Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
El siguiente ensayo tiene por objeto contextualizar el estudio de las relaciones laborales,
abordando el papel que tienen los actores y sujetos dentro del contexto de las relaciones
industriales; bajo la perspectiva de la teoría de Jhon Thomas Dunlop (1914-2003), así como
sus diversas aplicaciones teórico-prácticas en el campo. El motivo de analizar dicha
perspectiva es poder generar un marco teórico base para el estudio de la investigación
titulada: Relaciones laborales y su rearticulación productiva en Parque Finsa 1992-2020,
en Cuautlancingo Puebla. Por otro lado, consideramos que la multiplicidad de
circunstancias, espacios, así como actores son marco imprescindible para analizar en el
marco de las relaciones laborales. Por lo cual nos auxiliamos de las bases teóricas de
Dunlop y diversos estudios realizados a partir de su teoría, para generar una visión de actor
y sujeto bajo la complejidad que implica analizar estos factores.
Si bien reconocemos que el contexto histórico bajo el cual Dunlop desarrolla su teoría es
muy diferente a las circunstancias que tenemos actualmente en América Latina;
consideramos que su análisis aporta cuestiones teóricas de suma importancia que merecen
la pena ser resignificadas y reflexionadas en nuestros tiempos. Ante la emergencia de
sujetos que puedan transformar la realidad consideramos que el sujeto obrero ha sido
relegado a una posición de actor subsumido, bajo ciertas reglas y ciertos esquemas
institucionales, sin embargo, buena parte del espacio de posibilidades que se podrían
contener en el espacio en el cual se desenvuelve; tendrían cabida en una resignificación de
la posición que juega el sujeto obrero al interior de la fábrica. Ante ello y las lecturas
realizadas en el presente curso, en especial las referentes a Womack (2007) en el marco del
debate generado en las sesiones sobre el concepto de posición estratégica, nos llevaron a
buscar generar una investigación un poco más profunda sobre la base teórica y las posibles
implicaciones en estudios de ese corte para el sujeto obrero a partir de la teoría de Dunlop.
Para efectos del análisis teórico con respecto a la acción de los sujetos; los cuales son
centrales en la investigación, estaremos buscando centrarnos en específico en el sujeto
obrero y su contexto en cada momento, por otro lado estaremos abordando las diferentes
teorías de pensamiento y escuelas que han involucrado investigaciones que refieran a la
acción de los sujetos en el campo de las relaciones laborales, cabe destacar que
consideramos de manera personal que el estudio realizado por Antúnez (2003) en su libro
titulado “Teoría sociológica de las relaciones laborales” es una obra bien acabada acerca de
la geografía teórica e ideológica de dicho campo de estudio, por lo cual lo estaremos
utilizando como referencia a lo largo del texto.
Por último y no menos importante; estaremos realizando una breve reflexión acerca de lo
abordado. Cómo se mencionó en un principio, se pretende que este ensayo de pie a la
elaboración del trabajo de tesis de la investigación por parte de una servidora.
El estudio de las relaciones laborales ha sido objeto de estudio por parte de diversos
teóricos en el campo de las ciencias sociales. La multiplicidad de estudios, así como los
diferentes enfoques teóricos, hacen que dicho campo de estudio sea bastante rico en cuanto
a la posibilidad de incorporar variables nuevas. Esta variedad de estudios también ha estado
determinada a lo largo de los años en un primer momento por las coyunturas propias del
sistema capitalista, en segundo lugar, por los diversos enfoques y paradigmas económicos
predominantes en cada época.
El estudio de las relaciones laborales es sin duda imprescindible para poder generar una
investigación más profunda en el contexto de las relaciones industriales, si bien en los
últimos años los estudios hechos a relaciones laborales se han considerado con gran peso de
perspectiva neoclásica (producto del arribo de políticas neoliberales en América Latina) 1 no
cabe duda de que es necesaria la reconstrucción e inclusión de perspectivas teóricas y
metodológicas que sean útiles para definir la actual complejidad, en la cual se encuentran
inmersos los sistemas industriales. La importancia de ello va más allá del espacio de trabajo
industrial y abarca todo un conglomerado y variabilidad tanto de instituciones, como de
sujetos y niveles de análisis. Él estudió cronológico de las teorías de relaciones laborales en
América Latina, ha sido ya emprendido por autores como De la Garza (2007), Harry Katz
(2014), Antúnez (2003) y Ordoñez (1997); quienes desde diferentes perspectivas han
buscado ordenar el complejo teórico de las investigaciones laborales a partir del siglo XX y
principios del siglo XXI.
Durante la década de los años veinte del siglo pasado, el papel que cobraron los sindicatos
fue sumamente importante en la caracterización del funcionamiento político e industrial, en
este contexto es la escuela de Oxford con la “Teoría pluralista” la que reconoció el papel
que tuvieron los conflictos en la relación trabajo capital. Antúnez refiere al respecto:
1
“El período de consolidación de los Nuevos Estudios Laborales en América Latina, a partir de inicios de los noventa, se
inscribe en un contexto desfavorable a diferencia de la década de los ochenta. En América Latina se afianzó el modelo
económico neoliberal en todos los países, con excepción de Cuba. Esto impulsa como rival muy importante a los estudios
neoclásicos del mercado de trabajo que apuntalan la idea de flexibilidad de los mercados de trabajo sin los componentes
de concertación propios de la flexibilidad del Regulacionismo o del Toyotismo, lo anterior se traduce en múltiples
reformas laborales” (De la Garza, 2007: 12)
y del aparato industrial en los años 20 sin duda comenzaba a ser muy relevante para las
economías capitalistas.
Para Antúnez la escuela de Oxford ha tenido dos importantes críticas: el primer referente al
excesivo énfasis en la idea de contención del conflicto por medio de normas, esto es una
importante restricción en diversos contextos a la acción de los sujetos. Y por el otro lado
queda invisibilizada una de las causas de conflicto primordial entre obrero y clase
capitalista la cual es referente a la “subordinación del obrero al capital y a los derechos de
propiedad.” Antúnez (2003).2
Sin embargo, consideramos que dicha teoría es importante por poner en el centro de la
discusión los términos en los cuales se negocian situaciones de conflicto, el conflicto visto
como un espacio de posibilidades en el cual los sujetos pueden generar acuerdos es
importante para analizar el campo de acción de estos y como sujetos de praxis en estas
circunstancias. Por otro lado, es importante tener en cuenta que el conflicto es y ha sido una
variable importante que determina la situación de los sujetos obreros. En otra perspectiva
cabe recordar que el conflicto tiene también un determinante para generar identidad,
autores como Giménez (1997) identifican al conflicto en estos términos:
2
“De la escuela de Oxford se han criticado dos cuestiones. La primera es el excesivo énfasis en la idea de
estabilidad y contención del conflicto mediante las normas, obviando los procesos por los que se genera el
conflicto. La segunda crítica se ha referido al excesivo apego a las normas de procedimiento, mientras que ha
relegado a un segundo plano temas como el control del trabajo y la subordinación de éste al capital y a los
derechos de propiedad. Una respuesta a la primera cuestión, al reglamentismo y la estabilidad, la ofreció en
los años cuarenta otros autores de esta misma escuela pluralista: Otto Kahn-Freund” (Antúnez, 2003:175)
Esta teoría propuesta por autores como Otto Kahn Freund (1900-1979) pone énfasis en el
papel que tiene el contrato de trabajo establecido en el marco de una negociación entre
obreros y empresarios. La sociología jurídica de esta escuela es importante porque reconoce
la desigualdad implícita en el contrato colectivo que muestra la relación entre empresario y
obrero y por otro lado hace una crítica importante al individualismo que se ejerce desde el
derecho y qué invisibiliza relaciones colectivas con capacidad de acción para atenuar dichas
desigualdades. La importancia que tiene el contrato colectivo es clave, pues es éste el que
legítima relaciones de desigualdad y tiene por detrás una historia de negociación y acción
por parte de los sujetos para llegar a determinar dicho contrato. Colocar el ojo en la
desigualdad implícita en los contratos es un acierto de esta escuela, pues coloca el sujeto
bajo una perspectiva que pocas veces se analiza qué es el contexto legal en el cual se
desenvuelve. Por otro lado, también es importante reconocer que la determinación de
contratos colectivos no sólo es un acuerdo único entre empresarios y empresas; sino que,
por el contrario, suelen tener implícitos intereses políticos que se ven reflejados a través de
la determinación de un marco legal de reformas por parte del estado. Esta complejidad se
complica más en espacios industriales como los de América Latina, en la cual las reformas
laborales a partir de la década de los 80 y en la reforma al artículo 123 constitucional (para
el caso de México) han generado y alterado las condiciones y marco de acción para los
sujetos obreros, que negocian las condiciones en sus contratos colectivos. En otro punto
cómo sabemos en México en la década de los 90 y antes imperaba un determinado
“clientelismo” entre sindicatos y gobierno, lo que permitió la negociación implícita de
contratos colectivos de intereses no exclusivos de la clase obrera.
Por otro lado, la negociación de los contratos colectivos implica tener cierto grado de
poder, en dichos términos Giménez (2010) apunta:
“Todo actor social está dotado de alguna forma de poder, en el sentido de que
dispone siempre de algún tipo de recursos que le permite establecer objetivos y
movilizarlos medios para alcanzarlos” (Giménez, 2010;8)
Es por ello que las relaciones de poder son otro punto importante que debería ser incluido
cuando de negociación laboral de contratos colectivos se refiere, reconocer que existen
actores que tienen relaciones asimétricas de poder y tienen mayor probabilidad de hacer
valer sus intereses.
Jhon Rogers Commons y el institucionalismo.
Sin duda alguna una de las principales escuelas de pensamiento a principios del siglo XX
fue la escuela institucionalista en Wisconsin Estados Unidos. Roger Commons (1862-1945)
fue uno de los principales precursores de dicha corriente. Para autores cómo Masera (2017),
la importancia del institucionalismo radica en qué “las teorías institucionalistas no sólo han
enriquecido el panorama de la economía, sino que han facilitado su diálogo en otras
ciencias”
La escuela institucionalista sin duda ha suscitado diversos debates en torno al estudio de las
leyes y fundamentos jurídicos que regulan la negociación colectiva. Esto permite estudiar
más de cerca al movimiento obrero. Para otros autores como Antúnez el institucionalismo
guarda distancia con respecto a la racionalidad del humus económico y del individualismo
metodológico de la teoría neoclásica, ya que pone acento en los actores sociales que no
pueden llegar a conformar sindicatos. Al respecto añade:
Los estudios de la escuela de relaciones humanas quizás sean los que más influencia han
tenido hasta nuestros días a nivel gerencia y departamento de recursos humanos al interior
de las empresas. Su nivel de análisis parte de un escenario en el cual hay conciliación y se
busca aminorar cualquier posibilidad de conflicto obrero patronal. El nivel de análisis es un
nivel micro a nivel empresa, en el cual queda totalmente invisibilizada la posibilidad de
acción sindical ante conflictos. Este último punto es uno de los cuales genera crítica por
parte de diversos teóricos, Antúnez (2003) caracteriza la escuela de relaciones humanas en
3 puntos esenciales: en primera instancia considera al conflicto en su cuestión patológica
disfuncional qué es exógena a la empresa, en segundo lugar las relaciones humanas se
vuelven la alternativa al sindicalismo al buscar dirimir conflictos y mejorar la relación
obrero patronal, en tercero esta visión busca superar la perspectiva mecanicista del
taylorismo a principios del siglo XX en los Estados Unidos. Si bien la teoría busca reducir
la cantidad de conflictos, ello implica una disminución en la participación del obrero a
través de la organización social en la resolución de sus conflictos. Por otro lado, pone a un
actor determinante en nuestros días bajo análisis dentro de la empresa, el cual es el
trabajador del área de recursos humanos, inserto también en la relación laboral.
Durante la década de los 50 cobró una importante fuerza los movimientos obreros
sindicalistas y los conflictos obrero-patronales, es en este contexto en el cual surge la
corriente “del estructural funcionalismo”. Dicha corriente va a ser sumamente importante
después de la década de los 60. En este contexto es en el cual se ubica Dunlop, el cual junto
a autores como Dharendorf (1929-2009), John Rex (1925-2011), Coser Lewis (1913.2003),
Clark (1870-1947) , Frederick Harbison (1912-1976) entre otros, cómo los principales
representantes de lo que se denominó la teoría de sistemas de relaciones industriales.
El enfoque de sistemas de Dunlop se da en la obra “Industrial relations systems” en 1958,
su propuesta tuvo gran influencia debido a que su dividió al sistema en tres subsistemas: el
sistema político, el sistema económico y el sistema de relaciones industriales.3
No menos importante es la obra de Kerr en 1963, para Pino (2003) se destaca la forma en la
cual se desarrolla teóricamente para estos autores una trama compleja reglamentaria que
enlaza al trabajador con el proceso industrial. En palabras Decker citado por Pino se
menciona al respecto:
Para Antúnez la teoría de Dunlop ha sido sumamente influyente, pues relaciona como se
mencionó, a subsistemas como el industrial, político y el sistema en general, aparte de
incluir a nuevos actores bajo esa noción. Antúnez lo cita de la siguiente manera.
3
“Esta opción permite a Dunlop situar todas las disputas industriales, y la forma en que se
manejan, dentro de un “sistema de relaciones industriales” cuya, dimensión, a su vez, puede
variar de una empresa a un sector o al conjunto del país. Pero, aunque varíe su dimensión, un
sistema de relaciones industriales posee ciertas propiedades y estructuras comunes, y responde
a influencias específicas.” (Pino, 2003;3)
el conflicto, como una función positiva de la construcción del orden, en el
reconocimiento de intereses contrapuestos y en la negociación colectiva como
forma de gestionar el conflicto” (Antúnez,2003;185)
El papel del conflicto tiene un papel importante en la explicación del actuar de
movimientos sociales, por lo cual para el movimiento obrero resulta piedra angular debido
a su naturaleza de lucha, éste ha sido tocado por autores como Turane (2006) el cual
refiere:
A su vez los estudios de Dunlop dieron pie a generar principios generales del subsistema de
relaciones industriales, para Antúnez estos principios se pueden resumir en cuatro puntos
referidos: 1) los actores, 2) sus contextos de actuación, 3) sus funciones en la elaboración
de reglas y 4) la ideología del sistema como valores compartidos.
Es en este punto en donde nos interesa explorar la obra de Dunlop en específico; pues a
diferencia de otras teorías, consideramos que pone al actor en un importante plano de
análisis, uno distinto, bajo la noción de sistema. Si bien la noción de sistema es una noción
que podría verse rebasada ahora por la noción de red actualmente se ha manejado el
concepto de redes Tecno económicas capaces de vincular no solo sujetos si no instrumentos
y sujetos,5 una visión quizás demasiado avanzada para el tiempo de la teoría de Dunlop, por
4
“Precisamente Parsons es crítico con la idea de autorregulación y equilibrio implícito que hay en la teoría
liberal, según la cual si los individuos se limitan a actuar naturalmente serán racionales y la sociedad será
automáticamente estable y se satisfarán las necesidades individuales ” (Antunez, 2003; 187)
5
“Las redes Tecno económicas son compuestas, mezclan humanos y no humanos (dispositivos técnicos,
electrones, anticuerpos monoclonales...), toda suerte de inscripciones y dinero en todas sus formas. Su
otro lado el análisis de la obra de Dunlop nos permite referir ahora a los actores y su papel
dentro del sistema, a nuestra consideración puede dar pie a debatir elementos teóricos
importantes para reabrir la noción de sujeto, dentro de esta multiplicidad de niveles de
análisis de los contextos en los que se encuentra inmerso el actor.
Buena parte de las limitaciones que se han encontrado al modelo de Dunlop tienen que ver
básicamente con tres ejes: el primero de ellos es la abstracción que se hace de las relaciones
industriales, el segundo es la visión americanizada de una realidad que no es compatible
con otras realidades en el continente y en el mundo, tercero una falta de perspectiva
histórica en el análisis de los sujetos. Los autores que han estudiado a Dunlop como García
(2005), señalan:
dinámica no se comprende sino relacionándola con la operación de traducción que inscribe la inter definición
de los actores
en los intermediarios que son puestos en circulación. El conocimiento de estas redes pasa por la "lectura" de
estas inscripciones. Además, la operación de traducción está ella misma regulada por convenciones más o
menos locales, siempre revisables.”
Por otro lado, otros autores continúan bajo la misma mirada al destacar las implicaciones y
dificultades que tendría el modelo de Dunlop al aplicarse en momentos de ruptura histórica:
“es muy difícil imaginar cómo podría aplicarse el modelo de Dunlop a los
momentos de ruptura histórica (fase revolucionaria, guerras), a las sociedades
en vías de desarrollo o a las que están atravesando por graves contradicciones
antagónicas…Dunlop supone que empresarios y trabajadores disfrutan de la
misma situación de partida y, aunque reconoce que tienen intereses distintos,
cree que la presión que ejercen puede inclinar la balanza a favor de uno u otro.
El estado interviene desde afuera” (Pino, 2003; 109)
Sin duda este debate genera ruido porque trastoca la acción que pueden llegar a tener los
sujetos en el modelo de Dunlop; en primera instancia, no se reconoce el horizonte histórico
de la clase obrera, la cual es producto de continuas luchas en la puja de la lucha de clases
sociales, por otro lado, coincidimos con Pino (2003) en que los actores involucrados no se
encuentran en igualdad de circunstancias. Sin embargo, es importante admitir que Dunlop
reconoce que tanto obreros como organizaciones y empresarios junto con organizaciones
gubernamentales tienen una organización jerárquica no sólo entre ellos:
La teoría de Dunlop regresaría con fuerza durante la década de los 90; a través de los
estudios del equipo MIT de Massachusetts, el cual aborda para la sociedad norteamericana
un estudio que muestra la teoría de un log en ciertos rasgos pero aplicando ahora nuevos
conceptos entre ellos las estrategias de los actores empresariales. Dicha investigación en la
cual participaron también investigadores de Europa resaltó lo siguiente:
“el modelo MIT hace hincapié en la importancia de la influencia restrictiva ejercida por las
estructuras establecidas (los mecanismos institucionales, incluidos los órganos y normas
laborales), que limitan la libertad de acción individual de las empresas y de los demás
actores en el campo de las relaciones de trabajo. (Pino, 2003;106)
“Concluyen, en consecuencia, que no hay una sola salida (la del mercado) sino
múltiples caminos, por lo cual los actores deben establecer estrategias viables y
propositivas que impidan que la sociedad sea destruida por el mercado.” (Pino,
2003; 106)
Sin duda la crítica y el reconocimiento de un inexistente pleno empleo del mercado, hace
que el estudio de MIT sea interesante, por las implicaciones que ello conlleva. Por otro
lado, como resultado de la investigación se abrió el debate para investigar un concepto
explorado por Dunlop y referente a las opciones estratégicas.
Cabe destacar que en años recientes John Womack en el año 2007 arrojó un libro titulado:
“Posición estratégica y fuerza obrera hacia una nueva historia de los movimientos obreros”.
Sin duda Womack es un importante referente para los nuevos estudios en torno a la clase
obrera.
Es a través de una crítica bastante dura que realiza a los estudios de las relaciones laborales
que llega a la conclusión de que es importante concebir la ingeniería de la producción
social, su mecánica, su fuerza y sus movimientos. Womack reconoce el poco avance que se
ha tenido en estudios sobre relaciones laborales en el marco de los estudios hacia la clase
obrera trabajadora y lo retrata de la siguiente forma:
“Los panoramas históricos del trabajo moderno, * utilice que sean, hablan en
general de mercados de trabajo, convenciones sociales, ocupaciones,
condiciones laborales, regulaciones y emociones, no acerca de las variaciones
en los sistemas industriales…no hablan de la fuerza de trabajo coordinada para
la producción, sino de la experiencia individual, personal; no tratan del trabajo
sino de cómo se siente alguien en el trabajo”. (Womack 2007:30)
Las reflexiones del autor nos parecen muy interesantes debido a que plantea una serie de
interrogantes que nos parecen muy afortunadas para el contexto del sujeto obrero, entre
ellas podemos mencionar las siguientes; citando hago Womack:
“porque los movimientos obreros rara vez han seguido reglas democráticas porque los
sistemas industriales siempre han sido discontinuos formados por divisiones y conexiones
técnicas, por articulaciones, vínculos y uniones?, ¿cómo y dónde ha cambiado la inevitable
desigualdad técnica en el trabajo? (Womack, 41;2007)
Los resultados de sus investigaciones para el caso de los obreros en Veracruz, así como la
geografía de las disputas industriales de México de 1900 a 1950 arrojaron que los
trabajadores industrial y técnicamente estratégicos llegaron a realizar movimientos obreros
muy importantes. Por otro lado, a lo largo del texto juega con el concepto de estrategia,
colocándolo en diversas dimensiones: por un lado, la posición estratégica de los sindicatos
en ciertos ramos y por el otro en términos de la acción industrial estratégica, sobre este
último indica que si bien la idea de las posiciones estratégicas no resuelven y facilitan el
estudio de la historia obrera industrial, para su caso de estudio sí hace más convincente y
útil la explicación de la historia.
Sin duda alguna el concepto de posición estratégica, a partir de los estudios de Dunlop nos
lleva a reflexionar sobre la pertinencia de colocar análisis de diferentes niveles para el
estudio de las relaciones industriales, yendo más allá de estudios de caso; sino buscando
vincular dichas posiciones estratégicas a la lógica del capital y de las multinacionales en las
cadenas de valor global. En cuanto al estudio de los sujetos no cabe duda de que resulta
bastante útil en la complejidad bajo la cual se desenvuelven los estudios laborales y las
relaciones industriales.
Otra de las teorías que se han encargado de revisar críticamente la teoría de sistemas de
Dunlop es la “teoría de la acción orientada”. Antúnez (2003) las define como:
Sin duda alguna la definición de estrategia es uno de los puntos clave en el análisis del
concepto de posición estratégica y los alcances que pueda llegar a tener. También es
importante destacar que buena parte de este concepto ha sido trasladado a discursos de
gerencia empresarial y liderazgo, invisibilizando el papel de ciertos actores clave en el
proceso de trabajo como lo son los obreros. Sin embargo, el concepto de estrategia que nos
interesa a nosotros poder desarrollar es aquel que pueda generar una reflexión en torno a los
sujetos de estudio y por otro lado un concepto que sea objeto de explicación de la realidad
en los sistemas y relaciones laborales industriales.
Uno de los conceptos de estrategia más citados el de Alfred Chandler (1918- 2007) quién
en palabras de Womack (2007) “popularizó la palabra estratégico y estrategia más que
nunca entre los empresarios estadounidenses”, dando lugar al concepto de estrategia
corporativa utilizada en discursos y estudios sobre planeación estratégica. Para Chandler
citado por pino la estrategia es definida de la siguiente forma:
“la estrategia puede definirse no sólo como la determinación de las metas básicas y
objetivos a largo plazo de una empresa, sino como la adopción de cursos de acción y la
asignación de recursos necesarios para llevar a cabo estas metas”. (Chandler, 1987, 13) .
para pino la tesis de Chandler es que la Asunción de estrategia supone cambios en las
estructuras de la empresa, de la misma forma una estructura compleja el resultado de la
cadena miento de varias estrategias básicas. Para autores como Sierra (2013) contextualizan
el concepto en termino de como usualmente se utiliza en el campo de la administración:
“El énfasis de Chandler en cuanto al largo plazo hace presumir que una
organización no se hace de un día para otro, y que se requiere de mucho tiempo
y de la aplicación de recursos suficientes para alcanzar la madurez. El uso de
recursos no se limita exclusivamente a los financieros, también se incluyen los
logísticos y humanos. Los procesos de capacitación en las organizaciones deben
ir encaminados a la cualificación por competencias de su recurso humano con el
fin de establecer ventajas competitivas con relación a la competencia” (Sierra,
2013;61)
Consideramos sumamente importante trabajar sobre el concepto de estrategia, para poder
dar contenido categorial propio al concepto evitando que se confunda con connotaciones
de campos administrativos estrictamente. La complejidad de los espacios industriales y el
estudio de sus sujetos nos tiene que llevar a una nueva adaptación del concepto en dichos
términos.
Reflexiones finales.
1. Acerca de la importancia de los estudios de Dunlop: podemos concluir sin duda que
a pesar del contexto en el cual se desenvuelven los estudios de Dunlop (los cuales se
refieren al ámbito americano y bajo una noción de cierto equilibrio) generan un
espacio de posibilidades de estudio en el campo de las relaciones laborales lo cual
incluye a los sujetos y sus múltiples relaciones en el ámbito del trabajo industrial.
2. Sobre sujetos: es muy importante poder colocar a los sujetos no en una dimensión
única; sino por el contrario bajo una concepción multidimensional, para de esa manera
poder observar sus capacidades de praxis desde diferentes determinaciones. Por lo cual
los estudios de Dunlop y sus posteriores aplicaciones nos han permitido reflexionar
sobre el papel del sujeto obrero en esas múltiples determinaciones en el espacio de las
relaciones laborales de los centros industriales.
3. Las opciones estratégicas: coincidimos con Womack en que si bien la visión de
opciones estratégicas no vuelve más sencilla la investigación acerca de las relaciones
laborales y de los sujetos obreros; sí aporta una interesante complejidad que vale la pena
poner sobre la mesa.
4. La aplicación que tienen las teorías derivadas de Dunlop, así como la teoría de
opciones estratégicas puede brindar frutos muy interesantes si se abordan en contextos
como los latinoamericanos, no con la finalidad de copiar tal cual las aplicaciones de los
modelos; sino más bien para reflexionar y poner en evidencia la complejidad de las
relaciones sociales implícitas y del peso de los actores los cuales difieren con respecto a
otros países avanzados.
5. Acerca del conflicto: es importante destacar que la mayoría de los puntos de análisis
tanto teóricos, así como de escuelas de pensamiento, parten de la idea de pensar en el
conflicto que se da entre obreros y empresarios, es decir; el conflicto en las relaciones
sociales capitalistas. Si bien estos análisis en su mayoría se han dado bajo reflexiones
sociológicas norteamericanas, consideramos que es imprescindible para los estudios
laborales en América Latina incluir el papel que tiene el conflicto en el análisis y
reflexionar en torno a los estudios de trabajo. Ello nos recuerda lo visto en el curso, con
respecto a la crítica que realiza De la Garza (1992) al papel tradicional de los estudios
obreros, al señalar el estilo crónico de dichas investigaciones, el cual lo define como:
Bibliografía:
"Michel Callon (2001) Redes tecno económicas e irreversibilidad. Redes 8(17) pp, 84-
12"
De la Garza Toledo, E. (2007). Los estudios laborales en América Latina al inicio del
siglo XXI. Sociología del Trabajo, (61).
Giménez, Gilberto (1997) Materiales para una teoría de las identidades sociales.
Frontera Norte 9(18). 9 - 30"