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Rosario y Novena a la

Virgen María Niña Divina


Infantita

María Niña Divina infantita


¡Ruega por nosotros!

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“Concederé al que me honre en mi
infancia cuantas gracias me pida,
porque es una devoción muy
olvidada”

Palabras de la santísima Virgen a Sor


Magdalenita.

INICIA EL ROSARIO

Ave María Purísima


Sin pecado concebida
Por la señal † de la Santa Cruz, de nuestros †
enemigos líbranos, † Señor Dios nuestro. En el
nombre del Padre, † del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

ACTO DE CONTRICCION
Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, me
pesa de todo corazón de haber pecado, porque te
ofendí a ti que eres tan bueno y que tanto me amas y
a quién yo quiero amar por sobre todas las cosas,
propongo firmemente por tu gracias enmendarme y
alejarme de las ocasiones de pecar, confesarme y
cumplir la penitencia, confío me perdonaras por tu
infinita misericordia. Amén.

OFRECIMIENTO DEL ROSARIO

Rezaremos el santo rosario en honra y gloria de la


santísima virgen María, para que se digne
admitirnos bajo su poderosa protección, paz en la
iglesia, sosiego en la conciencia, tranquilidad en la

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república de los bienes temporales que hubiéramos
de menester y alivio a las benditas almas del
purgatorio. Amén.

V. Abre Señor mis labios


R. mi boca anunciara tus alabanzas
V. Oh Dios ven en mi auxilio
R. Date prisa señor en socorrerme

Gloria al Padre, Gloria al Hijo y Gloria al Espíritu


Santo. Como era en el Principio, ahora y siempre
por los siglos de los siglos Amén.

V. Esta niña angelical de los cielos elegida…


R. es la Reina concebida sin la culpa original.
V. María Niña Divina infantita
R. ¡Ruega por nosotros, que recurrimos a vos!

Con dulce amor cada día y eterno corazón,


rezaremos con devoción el rosario a María.

PRIMER MISTERIO

Tanto amor para ti mi pecho encierra que observarte


quisiera, Madre mía, más… ¿Puede dar la tierra algo
digno de ti Virgen María? ¿Existirá algo en este bajo
suelo que ofrecer a la Santa de las santas, si tienes
allá en el cielo coros de serafines a tus plantas?
¿Lucirían en tu trono esas estrellas que vistas desde
aquí nos maravillan? ¿Junto a ti serían bellas si con
la luz de tus pupilas brillan ¿Tendrían valor las
perfumadas rosas? Cierto es que son vistosos sus
colores pero… ¿Serán hermosas al lado de la reina
de las flores?
Padre Nuestro, 10 Aves Marías, Gloria y las
Jaculatorias

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V. Esta niña angelical de los cielos elegida…
R. es la Reina concebida sin la culpa original.
V. María Niña Divina infantita
R. ¡Ruega por nosotros, que recurrimos a vos!

SEGUNDO MISTERIO

Podría formar un ramo de azucenas que sean


emblema de pureza y calma más… lucirán apenas
pues cándida más que ellas es tu alma. No hay que
buscar camelias, Madre amada, ni claveles
purpúreos olorosos, tus labios de granada son Divina
Infantita más hermosos. Pensaba en las violetas
pudorosas que son de la humildad la fiel morada;
pero, como las rosas, junto a ti, Reinita mía, no
valen nada. Ni nomeolvides, suaves, pequeñitos
puedo ofrecer para calmar mi anhelo, pues sé que
tus ojitos, más dulces son que su color de cielo.

TERCER MISTERIO

¿Con el rumor del mar haré murmullos para cantar


tus gracias que me encantan? Mas… si tienes
arrullos de ángeles mil, que tu grandeza cantan.
Cómo podré con cosas transitorias ensalzar tu poder,
Niña Divina, como cantar tus glorias y tu casta
belleza peregrina. Cómo podrá la lengua miserable
alabarte oh María, radiante estrella, si eres la
incomparable, la obra de Dios perfecta, la más bella.
Qué habrá digno de ti, Virgen sagrada, la más pura
de todas las mujeres, si estás tan encumbrada que
Dios mismo te dice: “BENDITA ERES”

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CUARTO MISTERIO

Si tu cuna la mecen los querubes y es la cuna


escabel donde te sientas, y en un trono de nubes
vestida de luceros te presentas. Si al ver el sol tu
rubia cabellera de ella recoge todos sus fulgores y la
celeste esfera a ti debe sus puros resplandores. Si de
tu frente toma su pureza el blanco lirio que entre

Espinas crece, y toda la belleza junto a la tuya, oh


Niña desaparece.

QUINTO MISTERIO

Que se le puede dar a la elegida, de todo un Dios


que la colmó de dones si no tiene medida oh Madre
de mi amor, tus perfecciones. Por eso con este
Rosario, recibe nuestro amor, nuestro desvelo, y
sírvate de arrullo nuestra oración que se levanta al
cielo.

ORACIONES FINALES DEL SANTO


ROSARIO

¡Oh! Soberano Santuario, sagrario del verbo eterno,


Libra Virgen del infierno, a los que rezan tu Rosario.
Emperatriz poderosa, de los mortales consuelo;
Ábrenos señora el Cielo, con una muerte dichosa Y
danos pureza de alma tú que eres tan poderosa.

Padre nuestro…

Dulcísima Niña María, radiante Aurora del Astro


Rey, Jesús, escogida por Dios desde la eternidad
para ser la Reina de los cielos, el consuelo de la
tierra, la alegría de los ángeles, el templo y sagrario

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de la adorable Trinidad, la Madre de un Dios
humanado; me tienes a tus plantas, oh infantil
Princesa, contemplando los encantos de tu santa
infancia. En tu rostro bellísimo se refleja la sonrisa
de la Divina Bondad, tus dulces labios se entreabren
para decirme: "Confianza, paz y amor..."

¿Cómo no amarte, María, luz y consuelo de mi


alma..., ya que te complaces en verte obsequiada y
honrada en tu preciosa imagen de Reina parvulita?
Yo me consagro a tu servicio con todo mi corazón.
Te entrego, amable Reina, mi persona, mis intereses
temporales y eternos. Bendíceme Niña Inmaculada,
bendice también y protege a todos los seres queridos
de mi familia. Se tú, Infantil Soberana, la alegría, la
dulce Reina de mi hogar, a fin de que por tu
intercesión y tus encantos reine e impere en mi
corazón y en todos los que amo, el dulcísimo
Corazón de Jesús Sacramentado. Amén. Dios te
salve María….

Te entrego, Virgen Niña, mi corazón para que lo


presentes a Jesús. Por el amor y complacencia con
que te aceptó, cuando a la temprana edad de tres
años te consagraste a Él, suplícale acepte el mío e
imprima en él las virtudes que le faltan, para que, a
imitación del tuyo, le sea agradable. Enséñame o
despreciar las honras vanas del mundo; haz que
siempre sea mi único anhelo crecer en el amor de
Dios, cumpliendo siempre su divina Voluntad. Te
presento también los corazones de los que no te
conocen y no pueden amarte. Oh Virgen Niña,
atráelos con tus inspiraciones para que, amándote
todos como hijos, vayamos a cantar las glorias y

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magnificencias de tu hijo Jesús, nuestro Señor en el
Cielo. Amén. Dios te salve María….

Niña celestial, que con tantos prodigios de gracias te


dignaste mostrar tus deseos de ver honrada tu tierna
infancia -aquel período de tu existencia que fue tan
grande ante Dios, por el privilegio de tu inmaculada
concepción y natividad dichosa. Tú, la más
privilegiada entre las hijas de Eva, vuelve hacia mí,
desde esa preciosa Cuna, tus ojos llenos de dulzura y
bondad, y continuando tu oficio de Mediadora y
Abogada, haz que vea cumplida mi súplica. No
salga yo defraudada en mis esperanzas de tu
venerada Cuna, sino que consiga las gracias y los
consuelos que te pido. A mí y a todos, ¡oh María!,
alcánzanos el verdadero espíritu de la devoción a Ti,
¡Virgen Niña!, y el don inapreciable de la
perseverancia final. Así sea. Dios te salve María….

Dios te Salve, María Santísima templo, trono y


Sagrario de la Santísima Trinidad, Virgen concebida
sin la culpa original como Madre te rogamos que
nos mires con piedad.
Dios te salve Reina y Madre, de misericordia, vida
dulzura y esperanza nuestra, Dios te salve a ti
clamamos los desterrados hijos de Eva a ti
suspiramos gimiendo y llorando en este valle de
lágrimas, Ea, pues Señora, abogada nuestra vuelve a
Nosotros esos tus ojos misericordiosos y Después de
este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu
vientre, ¡Oh! clemente, ¡oh! piadosa ¡oh! dulce
siempre Virgen María, ruega por él (Ella) y por
nosotros Santa Madre de Dios para que seamos
dignos de alcanzar las divinas gracias y promesas de
nuestro Señor Jesucristo. Amén.

ORACIÓN A LA VIRGEN NIÑA.

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Pequeña y dulce María, princesa mía, sin pecado
concebida, estrella de mis días y desde niña la más
perfecta profecía. Ilumina esta vida mía, a veces
enceguecida, sin ansias ni dicha y totalmente
empobrecida. Hazme, pequeña María, luz en estos
días y resplandor en la oscuridad del alma mía.
Hazme niño, pequeñito y dulcísimo para que el
Buen Dios escriba lo que ha querido de ésta vida,
para Su gloria y como verdad que ilumina. Amen.

Oh María, sin pecado concebida, rogad por nosotros


que recurrimos a vos. (3 veces)

ORACIÓN

María yo te doy mi corazón, a cambio te pido tu


Inmaculado Corazón. (3 veces)

Te entrego, Virgen Niña, mi corazón para que lo


presentes a Jesús. Por el amor y complacencia con
que te aceptó, cuando a la temprana edad de tres
años te consagraste a Él, suplícale acepte el mío e
imprima en él las virtudes que le faltan, para que, a
imitación del tuyo, le sea agradable. Enséñame a
despreciar las honras vanas del mundo; haz que
siempre sea mi único anhelo crecer en el amor de
Dios, cumpliendo siempre su divina Voluntad. Te
presento también los corazones de los que no te
conocen y no pueden amarte. Oh Virgen Niña
Atráelos con tus inspiraciones para que, amándote
todos como hijos, vayamos a cantar las glorias y
magnificencias de tu hijo Jesús, nuestro Señor en el
Cielo. Amén.

NUEVA LETANIA DE LA VIRGEN MARIA


(Con licencia eclesiástica)

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Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros
Santa María
Santa Virgen de las vírgenes
Hija predilecta del Padre
Madre de Cristo Rey
Gloria del Espíritu Santo
Virgen Hija de Sion
Virgen pobre y humilde
Virgen sencilla y obediente
Esclava del Señor
Colaboradora del Redentor
Llena de Gracia
Fuente de hermosura
Conjunto de toda las virtudes
Fruto escogido de la redención
Discípula perfecta de Cristo
Imagen purísima de la Iglesia
Mujer nueva
Mujer vestida de sol
Mujer coronada de estrellas
Señora llena de benignidad
Señora llena de clemencia
Señora nuestra
Alegría de Israel
Esplendor de la iglesia
Abogada de la gracia
Dispensadora de la piedad
Auxiliadora del pueblo de Dios
Reina de la caridad
Reina de la misericordia
Reina de la paz
Reina de los Ángeles
Reina de los patriarcas
Reina de los profetas

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Reina de los apóstoles
Reina de los mártires
Reina de las vírgenes
Reina de todos los santos
Reina concebida sin pecado original.
Reina asunta a los cielos
Reina del mundo
Reina del cielo
Reina del universo
Reina y madre de los sacerdotes. Ruega por ellos.

Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo.


-Perdónanos señor
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo.
-Óyenos señor
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo
-Ten piedad y misericordia de Nosotros Señor.

Bajo tu amparo nos acogemos santa madre de dios,


no desprecies las oraciones que te hacemos en
nuestras necesidades, antes bien líbranos de todos
los peligros o virgen gloriosa y bendita, ruega por
nosotros santa madre de dios para que seamos
Dignos de alcanzar las promesas y gracias de
nuestro señor Jesucristo. Amen.

OREMOS

Oh Dios todopoderoso y misericordioso Dios, quien


por medio del Espíritu Santo, han preparado el
cuerpo y el alma de la niña María Inmaculada para
ser la madre poderosa y digna de tu Hijo,
preservándola de toda mancha, nos concedas todos
los que veneramos con todo nuestro corazón su
infancia santa, para ser libre, a través de sus méritos
e intercesión, por lo que puede ensuciar nuestros
cuerpos y nuestras almas y nos haga capaces de

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imitar su humildad perfecta, obediencia y la caridad,
por Cristo nuestro Señor, Amén.

OFRECIMIENTO

Por estos Misterios Santos de que hemos hecho


recuerdo, te pedimos ¡oh María! de la fe Santa el
aumento, la exaltación de la iglesia, del Papa el
mejor acierto, de la nación mexicana, la unión y
feliz gobierno. Que el gentil conozca a Dios, que el
hereje vea sus yerros, ellos y todos los pecadores
tengamos arrepentimiento, que los cautivos
cristianos sean libres del cautiverio, goce puerto el
navegante y de salud los enfermos. En el purgatorio
logren las animas refrigerio y que este santo
ejercicio, tenga aumento tan completo en toda la
cristiandad, que alcancemos por su medio el ir a
alabar a Dios y gozar de su compañía en el cielo.
Amén.

ORACIÓN DE CONSAGRACIÓN A LA
DIVINA INFANTITA

Oh niña inmaculada yo quiero ofrecerte en este día,


toda mi niñez y toda mi vida, acéptala te lo ruego,
dulce niña. Sé que las joyas ante ti son nada, y que
las flores pierden su belleza, delante de ti mi reina
amada, que tuviste desde niña tal grandeza. Mi niña
sencilla y amorosa, pura entre todas las mujeres, la
alabanza de mi corazón llegue hasta tu cuna mecida
por los ángeles. Tú eres la pequeñita inmaculada, la
preservada de la culpa y pena, la que al primer
instante fue bendita; la niña angelical de gracia
llena. Niña encantadora y bella, la más linda de
todas las criaturas, hermosa y celestial maría niña,
indícame la senda que va al cielo. No quiero
terminar esta oración sin antes suplicarte niña mía

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me ayudes a imitarte en tus virtudes que desde
pequeña tuviste en plenitud. Amén.

V. Por amor a la divina niña maría,


R. Ofrezcamos por sus manecitas todas nuestras
obras y trabajos de este día.

NOVENA EN HONOR DE LA DIVINA


INFANTITA

Ave María Purísima


Sin pecado concebida
Por la señal † de la Santa Cruz, de nuestros †
enemigos líbranos, † Señor Dios nuestro. En el
nombre del Padre, † del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

ACTO DE CONTRICIÓN
Señor mío Jesucristo, Verbo Eterno,
Creador y Redentor, Padre Adorable,
Tú por librar al hombre del infierno
Descendiste a este mundo miserable.

Tú quisiste pagar nuestro delito


Tomando sobre Ti culpas ajenas,
Y nos bañó tu amor que es infinito,
Con la preciosa sangre de tus venas,

Y sin embargo, yo ¿Cómo he pagado?


Con la más negra ingratitud y olvido.
Más me pesa, Señor, haber pecado,
Y ahora vengo a tus pies arrepentido.

Con el dolor más penetrante y vivo


Lloro mis faltas, causa de tu muerte,

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Más me acerco confiado, pues recibo
Un torrente de gracias sólo al verte.

Desde esa Santa Cruz me abres los brazos Amante


Salvador de los mortales,
Y de tu Corazón hecho pedazos
Brotan de compasión tiernos raudales.
A tu misericordia que es inmensa
Me acojo mi buen Dios, en este día.
¿Qué podré hacer para borrar la ofensa
Con que te ha herido mi maldad impía?

Nada bueno hay en mí. Pobre y manchado Sólo


tengo miserias que ofrecerte Más no, tengo una
Madre que me has dado: Me la legaste a la hora de
tu muerte.

En sus brazos me arrojo... Sí, María....


Aquí está tu hijo que perdón implora,
Sálvame Niña hermosa, Madre mía....
Recibe mi alma que angustiada llora.

Ingrato fui. Perdido caminaba


Entre las negras sombras del pecado,
¡Sin escuchar tu voz que me llamaba!
¡Sin mirar a mi Dios Crucificado

Las horas de mi vida transcurrían,


Y ofuscada mi mente no pensaba
Que los momentos de clemencia huían
Y el infierno terrible me esperaba.

Pero tu amor de Madre que no deja


Al triste pecador en su agonía

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Intercedió por la pérdida oveja,
Y a tus pies estoy ya, Virgen María.

Hoy, cual niño que busca en el regazo


De su amorosa madre el dulce abrigo,
Viviré unido con estrecho lazo
A la bendita Cruz, siempre contigo.

Mucho pequé, mas hoy ante tus plantas


Llora su culpa el corazón contrito;
Y agradecido a tus finezas santas
Al pie me postro de tu altar bendito. Amen.

Hecha la señal de la Cruz y rezado el acto de


contrición, se dirá la siguiente:

ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS

Mi alma te glorifica, Dios Eterno, porque, haciendo


esfuerzo en tu infinito poder, formaste en María
Inmaculada una criatura tan perfecta, que fue digna
Madre de tu Unigénito. Mi espíritu se regocija en ti,
Señor, porque Tú, que humillas a los soberbios y
ensalzas a los humildes, pusiste tus divinos ojos en
la Divina Infantita, criatura maravillosa de tus
manos, y levantándola sobre todos los demás seres
del cielo y de la tierra y desposándote en Ella más
tarde con nuestra baja naturaleza, extendiste tus
misericordias sobre todos los pueblos, de generación
en generación, y apareciste hecho hombre entre
Nosotros, para ser salud de los que te temen, dulce
consuelo de los que te aman y firmísima esperanza
de perdón para los que, habiéndote ofendido, se
arrepienten. Así sea.

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PRIMER DIA

María es deseada de todas las criaturas


La Divina Infantita es nuestra esperanza.

Punto 1º Los ángeles deseaban conocer y prestar


humilde vasallaje a su Reina. Como si la vieran
entrar en la Gloria, cuando aún no existía,
exclamaban con estas palabras del Cantar de los
Cantares ¿Quién es Esta que se levanta como la
aurora, hermosa como la luna y escogida como el
sol? Si tan grata esperanza eras para los serafines
Niña Inmaculada ¿cómo no lo serás para mí?
Punto 2º Los patriarcas y profetas la desearon y
anunciaron. La escala misteriosa de Jacob, la zarza
de Moisés y el vellocino de Gedeón fueron figura
tuyas. La nube deseada, la vara de Jesé y la Virgen
de Isaías eres Tú Divina Infantita. Si tantos te
desearon, ¿cómo no desearte yo, dulce esperanza
mía?
Punto 3º Satanás te esperaba, aunque con gran
temor. Tu planta virginal debía quebrantar su cabeza.
Tu pie ha destruido el poder del demonio y nos ha
enseñado a caminar siempre lejos del pecado.
¿Cómo no esperaré yo en Ti?

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Propósito. Confiaré siempre en la Divina Infantita
para vencer a todos mis enemigos.

J A C U LA T O R I A
V. Esta Niña Celestial, de los cielos elegida
R. Es la Reina concebida sin la culpa original.
Esta jaculatoria se repite cinco veces, seguida cada
vez de un Ave María y Gloria.

ORACIÓN

Los ángeles te desearon como a su Reina, Divina


Infantita; los hombres del Antiguo Testamento te
esperaron con tanta ansia como el viajero la aurora
feliz que le hace ver el sendero que le conduce a su
patria, y los que te conocen verdaderamente esperan
en Ti, porque Tú eres el auxilio de los cristianos, la
consoladora de los afligidos, y el refugio de los
pecadores. Eres mi Madre y Madre de tan tierno y
bondadoso corazón como el tuyo es imposible que
no ampare a los hijos que esperan en Ti. Por este
motivo, Divina Infantita, lleno de confianza en tu
misericordia maternal te digo desde lo íntimo de mi
alma:

Pídase la gracia que se desee alcanzar.

ORACIÓN DE SAN BERNARDO

Acordaos, oh piadosísima Virgen María, que jamás


se ha oído decir hasta ahora que alguno que
recurriese a vuestro patrocinio, que implorase
vuestro auxilio y acudiese a vuestro socorro, haya
sido desamparado de vos. Yo, animado de esta

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confianza, vengo a vos, me refugio en vos, yo
pecador gimo delante de vos; no queráis, ¡oh Madre
de Verbo Eterno! despreciar mis humildes súplicas,
oídme favorablemente y haced lo que os suplico.
Amen.

V. Madre de la santa esperanza


R. Ruega por nosotros.

ORACIÓN A LA SANTA INFANCIA

Oh Dios, que por la Santa Infancia de tu digna


Madre María Inmaculada quisiste alegrar al mundo;
concédenos te rogamos, por tu infinita bondad, que
seamos hechos como niños y que confortados por la
suavidad de los dones del Espíritu Santo,
cumplamos perfectamente la voluntad de Jesús en la
tierra, para que merezcamos gozar de Él, contigo y
con María eternamente en los cielos. Por el mismo
Jesucristo Señor Nuestro. Así sea.

NOTA.- Todos los días se hará la novena del mismo


modo que hoy, excepto la meditación y oración
propia del día.

SEGUNDO DIA

Es anunciado a San Joaquín y Santa Ana que


serán los padres de María.
Debemos desear que el espíritu de María sea
engendrado en nosotros.

MEDITACIÓN

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Punto 1º La generalidad de los hombres vivían
apartados de Dios. Algunos justos suspiraban por la
venida del Mesías. De entre todos ellos San Joaquín
y Santa Ana fueron los escogidos para padres de
María. Oh dichosos progenitores de la Divina
Infantita, enseñadnos a engendrar y guardar en
nosotros el santo espíritu de vuestra hija
Inmaculada.
Punto 2º Las humillaciones sufridas por San
Joaquín y Santa Ana y las fervientes oraciones de
tan santos esposos, atrajeron sobre ellos la gracia del
Altísimo. De la infecundidad pasaron a ser padres de
la más hermosa de todas las criaturas. Si somos
nosotros también humildes y constantes en nuestras
oraciones, engendraremos en nuestras almas el
espíritu de la Esclavitud de María.
Punto 3º ¿Quién será capaz de expresar la inefable
alegría de Santa Ana cuando recibió la embajada
del Cielo para anunciarle que sería la Madre de la
Madre de Dios? ¿Cómo no desfalleciera, si el
Espíritu Santo no la confortara? Unámonos con
Santa Ana para dar gracias al Señor, por habernos
dado a la Niña María, que es el camino que conduce
a Jesús.
Propósito. Rogar constantemente al Señor que el
espíritu de María viva siempre en nuestros
corazones.

Sigue la Jaculatoria, pág. 10

ORACION

¡Qué dichosos fueron tus santos padres, Joaquín y


Ana, Niña celestial y divina, y qué feliz hicieron a

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todo el género humano! Mucho sufrió Santa Ana por
su esterilidad; pero mucho gozó también cuando le
fue anunciado que debía ser tu Madre, Inmaculada
Virgen de las Vírgenes, y cuanto antes sentíase San
Joaquín humillado por no recibir del Señor fruto de
bendición, tanto fue ensalzado después sabiendo que
sería padre de una criatura tan excelente que Dios la
criaba para sí. ¡Dichosos esposos, los padres de esta
Purísima Niña! Agradecidos todos los verdaderos
amantes de María, tributemos a los santos padres de
la Reina del cielo y de la tierra homenajes de justo
reconocimiento, y para que nuestros obsequios les
sean del todo agradables procuremos imitarles en la
conformidad con la voluntad de Dios, en los
sufrimientos y privaciones y en el espíritu de
oración, lleno de confianza, que tuvieron estos
felices esposos, para que con la imitación de tanta
humildad y confianza merezcamos que el espíritu de
la Esclavitud de María venga a nosotros y con él
podamos decir confiadamente.

Acordaos..... (Oración de San Bernardo) pág. 11


V. Madre de la santa humildad.
R. Ruega por nosotros, que recurrimos a vos.

Oración a la Santa Infancia, pág. 12

TERCER DIA
De la Inmaculada Concepción de María
En este inefable misterio aprendamos a odiar el
pecado

MEDITACIÓN

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Punto 1º María fue concebida sin la culpa original.
Su alma fue huerto cerrado al ponzoñoso hálito del
pecado, fuente sellada, cristalina y pura, divino
paraíso, tálamo inmaculado del Hombre Dios. En el
momento de ser concebida eras ya la amada de Dios
por excelencia. ¿Cuánto deberás serlo de los
hombres?
Punto 2º La Niña Inmaculada, en el momento de su
concepción, fue enriquecida por Dios con toda la
abundancia de los divinos favores y desde aquel
momento feliz ya pudo ser llamada “llena de
gracia”. Dame, Niña mía, los tesoros de las gracias
del Señor.
Punto 3º Porque María fue Inmaculada, hizo que en
su limpio seno se abrazaran la misericordia y la
verdad, y que la justicia y la paz se besaran con
ósculo de amor. Inmaculada Infantita, haz que Jesús
viva siempre en mi corazón y que su gracia no se
parte de mí.
Propósito. Por la Inmaculada Concepción de la
Divina Infantita odiar eternamente el pecado.

Sigue la Jaculatoria, pág. 10

ORACION

Como fueron tus afectos, Niña Inmaculada, desde el


instante en que fuiste concebida, así hubiera yo
querido que fueran los míos desde que tengo uso de
razón; pero cuán distintos han sido mis afectos de
los tuyos. Yo sólo he vivido para el mundo, mi
corazón sólo ha sabido amar las criaturas y mi
pensamiento se ha olvidado de las hermosuras
divinas para deleitarse en las falsas doctrinas del

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mundo, maestras de vanidades. Tú, por el contrario,
Divina Infantita, siempre tuviste las facultades todas
de tu alma en Dios y en lo que más te conducía a
Él. Tú amaste al mundo en cuanto era criatura de
Dios y el camino por donde habías de pasar para ir
al cielo; con los hombres sólo trataste como con
ministros de Dios, o para conducirlos por el camino
del bien. Tú solamente en Dios y por Dios trataste
las criaturas, y las usaste como peldaños de la
maravillosa escala que estriba en la tierra y termina
en el trono de Dios. Enséñame Niña mía, el
desprendimiento de todas las criaturas por puro
amor de Dios, y alcánzame, te lo ruego desde lo más
íntimo de mi alma, perdón de tu Divino Jesús, de
todo el tiempo que he vivido apartado de Él y
convertido a las criaturas; mientras yo, confiando en
la intensidad del amor que me tienes, te digo
devotamente.

Acordaos.... (Oración de San Bernardo) pág. 11


V. Reina concebida sin la culpa original
R. Ruega por nosotros

Oración a la Santa Infancia, pág. 12

CUARTO DIA

De la estancia de María en el seno materno


La Divina Infantita nos enseña el temor santo de
Dios

MEDITACIÓN

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Punto 1º Mientras la Inmaculada Niña vivió en el
seno de Santa Ana el clarísimo conocimiento que
tenía de Dios, le hacía vivir en aquella alta
contemplación de la que nunca saldría su dichosa
alma. Alcánzame luces, dulcísima Niña, para que mi
alma sólo se ocupe en Dios.
Punto 2º Cuando con divina luz conoció el
momento en que debía empezar a vivir entre los
hombres, temió santamente ofender a Dios y ser una
de tantas almas ingratas, que se olvidan de sus
divinos beneficios. Si Tú temiste, ¿quién no temerá?
Punto 3º La humilde confianza fortaleció en María
el temor santo de ofender a Dios. Temiéndolo todo
de su naturaleza de criatura y esperándolo todo de la
infinita misericordia, puso en su alma inmaculada el
amor solícito para no ofender a Dios. Enséñame,
Niña Inmaculada, el verdadero temor, que nunca
quita la confianza en Dios.
Propósito. Temeré tanto ofender a Dios, que huya
siempre de todas las ocasiones de pecar.

Sigue la Jaculatoria, pág. 10

ORACION

Divina Infantita, que durante el tiempo que estuviste


encerrada en el seno de tu santa madre Ana, como
rica perla en preciosa concha, siempre creciste en el
amor de Dios, como la aurora que se levanta;
dulcísima Niña, que mientras estabas guardada en el
claustro materno, como solícita abeja fabricabas en
tu corazón el rico panal de las virtudes y dones más
perfectos, en donde debía recrearse el Hijo de Dios,
alcánzame de tu divino Jesús que yo aprenda, a

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semejanza tuya, a libar la savia de las virtudes en las
fragantes flores que crecen en los eternos collados
de la hermosura y perfecciones divinas, para que así
cada día más aborrezca al mundo, y más crezca en
mí el deseo de poseer a Dios, por lo que tema en
todo instante perderle y ansíe en todo momento
poseerle con más íntima unión. En la firme
esperanza de que así sea, te digo desde lo íntimo de
mi corazón.

Acordaos.... (Oración de San Bernardo) pág. 11


V. Madre del santo temor
R. Ruego por nosotros

Oración a la Santa Infancia, pág. 12

QUINTO DIA

Natividad de María
La divina infantita es nuestra alegría

MEDITACIÓN

Punto 1º La deseada de todas las generaciones, la


verdadera arca del testamento, la vara de Jesé, la
bendita entre todas las mujeres, la Madre del Mesías
ha nacido al mundo. Venid, venid, y con los ángeles
y los hombres venerémosla reverentes en los brazos
de su santa madre la dichosa Ana. Niña recién
nacida, recibe nuestros homenajes de amor y
gratitud.
Punto 2º Patriarcas y Profetas que esperáis la venida
del Redentor, alegraos en vuestro destierro, porque
ya ha nacido la Virgen que ha de dar a luz al divino

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Emmanuel. Hombres todos, alegraos en vuestra
Reina que acaba de nacer. Venid y contempladla
¡Qué hermosa! ¡Qué pura! Su rostro es el más bello
encanto de la naturaleza creada. En Ti está nuestra
alegría, Niña celestial y divina, siempre cantaremos
tus alabanzas.
Punto 3º Los ángeles honran a su Reina y llenos de
júbilo la transportan al Empíreo. Todos los coros
celestiales la reverencian. El Divino Verbo presta
obsequio de infinito amor a la Niña Inmaculada que
ha de ser su Madre, y el cielo todo se regocija en
Ella. Al nacer fuiste la alegría del Universo.
Propósito. Deleitarme con santo júbilo en el
nacimiento de la Divina Infantita, porque es la
criatura más admirable que ha salido de las manos
de Dios.

Sigue la Jaculatoria, pág. 10

ORACION

Oh hermosísima Niña, dichosos los ojos que


contemplen tu hermosura. Tus ojos son de paloma,
tus labios como cintas de grana, tus mejillas teñidas
con el carmín de las granadas, tus manos torneadas,
tu boca pebetero de ambrosía, tu cabellera como el
Carmelo: la gracia rebosa de tus labios, perfumes
celestiales exhalan de tu pecho, la bendición del
Señor está contigo. Quien te conozca ¿podrá vivir
sin amarte, Divina Infantita? Yo te amo, porque Dios
te ama, porque eres Inmaculada, porque eres
destinada para Madre de Jesús. Yo quiero tener en Ti
toda mi dicha, toda mi alegría, todo mi consuelo,
toda mi paz. Permíteme graciosísima Niña, que me

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recree en la hermosura de tu rostro en el encanto de
tu inocente mirada; que bese reverente tus pies
preciosos, aunque mis labios están manchados,
mientras te digo con todo el fervor de mi alma:

Acordaos... (Oración de San Bernardo) pág. 11


V. Causa de nuestra alegría.
R. Ruega por nosotros.

Oración a la Santa Infancia, pág. 12

SEXTO DIA

Del nombre de María


El nombre de María es nuestra salud

MEDITACIÓN
Punto 1º Tu nombre es mar amargo para Satanás y
sus seguidores. Es mar amargo, porque habías de
sufrir tantas penas en el mar de la Pasión de tu
divino Jesús. Como fueron sumergidos en el mar
Rojo los enemigos de Dios, así también serán
derretidos como la cera ante el fuego los que sean
enemigos de tu santo nombre y no quieran invocarte
confiadamente. Por tu dulcísimo Nombre sálvanos,
Divina Infantita.
Punto 2º Tu nombre, Niña Inmaculada, significa
luz de los cielos. Los que te siguen, divina Estrella,
no yerran en el camino que conduce a la gloria.
Mirando fijamente a esta Estrella nunca
pereceremos en las tempestades y escollos de este
mar de la vida. Tu nombre es faro que conduce al
puerto de la salud.

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Punto 3º Tu nombre quiere decir Señora. Tú eres la
reina de los Ángeles, la Princesa de los santos la
Madre de los hombres. Tú eres la Señora de todas
las criaturas, porque has sido hallada digna de ser
Madre del Creador. Divina Infantita. Tú eres mi
Señora, Tú sola la Reina de mi corazón.
Propósito. Es mi firme voluntad, Divina Infantita,
ser tu esclavo eternamente.

Sigue la Jaculatoria, pág. 10

ORACIÓN

Tu nombre, Niña María, es nombre santísimo,


nombre dulcísimo, nombre dignísimo, y por ser
tanta tu dulzura y santidad, Divina Infantita, te fue
impuesto este nombre con toda sabiduría. Tu
nombre expresa más hermosura que el de Noemí,
más fortaleza que el de Judith, más intrepidez que el
de Jael, más prudencia que el de Débora, más gracia
que el de Esther. Tu nombre es óleo que suaviza,
perfume que embriaga, armonía que encanta. Tu
nombre es formidable ariete contra el pecado,
escudo de todas las virtudes y emporio de todas las
gracias. Mar amargo para los enemigos de Jesús, luz
del espíritu para los que viven en este mundo y
desean llegar a la verdadera patria. Señora de los
ángeles, de los hombres y de todas las criaturas. Tu
nombre admirable, Divina Infantita, es luz que
ilumina a los que viven en las tinieblas y en
las sombras de la muerte, y dirige los pasos de
los que son tus verdaderos siervos por los caminos
de la paz. La alabanza de tu nombre, Niña María,

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sea eterna en la boca de tus esclavos, y para que nos
concedas esta gracia te decimos:

Acordaos.... (Oración de San Bernardo) pág. 11


V. Por la gloria de tu dulcísimo nombre.
R. Sálvanos, Divina Infantita.

Oración a la Santa Infancia, pág. 12

SEPTIMO DIA

Primer año y medio de la vida de la Divina


Infantita.
La Niña Inmaculada modelo de silencio

MEDITACIÓN

Punto 1º María podía hablar desde el momento de


su nacimiento, pero Dios quiso que se sujetase en
todo lo exterior a la condición de los demás niños.
Podía hablar para dar saludables consejos y callaba;
podía hablar y atraerse la admiración de los que la
escucharan y nada decía; podía hablar altísimas
cosas de la vida espiritual y de las perfecciones
divinas y permanecía en silencio. ¡Oh hermosísima
virtud tan heroicamente practicada por la Divina
Infantita!
Punto 2º Sus conversaciones eran con Dios y los
ángeles. A éstos preguntaba con ardientes ansias las
señas y condiciones de su Amado. Como la esposa
de los Cantares a Él sólo buscaba, por El sólo
suspiraba, hablaba sólo de Él y en El sólo se
recreaba. Enséñame, Divina Infantita, a sólo desear
la conversación de Dios.

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Punto 3º Tan herida sentíase la Niña Inmaculada por
las encendidas flechas de amor que el Señor le
enviaba, que muriera de amor, si El mismo que la
hacía desfallecer con palabras de vida no la
confortara con su infinito poder. En el silencio tanto
se acrecentaba en la escondida Niña, el divino amor,
que atormentada por un sufrimiento del más intenso
martirio, exclamaba diciendo a los mismos ángeles:
“confortadme con flores, pues desfallezco de amor”.
Haz, Niña mía, que yo sea herido con las ardientes
flechas del amor de tu Jesús.

Propósito. Hablar lo menos posible con las criaturas


para hablar mucho con Dios.

Sigue la Jaculatoria, pág. 10

ORACIÓN
Divina Infantita, que como alondra enamorada,
desde el precioso nido de tu cunita en alas del
divino amor, vuela tu alma hasta la más perfecta
contemplación divina, enséñame, graciosísima Niña
mía, a desprenderme de toda consideración y afecto
de las criaturas y, sobre todo, del propio amor y haz
que, libre de toda otra comunicación y afecto, pueda
yo también levantarme a la pura consideración de la
divina hermosura y perfecciones, sin más deseo que
saborear las cosas divina y olvidarme de las
humanas. Viva mi alma, Divina Infantita, tan callada
para todo lo terreno, que merezca escuchar la voz
del Señor que dice: “Levántate amiga mía, paloma
mía, hermosa mía y ven. Apresúrate a esconderte en
los agujeros de la peña. Toda eres hermosa, amiga
mía, mancilla no hay en ti. Ven del mundo y serás

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coronada”. Sí, Jesús mío, quiero ir en pos del olor de
tus perfumes ¿Quién será semejante a ti? Tu
hermosura sobre toda hermosura. Sólo quiero
mirarme en tus ojos hermosos como de paloma
sobre los arroyuelos de las aguas.
Condúceme Tú, Divina Infantita, hasta llegar a tu
hermoso Jesús, mientras te digo:

Acordaos.... (Oración de San Bernardo) pág. 11

V. Pastora divina
R. Ruega por nosotros.

Oración a la Santa Infancia, pág. 12

OCTAVO DIA

Segundo año y medio de la vida de la Divina


Infantita
Del buen uso de la lengua

MEDITACIÓN

Punto 1º Cuando fue la voluntad de Dios que la


Divina Niña hablase, habló palabras de puro Dios.
Su voz dulce debía ser escuchada de los hombres.
María a pesar de ser la Reina de los santos teme
hablar. ¿Cómo me atrevo a hablar yo tanto?
Punto 2º Tan de temer son los vicios de la lengua
que María hubiera deseado no hablar nunca, antes
de exponerse al peligro de hablar con desagrado de
Dios. Sus primeras palabras fueron para dar gracias
a Dios, reverenciar a sus padres y pedir por la
salvación de los hombres. ¿Y yo para qué hablo?

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Punto 3º Las primeras palabras de la Infantita María
fueron suavísima red donde quedó prendido el
Unigénito del Padre, y tan dulcemente resonaron en
el cielo que todos sus moradores deseaban el
momento en que María había de ratificar el decreto
divino de la Encarnación del Verbo para que la
palabra Eterna resonara también entre los hombres.
Suene tu voz en mi oído, Niña mía.
Propósito. Hablaré solamente lo que agrade a Dios.

Sigue la Jaculatoria, pág. 10

ORACION

Divina Infantita, graciosa en tu habla, como


admirable en tu silencio. Guardada y gobernada por
Dios en tus palabras. Suene tu voz en mis oídos,
para que mi alma quede derretida al contacto del
divino fuego en que se inflama tu voz. Enséñame a
entonar cánticos de alabanza al Señor y a glorificar
tus virtudes. Si Dios estaba tan atento al instante en
que Tú debías hablar, y para defenderte de este gran
peligro se disponía a edificar sobre tí, que eres torre
de David, almenas de plata y a guarnecerte con
tablas de cedro, porque eres puerta del cielo, ¿cuánto
no necesitaré yo de los divinos cuidados, para
caminar seguro entre los peligros de la lengua?
Alcánzame esta gracia, Divina Infantita, pues de Ti
con razón se dice:

Acordaos... (Oración de San Bernardo) pág. 11

V. Madre del santo conocimiento.


R. Ruega por nosotros.

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Oración a la Santa Infancia, pág. 12

NOVENO DIA

Presentación de María en el Templo.


Hemos de procurar a todos trance la unión con
Dios

MEDITACIÓN

Punto 1º La Divina Infantita a los tres años de edad


fue llevada al Templo para ser consagrada a Dios.
Era la verdadera arca de la alianza y, sin embargo,
fue conducida al Templo sin ostentación alguna.
Las obras más admirables de Dios se hacen con la
mayor humildad y silencio.
Quien ama la escondida humildad es digno de las
obras de Dios.
Punto 2º El sacrificio fue compañero de la Niña
Divina para llegar al Templo del Señor: el sacrificio
de Santa Ana, el sacrificio de San Joaquín, y el
sacrificio de María, Niña de tres años, que abandona
a sus padres para seguir a Dios.
¿Hago yo algún sacrificio por adquirir la virtud?
Punto 3º La Niña Inmaculada, después de recibir la
bendición de sus padres, subió ligera las quince
gradas del templo, como la Esposa de los Cantares
que busca a su Amado.

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¿Subo yo de perfección en perfección para más
íntimamente unirme con el divino Esposo?

Sigue la Jaculatoria, pág. 10

ORACION

Divina Infantita que ya encontraste en el Templo del


Señor el escondido nido por el que suspiraba tu
alma; tu profunda humildad confunde mi crecida
soberbia y reprueba mi refinada vanidad; tu espíritu
de desprendimiento me avergüenza. Tú dejaste a tus
padres llena de santa alegría y yo no puedo dejar el
Afecto de una criatura cualquiera; una amistad
peligrosa, un regalo, una comodidad. Tú amaste los
trabajos, y yo los deleites. Tú quisiste la pobreza, yo
la abundancia. Tú te agradabas en el desprecio, yo
en las honras. Tú suspirabas ardientemente por el
cielo, yo por la tierra. Y si tales son mis obras ¿cómo
podré yo decir con razón que te amo? Desde hoy,
Reina mía, no quiero más deseos que tus deseos,
para que así pueda yo decir que ya no vivo yo sino
que Tú, hermosa Niña eres la que vives en mí.
Concédeme esta gracia que te pido diciéndote:

Acordaos.... (Oración de San Bernardo) pág. 11

V. Madre del amor hermoso.


R. Ruega por nosotros.

Oración a la Santa Infancia, pág. 12

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ARRULLO A LA DIVINA INFANTITA

Eres niña inmaculada, del señor obra maestra, pues


la fuerza de su diestra quedó en tu ser demostrada y
porque fuiste formada sin la culpa original eres reina
universal y de mi vida pastora, inmaculada señora
líbranos de todo mal. A ti me acojo porque sé que
me amas, porque de ti los beneficios brotan, porque
velas por mí, porque las llamas de tu gran caridad
nunca se agotan. Aquí en tu corazón, niña divina,
vengo confiado, a remediar mis males y a buscar la
segura medicina que en él encuentran siempre los
mortales. Dígnate madre amada hacerme fuerte que
me venza a mí mismo y que sea sumiso, y asísteme
en el trance de la muerte para volar contigo al

Paraíso Y pues nos proteges tanto como verdadera


madre, bendícenos desde el cielo y haz que nos
bendiga el padre, el hijo y el espíritu santo. Amén.

BENDITA SEA TU PUREZA


Bendita sea tu pureza y eternamente lo sea pues todo
un Dios se recrea en tan graciosa belleza, a ti
celestial Princesa Virgen sagrada María yo te
ofrezco en este noche alma vida y corazón, míranos
con compasión no nos dejes Madre mía y en mi
última agonía dame tu bendición.

FINAL

Sea por siempre bendito y alabado el santísimo


sacramento del altar y la pureza de maría santísima
señora nuestra concebida en gracia sin mancha del
pecado original desde el primer instante de su ser
santísimo natural. Amén.

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Ave María Purísima
Sin pecado concebida (3)

Viva Jesús, viva María, viva la gracia, muera el


pecado, que viva Jesús sacramentado, que viva el
glorioso patriarca señor san José, señor san Joaquín,

Señora santa Ana, a quienes encomendamos nuestro


corazón, cuerpo y alma, ahora y en la hora de
nuestra muerte. Amén.

En el cielo y en la tierra sea por siempre bendito y


alabado, el divino corazón de Jesús sacramentado.

V. Esta niña angelical de los cielos elegida…


R. es la Reina concebida sin la culpa original.
V. María Niña Divina infantita
R. ¡Ruega por nosotros, que recurrimos a vos!

ORACION

Contigo voy virgen pura y en tu poder voy confiado,


pues yendo de ti amparado mi alma volverá segura.
Dulce Madre no te alejes, tu vista de mí no apartes,
ven conmigo a todas Partes y nunca solo me dejes ,
tú que nos proteges tanto como verdadera Madre has
que nos bendiga el Padre, el Hijo y el Espíritu
Santo. Amén.

El socorro de Dios este siempre con nosotros. Así


sea.

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