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Emmanuel Kant se ha destacado por ser uno de los filósofos de mayor trascendencia a
la hora de hablar de moral y máxime de una moral sustentada en preceptos y
conceptos que la determinen por su naturaleza o por lo que es en sí misma, por ello se
hace importante indagar y desde lo que analiza McIntyre al preguntarse “ cuál debe
ser el carácter de nuestros conceptos y preceptos morales para que la moralidad sea
posible tal como es”[CITATION McI91 \p 198 \l 9226 ] Planteamiento que se va a desarrollar
tomando como referencia la obra de Kant, fundamentación metafísica de las
costumbres y en donde como el mismo señala se centrara en el transito del
conocimiento moral común de la razón al filosófico y el tránsito de la filosofía moral
popular a una metafísica de las costumbres.
Para entender el transito del conocimiento moral común de la razón al filosófico, Kant
parte del concepto de buena voluntad, no es suficiente tener voluntad, ni tampoco una
voluntad buena, así por ejemplo, se puede tener la voluntad de hacer una obra de
caridad, pero lo que mueve mi voluntad hacia ello, sólo puede ser por una inclinación
hacia el gusto que tengo por hacer obras de caridad ,y así alcanzar un fin, ya sea
egoísta o por alcanzar honor, mas no por cumplir un deber que debiera estar implícito a
la hora de mover a la voluntad hacia esa acción como un cumplimiento de su deber :
“La buena voluntad no es tal por lo que produzca o logre, ni por su idoneidad para
conseguir un fin propuesto, siendo su querer lo único que la hace buena de suyo y
considerada por sí misma, resulta sin comparación alguna mucho más estimable que
todo cuanto merced a ella pudiera verse materializado en favor de una inclinación e
incluso, si se quiere del compendio de todas ellas” [CITATION KAN \p 81 \l 9226 ]. McIntyre
establece ese querer cuando afirma: “el único móvil de la buena voluntad es el
cumplimiento de su deber por amor al cumplimiento de su deber” [CITATION McI91 \p 187 \l
9226 ]
La razón nos ha sido asignada como capacidad práctica, esto es como una
capacidad que debe tener influjo sobre la voluntad, entonces el auténtico
destino de la razón tiene que consistir en generar una voluntad buena en sí
misma y no como un medio con respecto a uno u otro propósito, algo para lo
cual era absolutamente necesaria la razón, y es que la naturaleza ha
procedido teológicamente al distribuir sus disposiciones por doquier [CITATION
KAN \p 84 \l 9226 ].
Es así que la buena voluntad, debe estar contenida, para que sea reconocida en sí
misma, en el concepto de deber y así la conducta de quien actúa cobra un valor moral
de lo contrario descansa sólo en el plano de las inclinaciones: “ lo que debemos hacer
es elegir entre nuestra inclinación y nuestro deber” [CITATION KAN \p 88 \l 9226 ] . Si aquello
que se ha deseado por la mera inclinación, por un lado, merece tenerla en alta estima,
es carente de contenido moral, por ejemplo, el acto caritativo que se realiza por
alcanzar un “honor” o “vanidad”, pero si se realiza por el deber que en ella está
contenido, si puede ser considerada como un valor moral en cuanto determina la
voluntad. Por otro lado,
Una acción por deber tiene su valor moral no en el propósito que debe ser
alcanzado gracias a ella, sino en la máxima que decidió tal acción, por lo
tanto no depende de la realidad del objeto de la acción sino simplemente del
principio del querer según el cual ha sucedido tal acción, sin atender a sujeto
alguno de la capacidad desiderativa[CITATION KAN \p "91, 92" \l 9226 ].
De lo anterior se desprende, que el valor moral de las acciones que se realizan por
deber residen en el principio de voluntad: “tendrá que verse determinada por el principio
formal del querer en general, si una acción tiene lugar por deber, puesto que se la
sustraído todo principio material”[CITATION KAN \p 91 \l 9226 ].
Ahora, la voluntad no siempre se ajusta a la razón, y desde este punto de vista las
acciones que son objetivas supone que la voluntad debe determinarse con arreglo a
una leyes objetivas, lo que supone un imperativo: “De ahí que los imperativos sean tan
sólo fórmulas para expresar la relación de leyes objetivas del querer en general con la
imperfección subjetiva de la voluntad de este a aquel ser racional, v. g. de la voluntad
humana”[CITATION KAN \p 114 \l 9226 ] . El imperativo categórico establece que la acción es
buena en sí, si es conforme a una voluntad y se adecua con la razón: “el imperativo
categórico no se ve limitado por condición alguna, y al ser absolutamente necesario,
desde un punto de vista práctico, puede ser llamado con entera propiedad un
mandato”[CITATION KAN \p 118 \l 9226 ]. Esto ya connota un debes hacerlo: “Una versión
del imperativo categórico kantiano, aparece, por cierto, en expresiones morales
comunes de nuestra sociedad: "Debes hacerlo." "¿Por qué?" No hay un motivo.
Simplemente debes hacerlo.” [CITATION McI91 \p 189 \l 9226 ] . El mismo Kant establece que
el imperativo categórico se expresa como una ley, por ello se establece como la
máxima de ser conforme con la ley:
Bibliografía