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ARQUEOLOGÍA 42  septiembre-diciembre 2009

Patricia Castillo Peña,* Miguel Guevara Chumacero,† María Teresa Pedraza Araujo**

Auge y colapso de los centros pr


centros ovinciales toltecas
provinciales

Este trabajo tiene la finalidad de estudiar las entidades sociopolíticas que integraban el siste-
ma estatal tolteca, razón por la cual procuraremos un estudio de las unidades periféricas que
conforman la dinámica política de la Cuenca de México durante el Posclásico temprano. En
especial, nos enfocaremos en los centros provinciales, extensos asentamientos cuyo entendi-
miento nos permite reconstruir la forma de organización política y territorial de esta región
en tiempos toltecas.

The purpose of this work is to study socio-political entities that were part of the Toltec state
system, based on an analysis of peripheral units that formed part of the political dynamics in
the Basin of Mexico during the early Postclassic. This paper will focus specifically on provin-
cial centers, extensive settlements whose understanding will allow us to reconstruct the
form of political and territorial organization in this region in Toltec times.

S abemos que Tula fue uno de los principales centros urbanos del Altiplano
Central. Resulta curioso que a pesar de su importancia hay algunos aspectos
acerca de la organización regional del estado tolteca que son poco claros. Por
ejemplo, tenemos apenas algunos esbozos sobre la estructura regional de la
zona norteña de la Cuenca de México durante la etapa tolteca. Precisamente,
contamos con escasos estudios provenientes sobre todo de los extensos recono-
cimientos llevados a cabo por J. Parsons como parte del proyecto Cuenca de
México (Sanders et al., 1979) respecto a los sitios colindantes con la región
de Tula, como lo es el área de la cuenca mencionada. Lo anterior hace impres-
cindible un estudio acerca de las unidades periféricas de Tula que conforma-
ron la dinámica política de esta zona del Altiplano Central durante el Posclásico
temprano. Es de especial importancia enfocarnos en las relaciones estructura-
les y funcionales de las entidades sociopolíticas que integraron el sistema es-
tatal tolteca, razón por la cual en este trabajo procuraremos introducirnos en
estas unidades periféricas y haremos el análisis de la dinámica política del
norte de la cuenca durante la etapa tolteca, centrándonos especialmente en
los centros provinciales dependientes de Tula, en los grandes asentamientos
donde pensamos que se regía la vida económica y política de las provincias
toltecas.

** Centro INAH Veracruz [grial@hotmail.com].



Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM).
**Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM).
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AUGE Y COLAPSO DE LOS CENTROS PROVINCIALES TOLTECAS

Los centros provinciales toltecas Tipos cerámicos del complejo Tollan


Ahora nos resulta claro que las comunidades del Jara anaranjado pulido
área norteña de la cuenca de México formaron Ira anaranjado sellado
parte del núcleo de dominio de Tula. Afirma- Acta rojo pulido. Variedad: Acta
mos lo anterior con base en el gran paralelismo Manuelito café pulido
de la cultura material, misma que revela estre- Plumbate
chos vínculos entre esta zona y el hinterland (re- Macana rojo sobre café
gión interior) de Tula. El estudio de los mate- Soltura rojo alisado
riales de superficie muestra que el complejo Rosita negro sobre anaranjado
cerámico Tollan está representado en su totali- Proa crema pulido
dad en estos sitios (Guevara, 2009) (fig. 1); hay Sillón inciso
una gran semejanza en cuanto a la disposición Blanco levantado
espacial y el empleo de elementos arquitectó- Tarea rojo pulido
nicos comunes en los conjuntos habitacionales Abra café burdo. Variedad: Abra
del área urbana de Tula, por un lado, y el de Alicia calado
unidades domésticas descubiertas mediante ex- Toza café alisado
cavación en esta zona de la Cuenca de México Mendrugo semialisado
(Manzanilla y Pacheco, 1997), por el otro. Ade- Correa negro esgrafiado
más, la arquitectura pública muestra elemen- Red on buff
tos comunes entre esta zona y los edificios de Mazapa rojo sobre café
Tula Grande (Manzanilla y Pacheco, 1997; Cas- Joroba anaranjado sobre crema
tillo, 2004). Lo anterior nos hace suponer que
los asentamientos de la región del norte de la t Fig. 1 Tipos cerámicos del complejo Tollan en el
Cuenca de México durante este periodo esta- norte de la cuenca de México (proyecto Atotonilco-
ban organizados e integrados al sistema socio- Tuxpan, DSA-INAH).
político de Tula.
Es posible que la subordinación de esta re- extensa y nucleada y cuenta con una población
gión se lograra por medio de una estructura ad- estimada entre 1,000 a 10,000 habitantes. Pre-
ministrativa centrada en primer lugar en la urbe, senta arquitectura pública que se asocia con
la cual fungió como centro suprarregional. Sabe- cargos políticos y se plantea que posiblemente
mos que en la cúspide de la jerarquía regional existía una especialización artesanal. El surgi-
se encontraba Tula. Por debajo de ella, es posi- miento de estos centros ocurrió en el periodo
ble distinguir de dos a tres niveles de centros de hegemonía de Teotihuacan, Tula o Tenoch-
administrativos. El siguiente nivel jerárquico titlan.
está representado por los centros provinciales Si en efecto los centros provinciales actua-
(una categoría propuesta por el proyecto Cuen- ron como cabeceras de las provincias en este
ca de México), mediante los cuales estos asen- escenario político, entonces es posible que si-
tamientos actuaron como centros secundarios guiendo esta jerarquía centralista que gira alre-
dentro de la jerarquía regional, seguidos a su dedor de Tula, observemos en tales asentamien-
vez por una serie de centros terciarios, y por úl- tos la reproducción de esquemas políticos, eco-
timo se ubican las pequeñas aldeas y caseríos. nómicos e incluso ideológicos de la urbe. Por
El proceso de colonización inicial y control consiguiente, se ha propuesto incluso (Pérez,
administrativo de Tula en la extensa región del 2004: 41) la adopción del espacio urbano como
norte de la cuenca se logró por medio de la fun- parte de esta manifestación concreta de las ins-
dación de cinco centros provinciales. Un centro tituciones estatales.
provincial corresponde según los criterios defi- De ser así, en los centros provinciales apre-
nidos por Sanders (et al., 1979) a una comunidad ciaríamos no sólo una reproducción de los aspec-
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tos institucionales de la urbe de Tollan que se mada de 75 ha y estaba constituido por edificios
manifestaría a través de una reiterada simetría públicos, plazas y un juego de pelota de 60 m de
a escala menor sino incluso una duplicación de largo, de características muy similares al Juego
roles y funciones. Pensamos que el paralelismo de Pelota 1 de Tula. El área habitacional del si-
observado en la arquitectura tanto pública co- tio se describió como concentrado pero no pla-
mo doméstica entre estos asentamientos y el nificado (Manzanilla y Pacheco, 1997).
centro urbano no sólo puede ser un indicador Por último, existen referencias de la posibili-
arqueológico de la estrecha relación que mante- dad de otro centro provincial situado al sur de la
nían ambas regiones. Los centros provinciales sierra de Tezontlalpan, en la zona de los llanos de
están replicando, a menor escala, los patrones de Pachuca, el sitio se conoce como Zacacalco. En
arquitectura pública de Tula, lo que puede ser la actualidad está totalmente arrasado por la
un reflejo social de las instituciones centrales actividad agrícola y por el crecimiento de las po-
habidas en estos asentamientos, lo cual podría blaciones aledañas. No obstante, aún se aprecian
ser un indicador de que los centros provincia- importantes restos arqueológicos, entre ellos
les están cumpliendo funciones administrativas una alta densidad y amplia distribución de ma-
a escala regional. terial en superficie; también se conserva un gran
Los cinco centros provinciales que se han basamento de 6 m de altura.
identificado en la región, tanto en estudios pre- Todos estos asentamientos muestran patro-
vios (Manzanilla y Pacheco, 1997; Palma, 2000; nes arquitectónicos públicos y domésticos de gran
Sanders et al., 1979), como en los reconocimien- similitud con los de Tula; asimismo, el comple-
tos hechos como parte del proyecto Salvamento jo cerámico es idéntico al complejo Tollan de la
Atotonilco-Tuxpan (Castillo, 2004) son los si- urbe (Cobean, 1991).
guientes. Una de las incógnitas acerca de la estructu-
Al noroeste está el sitio de Apaxco (del cual ración territorial es la escasa distancia que hay
se desconoce su estado actual de conservación), entre algunos de estos grandes centros. Por
que se ubica en una de las principales zonas ejemplo, entre Apaxco y El Pedregal existe una
calizas; por cierto, los toltecas manifestaban mu- distancia de 3.5 km. En tanto que Santa María
cho interés en estas materias primas, en espe- y San Miguel Eyacalco están próximos a tan solo
cial necesitaban tener el control de las fuentes 900 m. La proximidad entre cabeceras podría
de producción de cal. ser entendida de dos formas. La primera, en el
Muy cercano al anterior, se ubica El Pedre- caso de San Miguel-Santa María, tal vez sea un
gal, un sitio muy bien preservado y que se loca- mismo emplazamiento urbano, con dos recin-
liza en la misma zona de calizas y en las inmedia- tos o cabeceras. Lo anterior es común en la re-
ciones de importantes yacimientos de tezontle. gión de Tula desde sus orígenes urbanos, ya que
Al suroeste se sitúa el sitio de La Ahumada, en Tula, hacia el 700 d.C., existieron dos cen-
en el pie de monte bajo la mesa del mismo nom- tros ceremoniales: Tula Chico y Tula Grande,
bre y del cual desconocemos su estado actual los cuales fueron sedes del gobierno de una ex-
de conservación. tensa población que abarcó 6 km2. La segunda
Al este se encuentra el complejo urbano San posibilidad es que en la región existieran cabe-
Miguel Eyacalco-Santa María, un importante ceras dobles. Esta organización fue común en
asentamiento localizado en el pie de monte bajo el periodo azteca, e implicaba la existencia de
el cerro de Las Peñitas, dentro de los llanos de cabeceras en vecindad, pero independientes.
Pachuca; cuenta con importantes yacimientos Incluso hay la posibilidad de que cada una con-
de tezontle. Es un sitio al cual la actividad agríco- tara con su propio taltoani. Así, la organización
la ha afectado en gran medida su conservación. de los centros provinciales pudo ser autónoma
Descubierto en la década de 1970 por el arqueó- entre las distintas cabeceras. En resumen, la
logo Raziel Mora, hasta hace poco era el único evidencia arqueológica del vínculo que obser-
centro provincial estudiado. Abarcó un área aproxi- vamos entre Tula y los centros provinciales pue-
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AUGE Y COLAPSO DE LOS CENTROS PROVINCIALES TOLTECAS

de apreciarse tanto en el patrón arquitectónico la región estaba integrada dentro del sistema so-
que es equivalente al que se manifiesta en el ciopolítico tolteca.
área urbana de Tula, como en el material cerá- Cuando intentamos comprender el despla-
mico (idéntico al representado en el área de zamiento intencionado de estas poblaciones, de
Tula), que se distribuye de manera homogénea inmediato pensamos en las razones por las que
a lo largo de todos los asentamientos. un grupo cambia su lugar de residencia. En este
La extensión de los sitios que supera las 30 caso, el desplazamiento ocurre hacia zonas don-
ha junto con sus patrones altamente nucleados de existen recursos importantes y necesarios,
(aún en la actualidad) con evidencia de arqui- que el Estado tolteca seguramente deseaba con-
tectura pública y doméstica que rememora los trolar. En el norte de la cuenca, dichos recursos
patrones arquitectónicos de la urbe, confirman eran los bienes derivados del maguey, los yaci-
la categoría de Centro Provincial propuesta por mientos de tezontle y cantera, y en especial la
Sanders. explotación de los extensos yacimientos de cal
Además hay que señalar que en ese momen- de la zona de Apaxco. De haber sido así, el te-
to se observa la ocupación más importante para rritorio norteño de la cuenca estaba dividido en
la historia de la región, según los datos deriva- cinco unidades políticas periféricas a Tula. A
dos del proyecto Cuenca de México (Sanders et través de estos centros provinciales el estado
al., 1979). El crecimiento demográfico fue total- Tollan mantuvo el control de esta amplia zona.
mente repentino, lo que nos hace pensar que Podemos precisar que éstas fueron unidades po-
no se debió al crecimiento interno de la escasa líticas, a manera de provincias toltecas, que cus-
población asentada en la región. Más bien de- todiaron el control de los extensos territorios del
bió ser resultado de una colonización masiva norte de la cuenca.
de una nueva población. Nuestra interpretación La primacía de los centros provinciales co-
sobre los importantes cambios demográficos que mienza a manifestarse más allá de la zona direc-
se aprecian en el patrón de asentamiento del ta de interacción (hinterland) de Tula. Los cen-
norte de la cuenca, sostiene que la colonización tros provinciales comienzan a establecerse a una
se llevó a cabo por la llegada de grupos desde el distancia de 20 km de la ciudad, precisamente
área vecina de Tula. Debido a sus fuertes afini- a partir del área de Hueypoxtla-Apaxco, así co-
dades culturales con Tula expresadas en la ce- mo en los llanos de Pachuca. Una observación
rámica, la arquitectura, los rituales mortuorios fundamental que podemos hacer es la notable
(de los cuales no hablaremos en esta ocasión) y diferencia en el patrón de asentamiento entre
la explotación de bienes derivados del agave el área de Tula y sus provincias sureñas más in-
pensamos que se trata de grupos que provienen mediatas, lo cual refleja la forma en que el es-
del área urbana o del área directa (hinterland) de tado Tollan aplicaba distintas estrategias de
Tula. Creemos que pudo ocurrir como parte control regional.
de una política de colonización dirigida por el En el área de Tula, los reconocimientos de
Estado tolteca, lo que se conoce como coloni- superficie realizados en el área inmediata iden-
zación deliberada (Renfrew 1990: 108); es de- tificaron en el Posclásico temprano un total de
cir, un grupo bien definido se desplaza delibe- 48 sitios (aunque en el resumen de los estu-
radamente a una zona para establecer nuevas dios de Sanders se mencionan un total de 151
comunidades. sitios). La mayoría de los asentamientos se ubi-
En esa época no solo hay un intenso incremen- can alrededor de la zona urbana de Tula. Es im-
to demográfico a una escala nunca antes presen- portante señalar que este periodo muestra un
ciada en la región, sino que también se consu- aumento considerable en el número de asenta-
ma una compleja jerarquía regional que supone mientos en el área, lo cual los investigadores ex-
una organización muy estructurada; todo esto plicaron como un desplazamiento de población
puede considerarse como un indicador de que y migraciones desde los lugares que ocuparon
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durante el periodo anterior hacia esta área. Por parte de las funciones administrativas de su
sus características, estos sitios se agruparon en región inmediata.
tres categorías de asentamientos (Mastache y La información proveniente del norte de la
Crespo, 1974: 72): Cuenca de México resulta contrastante con lo
Poblados con estructuras ceremoniales. Con- que ocurre en la adyacente zona de Tula. Se iden-
sisten en sitios con montículos o restos de es- tificaron 192 sitios para la zona de estudio: 6
tructuras de carácter ceremonial. centros provinciales, 3 aldeas nucleadas gran-
Aldeas. De carácter esencialmente habitacio- des, 26 aldeas nucleadas pequeñas, 3 aldeas
nal y presentan una gran cantidad de material dispersas grandes, 8 aldeas dispersas pequeñas y
cerámico y restos de plataformas de escasa al- 116 caseríos.
tura. Como parte de un ejercicio heurístico, apli-
Caseríos. Son sitios con material escaso y cu- camos el modelo de polígonos de Thiessen a la
ya distribución indica la presencia de casas ais- región, a partir de las cabeceras provinciales con
ladas (Mastache y Crespo, 1974: 73). la finalidad de definir los límites territoriales y
La información obtenida de estos estudios los asentamientos de cada provincia (fig. 2).
se incorporó al proyecto Cuenca de México para La unidad política de Zacacalco se ha estu-
realizar una estimación de la densidad po- diado muy poco, únicamente contamos con la
blacional del área. De esta forma, se calculó que información reportada por el proyecto Cuenca
de México en uno de sus límites de reconoci-
la densidad total de este periodo en el área de
miento. Aún así, podemos apreciar una profu-
Tula es similar a la reportada en la cuenca. El
sión de aldeas nucleadas pequeñas; asimismo,
asentamiento alrededor del centro de Tula fue
sólo se tienen documentadas algunas aldeas dis-
relativamente denso y nucleado. Se estima que
persas pequeñas y caseríos, aunque estos últi-
la población rural en la región (que abarca un área
mos debieron proliferar, como se desprende de
de 1,000 km2) fue de 60,000 habitantes, una po-
la información de las demás provincias.
blación similar a la estimada para el centro urba-
El mismo problema lo enfrentamos con la
no (el cual alcanzó en ese periodo una exten- unidad política de Eyacalco-Santa María, don-
sión de 16 km2).La población combinada de la de no existen trabajos publicados, salvo los da-
Cuenca de México y el área de Tula fue alrede- tos del periodo Tardío (1350-1521 d.C.) repor-
dor de 250.000 habitantes, en una extensión de tados por Palma (2000), mismos que revelan
4.500 km2 (Sanders et al., 1979). una continuidad ocupacional desde el periodo
Los asentamientos más comunes en el área tolteca. Además se tienen los datos provenien-
de Tula durante este periodo fueron las aldeas tes de la información aportada por el proyecto
con un patrón concentrado, las cuales mues- Cuenca de México para el norte de la zona de
tran una extensión aproximada de 3 a 5 ha. Los Temascalapa. A pesar de esta restricción, pode-
poblados con estructuras ceremoniales fueron mos apreciar que se trata de la zona de mayor
escasos y cubren una extensión aproximada de complejidad de la región, con la presencia de
10 a 20 ha. En opinión de Mastache y Crespo dos centros provinciales; además, es la única
(1974) es posible que estos sitios de estructu- provincia donde existen grandes aldeas nuclea-
ras ceremoniales funcionaran como centros de das que debieron actuar como centros interme-
segundo o tercer orden dependientes de Tula dios entre los asentamientos provinciales y las
y debieron tener a su vez algún control sobre aldeas pequeñas y los caseríos, dentro de la je-
las aldeas. rarquía administrativa.
Es de gran importancia resaltar la ausencia Otra zona con escasos estudios es la unidad
de centros provinciales en la región durante este política de El Pedregal, donde no hay trabajos
periodo, lo cual se ha explicado por la posibili- de prospección sistemáticos, ya que se encon-
dad de una cerrada integración sociopolítica, en tró entre los límites de reconocimiento de los
la que la ciudad de Tula centralizaría la mayor proyectos Cuenca de México y Tula. Aún así, du-
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AUGE Y COLAPSO DE LOS CENTROS PROVINCIALES TOLTECAS

C. Las Lajas Norte de la


od
Cuenca de México

e
C. Las Cruces
C. Arandas 2400
Segundo periodo
2150  intermedio fase dos
APAXCO


2200 2350

EL PREDREGAL
2250
2300 2200  Zacacalco
2300
Eyacalco
Epazote  C. Los Pitos
C. Mesa la Ahumada 2250 
2300 Santa María

2300 2450
2500
2300
2400
MESA AHUMADA

de Pachuca
Aven
ida C. Coayucan

C. Verde

 Centro provincial ESCALA GRÁFICA

Aldea nucleada grande 0 2 4 6 8 10 km


Aldea nucleada pequeña
Aldea dispersa grande
Aldea dispersa pequeña
Caserío
Límite de unidad política

t Fig. 2 Centros provinciales del norte de la Cuenca de México (950-1150 d.C.) y sus límites territoriales (retomado
de Sanders et al., 1979).

rante la investigación en esta zona pudimos rárquico, después de los centros provinciales,
apreciar una gran cantidad de sitios de la fase son las aldeas pequeñas y los caseríos, cuya va-
Tollan que seguramente vislumbran una com- riación no se da sólo en el tamaño que alcan-
plejidad similar al de las áreas contiguas. zaron sino también en su función. Al parecer
Las zonas de las que contamos con mayor estos dos últimos tipos de asentamientos se ca-
información son Apaxco y Mesa Ahumada. Lo racterizaban por la carencia de funciones ad-
cual se debe a la investigación proveniente de ministrativas a escala regional. Lo anterior nos
los reconocimientos de superficie efectuados sugiere que las funciones de control y toma de
por J. Parsons (2009) y por el proyecto Atoto- decisión se llevaban a cabo exclusivamente en los
nilco-Tuxpan (Castillo 2004) (fig. 3). La zona centros provinciales, dada la ausencia de cen-
de Mesa Ahumada se compone casi exclusiva- tros administrativos intermedios.
mente por caseríos y aldeas nucleadas pequeñas, Un patrón distinto se observa en la zona de
por debajo del centro provincial. La unidad po- los llanos de Pachuca, donde se aprecia una je-
lítica de Apaxco está constituida por un centro rarquía formada por el centro provincial de Eya-
provincial, numerosas aldeas nucleadas peque- calco-Santa María, seguido por centros de tercer
ñas y algunas aldeas dispersas grandes (poco co- orden formados por numerosas aldeas grandes
munes en la región), así como por aldeas disper- y finalmente por las pequeñas aldeas y case-
sas pequeñas, que también suelen ser escasas y ríos.
por una pluralidad de caseríos de escasa exten- La diferencia entre estas dos zonas resulta
sión. importante para determinar la organización re-
En general, podemos decir que en la zona de gional y el control que Tula ejerció en provincias
Hueypoxtla-Atotonilco prevalece la presencia como éstas. En la zona de los llanos de Pachuca
de centros provinciales que funcionan como se puede plantear la existencia de tres niveles
asentamientos de segundo orden en la jerarquía de asentamientos con funciones administrati-
administrativa de la región. En esta zona, sin vas por encima de las pequeñas aldeas, si con-
embargo, es notoria la ausencia de sitios con sideramos al centro suprarregional de Tula. En
una jerarquía intermedia. El siguiente nivel je- Hueypoxtla-Atotonilco, por el contrario, sola-
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ARQUEOLOGÍA 42  septiembre-diciembre 2009

Provincia Jerarquía Cantidad dispersa de los sitios, por lo cual


se habla de una “ruralización” en el
Zacacalco Centro provincial 1 patrón de asentamiento (Parsons,
Aldea nucleada pequeña 8 1976). No obstante, en el norte
Aldea dispersa pequeña 3 de la cuenca se observó que la dis-
Caserío 7 tribución de sitios mostraba nota-
bles diferencias. La densidad de
Eyacalco-Santa María Centro provincial 2 asentamientos en esta área fue más
Aldea nucleada grande 3 alta y tuvo una mayor proporción
Aldea nucleada pequeña 2 de sitios grandes y nucleados, en
Aldea dispersa grande 1 contraste con el sur de la Cuenca
Aldea dispersa pequeña 2 de México, según lo reporta Par-
Caserío 31 sons. Existe una alta densidad ocu-
Mesa Ahumada Centro provincial 1
pacional en las zonas de Zumpan-
Aldea nucleada pequeña 8
go y Temascalapa en el noroeste de
Aldea dispersa pequeña 1
la cuenca, donde la proporción
Caserío 47
de población que vivía en comuni-
dades nucleadas fue más alta que
El Pedregal Centro provincial 1 en el resto de la cuenca. Asimis-
Aldea nucleada pequeña 1 mo, se observa al norte de la Cuen-
Caserío 1 ca de México una proporción ma-
yor de comunidades grandes y
Apaxco Centro provincial 1 nucleadas; esta fisonomía se de-
Aldea nucleada pequeña 12 bió a la presencia de los centros
Aldea dispersa grande 3 provinciales. El papel de los gran-
Aldea dispersa pequeña 5 des asentamientos en la región se
Caserío 59 refleja en un patrón muy nuclea-
t Fig. 3 Provincias propuestas y sitios según su jerarquía, 950-1150 d.C.
do, lo cual se asemeja a lo que ocu-
(a partir de Sanders et al., 1979; Palma, 2000; proyecto Atotonilco- rre en el área que circunda Tula;
Tuxpan, Castillo, 2004). esto contrasta con el fenómeno
generalizado de ruralización que se percibía en
mente apreciamos dos niveles en la administra- esa época en el resto de la Cuenca de México.
ción regional, que nos puede señalar un nivel
de complejidad menor que en la contigua zo-
na de Pachuca. Pero también el hecho de que El Pedregal. Un centro provincial
esta región carezca de aldeas grandes que pudie- tolteca
ran haber cumplido funciones administrativas
o económicas intermedias, nos lleva a la conclu- El sitio de El Pedregal ubicado al sur del pobla-
sión de que la toma de decisiones y otras fun- do del mismo nombre en el actual municipio de
ciones políticas fueron ampliamente centrali- Atotonilco de Tula, Hgo. (fig. 5) empezó a inves-
zadas por los centros provinciales (fig. 4). tigarse a partir de los estudios de reconocimien-
La presencia de centros provinciales en es- to de superficie de la primera fase del proyecto
tas tierras lejanas a Tula también trajo como con- de salvamento arqueológico Atotonilco-Tuxpan
secuencia una pronunciada nucleación de la (Castillo, 2004), donde se identificó un asen-
población y la centralización del control. Los tamiento de época tolteca de gran extensión y
estudios en la Cuenca de México señalan que complejidad. La única investigación previa en
dentro de la organización de asentamientos de esta área se debió a los estudios de superficie
este periodo es característica una distribución realizados por J. Parsons dentro del proyecto
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AUGE Y COLAPSO DE LOS CENTROS PROVINCIALES TOLTECAS

sión en donde los afloramientos de tepetate son


REGIÓN DE TULA
abundantes. Hasta hace unos años, la produc-
ción más importante estaba asociada con los
Centro
Supra-regional productos de maguey, pero la desaparición de
la práctica de este cultivo propició un deterioro
en la productividad de la tierra y un incremen-
Aldeas to de la pobreza del suelo. El sitio del Pedregal
grandes se encuentra a 250 m de depósitos geológicos
de rocas ígneas, principalmente brecha volcá-
Aldeas nica (Bv); actualmente los habitantes de la co-
pequeñas munidad explotan tales minas de tezontle. Al
y caseríos
suroeste, a 350 m de distancia, se localiza un
REGIÓN DE APAXCO- HUEYPOXTLA depósito geológico de rocas ígneas sobre todo de
basalto (B), en tanto que al norte (a 3.5 km) se
Centro ubican depósitos geológicos de rocas sedimen-
Supra-regional
tarias, principalmente caliza (Cz), que en la ac-
tualidad son importantes minas que se explotan
Centro para la extracción de cal. Pensamos que la cer-
Provincial canía a estos recursos, que no superan los 3.5
km de distancia, representó el inicio de la explo-
Aldeas tación intensiva de tezontle, así como de caliza,
pequeñas durante la época tolteca seguramente constitu-
y caseríos
yó un factor clave para determinar la ubicación
REGIÓN DE PACHUCA del sitio en esa área.
La extensión total que ocupa la zona nuclear
Centro del sitio El Pedregal es de 7.1 ha, no obstante,
Supra-regional
el área total del asentamiento fue mucho ma-
yor, aunque muestra un patrón semi-nucleado
Centro debido a que los conjuntos habitacionales es-
Provincial tuvieron rodeados por tierras de cultivo, por lo
cual pudo haber alcanzado un área superior a
Aldeas las 30 ha.
grandes
Hacia el oeste del asentamiento se localizan
cinco montículos apreciables en la superficie,
Aldeas todos ellos se agrupan alrededor de una plaza
pequeñas
y caseríos central formando un amplio conjunto de 34 m
norte-sur, por 33 m este-oeste. Esta zona pudo
t Fig. 4 Comparación de la jerarquía de sitios en la representar el espacio cívico-ceremonial del si-
región de Tula y el norte de la Cuenca de México. tio. Las labores agrícolas dejaron expuesto uno
de los muros del montículo principal, que cons-
Cuenca de México. Pese a las complejas carac- ta de un muro en talud revestido con cantera y
terísticas de la ocupación Tollan, Parsons sola- lajas de tepetate siguiendo el sistema toltec small
mente identificó una ocupación vinculada con stone, típico de las edificaciones públicas de Tula
un pequeño caserío del periodo Tardío (1350- Grande.
1521 d.C.). El sitio se excavó como parte de los trabajos
El sitio está asentado entre las cotas de nivel de la Dirección de Salvamento Arqueológico del
2300 y 2340, en una zona de pie de monte bajo INAH (Castillo, 2004). El estudio se inició debi-
sobre suelos pobres, expuestos a una fuerte ero- do a la construcción e introducción de un ducto
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ARQUEOLOGÍA 42  septiembre-diciembre 2009

de 14" para la distribución del gas


L.P., con el objetivo de operar una
serie de terminales por las empre-
sas Termigas S.A. de C.V. y Ga-
soductos Mexicanos S.A. de C.V.,
TULA las cuales efectúan un proyecto de
almacenamiento y trasporte de gas
licuado de petróleo. Las labores de
salvamento, a cargo de la arqueó-
loga Patricia Castillo, dejaron a la
luz un conjunto habitacional (fig.
EL PEDREGAL
6) perteneciente a la fase Tollan

(950-1200 d.C.). La unidad exca-
vada de manera extensiva por par-
te del proyecto tuvo forma rectan-
gular, con un eje mayor 73m E-W
ESCALA
y un eje menor N-S de 48m, lo
0 5 km
cual da un área de 3.504 m2. El to-
t Fig. 5 Ubicación del sitio El Pedregal. tal de área excavada fue de 988
m2 (fig. 7).

Casa 1
Tlecuil

Altar de patio

Tlecuil Patio Sur


Patio Norte

Columna

Casa 2
Tlecuil
Estructura circular 2

Columna

Tlecuil
Estructura circular 1

Altar
Altar

Casa 3 Casa 4

ESCALA

0 5m

t Fig. 6. Plano arquitectónico del sitio El Pedregal.


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AUGE Y COLAPSO DE LOS CENTROS PROVINCIALES TOLTECAS

en Tula existieron por lo menos


tres distintos tipos de complejos
residenciales, uno de los cuales se
denomina grupo de casas. Estos
conjuntos consisten en tres o más
casas colocadas alrededor de un
patio central. Cada grupo es una
entidad en sí misma con límites
muy bien definidos, ya que está
formada por una unidad arquitec-
tónica cerrada por la yuxtaposición
de las casas. El conjunto se delimi-
taba del exterior por muros. El ac-
ceso a cada grupo se da a través
de una sola entrada en forma de
L que controla el acceso y la libre
circulación directa hacia el inte-
rior, lo que evitaba la observación
directa desde el exterior y permi-
tía la entrada de una sola persona
a la vez. Los patios centrales son
los puntos focales del grupo (Hea-
Unidad de
ESCALA GRÁFICA Excavación lan, 1989: 130-131).
Equidistancia
0 20 40 60 80 100 m de curvas 0-50 m El conjunto habitacional exca-
vado en El Pedregal se construyó
t Fig. 7 Plano topográfico del sitio y ubicación de las unidades de siguiendo el patrón urbano de Tu-
excavación.
la dentro de la categoría de “gru-
En términos generales, las construcciones de po de casas” (fig. 8). En el sector excavado se
El Pedregal tienen una orientación de 17 gra- identificaron cuatro casas, todas dispuestas al-
dos al este del norte geográfico, con ligeras va- rededor de dos amplios patios. Los patios den-
riaciones por el terminado de algunos muros. tro de la arquitectura doméstica tolteca son
El Canal, una localidad en el área urbana de áreas abiertas al aire libre, que por lo común es-
Tula, tenía una orientación de 18 grados al oes- tuvieron delimitados por casas o bien por esca-
te del norte (Healan 1989: 59), que Mastache leras o pasillos que los enclaustran. En Tula es
y Crespo (1982) definieron como orientación recurrente que los patios tengan un altar cen-
característica Tolteca B y que delimita el pe- tral, un templo de patio o un templo de barrio
riodo de apogeo de la ciudad. Mientras que en (Guevara, 2003; Mastache, 1996: 85; Paredes,
Tepetitlán (asentamiento tolteca rural), la orien- 1990). Los altares centrales son construi- dos
tación general de las estructuras es de 8 grados al en medio de los patios residenciales, son de di-
este, pero en algunos muros están orientados mensiones pequeñas sin sobrepasar los 50 cm
exactamente norte-sur y otros con una desvia- de altura. Tienen forma de pequeñas platafor-
ción de 18 grados al este, muy similar al de nues- mas rectangulares o cuadradas con muros en
tro conjunto (Mastache y Cobean, 1999: 54). talud y superficie horizontal. Los acabados de
El conjunto doméstico explorado estuvo com- estos altares están formados por pequeñas lajas
puesto por elementos arquitectónicos de gran de tepetate (Diehl, 1983). Se han encontrado
similitud a los descritos para el área urbana de algunos entierros dentro de estos altares, y se-
Tula (Healan, 1982; 1993). Healan identificó que guramente las actividades rituales que se efec-
244
ARQUEOLOGÍA 42  septiembre-diciembre 2009

parcial en localidades como La Mora, Dainí y


varias localidades de la zona de El Canal (Peña
y Rodríguez 1976; Martínez 1999; Equihua
2000); en fechas más recientes F. Getino tam-
bién exploró ubicaciones al norte de la zona ur-
bana de Tula (Getino, 2007).
Diehl (1983) y Mastache (1996) sugirieron
que Tula pudo estar constituida por barrios de
aproximadamente de 600 m por lado, en los cua-
les estaban dispuestas grandes estructuras que
t Fig. 8 Reconstrucción del conjunto habitacional de tal vez funcionaron como templos. Estos ex-
El Pedregal.
tensos montículos pudieron ser templos a ni-
vel de los barrios y por los ejemplos excavados
tuaron en torno a él incluía al grupo familiar que debieron constar de grandes estructuras que
compartía el patio. alcanzaban 5 m de altura, contaban con un am-
Los templos de patio que se descubrieron plio vestíbulo al frente y tenían columnas y ban-
en diferentes zonas del área urbana de Tula quetas-asiento, de forma similar a los edificios
(Guevara, 2003: 70; Stocker y Healan, 1989: públicos de Tula Grande. Las características de
158) son plataformas pequeñas menores a un estos templos de barrio recuerdan al Edificio B
metro de altura, con muros rectos o en talud con su vestíbulo al frente, aunque a escala mu-
que cuentan con una escalinata de acceso y que cho menor. Estos templos de barrio debieron ha-
sostienen el cuarto de un templo en la parte ber actuado como subunidades administrativas
superior. Los ejemplos excavados varían de 4.5 del aparato estatal.
por 4 m hasta 7.0 por 8.5 m (Diehl, 1983: 91). En cuanto al Pedregal, este sitio cuenta con
El hecho de que estas plataformas sean de ta- dos grandes patios en su sección oeste. El pa-
maño pequeño debe estar en relación con sus tio sur, quizás el más importante del conjunto,
funciones menores, ya que servían como tem- posee un altar central de 2.4 m norte sur por
plos locales para un conjunto de casas (Stocker 2.1 m este oeste y una altura de 50 cm y está
y Healan, 1989: 158). Debido a sus pequeñas decorado con pequeñas piedras de tepetate. Al
dimensiones y su asociación con las unidades parecer este patio era un espacio cerrado por sus
residenciales, Healan denominó a estas estruc- cuatro rumbos. Al oeste lo delimitaba un basa-
turas templos de barrio. No obstante, hemos mento piramidal, en tanto la sección este del
preferido denominarlos templos de patio para patio estaba cerrada por la Estructura circular 1.
distinguirlos de los templos de mayores dimen- Al sur se localizaba la casa 1, una estructura rec-
siones y que debieron representar edificios de tangular que abarcó 28.3 m2 de espacio techa-
un alto orden administrativo. do. Estaba compuesta por dos cuartos, ambos
Los templos de barrio son edificaciones de independientes. Hay evidencia que señala que
mayor tamaño que pudieron alcanzar un área la habitación externa, o cuarto 2, funcionó como
de 300 m2 y una altura de entre 3 y 5 m. Estas cocina independiente al resto de la casa.
construcciones comúnmente se asocian con am- El patio norte también estaba cerrado cuan-
plios patios abiertos en zonas habitacionales y do menos por tres de sus lados; las actividades
debieron representar templos para varios secto- desempeñadas en este espacio debieron mante-
res residenciales. En la zona de Tula (Healan, nerse con cierta autonomía respecto a las del
1989: fig. 7.2; Mastache, 1996; Yadeun, 1975) patio contiguo, como se aprecia por su separa-
hay extensa evidencia de estos templos en tra- ción arquitectónica que los mantiene como dos
bajos de superficie y algunos ejemplos excava- áreas semi-independientes. La casa 2 es impor-
dos por J. Acosta en El Corral (Acosta, 1974). tante porque se encuentra entre los dos patios,
Estos montículos se han explorado de manera pero resulta muy probable que estuviera vincu-
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AUGE Y COLAPSO DE LOS CENTROS PROVINCIALES TOLTECAS

lada con las actividades del patio norte. Está La casa 4, también permite cerrar el patio en
compuesta por cinco cuartos pudiendo haber su sección este, y al igual que la casa 3, su muro
alcanzado 34.2 m2 de espacio techado. En el exterior funcionó como barda perimetral del
interior del cuarto 1 se identificó un tlecuil. Los conjunto habitacional. Está compuesta por seis
cuartos 5 y 6 se encuentran separados física- cuartos con 36.3 m2 de espacio techado. Den-
mente de la casa y no hay circulación directa tro del cuarto 1 se identificó un tlecuil asociado
entre estos cuartos y el resto de la vivienda; con actividades de producción de alimentos.
además es probable que uno de estos cuartos También posee dos cuartos que sirvieron como
pequeños funcionara como cocina. Hay un muro cocinas adosadas al exterior de la casa, mante-
que conecta el cuarto 5 con el resto de la casa, niéndose como un espacio arquitectónico inde-
mismo que funcionó para restringir y separar pendiente del resto de las habitaciones; su ac-
físicamente el patio sur del norte. ceso debió ocurrir a través del patio norte.
La casa 3 (fig. 9) cierra el patio en su sector En términos generales, la arquitectura do-
este y además crea una restricción de acceso méstica y pública en El Pedregal es una réplica
hacia la plaza junto con la casa 2. El muro este del patrón urbano que se aprecia en Tula. La
de la casa 3 representa la barda perimetral del única variación con respecto a los grupos de ca-
conjunto habitacional. Está compuesta por siete sas de la ciudad tolteca, es que en El Pedregal
cuartos y mide 46.5 m2 de espacio techado, sien- los dos patios principales tenían extensas es-
do la casa más grande del conjunto. Los cuar- tructuras circulares. Esta variación es importan-
tos 6 y 7 están adosados al muro oeste, forma te porque en los conjuntos del área urbana de
una unidad independiente y separada física- Tula como El Canal o El Boulevard (Healan y
mente de las actividades interiores de la casa, Stocker, 1989; Guevara, 2003), el patio principal
cuyo acceso debió estar a través del patio nor- lo ocupaba un templo de patio, en tanto que en
te. Contamos con evidencia que estos cuartos El Pedregal esta edificación se remplaza por las
externos funcionaron como cocina. estructuras circulares. Estas estructuras, úni-
cas en la tipología arquitectónica tolteca conoci-
da hasta el momento, consisten en plataformas
bajas, menores a un metro de altura, orientadas
en dirección este-oeste, cuyo acceso se da a tra-
Cuarto 3 vés de una escalinata que conduce a un pórtico
rectangular en el que la techedumbre se soste-
Cuarto 2
nía mediante columnas; estos pórticos alcanzan
Cuarto 5 en promedio una superficie techada de 41.9 m2.
A partir del pórtico se accedía a un espacio circu-
lar que alcanza en promedio 75.84 m2 de área te-
tlecuil Cuarto 4
Cuarto 6
chada; en estos casos contenía la sección central
un tlecuil o una columna (fig. 10). Los muros
Cuarto 1 estaban elaborados a partir de grandes piedras
basálticas de 40 cm de ancho, aunque en ocasio-
Cuarto 7 nes existía una doble hilada de piedras, especial-
mente en la parte circular de la edificación.
El uso de pórticos es común en la arquitectu-
ra pública tolteca de la fase Tollan, pero resulta
Casa 3 inusitada su asociación con edificaciones circu-
ESCALA GRÁFICA
lares. Hemos visto que este tipo de estructuras
0 1 2m
circulares en Tula tiene profundos anteceden-
tes en las construcciones de la época coyotl-
t Fig. 9 Casa 3. atelco, es decir entre los años 650 y 900 d.C.
246
ARQUEOLOGÍA 42  septiembre-diciembre 2009

rio, ya que en las plataformas de


Escalinata
sus vestíbulos y en sus altares se
recuperaron varios enterramien-
tos humanos asociados.
En resumen, por sus caracterís-
Columna ticas (extensión, estructuración
Vestíbulo interna, planeación y uso de ele-
mentos), es probable que El Pe-
dregal fuera uno de los centros
provinciales de Tula que coordi-
nara la explotación de recursos
en parte de la zona norteña de la
Cuenca de México.

La caída de los centros


Columna provinciales

Los gobiernos del pasado recono-


cieron nítidamente el peligro que
puede representar una adminis-
tración provincial para un estado,
Altar por lo cual se emplearon distintas
estrategias para evitar el desmem-
bramiento estatal. Entre las estra-
tegias empleadas se encuentran:
a) la rotación de los representan-
t Fig. 10 Estructura circular 1. tes del gobierno en las distintas
provincias, como medio de preve-
(Bolaños, 2003; Bonfil, 2005, Fournier y Vargas, nir la formación de agrupaciones fuertes al in-
2002). En esa época también experimentó una terior de un grupo o en alguna localidad; b) un
innovación mediante el uso de pórticos que an- intenso adoctrinamiento de estos representan-
tecedían a habitaciones rectangulares. La aso- tes, con la finalidad de crear un cuerpo de ad-
ciación de edificios circulares con pórticos es ministradores por completo identificados con
un ejemplo arquitectónico “híbrido”, en el cual
los constructores provinciales conjugaron ambos
tipos de elementos (fig. 11).
Asimismo, la estructura circular estaba rema-
tada en su sección posterior por un altar ado-
sado, decorado por cantera y pequeñas piedras
de tepetate mediante el sistema denominado
toltec small stone, común en los edificios públicos
de Tula Grande. En promedio, estos edificios
cuentan con un área techada total de 126.8 m2
aproximadamente.
Las estructuras circulares de El Pedregal
debieron tener funciones públicas muy particu-
lares, además de actuar como un espacio funera- t Fig. 11 Reconstrucción de la estructura circular 1.
247
AUGE Y COLAPSO DE LOS CENTROS PROVINCIALES TOLTECAS

el centro; c) la cuidadosa selección de los admi- No obstante, tras el derrumbe de Tula, que
nistradores provinciales que mostraran una to- ocurrió entre los años 1150 y 1200 d.C., hubo
tal lealtad y alianza con los órganos superiores una pérdida en su autoridad política. Esta si-
y, d) la colocación en esos cargos de miembros tuación que siguió a la caída de Tollan también
de la elite o familiares del gobernante central. impactó en las provincias dependientes de Tula.
El mantenimiento de una identidad tolteca El colapso del Estado tolteca generó una pér-
en estos centros provinciales que continuaron dida en la jerarquía regional. Con la caída los
con los contactos con la capital seguramente grandes asentamientos administrativos, como
de manera frecuente fue vital para los intere- los centros provinciales y algunas aldeas gran-
ses de Tula. En estos asentamientos periféricos des, fueron abandonados. Lo anterior se deter-
es habitual que se replique el modo de vida ur- minó gracias a que los centros provinciales se
bano, de manera que se pareciese a la percibida despoblaron en el periodo Azteca temprano
en la ciudad y que exista un patrón de consu- (1150-1350 d.C.) o sus funciones administrati-
mo de elementos culturales comunes con Tula. vas a escala regional se paralizaron, convirtién-
Esto significa que había un amplio grado de cen- dose en pequeñas aldeas o caseríos.
tralización y una fuerte integración con el go- En el caso de El Pedregal, un aspecto que lla-
bierno central. mó la atención desde el momento mismo de
Una forma de mantener la identidad de los realizar la excavación, fue la gran profusión de ar-
grupos provinciales consistió precisamente en tefactos completos sobre los pisos de las habi-
el uso de símbolos estatales, por ejemplo la ar- taciones. Decenas de artefactos se localizaron
quitectura pública. En Atotonilco, como seña- en contextos de uso y almacenamiento, como
lamos, se identificó un conjunto de extensos si hubiese sucedido un abandono súbito y preci-
edificios públicos. Este tipo de monumentos pitado. Pensamos que varios de los materiales
públicos vinculan a un grupo con un lugar y re- arqueológicos abandonados son en gran medida
presentan el poder y la autoridad de los líderes. representativos de diversas actividades cotidia-
Son medios de comunicación y expresión de nas que se estaban desempeñando al momento
mensajes de poder. La arquitectura monumen- que se dispuso el abandono. Al parecer, distin-
tal también define relaciones verticales al inte- tos artefactos, reflejo de sus actividades origi-
rior de la sociedad. Dentro de la jerarquía de nales, se dejaron en sus lugares de uso o alma-
asentamientos, los espacios públicos y los ele- cenamiento temporal, sin que se aprecie que
mentos ceremoniales que suelen aparecer pri- formaran parte de una actividad de desecho.
mero en los centros regionales sirven como sede Tal es el caso de numerosas ollas y vasijas de
de centro del poder y representan el monopo- servicio halladas en su lugar de empleo sobre los
lio de un grupo particular. Así, tales elementos pisos de ocupación. Algunas manos de metate
son un reflejo de la forma en que el Estado To- y de mortero se localizaron en las esquinas de
llan estuvo envuelto en el control administra- las casas o en los patios depositados junto a los
tivo, como una manera de mantener un vínculo muros de las habitaciones, a manera de alma-
con las comunidades y conservar el acceso a los cenamiento pasivo o temporal. De igual forma
distintos recursos. (fig. 12), una amplia cantidad de instrumentos
Siguiendo el modelo de segmentación de li- de molienda, metates y morteros se localiza-
najes, pensamos en la posibilidad de que en la ron en contextos de uso (boca arriba) en los pi-
fase Tollan algunos linajes gobernantes se en- sos de las casas; de igual forma se localizaron
viaran a la periferia de la entidad política como casos de metates descansando boca abajo (para
parte de una táctica dirigida desde el estado de un caso comparativo véase Uruñuela y Plunket,
colonización e introducción de esos linajes en 2003).
áreas estratégicas. Si esto resulta cierto, la seg- En El Pedregal los fogones y tlecuiles esta-
mentación de linajes y la colonización fueron ban en excelentes estado de conservación, sin
instrumentos políticos. mostrar huellas de destrucción, además conte-
248
ARQUEOLOGÍA 42  septiembre-diciembre 2009

Metales

Vasijas

Metates
Vasijas

t Fig. 12 Metates boca abajo y vasija completa restaurable en el patio de la Casa 4.

nían abundante ceniza y tierra quemada, lo que rrió una forma de abandono masivo del asenta-
indica como se ha planteado para otros casos miento, con el traslado de la mayoría, sino es
(Migeon, 2003) que sus usuarios no tuvieron el que de la totalidad de la población de El Pe-
tiempo para limpiarlos antes del abandono. To- dregal.
dos estos contextos podrían representar basu- Después de este abandono, la población de
ra de facto, común en un abandono de carácter El Pedregal disminuye enormemente, ya que
abrupto (Schiffer, 1972). en el periodo Tardío sólo se localiza un caserío
Los hallazgos bien preservados de los fogo- en las inmediaciones del asentamiento. Es pro-
nes intactos y repletos de ceniza, la sorpren- bable que la población se dispersara en los al-
dente cantidad de artefactos completos sobre rededores, ya que en lugar de que se funde un
los pisos de las viviendas, o en sus lugares de uso gran centro provincial, nada más se aprecian tres
o almacenamiento temporal (recuperados en el caseríos y una aldea dispersa pequeña en el si-
transcurso de las excavaciones en El Pedregal) guiente periodo, quizás producto de la descen-
son indicios de un precipitado y súbito despla- tralización y dispersión de la población.
zamiento de la comunidad, resultado de una Aunque no hay información de los contextos
decisión colectiva. de abandono de los otros sitios, pensamos que
Pensamos que se trató de un abandono súbi- los demás centros provinciales corrieron la mis-
to de carácter planeado. La repetitiva asociación ma suerte. La información de patrón de asenta-
de basura de facto en todas y cada una de las miento nos señala (Sanders et al., 1979) que en
casas y sus patios son signo de una migración que Mesa de la Ahumada, el centro provincial cedió
se efectuó mediante un acto no sólo deliberado, su lugar a un caserío en el periodo Tardío. Por
sino concertado y organizado. La información otra parte, el imponente San Miguel Eyacalco
recuperada en el registro arqueológico nos con- se contrajo hasta quedar reducido a una peque-
duce a señalar que al final de la fase Tollan ocu- ña aldea dispersa (Palma, 2000: 83). Asimismo,
249
AUGE Y COLAPSO DE LOS CENTROS PROVINCIALES TOLTECAS

(part. 1), México, INAH (Científica,


Sitio Jerarquía Jerarquía
15).
(950-1150 d.C.) (1350-1521 d.C.)

El Pedregal Centro Provincial Caserío


• Bolaños, Víctor
2003. “La región de Tula durante el
Mesa de la Ahumada Centro Provincial Caserío
Epiclásico. El caso de Chapantongo
San Miguel Eyacalco Centro Provincial Aldea dispersa pequeña
y su relevancia en la dinámica
Apaxco Centro Provincial Sin ocupación sociopolítica regional”, tesis de
Santa María Centro Provincial Aldea nucleada pequeña licenciatura en arqueología, México,
Zacacalco Centro Provincial Sin ocupación ENAH- INAH.

t Fig. 13 Centros provinciales y su historia jerárquica a lo largo de las


distintas ocupaciones (a partir de Sanders et al., 1979; Palma, 2000). • Bonfil, Alicia
2005. “Cultura y contexto: El
Apaxco desaparece en su totalidad sin apreciar- comportamiento de un sitio epiclásico en la región
se en la cercanía ocupación alguna en los si- de Tula”, en Linda Manzanilla (ed.), Reacomodos
guientes periodos. Zacacalco tampoco muestra demográficos del Clásico al Posclásico en el centro de
evidencia de seguir siendo habitada después de México, México, IIA-INAH, pp. 227-259.
la época tolteca. Finalmente, Santa María se re-
• Castillo Peña, Patricia
dujo a una pequeña aldea nucleada, aunque so- 2004. “Proyecto de Salvamento Arqueológico
brevive incluso hasta la Colonia temprana como Tuxpan Ver.-Atotonilco de Tula, fase 1, estudio
un pequeño reducto poblacional, con la presen- arqueológico de factibilidad”, mecanoescrito,
cia de una capilla franciscana de visita (Palma, México, Archivo Técnico del INAH.
2000: 71).
La información ocupacional de estos asenta- • Cobean, Robert H.
mientos nos lleva a considerar que tuvieron el 1990. La Cerámica de Tula, Hidalgo, México, INAH
mismo final que El Pedregal, donde documen- (Científica, 215).
tamos un abrupto abandono súbito y planificado
• Diehl, Richard A.
de la mayor parte de la comunidad. Este sitio, 1983. Tula, The Toltec Capital of Ancient Mexico,
al igual que los demás, sólo se volvería a poblar Londres, Thames and Hudson.
parcialmente con posterioridad por grupos que
realizaron prácticas de saqueo sistemático o se • Equihua, Juan
asentaron en estos parajes ya abandonados, for- 2000. “Proyecto de rescate arqueológico Tula-
mando pequeñas comunidades, ya sea caseríos Tepetitlán”, mecanoescrito, México, Archivo
o aldeas pequeñas. Técnico del INAH.
Para esta zona hemos visto que los grandes
• Fournier, P. y R. Vargas
asentamientos que tenían una función adminis-
2002. “En busca de los dueños del silencio:
trativa, con toda seguridad estaban ligados con
Cosmovisión y ADN antiguo de las poblaciones
el gobierno central de Tula y al desintegrarse otomíes epiclásicas de la región de Tula”, en
este estado fueron abandonados. Pensamos que Estudios de cultura otopame, núm. 3, pp. 37-75.
había una fuerte integración e identificación
de los señores provinciales con el gobierno cen- • Getino Granados, Fernando
tral, lo cual los condujo a seguir el mismo final 2007. “Los barrios de Tula: estudios en la zona
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