UNIVERSIDAD INDUSTRIAL DE SANTANDER

SEDE SOCORRO
NIVEL INTRODUCTORIO DE LAS INGENIERÍAS

Nuevas investigaciones indican que los adolescentes que beben

demasiado pueden perder hasta el 10 por
ciento de su capacidad cerebral:
la diferencia entre aprobar y suspender en la
escuela… y en la vida.

cada vez más

estúpido
Sara, una estudiante de último año de la escuela
superior, bebe con moderación, pero muchos de
sus amigas no lo hacen así. Durante una fiesta, un
compañero de clase se desmayé tras beber más
de 20 tragos de bebida fuerte y tuvo que ser
llevado urgentemente al hospital. Durante otra
fiesta, una amiga se enfermé y Sara le hizo beber
agua, ponerse un abrigo para mantener el calor y
acostarse en la cama, con un balde a su lado en el
piso. Después le aparté el cabello de la cara para
que no se e ensuciara con el vómito. “Lo único que
hacen es beber. Todas las fiestas tienen alcohol
dice Sara. (Los nombres en esta historia han sido
cambiados para proteger la privacidad).

LAS ESTADÍSTICAS MÁS RECIENTES DEL

REGISTRO norteamericano sobre el Abuso de
Drogas de la Administración de Servicios de Salud
Mental y Abuso de Sustancias Prohibidas indican
Wucthrich

que cerca de 7 millones de jóvenes entre 12 y 20

Bernice
Por

años beben hasta emborracharse al menos una

vez por mes. A pesar de que muchas
Fotografía

universidades han prohibido la bebida, Henry

Danielle
Levitt
s de

Wechsler, de la Escuela de Salud Pública de

Harvard, dice que dos de cada cinco estudiantes
DISCOVER EN ESPAÑOL ABRIL 2001
universitarios aún se embriagan
regularmente. Para un barón eso
significa tomarse cinco o más
tragos seguidos. Para una
muchacha, consumir cuatro tragos
en una sesión, al menos una vez
cada dos semanas. Pocos
adolescentes parecen preocuparse
mucho sobre los efectos del
alcohol en su cuerpo. No es
probable que la cirrosis hepática
los afecte hasta dentro de algunas
décadas y las enfermedades
cardiacas deben parecerles tan
remotas como el retiro, pero las
nuevas investigaciones sugieren
que estos jóvenes están jugando
con fuego. Debido a que el
desarrollo del cerebro continúa
hasta más allá de los 20 años, los
adolescentes que beben en exceso
pueden estar destruyendo una
buena parte de su capacidad
mental en forma más radical que
los bebedores viejos.
Los científicos saben que el
consumo excesivo de alcohol en
los adultos durante largos períodos
de tiempo puede producir daños
cerebrales que van desde una
ligera pérdida de la capacidad
motora hasta
Mientras más joven es el cerebro
psicosis e incluso la pérdida de
memoria, pero se conoce mucho
menos acerca del impacto del
alcohol en los cerebros jóvenes.
Hasta hace poco, se suponía que
un cerebro joven era más
resistente que un cerebro adulto y
que podría-escapar de las peores
enfermedades producidas por el
alcohol, pero algunos investi-
gadores han comenzado a poner
en duda esta suposición.
Los resultados preliminares de
varios estudios indican que
mientras más joven es el cerebro,
mayor es el riesgo. “El cerebro
adolescente es un sistema en
desarrollo y cuánto se le haga
puede producirle cambios’ dice
Scott Swartzwelder,
neuropsicólogo de la Uiiversidad
Duke y del Departamento de
Asuntos de Veteranos de EE.UU.
Los bebedores adolescentes
parecen ser más sensibles al daño
en el hipocampo, una estructura
situada en lo más profundo del
cerebro que es res-
Ponsable de numerosos tipos de
aprendizaje y memoria, y en la
corteza prefrontal, colocada detrás
de la frente y que constituye el jefe
en la toma de decisiones y de
razonamiento. Ambas áreas,
especialmente la corteza pre-
frontal, sufren cambios dramáticos
en la segunda década de vida.
Swartzwelder y su equipo han
estudiado cómo el alcohol afecta al
hipocampo, una parte vieja del
cerebro, desde el punto de vista
evolutivo, que es igual en las ratas
y en los seres humanos. Hace seis
años, cuando Swartzwelder publicó
su primer artículo donde sugería
que el alcohol hace más estragos
en el hipocampo de las ratas
adolescentes que en el de ratas
adultas, la gente no le creyó. A
partir de entonces su investigación
ha demostrado que el cerebro
adolescente se daña con más
facilidad en las estructuras que
regulan la adquisición y el alma-
cenamiento de la memoria.
El aprendizaje depende de la
comunicación entre las células
nerviosas (o neuronas) dentro del
hipocampo.
mayor es el riesgo
Para comunicarse, una neurona
lanza una señal eléctrica a través
del axón, una fibra simple que se
extiende a partir del centro de la
célula. En respuesta, el axón libera
mensajeros químicos, llamados
neurotransmisores, que se unen a
los receptores en las ramas
receptoras de las células vecinas.
En dependencia de los tipos de
neurotransmisores liberados, la
célula receptora entrará en acción
o quedará en reposo.
La formación de la memoria
requiere algo más que la simple
actividad o inhibición de las células
nerviosas. Debe existir algún
cambio físico en las neuronas del
hipocampo que constituya el
código de la nueva información.
Los científicos creen que este
cambio ocurre en las sinapsis, los
pequeños espacios entre neuronas
por los cuales - viajan los
neurotransmisores. La utilización
repetida de las sinapsis parece
aumentar su capacidad de
despertar a
las células con las que se
conectan. Los experimentos de
laboratorio con tejido cerebral
pueden inducir este proceso,
llamado potenciación a largo plazo.
Los investigadores suponen que
algo similar ocurre en el cerebro
vivo, aunque es imposible
observarlo directamente. En
esencia, si las reverberaciones
neurales repetitivas son lo bastante
fuertes, crean nuevos patrones de
circuitos sinápticos para codificar la
memoria, del mismo modo que un
niño que recite con frecuencia el
abecedario, se lo sabrá mejor.
La primera clave de
Swartzwelder acerca de la pertur-
bación que el alcohol causa en la
memoria de los adolescentes
surgió al estudiar el hipocampo de
las ratas. Él halló que el alcohol
bloquea la potenciación a largo
plazo en el tejido cerebral
adolescente, mucho más que en el
tejido adulto. Swartzwelder expuso
una explicación aceptable. La
potenciación a largo plazo, y por
ende la formación de la memoria,
descansan en gran parte en la
acción de un neurotransmisor
conocido como glutamato, el eje de
la excitación neural. El glutamato
fortalece la estimulación eléctrica
de la célula al unirse al receptor
NMDA. Si el receptor se bloquea,
lo mismo le ocurre a la
potenciación a largo plazo y, por
tanto, a la formación de memoria.
Swartzwelder halló que la expo-
sición al equivalente de sólo dos
cervezas inhibe los receptores
NMDA en el hipocampo de las
ratas adolescentes, mientras que
se requiere el doble para producir
el mismo efecto en las ratas
adultas. Estos hallazgos le llevaron
a sospechar que el consumo de
alcohol pudiera tener un gran
impacto en la capacidad de los
adolescentes para aprender. Por
eso preparó “arias pruebas de
comportamitln Fn.
Primero, el equipo de Zwartzwclder
dio alcohol a ratas adolescentes y
adultas y les hizo pruebas de
aprendizaje de laberintos.
Comparadas con las ratas adultas,
las adolescentes fallaron estrepi-
tosamente. Para saber si los mis-
mos resultados se producen en los
seres humanos,
 HISTORIA
HISTORIA ALCOHÓLICA:
ALCOHÓLICA: Primer trago: a los 14

Sofia, 18
Primer trago: a los 14 años. “Kahlua con
Jason, 19

años, en una fiesta con leche tibia para

jóvenes de 18. Hoy ayudarme a dormir”.
bebe de tres a cuatro Ahora bebe “una cada
veces por semana. dos semanas”.
MAYOR CANTIDAD MAYOR CANTIDAD
DE ALCOHOL DE ALCOHOL
CONSUMIDO: CONSUMIDO:
‘En la escuela “No estoy segura.
jugábamos a cerveza Bebo hasta que siento
por cerveza. Creo que un zumbido y dejo de
llegué hasta 17. Una tornar hasta que se me
noche, cuando tenía 15 quita.
años, bebí 14 tragos de Nunca he bebido hasta
varias cosas.” perder el control y ni
EFECTOS siquiera para sentir
POSTERIORES: “Me resaca”.
he sentido mal por la EFECTOS
bebida, pero nunca he POSTERIORES: ‘Soy
perdido el una estudiante muy
conocimiento. Mi vida consciente y no bebo
social afecta mi trabajo tanto como para
en la escuela, pero la afectar mi trabajo en la
bebida no” escuela’.
Stanley, 19

HISTORIA HISTORIA
ALCOHÓLICA: ALCOHÓLICA:
Primer trago: a los 13 Primer trago: a los 14,
Terry, 19

años robó vino de un en casa de un amigo.

estante de licores. Ahora bebe los fines
Bebe dos o tres veces de semana.
a la semana. MAYOR CANTIDAD
MAYOR CANTIDAD DE ALCOHOL
DE ALCOHOL CONSUMIDO:
CONSUMIDO: Dos cervezas y tres
Nueve tragos de tragos de bebida
bebida fuerte. fuerte.
EFECTOS EFECTOS
POSTERIORES: ‘Me POSTERIORES: “Me
he sentido mal muchas he sentido enfermo y
veces, pero siempre me desmayo después
recuerdo lo que hice. de una noche
Si percibiera que la bebiendo, no salgo de
bebida va afectar mi la cama hasta las 12 o
trabajo, dejaría de la 1 PM, por lo que no
beber’. soy capaz de hacer
mis tareas”.

El alcohol desencadena “una respuesta sedante más baja”
en los cerebros adolescentes, Nice Fulton Crews, director
del Centro de Estudios Alcohólicos de la U. de Carolina del
Norte. Como resultado los jóvenes “pueden tomar más y
dañar más su cerebro”.
Pensamos que la pérdida de memoria durante una
borrachera se debe a que el alcohol desconecta el
hipocampo, por lo que no se pueden formar nuevos
recuerdos”, dice el Psicólogo Aaron White (derecha), junto al
neuropsicólogo Scott Swartzwelder.
DISCOVER EN ESPAÑOL ABRIL 2001
Swartzwelder reclutó a un grupo de
voluntarios entre 21 y 29 años. No
pudo usar sujetos más jóvenes porque
las leyes prohíben las bebidas
alcohólicas antes de los 21 años.
Decidió dividir los voluntarios en dos
grupos: de 21 a 24 años y de 25 a 29.
“Yo no discuto si estos jóvenes son o
no adolescentes, pero incluso cerca de
los 20 años su cerebro aún se está
desarrollando” dice Swartzwelder.
Después de tres tragos, con un nivel
de alcohol en la sangre ligeramente
inferior al límite recomendado por las
autoridades del tránsito en Estados
Unidos (0,08 por ciento), el aprendizaje
del grupo más joven se deterioró un 25
por ciento más que el del grupo más
viejo.
Intrigado por estos resultados, Aaron
White, psicólogo biólogo de Duke y
colega de Swartzwelder, se propuso
descubrir el grado de vulnerabilidad del
cerebro adolescente a los daños a
largo plazo. Les dio a las ratas adultas
y adolescentes grandes dosis de
alcohol en días alternos durante 20
días, el equivalente al de un ser
humano de 68 kgs que se tomara 24
tragos seguidos. Veinte días después
de la última borrachera, cuando las
ratas adolescentes ya eran adultas,
White las entrenó en una prueba de
aprendizaje de laberintos, más o
menos similar al esfuerzo de memoria
que realiza un ser humano cuando
trata de recordar la ubicación de su
auto en un estacionamiento.
Tanto las ratas jóvenes como las
adultas se desempeñaron bien cuando
estaban sobrias; pero al emborrachar-
se, las que se habían embriagado
cuando eran adolescentes se
desempeñaron mucho peor. “La
exposición a la embriaguez alcohólica
en los adolescentes parece producir
cambios de larga duración en la
función cerebral” dice White, quien
sospecha que el daño temprano
causado por el alcohol podría resurgir
cada vez que el cerebro debe
esforzarse. También sospecha que el
receptor NMDA está involucrado, pues
del mismo modo que la presencia de
alcohol en el sistema lo inhibe, la
eliminación del alcohol lo sobre-
estimula, lo cual puede matar de
inmediato a la célula.
FOTOGRAFÍAS DE ANDREW HETHERINGTON
Durante el semestre otoñal del
pasado año, murieron 11
estudiantes universitarios por
causas relacionadas con el alcohol
(en la (Univ. de California en
Chico, en la Univ. Colgate en
Nueva York, en la Univ. Old
Dominion en Virginia, en la Univ.
de Michigan, en la Univ. Vincennes
de Kentucky, en la Univ.
Washington and Lee en Virginia y
en la Univ. Estatal de Washington).
Nadie sabe cuántos otros
estudiantes fueron llevados a las
salas de emergencia de los
hospitales por envenenamiento
con alcohol, pero en Duke 11
estudiantes las habían visitado en
las tres primeras semanas del
curso y en una sola noche de
fiesta fueron hospitalizados tres
estudiantes de la Universidad de
Tennessee.
LOS ESTUDIANTES QUE BEBEN
mucho a veces bromean diciendo
que están matando algunas células
cerebrales. Las nuevas investiga-
ciones sugieren que no es una
broma. Algunas de las evidencias
son anatómicas: Michael de Bellis,
del Centro Médico de la
Universidad de Pittsburg, utiliza
Los receptores hiperactivos
imágenes de resonancia
magnética para comparar el
hipocampo de sujetos de 14 a 21
años que habían abusado del
alcohol con los de otros que no lo
hicieron. Halló que mientras más
tiempo y con mayor intensidad ha
estado bebiendo una persona
joven, menor es el hipocampo. La
diferencia de tamaño entre
adolescentes saludables y Para precisar la causa, trató otro
bebedores fuertes era de un 10 por
ciento.
De Bellis especula que la
disminución puede deberse al
daño y muerte celular que ocurren
durante la resaca alcohólica. La
resaca es la forma que tiene el
cerebro de intentar volver a la
normalidad después de beber
durante mucho tiempo bebidas
fuertes. Puede dejar las manos
temblorosas, el clásico dolor de
cabeza, generar una ansiedad
intensa e incluso provocar
espasmos, cuando las neuronas,
que se habían acostumbrado a la
presencia del alcohol, tratan de
adaptarse a su ausencia. Como el
alcohol disminuye la transmisión
de señales nerviosas, en parte
impidiendo al glutamato activar a
los receptores NMDA, las células
nerviosas reaccionan aumentando
el número y la sensibilidad de esos
receptores. Cuando uno para de
beber, el cerebro se ve de pronto
inundando de receptores
hiperactivos.
Mark Prendergast, neuro-
científico de la Universidad de
Kentucky, reveló recientemente
una forma mediante la cual estos
receptores hiperactivos matan las
células cerebrales. Primero expuso
rodajas de hipocampo de ratas al
alcohol durante diez días y, a
continuación, eliminó el alcohol.
Después de esto, tiñó el tejido con
un colorante fluorescente que
iluminaba las células muertas y las
moribundas. Cuando se expusie-
ron a una concentración de alcohol
de cerca de 0,08 por ciento, las
células muertas aumentaron en un
25 por ciento por encima de la cifra
inicial. Al hacer las concentra-
ciones dos o tres veces mayores,
el número de células muertas
aumentó en un 100 por ciento
sobre la cifra inicial.
pueden causar la muerte celular
Prendergast dice que el tejido
cerebral más joven es mucho más
sensible. El tejido preadolescente
sufrió cuatro a cinco veces más
muertes de células cerebrales que
el tejido adulto. En todos los casos,
la mayoría de las muertes
ocurrieron en las células del
hipocampo que estaban
atiborradas de receptores NMDA.
grupo de rodajas cerebrales con la
droga MK-801, que bloquea los
receptores NMDA. Razonó que si a
sobreexcitación durante la resaca
era la razón de la muerte celular, al
bloquear los receptores disminuiría
la masacre. Ocurrió así, alrededor
de un 75 por ciento.
Ahora Prendergast está
analizando el por qué los
receptores son tan letales.
Mediante el rastreo de calcio
radiactivo, halló que los receptores
sobreexcitados abren las
compuertas que permiten al calcio
inundar las células.
Un exceso de calcio puede poner
en funcionamiento los genes
suicidas que producen el
rompimiento de la membrana de
las neuronas. Eso fue lo que
Prendergast observó durante la
resaca: los receptores hiperactivos
se abrieron y la entrada del calcio
se convirtió en una furiosa
inundación. Prendergast dice que
de cuatro a cinco tragos pueden
causar una resaca ligera y, de
acuerdo con los informes
existentes, el 44 por ciento de los
estudiantes universitarios se
embriagan de esa forma.
Chuck tenía 15 años la primera vez
que se embriagó. Seis años
después, celebrando su 21
cumpleaños, bebió rápidamente
cuatro tragos de vodka en su
dormitorio. A continuación, él y sus
amigos manejaron en una noche
nevada hasta un bar donde se
celebraba una fiesta de
estudiantes, donde consumió otros
16 tragos. Posteriormente, los
amigos de Chuck le contaron lo
que ocurrió el resto de la noche.
Bailó dentro de una jaula, dio
vueltas en el piso y terminó en el
estacionamiento cargando a un
amigo sobre su espalda. A mitad
del camino de regreso a casa, salió
del auto dando traspiés y vomitó.
Un amigo tuvo que llevarlo
cargado hasta la casa, por
caminos congelados, a las 2 AlvI.
“No recuerdo nada de eso’: dice
Chuck, pero si recuerda la resaca
que sufrió durante dos días,
mientras su cerebro y su cuerpo se
libraban de la borrachera.
Estudios recientes en seres
humanos respaldan una conclusión
que Prendergast extrajo de sus
experimentes moleculares: el
mayor daño cerebral ocurre
durante la eliminación del alcohol.
En la Universidad de California en
San Diego y en el Sistema de
Cuidados de Salud de San Diego,
Sandra Brown, Susan Tapert y
Gregory Brown han estado
siguiendo a adolescentes
dependientes del alcohol durante
ocho años. Numerosas pruebas
demuestran que los bebedores
problemáticos obtienen resultados
más pobres en las pruebas de
DISCOVER EN ESPAÑOL ABRIL 2001

conocimiento y aprendizaje que los
no bebedores. “Lo que mejor
predice los déficit neuropsico-
lógicos en los adolescentes son los
síntomas de la eliminación del
alcohol’ dice Sandra Brown.
Los psicólogos reclutaron a un
grupo de 33 adolescentes, de 13 y
16 años, todos bebedores fuertes.
Como promedio, cada uno había
consumido alcohol más de 750
veces, el equivalente a beber todos
los días durante dos años y medio.
Embriagarse era común: los
adolescentes bebían un promedio
de 8 tragos en cada sentada. Los
investigadores colocaron a los
bebedores junto a no bebedores
del mismo sexo, edad, cociente de
inteligencia, origen socioeconó-
mico e historia familiar de uso de
alcohol. Tres semanas después
que los bebedores tomaron su
último trago, todos respondieron un
cuestionario.
Los adolescentes con problemas
alcohólicos tuvieron más dificultad
para recordar la información, tanto
verbal como no verbal, que habían
aprendido hacia 20 minutos.
Palabras tales como manzana y
fútbol no les venían a la mente. La
diferencia de rendimiento
DISCOVER EN ESPAÑOL ABRIL 2001
Cindy, 19
fue de alrededor del 10 por ciento.
“No es un daño cerebral
importante, pero constituye la
diferencia entre aprobar
desaprobar’, dice Tapert. Otras
pruebas evaluaron las habilidades
necesarias para aprender mapas,
geometría o ciencia. De nuevo
ocurrió un 10 por ciento de
diferencia en el rendimiento.
“El estudio muestra que tan sólo
algunos años de uso fuerte del
alcohol en los adolescentes
pueden afectar sus funciones
cerebrales para el aprendizaje’
dice Sandia Brown. Ella mantiene
el seguimiento de estos
adolescentes hasta que cumplan
30 años, y algunos ya han llegado
a 21. “Los que continúan
consumiendo mucho alcohol están
desarrollando deficiencias en la
atención, además de pérdidas de
la memoria y dificultades en la
solución de problemas” dice
Brown. “En el pasado
consideramos al alcohol como una
droga más benigna. No está
incluido en la guerra contra las
drogas, pero este estudio
demuestra que la droga más
popular es también una droga muy
peligrosa”.
El equipo de investigación de
Brown está también utilizando
imágenes funcionales
HISTORIA ALCOHÓLICA:
Primer trago a los 14 años, en
una fiesta. “En a secundaria
bebía todos los fines de semana”
MAYOR CANTIDAD DE
ALCOHOL CONSUMIDO: Tres
tragos de vodka, cuatro de
rondas cócteles, un daiquirí de
fresa y una cerveza.
EFECTOS POSTERIORES: En
la secundaria siempre obtuve B y
A. No bebo mucho en la
universidad y tengo un promedio
de 5. Dedico más esfuerzo a mi
trabajo en la universidad porque
no salgo corriendo a las 6 de la
tarde para pasarme 6 horas
bebiendo”
de resonancia magnética para
comparar la función cerebral de
quienes abusan del alcohol. Los
y resultados iniciales muestran que
los cerebros de los jóvenes adultos
con historia de dependencia
alcohólica son menos activos que
los cerebros de los no bebedores
durante tareas que requieren el
funcionamiento de la memoria
espacial (comparable con la
prueba del laberinto que White
llevó a cabo en las ratas). Además,
los bebedores adolescentes
parecen mostrar mayores niveles
de actividad cerebral cuando se les
expone a estímulos relacionados
con el alcohol. Por ejemplo,
cuando los bebedores leen
palabras como “tequila” el nucleus
accumbens, una pequeña sección
del cerebro asociada con los
deseos, se ilumina.
El nucleus accumbens forma
parte integral del circuito cerebral
llamado del placer, que los
científicos creen que sufre una
remodelación importante durante la
adolescencia. Subyacente al
circuito del placer está el
neurotransmisor dopamina. El
sexo, los alimentos y muchas
drogas, incluyendo el alcohol,
pueden inducir la liberación de
dopamina,

la cual crea sensaciones de placer
y, a su vez, alienta la repetición del
comportamiento original. Durante
la adolescencia, el balance de
actividad de la doparnina se mueve
temporalmente del nucleus
accurnbens (el centro cerebral del
placer) hacia la corteza prefrontal.
Linda Spear, psicobióloga de
desarrollo de la Universidad
Binghamton de Nueva York,
especula que, como resultado de
este cambio del balance, los
adolescentes pudieran hallar las
drogas menos remuneradoras que
en etapas anteriores o posteriores
de la vida. Si las drogas producen
un efecto menor, se necesitarán
más para lograr el mismo efecto.
“En el caso del alcohol, esto
pudiera conducir a beber hasta
embriagarse”, dice ella.
DURANTE LA ADOLESCENCIA,
LA corteza prefrontal sufre más
cambios que cualquier otra parte
del cerebro. Alrededor de los 11 ó
12 años, sus neuronas se
ramifican enloquecidamente, sólo
para ser podadas en los años
siguientes. Todo este tumulto
persigue un buen fin. En el cerebro
adulto, la corteza prefrontal
Joe, 19
ejecuta los procesos
pensamiento que los adolescentes
luchan por realizar: la capacidad
de hacer planes anticipados, de
pensar en abstracto y de integrar la
información para tomar decisiones
acertadas. Actualmente existe
evidencia de que la corteza
prefrontal y sus áreas asociadas
están entre las más afectadas en
el cerebro de los adolescentes que
se embriagan. Fulton Crews,
director del Centro de Estudios del
Alcohol en la Universidad de
Carolina del Norte, en Chapel Hill,
ha estudiado los patrones de
muerte celular en el cerebro de
ratas adolescentes y adultas tras
cuatro días de beber. Mientras
ambos grupos mostraron daños en
las áreas posteriores del cerebro y
en el bulbo olfatorio frontal, sólo las
adolescentes sufrieron daño
cerebral en otras áreas frontales.
El daño juvenil fue severo. Se
extendía desde el bulbo olfatorio
hasta las partes interconectadas
del cerebro que procesan la
información sensorial y los
recuerdos para producir asocia-
ciones, tales como “este olor y la
vista de esa pared me dicen que
estoy en un lugar donde antes
HISTORIA
ALCOHÓLICA:
Primer trago a los 4
años, cuando tomó un
sorbo de la cerveza de
su padre y no le gustó.
Ahora bebe una vez
cada una o dos
semanas.
MAYOR CANTIDAD DE
ALCOHOL
CONSUMIDO:
Diez tragos mezclados.
EFECTOS
POSTERIORES: “He
vomitado en tres
ocasiones a causa del
alcohol. Es muy molesto.
Beber no afecta mi
trabajo en la escuela”.
del me tropecé con un enemigo” Las
regiones de muerte celular en el
experimento de las ratas
correspondían a la corteza
prefrontal humana y a partes del
sistema límbico.
El sistema límbico, que incluye
el hipocampo, sufre cambios a
través de la adolescencia. El
sistema límbico no sólo codifica la
memoria, sino también se moviliza
cuando una persona tiene hambre,
miedo o está disgustada. Ayuda al
cerebro a procesar los impulsos de
supervivencia. El sistema límbico y
la corteza prefrontal deben trabajar
coordinadamente para que una
persona pueda tomar decisiones
acertadas.
El daño colateral qu causa el
tener tantos adolescentes tomando
un trago tras otro puede Se!
incalculable. ‘Durante generacio-
nes, las personas hacia los 18 ó 19
años han estado bebiendo en
exceso. No somos una sociedad
de idiotas, pero tampoco somos
una Sociedad de Einsteins”, dice
Swartzwelder. “¿Qué ocurriría si
hubiéramos afectado nuestra
capacidad mental en un 7 o en un
10 por ciento y nunca hubiéramos
notado la diferencia?”.
DISCOVER EN ESPAÑOL ABRIL 2001
VIDA MODERNA

INVESTIGACIÓN

El cerebro tragado
Una antropóloga llevó el amor al laboratorio
para saber que pasa en el cerebro cuando
alguien siente el flechazo de cupido

¿CUÁLES SON LOS QUÍMICOS que producen

el sentimiento universal del amor? ¿Por qué los
amantes sienten euforia, pérdida del apetito y
falta de sueño? ¿Qué hace que la una persona
se le vuelva una obsesión su ser

querido? ¿Qué áreas del cerebro
se activan cuando alguien se
siente enamorado? Todos esos
interrogantes rondaban en la
mente de Helen Fisher en 1996.
Ese año, esta antropóloga de la
universidad de Rutgers decidió
arrebatar a los poetas el amor y
llevárselo a los científico.
El resultado de seis años de
investigación es el libro Why we
love, que acaba de publicarse en
Estados Unidos. En el trabajo la
científica pudo confirmar muchas
de las hipótesis que se planteó:
que la sensación de estar
enamorados está ligada a niveles
más altos de dopamina o
norepinefrina y que las áreas del
cerebro involucradas se conocen
como núcleo caudato y región
tegmental ventral donde se
produce la dopamina. En otras
palabras es el cerebro y no el
corazón el que se enamora y
cuando lo hace más que producir
emociones instala un sistema de
motivación para construir una
relación con otra persona.”Un
mecanismo poderoso para
enfocar toda la energía del
cortejo en una persona, un
milagro para pro-
ducir mas humanos”, dice Fisher.
Para llegar a esta conclusión,
Fisher invitó a 800 personas
“muy enamoradas”. Cada
participante fue conectado a un
escáner y se le fueron pasando
fotos de la persona amada
alternadas por fotografías
neutrales Mientras tanto el
aparato tomaba imágenes que
captaban las zonas de mayor
actividad cerebral por el aumento
de flujo de sangre en determi-
nada área. Este experimento se
complementó con un
cuestionario para ver si los
entrevistados coincidían con las Amor animal son dos sustancias que su
organismo expele cuando
sensaciones de enamoramiento. A LOS ANIMALES
tienen relaciones sexuales:
Las imágenes de los también los alcanzan los la oxitocina y la
dardos de Cupido. Esa vasopresina. Los científicos
escáneres concordaron con las experiencia la vive el sospechan que estos dos
respuestas Los que mejor campañol de la pradera, químicos les ayudan a fijar
puntuaron en el test del amor un roedor que sabe lo una imagen en el cerebro
romántico tenían mayor actividad que es el amor a de su pareja a partir del
primera vista. Cuando el olor ytal vez por ello se
en el núcleo caudato, parte del macho elige a una vuelven adictos a una sola
cerebro reptil y que controla el hembra para aparearse campañola. En experimen-
movimiento. También tiene que ya nunca más la tos, cuando los investiga-
ver con el sistema de abandona. Prefieren dores bloquean estos
estar juntos, consintién- químicos, los campañoles
recompensas, es decir, con el dose el uno al otro y se desorientan y comien-
deseo, el placer y la motivación. evitar tentaciones con zan a buscar amantes de
Otra de las áreas iluminadas es potenciales amantes. una noche.
el área tegmental ventral, centro Además son padres Estos roedores tienen en
muy afectuosos y su cerebro un sistema que
de producción y distribución de atentos. La clave para los re-
dopamina al resto del cerebro. este comportamiento
Mientras lo hace

compensa por reproducirse.
El regalo es la dopamina, otra
sustancia que provoca la
sensación de placer.
Después del coito se ha
encontrado que una ratoncita
de estas tiene un incremento
del 50 por ciento del nivel de
dopamina en su cerebro. Sin
este sistema es muy probable
que no se tomaran la
molestia de comer, beber o
conseguir una pareja.
se aumentan la energía, la
motivación para las
recompensas y los senti-
mientos de euforia. ”Por eso
los amantes hablan toda la
roche, escriben ‘e-mails’
extenso cruzan el
continente para encontrarse
con su amado por sólo un
fin de semana, cambian su
estilo de vida o de trabajo e
incluso mueren por el otro”,
dice la autora.
Fisher cree que en los
seres humanos el amor
viene en tres presenta-
ciones: lujuria, amor
romántico y relación a largo
plazo
Al campañol de la montaña,
un primo cercano de los
anteriores roedores y con el
que comparten 99 por ciento
de sus genes, sólo le
interesan los romances
pasajeros. Aun si le inyectan
oxitocina y vasopresina su
comportamiento no cambia
debido a que no cuenta con
receptores en el cerebro
para estas hormonas.
Las ratas macho son muy
parecidas a estos
montañeros. Después de
aparearse, el organismo de
estos animales lo premia
segregan-
Estos tres sabores
permiten el sexo, el vínculo
y la crianza de hijos La
lujuria es similar al estado
que producen los
opiáceos. Produce un
cóctel de serotonina,
oxitocina y vasopresina
para relajar el cuerpo e
inducirlo al placer. El
enamoramiento es un
refinamiento del estado
anterior y permite a la
persona enfocarse en una
sola pareja. Los científicos
creen que esta etapa es
muy parecida a la que
viven los maniaco-
depresivos cuando
do una dosis de dopamina.
E placer que provoca este
químico lo lleva a intentar
una nueva experiencia
sexual pero su cerebro no
le exige que sea con una
hembra en particular. Las
ratas no son monógamas.
Las marrnosetas,
primates que tienen un
comportamiento gregario y
son fieles a sus parejas,
cuentan con niveles altos
de vasopresina en sus
cerebros. Los monos
rhesus, que tienen niveles
más bajos de esta
sustancia, se aparean
indiscriminadamente con
cualquier ejemplar del
sexo opuesto.
están en su período de
euforia, pero a Fisher se le
parece más a lo que viven
quienes padecen de desorden
obsesivo compulsivo. Sea
corno fuere, en este sistema
se presentan pensamientos
obsesivos, una felicidad
extrema y en éxtasis
permanente. Pero el amor
romántico es muy inestable y,
por lo tanto, no es el estado
ideal para criar hijos Para eso
está el apego estable que se
caracteriza por la calma,
seguridad y la conexión
emocional.
Estas tres posibilidades se
dan por etapas en algunos
casos En otros pueden
permanecer de manera
simultánea con la misma
persona. En otros casos no, y
es cuando hay peligros “Esta
independencia de los
sistemas hace que sea
posible amar a más de una
persona al tiempo, una
situación que lleva a los
celos, al adulterio y al divorcio
y también a la promiscuidad y
a la poligamia”, explica.
¿Para qué sirve todo esto?
Entender el cableado neuro-
químico del amor ayudaría a
tratar problemas de la misma
forma que se hace hoy con la
depresión o la ansiedad. No
sólo se podrían tratar
problemas como el autismo y
la esquizofrenia sino también,
por ejemplo, inhibir el amor
romántico. Aunque esto,
según los expertos, sería
posible pero sólo cuando está
en una etapa incipiente pues
una vez éste toma fuerza “es
una de las más grandes
motivaciones del mundo,
incluso más que el hambre”,
dice Fisher. Una pastilla de
serotonina le haría cosquillas
a un enamorado, aunque
podría ayudarles a otros a
salir rápido de un despecho.
Algunos filósofos furibun-
dos dirán que esto no sirve
para nada y que quienes
creen que estar enamorado
es una cuestión química
están en un error lógico. Y
aun si es un error, lo
interesante es conocer un
poco más el mecanismo tan
complejo que tiene el cerebro
para lograr hacer sentir a la
gente las vibraciones del
amor, que en últimas son el
motor más importante de la
vida.