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Resumen
En la 'Introducción' a Transformación de la filosofía Apel criticó el uso
indiscriminadamente destructivo que Heidegger había hecho de las paradojas originadas
por la crítica de sentido en Ser y Tiempo, cuando disponía de herramientas
hermenéuticas suficientes para evitarlas. En su lugar Apel reconstruirá las
prolongaciones propuestas por Gadamer, a fin de hacer un uso aún más edificante de
estas mismas paradojas, aunque introduciendo importantes modificaciones y dándoles
un sentido pragmático-transcendental nuevo.
Abstract
In the ' Introduction' to Transformation of the Philosophy Apel criticized the destructive
use that Heidegger had done of the paradoxes originated by the critic of sense in Being
and Time, when it had hermeneutics tools sufficient to avoid them. In its place Apel will
reconstruct the propose prolongations by Gadamer, in order to make a use still more
articulated of these same paradoxes, although introducing important modifications and
giving a new pragmatic-transcendental sense them.
Palabras clave
paradojas, hermenéutica, metafísica, crítica del sentido, transformación de la filosofía.
Keywords
paradoxes, hermeneutics, metaphysics, critic of sense, transformation of philosophy.
Apel también señaló en esta 'Introducción' de 1972 algunas limitaciones del uso que
Gadamer había hecho de la noción hermenéutica de autopenetración del espíritu, a
pesar de sus indudables aportaciones respecto de Heidegger24. En efecto, según Apel, la
noción hegeliana de autopenetración del espíritu permitió a Gadamer establecer una
adecuada separación entre el sentido originario que se debería otorgar a la historia, al
mundo de la vida o al ser, respecto de estos otros posibles sentidos secundarios
asignados a cada una de ellas, estableciendo a su vez una autogradación reflexiva capaz
de conmensurarlas recíprocamente entre sí, como exigía la resolución del problema de
la constitución del sentido. Gadamer pudo así localizar la verdadera aportación de las
propuestas de Heidegger, sin dejarse enredar por otro tipo de problemas colaterales25.
Por eso Apel afirma: "El descubrimiento heideggeriano consistente en profundizar o
ampliar la problemática fenomenológica de la constitución, planteada por Husserl, no
constituía un nuevo concepto de verdad; radicaba más bien en descubrir una "pre-
estructura" de la problemática de la verdad, esencialmente idéntica a la pre-estructura de
la "comprensión" como "apertura del ser ahí", que ya hemos esbozado y que - por
expresarlo con Gadamer - "en realidad precede ya (…) a todo comportamiento
comprensivo de la subjetividad"26.
Gadamer utilizó así la crítica de sentido de Heidegger para llevar a cabo una reflexión
transcendental acerca de las condiciones de posibilidad y de sentido del uso compartido
de un mismo lenguaje, al igual que Kant había analizado anteriormente las condiciones
de posibilidad de conocimiento, o Aristóteles los presupuestos ónticos de los distintos
sentidos del ser, a pesar de las evidentes diferencias existentes entre ellos. En cualquier
caso Gadamer siguió otorgando a la cuestión del sentido una prioridad absoluta respecto
de los hechos de la experiencia, sin necesidad de tener que recurrir a un proceso ulterior
de confirmación ex post a partir de lo sensible, prolongando las propuestas de Heidegger
a este respecto27. Gadamer amplió así las funciones de fundamentación que Heidegger
había otorgado a la crítica de sentido, añadiendo la posibilidad de ejercer esta misma
función respecto de cualquier otra forma de saber y de acción humana, incluido el uso
del lenguaje, a pesar de los resultados tan ambivalentes que inicialmente este proyecto
le reportó28.
A este respecto el uso que Gadamer hizo de la noción hegeliana de autopenetración del
espíritu presenta numerosas limitaciones, sin sacarle todas las virtualidades que hubiera
sido de esperar. Gadamer objeta a Heidegger su incapacidad para localizar un sentido
del ser verdaderamente común, que fuera capaz de conmensurar los múltiples sentidos
que el lenguaje otorga al ser de los entes, al 'Dasein' o a los entes en general29. Sin
embargo Gadamer reincidió en un equívoco similar al que se hizo presente en
Heidegger, a saber: justificar la constitución del sentido otorgado a los entes en general
en virtud de su capacidad de retrotraerse a un sentido originario, que exige un decidido
“retorno” a sus principios, o la aceptación de un determinado destino del ser, cuando de
este modo lo único que se hace es abordar el problema de la constitución, soslayando el
de la validez, y posponiendo indefinidamente su posible resolución30. Por eso Apel
afirma: "Sin embargo, la apertura (Erschlossenheit) del ser-ahí descubierta por
Heidegger y que se anticipa a todas las operaciones subjetivas del conocimiento, no es
ya la verdad, pero si prejuzga, en tanto que espacio abierto, la posible verdad o no
verdad; por tanto, no hay razón alguna para seguir a Heidegger en su "retorno" y separar
totalmente el problema de la constitución del problema de la justificación en sentido
kantiano. Con otras palabras: la filosofía transcendental en sentido kantiano,
difícilmente puede superarse con una filosofía del destino del ser; más bien podemos
ampliarla y profundizarla en la línea de una "hermenéutica transcendental". De ahí que
tampoco sea aconsejable - aunque Gadamer lo considere posible y necesario - mantener
una separación entre las condiciones de posibilidad de la comprensión, exigidas por la
problemática fenomenológica de la constitución, y la pregunta por la justificación
metodológicamente relevante de los resultados de la comprensión del sentido, pregunta
exigida por la problemática kantiana de la validez. El discurso acerca del «acontecer de
la verdad» que el mismo Heidegger reconoció como precipitado, debe sustituirse por
otro más adecuado fenomenológicamente y más fecundo desde la perspectiva de la
filosofía transcendental: el discurso sobre el «pre-ser-se» de la comprensión en la
‘apertura del ser-ahí”"31.
Según Apel, la pregunta por el sentido del ser en Gadamer nunca justificó un tipo de
fundamentación ultima que pudiera eludir de forma efectiva las paradojas que
Heidegger había localizado a este respecto, dada además la mediación irrebasable que
el lenguaje ejerce desde un principio en este tipo de procesos32. En efecto, la
incapacidad de Gadamer para salvar la distancia irrebasable que Heidegger había
establecido entre los entes y el ser de los entes, le impidió justificar la validez de una
fundamentación última capaz de articular la mediación recíproca que ahora se postula
entre el Dasein, los demás cosujetos y el mundo de la vida33. Por eso Gadamer siguió
perpetuando la 'autodestrucción' indiscriminada del sentido y el subsiguiente proceso de
autoenajenación creciente que se acabaron haciendo presentes en el último Heidegger, a
pesar de sus reiterados intentos por evitarlo34. En ambos casos la conceptualización
lingüística del ser de los entes, del 'Dasein' o de los simples entes, conllevaría la
imposición de un simple Gestell o armazón de carácter semántico, que en el mejor de
los casos permitiría justificar el logro de una comprensión diferente a través de una
fusión de horizontes igualmente contingente, pero nunca el logro de una mejor
comprensión, que era lo que se pretendía35.
Según Apel, la noción hegeliana de autopenetración del espíritu debería haber impedido
este desenlace trágico de la historia del ser, cosa que al menos Gadamer no logró36. En
efecto, si se hubiera llevado a cabo un auténtico proceso de autopenetración recíproca
respecto de los diversos criterios de sentido también se hubiera podido localizar una
condición de sentido aún más básica, que hubiera permitido a su vez conmensurar los
diversos criterios de sentido entre sí, sin reducirlos a una simple fusión de horizontes
que sólo garantiza el logro de una comprensión diferente y los relativiza a todos por
igual37. En cualquier caso la fenomenología hermenéutica de Gadamer debería haber
justificado un criterio de progreso para determinar cuando una compresión diferente es
mejor o peor que otra, sin necesidad por ello de absolutizar la propia noción de verdad.
En gran parte ello se debió a su renuncia a proseguir un análisis de las condiciones de
posibilidad y de sentido de la comprensión hermenéutica siguiendo el método
transcendental kantiano, sin introducir una separación artificial entre el problema de la
constitución y de la justificación, entre el análisis de las condiciones de posibilidad y las
de validez, cuando ambos están indisolublemente unidos38.
Apel reconoce a este respecto los numerosos equívocos que introdujo la crítica de
sentido de Heidegger, aunque le siguió atribuyendo un mérito innegable: atribuyó al
Dasein, o ser-ahí del existente concreto, la capacidad de apropiarse un sentido no dado,
contraponiéndolo a su vez al sentido ya-dado o configurado atribuido al resto de los
entes, sin tampoco confundirlo con el criterio de sentido ilimitadamente abierto usado
para referirse al ser de los entes. De este modo el Dasein se concibió como el lugar
donde comparece la multiplicidad de usos dados a la noción de sentido, pudiendo
incluso llevar a cabo un análisis pormenorizado de cada uno de ellos. Hasta el punto que
el Dasein puede incluso adoptar una actitud ‘ek-stática’, prescindiendo de otros posibles
sentidos del ser, para quedarse únicamente con el más básico y fundamental, como
ahora sucede cuando esta propedéutica especulativa considera el ser de los entes o el
propio 'Dasein' diferenciadamente56. Es decir, en este caso es posible considerar el
respectivo ‘es’, solamente en lo que tiene de ‘ser’, o de manifestación ‘ek-stática’ del
ser de los entes, como una actitud básica que está siempre sobreentendida en el resto de
los comportamientos humanos, sin conformarse ya en ningún caso con el simple
comportamiento animal57.
De este modo el 'Dasein' comparece como el lugar donde se hace presente este triple
uso de los sentidos del ser, haciendo posible las relaciones de conmensuración recíproca
y de fundamentación última que ahora se establecen entre ellos. Para Apel esta
justificación de un triple uso de la noción de sentido, según se refiera al ser de los entes,
al 'Dasein', o a un simple ente, tiene una consecuencia decisiva en el caso de Heidegger.
En su opinión, este fue el modo como Heidegger justificó la contraposición que la
fenomenología hermenéutica establece entre la comprensión del ser, del mundo de la
vida, o de la propia historia, separando dos aspectos contrapuestos, sin minusvalorar
ninguno de ellos, a saber58: 1) Los criterios de sentido explícitos, basados en criterios de
coherencia, o de simple autoevidencia, como los habitualmente utilizados por la
hermenéutica clásica o el propio análisis del lenguaje, siguiendo los procedimientos de
prueba propios de la propia metodología científica; 2) Los criterios de sentido
implícitos o sobreentendidos que permiten llevar a cabo una efectiva conmensuración y
fundamentación recíproca del resto de los criterios respecto del ser de los entes,
haciendo así posible el logro de una mejor comprensión de la historia, del mundo de la
vida o del propio ser, siguiendo a su vez unos procedimientos de prueba
específicamente distintos59.
En cualquier caso la crítica del sentido de Heidegger trató de localizar este segundo tipo
de presupuestos sobreentendidos o simplemente implícitos, que son los que en última
instancia le van a permitir justificar el logro presente o futuro de una mejor
comprensión. Sin embargo Heidegger nunca llegó a tematizarlos de un modo explícito,
ni tampoco confió en ellos para resolver las numerosas paradojas que generó a este
respecto la crítica de sentido60. Para Heidegger hubiera resultado enormemente
paradójico otorgar a la crítica de sentido una capacidad de autotranscendencia para
conmensurar y fundamentar recíprocamente entre sí este tipo presupuestos explícitos
por referencia al ser de los entes, cuando simultáneamente se les atribuye un carácter en
sí mismo convencional y arbitrario, sin poderse articular ni entre sí, ni con el ser de los
entes, al modo como la metafísica occidental tradicionalmente había pretendido61.
Apel prolongó las propuestas de Heidegger más allá de donde las dejó Gadamer. En su
opinión, la noción hegeliana de autopenetración del espíritu permite justificar la
autotranscendencia de la crítica del sentido para remitirse a unos presupuestos últimos
desde los que sería posible legitimar cualquier forma de acción e intercomunicación
humana, a pesar de que Gadamer no prolongó este tipo de análisis hasta donde cabría
esperar64. En efecto, una recíproca conmensuración de sus respectivos presupuestos
últimos a través de una adecuada reflexión sobre la peculiar naturaleza del lenguaje,
incluyendo también un análisis de los diversos sentidos dados al verbo 'ser', podría
haber permitido dar un sentido más edificante a las inevitables paradojas que generó el
olvido del logos por parte del último Heidegger65. De este modo la crítica del sentido
también habría podido legitimar su autotranscendencia para otorgar un alcance
verdaderamente transcendental de sus respectivos presupuestos últimos, a pesar de no
disponer todavía de un procedimiento adecuado para salvar la diferencia irrebasable que
Heidegger estableció entre el ser de los entes y cada ente en concreto. Evidentemente al
prolongar este tipo de reflexiones Apel también tuvo en cuenta las aportaciones de la
filosofía de Wittgenstein respecto del análisis de los diversos sentidos dados al verbo
'ser', con propuestas paradójicamente complementarias en numerosos aspectos con las
de Heidegger66. En cualquier caso estos iniciales desarrollos de la crítica de sentido
permitieron localizar la peculiar pre-estructura hermenéutica del comprender que
permite a su vez conmensurar el sentido siempre abierto otorgado al ser de los entes, el
sentido ya dado o configurado de cada ente en particular y la peculiar capacidad de
apropiarse un sentido no-dado por parte del 'Dasein'. De todos modos analizar este
alcance transcendental otorgado por Apel a esta pre-estructura hermenéutica del
comprender es una cuestión muy compleja, y su análisis pormenorizado se deja para
otra ocasión67.
1. Cf. Apel, K-O.; TPh, I, 9-76 pp.; TF, I, 9-74 pp.; Transformation der Philosophie,
Suhrmap, Franckfurt, 1973; La transformación de la filosofía, Taurus, Madrid, 1985.
2 Cf. Apel, K. O.; TPh, I, 23 p.; TF, I, 21 p.; Gadamer, H-G.; Wahrheit und Methode.
Grundzüge einer philosophischen Hermeneutik, Mohr, Tübingen, 1965; Truth and
Method, Continuum, London, 2004; Verdad y método. Fundamentos de una
hermenéutica filosófica (I-II), Sígueme, Salamanca, 1984, 1992.
3 Cf. Apel, K. O.; TPh, I, 276-334; TF, I, 265-230. Pylkkö, P.; The Aconceptual Mind.
Heideggerian Themes in Holistic Naturalism, John Benjamins, Amsterdam, 1998.
4 Cf. Heidegger, M.; Sein und Zeit, Max Niemeyer, Tübingen, 2001; Ser y tiempo,
Trotta, Madrid, 2003.
5 Cf. Ortiz de Landázuri, C.; ‘El sentido del ser en Heidegger, según Apel y Polo:
¿Superación del olvido del ser, transcendentalismo autoenajenado o perplejidad
insalvable?, Studia Poliana, 4, 2002, 19-60 págs.
6 Cf. Ortiz de Landázuri, C.; ‘La autotranscendencia del sentido en Heidegger, según
Apel y Polo: ¿Voluntad de superación, comprensión ‘a priori’ o inmanentismo
gnoseológico?, Studia Poliana 5, Universidad de Navarra, 2003, 27-74 págs.
7. Apel, K. O.; TPh, I, 25-26 p.; TF, I, 24 p.; Mendieta, E.; The adventures of
transcendental philosophy. Karl-Otto Apel's semiotics and discourse ethics, Rowman &
Littlefield, Lanham, 2002, 220 pp.
8 Cf. Baum, M.; Hammacher, K. (Hg.); Transzendenz und Existenz, Rodopi,
Amsterdam, 2001.
9 Cf. Ortiz de Landázuri, C.: “La verdad en la cultura mediática. El impacto de
Gadamer en la teoría crítica (A través de Karl-Otto Apel)”, Congreso ‘Universalismos,
relativismos, multiculturalismos, abril, 2001, Thémata, Sevilla, Nº 27, 2001, 295-305
págs.
10 Cf. Richardson, W. J.; Heidegger. Through Phenomenology to Thought, Fordham
University Press, New York, 2003.
11 Cf. Rockmore, T.; Heidegger und die französische Philosophie, Klampen, Lüneburg,
2000.
12 Cf. Ortiz de Landázuri, C.; ‘La autodestrucción de la crítica del sentido en
Wittgenstein y Heidegger. (A través de Karl-Otto Apel)’, Anuario Filosófico, 2000/3, p.
833-859.
13. Cf. Cesarone, V.; Mondo e mito. L’analisi dell’esistenza mitica in Martin
Heidegger, Levante, Bari, 2001.
14 Cf. Apel, K. O.; TF, I, p.281. Lafont, C.; Heidegger, Language, and World
Disclosure, Cambridge University, Cambridge, 2000.
15 Cf. Heidegger, M.; Essence of Truth. On Plato's Parable of the Cave and the
Theaetetus, Continuum, London, 2004.
16 Cf. Saez Rueda, L.; La reilustración filosófica de Karl-Otto Apel, Universidad de
Granada, Granada, 1995.
17 Cf. . Blattner, W. D.; Heidegger’s Temporal Idealism, Cambridge University,
Cambridge, 1999.
18 Cf. Apel, K. O.; TF, I, p. 304-306. Rius, M.; De vuelta a Sartre, Crítica, Barcelona,
2005.
19 Cf. Ferraris, M.; Historia de la hermenéutica, Akal, Madrid, 2000.
20 Cf. White, C. J.; Time and Death. Heidegger's Analysis of Finitude, Ashgate,
Hampshire, 2005.
21. Cf. Vespa, M.; Heidegger e Hegel, Cedam, Padova, 2001.
22. TF, I, p.46. Cf. Smilg, N. (ed.): Karl Otto Apel. Apel versus Habermas, Comares,
Granada, 2004.
23. Cf. Cardona, C.; Olvido y memoria del ser, Guiu, I.; Clavell, L.; Eunsa, Pamplona,
1997.
24 Cf. Perrotta, R.; Heideggers Jeweiligkeit. Versuch eine Analyse der Seinfrage
anhand der veröffenlichten Texte, Königshausen und Neumann, Würzburg, 1999.
25 Cf. Nolte, E.; Heidegger. Política e historia en su vida y pensamiento, Tecnos,
Madrid, 1998.
26 Cf. Apel, K-O.; Tph, I, 43 p.; TF, I, p. 40; Navarro Cordón, M; Rodriguez, R. (eds);
Heidegger o el final de la filosofía, Ed. Complutense, Madrid, 1993.
27 Cf. France-Lanord, H.; Paul Celan et Martin Heidegger - Le sens d'un dialogue,
Fayard, Paris, 2004.
28 Cf. Wirth, U.; Die Welt als Zeichen und Hypothese. Perspektiven des semiotischen
Pragmatismus von Charles S. Peirce, Suhrkamp, Frankfurt, 2000.
29 Cf. Piller, G.; Zur Frage nach der Wirklichkeit (Das Problem einer ‘aktuellen’
Seinslehre ‘nach’ Kant), Königshausen & Neumann, Würzburg, 2001.
30 Cf. Edwards, P.; Heidegger's Confusions, Prometheus, New York, 2004.
31 Cf. Apel, K-O.; Tph, I, 43-44 p.; TF, I, p. 41; Portmann, F.; Einheit aus der
Metaphysik. Eine alternative Rekonstruktion der Kantische Lehre, Alber, Freiburg,
2000.
32 Cf. Berciano Villalibre, M.; La revolución filosófica de Martin Heidegger, Biblioteca
Nueva, Madrid, 2001.
33 Cf. Redondo Sánchez, P.; Filosofar desde el temple de ánimo. La "experiencia
fundamental" y la teoría del "encontrarse" en Heidegger, Universidad de Salamanca,
Salamanca, 2005.
34 Cf. Heidegger, M.; Dell'origine dell'opera d'arte e altri scritti, Ardovino, A. (ed);
Aestetica, Bari, 2004.
35 Cf. Coriando, P-L.; Vom Rätsel des Begriffs (in Heidegger), Duncker und Humblot,
Berlin, 2000.
36. Cf. George, V.; The Experience of Being as Goal of Human Existence: The
Heideggerian Approach, The Council Research in Values and Philosophy, Washington,
2000.
37 Cf. Philipse, H.; Heidegger’s Philosophy of Being. A Critical Interpretation,
Princeton University, Princeton, 1998.
38. Cf. Crowell, S. G.; Husserl, Heidegger, and the Space of Meaning. Paths toward
Transcendental Phenomenology, Northwestern Uiversity, Evanston, 2001.
39 Cf. Sherover, C. M.: From Kant and Royce to Heidegger. Essays in Modern
Philosophy; Johnson, G. R. (ed.); CUA – Catholic University of America, Washington,
2003.
40. Cf. T Ph, I, 45-46 p.; TF, I, 43 p.; Horn, P. R.; Gadamer and Wittgenstein on the
Unity of Language: Reality and Discourse Without Metaphysics, Ashgate, Hampshire,
2005.
41 Cf. Rossi, O.; Conversazioni ermeneutiche (con Gadamer e altri), Levante, Bari,
2005.
42 Cf. Partenie, C.; Rockmore, T. (eds.); Heidegger and Plato. Toward Dialogue,
Northwestern University, Evanston (IL), 2005.
43 Cf. Flórez, R.; Ser y advenimiento. Estancias en el pensamiento de Heidegger,
Fundación Universitaria Española, Madrid, 2003.
44. Cf. TPh, I, 44-45 p.; TF, I, p.42. Hetherington, S.; Goods Knowledge, Bad
Knowledge. On Two Dogmas of Epistemology, Clarendon, Oxford University, 2001.
45 Cf. Borchers, D.; Der Grosse Graben - Heidegger und die analytische Philosophie,
Peter Lang, Frankfurt, 1997.
46Cf. . Inwood, M.; Heidegger, Herder, Freiburg, 1999.
47 Cf. Apel, K. O.; TF, II, p.110-111. Schnäldelbach, H.; Philosophie in der moderne
Kultur. Vorträge und Abhandlungen 3, Suhrkamp, Frankfurt, 2000.
48 Cf. Apel, K. O.; TF, II, p.84-85. Esposito, C.; Heidegger. Storia e fenomenologia del
possibile, Levante, Bari, 2003.
49. Cf. Travis, C.; Unshadowed Thought. Representation in Thought and Language,
Harvard University, Cambridge (MA), 2000.
50 Cf. Göller, T.; Kulturverstehen. Grundprobleme einer epistelologischen Theorie der
Kulturalität und kulturellen Erkenntnis, Königshausen und Neumann, Wurzburg, 1999.
51. Cfr. TPh, I, 34-35 p.; TF, I, p.32-33. Hanna, R.; Kant and the Foundation of
Analytic Philosophy, Oxford University, Oxford, 2001.
52 Cf. Daniel, S. H. (ed.); Current Continental Theory and Modern Philosophy,
Northwestern University, Evanston, 2005.
53. Cf. Heidegger, M.; The Metaphysical Foundations of Logic, Indiana University,
Bloomington, 1998.
54. Cf. Abela, P.; Kant’s Empirical Realism, Oxford University, Oxford, 2002.
55. Cf. TPh, I, 297 p.; TF, I, p.284. Siewerth, G.: Das Schicksal der Metaphysik von
Thomas zu Heidegger, Johannes, Freiburg, 2003.
56 Cf. Pippin, Robert B.; The Persistence of Subjectivity. On the Kantian Aftermath,
Cambridge University, Cambridge, 2005.
57. Cf. . TPh, I, 300-301 pp.; TF, I, 288-289 pp.; Dicker, G.; Kant's theory of
knowledge. An analytical introduction, Oxford University, Oxford, 2004.
58. Cf. Smith, D. W.; Thomasson, A. L.; Phenomenology and Philosophy of Mind,
Clarendon, Oxford University, Oxford, 2005.
59. Cf. Crowell, S. G.; Husserl, Heidegger, and the Space of Meaning. Paths toward
Transcendental Phenomenology, Northwestern Uiversity, Evanston, 2001.
60 Cf. Heidegger, M.; Parménides, Frings, M. (ed); Akal, Madrid, 2005.
61. Cf. Heidegger, M.: Zur Sache des Denkens, Niemeyer, Tübingen, 2000.
62 Cf. Smilg Vidal , Norberto; Consenso, evidencia y solidaridad. La teoría de la verdad
de Karl-Otto Apel, Comares, Granada, 2000.
63. Apel, K. O.; TPH, I, 59-61; TF, I, p. 55-57. Cf. Laurence, S.; Macdonald, C.;
Contemporary Readings in the Foundations of Metaphysics, Blackwell, Oxford, 1998.
64 Cf. Böhler, D. ; Kettner, M.; Skirbekk, G.; Reflexion und Verantwortung:
auseinandersetzungen mit Karl-Otto Apel, Suhrkamp, Frankfurt, 2003.
65 Cf. Ortiz de Landázuri, C.; ‘El problema del fundamento en Polo y Apel: ¿Límites
irrebasables o abandono del límite mental?, I. Falgueras, J. A. García González, J.
J.Padial (eds.); Futurizar el presente, Estudios sobre la filosofía de Leonardo Polo,
Universidad de Málaga, 2003, 213-240.
66. Cf. Ortiz de Landázuri, C.: ‘La autotranscendencia de la crítica del sentido en
Wittgenstein. (A través de Karl-Otto Apel)’, Anuario Filosófico, XXXVI/3, 2003, 673-
692 págs.
67 Cf. Ortiz de Landázuri, C.; ‘La triple pretensión de sentido de la filosofía de
Wittgenstein y Heidegger. (A través de Karl-Otto Apel)’, sin publicar.