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Depresión mayor y trastorno bipolar

1. Definición.

La depresión es un trastorno del estado de ánimo que consiste en


sentirse triste, melancólico, infeliz, abatido o con el ánimo por el suelo.
Se conoce también como depresión grave o depresión resistente. Este
tipo de depresión se caracteriza por la aparición de uno o varios
episodios depresivos de mínimo dos semanas de duración.

2. Tasa de prevalencia a lo largo de la vida de los trastornos


depresivos.

A nivel mundial, aproximadamente 350 millones de personas, uno de


cada diez adultos, sufre de depresión, y aproximadamente 60% de estos
individuos no reciben la ayuda necesaria, a pesar de que el tratamiento
disminuye los síntomas en más de 50% de los casos. Según las
estimaciones, la prevalencia del trastorno depresivo mayor varía en todo
el mundo, desde 3% en Japón hasta 16.9% en los Estados Unidos de
América. Para los demás países, el trastorno depresivo tiene una
prevalencia que va desde 8 a 12% 

3. Incidencia y prevalencia.

o 6 – 15% de la población general


o 6 – 12% en países industrializados
o Edades oscilantes de entre: 18 y 36 años
o Prevalencia en niños en etapa escolar y ancianos 36%.
o Existe mayor prevalencia de depresión en mujeres (10%) en
comparación con los hombres (6%).
 Ocurrencia de depresión del 40-70% en pacientes con enfermedad
crónico degenerativa (DM
 Pacientes seniles que son atendidos en centros hospitalarios de 2do y
3er nivel independientemente de su estado de salud. </li></ul>
 Pacientes con Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida, se encontró un
porcentaje de depresión de 37.2%

4. Etiología 

La etiología de la depresión es compleja, en ella intervienen múltiples


factores, tanto genéticos, biológicos como psicosociales. Dentro de los
biológicos hay evidencias de alteraciones a nivel de neurotransmisores,
citoquinas y hormonas, además de modificaciones en los sistemas
nervioso, inmunológico y endocrino. La psiconeuroinmunología ha
demostrado alteraciones en el eje Hipotálamo-Hipófisis-Suprarrenal
mediadas por citoquinas; alteraciones inmunológicas asociadas a
neurotransmisores en la depresión mayor, dentro de las cuales:
reducción del número de transportadores de serotonina en linfocitos de
sangre periférica de pacientes deprimidos. Esto demuestra una relación
directa entre la serotonina y el sistema inmunológico en este trastorno
afectivo.

5. Comorbilidad.

Cuando hay un trastorno depresivo mayor, las probabilidades de que un


paciente pueda sufrir otro trastorno mental son mucho mayores que en
los pacientes no deprimidos.

Los pacientes deprimidos de atención primaria con comorbilidad se


distinguen por una mayor gravedad e impacto funcional concomitante
asociado.

6. Curso clínico.

 Sentimientos de tristeza, ganas de llorar, vacío o desesperanza

 Arrebatos de enojo, irritabilidad o frustración, incluso por asuntos de


poca importancia

 Pérdida de interés o placer por la mayoría de las actividades habituales


o todas, como las relaciones sexuales, los pasatiempos o los deportes

 Alteraciones del sueño, como insomnio o dormir demasiado

 Cansancio y falta de energía, por lo que incluso las tareas pequeñas


requieren un esfuerzo mayor

 Falta de apetito y adelgazamiento, o más antojos de comida y aumento


de peso

 Ansiedad, agitación o inquietud

 Lentitud para razonar, hablar y hacer movimientos corporales

 Sentimientos de inutilidad o culpa, fijación en fracasos del pasado o


autorreproches

 Dificultad para pensar, concentrarse, tomar decisiones y recordar cosas

 Pensamientos frecuentes o recurrentes sobre la muerte, pensamientos


suicidas, intentos suicidas o suicidio

 Problemas físicos inexplicables, como dolor de espalda o de cabeza

7. Criterio diagnóstico por DSM 5.


8. Diagnóstico diferencial.
9. Tratamiento

Varias clases de fármacos y medicamentos se pueden utilizar para tratar la


depresión:

 Inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS)


 Moduladores de la serotonina (antagonistas de los receptores 5-HT 2)
 Inhibidores de la recaptación de serotonina-noradrenalina
 Inhibidor de la recaptación de noradrenalina-dopamina
 Antidepresivos heterocíclicos
 Inhibidores de la monoaminooxidasa (IMAO)
 Antidepresivo melatonérgico
 Fármacos similares a la ketamina
Distimia (Trastorno depresivo persistente) y ciclotimia.

1. Definición. La distimia es una forma de depresión leve y crónica que se


prolonga por lo menos durante 2 años. A lo largo de este período, el individuo
experimenta un estado de ánimo deprimido casi las 24 h del día y al menos dos
síntomas más de depresión.
2. Epidemiología. Antes se denominaba neurosis depresiva; es menos grave
que el trastorno de depresión mayor. Más frecuente y crónico en mujeres que
en hombres. El inicio es insidioso y se presenta con mayor frecuencia en
personas con antecedentes de estrés a largo plazo o pérdidas repentinas. A
menudo coexiste con otros trastornos psiquiátricos (p. ej., abuso de sustancias,
trastornos de la personalidad, trastorno obsesivo- compulsivo).
3. Etiología. Las causas de la distimia pueden ser diversas, aunque no se
conoce una causa única o exacta: Procesos químicos del cerebro. Los
neurotransmisores son sustancias naturales del cerebro que, posiblemente,
desarrollen algún papel en la depresión. Según algunos estudios los cambios
en la función y el efecto de dichos neurotransmisores, y en cómo interactúan
con los neurocircuitos que se encargan de mantener la estabilidad emocional,
pueden jugar un papel esencial en la depresión y cómo tratarla. Herencia. La
distimia parece ser más común en pacientes cuyos familiares también la
sufran. Sucesos de la vida. Puede que acontecimientos traumáticos (pérdida de
seres queridos, problemas de dinero o altos niveles de estrés), puedan
provocar distimia. Sí que se calcula que más del 75% de afectados por distimia
padecen otra patología crónica.
4. Curso clínico. Los síntomas tienden a empeorar en el transcurso del día.
Por lo general, inicia entre los 20 y 35 años de edad, aunque un tipo temprano
puede comenzar antes de los 21 años. Es más frecuente entre familiares de
primer grado con trastorno de depresión mayor. Los síntomas deben incluir al
menos dos de los siguientes: falta de apetito, ingesta excesiva, problemas de
sueño, fatiga, baja autoestima, concentración deficiente o dificultad para tomar
decisiones y sentimientos de desesperanza.
 Tendencia a caer fácilmente en la depresión.
 Poco entusiasmo por vivir
 Inclinación por un estado sombrío y morboso
 Pesimismo, autocrítica
 Baja autoestima
 Temor a la desaprobación, indecisión
 Suspicacia, estado paranoide
5. Variantes distímicas.
 Depresión menor: Aunque los síntomas de la depresión menor sean en
menor cantidad o intensidad que en una depresión mayor, su
permanencia en el tiempo suele causar malestar significativo a las
personas.
 Depresión neurótica: Se refiere a una antigua clasificación en la que
los “trastornos neuróticos” eran definidos como “de origen psicológico”.
 Depresión crónica: Podemos manifestar un estado distímico de larga
duración que nos impide tener una vida de buena calidad. Este estado
muchas veces no es percibido porque estamos acostumbrados a este
estado de ánimo algo mustio.

6. Criterios por DSM 5.


A. Estado de ánimo deprimido durante la mayor parte del día, presente más
días que los que está ausente, según se desprende de la información subjetiva
o de la observación por parte de otras personas, durante un mínimo de dos
años. Nota: En niños y adolescentes, el estado de ánimo puede ser irritable y la
duración ha de ser como mínimo de un año.
B. Presencia, durante la depresión, de dos (o más) de los síntomas siguientes:
 Poco apetito o sobrealimentación.
 Insomnio o hipersomnia.
 Poca energía o fatiga.
 Baja autoestima.
 Falta de concentración o dificultad para tomar decisiones.
 Sentimientos de desesperanza.
C. Durante el período de dos años (un año en niños y adolescentes) de la
alteración, el individuo nunca ha estado sin los síntomas de los Criterios A y B
durante más de dos meses seguidos.
D. Los criterios para un trastorno de depresión mayor pueden estar
continuamente presentes durante dos años.
E. Nunca ha habido un episodio maníaco o un episodio hipomaníaco, y nunca
se han cumplido los criterios para el trastorno ciclotímico.
F. La alteración no se explica mejor por un trastorno esquizoafectivo
persistente, esquizofrenia, trastorno delirante, u otro trastorno especificado o no
especificado del espectro de la esquizofrenia y otro trastorno psicótico.
G. Los síntomas no se pueden atribuir a los efectos fisiológicos de una
sustancia (p. ej., una droga, un medicamento) o a otra afección médica (p. ej.,
hipotiroidismo).
H. Los síntomas causan malestar clínicamente significativo o deterioro en lo
social, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento.
7. Diagnóstico. El comienzo en la niñez y en la adolescencia se caracteriza
por un estado deprimido o irritable del ánimo la mayor parte del día, durante
casi todos los días, a lo largo de un período mínimo de 1 año. Los pacientes
pueden haber presentado un episodio depresivo mayor anterior. La edad
promedio de inicio es varios años antes que la del trastorno de depresión
mayor
8. Tratamiento. Los dos tratamientos principales para el trastorno depresivo
persistente son los medicamentos y la terapia del habla (psicoterapia). El
enfoque del tratamiento que te recomiende el médico dependerá de factores
como los siguientes:
 Gravedad de los síntomas
 Tu deseo de abordar problemas emocionales o transitorios que afectan
tu vida
 Tus preferencias personales
 Métodos de tratamientos anteriores
 Tu capacidad para tolerar medicamentos
 Otros problemas emocionales que puedas tener
La psicoterapia puede ser la primera recomendación para los niños y
adolescentes que padecen trastornos depresivos persistentes, pero eso
depende de cada persona. A veces, también se necesitan antidepresivos.
Medicamentos
Los tipos de antidepresivos utilizados con más frecuencia para tratar el
trastorno depresivo persistente son los siguientes:
 Inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS)
 Antidepresivos tricíclicos (ATC)
 Inhibidores de la recaptación de serotonina y norepinefrina (IRSN)
Ciclotimia

Definición
Se denomina como ciclotimia al trastorno del estado de ánimo en las
personas que, por sus características, también se considerada como una
forma leve de Trastorno Bipolar. La ciclotimia es un diagnóstico psiquiátrico
con el cual se designa una alteración crónica del estado de ánimo que abarca
múltiples periodos alternos de hipomanía, es decir, estados de depresión o
de euforia considerados leves o moderados.

Epidemiología
Ha sido precisamente la alta prevalencia de los trastornos del estado de ánimo
en la población general, que hoy por hoy se consideraba infraestimada por los
sistemas de clasificación, lo que ha motivado al DSM 5 a adoptar una
perspectiva dimensional. Un estudio epidemiológico reciente a nivel mundial
basado en la Iniciativa de Encuesta sobre la Salud Mental propuesta por la
Organización Mundial de la Salud, reveló tasas de prevalencia a lo largo de la
vida del espectro bipolar de aproximadamente un 2,4%, concretamente del
0,6% para el TB tipo i, del 0,4% para el TB tipo ii y del 1,4% para otras formas
subclínicas del TB, mientras que las tasas de prevalencia anual era del 1,5%
para el espectro bipolar, particularmente, del 0,4% para el TB tipo i, del 0,3%
para el TB tipo ii y del 0,8% para el resto del espectro. No obstante, como
hemos mencionado, estas estimaciones dependen de los cambios en los
criterios diagnósticos a lo largo del tiempo y de la zona geográfica de donde es
extraída la muestra. Una revisión de estudios epidemiológicos realizados en
países de la Unión Europea basados en criterios DSM-III-R, DSM-IV o CIE-
10 reveló que la tasa de prevalencia anual del TB tipo I o/y tipo II ascendía al
1,1% mientras que la incidencia acumulativa a lo largo de la vida fue
ligeramente más alta (el 1,5-2%) y del 6% cuando se consideró todo el
espectro bipolar y no solo las formas clínicas.

Etiología
Tradicionalmente la investigación sobre la etiología del TB se ha centrado en la
identificación de las posibles bases biológicas de la enfermedad, incluyendo los
componentes genéticos, alteraciones neurohormonales y anomalías
anatómicas del cerebro. Recientemente se ha ido produciendo un
desplazamiento progresivo desde las alteraciones de cada uno de los sistemas
de neurotransmisores por separado (noradrenalina, dopamina, y serotonina)
hacia el estudio de sistemas neuroconductuales más complejos. En este
sentido, los estudios biológicos para mejorar nuestra comprensión de la causa
del TB son imprescindibles para dar cuenta de la elevada variación fenotípica
dentro del trastorno y de la superposición con otros trastornos psiquiátricos. Por
tanto, no es de extrañar que hasta la fecha no exista ninguna explicación
general sobre las causas del TB que junto con la heterogeneidad en su
presentación clínica sugiere diferentes mecanismos subyacentes.

Curso clínico
Los síntomas de la ciclotimia son altibajos emocionales. Los altos ciclotímicos
comprenden síntomas de un estado de ánimo elevado (síntomas
hipomaníacos). Los bajos ciclotímicos consisten en síntomas depresivos leves
o moderados.
Los síntomas de la ciclotimia son similares al trastorno bipolar I y II, pero son
menos graves. Cuando tienes ciclotimia, por lo general puedes desenvolverte
en la vida diaria, aunque no siempre bien. La naturaleza impredecible de los
cambios de humor puede alterar significativamente tu vida porque nunca sabes
cómo te vas a sentir.
Síntomas hipomaníacos
Los signos y síntomas de los altos ciclotímicos pueden ser los siguientes:
 Sensación exagerada de felicidad o bienestar (euforia)
 Optimismo extremo
 Autoestima excesiva
 Hablar más de lo habitual
 Juicio deficiente que puede causar una conducta de riesgo o elecciones
imprudentes
 Frenesí de ideas
 Conducta irritable o alterada
 Actividad física excesiva
 Mayor deseo para realizar o lograr objetivos (sexuales, sociales o
relacionados con el trabajo)
 Menor necesidad de dormir
 Tendencia a distraerse fácilmente
 Incapacidad para concentrarse
Síntomas depresivos
Los signos y síntomas de los bajos ciclotímicos pueden ser los siguientes:
 Sentirse triste, desesperanzado o vacío
 Ganas de llorar
 Irritabilidad, especialmente en niños y adolescentes
 Pérdida de interés en actividades que alguna vez se consideraron
placenteras
 Cambios en el peso
 Sentimientos de inutilidad o culpa
 Problemas de sueño
 Inquietud
 Fatiga o sentirse lento
 Problemas para concentrarse
 Pensar en la muerte o el suicidio

Criterios diagnósticos según DSM 5


Según el DSM-V, los criterios diagnósticos son los siguientes:
A. Presencia, durante al menos 2 años, de numerosos períodos de síntomas
hipomaníacos y numerosos períodos de síntomas depresivos que no cumplen
los criterios para un episodio depresivo mayor.
Nota: En los niños y adolescentes la duración debe ser de al menos 1 año.
B. Durante el período de más de 2 años (1 año en niños y adolescentes) la
persona no ha dejado de presentar los síntomas del criterio A durante un
tiempo superior a los 2 meses.
C. Durante los primeros 2 años de la alteración no se ha presentado ningún
episodio depresivo mayor, episodio maníaco o episodio mixto.
Nota: Después de los 2 años iniciales del trastorno ciclotímico (1 año en los
niños y adolescentes), puede haber episodios maníacos o mixtos
superpuestos al trastorno ciclotímico (en cuyo caso se diagnostican ambos
trastornos, el ciclotímico y el trastorno bipolar I) o episodios depresivos
mayores (en cuyo caso se diagnostican ambos trastornos, el ciclotímico y el
trastorno bipolar II).

Diagnóstico
El médico u otro profesional de salud debe determinar si tienes ciclotimia,
trastorno bipolar I o II, depresión u otra enfermedad que pudiera provocar los
síntomas. Para poder establecer un diagnóstico de tus síntomas,
probablemente debas hacerte varios exámenes y análisis, que en general
incluyen lo siguiente:
 Examen físico. Pueden realizarse un examen físico y análisis de
laboratorio para poder identificar cualquier problema médico que
provoque tus síntomas.
 Evaluación psicológica. Un profesional de salud mental o un médico
hablarán contigo sobre tus pensamientos, sentimientos y patrones de
comportamiento. También puedes completar una autoevaluación o un
cuestionario psicológico. Con tu permiso, se puede pedir a familiares o
amigos cercanos a ti que proporcionen información sobre tus síntomas,
tales como posibles síntomas de depresión o hipomanía.
 Documentación de los estados de ánimo. Para identificar qué sucede,
el médico puede pedirte que lleves un registro diario de tus estados de
ánimo, patrones de sueño u otros factores que podrían ayudar a
diagnosticar y establecer el tratamiento adecuado.

Tratamiento
La ciclotimia necesita tratamiento de larga duración, incluso durante los
períodos en los que te sientes mejor, generalmente guiado por un profesional
de salud mental capacitado en el tratamiento del trastorno. Para tratar la
ciclotimia, el médico o el profesional de salud mental trabajan contigo para
realizar lo siguiente:
 Disminuir el riesgo de trastorno bipolar tipo I o tipo II porque la
ciclotimia tiene un alto riesgo de convertirse en este tipo de trastorno
 Reducir la frecuencia y la gravedad de los síntomas, lo que permite
que tengas una vida más equilibrada y placentera
 Prevenir una recaída de los síntomas a través de un tratamiento
continuo durante períodos de remisión (tratamiento de mantenimiento)
 Tratar problemas de consumo de alcohol u otras sustancias, ya que
pueden empeorar los síntomas de la ciclotimia
Los principales tratamientos de la ciclotimia son medicamentos y psicoterapia.
Medicamentos
La Administración de Drogas y Alimentos (FDA) no aprueba ningún
medicamento específicamente para la ciclotimia, pero el médico puede
recetarte medicamentos utilizados para tratar el trastorno bipolar. Estos
medicamentos pueden ayudar a controlar los síntomas de la ciclotimia y
prevenir períodos de síntomas hipomaníacos y depresivos.
Psicoterapia
La psicoterapia, también denominada asesoramiento psicológico, es una parte
fundamental del tratamiento de la ciclotimia y se puede proporcionar en
entornos individuales, familiares o grupales. Existen varios tipos de terapia que
pueden ser útiles, tales como los siguientes:
 Terapia cognitivo-conductual. Es un tratamiento frecuente de la
ciclotimia; el enfoque de la terapia cognitivo-conductual es identificar las
creencias y conductas negativas y poco saludables, y reemplazarlas por
otras que sean positivas y saludables. La terapia cognitivo-conductual
puede ayudar a identificar la causa que desencadena los síntomas.
También conocerás estrategias efectivas para controlar el estrés y
afrontar situaciones perturbadoras.
 Terapia interpersonal y de ritmos sociales. La terapia interpersonal y
de ritmos sociales se enfoca en la estabilización de los ritmos diarios,
como el sueño, el despertar y los horarios de las comidas. Una rutina
consistente permite un mejor control del humor. Las personas que tienen
trastornos emocionales pueden obtener beneficios al establecer una
rutina diaria para el sueño, la alimentación y el ejercicio.
 Otras terapias. Se han estudiado otras terapias con cierta evidencia de
éxito. Pregúntale al médico si existen otras opciones que sean
adecuadas en tu caso.

Trastorno bipolar I

1. Definición.
Son los que se caracterizan por la presencia de episodios maníacos con o sin
un episodio depresivo mayor; es una de las enfermedades más graves,
frecuentes y persistentes de los trastornos psiquiátricos.
2. Epidemiología.
La prevalencia del trastorno bipolar tipo I se sitúa entre el 0,4 y el 1,6% de la
población general, siendo igual para ambos sexos y entre grupos étnicos. La
edad de inicio del trastorno bipolar varía entre la infancia y los 50 años, con una
edad media de 22 años. La demora del diagnóstico puede llegar a ser de hasta
10 años. El trastorno bipolar también puede comenzar entre pacientes
ancianos, es menos frecuente y está relacionado con factores orgánicos.
3. Etiología.
Existen múltiples factores biológicos, psicológicos y sociales que
desencadenarían la aparición del trastorno e influirían en la evolución de este:
 Factores genéticos: En los estudios con gemelos, la tasa de
concordancia para el trastorno en gemelos monocigotos sería del
70-90%, y para dicigotos del mismo sexo, del 16-35%. Los
cromosomas 18q y 22q son las dos regiones que cuentan con las
evidencias más potentes de ligamiento con el trastorno bipolar.
Otras localizaciones relacionadas incluirían el cromosoma X, 21,
6 y 4.
 Factores sociales y ambientales: Una de las teorías propuestas
explica que el estrés que acompaña al primer episodio daría lugar
a cambios de larga duración en la biología del cerebro. En
consecuencia, la persona tendrá un riesgo elevado de presentar
episodios posteriormente sin necesidad de un factor estresante
externo. En cuanto a la personalidad se ha visto que pacientes
con diagnóstico de distimia o ciclotimia tienen mayor riesgo de
desarrollar en el futuro una depresión mayor o un trastorno bipolar
tipo I.
 Factores Neurobiológicos: Como posible sustrato
neurobiológico se ha propuesto la desregulación en la modulación
del circuito prefrontal y del sistema límbico.

4. Curso clínico.
Síntomas del episodio Maniaco
 Disminución de la necesidad de dormir
 Autoestima elevada
 Episodios anormales de optimismo, nerviosismo o tensión
 Aumento de energía y agitación
 Sensación exagerada de bienestar (euforia)
 Frenesí de ideas
 Hablar de manera excesiva
 Conductas impulsivas e imprudentes
 Comportamientos sexuales riesgosos
 Abuso de sustancias
 Hacer compras compulsivas

Síntomas de Episodio Depresivo Mayor

 Estado de ánimo depresivo, con sensación de tristeza constante y


desesperanza
 Ganas de llorar
 Pérdida del interés por actividades placenteras
 Cambios bruscos de peso
 Insomnio o dormir demasiado
 Agitación o comportamiento lento
 Fatiga crónica
 Sentimiento de inutilidad o culpa
 Indecisión y dificultades de concentración
 Pensamientos suicidas

5. Variantes distímicas.
 Tendencia a caer fácilmente en la depresión
 Poco entusiasmo por vivir
 Inclinación por un estado sombrío y morboso
 Pesimismo, autocrítica
 Baja autoestima
 Temor a la desaprobación, indecisión
 Suspicacia, estado paranoide

6. Criterios por DSM 5.


Episodio maníaco.
A. Un período bien definido de estado de ánimo anormal y persistentemente
elevado, expansivo o irritable, y un aumento anormal y persistente de la
actividad o la energía dirigida a un objetivo, que dura como mínimo una
semana y está presente la mayor parte del día, casi todos los días (o cualquier
duración si se necesita hospitalización).
B. Durante el período de alteración del estado de ánimo y aumento de la
energía o actividad, existen tres (o más) de los síntomas siguientes (cuatro si el
estado de ánimo es sólo irritable) en un grado significativo y representan un
cambio notorio del comportamiento habitual:
 Aumento de la autoestima o sentimiento de grandeza.
 Disminución de la necesidad de dormir (p. ej., se siente
descansado después de sólo tres horas de sueño).
 Más hablador de lo habitual o presión para mantener la
conversación.
 Fuga de ideas o experiencia subjetiva de que los pensamientos
van a gran velocidad.
 Facilidad de distracción (es decir, la atención cambia demasiado
fácilmente a estímulos externos poco importantes o irrelevantes),
según se informa o se observa.
 Aumento de la actividad dirigida a un objetivo (social, en el
trabajo o la escuela, o sexual) o agitación psicomotora (es decir,
actividad sin ningún propósito no dirigida a un objetivo).
 Participación excesiva en actividades que tienen muchas
posibilidades de consecuencias dolorosas (p. ej., dedicarse de
forma desenfrenada a compras, juergas, indiscreciones sexuales
o inversiones de dinero imprudentes).
C. La alteración del estado del ánimo es suficientemente grave para causar un
deterioro importante en el funcionamiento social o laboral, para necesitar
hospitalización con el fin de evitar el daño a sí mismo o a otros, o porque
existen características psicóticas.
D. El episodio no se puede atribuir a los efectos fisiológicos de una sustancia
(p. ej., una droga, un medicamento, otro tratamiento) o a otra afección médica.
Episodio Hipomaniaco
A. Un período bien definido de estado de ánimo anormal y persistentemente
elevado, expansivo o irritable, y un aumento anormal y persistente de la
actividad o la energía, que dura como mínimo cuatro días consecutivos y está
presente la mayor parte del día, casi todos los días.
B. Durante el período de alteración del estado de ánimo y aumento de la
energía y actividad, han persistido tres (o más) de los síntomas siguientes
(cuatro si el estado de ánimo es sólo irritable), representan un cambio notorio
del comportamiento habitual y han estado presentes en un grado significativo:
 Aumento de la autoestima o sentimiento de grandeza.
 Disminución de la necesidad de dormir (p. ej., se siente descansado
después de sólo tres horas de sueño).
 Más hablador de lo habitual o presión para mantener la conversación.
 Fuga de ideas o experiencia subjetiva de que los pensamientos van a
gran velocidad.
 Facilidad de distracción (es decir, la atención cambia demasiado
fácilmente a estímulos externos poco importantes o irrelevantes), según
se informa o se observa.
 Aumento de la actividad dirigida a un objetivo (social, en el trabajo o la
escuela, o sexual) o agitación psicomotora.
 Participación excesiva en actividades que tienen muchas posibilidades
de consecuencias dolorosas (p. ej., dedicarse de forma desenfrenada a
compras, juergas, indiscreciones sexuales o inversiones de dinero
imprudentes).
 El episodio se asocia a un cambio inequívoco del funcionamiento que
no es característico del individuo cuando no presenta síntomas
D. La alteración del estado de ánimo y el cambio en el funcionamiento son
observables por parte de otras personas.
E. El episodio no es suficientemente grave para causar una alteración
importante del funcionamiento social o laboral, o necesitar hospitalización. Si
existen características psicóticas, el episodio es, por definición, maníaco.
F. El episodio no se puede atribuir a los efectos fisiológicos de una sustancia
(p. ej., una droga, un medicamento, otro tratamiento).
Episodio de depresión mayor
A. Cinco (o más) de los síntomas siguientes han estado presentes durante el
mismo período de dos semanas y representan un cambio del funcionamiento
anterior; al menos uno de los síntomas es (1) estado de ánimo deprimido o (2)
pérdida de interés o de placer. Nota: No incluye síntomas que se puedan
atribuir claramente a otra afección médica.
 Estado de ánimo deprimido la mayor parte del día, casi todos los
días, según se desprende de la información subjetiva (p. ej., se
siente triste, vacío o sin esperanza) o de la observación por parte de
otras personas (p. ej., se le ve lloroso). (Nota: En niños y
adolescentes, el estado de ánimo puede ser irritable.)
 Disminución importante del interés o el placer por todas o casi
todas las actividades la mayor parte del día, casi todos los días
(como se desprende de la información subjetiva o de la
observación).
 Pérdida importante de peso sin hacer dieta o aumento de peso (p.
ej., modificación de más del 5% del peso corporal en un mes) o
disminución o aumento del apetito casi todos los días. (Nota: En los
niños, considerar el fracaso en el aumento del peso esperado.) 4.
Insomnio o hipersomnia casi todos los días.
 Agitación o retraso psicomotor casi todos los días (observable por
parte de otros; no simplemente la sensación subjetiva de inquietud o
enlentecimiento).
 Fatiga o pérdida de la energía casi todos los días.
 Sentimientos de inutilidad o de culpabilidad excesiva o inapropiada
(que puede ser delirante) casi todos los días (no simplemente el
autorreproche o culpa por estar enfermo).
 Disminución de la capacidad para pensar o concentrarse, o de
tomar decisiones, casi todos los días (a partir del relato subjetivo o
de la observación por parte de otras personas).
 Pensamientos de muerte recurrentes (no sólo miedo a morir), ideas
suicidas recurrentes sin un plan determinado, intento de suicidio o
un plan específico para llevarlo a cabo.
B. Los síntomas causan malestar clínicamente significativo o deterioro en lo
social, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento.
C. El episodio no se puede atribuir a los efectos fisiológicos de una sustancia o
de otra afección médica.
7. Diagnóstico.
Los primeros pasos para el diagnóstico del trastorno bipolar I incluyen una
exploración física y análisis clínicos para identificar si existe algún problema
médico que pudiese estar ocasionando los síntomas. Luego, tras un
interrogatorio, el médico puede sugerir:
Evaluación psiquiátrica: que analiza los pensamientos, sentimientos y
conductas para determinar si corresponden a los del trastorno bipolar tipo I. Es
posible que se deba complementar con una autoevaluación o cuestionario; el
psiquiatra puede comparar los síntomas del paciente con los criterios para el
trastorno bipolar y trastornos relacionados que están descritos en el Manual
Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales DSM-5 publicado por la
Asociación Estadounidense de Psiquiatría.
8. Tratamiento
En episodios agudos graves es de primera elección el tratamiento con litio o
ácido valproico, asociados a un antipsicótico. Para episodios de menor
intensidad puede ser suficiente la monoterapia con litio, ácido valproico u
olanzapina. Los episodios mixtos parecen responder mejor al ácido valproico.
Las alternativas a este fármaco pueden ser el litio, la carbamacepina y la
oxcarbacepina. La presencia de síntomas psicóticos podría requerir el
tratamiento con antipsicóticos atípicos. Si con el tratamiento de elección de
primera línea no se controlan los síntomas, se recomienda añadir otro fármaco
de primera línea, oxcarbacepina u otro antipsicótico. La clozapina ha
demostrado ser especialmente efectiva en pacientes refractarios. La terapia
electroconvulsiva (TEC) estaría indicada en episodios de manía grave o
resistentes al tratamiento farmacológico. Siempre hay que valorar el ingreso
hospitalario del paciente si presenta auto o heteroagresividad, psicosis grave o
falta de cooperación para el tratamiento ambulatorio. En el resto de casos, es
preferible una valoración individual.
Trastorno bipolar tipo 2

Definición

Definido por la presencia de episodios depresivos mayores al menos con un


episodio hipomaníaco, pero sin episodios maníacos completos

Epidemiologia

El trastorno bipolar es uno de los trastornos mentales más comunes, severos y


persistentes. La prevalencia se estima entre un 0,3 y un 7% de la población
general.
El trastorno empieza típicamente en la adolescencia o en la adultez temprana,
y tiende a ser una condición permanente a lo largo de la vida caracterizada por
altas tasas de recaída, ansiedad comórbida, trastorno por abuso de sustancias,
disfunción y mortalidad prematura debida especialmente a la alta tasa de
suicidio.
La prevalencia del trastorno Bipolar tipo I se sitúa entre el 0,4 y el 1,6 % de la
población general según DSM-IV, siendo igual para ambos sexos y entre
grupos étnicos. La prevalencia del trastorno Bipolar tipo II está en torno al
0,5 % de la población, también según DSM-IV, el cual es más prevalente en
mujeres.

Etiología

De origen biológico, fuertemente condicionado por alteraciones genéticas y


neuroquímicas, las teorías actuales establecen que la fisiopatología del
trastorno incluye diversos tipos de alteraciones: neuroquímicas, genéticas,
hormonales, neurofisiológicas, psicosociales y neuroanatómicas.
Hoy la etiopatogenia de la bipolaridad se basa en el papel fundamental que
ejercen los factores genéticos, elementos que constituyen el sustrato sobre el
que actuarían factores de índole biológico (lesiones cerebrales, alteraciones
hormonales, etc.), psicológico (situaciones de pérdida, estresantes
ambientales, etc.) y meteorológico (estaciones, presión atmosférica). En
definitiva, este modelo define una etiología genética de la enfermedad cuya
expresión clínica estaría mediatizada por factores ambientales.

En cuanto a la etiología genética del trastorno bipolar, se ha demostrado que la


tasa de concordancia en gemelos monocigotos es del 80%, y del 20% en el
caso de dicigotos, un dato indicativo de la etiología genética en este trastorno.
Además, se ha comprobado que los familiares de enfermos bipolares corren un
riesgo 10 veces mayor de presentar la enfermedad en comparación con los
sujetos sanos.
Por otra parte, algunas alteraciones del sueño, encuadradas obviamente en los
hallazgos de carácter neurofisiológico, se han relacionado con el llamado
fenómeno de kindling, que consiste en un aumento progresivo de la respuesta
y reactividad eléctrica del cerebro cuando éste se estimula de forma repetida.
El fenómeno de kindling se ha relacionado con cuadros de recaídas y de
cambios de fase.
Las alteraciones neuroanatómicas, por su parte, se relacionan con daños
selectivos en diversos componentes del circuito general de la afectividad. Los
factores psicosociales modulan la expresión de la enfermedad y sus
consecuencias, e intervienen en el pronóstico a largo plazo, pero sin un papel
etiológico directo.

Cuadro clínico

La característica diferencial es la hipomanía. Puede manifestarse en diferentes


situaciones:
Que el paciente presente una depresión mayor, sea diagnosticado como tal y,
posteriormente, curse una hipomanía, cambiando el diagnóstico a trastorno
bipolar tipo II.
-Que el paciente haya presentado previamente un episodio de hipomanía que
haya pasado inadvertido.
-Que los síntomas maneiformes sean interpreta- dos como rasgos de la
personalidad.
-La tendencia a atribuir los síntomas en niños y adolescentes al trastorno por
déficit de atención e hiperactividad.
La consecuencia es un diagnóstico impreciso, un tratamiento inadecuado (con
antidepresivos, por ejemplo) y riesgo por parte del paciente a realizar un viraje
hacia la hipomanía y ciclación rápida. Hasta un 40% de pacientes previamente
diagnosticados de trastorno depresivo unipolar fueron reclasificados como
trastorno bipolar.
5 variante distímicas

 Tendencia a caer fácilmente en la depresión  


 Poco entusiasmo por vivir
 Inclinación por un estado sombrío y morboso
 Pesimismo, autocrítica
 Baja autoestima
 Temor a la desaprobación, indecisión
 Suspicacia, estado paranoide

6- criterios diagnósticos DSM-V

Como hemos dicho, el Trastorno Bipolar tipo 2 puede ser diagnosticado ante la
presencia de dos grandes y complejos fenómenos: un episodio hipomaníaco y
un episodio depresivo mayor. A su vez, estos fenómenos deben tener una serie
de características específicas (para poder diferenciar al Trastorno Bipolar Tipo I
del tipo II).
Además, durante su diagnóstico debe especificarse cuál de los episodios ha
sido más reciente, y cómo ha sido, por ejemplo, si ha ocurrido en ciclos
rápidos, si existen características psicóticas, si se acompaña de otros
elementos como ansiedad, si hay un patrón estacional, y si la gravedad es leve,
moderada o severa.

El episodio hipomaníaco
Se refiere a un periodo de estado de ánimo demasiado elevado, por ejemplo,
más expansivo o más irritable de lo normal, caracterizado por un aumento
visible y persistente de la energía. Para su diagnóstico, este periodo debe
haber durado mínimo cuatro días seguidos y debe presentarse durante la
mayor parte del día.
Este aumento visible y persistente de energía debe haber provocado un cambio
importante del comportamiento habitual, pero que no esté interfiriendo
gravemente en el cumplimiento de las responsabilidades que se consideran
socialmente adecuadas para la edad, el género, la posición social, etc. de la
persona.
Este aumento de energía se caracteriza por la presencia de por lo menos tres
de los siguientes fenómenos, siempre y cuando no puedan ser explicados por
los efectos fisiológicos de alguna sustancia o tratamiento:
 Hay un aumento de la autoestima y sentimiento de grandeza.
 Aun si hay cansancio, existe una poca o baja necesidad de
dormir.
 Hay una mayor necesidad de hablar o de mantener la
conversación.
 Siente que los pensamientos van a una gran velocidad o que hay
una especie de fuga de ideas
 Hay una facilidad especial para distraerse.
 La actividad es exacerbada, lo que puede verse en una agitación
psicomotora.
 Interés excesivo por actividades que con mucha probabilidad
causarán malestar (por ejemplo, hacer compras de manera
repentina, imprudente y desenfrenada)

Si todo esto se acompaña por características psicóticas, entonces el episodio


no es hipomaniaco, sino maníaco, lo que requiere una intervención distinta. Así
mismo, todo lo anterior debe ser suficientemente notorio y visible por las
personas más cercanas.

Episodio de depresión mayor


Como su nombre lo dice, el episodio de depresión mayor es la presencia de un
estado de ánimo depresivo que es experimentado la mayor parte del día y casi
todos los días, lo que influye de manera importante en la actividad cotidiano de
la persona.
Clínicamente este episodio puede diagnosticarse cuando el estado de ánimo
tiene al menos cinco de las siguientes características, y además ha producido
un malestar clínicamente significativo, es decir, ha provocado que la persona
no pueda cumplir con las responsabilidades que se consideran socialmente
aceptadas para su edad, género, estatus social, etcétera (p.ej. con el trabajo,
estudios, familia):
 El estado de ánimo ha durado casi todos los días, lo que puede
conocerse a través de lo que la persona expresa, además de que
puede corroborarse por lo que han visto otras personas.
 Disminución importante del interés y la sensación de placer por
prácticamente todas las actividades de día a día.
 Pérdida o aumento importante y rápida de peso (sin haber hecho
dieta).
 Insomnio casi todos los días.
 Sensación de inquietud y agitación psicomotora constante y
observable por los demás.
 Fatiga y pérdida de energía constante.
 Sensación excesiva o inapropiada de culpa, puede ser incluso
delirante.
 Falta de concentración y de toma de decisiones.
 Ideación de muerte y suicidio constante.
Ninguno de los fenómenos anteriores puede ser explicado por los efectos de
una sustancia o tratamiento médico. Para su diagnóstico, es importante no solo
considerar el listado, sino el criterio clínico del especialista basado en la historia
clínica de la persona y de las normas culturales que hace que se considere un
malestar significativo.

7- Diagnóstico

Dos de las principales diferencias entre el DSM-5 y la CIE-10 se refieren a la


ausencia de reconocimiento del trastorno bipolar tipo ii en esta última, así como
el no considerar dentro del trastorno bipolar i a los pacientes con un único
episodio maníaco o a los pacientes con manía unipolar.
Ambas diferencias parecen haber sido superadas en la versión beta de la CIE-
11, en la que sí está definido el trastorno bipolar tipo ii, y donde el trastorno
bipolar tipo i se define por la presencia de «uno o más episodios de manía o
mixtos» a lo largo de la vida del sujeto.
Asimismo, en el DSM-5 por primera vez se considera que los pacientes sin
antecedentes previos de trastorno bipolar en tratamiento antidepresivo
(farmacológico, terapia electroconvulsiva, etc.) que desarrollen un síndrome
maníaco de intensidad y duración suficientes, pueden ser considerados como
pacientes con trastorno bipolar.
Esto sin duda ayudará a converger con la CIE-1126.
El DSM-5 introduce criterios para el diagnóstico de estados clínicos
pertenecientes al espectro bipolar que previamente no estaban especificados y
por tanto no eran diagnosticables. Por ejemplo, bajo el epígrafe «Otros
trastornos bipolares específicos y condiciones relacionadas», se incluye la
posibilidad de identificar a personas que han padecido a lo largo de su vida
episodios depresivos mayores y episodios hipomaníacos que, o bien no
cumplen el número exigido de síntomas de hipomanía, o bien presentan
síntomas suficientes para el diagnóstico de hipomanía, pero esta solo dura 2 o
3 días.
Hay otras situaciones contempladas dentro del espectro, como los episodios de
hipomanía sin antecedentes de depresión, o la ciclotimia de corta duración.
Esta reducción del umbral para el diagnóstico de los trastornos del espectro
bipolar ha generado respuestas tanto negativas27 como positivas entre los
expertos28.
Dentro de este apartado para los síntomas subsindrómicos, cabe resaltar la
inclusión −en la categoría diagnóstica de «condiciones depresivas no
clasificadas en otro lugar» − de pacientes recuperados de un episodio
depresivo mayor pero que en la actualidad sufren síntomas que no llegan a
cumplir los criterios para un episodio depresivo. Asimismo, dentro de los
epígrafes «que requieren estudios posteriores» se incluyen los «episodios
depresivos con hipomanías de duración breve».
En lo que se refiere a las decisiones que se tomarán para la CIE-11, algunos
autores comprometidos en el proceso de revisión dudan de la fundamentación
científica del concepto de espectro, por lo que rechazan incluirlo en la
clasificación26.

De otra parte, hay que señalar, en esta revisión sobre ambas clasificaciones,
que en el borrador actual de la CIE-11 se mantiene la posibilidad de
diagnóstico de episodio mixto para los trastornos bipolares, uno de los cambios
más relevantes que se han producido en este campo en el DSM-5.

8- Tratamiento

El Trastorno Bipolar tipo 2 no es tanto una enfermedad como una condición de


vida, no obstante, existen varias opciones para ayudar a que la persona
adquiera mayor control sobre sus emociones y sobre las oscilaciones de su
estado de ánimo.
Las opciones más efectivas son aquellas que combinan la terapia
farmacológica adecuada con psicoterapia de largo plazo. En cuanto a los
medicamentos, aquellos que se incluyen con mayor frecuencia son los
estabilizadores de estado de ánimo, los antipsicóticos y los antidepresivos. Por
su parte, las psicoterapias más frecuentes son la terapia cognitivo conductual,
la terapia sistémica y la psicoeducación.
Actualmente se realizan muchos estudios e investigaciones (e incluso
asociaciones civiles y modelos críticos) para comprender mejor el Trastorno
Bipolar Tipo 2, con lo cual, se desarrollan cada vez más opciones para que las
personas que han tenido este diagnóstico, y sus familias, puedan tener unas
buenas condiciones de vida.

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