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ISBN 978-987-42-1945-9
1. Didáctica. 2. Ciencias Sociales y Humanidades. 3. Historia. I. Jara, Miguel Angel, comp.
II. Funes, Graciela, comp. III. Título.
CDD 301.007
1º edición, 201 6
© 201 6: Jara, Migu el Ángel y Funes, Alicia Graciela
Impreso en Argentina
Hecho el depósito que establece la ley 11.723
Capítulo 1
Documentos curriculares: los programas
como herramientas compartidas
Susana BARCO
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El término “currículo” ha sido aceptado por la Real Academia, su plural es currículos y preferimos esta
versión ya que curriculum es un término latino cuyo plural es curricula: las concordancias de género y
número son diferentes al castellano. Al efectuar citas de autores que manejan la nomenclatura latina, las
mismas serán respetadas -tal como ocurre en la definición siguiente-.
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Capítulo 1. Documentos curriculares: los programas como herramientas compartidas ... Susana BARCO
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PLAN DE ESTUDIOS “Documento curricular en el que se seleccionan y organizan, con unidad y
coherencia, las materias (o asignaturas o disciplinas) con sus contenidos mínimos y los formatos que le
son propios (seminarios, talleres, asignaturas etc.), experiencias (pasantías, trabajos de campo tesis, etc.)
que garantizan una formación académica y/o profesional necesaria para alcanzar la titulación en un área
de conocimientos. Incluye, además, requisitos de ingreso para el cursado de la carrera, tipo de título a
otorgar, incumbencias del mismo, regímenes de cursado y correlatividades entre asignaturas. En la
últimas dos décadas se incluye una fundamentación de la carrera y los objetivos que la presiden en su
organización y alcances, como así también el perfil de egresado que se espera plasmar”. (Barco, 2005, p.
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Durante mucho tiempo, el estudiantado hizo uso del programa para consultar
datos bibliográficos o lo empleó al momento de rendir examen. No obstante,
actualmente el uso del programa en el momento del examen, se sostiene en
pocos casos. Al docente, en el momento del examen, se le proporciona el
acta de examen para consignar las notas, pero ya no se le entrega el
programa aprobado a comienzos de año por la institución, como fuera
costumbre otrora. ¿A qué se debe la caída en desuso de este documento?,
¿Es atrevido conjeturar que no se lo usa porque no es útil ni para el docente
ni para el estudiantado?
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Los currículos adoptan formas diversas que dependen, entre otros factores,
de decisiones epistemológicas respecto de la índole de los contenidos que se
seleccionen, de decisiones de política curricular enmarcadas en políticas
educativas que determinan qué conocimientos y saberes se enseñarán en un
tramo de escolaridad determinada, teniendo en cuenta qué egresado se busca
formar; de decisiones didácticas que, contemplando las anteriores, busquen
la forma más apropiada para su presentación, atendiendo a la tarea del
docente y las condiciones que permitan la apropiación del contenido por
parte del estudiante, así como de formas de trabajo -con las herramientas y
dispositivos pertinentes- que reduzcan la clásica separación entre teoría y
práctica. Recién entonces y de acuerdo con su índole, se busca el formato
apropiado. Y esto se vuelca en diversos documentos curriculares siendo los
programas los confeccionados por los docentes, que tienen un cierto margen
de libertad para la selección de los mismos, así como de los medios y
recursos de que se valdrán para mediar en la relación estudiante-contenido.
El documento curricular que nos ocupa -el programa- está sometido a una
doble tensión: por un lado, la que ejerce la perspectiva determinista que
concibe al programa como algo acabado al que tienen que ajustarse los/as
docentes, cuestión que puede sugerir una paulatina distorsión y degradación
del mismo en las prácticas curriculares; por el otro, aquella perspectiva que
lo ve como un punto de partida para una construcción en proceso, como
fuente de maleabilidad adaptativa de la propuesta inicial a las condiciones
complejas y cambiantes de la realidad. La primera opción determina la
cosificación del documento, en tanto que en la segunda, acorde con lo que
plantea Stenhouse (1984), el programa se convierte en una hipótesis de
trabajo. Es desde esta perspectiva que se lo puede entender como
herramienta de trabajo para estudiantes y docentes. Los programas, que se
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Para ampliar el concepto puede leerse a Díaz Barriga, A. & Inclán Espinosa, C. (2001). El docente en
las reformas educativas: sujeto o ejecutor de proyectos ajenos . OEI- Publicaciones. Revista
Iberoamericana de Educación. N° 25. Enero-Abril
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Hasta aquí, pareciera que los contenidos de las materias, derivados de las
disciplinas escolares, fueran los componentes exclusivos a considerar en la
elaboración del programa. Sin embargo, volviendo sobre el concepto de
disciplina escolar, se advierte que la selección de contenidos se efectúa de
acuerdo con las posibilidades del estudiantado de una edad determinada y en
una situación real y concreta. El o la docente, interviniendo entre el
contenido y los sujetos, ha de buscar los medios apropiados para efectuar la
mediación que permite que la tríada docente- contenido-estudiante, es decir,
los tres componentes, operen con igual peso.
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Incluye, además, requisitos de ingreso para el cursado de la carrera, tipo de título a otorgar,
incumbencias del mismo, regímenes de cursado y correlatividades entre asignaturas. En la últimas dos
décadas se incluye una fundamentación de la carrera y los objetivos que la presiden en su organización y
alcances, como así también el perfil de egresado que se espera plasmar (Barco, 2005).
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Nótese que se trata de un documento curricular, no de la totalidad del currículo. Este involucra las
prácticas curriculares que tienen lugar en referencia u omisión de lo planteado en el aspecto documental.
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Actualmente se diferencian en los programas los contenidos actitudinales, procedimentales y
conceptuales, distinción en la que la autora de este trabajo no concuerda, básicament e atendiendo a la
molaridad de la conducta.
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aprendizaje. Para que el programa pueda ser empleado tal como se plantea,
su organización no puede responder, exclusivamente, a la lógica del campo
disciplinar al que pertenecen sus contenidos, sino que debe contemplar las
características del estudiante, sus modos de aprender.
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2. PROPÓSITOS
Desde los años ´70 los objetivos se incluyen en los programas. Bajo distintas
denominaciones y características peculiares, que van desde la distinción
entre generales y específicos a la redacción de objetivos operacionales o los
que diferencian entre conceptuales, actitudinales y procedimentales, se ha
desplegado una amplia gama de formas de redacción. Pero el sustento básico
se lo ha buscado-la mayoría de las veces- en el conductismo y el paradigma
proceso-producto y han expresado conductas observables. Para muchos
cumplen la función de anticipar las comprobaciones a efectuar, ya que las
pruebas incluirán las conductas anticipadas en los objetivos, sobre todo en el
caso de los operacionales. El hecho de no compartir estas concepciones, no
invalida la función que, desde otra perspectiva, se asigna a los objetivos en
sí y al papel importante que juegan. Al considerar que la conducta humana
es siempre motivada y finalista -sean los motivos conscientes o no- y si no se
quiere que el estudiantado sea un simple repetidor obediente de lo que el
docente enseña, es necesario informarlo a cerca del “para qué” aprende algo.
Por eso se propone sustituir los objetivos generales del programa por
propósitos que indican la direccionalidad de los aprendizajes y
para qué se realizan. Ej: -Analizar diseños de carreras universitarias a fin
de determinar los códigos curriculares subyacentes y su relación con el tipo
de egresado esperado.
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Capítulo 1. Documentos curriculares: los programas como herramientas compartidas ... Susana BARCO
3. UNIDADES DIDÁCTICAS
Como se ha dicho, tradicionalmente los programas se dividieron en
“bolillas”, constituidas por meros títulos de temas sin enlaces entre ellos, que
estaban sujetas a una secuencia lineal progresiva. A las “bolillas”,
fragmentadoras de los contenidos, se propone sustituirlas por unidades
didácticas. Las mismas no son una creación reciente: desde Herbart, F.
quien se opuso a la parcelación de los contenidos de enseñanza a las
múltiples formas propuestas en el siglo XX por Decroly, O.; Dewey, J.,
Kilpatrick, W. H; Morrison, H.C. a Bruner, J., la tradición pedagógica
recoge los aportes de múltiples autores que han propuesto modalidades de
globalización de los contenidos de la enseñanza. Una unidad didáctica es
una forma de estructurar los contenidos de un programa en torno a un tópico
o concepto central, (eje o idea básica) que organiza los distintos temas
que abarca la unidad, vinculándolos entre sí, de modo que puedan advertirse
las relaciones entre ellos. Esta forma de organización permite al estudiante
captar de un modo global la problemática que abarca la unidad, hacerse una
idea de la temática, posibilitando la relación con conocimientos y saberes
que ya posee. La idea básica cumple también funciones similares a los
organizadores previos planteados por Ausubel (1976) que vinculan la
información nueva con los aprendizajes anteriores. De forma sintética,
estimulando la transferencia de lo conocido, son un puente, un vínculo entre
la nueva información con la que ya se conoce o se sabe. Al mismo tiempo,
presentan la nueva problemática, destacando los nuevos conceptos
permitiendo una visión global. Como se verá, su presentación puede afectar
distintas formas.
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Las unidades que componen un programa no son partes aisladas del mismo:
se articulan entre sí, a veces se secuencian linealmente, otras
espiraladamente, y se organizan a partir del eje del programa, permitiendo su
despliegue. En esta propuesta se inician con una redacción similar a la de los
organizadores previos (Ausubel, 1976) que son materiales en prosa o
representaciones gráficas que se presentan antes de la clase, unidad, curso o
material de lectura, con el propósito de crear en los estudiantes una
estructura de conocimiento que permita la asimilación de información nueva,
es una ayuda para que el estudiante cree un vínculo entre su conocimiento
previo y la información que recibe. El organizador previo se caracteriza por:
Estar escrito en prosa, ser breve y abstracto.
Ser un puente, un vínculo entre la nueva información y la que ya se
conoce o se sabe.
Ser un material introductorio de una nueva unidad o curso.
Ofrecer a los estudiantes una estructura de la nueva información.
Estimular a los estudiantes a transferir y/o aplicar lo que ya
conocen.
Organizar la información que se va a presentar posteriormente,
resumiendo, organizando y secuenciando los puntos, ideas o
aspectos principales, de una manera lógica.
Las formas de redacción de los organizadores previos que se presentan a
continuación, no son las únicas, admiten combinaciones y son sólo
sugerencias entre muchas posibilidades.
a) PREGUNTAS E INTERROGANTES
b) PROBLEMAS
c) CUADROS O GRAFICOS
d) PROPOSICIONES
e) HIPOTESIS
f) MIXTAS
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a) PREGUNTAS E INTERROGANTES:
En realidad, es preferible la presentación de interrogantes, ya que las
preguntas convocan a una respuesta supuestamente ya determinada, que en
la mayoría de los casos no es sino una afirmación encerrada entre signos de
pregunta. Los interrogantes son más amplios y complejos, no tienen una sola
respuesta posible (la misma depende del enfoque elegido), puede combinar
para sus respuestas distintas conocimientos. Ej.: ¿Cómo podría resolverse el
problema de la contaminación de las aguas en localidades con industrias
que generan residuos contaminantes?
CONDICIONES PARA SU REDACCIÓN
Responder a los intereses reales de los/as estudiantes, más que cuestiones planteadas en la
bibliografía.
Que las preguntas no sean cerradas.
Que no se puedan responder con la mera lectura del texto, sino que impliquen relaciones a
estructurar.
Que no impliquen, simplemente, convertir una afirmación en interrogación.
DESVENTAJAS VENTAJAS
b) PROBLEMAS:
Es una enunciación que entraña una/s duda/s, cuya respuesta es desconocida,
pero que habitualmente puede ser hallada. Ej. La niñez constituye, para
algunos autores actuales, una etapa del desarrollo humano. Para otros es
una invención cultural y para un tercer grupo, un constructo histórico. ¿Qué
relevancia tiene para la escolarización y sus políticas, el discriminar o
combinar estas concepciones? ¿En qué afecta o no al niño el ser concebido
de una u otra manera? ¿Se refleja esto en las formas organizativas de la
escuela? ¿De qué manera?
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Presentar una buena descripción de la situación indicando los límites en que hay que
moverse.
Tener en cuenta, al redactar el problema, cuáles son los conocimientos previos que él o la
estudiante posee, a partir de los cuales podrá comprender lo planteado e iniciar la búsqueda
de conocimientos necesarios para su resolución.
Cerrar el problema con una pregunta, o si fuera necesario, con varias.
Si bien el problema debe entrañar pistas o direcciones a seguir para su resolución, de
modo alguno puede el enunciado contener la respuesta, porque en este caso sería un
acertijo. La redacción debe ser clara, precisa y contener elementos fundamentales y
necesarios.
DESVENTAJAS VENTAJAS
c) CUADROS O GRÁFICOS:
Los cuadros sinópticos, los gráficos sectoriales o de otro tipo, son otra de las
formas de presentación de una unidad, que generalmente no se dan en forma
pura para su desarrollo e interpretación. Pueden acompañarse de preguntas o
de una proposición Son formas particularmente aptas para algunas unidades
en matemática o estadística como así también para Castellano y Ciencias
Biológicas.
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d) EN FORMA DE PROPOSICIÓN:
La proposición es una afirmación que debe ser desarrollada
argumentativamente para comprender si lo que ella está afirmando, puede
ser sostenido. Esta forma puede ser empleada desde los grados altos de la
escuela primaria, siendo particularmente útil para estudios sociales. Puede
considerársela también como una forma preparatoria para el empleo de
hipótesis cuyo manejo se dará a partir del ingreso del estudiante en la etapa
del pensamiento hipotético–deductivo. Ej.: El currículo abarca aspectos
procesuales y prácticos, responde a líneas de política de distribución de la
cultura y está sujeto a múltiples determinaciones. Estas operan desde su
planteamiento hasta su puesta en práctica.
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f) MIXTAS
No es una forma en sí, sino que en función del grupo de los contenidos y la
metodología a emplear. Se eligen en una unidad dos formas que se combinen
para su redacción. Se pueden plantear: cuadros seguidos de preguntas,
problemas seguidos de hipótesis, etc.
Si bien es cierto que no se pueden establecer reglas, se puede en cambio
afirmar que no es conveniente que a lo largo de un programa se utilicen más
de tres formas distintas. Para efectuar la combinación de distintas formas,
habrá que tener en cuenta las condiciones de construcción de cada una de
ellas.
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6. BIBLIOGRAFÍA
Queda a criterio de cada docente el incluir bibliografía al pie de cada unidad,
así como el indicar qué textos resultan de lectura obligatoria. Lo que sí
constituye un requisito es la inclusión de la bibliografía general.
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