del Imperio alemá n, no obstante su auto
cefalia, eran heterónomos en el á mbito de la competencia del Reich y autónomos - 4. El tipo fundamental de las ordenaciones “otorgadas" válidamente para un
territorio está representado por las normas penales y por muchos otros “ preceptos
dentro de su propia competencia ( cuestiones escolares, eclesiá sticas, etc.) . Alsa
da-Lorena, dentro de Alemania , era autónoma dentro de dertos l ímites y, sin em - -
ídicos" dentro de una asociación pol í tica ( cf . el concepto de “corporación terri
jur
bargo, heterocéfala ( el Kaiser nombraba al Statthalter ) .Todos estos hechos pueden - torial" de Gierke- Preuss ) cuya aplicació n depende de la presencia , nacimiento,
.
también presentarse en forma pardal Una asociadón plenamente heterónoma
y
lugar del hecho, lugar de su cumplimiento, etc., dentro del territorio de la asocia
ción en cuestión.
-
heterocéfala ( un “ regimiento" dentro de una asociadón militar ) se caracteriza,
por regla general , como “ parte" de una asociad ó n má s amplia. Si este caso existe
o no, es algo que depende del mayor o menor grzdo de independencia real en la § 14. Por orden administrativo debe entenderse el que regula la “acción
*

orientad ó n de la acd ón en el caso concreto de que se trate, y es, terminológica- de la asociació n". Orden regulador es el que ordena otras acciones sociales,
mente, un problema de pura convenienda la calificad ó n que se le dé. garantizando, mediante esa regulación , a los agentes las probabilidades ofre-
cidas por ella. En la medida en que una asociación sólo se oriente por ó rdenes
§ 13. Los órdenes estatuidos en una "sociedad" pueden nacer: a ) por pacto de la primera clase, podrá decirse que es una asociación de carácter adminis -
— —
libre, o b ) por otorgamiento imposición y sometimiento. Un poder gu -
bernamental dentro de una asodación puede pretender el poder legitimo
trativo , y cuando la orientació n esté dirigida por órdenes de la última clase
se dirá que es una asociación de carácter regulador.
para la imposició n de ó rdenes nuevos. La constitución de una asociadón .
1 Es de suyo evidente que la mayor ía de las asociaciones son tanto lo uno
consiste en la probabilidad efectiva de que se produzca el sometimiento al como lo otro; una asociación ú nicamente reguladora seria un “estado de derecho"
poder “otorgante" del gobierno existente, segú n medida, modo y condido - puro, de un “absoluto laissez- faire\ sólo teó ricamente imaginable ( pues supon-
nes. A estas condiciones pertenecen especialmente, segú n el orden vigente, dría, sin duda , el abandono del sistema monetario a la econom ía privada ) .

/
I
42 CONCEPTOS SOCIO LÓGICOS FUNDAMENTALES
PODER Y DOMINACI ÓN
43
2. Sobre el concepto de “acción de la asociación'’ ver § 12 n9 3. En d con -
cepto de “orden administrativo” se incluyen todas las normas que pretenden valer § 16. Poder significa la probabilidad de imponer la propia voluntad,
tanto para la conducta del cuadro administrativo como para la de sus miembros dentro de una relación social, aun contra toda resistencia y cualquiera que
“ frente a la asociaci ón ”, o como se suele decir, para todos aqudlos fines cuya pro - sea el fundamento de esa probabilidad.
secuci ón y logro tratan de asegurar las ordenaciones de la asociación mediante Por dominación debe entenderse la probabilidad de encontrar obediencia
una acción planeada, y positivamente prescrita por ellas, del cuadro administrativo a un mandato de determinado contenido entre personas dadas; por disciplina
y sus miembros. En una organizació n económica de absoluto carácter comunista debe entenderse la probabilidad de encontrar obediencia para un mandato
toda acció n social seria aproximadamente de esa clase; en un estado de derecho por parte de un conjunto de personas que, en virtud de actitudes arraigadas,
en su forma pura y absoluta sólo serian , al contrario, de esa clase las acciones de sea pronta, simple y automá tica.
— —
los jueces, policías, jurados, soldados y las actividades legislativas y electorales.
En general aunque no siempre en particular el limite de los órdenes adminis-
trativos y reguladores coincide con la separació n, dentro de una asociación pol í tica,
entre derecho “ p ú blico” y “ privado”. ( Má s al detalle será estudiado esto en la
1. El concepto de poder es sociológicamente amorfo. Todas las cualidades
imaginables de un hombre y toda suerte de constelaciones posibles pueden colocar
a alguien en la posición de imponer su voluntad en una situación dada. El con
sociología del derecho. ) ' cepto de dominación tiene, por eso, que ser más preciso y sólo puede significar la-
probabilidad de que un mandato sea obedecido.
§ 15. Por empresa ( Betrieb ) debe entenderse una acció n que persigue 2. El concepto de disciplina encierra el de una “obediencia habitual” por
fines de una determinada clase de un modo continuo. Y por asociación de parte de las masas sin resistencia ni cr í tica.
empresa ( Betriebverband ) una sociedad con un cuadro administrativo con
tinuamente activo en la prosecución de determinados fines.
- La situación de dominación está unida a la presencia actual de alguien
Por unión.(Verein ) debe entenderse una asociació n de empresa cuyas orde- mandando eficazmente a otro, pero no está unida incondiciónalmente ni a la
existencia de un cuadro administrativo ni a la de una asociación; por el con
naciones estatuidas sólo pretenden validez para los que son sus miembros por -
libre decisió n.
Por instituto ( Anstalt ) debe entenderse una asociación cuyas ordenaciones

trario, sí lo está ciertamente por lo menos en todos los casos normales
a una de ambas. Una asociación se llama asociación de dominación cuando
sus miembros está n sometidos a relaciones de dominació n en virtud del

estatuidas han sido “otorgadas” y rigen de hecho ( relativamente ) con respecto
a toda acció n que con determinadas características dadas tenga lugar en el orden vigente.
á mbito de su poder.
1. El patriarca domina sin cuadro administrativo. El cabecilla beduino que
levanta contribuciones de las personas, caravanas y bienes que aciertan a
j. Bajo el concepto de empresa se incluye naturalmente la realizació n de acti
vidades pol í ticas e hier ú rgicas, asuntos de una unión, etc., siempre que se dé la
- pasar por
su rocoso poblado, domina gracias a su séquito guerrero, el cual, dado el caso, fun
característica de la continuidad en la prosecució n de sus fines. ciona como cuadro administrativo capaz de obligar
a todas aquellas personas,
-
2. Unión e instituto son ambas asociaciones con ordenamientos estatuidos cambiantes e indeterminadas y sin fomiar entre sí asociación alguna, tan pronto v
racionalmente ( con arreglo a plan ) , o dicho de una manera má s exacta : en la me - durante el tiempo en que se encuentran en una situación determinada. ( Teó
mente cabe imaginar una dominación semejante de una sola persona sin
rica -
dida en que una asociació n tenga ordenaciones racionalmente estatuidas tendrá cuadro
que llamarse unió n o instituto. Un “ instituto” es, ante todo, el estado, junto con administrativo. )
sus asociaciones heterocéfalas, y tambié n la iglesia, siempre que sus ordenamientos 2. Una asociación es siempre en alg ú n grado asociación de dominación por
estén racionalmente estatuidos. Las ordenaciones de un “instituto” tienen la pre- simple existencia de su cuadro administrativo. Sólo que el concepto es relativola.
tcnsió n de valer para todo aquel en quien se den determinadas caracter La asociació n de dominación, en cuanto tal, es normalmente asociació n adminis
ísticas
trativa. La peculiaridad de esta asociación está determinada por la forma en -
externas ( nacimiento, estancia, utilizaci ón de determinados servicios ) , con inde -
— —
pendencia de si como en la unión entró o no por decisión personal en la
asociación, o si colaboró o no en la elaboración de las ordenaciones. Son por eso
se administra, por el cará cter del cí rculo de personas que ejercen la administracique
por los objetos administrados y por el alcance que tenga la dominación. Las dos
ó n,
en su pleno sentido especifico ordenaciones otorgadas. El instituto puede ser espe
cialmente una asociació n territorial .
- primeras características dependen en gran medida de cuá les sean los fundamentos
de legitimidad de la dominació n ( sobre esto, ver cap. m ) .
3 . La oposició n entre unión e instituto es relativa. Las ordenaciones de una
unió n pueden afectar a terceros e imponérseles el reconocimiento de la validez .
§ 17 Una asociació n de dominació n debe llamarse asociación política
de estas ordenaciones tanto por usurpació n o propia fuerza de la unió n, como cuando y en la medida en que su existencia y la validez de sus ordenaciones,
por ordenaciones legalmcnte estatuidas ( por ejemplo, derecho de las sociedades dentro de un ámbito geográ fico determinado, estén garantizados de un modo
anónimas ). continuo por la amenaza y aplicación de la fuerza f ísica por parte de su
4. Apenas es necesario subrayar que “instituto” y “ unió n ’1 no contienen en sí cuadro administrativo.
la totalidad de todas las posibles asociaciones que pueden pensarse. Son sólo opo- Por estado debe entenderse un instituto pol í tico de actividad continuada,
siciones “ polares” ( en el dominio religioso, por ejemplo: iglesia y secta ) . cuando y en la medida en que su cuadro administrativo mantenga con éxito

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1
44 CONCEPTOS SOCIOLÓGICOS FUNDAMENTALES
If
*/ ASOCIACIÓN POLÍTICA Y HIEROCRÁTICA 45
4
- %

la pretensión al monopolio legí timo de la coacción f ísica para el manteni- com ú n en el medio: la dominación; y especialmente la forma como ésta se ejerce
miento del orden vigente. Dícese de una acció n que está pol í ticamente orien - por los poderes de gobierno, con exclusión de les fines a que la dominació n sirve.
tada cuando y en la medida en que tiende a influir en la dirección de una Por lo cual puede afirmarse que la definició n aquí aceptada no es más que una
asociación pol í tica; en especial a la apropiación o expropiación, a la nueva precisió n de lo contenido en el uso corriente del lenguaje, en cuanto que en éste
distribució n o atribución de los poderes gubernamentales. se acentúa en érgicamente lo que de hecho es específico: la coacción f ísica ( actual
o eventual ) . Cierto también que el lenguaje corriente llama “asociaciones pol í ti-
Por asociación hierocrática debe entenderse una asociació n de dominació n, cas" no sólo a aquellas soporte de la coacción considerada como legí tima, sino
cuando y en la medida en que aplica para la garant ía de su orden la coacció n también , por ejemplo, a partidos y clubs , con pretcnsión de influir ( rin violencia,
psíquica, concediendo y rehusando bienes de salvación ( coacción hierocrá- segú n propias declaraciones ) en la acción polí tica de la asociación. Empero,
tica ). Debe entenderse por iglesia un instituto hierocrá tico de actividad debe separarse esta clase de acción social como “ polí ticamente orientada", de la
continuada , cuando y en la medida en que su cuadro administrativo mantiene auténtica acción polí tica de la asociació n ( en el sentido, esta última, del § 12 3).
la pretensió n al monopolio legí timo de la coacció n hierocrá tica. 3. Es conveniente definir el concepto de estado en correspondencia con el

1. Es de suyo evidente que en las asociaciones pol í ticas no es la coacció n f ísica


— —
moderno tipo del mismo ya que en su pleno desarrollo es enteramente moder
no , pero con abstracción de sus fines concretos y variables, tal como aquí y
-
el ú nico medio administrativo, ni tampoco el normal. Sus diligentes utilizan todos
los medios posibles para la realización de sus fines. Pero su amenaza y eventual
empleo es ciertamente su medio especí fico y, en todas partes, la ultima ratio cuando — —
ahora los vivimos. Caracteriza hoy formalmente al estado d ser un orden jur í dico
y administrativo cuyos preceptos pueden variarse por el que se orienta la
— —
actividad “acció n de la asociació n" del cuadro administrativo ( a su vez regu-
los demá s medios fracasan. No sólo han sido las asociaciones pol í ticas las que han
empleado como medio legí timo la coacció n f ísica, sino, asimismo, el clan , la casa ,
la hermandad y, en la Edad Media , en ciertas circunstancias, todos los autoriza-
dos a llevar armas. Al lado de la circunstancia de que la coacción f ísica se aplique

lada por preceptos estatuidos ) y d cual pretende validez no sólo frente a los
miembros de la asociació n que pertenecen a ella esencialmente por nacimiento
sino también respecto de toda acció n ejecutada en d territorio a que se extiende
la dominació n ( o sea, en cuanto “instituto territorial" ). Es, además, caracter ís-

( por lo menos como ultima ratio ) para el mantenimiento y garantía de sus “orde- tico: el que hoy sólo exista coacción “legí tima" en tanto que el orden estatal la
naciones", caracteriza también a la asociación pol í tica el hecho de que la domina
ció n de su cuadro administrativo y de sus ordenamientos mantengan su pretensión
- permita o prescriba ( por ejemplo, este orden deja al padre “ poder disciplinario"?
un resto de lo que fue en su tiempo potestad propia del señ or de la casa, que
de validez para un territorio determinado, y que esta pretensión esté garantizada dispon ía de la vida de hijos y esclavos ) . Este cará cter monopólico del poder esta-


por la fuerza . Siempre que esta característica se reconozca en cualquier clase de
asociación y que hagan uso de la fuerza comunidades de aldea, comunidades

tal es una caracter ística tan esencial de la situadón actual como lo es su cará cter
de instituto racional y de empresa continuada.
domésticas o asociaciones gremiales u obreras ( “consejos" ) , deben ser conside-
radas como asociaciones pol í ticas.

2. No es posible definir una asociación pol í tica incluso el “ estado" seña
lando los fines de la “acción de la asociació n". Desde el cuidado de los abasteci- — - —
4. Para el concepto de asociación hierocrática no es caracter ística decisiva la
clase de los bienes de salvadón ofrecidos de este mundo o dd otro, externos

o internos , sino el hecho de que su administra áón pueda constituir d funda -
mento de su dominación espiritual sobre un conjunto de hombres. Para el con -
mientos hasta la protección del arte, no ha existido ningú n fin que ocasionalmente
no haya sido perseguido por las asociaciones polí ticas; y no ha habido ninguno •

en este caso ) , es caracter —
cepto de iglesia , por el contrario y de acuerdo con el lenguaje corriente ( adecuado
ístico su cará cter de instituto raciona] y de empresa
comprendido entre la protección de la seguridad personal y la declaración judicial ( rdativamente ) continuada, como se exterioriza en sus ordenaciones, en su cuadro
del derecho que todas esas asociaciones hayan perseguido. Sólo se puede definir, administrativo y en su pretendida dominación monopólica. A su tendencia nor-
- mal de instituto eclesiá stico corresponde su dominación territorial hierocrá tica y

por eso, el carácter pol í tico de una asociación por el medio levado en determi
nadas circunstancias al fin en sí que sin serle exclusivo es ciertamente especí fico
y para su esencia indispensable: la coacción f ísica. Esto no corresponde por com-
pleto al uso comente del lenguaje; por eso no puede ser utilizado sin una mayor
su articulació n territorial ( parroquial ) ; si bien , seg ú n el caso concreto, tiene que
contestarse de modo diverso la cuestió n de cuá les sean los medios que dan fuerza
a esa su pretensión monopólica. Pero en realidad el monopolio de dominació n
precisión. Se habla de la “ pol í tica de divisas" de un banco nacional , de la “ pol í tica territorial no ha sido nunca tan esencial para la iglesia como para la asociació n pol í-
financiera" de la gerencia de un grupo de empresas, de la “pol í tica escolar" de un tica, y hoy desde luego, en modo alguno. El cará cter de instituto, especialmente
ayuntamiento y se alude siempre con ello a la conducción y tratamiento planeado la condició n de que se “ nazca " dentro de una iglesia, la separa de la “secta", cuya
del asunto en cuestión. En forma má s caracter ística se separan el aspecto pol í-
tico de un asunto o los funcionarios “ pol í ticos", los diarios “ pol í ticos", la revolu-
característica es ser unión , que sólo acoge personalmente a los religiosamente cali
ficados. ( Los detalles pertenecen a la sociología de la religión. )
-
ticas", de los otros aspectos y caracter ísticas econ ómicos, culturales, religiosos
de las personas, cosas y procesos en cuestión , y se alude con ello a todo lo que tiene
que ver con las relaciones de dominación dentro de la asociación pol í tica ( dd
—-
ció n “ pol í tica", la unión “ pol í tica", el partido “ pol í tico", las consecuencias “ pol í

estado ) , y cuyo mantenimiento, desplazamiento o transformació n pueden produ-
cir, impedir o fomentar, oponié ndolo a aquellas personas, cosas o procesos que
nada tienen que ver en esto. En este uso corriente del lenguaje se busca, pues, lo

.r

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