Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Gabriel Montini1; María Fernanda Sansone Manzi2; María de los Ángeles Centeno3.
Desiderio Cruz4
1
C.O.N.I.C.E.T. Instituto de Arqueología y Museo. San Martín 1545.
gabrielmontini@hotmail.com. 2 Facultad de Filosofía y Letras (UNT).
3
Delegada de Base de la Comunidad Indígena del Rodeo Grande. Tafí del Valle.
4
Delegado de Base de la Comunidad Indígena de Santa Cruz. Tafí del Valle
1
Algunos espacios de diálogo generados entre comunidad arqueológica y comunidades indígenas se originaron en Chile
(2003), en el marco del Encuentro sobre “Patrimonio Cultural, Comunidades indígenas y arqueología” (ver volumen 35, Nº 2
de la Revista Chungara, año de edición 2003) o bien en las Asambleas Plenarias del XV y XVI Congreso Nacional de
Arqueología Argentina (2005 y 2007 respectivamente).
local que pueda ser apropiada y resignificada por los habitantes nativos del valle
(Camerlingo et. al 1994; Manasse 1997; Manasse 2002, Manasse et. al. 2007). Así, la
producción de conocimiento se construye en función de la utilidad social del mismo y
consideramos que, como sujetos sociales en un campo de acción disciplinar, enfrentamos
y asumimos distintos grados de responsabilidades y compromisos, por lo tanto nuestras
practicas poseen implicancias directas y/o indirectas sobre la sociedad (Delfino y
Manasse 1986; Delfino et. al. 2007).
Resulta confuso abordar la problemática identitaria sin antes hacer una salvedad.
En el caso particular que nos atañe (procesos identitarios en el valle de Tafí), nos
encontramos frente a un proceso complejo, por las etapas que transita desde el
desprestigio y la negación del pasado cultural hasta la aceptación y el orgullo por ser
herederos de ese mismo pasado identitario (Arenas 2003).
Estas dos fases no están desarticuladas, sino que por el contrario representan dos
momentos específicos de un proceso dialéctico y simbólico que recorre el proceso
identitario en un periodo de tiempo determinado.
Para comprender la articulación de estas dos instancias es oportuno recurrir al
concepto de “indígena” ya que resulta apropiado principalmente porque el proceso
identitario debe necesariamente rastrearse en las formas especificas que adquiere el
discurso. Éste, representa ante todo una construcción social dinámica que en su difusión
construye un “nosotros” en contraposición a un “otros”.
La historia del valle nos llega en forma fragmentaria e incompleta; existe
información desde la época de la conquista europea (Cruz 1990; Requejo 1991). Los
encomenderos hablan de un valle totalmente despoblado, omitiendo en sus crónicas la
existencia de numerosos grupos que habitaban el lugar. Esto lo hicieron con el objetivo de
poder acceder, por merced real, a las tierras (Bixio y Berberián 1988).
La negación de la existencia de estas poblaciones no sólo facilitaba la ocupación
legítima por medio de la voluntad real, sino también, escondía una política de etnocidio,
que se materializa a través de la usurpación de los territorios en los que habitaban las
comunidades indígenas (Manasse 2002).
El surgimiento de formas específicas de capitalismo tardío que se desarrollaron en
el país dio lugar a una sustancial modificación de la relación entre los sectores
dominantes, expresados a través de los terratenientes apostados en el valle, y los
pobladores nativos.
Estos patrones se relacionaban con sus peones generando la ilusión de redes de
intercambio simétricas (Arenas 2003). Por lo tanto la vinculación entre ambos tomaba la
forma capital/trabajo que acrecentaba por un lado un proceso de estigmatización social
hacia toda expresión o vestigio proveniente de la identidad indígena, y por otro la auto
represión, y la desvalorización de los indígenas de su propio pasado.
El lugareño heredero de un vasto bagaje cultural y simbólico, al ser víctima de
estigmatización rechaza y reniega de su pasado y su cultura, se rechaza a sí mismo,
porque necesita diferenciarse de ese pretérito cultural del cual es producto para articular
nuevas redes que faciliten y posibiliten la readaptación a un nuevo escenario económico,
político, y cultural.
Paradójicamente, los indígenas serán espectadores inmóviles de una realidad que
les es impuesta y que a su vez desestructura el entramado cultural y simbólico que
otorgaba sentido a la cosmovisión indígena (Manasse 1997). Este fenómeno, puede ser
ilustrado a través del concepto “desarraigo cultural” ya que por medio de mecanismos de
desvalorización y desprestigio se ejerce un poder de dominación de resultados efectivos:
¿Qué tipo de resistencia puede existir si la identidad es sistemáticamente desvalorizada?
Los procesos identitarios necesitan indefectiblemente de un fuerte arraigo histórico
que les permita construir y reelaborar los hechos del pasado. En el caso del valle de Tafí,
la historiográfica es realmente escasa. Esto se ve reflejado también en la educación
formal, ya que en la escuela escasamente se brinda información sobre el pasado vallisto
(Manasse y Camerlingo 2007).
Diversos estudios efectuados señalan importantes omisiones (y hasta ciertas
tergiversaciones) históricas, así como la focalización en aspectos muy puntuales del
mismo. Así, se conoce bastante sobre el pasado más remoto de los pueblos nativos (2000
a 1500 años atrás), pero no su desarrollo hasta los tiempos coloniales (Manasse 2002).
Las historias narradas a través de los canales oficiales de difusión hacen
referencia siempre a un sector de la población: el de la clase dominante, hegemónica, a la
cual pertenecen los estancieros y terratenientes, que por medio de estrategias legales
pero no legítimas, avanzan sobre nuevas tierras expulsando a sus antiguos pobladores.
El desarrollo del proceso identitario atraviesa un tercer momento mas próximo a
nuestros días. La particularidad que adquiere esta fase está asociada a un proceso de
redefinición identitaria que aún se encuentra en construcción y que revierte en parte el
proceso de estigmatización y desarraigo cultural descripto en párrafos anteriores.
La característica más sobresaliente es el orgullo de ser herederos de un pasado
histórico, que lejos de avergonzar, enorgullece a sus descendientes.
Indefectiblemente la pregunta que sobrevuela la exposición es ¿Cómo y porque se pasó
de un desprestigio y deshonra por la herencia cultural a un proceso de reconocimiento
parcial y orgullo del mismo pasado?. Resulta evidente rastrear las causas en las
transformaciones económicas, sociales y culturales que afectaron al valle.
En esta dirección el valle se reconfiguró en función de un nuevo tipo de desarrollo
turístico: el turismo global, cuya particularidad consiste en brindar un cúmulo de servicios
de alta categoría a sectores de muy altos ingresos, con la consecuente transformación del
perfil urbanístico y sociocultural que venia desarrollándose en el valle (Arenas et. al.
2007).
El nuevo perfil turístico explota una veta interesante de ganancia que se desarrolla
paradójicamente con el llamado turismo cultural.
Ahora las prácticas culturales, los ritos, el arte culinario, las artes, y todo vestigio
de producción cultural indígena representa una oferta novedosa para ofrecer al visitante
un sin número de nuevas propuestas turísticas (Arenas et. al. 2007; Manasse y
Camerlingo 2007)
Pero a la postre, los herederos de estas tradiciones milenarias están atravesando
un proceso ambiguo: por un lado están siendo valorizadas sus expresiones culturales y
por otro, en función del desarrollo de los emprendimientos rotulados como “turismo
cultural” se está produciendo una fenomenal expulsión de las poblaciones indígenas de
las tierras que ocupan desde hace muchas generaciones (Arenas 2003).
El camino hacia un reconocimiento pleno, que se materialice en soluciones
puntuales a las numerosas demandas de las comunidades indígenas, se reactiva a través
de un nuevo escenario donde los actores sociales deben redefinir sus metas, sus
estrategias, y sus mecanismos de participación.
En función de ello, el reclamo puntual y aislado se reencausa en un conjunto
coherente de reclamos para interpelar al Estado a través de instituciones estatales como
el INAI 2 ; organismo creado para atender la cuestión indígena (Carrasco 2000).
2
El Instituto Nacional de Asuntos Indígenas, dependiente del Ministerio de Salud y Acción Social, prevé programas de corto
mediano y largo plazo destinadas al desarrollo integral de las comunidades indígenas incluyendo planes de salud,
educación, vivienda, adjudicación uso y utilización de tierras, promoción agropecuaria pesquera forestal, minera, industrial y
artesanal.
El Estado incentiva nuevas formas de articulación y participación entre la realidad
local y el ámbito nacional, pero no lo hace desde una voluntad integradora, sino a través
de un discurso de reconocimiento de la diferencia, limitándose a lo local y sustrayéndose
a la participación en las decisiones generales (op. cit).
Por lo tanto, el orgullo de ser indígena, puede asociarse a un reconocimiento
parcial del Estado sobre sus reclamos, y a su vez por el reconocimiento de sus
manifestaciones artísticas y culturales que han sido revalorizadas en términos
mercantiles, es decir, aisladas de historicidad, valoradas por ser mercancía.
3
Comunidad Indígena Diaguita de El Mollar, Personería Jurídica Nro. 24/2006 INAI, Comunidad Indígena de Casas Viejas,
Personería Jurídica Nro. 126/2005 INAI, Comunidad Indígena del Pueblo Diaguita del Valle de Tafí, Personería Jurídica Nro.
283/2006 INAI, Comunidad Indígena de La Angostura, Personería Jurídica Nro. 19/2004 INAI.
A partir de ese momento comienza un proceso que llevará a una nueva
construcción identitaria -aún en proceso- que apuesta a la identificación como Indígena.
Es en esta construcción que la tierra, el hábitat, el paisaje y el territorio pasan de ser un
“objeto de producción”, a ser elementos constitutivos de la unidad social, política y cultural
del grupo, que dan sentido a su Identidad (Carrasco 2000).
Desde esta perspectiva, las evidencias prehispánicas constituirían un eje
importante en la construcción identitaria en el sentido de pertenencia (“ser nativo”).
Una vez internalizados estos elementos constitutivos como propios, las
Comunidades Indígenas demandan al Estado (Nacional y Provincial) el control de los
recursos naturales y culturales y, en particular, el dominio sobre los lugares que perciben
como sagrados. Paralelamente se oponen a cualquier plan de desarrollo –oficial o
privado- que no tenga en cuenta su participación en el diseño, planificación y control de
los mismos (op. cit.).
En marzo de 2006 el gobierno provincial impulsó la reforma de la Carta Magna. En
tal contexto las Comunidades Indígenas de la Provincia de Tucumán elaboraron un
documento donde se exige la incorporación de los Derechos Indígenas (acorde a la
legislación nacional vigente y los convenios internacionales) a la Constitución Provincial.
En este documento -entregado personalmente a representantes de la Convención
Constituyente-, uno de los ejes del reclamo es la posesión y propiedad comunitaria de su
patrimonio arqueológico, histórico, cultural e intelectual, así como el derecho al
consentimiento previo, libre e informado respecto a su gestión.
Esta exigencia finalmente se materializa –al menos parcialmente- en el Artículo
136 de la Constitución Provincial –promulgada el 15 de mayo de 2006- donde la Provincia
“reconoce la preexistencia étnico-cultural, la identidad, la espiritualidad y las instituciones
de los Pueblos Indígenas que habitan en el territorio provincial” y entre otros puntos,
reconoce la propiedad comunitaria de las tierras que tradicionalmente ocupan y asegura
su participación en la gestión referida a sus recursos naturales y a los demás intereses
que los afecten.
Volviendo a la realidad del valle de Tafí la Comunidad Indígena del Pueblo
Diaguita del Valle de Tafí, es reconocida ante el Estado a partir de su inscripción en el
Registro Nacional de Comunidades Indígenas (RENACI) en el año 2006, luego de un
complejo proceso sociocultural y político. Esta Comunidad abarca un amplio territorio que
comprende las Localidades actuales de Las Carreras, Santa cruz, Rodeo Grande, La
Ovejería, El Churqui, Santa Rosa, La Quebradita, Los Cuartos, la Villa de Tafí y La Costa,
extendiéndose recientemente hasta el Valle de La Ciénaga.
Este sujeto colectivo definido, es protagonista de un proceso de construcción
identitaria que se enmarca en una particular problemática socio-cultural. Estas
particularidades son las que debemos tener en cuenta a la hora de llevar a cabo nuestra
investigación.
Comentarios finales
Por ultimo, la particularidad del escenario sociocultural del valle de Tafí nos
muestra que estamos frente a un complejo proceso de construcción identitaria, en el cual,
las Comunidades Indígenas se apropian y reinterpretan el discurso científico, afirmándose
en un pasado prehispánico del cual los restos arqueológicos son la evidencia concreta.
Bibliografía
-Aldunate, C., Castro, V. y Varela, V. 2003. Oralidad Y Arqueología: Una línea de trabajo en las
tierras altas de la región de Antofagasta. En: Chungara (Arica). Vol. 35, N° 2. Pp 305-314. ISSN
0717-7356.
-Arenas, P. 2003. De campesino a Indio. Comunidades indígenas en la “Puerta de los Valles”. Tafì
del Valle, Tucumán, Argentina. En: Cornell, P. & P. Stemborg (eds.), Local, Regional, Global:
prehistoria, protohistoria e historia en los Valles Calchaquíes. Anales, Nueva Época Nº 6, pp. 413-
442. Instituto Iberoamericano, Universidad de Goteborg.
-Arenas P.; Manasse B. y Noli, E. 2007. Introducción: Paisajes y procesos sociales en Tafí del
Valle. En: Paisajes y procesos sociales en Tafí. Una mirada interdisciplinaria desde el Valle
(Tucumán, Argentina). pp: 13 – 44. Comp. Arenas, P; B. Manasse y E. Noli. Edición de autores con
auspicio del IAM – UNT y la Escuela de Arqueología – UNCa.
-Aschero, C., Arenas, P. Garcia Azcárate, J., Ribotta, E., Korstanje, A. y Molinari, R. 1997. El
presente del pasado: la propuesta de los amaicheños. En: Actas de las Jornadas de Antropología
de la Cuenca del Plata, Vol. III, pp. 68-73. Escuela de Antropología de Rosario. Universidad
Nacional de Rosario.
-Aschero, C., Ataliva, V., Cohen, L., López Campeny, S. y Somonte, C. 2005. Arqueología e
Identidad… o identidad de la Arqueología en la Comunidad Indígena de Amaicha del Valle
(Tucumán, Argentina). En: Simposio Pueblos Originarios y Arqueología (Memorias). Textos
Antropológicos 15(2) pp. 263-276.
-Bixio, B. y Berberián, E. 1988 Modos de ocupación y explotación económica del Valle de Tafí en
los siglos XVI y XVII. En: Sistemas de asentamiento prehispánicos en el Valle de Tafí. Berberián
Ed. Edit.Comechingonia. Córdoba.
-Bravo González, A. 2003. Arqueología aplicada al desarrollo de comunidades atacameñas. En:
Chungará (arica), vol. 35, N° 2, pp. 287-293. ISSN 0717-7356.
-Camerlingo, A., Manasse, B. y Powell, A. 1994. Yo no le canto a la luna porque alumbra y nada
más... Trabajo presentado al Seminario – Taller “Culturas Híbridas. Una propuesta metodológica
para el análisis de los procesos culturales contemporáneos.” Instituto Interdisciplinario Tilcara,
Universidad de Buenos Aires, Facultad de Filosofía y Letras (Ms).
-Capriles Flores, J. 2003. Arqueología e identidad étnica: el caso de Bolivia. Chungará (Arica). vol.
35, N° 2, pp 347-353. ISSN 0717-7356.
……………………………. 2005. ¿Etnicidad en la Arqueología boliviana?. Una revisión crítica En:
Simposio Pueblos Originarios y Arqueología (Memorias). Textos Antropológicos 15(2): 165-179.
-Carrasco, M. 2000. Los derechos de los pueblos Indígenas en Argentina. Buenos Aires. AR.
International Work Group for Indigenous Affairs. Vinciguerra.
-Cruz, P. y Seldes, V. 2005. Patrimonio, identidad y práctica arqueológica en la Quebrada de
Humahuaca (Jujuy, Argentina). En: Patrimonio en el Noroeste Argentino. Otras Historias. Pp 167-
196. Editores Elena Belli y Ricardo Slavutsky. Instituto Interdisciplinario Tilcara. Universidad de
Buenos Aires.
-Delfino, D., Barale A., Espiro V. E. y Díaz R. A. 2007. Veinte años de arqueología socialmente útil.
Problemas y resultados de una práctica con la comunidad de Laguna Blanca. IV Reunión
Internacional de Teoría Arqueológica de América Del Sur. Catamarca, Argentina.
-Delfino, D. y Manasse B. 1986. Compromiso profesional del arqueólogo para con la realidad en
que se inserta su estudio. Jornadas de Política Científica para la Planificación de la Arqueología en
la Argentina.
-Endere, M. L. y Curtoni, R. P. 2006. Entre loncos y «ólogos». La participación de la comunidad
indígena Rankülche de Argentina en la investigación arqueológica. En: Arqueología Suramericana
2 (1): pp. 72-92.
-García Canclini, N. 1992. Culturas Hibridas. Estrategias para entrar y salir de la modernidad.
Editorial Sudamericana, Buenos Aires.
-Gnecco, C. 2005. Ampliación del campo de batalla. En: Simposio Pueblos Originarios y
Arqueología (Memorias). Textos Antropológicos 15(2): 183-195.
-Isla, A. 2002. “Los usos políticos de la identidad. Indigenismo y Estado”. Editorial de Las Ciencias.
Conicet-Flacso. Buenos Aires.
-Higueras, Alvaro. 2000. "Evolución de los valores de identidad cultural en el Perú: construcción de
identidad en manos de las comunidades y el rol del arqueólogo". Ponencia presentada en el XXII
Convegno Internazionale Di Americanistica, CENTRO STUDI AMERICANISTICI "Circolo
Amerindiano", Perugia.
-Lima Tórrez, María del P. 2003. Participación comunitaria, desarrollo sostenible y Arqueología: el
caso de Quila Quila (Chuquisaca, Bolivia). En: Chungará (Arica), vol.35, N° 2, pp 361-367. ISSN
0717-7356.
- Mamani, C. 1989. History and prehistory in Bolivia: what about the Indians? En Conflict in the
archaeology of living traditions, editado por Robert Layton, pp 46-59. Unwin Hyman, Londres.
-Manasse, Bárbara 1997. Consideraciones preliminares para un rescate arqueológico en el este
del Valle de Tafí, provincia de Tucumán, República Argentina. Cuadernos 9: 153-174. Facultad de
Humanidades y Ciencias Sociales, Universidad Nacional de Catamarca.
-………………… 2002. Una historia alternativa sobre el pasado prehispánico del valle de Tafí.
Producciones Científicas NOA 2002 SEDECyT – UNCa.
-................. 2007a. Tiempo antes de la conquista española en el Valle de Tafí. En: Paisajes y
procesos sociales en Tafí. Una mirada interdisciplinaria desde el Valle (Tucumán, Argentina).
Comp. Arenas, P.; Manasse, B. y Noli, E. Edición de autores con auspicio del IAM – UNT y la
Escuela de Arqueología – UNCa.
-……………..….2007b. “Revalorizando Nuestras Raíces”. Proyecto de Voluntariado Universitario.
Secretaría de Políticas Universitarias, Ministerio de Educación Ciencia y Tecnología. Dirección
Manasse, B. Escuela de Arqueología, Universidad Nacional de Catamarca.
- Manasse, B. y Camerlingo, A. 2007. Construyendo presente en el Valle de Tafí. En: Paisajes y
procesos sociales en Tafí. Una mirada interdisciplinaria desde el Valle (Tucumán, Argentina). pp
449-462. Comp. Arenas, P.; B. Manasse y E. Noli. Edición de autores con auspicio del IAM – UNT
y la Escuela de Arqueología – UNCa.
- Nielsen, A., Calcina, J. y Quispe, B. 2003. Arqueología, Turismo y Comunidades Originarias: una
experiencia en Nor Lípez (Potosí, Bolivia). En: Chungará (Arica), vol.35, N° 2, pp 369-377. ISSN
0717-7356.
- Politis, G. 2001. On archaeological praxis, gender bias, and indigenous peoples in South America.
Journal of Social Archaeology 1. pp. 90-107.
Requejo de Medjugorac, M. I. 1991. Aportes para la historia del Valle de Tafí. Serie: Documentos
de Trabajo No.1. CERPACU Colección: Patrimonio Tucumán.
- Shanks, M. y Tilley, C. 1987. Re-constructing Archaeology. Theory and practice. Cambridge
University Press.
- Svampa, M. 2001. Los que ganaron. La vida en los countries y barrios privados. Editorial
Sudamericana. Buenos Aires.
- Uribe Rodríguez, M. y Alfaro, L. 2003. Arqueología, patrimonio cultural y poblaciones originarias:
reflexiones desde el desierto de Atacama. En: Chungará (arica). vol. 35, N° 2, pp. 295-304. ISSN
0717-7356.